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165-175
DOSSIER
RESUMEN
En el trabajo de intervención con mujeres que sufren maltrato abundan básicamente
dos lineas de trabajo. Por una parte las originarias de enfoques más cercanos a la psicolo-
gía clínica, que según nuestro criterio tienen un sesgo individualista y corren el riesgo de
reducir esta problemática al ámbito privado. Por otro lado las que ponen más énfasis en
las condiciones sociales estructurales que determinan dicho fenómeno. Intentando trascen-
der estas dos visiones vamos a proponer un modelo de intervención desde enfoques socio-
construccionistas y post-estructuralistas que dan cuenta del carácter relacional y histórica-
mente situado de la violencia doméstica, ofreciendo formas de intervención basadas en
conversaciones dialógicas que abren posibilidades a otras narraciones del yo y por tanto
nuevas formas de subjetividad.
PALABRAS CLAVE
Narrativa, Conversación dialógica, Subjetividad, Poder, Violencia.
ABSTRACT
In the field of intervention with battered women basically we have two lines of work. On
one side those approaches which come from the clinical field, that, in our opinion, have an
individualistic orientation, and a reductionism in the private domain. On the other hand the
approaches which put the accent on the social structural conditions. We would like to offer
an alter native model of intervention from the socio construccionist and post-structuralist
view that offer a relational and historically situated account of domestic violence, showing
ways of intervention based in dialogical conversation that opens possibilities of new
accounts of the self and new forms of subjectivity.
KEY WORDS
Narrative, Dialogical conversation, Subjectivity, Power, Violence.
miento del modelo tradicional del déficit y toma la forma de trama de los aconteci-
la disfunción derivado del modelo médico mientos de la vida en la forma de una
de la enfermedad que tanta influencia ha narración. Así pues todo ser es un ser
tenido en el campo de la intervención relatado. Cada relato es mezclado con los
psico-social. Identificar, categorizar y des- relatos de otros yoes de manera que cada
cribir la patología ha sido una de las prin- uno de nosotros nos enredamos en histo-
cipales formas de contarse a si mismo rias que nos contamos sobre nosotros
con historias “saturadas de problemas” mismos y que son contadas sobre noso-
en palabras de White y Epston (1989). tros. La comprensión de la subjetividad
no puede ser separada de la forma en
Nuestro enfoque en cambio va a pro- que los yoes son narrados, de manera
mover una selectiva atención a los inten- que podemos conceptuar el “quien” como
tos de resistencia y los recursos que las una identidad narrada.
mujeres emplean para sostener o liberar-
se del abuso. La mezcla de identidades significa, por
otra parte, que cada sujeto existe como
Para definir brevemente esta perspec- una relación con otro o otros, esto es,
tiva seguiremos a Gergen (1992), quien cada sujeto está intricado dentro de una
fue uno de los teóricos que lo introduce red intersubjetiva: el yo es plural. Un yo
en la psicología social, aportando en este por sí mismo no existe, afirma Ricoeur.
campo un marcado carácter crítico. Nuestra inscripción en el lenguaje, y el
carácter narrativo de la identidad, ejem-
Básicamente los principios teóricos de plifica el carácter intersubjetivo de la
este enfoque son los siguientes: subjetividad, y señala de nuevo la prima-
cía de lo social (Bajtín, 1979).
Antiesencialismo; antirrealismo y cues-
tionamiento de la idea de verdad; especi- Los modelos para relatar nuestras
ficidad histórica y cultural del conoci- experiencias ya existen en la cultura,
miento; carácter performativo del lengua- inscritos en las prácticas diarias, disper-
je; énfasis en la relación, las prácticas sas en fábulas, novelas, películas, estere-
sociales y los procesos. otipos, etc. Eso incluye narrativas que
construyen el horizonte de expectativas,
Queremos hacer notar también la instruyéndonos sobre lo que deberíamos
fuerte influencia en nuestro trabajo de anticipar y desear, delimitando nuestro
recientes aportes sobre la constitución de espacio de experiencia. Ese es un proce-
la subjetividad de algunas autoras de la so continuo de constante refiguración de
corriente post-estructuralista o post- la experiencia a la luz de las cambiantes
feminista como también se le ha llamado. narrativas que se producen en la moder-
nidad. Nos cuestionamos con referencia
En primer lugar queremos redundar a lo que decimos y hacemos, ser un hom-
en la idea del carácter formativo del len- bre, o una mujer, o un amigo o de una
guaje en los procesos de construcción de etnia determinada...
