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MASAHARU TANIGUCHI

EL LIBRO DE LOS JÓVENES


1* edición
1991 - SEICHO-NO-IE
EL LIBRO DE LOS JÓVENES MASAHARU TANIGUCHI

EL LIBRO DE
LOS
JÓVENES
EL LIBRO DE LOS JÓVENES MASAHARU TANIGUCHI

Masaharu Taniguchi, Ph.D.


Del original em japonés:
Seinen no Sho

Publicado por la NIPPON KYOBUNSHA CO., LTD. Tokio-Japón Derecho


Original 1949
Traducción: SEICHO-NO-IE DO BRASIL
Publicación: SEICHO-NO-IE DO BRASIL San Pablo -SP- Brasil
Propiedad de los Derechos Autorales:
ZAIDAN-HOJIN, SEICHO-NO-IE-SHAKAIJIGYODAN Tokio - Japón
Este libro es publicado por autorización condicionada de la ZAIDAN-
HOJIN, SEICHO-NO-IE- SHAKAIJIGYODAN y NIPPON KYOBUNSHA CO., LTD.
©ZAIDAN-HOJIN, SEICHO-NO-IE-SHAKAIJIGYODAN 1991
Impreso en BRASIL
Editado por SEICHO-NO-IE DO BRASIL
Av. Eng8 Armando de Amida Pereira, 1.266 Fone: (011)275-0077 CEP
04308 - Sao Paulo, SP.

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EL LIBRO DE LOS JÓVENES MASAHARU TANIGUCHI

NOTA DEL DIGITALIZADOR

Conozco desde mi infancia el Movimiento para la Iluminación de la Humanidad:


SEICHO-NO-IE y puedo daros Fé de que las Enseñanzas de Masaharu Taniguchi a
partir de los años ’30 y en adelante, son parte de las Dispensas Abiertas propiciado
por la Gran Hermandad Blanca. Y es que, si añadís el Santísimo Nombre del Altísimo
(Dios): I AM, THAT AM (YO SOY…, AQUELLO YO SOY) a todas las afirmaciones,
invocaciones, decretos y frases usadas por éste Movimiento; ya tenéis en vuestras
manos la clave de vuestra interiorización en “palabras de a centavo” como bien
señala Connie Méndez, la autora de Metafísica 4 en 1, para todos los Buscadores
de la Verdad y que no tienen conocimientos para digerir textos enrevesados de
psicología y filosofía propios de la era pisciana. Así pues, amparado en que “hay que
compartir el pan espiritual que el Altísimo nos ha dado”, me alegra y me complace
muchísimo compartir con Uds. “El libro de los Jóvenes” – en su 1ra. Edición (1991)
de Masaharu Taniguchi. En ella podréis colegir que el “Jisso”, la Imagen verdadera
de Dios no es otra cosa que la Magna Presencia de Dios en cada ser humano: I AM;
la Mónada para los teósofos y esoteristas o que el Cristo en su forma individual en
cada ser humano no es otro que el SANTÍSIMO ANGEL SOLAR de la Corriente del
Bridge to Freedom y The New Age Church of the Christ, iniciadora y culminadora (la
pública) de las Dispensas Abiertas, respectivamente. Que estos términos no os
confundan y concentraros en las Sabias y Sencillas Enseñanzas que se desprenden
de este libro y que podemos resumirlos en:
Lo primero es encontrar y fundirse con nuestro Jisso (Nuestra Verdadera Esencia), el
resto es añadidura… cuestión de tiempo, momento y circunstancia que podemos
crear y gobernar, si así nos lo proponemos para exteriorizar nuestra verdadera
naturaleza: Amor, Sabiduría, Prosperidad, Inteligencia, Poder, Abundancia Infinita y
todas aquellas cosas que son parte de la Naturaleza del Altísimo, nuestro PADRE y
que siendo Sus hijos, no podemos ser menos.

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EL LIBRO DE LOS JÓVENES MASAHARU TANIGUCHI

Lo segundo es poner en práctica ciertas herramientas o instrumentos hasta que se


conviertan en hábitos que propendan a nuestra interiorización, como:
Dar las gracias en pensamiento, sentimiento, palabra y acción a todas las cosas,
seres, momentos y circunstancias; por más pequeños que sean estos; que para el
Altísimo que en todo y en todos mora, todo ello cuenta.
Ver lo positivo y solo lo positivo en toda exteriorización de pensamiento,
sentimiento, palabra o acción, cualquiera sea su procedencia. No importa si a los
ojos de nuestra mente inferior algo o alguien es negativo; recuérdese que es ilusión
(mental) o espejismo (emocional) y finalmente NO tiene existencia real.
Y lo tercero; leed permanentemente este librito o cualquier otro de las Dispensas
Abiertas que contengan ENSEÑANZAS UNIVERSALES que propenden a estimular a
que el Ser humano se INTERIORICE y se liberte de los viejos paradigmas que le atan
todavía al mundo de Maya (la ilusión y el espejismo) y no le permiten RE-UNIRSE a
Su Presencia Divina: I AM.
Un abrazo a todos vosotros y disfruten de esta lectura maravillosa que podéis
descargarlo gratuitamente desde SCRIBD o desde MEDIAFIRE.
MEIREM

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EL LIBRO DE LOS JÓVENES MASAHARU TANIGUCHI

PREFACIO

Cristo nos enseña a orar de la siguiente manera: "Hágase tu Voluntad, así en la


tierra como en el cielo".
El "cielo", aquí mencionado, no se refiere al cielo que está encima de las nubes, sino
al "Mundo Espiritual" anterior al fenómeno; también denominado Mundo de la
Realidad o Mundo de la Imagen Verdadera, donde ya está realizada la voluntad
(ideas) de Dios. La "tierra" se refiere al "mundo del fenómeno".
En el Mundo de la Realidad (cielo) están latentes todas las cosas buenas, en
abundancia, infinitamente; de la misma manera como las ondas de radio o de
televisión existen en el aire, pero invisibles a los ojos carnales. Para que ellas se
vuelvan perceptibles a nuestros sentidos, basta que sintonicemos nuestro receptor
con la frecuencia de los programas transmitidos.
Las "infinitas cosas buenas" del Mundo de la Imagen Verdadera comprenden la
fuerza infinita, la Vida infinita, la alegría infinita, el amor infinito, la sabiduría
infinita, la provisión infinita, etc., que son "programas" transmitidos por Dios. Al
lado, de las ondas de esos "programas" coexisten ondas de tristeza, de odio, de
celos, etc., emitidas por las mentes de las personas; de la misma forma como
coexisten, al lado de los programas transmitidos por las grandes emisoras, o
aquellos transmitidos por los aficionados a la radio. Sin embargo, esas ondas
trasmitidas por las mentes negativas son falsas existencias.
El hombre, que vive en medio de todas esas ondas -unas que son existencias
verdaderas y otras que son falsas, puede escoger y realizar en su vida, aquella que
sea de su agrado, bastando sólo "cambiar" el dial de su frecuencia mental. Es decir,
el hombre tiene la libertad de concretar en el mundo de los 5 sentidos (mundo del
fenómeno) lo que él quiera. No es obligado a concretar infelicidades, pobreza o
enfermedades en su vida. Si alguien está manifestando tales cosas, es porque no
sabe lo que realmente quiere, o sino porque no sabe sintonizar su mente con el
objeto deseado, "cambiando su frecuencia mental sin parar, de un lado a otro". De

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EL LIBRO DE LOS JÓVENES MASAHARU TANIGUCHI

esa forma, jamás conseguirá obtener lo que desea.


Para escuchar radio, debemos, primeramente definir qué programa queremos oír.
Lo que quiero decir es que no debemos mantener en la mente dos deseos o
pensamientos antagónicos. Es decir, no debemos, por un lado, desear la riqueza y,
por otro lado, pensar que "la riqueza no es adecuada para quien busca el
perfeccionamiento espiritual". No debemos desear, por un lado, la recuperación de
la salud y, por otro lado, pensar: "Si me curo, tendré que volver a trabajar en aquél
ambiente que detesto".
Debemos comprender que la felicidad que vamos a alcanzar nunca será demasiado
para nosotros, pues el hombre es hijo de Dios y merecedor de infinita felicidad. No
debemos, por un lado, desear la felicidad y, por otro lado pensar: "Sería injusto que
yo me vuelva demasiado feliz, viendo a tantas personas sufriendo en este mundo".
Todos, sin excepción, pueden ser felices. Si existen personas infelices, es porque
ellas no saben cómo alcanzar la felicidad. Por lo tanto, aquél que conoce la Verdad
debe dar el ejemplo, volviéndose muy feliz, y mostrar a los demás que también
pueden ser felices, si cambian la frecuencia de sus ondas mentales. Ser felices es,
por lo tanto, un gran acto de caridad para hacer feliz al prójimo.
En el mundo de la existencia verdadera existen todas las formas de felicidad. Así
como una radio con bastante potencia puede captar transmisiones de toda y
cualquier emisora, nosotros también, podemos captar todos y cualquier programa
de felicidad que está siendo transmitido en el mundo de la existencia verdadera y
concretarlo en nuestra vida, aquí y ahora.
En el mundo" de la existencia verdadera, todo transciende el tiempo y espacio,
razón por la cual no existe el problema de distancia o de horario que nos impida
captar sus "programas". Podemos captar y concretar lo que queremos y cuando
queremos.
Sin embargo, como el aparato receptor de esos "programas" es nuestra mente, es
necesario que ella esté bien regulada y tenga buena sensibilidad. Además, necesita
estar entrenada para sintonizar, conscientemente, cualquier frecuencia. Así como

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EL LIBRO DE LOS JÓVENES MASAHARU TANIGUCHI

una radio perfecta donde el dial de frecuencia, se mueve fácilmente hacia los lados
para sintonizar cualquier frecuencia, también debemos ser capaces de controlar
libremente nuestra mente, al punto de sintonizarla con lo que deseamos.
Donde quiera que esté instalada, una radio con bastante potencia, es capaz de
captar programas transmitidos de cualquier parte del mundo. Nosotros, también,
somos capaces de captar las cosas deseadas cuándo y dónde queramos, cualquiera
que sea la situación en que nos encontremos. Si, decididamente, sintonizamos
nuestra frecuencia mental con el objeto deseado, seguramente ella se concretará,
en mayor o menor proporción, donde quiera que nos encontremos.
Cambiando la frecuencia de nuestra mente, podemos concretar la felicidad sin salir
del ambiente en que nos encontremos. Vamos a suponer que hayamos nacido en
un determinado país donde somos obligados a aceptar algunas costumbres que no
nos agraden: allí, podemos ser tanto infelices, con la mente siempre insatisfecha
como ser felices, armonizándonos con tales costumbres. Y viviendo en esa armonía,
podremos captar la infinita Sabiduría de Dios para mejorar, paulatinamente, las
costumbres del país. Lo que quiero decir es que, si cambiamos la frecuencia de
nuestra mente con la firme decisión de mejorar nuestra vida, será posible concretar
hechos y cosas que deseamos. Hasta para cambiar el dial de frecuencias
necesitamos de la decisión. Sin decisión, no podremos realizar nada. Debemos
tomar la decisión de mantener siempre pensamientos constructivos y optimistas.
La decisión establece la dirección de la mente y nos permite mantener los
pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos dirigidos hacia esa
dirección. Si mantuviéramos la mente dirigida solamente hacia el lado positivo, las
ondas de nuestra mente serán sintonizadas al punto de captar y recibir solamente
cosas buenas.
Pero, para mantener la mente dirigida hacia una dirección, es necesario, también, la
fuerza de voluntad. Y, ¿cómo cultivarla? Así como en cualquier otro tipo de apren-
dizaje, la fuerza de voluntad también se cultiva a través de constantes ejercicios. Es
necesario repetirlos varias veces. Con la lectura repetida de este libro, el lector

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EL LIBRO DE LOS JÓVENES MASAHARU TANIGUCHI

podrá dirigir su mente hacia el lado alegre. La vibración optimista, positiva y


constructiva sintonizará con la sabiduría infinita del Mundo de la Realidad y, por
consiguiente su destino se volverá alegre, positivo y constructivo. Este libro no es
para ser comprendido apenas teóricamente y, después, abandonarlo. Deseo que
sea releído varias veces. Este libro es la expresión de las profundas lecciones que el
autor adquirió a través de todas las experiencias en su vida. Por lo tanto, será de
gran valor para el lector.
Grande es el número de jóvenes que participaron de los seminarios de la Academia
de Entrenamiento Espiritual de Tobitakyu, recibiendo las orientaciones del Dr.
Tokuhisa y de los demás profesores de la Sede Central, encontrando la razón de
vivir y volviendo hacia sus casas con el corazón repleto de felicidad y de sentimiento
de gratitud a sus padres. Lo ideal sería que esa emoción perdurase para siempre.
Entonces, el Dr. Tokuhisa me pidió que publicase una colección de textos cuya
lectura permitiese a esos jóvenes mantener la misma emoción también en sus
respectivos hogares y centros de trabajo. Y yo, en vez de recopilar textos de los
libros ya publicados, decidí escribir nuevos textos, que constituyen los primeros
diecisiete capítulos de este libro. En ellos, expresé la filosofía de la vida y la
psicología del éxito que aprendí y asimilé a través de mis propias experiencias en la
vida. Tengo la seguridad de que esa filosofía de la vida será útil no sólo a los
jóvenes, sino, también, a cualquier persona que pretenda progresar en la vida.
Solamente el último capítulo es constituido de trechos que el Dr. Tokuhisa extrajo
de varias obras mías a fin de ofrecerlos a los participantes de los seminarios en la
Academia.
Deseo que los lectores sigan el camino del progreso infinito y eterno, elevando su
frecuencia mental a través de la lectura de este libro. Este mundo es regido por la
Ley Mental según la cual se atrae las cosas de la misma frecuencia.
Quiero agregar aquí una advertencia en relación a la autenticidad de los fenómenos
espirituales. Los médiums son como los aparatos de radio: a veces, dependiendo del
estado mental, no consiguen recibir los mensajes de los espíritus. Inclusive el

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EL LIBRO DE LOS JÓVENES MASAHARU TANIGUCHI

médium que en otras épocas elogié, podrá sufrir crisis en la manifestación de sus
facultades. Cuando eso sucede, los médiums profesionales, por necesidad de
sobrevivencia y para no perder la confianza, a veces recurren a trucos y engañan al
público. Quien no tiene mucho conocimiento sobre los fenómenos espirituales es
frecuentemente engañado por esos trucos. Como siempre digo, los espíritus que
permanecen en la superficie de la tierra son, generalmente, menos sabios que los
encarnados dotados de gran sabiduría, razón por la cual muchas personas son
llevadas a la confusión, en vez de recibir una orientación que sirva para la elevación
espiritual.
No debemos envolvernos en fenómenos espirituales más de lo necesario, para
comprender que el espíritu continúa existiendo después de la muerte carnal. Por
ejemplo, la curiosidad por ver flotar objetos en la oscuridad, es la misma de quien
aprecia un espectáculo de magia. Las sesiones de ese género no deben ser
frecuentadas por quien está atareado con trabajos de amor a la humanidad. Quien
se interesa por las profecías de esos espíritus, se desvía del camino. Un espíritu
llamado Agashá, famoso por el alto índice de aciertos en sus profecías, dijo lo
siguiente: "Hacemos profecías a fin de despertar a las personas hacia el sublime
hecho de que por detrás del mundo material existe el mundo de la mente, y no para
que alguien obtenga ventajas actuando en función de la profecía". Si vivimos en el
mundo presente, es porque tenemos una misión que cumplir en este mundo. La
adquisición de conocimientos detallados sobre el mundo de los espíritus, podemos
dejarla para después de nuestra desencarnación. Debemos, ser fieles, al ahora que
nos es concedido y no dejar a la mente arrastrarse por las cosas del mundo de los
espíritus. Si buscamos en el mundo de los espíritus las orientaciones para todo lo
que realizamos, acabaremos volviéndonos esclavos. En el interior del hombre está
presente Dios, y Su mensaje se manifiesta como "voz de la conciencia". El hombre
debe actuar con más autonomía, siguiendo la voz de la conciencia. Es necesario,
cautela con aquellos que revelan doble personalidad y dicen transmitir mensajes de
Dios. Principalmente, los jóvenes, que tienen poca experiencia en la vida, deben ser

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EL LIBRO DE LOS JÓVENES MASAHARU TANIGUCHI

prudentes, observando la enseñanza de que "Dios no se incorpora en médiums".


El autor.

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INDICE
NOTA DEL DIGITALIZADOR ………………………………………………………………………………… 05
PREFACIO ………………………………………………………………………………………………………… 07
INTRODUCCION
EL IDEAL QUE SE ALOJA EN NOSOTROS …………………………………………………………….. 15
CAPITULO I
IDEALICE UN SUEÑO ………………………………………………………………………………………… 22
CAPITULO II
DESTRUYA EL PUENTE QUE ACABA DE ATRAVESAR ………………………………………… 26
CAPITULO III
EJERCITEN EL "PODER DE LA PALABRA" …………………………………………………………… 34
CAPITULO IV
DEN SIEMPRE AMOR Y BONDAD A SUS SEMEJANTES ……………………………………… 42
CAPITULO V
LA FUERZA ESPIRITUAL QUE SE DESARROLLA ENFRENTANDO LAS DIFICULTADES 46
CAPITULO VI
PROGRESE INFINITAMENTE ……………………………………………………………………………… 50
CAPITULO VII
SEA UNA PERSONA AUTENTICA Y ORIGINAL …………………………………………………… 57
CAPITULO VIII
SOBRE EL VALOR Y EL PODER ATRACTIVO DEL BUEN CARÁCTER ……………………… 63
CAPITULO IX
VENCE AQUEL QUE NO TEME LOS PELIGROS …………………………………………………… 71
CAPITULO X
VIVA CON EL CORAZON REPLETO DE GRATITUD A TODAS LAS COSAS ……………… 79
CAPITULO XI
EL VALOR INESTIMABLE DE LOS BUENOS AMIGOS …………………………………………… 82
CAPITULO XII
SOBRE LAS VIRTUDES DE LA AMABILIDAD Y DE LA PERSISTENCIA …………………… 90

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CAPITULO XIII
LA FUERZA QUE LAS DIFICULTADES HACEN NACER EN NOSOTROS ………………… 100
CAPITULO XIV
SEAN JOVENES DECIDIDOS ……………………………………………………………………………… 106
CAPITULO XV
GOBIERNE UD. MISMO SU "REINO MENTAL" ………………………………………………… 119
CAPITULO XVI
PONGA EN PRACTICA AQUELLO QUE DISEÑO EN LA MENTE………………………….. 126
CAPITULO XVII
LA CONCIENTIZACION QUE HACE EXTERIORIZAR LA CAPACIDAD ILIMITADA DEL
HOMBRE ………………………………………………………………………………………………………. 150
CAPITULO XVIII
FRAGMENTOS ESCOGIDOS PARA JOVENES ……………………………………………………. 168
FIN ……………………………………………………………………………………………………….………. 189

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INTRODUCCION
EL IDEAL QUE SE ALOJA EN NOSOTROS

Toda vegetación se desarrolla y crece en dirección a la luz porque en ella está


presente la energía de la Vida. Oponiéndose a la fuerza de gravedad de la Tierra,
que trata de mantenerla en el suelo, la fuerza de la Vida hace que la vegetación
crezca incesantemente hacia arriba. La materia, a través de la fuerza de gravedad,
atrae a las plantas hacia abajo, tratando de impedir su crecimiento hacia arriba.
Pero, la "energía de la Vida" es más fuerte que la fuerza física que trata de atraerla
hacia abajo y mantenerla estacionaria. La Vida, resistiendo a la ley física de la
gravedad, hace que la materia suba, cada vez más, en dirección al cielo y la
transforma por el poder de la Idea. Todos los seres vivos, mientras la Vida
permanece en ellos, tienden a crecer y desarrollarse. Y entre todas las criaturas, el
hombre como suprema auto-realización de Dios, es el que más alto grado de
desarrollo busca alcanzar.
El crecimiento del hombre no es solamente físico. Cuando quiere alcanzar el cielo a
través de la materia, el hombre fracasa completamente, como lo demuestra el
ejemplo de la Torre de Babel, sumariamente destruida por Dios. El hombre debe
trascender la materia y elevarse espiritualmente. Solamente la elevación espiritual
es la verdadera elevación del hombre. En nuestro interior, está alojado el "ideal
perfecto" que viene de Dios, y ese "ideal" nos susurra constantemente: "Sé noble;
sé puro; sé justo; sé grandioso". El crecimiento físico, en volumen y altura,
pertenece al mundo animal y vegetal. El hombre debe oír el susurro del "ideal
perfecto" que habita en su interior y elevarse bien alto espiritualmente,
trascendiendo la materia, trascendiendo el cuerpo. El verdadero hombre no
(pertenece al reino que existe en la faz de la Tierra. No importan las críticas ni los
elogios que salen de la boca de las personas pertenecientes al reino terrestre; no
importa el juicio de la multitud que pertenece a la tierra, ni el juicio que se altera

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conforme a las rápidas transformaciones ideológicas a través de los tiempos. Ellos
son insignificantes, comparados con el juicio del "ideal perfecto" que se aloja en
cada uno de nosotros. Podemos sentir la verdadera alegría de vivir, solamente
cuando actuamos de acuerdo con el "ideal perfecto" que se aloja en nosotros y nos
volvemos dignos de sus elogios.
Si ha hecho cosas que le pesan en su conciencia según el juicio del "ideal perfecto"
que se aloja en su interior; y sin embargo, goza de mucha popularidad, ocupa una
alta posición social, o nada en un mar de dinero, no tardará en oír una voz venida
del fondo de su alma, censurando su "falsedad" y esa será la voz del "ideal perfecto"
que habita dentro de Ud. Cuando eso ocurra, con seguridad existirá en el fondo de
su alma un punto sombrío y triste. Esa sombra indica cuánto el alma se inclinó ante
la materia. Siendo así, por más numerosos que sean sus bienes materiales; si ellos
proyectan sombras oscuras en su alma, la vida que se aloja en Ud. sufre la derrota
en esa misma proporción. La Vida debe escoger entre trascender la materia o
inclinarse ante ella. Cuando nuestra Vida se inclina ante la materia, la cantidad de
bienes materiales que acumulamos - por mayor que sea - pasa a ser sólo la prueba
de nuestra derrota espiritual.
En tales ocasiones, nuestro "ideal interno" nos hablará fuerte como el trueno y nos
recriminará: ¡Tú eres un gran fracaso! Lo que conseguiste hasta hoy no es "vida" y
no pasa de un gran amontonado de cosas muertas. Cuando escuchamos esa
sentencia proferida por el "Alma", no podemos dejar de reconocer nuestra propia
derrota, aunque en el mundo de las formas estemos siendo centros de elogios del
pueblo y de palabras halagadoras de las personas que nos rodean. Sentimos,
entonces, que cometimos una gran estupidez; que manchamos nuestra alma,
cuando podíamos haberla perfeccionado y que nos volvimos esclavos de la materia,
en vez de dominarla.
No existe ninguna alquimia secreta que haga exteriorizar el valor del hombre. La
única manera de exteriorizar el valor de nuestra alma consiste, simplemente, en
escuchar el clamor del "ideal perfecto" que se aloja en nosotros y seguir adelante,

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conforme a su orientación. El juicio del mundo está sujeto a engaños. Este mundo
que hoy concede la máxima gloria a un hombre, mañana podrá declararle la
sentencia de muerte. Por lo tanto, no debemos dejarnos engañar por los padrones
creados por los hombres, sino escuchar el juicio formulado por nuestro propio
"ideal interno".
El juicio del "ideal interno" es inalterable desde el principio hasta el fin y jamás
arroja hoy al infierno a la misma persona a quien elogió antes, ni jamás elogia hoy
un acto que él condenó antes. El bien es siempre bien y el mal es siempre mal.
Aquellos que siguen la orientación del "ideal interno" jamás caen en la ilusión. Por
muchas que sean las adversidades, por mayores que sean los fracasos aparentes; si
continúa viviendo su noble ideal, manteniendo firme su sentido de justicia y no
pierde la pureza del alma, con seguridad, su "ideal interno" lo elogiará diciendo:
"¡Mi hijo, tú venciste, eres un gran hombre!". Jamás debe traicionar esa confianza.
Este mundo podrá coronarlo con gloria o tratarlo con desprecio, dependiendo de
los bienes materiales que posea. Pero, acuérdese de que el verdadero valor del
hombre no está en lo que "posee", sino en lo que "él es". Usted necesita situar su
ideal de la vida "en aquello que desea ser", y no "en aquello que desea poseer".
Las "posesiones" no son "Usted mismo". No pasan de ser sus accesorios. Por más
que los accesorios sean lujosos y atrayentes, no ennoblecen al hombre, ni
aumentan su valor. ¿De qué valdría el bonito papel de envoltura o la magnífica caja
de joyas, si los diamantes contenidos en ellos, fuesen falsos? Las personas que no
poseen nada además de fama y riqueza son como las piedras falsas colocadas en
una lujosa caja de joyas. En vez de preocuparnos sólo con la "caja de joyas",
debemos cuidar para que nuestro "diamante" (nuestra alma) sea verdadero. El alma
humana detesta impurezas y manchas. Cuando nuestra alma esté a punto de ser
manchada, seguramente sentiremos algo en nuestro interior que nos transmitirá
una especie de inquietud. Esa sensación de intranquilidad es el "susurro" de nuestra
alma, que nos advierte: "Hay algo de errado en lo que estás haciendo". Mientras,
escuchemos ese "susurro" de nuestro "ideal interno", debemos corregir

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inmediatamente nuestro error. Cuando sentimos una especie de inquietud o
agitación de la mente, debemos examinarnos para descubrir lo que está mal y
corregir la falla.
No debemos intentar acallar el "susurro" que viene del interior de nosotros mismos.
Si se sienten inquietos, es porque en sus pensamientos o acciones debe existir algo
equivocado que su "ideal interno" no aprueba. De la misma forma, la brújula indica
la dirección correcta a ser tomada por el navío, nuestro "ideal interno", como el
más perfecto de los guías, nos muestra el camino correcto que debemos seguir. Las
agitaciones de nuestro interior son como tempestades. Un navío que se agita en
medio de la tempestad, sin seguir el rumbo indicado por la brújula, fatalmente será
destrozado por la violencia de las olas. No seamos como ese navío. Cuando
hayamos perdido la tranquilidad de nuestros corazones, debemos reservar un
momento para meditar, hacer un auto-análisis y saber en qué punto erramos.
Después de esta meditación, debemos cambiar el rumbo de nuestros pensamientos
hacia un objetivo correcto, aquel que nuestro "ideal interno" nos indica.
Ustedes deben ser fieles a su "ideal interno" y escucharlo con docilidad. Realizando
su "ideal interno", estarán siendo auténticos. Acallar el deseo de su "ideal interno"
sería lo mismo que matar a su "yo verdadero". Para "vivir realmente", tienen que
vivenciar su "ideal interno". Aún, las cuestiones de menos importancia no deben ser
colocadas lejos del "ideal interno". Así como deben evitar herirse el rostro aunque
sea levemente, deben evitar cualquier ofensa contra el "ideal interno". Además,
deben preservar el "ideal interno" con mucho más cuidado, pues él, constituye su
propia alma.
Queridos amigos, no disminuyan su propio valor. ¿No creen que sería una pena
ponerse un rótulo con un valor inferior al que realmente poseen como dignos hijos
de Dios que son? No deben hacer eso, pues sería lo mismo que vender un fino
tejido de pura lana al precio de un tejido sintético de calidad muy inferior. Expresen
sin reservas en toda su pureza el "ideal interno de hijo de Dios" que existe dentro
de ustedes. De este modo, podrán sentir realmente la alegría de vivir.

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¿Qué es en realidad la "alegría de vivir"? Es la sensación agradable que se tiene
cuando su "ideal interno" aprueba totalmente y elogia sus pensamientos y actos.
Aunque sufran pérdidas materiales, continuarán sintiendo la "alegría de vivir", si no
desmerecen el elogio de su "ideal interno". En este mundo de las formas, pueden
vivir en una lujosa mansión o vivir en un modesto cuarto de pensión familiar;
pueden ser millonarios o ser sólo un "Don nadie"; pueden ostentar ropas de las más
finas o cubrirse con andrajos; pero, todo eso son cosas efímeras que terminan y no
son "ustedes mismos"; son cosas que forman sólo su "aspecto externo". ¿De qué
sirve tener un "aspecto externo" maravilloso, si la parte interna está corrompida?
Las personas realmente ricas son aquellas que manifiestan su "ideal interno" en
todo su esplendor.
Cuan numerosas son las personas que obtienen para sí fabulosas fortunas,
suntuosos palacios y elevadas posiciones sociales, a costa del sacrificio de su "ideal
interno". Pero todo eso no pasa de un falso esplendor que tarde o temprano se
desvanecerá. No deben perseguir cosas tan efímeras. Busquen dentro de sí el Reino
de Dios y su justicia, y concreticen su "ideal interno", pues en eso consiste la
verdadera y eterna gloria del hombre, hijo de Dios.
El mundo de esplendor construido sobre cosas ilusorias termina desmoronándose
algún día y entonces se revelará todo su humilde aspecto, de la misma forma que
un castillo edificado sobre la arena se desmorona y queda reducido a escombros, al
recibir el impacto del viento y de las olas. Aunque miles de personas los elogien,
Uds. no serán verdaderamente gloriosos si no son dignos de su "ideal interno". Por
el contrario, aunque sean criticados por miles de personas, habrán conquistado la
corona de la victoria en el mundo espiritual, si son merecedores de elogios por
parte del "ideal interno". Entonces, el alma se llenará de verdadera felicidad,
serenidad, paz y satisfacción; y aunque a su alrededor soplen los vientos y se
enfurezcan las olas, jamás perderán la paz y la alegría que existen en su interior.
Tal vez, consigan alcanzar grandes éxitos usando la astucia, recurriendo a golpes
bajos y preparando ardides. Pero, ¿de qué sirve eso, si su "ideal interno" no

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aprueba ni elogia tales éxitos, y su alma permanece en constante sobresalto como
un reo ante el "tribunal de la conciencia"? Reflexionen: Si podemos alcanzar un
éxito relativo hasta aún a través de actos fraudulentos, trampas y golpes sucios,
sería inconcebible que no lo alcanzáramos a través de la orientación correcta de
nuestro "ideal interno". Un éxito temporario, tal vez pueda ser alcanzado a costa de
actos reprochables. Pero el verdadero y definitivo éxito sólo puede ser conseguido a
través de procedimientos que merezcan la aprobación y el elogio del "ideal
interno". Esto ocurre, porque el "ideal interno" posee naturaleza divina, que es
común a toda la humanidad, y así las obras que merecen el elogio de nuestro propio
"ideal interno" son también merecedoras del elogio del "ideal interno" de toda la
humanidad, e infaliblemente serán recibidos con agrado por todas las personas.
Para aumentar el brillo de nuestro "ideal interno", es necesario poseer buenos
amigos. Necesitamos, también, leer buenos libros y absorber la benéfica
"atmósfera" que emana de ellos. El carácter de las personas con quienes nos
relacionamos ejerce influencia sobre nosotros; y su "atmósfera" nos contagia. Por
eso, les digo: Es mejor vivir solo dedicándonos a la lectura de buenos libros y
absorbiendo la benéfica "atmósfera" emanada de las sabias palabras, que andar en
compañía de malos amigos. De la misma forma, que el camaleón toma el color de
los elementos que existen a su alrededor, también el hombre recibe las influencias
del medio en que vive. Así como el camaleón se presenta verde cuando está sobre
una hoja, colorado cuando está sobre un monte de tierra roja, o con pequeñas
manchas cuando está sobre un bloque de granito; también el hombre recibe
influencia de los colores del ambiente en que vive. Si vivimos entre los que negocian
en el mercado negro, encontraremos que esa actividad es muy normal; si
convivimos con personas viciadas por el juego, terminaremos por creer que el juego
no es ningún crimen. Esto ocurre porque en tales circunstancias, nuestro "ideal
interno" está envuelto por la "atmósfera" de los que nos rodean, y no está
emitiendo su brillo real. Por lo tanto, debemos reflexionar siempre, examinar el
"espejo" de nuestro "ideal interno" y mantenerlo libre de cualquier mancha.

20
Seguramente, llegará el día en que el carácter de Uds. influirá más fuerte que la
ropa que usan, que la fortuna que poseen o que la posición social que ocupan.
Sentirán el reflejo de su propio carácter en todos los lugares, así como escuchan los
ecos de su voz cuando gritan en dirección a un valle. Si ansían un ambiente
agradable y desean vivir felices como en el Paraíso, rodeados de buenas personas,
es fundamental ante todo, velar por su "ideal interno" para que no se vuelva
nublado y vivir su día a día iluminados por la luz de ese ideal.

21
CAPITULO I
IDEALICE UN SUEÑO

¡Jóvenes, sueñen!
Todo lo que de valor existe en este mundo partió de la mente de aquellos que
soñaron con coraje. Si excluyésemos de la historia de la humanidad el sueño, no
tendríamos la cultura que tenemos actualmente. En realidad, solamente los
soñadores son los que alcanzan los puestos de vanguardia de la cultura humana.
Aquellos que consiguieron desenmarañar la mata a su paso, aplanar los obstáculos,
transformar las dificultades en felicidad, fueron todos soñadores. Los soñadores, en
todas las generaciones, guiaron a la humanidad y construyeron la cultura de hoy.
Podemos decir, que la cultura actual es la suma total de las conquistas de aquellos
soñadores.
¡Jóvenes, es necesario soñar!
Evidentemente, los adultos y los ancianos consiguen también gracias a como
rejuvenecer, aumentar la capacidad de progreso y hacer renacer un nuevo fervor
espiritual en la senda de la vida ya cansada, debido a la idealización de los sueños. El
mundo habría sido un lugar insoportable si, viviendo en un mundo estrecho,
incómodo y lleno de limitaciones como éste, no tuviésemos la posibilidad de
idealizar en nuestra mente un mundo amplio, libre e ilimitado. Sin embargo, los
soñadores no ven las limitaciones presentes, no ven las incomodidades presentes
sino que transponiendo las incomodidades actuales, con las alas libres de la
imaginación, sueñan un mundo futuro libre y lleno de alegría.
No son solamente los artistas, los músicos y los poetas que necesitan soñar. Todos
aquellos que van a ser líderes en cualquier emprendimiento nuevo deben tener la
capacidad de soñar. Los sueños son necesarios también a los industriales, a los
comerciantes, a los políticos y a los reformadores sociales. Si no hubiese la
idealización del nuevo mundo ideal en nuestra mente, no habría ningún progreso

22
en este mundo.
La invención del avión se volvió realidad, gracias al hecho de que alguien soñó la
posibilidad de que el hombre podría volar en los cielos como las aves. También, la
invención del telégrafo sin cable y de la radio se hizo realidad gracias al hecho de
que alguien soñó que sería posible oír, como si fuese magia, la voz de personas que
estuviesen a distancia. Singer, soñó que sería posible coser sin mover las manos y,
finalmente, cuando aquel sueño se realizó, nació la máquina de coser. El sueño es la
fuerza motriz que, transponiendo todas las limitaciones cronológicas y espaciales,
permite la realización de la capacidad infinita.
Si no existiera en el hombre el sueño, probablemente no existiría todo lo bello que
existe en este mundo. Tanto "Fausto" de Goethe como "Hamlet" y "Rey Lear" de
Shakespeare no habrían entrado para la existencia de este mundo, si no existiese en
ellos la capacidad de soñar. Ni las bellas artes de un Rafael, de un Miguel Ángel, de
un Leonardo da Vinci habrían existido en este mundo si ellos no hubiesen tenido la
capacidad de soñar.
El sueño trasciende la realidad y, aunque se aprisione a sus idealistas con paredes
de hierro, permite que ellos ultrapasen esas barreras. Sea cual fuera la dificultad, la
prueba, la desgracia o el ambiente de adversidad; nada de eso constituye un
obstáculo para aquellos que sueñan. Si el hombre no tuviese la capacidad de soñar,
no podría haber un progreso cultural y la humanidad hubiera sucumbido ante los
animales, porque el hombre es más débil que las fieras desde el punto de vista de la
fuerza física. Y este mundo, probablemente, se hubiera transformado en un mundo
dominado por fieras y serpientes venenosas.
¡Jóvenes, idealicen, ahora sus sueños!
Por mayor que sea la miseria en que se encuentren en este momento, en el mundo
del sueño ya son ricos. Por más infelices que sean en este momento, en el mundo
del sueño ya son felices. Si logran comprender, en este momento, que todo es
creado por la mente, ya habrán abandonado la infeliz situación de pobreza y habrán
nacido ricos y felices en un nuevo mundo.

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Cristo dijo: "Sea hecho conforme tu fe". Si tuviesen siempre en mente un sueño y
fuesen capaces de creer verdaderamente en la concretización del mismo, ya son mi-
llonarios, aun cuando aparentemente sean paupérrimos operarios de una fábrica.
Sin embargo, tener sólo una idea sobre un sueño constituye solamente un acto de
auto consolación y no permite la germinación de un buen fruto. Para que el sueño
idealizado se vuelva realidad, es necesario que tengan una decisión firme en
relación al sueño. Es fundamental, que tengan la siguiente decisión: Decido que
realizaré esto e infaliblemente esto se concretizará. Después de esta decisión, son
indispensables un coraje inquebrantable y una perseverancia para conseguir la
concretización total de ese objetivo. Lo que va a decidir si un sueño será
simplemente un devaneo, o un sueño que se concretizará, es la existencia o no de la
decisión de actuar, del coraje inquebrantable y de la tenacidad para no interrumpir
el esfuerzo hasta que se logre totalmente el objetivo.
Si la persona no tiene un coraje inquebrantable y una tenacidad para perseverar en
el esfuerzo, el sueño acabará siendo un desperdicio de tiempo, un absurdo como la
construcción de un castillo en el aire. Además de eso, tal persona terminará
cayendo en un estado anormal de sonambulismo, como si fuese un portador de
desórdenes mentales vagando en un mundo de hadas.
Nuestro carácter será más vigoroso y nuestra seguridad creadora aumentará en
proporción directa al esfuerzo que realicemos buscando hacer realidad el sueño. No
el simple sueño, sino aquél que se concretiza, es que debe ser llamado de
inspiración.
Un individuo, portador de desorden mental también sueña; pero su sueño es como
una fantasía sin nexo, i-maginada por un drogadicto en estado de narcosis siendo
concebido en la ociosidad, sin ningún tipo de planeamiento, esfuerzo o decisión
para convertirlo en realidad. Un sueño de esa naturaleza no es un sueño que deba
ocupar la mente de quien desea ser un gran hombre. No permitan que el sueño
termine como un simple sueño. Idealicen sueños que realmente se realicen. Para
ello, es fundamental que su sueño se una a la Sabiduría de Dios. Por eso, siempre

24
recomiendo: "No descuiden la Oración Meditativa Shinsokan".
"La Sabiduría de Dios fluye hacia mi interior y hace que yo idealice el sueño más
adecuado. La Sabiduría de Dios me indica todos los planes necesarios para la
concretización de este sueño. Dios me dará sin falta, el coraje inquebrantable y los
recursos necesarios para concretizar el sueño". Mentalizando siempre esta oración,
infaliblemente descenderá a su mente cuando menos lo espera, el sueño más
adecuado y propicio a ser realizado. Aparecerán, también, los colaboradores y serán
atraídos naturalmente tanto el material como el capital necesario para la realización
del sueño. Esto ocurre porque Dios es la fuente inagotable de la provisión.
Ya que van a soñar, su sueño deberá ser grandioso. Las cosas pequeñas no atraen a
las personas. Grandeza -esto sí, es lo que atrae fuertemente a los hombres.
Idealicen, queridos jóvenes, grandes sueños. Los sueños pequeños, al contrario de
lo que se piensa, poseen pequeña posibilidad de realizarse. Después de idealizado el
sueño, es fundamental que se esfuercen, paso a paso, para realizar este sueño.

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CAPITULO II
DESTRUYA EL PUENTE QUE ACABA DE ATRAVESAR

Nosotros mismos debemos crear nuestras oportunidades

Una vez idealizados en nuestro corazón el sueño y la esperanza, debemos


empeñarnos de cuerpo y alma para su concretización. Sea cual sea, el
emprendimiento, cuando no concentramos nuestra atención en aquello que nos
proponemos realizar, nuestra energía se va dispersando y, consecuentemente, no
podemos demostrar nuestra capacidad total. Una vez tomada la decisión de realizar
una cosa, no debemos dejar preparada una opción que nos lleve a desistir del
objetivo inicial aun cuando comiencen a surgir obstáculos. Es necesario, que
"cortemos" deliberadamente el camino de regreso y los caminos secundarios, de
modo que no podamos hacer otra cosa sino avanzar siempre sin desviar nuestra
atención en cosas innecesarias. "Yo quiero realizar esto, y lo conseguiré cueste lo
que cueste; o ¡victoria o muerte!" - así de fuerte debe ser nuestra decisión. La
Historia nos presenta el siguiente episodio: Cuando el ejército de Alejandro Magno
proseguía su marcha de conquistas, uno de los oficiales le dijo al gran Rey:
— Si tenemos suerte tomaremos la próxima ciudad. Alejandro Magno lo
reprendió, diciendo:
— ¿Qué entiendes por "suerte"? ¿Piensas que la "suerte" o las
"oportunidades" caen del cielo? Debes saber que la "suerte" o las "oportunidades"
son cosas que nosotros mismos creamos, dónde y cuando queramos.
Quiero que sepan que cité este episodio, no para exaltar las conquistas bélicas de
Alejandro Magno, sino para explicar lo que es la "oportunidad". También en esta
vida, alcanzan la verdadera victoria solamente aquellos que son capaces de "crear
oportunidades" dónde y cómo ellos deseen.
¿Qué debemos hacer para crear nosotros mismos las "oportunidades"? Lo esencial,

26
es que consideremos como "oportunidad" todo lo que hay o sucede alrededor
nuestro e ir a su encuentro voluntariamente. Si vivimos huyendo de toda y
cualquier dificultad, y buscamos sólo las facilidades, jamás podremos crear
oportunidades para nosotros mismos. Si la vida que estamos llevando ahora es
demasiado fácil, debemos levantarnos con ánimo y coraje suficiente para
aventurarnos, voluntariamente, en el complejo mundo que nos rodea, sin
considerar como dificultades los diversos problemas que se presentan delante de
nosotros. Jamás debemos tomar una actitud semejante a la de un ermitaño,
diciéndonos: "Yo soy una persona que se siente mejor viviendo en una silenciosa
meditación en un lugar tranquilo, lejos de las personas". Cuando se vive en un
ambiente que ofrece demasiadas facilidades, el hombre no puede manifestar toda
su capacidad. Como todos saben, mientras practicamos natación en aguas poco
profundas, no aprenderemos a nadar de verdad. Solamente, cuando caemos en
aguas más profundas y nos vemos en una situación desesperante sin tener a nadie
cerca para salvarnos, es que podremos manifestar toda la capacidad que existe en
nosotros.
Marshall Field, que en su tiempo fue considerado el "Rey del Comercio", comenzó
trabajando como empleado de la Tienda de departamentos Deacon Davis, en la
ciudad de Pittsfield, estado de Massachusetts. Si hubiese continuado con esa vida
tranquila, que no ofrecía ninguna dificultad, jamás habría progresado al punto de
ser llamado "el Rey del comercio". Sin embargo, no satisfaciéndose con la situación,
y renunciando a la tienda de departamentos Deacon Davis, partió hacia Chicago, en
busca de nuevos horizontes. Llegando allá, vio de cerca la vida laboriosa de muchos
jóvenes pobres que, lanzándose al frente de la "batalla de la vida", enfrentaban
muchos sufrimientos y dificultades. Viéndolos, Field se dijo a sí mismo: "¿Cómo
puedo llevar esta vida tranquila, si aquellos jóvenes, casi niños, se esfuerzan tanto
para vencer?" Y tomó la decisión, o en otras palabras, pasó a alimentar nuevos y
grandes sueños. Sin duda, Marshall Field ya traía dentro de sí un don natural para el
comercio, tanto así que no se satisfizo con la posición de simple empleado de la

27
Tienda de departamentos Deacon Davis. Pero, si él no hubiese tomado la iniciativa
de dejar ese empleo y aventurarse en un nuevo ambiente, no habría tenido la
oportunidad de exteriorizar su capacidad real. Podemos decir que él creó una nueva
oportunidad para sí mismo, al dejar por su propia voluntad, el empleo en la Tienda
de departamentos Deacon Davis. En suma, Marshall Field creó por sí mismo la
oportunidad que lo llevaría al suceso, más tarde. No fue la oportunidad que vino a
golpear su puerta para convertirlo en "Rey del Comercio".
Logran crear oportunidades para sí mismos, solamente aquellos que no pasan horas
inútiles en una vida de excesivas facilidades y poseen el valor suficiente para ir al
encuentro de las dificultades por su propia voluntad. Si comparamos al hombre con
una espada, podemos decir que solamente aquellos que aceptan ser lanzados en el
"horno" pueden ser "forjados" y convertirse en "obras maestras". Acostumbramos
pensar, que las dificultades son obstáculos para nuestro progreso; pero, en verdad,
son estímulos para lograr un mayor perfeccionamiento. Hay muchas personas que,
aun dotadas de grandes talentos, no consiguen exteriorizar ese brillo interno
porque siempre evitan las dificultades, el "fuego del horno" o la "aspereza del es-
meril".
Por más talentosa que sea una persona, no podrá manifestar sus dones
maravillosos si vive rodeada de excesivas facilidades y muchos mimos, pues eso
hace que se debilite su capacidad y se pierdan todas sus energías. Solamente
cuando pasamos por el "horno de las dificultades", es que nuestros sueños se
transforman en una enorme "fuerza realizadora". Si viviésemos solamente en un
lugar donde hubiese demasiadas facilidades, y donde pudiésemos llevar una
existencia "sin hacer absolutamente nada", no podríamos manifestar la "capacidad
de hacer todas las cosas" - aun cuando seamos dueños de tal capacidad. Esto es
lógico porque, en esas circunstancias, "no habría necesidad de hacer nada". R.W.
Emerson dijo, cierta vez: "Yo busco sobre todo, personas que me den oportunidad
de usar plenamente mi capacidad". Realmente, si una persona posee una gran
capacidad; pero no encuentra a nadie que le dé oportunidad para usarla, será igual

28
que poseer un tesoro y no poder sacar ningún provecho de él. Cabe aquí la
siguiente pregunta: "¿Debemos esperar hasta que alguien aparezca y nos dé la
oportunidad de hacer algo?". La respuesta es "no". Así como Marshall Field,
debemos rechazar por iniciativa propia, la vida excesivamente placentera y crear
nuevas circunstancias en las cuales podamos exteriorizar cada vez más nuestra
capacidad. Tanto las oportunidades para manifestar el 100% de nuestra capacidad,
como los ambientes propicios para eso, deben ser creados por nosotros mismos.
"Nosotros somos los que debemos crear nuestras oportunidades" - éste debe ser el
lema de las personas que quieren alcanzar el éxito en todos sus emprendimientos.
Si Uds. creen que las circunstancias actuales no favorecen la manifestación total de
sus capacidades, es aconsejable que partan en busca de nuevos horizontes, o, si
deciden quedarse, crear ahí mismo una situación en la cual puedan extraer de sí
todas las fuerzas que poseen. Muchas personas piensan: "Cuanto más fácil, mejor",
"Cuanto menos trabajo, mejor", "Cuanto menos responsabilidades, mejor", etc., y
buscan quedarse en una situación en la que no necesiten emplear el máximo de sus
capacidades. Por eso, no consiguen manifestar el 50%, el 20%, ni el 10% de las
capacidades de que son dotadas. En resumen, terminan desperdiciando
prácticamente toda su capacidad, sin aprovechar casi nada.
Por lo tanto, es necesario que nos coloquemos voluntariamente en situaciones
difíciles, en las que tengamos que extraer hasta la última "parte" de nuestra
capacidad. Esto no tiene nada que ver con el "culto al sufrimiento"; en el cual, sus
seguidores consideran un placer "desesperarse, desanimarse y entregarse al
sufrimiento, ante las desgracias e infelicidades". Ellos difieren por completo de
aquellos que buscan voluntariamente las dificultades con el propósito de extraer el
máximo de capacidad del cual están dotados. Esta última busca todas las
condiciones necesarias para alcanzar su verdadero objetivo, que es el
perfeccionamiento máximo de su capacidad. De este modo, su corazón está
siempre lleno de esperanza y valor, y en él no hay lugar para el desánimo o la
desesperación, ni siquiera para el tonto sentimiento de autocompasión.

