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INTERVENCIÓN DEL ASESOR LETRADO Y DEL MINISTERIO PÚBLICO

FISCAL
DRA CLAUDIA E. ZALAZAR1

I. Introducción

En principio el elemento subjetivo del proceso está configurado por las personas
que en él intervienen, ya sea como sujetos esenciales o eventuales. En el proceso civil,
los sujetos necesarios están representados por el actor, el demandado y el juez; en el
proceso penal, se manifiestan a través del Ministerio Público Fiscal, el juez y el
imputado[125].
Nos proponemos ahora caracterizar las funciones que cumple el Ministerio
Público y discernir cuál es la naturaleza de su intervención en los procesos que no
tienen carácter represivo. Las Dras. Ferreyra de De la Rúa y González de laVega de Opl
nos enseñan que “…el Ministerio Público participa de la noción de ser sujeto del
proceso judicial y cuenta con diferentes poderes y deberes que se identifican en base a
las funciones asignadas por la ley en las diferentes ramas procesales y teniendo en
cuenta los intereses comprometidos con relación a un objeto debidamente
propuesto”[126].
Por el momento, nos adelantamos a expresar que en el proceso civil actúa como
participante, es decir como sujeto procesal de carácter eventual. Los sujetos necesarios
del proceso civil actúan por derecho e interés propio. En cambio, los funcionarios que
integran el Ministerio Público actúan defendiendo un interés que les es ajeno
personalmente y que pertenece en su instancia a la colectividad o al orden social.
El Ministerio Público ejerce un poder de control social, que es indispensable
para lograr el equilibrio de los poderes del Estado. Clemente Díaz ha definido bien esta
institución: “el órgano estatal encargado de hacer valer ante el órgano jurisdiccional
la representación y la defensa de los intereses públicos y sociales del Estado”[127]. Su
misión general es la de defender intereses que afectan al orden público y social;
colabora con el juez en la tarea de administrar justicia.
La doctrina procesalista ha conceptuado al Ministerio Público sobre la función
judicial que le corresponde. Así, Chiovenda, Carnelutti, Calamandrei destacan que este

1
Texto extraído de la GUIA PRACTICA PARA EL EJERCICIO DEL DERECHO CIVIL Y COMERCIAL, TOMO IV, ,
PAG.S 29 A 47, Editorial Advocatus, 2016.
órgano “personifica el interés público en el ejercicio de la jurisdicción ante los órganos
jurisdiccionales”[128].-

II. El Ministerio Público. Actuación respecto de las personas menores de


edad, incapaces y con capacidad restringida. Asesores Letrados.
a) Denominación
En relación a la variación de la denominación que utiliza el nuevo código para
este organismo, esto es sin ningún aditamento, la doctrina ha expuesto “…Mientras que
Vélez Sársfield reguló la institución bajo el nombre de "Ministerio Público de Menores"
(Libro I, Sección II, Título XIV), y en alguna oportunidad lo llamó Ministerio Pupilar
(artículo 131), el Proyecto de Código Civil ha recurrido a la expresión más genérica de
Ministerio Público, que es utilizada tanto en referencia a las funciones del fiscal civil
como del órgano de representación y defensa de personas menores de edad y con
capacidad restringida.
Sin embargo, es nítida la distinción funcional de una y otra figura, y la actividad
del Ministerio Público de Menores es específicamente regulada en el artículo 103 del
CCCN, entre otros. La imprecisión en la nomenclatura no es cuestión fundamental, pues
hoy la figura recibe diferentes denominaciones según la jurisdicción (Defensorías
Públicas de Menores e Incapaces, en el orden nacional, Asesorías de Incapaces y otras
designaciones, en la Provincia de Buenos Aires, Asesorías Letradas, en Córdoba,
Defensoría General de Menores, en Entre Ríos, Asesorías Tutelares, en la Ciudad de
Buenos Aires, etc.).” 2
En ese sentido el Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba
estableció que cuando el art. 103 del CCCN alude al “Ministerio Público” se debe
entender que hace referencia a los “Asesores Letrados”, que son los funcionarios
encargados de las defensas de las personas menores de edad, incapaces y con capacidad
restringida (Acuerdo Reglamentario N° 1305, Serie “A” del 01/09/2015).
De tal manera, en nuestra provincia, se trata del organismo reglamentado por la
ley prov. 7982, que crea el Cuerpo de Asesores Letrados, a cuyos miembros

2
Polverini, Verónica “El Ministerio Público en el Proyecto de Código Civil” DFyP
2014 (octubre), 144.
encomienda, entre otras, las funciones en cuestión, específicamente a los asesores
letrados en lo civil y comercial, en el art. 12 incs. 1° y 2°.