la identidad. La narración es la forma en
que el ser humano se reconoce a sí Dos temporalizaciones se cruzan para
mismo como ser en el tiempo y de esa constituir una particular subjetividad en
forma es como puede ser experienciado y el punto de intersección. La historia de
comunicado. En esa tesis central de una cultura, sedimentada en un stock de
Ricoeur (1983, 1984) la narración “es la conocimiento, su narración, su texto, se
guardiana del tiempo”. Específicamente, junta a la historia o biografía de un parti-
la existencia del yo como ser en el tiempo cular individuo.
Los tres son co-articulados en el pro- Otro autor, Giddens (1991), nos ofrece
ceso de constitución de cada particular un ejemplo muy claro de ese régimen
subjetividad en un proceso establecido a autorregulador al señalar cómo el asce-
través de tropos, cadenas de significados, tismo anoréxico lleva el cuño de una
desplazamientos, memorias encarnadas, implacable dedicación interior que tiene
actividades, cada uno con su carga afec- sus fuentes en el proyecto de la identidad
tiva que construye el universo simbólico del yo y de las que el individuo solo es
y semiótico de prácticas significativas. consciente en parte. La anorexia, según
este autor, sería una respuesta extrema-
damente compleja a una identidad con-
Intervención psico-social como fusa del ser mujer en un mundo de ries-
conversación dialógica go y con una pluralidad de opciones, con
el telón de fondo del riesgo de la exclu-
La intervención psico-social contempo- sión permanente de las mujeres en la
ránea es un proyecto de la modernidad plena participación en el universo de la
heredera de la construcción del sujeto actividad social que generan estas opcio-
racional y de la idea de emancipación del nes.
yo. Una práctica que se ha nutrido, como
decíamos anteriormente, del discurso de Sin embargo, en la modernidad tardía,
la falta, de la enfermedad y de la cura- han surgido otros desarrollos de la inter-
ción, habilitadora de formas de subjetivi- vención psico-social bajo un prisma críti-
dad socialmente admitidas. co de todas esas prácticas de control
social. Estos nuevos enfoques ven sus
Las disciplinas “psi” han llevado a potencialidades reflexivas y políticas que
focalizar en el sujeto libre, más clara- pueden habilitar nuevas subjetividades y
mente evidenciado en lo que Rose (1989) desde lo micro, cuestionar algunos dis-
desdeñarlo como han hecho los enfoques geneidad del poder, y su conceptualiza-
más tradicionales. ción no sólo en términos de subordina-
ción sino también en términos de capaci-
Para Foucault no es posible entender dad para la acción en una forma no coer-
el poder divorciado del contexto, nunca citiva, reminiscente de la noción de Rico-
puede ser desligado de las relaciones eur “yo puedo” con su connotación ética.
sociales de poder en que se da. El “yo puedo” de Ricoeur está asociado
con el poder de actuar, en el sentido del
En uno de sus trabajos más conoci- ser como potencialidad.
dos, Vigilar y Castigar (1975) Foucault
examina las “microprácticas” del poder a
través del estudio del desarrollo del poder El enfoque narrativo en intervención
disciplinario. Las relaciones de poder en con mujeres que han sufrido maltrato
nuestras interacciones cotidianas, en el
uso del espacio físico y la arquitectura, Michael White toma la invitación de
en la disciplina de los cuerpos, en la cre- Foucault eligiendo incorporar algunas de
ación de las formas de pensar, formas de sus ideas en la práctica terapéutica. Este
subjetividad, y formas de conocimiento. aspecto viene desarrollado en los prime-
El poder está siempre presentado en su ros capítulos de una de sus obras funda-
formas productivas y restrictivas y como cionales que escribió con David Epston
en una espiral recursiva determinadas Medios Narrativos para fines terapéuticos,
prácticas sociales se relacionan con par- publicado en 1989.
ticulares formas de subjetividad.