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Es famoso aquel pasaje de la Historia en que Julio César, después de atravesar el
estrecho actualmente llamado Dover conduciendo su ejército, mandó a incendiar
todos los navíos, eliminando así la única "vía de retirada" que tenía, colocándose a
sí mismo y a todo su ejército en una situación en la cual retroceder sería de hecho la
muerte. Por lo tanto, debían avanzar con la firme determinación: o ¡Victoria o
muerte!
También en la jornada de la vida, aquellos que desean exteriorizar plenamente la
fuerza infinita que existe dentro de sí, necesitan tener el valor de colocarse
deliberadamente en situaciones difíciles como la de aquel ejército de Julio César.
Quien vive cobardemente, teniendo siempre un "camino para huir" y pensando en
"desistir del emprendimiento si las cosas no salen bien", no conseguirán exteriorizar
ni el 20% de su capacidad. Solamente cuando es colocado en una posición de
verdadera responsabilidad, en una situación que dependerá únicamente de él, el
éxito del emprendimiento; es que el hombre consigue exteriorizar la poderosa
fuerza que existe en él. Por mayor que sea el poder explosivo de una bala de cañón,
ésta no puede mostrar su gran fuerza en estado de inacción. Solamente, cuando es
"empujada" dentro del estrecho tubo del cañón, donde no puede hacer otra cosa
sino avanzar, es que ella puede alcanzar un objetivo distante y manifestar
plenamente su poder explosivo. La capacidad que Uds. poseen es como el poder
explosivo de la bala del cañón: cuando la situación es de extrema dificultad, y la
única alternativa es seguir adelante traspasando los obstáculos, es que pueden
manifestar plenamente su capacidad. Todas las personas están dotadas de una gran
capacidad. Pero, desafortunadamente, la mayoría pierde la oportunidad de
exteriorizar su maravilloso don y se juzga "mediocre", porque nunca estuvo en
situaciones realmente difíciles que propiciasen la exteriorización de toda su
capacidad, ni ocupó posiciones de grandes responsabilidades.
Estudiando la historia de la Humanidad, podemos notar que muchos de los grandes
personajes surgieron justamente en las épocas más turbulentas. El hecho de no
aparecer grandes hombres en los períodos de paz y tranquilidad, no significa la

30
inexistencia de grandes hombres en tales épocas. Ellos existieron, pero no
encontraron la "ocasión propicia" para exteriorizar plenamente sus capacidades
como grandes hombres. La necesidad crea grandes hombres, crea genios. También,
en relación a los grandes descubrimientos científicos podemos constatar que en 10
años de una época de dificultades, la cantidad y la calidad de los inventos fueron
superiores a aquellos aparecidos en 100 años de excesiva tranquilidad. Eso muestra
cuánto ayudan las dificultades al hombre en la exteriorización de su verdadera
capacidad.
Por lo tanto, queridos lectores, nunca retrocedan ante las dificultades, ni huyan de
las más pesadas responsabilidades. Las personas que se proponen, decididamente,
a transponer todas las dificultades; que no tienen miedo de tomar sobre sí las
mayores responsabilidades; que se mantienen firmes en su determinación: o
¡Victoria o muerte!; que eliminan todas las vías de retroceso y prosiguen
empeñando al máximo sus fuerzas en todas las ocasiones - éstas sí, son personas
que terminarán manifestando plenamente la gran capacidad de la cual son dotadas.
Hay muchas personas que, justamente, por vivir en ambientes de excesivas
facilidades y conseguir todo -¡in hacer esfuerzos, son infelices. Esto ocurre porque, a
pesar de estar bien dotadas, no descubren oportunidades para manifestar
plenamente sus capacidades.
Cuando una señora de carácter delicado y cuerpo frágil queda viuda, con varios
hijos para criar y completamente sin recursos, nosotros sentimos sensibilidad y nos
preocupamos con su destino. Pero, sorprendentemente, ella consigue de algún
modo sobrevivir. Esa fuerza de "soportar todas las dificultades" está presente en
cualquier persona, aun en las situaciones más difíciles. Y cuanto más frecuentes y
mayores son las dificultades, más aumentará esa fuerza. Si hasta un ratón
encuentra fuerzas para enfrentar al gato cuando ve que no hay forma de huir, ¿de
qué no será capaz el hombre, que no es un simple ratón acorralado, sino un hijo de
Dios que posee una fuerza infinita dentro de sí?
Si contamos siempre con algún medio de huida o con alguien que nos ayude; si

31
pensamos que basta recurrir a otros para salir de las dificultades; o si estamos
acomodados en un ambiente que satisfaga nuestro espíritu de dependencia, jamás
seremos capaces de exteriorizar la totalidad de la gran fuerza que existe en nuestro
interior. Es fundamental, que nos coloquemos voluntariamente, en una posición de
gran responsabilidad, en una situación en que tengamos que resolver con decisión y
coraje los más complejos problemas. No debemos quedar acomodados en la vida
inútil y fácil. Las facilidades entorpecen nuestro espíritu y disminuyen nuestras
capacidades.
Como ya dije, la mayoría de las personas no consiguen exteriorizar toda su
capacidad innata mientras no se encuentre en una posición que exija verdadera
responsabilidad. En muchos casos, los descendientes de una familia millonaria que
tienen muchos criados a su disposición y que viven rodeados de todo tipo de como-
didades, no logran revelar la misma capacidad de aquél que hizo la fortuna inicial
(abuelo, bisabuelo, etc.). Esto ocurre, porque el ambiente donde viven es muy
agradable. Aún sin haberse esforzado, pueden tener todo y llevar una vida fácil,
gracias a la fortuna, a la fama y a la red de negocios legados por su fundador. No
tienen la oportunidad de "extraer" la gran fuerza, la verdadera capacidad que existe
en su interior. Podemos decir que, en este sentido, los descendientes de familias
ricas son personas poco favorecidas.
Por lo tanto, queridos lectores, si no nacieron en un hogar millonario, alégrense por
ello. Uds. no poseen tantos bienes materiales como los millonarios; pero,
justamente por eso, son mucho más favorecidos que ellos con respecto a las
circunstancias necesarias para extraer el máximo de sus capacidades. A través de la
lucha constante contra las dificultades y de los esfuerzos para superarlas, es que
conseguimos aumentar cada vez más nuestra fuerza.
¡Queridos lectores! A partir de este momento, comiencen a vivir con la firme
convicción de tomar para sí, el máximo posible de responsabilidades. Cada
dificultad que eviten significa la "pérdida proporcional" de la oportunidad de
exteriorizar su capacidad. ¿Qué es la dificultad? La dificultad no es un "obstáculo".

32
Considérenla como un "esmeril" que sirve para pulirlos, para hacerlos exteriorizar
su capacidad y, así, aumentar el brillo de su personalidad. Colóquense
voluntariamente en situaciones que los lleven a asumir las mayores
responsabilidades. De este modo, podrán infaliblemente, volverse personas útiles al
mundo, crearán una gran reputación y contribuirán para la salvación de la
humanidad. Solamente, cuando asuman posiciones de gran responsabilidad es que
podrán manifestar plenamente su creatividad, su destreza y su viva inteligencia.
Aquellos que buscan las facilidades pierden sus fuerzas. Pero, aquellos que avanzan
con determinación y voluntariamente asumen las responsabilidades, consiguen
exteriorizar toda su fuerza.

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CAPITULO III
EJERCITEN EL "PODER DE LA PALABRA"

Existe un don que siendo valiosísimo, muchas personas se olvidan que lo poseen y
no se esfuerzan ni un poco en desarrollarlo: es el "don de la palabra" o el "poder de
la palabra". Si no somos capaces de transmitir con claridad, exactitud y firmeza
nuestras ideas, nuestros deseos; en fin, todo lo que quisiéramos expresar, podemos
decir que estamos desprovistos de la más poderosa arma de esta vida. Tal es la
importancia de la palabra. Sin embargo, recordemos que la palabra es la expresión
del propio carácter del hombre; por eso, de nada sirve que alguien trate de crear
una bella imagen de sí mismo sólo con palabras hábiles, sin empeñarse en mejorar
su carácter. En ese caso, sus palabras sonarán falsas y superficiales, y acabarán
revelando su falta de sinceridad. Por otro lado, sería también lamentable si el caso
fuera justamente lo contrario, o sea, si la persona fuera dueña de un carácter ad-
mirable; pero, no tuviese capacidad para expresar claramente sus opiniones y
permaneciese simplemente sentada en la mesa, sin emitir ninguna opinión estando
en silencio de comienzo a fin. Existen muchas personas que tratan de aprender
lenguas extranjeras antes de dominar perfectamente su propio idioma. Eso equivale
a rechazar la más elevada cultura.
Tanto en un discurso como en un diálogo, es esencial la claridad en la
pronunciación. Hay personas que no pronuncian claramente las palabras y hablan
de una forma tan confusa, que los otros no pueden entender ni la mitad de lo que
dicen. Tales personas no pueden transmitir a los otros ni la mitad de su verdadera
capacidad. Es como si colocasen en ellas una "etiqueta" de precio con más del 50%
de descuento, en lugar de una etiqueta con su valor exacto. Como es natural, los
demás le atribuyen un valor falso, inferior al que realmente posee. Por lo tanto,
podemos decir, que las personas que no ejercitan su "poder de la palabra" no
pueden ofrecer al mundo ni la mitad de su verdadera capacidad. Principalmente, el

34
modo de hablar de los habitantes del nordeste de Japón de la provincia de Shimane,
y de la región sur de Kyushu, se caracteriza por la falta de claridad en la
pronunciación. Debido a eso, las personas de esa región, cuando van a ciudades
grandes, enfrentan dificultades por no poseer armas perfectas para expresarse. Es
fundamental, que las personas aprendan desde temprano a pronunciar claramente
las palabras, ejercitándose siempre en el sentido de mejorar su dicción. Para eso, es
aconsejable leer en voz alta libros didácticos, partes famosas de obras literarias,
comentarios sobre problemas de actualidad, etc., articulando correctamente las
palabras.
La lectura en voz alta de partes de famosas obras literarias es de gran utilidad, pues,
además de servir para el entrenamiento de la pronunciación, nos enseña bellas
formas de expresión y nos ayuda a adquirir un vasto vocabulario que nos permitirá
transmitir con exactitud nuestras ideas. Hasta los hechos y cosas más simples
pueden ser interesantes y adquirir un "brillo especial", dependiendo de la manera
como se los describa. Por lo tanto, necesitamos perfeccionar el arte de hablar, de
tal manera, que nuestras palabras brillen como bellas joyas e impresionen a los
oyentes. Debemos conseguir que sea tan agradable nuestra manera de hablar, al
punto que merezcamos comentarios como: "Conversando con aquella persona, la
gente se olvida de la hora"; "Las palabras de aquella persona tienen un encanto
especial y cuando la gente la escucha se alegran inmediatamente", etc. Si lograron
dominar el verdadero arte de hablar, ¡fantástico! Sólo ese hecho, ya los califica
como vencedores en potencia en la batalla de la vida. Aunque sus talentos no sean
los más brillantes, las personas que los rodean les darán buenas oportunidades, si
conocen el arte de hablar y saben impresionar a los demás con su simpatía. De este
modo, lograrán no solamente ser dueños de su propio destino, sino también inducir
a los demás a que actúen de la manera que a Uds. les favorezca.
Desafortunadamente, hoy en día no hay muchas personas que posean una
verdadera elocuencia. Esto ocurre, porque la mayoría no se preocupa en practicar
su oratoria ni en perfeccionar su arte de hablar. Es lamentable la pobreza de

35
vocabulario de muchas personas. Las frases que emplean son agrupamientos de
palabras incorrectas, inadecuadas, escogidas al azar, en algún lugar. Supongamos
que Uds. reciben a sus visitas en una sala llena de muebles viejos sin ningún valor,
encontrados por casualidad en la calle. ¿Será que las visitas se sentirán maravilladas
por esos objetos y se mostrarán contentas por haber sido recibidas de ese modo?
Naturalmente que no. Es por eso que todos tratamos de dar una buena impresión a
los visitantes, decorando la sala con bellos cuadros, objetos de buen gusto y bonitas
flores. Sin embargo, los cuadros, objetos, flores, etc., con los cuales tratamos de
arreglar nuestra sala, no somos "nosotros mismos"; por eso, aunque sean de poco
valor, no llegan a comprometer seriamente nuestra imagen. Pero, si se trata del
lenguaje que usamos, la consecuencia es muy diferente. El lenguaje, es la expresión
del propio carácter del hombre. Por lo tanto, como regla general, aquellos cuyo
lenguaje es pobre son considerados dueños de una personalidad también pobre;
aquellos cuyo lenguaje es rico son considerados dueños de una personalidad rica e
interesante; y aquellos cuyo modo de hablar no tiene firmeza son considerados
dueños de una personalidad poco firme.
Por esta razón, debemos evitar el uso de palabras groseras o malas palabras,
semejantes a los objetos hallados por casualidad en la calle. Debemos leer siempre
obras famosas de grandes escritores, familiarizarnos con sus expresiones bellas,
sutiles y de profundo significado, y aprender a usarlas sin dificultad en nuestros
diálogos, discursos, etc. Quiero destacar, una vez más, la necesidad de practicar
constantemente la lectura en voz alta de partes famosas de obras literarias. Eso
hace que el "ritmo" de las palabras de esas partes quede grabado profundamente
en nuestra mente, formando lo que podríamos llamar "grabación mental". Y
siempre que surja una oportunidad de hablar, esa "grabación" se repite,
permitiéndonos manifestar una riqueza de vocabulario y una "atmósfera"
fascinante, semejante a la de aquellas partes que leímos varias veces en voz alta.
Las palabras leídas pasan, naturalmente, a formar parte del vocabulario que usamos
en nuestras conversaciones de cada día. En las conversaciones de personas que leen

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inglés constantemente, surgen con frecuencia palabras en inglés; y son empleadas
formas de expresión peculiares a la lengua extranjera. Leer siempre grandes obras
literarias significa absorber e incluir en nuestro propio vocabulario las cualidades de
esas obras. Cuan lamentable sería si una persona, a pesar de poseer un grandioso
ideal o un plan fabuloso, permaneciese completamente confundida y no supiese
como expresarse, justamente en el momento de hablar sobre su ideal o explicar su
plan ante los demás... Cuan lamentable sería si un hombre, a pesar de ser un
gigante con respecto a su ideal y sus planes, se quede como un mudo o un tímido
enanito, exactamente a la hora de expresarlos. Si no somos capaces de revelar a los
demás ni el 10% de nuestra capacidad real, debemos reconocer que estamos
desperdiciando un tesoro ilimitado que poseemos.
Supongamos, que Uds. fuesen científicos inter-nacionalmente famosos y tuviesen
que ir a un banquete ofrecido en su honor. Sería realmente lamentable, si ante las
miradas atentas de los invitados, quedasen completamente confusos y no
consiguiesen pronunciar ni siquiera una sola palabra. Por eso, todos necesitamos
aprender el arte de hablar.
Para ser buenos oradores, necesitamos ante todo, aprender a pronunciar
claramente las palabras y enriquecer nuestro vocabulario. Además de eso, debemos
convencernos a nosotros mismos de que "somos buenos oradores". Con esta
convicción, terminaremos transformándonos en buenos oradores. Ya hubo casos
como el de aquel hombre que, después de haber sido hipnotizado y sugestionado
de que "él era el famoso orador Fulano de tal que iba a pronunciar un magnífico
discurso ante un gran público", se levantó y comenzó a hablar con gran elocuencia,
exactamente como aquel famoso orador. Como vemos, la sugestión produce
efectos sorprendentes. Por eso, es importante que nos demos cuenta de que
"somos buenos oradores". "Pero, es muy difícil convencernos de eso" - dirán
algunos. De hecho, al comienzo es bastante difícil: antes de la primera experiencia,
cualquier persona siente temor y tiembla... Como nunca había comprobado
realmente su capacidad como orador, es lógico que no pueda evitar el pánico,

37
pensando: "Creo que no voy a poder hablar". De ahí, la necesidad de estar
suficientemente entrenados para enfrentar la dura prueba. Una vez adquirida la
plena autoconfianza a través de constantes entrenamientos, cualquier persona
conseguirá hablar con gran elocuencia. Sabemos, que existían personas que tenían
como costumbre subir a una colina solitaria antes del amanecer para practicar la
oratoria, hablando a todo pulmón en medio de la grandeza del cielo y de la tierra. Y
también de personas que entrenaban en las playas desiertas, gritando más fuerte
que el estruendo de las olas que reventaban sobre las rocas. Los ejercicios de la
lengua y de los labios son ejercicios musculares, o sea, del mismo tipo que
realizamos al golpear las teclas de la máquina de escribir. Lo importante es que
entrenemos bastante, conscientes de que sin ejercicios será imposible aprender a
hablar con desenvoltura, sin ninguna timidez. Al principio, es conveniente entrenar
sin que nadie esté cerca; y después de que hayamos ejercitado bastante, debemos
comenzar a aprender a hablar delante del público, aprovechando todas las
oportunidades que surjan. Hay personas que, a pesar de poseer un buen
conocimiento del inglés, no son capaces de conversar en ese idioma porque no
aprovechan todas las oportunidades que se les presentan para entrenar la
conversación. De la misma forma, sólo el hecho de que poseamos un amplio
vocabulario no será suficiente para ser buenos oradores. Por lo tanto, lo esencial
para volvernos grandes oradores es el constante entrenamiento, aprovechando
toda y cualquier oportunidad.
Dicen que la repetición de experiencias elimina el miedo inicial. Y esto es verdad.
Conozco a muchas personas que, al comienzo, enrojecían y temblaban cuando
tenían que hablar ante mucha gente; pero terminaron acostumbrándose y
perdiendo totalmente el miedo de hablar en público, después que pasaron por
experiencias, incitando su propio valor. Al principio, quedamos tan nerviosos, que
no podemos ni mirar al auditorio; y hasta parece que hay una niebla impidiendo
nuestra visión... Pero, después de repetir la experiencia, somos capaces de
distinguir a las personas del auditorio y hasta observar las reacciones que nuestras

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palabras causan. A partir de ese momento, todo se vuelve más fácil. Podremos
causar en los oyentes el efecto que deseamos, como conmoverlos profundamente,
hacerlos vibrar de entusiasmo... Si queremos servir a la humanidad, representando
o guiando a un gran número de personas, necesitamos, en primer lugar, adquirir el
perfecto dominio del arte de hablar, sin el cual no será posible dirigir a un gran
número de personas.
Para que el orador pueda cautivar a los oyentes, es fundamental, que su mente esté
en sintonía con la del auditorio. Si hay alguna barrera que impida esa sintonía, el
orador no logrará emocionar verdaderamente al público. Solamente, cuando se
identifique con los oyentes, el orador podrá emocionarlos y hacerlos vibrar con sus
palabras. Entonces, el orador se volverá un líder, y los oyentes comenzarán a actuar
de acuerdo a su orientación. Para lograr eso, el orador debe estar con la mente bien
entrenada. Es esencial, que su mente domine al público. Lo mencionado
anteriormente se puede aplicar también a los diálogos. Si permanecemos tímidos o
con miedo ante nuestro interlocutor, no podremos expresar nuestra capacidad, por
mayor que sea.
Por lo tanto, es imprescindible que nos habituemos, lo antes posible, a hablar con
desenvoltura ya sea en forma particular, como en público. Al principio, a veces, es
muy difícil vencer la timidez. Pero, a medida que nos acostumbramos, vamos
perdiendo el miedo y, finalmente, nos volvemos capaces de expresar nuestras
ideas, sin ninguna dificultad. Cierto orador decía lo siguiente: "Cuando esté
conversando con alguien, evite pensar que su interlocutor es una persona
importante, para no intimidarse. Haga de cuenta que es un sujeto cualquiera, una
persona insignificante... Así, no estará nervioso y podrá expresar libremente sus
ideas". Yo no estoy de acuerdo, pues sé que ese método sólo podrá traer resultados
negativos. Los pensamientos son vibraciones de la mente. Siendo así, si existe en
nosotros el pensamiento de menospreciar al interlocutor, él captará esa "vibración"
y nos tendrá antipatía; y, en consecuencia, aunque expresemos nuestras ideas con
gran elocuencia, no las aceptará. De este modo, en una conversación con alguien o

39
al proferir un discurso, es esencial que pensemos de la siguiente forma: "Él (ellos) y
yo somos uno solo, pues nos originamos de un único Dios. Por eso, yo lo(s) quiero y
él (ellos) me quiere(n), y puedo hablar con él (ellos) sin ningún problema como si
estuviese hablando con mi(s) hemano(s)". Si, a través de esa mentalización,
eliminamos todo y cualquier temor o barrera entre nosotros y el (los) oyente(s), y
buscamos hablar con la mente alegre y "despejada", podremos expresar sin ninguna
dificultad todo lo que deseamos.
La oratoria es una arte, y como todo arte, no puede ser perfeccionada sin que se
ejercite. Para aprender a hablar fluidamente una lengua extranjera, es
absolutamente necesario que practiquemos la conversación siempre que tengamos
oportunidad. De la misma forma, para ser buenos oradores necesitamos
ejercitarnos bastante, aprovechando todas las oportunidades que surjan para
hablar en público. Y más aún; debemos crear el hábito de escoger bien las palabras
a ser empleadas en los diálogos o en los discursos, de la misma manera que un
escritor escoge las palabras al escribir sus obras.
Aunque una persona sea capaz de hablar con desenvoltura, no podrá causar una
gran impresión en los oyentes si su discurso, por la pobreza de contenido,
demuestra falta de conocimiento del orador. Además, en los casos en que el orador
posea una "mente estrecha", no podrá despertar la simpatía de un gran número de
personas, pues esa "estrechez" aparecerá en sus palabras. Considerando la oratoria
bajo esos aspectos, podemos concluir que no depende simplemente de la técnica,
pues es un arte, y como todas las artes, refleja el carácter del “artista”. Si no
tenemos un verdadero sentimiento de amor hacia la humanidad, jamás
conseguiremos pronunciar discursos que lleguen al fondo del alma de las personas.
Cierto agente de seguros, muy conocido por su eficiencia, dijo lo siguiente, en una
ocasión:
— Voy a contarles como consigo hacer que las personas me firmen un contrato de
seguro. Cuando voy a visitar a un cliente en perspectiva, comienzo elogiando las
cosas de las cuales él se enorgullece. Si la visita es en su residencia, me muestro

40
encantado con su bello jardín; si es en su oficina, elogio su buen gusto en la
decoración y así sucesivamente... Y cuando la persona, satisfecha con los elogios,
está relajada y bastante accesible, entonces le hablo de las ventajas de tener un
seguro. En un 90% de los casos esto funciona.
Realmente, tiene razón. Si queremos que los otros satisfagan nuestros deseos, es
esencial satisfacer primero el deseo de los demás. Esto está de acuerdo con la ley
que dice: "Dad, que os será dado".
Aquél que cuida con cariño su bello jardín desea, íntimamente, ser elogiado, en el
fondo, quiere decirle al visitante así: "Por favor, mire mi jardín. ¿No es maravi-
lloso?". Por lo tanto, elogiando su jardín, estaremos satisfaciendo el deseo secreto
de esa persona. Aquél que arregla su sala con una bella pieza decorativa tiene, en el
fondo del corazón, el deseo de decirle al visitante: "Vea esta pieza, es magnífica,
¿verdad?". Elogiar esa pieza significa, por lo tanto, satisfacer su deseo. Después de
haber satisfecho el deseo del otro, podemos entonces, hacer que él satisfaga
nuestro deseo. En resumen, la verdad es que la palabra posee fuerza creadora,
comanda nuestro destino y nos permite hasta controlar a las personas que nos
rodean. Por lo tanto, es la más necesaria de las "armas" que la vida nos ofrece.
Necesitamos, pues, aprender el arte de expresarnos con perfección. Quien no
conoce este arte es como un rosal que no consigue florecer. ¿Cuántas personas
viven con un complejo de inferioridad, por haberse olvidado de desarrollar
plenamente su capacidad de expresión?
Por eso, queridos lectores, deseo sinceramente que comiencen a ejercitarse cuanto
antes, para poder manifestar libremente el "poder de la palabra", ya sea a través
del diálogo, del discurso o de la escritura.

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CAPITULO IV
DEN SIEMPRE AMOR Y BONDAD A SUS SEMEJANTES

En el volumen "Vida" del libro La Verdad de la Vida, conté la historia de un príncipe


que vivía triste, a pesar de tener todo para ser feliz. Muy preocupado por eso, el rey
- su padre - hizo un aviso público, ofreciendo, como premio, una elevada suma de
dinero a quien pudiera descubrir una manera de hacer feliz al príncipe. Días
después, apareció un mago, el cual mostró al príncipe una hoja de papel en blanco,
diciendo que allí estaba el secreto de la felicidad. Cuando el príncipe quiso leer lo
que había en el papel y lo llevó cerca del fuego, el calor hizo aparecer en la hoja en
blanco la siguiente frase: "Haga el bien a alguien, por lo menos, una vez al día".
Realmente, esa frase encierra el secreto de la felicidad y también del éxito. Aunque
vivamos rodeados de comodidades, no podremos ser realmente felices si no
contribuimos, un poco para la felicidad de los demás. Sea cual sea nuestro
emprendimiento, no llegaremos a obtener el verdadero éxito, si no nos
preocupamos en ofrecer servicios que traigan beneficios a los demás. Vemos, pues,
que todo en este mundo está regido por la ley que dice: "Aquél que, da, recibirá".
Aunque tengamos mucha bondad en nuestro corazón, sólo eso no es suficiente para
conseguir la verdadera felicidad. Solamente al "dar" esa bondad a los otros (o sea,
exteriorizándola) es que podremos ser realmente felices. Lo mismo se puede decir
en relación a la alegría: sólo cuando exteriorizamos nuestra alegría y la
compartimos con los demás es que podremos sentir la verdadera felicidad.
No podremos disfrutar la verdadera felicidad si dejamos nuestros tesoros
simplemente guardados en un cofre. Sólo podemos disfrutar la verdadera felicidad
cuando la retiramos del cofre y la compartimos con los demás.
Cierta vez, un filósofo hizo la siguiente pregunta a un grupo de universitarios: "¿Qué
es lo que más se desea en el mundo?". Si fuesen Uds., queridos lectores, ¿cómo
responderían? Me gustaría que reflexionen un momento y formulen sus propias

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respuestas, antes de proseguir.
Pues bien. Fueron muy variadas y controvertidas las respuestas de los universitarios
y consta que la opinión que mereció mayor consideración de aquel filósofo fue la
que decía: "buenos sentimientos". Realmente los "buenos sentimientos" son
esenciales. Pero, si los dejamos escondidos dentro de nosotros y no los
exteriorizamos, no podremos hacer felices a nuestros semejantes ni a nosotros
mismos. Es necesario que manifestemos nuestros buenos sentimientos a otras
personas. Solamente así podremos ser felices.
Cuando exteriorizamos al máximo nuestra bondad y trabajamos, de verdad, para el
bienestar de nuestros semejantes, constatamos admirados que nuestra propia vida
se llena de alegría, que vibramos de satisfacción y que aumenta nuestra capacidad.
Entonces, nos concientizaremos del hecho de que jamás sufriremos desgastes, por
más que demos y empeñemos nuestras fuerzas a los demás, para conseguir el
bienestar ajeno. Comprenderemos que, al contrario, "cuánto más damos, más
aumenta nuestra fuerza". Comprenderemos que todo, sea nuestra fuerza, nuestra
inspiración, nuestra fortuna, etc., vuelve multiplicado si lo usamos en beneficio del
prójimo.
Si existen en este mundo muchas personas que viven mezquinamente, sin conseguir
alcanzar una vida verdaderamente fructífera, es porque no están dando suficiente
Amor y bondad a sus semejantes, ni están usando su capacidad y conocimiento
para el beneficio de los demás. Concienticemos que podemos hacer que nuestra
vida sea tan próspera como pretendamos, con la simple condición de que demos
más Amor y bondad, y usemos más de nuestra capacidad y sabiduría para el bien de
nuestros semejantes.
Debemos tener siempre una sonrisa, palabras bondadosas y frases de elogio y
admiración para darlas a nuestros semejantes. Nuestra felicidad no es algo que se
pueda alcanzar viviendo meramente en un depósito donde estén apiladas las
riquezas materiales. La verdadera felicidad es aquella que sentimos cuando vivimos
rodeados de personas que tienen el corazón repleto de Amor y bondad. Sus

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palabras bondadosas nos hacen descubrir un verdadero paraíso sobre la faz de la
Tierra. No hay nadie, en este mundo, que no desee ser reconocido y elogiado por
los demás. Cuando las palabras de reconocimiento, elogio y admiración llueven
sobre nosotros como "bellos pétalos que caen del cielo", vemos realizarse ante
nuestros ojos un verdadero paraíso terrestre.
Así, si desean recibir sonrisas bondadosas, palabras cariñosas y frases de elogio y
admiración, es fundamental que Uds. también den todo eso a sus semejantes.
"Solamente las cosas que damos a los demás, nos son aseguradas". Las cosas que
no damos a los otros, inevitablemente se extinguen.
Queridos lectores, no deben aferrarse al aspecto fenoménico de las personas, cosas
y hechos, y juzgar a los otros sólo por las apariencias. Debemos trascender el
fenómeno y dejar de ver con nuestros "ojos carnales" los defectos, vicios, fracasos,
etc., de otras personas, y contemplar al Dios que se aloja en ellas. Cuando nos
volvemos capaces de ver a "Dios" en todas las personas, o sea, descubrir al "Dios
Amoroso" hasta en el más despreciable de los hombres, al "Dios fuerte y valiente"
hasta en el más cobarde de los hombres, al "Dios leal y sincero" hasta en el más
infiel de los esposos, o al "Dios inteligente y correcto" hasta en el más intratable e
incorregible de los niños. En ese momento, estaremos trascendiendo el aspecto
fenoménico de las personas, cosas y hechos, y veremos que este mundo se
transforma inmediatamente en un verdadero paraíso terrestre.
Es lamentable que muchas personas sólo confíen en sus "ojos carnales" y dependan
de ellos, al punto de llegar a perder la visión de sus "ojos espirituales" destinados a
ver la "Imagen Verdadera". Esas personas, por pensar sólo en sus intereses
materiales y buscar el éxito sin importarles derribar a los demás, terminarán
también siendo derribadas por los otros cayendo en situaciones infelices. La
elevación del carácter no se consigue a través de la perspicacia para detectar las
fallas ajenas, sino a través de la comprensión de que todos los hombres son hijos de
Dios perfectos y llenos de armonía. Cuanto más aumentamos esa comprensión - y
por consecuencia, la capacidad de ver en todas las personas el bien en lugar del

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mal, la bondad en vez de la crueldad, la sinceridad en vez de la falsedad, y el
desprendimiento en lugar del egoísmo - más se eleva nuestro carácter.
Si queremos realizar una actividad en la que no haya ninguna posibilidad de
fracasar, debemos nosotros mismos, tomar la iniciativa de dar "bondad", "Amor" y
"atención" a nuestro prójimo. Aun cuando una persona aparente ser mala,
debemos descubrir a la "buena persona" que está detrás de esa falsa apariencia y
dirigirle nuestra sonrisa, palabras bondadosas y frases de elogio y admiración.
Jamás sufriremos ningún perjuicio por haber dado a nuestro prójimo estos "buenos
obsequios".
Este mundo construye monumentos y estatuas para glorificar a los que han
contribuido al desarrollo político y económico de las naciones. Pero, en el mundo
espiritual, quienes reciben todas las honras son las personas que distribuyeron su
bondad, su Amor, sus sonrisas, sus palabras cariñosas y sus frases de elogio y
admiración.

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CAPITULO V
LA FUERZA ESPIRITUAL QUE SE DESARROLLA ENFRENTANDO
LAS DIFICULTADES

Muchas personas se tornaron vencedoras enfrentando las dificultades y


perfeccionándose con ello. Entre todos los seres, el que más evolucionó fue el
hombre. Si consiguió alcanzar tan alto grado de evolución y se convirtió en el "Rey
de las Criaturas", es porque enfrentó y venció todas las dificultades que las fieras y
los otros seres inferiores no pudieron enfrentar.
Todas las cosas o hechos que parecen ser dificultades, todas las personas que
parecen ser nuestras enemigas, son, en realidad, nuestros aliados. Todo lo que
parece ser tristeza, aquello que parece ser infelicidad, en realidad, no son tristezas
ni infelicidades; son "condimentos" que le dan un sabor especial a nuestra alma.
Durante la Guerra de Crimea, una bomba cayó sobre el lindo jardín que había en el
interior de un castillo, destruyéndolo por completo. Sin embargo, de una de las
grietas del terreno devastado comenzó a brotar en abundancia, agua limpia y
cristalina. Esa fuente existe hasta hoy y viene alegrando la vista de todos los turistas
que la visitan, dando un encanto especial al paisaje local. Así, también, es la vida: de
las terribles grietas de la infelicidad nacen lindas historias y surgen los más bellos
sentimientos humanos, realizándose así, también, un Amor tan sublime como el
Amor de Dios.
No debemos considerar como infelicidades las desventuras que surgen en este
mundo fenoménico. Existen personas que encuentran su verdadero "Yo",
justamente por hacer perdido todos sus bienes en este mundo fenoménico. El
compresor, exprimiendo las semillas de col, extrae de ellas un aceite de gran
pureza: tanto la felicidad como la infelicidad no vienen de afuera, sino de nuestro
interior. En otras palabras, somos felices o infelices de acuerdo a como aceptemos
las cosas que vienen de afuera. Para aquél que las recibe con alegría y gratitud, el

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sufrimiento deja de ser sufrimiento, la dificultad deja de ser dificultad. Tales
personas logran hacer del sufrimiento y de la dificultad un esmeril para su alma,
transformándolos de ese modo en una base para su éxito. Es, a través de arduos
ejercicios, que nuestros brazos transforman los alimentos asimilados en vigorosos
músculos. Del mismo modo, el desarrollo del alma y la capacidad de enfrentar y
resolver problemas de cualquier tipo son conseguidos, no a través de una vida
repleta de comodidades, sino a través de una actitud positiva y optimista con la cual
se cumplen los deberes de la vida. Justamente, cuando vienen dificultades tras
dificultades y nos parece que llegamos al límite de nuestras fuerzas, es cuando
comienzan a surgir las primeras luces para la solución de los problemas. La hora
más oscura de la noche es justamente la más próxima al amanecer. Según un
famoso inventor, en el momento en que se agotan todos los recursos para la
solución de un problema, inesperadamente, se abre un camino y se consigue la
creación de nuevos inventos.
En el esquí, cuando nos deslizamos por la colina, surge de nuevo la fuerza necesaria
para subirla; el cuerpo humano, cuando se hiere, comienza de inmediato a manifes-
tar la fuerza que posee para la cura; la ostra, cuando se le
La fuerza espiritual que se desarrolla hiere, envuelve con su secreción el quiste
que se forma en el tejido y produce una linda perla. Estos son sólo algunos de los
ejemplos de cómo la opresión y la agresión causadas por elementos externos
despiertan la gran fuerza adormecida en nuestro interior y perfeccionan nuestro
carácter.
El león arroja a su cría al abismo, haciendo despertar en él, la fuerza del rey de la
selva. El águila, cuando su cría no consigue volar, destruye el nido y lo arroja al aire,
para que surja en él, la poderosa fuerza del rey de las aves.
También, el hijo del hombre, viviendo en un ambiente muy tranquilo y lleno de
comodidades, no podrá manifestar su verdadero don. Es por eso que, muchas
veces, surgen personas incapaces en familias ricas y, por otro lado, aparecen genios
en familias pobres. Dios jamás le da cosas innecesarias al hombre. Las dificultades

47
que surgen son oportunidades que Dios nos da para que extraigamos, a través de
ellas, de nuestro interior mucha más inteligencia, mucha más fuerza y mucho más
Amor. Cuando más puro es el diamante y, consecuentemente, mayor es su rigidez,
mayores fricciones requerirá para su perfecto pulimento. Lo mismo ocurre con el
carácter del hombre: brilla después de diversos "pulimentos" aplicados por el
mundo exterior. Es, a través del "pulimento", que Uds. pueden probar su carácter y
saber si es como un verdadero diamante o si es como un simple pedazo de piedra.
Es posible que las personas de carácter muy débil sean aplastadas en el "pulimen-
to". Dije, "probar el carácter para ver si es como un diamante o es como una simple
piedra", pero eso es sólo una forma de expresión. Pues, la esencia del hombre es
"Dios" y por lo tanto no existe, en realidad, una persona que sea como una "simple
piedra". Solamente aquellos que se juzgan "simples piedras" se manifiestan como
tales. Quien cree verdaderamente en su naturaleza divina, eterna e indestructible,
aumentará, más y más, su brillo a través del "pulimento" y de las dificultades. Se
cuenta que Cervantes escribió su famosa obra Don Quijote de la Mancha en una
prisión, en Madrid. Cuando llegó al último capítulo, estaba sin recursos para
adquirir papel y escribía en pedazos de cuero. Conociendo este hecho, un millonario
español quiso ofrecerle el material necesario; pero Cervantes rechazó la oferta,
diciendo: "El Cielo prohíbe que se retire de mí las cargas que me son necesarias. Lo
que enriquece al mundo es mi situación adversa". Aunque esas palabras de
Cervantes puedan denotar una tendencia al "culto del sufrimiento" y un rechazo en
aceptar dócilmente las infinitas dádivas de Dios, ello sirve para demostrar que ese
gran escritor produjo su obra maestra venciendo las adversidades. Mientras
permanecemos en el lecho caliente, continuamos somnolientos; pero, una vez
obligados a levantarnos y a lavarnos el rostro con agua fría, despertamos completa-
mente. Así, también, es el alma humana. Con frecuencia, las presiones o
persecuciones, tanto sociales como económicas, hacen despertar la capacidad
interna del hombre, en vez de aniquilarla. Se cuenta que Daniel Defoe escribió Las
Aventuras de Robinson Crusoe durante el tiempo en que estuvo preso; John Bunyan

48
escribió El Progreso de Pilgrim (The Pilgrim's Progress) en la prisión de Bedford; Sir
Walter Raleigh escribió La Historia del Mundo (History of the World) durante los 13
años que pasó en una prisión; Lutero tradujo el Nuevo Testamento mientras estaba
custodiado en el Castillo de Wartburg; Dante escribió La Divina Comedia durante su
largo exilio y, aún después de recibir una sentencia de muerte, no cesó de escribir.
La Historia Universal nos muestra que la dificultad y la opresión hicieron que se
pudiesen exteriorizar los dones de muchas personas y contribuyeron para la
realización de grandes obras. Podemos decir que la historia de los israelitas es la
historia de un pueblo en exilio, oprimido y perseguido por los otros pueblos; pero,
de esas adversidades surgió una gran religión, surgieron Moisés, David, Salomón,
Daniel, Jesucristo, que llegaron a la humanidad un tesoro espiritual de inmenso
valor. También, en la Edad Moderna, Freud, Einstein y muchos otros hombres de
origen judío se han destacado en el campo de la ciencia, de la filosofía, de la
psicología, etc. La fuerza vital de ese pueblo es tan fuerte como la de la azalea que
florece hasta en la superficie de las piedras. Para ese pueblo, las dificultades son
como la helada de la primavera que, en vez de perjudicar al trigal, mata a las plagas
y posibilita la multiplicación de los rastrojos de trigo.
Las últimas obras de Beethoven fueron compuestas entre lágrimas de dolor, cuando
ese gran músico ya había perdido casi totalmente la capacidad auditiva de su "oído
carnal". Schiller produjo muchas obras durante sus 15 años de penosa lucha contra
una grave enfermedad. Milton escribió El Paraíso Perdido (Paradise Lost) y muchas
obras famosas luchando contra la miseria y la enfermedad - y esto después de
haber quedado ¡completamente ciego!
Las personas que se desaniman por cualquier sufrimiento, dificultad o vicisitud de la
vida, deberían sentirse avergonzadas frente a estos ejemplos de fe y de coraje. Para
quien acepta todas las adversidades con gratitud, considerándolas oportunidades
para su perfeccionamiento y consigue perfeccionarse a través de ellas, cada
dificultad que aparezca será un paso más para aproximarlo al éxito.

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CAPITULO VI
PROGRESE INFINITAMENTE

El agua que corre no se deteriora, pero el agua estancada se pudre. Sea cual fuera el
tipo de actividad a la que se dedique, si se contenta con su nivel actual y se
acomoda a la "dulce vida", se deteriora tarde o temprano. Cristo dijo: "Vigilad todo
el tiempo" y "Mi Padre trabaja hasta ahora". Aquél que mantiene su mente
despierta y vigilante y busca siempre mejorar su vida y su trabajo, progresa
infaliblemente; pero, aquél que se conforma, sólo podrá retroceder. En la vida
existen sólo dos alternativas: progresar o retroceder, no hay término medio.
Joven, mantenga los ojos de la mente abiertos y atentos para renovar y mejorar
siempre su vida, sus actividades, su modo de trabajar y todas las cosas a su
alrededor. Ninguna persona debe considerar satisfactorio su progreso alcanzado, ni
debe perder la esperanza de progresar más, juzgándose incapaz de superar el nivel
alcanzado. No existe un límite fijo ni un punto final para el progreso, donde ya no
existan más posibilidades para desarrollar la capacidad o mejorar el modo de
trabajar y administrar. Debe, a cada momento y en todas las oportunidades,
desenvolver su capacidad, elevar su eficiencia en el trabajo y mejorar su técnica de
dirigir los negocios. En el momento en que juzgue satisfactorias sus realizaciones
actuales y se sienta orgulloso de ellas, cesará su progreso, desaparecerán las
posibilidades de mejorar y estará dando el primer paso para la decadencia y la
deterioración.
Al iniciar el día, tome la siguiente resolución: "¡Hoy voy a innovar y mejorar alguna
cosa!". Estando atento y listo a introducir alguna innovación en su oficina, en su
fábrica, en su tienda o en su empresa, encontrará con seguridad algo para mejorar.
Dios es la Fuerza Creadora. Siendo Fuerza Creadora, no aprecia el estancamiento.
Aumentemos siempre un nuevo progreso en la vida. Esta es la vida del "agua que
corre", es la vida que no se deteriora. Si comparamos a una persona que buscó

50
todos los días mejorar, en algún aspecto durante un año, con otra que no hizo nada
para progresar, notaremos una gran diferencia entre ambas.
Joven, vuélvase una persona que progresa eternamente. Aquellos que tuvieron una
vida mediocre y que murieron sin dar ninguna contribución al mundo son,
seguramente, los que desistieron de progresar. Aquél que trata de elevarse cada día
más, aumentando su capacidad y mejorando en el trabajo, con toda seguridad se
destacará entre los demás y no podrá dejar de brillar. Será estimado y respetado
por todos. Tal persona no sólo se destaca entre los demás sino, también, influye
sobre las personas a su alrededor, despertándoles así su capacidad latente. Cuando
esa persona dirige una empresa, todos los empleados se sienten estimulados a
progresar y mejorar, se eleva la producción general, y la firma no puede dejar de
prosperar. Tal persona es una fuente de inspiración para los que la rodean.
Si quiere realizar algo realmente grandioso en su vida, no debe temer a los
competidores. Los competidores sirven como una fuerza poderosa para poder
exprimir y extraer toda la capacidad que se aloja dentro de usted.
No debemos temer a los competidores ni odiarlos. Un atleta que entrena apenas
dentro de su tiempo, no puede alcanzar el máximo progreso. Necesita de un
adversario para competir. Solamente a través de una dura competencia es que
puede ser exprimida hasta la última gota de su fuerza y perfeccionar su técnica.
Comprender que el hombre es Hijo de Dios, no es envanecerse de sí mismo. Es
comprender que se aloja en nuestro interior la fuerza infinita y que, cuanto más y
mayores sean los adversarios, más fuerte será la fuerza que se manifestará desde
adentro. Esto ocurre no sólo en los deportes, sino, también, en todas las demás
actividades. Cuantos más competidores surjan, mayor será la manifestación de la
fuerza y de la inteligencia necesaria para mejorar su modo de trabajar.
El gerente de una renombrada tienda, la más próspera de una ciudad, me dijo cierta
vez que él va, por lo menos una vez al mes, a Tokio a fin de actualizarse, asimilando
las últimas modas, las decoraciones de las tiendas y el sistema de trabajo más
moderno. Según él, para que su tienda no caiga a una segunda o tercera categoría,

51
es indispensable respirar siempre "aires nuevos" e introducir Ideas siempre nuevas.
Es por eso, que en su tienda reina siempre un ambiente vivido, ameno y saludable
que atrae • los clientes. Tienda como esa no se "deteriora", tal como las aguas que
corren incesantemente.
La vanidad es enemiga del progreso. Cuando nos comparamos a un adversario, es
que podremos percibir nuestras fallas y corregirlas. La falta de atención y delicadeza
de Ion vendedores no es notada por nosotros cuando estamos acostumbrados con
ello; pero, un cliente que viene por primera vez observa, se decepciona y no vuelve
más a esa tienda.
Hay un proverbio japonés que dice: "El sapo del pozo no conoce el océano".
Nosotros no debemos encerrarnos dentro de nuestro pequeño mundo. Debemos
salir del "pozo", mirar el mundo exterior y tomarlo como elemento de comparación.
Solamente entonces descubriremos nuestras fallas y las corregiremos... Debemos
tener un espíritu abierto y franco capaz de aceptar las actitudes del prójimo como
una lección y procurar siempre corregir las nuestras. No debemos aislarnos y evitar
la entrada de la luz. Lo que despierta nuestra real capacidad es el confrontamiento
con los demás. Aquél que pretende progresar en grande debe tomar las cualidades
del prójimo como ejemplos y corregir sus propios defectos.
Para que el cuerpo humano se mantenga vivo, es necesario que la sangre circule en
su interior, "se renueve" constantemente y fluya con pleno vigor. Del mismo modo,
para que un emprendimiento se mantenga dinámico y alcance progresos cada vez
mayores, es fundamental que el "alma" de ese emprendimiento se renueve
siempre, tome nuevos impulsos y esté siempre repleta de vigor.
Cierta vez, un comerciante me pidió una orientación para mejorar la situación de su
tienda. Yo le di el siguiente consejo: "Póngase en el lugar del cliente y, desde ese
ángulo, observe su tienda. Vea si ella ofrece muchas ventajas, si la atención es
buena, si el ambiente es agradable, etc.".
No se pueden conocer las reacciones de los clientes, a no ser que la persona se
coloque en la posición de ellos y analice las cosas de acuerdo a sus pontos de vista.