b)Funciones
El art. 103 del CCCN (art. 59, CC) determina el alcance de la actuación del
Ministerio Público respecto de las personas menores de edad, incapaces y con capacidad
restringida.
En primer lugar establece que puede ser judicial o extrajudicial.
En relación a la intervención en el ámbito judicial la misma puede ser
complementaria o principal. Es complementaria cuando en los procesos en que se
encuentran involucrados intereses de personas menores de edad, incapaces y con
capacidad restringida la misma se produce en forma conjunta con los padres, tutores y
curadores de aquellos. Es decir, que su actuación se integra y complementa con la que
ejerce el representante legal.
Es principal en los siguientes supuestos: cuando se encuentren comprometidos
los derechos de los representados y existe inacción de sus representantes; cuando el
objeto del proceso es exigir el cumplimiento de los deberes a cargo de los
representantes; o cuando carecen de representante legal y es necesario proveer la
representación.
Así cuando se encuentren comprometidos los derechos de los representados y
existe inacción de sus representantes, si se trata de los progenitores, deberá promover el
cumplimiento de los deberes a su cargo o interponer recursos y ofrecer prueba si dentro
de una causa judicial el niño/a está indefenso; si se trata de inacción de los tutores, debe
responsabilizarlo por los daños que cause al tutelado y debe solicitar las medidas
necesarias (art. 118 CCCN), solicitar la remoción del tutor (art. 136 CCCN), si existen
diferencias de criterio entre los tutores debe intervenir (art. 105 CCCN), si se trata de la
inacción de los curadores puede pedir su remoción (art. 136 CCCN) y también que rinda
cuentas (art. 130 CCCN).
A su vez, cuando el objeto del proceso es exigir el cumplimiento de los deberes
a cargo de los representantes, debe exigir los alimentos a los progenitores cuando estos
incumplieran con dicho deber; en el caso del incumplimiento de los deberes del curador
debe instarlo a que cumpla con las reglas generales del art. 31 CCCN, responsabilizarlo
por los daños que ocasione (art. 118 CCCN), solicitar su remoción (art. 136 CCCN),
solicitar la designación un curador provisorio mientras se designa otro nuevo (art. 109,
inc. g) CCCN), solicitar la suspensión provisoria del curador (art. 137 CCCN), y
exigirle la rendición de cuentas (art. 130 CCCN).
Ahora bien, cuando carecen de representante legal y es necesario proveer la
representación, debe solicitar la urgente designación de representante legal para hacer
cesar el estado de indefensión de estas personas.
Con respecto a la actuación extrajudicial del Ministerio Público la normativa
impone la concurrencia de dos presupuestos:
1) Que exista ausencia, carencia o inacción de los representantes legales;
2) Que estén comprometidos los derechos sociales, económicos o culturales de los
defendidos.
Es preciso destacar que, cuando en estas normas se hace referencia a menores,
no se alude los "que carezcan de edad y grado de madurez suficiente", sino que se habla
de menores a secas. Y para este Código, menor es la persona que "no ha cumplido
dieciocho años" (art. 25, CyC). 3
Sin embargo, de tratarse de menores de edad emancipados por matrimonio (art.
27 CCCN), no debe intervenir el Ministerio Público. De tratarse de menores de edad
que trabajan o con título habilitante profesional (art. 30 del CCCN), la intervención del
Ministerio es innecesaria si el juicio versa sobre las actividades que indica la norma en
cuestión.
c) Ley de Asistencia Jurídica Gratuita

En la provincia de Córdoba, la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita (ley 7982 de


1990)4 establece las dos funciones de los Asesores Letrados. Por un lado, como
patrocinante gratuita de los beneficiarios del sistema y por otro en forma
complementaria con los representantes legales de los menores, incapaces y ausentes.

En cuanto al primer punto, la ley establece un sistema objetivo de


reconocimiento “ministerio legis” del status del beneficiario para ser asistido a través de
las defensorías oficiales. Para la determinación del goce de esta franquicia, la ley
establece la suscripción de una declaración jurada del monto de los ingresos y rentas, no
sólo del peticionante sino de su grupo familiar, y el cual no puede superar el tope fijado

3
Camps, Carlos E. La capacidad de ejercicio de derechos en el proceso civil Publicado
en: RCCyC 2016 (marzo) , 3

4
Ver Anexo Legislativo
por dicha ley, o sea veinte jus, cuya cuantificación monetaria resulta variable de
conformidad a las nuevas pautas establecidas por la ley 9459.

El art. 27 de la ley establece expresamente quiénes son los beneficiarios del


sistema, diciendo: Serán beneficiarios del sistema, las personas físicas y jurídicas sin
fines de lucro, cuyos ingresos, cualquiera sea su origen, no excedieren de veinte "jus" al
tiempo del requerimiento de asistencia. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia
podrá, por resolución fundada, modificar el límite establecido en el presente artículo,
cuando las circunstancias económico-sociales tornaren notoriamente inadecuado el tope
legal. Cuando los derechos controvertidos afectaren los intereses de un grupo de
personas, para la concesión del beneficio se considerará la totalidad de los ingresos del
grupo.
Esta declaración jurada debe ser valorada por el asesor, -pudiendo solicitar que
sea verificada por el Cuerpo Técnico de Asistencia Judicial-, en caso que se denegare el
pedido la resolución será irrecurrible, y el interesado podrá presentarse por ante el
asesor letrado que le sigue en turno, a los fines de que promueva ante el juez
competente el beneficio de litigar sin gastos en los términos del art. 101 del Cód. Proc.
Civ. Com.

Sin perjuicio de ello, y aún cuando el solicitante no revista los requisitos para
que se le otorgue la franquicia, la ley establece la obligación del asesor de prestar
asistencia en los trámites urgentes que puedan implicar la pérdida de derechos para el
solicitante, como sería, por ejemplo, presentar una demanda con el objeto de interrumpir
la prescripción de la obligación (art. 30 de la ley 7982). Ahora bien, como contrapartida
de lo expuesto, el solicitante del beneficio que haya falseado los datos de la declaración
jurada será pasible de la sanción correspondiente, prevista en el art. 29 de la ley 79825.

En cuanto a los beneficios de los que gozan los acreedores de este sistema, es
dable aclarar, que los mismos no se encuentran compelidos a realizar el trámite del
beneficio de litigar sin gastos para pedir la eximición de la tasa de justicia, ya que si
bien el art. 270, inc. 2.° del Código Tributario, solo hace excepción del pago del tributo

5
Artículo 29º.- Sanción por falsedad. Si en cualquier estado de la causa se comprobare que el
requirente a falseado los datos sobre su situación económica a los fines de ser incluído como
beneficiario del sistema, el Asesor Letrado deberá cesar en la representación y el Juez interviniente
regulará los honorarios a favor de la Provincia, con notificación al Procurador del Tesoro y vista al
Agente Fiscal de Turno.
a las personas que se les haya concedido el beneficio de litigar sin gastos, dicha
exención debe hacerse extensible a los beneficiarios de la asistencia jurídica gratuita.
Por otra parte, el inc. 4.º de dicho, art. 270, cuando solo exime a los asesores de
menores o a las causas en las que intervengan en el ejercicio de su ministerio, debe
entenderse que ha hecho referencia a todos los asesores, incluidos los civiles, a los
cuales se los denominaba asesores de menores. Para esclarecer este supuesto, el
Tribunal Superior de Justicia, en el año 2003, ha dictado el acuerdo reglamentario n.º
665, serie “A”, de fecha 27/05/03, en el que, específicamente, establece que cuando se
trata de personas físicas carenciadas que se encuentran bajo el patrocinio del asesor
letrado, no resulta necesario que se inicie el procedimiento previsto por el Código
Procesal Civil y Comercial para obtener el beneficio de litigar sin gastos. Sólo será
necesario cuando se haya rechazado la solicitud de la asistencia gratuita (art. 30 de la
ley 7982) o que se trate de una persona que actúa con patrocinio de un abogado
particular6.