Para resumirlo brevemente podemos
Si bien, según Foucault, el poder no se decir que en primer lugar toma la idea
puede socavar desde una perspectiva del poder como positivo en sus efectos.
voluntarista, sí plantea la idea de resis- En segundo lugar la íntima relación entre
tencia dentro de las relaciones de poder. poder y conocimiento. En tercer lugar la
atención que Foucault da a las técnicas y
Otros autores como Judith Butler prácticas del poder cotidiano.
(1997) hablarán más detalladamente de
la agencia a través de la teoría de la Per- White usa todas esas ideas en el desa-
formatividad que desarrolla a partir de rrollo de estrategias para reescribir las
los Actos de Habla de Austin. Si todo historias de las personas que le consul-
enunciado, dice Butler, puede ser resig- tan, y crear narrativas alternativas que
nificado, entonces ahí es donde reside la “liberen” el potencial de conocimientos
posibilidad de agencia y de acción políti- subyugados para validar una versión de
ca que haga posible nuevas formas de la experiencia más habilitadora.
subjetividad.
Este trabajo puede ser particularmen-
En esta dirección, Judith Butler pare- te pertinente en el contexto de la inter-
ce entender el poder en su teorización de vención con mujeres que han vivido
la sujeción en términos de subordinación experiencias de violencia. En nuestra
y de condición de posibilidad del sujeto, experiencia en la atención a estas muje-
entendido también como posibilidad de res escuchamos a menudo relatos muy
agencia. El sujeto no es totalmente deter- negativos y a veces somos testimonio de
minado por el poder ni totalmente deter- cómo se someten a prácticas cultural-
minante de este. mente establecidas de abusar de si mis-
mas. Es frecuente escucharlas decir
Aquí nos gustaría enfatizar la hetero- cosas como: “soy un desastre, me mere-
cía el maltrato, de alguna forma lo provo- los cuales a estas mujeres, dice White
qué, no supe manejarlo”. Otras veces se (1995) “ se les hace adoptar estos relatos
culpabilizan por haber contribuido o por privados muy negativos acerca de sus
no haber sido capaces de protegerse o vidas y las prácticas asociadas de autoa-
proteger a sus hijos de esa situación buso, se descubren a sí mismas descri-
abusiva. Como afirma White (1995) estas biendo varias de la tácticas de poder: tác-
personas están manteniendo conversa- ticas que históricamente las aislaron de
ciones consigo mismas y con los demás los demás, tácticas que las exiliaron de
que internalizan el tópico del abuso, y de sus propios cuerpos, de sus propios
esta manera se hace imposible apreciar deseos”.
el contexto. Así, a través de este proceso,
el hecho de ser abusada repercute en su Al resituar la historia de autoabuso en
identidad: da testimonio de sus deseos y las relaciones de poder en su entorno, se
motivaciones, de sus objetivos en la vida. posibilita que el autoabuso sea leído a la
luz de un marco de inteligibilidad dife-
Una forma de subvertir estos efectos rente, en un marco que presenta inter-
en la identidad de estas experiencias de pretaciones alternativas de estos actos.
ser relatadas o por las palabras del abu- Esto libera a las personas y les permite
sador, es a través de la introducción de oponerse o disentir. Así como las conver-
conversaciones externalizadoras, es de- saciones internalizadoras ocultan el
cir, conversaciones que sitúen el abuso aspecto político de la experiencia, las
como algo externo que ha tenido un efec- conversaciones externalizadoras lo ponen
to en sus vidas, en la manera en que de relieve. De ese modo, abren posibilida-
ellas se ven y se sienten a sí mismas. En des para que las personas forjen nuevas
palabras de White (1995) “puede re-poli- alianzas con su yo y descubran nuevas
tizar lo que ha sido des-politizado”. distinciones entre abuso y cuidado: en
fin, para que disciernan, quizá por pri-
El espacio de intervención se convierte mera vez, entre explotación y protección.
