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El capitalismo:

El capitalismo hasta la actualidad sigue siendo materia de estudios muy


críticos y objeto de análisis minucioso por parte de sociólogos,
historiadores, economistas, etc.

Se considera a Karl Marx como el primer teórico del capitalismo (el más
conocido y estudiado) sin embargo, es curioso que a pesar de ello Marx
jamás se haya referido al término capitalismo como tal sino más bien al
“modo de producción capitalista”. Según Marx “La superioridad del
capitalismo radica en su dinámica productiva y lo que distingue a la
época burguesa de sus precedentes es el incesante cumulo de la
producción y el continuo trastorno y sacudimiento de las instituciones
sociales; es decir; la permanencia de inestabilidad”. (Karl Marx y
Friedrich Engels, Manifeste du partie communiste, Moscou, Les Editions
du Progrès, 1976.)

Emancipando a los trabajadores de todos los vínculos de servidumbre


que los ataban a la tierra, a un hombre o a una familia, este modo de
producción los liberó jurídicamente. Sin embargo al ser privados, la
mayor parte del tiempo, de los medios de producción necesarios para
producir eficazmente, los trabajadores no tuvieron más opción para poder
subsistir que volverse asalariados de los poseedores de esos mismos
medios de producción.

Michael A. Lebowitz especifica que “Es el capital quien alquila la fuerza


de trabajo y no la fuerza de trabajo quien alquila al capital como a veces
lo sugiere la ciencia económica hegemónica. El capitalista compra la
capacidad de los obreros para realizar trabajo, ya que es el medio para
realizar su único objetivo: la obtención de beneficios. Los obreros no
tienen derecho de propiedad sobre el producto resultante de su actividad.
Le han vendido al capitalista la única cosa que les podría otorgar un
derecho sobre el producto: su capacidad de trabajar”. (Michael A.
Lebowitz “Karl Marx: Las necesidades del capital frente a las
necesidades de los seres humanos”, 2003).

Según Thorstein Veblen “Todas las clases están movidas por el deseo y
rivalizan con la clase que le es inmediatamente superior en la escala
social. Esta tendencia a la emulación es el más poderoso y el más
infatigable de los motores de la vida económica. Para las clases
dominantes se trata de demostrar de manera ostensible que se ha tenido
éxito; para las otras clases se trata de trepar en la jerarquía social. Es en
esta actitud de consumo ostensible que Veblen encuentra la causa
profunda de la dinámica productiva”. (Thorstein Veblen, Teoría de la
clase ociosa, México, Fondo de Cultura Económica, 1963).

Para Joseph Schumpeter “El capitalismo constituye por naturaleza un


tipo o un método de transformación económica que nunca ha sido
estacionario ni podrá serlo. De hecho, el impulso que pone y mantiene en
movimiento la máquina capitalista proviene de los nuevos objetos de
consumo, de los nuevos métodos de producción y de transporte, de los
nuevos mercados y de los nuevos tipos de organización industrial. Todos
estos elementos tienen en común el haberse creados por la iniciativa
capitalista. El proceso de mutación industrial revoluciona incesantemente
el interior de la estructura económica, destruyendo sus elementos viejos
y creando continuamente elementos nuevos”. (Joseph Schumpeter,
Capitalismo, socialismo y democracia, 1942).

Al indagar en los orígenes del capitalismo encontramos que su desarrollo


abarca un fenómeno europero que fue evolucionando hasta llegar a
establecerse a mediados del siglo XIX.

“El capitalismo se nos presenta en forma distinta en los diversos períodos


de la historia, pero la satisfacción de las necesidades cotidianas basada
en técnicas capitalistas sólo es peculiar de Occidente, y aun en los
países del mismo resulta cosa natural desde la segunda mitad del siglo
XIX. Lo que a manera de anticipos encontramos en siglos anteriores, son
simples pródromos, e incluso las pocas explotaciones capitalistas del
siglo XVI hubieran podido ser eliminadas de la vida económica de aquel
entonces sin que sobrevinieran transformaciones catastróficas”. (Max
Weber: El origen del capitalismo moderno, en Historia económica
general, México, F.C.E., 1978).

La premisa más general para la existencia del capitalismo moderno es la


contabilidad racional del capital como norma para todas las grandes
empresas lucrativas que se ocupan de la satisfacción de las necesidades
cotidianas.

La construcción de la teoría del capital monopolista continúa en 1957 con


la aparición del libro “La economía política del crecimiento” de Paul
Baran, catedrático atípico de ciencias económicas de la universidad de
Stanford. En dicho libro, Baran se aleja de la idea común entre los
economistas ortodoxos según la cual las economías pobres de la
periferia han estado siempre relativamente atrasadas.
Desde una perspectiva histórica considera que el atraso de los países
periféricos se debe al modo en que fue introducido el capitalismo en esos
países durante el periodo de “acumulación primitiva”, es decir,
sirviéndose del pillaje descarado, la esclavitud y el asesinato. Así pues, la
conquista y el saqueo del resto del mundo por parte de los europeos
asfixió la incipiente industria de las sociedades colonizadas, provocando
un gran abismo entre el centro y la periferia de la economía capitalista
mundial. (Paul Baran, La economía política del crecimiento, México,
Fondo de Cultura Económica, 1960).

El capitalismo como sistema histórico se interpreta o describe de la


manera más adecuada en la práctica de la realidad.

“El capital en su acepción más general significa riqueza acumulada; sin


embargo cuando se emplea en el contexto del capitalismo histórico su
definición se hace más específica ya que no solo se trata de la reserva
de bienes de consumo, maquinaria, o derechos autorizados a cosas
materiales en forma de dinero”. (Inmanuel Wallerstein, El Capitalismo
Histórico, 1988).

La diferencia clave en el marco del capitalismo histórico refiere a que el


capital pasó a ser usado con el objetivo primordial de su auto expansión.

Es así que el capitalismo histórico implicó una mercantilización


generalizada de “procesos” (llámese de intercambio, producción,
distribución e inversión) que antes fueron realizados a través de medios
distintos al mercado.

Dado que el capitalismo es un proceso social, se infiere que ninguna


transacción social ha estado intrínsecamente exenta de una posible
inclusión. Y esta es la razón mediante la cual podemos decir que el
desarrollo histórico del capitalismo ha implicado una tendencia a la
mercantilización de todas las cosas.

Finalmente, en base a lo antes mencionado llegamos a la conclusión que


el capitalismo histórico es aquel escenario integrado, concreto, limitado
por el tiempo y el espacio; de las actividades de producción dentro de la
cual la constante acumulación de capital ha sido el objetivo o “ley”
económica fundamental.

El capitalismo puede de una forma u otra, perjudicar al individuo carente


de medios. No obstante, también hay que señalar que el capitalismo
como sistema social promueve la libertad del individuo a hacer con sus
propiedades lo que desee o mejor le convenga ya que el hombre como
individuo racional necesita de la libertad para moverse dentro de la
sociedad, y así descubrir los recursos necesarios para su propia
supervivencia. También, el capitalismo es el único sistema en el cual la
movilidad de clase social es posible, vemos cómo las personas pueden
nacer ricas y morir pobres, o nacer pobres y morir ricas. En éste sistema
cada persona debe trabajar para poder superarse.

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