6
ACUERDO REGLAMENTARIO NRO. 665, SERIE "A” DEL 27/05/2003.-VISTO: La necesidad de clarificar el
procedimiento de acceso a la justicia para personas carenciadas, en relación a lo dispuesto por la ley de
Asistencia Jurídica Gratuita y el Código Tributario. Y CONSIDERANDO: I) Conforme a la ley de asistencia
jurídica gratuita, la persona que pretenda ser beneficiario debe suscribir ante el asesor letrado del fuero
de que se trate una declaración jurada (art. 28). Si el asesor otorga el beneficio, el beneficiario estará
exento del pago de la tasa de justicia (Art. 31). El Código Tributario, a su vez, dispone que estarán
exentos de la tasa de justicia, las personas físicas “a quienes se les haya otorgado el beneficio de litigar
sin gastos...” (Art. 252,2). II) Cuando se trata de personas físicas carenciadas que se encuentran bajo el
patrocinio del asesor letrado, no resulta necesario que se inicie el procedimiento previsto por el Código
Procesal Civil y Comercial para obtener el beneficio de litigar sin gastos (arts. 101 a 109). En tales
supuestos, la recurrencia a este procedimiento, a la par que retrasa el pleno acceso a la justicia de los
ciudadanos carenciados, recarga innecesariamente la actividad de los asesores letrados y de los
tribunales. Por el contrario, este trámite será necesario cuando el asesor letrado hubiese rechazado la
solicitud (art. 30, ley de asistencia jurídica gratuita) o se tratase de una persona que actúa con patrocinio
de un abogado particular. Por lo expuesto, en virtud de las atribuciones de superintendencia previstas
por el art. 166 de la Constitución Provincial y 12, 32° de la Ley Orgánica del Poder Judicial, el Tribunal
Superior de Justicia, RESUELVE: Art. 1°.- Los asesores letrados que patrocinen a personas físicas
beneficiadas por la ley de asistencia jurídica gratuita, no deberán iniciar el procedimiento para obtener
el beneficio de litigar sin gastos, para la exención de la tasa de justicia. Art. II.- Los asesores letrados
iniciarán el trámite para obtener el beneficio de litigar sin gastos, solo cuando la solicitud hubiera sido
rechazada por otro asesor.- Art. III.- NOTIFIQUESE. Publíquese en el Boletín Oficial.- FIRMANTES: María
Esther CAFURE DE BATTISTELLI Berta KALLER ORCHANSKY Hugo Alfredo LAFRANCONI Aída Lucía Teresa
TARDITTI Domingo Juan SESIN Luis Enrique RUBIO Miguel Ángel DEPETRIS

.
Aparte de la eximición de la tasa, el sistema tiene previsto un anticipo de gastos,
creando el TSJ un fondo especial a tal efecto, que deberá ser reintegrado por el
beneficiario en caso que mejore de fortuna.
Ningún inconveniente existe respecto a la exención del aporte previsional, ya
que se encuentran expresamente eximidos por el art. 20 de la ley 84047.

Los Asesores Letrados deben asesorar, patrocinar y representar a los


beneficiarios del sistema, tanto en las acciones patrimoniales como extrapatrimoniales,
debiendo cesar dichas actividades cuando el beneficiario mejore de fortuna en las
condiciones exigidas en el art. 27 -con excepción de que se encuentre asistido por el
asesor en lo penal-, y cuando se comprobara que se ha falseado la declaración jurada.
En ambos casos, si bien los asesores letrados no van a percibir honorarios, los mismos
deben ser regulados a favor del Estado, los que se imputarán a la cuenta especial n.°
8002, creada a tal efecto.

Por otra parte, la jurisprudencia local ha sostenido que el beneficiario del


régimen de asistencia jurídica gratuita, no está eximido del pago de los honorarios y de
la tasa de justicia que hayan sido oblados por la contraparte, ya que dicho importe
integra la condena en costas. Dice al respecto la jurisprudencia local: “La acordada del
Tribunal Superior de Justicia n.° 665, serie “A”, del 27 de mayo de 2003, no establece
que los beneficiarios del sistema de asistencia jurídica gratuita estén liberados de pagar
las costas del juicio, ni que para ello sea innecesario solicitar el beneficio de litigar sin
gastos. No obstante que lo absoluto de los términos del punto 2 de la parte dispositiva
de la acordada de que se trata podría suscitar confusión, es obvio que esta clase de
normas no puede contradecir las disposiciones de la ley y que, por otra parte, la

7
Ley 8404 - Artículo 20: “Quedan exentos del pago de aportes quienes litiguen con carta de pobreza, en
juicios de depósitos de personas, declaratoria de pobreza y en sumarias con fines previsionales,
laborales o de enrolamiento. También los juicios que inicien o prosigan los Asesores Letrados de
Menores, Defensores de Pobres, Incapaces o Ausentes, o Procuradores del Trabajo en ejercicio de su
ministerio. Cuando el litigante con carta de pobreza o asistido por el Ministerio Público tuviere bienes o
solvencia, deberá cumplimentar los aportes correspondientes perdiendo el beneficio de exención. La
Caja, como tercero interesado, tendrá facultades para promover incidentes a fin de determinar la
solvencia del obligado.

Cuando el Fisco de la Provincia y Nación, Entidades Autárquicas y Municipales de la Provincia, iniciaren


juicios persiguiendo el cobro de Impuestos, Contribuciones, Tasas y Multas, podrá diferirse el pago de
los aportes previstos por el art. 17 de la presente Ley para la oportunidad y con las exigencias que la
Caja establezca mediante resolución”.
acordada ha pretendido superar la aparente contradicción entre el art. 31 de la ley 7982
y el art. 252 del Código Tributario, aclarando a los asesores letrados que los
beneficiarios del sistema de asistencia gratuita no necesitan iniciar el beneficio de litigar
sin gastos para eximirse del pago de la tasa de justicia […]”8.