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Si el comerciante se preocupa apenas de sus ventajas y conveniencias propias, su
tienda no prosperará. Un establecimiento comercial podrá alcanzar una gran
prosperidad solamente cuando el empresario y los empleados tengan como
objetivo principal servir bien a los clientes y, colocándose en la posición de ellos,
trabajen en el sentido de mejorar cada vez más la calidad de sus servicios, tratando
de satisfacer al mayor número posible de personas.
Generalmente, los empleados de los establecimientos comerciales se sienten tan
cansados después de un día de trabajo que, cuando apenas termina la jornada,
salen apresuradamente con el único pensamiento de "llegar pronto a su casa y
descansar". No les pasa por la mente que podrían aprovechar el tiempo que gastan
durante el trayecto, para buscar nuevas ideas que contribuyan a mejorar la calidad
del servicio de la tienda donde trabajan. Es una lástima... Para que un
establecimiento comercial alcance una verdadera prosperidad, es esencial que los
empresarios y los empleados aprovechen todas las ocasiones para buscar nuevas
ideas a fin de servir mejor a los clientes; y procuren introducir constantemente
nuevos y más adecuados métodos de administración y trabajo, mejorando la
atención a los clientes, la manera de disponer la mercadería en las vitrinas, etc.
Aquellos que no se esfuerzan en renovarse están destinados a quedarse atrás. El
progreso es el principio fundamental del Universo, y renovarse constantemente es
la ley de Dios. Por lo tanto, aunque nuestros negocios estén prosperando
actualmente, no debemos sólo por eso, insistir en mantener siempre el mismo
programa, rechazando nuevas ideas. Actuando así, tarde o temprano nos
derrotarán y nos dejarán atrás, pues el mundo que nos rodea está en constante
evolución. Una empresa no debe esperar que la prosperidad dure eternamente a no
ser que busque constantemente perfeccionar su trabajo, observando y acogiendo
cuando sea necesario nuevas técnicas de administración adoptadas por otras
empresas, y se esfuerce para mejorar en todos los sentidos, trazando siempre
nuevos planes bajo nuevos ángulos y diferentes puntos de vista.
Observa esa maravilla que es la función fisiológica del cuerpo humano. La sangre

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circula ininterrumpidamente, los elementos que no se aprovechan son
constantemente expelidos, las células viejas son eliminadas, nuevas células se
forman a cada instante, y así todo el cuerpo se renueva cada minuto, cada segundo.
Gracias a esto nos mantenemos fuertes y sanos. Lo mismo ocurre con toda y
cualquier organización comercial o industrial. Una empresa es un cuerpo organizado
y posee "vida". Por lo tanto, para que ésta se mantenga dinámica, es esencial que
las programaciones anticuadas e ineficientes sean sustituidas por métodos más
modernos y más eficientes, introduciéndose, de acuerdo a las necesidades y la con-
veniencia, nuevas ideas, nuevos esquemas y nuevas técnicas. Sólo así, nuestros
emprendimientos podrán progresar infinitamente.
Entonces, pregúntense: ¿Cómo surgen las nuevas ideas y los nuevos planes? Ellos
surgen cuando nosotros, al constatar el surgimiento de un poderoso adversario,
empeñamos todos nuestros esfuerzos en el sentido de perfeccionarnos más y
superar al otro. Por eso, en realidad, nosotros deberíamos estar contentos cuando
aparecen fuertes adversarios, en vez de encarar el hecho con pesimismo. Ellos son
una especie de estimulante que acelera nuestro camino rumbo a las más altas
metas. Debemos, pues, sentirnos agradecidos, tomar la firme decisión de seguir
juntos el camino que conduce al mayor perfeccionamiento y buscar,
contantemente, nuevas ideas y nuevos planes.
Cuando una persona que vive en el interior deja su pequeña y apacible ciudad o
aldea y llega a una gran ciudad o metrópoli, generalmente se deslumbra con el
vertiginoso ritmo de progreso. De la misma forma, como un apacible campesino
que nunca salió de su aldea no se da cuenta cuan desactualizado está; también
aquellos que viven encerrados casi todo el tiempo en su ambiente de trabajo o
dentro de un círculo social muy restringido, terminan convenciéndose de que no
hay ninguna mejoría más para introducir en el mundo que los rodea, y se quedan
satisfechos con su situación actual. Consecuentemente, por más que en realidad,
haya todavía muchas cosas por mejorar, no son capaces de percibirlo. Recuerde,
querido lector, que las aguas estancadas terminan deteriorándose. El principio

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fundamental del Universo es el progreso eterno. El hombre no viene a este mundo
con el simple objetivo de alcanzar éxitos en sus emprendimientos. Su verdadero
objetivo es el progreso eterno, es el eterno desarrollo de su "Vida". Por lo tanto,
aunque nuestros emprendimientos hayan alcanzado pleno éxito, no debemos
detenernos ahí. Debemos continuar progresando y perfeccionándonos cada vez
más, buscando siempre nuevas ideas y nuevas inspiraciones.
Aún, cuando se trate de mejorías aparentemente insignificantes, no debemos
despreciarlas. Cuando se las introduce constantemente, esas pequeñas mejorías
comienzan a hacer efecto y terminan produciendo resultados sorprendentes. Por
ejemplo, cuando lustramos el corredor, estamos introduciendo una pequeña
mejoría en nuestro ambiente de trabajo. Si lo lustramos sólo una vez, su aspecto no
cambiará mucho, y esa pequeña mejoría pasará desapercibida. Pero, si lo lustramos
diariamente durante un año, el viejo corredor pasará a presentar un bello brillo.
Debemos saber cuan sorprendentes resultados puede darnos el conjunto de
pequeñas mejorías que, aisladamente, pasarían desapercibidas.
No me refiero sólo a mejorías de las cosas del plano material, como ambientes de
trabajo, métodos de servicio, etc. Me refiero, con especial énfasis, a mejorías en el
plano espiritual. Los pequeños progresos y perfeccionamientos diarios nos darán
una gran elevación en el carácter. A través de esos pequeños progresos son
cultivados nuevas fuerzas, mayor belleza espiritual, sensibilidad más depurada, gran
discernimiento y verdadera grandeza del alma. Cualquiera que sea el local de su
trabajo (oficina, tienda, fábrica, etc.) ponga en un lugar visible un cuadro con la
siguiente frase: "Cada día voy a mejorar alguna cosa". Y ponga esto en práctica.
Aquél que practica esto con perseverancia progresará y se desenvolverá
eternamente, alcanzará un gran nivel de perfeccionamiento espiritual, elevará su
carácter y tendrá una verdadera prosperidad en sus emprendimientos.
Una vez tomada la decisión de "Cada día mejorar alguna cosa", debe buscar
constantemente nuevas ideas y nuevas inspiraciones que permitan esas mejoras.
Para eso, no debe confiar solamente en su capacidad mental. Es esencial confiar en

55
el "Ser Infinitamente Grandioso" (Dios) y recibir su orientación. Busque en la
Sabiduría de Dios la Fuente de su constante progreso, pues Dios es el "Principio
Fundamental del Progreso Infinito". ¿De qué manera el hombre podrá ligarse a la
Sabiduría de Dios? A través de la oración y de la Meditación Shinsokan. Todas las
mañanas, al despertar y todas las noches antes de acostarse, asuma la posición de
oración y mentalice lo siguiente: "Recibo constantemente de Dios, que es la Eterna
fuente del Progreso, nuevas y excelentes ideas. Gracias a eso, encuentro siempre
mejores maneras o medios de realizar mis tareas. Y así, progreso y me desenvuelvo
constantemente; me elevo y prospero eternamente".
Repita, varias veces, palabras como éstas, hasta conseguir una completa
concentración mental. Después, sólo actúe de acuerdo a las buenas ideas que van
surgiendo en su vida cotidiana.

56
CAPITULO VII
SEA UNA PERSONA AUTENTICA Y ORIGINAL

El mundo exalta a los valientes y desprecia a los cobardes, lanzando a estos a los
más bajos escalones de la vida. Es necesario, pues, que jamás pierdan el coraje de
seguir adelante con determinación y persistencia. Es indispensable, que cada uno
de Uds. proclame: "¡He aquí un valiente!" y avance con bravura, iluminando el
camino con su luz. Muestren al mundo su presencia, no escondan su luz, sino
osténtenla bien alto para que todos lo puedan ver. Sean como la luz del faro que
orienta a los barcos. Avistando el faro, muchos barcos se dirigirán al puerto. Entre
aquellos que divisen su luz y vengan a reunirse a su alrededor, encontrarán muchos
admiradores y colaboradores.
Si Uds. vinieron a este mundo, es porque cada cual tiene aquí una misión propia que
cumplir. Siendo así, cada uno de Uds. debe procurar ser original y auténtico. Sea
cual fuere el emprendimiento que van a realizar, sea cual fuere el camino que
pretendan seguir, no se conformen sólo con igualarse a los demás. Resalten
claramente su originalidad. No imiten a los otros. Jamás piensen: "Fulano ya hizo
eso antes que yo y tuvo éxito. Por eso, basta que yo proceda exactamente como él".
Naturalmente, los métodos utilizados por los antecesores servirán de ejemplo y
ofrecerán muchos puntos de referencia. Sería una evidente falta de sabiduría
rechazar totalmente todo y cualquier ejemplo. Lo que deseo resaltar es que no
deben considerar como suficientes y satisfactorios los éxitos, los métodos, las
técnicas, las ideas, etc., de aquellos que los antecedieron en el mismo campo.
Deben procurar avanzar, no sólo un paso más que ellos, sino cien pasos más - o
hasta mil pasos más. No deben detenerse en el mismo lugar donde terminan los
rastros dejados por sus antecesores. Deben continuar la marcha, dejando nuevos
rastros a partir de aquel punto. Dejar las nítidas marcas de sus propios pasos en un
campo todavía inexplorado - ¡es, en eso, que consiste el verdadero significado y

57
propósito de su vida!.
Por lo tanto, deben descubrir sus propios caminos, establecer sus metas y avanzar,
a pasos largos, rumbo a aquello que Uds. mismos escogieron.
Queridos lectores, decídanse ahora mismo. Decídanse a vivir de modo auténtico y
original. Sea lo que sea que pretendan realizar, sea cual fuere la envergadura de la
obra, sean creativos y originales. ¿De qué sirve imitar a los otros y expresar "a
través de sus propios cuerpo" la vida, la inteligencia y las ideas de otras personas?
Eso no les traería ningún progreso. La individualidad de cada uno de Uds. es una
dádiva de Dios. Por eso, cualquiera que sea su modo de vida, debe existir en ella
algo "sólo suyo" - algo que no es imitación.
Imitar a los otros es "rendirse", es "dejar morir la propia individualidad". Solamente
por la manifestación de la propia creatividad y originalidad es que el hombre podrá
vivir plenamente su Vida.
El rosal produce rosas; la glicina produce flor de glicina; el cerezo produce flor de
cerezo y el duraznero produce duraznos. La misión de cada uno de ellos es
manifestar su propia individualidad. El rosal que intentase imitar a la glicina o el
cerezo que intentase imitar al duraznero, no estarían siendo auténticos ni estarían
aportando algo de bueno a este mundo. Del mismo modo, cada uno de Uds. está
dotado de "algo" especial, y tienen una tarea que nadie puede ejecutar en su lugar.
Así como cada uno de Uds. tiene una fisionomía propia, diferente de los demás,
cada ser humano tiene una misión propia a cumplir. Por eso, no se debe imitar a los
otros, ni buscar forzarlos a cambiar sus propios rumbos.
¡Libérense totalmente! ¡No se aferren a las viejas costumbres y tradiciones, ni a las
rígidas normas del pasado! ¡Sean Uds. mismos! Este mundo está lleno de
imitadores, plagiarios, parásitos y gente sin personalidad. Mientras continúen así,
esas personas no podrán alcanzar la verdadera victoria. La humanidad está harta de
viejos tratados y no siente interés por trivialidades ni por lugares comunes. Si una
persona que nació como un "nuevo ser humano" se acomoda dentro de un viejo
estilo de vida, no se puede decir que esté cumpliendo fielmente la misión por la que

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fue enviado a este mundo.
Como todos saben, las cosas nuevas siempre están llenas de atractivos, y las cosas
viejas no. Podemos citar como un ejemplo la moda. La humanidad no cesa de
buscar novedades. Si Uds., no obstante el importante hecho de haber venido a este
mundo como "nuevos seres humanos", están pensando en vivir según los antiguos
moldes, debo decirles que sus vidas no tienen ningún sentido.
Un cazador astuto no sigue las huellas frecuentadas por los otros cazadores, pues
sabe que por ahí no llegará a lugares de abundante caza. Por esta razón, se interna
en la selva a través de caminos inexplorados, ya que así, podrá obtener mejor caza.
Lo mismo ocurre con todas las cosas en esta vida. El mundo muestra gran interés
por nuevos descubrimientos en los terrenos nunca antes explorados. De este modo,
el mundo de la medicina está siempre pronto a acoger nuevas formas de terapia, el
mundo educacional aplaude nuevos métodos educacionales y así sucesivamente. Es
fundamental, que las religiones también renueven constantemente su modo de
predicar. El mundo es indiferente a las prédicas basadas en las viejas
interpretaciones de la Biblia, Sutras budistas y otras escrituras sagradas, inter-
pretaciones que, en épocas pasadas, eran perfectamente comprensibles y
aceptables; pero que, en relación a la época actual, ya perdieron el sentido. Toda
religión, para mantenerse actual necesita descubrir a Dios nuevamente.
No se puede salvar a la humanidad de hoy pregonándole una doctrina religiosa
exactamente de la misma manera como fue pregonada antiguamente. El mundo se
está renovando. Y solamente las religiones "vivas y actuales", que acompañan las
nuevas vivencias del hombre, serán capaces de salvar, realmente, a la humanidad
que pertenece al mundo de hoy. No se debe tener miedo de transitar por nuevos
caminos.
Sean "nuevas personas", ¡independientes y auténticas! Solamente así tendrá
sentido su nacimiento en este mundo. Sean "Uds. mismos", y no la "copia exacta"
de sus padres, sus abuelos, sus profesores, sus antecesores o personajes famosos.
Deben cultivar una inteligencia creativa, manifestar sus propios talentos y ser

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dueños de un carácter marcado, bien personal. Aquél que sólo sabe imitar a los
demás, vive una vida totalmente vacía. Es como si él no existiese para el mundo. Tal
persona no pasa de una simple copia o duplicado de otras personas. Queridos
lectores, ¡jamás sean "copias" o "duplicados" de los demás!.
Aunque tengan éxito copiando exactamente los métodos de otras personas, esto no
constituye un verdadero éxito. La verdadera realización de la "Vida" no está en el
mayor desenvolvimiento de los negocios o en el acumulo de grandes fortunas, sino
en la creación de algo original, inimitable. Aunque una persona alcance un "éxito
aparente", copiando exactamente los métodos ajenos, esto sólo significa que sirvió
de "intermediario" para el éxito de los demás. No se puede decir, por lo tanto, que
esa persona alcanzó el "verdadero éxito". No debemos pensar que alcanzamos el
verdadero éxito, simplemente sirviendo de "intermediarios" para el éxito de los
demás. Podemos afirmar, que las personas fracasan en la misma medida en que
"dejan de vivificarse a sí mismas". Para ser un "verdadero victorioso", el hombre
necesita ser dueño de sí mismo. Aquél que es dueño de sí mismo, está siempre
lleno de vigor.
Por lo tanto, queridos lectores, conózcanse a sí mismos. ¡Descubran quiénes son
ustedes en realidad y sean fieles a su verdadera misión!
Sean cuales fueran sus metas, su especialización en los estudios, o el tipo de servicio
al que se dediquen, no deben conformarse con los "viejos sistemas", creyendo que
"todo está perfecto". Deben tomar conciencia de que en todas partes existen
nuevos medios para mejoras, que solamente Uds. pueden descubrir y colocar en
práctica. Es, a través del desenvolvimiento de la creatividad y de la originalidad de
cada individuo, que todo en este mundo consigue progresar. Nuevas formas de
arte, nuevos tipos de música, nuevos estilos literarios, nuevos métodos
educacionales, nuevos métodos administrativos... A través de todo eso, el mundo
va manifestando nueva belleza y mayor progreso. Lo que renueva al mundo son los
"nuevos hombres" y las nuevas ideas concebidas por ellos. El mundo acoge con
entusiasmo a las personas dotadas de vigorosa creatividad, porque siempre está

60
deseoso de renovarse.
Para mostrar cuán importante es la creatividad y la constante renovación, citaré
como un ejemplo el arte publicitario. No se puede atraer la atención de un gran
público con los mismos tipos de propagandas usadas por la mayoría. Solamente los
anuncios llenos de originalidad consiguen atraer la atención de muchas personas. Lo
mismo puede ser dicho en relación a la decoración en las vitrinas de las tiendas.
Una vitrina con aspecto semejante a docenas de muchas otras, no podrá atraer la
atención de los transeúntes. El público está siempre a la búsqueda de novedades y
las acoge con gran satisfacción. Por lo tanto, queridos lectores, ¡sigan por nuevos
caminos con persistencia y ánimo! Así, muchas personas los seguirán. Pero no
piensen, livianamente, que sólo basta hacer algo nuevo para lograr el éxito. Ese algo
nuevo que conduce al verdadero éxito tiene que ser la materialización de la
sabiduría que brota del interior de la "Vida" del individuo. No se puede alcanzar el
verdadero éxito, a través de una simple "idea casual" destituida de sabiduría
profunda. Las nuevas ideas que infaliblemente consiguen hacer vibrar el alma de
todas las personas y despiertan su interés, son aquellas que surgen como
manifestación de un "nuevo impulso" de la verdadera sabiduría que fluye
incesantemente en el interior del hombre, y que por eso mismo, se prestan al uso
práctico.
Si Uds. concibieran ideas realmente nuevas y buenas, y las colocaran en práctica (o
las presentan al mundo en forma práctica), jamás pasarán desapercibidas; pues el
mundo, está siempre en busca de tales novedades. Las personas que se quejan de
que nadie acogió las buenas ideas que tuvieron, están equivocadas. Si una idea
aparentemente buena no es acogida por los demás, es porque ella no es práctica.
En otras palabras, es porque esa idea no es, realmente, reflejo de una sabiduría
profunda. Una nueva idea que merece, realmente, ser aplicada jamás dejará de ser
acogida por los demás. El mundo no ahorra elogios a las personas que ostentan bien
alto su individualidad y siguen con ánimo inquebrantable los caminos de la vida,
concibiendo y poniendo en práctica sus nuevas ideas y nuevos métodos, en todas

61
las áreas de actividad. Tales personas nunca dejan de atraer el interés del público,
de la misma forma que las tiendas en donde se venden artículos de última moda no
dejan de atraer un gran número de clientes.
¡Queridos lectores! Tomen ahora mismo la decisión de aportar en todos los
aspectos de esta vida "algo de nuevo y bueno" que sólo Uds. pueden ofrecer.
Tomen la decisión de introducir en todo y cualquier trabajo "algo de nuevo y
original", que hará decir a los otros, con admiración: "¡Sólo él consigue hacer un
trabajo así!". De este modo, serán reconocidos por el mundo. Sus firmes decisiones
suscitarán mucha admiración, y un gran número de personas se reunirán en torno
de Uds. para enaltecerlos. Para lograr este éxito, no necesitan tener un considerable
capital de dinero u otros bienes materiales, pues ya tienen el mayor capital, que es
la "marca de originalidad" concedida Dios a cada uno de Uds.

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CAPITULO VIII
SOBRE EL VALOR Y EL PODER ATRACTIVO DEL BUEN
CARACTER

Aquél que pretende alcanzar el éxito en esta vida debe tomar la firme decisión de
lograr su objetivo "empleando" como principal capital su propio carácter. Si, en
cualquier circunstancia, consigue mantener intacta su nobleza de carácter y es
capaz de conservar hasta el fin su dignidad de "Hijo de Dios", entonces se podrá
decir que su vida fue coronada por el éxito, independientemente del hecho de
haber o no conquistado fama o éxito financiero. La persona verdaderamente
victoriosa es aquella que logra vencer, antes de nada, sus propias debilidades y
tentaciones. En resumen, el verdadero victorioso es aquél que consigue vivir todos
los días de su vida sin "manchar" su dignidad.
En este mundo, hay muchas personas que dan demasiada importancia a los éxitos
financieros y a la fama, y tienden a no tener en cuenta el lado espiritual, es decif,
tienden a olvidarse de velar por la integridad de su carácter. Tal procedimiento, es
exactamente como "poner la carreta delante de los bueyes", o sea, invertir el orden
de las cosas. Debemos concientizar que lo más importante en el hombre es su
"carácter". Podemos hasta decir que el "carácter" es el hombre. Como conclusión,
la fama, la fortuna y todas las demás cosas mundanas no constituyen el "hombre en
sí". En realidad, todo eso no pasa de accesorios del hombre. Por más imponentes o
vistosos que sean nuestros "accesorios", eso de nada servirá, si cometemos el error
de manchar nuestro Yo verdadero. Debemos decir que "manchar nuestro Yo
verdadero" es sufrir el peor de todo) los perjuicios. Existen muchas personas que
creen que para tener éxito en esta vida es necesario ser sagaz, astuto > hacer
negocios valiéndose de la propia influencia o recurriendo al soborno. Como es
obvio, tales personas no dan la mínima importancia a su propia dignidad. No saben
que ¡actuando así, están manchando lo más precioso de su vida!. Puede suceder

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que las personas honestas, a lo largo de su existencia, pasen algunas veces por
amargas experiencias y se sientan frustradas. Pero, si perseveran durante toda la
vida en la nobleza de su carácter, ellas alcanzarán infaliblemente, la victoria final.
Podemos citar como ejemplo a Abraham Lincoln, que comenzó de la nada y logró
ser Presidente de los Estados Unidos: Él mantuvo, desde el principio hasta el fin, su
honestidad y nobleza de carácter y, venciendo las vicisitudes de una época del
transición, se convirtió finalmente, en uno de los mayores hombres de los últimos
tiempos. Su vida fue un ejemplo de integridad. Él jamás manchó su carácter con
pensamientos egoístas. Dicen que, en la época en que ejercía la profesión de
abogado, sólo aceptaba defender causas justas, rehusándose terminantemente a
defender a personas cuyos delitos eran evidentes. Él, acostumbraba decir: "Si yo
aceptase la defensa de una persona comprobadamente culpada e intentase
redimirla distorsionando los hechos, mi conciencia me acusaría de mentiroso, y yo
viviría atormentado con esa idea. Durante todo el tiempo que estuviese presen-
tando mi defensa, escucharía la voz de mi conciencia acusándome: "¡Eres un
mentiroso, Lincoln!".
En verdad, será infeliz aquél que alcance una posición elevada en la vida sin
merecerla realmente, pues estará engañando no sólo a los otros sino también a sí
mismo y como consecuencia de eso, no conseguirá sentirse seguro en esa posición.
Su conciencia le gritará constantemente. "¡Eres un impostor! ¡Te engañas a tí
mismo y a los demás!". Sin embargo, si la persona está con la conciencia dormida,
no podrá oír esa voz interior. Ofuscada por el éxito aparente, no escuchará la voz de
su "Yo verdadero", esa voz serena que viene de su interior. No obstante, no tardará
el día en que se destruirá su falso éxito. Y cuando llegue ese día, descubrirá, en
medio de la trágica ruina del falso éxito, su "carácter" todo maltratado, sucio y
disminuido. Y entonces, ¿cómo podrá ella encarar a su "Yo verdadero",
negligenciado por tanto tiempo?
Queridos lectores, ¡jamás cometan el error de manchar su propio carácter, a
cambio de un aparente éxito! No se olviden de que todo cuanto se construye sobre

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una base falsa está destinado a desmoronarse. No debemos dejarnos engañar por
las seducciones del mundo exterior; no debemos manchar nuestra dignidad.
Sepamos que el verdadero valor del hombre es su propio "carácter" y que las demás
cosas son sólo accesorias.
No existe, en ningún lado, algo tan precioso que pueda substituir a la "integridad
del carácter". La base del verdadero éxito está en la honestidad e integridad de
"carácter". En otras palabras, velar por la integridad de nuestro "Yo verdadero" es el
único medio para alcanzar el éxito real. Nuestro "Yo verdadero" debe ser tan digno
y tan íntegro, al grado de no dejarse influenciar por ningún soborno, ninguna
tentación o ninguna presión. No debemos tener un carácter débil que se deje
vender por un millón, cien millones o cualquier otro precio. Para mantener intacta
la dignidad y la pureza de carácter, debemos estar dispuestos a usar todas las
demás cosas, si fuera necesario. "Yo soy un ser sublime" - esta concientización deba
ser la base de la existencia de todo individuo. No debemos hacer de nosotros
mismos una especie de mercadería! Debemos llevar una vida realmente digna.
Debemos mantener una dignidad inquebrantable como la roca, sin permitir que
ninguna tentación u oferta atrayente consiga moverla.
Jamás piensen en hacer de una profesión deshonesta su medio de vida o un recurso
para obtener lucros. En cada acto y cada paso de sus vidas, deben dejar la nítida
marca de su nobleza de carácter. Únicamente la nobleza de carácter, es la base del
verdadero éxito. Los éxitos sin base j no pasan de algo totalmente falso. Si
consienten en "vender" la pureza y dignidad de carácter a cambio de un falso éxito
destituido de dignidad, debo decirles que eso es realmente un "pésimo negocio".
Queridos lectores, no cometan el error de perseguir solamente los bienes
materiales y la fama personal, olvidándose de velar por la entereza de su propio
carácter. Por más humilde que sea su profesión, si estuviera "edificada" sobre la
sólida base de un carácter realmente íntegro, conseguirán infaliblemente, alcanzar
el verdadero éxito.
La firmeza de carácter tiene una especie de fuerza mágica que atrae no solamente a

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las personas, sino también a los bienes materiales y, finalmente, hace posible el
pleno éxito de todos los emprendimientos. Si no logran atraer buenos
colaboradores, ni obtener recursos financieros, es posible que la causa de eso esté
en la falta de atractivo de iu propio carácter. Surge, entonces, la pregunta: ¿Qué es
necesario hacer para tener un carácter atrayente? En este mundo existen muchas
personas que, aun siendo dueñas de un carácter aparentemente noble e íntegro,
llevan una vida de "pobreza honrada" y, altivas y solitarias, se mantienen aisladas
en su mundo particular, sin amigos, sin nadie que las visite. Al testimoniar eso,
algunas personas piensan que cosas como "nobleza de carácter", o "integridad", no
contribuyen ni un poco para la obtención de éxitos. Pero esa Interpretación no es
correcta. Si una persona "aparentemente digna" no consigue hacer amigos ni
acumular fortuna, la causa de eso no está en su "pureza" de carácter. Tal situación
es el producto de su "estrechez de carácter"; en otras palabras, tal situación nada
más es que reflejo de su carácter mezquino.
Para tener un gran número de buenos amigos y tener excelentes colaboradores, es
esencial, antes que nada, tener la "grandeza de carácter". Del mismo modo que es
imposible introducir muchas personas en una sala estrecha o colocar muchas cosas
en un recipiente pequeño, tampoco es posible acoger muchas amistades en un
corazón estrecho. Aquél que posee "grandeza de carácter" y es capaz de ser
generoso con todos, tiene una fuerza magnética que atrae gran número de
personas. Ustedes deben, antes que nada, eliminar la intransigencia, la "estrechez
de carácter", pues de nada sirve ser sólo correctos y puros si no tienen Amor y
buena voluntad con los demás y no lo demuestran a través de palabras y actos en
su vida cotidiana. Hay personas que se preocupan solamente por cuidar su propia
rectitud y se olvidan de amar al prójimo. Tales personas, aunque parezcan ser
dueñas de un carácter noble y puro, en verdad, no pasan de egoístas pues se
preocupan únicamente con su propia honradez. Más explícitamente, se preocupan
sólo consigo mismas. Si no consiguen hacer amigos ni obtener fortuna, es porque,
definitivamente, son personas egoístas.

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Si desean ser dueños de un carácter realmente puro y noble, no deben aislarse en
un alto pedestal de supuesta honradez y, desde arriba, mirar a los otros con altivez
e indiferencia. Hay un viejo proverbio que dice: "Los pequeños santos viven
retirados en lo alto de los montes, y los grandes santos viven entre el pueblo". No
debemos ser "pequeños santos", o sea, no debemos, aislarnos de los otros,
convencidos de que "solamente nosotros somos puros y honrados". Tal actitud
nada más es que la expresión de la estrechez y mezquindad de nuestro propio
carácter. Es debido a actitudes como esa que ciertas personas "de carácter",
consideradas como nobles y honradas, no consiguen hacer amigos ni obtener
fortuna. Si queremos cultivar un carácter realmente elevado, debemos mezclarnos
con la gente y caminar al lado de los demás; debemos amar al prójimo, tratar a
todos con bondad, practicar actos de Amor, y ser capaces de ver las "cualidades
ocultas" de todas las personas y elogiarlas generosamente, sin aquella vanidad que
lleva al hombre a pensar que es él, la única persona pura y honrada. Infelices son los
que viven señalando los defectos ajenos, con el propósito de resaltar su propia hon-
radez y rebajar a los demás ante el mundo. Por más que
un individuo se considere "honrado e íntegro", será detestado por todos si
mantiene un aire altivo con menosprecio, ofendiendo y humillando a los demás.
Como consecuencia de eso, no logrará atraer hacia sí buenos colaboradores y
tendrá que llevar una vida árida y miserable, a pesar de su supuesta "honradez".
Aquél que posee un carácter realmente elevado, ve solamente las cualidades, los
puntos positivos de todas las personas y jamás señala sus defectos. Todos buscan
aproximarse a esa persona, pues sienten que ella les quiere de verdad. Todos
tenemos la tendencia de acercarnos a las personas que nos aman, que nos quieren
de verdad. Tenemos el deseo de amar a quien nos ama. Nos sentimos atraídos por
aquellos que nos quieren bien y no podemos dejar también de ser buenos con ellos.
Así, se confirma nuevamente aquí la veracidad de la ley áurea: "Dad y os será dado".
Sin embargo, no deben simplemente simular bondad y Amor, con el objetivo de
sacar ventajas a través de esa farsa. Si no poseen verdadera bondad y Amor al

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prójimo, las personas percibirán eso con una sorprendente perspicacia y los
señalarán como "impostores".
Ni aun los grandes personajes pueden realizar solos grandes obras. Es obvio, por lo
tanto, que las personas que se cierran y se aíslan en su pequeño mundo particular
jamás lograrán alcanzar grandes éxitos. Aquél que se propone obtener un éxito
realmente grandioso, debe romper su propia "coraza", o, en otras palabras, debe
transponer las paredes de su pequeño mundo particular. Si se limitan a vivir dentro
de su propia "coraza", con seguridad se aislarán de todas las personas y cosas del
mundo exterior y no podrán encontrar ningún colaborador, ningún amigo que les
extienda la mano en las horas difíciles.
Ciertas personas, aun cuando están en un ambiente alegre con mucha gente riendo
y conversando animadamente, se aíslan en una esquina y, taciturnas, observan a los
demás con cierto aire de desprecio, como diciendo: "¡Qué gente vulgar!" Tales
personas, por el hecho de buscar señalar siempre los defectos ajenos para poder
resaltar sus propias cualidades, no conseguirán atraer a otros a su alrededor y
terminan siendo olvidadas por el mundo, sin nadie con quien poder contar.
Personas de esa índole no son dueñas de un carácter verdaderamente elevado.
Puede ocurrir que, debido a ciertas circunstancias, una persona de ese tipo llegue a
convertirse en líder de un grupo de personas. Pero, nunca logrará mantenerse en
esa posición por mucho tiempo, pues de su carácter emana algo que aleja a los
demás, de la misma forma que un ventilador repele las cosas a su alrededor. Todos
tienen temor de aproximarse a esas personas, pues ellas parecen emanar algo frío
como el hielo. En resumen, no tienen de ninguna manera, aquello que se llama
"carácter atrayente".
Esas personas, sin percibir sus propios defectos, piensan que nacieron para llevar
una vida solitaria, que ese es su destino. Pero, eso no es verdad. Su soledad no es
obra del destino, ni es algo provocado por los otros. Nada más es que "reflejo" de
su propio comportamiento, o sea, de su egoísmo y estrechez de carácter.
No son pocas las personas que, sin darse cuenta de su comportamiento egoísta,

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juzgan poseer un carácter noble c íntegro. Si ellas no consiguen hacer amigos ni
acumular fortunas, es porque están totalmente ocupadas consigo mismas y no se
interesan ni un poco por los demás. Aquél que sólo habla de sí mismo, de sus
cualidades y de sus Intereses, aburre a los demás y hace que ellos lo eviten.
Las personas cuya atención e interés están concentrados solamente en sí mismas,
no tienen el poder de atraer a los demás. Pero, las personas cuya atención e interés
es para los demás, que trabajan con la intención de ser útiles al prójimo, éstas son
capaces de atraer gran número de personas. Si Uds. se interesan por los otros, si
tienen humor y buena voluntad para con ellos y demuestran eso a través de gestos
de generosidad y dedicación, seguramente serán como un poderoso imán que
atraerá gran número de personas. Las personas les amarán en la misma medida en
que Uds. las amen; serán bondadosas con Uds. en la misma medida en que sean
bondadosos con ellas; se interesarán por Uds. en la misma forma en que Uds. se
interesen por ellas; serán gentiles del mismo modo como Uds. lo sean con ellas. Si
Uds. no quieren llevar una vida triste y solitaria - si quieren vivir rodeados de Amor
y bondad por parte de los demás - Uds. mismos deben tratar a todos con Amor y
bondad, deben interesarse por todos, y mostrarse comprensivos y prontos a brindar
siempre su ayuda a todos. Al conversar con los otros, no deben hablar sólo de
asuntos que interesen a Uds. mismos, sino hablar de cosas que traigan felicidad y
beneficios para los demás. Así, muchas personas bondadosas se reunirán a su
alrededor para enaltecerlos, fortalecerlos, impulsarlos y ayudarlos a tornarse
prósperos.
Hablé de prosperidad; pero, naturalmente, el objetivo del hombre en esta vida no
es acumular fortuna. Como y dije antes, la firmeza de carácter es lo que constituye e
verdadero valor del hombre y las "fortunas materiales" son apenas consecuencia de
ello. Es imposible que las personas de carácter realmente noble permanezcan
siempre pobres. Ya que las "cosas visibles son la manifestación de las cosas
invisibles", o sea, "las cosas materiales son el reflejo de aquello que existe en el
plano espiritual". Es natural, que esa riqueza del alma llamada "nobleza de carácter"

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sea reflejada en la vida cotidiana, propiciando el surgimiento de "riquezas
materiales". Si no estamos consiguiendo encontrar la belleza, abundancia y
prosperidad en esta vida, es porque existe alguna falla en nuestro carácter.
Debemos reflexionar y esforzarnos para corregir esa falla.
Para alcanzar la verdadera elevación de carácter, debemos, antes que nada,
eliminar de nuestros corazones los celos y la envidia. Si existen en nosotros tales
sentimientos, es señal de que no amamos realmente a nuestro prójimo. ¿Será que
existen padres que sienten celos o envidia al ver el éxito de su hijo amado?
Ciertamente que no. El éxito de aquellos a quienes amamos debe ser motivo de
alegría para nosotros. Aquellos que sienten celos o envidia de los otros deberían
estar avergonzados de su mezquindad, de la pequeñez de su Amor. Hay personas
que se juzgan perjudicadas cuando ven el éxito de los demás, o se sienten
empobrecidas cuando ven el enriquecimiento de los otros, y no resisten al deseo
mezquino de disminuirles el mérito, hablando mal de ellos. Ese comportamiento
evidencia la estrechez y la bajeza de su carácter. Persona de carácter realmente
noble es aquella que elogia las cualidades de los otros, aun en su ausencia, que se
alegra ni oír elogios dirigidos a los otros y busca siempre ver el lado positivo de
todas las personas, ignorando sus defectos.
Tales personas no sólo demuestran su verdadera nobleza de carácter, sino,
también, poseen un sorprendente magnetismo personal - un mágico poder de
atraer personas, abundantes bienes materiales y gran fama.

70
CAPITULO IX
VENCE AQUEL QUE NO TEME LOS PELIGROS

El nerviosismo es uno de los obstáculos que impiden li victoria. Debemos pues,


aprender a enfrentar con calma los problemas y las dificultades. Vencerán en
cualquier circunstancia, aquellos que no pierdan la calma y sean capaces de pensar
y actuar con acierto, aun en las situaciones delante (le las cuales la mayoría de las
personas estaría desorientada y desesperada. Cuando surgen problemas graves,
muchas personas pierden la serenidad, se dejan dominar por el nerviosismo y,
como consecuencia *de esto, no pueden tomar las medidas pertinentes. Si aparece
alguien con la mente serena e imperturbable, es natural que esa persona supere a
los otros y salga victoriosa.
Para volvernos capaces de mantener la calma ante cualquier problema o incidente
totalmente inesperado, es necesario que comprendamos que en este mundo no
ocurre nada que sea "realmente malo". Las cosas malas que "parecen ocurrir" en
nuestras vidas son sólo "sombras" proyectadas por nuestras actitudes mentales
erróneas. De este modo, cuantas más fallas existan en nuestra actitud mental, y
cuanto más tumultuosa esté nuestra mente, con mayor frecuencia surgirán
acontecimientos infelices en nuestra vida. Si dominamos las agitaciones de nuestra
mente y la volvemos serena y armoniosa, ese estado mental se reflejará en nuestra
vida y hará surgir a nuestro alrededor un ambiente igualmente sereno, repleto de
armonía y de grandes alegrías. Es esencial, que comprendamos que "el ambiente
que nos rodea es reflejo de nuestras actitudes mentales".
Para cultivar la serenidad mental, debemos adquirí! el hábito de practicar
regularmente la "concentración espiritual". Por lo menos una vez al día, debemos
practicar la Oración Meditativa Shinsokan, durante la cual debemos inspirar
profundamente y, con espíritu concentrado, mentalizar así: "La Vida de Dios fluye
hacia mi interior, juntamente con el aire que inspiro. Por lo tanto, soy uno cori

71
Dios". Sin eso, será muy difícil cultivar la serenidad mental. Para explicar la
importancia de la correcta respiración para obtener la concentración espiritual, el
maestro budista Hakuin dijo, cierta vez: "Debemos inspirar tan profundamente
hasta sentir como si el aire llegase a nuestros talones".
De hecho, cuando respiramos lenta y profundamente como si estuviésemos
"reposando" nuestro espíritu, sentimos la cabeza leve y la mente serena.
Débiles son aquellos cuya mente se agita sin cesar, a merced de las circunstancias y
fuertes son aquellos que controlan las circunstancias según su propia voluntad.
Todas las personas deben esforzarse para volverse fuertes. Para ello, necesitan
cultivar la serenidad mental a través de la práctica de la "concentración espiritual",
que consiste en tomar la postura correcta, cerrando los ojos y respirando
profundamente. Esa postura deja la cabeza leve y el cuerpo firme, proporcionando
una estabilidad semejante al |de las majestuosas montañas e inmensos "icebergs".
Vean los inmensos "icebergs" que flotan majestuosamente en los mares glaciares.
Tal como las pirámides, su base es mayor que la parte superior. Ni las grandes olas,
ni las violentas tormentas logran zozobrar los inmensos "icebergs", pues 7/8 de
masa se encuentran sumergidos. A través de este ejemplo, podemos comprender
cuan poderosa es la "fuerza de la base", la cual en el caso del hombre, es aquella
fuerza oculta llamada "seguridad de su propia naturaleza de hijo de Dios", que
existe en el fondo de su subconsciente.
La serenidad y la paz de espíritu constituyen una fuerza más poderosa que cualquier
tipo de violencia. Ante las personas que mantienen la serenidad en cualquier cir-
cunstancia, hasta los más exaltados agresores acaban cediendo y no consiguen
hacerles ningún mal.
En el Antiguo Testamento, se cuenta que el profeta Daniel no perdió la serenidad
cuando fue arrojado a una cueva llena de leones y, por esa razón, las fieras se
mostraron mansas como gatos y no le hicieron ningún mal. También, en el Japón
existe una historia semejante: cierta vez, el famoso maestro de "kendo", Yagyu
Tajimanokami entró a la jaula de unos tigres, pero éstos se mostraron inofensivos

72
como gatos ante la gran serenidad del maestro Yagyu.
Hay, también, un cuento muy interesante que nos demuestra lo fácil que es vencer
al adversario cuando se mantiene la completa serenidad mental:
"Había una vez un samurái errante. En sus andanzas por el país, se le había acabado
el dinero y tenía dificultad para conseguir su alimento diario. En aquella época,
había una costumbre según la cual todo samurái que visitase una Academia de
Kendo y midiese fuerzas con el maestro de esa academia o con uno de los
discípulos, era invitado a comer, sin tener en cuenta si vencía o no. Acordándose de
este hecho, el samurái errante pensó que sería una gran idea aprovechar esa
costumbre para garantizar su subsistencia. Entonces, resolvió visitar justamente a la
hora de comer, todas las academias que encontrase durante su viaje, dejándose
vencer a propósito para terminar pronto la lucha y recibir un plato de comida. Y, así,
llegando cierta tarde a una de las más grandes academias de Edo (antigua capital
del Japón), gritó:
— ¡Hay alguien en casa!
Cuando uno de los discípulos vino a atender, el samurái dijo en voz alta y clara:
— Soy un samurái que recorre el país, para perfeccionar mis habilidades en el
manejo de la espada. Me gustaría luchar con el dueño de esta Academia.
El hombre que lo atendió quedó impresionado con el aspecto valiente del samurái y
fue corriendo a anunciarlo al maestro:
— ¡Maestro! ¡Maestro! ¡Allá afuera hay un samurái muy fuerte y dice que desea
luchar con Ud.!
El maestro, que estaba cenando, respondió:
— Condúzcalo a la sala de entrenamientos y pídale que espere un poco.
Así, el samurái quedó esperando en la sala de entrenamientos. Luego, vino el
maestro de la academia, un hombre alto y fuerte. Se saludaron e inmediatamente
se levantaron para la lucha. Pero, el samurái no tomó ninguna posición de defensa o
de ataque, ya que estaba con hambre y quería ser derrotado cuanto antes, para
terminar con esa lucha y poder comer. Por eso, se quedó simplemente parado, sin

73
levantar la espada de madera que tenía en la mano derecha.
El maestro se sorprendió al ver que el samurái estaba totalmente descubierto para
el ataque del adversario. Hasta parecía ser que desconocía completamente el arte
de la esgrima. Sin embargo, era imposible que un hombre sin experiencia desafiara
a esgrimistas experimentados, sin motivo. "Tal vez esté simulando para atraerme",
pensó el maestro. Y dijo:
— Defiéndase, caballero.
Y el otro respondió, con la mayor calma:
— Estoy bien así.
Viéndolo tan tranquilo, el maestro empezó a inquietarse, pensando:
"Ese samurái debe ser un excelente espadachín, porque de lo contrario no estaría
así parado y tranquilo, totalmente abierto al ataque de un adversario
experimentado como yo. Él, mantiene su espada baja, como si no tuviera la mínima
intención de atacar; pero con seguridad, en el momento en que yo haga el más leve
movimiento con mi espada, él aprovechará ese pequeño instante y dará el golpe,
con la rapidez de un relámpago. Por eso, no debo moverme. Si cometo el error de
iniciar un mínimo movimiento antes que él, perderé la lucha".
Así, pensó el maestro de la academia; y cuanto más deseaba atacar, más
inmovilizado se sentía, temiendo darle al adversario una oportunidad de
contraataque. En suma, su mente estaba perturbada debido al miedo de ser
golpeado. En cambio, el samurái estaba completamente tranquilo, pues, en vez de
temer el ataque del adversario, pensaba en ser golpeado lo más pronto posible,
para poder comer después. El maestro se mantenía inmóvil, observando aten-
tamente al adversario, pero su mente estaba agitada, pues se había convencido de
que el samurái era muy fuerte y respondería a cualquier tentativa de ataque. Se
diría que, mentalmente, el maestro estaba trabando una tremenda lucha con ese
"terrible adversario", que él mismo había creado en su imaginación. Por eso, a pesar
de mantenerse inmóvil, su mente estaba dominada por el miedo. Al cabo de unos
minutos, su corazón comenzó a latir con más rapidez, su respiración se volvió

74
jadeante y el sudor le comenzó a correr por la cara. Finalmente, tiró al suelo su
espada de madera, se inclinó delante del adversario y dijo con respeto:
— A lo largo de mi carrera, luché con muchos maestros de artes marciales; pero,
hasta hoy, no había encontrado a un hombre tan temerario y seguro de sí mismo
como Ud. Me gustaría saber cómo se llama su estilo de esgrima y en qué escuela lo
aprendió.
El samurái errante, un tanto avergonzado, respondió:
— Usted está engañado. Yo no soy fuerte como Ud. piensa. Sólo soy un samurái
mediocre, y en cuanto a mi estilo de esgrima, tal vez podríamos llamarlo de estilo
"ganas de comer". Le voy a explicar el por qué: Recorriendo el país, me quedé en la
miseria y no sabía qué hacer para garantizar mi sustento diario. Hasta que,
finalmente, tuve la idea de visitar cada academia que encontrase a mi paso y
desafiar al dueño o a los discípulos para luchar, pues me acordé de la costumbre de
las academias que ofrecen una comida a tales visitantes. Lo que yo quiero no es
vencer la lucha, sino obtener comida. Por eso, sea cual fuere el adversario que
acepte mi desafío, no me atemorizo. No pienso más que en dejarme vencer cuanto
antes y recibir un plato de comida y, por esa razón, mi mente se mantiene tranquila
e imperturbable, aun ante los más fuertes adversarios. Parece que, debido a mi
actitud, Ud. pensó que yo era un gran espadachín y ese temor no lo dejó actuar.
Ahora que sabe la verdad, derróteme rápidamente y luego deme por favor un plato
de comida.
Al oír esta explicación, el maestro reflexionó y comprendió que, "sintiendo temor,
no se puede discernir correctamente las cosas, se agita la mente y provoca la
derrota; mientras que la ausencia de miedo o temor mantiene la mente tranquila y
hace posible obtener la victoria".
Este ejemplo nos demuestra que una persona con la mente totalmente serena es
más fuerte que un eximio maestro que se deja dominar por el nerviosismo. Aquellos
que tienen siempre el corazón lleno de armonía y nunca pierden la serenidad
mental son dueños de un carácter superior y, con seguridad, alcanzarán la victoria,

75
pues en cualquier circunstancia pueden manifestar plenamente su capacidad. En los
exámenes escolares, a veces ocurre que algunos estudiantes brillantes sacan notas
más bajas que sus colegas considerados menos inteligentes. Esto ocurre, cuando
tienen la mente intranquila debido a la ansiedad y no pueden manifestar ni la mitad
de su verdadera capacidad.
Cuando estamos con la mente agitada, la memoria falla, disminuye nuestra
capacidad de discernimiento y nos aturdimos, tal como ocurrió con aquel maestro
ante la serenidad del samurái errante.
Cierta vez, un criado que trabajaba para un príncipe feudal recibió la orden de su
amo para salir a trabajar en medio de la noche. En una calle oscura, estaba un
samurái que había adquirido una espada nueva y resolvió probar la capacidad de
corte del arma, atacando algún transeúnte. Cuando vio al criado, que parecía débil,
el samurái pensó que sería una víctima ideal y lo llamó: ¡Pare! ¡Lo desafío a un
duelo de espadas! El criado nunca había aprendido ' esgrima; pero, siendo de origen
noble, era considerado samurái. Y un samurái jamás rehúsa un duelo. El criado
decidió luchar, pues sabía que si intentaba huir ante el desafío para un duelo,
causaría una gran vergüenza a su soberano, el príncipe Yamanouchi. Pero, como
nunca aprendió esgrima, no sabía ni siquiera como dejarse golpear por la espada
del adversario para morir con dignidad y no causar vergüenza a su soberano.
Tomando la decisión de aprender, por lo menos, a ser golpeado con dignidad para
no manchar el nombre de su amo, el criado dijo al samurái:
— Por favor, ¡espere un momento! Estoy dirigiéndome a un lugar, para
cumplir la tarea que mi amo me ordenó. Aunque sea un simple criado, no dejo de
ser un samurái y jamás miento. Después de cumplir la tarea ordenada por mi amo,
volveré aquí y lucharé con Ud. Le pido que me espere aquí hasta que regrese.
Entonces sí, podremos luchar a gusto.
El samurái atendió al pedido, y el criado siguió su camino. Tan pronto cumplió su
tarea, el criado buscó un famoso maestro de esgrima, que dirigía una academia en
Edo, le explicó su situación y con gran fervor, pidió:

76
— Enséñeme como ser golpeado por el adversario, pues deseo morir con dignidad
para no manchar el nombre de mi amo.
El maestro de esgrima quedó muy sensibilizado con tu actitud mental del criado y le
enseñó el método de enfrentar al adversario con la mente serena:
— Apenas saque la espada, levántela con ambas manos. Si mira al adversario que
estará listo para atacarlo, quedará con la mente alterada por el temor. Por lo tanto,
apenas levante la espada, cierre los ojos y no los abra hasta el fin. En el instante en
que el adversario ataque y sienta en alguna parte del cuerpo el frío de la lámina,
baje su espada sobre él, con todas las fuerzas de su cuerpo. Así, Ud. matará al
adversario en el mismo momento en que será muerto por él y; por lo tanto, su
muerte será digna.
El criado agradeció al maestro y, cumpliendo la promesa volvió al lugar donde el
adversario lo aguardaba. Sacó la espada, la levantó con ambas manos, cerró los
ojos, y esperó el golpe de la fría lámina de la espada enemiga. Pasaron algunos
minutos, y nada de sentir el golpe. ¿Qué será que está sucediendo?", pensó el
criado, permaneciendo de ojos cerrados. Por el ruido, percibió que el adversario
estaba jadeante. Pasaron veinte minutos, treinta minutos. La respiración del
adversario se volvió más jadeante. Inmediatamente, el criado escuchó un ruido
delante de él. Abrió los ojos y vio al samurái adversario postrado a sus pies. De
rodillas y con la frente tocando el piso, el samurái pidió perdón al criado:
— Lo desprecié pensando poder matarlo fácilmente. Pero veo que es muy superior
a mí. Le pido que me salve la vida.
El criado venció al joven y agresivo samurái porque, habiendo tomado la decisión de
morir con dignidad, mantuvo la actitud mental serena, cerrando los ojos delante del
peligro fenoménico.
Por eso, repito: Si desean realizar grandes obras superando los más difíciles
problemas de esta vida, es necesario saber mantener la serenidad y la paz de
espíritu, en cualquier circunstancia. Ese estado espiritual les permitirá manifestar
plenamente su verdadera capacidad y obtendrán la victoria en todo lo que realicen

77
en la vida.
Otra cosa necesaria para salir victoriosos en esta vida es "no pretender huir de las
dificultades". Si tratamos de huir de las dificultades y de las cosas desagradables sig-
nifica que ya perdimos la serenidad y fuimos derrotados. El verdadero vencedor es
aquél que no ve las dificultades y mantiene su mente siempre serena e
imperturbable, mirando únicamente la perfección de la Imagen Verdadera de todas
las personas, cosas y hechos.
Queridos lectores, cumplan fielmente todas sus tareas y obligaciones. Por más
difíciles que parezcan, tengan la seguridad de que Dios jamás da al hombre tareas
que no sea capaz de realizar. A través del cumplimiento de las tareas recibidas de
Dios, podrán perfeccionar, cada día más, su alma y aumentar en gran medida su
capacidad. Entonces, nuevas perspectivas se abrirán ante sus ojos y descubrirán que
las situaciones que antes les parecían adversas, en realidad, son trampolines para el
éxito.
Sea cual fuera lo que sobrevenga en nuestra vida, no debemos perder la serenidad.
Por más altas que sean las olas de adversidades, éstas se calmarán rápidamente
ante la serenidad con que las enfrentamos.