en el contexto de una conversación
donde las mujeres pueden hablar de los Esta forma de conversación tiene que
efectos del maltrato en sus vidas y el ver con deconstruir las así llamadas “ver-
sufrimiento asociado a esas experiencias. dades” que las personas sienten que
Eso permite diferenciar que esos relatos tanto aprisionan sus vidas y esos relatos
de infravaloración que cuentan sobre sí “saturados por el problema”. Las conver-
mismas no son “ellas mismas” sino las saciones externalizadoras hacen que la
consecuencias del abuso que han sufrido persona experimente una identidad dis-
por parte de sus parejas. Son historias tinta o separada del problema.
de sí mismas constituidas en un contexto
de descalificación, trauma, subyugación A medida que las personas se entre-
y aislamiento. gan a esta operación de externalizar sus
historias privadas, dejan de hablarles de
Una de las consecuencias de estas su identidad y de la verdad de sus rela-
conversaciones terapéuticas es la refor- ciones; dichas historias privadas ya no
mulación de la historia dominante: ale- penetran en la vida de las personas;
jándose de la idea de culpabilidad perso- éstas experimentan una separación de
nal y acercándose a las de “dominación”, semejantes historias. En el espacio esta-
“explotación”, “servidumbre”, “anulación” blecido por esa separación las personas
y “tortura”. quedan en libertad de explorar otras
ideas preferidas sobre lo que ellas mis-
Al explorar los procesos por medio de mas podrían ser, otros conceptos preferi-
dos que las personas podrían incorporar sentes y son, por lo demás, muchas y
en sus vidas. muy variadas. Inspirándose en Goffman
(1961), White llama a esas contradiccio-
La de-construcción tiene que ver con nes, “logros aislados”.
procedimientos que subvierten realidades
y prácticas que se dan por descontadas, Es a partir de una doble escucha
esas llamadas “verdades” divorciadas de donde podemos señalar esas nuevas ver-
las condiciones y del contexto de su pro- siones de si misma que aparecen junto a
ducción. Muchos de los métodos de de- la historia dominante, pero que no se les
construcción hacen extrañas esas reali- ha dado la suficiente atención. Reparar
dades y prácticas familiares dadas por en esas excepciones, hacer preguntas
descontadas al objetivarlas. En este sen- que las hagan más visibles y evaluar si
tido, los métodos de de-construcción son son realmente significativas, relevantes, y
métodos que como afirma Bourdieu preferidas para la persona, son parte del
(1988), vuelven “exótico lo doméstico”, lo proceso conversacional que abre nuevas
cual facilita la “reapropiación” del yo. posibilidades de contarse su propia his-
toria.
Este enfoque también se inspira en
algunos trabajos que hablan de un anhe- Una vez que se ha establecido que
lo de subjetividad que se vincula con la determinados hechos son, en efecto,
necesidad acuciante de nuevas formas de logros aislados puesto que se los ha con-
relación con la alteridad, la ética, el siderado significativos y preferidos, pode-
saber y la memoria. Dicen estas autoras mos facilitar la generación (y/o la resu-
acerca de la subjetividad que “resulta rrección) de historias alternativas al
muy importante imaginar y experimentar orientarnos hacia esos logros aislados en
situaciones, encuentros, prácticas que actitud de curiosidad genuina por enten-
inciten a los/as sujetos a extrañarse de der como se han producido esas excep-
lo que viven como más propio o singular ciones o logros que a la mujer que nos
y a familiarizarse con lo que sienten más habla le habían pasado inadvertidos.
ajeno.” (Bonder, 1998) Estos son los misterios que únicamente
las personas pueden revelar cuando res-
ponden a la curiosidad que sobre ellos
Historias sociales dominantes e manifiesta la persona que les escucha.
historias alternativas Cuando las personas se entregan a la
tarea de revelar estos misterios, inmedia-
La pregunta que nos podemos hacer a tamente se entregan también a la tarea
continuación es como estas mujeres pue- de contar historias y darles significación.