No obstante ello y de una correcta inteligencia de los artículos 34 y 35 de la ley


7982, surge que el beneficiario solo deberá pagar los honorarios o devolver los gastos
que le hayan sido adelantados, en el caso que mejore de fortuna, para lo que serán
aplicadas las premisas utilizables en el beneficio de litigar sin gastos.

c).2. Diferencias entre la Asistencia Jurídica Gratuita y el Beneficio de


Litigar sin Gastos

Este sistema “objetivo” que venimos desarrollando, el de asistencia jurídica


gratuita, constituye sólo un aspecto del acceso a la justicia, el que debe complementarse
con otros mecanismos legales, entre los que se encuentra el implementado por los
distintos códigos procesales bajo la denominación de beneficio de litigar sin gastos,
carta de pobreza, declaratoria de pobreza, etc. Esto es así, ya que el criterio objetivo
resulta no solamente insuficiente, sino que deja de ser conveniente cuando la persona
necesitada de asistencia jurídica no es un pobre ministerio legis o excede el tope legal
marcado por la misma ley, y se trata de una persona de recursos medios, aunque
insuficientes para afrontar los gastos extraordinarios que representa en su presupuesto la
existencia de un litigio (tasas de justicia, aportes previsionales, etc.). "Entre el rico y el
absolutamente indigente, se encuentra una enorme gama de habitantes que deben
demostrar al juez, crear su convicción, de que a pesar no encontrarse en pésimas ni en
muy buenas condiciones, afrontar los gastos de justicia les significaría realizar una
erogación que incidiría desfavorable y pesadamente en su situación. Ello, inclusive, a
punto tal de tener que abandonar la acción por carecer de los recursos necesarios"9.

8
Cámara Civil, Comercial y Contencioso Administrativo de Primera Nominación de Rio Cuarto, “Funes
Ricardo Enrique c/ Nora Aída Villagra- Divorcio Vincular”, Auto. Nº 284 del 19.12.05, Diario Jurídico de
Córdoba, Nº 934 del 18.04.06.
9
Cámara Nacional Civil, Sala G, “D'Oria de Bustos Viata A. y otro c. Zacco Nicolás” de fecha 17.04.91,
Jurisprudencia Argentina 1993-I, 405.
Preliminarmente, podemos decir que mientras la concesión de la asistencia
gratuita implica un mero trámite de jurisdicción voluntaria, que consiste en la
presentación de una declaración jurada, en la que se controla la concurrencia de los
requisitos que marca el art. 27 de la ley 7982 y cuyo control compete exclusivamente al
órgano de aplicación –Ministerio Público-; la declaratoria de pobreza exige un proceso
contradictorio, ya que prevé la intervención de la contraparte, con atribuciones para
objetar la procedencia del beneficio, fiscalizar la prueba y según las corrientes
procesales más modernas, hasta ofrecer aquellos que desvirtúen las producidas por el
peticionante (art. 80, Cód. Proc. Civ. Com. Nac. y art. 104, Cód. Proc. Civ. Com. Cba.).
Si bien, y como ya lo analizaremos en profundidad, el tema ha sido bastante discutido y
plasmado de diversas maneras por los códigos locales, la jurisprudencia se ha expresado
en forma casi unánime, en cuanto a que la intervención del litigante contrario no debe
considerarse circunscripta a controlar los actos probatorios producidos por el
peticionante, sino que comprende, además, la facultad de producir pruebas tendientes a
desvirtuar las diligenciadas por éste, siempre que ello ocurra de manera compatible con
la sumariedad del procedimiento, es decir, sin desnaturalizarlo.

Por otra parte, debemos subrayar, que mientras en el sistema de [la] asistencia
jurídica gratuita se establece la necesidad de la suscripción de una declaración jurada
sobre el monto de los ingresos y rentas, no únicamente del peticionante sino de su grupo
familiar, y el cual no puede superar el tope fijado por dicha ley; en el caso del beneficio
de litigar sin gastos, solo se deben valorar a los fines de concederlo o no los ingresos del
peticionante y no de su grupo familiar10. Sin embargo, en materia de tasa de justicia, la
nueva modificación del Código Tributario (ley 9874) determina como recaudo necesario
para solicitar la exención del pago de la gabela, la presentación obligatoria de una
declaración jurada, bajo pena de inadmisiblidad, al articular el incidente del beneficio de
litigar sin gastos. Dicha declaración jurada se encuentra reglamentada a través del

10
Cámara 6º en lo Civil y Comercial de Córdoba, “Cufré Edith Fabiana-Beneficio de litigar sin gastos”
(Expte 1488854/36), Auto Nº 294 del 21,09,10, Semanario Jurídico Nº 1783 pag. 7375. En el caso el juez
de primer grado había denegado el beneficio a la peticionante teniendo en cuenta los ingresos de su
cónyuge, resolución que es revocada por la segunda instancia. El fallo de Cámara sostiene entre sus
principales argumentos que si bien no se puede negar que la información sobre los ingresos del marido
permite tener un panorama de la realidad económica en la que se encontraba la peticionante, no
significa que el cónyuge- que no es parte en el juicio iniciado por la misma- deba hacerse cargo de los
gastos causídicos, atento no ser éstos deudas comunes.
acuerdo n.° 6, serie “C”, del 04/02/1111, en cuyo formulario se establecen, como datos a
consignar, no únicamente los ingresos del peticionante sino también la descripción
patrimonial del cónyuge, conviviente o personas sujetas a patria potestad, tutela o
curatela. Por acuerdo reglamentario nº 107, serie “C”, del 22/03/11, se modifica dicha
declaración jurada en lo que respecta al ítem relativo a la existencia de pacto de cuota
litis del peticionante con el letrado que tramite el beneficio12. Consideramos al respecto,
que es errónea la formulación de dicha declaración jurada en relación a los datos de los
ingresos del cónyuge y del grupo familiar en general, ya que el beneficio es personal.
En este último sentido, se ha expedido la doctrina judicial de alzada de nuestra
provincia, sosteniendo que en el caso del beneficio de litigar sin gastos solo se deben
valorar a los fines de concederlo o no los ingresos del peticionante y no de su grupo
familiar13.