78
CAPITULO X
VIVA CON EL CORAZON REPLETO DE GRATITUD A TODAS LAS
COSAS

Nosotros nacemos en este mundo para "auto-expresarnos". Para realizar ese


objetivo, debemos actuar conforme el "principio básico de auto-expresión", según
el cual "todo se expresa a través de la mente". Nuestras expresiones fisionómicas,
nuestro comportamiento, nuestros actos, todo en fin, se basa en nuestra "mente".
También, debemos saber que la verdadera auto-expresión consiste en expresar los
atributos de Dios, pues nos creó con la finalidad de auto-expresarse Él mismo. Por
lo tanto, debemos tener como lema "vivir una vida realmente digna de Dios", o sea,
una vida que sea la manifestación de la Vida de Dios.
Existen diversas formas de manifestar a Dios "a través de nosotros mismos", y el
rumbo de nuestra vida varía mucho según la forma por la cual lo manifestamos.
Unos manifiestan la belleza de la obra de Dios en su propia belleza física, mientras
que otros manifiestan a Dios a través de su Amor al prójimo; unos manifiestan a
Dios a través de su capacidad intelectual, y otros, a través de su alto desarrollo
espiritual; unos manifiestan a Dios a través de su talento artístico, y otros, a través
de sus conocimientos científicos o su genio inventivo, y así sucesivamente. Las
formas pueden variar. Lo importante es "manifestar a Dios a través de nosotros
mismos". Sin embargo, sepamos que nuestras obras no podrán ser eternas, si no
son el resultado de la plena manifestación del Dios de nuestro interior. Las obras
máximas, aquellas que expresan la eternidad en un corto espacio de tiempo
llamado "ahora", sólo pueden ser realizadas con la plena manifestación del Dios de
nuestro interior.
Tratándose de artes, como la música, pintura, literatura, etc., o de descubrimientos
científicos podemos afirmar que cuando poseen el verdadero valor, o sea, cuando
son la manifestación de la grandeza de Dios, son capaces de transmitir el latir de la

79
Vida eterna.
Para poder expresarnos plenamente, es fundamental que no olvidemos el
sentimiento de gratitud. Nuestra "auto-expresión" es, en realidad, la "auto-
expresión" de la Vida de Dios. Esto significa que todo lo bueno y valioso que
expresamos o realizamos viene de Dios. Por lo tanto, jamás debemos olvidar el
sentimiento de gratitud a Dios. Agradezcamos siempre a Dios, pues todo en nuestra
vida, hasta el más leve movimiento de nuestro cuerpo, es posible gracias a la Vida
de Dios que fluye hacia nosotros.
La Ley Áurea de la "Provisión Ilimitada", dice: "Da y recibirás", y esto se aplica no
sólo a los bienes materiales, sino también con respecto a nuestra capacidad. Si
agradecemos constantemente a Dios por todo lo que recibimos diariamente, si le
rendimos gracias siempre que concluimos una obra o una tarea, nuestra capacidad
aumentará infaliblemente, y podremos realizar con un mayor éxito nuestros
próximos planes.
Muchas personas agradecen a Dios solamente cuando reciben gracias especiales
como la cura de una enfermedad, la obtención de bienes materiales, etc.
Obviamente esa no es la gratitud total, verdadera. La verdadera gratitud es la que
sentimos al percibir el gran Amor de Dios que se
Viva con el corazón repleto de gratitud manifiesta en todas las cosas que nos
rodean - en el aire que respiramos, en la luz del sol que nos ilumina, en el agua que
mitiga nuestra sed, en el afecto de personas queridas; en fin, en todas las cosas que
nos rodean y en todos los hechos que ocurren en nuestra vida. Debemos aprender a
agradecer constantemente a Dios, por todas esas bendiciones.
Es esencial crear el hábito de mantener constantemente el espíritu de gratitud. Ver
las bendiciones de Dios en todas las cosas y dirigir nuestros pensamientos y
nuestros sentimientos de gratitud hacia Él significa, "trascender las formas
superficiales de las cosas y hechos y captar su esencia espiritual". Todo y cualquier
trabajo parece agotador y cansador cuando lo ejecutamos con el simple objetivo de
obtener recompensas materiales. Pero, cuando concientizamos que todo trabajo

80
que realizamos es la expresión del Amor, sabiduría y Vida dados por Dios, nuestras
tareas se transforman inmediatamente en motivos de alegría y satisfacción. Por
eso, queridos lectores, comiencen ahora mismo a ejecutar con espíritu de gratitud
sus tareas, considerándolas como bendiciones dadas por Dios. Si consideramos
nuestro trabajo como dádiva de Dios y lo ejecutamos con espíritu de gratitud,
seguros de que Dios se alegrará con su realización plena, infaliblemente seremos
guiados por la misteriosa fuerza de Dios y conseguiremos alcanzar un éxito
maravilloso. El mundo en el que vivimos es un inmenso "océano" de sabiduría,
Amor y Vida de Dios. Por lo tanto, basta abrir el "canal" de nuestra mente y recibir
la abundante provisión de esas dádivas. Cuanto más abrimos el "canal" de nuestra
mente, más abundantemente recibiremos la sabiduría, el Amor y la Vida de Dios.
"Agradecer" es el mejor medio para abrir el "canal" de la mente.
En los intervalos de las tareas, es bueno que cerremos los ojos, serenemos la mente
y, manteniendo la respiración lenta y profunda, mentalicemos: "Dios, estoy
absorbiendo en este momento, vuestra sabiduría infinita, vuestro Amor infinito y
vuestra vida infinita. Gracias a eso, mi vida estará bajo vuestra total orientación y
protección, seré cada vez más fuerte y saludable y nunca fracasaré en mis tareas
diarias.
Gracias os doy, Señor, por vuestro Amor, vuestra sabiduría y vuestra vida que fluyen
hacia mí". Debemos mentalizar esto, respirando profundamente, como
"llenándonos" totalmente del Amor, sabiduría y Vida de Dios agradeciéndole con
toda sinceridad. Agradecer es el mejor medio para lograr manifestar plenamente la
infinita capacidad que recibimos de Dios.

81
CAPITULO XI
EL VALOR INESTIMABLE DE LOS BUENOS AMIGOS

Se dice que "el hombre es un ser social". De hecho, el hombre es incapaz de vivir en
completo aislamiento y soledad pues necesita del contacto con sus semejantes.
Necesita, principalmente, de buenos amigos.
La compañía de buenos amigos es esencial durante toda nuestra vida. A cualquier
edad, debemos tener buenos amigos. Pero, sobre todo es importante que
encontremos buenos amigos en nuestra juventud, porque en ese caso podemos
alcanzar juntos un alto grado de desarrollo, a través del descubrimiento mutuo de
cualidades, del mutuo elogio, del mutuo consuelo en los momentos de tristeza y de
la mutua colaboración en todas las cosas.
Los buenos amigos creen en nosotros, y el solo hecho de saber que existen en este
mundo personas que creen en nosotros, nos llena de valor. Lo que nos estimula y
redobla nuestros esfuerzos son las palabras de exhortación, el cariño y la
comprensión de nuestros amigos. Tener amigos sinceros, alegres y optimistas vale
mucho más que poseer grandes fortunas y tesoros. La alegría y el optimismo de
esos amigos ejercen gran influencia sobre nosotros y nos dan valor y esperanza.
En este mundo existen numerosos casos de personas que continuaron esforzándose
hasta alcanzar su meta final, gracias a las palabras optimistas y de aliento de sus
amigos. Si no fuese por los estímulos de los amigos, esas personas seguramente
habrían fracasado y desistido a mitad del camino.
La mayoría de las veces, nuestros éxitos se deben al auxilio de nuestros amigos. Sin
embargo, gran parte de las; personas no perciben claramente ese hecho. Debemos
comprender que no es posible alcanzar nuestra meta sin la ayuda de alguien que
reconozca nuestra capacidad. Nos será imposible alcanzar el éxito financiero o
"material", si no hay nadie que nos dé buenos consejos, que nos ayude a demostrar
al público nuestro valor y nuestra capacidad, o] que haga buena propaganda de

82
nuestros servicios o de nuestras mercaderías. Si "extraemos" de nuestros éxitos,
famas o fortunas, los incontables favores que hemos recibido de un gran número de
personas, creo que el saldo j será prácticamente "cero".
Supongamos que un abogado recién graduado abra su propia oficina. Él tiene su
título de Doctor en Derecho y está debidamente registrado en el Colegio de
Abogados, pero no cuenta con ningún amigo o conocido que lo ayude a tener
reputación ante el público. En este caso, nadie sabe nada sobre su talento y
capacidad. Tratándose de un abogado novato y no habiendo nadie que lo
recomiende, las personas, en general, vacilarán en confiarle sus asuntos, por miedo
de que no tenga la capacidad para conseguir una solución favorable. Aunque haya
instalado una linda oficina en uno de los mejores puntos de la ciudad, pagando un
alquiler elevadísimo, podrá estar meses enteros sin conseguir clientes. De este
modo, si continúa en esa situación, tendrá que cerrar su oficina y llevar la triste vida
de un fracasado.
Pero, las cosas serían diferentes si ese abogado tuviese conocidos y amigos que
reconociesen su talento y capacidad y lo recomendasen al mayor número de
personas. En ese caso, en poco tiempo sería conocido y conseguiría trabajo, pasaría
a disfrutar plenamente de una buena reputación y fortuna. Gracias al auxilio de
amigos influyentes, haría una carrera brillante y victoriosa, y quien sabe, hasta
podría llegar a ser Juez del Supremo Tribunal de Justicia. Naturalmente, es esencial
la capacidad para conseguir el éxito. Pero, en este mundo, es muy difícil vencer
usando solamente nuestra capacidad. Existen otras cosas como "popularidad",
"prestigio", "auxilio de personas influyentes", etc., que no deben ser despreciadas.
Gracias a esas cosas, hasta las personas menos dotadas pueden escalar los peldaños
hacia el éxito. Afortunados son, pues, aquellos que poseen buenos amigos.
Voy a citar otros ejemplos para mostrar la importancia de tener buenos amigos.
Imaginemos a un joven médico recién graduado. Como se sabe, ejercer la profesión
de médico es "trabajar con la vida humana". Por eso, las personas difícilmente
buscan un médico novato. La competencia del joven médico aún se desconoce. No

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hay nada más arriesgado que confiar la propia vida en manos de un médico cuya
capacidad nadie conoce. Por lo tanto, aunque ese joven médico sea muy
competente, no logrará formar buena clientela si no tuviera conocidos y amigos que
reconozcan su capacidad y lo recomienden a otras personas, afirmando que es un
médico honesto, competente y merecedor de una entera confianza. Si no hay nadie
que reconozca y testifique la competencia del joven médico, éste no podrá formar
su clientela, pues las personas seguirán buscando solamente a médicos conocidos y
con experiencia. Este es un ejemplo más, que muestra la importancia de tener
buenos amigos y conocidos que reconozcan nuestras capacidades.
Ahora, citemos como ejemplo a un artista: aunque tenga un excepcional talento
artístico, le son necesarios muchos años de estudio y perfeccionamiento para
conquistar la fama. A lo largo de su carrera, a veces, será el centro de violentas
críticas por parte de artistas pertenecientes a otras escuelas o corrientes. Para que
él no se deje vencer por esas críticas y pueda continuar luchando con todas sus
fuerzas para lograr su perfeccionamiento, necesita de buenos amigos que
reconozcan su talento y lo estimulen constantemente. Además, no es solamente en
los momentos difíciles Que él necesita de buenos amigos. También, el día que
consiga finalmente exponer sus obras necesitará del apoyo de sus buenos amigos,
que hagan comentarios favorables y logren de este modo que el público se interese
en sus trabajos. En este mundo, existen muchos artistas que, a pesar de tener un
gran talento, viven una vida solitaria, en un eterno anonimato, por no poseer
buenos amigos o conocidos que puedan ayudarlos a lograr el éxito. De modo
general, lo que determina el éxito de un artista es la repercusión de los comentarios
favorables de los críticos y de los expertos en arte. Debemos reconocer que, hasta
en una actividad en que el talento personal decide todo, es muy difícil alcanzar el
éxito sin la ayuda de buenos amigos.
Como lo demuestran estos ejemplos, es esencial tener amigos. Pero, no caigamos
en el error de buscar amistades únicamente por creer que “los amigos son
elementos indispensables para nuestro éxito". Con esa actitud interesada, jamás

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podremos conocer el valor de la verdadera amistad.
La verdadera amistad, noble y sincera, sólo es conseguida cuando se abandona la
actitud egoísta de pretender buscar amigos para usarlos como "trampolines" para el
propio éxito.
Sin duda, es importante el auxilio de los buenos amigos para que podamos alcanzar
el éxito en el plano material. Pero, mucho más importante es la influencia espiritual
que ellos ejercen sobre nosotros. La fama y la fortuna son cosas que pueden
desaparecer con el correr de los años y con las vicisitudes de la existencia. Sin
embargo, las influencias espirituales que recibimos de nuestros amigos nos
acompañan durante toda nuestra vida. La "buena influencia espiritual" será nuestro
eterno tesoro, mientras que, la "mala influencia espiritual" será un obstáculo para
nuestro progreso. El hombre recibe fuerte influencia del carácter de sus amigos.
Dependiendo del tipo de influencia recibida, será alegre o taciturno, grosero o
gentil. Aquél que mantiene amistad con personas deshonestas, termina por
volverse también deshonesto. Aquél que vive en medio de un grupo de amigos que
sienten placer en descubrir los defectos ajenos para ridiculizarlos, termina por
cultivar también un carácter crítico e irreverente, sintiendo también placer en
señalar los defectos ajenos. De este modo, aquél que se vuelve amigo de personas
bondadosas, generosas, honestas y esforzadas, recibe sus buenas influencias y pasa
a tener, también, todas esas grandes cualidades.
Existen personas que ejercen sobre los demás, un efecto leve y estimulante; tal
como un refresco en el verano o un tónico para el ánimo. Cuando estamos en
compañía de esas personas, sentimos un gran bienestar, una sensación agradable
de brisa. Ellas son como un oasis para nosotros. A su lado, conseguimos tener
excelentes ideas, lo que ocurre cuando estamos solos. Los buenos amigos actúan
como un estimulante para nuestra mente, aumentan; nuestra capacidad,
agudizando nuestra inteligencia, volviendo ricas nuestras emociones y despertando
nuestra sensibilidad poética. Pero, existen también personas que ejercen sobre
nosotros influencias totalmente negativas. Estando junto a ellas, nos sentimos

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deprimidos, nuestro corazón vuelve seco y frío, nuestra mente se torna sombría y
ter minan desapareciendo totalmente las fuentes de buenas ideas e inspiraciones.
Como vemos, es grande la influencia de los amigos Por eso, saber elegir buenos
amigos es mucho más importante que saber escoger buenas ropas o buenos
muebles.
Refiriéndose a la importancia de tener buenos amigos R.W.Emerson, poeta y
filósofo norteamericano, dijo lo siguiente: "Lo que más necesitamos en esta vida es
de alguien que nos ayude a exteriorizar plenamente nuestra capacidad. Las
personas que nos prestan este valioso auxilio son nuestros amigos: buenos amigos,
sinceros y leales. Andando en compañía de buenos amigos, logramos progresar
fácilmente. Los buenos amigos son como poderosos imanes que extraen las
cualidades ocultas en nuestro interior. ¡Cuán valiosos son los buenos amigos que
nos ayudan a abrir completamente la puerta del tesoro que existe dentro de
nosotros mismos!. Los verdaderos amigos son aquellos que entienden nuestros
pensamientos y sentimientos, aun cuando no los expresamos a través de palabras;
son aquellos cuya compañía es suficiente para que se establezca rápidamente una
perfecta sintonía de almas; son aquellos que aumentan nuestra capacidad, uniendo
la suya a la nuestra, permitiéndonos realizar cosas que nosotros mismos juzgamos
imposibles de realizar".
A lo largo de la jornada de esta vida, a veces, encontramos "situaciones sin salida" y
nos sentimos desesperados. En esas ocasiones, los buenos consejos y las palabras
de aliento de los amigos sinceros levantan nuestro ánimo y nos ayudan a encontrar
nuevas oportunidades para alcanzar la felicidad. En este mundo existen muchos
casos de personas que al principio eran consideradas mediocres o incapaces; pero,
posteriormente, comenzaron a mostrar su capacidad y consiguieron grandes
progresos gracias al incentivo y consejos de buenos amigos que supieron descubrir
sus cualidades ocultas y les hicieron tomar conciencia de la capacidad ilimitada
existente en su interior.
A través de estos ejemplos, comprendemos que tener buenos amigos que sepan

86
descubrir nuestras cualidades e incentivarnos con sinceros elogios es más
importante que tener amigos que señalen constantemente nuestros defectos
tratando de corregirnos (pues las críticas constantes, aunque bien intencionadas,
sólo producen efectos negativos: en vez de incentivar a las personas, aumentan sus
frustraciones).
Cicerón, el gran orador romano, dijo lo siguiente: "Eliminar de esta vida ese bello y
noble sentimiento llamado amistad es lo mismo que apartar de la tierra los
generosos rayos del Sol. La amistad es una de las mayores dádivas que el hombre
recibió de Dios". «Todos necesitamos de buenos amigos. Pero no basta pensar en
"obtenerlos". Este mundo es un mundo de "constante circulación e intercambio de
todas las cosas". Siendo así, es imposible "recibir todo, sin dar nada"; como también
es imposible "no recibir nada, a pesar de dar todo". Por lo tanto, si queremos tener
buenos amigos, primeramente nosotros mismos debemos ser buenos amigos,
dando Amor, bondad y alegría a todas las personas, reconociendo la cualidades de
los otros, ayudándolos a exteriorizar esa cualidades y no ahorrando palabras de
elogio, incentivo ji aliento. Si queremos ser amados, debemos dar primen! nuestro
Amor; si queremos atraer buenas amistades! debemos primero cultivar un "carácter
atrayente". 1 Una persona fría, egoísta y avarienta, que no siente] Amor por nadie,
jamás podrá encontrar buenos amigos, por más que lo desee. Todos nosotros
recibimos en la misma| medida en que damos. Por eso, si queremos tener muchos
amigos, necesitamos ser generosos, necesitamos tener un "gran corazón" capaz de
albergar cariñosamente muchas y muchas personas. Si tuviéramos un "corazón
estrecho e intransigente" y viviéramos señalando las fallas ajenas, los buenos
amigos se irán alejando de nosotros, uno por uno. La rectitud es esencial pero, si no
va acompañada de generosidad, no tiene el poder de atraer gran número de
personas. Las personas intransigentes, que señalan los defectos ajenos, no
consiguen hacer buenos amigos y no podrán contar con el auxilio de los otros
cuando sea necesario. Debemos tratar a todas las personas con Amor y
generosidad. El Amor verdadero no juzga fríamente, no ve los defectos, no toca en

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la "herida del alma" de los demás. Por el contrario, envuelve delicadamente esa
herida, tal como una atadura suave y espera pacientemente, que la persona se
recupere y pase a manifestar todo el vigor de su "verdadera Vida". Las personas que
poseen ese gran Amor, esa generosidad y esa paciencia, son amadas por todos y
viven rodeadas de buenos amigos.
A nadie le gusta ser criticado. Todas las personas se sienten felices cuando reciben
elogios. Las personas pesimistas y taciturnas no agradan a nadie, pero las personas
alegres y optimistas son bien recibidas por todos. Solamente aquellos que no ven
los defectos de los otros, logran ser verdaderamente alegres y optimistas y disfrutar
de la amistad sincera de muchas personas.
Si son capaces de dirigir palabras bondadosas a los demás, no con el simple
propósito de ser corteses y educados sino por un sincero Amor al prójimo, con
certeza, esa actitud desinteresada hará que las personas se aproximen a Uds. y se
vuelvan buenos amigos.
El egoísmo es la muralla que separa a las personas. Nadie podrá tener amigos
verdaderos mientras sea egoísta. En este mundo existe una ley, según la cual: "Los
semejantes se atraen". De este modo, si es una persona egoísta que busca hacer
amistades con la intención de sacar algún provecho, las personas que se aproximen
a Ud., también no pasarán de un grupo de egoístas y oportunistas. Por esta razón,
es verdadera la afirmación de que: "Nosotros recibimos de los otros las mismas
cosas que les damos".
Cuando conozcan a personas que les inspiren gran simpatía y sientan el deseo de
consolidar una amistad duradera, no vacilen en tomar la iniciativa. Es necesario,
confesar los propios sentimientos sin dudar, dirigiendo palabras tales como: "Me
agradas mucho", "Eres maravilloso", "Siento amistad por ti", etc. Si aun sintiendo
amistad* no la confiesa; si aun reconociendo las cualidades del otro, no las elogia y
si aun queriendo ser amigo de una personal vacila, entonces, no será posible que
consiga algo. Sepan que ganar buenos amigos es más importante que obtener una
gran suma de dinero. Concientizándose de eso, nunc más estarán indecisos cuando

88
surjan en sus vidas personas que puedan venir a ser excelentes amigos.
Hasta aquí, hablé mucho sobre la importancia de tener buenos amigos, pero dejé
de explicar algo muy importante: aun las personas consideradas "malas" pueden
transformarse por completo y ser buenos amigos, si supiéramos "como; actuar". Y
el "secreto" no es tan difícil como parece. Basta que no miremos el lado negativo y
desagradable de esas personas, mostrándoles únicamente nuestra admiración por
sus cualidades y nuestra confianza por su bondad y honestidad. Esas personas, que
constantemente fueron el centro de críticas y reprobaciones de los demás y que se
quejaban por no tener amigos que los comprendan, se sentirán in-mensamente
felices al encontrar a alguien que no los critica y que sólo ve sus cualidades. Así, se
transformarán en los más sinceros y leales de los amigos.
Nuestros "mejores amigos" no siempre son personas, A veces, pueden ser buenos
libros. Tanta verdad hay en eso que, cierta vez Henry Ward Beecher dijo lo
siguiente, refiriéndose a la gran influencia de los libros sobre el hombre: "Las
personas se transforman completamente, después de leer las obras de Ruskin". Los
libros, siendo la "expresión viva" de la mente del autor, consiguen influenciarnos
tanto como las personas con quienes nos relacionamos directamente. Sin exigir de
nosotros más que un pago de relativa importancia, los buenos libros nos ofrecen
incontables beneficios y esperan que nosotros les saquemos el máximo provecho
posible a través de su cuidadosa lectura.
Para finalizar, voy a explicar el "método para conseguir buenos amigos a través de ía
mentalización". Si quieren tener buenos amigos, deben comprender realmente que
"Dios es Amor", y mentalizar lo siguiente:
"El Amor de Dios se manifiesta a través de mí. Así como Dios ama a todas las
personas, yo también amo a todas las personas".
Mentalicen eso todos los días y pónganlo en práctica, distribuyendo Amor y bondad
a todas las personas que les rodean. Si proceden de esa forma, emanará de todo su
ser una constante "atmósfera de Amor", que atraerá naturalmente a muchas
personas y hará que encuentren buenos amigos.

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CAPITULO XII
SOBRE LAS VIRTUDES DE LA AMABILIDAD Y DE LA
PERSISTENCIA

Hay momentos en la vida, en que nos sentimos desesperados porque nuestros


objetivos se malogran totalmente a pesar de haber empeñado todo nuestro
esfuerzo y de haber hecho todas las tentativas: llegamos al grado de recurrir a
terceros, procurando obtener su colaboración con palabras vehementes y
argumentos convincentes. Pero, todo es en vano. Entonces, caemos en un profundo
desánimo, creyendo que ya se agotaron todos los recursos. Pero, la verdad es que,
aun en esos momentos, todavía hay medios para solucionar la situación, todavía
existe un camino a seguir.
Este camino que conduce al objetivo se denomina Persistencia. Una persona
persistente no retrocede, por más dura que sea la derrota. Por grandes que sean los
obstáculos y las dificultades que tenga que enfrentar. Es como la flor de cereza que
surge perfumada, rompiendo la nieve en el rigor del invierno. Debemos seguir el
ejemplo del valor y persistencia de esa flor. Entre aquellos que han vencido en la
vida, no hay quien no haya enfrentado algún tipo de dificultad. Y lo que los llevó a la
victoria fue su persistencia. En vez de dejarse abatir por las dificultades, las
consideraron como "esmeriles que sirven para pulir el alma" y, a través de ellas, se
fortalecieron. En este mundo, obtendrán la victoria solamente las personas
persistentes que nunca se dejen vencer por las dificultades, exactamente como las
semillas de trigo que no pierden la capacidad de reproducirse, por más que sean
pisoteadas.
Los persistentes no abandonan su objetivo, aun cuando los demás desistan. Por eso,
consiguen obtener hasta la parte de aquellos que desistieron. Los persistentes
pueden mantener la serenidad y penetrar en el alma del prójimo: aun en
circunstancias en que los otros perderían la paciencia y, perturbados, romperían la

90
armonía de la relación. Así,, consiguen la victoria. Los persistentes toman las
grandes oportunidades que los otros desperdician. Muchas personas, aunque sean
talentosas, abandonan su objetivo inicial, la profesión a la cual estaban comenzando
a acostumbrarse y hasta a sus colaboradores con quienes estaban comenzando a
entenderse, por causa de esa falta de persistencia no pueden alcanzar el éxito.
Pero, los persistentes saben atraer el alma del prójimo, no pierden la menor
oportunidad e i infaliblemente logran un gran éxito.
Aquél que no pierde la calma frente a una humillación ya es un sabio. Aquél que
consigue mantener la suavidad y la amabilidad en sus actitudes aun delante de una
ofensa, es un virtuoso. Aquél que, aun siendo ofendido, considera eso como una
oportunidad para auto-perfeccionamiento y se siente grato al ofensor, acaba
ganando su estima.
Si Uds., en cualquier circunstancia, no se agitan ni se enfurecen, manteniendo
siempre un espíritu de paz, bondad y gratitud; las voces de sus opositores se
transformarán en coros de admiración. Recuerden que: la simple persistencia no
produce el verdadero efecto. Solamente la persistencia acompañada del espíritu de
gratitud y la blandura de corazón, permitirá conquistar el objetivo final.
La persistencia nace cuando se cree que el objetivo, una vez escogido, ya está
realizado. Por lo tanto, crean: "Mi deseo es la manifestación del deseo de Dios y
eso, en verdad, ya está realizado". ¡No vacilen, avancen confiados! Si alguno de Uds.
tiene una deuda, basta pagarla. Pues, si tenemos una deuda es porque tenemos los
medios para pagarla.
Recientemente, un joven me contó que, cierto día al practicar la Oración Meditativa
Shinsokan, visualizó un bello mundo paradisíaco, repleto de tesoros. Fascinado,
permaneció en ese maravilloso Paraíso espiritual durante media hora. Al despertar
y observar el mundo presente con los ojos de los sentidos, vio que su hogar
continuaba siendo la vieja casa de siempre, con las "fussuma" (*) sucias y
deterioradas. ¡Qué gran diferencia con el Paraíso! Exactamente por el hecho de
haber visto en su imaginación el esplendor del Paraíso, la pobreza de su casa era

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contrastante. Y, por más que el joven clamase: "¡Ahora aquí, es el Paraíso!" en su
interior, las "fussuma" viejas y rasgadas no se modificaban.
En ese momento, se acordó de lo que dije una vez en una conferencia: "Si tiene una
deuda, basta pagarla. Si no puede pagarla, es porque no se está empeñando
realmente. Antes que nada, debe creer que Dios puede pagarla y que, si el hombre
es hijo de Dios, también puede pagarla". Él pensó: "Bien, si las 'fussuma' están
rasgadas, basta cambiar el papel. Esa posibilidad ya existe: es sólo llamar al obrero
que forra puertas y paredes. Y, en cuanto al dinero para pagar al obrero, ya está
reservado". En realidad, él aún no tenía dinero; pero igual, contrató a un obrero
partí cambiar los papeles de todas las "fussuma" de la casal Finalmente, llegó el día
en que el obrero entregó todas las "fussuma", totalmente renovadas. Pero, el joven
aún no tenía dinero para pagar al obrero. Entonces, exclamó nuevamente en su
interior: "Los papeles ya fueron cambiados. Y el dinero para el pago ya me fue
concedido por Dios". Al terminar la tarde, recibió un encargo especial para un
trabajo de mimeografía, que constituía un servicio extra. Era un encargo grande
que, normalmente exigía unos tres días de trabajo. Pero, trabajando
incesantemente toda la noche, el joven logró terminar la tarea a la mañana
siguiente. La persona que le encargó el trabajo quedó muy agradecida y le pagó una
suma bastante grande. Y así, cuando el obrero le presentó la cuenta por su servicio,
el joven pudo pagarla íntegramente. Como vemos, quien piensa: "Yo deseo esto, y
en el plano espiritual ya lo conseguí", y persiste en su objetivo inicial, infaliblemente
lo realizará.
Sin embargo, aquellos que se entregan fácilmente, que se dejan vencer por el
pesimismo y no dejan de lamentarse, jamás realizarán su objetivo.
Sentimos pena de quien lamenta su suerte y viene a pedir auxilio; pero ni por eso
nos sentimos dispuestos a invertir una gran suma en el proyecto de tal persona,
para ayudarla a realizar su gran negocio.

(*): Puertas corredizas, forradas de papel.

92
Eso ocurre porque su aspecto lastimero no inspira éxito, ni despierta la confianza de
nadie. Así, esa persona, aun cuando tiene abierto el camino del éxito, no puede
seguirlo. Todas las cosas buenas y alegres huyen de quien vive lamentándose. Si la
persona no se lamenta, ni se da por vencida, teniendo siempre el corazón repleto
de alegría, gratitud y esperanza y aún se esfuerza con persistencia para alcanzar su
objetivo, con toda seguridad, llegará un día en que le será confiado un importante
trabajo, como la única persona indicada para aquella tarea.
Aquél que, aun delante de las dificultades, no pierde la esperanza, la serenidad, ni la
suavidad, infaliblemente, terminará conquistando el corazón de los otros. La
blandura de corazón y la actitud tienen el poder de apaciguar a los más exaltados
opositores y transformarlos en amigos.
Si Uds. trabajan en relaciones públicas o se dedican a cualquier otra profesión que
exija constantes contactos con los demás, es particularmente importante que sean
"amables y persistentes", pues así, podrán convencer a sus clientes y conducir las
negociaciones hacia un buen término.
Aun cuando alguien nos dirija palabras ásperas y ofensivas, debemos ser capaces de
mantener una actitud amable y, por el poder de la oración, ayudar a esa persona a
exteriorizar la bondad que está oculta detrás de la aparente rudeza. En eso, está la
virtud de la blandura. En verdad, no existe nadie que sea realmente perverso, cruel
y desalmado. Incluso, aquellos que tengan tal aspecto acabarán por revelar su
bondad innata si somos capaces de mantener con ellos una relación de actitud
amable y gentil, creyendo firmemente que "en verdad, son buenos y honestos y nos
quieren de verdad".
Cierta vez, después de terminar un seminario de Seicho-No-Ie, la Prof. Nobu Morita
fue abordada por una de las participantes, la cual le dijo que estaba necesitando
una orientación personal.
— Mi esposo me maltrata todo el día, dijo ella, acusa por cualquier cosa y siempre
me dice: "¡No te pue ver! ¡Vete de esta casa!". En Seicho-No-Ie, aprenden que la
mujer debe obedecer al esposo. Dígame, Pro Morita, ¿también en este caso debo

93
ser obediente como manda mi esposo?
La Prof. Morita respondió:
— De hecho, la esposa debe oír al esposo. Pero, eso no significa que deba actuar
conforme a las órdenes captadas únicamente por sus "oídos carnales". Lo que debe
hacer es "oír con los oídos de su Imagen Verdadera, palabras que vienen de la
Imagen Verdadera de su esposo y actuar conforme a esas palabras". Usted debe
comprender que, en el plano de la Imagen Verdadera, no existe esposo que sienta
rencor u odio de su esposa. Por eso, no crea a sus oídos carnales cuando escuche a
su esposo que la echa. Si escucha a su esposo con los "oídos de su Imagen Ver-
dadera", comprenderá que, en verdad, él le está diciendo: "Yo te amo y quiero que
permanezcas siempre conmigo". Por esta razón, siempre que su esposo la rechace,
crea firmemente que, en el plano de la Imagen Verdadera, le está pidiendo para que
siempre esté junto a él.
Este fue el consejo que la Prof. Morita le dio a la señora. Días después, la misma
señora buscó a la Prof. Morita para darle las gracias. Ella dijo que, siguiendo su
consejo, se esforzó para ver únicamente la Imagen Verdadera de "bueno y
cariñoso" en su esposo y empezó a tratarlo con dulzura y buen humor, aun cuando
él la agredía con palabras ásperas y la echaba. Al cabo de algunos días, se verificó un
sorprendente cambio en su esposo: se volvió bueno, cariñoso y gentil.
Como podemos ver a través de este ejemplo, cuando mantenemos hasta el fin, la
blandura del corazón, de la fisionomía y de la actitud, las personas que no nos
querían terminan simpatizando con nosotros.
La persistencia que hace posible la realización de todas las cosas, consiste en
mantener de comienzo a fin la flexibilidad de la mente. Hay un proverbio que dice:
"Las ramas del sauce no se doblan con el peso de la nieve". Por otro lado, aquella
rama persistente que se apegó a una rama del sauce e intentó incesantemente
alcanzarla, finalmente consiguió agarrarse a ella.
Eso, también, es una gran lección. A la gente le es fácil ser persistente en ocasiones
favorables, con personas agradables, para realizar servicios agradables. Esto, todos

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lo pueden hacer. Sin embargo, si hacemos sólo cosas que todos pueden hacer, no
podremos ser personas fuertes, como las que sobresalen de los demás. Aquél que
logra mantenerse apacible ante las ofensas y sereno ante las agresiones es superior
a las personas "valientes" que reaccionan en forma agresiva a la menor ofensa. Con
amable persistencia, las personas de alma gentil y suave terminan conquistando el
corazón de sus semejantes y haciendo de ellos sus aliados.
Son miedosos los que buscan huir de las cosas feas, desagradables, difíciles o
insoportables. Valientes son los que enfrentan, con ánimo y buen humor, los
trabajos desagradables que otros evitan, y pueden mantener la serenidad y la
blandura aun ante las más graves ofensas y el más frío de los desprecios. Estas
personas siempre terminan reconciliándose con todas las cosas y personas e
infaliblemente, alcanzan la victoria final. Podemos decir que consiguen conquistar a
los demás porque se dominan primero a sí mismos. En verdad, el mayor victorioso
es aquél que es capaz de vencer, ante todo, su ira, su irritación, en fin; todas las
emociones impetuosas que traigan consecuencias negativas. Concienticémonos
pues, que sola mente después de habernos dominado a nosotros mismos es como
conseguiremos conquistar el corazón de los demás!
Al comienzo, los demás pueden mirar con desdén a la persona que no pierde la
serenidad y la blandura en ninguna circunstancia. "¡No sé cómo puede aguantar
tantas ofensas! - dicen ellos. Creo que tiene sangre fría". Pero ese desprecio va
disminuyendo poco a poco y finalmente acaba siendo sustituido por una gran
admiración. En último análisis, la reacción de las personas y cosas a nuestro
alrededor no pasa de reflejo de nuestra propia mente.
A través del caso que voy a relatar ahora, el lector comprenderá que la victoria final
pertenecerá siempre a aquél que sabe mantener la serenidad y la suavidad en
cualquier circunstancia.
Había una joven que se formó en la "Escuela de Novias de Seicho-No-Ie". Su madre
era una de las líderes de la Asociación Paloma Blanca, en Tokio. En cuanto a su
padre, no estaba en contra de Seicho-No-Ie pero, tampoco se interesaba mucho por

95
sus enseñanzas, ni buscaba entenderlas. Se enorgullecía de su sólida situación
financiera y decía que el joven que pretendiese la mano de su hija debería ser rico y
graduado en la Universidad de Tokio, considerada la mejor del país. La madre de la
joven, fiel a las enseñanzas de Seicho-No-Ie, no estaba de acuerdo con este
pensamiento materialista del esposo y trataba de hacerlo cambiar de opinión,
diciendo: "Querido, nosotros no debemos poner restricciones basándonos en
nuestras exigencias egoístas. Si aparece un joven que Dios desea que se una a
nuestra hija, nosotros debemos aceptarlo de todo corazón, sin importarnos su
situación económica o su nivel de educación". Sin embargo, como el padre de la
joven continuó insistiendo de que, su hija sólo se casaría con un joven rico y
graduado en la Universidad de Tokio, la esposa resolvió no contrariarlo, ya que
Seicho-No-Ie enseña que "la mujer debe ser dócil al esposo". Algún tiempo después,
apareció un pretendiente que llenaba los requisitos citados y el matrimonio fue
realizado. Pero luego, se supo que la familia del joven también se interesaba sólo
por el dinero de la familia de la joven. En otras palabras, no se interesaban por la
joven, sino por su dote. Esto nos muestra que realmente, "los semejantes se
atraen".
Al constatar que la dote de la joven no era tan grande como se esperaba, la suegra
empezó a demostrar abiertamente su desagrado. Todo le servía de pretexto para
maltratar a la nuera. En aquella época, el Japón estaba en medio de la Segunda
Guerra Mundial y el gobierno había restringido la venta de ropas lujosas. Por lo
tanto, aun aquellos que poseían dinero no podían adquirir tales ropas. Era natural,
pues, que faltasen varios trajes en el vestuario de la joven, no obstante la fortuna
de la familia. La suegra aprovechó este hecho para maltratar a la nuera. Siempre
que la familia era invitada a una fiesta o ceremonia donde se exigía traje de gala, la
suegra le decía maliciosamente a su nuera: "¡Ve a casa de tus padres y trae tus
ropas de gala!". Ella sabía que la nuera no podría conseguirlas, pues las tiendas no
vendían tales artículos de lujo, siguiendo las medidas de restricción trazadas por el
gobierno. Decía aquello, sólo para ofenderla. Era realmente difícil soportar ese tipo

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de persecución, pero la nuera la aceptaba con el corazón dócil y suave.
No obstante la paciencia y la docilidad de la nuera, la suegra continuaba
agrediéndola con palabras crueles. Llegó a decirle así:
— Si piensas que permití este casamiento porque me agradabas, ¡estás totalmente
equivocada! Yo estaba interesada en tu dote, que pensé que era grande, juzgando
la situación financiera de tu padre. Pero me equivoqué. Tu dote era mucho menor
de lo que yo pensaba. Ya estoy "cansada" de ti, y no veo la hora que salgas de esta
casa. Pero no voy a expulsarte. Si hago eso, me veré obligada a devolver la dote que
trajiste. Sé que esa es la norma. Ahora, si la iniciativa parte de ti, tendrás que
dejarlo. Por eso, ¡voy a continuar ofendiéndote y acosándote hasta que no aguantes
más y resuelvas huir de esta casa!
Parece increíble, pero la suegra fue capaz de decirle estas cosas horribles. Podemos
imaginarnos el gran sufrimiento de la nuera. Y lo peor era que el esposo, en vez de
apoyarla y protegerla, tomaba el mismo partido de la madre y también la ofendía.
Cuando supo de la tortura espiritual a que su hija estaba siendo sometida, la madre
de la joven me buscó para pedirme orientación en cuanto a las medidas que ella
debería tomar.
Si analizamos este caso con buen sentido, llegaremos a la conclusión de que, en
verdad, ese casamiento nunca llegó a existir en términos de "unión de dos
personas", ya que tanto el joven como su familia nunca se interesaron por la joven
como "ser humano"; sino sólo como un instrumento por el cual pretendían
aumentar su riqueza. De este modo, llegué a la conclusión, de que lo más justo y
correcto, en este caso, sería la disolución del matrimonio. Pero, no quise dar una
respuesta inmediata, pues sabía que el caso era muy grave y que una palabra mía
iba a decidir la suerte de una familia.
— Voy a rezar para saber la Voluntad de Dios y mañana le daré la respuesta - fue lo
que le dije a la madre de la joven.
Al día siguiente, domingo, di una conferencia en el auditorio de la Sede Central de
Seicho-No-Ie. Guiado por la inspiración que me vino en aquel momento, comencé a

97
hablar:
— ¿Conocen el proceso de forjamiento de las espadas de más alta calidad? En
primer término, se funde un pedazo de hierro en un horno a alta temperatura y se
obtiene una barra de hierro. Esa barra es llevada a un horno incandescente y,
cuando queda roja como la brasa, es retirada y golpeada vigorosamente. Cuando
comienza a enfriarse, se la coloca nuevamente en el horno, para después continuar
golpeándola. Después de repetir varias veces esa acción, se obtiene finalmente la
lámina, con su forma ya definida. Sin embargo, esa lámina aún es oscura, llena de
marcas dejadas por el mazo de hierro. Está todavía lejos de tener ese brillo blanco-
azulado y bien afilado que caracterizan a la buena espada. En esta fase del trabajo,
es necesario usar un esmeril grueso, áspero, pues si fuese utilizado un esmeril ñno
para lijar esa lámina aún gruesa, exigiría años para darle el brillo y el corte dignos de
una espada de alta calidad. En resumen, el grosor de la lámina es lo que va a
determinar el grado de aspereza del esmeril que será usado para afilarla. Así, a
medida que la superficie de la lámina va perdiendo la aspereza, los esmeriles
usados para afilarla van siendo sustituidos por otros menos ásperos. Cuando,
finalmente, la superficie de la lámina esté lisa, y el borde bien afilado, se le pasa un
polvo pulidor especial y se le frota cuidadosamente con un papel suave. Y así, la
lámina empieza a presentar, finalmente, el color y el brillo dignos de. una espada de
alta calidad. El hombre también pasa por un proceso semejante de "pulimento".
Mientras su corazón esté lleno de asperezas, igualmente serán "ásperas y duras" las
personas y las circunstancias que surgirán en su camino para "pulirlo" (o sea,
"perfeccionarlo espiritualmente"). En conclusión, las "asperezas" de la vida surgen
siempre en dosis adecuadas para que podamos "pulirnos". Por eso, cuanto mayores
fueran la docilidad, la suavidad y el sentimiento de gratitud con que aceptemos las
asperezas de la vida que nos "pulen", más rápido será nuestro perfeccionamiento
espiritual y, como consecuencia, más de prisa desaparecerán esas "asperezas", por
ser innecesarias.
Mientras hablaba, miré hacia el lado derecho del auditorio y vi a una señora que me

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oía con toda atención. De inmediato le reconocí: era la misma señora que me
consultó el día anterior, sobre las providencias que debería tomar para ayudar a su
hija que estaba sufriendo por causa de la suegra.
Posteriormente, supe que esa señora encontró en mis palabras la respuesta para la
consulta que me hizo el día anterior. Resolvió, entonces, no pensar más en
aconsejar a su hija a divorciarse del esposo, y le escribió una carta exhortándola a
continuar manteniendo el corazón blando y el ánimo fuerte, aceptando con
sentimiento de gratitud la situación, por más insoportable que le pareciese. La hija,
siendo una joven formada en la Escuela de Novias de Seicho-No-Ie, comprendió el
mensaje de la madre y tomó la firme decisión de continuar persistiendo con Amor,
blandura y espíritu de gratitud, por más grandes que fuesen las ofensas que le
dirigiesen la suegra y el esposo. Tanta perseverancia y docilidad no podían dejar de
producir efecto. Con el pasar del tiempo, tanto la suegra como el marido, fueron
modificándose y, finalmente, la trataron con mucho Amor y cariño. Ahora, vive una
vida repleta de felicidad. Es como si el Paraíso se hubiese manifestado en su hogar.
Este caso nos muestra que no existe adversidad ni enemigo alguno que no puedan
ser vencidos por los que persisten con una actitud blanda, pero con ánimo firme.
Aquél que no tiene perseverancia y se abate fácilmente ante la menor dificultad u
ofensa, no podrá encontrar un ambiente que le sea favorable, donde quiera que
vaya. Esto ocurre porque no está suficientemente "lisa" (perfeccionada) su alma y
necesita, por eso, de un "esmeril áspero" (adversidad y hostilidad) que contribuyan
a su "pulimento".
En resumen, repito: Aquél que, aun delante de las más duras opresiones no pierde
la serenidad mental y persevera con el corazón blando y ánimo firme,
infaliblemente, alcanzará la victoria final.
Blandura de espíritu y firmeza de ánimo, son los dos requisitos indispensables
para los que desean vencer en la vida.