den generar esos nuevos conceptos alter-
nativos de sí mismas, cómo pueden Por ejemplo en casos de las mujeres
cobrar nueva vida maneras distintas de que han sufrido maltrato, tal como decía-
estar en el mundo. ¿Cuáles son los pun- mos anteriormente, les es muy difícil
tos de entrada de esas otras versiones confiar en versiones más favorables de sí
acerca de lo que podrían ser las perso- mismas. En esos casos es eficaz invitar a
nas? A medida que las personas se sepa- estas personas a que presten atención a
ran de las historias dominantes o “totali- aquellos logros aislados o se pueden
zantes” que forman parte constitutiva de hacer una variedad de preguntas que
su vida, se les hace posible orientarse inciten a un relato específico que localice
más hacia aspectos de su experiencia análogos episodios históricos que identi-
que contradicen esos conocimientos. Y fiquen ocasiones durante las cuales fue-
esas contradicciones están siempre pre- ron capaces de tratarse con cierta acep-
Una vez identificadas, esas historias Es esperable que la imagen que pro-
pueden ser ampliamente descritas. Esos yectaba María de sí misma estaba repleta
relatos ampliados son alcanzados en con- de auto-reproches e infravaloración. En
realidad, asumía como suya toda la de esa nueva versión de sí misma, donde
culpa del maltrato debido a una conduc- el dolor y el sufrimiento pueden empezar
ta derrochadora y poco responsable con a ser resignificados como semillas de un
el dinero. nuevo yo, que renace fortalecido.
A partir de ser capaz de expresar Hay que decir que este es parte del
todas estas emociones y reconocer las camino que todavía compartimos con ella
consecuencias de esos maltratos y todas y que quedan todavía muchas historias
las privaciones emocionales y sociales que contar y mucho camino que recorrer
que sufrió, poco a poco fue capaz separar por la crudeza de sus circunstancias
su experiencia de sí con las circunstan- sociales y biográficas, que hacen especial-
cias del abuso. Eso permitió incorporar mente arduo este camino. Afortunada-
otras miradas que no fueran las de sus mente, tiene por rutina escribir un diario
victimarios. que recoge estas diversas voces que con-
viven junto con la historia dominante de
Escribió una carta a su padre en que víctima. Esto junto con las conversacio-
le agradecía haberle puesto en situacio- nes que compartimos y su gran entereza
nes tan duras que ponían a prueba su contribuyen a amplificar esas historias
fuerza y su capacidad de recuperarse de excepcionales que van conformando un
los traumas. Recordó como había “rena- relato de sí misma que abre nuevas posi-
cido” de una grave lesión que sufrió en bilidades más acordes con lo que podría-
un accidente. Se reconoció superviviente mos llamar su “identidad preferida”.
de una vida familiar tempestuosa y falta
de lo esencial para ser persona. Fue tes- El cuestionamiento de una identidad,
timonio de su lucha por salir adelante, la exploración de esas fisuras que apare-
por resistir al abuso y por frenar las cen de distintas formas conlleva una cri-
ganas compulsivas de auto-infringirse sis, un hundimiento de un mundo sim-
daño. Reconoció como a lo largo de los bólico un repliegue sobre sí misma que
encuentros que habíamos compartido se causa dolor, postración, pero también es
estaba empezando a agenciar de su vida una oportunidad de re-emerger con la
y a proyectar nuevas formas de ser en el ayuda del vínculo con otro significativo,
mundo. como afirma Dubar (2000), capaz de vali-
dar, situar y reconocer la nueva identi-
En una de las sesiones, intentando dad latente que ha podido empezar a
hacerme comprender como había sido nombrarse: “Es la crisis la que revela el
capaz de sobrevivir a todo eso, dijo con sujeto a sí mismo, le obliga a reflexionar,
visible orgullo, que ella era como el “ave a cambiar, a pelear para salir de ella y a
fénix que renace de sus cenizas”. Esa inventarse a sí mismo, con los otros. La
poderosa metáfora que ella misma había identidad personal no se construye de
escogido está sirviendo de hilo conductor otra forma”.
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