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ACUERDO NUMERO SEIS - SERIE "C".- En la ciudad de Córdoba, a cuatro días del mes de febrero del
año dos mil once, con la Presidencia de su titular, Dr. Domingo Juan SESIN, se reunieron para resolver
los Señores Vocales del Tribunal Superior de Justicia, Dres.: Aída Lucía Teresa TARDITTI, Luis Enrique
RUBIO y Carlos Francisco GARCIA ALLOCCO con la asistencia del Administrador General, Dr. Gustavo
Argentino PORCEL DE PERALTA y ACORDARON: VISTO: La facultad conferida al Tribunal Superior de
Justicia por el art. 270, inc. 2° del Código Tributario Provincial (Ley 6006, t.o. 2004, modif. por Ley
N°9874) en orden al establecimiento del recaudo necesario para la interposición del incidente de
Beneficio de litigar sin gastos con carácter de declaración jurada, bajo pena de inadmisibilidad.
CONSIDERANDO: Que en virtud de dicha exigencia, resulta necesario que los justiciables y los
tribunales cuenten con un modelo uniforme de la declaración jurada que se requiere para la
interposición del Beneficio de litigar sin gastos. Que el mencionado recaudo formal no significa un
obstáculo que impida a las personas el acceso a la Justicia; siendo el instituto del beneficio de litigar sin
gastos una herramienta que pueden utilizar todos aquellos individuos cuya capacidad económica no le
permite afrontar los costos que un proceso judicial irroga. Por ello, y lo dispuesto por el art. 20 bis del
Código Tributario Provincial ( Ley 6.006, t.o. 2004 modificada por Ley N° 9874);SE RESUELVE: 1.- Aprobar
el formulario único de "Declaración Jurada para tramitar el Beneficio de Litigar sin Gastos", que debe
presentar obligatoriamente, quien realice la solicitud de exención de la Tasa de Justicia mediante la
articulación del mencionado incidente, cuyo modelo forma parte del presente como su Anexo Único. 2.-
El Área de Administración deberá reglamentar el procedimiento para obtención, confección y forma de
incorporación de la declaración jurada.-3.- Publíquese en el Boletín Oficial de la Provincia y dése la más
amplia difusión. Con lo que terminó el acto, que previa lectura y ratificación de su contenido, firman el
Señor Presidente y los Señores Vocales, con la asistencia del Administrador General del Poder Judicial,
Dr. Gustavo Argentino PORCEL de PERALTA.

13
Cámara 6º en lo Civil y Comercial de Córdoba, “Cufré Edith Fabiana-Beneficio de litigar sin gastos”
(Expte 1488854/36), Auto Nº 294 del 21,09,10, Semanario Jurídico Nº 1783 pag. 7375. En el caso el juez
de primer grado había denegado el beneficio a la peticionante teniendo en cuenta los ingresos de su
cónyuge, resolución que es revocada por la segunda instancia. El fallo de Cámara sostiene entre sus
principales argumentos que si bien no se puede negar que la información sobre los ingresos del marido
permite tener un panorama de la realidad económica en la que se encontraba la peticionante, no
Con relación al principio de "especificidad" o llamado "necesidad de litigar",
mientras la ley 7982 establece que el asesor otorgará el beneficio en relación a la causa
que motiva la solicitud, no podemos dejar de destacar la tarea de "consulta y asistencia"
que brindan dichos asesores; en especial en lo que en materia de familia se refiere.

El beneficio de pobreza va más allá, ya que exige a más de una indicación del
proceso que se ha de iniciar o en el que debe intervenir, el acreditar una estrecha
relación entre la situación del peticionante y la importancia del proceso, la que quedará
librada a la valoración del juez. La insuficiencia de medios no es similar al estado de
“pobreza”, "indigencia" o "marginalidad", sino que se trata de acreditar que a través de
los gastos extraordinarios del pleito se verá comprometida la satisfacción de
necesidades básicas, en el marco de la realidad socioeconómica del promedio de la
población, respecto de vivienda, alimentación, vestimenta, educación y salud. Al
respecto, señala la doctrina nacional que “el concepto de pobreza o el de indigencia no
es estrictamente el que rige para la concesión del beneficio, pues este criterio resultaría
excesivamente vago y relativo”14, dejándose librada a la apreciación judicial, en cada
caso concreto, la carencia de recursos de quien invoca el beneficio, para afrontar las
erogaciones que demande el proceso en cuestión.

Resulta esclarecedor reproducir al respecto jurisprudencia provincial, que hace


justamente hincapié en este tema y dice: “El beneficio de litigar sin gastos es la única
válvula de escape, para eludir la declaración de inconstitucionalidad de las leyes que
disponen elevados costos al ejercicio del derecho de defensa; es la vía para posibilitar
que nadie quede excluido del servicio de justicia por razones económicas”15. “El nuevo
código desprecia como parámetro el concepto de pobreza. Ahora, lo que importa no es
la cantidad de riqueza del interesado, sino si a mérito de ella, y teniendo en cuenta las
circunstancias particulares de la causa, puede acceder razonablemente a la justicia. No
se habla de pobreza sino de onerosidad, y la ley se encarga de establecer que la medida

significa que el cónyuge- que no es parte en el juicio iniciado por la misma- deba hacerse cargo de los
gastos causídicos, atento no ser éstos deudas comunes.
14
ARAZI, Roland-ROJAS, Jorge A. “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, comentado, anotado y
concordado con los códigos provinciales”, Tomo I, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2001, pag. 313.
15
Cámara Civil y Comercial de Río Cuarto, en autos “Riveros, Dante L. c. Banco de la Provincia de
Córdoba”; octubre 2-997, La Ley Córdoba 1998-124.
de la onerosidad está planteada por la situación patrimonial del peticionante, en función
de las exigencias económicas del proceso entablado o a entablarse”16.

Por otra parte, la extensión del beneficio de litigar sin gastos se encuentra
legislado en el art. 109 del Cód. Proc. Civ. Com., existiendo solo algunas discrepancias
en la tramitación de la misma, pero resaltando siempre el principio de especificidad. En
cambio, en el caso de la asistencia jurídica gratuita, la ley nada dice con relación a su
extensión a otras causas; sin embargo, en la práctica, la declaración jurada prevista por
el art. 27 de la ley 7982 solo sirve para el juicio en que ha sido solicitada, como así
también el patrocinio del asesor interviniente. Es por ello, que el careciente, ante otro
nuevo pleito o consulta deberá realizar otra declaración jurada por ante el asesor que se
encuentre de turno, sin que pueda solicitar la extensión de la declaración jurada ya
realizada a otros pleitos.