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CAPITULO XVI
LA FUERZA QUE LAS DIFICULTADES HACEN NACER EN
NOSOTROS

En uno de sus discursos proferidos en Washington, Theodore Roosevelt (26avo.


Presidente de los Estados Unidos) dijo: "Es realmente lamentable que muchos de
nuestros ciudadanos retrocedan desanimados ante una dificultad. Quiero, en este
momento, exhortaros para que os irgáis y arranquéis del fracaso vuestra victoria".
¡Erguiros y arrancad del fracaso vuestra victoria!. Esta es la enseñanza que me
gustaría dirigirles a los jóvenes de hoy. También en el libro "Oraciones y
entrenamiento espiritual de las familias pertenecientes a Seicho-No-Ie" existe un
precepto que dice: "Aun cuando fracase, estoy preparado para erguirme
inmediatamente y mirar hacia la luz". Éste, es el secreto de las personas que
vencieron en la vida, superando todas las dificultades con valor y orgullo.
Queridos lectores, por más amargas y duras que hayan sido sus experiencias en el
pasado, no permitan que su mente se aferré a ellas. Todos necesitamos trascender
el "fenómeno" que se manifiesta a nuestros ojos, superar las dificultades y mirar
sólo el éxito que, en verdad, ya nos fue dado en el Mundo de la Imagen Verdadera.
Puede ser que, a lo largo de sus vidas, hayan fracasado al tratar de conseguir algo
que deseaban, como por ejemplo: la realización de un proyecto, el éxito en un
examen de ingreso, el Amor de alguien a quien querían de todo corazón, etc. Pero
no deben tener su mente indefinidamente presa a esos fracasos o errores ni
quedarse sin ganas de proseguir en la lucha, pues los que así actúan no pasan de ser
personas mediocres. Los verdaderos hijos de Dios son fuertes y jamás se aferran a
los fracasos sufridos. Las dificultades son buenos "exámenes" para probar la
capacidad del hombre-hijo de Dios. Justamente, cuando perdemos todas las cosas
en el mundo exterior, es que nos surge la oportunidad propicia para constatar la
fuerza que existe todavía dentro de nosotros. Si se desaniman pierden las ganas de

100
proseguir y desisten de luchar pensando que todo en su vida va mal y parece que no
hay más esperanzas. Entonces, están revelando simplemente que no poseen
ninguna fuerza interior. Aquellos que resisten con valentía a todas las adversidades,
que no pierden la confianza de su propia capacidad, que se levantan cada vez que
caen y avanzan persistentemente - esos sí, prueban poseer dentro de sí una fuerza
más poderosa que las presiones de sus dificultades.
"Ya no puedo levantarme más, porque fueron muy numerosas las adversidades que
me abatieron...". Quien dice esto, está confesando la insignificancia de su fuerza
ante las adversidades. Y esto es una gran tontería. Uds. necesitan conocer su
verdadera naturaleza, que es la de "hijo de Dios" dotado de fuerza infinita. Su
naturaleza verdadera es divina; por lo tanto, son omnipotentes e invencibles. Para
Uds., para los "verdaderos ustedes", es imposible que exista cualquier tipo de
fracaso. Por más numerosos que sean los aparentes fracasos, éstos son, apenas,
"obras fundamentales" que anteceden al "éxito". Para asentar las bases de un gran
edificio, es fundamental, en primer lugar, nivelar y afirmar la tierra con pesados
tractores. Cuanto más fuertemente se pisa, más firme se vuelve el suelo,
permitiendo, así, la construcción de un enorme edificio sobre él.
Todos los grandes personajes que sobresalieron en la Historia pasaron por diversos
fracasos y adversidades, gracias a los cuales pudieron pulirse a sí mismos y probar
que no eran simples "carbones de piedra", sino "verdaderos diamantes".
Infaliblemente, logran alcanzar sus objetivos las personas que, aun ante los peores
fracasos, continúan conscientes de su naturaleza divina, no pierden el valor ni la
autoconfianza, se levantan inmediatamente de una caída y prosiguen firmes en su
objetivo.
Si son valientes y decididos, tienen firmeza de carácter y están conscientes de su
propia fuerza que no disminuye ante ninguna dificultad, entonces no habrá ninguna
cosa que pueda vencerlos. Las infelicidades, los fracasos y las adversidades no
representarán, al final, nada más que entrenamientos para su mayor
fortalecimiento. En este mundo, hay personas que ostentan la calma y la

101
autoconfianza de los fuertes cuando todo marcha bien; pero, una vez envueltos en
algún acontecimiento inesperado y conducidos a sucesivos fracasos y a la pérdida
de todos sus bienes, abandonan aquella pose, aquel aire de importancia, se dejan
vencer por el desánimo, la melancolía y la desesperación, no consiguiendo crear el
valor necesario para levantarse y proseguir luchando. Es evidente, que tales
personas no pueden ser consideradas en realidad, fuertes y valientes. En las horas
de infelicidad o ante un inminente peligro es cuando se puede saber si la fuerza y el
valor de una persona son genuinas o no pasan de una "pintura superficial".
Por mayor que sea nuestro fracaso, es imposible que no encontremos ninguna
esperanza que nos anime a levad! tamos y seguir avanzando. Sean cuales fueren las
dificultades, las personas realmente valientes no flaquean; al contrario, consiguen
ser aún más fuertes. Por lo tanto, se necesita mantener el ánimo, incluso cuando se
pierde toda lo que se poseía. Jamás perdamos el valor. El ánimo y el valor
constituyen la llave que abre las "pesadas puertas de las dificultades" y nos permite
seguir siempre adelante. ¡Aun al enfrentar las mayores dificultades, los hombres
realmente valientes no piensan dejar grabados en su "diario de la mente" esos
pasajes de su vida!. No consideran, esas dificultades como algo tan importante que
merezca permanecer en "su historia". Para ellos, sólo la victoria y los; éxitos tienen
importancia y merecen ser registrados en la historia de su vida; ninguna adversidad,
ninguna dificultad y ningún fracaso tienen la fuerza suficiente para arrasarlos
definitivamente. Aun cuando sufran los más duros fracasos, no pierden la calma.
Mientras que los débiles retroceden tambaleantes, los fuertes se mantienen firmes
y tranquilos. Aunque la tempestad se desencadene con furia, la enorme roca no se
mueve ni un milímetro, continúa erguida, inalterable y majestuosa.
W. Phillips dijo cierta vez: "¿Qué importa el fracaso? Sólo es el primer paso para
alcanzar mayor altura". También el iniciador de la secta Tenri dijo: "Las
adversidades son como los nudos de los árboles. Es de los nudos que brotan las
hojas nuevas". Muchos de los grandes personajes de la Historia lograron vencer
solamente después de haber pasado por repetidos fracasos. Ciertamente, ellos no

102
habrían obtenido la verdadera y gran victoria si no hubiesen sufrido ningún fracaso.
El fracaso posee un misterioso poder que nos ayuda a extraer la grandiosa fuerza
que está oculta en nuestro interior. Aunque una persona posea dentro de sí, una
capacidad realmente grande, no podrá manifestarla, si lleva una vida holgada,
cómoda, libre de incomodidades, de oposiciones y obstáculos de cualquier especie.
Solamente, las dificultades y las adversidades tienen el poder de extraer al "héroe"
y al "genio" ocultos dentro de aquellos que, aparentemente, no poseen ninguna
cualidad especial. A medida que son obligados a pasar por duros entrenamientos,
los perezosos se van transformando y comienzan a manifestarse como personas
realmente muy valientes. La función de entrenador corresponde a las adversidades
y dificultades.
El caballo no puede manifestar toda su fuerza y valor mientras vive caminando sólo
por terrenos planos y seguros, guiado por su dueño. Solamente, al ser soltado y
tener que caminar por sí mismo, podrá manifestar plenamente su vigorosa fuerza
salvaje.
Es muy importante, que descubramos en nosotros el "yo verdadero". Dentro de un
ambiente excesivamente ameno, el "yo verdadero" no exterioriza su poderosa
fuerza. Cuando nos encontramos a un paso de una desgracia y sentimos que el "yo
falso" no puede hacer nada más, se manifiesta entonces, la Imagen Verdadera, o
sea, el Yo verdadero, el hijo de Dios. Por eso, tiene el poder de transformar
cualquier adversidad e infortunio en beneficio y felicidad.
Existen muchos casos de jóvenes nacidos y criados en hogares millonarios, los
cuales no pasaban de jóvenes mediocres mientras llevaban esa vida confortable;
pero que, ante el fracaso de los negocios de la familia, se ven en la necesidad de
enfrentar los hechos. Entonces, sienten nacen una fuerza y capacidad infinitas, se
lanzan a la lucha comí gran valor y finalmente logran vencer las dificultades,
mostrando así, su verdadera y gran capacidad. Como vemos, las dificultades y hasta
las situaciones aparentemente desesperadoras, estimulan la fuerza infinita alojada
en el hombre y le permiten realizar tareas grandiosas, las mismas que antes le

103
parecían absolutamente irrealizables. Las dificultades hacen que surjan en nosotros
una fuerza tan grande, que ni imaginábamos poseer.
Una joven rica se casa con un joven también rico y todo anda a las mil maravillas
durante algún tiempo. Pero, un día, su esposo fracasa en los negocios y, además de
perder todos los bienes, se enferma y queda imposibilitado para trabajar. La esposa,
comprendiendo que le corresponde a ella sustentar a sus suegros ya ancianos, a su
esposo enfermo y a sus hijos pequeños, se empeña en la lucha "con uñas y dientes"
y, de una forma u otra consigue superar esa crisis. Casos como éste ocurren
frecuentemente en este mundo. ¿Cómo puede una mujer aparentemente sin
preparación aguantar esa dura lucha por la supervivencia? Porque todas las
personas, sin excepción, poseen dentro de sí una asombrosa capacidad, que pasa
desapercibida cuando la vida transcurre con tranquilidad, sin ningún problema.
Ante algún peligro inminente, cualquier persona logra manifestar una fuerza
superior a lo normal. Las dificultades trasforman a los "enanos" en "gigantes", o sea,
a las personas mediocres en héroes. Si, a pesar de no estar ante ninguna dificultad,
sabemos cómo extraer esa fuerza infinita que se aloja en nosotros, entonces
podremos seguramente, "crecer" cada vez más y convertirnos en personas
realmente valientes. Es inconcebible que el hombre, el cual fue creado a perfecta
imagen de Dios, termine sus días en la mediocridad, sin realizar ninguna obra de
valor. Si parecemos sólo mediocres, no es porque Dios haya cometido alguna falla al
crearnos, ni porque estemos destituidos de la capacidad de realizar grandes obras.
Simplemente ocurre, que no estamos exteriorizando la gran capacidad de la cual
estamos dotados. Y lo que nos estimula a manifestar esa capacidad son los golpes
que recibimos del mundo que nos rodea. Cuanto mayor es la fuerza con que se
patea la pelota de fútbol, mayor distancia alcanza. Lo mismo ocurre con el hombre:
cuanto mayor cantidad de "golpes" recibe, mayores alturas conseguirá alcanzar. Por
lo tanto, no debemos temer las dificultades, los fracasos, ni las burlas de los demás.
Alguna vez en la vida, cualquier persona se ve ante algún obstáculo demasiado
grande, que parece intraspasable. Sepamos, que tales adversidades nunca surgen

104
para arrasarnos. Debemos sentirnos agradecidos por esas dificultades, reconocer
sus efectos benéficos sobre nosotros, e ir superando nuestras debilidades, con la
convicción de que Dios jamás da al hombre una dificultad que no pueda superar. Si
procedemos así, los hechos que creíamos que habían surgido para destruirnos,
terminan transformándose en acontecimientos que nos traen muchos beneficios,
en vez de destrucción. Así, necesitamos comprender que todos los problemas de
nuestra vida nos traen beneficios, y debemos esforzamos para solucionarlos con
nuestras propias fuerzas, manteniendo firme la convicción de que a través de él
podemos exteriorizar cada vez más la gran capacidad d nuestro "Yo verdadero".

105
CAPITULO XIV
SEAN JOVENES DECIDIDOS

Lo que deseo es formar jóvenes decididos, dinámicos y valientes que, una vez
tomada la decisión de realizar alguna cosa, no se dejen vencer por opiniones
contrarias y vayan hasta el fin, por más adversas que sean las circunstancias.
Jóvenes de ese tipo, infaliblemente, conseguirán vencer en la vida y ocupar
posiciones de liderazgo.
Sin una firme determinación, no podrán realizar nada con pleno éxito. La firme
determinación es como la cuerda de un reloj: atrás de las dos agujas que van
marcando los segundos y los minutos con precisión y serenidad, existe una cuerda
que trabaja incesantemente, accionando el mecanismo del reloj. Así, también, son
los emprendimientos humanos: aun cuando las cosas parecen estar caminando "por
sí mismas" en el más perfecto orden, existe detrás de eso la acción de la fuerza de
voluntad de los que están decididos a llevar adelante ese emprendimiento. Y cuánto
mayor es el emprendimiento, mayor es la acción de la fuerza de voluntad de los que
están decididos a llevarlo adelante. Las agujas del reloj no deben oscilar, ni
retroceder. Solamente caminando incesantemente y con precisión es como estarán
cumpliendo su misión. También el hombre, una vez que haya decidido su rumbo,
debe seguir adelante con firme determinación, aunque surjan opiniones contrarias
o circunstancias adversas.
Según consta en los registros históricos, |un día antes de la erupción del monte
Pelée (en la isla Martinica, en las Pequeñas Antillas), que ocurrió el 8 de Mayo de
1902 y destruyó la ciudad de St. Pierre, el capitán Marino Leboffe, comandante del
navío carguero italiano Orsalina que estaba anclado en el puerto, presintió la
catástrofe tomó la decisión de suspender el cargamento de la mercaderías y dejar la
isla inmediatamente. Los exportadores se opusieron terminantemente a esa
decisión d comandante, diciendo que el monte Pelée no representa" peligro y sería

106
una falta de responsabilidad partir sin te minar de cargar las mercaderías. Al ver que
el comandante no cambiaba de idea, lo amenazaron con enviarlo a prisión. Pero, el
comandante enfrentando la ira de los exportadores declaró resueltamente: "Uds.
dicen que el monte Pelee n representa ningún peligro, pero yo presiento el peligro.
Un día, el monte Vesubio presenta las mismas señales que estoy viendo ahora en el
monte Pelee, con seguridad dejar el puerto de Nápoles lo más rápido posible.
Quiero decirles señores, que ya tomé mi decisión y no cederé a sus presiones". Y,
así, el carguero italiano zarpó inmediatamente, llevando sólo la mitad de la carga.
Veinticuatro horas después de su partida, el monte Pelee entró en violenta
erupción, destruyendo totalmente la ciudad de St. Pierre y causando la muerte de
casi 30,000 personas. Tanto los exportadores como los dos agentes portuarios
perdieron la vida en esa catástrofe. A esa hora, el navío italiano ya se encontraba
lejos de allí, rumbo a Francia. Si el comandante hubiese cedido a las presiones de los
otros y desistido de zarpar inmediatamente, toda la tripulación habría sufrido las
consecuencias de aquella catástrofe. Esto es un ejemplo de cómo la firmeza de
carácter de un hombre puede salvar la vida de muchas personas.
Hasta aquí, he enfatizado la importancia de tener un carácter firme y decidido, que
no vacile ante las oposiciones o presiones. Pero, con ello no quiero, de ninguna
forma, exaltar la obstinación ciega que puede llevar a un hombre a rechazar todo y
cualquier consejo ajeno. Lo que quiero decir es lo siguiente: debemos ser capaces
de escuchar y acatar los consejos de los demás, cuando sea necesario. Pero, una vez
que hemos analizado bien la cuestión y hemos tomado una decisión, debemos
seguir adelante con determinación y valor hasta alcanzar nuestros objetivos.
Los fuertes trazan por sí mismos el "programa" de su vida, mientras que los débiles
no hacen nada más que caminar conforme el "programa" trazado por los otros.
Aquél que traza su propio "programa de vida" consigue ser dueño de sí mismo, pero
aquél que sigue el "programa" trazado por los otros estará siempre en la condición
de esclavo.
Aquél que, valientemente, camina de acuerdo con el "programa" que decidió

107
seguir, muestra una tendencia natural para el liderazgo, atrayendo a los demás con
una fuerza magnética y consiguiendo conducirlos en la dirección que quiera. No
sólo las personas, sino también el propio destino, se muestra dócil a las decisiones
de un líder. Por lo tanto, es el dueño de sí mismo.
Una entidad o grupo empresarial dirigido por ese tipo de persona se desenvuelve
con rapidez y seguridad y todos sus emprendimientos parecen caminar en orden
"por sí mismos". Sin embargo, el día en que ese líder se retire de la empresa, ésta
perderá el ritmo de desarrollo y, en algunos casos, podrá hasta sufrir una repentina
paralización, tal como un reloj cuya cuerda se rompió. Ya hubo muchos casos así.
Citemos, como ejemplo, la New York Leasur empresa periodística fundada por
Robert Bonner. Al principio, ella se llamaba Merchant Leasure y no pasaba de una
empresa modesta. Pero, gracias al método administrativo arrojado y original de su
fundador desenvolvió rápidamente convirtiéndose en la publicad: del famoso
periódico de la economía, el New Yo Leasure. Sin embargo, después que el
fundador de la presidencia, la fama de ese periódico declinó en p~ tiempo.
En este mundo, no existen muchas personas q logren ser líderes. Porque la mayoría
de las personas c-que es mejor seguir el camino que alguien ya siguió ant y
demostró que era seguro, que ser pionero y abrir el camino para los demás. Sin
duda, es mucho más fácil seguir camino abierto por alguien, que "tala el bosque "
para seguí adelante. Y, también, es mucho más fácil viajar cómodamente en un
carro guiado por otro, que guiar carro y llevar a los otros. Sin embargo, aquél que
está siempre contando con los demás y busca sólo la seguridad siguiendo los
caminos ya abiertos, jamás conseguirá realizar una obra verdaderamente grande,
sin precedentes. Seguid los pasos ajenos puede ser más seguro, pero, al hacerlo
será imposible evitar la polvareda dejada por los que v; adelante.
Examinar el puente, antes de atravesarlo, parece una actitud prudente que evita
riesgos, pero en un camino nuevo que está siendo abierto no hay ningún puente.
Quien atraviesa un puente sólo después de verificar si está firme quedará siempre
atrasado en relación a los demás. Aquél que vive siempre dudando, sin saber qué

108
rumbo tomar, nunca logrará ser un líder, pues los otros no pueden confiar en él, ni
arriesgarse a seguirlo. Las personas indecisas nunca consiguen alcanzar su objetivo.
Por lo tanto, aquellos que desean ser líderes, deben cultivar constantemente la
capacidad de decisión y la firmeza de carácter. Naturalmente, la "reflexión" y la
"capacidad de hacer comparaciones" también son importantes. Pero, como en
todo, el exceso se vuelve perjudicial. Si estamos pensando y haciendo
comparaciones exageradas y retenemos indefinidamente la decisión final, con la
esperanza de que surja una situación más favorable, terminaremos perdiendo
nuestra oportunidad. Por eso, tanto la "reflexión" como la "capacidad de hacer
comparaciones", deben ser empleadas en "dosis" adecuadas. Una vez que
tengamos datos suficientes, hechas las debidas comparaciones y llegando a una
conclusión, debemos tomar la decisión final y pasar a la acción con el firme
propósito de realizar el objetivo. A veces, podemos fallar, podemos errar el camino,
podemos tropezar y caer. Pero, aun así, ganaremos más que si hubiésemos
permanecido indecisos. Sólo por el hecho de haber ejercitado nuestra capacidad de
decisión, la experiencia será válida. Si tropezamos, basta levantarnos. Recordemos
que los nadadores miedosos que no deciden lanzarse al río hasta que tengan la
absoluta confianza de su seguridad, nunca llegarán a la otra orilla del río. "Son
dignos de compasión los que se asemejan al contrapeso de una balanza", dijo
Marden. Realmente, tales personas sólo merecen compasión, pues no son capaces
de tomar ninguna decisión y viven oscilando de un lado, otro, sin saber qué lado
tomar. Un día se inclinan hacia un lado y al otro día se inclinan hacia el lado opuesto
dejándose influenciar por diferencias insignificantes. Terminan siempre siguiendo la
opinión de aquél que ejerce mayor influencia sobre ellas, aunque no tengan
ninguna convicción al respecto. Por lo tanto, esas personas no están viviendo su
propia vida; viven "al azar", a merced de los "juegos" de los demás. Y, lógicamente,
nadie puede confiar en esas personas.
Muchas personas fracasan en la vida porque no mantienen convicción sobre las
cosas y viven actuando de acuerdo a los "juegos" de los demás. El camino de esas

109
personas es inseguro y viven con el corazón lleno de temores.
Jamás seremos esclavos del "azar" si tenemos la convicción de lo que queremos y
creemos firmemente que "Dios ha de conducirnos a la realización de ese objetivo"
Pero, si por el contrario, no tenemos ninguna confianza & el éxito futuro y vivimos
llenos de temores, ese estad espiritual se reflejará en nuestra vida y nos indicará
sola! mente caminos que llevan al fracaso. Así, terminaremos por fracasar, como
consecuencia de nuestra propia inseguridad. Aquél que no logra confiar en su
propio poder de discernimiento, el cual está vacilando constantemente ante las
perspectivas sombrías "diseñadas" por su mente, jamás podrá esperar que los
demás confíen en él. Nadie se arriesgará a seguirlo, y un emprendimiento que no
cuenta con la adhesión de los demás está predestinado a fracasar.
Aquél que retiene indefinidamente la decisión final de un asunto, prefiriendo
esperar "una ocasión más adecuada", termina perdiendo la mejor oportunidad de
decidir. Algunas personas son tan indecisas, que cuando escriben una carta tienen
temor de cerrar el sobre hasta el momento de colocarla en la caja del correo,
pensando que tal vez cambien de idea y quieran modificar lo que escribieron. Pero,
hay personas aún más indecisas. Después de leer varias veces la carta que
escribieron y de cerrar finalmente el sobre, vuelven a abrirlo para examinar otra vez
lo que fue escrito, y repiten eso varias veces. Sin embargo, la cumbre de la
indecisión, es el caso de aquellos que, después de haber cerrado y enviado la carta,
mandan un telegrama urgente al destinatario, diciendo: "Favor devolver la carta sin
abrir". Tal vez, Uds. se rían al leer esto. Ríen, porque la indecisión en este caso, se
refiere al simple hecho del envío de una carta. Sin embargo, ocurre, que en este
mundo existen muchas personas que, a la hora de tomar cualquier tipo de actitud o
de realizar cualquier trabajo, se muestran tan indecisas como los remitentes
citados. Uds. no deben ser como ellos. No deben ser personas tan indecisas, de
personalidad tan débil.
Generalmente, la mujer es más indecisa que el hombre. Por ejemplo, para comprar
un simple vestido, a veces, recorre las calles visitando una "boutique" después de

110
otra, sin tomar una decisión. No percibe que la mayoría de las veces la primera
impresión es la acertada, y permanece probándose una infinidad de vestidos.
Finalmente, cuando encuentra lo que le parece mejor, se queda indecisa por causa
del precio. Piensa si no sería posible encontrar algo más barato, y allá se va
nuevamente, de una tienda a otra. Puede ser que, al final, encuentre algo más
barato y entonces pensará que salió ganando. Pero, si ella considera los gastos que
tuvo de transporte y la suela de su zapato que se gastó, verá que el perjuicio fue
mayor que la aparente economía. Además de eso, gastó, en vano, prácticamente;
un día entero de su preciosa vida. Pero lo peor es, cuando ella misma no sabe lo que
quiere y, aun después de que ha comprado la mercadería, continúa afligida,
pensando tal vez si hizo una "mala compra". Después de volver a casa y abrir el
paquete, se arrepiente de haber comprado mercadería y siente deseos de volver a
la tienda a cambiarla pero no tiene el valor suficiente para eso y pasa el resto del
día cargando su aflicción. Tal vez, los jóvenes se rían del tonto comportamiento de
esa mujer. Sin embargo, es bueno que recuerden que muchos hombres se muestran
vacilantes como ella; no a la hora de escoger la ropa, si a la hora de tomar una
decisión en la vida. Un hombre que se estima, no debe estar oscilando como un
barco merced de las olas, cuando llega el momento de tomar una decisión.
Frecuentemente, el juicio basado en la primera impresión es el más correcto.
Porque la primera impresión constituye la "captación intuitiva" de la esencia de las
cosas y hechos. La captación inicial de la esencia de una cosa, de un hecho nos
permite aprender mejor su aspecto global, siendo pequeña la probabilidad de
incurrir en errores de juicio. Las personas que dudan y son indecisas tienden a
cometer errores de juicio porque se dejan confundir fácilmente por los "factores
externos" que interfieren en la captación de la esencia. No podremos conocer la
"verdadera naturaleza" del océano, o sea, captar su esencia, si vemos solamente las
olas que se agitan en la superficie. Ellas son los "factores externos" que interfieren
en la captación de la "verdadera naturaleza" (o "esencia") del océano. Si queremos
conocer realmente el océano, debemos trascender sus olas. Una vez, hecho el juicio

111
correcto de una cosa o de un hecho en base a la "captación de su esencia",
debemos pasar hacia la acción con espíritu decidido.
En este mundo existen muchas personas que, a pesar de poseer un gran talento o
capacidad, no pueden realizar ninguna obra de valor a lo largo de su existencia, por
el hecho de estar en constante duda y no tener el valor y determinación suficientes
para llevar, hasta el fin, sus propósitos. No debe ser como esas personas. Sepa que,
comúnmente, alcanzan éxito en esta vida las personas que confían en su "intuición"
y llevan adelante la idea inicial, con una decisión inquebrantable.
Supongamos que un grupo de hombres llegue a la orilla de un río y pretenda
improvisar un puente para poder llegar a la otra orilla. Si esos hombres permanecen
indecisos con respecto al mejor lugar para colocar el puente y se demoran
indefinidamente para llegar a una conclusión, el día acabará antes de que inicien el
trabajo. Deben comprender que lo importante es no perder demasiado tiempo para
elegir el lugar y comenzar la ejecución del trabajo con actitud decidida. Necesitan
comprender, que solamente la decisión, los llevará a ejecutar el trabajo de colocar
el puente que los conducirá a la otra orilla del río. Y, una vez que hayan tomado la
decisión, colocado el puente y pasado a la otra orilla, no deben mirar hacia atrás,
pensando que tal vez hubiese sido mejor no atravesar el río. Esto se aplica, también,
a muchas circunstancias con las cuales enfrentamos a lo largo de nuestra jornada de
la vida. U. vez que hayamos atravesado el puente, es decir, toma una importante
decisión, no podemos quedar con tentación de volver hacia atrás, dominados por
un repentino temor de seguir adelante. Debemos, tener el valor suficiente para
destruir el puente que acabamos de atravesar, para evitar que cedamos a la
tentación de volver atrás. En otras palabras, no debemos dejar preparado un
camino para fuga "en caso de arrepentimos por la decisión tomada", fundamental,
que tengamos la conciencia de que, una v tomada la decisión, debemos únicamente
seguir adelanten Muchas veces, la indecisión y la duda son más pe judiciales o
peligrosas que un avance impetuoso. Segú testimonios de personas que vivieron
experiencias de corrí bate en los campos de batalla, la probabilidad de que los

112
soldados sean alcanzados por proyectiles enemigos, es mayor cuando ellos se ven
en desventaja y permanece/ vacilantes, que cuando avanzan con determinación.
Sola mente, cuando cerramos deliberadamente todos los caminos, de retroceso o
fuga es que podemos concentrar todas nuestras fuerzas en aquello que decidimos
realizar. Para mostrar, cuánta fuerza puede exteriorizar una persona cuando se
concentra en un solo objetivo, voy a citar el caso de un parapléjico que logró
salvarse con sus propias fuerzas/, en ocasión del gran terremoto ocurrido en el
Japón, en la? región de Kanto, en el año de 1923. Cuando las paredes de su casa
caían parcialmente y el fuego comenzó a esparcirse por su cuarto, ese hombre, que
hasta entonces era incapaz de andar, repentinamente salió corriendo de la casa en
llamas, sin que nadie lo auxilie. Este hecho parece un milagro, pero no es tan difícil
de explicar: mientras aquel hombre tenía en quien apoyarse, su Vida estaba parcial-
mente adormecida y no era capaz de emplear todas sus fuerzas para curar la
parálisis de su cuerpo. Pero, en el momento en que se sintió amenazado de morir
quemado y comprendió que, para escapar, tenía que levantarse y correr, la Vida
despertó completamente en su interior y se concentró totalmente en el sentido de
lograr que su cuerpo se moviese. Y, así, el hombre consiguió levantarse y salir
corriendo sin la ayuda de nadie.
Este caso nos muestra, cuán grande es el poder de la verdadera fuerza de voluntad
y determinación. Pueden curar hasta las enfermedades consideradas incurables y
volver posible lo que parece imposible. Aquél que sabe que "nada es imposible ante
la verdadera fuerza de voluntad y determinación inalterable", no duda ni
permanece indeciso. ¡Ay, de los que dejan que se infiltren en su sangre los nocivos
"virus" de la indecisión y de la duda!, pues esos "virus" consumen la juventud y el
vigor del espíritu, roban la salud y la belleza del cuerpo, y terminan por destruir la
fuerza vital indispensable para la exteriorización de grandes talentos. ¡Jóvenes! ¡No
dejen para mañana lo que pueden hacer hoy! ¡Tomen la decisión ahora mismo!
Sepan que genio es aquél que pone inmediatamente en práctica las buenas ideas
que le vienen a la mente.

113
Reafirmen, diariamente, su decisión de poner en práctica las buenas ideas. Deben
ejercitar su "capacidad de decisión" y su "fuerza de voluntad" e ir eliminando el mal
hábito de ser indecisos. El día que consigan ser capaces de tomar decisiones rápidas
y acertadas ante cualquier circunstancia, concientizarán que tienen en sus manos el
triunfo para dirigir libremente su destino, como dueños de los mismos y de los
acontecimientos.
He enfatizado bastante la necesidad de ser decidido, pero no estoy, en absoluto,
estimulándolos a juzgar las cosas de manera precipitada. Como ya dije
anteriormente, la reflexión es necesaria y la decisión final sólo debe ser tomada
después de analizar todos los datos del asunto. Sin embargo, es primordial, que la
decisión tomada esté orientada también por la intuición. Puede ser que, en un
principio, la intuición les falle y se equivoquen en el juicio. Pero, con el
"entrenamiento" repetido podrán perfeccionar, su "capacidad intuitiva", al grado de
poder juzgar correctamente las cosas, aun cuando tengan que basarse únicamente
en su primera impresión. Consecuentemente, se volverán capaces de tomar
decisiones rápidas y acertadas y pasarán, inmediatamente a la acción, cada vez que
tengan que resolver casos importantes en sus vidas.
Aquél que, bajo ninguna circunstancia, tiene el valor» de tomar la decisión para
actuar, tales como muchas personas que fueron víctimas de la violenta erupción en
el monte Pelée, acabará siempre "tomando las peores cartas".
Para alcanzar el éxito en esta vida, no necesitamos ser personas de múltiples
talentos. Basta, que tengamos talento para una determinada materia. Pero,
lamentablemente, la mayoría de las escuelas consideran "buenos" solamente a los
alumnos que sacan buenas notas en todas las materias. Los alumnos con
"características de genios", que demuestran un talento extraordinario en una
determinada materia, pero son malos en las demás, generalmente son
considerados "malos alumnos". Se cuenta que, en su infancia, el gran inventor
Thomas A. Edison, fue expulsado de una escuela, donde fue considerado un pésimo
alumno, pues sacaba notas bajas en casi todas las asignaturas.

114
Existen muchas personas que, así como Edison, no eran alumnos "brillantes" en su
tiempo de estudiantes, pero que, más tarde, pasaron a mostrar una gran capacidad
y talento en sus respectivos campos de actividad. ¿Por qué será que esas personas
pudieron destacarse de los demás en sus carreras profesionales? Es porque estando
conscientes de no ser poseedoras de múltiples talentos, buscaron fijar como única
meta aquello hacia lo cual sentían mayor inclinación y avanzaron lenta pero,
incansablemente en esa dirección, como aquella tortuga de la fábula, que apostó
una carrera contra una liebre y acabó ganando gracias a su empeño y
perseverancia. Las personas "multitalentosas", que confían demasiado en su
superioridad y no se empeñan seriamente en alcanzar sus objetivos,
frecuentemente, terminan siendo dejadas atrás por personas menos talentosas,
exactamente como ocurrió con aquella liebre veloz que, confiando demasiado en su
ventaja sobre el adversario, resolvió descansar (dormir) un poco, en medio del
camino, y terminó siendo vencida por la lenta pero perseverante tortuga.
En esencia, ningún ser humano es incapaz o deficiente. Es verdad, que son pocos los
dotados de múltiples talentos; pero, todos nosotros sin excepción, tenemos algún
don que recibimos de Dios. Desafortunadamente, muchos padres y maestros no
comprenden eso y califican de imbéciles e incapaces a los niños que no consiguen
sacar buenas notas en las materias escolares. Los niños tratados de esa manera,
terminan perdiendo la autoconfianza y pasan a creer que no poseen talento para
nada. Si alguno de Uds.; creció en tales circunstancias y hasta hoy está convencido
de que es una persona mediocre, trate de abandonar inmediatamente ese
pensamiento erróneo. Crea que puede ser ¡Un gran científico o inventor, como
Thomas A. Edison o ¡un gran músico como Beethoven! Basta creer que tiene un don
para algo, descubrir cuál es ese don y empeñarse seriamente en desenvolverlo.
No deben lamentar el hecho de no poder destacar en todos los campos de
actividad. En lugar de desperdicia sus energías tratando de sobresalir en todas las
actividades, ¡concéntrense únicamente en aquello para lo cual tienen talento!, con
la firme determinación de realizar una obra de gran valor. Las personas que no

115
poseen múltiples talentos* no corren el riesgo de desperdiciar su "fuerza vital",
envolviéndose superficialmente en diversas actividades, al mismo tiempo, pues
logran concentrar su fuerza vital en una sola actividad con mayor facilidad que las
personas "multitalentosas".
Salvo excepciones como Miguel Ángel, la mayoría de los grandes genios de la
Historia, sean artistas, científicos, etc., alcanzaron fama por sus realizaciones en un
área específica de actividad, aunque hayan sido dotados de muchos otros talentos.
De ahí, podemos extraer que, si una persona desea alcanzar verdadero éxito en esta
vida, tendrá que concentrarse en una sola actividad, aunque tenga talento para
muchas cosas. Llegamos entonces, a la conclusión de que, la mayoría de las veces,
las personas dotadas de un solo talento están en mejores condiciones de alcanzar el
éxito final, que las personas dotadas de muchos talentos, pues, no corren el riesgo
de permanecer indecisas, sin saber "por cuál de los dones optar" y como
consecuencia de esto, pueden concentrarse más fácilmente en aquello para lo cual
tienen inclinación.
¡Aunque se les considere, personas sin grandes talentos, no se desanimen!. Elijan
una actividad que les gustaría ejercer y dedíquense a ella de cuerpo y alma, con el
firme propósito de alcanzar el éxito final. La dedicación total, la paciencia, la
perseverancia, la inalterable decisión de alcanzar la meta final, el conjunto de todo
eso en sí, es una fuerza creadora. Cuando existe en nosotros, una inquebrantable
fuerza de voluntad, no sólo desarrollamos naturalmente la capacidad necesaria
para realizar nuestro objetivo, sino, también, atraemos hacia nosotros situaciones,
cosas y personas que nos ayudarán a alcanzar el éxito. Sepan que la firme
determinación es como un poderoso imán. Aquel que posee la determinación
inquebrantable de realizar un trabajo con éxito puede considerarse victorioso a
partir del momento en que inicie la tarea. Ante esa firme determinación, sus
opositores pierden las fuerzas y terminan retrocediendo; y, por otro lado, las
personas que le rodean pasan a apoyarlo cada vez más, confiando en su éxito. Ese
voto de confianza le aumenta aún más el ánimo, se refleja favorablemente en su

116
trabajo y le permite alcanzar un pleno éxito. La determinación inquebrantable tiene
el poder de silenciar las duras críticas y suscitar palabras de estímulo y admiración.
Y cuando una persona cuenta con el estímulo y la admiración de los demás, logra
realizar con perfección su trabajo.
Todo y cualquier obstáculo deja de existir ante aquel que avanza con
determinación, confiando plenamente en, éxito. No tema tropiezos ni caídas. En su
corazón existe únicamente, una inquebrantable determinación de alear su objetivo.
Y, tan fuerte es esa determinación, que se a sí mismo, alcanzando la meta final. Por
eso, sean cual sean las dificultades que tenga que enfrentar, no las vea como
obstáculos y conseguirá encontrar miles de medios para resolverlas. Avance con
pasos firmes sin nunca retroceder. Si surge una montaña a su frente, traspásela; se
encuentra con un valle, atraviéselo; si llega a la orilla de un río, encuentre un medio
para pasar al otro lado, en fin; que nada impida su marcha. Sin ningún pensamiento
negativo que nuble su mente, avance sin cesar, movido únicamente por su firme
determinación.
En este mundo existen personas que fracasan a pesar de ser talentosas y otras que
alcanzan el éxito a pesar no poseer grandes talentos. ¿Por qué será? Esto ocurre
porque, frecuentemente, las personas talentosas, cuentan demasiado con sus
talentos y no se concentran seriamente en aquello que hacen, mientras que las
personas poco talentosas, movidas por la firme determinación de vencer, se
empeñan de cuerpo y alma en la realización de sus objetivos, sin dejarse influenciar
por las opiniones ajenas. Muchas de las personas que alcanzan el éxito en sus
respectivas actividades profesionales, son aquellas que vencieron con sus propios
esfuerzos.
Sin duda, las personas que buscan vencer con sus propias fuerzas, enfrentan
muchas dificultades. Pero, cuántas más dificultades enfrentan, mayor será la
exteriorización de la fuerza infinita que se encuentra oculta en su interior. Quien no
lucha contra las dificultades no consigue desarrollar su fuerza y su capacidad. Estas,
aumentan en la misma proporción que las dificultades enfrentadas.

117
Aunque hayamos sido criados en un hogar pobre y no hayamos tenido la
oportunidad de recibir una buena educación escolar, no debemos lamentarnos. Es
cierto que una buena educación escolar ayuda al hombre a desarrollar más
fácilmente su capacidad. Pero también es verdad, que las personas que tienen y
tuvieron siempre todo a su favor no logran adquirir esa autoconfianza, ni la
fortaleza de ánimo que caracterizan a las personas que vencieron en la vida
superando todo tipo de dificultades y obstáculos. Recuerden que: Los árboles
cultivados artificialmente, son delicados y frágiles pero, los que crecen enfrentando
climas adversos son resistentes.

118
CAPITULO XV
GOBIERNE UD. MISMO SU "REINO MENTAL"

Pascal, gran científico y pensador francés (1623-1662), dijo: "Aquél que,


influenciado por el poder de las palabras negativas, se juzga a sí mismo tonto, sólo
porque alguien le dijo eso, terminará convirtiéndose realmente en un tonto". Esto
es verdad, así como es verdad que "aquél que cree en su propia capacidad será
realmente capaz". Muchas personas no consiguen corregir sus fallas porque se
quedan pensando en el error cometido, lo que equivale a reforzar el poder de las
palabras negativas formuladas por la mente. Las fallas imaginadas, diseñadas o
grabadas varias veces en la mente del hombre, se infiltran profundamente en su
subconsciente y, con el pasar del tiempo, se vuelven difíciles de corregir.
Supongamos que, un empleado cometa un error y sea reprendido por su superior
de la siguiente manera: "¡Eres un tonto!". El empleado queda deprimido y piensa:
"Tiene razón. Soy un tonto..." Y como no puede librarse de esa idea, se vuelve cada
vez más inseguro e ineficiente y termina cometiendo errores peores que los de
antes.
Debemos, saber que es imposible volvernos "sabios" manteniendo en la mente la
idea de nuestra propia "incapacidad y estupidez", de la misma forma como es im-
posible llegar a un punto en dirección oeste, caminando rumbo al este.
No podremos librarnos de nuestros defectos, si pensamos en ellos constantemente.
Naturalmente, es necesario que tomemos conocimiento de nuestros propios
defectos, a través de un honesto autoanálisis. Pero, ¡Una vez descubiertos los
defectos, no debemos aferramos a ellos, sino mentalizar firmemente, las
cualidades que se oponen a esos defectos!. Y, así, podremos librarnos de nuestros
defectos. Por ejemplo, si nos analizamos honestamente y descubrimos que somos
"perezosos", no debemos pensar todo el tiempo: ¡"Soy perezoso...!". Así, nunca
podremos libramos de ese mal hábito llamado "pereza". Si queremos realmente

119
dejar de ser "perezosos", debemos mentalizar constantemente: "Yo soy trabajador,
yo soy trabajador...". La idea es la "fuerza motriz" que hace posible la realización de
todas las cosas. Así, cuando la idea de que "somos trabajadores" se infiltra
profundamente en nuestro subconsciente, ésta pasa a actuar en el sentido de hacer
que nos volvamos realmente trabajadores.
Si, por equivocación, ingerimos un veneno, el médico nos administra
inmediatamente un antídoto que neutralice los efectos de ese tóxico. Del mismo
modo, si estamos "intoxicados" por el mal llamado "pereza", debemos "tomar
rápidamente un antídoto", en vez de agravar nuestro estado, meditando la idea:
"Soy sólo un perezoso". El mejor "antídoto" para borrar la idea: "Soy perezoso" es,
sin duda alguna, la idea: "Soy trabajador". Si una chispa de fuego, cayese en un
recipiente conteniendo óleo y provocase un incendio, nadie cometería la estupidez
de tratar de apagar el fuego echándole más óleo. Todos saben, que el fuego sólo
puede ser apagado echándole otro elemento que neutralice sus efectos. Lo mismo
sucede con nuestras "ideas". Si estamos sufriendo los efectos de una "idea
negativa", debemos librarnos de ella haciendo nacer en nuestra mente una "idea
opuesta", o sea, una "idea positiva".
Pascal dijo, también, lo siguiente: "La dignidad del hombre está en su capacidad de
pensar. Y, tiene el deber de pensar de manera correcta". Frecuentemente,
pensamos en cosas negativas, a pesar de desear ser mejores de lo que somos ahora.
Necesitamos comprender que "pensando en cosas negativas nos ocurrirán cosas
malas". El hombre jamás podrá ser realmente feliz, mientras no aprenda a pensar
correctamente. Es fundamental que todos tomemos conciencia de la naturaleza
sublime del hombre y pensemos en su dignidad, su felicidad y su grandeza. Pero,
lamentablemente, son muchas las personas que consideran al hombre como una
insignificante "partícula de moho, surgida en la faz de la Tierra", un "animal
pensante", un ser sujeto a toda especie de desgracias y enfermedades. Y, con esos
pensamientos negativos, se han colocado a sí mismas en un triste estado de
degradación. Es primordial que salgan, inmediatamente, de esa degradación, de esa

120
miseria.
En primer lugar, visualice la grandiosidad del hombre, su dignidad y su naturaleza
sublime y crea firmemente que el hombre, siendo hijo de Dios, es dueño de una
gran fuerza y salud perfecta, que no disminuyen ni desaparecen bajo ninguna
circunstancia. Sepa que la falta de salud es el mayor obstáculo para la manifestación
de todas las grandes potencialidades del hombre en esta vida y que un estado
enfermizo es siempre el reflejo de pensamientos y sentimientos negativos.
Todas las células y todos los órganos del cuerpo humano son susceptibles a la
influencia de la mente. Por lo tanto, debe siempre, examinar su mente y descubrir
qué tipo de pensamientos ella guarda. Si está repleta de optimismo, paz, bondad,
armonía y Amor al prójimo, puede estar seguro de que todo eso constituirá la base
de su salud física y, también, de su éxito. Si, por el contrario, su mente está llena de
pensamientos negativos, se sentirá siempre afligido o irritado y su salud será
grandemente perjudicada!. De todos los pensamientos negativos, uno de los peores
es el egoísmo. Nada es más perjudicial para la salud. Ya que el egoísta, se ama
solamente a sí mismo y considera al resto de la humanidad como enemigos, está
siempre tenso, pronto para defenderse. Con tal actitud mental, jamás conseguirán
tener una relación humana afectuosa y armoniosa; por lo; tanto, se perjudica más a
sí mismo que a los demás. ¡Mantener pensamientos negativos, es lo mismo que
agredirse constantemente uno mismo!. Si viésemos a un individuo que se agrede a
sí mismo con su propia arma, diríamos que es un loco. Sin embargo, la verdad es
que en este mundo existen muchas personas cuyo comportamiento se asemeja al
de ese loco. Necesitamos, pues, estar siempre atentos a nuestros pensamientos,
para no caer en la locura de agredirnos con nuestras propias armas, o sea, de
perjudicarnos a nosotros mismos con nuestros pensamientos negativos. Sepamos,
que el hombre, como hijo de Dios, viene a este mundo con la misión de mantener
los pensamientos correctos y positivos, de modo que, pueda manifestar siempre
buena salud y progresar cada vez más.
Todos sabemos, por experiencia propia, que cuando nuestra mente se deprime y se

121
entristece, dejamos de llevar una vida ordenada en todos los sentidos, vemos el
mundo como una "muralla" de oscuridad que nos oprime y terminamos con la salud
debilitada. Los sentimientos y pensamientos desarmoniosos, tales como la ira, el
miedo, la aflicción, la irritación, etc., contribuyen en gran medida a volver
deficientes nuestras funciones fisiológicas. Citemos algunos ejemplos: la tristeza
prolongada, frecuentemente es la causa del cáncer al estómago o del reumatismo,
conforme ya fue comprobado por numerosas personas; el estado espiritual
negativo de la madre, influye en la cantidad y calidad de la leche y,
consecuentemente, provoca varios tipos de enfermedades en el bebé; la presencia
constante de pensamientos egoístas, celos, sospechas, etc., puede provocar
enfermedades crónicas en el aparato digestivo o graves disturbios en el hígado; las
constantes y exageradas preocupaciones por el futuro provocan, a veces, entor-
pecimiento en alguna parte del cuerpo (ese entorpecimiento no es nada más que la
manifestación del deseo de olvidar el miedo ante la inseguridad del futuro); la
explosión de ira altera fuertemente los nervios y, a veces, causa el derrame cerebral
o la enfermedad de Parkinson.
En los hogares, donde los integrantes de la familia viven peleando entre sí, no cesan
las enfermedades. También, podemos decir que, los conflictos y los miedos son los
peores enemigos de la humanidad, pues, causan todo tipo de infelicidades,
desastres y enfermedades. Cualquiera, que sea el pensamiento o sentimiento
negativo que tengamos, siempre deja nítidas marcas en nuestro cuerpo. No sería
exagerado decir, por ejemplo, que "cada vez que nos enojamos, aumenta el número
de arrugas en nuestro rostro". Además, los sentimientos negativos, ásperos y
desagradables, no sólo marcan nuestro rostro con feas arrugas, sino que también
deforman nuestro carácter y hacen que nos volvamos más susceptibles de tener
"pensamientos de desarmonía". En el Budismo, se le da a eso el nombre de
"manifestación de los karmas". Si dejamos que surja en nuestra mente cualquier
pensamiento vil, despreciable o perverso, éste quedará grabado en nuestro carácter
y tendremos que sufrir sus consecuencias durante mucho tiempo. El surgimiento

122
momentáneo de pensamientos y sentimientos negativos o la explosión repentina
de emociones violentas son cargas que dejan alguna marca en nosotros.
Hay diferentes actitudes mentales que se pueden tomar en una misma
circunstancia o en un mismo incidente: podemos encolerizamos, podemos soportar
pacientemente, o, podemos aceptar todo con espíritu de gratitud. Nuestra actitud
mental ante cada circunstancia irá moldeando nuestro carácter, y éste a su vez,
determinará nuestro destino futuro.
Existieron muchos casos de jóvenes empresarios o jóvenes profesionales que tenían
un futuro prometedor; pero, terminaron destruyendo su propio destino, por haber
explotado en cólera cuando debían haberse controlado. Podemos decir, que las
personas que tienen frecuentes "explosiones" de cólera se alejan, por sí mismas, de
la felicidad. Para que nuestros negocios prosperen, es fundamental, que el
ambiente en el cual trabajamos, esté repleto de "atmósfera de prosperidad". Si
nuestra oficina o nuestra tienda están impregnadas de una "atmósfera de ira", no
podremos atraer buenos clientes, pues la "ira", siendo una vibración mental
negativa, impide su aproximación.
Entre las "fallas de carácter" del hombre, una de las peores es el "hábito de buscar
defectos en los demás". Las personas que son así, no están contentas hasta no
descubrir algún defecto en los demás y no difundir eso a los cuatro vientos. Es
evidente, que un empresario con tal falla, de carácter no podrá contar con fieles
colaboradores en el momento de realizar algún emprendimiento. Hasta, los más
antiguos y dedicados empleados terminarán abandonándolo y censurándolo. Esto
ocurre porque, de acuerdo a la ley mental, "cada persona recibe con la misma
moneda con que paga".
Debemos, combatir y eliminar definitivamente no sólo el "hábito de señalar los
defectos ajenos" sino, también, todos los demás "malos hábitos mentales". Según,
las enseñanzas de Cristo, los enemigos del hombre están dentro de él mismo, bajo
la forma de "pensamientos y sentimientos negativos". El verdadero valiente
(victorioso), es aquél que logra dominarlos con su propia fuerza de voluntad.

