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Se topó con el caso de un paciente que exhibía una vida y hábitos fuera de lo
común, pero que no podía ser diagnosticado con ninguna dolencia mental.
Weeks intentó indagar en literatura médica al respecto y encontró que nadie
había indagado este tipo de comportamientos fuera de la norma. Así que puso
un anuncio en bares y supermercados. Quería conocer más sobre la
originalidad del pensamiento, cómo se produce y qué perfil respondía
realmente a los excéntricos.
De carne y hueso
Todo esto aparece publicado en el libro que Weeks firmó junto a Jamie James
en 1995: Eccentrics: A Study of Sanity and Strangeness.
Junto a casos de famosos como Isaac Newton, Albert Einstein, Glenn Gould,
William Blake, Michael Jackson, el Príncipe Carlos de Inglaterra, Brigitte Bardot,
Howard Hughes, Katherine Hepburn o Patch Adams, el investigador Weeks
describe en su libro casos de carne y hueso, anónimos con extravagancias
resaltables. Como Marvin Staples, un indio Chippewa de Minnesota que camina
hacia atrás porque "esto le hace sentir más joven y lo ha curado de un dolor
crónico de espalda y de artritis".
El equipo del Hospital Real de Edimburgo estableció que los artistas y los
científicos, adictos a la creatividad, son los perfiles humanos donde se
concentra la mayoría de excéntricos. Los científicos, repletos de inventores, se
entregan a ideas tanto brillantes como absurdas. Y aunque no todos los artistas
ni todos los científicos son excéntricos, se les tolera mucho más la
extravagancia; forma parte de su idiosincrasia y de la creatividad fuera de lo
normal que desarrollan como un don.
La clave de la felicidad
Chávez afirma que a veces es difícil establecer la frontera entre ambos, pero
los extravagantes conocen el mundo, aunque disientan de él con frecuencia.
Conocen la realidad aunque vivan en un universo propio. Weeks explica: "Estos
seres particulares tienden a ser justo lo contrario de quienes sufren
desórdenes crónicos de la personalidad. Generalmente disfrutan de buena
salud, e incluso su promedio de esperanza de vida es mayor al resto de la
población. Y tienen mucho menos estrés, ya que no sienten la necesidad de
acatar la norma".
En cualquier caso, hay veces en que los rasgos del excéntrico pueden
confundirse con ciertos trastornos como los complejos de Edipo y Napoleón, el
síndrome de Peter Pan, desórdenes obsesivos o síndrome de Asperger (un tipo
de autismo), sin embargo Weeks también ha querido desmontar el mito que
vincula creatividad y enfermedad mental: "Por lo que he visto en mi práctica
clínica, las dolencias mentales severas interfieren con la creatividad. La gente
que es creativa lo es, independientemente de si está o no enferma".
Otros expertos mencionan que hay otros padecimientos, como el déficit de
atención, que puede confundirse con un excéntrico en potencia. El psiquiatra
Peter Breggin sostiene que muchos niños con este diagnóstico son rebeldes
que sucumben ante el sistema de educación, que no busca la convención por
encima de la individuación. "Muchos encajarían en el perfil de excéntrico de
Weeks", apunta.