En definitiva, creemos que ambos institutos deben coexistir simultáneamente,


pues se diferencian y, a la vez, se complementan entre sí.

III. El Ministerio Público Fiscal


El Ministerio Público Fiscal se muestra como un cuerpo único, aunque integrado
por diversos órganos que actúan en los procesos civiles, penales y de familia.
En el ámbito civil y comercial, el MPF interviene en todos los procesos que
rocen al orden público; también interviene como custodio de la jurisdicción y las reglas
de competencia.-
En los procesos de familia, su actuación responde al interés comunitario que se
proyecta desde el Estado en la tutela de ciertas instituciones que deben ser protegidas en
su realización jurisdiccional[139]. Ya veremos con más detalle cuándo corresponde
ordenar su intervención y cómo es la misma (calidad) en los procesos no represivos, es
decir, fuera del ámbito penal.

a) Ubicación institucional del Ministerio Público Fiscal

16
Cámara 4ª Civil y Comercial de Córdoba, en autos “Gastón, Jorge Eduardo c/ Municipalidad de
Unquillo-Beneficio de litigar sin gastos” Sentencia Número 88 de fecha 6/6/01, Foro de Córdoba,
“Suplemento de Derecho Procesal”, Año I, N° 2, 2001, pag.136 sum.3.
La naturaleza jurídica del Ministerio Público Fiscal constituye uno de los
problemas que el derecho constitucional ha querido resolver. Lo dicho se relaciona de
manera directa con la ubicación institucional que debía reconocérsele. En este sentido,
se fueron perfilando varias posturas.
Entre los criterios más difundidos se puede individualizar:
a) el Ministerio Público fiscal debe ser un órgano subordinado al poder Ejecutivo;
b) el MPF debe ser incluido en la estructura del Poder Legislativo;
c) el MPF debe integrar el Poder Judicial;
d) el MPF goza de independencia funcional, sin perjuicio de que forme parte de la
estructura jurisdiccional[140].
Con la reforma constitucional del año 1994 se intentó dotar al Ministerio Fiscal
de la calidad de “órgano extrapoder”.
Basta con leer el art. 120 de la Constitución Nacional para darse cuenta de lo que
estamos diciendo: "El Ministerio Público es un órgano independiente con autonomía
funcional y autarquía financiera, que tiene por función promoverla actuación de la
justicia en defensa de la legalidad, de los intereses generales de la sociedad, en
coordinación conlas demás autoridades de la República…” (El destacado me pertenece).
De esta manera, a los tradicionales Ejecutivo, Legislativo y Judicial, la reforma
incorporó un nuevo integrante: el Ministerio Público.
El sistema constitucional local no concilia con esta posición, ya que el
Ministerio Público sigue estando en la órbita del Poder Judicial. Así lo declara el art. 1°
de la Ley 7826 -Ley Orgánica del Ministerio Público Fiscal-, al señalar que“El
Ministerio Público forma parte del Poder Judicial. Goza de independencia funcional...”.

b) Ámbito de actuación
Es en el ámbito del derecho penal en que el poder fiscal se ha desenvuelto por
antonomasia. Así, al Ministerio Fiscal se lo ha rodeado casi con exclusividad de la
potestad persecutoria y represiva, olvidándose de las demás funciones que asisten en
cabeza de esta institución, sea un órgano estructurado dentro del poder judicial -como
en Córdoba-,sea un órgano extrapoder –como a nivel nacional-.
Empero, no sólo en el ámbito criminal se desenvuelve el Ministerio Público. Por
el contrario, este órgano debe cumplir un rol protagónico en la custodia de los derechos
que asisten a los particulares, no únicamente cuando aquellos son vulnerados a la luz del
derecho penal, sino también velando por un normal ejercicio de los derechos de carácter
patrimonial, y, fundamentalmente, de aquellos que integran su personalidad[141].
Se vislumbra de esta manera uno de los postulados de actuación del Ministerio
Fiscal: ser guardián y custodio del orden constitucional.
La Fiscalía General ha expresado: “Cabe poner de manifiesto que el Ministerio
Público es un órgano de tutela social ,pues el interés que lo guía es el de que se observe
la ley, gozando en el ejercicio de su función, de plena independencia funcional. Ante la
existencia de una norma general que impone al suscripto el cumplimiento de
determinados deberes en defensa del Orden Público (art.21, CC, 120, CN), es interés de
este Ministerio Público suadecuada defensa”[142].
La Constitución de la provincia de Córdoba establece que el Ministerio Público
está a cargo del Fiscal General y de los Fiscales que de él dependan a quienes instruyen
sobre el cumplimiento de sus funciones, de acuerdo a las leyes (Art.171 Const.
Provincial).
El art. 172 de dicho cuerpo normativo le fija las siguientes funciones: “...1)
Preparar y promover la acción judicial en defensa del interés público y los derechos de
las personas. 2) Custodiar la jurisdicción de competencia de los tribunales provinciales
y la normal prestación del servicio de justicia y procurar ante aquellos la satisfacción
del interés social; 3) Promover y ejercitar la acción penal pública ante los tribunales
competentes, sin perjuicio de los derechos que las leyes acuerdan a los particulares; 4)
Dirigir la policía judicial”.
Por su parte, la Ley Orgánica del Ministerio Público Fiscal (ley prov. nro. 7826,
y sus modificatorias) establece las funciones de dicho Órgano (arts. 1 y 9),
reglamentando las atribuciones que genéricamente confiere la Ley Suprema local.
El art. 3 de la referida normativa local dispone que las funciones a su cargo
deben ser ejercidas conforme a los principios de legalidad, imparcialidad, unidad de
actuación y dependencia jerárquica, puntualizando que todo ello debe efectuarse “con
arreglo a las leyes”.
A la luz de tales preceptos pueden extraerse dos conclusiones categóricas.
En primer lugar, que la razón que determina la institución del Ministerio Público
se halla en el interés público que se encuentre involucrado en el proceso.
El presupuesto ontológico de la intervención del Ministerio Público, la
justificación de su accionar, consiste, pues, en la defensa de los intereses vinculados al
orden público y social. Siendo ello así, la no participación de tal órgano en un proceso
en el que se encuentre comprometido el orden público no puede ser subsanada por
preclusión o consentimiento del particular.
En segundo lugar, no basta con que se configure el presupuesto ontológico que
justifica la intervención del Ministerio Público sino que resulta indispensable además
que tal intervención esté habilitada expresamente por ley.
Esto es, que como “presupuesto procesal” deviene necesario que la legitimación
del Ministerio Público se encuentre concretamente atribuida por una disposición
normativa vigente[143].
Acabamos de señalar que las funciones a cargo del MPF deben ser ejercidas
conforme a los principios de legalidad, imparcialidad, unidad de actuación y
dependencia jerárquica, puntualizando que todo ello debe efectuarse con arreglo a las
leyes (art. 3 de la ley prov. 7826).-
El Dr. Junyent Bas expresa que estos principios, circunscriben la actuación del
órgano y se manifiestan en la necesidad de que la Fiscalía actúe bajo el imperativo de un
precepto legal previo que así lo disponga. En otras palabras, si no existe una ley que
determine la actuación del Ministerio Público frente a una determinada controversia,
éste no puede intervenir. Sin embargo, el citado autor señala que debemos tener especial
celo en verificar si concurre o no el supuesto legal anterior, so riesgo de incurrir en
extremos opuestos, sea por un excesivo rigorismo formal, sea por un tratamiento
promiscuo del principio en examen[144].
A la luz de estas consideraciones, parece poco prudente que se impida al
Ministerio Fiscal intervenir en las controversias en las que se encuentren en juego
intereses ciertos y directos, jurídicamente relevantes, más allá que concurra o no una ley
que así lo exija; pero solamente en casos excepcionales ya que la regla sigue siendo su
actuar en la legalidad.
No cabe duda alguna que la intervención de la Fiscalía está reservada para los
casos en que la ley concretamente así lo disponga; más, colegir que dicha actuación
pende de una norma de naturaleza procesal puede significar un rigorismo formal
excesivo que impide apreciar la correcta télesis normativa; lo que deberá valorarse en
cada caso en particular.
En ese cauce, la legalidad que sujeta la actuación fiscal está edificada sobre un
criterio más amplio del que puede disponer un precepto adjetivo, ya que el Ministerio
Público encuentra en el ordenamiento jurídico integral las normas que determinan su
ámbito de actuación.
Por tanto, es dentro de las normas y principios constitucionales que deben
buscarse los fundamentos que hacen a la actuación del órgano fiscal, habida cuenta que
esta última involucra el denominado “orden constitucional” que se encuentra bajo
custodia del Ministerio Público[145]. Es así que, ante la inexistencia de un precepto
formal que imponga la actuación del Ministerio Público, esta última queda determinada
por las normas de naturaleza superior que implica el orden jurídico integral, habida
cuenta que el principio de legalidad comporta un axioma de derecho que involucra a
todo el ordenamiento jurídico[146].
Esto es, que como “presupuesto procesal” deviene en necesario que la
legitimación al Ministerio Público se encuentre concretamente atribuida por una
disposición normativa vigente.