123
Debemos tratar siempre de combatir y eliminar los "malos hábitos mentales", tales
como: temer, entristecerse, enojarse por cualquier cosa, odiar a los otros, guardar
rencor, tener envidia, maldecir, señalar los defectos ajenos y hacer comentarios
maliciosos, afligirse ante la menor señal de cualquier incidente indeseable, pensar
indefinidamente sobre los hechos ya consumados, etc., etc. No debemos dejamos
dominar por esos pensamientos y sentimientos negativos, sino combatirlos para ser
verdaderos victoriosos.
Uds. necesitan preparar su mente para que ella se vuelva capaz de dirigirse
inmediatamente hacia la "luz", o sea, hacia el lado positivo, siempre que estuviesen
prestos a adquirir malos hábitos, siempre que estuviesen prestos a tener
pensamientos negativos. Si permanecen, meditando pensamientos negativos, éstos
aumentarán y también aumentará la mala influencia sobre Uds. Por lo tanto,
aunque ocurran cosas desagradables, no deben ver esos acontecimientos con los
"ojos de la mente". En otras palabras, deben evitar que esos acontecimientos
desagradables se queden grabados en su mente. Para ello, deben mentalizar así:
"Ese acontecimiento desagradable, no es real. En el mundo perfecto creado por
Dios, es imposible que existan cosas desagradables. Esta mala situación,
manifestada en este momento es, en verdad, el prenuncio de algún buen
acontecimiento que mejorará aún más mi destino. Creo firmemente que nada malo
ocurrirá".
A través de esa mentalización, deben transformar el acontecimiento infeliz, en
"oportunidad" para volver más feliz y luminoso el futuro. Lo esencial, es expulsar de
la mente el temor de que puedan ocurrir cosas malas. ¡Descubran siempre el lado
positivo de las cosas, vean la luz y la esperanza en cualquier situación y mantengan
sus corazones repletos de valor!. Las tinieblas jamás conseguirán aproximarse a una
mente luminosa, o sea, a una mente repleta de pensamientos positivos. Estando
siempre con la mente repleta de luz, de alegría, de pensamientos pacíficos y
armónicos, con certeza, conseguirán impedir la aproximación de cualquier
infelicidad, infortunio o enfermedad.

124
Los sentimientos negativos, como el miedo, la ansiedad, la tristeza, el temor de los
acontecimientos futuros, el odio, la ira, etc., sólo desgastan nuestra energía vital.
Corroen nuestra alma y terminan con nuestra energía vital, de la misma forma que
los virus de las epidemias corroen el cuerpo carnal y roban su vigor. Aquél que es
incapaz de controlar su propia mente y que se deja dominar por pensamientos y
sentimientos negativos, está haciendo lo mismo que permitir la invasión de grupos
enemigos en sus territorios, dejando que saqueen y devasten todo lo que allí
encuentren. Es una especie de esclavo, pues se rindió a sus enemigos
(pensamientos y sentimientos negativos) y perdió su libertad. Debemos estar
siempre atentos para no caer en ese error. Necesitamos ser capaces de alterar
libremente nuestro "estado espiritual". Aquél, que se deja llevar por su propio
"estado espiritual", desanimado y sólo resuelve realizar algo "cuando se siente
dispuesto" a eso, no es dueño de sí mismo, no pasa de ser un esclavo siempre a
merced de su "estado espiritual". Debemos, controlar libremente nuestro "estado
espiritual", a fin de sentirnos siempre alegres y felices. Para eso, lo primero que
debemos hacer es expulsar todos los pensamientos y sentimientos negativos,
mentalizando con firme convicción: "Yo estoy vivo, aquí y ahora, porque el Creador
me envió a este mundo con la misión de realizar una obra maravillosa. Mi corazón
está libre de cualquier miedo o preocupación, pues Dios está siempre conmigo. Sé
que Él crea sólo cosas buenas y jamás crea cosas malas que causen temor o
preocupaciones. Habiendo recibido de Dios mi misión, sigo adelante, impregnado
de la fuerza de Dios. Y no existe nada que pueda detener mi marcha".
Para finalizar, vuelvo a decir: solamente, aquél que es capaz de controlarse a sí
mismo (a su propia mente), consigue ser un verdadero victorioso. El ambiente que
rodea al hombre es el reflejo de su propia mente. Porque solamente, aquél que es
capaz de controlar su mente, puede dominar el ambiente que le rodea.

125
CAPITULO XVI
PONGA EN PRACTICA AQUELLO QUE DISEÑO EN LA MENTE

NUEVAMENTE SOBRE LA NECESIDAD DE SOÑAR

El alma del ser humano se vuelve árida, cuando no tiene un ideal. "Soñar" es la
manera por la cual el hombre busca exteriorizar libremente su "contenido infinito",
ultrapasando las barreras de tiempo y espacio. Aquí, no me refiero a lo que
soñamos cuando dormimos; hablo de la imaginación de las cosas que deseamos
realizar. En este mundo, nuestra alma no goza de total libertad, porque está
confinada en el tiempo y en el espacio. Pero, existe en nosotros, el deseo de romper
esa barrera y manifestar en el "mundo de las formas", el mayor número posible de
atributos y cualidades de nuestra Imagen Verdadera, infinitamente perfecta y rica.
"Soñar" es delinear "esbozos" o "proyectos" para la manifestación de esas
cualidades. Todas las cosas del Universo, se manifiestan a través del "pensamiento".
Así, cuando soñamos con algo y diseñamos mentalmente o su "esbozo", o su
"proyecto", etc., eso pasa a constituir una fuerza propulsora que nos lleva a actuar
para concretizarlo en el plano fenoménico.
Entre todos los "sueños", o sea, entre todas las cosas que "diseñamos" en la mente,
lo fundamental, es la "visión del hombre como hijo de Dios". Es, a partir de este
"sueño", que todo se concretiza en este mundo. "Concientizar que somos hijos de
Dios", es comprender que somos uno con Dios y que de Él proviene toda nuestra
fuerza y capacidad.
Esa concientización es semejante a la que Jesucristo expuso así: "Las palabras que
yo os digo no las hablo por mismo; sino es el Padre que mora en mí, que hace las
obras". (Juan 14, 10).
La idea errónea de que "somos pobres criaturas distantes de Dios" interrumpe
nuestra comunicación con Dios, la fuente de la fuerza infinita y hace que nos

126
volvamos seres débiles e insignificantes. La característica de la "doctrina del
optimismo", predicada por Seicho-No-Ie, es; reconocer al hombre como hijo de Dios
y en afirmar que Dios está presente dentro de cada individuo, constituyendo su
"naturaleza verdadera", o sea, su "naturaleza divina". Esta doctrina, es muy distinta
de las predicadas hasta hoy por las diversas sectas religiosas, según las cuales "Dios
está allá en lo alto, en el distante Reino Celestial, adonde el hombre no puede
aproximársele, porque no pasa de ser una criatura llena de pecados". La
concientización de nuestra naturaleza divina nos conduce a la realización del más
grandioso de todos los sueños pues, no sólo nos hace comprender que el
"hombre, aunque parezca mortal es, en verdad, un ser eterno, indestructible";
sino que, también, nos permite manifestar concretamente, aquí y ahora, la fuerza
ilimitada recibida de Dios. Cuando alcanzamos esa conciencia, el "infierno"
manifestado aquí en la tierra se transforma inmediatamente en paraíso. En otras
palabras, pasamos a gozar de perfecta salud, obtenemos abundantes bienes
materiales, conseguimos vivir en perfecta armonía con todo lo que nos rodea, en
fin; pasamos a vivir realmente en un mundo repleto de felicidades.
"El reino de Dios no vendrá con advertencia. Ni dirán: Helo aquí, o helo allí,
porque el reino de Dios está dentro de vosotros" (Lucas 17, 20-21). Como está
claro en estas palabras de Cristo, el Reino de Dios no es visible a los ojos carnales;
pero se manifiesta en este mundo fenoménico, exactamente como nosotros lo
concebimos en la mente.
¿Cómo podemos concretizar el Reino de Dios aquí en la Tierra? O, en otras
palabras, ¿dónde está el camino que nos lleva al Reino de Dios?. Con respecto a
eso, Cristo dijo: "Yo soy el camino". Por lo tanto, para entrar al Reino de Dios,
necesitamos descubrir, primero, dónde está Cristo. Él es el "camino". Él dijo: "En la
casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho, porque
voy a preparaos el lugar. Y si me fuera y os preparase un lugar, vendré otra vez, y os
llevaré hasta mí, para que donde yo esté, vosotros también estéis. (Juan 14, 2-3).
Esto quiere decir que: siguiendo a Cristo, llegaremos a la "Casa del Padre", o sea, al

127
Reino de Dios.
Cuando, Jesús dijo a sus apóstoles que les iría a "preparar un lugar" y los "llevaría
consigo", Tomás replicó: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo, pues, podemos
saber el camino?" (Juan 14, 5). Entonces, Jesús respondió: "Yo soy el camino, la
verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14, 6). "Ir al Padre" quiere
decir "ir junto al Padre"; y "junto al Padre" significa "Reino de Dios" o "Reino de los
Cielos". Para alcanzar el Reino de los Cielos y llegar al Padre, necesitamos saber que
Cristo es el camino y seguir sus pasos; necesitamos saber que Cristo es la Vida y vivir
plenamente, aquí y ahora, la Vida que de Él recibimos; necesitamos saber que Cristo
es la Verdad, o sea, que únicamente Cristo es la Realidad verdadera y debemos,
mejor aún, tenemos que verlo en todas partes.
Verdad significa Realidad verdadera; ya que, solamente la Realidad verdadera existe
verdaderamente, debemos decir que todo cuanto existe es manifestación de Cristo.
Así, el camino para llegar al reino de Dios es el camino de Jesucristo. Debemos,
pues, seguir el camino de Cristo, viendo en todas partes la Vida del Cristo, la Verdad
de Cristo, o sea, su Imagen Verdadera.
Sin embargo, no sólo Tomás, sino también Felipe, ¡¡ no consiguieron entender
dónde queda el Reino de Dios, al pesar de las palabras que Jesucristo les dijo!!. Por
eso dijeron: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta" (Juan 14, 8).
Naturalmente, ellos se referían a Dios. Reino del Dios es el lugar donde Dios se
encuentra. Sabiendo donde Dios se encuentra, ellos sabrían dónde queda el Reino
de Dios. Respondiendo, Jesús dijo: "Felipe, ¿Tanto tiempo hace que estoy con
vosotros y no me habéis conocido?. El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Juan
14, 9). Y dijo también: "Creédme que yo estoy en el Padre y el Padre en mí; a lo
menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo, que aquél que cree en
mí, hará también las obras que yo hago y aún mayores las hará" (Juan 14, 11-12).
Sólo entonces, Tomás y Felipe, comprendieron que Dios estaba allí mismo, delante
de ellos, en la persona de Jesucristo.
Y ahora, ¿dónde está Cristo?. En los versículos 18 al 20, del capítulo 14 del Evangelio

128
de San Juan, leemos las siguientes palabras de Cristo: "No os dejaré huérfanos,
vendré a vosotros. Falta un poco y el mundo ya no me verá; pero, vosotros me
veréis; porque yo vivo y vosotros también viviréis. En aquel día, conoceréis que yo
estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. Como podemos comprender
por estas palabras, Cristo está dentro de cada uno de nosotros, aunque haya
"desaparecido" a los ojos carnales de la humanidad. Así, si queremos ver al Padre,
basta ver a Cristo, y si queremos ver a Cristo, basta concientizarnos de la Vida que
palpita en nosotros, pues, conforme Él mismo dijo (Yo soy la Vida...), CRISTO ESTÁ
DENTRO DE NOSOTROS, COMO "NUESTRA VIDA". CONOCER ESTA VERDAD ES
CONOCER EL CAMINO QUE CONDUCE AL REINO DE DIOS.
Conforme vimos en el trecho de la Biblia citado anteriormente, Cristo dijo: "En
verdad, en verdad os digo que aquél que cree en mí, también hará las obras que yo
hago, y mayores que éstas las hará...". (Juan 14, 12). Por lo tanto, cuando el hombre
concientice que la Imagen Verdadera de su vida es el propio Cristo que está dentro
de él, no le será imposible realizar milagros mayores que los realizados por Cristo. Y
esto es un gran sueño que podemos realizar.
El Reino de Dios es un mundo donde todas las personas conviven en perfecta
armonía, auxiliándose unos a otros con Amor y dedicación, cada cual en su "lugar
específico" correspondiente en esta vida. Ese Reino, ese mundo perfecto, existe
aquí y ahora; pero, no lo podemos ver con nuestros ojos carnales. Tal como las
ondas de radio o televisión, él existe aunque sea invisible a nuestros ojos. Y para
que podamos ver su aspecto maravilloso concretándose en el mundo presente,
basta que sintonicemos nuestro aparato receptor llamado "mente". "Soñar", es
diseñar mentalmente cosas invisibles a los ojos carnales, creyendo con firmeza en
su existencia. Eso significa "sintonizar con esas cosas". "Soñar" con el Reino de Dios
es por lo tanto, sintonizar con el aparato receptor llamado "mente" y recibir sus
trasmisiones. El Reino de Dios, con toda su belleza, encanto y abundancia, existe
realmente aquí y ahora, dentro de nosotros mismos. Pero, mientras cada uno de
nosotros no sintonice con la frecuencia del Reino de Dios, él no se manifestará

129
concretamente de modo que podamos verlo con nuestros ojos y oírlo con nuestros
oídos. Necesitamos, pues, emitir constantemente vibraciones mentales que
sintonicen con Dios. Como Dios es Amor debemos emitir siempre vibraciones
mentales de Amor, como Dios es Sabiduría Infinita, debemos mentalizar
constantemente que esta misma sabiduría existe dentro nosotros, pues de este
modo, emitiremos vibraciones mentales que nos permitirán recibir realmente esa
sabiduría.
Querido lector, crea siempre que está junto a Dios. Aun cuando camine por las
calles, mentalice: "Estoy caminando con Dios", "Estoy caminado con la Sabiduría de
Dios' Mentalizando así, estará alimentando un gran sueño, pues no hay sueño
mayor que el de realizar la infinita Sabiduría de Dios.
Incluso, cuando surjan grandes dificultades en su vida, mantengan siempre la
serenidad y cerrando los ojos por unos minutos, mentalice: "Dios está dentro de mí
y sé que Él solucionará este problema". Después de repetir varias veces esa
mentalización, confíe a Dios la solución de ese problema. Él, jamás dejará de
atender su pedido. No piense que Dios está muy lejos. Es fundamental, que
concientice que Dios está siempre junto a Ud. Si vive con la seguridad de que Dios
existe en su interior, todos los problemas resolverán con la mayor facilidad. Debe,
pues, profundizar cada vez más la conciencia de la presencia de Dios dentro de Ud.,
mentalizando constantemente: "Dios está conmigo".
"Soñar", es "diseñar en la mente", algo más perfecto que las cosas que existen
ahora ante nosotros, en el mundo real. Y podemos decir, que eso es una especie de
oración, pues "orar" es creer en la existencia de las cosas que, aún, no están
manifestadas en el mundo y elevar hasta ellas nuestros pensamientos y nuestras
palabras. "Soñar", equivale pues, a realizar una sincera oración. La verdadera
oración no consiste en simplemente arrodillarnos frente al altar y suplicar la
compasión de Dios, enumerando en tono de lástima nuestras quejas. LA
VERDADERA ORACIÓN ES AQUELLA QUE SE HACE A PARTIR DE LA CONCIENCIA DE
LA PRESENCIA DE DIOS Y DE SU SABIDURÍA INFINITA EN NUESTRO INTERIOR.

130
Cuando nos concientizamos de la presencia de Dios y de su Sabiduría Infinita en
nuestro interior, esa sabiduría nos orienta y hace que los acontecimientos se
desarrollen de modo que se hagan realidad nuestros sueños, nuestros deseos, en
fin, todo aquello que "diseñamos" en nuestra mente.
El Budismo dice que "todo en este mundo fenoménico es transitorio". Realmente,
todas las cosas de este mundo fenoménico están transformándose
constantemente. El mundo que se presenta ante nuestros ojos carnales no pasa, al
final, de reflejo de las vibraciones mentales que emitimos en el pasado. En otras
palabras, no pasa de materialización de las cosas que, en el pasado, diseñamos en
nuestra mente. Siendo así, no podremos progresar si diseñamos en nuestra mente
aferrada a los viejos sueños. No debemos apegarnos al pasado. Es primordial,
"renovar" nuestros sueños, ¡crear nuevos ideales!. Solamente, los "nuevos sueños",
los nuevos ideales, tienen el poder de traer de la reserva inagotable de buenas
cualidades que existen en nuestro interior, aquella que aún no ha sido
exteriorizada. A ese proceso de exteriorización incesante de buenas cualidades y de
capacidad ilimitada que están en nosotros, se le da el nombre de "crecimiento
infinito". Así, para crecer infinitamente, precisamos tener siempre nuevos sueños,
nuevos ideales. A los que no tienen ningún sueño o ideal en la vida, sólo les resta el
camino del rápido envejecimiento. Los jóvenes que sueñan, conservan su juventud
por mucho, tiempo. Aun, las personas de mucha edad, pueden recuperar su
juventud, si pasan a tener siempre nuevos sueños, nuevos ideales.

PONGA EN PRÁCTICA AQUELLO QUE DISEÑÓ EN SU MENTE

Una vez que idealizamos algo debemos partir a la acción. Solamente a través de la
acción podemos hacer que nuestro sueño, que está solamente en el plano de la
imaginación, se manifieste. Con respecto, al asunto que estamos tratando,
podemos decir que, Seicho-No-Ie es filosofía realmente dinámica.
Soñar, es sinónimo de "trazar proyectos para realización de nuevas cosas". Todos

131
necesitamos soñar. Pero de nada sirve soñar solamente y permanecer con brazos
cruzados, pues de ese modo nada se volverá realidad. La estatua de "Daikoku-
sama", divinidad japonesa que representa la "provisión imfinita" de Dios, tiene en la
mano derecha un pequeño martillo llamado "Martillo de los deseos". Según la
leyenda, ese martillo tenía el poder de hacer surgir cualquier cosa, atendiendo al
deseo de la persona que lo sostuviese y agitase. Era imprescindible agitarlo, pues,
en caso contrario, no surgiría nada. Como sabemos, "agitar" es una acción. Sin
acción de nuestra parte, nada se volverá realidad. Cristo dijo: "Golpead y se te os
abrirá". Él no dijo que "la puerta se abrirá por sí sola, sin necesidad de golpear".
También dijo: "Mirad que estoy a la puerta y llamo; si alguno escucha mi voz y abre
la puerta, yo entraré a él" (Apocalipsis 3, 20). "Golpear a la puerta" significa acción.
Sin acción de nuestra parte, Dios no se nos revelará, aunque esté aquí y ahora,
junto a nosotros, de la misma forma que un aparato de radio no nos transmitirá
ningún programa, si no lo prendemos. "Prender la radio" también es una acción.
Cristo también dijo: "No todo el que dice: ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los
cielos; sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos" (Mateo 7,
21). Esto significa, que AQUÉL QUE NO ACTÚA, NO PODRÁ REALIZAR SUS DESEOS,
POR MÁS QUE RECE PARA CONSEGUIRLO.
Este mundo es como un piano que produce "notas" altas o bajas, conforme las
"teclas" que tocamos. Si tocamos las "teclas de notas altas", tendremos "notas"
altas, y si tocamos las "teclas de notas bajas", tendremos "notas" bajas. Esto ocurre,
porque cada uno de nosotros es libre de tocar cualquier "tecla", según nuestra
elección. Las dificultades de esta vida son como las teclas de notas altas. Tocando
diversas "teclas", inclusive las de notas altas, podremos tocar las más bellas
"melodías de la vida". Por eso, no es necesario evitar las "notas altas" de las
dificultades.
La acción es esencial, pero cuando no está orientado por la sabiduría, tiende hacia
la insensatez y termina por destruir las cosas en vez de construirlas. Por eso, es
fundamental, que oremos constantemente a Dios. A continuación, citaré ejemplos

132
de oraciones:
"Señor, conducidme a vuestro mundo, al perfecto Mundo de la Imagen Verdadera.
Haced que pueda trascender este mundo fenoménico perturbado, lleno de
aflicciones, miedos, lamentaciones, asaltos y tumultos, y alcance el Mundo de la
Imagen Verdadera, donde podré oír vuestra serena voz. Apartadme, Señor, de
todas las agitaciones de este mundo fenoménico y envolved mi alma con vuestra
Vida sumamente serena y pura".
"Señor, libradme de todos los temores, llenad de paz y serenidad mi corazón.
Libradme del egoísmo autocompasivo, así como de la presunción de ser mejor que
los demás y llenad mi corazón con el Amor y la humildad tal como Cristo lo
demostró al lavar los pies de su discípulos".
"Apartad de mi mente todo y cualquier pensamiento impuro. Libradme de la sed
del poder. Que yo pueda realizar todas las cosas con el propósito de manifestar
vuestra gloria y no con intenciones mezquinas, ni egoístas".
"Señor, haced que se manifiesten a través de mí, vuestra Sabiduría y vuestra
Fuerza, grandiosas e ilimitadas; Haced que la salud perfecta, la alegría infinita, la
abundancia ilimitada y el progreso infinito, existentes en el plan de la Imagen
Verdadera, se manifiesten libremente, trascendiendo las barreras del tiempo y del
espacio".
Después de orar así, acredite de que su pedido ya fue atendido y que ya alcanzó
ese elevado estado espiritual y mentalice lo siguiente, contemplando con los "ojos
de la mente" su Imagen Verdadera perfecta:
"En este momento, siento el Espíritu de Dios que fluye hacia mi interior, siento que
Dios está presente en mí y que su perfección se manifiesta a través de mí, a cada
minuto, a cada hora, en este mundo de tiempo y espacio. Siento que, en este
momento, se está manifestando, en toda su perfección, la Vida infinita, el Amor
infinito, la fuerza infinita y las bendiciones infinitas de Dios".
"Me siento inmensamente alegre y feliz, pues el júbilo de Dios llena mi ser
desbordándolo de alegría. La alegría atrae la alegría, la bondad atrae la bondad,

133
y por eso se me aproximan solamente personas alegres y buenas. El mundo que yo
veo, está repleto de personas alegres y felices, pues aun los deprimidos y tristes
comienzan a sentirse alegres cuando se me acercan".
"En este momento, estoy repleto del Amor de Dios. El Amor de Dios es un Amor
incondicional. Quien tiene ese Amor en su corazón no juzga fríamente a los demás,
no odia a nadie, no pelea con nadie. Jamás piensa en elevarse a sí mismo,
rebajando a los demás. Dios no juzga fríamente a las personas, y yo; por estar
repleto del Amor de Dios, tampoco juzgo fríamente a los demás. Ya eliminé total-
mente de mí el mal hábito de señalar los defectos ajenos. Porque estoy repleto del
Amor de Dios, veo solamente las cualidades de todas las personas".
"En este momento, me desligué totalmente de mi pasado. El pasado ya no existe
para mí. No existe más el pasado triste, ni el pasado lleno de odio. El mundo visto
por los ojos de mi mente, está repleto de bendiciones, veo sólo el lado bueno de
todas las personas. Por más que una persona pueda parecer mala, busco
únicamente amarlo. Yo sólo veo la luz en mi camino. Dios me orienta con su
Sabiduría. Y, como Dios es Luz, el camino que sigo es luminoso y me conducirá
infaliblemente a la victoria y a la paz".
"¡Oh! ¡Qué bello y maravilloso, es el Mundo de la Realidad creado por Dios! La
alegría y la felicidad se esparcen por todas partes y cada uno de sus habitantes
logra realizar todas las cosas con éxito, usando su ilimitada libertad. Ellos se
aman, se elogian y se alientan unos a otros no habiendo una sola persona que
odie, que se entristezca o que se lamente. Aquí es el Paraíso y Yo Soy hijo de Dios:
que vive en el Paraíso".
Esta oración, es sólo un ejemplo. No es necesario rezar exactamente con las mismas
palabras. Basta orar y mentalizar de manera semejante, con el pensamiento
totalmente concentrado. De este modo, las cosas mentalizadas terminarán siendo
grabadas en su subconsciente, como se graba una canción en un disco. A través de
ese "disco mental", podrá emitir buenas "vibraciones mentales", gracias a eso
comenzará a manifestar a su alrededor la perfección del Mundo de la Imagen

134
Verdadera.

LA "LEY DE LA PROSPERIDAD"

En todo existe lo que podemos llamar "marea del tiempo". Remando contra esa
"marea", no se puede realizar nada con éxito. Recordemos, que la manera menos
cansativa y más rápida de remar es "remando a favor de la marea". Remando de
acuerdo a la "marea del tiempo", el hombre puede realizar hasta obras grandiosas
que parecían imposibles de ser realizadas, sólo con su fuerza individual. El paso de
una estación del año a otra, también, es una especie de "marea del tiempo". Con la
llegada de la primavera, las plantas se revisten de nuevas hojas, de un lindo verde
claro, que brillan en el sol; la mayoría de los árboles frutales se llenan de flores. En
el verano, el color verde de las hojas se vuelve más oscuro y los ramajes de los
árboles se vuelven más densos. Al terminar el verano, el color otoñal comienza a
teñir algunos árboles. Aunque, la temperatura no esté debajo de los 25 grados
centígrados, las hojas de algunas especies de árboles, como el "keyaki", por
ejemplo, comienzan a tomar una coloración marrón-rojiza. Después del invierno,
con la llegada de una nueva primavera, esos árboles comienzan a revestirse de
nuevas hojas, verdes y lustrosas, aunque la temperatura todavía no pase de 15
grados centígrados.
Por ahí, podemos comprender que las transformaciones que se operan en la
naturaleza no se deben únicamente a los cambios de temperatura. Ante el hecho de
que las hojas broten verdeantes al inicio de la primavera, a pesar de la baja
temperatura, y comiencen a caer al inicio del otoño a pesar de la temperatura
continuar elevada, llegamos a la conclusión de que la Naturaleza sigue lo que
podemos llamar de "ritmo del tiempo".
Existe un verso de la poetisa Hotoke-Gozen, que dice: "Todas las hierbas del campo
germinan y mueren; ¿habrá hierbas que no mueran con la llegada del otoño?".
Porque la naturaleza no se enfrenta con el otoño. ¿Habrá quien encuentre la

135
primavera? Por detrás del desolado escenario otoñal, está presente la primavera
que hace germinar a todas las plantas. Ya sea en el otoño, o atravesando la
primavera los árboles desarrollan. Aun, cuando sus hojas caen en el otoño, ellos no
están retrocediendo sino progresando. Así como el péndulo de un reloj que,
después se balancea hacia la derecha, infaliblemente balancea hacia la izquierda.
Todo en este mundo progresa después de un aparente retroceso. Así, después de
un gran retroceso, inevitablemente vendrá un gran progreso. Las plantas como el
cerezo, la glicina, la peonía, etc. se quedan sin hojas y parecéis! secas durante el
invierno. Pero, continúan vivas y están almacenando vitalidad; por eso, cuando llega
la primavera florecen con bellos colores. Los árboles que no pierden las hojas el año
entero, nunca están cubiertos de flores. Para ellos, no hay retroceso, pero tampoco
hay un gran progresar Retroceder cuando es necesario, forma parte del verdadera
progreso. Por esta razón, no debemos desanimarnos ni perder las esperanzas, aun
cuando la suerte nos parezca adversa y pensemos que estamos retrocediendo en
lugar de progresar. Recordemos que el péndulo del reloj se balancea tanto a la
izquierda como a la derecha. "A toda acción le corresponde una reacción igual y
contraria", esta es una ley física. Aunque ocurra algún retroceso en nuestra vida,
infaliblemente progresaremos, en la misma medida como retrocedemos. Uds. no
deben asustarse, aunque su destino reciba de vez en cuando la visita del "otoño" o
del "invierno". Sepan que "cuanto más riguroso es el invierno, mejor maduran los
granos del trigo". Debemos, agradecer siempre al "ahora". Debemos dar lo mejor de
nosotros mismos, en las circunstancias en que nos encontremos ahora, creyendo
que eso constituye la base de nuestro progreso. Todas las cosas son buenas en
relación al lugar y a la hora en que existen, pues, gracias a la existencia de las
mismas, es que se vuelve posible la siguiente fase del desenvolvimiento. En este
sentido, todas las cosas que existen ahora a nuestro alrededor y todos los hechos
que están sucediendo ahora en nuestras vidas, son absolutamente imprescindibles
para nosotros.
Como ya dije, la acción siempre desencadena una reacción. Si odiamos a alguien,

136
también seremos odiados por ese alguien; si se incuban huevos de pata, nacerán
patitos; si se incuban gérmenes de odio, nacerán odios. Todo lo que existe en la
"incubadora" de nuestra mente, terminará manifestándose en el mundo de las
formas. "Aquél que da, recibe", ésta es una de las formas en la que se manifiesta
la "Ley de la acción y reacción". Aquél que da cosas buenas, recibe cosas buenas;
aquél que da cosas malas, recibe cosas malas. Las personas que están contentas
porque consiguieron subir en la vida derrumbando a otros, tarde o temprano, serán
también derrumbadas por otros.
Uno de los mejores medios de defensa es retroceder cuando es necesario. Tal
procedimiento está de total acuerdo con la Ley de la acción y reacción. Los brotes
de la papa que nacen en el otoño, sin prever las heladas del invierno, están
condenados a morir, porque no son dotados de aquella "capa protectora" natural,
llena de pelusas, que cubre los brotes del ciruelo que esperan la llegada de la
primavera para crecer. Retroceder cuando la situación no es favorable y aguardar
una hora oportuna, es el mejor medio de alcanza? el verdadero desenvolvimiento.
Aquél que ama, será amado. Aquél que beneficia f| los demás, será beneficiado. Las
hierbas dañinas, por más¿ exuberantes que sean, están condenadas a ser
arrancadas jj* tiradas afuera, porque no ofrecen ningún beneficio. Aquél que
ofende a los otros, será también ofendido. Hay alguna» personas que se alaban de
que esa reacción no ocurrirá con,-ellas; pero, vendrá el día en que tendrán que
sufrir las consecuencias de sus actos. El hombre cosechará, fatalmente, aquello que
sembró. Puede ser que la hora de la "cosecha" tarde un poco, pero llegará
inevitablemente. Por eso, para tener buena cosecha, necesitamos plantar buenas
semillas.
No debemos pensar que ser simplemente una buena persona ya es suficiente. No
debemos pertenecer al tipo de personas consideradas "buenas" simplemente
porque practican el mal. Personas así, son como un péndulo de reloj roto. Un
péndulo roto, no se balancea ni hacia derecha ni hacia la izquierda. Se queda
simplemente parado y cumple su función de marcar los segundos, los minutos y las

137
horas. Por lo tanto, deja de ser útil. Y, dejando ser útil, da igual que exista o que no
exista. No sean persona cuya existencia no tenga ninguna utilidad. Lo importante es
no permanecer parados. Aunque, nuestros pasos nos conduzcan en dirección
equivocada, esto es mejor que estar parados, pues, por la "Ley de la acción y
reacción" el movimiento hacia el lado equivocado puede desencadenar otro
movimiento, pero esta vez hacia el lado correcto. Para ilustrar esto, voy a contarles
la historia de dos hombres miopes que estaban esperando el ómnibus:
Como ellos estaban sin lentes, no conseguían leer el letrero del ómnibus, que
indicaba el destino. Uno de ellos se quedó parado mucho tiempo, con la esperanza
de poder tomar el ómnibus correcto y terminó perdiendo todo el día. Pero el otro,
tomó rápidamente un ómnibus cualquiera, aun sin saber a dónde iría y preguntó al
cobrador si el ómnibus lo llevaría al lugar donde quería ir. El cobrador le informó
que ese ómnibus iba hacia otra dirección y le explicó correctamente donde debía
hacer la conexión. Así, en poco tiempo, el hombre ya estaba viajando en el ómnibus
correcto. Esta historia nos muestra que la acción, aunque inicialmente no nos lleve
a la dirección deseada, es mejor que la inercia. En otras palabras, muestra la
importancia de tomar la iniciativa. De cualquier modo, es necesario actuar.
Amar a los otros en pensamiento es el primer paso para la práctica de buenas
obras. Demostrar en forma concreta ese Amor y ayudar a los demás, son los pasos
siguientes, mucho mayores. Nosotros nunca debemos estar inertes. En la "mente
inactiva" terminan surgiendo pensamientos negativos, de la misma forma que en un
campo abandonado se esparcen hierbas dañinas. Hay un proverbio antiguo que
dice: "La pereza es la madre de los vicios". Los ociosos desperdician no sólo el
tiempo sino, también, su propia Vida. Cuando una persona de 50 años se jubila,
comienza a envejecer rápidamente, porque pasa a llevar una vida insípida, sin nada
que hacer. Para que una persona conserve el vigor físico y mental aun después de
llegar a la vejez» es fundamental, que mantenga siempre el espíritu "joven",
valiente y dispuesto a crecer, tal como los brotes que surgen en la primavera.
Nuestra mente atrae, inevitablemente, las "vibraciones, mentales" que sintonizan

138
con ella y hace que esa" vibraciones influyan poderosamente sobre todas las cosas
que nos rodean. Por lo tanto, si queremos crear un buen ambiente a nuestro
alrededor, debemos mantener una actitud mental que propicie eso.
Para evaluar el grado de nobleza" de nuestra actitud mental, nos basta saber
cuánto estamos contribuyendo para el bien de la humanidad, respondiendo a las
siguientes preguntas:
1) ¿Son muchas las personas por quiénes me intereso sinceramente?
2) ¿Son muchas las personas a quiénes proporciono felicidad, a través de mi espíritu
y de mis actos?
3) ¿Me intereso por muchas personas, no porque quiero ejercer influencia sobre
ellas, si porque las amo realmente?
Las respuestas a esas preguntas, indicarán el nivel de nuestra elevación espiritual.
En primer lugar, tome la decisión de realizar algo que traiga no sólo beneficio a sí
mismo sino a otras personas; algo que sea provechoso al mayor número de
personas posibles. En seguida, haga un plan y pase a la acción. Así, estará enviando
"vibraciones mentales de Amor" a mayor número posible de personas. Y conforme
la Ley acción y reacción, también recibirá las "vibraciones mentales de Amor" de
esas personas. Esas "vibraciones mentales de Amor" se sintonizan con las
"vibraciones mentales de Amor de Dios”; y por eso, donde ellas estén, se manifiesta
también la Sabiduría de Dios, haciendo posible el delineamiento de buenos planes,
así como la aproximación de personas y medios necesarios para el éxito de esos
proyectos.
Hay personas que pretenden vencer en la vida derribando a los demás y
enriquecerse engañando a muchos. Aparentemente, son personas esforzadas, que
elaboran planes para una gran obra y trabajan con ahínco para alcanzar el éxito, así
como aquellos, que emprenden una obra grandiosa para el beneficio de sus
semejantes. Pero, como son movidos por el dinero y por el egoísmo, el resultado
será muy diferente. Como pretenden vencer derribando a los otros, atraen hacia sí,
vibraciones mentales de personas igualmente ambiciosas y egoístas y terminan

139
provocando su propia ruina. En el Budismo, se le da a esto el nombre de
"Manifestación de los Karmas". En la Ciencia Mental, esto es llamado "Ley mental".
Nosotros, vivimos en un mundo regido por las Leyes de la mente y es imposible
huir de ellas. No es posible robar y no ser robado, así como no es posible dar y no
recibir. Habiendo acción, habrá reacción. Lo que diseñamos en la mente, se
manifiesta en la forma; lo que damos a los otros, volverá a nosotros,
inevitablemente. Por lo menos una vez al día, debemos, enviar nuestras
"vibraciones mentales de Amor" a alguien. Esto equivale a plantar, en un mundo
invisible a los ojos camales, buenas semillas que mejorarán nuestro propio destino y
el destino de los demás. Leer la sutra sagrada "Lluvia del Néctar de la Verdad" una
vez al día, en atención a las almas de los antepasados, también es una forma de
enviar "vibraciones mentales de Amor". Hacer la Oración Meditativa Shinsokan para
desear la felicidad de alguien y mentalizar para que el Amor de Dios se derrame
abundantemente sobre esa persona, llenándola y envolviéndola, también es otra
forma de enviar "vibraciones mentales de Amor".
Emitir, mentalmente, maldiciones tales como: "Odio a aquella persona", "Ojalá que
aquel sujeto se torne infeliz", etc., es lo mismo que destruir nuestro destino por
nuestra propia iniciativa.

EL VALOR DEL SUFRIMIENTO

En el Mundo de la Imagen Verdadera no existe el sufrimiento, pero en el mundo


fenoménico existe y tiene su valor. Usando el término "valor del sufrimiento", tal
vez podamos parecer partidarios del "culto al sufrimiento"; pero la verdad es que
los sufrimientos de esta vida desaparecen cuando conocemos su significado y
extraemos alguna lección. El sufrimiento surge cuando nuestro modo de vivir no
está de acuerdo con nuestra Imagen Verdadera. Por lo tanto, cuando ocurre algo
que nos cause sufrimiento, necesitamos examinar nuestro modo de vida y
verificar en qué punto no está de acuerdo con nuestra Imagen Verdadera.

140
Supongamos, que una persona se hiere accidentalmente. Con la herida, surge el
dolor y la persona sufre. Ese sufrimiento tuvo origen en el hecho de que esa
persona "tocó algo que no debería ser tocado". En otras palabras, hubo una fase en
el procedimiento de esa persona, que infringió alguna ley de la naturaleza. Si
comprende la lección y decide que de ahora en adelante, tratará de no tocar en
cosas que le puedan herir, entonces el sufrimiento habrá sido valioso para ella. A
partir de entonces, su vida estará más de acuerdo con las leyes de la naturaleza y,
por lo tanto, será más feliz. Como vemos, el sufrimiento sirve para indicar si nuestro
modo de vivir está de acuerdo o no con las leyes de la naturaleza. Es corrigiendo sus
fallas que la humanidad camina en la dirección correcta.
El agua es indispensable para nosotros. Sin ella, no podríamos vivir. El agua, mitiga
nuestra sed, lava nuestras ropas, mantiene limpia nuestra morada e irriga nuestras
tierras. Ya sea como pequeños riachuelos, o formando lagos tranquilos, o fluyendo
serenamente como grandes ríos, las aguas van a unirse al gran mar. Allí, acumulan
innumerables peces y mariscos, que nos sirven de alimentos. ¡Qué grandes son los
beneficios del agua!. Sin embargo, en determinadas circunstancias, puede causar
inmensos daños. Por ejemplo, si la represa de Tonegawa se rompe, las aguas se
precipitarán en torrentes, arrastrando casas e inundando chacras. Se podrán perder
muchas vidas y serán enormes los daños materiales. Reflexionando sobre los
beneficios proporcionados por el agua y los perjuicios que a veces nos causa,
llegamos a la conclusión de que "el agua en sí, no representa el BIEN ni el MAL". Lo
que hace que el agua mitigue nuestra sed o arrastre nuestras casas es nuestra
"posición" ante los principios que rigen al agua. Cuando estamos en la "posición
correcta" en relación a ellos, gozamos de sus beneficios y cuando estamos en la
"posición equivocada", sufrimos daños físicos y materiales. A través de los
sufrimientos experimentados, debemos reconocer el error de nuestra "posición" y
buscar corregirlo. El valor del sufrimiento está en el hecho de que nos lleva a
reflexionar sobre nuestras actitudes.
Así como el agua, el fuego también es indispensable para nosotros. Nos calienta en

141
el invierno, nos permite cocinar los alimentos, en fin, nos proporciona innumerables
beneficios. Pero ese mismo fuego puede, a veces, quemar nuestras casas y dejarnos
en la intemperie, en pleno invierno. El mismo fuego y los mismos principios que lo
rigen, pueden hacernos felices o infelices. Nosotros no podemos cambiar la
naturaleza del fuego ni los principios que lo rigen. Ellos permanecen siempre
inalterables. Entonces, ¿por qué el mismo fuego que nos da tantos beneficios nos
causa, a veces, tan grandes sufrimientos? Es porque, a veces, nos colocamos en una
"posición" contraria a los principios que rigen al fuego. Conociendo bien esos prin-
cipios y colocándonos en la "posición" de poder usarlos sabiamente, nos servirán
como fieles criados. Esto se aplica a todas las "leyes". Si estamos sufriendo de una
forma u otra, es una señal de que nuestro modo de vivir está en desacuerdo con
algún "principio".
Hasta aquí, hablé de las consecuencias que sufrimos; por nuestras "posiciones" en
relación a los "principios" (las "leyes") que rigen la materia. Pero, lo que dijimos
anteriormente, se aplica también a nuestras "posiciones" en relación a las "leyes
que rigen el mundo de la mente" (o leyes mentales). Dios no es un ser parcial que
da felicidad a algunos, que ama y da infelicidad a otros que no ama. Si estamos
sufriendo por algo, la culpa no es de Dios. Es nuestra actitud mental la que no está
de acuerdo con las "leyes mentales". Por eso, cuando sentimos algún sufrimiento,
debemos examinar nuestra actitud mental para verificar en qué punto está en
desacuerdo con las "leyes mentales", e inmediatamente corregir nuestros errores.
De esa forma, conseguiremos eliminar el sufrimiento. El sufrimiento es como una
"señal roja" que nos garantiza nuestra seguridad. Y surge, cuando nuestra mente
comienza a inclinarse hacia el lado equivocado, para advertirnos que si continuamos
así, terminaremos destruyendo totalmente nuestra vida.
Amando a otros, se sentirá feliz. Pero, odiando a los demás, con seguridad sentirá
una íntima amargura. Esa amargura, ese sufrimiento, surge como una "luz roja",
para alertarnos de que odiar es una actitud mental errónea. Esa "señal roja",
aparece siempre que tomamos actitudes mentales erróneas, tales como: odiar,

142
enfurecerse, desconfiar, envidiar, tener celos, etc., para avisamos de que no
debemos proseguir por esos "caminos equivocados". Si no damos importancia a esa
"señal roja" y continuamos avanzando en la dirección equivocada, terminaremos
destruyéndonos a nosotros mismos, contrayendo alguna enfermedad o
envolviéndonos en accidentes.
Para volvernos realmente libres de sufrimientos físicos y mentales, necesitamos
anular nuestro "yo". Cuando anulamos nuestro "yo", Dios se manifiesta en
nosotros. Sentimos odio, resentimiento, tristeza, celos, ira, envidia, etc., porque
existe en nosotros lo que se llama "yo". Cuando eliminamos a nuestro "yo", todas
las personas dejan de parecemos simples extraños y se vuelven nuestros "hermanos
en Dios". Entonces, no podremos dejar de amar a todas las personas y a todas las
cosas. Y, amando a todas las personas y a todas las cosas, sólo podremos sentir
felicidad.
Dios ama a todas las personas. Por eso, Él es siempre feliz. Pero, no se puede decir
lo mismo de nosotros, seres humanos. Muchas personas, son infelices, porque
aman a unos y no aman a otros. El mayor santo es aquél que consigue amar
imparcialmente al mayor número de personas. Pero, hasta llegar a ese elevado
estado espiritual, esa persona debe haber pasado por muchos sufrimientos, gracias
a los cuales tuvo varias oportunidades de reflexionar y de conseguir aprender a
dirigir su mente hacia el lado correcto y vivir de modo correcto. Como ya dije, el
"sufrimiento" es la señal que nos indica los errores de nuestras actitudes mentales y
de nuestro modo de vida. Por lo tanto, siempre que aparezca debemos hacer un
serio examen de conciencia y corregir nuestros errores.

EL AUTOANÁLISIS DIFIERE DE LA "AUTOREPROBACIÓN"

El autoanálisis es necesario, y cuando, a través de él, percibimos que nuestra mente


está en una "posición" o "dirección" equivocada, basta que hagamos la corrección
necesaria. No necesitamos y no debemos auto despreciarnos, ni auto

143
recriminarnos. A Dios no le gusta que nos despreciemos, pues todos nosotros
somos hijos de Dios y siendo así, despreciarnos sería despreciar indirectamente a
Dios.
Imagine que posee un diamante maravilloso y lo guarda en un lugar completamente
oscuro. En ese lugar, permanecerá sin brillo, como si fuese una simple piedra. Pero,
si lo coloca en un lugar claro, brillará intensamente. Guardado en un lugar oscuro o
expuesto a la luz, el diamante continúa siendo el mismo, sin ninguna alteración en
su calidad o en su precio. Sin embargo, en un lugar oscuro no brilla, porque allí, no
es el lugar ideal para que el diamante pueda mostrar su resplandor. Lo mismo se
puede decir en relación a las personas. Si el carácter de una persona no brilla, eso
no quiere decir que ella sea inferior a los demás; significa solamente que la
"posición" o la "dirección" de su mente no es la correcta. Basta, corregir esa
"posición" o "dirección" y el carácter de esa persona pasará a brillar.
Por lo tanto, no se desprecie a sí mismo. No se recrimine. No se entregue a la
autocompasión, considerándose inferior. No desprecie su "verdadera naturaleza".
Concientice que es hijo de Dios. Si no consigue "brillar" es porque la "posición" o
"dirección" de su mente no está correcta. Cambie la "dirección" de su mente, del
odio hacia el Amor; del deseo de tomar hacia el deseo de dar; de la ira hacia el
pensamiento pacífico; de la ansiedad hacia la serenidad... Esto es suficiente, para
que su carácter pueda brillar esplendorosamente, como un magnífico diamante
expuesto a la luz.
Antes que nada, concientice que es hijo de Dios, concientice que dentro de Ud.
existe la naturaleza verdadera, que resplandece intensamente como un diamante
expuesto a la luz. Las restricciones del hombre no son impuestas por factores
externos; ellas resultan de la falta de concientización de su verdadero "yo". Según,
una Sutra budista, Dai-tsuchishó-Nyorai, también no conseguía manifestar su poder
espiritual mientras no tenía conciencia de que él mismo era un ser búdico.
La "auto humillación" puede parecer "virtud de modestia"; pero, en verdad, no pasa
de una actitud mental negativa que restringe al hombre e impide su crecimiento

144
espiritual. Por lo tanto, aunque descubra sus fallas a través del autoanálisis, no debe
reprocharse ni humillarse a sí mismo. Basta reconocer el error de su "posición"
mental y corregirlo, creyendo firmemente: "Yo soy un ser grandioso, pues soy hijo
de Dios".
Tal vez, algunas personas temen que ese tipo de convicción las vuelva presumidas.
Pero eso jamás ocurrirá. La presunción, es la actitud de aquellos que buscan parecer
superiores a los otros, justamente, porque se sienten incapaces. Es una actitud que
difiere completamente de la actitud de los que se concientizaron, realmente, de su
naturaleza divina. Estos jamás humillan a los demás, no tienen sed de poder. La sed
de poder surge en una persona, cuando se siente oprimida por los demás y, como
reacción, desea volverse superior y dominar a los otros. Se manifiesta como
consecuencia del deseo de "no perder", y no como consecuencia de la
concientización de que "somos hijos de Dios". Cuando nos concientizamos de que
"somos hijos de Dios y somos uno con Él", nos volvemos capaces de amar a todas
las personas, con la misma generosidad de Dios y no sentimos necesidad de oprimir
o humillar a los otros. Aquellos que no consiguen amar imparcialmente a un gran
número de personas, aún no poseen la verdadera conciencia de que son "hijos de
Dios".
Mentalice constantemente: "Yo soy hijo de Dios". Así, surgirá una fuerza infinita en
su interior. Hay personas que, aun habiendo encontrado esa fuerza infinita, la
pierden y, desanimadas, comienzan a pensar que no sirve de nada hacer tal
mentalización. Pero, hay otras que, a través de esa mentalización, manifiestan cada
vez más esa fuerza y no sólo llevan felicidad a los demás, sino que también ellas
mismas encuentran la felicidad y la prosperidad. ¿Por qué algunas personas dejan
de manifestar esa fuerza infinita hallada a través de la concientización "yo soy hijo
de Dios", mientras que otras continúan manifestándola incesantemente? Es,
porque, aquellas usan esa fuerza para objetivos egoístas, aprovechándola sólo para
su propio beneficio; mientras que éstas la usan para ayudar a un gran número de
personas.

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La fuerza manifestada para salvar muchas personas jamás se agota. Pero, la fuerza
manifestada con el objetivo egoistico de salvarse a sí mismo, inevitablemente,
acaba agotándose. En último análisis, las personas que procuran emplear sus
fuerzas para objetivos egoístas actúan de ese modo, porque creen que aún no están
salvadas y buscan obtener beneficios para sí mismos. Tales personas acaban
anulando la fuerza que habían manifestado por la concientización "soy hijo de
Dios", porque no demuestran en la práctica esa concientización.
Permita ahora que Dios viva en su interior
La Vida está siempre en movimiento, ya sea avanzando o retrocediendo. Aun
cuando nuestra vida parece retroceder, no necesitamos estar tristes. A veces, nos
sentimos deprimidos, perdemos el ánimo de trabajar y no logramos ver ninguna luz
en nuestro futuro, como si nuestra alma estuviese envuelta en una densa nube.
Pero, aun así no debemos perder las esperanzas. Sepamos que después de la
tiniebla viene la luz. Las horas más oscuras de la madrugada son el anuncio de la
alborada. La niebla, por más densa que sea, nunca es permanente. Es infalible, que
la noche termine y que la niebla desaparezca.
Este mundo, es un mundo donde todo es la manifestación de la "atmósfera"
producida por nuestras ondas mentales. Por lo tanto, la "cortina negra" que nos
rodea debe ser abierta, no desde afuera, sino desde dentro de nosotros mismos.
Ud. puede salir del mundo de la tiniebla ahora mismo. Es sólo querer. En verdad, las
restricciones que parecen rodearlo no están en el exterior. Es Ud. que está
"amarrándose" a sí mismo. Dentro de Ud. existe la fuerza infinita y para
exteriorizarla, basta que se concientice de ella. La Sra. Dana G. nos contó lo
siguiente:
Cierto día, ella estaba muy cansada, perdió completamente el ánimo y sintió como
si estuviese en un callejón sin salida. Atormentada por innumerables problemas que
estaban ocurriendo en su vida, intentó por todos los medios encontrar una salida;
pero, todo fue en vano y se sentía completamente sin fuerzas para reaccionar.
Ahora, sólo le restaba pedir ayuda a Dios, a través de la oración y oró. Sin embargo,

146
no logró sentir a Dios a su lado. Le parecía que Dios estaba en algún lugar muy lejos
de ella. Tenía la sensación de que todo era negro a su alrededor y no sabía qué
hacer. Sentía un gran sufrimiento en el alma imposible de traducir en palabras.
Pero, la Sra. Dana G., continuó orando. Y entonces, súbitamente, le vino a la mente
el siguiente pensamiento: "¿Dios se enferma?, ¿Se deprime?, ¿Se siente débil?
¡Nunca! ¡Él es fuerte, perfecto! ¡Y, ese Dios fuerte y perfecto, está dentro de mí, y
es Él quien me abrirá el camino! ¡Yo no puedo lograrlo, pero Él sí! ¡Él lo conseguirá
infaliblemente!".
Ese pensamiento hizo que sintiera un profundo alivio, como si alguien en su interior,
estuviese acariciando suavemente su alma. Sintió una fuerza misteriosa que la
empujaba hacia afuera de esa profunda "fosa", en la cual se encontraba y hacía que
su alma se reavivara sin ningún esfuerzo. Su trabajo, que hasta hace poco lo
consideraba aburrido, monótono y agotador, le comenzó a parecer un trabajo in-
teresante y gratificante. Una voz, en su interior, le susurraba: "¡Eres hija de Dios!
Por lo tanto, debes actuar como tal. Confía en tu Padre, deja que Él trabaje dentro
de tí. ¡El, jamás fracasa!". Entonces, se sintió llena de una fuerza infinita.
Querido lector, sepa que, Dios es así. Él es una fuerza viva que nos estimula, nos
orienta y hace aumentar nuestra propia fuerza. Pero, si queremos que la fuerza de
Dios actúe dentro de nosotros, necesitamos ante todo, concientizar que Él está
dentro de nosotros. Mientras, no nos concienticemos que "Somos la extensión de la
Vida de Dios", no será posible recibir las bendiciones de Dios, su Sabiduría y su
Amor. Aquél, que no reconoce la presencia de Dios en su interior, está, por así decir,
"expulsando al Dios de su interior". Todo aquello cuya presencia no es reconocida
por nuestra mente, es como si no existiese para nosotros. Hay, inclusive, un
proverbio que dice:
“Cuando la mente está ausente, el hombre no ve a pesar de tener ojos, y no oye a
pesar de tener oídos".
Dios está dentro de nosotros y su voz nos susurra en el fondo de nuestra alma,
orientándonos y animándonos. Sin embargo, si nuestra mente está demasiado

147
aferrada a los sufrimientos y odios de este mundo, no podremos sentir la presencia
de Dios dentro de nosotros, ni escuchar su voz que susurra en nuestra alma.
A veces, nos asalta la duda. La fe en la existencia de Dios huye de nuestro corazón y
nos sentimos inseguros. Pero, aun cuando pensamos que Dios no existe, Él está con
nosotros, está en nuestro interior y nos hace vivir. Eso es comparable al hecho de
que, aunque una persona desconozca la existencia del aire, está siendo mantenida
viva, gracias a él. Ahora, supongamos que esa persona tenga conocimiento de la
existencia del aire y efectúe una respiración profunda. Se sentirá agradecida al aire
y sentirá sus beneficios. Lo mismo ocurre, en relación a Dios. Cuando, nos
concientizamos de su existencia, podemos gozar más plenamente de sus
bendiciones.
Cuando se sienta angustiado y deprimido, y no sepa qué hacer, debe esforzarse
para efectuar un cambio de actitud en su mente. Trate de no pensar más en sus
"angustias", en su "fosa". No se aferré a ella. Cambie la "posición de su mente",
diríjala hacia Dios, hacia la Luz. Dios jamás se angustia o se deprime. Y Ud., que es
hijo de Dios, no debe angustiarse ni deprimirse. Concientícese de que Dios está aquí
y ahora, dentro de Ud. No crea en la existencia real de males, infelicidades y
dificultades. Crea que sólo son productos de la ilusión de la mente humana y que
dentro de Ud. existe la fuerza infinita de Dios, capaz de extinguir todos los tipos de
males, infelicidades y dificultades.
Debemos, conocer el gran poder de la mente. La mente es la creadora de las cosas.
Y, nosotros, tenemos la gran capacidad de cambiar libremente nuestra "posición
mental".
Tengamos la pureza mental de un niño. Cuando un niño va de paseo, vive
únicamente la alegría y el placer del momento, sin perturbar su mente con
preocupaciones innecesarias. Así debemos ser, en relación a nuestro modo de vivir:
dirijamos nuestra mente hacia Dios, que está ante nosotros y vivamos ahora, con
alegría y placer la "vida de un hijo de Dios". Repitamos mentalmente, con toda
firmeza: "Yo soy hijo de Dios y nada me atormenta". Por más grandes que sean las

148
dificultades que aparezcan en nuestra vida, no es nada ante la infinita fuerza de
Dios que existe en nosotros. No hay problemas que no puedan ser solucionados
cuando esa fuerza (Dios en nosotros) pone en acción nuestra mente. Dios está
dentro de Ud. Por eso, jamás fracasará.

149
CAPITULO XVII
LA CONCIENTIZACION QUE HACE EXTERIORIZAR LA
CAPACIDAD ILIMITADA DEL HOMBRE

Recientemente, adquirí un libro que tiene el mágico poder de transformar el modo


de pensar de las personas. Ese mágico poder proviene de la Verdad en él predicada,
según la cual solamente el bien es existencia real. Ese libro explica cómo proceder
para obtener la fuerza del bien, que es la única existencia verdadera. Ese libro está
dividido en dos partes. El párrafo inicial de la primera parte es muy parecido con La
historia de las patas de venado, del Prof. Glenn Clark. Ese párrafo inicial es así:
Cierto día, el Sr. D estaba sentado en una mesa de una cafetería elegante; extendió
la mano para colocar un cubito de azúcar en la taza de café que acababa de ser
servido. En La historia de las patas de venado, el personaje está en un restaurante y
la historia se desarrolla en un día que llovía intensamente y había mucho viento. La
historia de la cual hablo, también se lleva a cabo en un día que hacía mucho viento y
caía, incesantemente, nieve mixta de granizo. El viento helado golpeaba la puerta y
entraba por las rendijas. Sin embargo, el Sr. D estaba con la mente alegre. Ni la
nieve que caía incesantemente ni el viento que soplaba furioso, influenciaban el
humor del Sr. D, quien con aire de estar soñando algo agradable, bebía el café
humeante. De repente, la puerta se abre y entra el Sr. S, a quien el Sr. D conoce
superficialmente hacía ya algunos años. Según se decía, el Sr. S era un artista
plástico muy talentoso; pero no tenía suerte ni alcanzaba éxito en nada y vivía en la
miseria.
Por lo tanto, ese día, el Sr. D se sorprendió al ver al Sr. S, pues notó que la
fisionomía de él estaba completamente diferente: parecía radiante. (Las
expresiones usadas en este párrafo son extremadamente parecidas con las que el
Prof. Glenn Clark empleó el describir la impresión que tuvo cuando se encontró con
el viejo amigo, Dan Mac Arthur, en un restaurante. Por eso, llegué a pensar que esta

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historia fuese una adaptación del citado libro del Prof. Glenn Clark. No obstante,
eso no sería posible, ya que, la fecha de publicación del "libro mágico" del cual
estoy hablando, es anterior a la publicación del libro del Prof. Clark).
Sorprendentemente, el Sr. S que hasta entonces tenía un aspecto triste y
desanimado, apareció con la fisionomía radiante. Sus ropas eran las mismas de
siempre, viejas y gastadas. El cuello del abrigo estaba desgastado y el sombrero
estaba sucio y deformado. Pero, sus ojos brillaban llenos de esperanza. Él se sacó el
sombrero y sacudió el ala para limpiar la nieve. Hasta en ese simple gesto se notaba
una gran serenidad y autoconfianza, que antes no tenía. Nunca antes, el Sr. D había
almorzado o cenado en compañía del Sr. S; pero, ese día, atraído por su fisionomía
radiante, le invitó a sentarse a su mesa. El Sr. S aceptó la invitación y se sentó a la
mesa frente al Sr. D. Tomó el menú que estaba sobre la mesa, llamó al mozo y pidió
dos cafés. El Sr. D miró sorprendido al amigo. (En la época en que se desarrolla esta
historia, el café era una bebida muy cara, en los establecimientos elegantes de
Europa y de los Estados Unidos). En aquel momento, el Sr. D tenía poco dinero en el
bolsillo; pero ya que invitó al Sr. S, tendría que pagar la cuenta de los tres cafés: uno
que él mismo ya había tomado y dos que el Sr. S pidió. El problema era que el poco
dinero que el Sr. D traía en el bolsillo no era suficiente para pagar la cuenta.
Sorprendido con el pedido que el Sr. S acababa de hacer, el Sr. D observó su
fisionomía, percibió que los ojos de él, habitual-mente sin brillo, estaban reluciendo
intensamente, y que su rostro irradiaba salud. Perplejo, le preguntó:
— ¿Ud. recibió herencia de algún tío millonario? Parece muy animado.
— No, no es eso. Digamos que encontré la "llave de la felicidad"...
— ¿Cómo?, ¿"Llave de la felicidad"? Es algún amuleto o algo parecido?
— No es nada de eso. Ya le explicaré. Comprendo su sorpresa por verme tan
animado. En verdad, yo estoy sorprendido con mi transformación. Sabe, me siento
como si hubiera renacido, me siento otra persona. Y, esa transformación, ocurrió
hace solamente unas dos horas. Hace algún tiempo, yo venía aquí varias veces, con
ropas rotas y Ud. nunca me dio la menor atención. Yo sabía que fingía no notar mi

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presencia y también percibía la razón de tal actitud. Sabía que fingía ignorarme, no
porque no quisiese pagarme un alimento sino porque no tenía dinero para eso. Hoy,
Ud. me invitó y siento placer en pagar la cuenta. Pero, como en este momento no
tengo ni un centavo en el bolsillo, voy a firmar detrás de la cuenta para pagar más
tarde. No se preocupe, pues tengo la absoluta seguridad de que en poco tiempo
estaré en condiciones de pagar esto y mucho más. Habiendo dicho esto, el Sr. S
llamó al mozo y muy seguro de sí, firmó en el reverso de las dos cuentas y entregó.
Estupefacto, el Sr. D se quedó observando al otro; sin decir nada.
El Sr. S se calló por un instante, miró al Sr. D luego prosiguió:
— ¿Ud. piensa que existe algún artista más talentoso que yo? ¿Cree que existe algo
que yo quiera realizar y consiga? Lo conozco hace unos ocho años, cuando Ud.
trabajaba como corresponsal de varios periódicos, pen apuesto que hasta hoy,
nunca vio un restaurante aceptar como garantía mi firma en el reverso de la cuenta.
Todo y cualquier establecimiento acepta mi firma como garantía; Ud. lo vio con sus
propios ojos. A partir de ahora, se abren nuevas páginas en la historia de mi vida.
Dentro de un mes, tendré mucho dinero en el Banco. ¿Sabe porque? - Simplemente
porque descubrí la "llave de la felicidad y éxito".
Atónito, el Sr. D continuó mirando en silencio al S; S., quien prosiguió eufórico:
— Querido amigo, el destino es una cosa que creamos nosotros mismos.
Comprendí eso, gracias a un libro fabuloso que terminé de leer un poco antes de
venir hasta aquí. A partir del momento en que leí ese libro y comprendí esa verdad,
mi felicidad quedó garantizada. Ese libro da felicidad a todas las personas que lo
leen. Ud. necesita leer ese libro. Nos enseña que nada es imposible; explica con
palabras fáciles los asuntos que nos parecen difíciles, partir del momento en que se
capta el mensaje contenido en él, se tiene la seguridad de conseguir el éxito.
Cuando desperté hoy de mañana, era un don nadie, sin objetivos ni esperanzas.
Pero, ese libro operó un cambio en mi vida y ahora me siento como un millonario.
¿Ud. piensa que estoy bromeando? Se equivoca. Estoy hablando muy en serio.
Generalmente, los millonarios ya no sienten mucho entusiasmo por el trabajo. En

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cuanto a mí, aunque ya me considere millonario, me siento repleto de entusiasmo.
La seguridad del éxito está aquí, dentro de mí.
— ¡Caramba! ¡Estoy realmente sorprendido! - dijo el Sr. D, dudando en su interior
de la sobriedad de su amigo. Pero, al final de cuentas, ¿de qué habla ese libro
fabuloso? ¡Cuénteme, por favor!
— ¡Con mucho gusto! Tengo muchas ganas de contar esa historia a todo el mundo.
Creo realmente sorprendente, el hecho de que hasta hoy nadie haya descubierto el
gran valor de ese viejo libro. A decir verdad, hasta me salvó la vida. Yo estaba
desesperado. Nadie confiaba en mí, estaba en una gran miseria y no tenía ni qué
comer. Llegué a pensar en cometer el suicidio. Antiguamente, yo trabajaba. Por eso,
pensé que podía volver a trabajar y fui a pedir empleo en tres empresas
periodísticas siendo rechazado en todas. Acabé en la más completa miseria. Si
continuaba un poco más en esa situación, tendría que optar entre suicidarme o
morir de hambre. Sin embargo, afortunadamente, tuve la oportunidad de leer ese
libro. Entonces, me transformé completamente. Puede ser que no lo crea, pero
todo cambió de una hora para otra.
— ¿Y cómo fue eso?
— Es que después que leí ese libro, fui a mostrarle a un editor jefe de una editora
varios dibujos de ilustración que habían sido reprobados en otras editoras, y le
gustó tanto que se quedó con todos ellos.
— ¿Y todo porque leyó ese libro tan maravilloso?, ¿Surtirá efecto el mensaje de
ese libro tan milagroso también en otras personas? Por ejemplo, ¿en mí?
— ¡Por supuesto! Lo mejor sería que Ud. mismo leyera ese libro, pero ya que me
pide que lo haga, voy a contarle la historia, en forma resumida. Dice así...
En el mismo momento en que el Sr. S iba a comenzar a contarle, el mozo se
aproximó a la mesa y le dijo:
— Sr. S, tiene una llamada urgente por teléfono. El Sr. S pidió permiso a su
amigo y fue a atender la llamada. Se trataba de un asunto muy importante para el
Sr. S. y tuvo que salir inmediatamente. El Sr. D se quedó sorprendido nuevamente,

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pues, aunque el Sr. S fuese un cliente regular de esa cafetería desde hacía muchos
años, ésta era la primera vez que recibía una llamada telefónica. Esto parecía una
prueba de que la vida del Sr. S ya estaba cambiando. Esta escena también es casi
idéntica al de aquella historia de las patas de venado, del Prof. Glenn Clark, en la
cual un mozo se aproxima en el momento en que Dan Mac Arthur iba a hablar y lo
llama para darle un recado: "Reverendo Dan Mac Arthur...".
Pasó cerca de un mes, sin que el Sr. D tuviese oportunidad de volver a ver al Sr. S. Ya
se había prácticamente olvidado del caso del "libro milagroso". Una noche, iba
caminando por la ciudad, encontró al Sr. A un viejo amigo suyo, quien lo saludó
alegremente:
— ¡Hola! ¡Hace mucho tiempo que no te veía! ¿Cómo te va? »
— Muy bien, gracias. ¿Y tú? Por lo que veo, parece que todo te va bien. Cuéntame
las novedades.
— En realidad, todo en mi vida va de maravillas. Conoces a aquél artista plástico, el
Sr. S ¿no es cierto?. Pues bien, las cosas comenzaron a mejorar gracias a él. Te voy a
contar como fue que sucedió. Hace algún tiempo, nada me salía bien; yo vivía tan
"pobre", que no podía pagar ni siquiera el alquiler del cuarto donde vivía. A decir
verdad, aquel día en que me encontré con el Sr. S, estaba buscándolo a Ud., pues
pensaba en pedirle ayuda para pagar el alquiler. No lo encontré, pero me encontré
casualmente con el Sr. S. y me contó una historia maravillosa, que me dio una
fuerza y un valor extraordinarios. Después que escuché esa historia, me sentí
repleto de ánimo y me levanté resuelto, dispuesto a vencer en la vida. Desde
entonces, todo comenzó a mejorar y no necesité recurrir más a los demás. Me volví
completamente libre de todo sufrimiento y dificultad.
El Sr. A hablaba en tono calmo y confiado. Escuchándolo, el Sr. D se acordó de las
cosas que el Sr. S. le había dicho cuando se encontraron en la cafetería, aquella
noche de tempestad.
— ¡Entonces, esa historia debe ser realmente milagrosa! - dijo él. Hace cerca de un
mes, me encontré con el Sr. S y me habló de esa historia; pero, en el momento en

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que me iba a contar, tuvo que marcharse para tratar un asunto urgente. Después de
eso, no tuve más oportunidad de verlo. ¿Ud. lo ha visto? ¿Cómo le va? ¿Por dónde
anda él?
— Él acaba de volver de Cuba, donde hacía esbozos de escenas de batalla,
recibiendo 200 dólares por semana. Es verdad que todas las personas que
escucharon aquella historia pasaron a tener una vida mejor, inmediatamente. Es el
caso del Sr. C y del Sr. P. Ambos son mis amigos?. Creo que Ud. los conoce. El Sr. C
es agente de ventas inmuebles y el Sr. P era funcionario de un escritorio. Ambos
escucharon aquella historia del Sr. S y obtuvieron el mismo resultado que yo
obtuve. La eficacia de aquella historia verifica en todos los que la escucharon.
— Yo también necesito escuchar esa historia para ver si consigo mejorar de vida.
¿Por favor, Ud. me puede contar?
— Claro. Para mí no existe nada más agradable que contar esa historia. Hasta me
gustaría mandar a imprimirlo en tamaños bien grandes, carteles para divulgar esa
historia y pegarlos en las paredes de todas las estaciones ferroviarias de New York.
Eso salvaría a mucha gente. Esa historia refiere a una Verdad muy simple, tan
simple como la de un campesino. Le voy a contar, pero espere, acabo de ver a mi
amigo el Sr. C y tengo un asunto urgente que tratar con él. Espéreme aquí un
instante.
Diciendo así, el Sr. A se apartó, dirigiéndose hacia donde se encontraba su amigo C.
El Sr. D vio a los dos conversando; pero luego desvió la atención y cuando iba a
dirigir su mirada hacia el mismo local, los dos ya no estaban allí.
El Sr. D quedó decepcionado. Estaba con hambre sólo tenía 5 centavos en el bolsillo,
lo cual daba para pasaje de ómnibus, pero no era suficiente para tomar alimento. El
Sr. D tomó un ómnibus con destino a la residencial. En él, encontró a otro amigo,
quien poco tiempo atrás había comprado un terreno en la 8th. Avenue, abriendo un
restaurante. Su negocio iba de viento en popa. Cuando el Sr. D subió al ómnibus ese
amigo estaba bajando, pero vio al Sr. D y volvió a entrar. En el trayecto hasta la
próxima estación, él le contó que recientemente todo comenzó a mejorar en su vida

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después de haber encontrado al Sr. S de quien escuchó una historia maravillosa. El
Sr. D quería oír esa historia, pero no lo logró porque el amigo bajó en la siguiente
estación. El Sr. D comenzó a pensar que la historia leída por el Sr. S tenía realmente
una fuerza mágica para transformar el destino de las personas. Mientras contaba
las pocas monedas que le restaban en el bolsillo, sintió la impaciencia y la ansiedad
crecer dentro de él, pues le parecía que la oportunidad de mejorar su destino
siempre se le escapaba cuando estaba cercana a realizarse. Decidió que tenía que
escuchar esa historia de cualquier modo. Retiró de su bolsillo la libreta de
anotaciones y la consultó, con la esperanza de haber anotado la dirección del Sr. S.
Lamentablemente, no encontró la dirección del Sr. S en ninguna página de la libreta.
Entonces, se acordó de la cafetería donde escuchó por primera vez la mención de
esa historia. A pesar de ser temprano, tal vez, el Sr. S estaría en aquella cafetería.
Con ese pensamiento, el Sr. D se dirigió hacia allá. Felizmente, lo encontró
ocupando una mesa de un rincón rodeado por un grupo de amigos con quienes
conversaba animadamente. El Sr. D lo miró. Luego, el Sr. S también vio al Sr. D y le
hizo una señal, invitándolo a sentarse. El Sr. D se aproximó a la mesa, pero percibió
que otra vez, perdió la oportunidad de escuchar esa historia.
En total, había seis personas alrededor de la mesa. El Sr. D se sentó en la silla más
apartada del Sr. S, quien lo miró sin decir nada. Más adelante, el Sr. S mencionó que
iba a retirarse y el Sr. D pensó en acompañarlo. Se hizo un pesado silencio. Una
atmósfera tensa dominó todo el grupo. Todos estaban con los ojos fijos en el Sr. S.
El motivo era claro. El Sr. S había acabado de contar aquella historia y el Sr. D había
perdido la oportunidad de escucharla porque llegó demasiado tarde. A la derecha
de£ Sr. S, estaba sentado un médico; a la izquierda, estaba un abogado y al frente
estaba un escritor que él conocía hacía poco tiempo. Además de esas personas,
estaban presenten; tres más; de las cuales, una era artista plástico y la otra
periodista. El médico dijo:
— ¡Qué pena! Debería haber llegado un poco antes»
— Nuestro amigo nos estaba contando una historia muy interesante. Amigo S, ¿no

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le importa contar otra vez aquella historia, especialmente para el compañero D?. El
Sr. S concordó:
— Con mucho gusto. Amigo D, lamento que haya perdido la oportunidad de
escuchar esa historia. Justamente Ud. que fue la primera persona a quien mencioné
los efectos milagrosos que ella causa. Fue aquí, en esta cafetería y en esta misma
mesa. Llovía y había mucho viento aquella noche, ¿no es así? ¡Ah, ahora me
acuerdo! Una llamada telefónica me lo impidió. Exactamente, en el momento que
iba a comenzar a contar esa historia, recibí una llamada y tuve que salir.
Posteriormente, conté esa historia aproximadamente a cuatro personas y todas
ellas pasaron a sentirse repletas de coraje como yo. Es increíble que una simple
historia pueda proporcionar un estímulo espiritual tan maravilloso a tantas
personas. Pero esto es un hecho. Citemos, como ejemplo, aquel hombre que
trabaja como agente de ventas. Hacía más de un mes que sus negocios iban muy
mal y él estaba al borde del fracaso. Fue, en esa ocasión, que lo encontré. Él, estaba
sumergido en el pesimismo. Entonces, le conté esa historia mágica y el efecto fue
inmediato. Contar esa historia equivale a efectuar una cirugía mental. Sin embargo,
el secreto está en la manera de narrar. Se trata de una historia aparentemente
banal, pero el secreto está en la manera de contarla o en la manera como está
escrita. El autor narra esa historia con un estilo mágico que lo conduce al estado
hipnótico. Entonces, queda espiritualmente estimulado. Se puede decir que se trata
de un tónico espiritual hecho de palabras. Respecto a la explicación científica, voy a
dejarlo a cargo de nuestro amigo médico, aquí presente".
El comentario del Sr. S terminó en ese punto y el grupo pasó al debate, tratando de
estudiar el principio científico de este caso. Frecuentemente, durante el debate,
hubo citaciones de partes de esa historia y ello aumentó la obsesión del Sr. D que ya
no aguantaba la impaciencia y ansiedad.
El Sr. D pidió permiso a los demás y se alejó de la mesa junto con el Sr. S. Entonces,
dijo:
— No sé por qué, la oportunidad de escuchar esa historia siempre se me escapa,

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en el último momento. De este modo, voy a terminar enloqueciéndome. Si Ud.
tiene consideración por mí, ¡cuénteme esa historia, ahora mismo!
— Está bien. Creo que los demás me permiten que converse con Ud.
particularmente, durante un momento. Encontré esa historia en un viejo libro de
relatos que adquirí en una ciudad. No sé de qué fuente fueron sacados aquellos
relatos, ya que no hay ninguna mención al respecto, ni consta el nombre del autor.
Compré ese libro de relatos; por apenas 3 centavos. Comencé, casualmente, a leer
dicha historia y la encontré muy interesante. Como la leí repetidas veces, consigo
narrarla tal cual como está escrita. Inexplicablemente, la lectura de esa historia me
provocó una profunda emoción. Realmente, conocerla produce el mismo efecto
que descubrir una personalidad fuerte y marcada. Después de leerla varias veces,
reflexioné profundamente en relación a la Verdad contenida en ella. Entonces,
aguanté más permanecer en casa sin hacer nada. Me vestí, me puse un sombrero y
salí. Me sentí tan eufórico como si hubiese caminado muchas millas. Yo, que hasta
hace poco tiempo antes me sentía en el abismo de la desesperación, caminé por las
calles de la ciudad con el corazón repleto de alegría y en aquella noche me
encontré, casualmente con Ud., aquí en esta cafetería.
En ese momento, llegó un mensajero trayendo recado urgente de la firma donde el
Sr. S trabajaba. El presidente quería hablar inmediatamente con él, de algo muy
importante. El mensajero había demorado casi una hora para encontrar al Sr. S, de
modo que no podía perder ni siquiera un minuto.
— Lo siento mucho, dijo el Sr. S al Sr. D. Tengo que irme, pero esta vez no va a
perder la oportunidad conocer esa historia fantástica. Mire, aquí está la llave de mi
casa. Vaya allá, entre a mi habitación y tome el libro. Está en el primer cajón de la
cómoda. Es un libro viejo, con pasta de cuero. Creo que quien encuadernó el libro
fue el propio autor de la historia. Léalo mientras me espera, ¿le parece bien?.
Habiendo dicho esto, el Sr. S salió. Resuelto a no dejar escapar esta oportunidad, el
Sr. D tomó la llave y fue a la casa del Sr. S. Abrió la puerta, entró en el cuarto y
después de una rápida búsqueda en los cajones de la cómoda, conforme la

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instrucción del amigo, encontró un viejo libro de relatos de pasta de cuero que
parecía haber sido hecho a mano. Es innecesario describir, detalladamente, la
encuadernación. En una especie de parte suplementaria del libro, constaba la tal
"historia mágica", impresa en un estilo caligráfico no común. La narración era hecha
en un estilo literario peculiar, compendio de las literaturas del siglo XVII y del siglo
XVIII. En varias partes, había anotaciones en letras itálicas o mayúsculas,
seguramente efectuadas por el propio autor. Lo que presentaré, ahora, a los
lectores es un resumen de esa historia fantástica. Deseo que también Uds., leyendo
esa historia maravillosa se tornen felices, sanos y consigan mejorar sus respectivos
destinos.
A continuación, voy a contarles el resumen de esa autobiografía, que constituye la
segunda parte del libro al cual me referí al comienzo de este capítulo:
El personaje principal es un hombre que se llama Nasmuch. Empieza más o menos
así:
"Yo, Nasmuch; descubrí a través de mi vivencia, el secreto de conducir bien los más
diversos problemas existenciales. Como ya estoy viejo y siento que no me resta
mucho tiempo de vida, creo conveniente dejar registrados aquí mis conocimientos a
fin de que generaciones posteriores puedan sacar provecho de ellos".
"No pretendo justificarme en relación a mi forma de expresión y a su valor literario.
Pero, tal vez el hecho de decir eso, constituye por sí, una justificativa. Fue inevitable
la mala redacción, por el hecho de que, debido a la edad avanzada, tanto mis manos
como mi cerebro ya están un poco entorpecidos. Sin embargo, lo que voy a narrar
es como la deliciosa semilla de nuez contenida en la cáscara dura. Cualquiera que
sea la forma de quebrar la cáscara, debemos quedar satisfechos si el contenido es
retirado y bien aprovechado".
El estilo es un tanto arcaico pero, no me propongo hacer una "traducción". De aquí
en adelante, voy a contar con mis palabras, el resumen de la historia de Nasmuch.
El padre de Nasmuch era navegante. Pero, vendió su navío y se fue a establecer
juntamente con su familia en una nueva colonia, en elestado de Virginia,

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idealizando ideas utópicas. Nasmuch nació en el mismo año en que la familia se
estableció o sea en el año de 1642. Refiriéndose a eso, él escribió: "Ya pasaron 100
años". Por lo tanto, se deduce que el autor, probablemente vivió más de 100 años.
El padre de Nasmuch, a pesar de los consejos de la madre, resolvió a donar la
profesión de navegante que ejercía hasta entonces y cambiar completamente su
vida, emigrando hacia nueva colonia, cuyo destino era incierto.
Con respecto a eso, Nasmuch introduce en letras tipo itálico, la siguiente lección:
"No debemos despreciar la oportunidad que existe en la situación presente, por
menor que sea. Las mil promesas de oportunidades futuras, nada valen ante una
oportunidad real, al alcance de nuestras manos. Debemos, pues, sacar el máximo
provecho de la situación actual".
Cuando Nasmuch cumplió los 10 años, su madre murió. Dos años después, murió
también su padre y Nasmuch quedó solo en el mundo, pues no tenía hermanos ni
parientes. Durante algún tiempo, quedó bajo la tutela de un amigo de su fallecido
padre. El padre había dejado una considerable fortuna, pero todo el dinero terminó
"misteriosamente" antes de que él alcanzara la mayoría de edad. Muchos años más
tarde, Nasmuch comprendió que su tutor usurpó el dinero, traicionando la
confianza que su padre le había depositado. Nasmuch no cuenta, en su biografía, lo
que ocurrió en el período de su vida, comprendido entre los 13 y 23 años. A los 23
años, fue a Boston y se empleó en una fábrica de pipas. Cuando había en el puerto
algún barco en reparación, él arreglaba un pico e iba a ayudar en los trabajos de
reparación.
Poco después, la suerte le comenzó a sonreír. Fue progresando cada vez más y a los
27 años fue propietario del astillero donde antes trabajaba como empleado. Pero, la
suerte es como un caballo perezoso: no corre si no le damos unos buenos latigazos.
No debemos mimarla. Refiriéndose a eso, Nasmuch anotó en itálico la segunda
lección:
"La suerte es inconstante y escurridiza. Solamente con firmeza podemos
mantenerla. Si la tratamos con demasiada benevolencia, ella acabará huyendo en

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busca de alguien que tenga carácter más fuerte (A mi entender, ella es lo opuesto a
todas las mujeres que conozco)".
Él, había aprendido eso por su propia experiencia. Parece que él mismo "mimó"
demasiado a su suerte y "perdió el control sobre ella", pues, de repente, cuando
todo iba bien, la suerte lo abandonó: un incendio destruyó completamente su
astillero y quedó en la bancarrota. Para poder' saldar las enormes deudas y
reconstruir el astillero, recurrió a sus amigos y conocidos pidiendo préstamos. Pero,
todo fue en vano. En poco tiempo, perdió todo lo que tenía y además de eso, fue
condenado a prisión por causa de sus deudas. Si hubiese mantenido la calma y
autocontrol, tal vez hubiese encontrado algún medio para resolver la situación;
pero, su temperamento audaz y "explosivo, terminó por llevarlo a la cárcel. Cuando
salió de ahí después de cumplir una condena de un año, ya no era el mismo joven
alegre, lleno de sueños y autoconfianza. Recordando esa época de su vida, dice:
"En esta vida existen muchos caminos, pero la mayoría nos lleva a la ruina. Esos
caminos descendientes pueden tener declives bruscos o suaves, pero
invariablemente nos conducen al fracaso. El fracaso proviene del debilitamiento
de la Vida. Fracasan solamente aquellos cuya existencia parece ser mera caminata
hacia la tumba. Para aquellos que viven intensamente su Vida, no existe fracasos.
Con el cambio del rumbo, el mismo camino q nos conduce hacia la cumbre puede
también conducirnos en sentido contrario. Es más: hay caminos con declive poco
acentuado, los cuales aunque constituyan trayectos más largos, son más seguros y
adecuados".
Al salir de la prisión, los bienes materiales de Nasmuch se resumían a la ropa que
llevaba puesta, ya vieja y rota y a un bastón que no valía nada. Pero, poseía algo
muy importante: una gran habilidad como ebanista. Gracias a ella, consiguió un
empleo en una ebanistería, con excelentes condiciones salariales. Pero él, que ya
había sido un hombre de éxito en la vida, no se sentía satisfecho con eso. Para
olvidar su frustración y también para huir de los recuerdos desagradables, comenzó
a beber. Todas las noches iba a los bares a tomar unos tragos. No bebía hasta caer

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borracho. Lo que hacía era beber hasta sentirse "elevado". Entonces, reía a
carcajadas, cantaba y decía tonterías, con un grupo de personas cuyas reputaciones
no eran nada buenas. Consideraba todo esto como su única diversión. Por la
observación hecha en su biografía, podemos saber cuan perjudicial fue la influencia
que él recibió de esos malos amigos. Él, anota la cuarta lección, como sigue:
"Es importante buscar la compañía de personas serias y esforzadas. Si vives en
medio de un grupo de vagabundos, ellos terminarán por succionar toda tu
energía". Nasmuch iba al bar todos los días, sin que su patrón desconfiase. Sentía,
incluso, un cierto placer en traicionar la confianza depositada en él. Pero, un día, su
vida desordenada fue descubierta y terminó siendo despedido. De ahí en adelante,
comenzó su rápida decadencia. Como si fuese alguien que comenzó a bajar
corriendo por la cumbre empinada de una montaña y no logra parar, por más que
quiera. Cuanto más se aproximaba al fondo, más rápida era su caída y terminó
siendo un miserable vagabundo. Refiriéndose a esa triste parte de su vida, Nasmuch
escribe:
"Los vagabundos y los leprosos tienen en común, el hecho de despertar la
aversión en las personas. Sin embargo, existe una diferencia fundamental entre
ellos. Mientras que los leprosos son personas realmente enfermas, los vagabun-
dos son personas sanas de cuerpo. Su aspecto deplorable no es más que el
resultado de su actitud mental errónea".
Habiéndose transformado en vagabundo, Nasmuch comenzó a vivir una vida de
gran penuria. Había días en los que no conseguía ni restos de comida y fue
adelgazando rápidamente. Se sentía desterrado del mundo y hundiéndose cada vez
más, en ese negro abismo. Fue, entonces que le fue dada la quinta lección. No es
posible presentar esa, lección en pocas palabras. Sólo es posible presentarla por
medio de la narración de los hechos.
«Fue en una noche muy fría. Después de deambular por la ciudad, Nasmuch fue a
parar al fondo de la fábrica de pipas, donde había trabajado anteriormente. Para
protegerse del frío, se recostó sobre una pila de madera y durmió. De repente,

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despertó y vio a un hombre haciendo una hoguera a corta distancia de él. Por la
claridad de la hoguera, Nasmuch pudo ver que era un hombre de aspecto muy sano,
cuerpo robusto y rostro lozano. Deseando calentarse, Nasmuch se aproximó al
fuego. El hombre estaba sentado en un banquillo, miró a Nasmuch y le indicó otro
banquillo, sin decir una palabra. Nasmuch se sentó, también en silencio. Cuando su
cuerpo comenzó a calentarse, Nasmuch se sintió inexplicablemente avergonzado.
Entonces, de esta ocasión, despertó de verdad. A partir de ese momento, el extraño
hombre pasó a estar siempre al lado de Nasmuch dondequiera que él fuese. Su
imagen era invisible a los demás, pero para Nasmuch, el hombre se presentaba
nítido como un personaje real.
Ese hombre era muy parecido con Nasmuch, aunque también muy diferente. Su
frente no era tan amplia como la de Nasmuch, sino arredondeada y bien
desarrollada. Sus ojos eran alegres y brillantes y denotaban optimismo,
determinación y entusiasmo. Sus labios, su rostro, en fin todo su semblante,
demostraba un carácter decidido con gran poder de liderazgo. Delante de él,
Nasmuch sentía un inexplicable temor y temblaba nerviosamente. Sin embargo, no
conseguía dejar de seguirlo fuese donde fuese. Cierto día, el hombre entró en un
edificio donde se encontraba una firma que Nasmuch hacía mucho tiempo quería
visitar. Nasmuch no tuvo coraje de seguirlo y se quedó esperando en la puerta del
edificio. Sabía que el otro iba a visitar la oficina de una firma donde antiguamente
él, Nasmuch, mantenía transacciones comerciales. Después que cayó en la miseria,
rondó varias veces ese edificio, pensando en buscar al antiguo cliente y pedirle un
empleo. Pero, nunca tuvo el valor de entrar. En cambio, el "otro" entró sin titubear
y reapareció después de algún tiempo. Más adelante, entró en otro edificio.
También esta vez, Nasmuch se quedó esperando en la puerta, hasta que el otro
apareciera. Al atardecer, el hombre entró en un lujoso hotel y no apareció más.
Cuando llegó la noche, Nasmuch volvió solo al patio interno de la fábrica de pipas y
durmió, otra vez, entre viejas pipas y montículos de virutas de madera. Al despertar,
se vio nuevamente ante el misterioso hombre. Y nuevamente recorrieron juntos la

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ciudad. Esto se repetía todos los días. Un día, Nasmuch creó valor para hablar con el
extraño personaje:
— ¿Quién eres tú?
— Yo soy el que soy. Soy aquel que vive aquí. Soy aquel que antiguamente
fuisteis tú. ¿Por qué estás dudando? Soy la persona que antes eras tú. Pero tú me
abandonaste y conseguisteis otras compañías. Soy aquél que tú abandonasteis.
Soy el propio hombre creado a imagen de Dios. Antiguamente, ese cuerpo me
pertenecía. Yo habitaba tu cuerpo junto contigo, pero nuestra relación no era
armoniosa, no consiguiendo identificarnos. Tú eras mezquino y te fuiste volviendo
cada vez más egoísta. No soporté más convivir contigo y abandoné tu cuerpo. En
todo hombre existe el "yo positivo" y el "yo negativo". Y prevalece aquel a quien
el hombre da mayor atención. Yo soy el "yo positivo", tú eres el "yo negativo". Yo
poseo todas las cosas, pero tú no posees nada. En verdad, ese cuerpo donde antes
vivíamos juntos me pertenece. Pero ahora está tan sucio, tan feo... Ya no
soportaría vivir en él otra vez, a no ser que lo purifiques. Si lo limpias, eliminando
todas las impurezas, volveré a vivir en él.
— ¿Por qué me sigues todo el tiempo?
— No soy yo quien te sigue. Eres tú el que me sigue. Durante algún tiempo pudiste
vivir sin mí. Pero, después, comenzaste a seguir el camino de la decadencia. Lo
que te espera al final de ese camino es la muerte y ya estás muy cerca del fin. Es
necesario, que purifiques urgentemente nuestra "morada", para que yo pueda
entrar en ella. Purifica tu morada. Límpiala desde la punta de la cabeza hasta el
interior de tu mente. Entonces, volveré a vivir en ella.
— Pero ya no tengo fuerzas para levantarme, dijo Nasmuch con una voz débil y
trémula. Y, siento que mi mente también está completamente debilitada... Necesito
que me ayudes...
— Oye bien, dijo el otro, curvándose sobre Nasmuch que quedó postrado en el
suelo, inmóvil como un cadáver. Con una voz solemne, el hombre continuó:
— El "hombre positivo", o sea, aquel en el que existe solamente el "yo positivo",

164
logra realizar todas las cosas. Todo el mundo le pertenece. A nada le teme, ningún
obstáculo puede detenerlo. Es el que comanda todo. Cuando él se aproxima, los
oponentes huyen rápidamente. Tiene la fuerza capaz de remover montañas y
cerrar valles. Adonde quiera que vaya, el camino a su frente se vuelve plano.
Nasmuch escuchó todo eso, perfectamente consciente. "Tengo la seguridad de que
esto no es un sueño", pensó. Después, durmió de nuevo, entre los montículos de
virutas de madera. Cuando despertó, el mundo le parecía completamente
diferente. El Sol parecía más brillante y el canto de los pajarillos, mucho más alegre
que antes. Hasta el día de ayer se sentía muy débil, con el cuerpo trémulo y pasos
temblorosos, pero ahora se sentía repleto de fuerza y vigor. Él, miró el montículo de
virutas donde estaba durmiendo. Entonces, le vinieron a la mente las cosas que
sucedieron en su sueño. Se levantó y se dirigió hacia el bar donde acostumbraba
comer. Cuando llegó allá se sorprendió, pues, las personas que antes lo trataban
con indiferencia, lo saludaron alegremente y aquellos que lo despreciaban hacía
muchos meses, lo saludaban respetuosamente. Él, fue al lavatorio, hizo gárgaras y
regresando a la sala tomó el desayuno. Después de comer, Nasmuch se dirigió hacia
la pensión donde vivía antes y pidió para que le reservasen un cuarto. En seguida,
volvió a la fábrica de pipas. En el patio externo, estaba parada una gran carroza y
varios hombres estaban cargándola con pipas que serían remitidas a los muelles. Sin
decir nada, Nasmuch se aproximó a ellos y comenzó a ayudarles en el trabajo de
cargamento. Terminando el trabajo, entró en el edificio de la fábrica, cuyo interior
conocía muy bien. Allí, había una máquina de torno que parecía estar sin uso hacía
mucho tiempo pues, estaba cubierta de polvo. Era el banco que Nasmuch usaba
cuando trabajaba en esa fábrica. Se sentó en el banco, pisó la palanca del tomo y
comenzó a emparejar las tablas para la confección de pipas. Cerca de una hora más
tarde, llegó el gerente de la fábrica y quedó muy sorprendido al ver a Nasmuch
trabajando allí. En el piso, junto al banco del torno ya había un considerable
volumen de virutas de madera. El gerente permaneció observando al joven, sin
decir nada. Nasmuch también no dijo nada pero, con su actitud, mostraba

165
claramente que estaba regenerado y dispuesto a volver a trabajar. El gerente
meneó la cabeza pensativo y se retiró sin hacer ningún comentario.
Ésta, fue la quinta y última lección que Nasmuch aprendió. De ahí en adelante, su
vida tomó un nuevo impulso, todo comenzó a salir bien, algunos años después
construyó un nuevo astillero y se convirtió en un hombre próspero y exitoso.
Nasmuch finaliza su autobiografía, con los siguientes consejos a los lectores:
 Usted podrá obtener cualquier cosa que desea tener, si su intención es para
el bien de todos. Basta extender las manos. Concientice que dentro de Ud.
existe una fuerza capaz de dirigir todas las cosas, según su deseo.
Concientice que puede tener todo lo que quiera.
 Libérese de todo y cualquier tipo de miedo. El miedo forma parte del "yo
negativo" del hombre.
 Si posee habilidad para algo, úsela en el sentido de contribuir al bien de
la humanidad. La humanidad se beneficiará con eso y consecuentemente,
Ud. será beneficiado.
 Busque siempre comunicarse con su "yo positivo". Oyendo los consejos de
su "yo positivo", jamás fracasará.
 Meras teorías filosóficas no resuelven nada. Tenga en cuenta que el
mundo es una realidad concreta.
 Realice todo lo que esté a su alcance. Resista a las tentaciones que tratan
de desviarlo de su objetivo. Para realizar buenas obras, no necesita esperar
la invitación de nadie. Tome la iniciativa, inmediatamente.
 El hombre negativo (aquél que está dominado por su "yo negativo"),
necesita del perdón de los demás. El hombre positivo (aquél en quien
prevalece el "yo positivo") perdona a los demás.
 La suerte siempre está a su alcance, a lo largo del camino de la vida.
Agárrela. Es suya. Le pertenece.
 Comience a actuar ahora mismo. Extienda sus manos y tome para sí
mismo las cosas positivas. En esta vida, el "ahora" es el momento más

166
solemne, es el "momento positivo".
 Su "yo positivo" está a su lado, ahora. Purifique su mente y fortalezca su
espíritu, para que "Él" pueda entrar en Ud. "El", lo está esperando.
 Inicie, ahora mismo, la nueva jornada de su vida.
 Esté siempre atento, para ver si dentro de Ud. predomina su "yo
positivo" o su "yo negativo". Si descubre que su "yo negativo" está
predominando, haga todo lo posible para expulsarlo. Y no permita que
vuelva a "alojarse" en Ud., ni siquiera por un instante.