De este modo, si no existe una norma adjetiva que especial y específicamente


otorgue competencia al Ministerio Público Fiscal para intervenir en juicio civil, la
misma deviene en inadmisible, aún cuando en la causa se encuentre involucrado el
interés público.

Siendo ello así, la procuración del interés social que se le asigna al Ministerio
Público Fiscal como razón de ser, no implica necesariamente su legitimación como
parte o como tercero interviniente en sede civil, que depende de las leyes adjetivas.

De manera concordante a esta línea de pensamiento esta Sala sostuvo, con


distinta integración a la actual y en caso que se había omitido la intervención del
Ministerio Público Fiscal en un juicio de filiación que aunque esté regido en lo
sustancial por disposiciones no derogables por la voluntad de las partes, y por ello podía
ser considerada como cuestión que interesa al orden público, declaró que no se estaba
ante el supuesto de una acción que pueda ser deducida por el Ministerio Público Fiscal
desde que su promoción corresponde privativamente a los particulares y no está fundada
en un interés pecuniario. Se destacó que existen una serie de causas que también
califican de orden público y que, no obstante ello, se sustancian en juicio sin injerencia
del Ministerio Fiscal, verbigracia las que regulan la prescripción, las que prohíben la
dispensa anticipada de dolo, las que rigen las incapacidades de derecho. Se dijo además
que de ello se sigue que las cuestiones comprendidas bajo la noción de orden público no
exigen todas, en igual grado, la intervención de aquel organismo, sin que por ello se
altere su carácter. La noción de orden público o eventualmente, el interés público, no
lleva implícita la participación del Ministerio Fiscal. Es cuestión de política legislativa
discernir las causas en que los órganos del Ministerio Fiscal deben ser oídos, en
previsión de que por procedimientos colusorios de los litigantes se pueda llegar a burlar
los preceptos legales17.
Los supuestos que justifican la participación del Ministerio Público Fiscal en
sede civil son de interpretación estricta; de donde sólo es admisible en los casos
expresamente reglados18. Tal restricción en el criterio hermenéutico a aplicar se justifica
en la propia naturaleza del juicio civil y comercial, donde –a diferencia de lo que ocurre
siempre en el proceso penal- los intereses en juego suelen ser de naturaleza privada o
particular, y donde reina el principio dispositivo siendo a cargo de los interesados
promover la acción judicial.

En este sentido, se ha sostenido que en materia penal, la opinión es unánime en


el sentido de la necesidad de la intervención del Ministerio Público Fiscal en aquellos
delitos de acción pública y de instancia privada. Es por ello que la ley procesal penal
expresamente atribuye al Ministerio Público Fiscal la titularidad de la acción penal en el
primer tipo de delito, y a los segundos una vez efectuada la denuncia por los interesados
que establece la ley.

En cambio, en los procesos civiles y comerciales, en los que existen sujetos


titulares de los intereses en litigio, el rol fundamental que incumbe a los Tribunales de
justicia importa un amparo suficiente al interés general o social que pudiera también
estar en juego en el proceso. En efecto, la función propia de los jueces, quienes están
habilitados para dilucidar las cuestiones de derecho por sí mismos (en cuanto son
intérpretes naturales del orden jurídico) implica la innecesariedad de contar con el
auxilio de ningún otro organismo del estado, cuya actuación se revelaría como ociosa y
sobreabundante, salvo que por política legislativa se impusiera su intervención.---

Por otro costado, el llamado orden público no puede convertirse en un elemento


perturbador de la aplicación del derecho, ni en un medio para coartar libertades
individuales. La pretensión en contrario podría resultar peligrosa, pues implicaría la
intromisión del Ministerio Público en el ámbito propio de las libertades de los
habitantes.