Con estas enseñanzas, Nasmuch termina su biografía.


Yo incluí en este libro (El Libro de los Jóvenes) el resumen de la biografía de
Nasmuch esperando que sus enseñanzas sean útiles a Uds., jóvenes prometedores,
sirviéndoles como guía a fin de proporcionarles una feliz jornada en la vida y
conducirlos a un futuro brillante.

167
CAPITULO XVIII
FRAGMENTOS ESCOGIDOS PARA JOVENES

1. HOMBRES QUE QUIERO FORMAR

Quiero formar hombres de gran dinamismo y vitalidad. Por más inteligente que sea
una persona, no será capaz de poner en práctica sus ideas, si no tiene una gran
dosis de dinamismo y vitalidad. Y, aunque las ponga en práctica, terminará
fracasando.
Quiero formar hombres de ánimo fuerte y mente alegre, que no se dejen vencer,
por más grandes que sean las aparente dificultades con las que se enfrenten. De la
misma forma que en un año existen la primavera, el verano, el otoño y el invierno,
en la vida del hombre también existen diversas fases, pudiendo, a veces sobrevenir
épocas difíciles como el riguroso invierno. Aun cuando esto ocurra, las personas de
ánimo fuerte y mente alegre no se dejan abatir, pues confían firmemente que "al
empezar el invierno, ya podemos esperar la llegada de la primavera". Para esas
personas, las dificultades, los golpes que la vida les proporciona, sirven para
hacerlas aún más fuertes, de la misma forma que los golpes del mazo vuelven
resistente el acero.
Quiero formar hombres que sean no sólo correctos sino, también, generosos, o sea,
hombres que vivan en armonía con todas las cosas. Aquellos que no poseen la
generosidad, ni la capacidad de vivir en armonía con las personas y cosas que los
rodean, no pueden vivificar a su prójimo, aunque ellos mismos sean personas
correctas. Las aguas excesivamente limpias no sirven para almacenar peces, debido
a la ausencia de sustancias nutritivas. Las materias fétidas sirven para adobar las
plantas, pues contienen una gran cantidad de fertilizantes. La Gran Naturaleza
almacena en su seno las sustancias fétidas, pero está purificándolas
constantemente con su fuerza purificadora. La naturaleza no rechaza las sustancias

168
fétidas, pero sí las purifica y las asimila. Aquellos que no son magnánimos como la
naturaleza, no logran vivificar al prójimo ni hacer crecer a las cosas a su alrededor,
aunque sean personas correctas.
Quiero formar hombres poseedores de verdadera sabiduría. Por más talentoso que
sea un hombre, si su talento está dentro de los límites de su "pequeña inteligencia
humana", tarde o temprano terminará fracasando. La verdadera sabiduría no es la
sabiduría de nuestro pequeño "yo", ni la limitada inteligencia cerebral. La verdadera
sabiduría es una sabiduría infinita que normalmente se parece al agua mansa, que
en las horas ciertas y en los momentos oportunos comienza a fluir en abundancia.
Aquél que es poseedor de verdadera sabiduría no se enorgullece de sus éxitos,
mantiene siempre la humildad, atribuyendo a Dios el mérito de' su victoria: "No soy
yo quien realiza mis obras, sino Dios que está dentro de mí". Esta sabiduría,
acompañada de humildad, es la que constituye la gran sabiduría. Los que se
vanaglorian de la sabiduría de su pequeño "yo", un día se desmoronan como torres
edificadas sobre la arena, pues la "sabiduría individual" del hombre es limitada.
Pero, los que saben manifestar a través de sí la verdadera sabiduría la infinita
sabiduría de Dios, son indestructibles como fortalezas edificadas sobre piedras.
Quiero formar hombres que jamás odien ni maldigan a los demás. La bala del fusil
rompe su propio cartucho antes de alcanzar al enemigo. De la misma forma, el odio
y la maldición hieren primero a las mismas personas que odian o maldicen, antes de
alcanzar a las personas a quienes les son dirigidos. Es por eso que, cuando una
persona odia o maldice a los demás, generalmente comienzan a ocurrir en su vida
una serie de infelicidades, desgracias y enfermedades. Deseo, sinceramente, ayudar
a formar hombres de corazón generoso y repleto de Amor, capaces de orar
sinceramente por el bien de las personas que no los quieren.
Deseo formar hombres que sepan manifestar el verdadero Amor y no hombres
pusilánimes, del tipo que se limitan a sonreír con resignación por más que sean
humillados.
El verdadero Amor es aquel que, cuando es necesario, toma una posición severa. A

169
veces, necesitamos tratar con severidad a aquellos a quienes amamos, de la misma
forma que la Naturaleza mantiene cubierto de nieve y hielo los montes, los campos,
los valles, los lagos y los ríos durante una época del año. Sólo así podemos hacer
que ellos florezcan como las bellas y perfumadas flores del ciruelo que abren sus
pétalos después del riguroso invierno. Un Amor muy transigente vuelve mimadas y
perezosas a las personas que amamos, de la misma forma que un clima muy
caliente vuelve indolentes hasta a las laboriosas abejas.
Digo que la severidad es necesaria, pero eso no significa que yo quiera formar
hombres de "corazón estrecho". Por el contrario, quiero formar hombres con
infinita capacidad de perdonar.
Quiero formar, en síntesis, hombres que estén siempre dispuestos a perdonar, a
aceptar generosamente a los otros; hombres que mantengan siempre la mente
alegre, abundante vitalidad y gran generosidad; pero que cuando sea necesario,
"llamen nubes y vientos, provoquen tormentas y terremotos, revolucionen la tierra"
y logren salvar a la humanidad, en el verdadero sentido de la palabra.

2. YO VENCÍ AL MUNDO

Jesús dijo: "En el mundo pasaréis aflicciones". Él, se refería a la persecución que sus
discípulos sufrirían en este mundo fenoménico. Sin embargo, en seguida, replicó:
"Pero, tened buen ánimo, yo vencí al mundo". Con eso, quiso decir que la
humanidad debe mantener siempre buen ánimo, por mayores que sean las
dificultades que tengan que enfrentar, porque en el Mundo de la Imagen
Verdadera, sólo existen motivos de alegría. No existen en este mundo fenoménico,
personas que no tengan algún motivo de sufrimiento. Casi siempre, las personas
que llevan la luz de la Verdad son perseguidas por el mundo y se vuelven el centro
de burla de las multitudes ignorantes. Pero, esas persecuciones son cosas pasajeras
como el ruido de los truenos cuando las nubes que están en el cielo azul se
condensan y después se desintegran, precipitándose en forma de lluvia torrencial.

170
Por más estruendosos que sean los truenos, ellos no podrán destruir el cielo
eternamente azul. Los propagadores del "Pensamiento optimista" ya descubrieron
que, en este mundo, existe la fuerza del Bien, capaz de vencer cualquier dificultad.
Dios es Amor, es
Orden, es Armonía, es Perfección, es la única existencia real. Esa Verdad es la
Verdad suprema y vendrá el tiempo en que esta Verdad se probará por sí misma.
"Yo vencí el mundo", en esta frase dicha por Cristo, el "Yo" significa el propio
"Amor". El "Amor" es el eterno Vencedor. Aquél que ama, que vive el Amor hasta
en las horas de mayor dificultad, triunfará infaliblemente. Los victoriosos son los
que viven siempre en el Amor. Y los fracasados son los que no fueron capaces de
amar. Jesucristo, al ser crucificado, pareció sufrir una derrota temporal; pero, en
verdad, Él nunca dejó de ser el Eterno Victorioso. El hombre logra el verdadero
triunfo solamente a través del "Amor". En cualquier circunstancia de nuestra vida, el
Amor es la llave que nos abre el camino. Cuando, a lo largo de nuestra vida, nos
encontramos con problemas cruciales, debemos preguntarnos qué actitud tomar,
en nombre del Amor. Entonces, sabremos cuál es la manera más correcta de actuar.
Así, el Amor nos conducirá siempre hacia el camino verdadero, nos permitirá actuar
siempre correctamente, mantendrá la armonía en nuestra vida y nos volverá
Eternos Victoriosos. (Del libro Kofuku seikatsu hon).

3. VIVIFIQUE LAS HORAS MATINALES

Si Uds. quieren crecer espiritualmente, si quieren que sus hogares sean realmente
"hogar del progreso infinito", aprovechen las horas matinales. Aquél que emplea
con provecho el tiempo, está empleando con provecho su propia vida, pues "el
tiempo es Vida". Aquél que, como yo, aprovecha bien sus horas matinales, logra
vivir el "doble": si vive cincuenta años, será como si hubiese vivido cien años; si vive
setenta años, será como si hubiese vivido 140 años.
El Sr. J.P. Morgan, un comerciante millonario norteamericano dijo, cierta vez, a un

171
amigo: "Yo pienso que cada segundo de mi existencia vale millones de dólares". Por
saber darle valor al "tiempo" es que él consiguió volverse uno de los hombres más
ricos del mundo. ¿No será que Uds., queridos lectores, están desperdiciando su
precioso tiempo? Tal vez, muchas personas no se preocupen con el desperdicio del
tiempo, creyendo que el "tiempo" que pasa, nada tiene que ver con ellas. Pero, la
verdad es que el tiempo desperdiciado es un "pedazo" de la preciosa Vida mutilado
y abandonado. Por lo tanto, aquellos que no quieren "morir", aquellos que no
quieren mutilar su Vida deben usar, provechosamente, las valiosas horas matinales.
El Sr. Morgan calculó en millones de dólares cada segundo de su vida. Pero, en
verdad, la Vida es mucho más valiosa. Existe un proverbio que dice: "Tiempo es
dinero". Sin embargo, la importancia del tiempo es incomparablemente mayor que
la del dinero.
Si Uds. quieren tirar en la calle su dinero, háganlo. Pero, nunca tiren en vano las
provechosas horas matinales. Si Uds. quieren regalar sus propiedades, su casa, sus
objetos personales, etc., hagan eso cuando quieran; pero nunca desperdicien las
provechosas horas matinales. Dinero, propiedades, casa, ropa, objetos, etc., pueden
tenerlo de nuevo más tarde. Pero, no hay nada que les permita recuperar las horas
perdidas.
Supongamos que Uds. vean en la calle a un hombre con una porción de monedas en
las manos que las va tirando una por una, por donde pasa. Con seguridad, Uds.
pensarán que ese hombre está loco. Todas las personas pensarán eso. Sin embargo,
muchas son las personas que no consideran locos a los que van tirando y
desperdiciando su tiempo, que es mucho más valioso que cualquier moneda.
Además, ellas mismas viven desperdiciando su precioso tiempo, como si eso nada
significase. La vida de esas personas están lejos del modo de vivir de Seicho-No-Ie.
Ellas no están creciendo incesantemente. No están exteriorizando su capacidad. Es
natural, pues, que permanezcan indefinidamente en su mediocridad. (Del libro La
Verdad de la Vida, Vol. 7).

172
4. VIVIFIQUE EL "AHORA"

¡Jóvenes de Seicho-No-Ie! ¡Ahora es su hora! ¡Es ahora o nunca! ¡Jóvenes, con gran
determinación, realicen ahora mismo todo lo que les cabe por hacer en este
momento! Ese es el modo de vivir de Seicho-No-Ie. Ese es el modo de vivir que está
de acuerdo con la Ley del "desenvolvimiento (manifestación) de la Vida".
Lo que es posible realizar ahora, podrá volverse imposible de realizar
posteriormente. Por lo tanto, ¡ahora es el momento de actuar! ¡"Agarren" la
posibilidad del ahora! ¡Conquisten al "ahora", a su gusto! A partir de ahí, Uds.
podrán descubrir el futuro.
¿De qué sirve permanecer dudando o reluchando? Eso sólo les hará perder el
tiempo. Desperdiciar el tiempo es desperdiciar la Vida. No dejen para después
aquello que puede ser realizado ahora, pensando que podrá llegar un momento
más oportuno. El ahora es el momento más oportuno para la realización de aquello
que tiene posibilidad de ser realizado ahora. Dicen que el dios llamado "Opor-
tunidad" tiene cabellos sólo en la parte delantera de la cabeza. Por lo tanto, Uds.
deben ir al encuentro del dios de la "Oportunidad" y tomarlo del copete. Este es el
secreto del éxito.
No dejen escapar la oportunidad, pensando: "Tal vez aparezca otra oportunidad
mejor que ésta". Puede ser que realmente aparezca una oportunidad mejor. Pero,
generalmente, aquél que está siempre esperando una mejor oportunidad, termina
dejando pasar la mejor oportunidad de su vida. En verdad, personas así se quedan
esperando eternamente "la mejor oportunidad". Por eso, les digo: empeñen toda su
fuerza en conquistar el "ahora". ¡Dominen completamente el "ahora"!
Nada debemos temer, cuando nos dedicamos de cuerpo y alma en aquello que
tenemos posibilidad de realizar ahora. Tal vez, sufran un "aparente" fracaso. Pero,
¿qué importancia tiene eso? No consideren eso como una derrota. Lo que todos
deseamos realmente, ¿no es el crecimiento de la Vida que se aloja en nosotros? El
verdadero éxito consiste en el "crecimiento (manifestación) de la Vida" a través de

173
las más variadas experiencias. Lo que queremos no es acomodarnos a una vida
mansa y tranquila. Para nosotros, que somos la propia "Vida", la alegría está en
crear, en crecer, en dejar la marca de nuestro "yo" en las duras piedras de nuestro
destino. Ese es el verdadero crecimiento a que se refieren las enseñanzas de Seicho-
No-Ie.
Cuando comprendemos realmente ese "principio del crecimiento", el éxito deja de
ser, para nosotros, una cosa prometida para un futuro distante. No importa cuál sea
la circunstancia o la situación en que nos encontremos ahora, en realidad estamos
creciendo y alcanzando el éxito cada segundo, cada minuto... Desde ahora, todos
nosotros tenemos nuestro crecimiento asegurado, tenemos el éxito garantizado.
¡Qué gran felicidad!.
Por todo eso, Seicho-No-Ie exhorta a todos a que trabajen activamente,
concentrando todo su espíritu en el "ahora". (Del libro La Verdad de la Vida, Vol. 7).

S. "QUEMEN EL PUENTE QUE ACABARON DE ATRAVESAR"

¡Queridos lectores! Una vez que Uds. hayan tomado la decisión de realizar algo, es
fundamental, seguir adelante con la firme convicción de que vencerán
infaliblemente. Nadie podrá exteriorizar plenamente su fuerza si, al iniciar un
emprendimiento, deja preparado un "camino para la fuga", en caso de encontrar
algún obstáculo.
Cuando Julio César desembarcó en la costa británica con su ejército, mandó quemar
todos los navíos que habían prestado un gran trabajo transportando a su ejército
hasta el estrecho de Uds. - y que en caso de derrota, serían indispensables para la
fuga.
Cuando comprendemos que "no hay otra salida sino seguir adelante", conseguimos
mostrar una capacidad mucho mayor de lo que somos capaces de mostrar en
circunstancias normales. Por lo tanto, comprender que "no hay otra salida a no ser
seguir adelante", es un medio de hacer exteriorizar la fuerza de la "Vida Infinita"

174
que existe en nosotros. "Venceré infaliblemente, donde quiera que vaya" - aquél
que inicia cualquier emprendimiento con esta determinación, alcanzará
infaliblemente la victoria. Esta determinación es indispensable, pero no podrá nacer
dentro de nosotros si existe un camino para la huida. Por eso, las personas que no
tienen autodeterminación necesitan "quemar el puente que acaban de atravesar".
Una vez, quemado el puente, no podemos volver atrás, por más que queramos. La
única libertad que nos resta es seguir adelante.
"¡No hay otro medio a no ser seguir adelante!" - esa situación nos hace más fuertes,
pues el único movimiento posible, en este caso, será seguir hacia el frente y nunca
hacia atrás. (Del libro La Verdad de la Vida, Vol. 7).

6. DIVIRTÁMONOS CON LAS DIFICULTADES

¡Jóvenes! Vamos a divertimos con las dificultades, así como las olas del mar juegan
con las rocas. Vamos a subir alegremente por las "cuestas de las dificultades", así
como los monos suben alegremente por los troncos de los árboles. Nadie aplaude a
un malabarista cuando está simplemente caminando por la calle. La flor del ciruelo
es muy admirada y apreciada porque florece en pleno invierno.
¡Jóvenes! No les estoy diciendo que "soporten" las dificultades. Nosotros, que
somos de Seicho-No-Ie, nos divertimos con las dificultades. La vida se vuelve alegre
y radiante cuando transformamos las dificultades en diversiones.
Las dificultades y los obstáculos son "instrumentos deportivos" que la "Vida" usa
para divertirse y ejercitarse. ¿Uds. creen que esquiar es un trabajo arduo? Que
practicar alpinismo, ¿es una infelicidad? Que jugar golf, ¿es un sufrimiento? Que
practicar natación, ¿es algo trágico? ¡Claro que no! Todas esas cosas nos hacen
utilizar mucha fuerza y energía, pero no nos causan sufrimientos ni tristezas porque
los consideramos deportes divertidos. También, los reveses de la vida cuando los
consideramos como "deportes", no nos dejarán tristes ni amargados. Cuando
sabemos transformar las dificultades en diversiones, nuestra vida se vuelve alegre y

175
radiante y sentimos que estamos repletos de una vigorosa e infinita fuerza vital.
(Del libro La Verdad de la Vida, Vol. 7).

7. REFLEXIONES SOBRE NUESTRA VIDA COTIDIANA

- A veces, el hombre se olvida de su verdadera naturaleza. Es, en esas horas, que su


vida comienza a destruirse.
- La vida del hombre comienza a destruirse cuando se juzga un "ser material".
- La vida del hombre comienza a destruirse cuando se juzga un simple "cuerpo
camal".
- La vida del hombre comienza a destruirse cuando se enorgullece de sus
conocimientos y se considera un maestro.
- El hombre no fue hecho sólo para predicar sermones. No debemos volvernos
simples predicadores de sermones.
- Necesitamos comprender que el hombre es, antes que nada, un ser que practica
las enseñanzas en su vida cotidiana.
- Debemos tener más cuidado, cuando somos elogiados que cuando somos
criticados.
- El hombre es hijo de Dios. Pero, frecuentemente tiende a pensar
presuntuosamente, que no es necesario hacer nada para manifestar su naturaleza
de "hijo de Dios" y exterioriza sólo una pequeña parte de su contenido infinito.
- Existen personas que, cuando son consideradas "profesores", se vuelven
arrogantes y comienzan a maltratar a los demás.
- Existen personas que, cuando son consideradas "profesores" se vuelven
negligentes en sus obligaciones.
- Es fundamental, reverenciar al prójimo con más Amor y más seriedad.
- Un "profesor" no puede vivir como un cerdo. El cerdo no necesita ser dedicado,
no necesita ser útil ni necesita agradecer y nadie lo censura por eso. Ser
considerado un "profesor" es algo bastante peligroso.

176
- ***
- ¿Está en armonía con su cónyuge? ¿Lo está, en realidad?. ¿Siente realmente
gratitud por su cónyuge?. Puede ser que no pelee con su cónyuge. Pero, ¿sólo eso
es suficiente?. ¿No se siente a veces insatisfecho(a) con su cónyuge, queriendo de él
más de esto o de aquello? Si es así, entonces, no siente realmente gratitud hacia él
(ella). Es esencial, que abandone las exigencias.
***
¿No estaremos "atando" a alguien con nuestro pensamiento, mentalmente?.
Si, con respecto a una persona o cosa, pensamos: "Quiero que sea así", entonces
estaremos con la "mente que ata". Mientras no abandonemos el pensamiento que
dice: "Quiero que sea así", no estaremos con la mente verdaderamente dócil.
No es necesario pensar: "Quiero que sea así", porque "el Paraíso ya está aquí", con
toda su perfección. Esta es nuestra enseñanza.
***
Hasta donde alcanza la vista, se extiende la tierra paradisíaca. Aquí sólo existen
cosas buenas. Si nos parece que existe algo que no es bueno, es señal de que
nuestra mente está turbia. Si las límpidas aguas del lago parecen turbias y rojas, es
porque en ellas se refleja el cielo cubierto de nubes rojas. Si parecen grises y
pesadas, es porque en ellas se refleja el cielo cubierto de nubes grises y pesadas. Si
parecen azules y brillantes, es porque en ellas se refleja el cielo azul y brillante. Así
como el lago refleja el cielo, este mundo refleja nuestra mente. Todo lo que en él
existe, es el reflejo de nuestros pensamientos. Si nuestra mente tiene sólo buenos
pensamientos, este mundo será para nosotros una Tierra Paradisíaca que se
extiende hasta el infinito.
***
Hay momentos en que las nubes negras oscurecen la mente del hombre. Esto
ocurre cuando deja de vivir como un reloj de sol. "Yo registro solamente las horas
en que brilla el Sol". Dce el reloj de Sol. ¡Qué sabio eres, reloj de sol!. A veces, el
hombre vive no como un reloj de sol, sino como un "reloj de sombras". Y comienza

177
a registrar solamente las horas sombrías. Eso ocurre, a veces, con los adeptos más
antiguos. A esas personas, quiero recordarles: ¿De qué sirve ser miembros antiguos,
si no saben renovarse?. Lo importante es la constante renovación. Aquellos que se
dejan envejecer y se vuelven "enmohecidos", sombríos e inertes, ya no están
viviendo conforme a las enseñanzas de Seicho-No-Ie. Vivamos como el reloj de sol,
que "registra solamente las horas en que brilla el Sol". ¡Vivamos con la mente
positiva, "registrando" sólo los buenos momentos, alegres y felices!
***
Algunas personas, no obstante ser adeptas de Seicho-No-Ie, se dejan deprimir, no
buscan animarse y, consecuentemente, terminan atrayendo infelicidades. Y, cuando
eso ocurre, se decepcionan de las enseñanzas de Seicho-No-Ie, que habla sobre el
pensamiento positivo, olvidándose de que ellas son las que dejaron de practicarlas.
Es fundamental, que tales personas concienticen que el simple "conocimiento" en
relación al pensamiento positivo no es suficiente. El pensamiento positivo debe ser
puesto en práctica. En caso contrario, no podrán manifestar a Dios.
***
Debemos tener el hábito de animar nuestra mente todas las mañanas. Son muchas
las personas que, en los primeros tiempos (o sea, después de haber entrado a
Seicho-No-Ie) practicaban con emoción, el hábito de "animar la mente", pero, con el
pasar del tiempo, terminaron olvidándose de ese hábito.
***
Todo lo que se queda "estancado" termina por crear moho. ¿De qué sirve haber
entrado a Seicho-No-Ie, si no trata, todos los días, de proferir palabras positivas
como: "Soy feliz", "Estoy agradecido a todas las cosas", "Tengo la seguridad de que
todo va a mejorar", etc.?. El día en que pronunciemos tales palabras, por lo menos
una vez, nos sentiremos felices. Aquellos que no pronuncian palabras positivas, ni
siquiera una vez al día, ya están envejeciendo, ya están perdiendo su fe. Analícese
Ud. mismo y reflexione sobre las palabras que pronunció hoy. Muchas personas, en
vez de admitir su error y pedir disculpas con docilidad, tratan de justificarse o de

178
argumentar. Por lo general, es esta actitud la que genera la desarmonía en el hogar.
***
Un pequeño gesto de atención, puede conmover a los otros, más que un bello
sermón. Sin embargo, es necesario que los gestos de atención sean espontáneos y
adecuados hacia las personas a quienes son dirigidos. Aquél que es atento sólo para
parecer virtuoso, se vuelve desagradable. Las atenciones deben ser naturales,
espontáneas y discretas. Las palabras bondadosas son las que conmueven y calan
más a las personas en el fondo de sus corazones, que las reprensiones enérgicas.
***
Si, en nombre de la economía, tratamos de restringir todas las cosas, no podremos
expandir nada. Pero, tampoco sirve hablar de grandes realizaciones, si no tenemos
bases sólidas. Es primordial, que haya equilibrio entre la "fuerza centrífuga"
(expansión) y la "fuerza centrípeta" (retracción).
***
No es imitando al adversario que podremos vencer una partida de "ajedrez". Del
mismo modo, no es imitando a los demás que podremos vencer en la vida. "¿Será
que ya expulsé todas las preocupaciones y estoy pensando sólo en cosas positivas?"
- Hágase esta pregunta a sí mismo.
***
¿Cuál ha sido su comportamiento durante las comidas? Si toma los alimentos
alegremente, riendo y conversando con los demás, todo está bien. Pero, si
mantiene un silencio oprimido y la fisionomía desagradable y come sin sentir el
gusto de la comida, nada hará bien a su cuerpo; su organismo no va a asimilar los
elementos nutritivos de los alimentos. Por lo tanto, aun cuando no le parezca rica la
comida, diga que está deliciosa y busque convencerse de ello. Así, la comida será
realmente más sabrosa que cuando coma reclamando de que tiene "sabor a
remedio". Si en una familia, las personas comienzan a reclamar a la hora de comer,
el ambiente de ese hogar se deteriorará. El mejor remedio para evitar el "deterioro"
son las palabras de elogio. Busquemos, pues, decir siempre palabras positivas,

179
palabras de elogio. Todo aquello que es bueno, debe ser puesto en práctica. Y esa
práctica debe ser constante.
***
Aunque hayamos alcanzado alguna vez el "despertar espiritual", puede ser que en
este momento no estemos tan "despiertos espiritualmente". El cielo, que hasta
hace poco estaba límpido, puede estar ahora encubierto y puede hasta llover. Así,
también, es el hombre.
***
Naturalmente, encima de las nubes el Sol continúa brillando y el cielo permanece
azul. Del mismo modo, la Imagen Verdadera del hombre continúa siempre perfecta,
aun cuando se oculta detrás de su aparente imperfección. Lo importante, es
manifestar el "Sol" y el "cielo"(o sea, nuestra Imagen Verdadera) en nuestra vida
cotidiana.
***
Aquél que elogia a los demás está rodeado de una "atmósfera" radiante. Pero,
aquellos que esparcen sus maldiciones tienen una vida cubierta de nubes
tenebrosas. ¿Cuántas veces dije palabras de elogio hoy? ¿Y cuántas veces hablé mal
de los otros?.
***
Caminamos todos, sobre la cuerda floja de la vida cotidiana. Hay gente que se
descuida y da un paso en falso. El descuido de un minuto puede echar a perder toda
una existencia, nos puede hacer precipitar en un profundo abismo.
***
¿De qué modo viví el día de hoy?. Debo iluminar el camino por donde voy y mirar
bien donde piso. No existe fe, comprensión de la Verdad ni "iluminación" fuera de la
vida cotidiana. La Verdad debe ser puesta en práctica. (Del libro Seishi Shu).

8. ENTREGUE TODO EN LAS MANOS DE DIOS

180
Debemos confiar enteramente en Dios y entregar todo en sus manos, pues Él es el
todo de todo. Entregar todo en las manos de Dios no significa arrojar todos los
problemas encima de Él y permanecer con los brazos cruzados, con la mente
deprimida y desinteresada de todo. ¡Dios es Luz, es Esperanza, es Sabiduría, es Vida!
Por lo tanto, confiar todo a Dios, significa mantener nuestra mente llena de Luz y
Esperanza, actuar bajo la orientación de la Sabiduría Divina y confiar en la
providencia de la "Gran Vida" de Dios.
Entregar todo en las manos de Dios no significa tomar una actitud derrotista,
conformándonos con las circunstancias y situaciones actuales. Por el contrario, eso
significa levantarnos llenos de ánimo sintiendo en nuestro interior la gran fuerza de
Dios. "Aceptar todo con docilidad" no significa ser esclavos de las cosas, sino
aprovechar todo lo que recibimos, transformándolo en "alimentos del alma".
Significa asimilar todo y absorber los "elementos nutritivos" para aumentar, aún
más, nuestra fuerza y capacidad y levantarnos con un vigor redoblado.
Cuando aprendan a tomar esa actitud mental, comprenderán que todo lo que
ocurre en sus vidas sirve para fortalecerlos y perfeccionarlos. (Del libro Seishi shu).

9. LA AUTOEXPRESIÓN DE DIOS

Dios es autosuficiente. Tiene la plenitud de todo y, por eso, está siempre satisfecho,
alegre y feliz. El hombre, siendo la autoexpresión de la Vida de Dios, debería, por
naturaleza, ser siempre alegre y feliz. Sin embargo, la naturaleza alegre y feliz no
siempre se manifiesta. ¿Por qué? Simplemente porque él mismo no hace nada para
que se pueda manifestar. La alegría y la felicidad nos llegan a través del "canal de la
Vida" y nos une al “Manantial inagotable” o sea a Dios, de la misma forma que el
agua corriente llega hasta nosotros a través de las tuberías que se ligan a una gran
represa. Para que el agua corra, hasta abrir la canilla. Si no abrimos la canilla, no
podremos obtener agua, aunque esté allí mismo, a nuestra disposición. De la misma
forma, si no abrimos la válvula del “Canal de la Vida", no podremos obtener el

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“agua de la felicidad”, que está allí mismo, pronto a brotar. Abrir la válvula del
“Canal que atrae el agua de la felicidad” es reír alegremente, tratando de
exteriorizar nuestra verdadera naturaleza de un feliz hijo de Dios. Decir que no
puede reír porque no siente alegría, equivale a decir que no puede tomar agua
porque no dispone de agua. Justamente cuando no dispone de agua, es necesario
abrir la canilla para obtenerla. Cuando menos alegre le parezca la vida, más alegría
debe exteriorizar y más sonrisas debe esparcir a su alrededor. Si derrama agua, la
tierra se humedecerá. De la misma, si esparce sonrisas, el ambiente que le rodea se
volverá alegre. Recuerde que la esencia del hombre es la Vida de Dios y siendo así,
es alegre y feliz por naturaleza. Esta es la verdad vertical (Del libro Seishi shu).

10. EL SECRETO DEL ÉXITO

El secreto del éxito está en


- No tratar de huir de las responsabilidades, sino estar siempre dispuesto a asumir
grandes responsabilidades.
- Leer buenos libros y asistir a obras teatrales y a películas artísticas, en lugar de
perder tiempo con revistas y espectáculos banales, que no tienen ningún contenido
y que sólo sirven para ilusionar a las personas.
- No desperdiciar el tiempo ni la energía, afligiéndonos con incidentes de poca
importancia, enojándonos o preocupándonos sin necesidad por cosas que ya
pasaron o por cosas que todavía no ocurrieron.
- Debemos progresar diariamente.
Aquél que no progresa, no está sólo estancado, sino que está retrocediendo. La
jornada de la vida es como subir una cumbre empujando una carreta pesada: si
paramos, terminamos retrocediendo algunos pasos. Nuestra mente y nuestro
cuerpo son como las herramientas de trabajo: si no las cuidamos bien, o las
dejamos de usar, terminarán "oxidándose".
Actuar, es siempre mejor que estar parado sin hacer nada, aun cuando el resultado

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sea un fracaso, pues por lo menos ganamos experiencia. (Del libro Vida de Amor y
luz).

11. IDEAS ERRÓNEAS SOBRE LA "LIBERTAD"

Con frecuencia, me encuentro con personas que piensan que "ser libre es llevar una
vida desordenada y desenfrenada, haciendo lo que se les dé en gana, sin im-
portarles los daños que puedan causar a los demás". Esa idea es totalmente
errónea. Ser libre no es ser esclavo de los deseos. Ser libre no es huir de las
dificultades, sino dominarlas sin temor. Ser libre no es llevar una vida ociosa,
desordenada o descomedida. La "gran libertad" (la verdadera libertad) no choca con
reglas, leyes y órdenes. Un gran músico, por el hecho de estar en natural armonía
con las reglas musicales, puede ejecutar libremente cualquier música. Pero un
músico mediocre, por no estar en armonía con las reglas musicales, no tiene esa
libertad. Este ejemplo nos hace comprender que la "gran libertad" está en la natural
armonía con las leyes, reglas y orden, y que una vida ociosa, desordenada o
desenfrenada no trae la verdadera libertad. La libertad está intrínsecamente ligada
al "orden" que triunfa sobre la "confusión". La Vida es libre por naturaleza. Y donde
surge la Vida, se establece el orden. En un mundo sin orden no existe Vida. La
inexistencia de la Vida es la inexistencia del orden. Un mundo sin orden es un
mundo caótico. El mundo caótico es un mundo en el que todavía no se realiza la
obra de la creación. Cuando surge la Vida en el mundo caótico, se establece
inmediatamente el orden. En cualquier lugar, donde la Vida inicia su obra de
creación, inevitablemente se establece el orden. Cuando vemos un montón de
piedras, ladrillos, etc., no logramos reconocer en ellos la "Vida", porque esos
materiales están colocados allí, amontonados, sin ningún orden, pero cuando esos
materiales son apilados ordenadamente según un proyecto de construcción y pasan
a formar parte de un edificio majestuoso, elogiamos su belleza y decimos que en él
se expresa la Vida del arquitecto que lo proyectó. Los materiales en sí no tienen

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vida, pero en la forma como están apilados se percibe el "orden" inherente a la Vida
y es por eso que decimos que esa construcción tiene vida.
La diferencia entre elemento inorgánico y orgánico (elemento vivo), está en el
hecho de que el primero no está organizado, mientras que el segundo está
perfectamente organizado. Vean, por ejemplo, la planta que nace entre los
deshechos. Es capaz de "diluir" esos desechos, que son cuerpos sin organización,
retirar de ellos los elementos necesarios para su constitución, hacer que esos
elementos se dispongan "ordenadamente" y así formar un tejido definido. A ese
proceso de "disolución" de un cuerpo inorgánico y consecuente "re modelamiento
ordenado" de sus elementos se le da el nombre de "vivificación de la materia".
Estar vivo es, por lo tanto, mantenerse organizado.
Hasta ahora, muchos de nosotros pensábamos que el Orden era algo que restringía
la libertad del hombre. Pero esa es una idea errónea, provocada por la falsa
interpretación de lo que constituye el Orden. En verdad, el Orden es indispensable
para nuestro "gran crecimiento". Los majestuosos rascacielos no se desmoronan a
pesar de su gran altura, porque fueron proyectados a través de cálculos minuciosos
de los arquitectos y edificados conforme a esos cálculos. Un edificio pequeño puede
no desmoronarse a pesar de que su construcción no obedezca rigurosamente a los
cálculos hechos por el arquitecto. Pero, tratándose de grandes edificios, la menor
desobediencia a los cálculos de los arquitectos resulta en una gran falla y puede
provocar el desmoronamiento total del edificio.
Vuelvo a citar, como ejemplo, la música. Cuando es sólo un ejecutante, una
pequeña diferencia de "tiempo musical" aún puede ser perdonada. Pero,
tratándose de una orquesta, ¿qué ocurriría si sus componentes tocasen sus
respectivos instrumentos, cada cual en un "tiempo" diferente, alegando que "son
libres de tocar como quieran"?
Tendríamos, entonces, una confusión de sonidos ruidosos y no una melodía. Lo
mismo ocurre con las personas: puede ser que la vida particular de una persona no
sea afectada, aunque lleve una vida sin obedecer ningún tipo de orden o regla.

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Pero, al tratarse de organizaciones como una familia, una sociedad o una nación, la
falta de orden terminará provocando la ruina. Cuanto mayor es la organización a la
cual pertenecemos, mayor será la necesidad de vivir en conformidad con la Ley y el
Orden.

12. "LIBERTAD NATURAL" Y "LIBERTAD DE LOS CAPRICHOS"

Los jóvenes de hoy tienen un deseo vehemente de ser libres. Por lo menos, la
mayoría de los jóvenes que conozco son así. Esto es natural, pero lo que me parece
lamentable es el hecho de que muchos de ellos parecen tener una idea errónea
sobre la libertad. Seicho-No-Ie exhorta a las personas a vivir libremente, a despertar
hacia la completa libertad, a llevar una vida que no sea restringida por la idea: "Eso
tiene que ser así". Desafortunadamente, hay personas que nos interpretan
erróneamente y piensan que vivir libremente es llevar una vida desenfrenada, sin
observar leyes ni reglas. Un ser vivo es verdaderamente libre cuando consigue
crecer sanamente, de acuerdo con su verdadera naturaleza. Por ejemplo, si un árbol
cuya naturaleza es ser alto y recto logra desarrollarse plenamente, sin torcerse,
entonces ese árbol es realmente libre. Si ese árbol piensa: "Yo soy libre para crecer
del modo que yo quiera", e insiste en crecer torcido, contrariando su verdadera
naturaleza, eso quiere decir que la "libertad de los caprichos" venció a la "libertad
natural". En otras palabras, la "libertad natural" de ese árbol fue "pisoteada y
destruida".
Confucio dijo: "Ahora, a los 70 años de edad, actúo conforme a mi voluntad y sin
embargo mis actos no violan las Leyes". Ese es el estado que se alcanza cuando la
"libertad natural" vence a la "libertad de los caprichos". Cuando un antiguo sabio
dijo: "En la sumisión está la libertad", él quiso decir que la libertad del "hombre
verdadero" existe cuando la "libertad de los caprichos" se somete a la "libertad
natural". Es imprescindible, pues, que sepamos la distinción entre el "hombre
verdadero" y el "hombre falso". La libertad del "hombre falso" se manifiesta como

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la libertad total de los caprichos, en cambio, la libertad del "hombre verdadero"
(verdadera naturaleza del hombre) se manifiesta bajo la forma de conductas que
están en "natural armonía" con la ley y el orden. Una persona cuya conducta está
en choque con las reglas, leyes y orden, aún no es dueña de la verdadera libertad.
Cierta vez, un empresario, miembro de Seicho-No-Ie, me contó lo siguiente: "Desde
que me volví miembro de Seicho-No-Ie, pasé a tener mucha tolerancia con mis
empleados. Había, en aquella época, un joven empleado que acostumbraba llegar
siempre atrasado y en una ocasión, faltó al trabajo durante una semana,
presentando como justificación la muerte de un pariente que vivía lejos. Pero yo no
le decía nada, buscando ser comprensivo. Un día, supe que andaba diciéndole a
todos: aquí no hay libertad, no hay lugar para gente joven como yo... Él se refería a
mi firma como un lugar sin ninguna libertad. Pero, aun así, no le dije nada.
Esperaba, pacientemente a que ese joven comprendiera por sí mismo que la
verdadera libertad del hombre no consiste, meramente, en la satisfacción de sus
caprichos. A ese joven siempre le gustó fumar, pero hubo una época en la que se
mantuvo alejado de los cigarrillos. Esto fue cuando conoció Seicho-No-Ie y estaba
entusiasmado con sus enseñanzas. En esa época, su alma era verdaderamente libre
y como reflejo de eso, su cuerpo también estaba libre del vicio de fumar. Pero, su
entusiasmo por las enseñanzas de Seicho-No-Ie desapareció con rapidez y fue
entonces cuando se volvió displicente y comenzó a reclamar de la falta de libertad
en mi firma. Y cuando esa idea de falta de libertad se fijó en su mente, el joven cayó
nuevamente en el hábito de fumar. La sensación de falta de libertad se manifestó
concretamente bajo la" forma de esclavitud al vicio de fumar. Después de un
tiempo, ese joven renunció a la firma".
¿Qué nos enseña el caso de ese joven? Enseña que la "libertad de los caprichos",
por más grande que sea, no proporciona al hombre la sensación de verdadera
libertad. Inclusive, cuanto más libres son los caprichos, más oprimida será su
"libertad natural" y sentirá una inexplicable sensación de incomodidad. Vamos a
suponer que una persona llegue atrasada al trabajo, por simple capricho. Ese día

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esa persona tendrá todo el tiempo, la sensación de "estar siendo presionada" por
las personas que lo rodean y tendrá ganas de desaparecer de allí. Esto ocurre,
siempre que la "libertad de los caprichos" vence sobre la "libertad natural" del
hombre. Cuando una persona permite, varias veces, que la "libertad de los
caprichos" triunfe sobre su "libertad natural", esa sensación de incomodidad y
opresión será insoportable y huirá en busca de libertad. Y, refiriéndose al lugar que
dejó atrás, dirá: "Allá no hay libertad. Las personas se sienten sofocadas...". Pero, en
realidad, no fue el lugar en sí que ejercía presión sobre esa persona e impedía su
libertad. La sensación de incomodidad y opresión era simplemente el reflejo de la
sofocación de la "libertad natural" por sus caprichos.

13. LAS DOS "FACETAS" DE LA VIDA

Cristo dijo: "Sed prudentes como las serpientes y simples como las palomas". Aquél
que es bondadoso pero no posee sabiduría, se torna vulnerable y su Amor será
"pisoteado" por personas insensibles, o será "bloqueado" y no podrá fluir
plenamente. Sabiduría y Amor son como dos hermanos inseparables y ambos son
igualmente valiosos. Sin embargo, aquellos que leyeron "La Verdad de la Vida"
deben hacer notado que ese libro nos enseña, en primer lrgar, la importancia de la
Sabiduría. El libro "La Verdad de la Vida" ya curó muchas enfermedades y eso se
debe al hecho de que abre los "ojos de la Sabiduría" de los que lo leen. Cuando se
abren los "ojos de la Sabiduría" y se extinguen las ilusiones, las enfermedades
"desaparecen" por sí mismas. La palabra "Sabiduría" en este caso, no significa sólo
inteligencia y conocimientos del hombre. Significa también todas las demás
virtudes, como el Amor, la Misericordia, etc. Según el Budismo, la virtud de la
Misericordia no consiste sólo en ser piadosos, sino en proporcionar a nuestros
semejantes la "Sabiduría de Buda". Se suele decir, que el mayor acto de
misericordia consiste en proporcionar al prójimo la Sabiduría que elimina todos los
temores. Cuando la Sabiduría deshace las ilusiones que cubren la Vida, ésta empieza

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a manifestarse. Manifestándose la Vida, todas las cosas buenas y necesarias se
hacen presentes. Por eso, la Sabiduría es la mayor dádiva que se le puede dar al
prójimo. Mientras que, la ignorancia constituye la mayor causa de la desgracia. En el
libro "La Verdad de la Vida" existe una parte que habla sobre un diálogo entre
Sakyamuni y uno de sus discípulos. Ese discípulo le preguntó a Sakyamuni lo
siguiente:
— Maestro, ¿qué es más grave: el pecado cometido conscientemente o el pecado
cometido inconscientemente?
Sakyamuni respondió:
— El pecado cometido inconscientemente es el más grave.
Notando la perplejidad del discípulo, resolvió explicárselo a través de un ejemplo y
le preguntó:
— ¿Cuándo una persona se hiere más gravemente: cuando toca un fierro al rojo
vivo sin saber que está caliente, o cuando lo toca sabiendo que está caliente?
El discípulo respondió:
— Se hiere más gravemente cuando no sabe que está caliente.
— Es verdad, dijo el Maestro. Lo mismo ocurre en relación a los pecados. Aquél que
los comete sin saber sus consecuencias, se hiere mucho más. La ignorancia es la
mayor causa de infelicidades en esta vida.
Así como un hombre que se quema gravemente tocando un metal caliente sin
saberlo, nosotros también podemos estar cometiendo, sin saber, actos que causen
la "muerte" de millares de personas. Aun un criminal sin piedad no llega a matar
conscientemente centenas de personas pero, la ignorancia puede llevar a la muerte
de millones de personas. Cuando pensamos cuán grande es el número de personas
que fueron muertas por causa de la ignorancia desde el principio de la historia de la
humanidad, no podemos dejar de empeñamos al máximo en el sentido de propagar
las enseñanzas que hablan sobre la Sabiduría. Queridos lectores, colaboren con
nosotros. Colaborar es un acto de Amor. Y el mayor acto de Amor es trasmitir la
Sabiduría. (Del libro Itiryu no hito tsuma ko o tsukuru).

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