17
TSJ. Sala CyC in re: “V.E.A. C/J.B. Y OTRO –ORDINARIO – REVISION”, Sent.
N° 54 del 09/11/89
18
PALACIO, Derecho Procesal Civil, T. II, Sujetos del Proceso, p. 617/618; en igual
sentido ALSINA, Derecho Procesal, 2ª ed., T. II, p. 354/355)
Asimismo se ha dicho que el genérico cometido funcional de “actuar en defensa
del interés público y los derechos de las personas” no habilita al Ministerio Público a
tomar intervención en cualquier tipo de proceso porque “su actuación debe ponerse en
práctica con arreglo a las leyes”.19

c) Procesos en los que debe intervenir el Ministerio Público Fiscal[147]

c.1) Cuestiones de Competencia:


Si bien no figura su intervención en los arts. 9 a 15 del C.P.C.C., la misma surge
de lo dispuesto por el art. 172 inc. 2de la Constitución de la Provincia de Córdoba,
cuando reza que el Ministerio Público tiene las siguientes funciones:“...custodiar la
Jurisdicción y Competencia de los Tribunales Provinciales), como así también por lo
dispuesto en elart. 33 inc. 2 de la Ley Orgánica del Ministerio Público (ley prov. 7826),
cuando dispone: “Corresponde al Fiscal Civily Comercial: ...intervenir en los conflictos
de competencia...”.-

c.2) Recusación con causa del juez o secretario:


Si bien se ha omitido su intervención en los arts. 16 a 34 del C.P.C.C., la
recusación del Juez es el medio por el que se exterioriza la voluntad de parte para que el
Magistrado se separe de su conocimiento por sospecharse, por algún motivo, de su
imparcialidad. De allí la necesidad de su intervención, contemplada expresamente en el
art. 172 inc.2° de la Constitución Provincial y en el art. 9 inc. 2° de la ley 7826:
“...custodiar la jurisdicción...”. Una vez producida toda la prueba del incidente de
recusación -art. 30 in fine del C.P.C.C.- deberá oírse al Fiscal de CámaraCivil (art. 21
inc. 1 y 23 Ley 7826).

c.3) Actos de Jurisdicción Voluntaria:


El Fiscal Civil interviene también en los actos de jurisdicción voluntaria (art. 33
inc. 2 ° ley prov. 7826). Asimismo, existe normativa que prescribe su intervención,
verbigracia: cambio de nombre (art. 70,CCCN), ausencia simple (art. 82, CCCN),

19
TSJ “ORTIZ
PELLEGRINI, MIGUEL ANGEL (FISCAL GENERAL)
S/AVOCACION EN AUTOS: “AMPARO PRESENTADO POR AMADEO RAÚL
RISSI A FAVOR DE STELLA MARIS YASNY OTROS – ACCION DE AMPARO”
(AI 296 del 19/08/99)
sumaria información de rectificación de partidas (art. 84, ley 26413), juicio sobre
cuestiones extrapatrimoniales relativo a ablación e implante de órganos o materiales
anatómicos (art. 800 bis del C.P.C.C.).
Nótese a este respecto, además, que el art. 828 del C.P.C.C. dispone que este
tipo de actos se sustanciarán con la citación de la persona cuyos intereses pudieran
afectar.

c.4) Concursos y Quiebras:


En virtud de lo dispuesto por el art. 179 y 258 de la ley 24522, el Fiscal Civil
representa al Síndico cuando no existan fondos suficientes y se deban incautar bienes en
otra jurisdicción. Y el Fiscal de Cámara Civil interviene en caso de impugnación de la
sentencia de verificación en todos los casos que el Síndico sea parte (art. 272 ley 24522)
y en los casos de impugnación del acuerdo homologatorio (art. 51 del mismo
ordenamiento legal).

c.5) Procesos referidos al estado civil de las personas:


En relación a los procesos en que se encuentre comprometido el estado de las
personas, dejando de lado lo que se refiere al “estado de familia” -que será de
tratamiento específico en el punto siguiente-,y puntualmente respecto de los procesos
tendientes a la declaración de incapacidad, restricciones a la capacidad o inhabilitación
(art. 830 y ss. del C.P.C.C.), vigente el anterior código imperaba el criterio de que la
actuación del Ministerio Público Fiscal era ineludible en estos casos, en virtud de lo
dispuesto por el art. 33 inc. 2° de la ley prov. 7826en la que se lee: “Intervenir en los...
actos de jurisdicción voluntaria, en lo relativo al estado civil de las personas cuando no
le corresponda intervenir al Fiscal de Familia...”[148].
Sin embargo, bajo el imperio del nuevo régimen de fondo, el Tribunal Superior
de Justicia de la Provincia de Córdoba estableció que cuando el art. 103 del CCCN
alude al “Ministerio Público” se debe entender que hace referencia a los “Asesores
Letrados”, que son los funcionarios encargados de las defensas de las personas. Así, en
los procedimientos indispensables para el aseguramiento de los derechos de las personas
especialmente vulnerables como son las personas con padecimientos mentales, no
corresponde dar intervención obligada a una parte más en representación del Estado, en
un proceso que debe ser expeditivo en función del principio de duración razonable de
los procesos que fluye de la máxima de tutela judicial efectiva (art. 8 y 25 del Pacto de
San José de Costa Rica, tutela judicial efectiva; Corte IDH. Caso Cantos Vs. Argentina;
arts. 1 y 2 del Código Civil y Comercial) (Acuerdo Reglamentario N° 1305, Serie “A”
del 01/09/2015).
Entonces, en ese entendimiento, en tales trámites sólo corresponde dar
intervención al Ministerio Público, en la figura de los asesores letrados, dejando de lado
la del Ministerio Público Fiscal.
Cabe hacer una mención especial a lo que denominamos “estado de heredero”,
pues en los procesos que tienden a la individualización del sucesor del “de cujus”
también se encuentra interesado el Ministerio Público, desde que la ley procesal impone
su actuación (art. 659 y cc. del C.P.C.C.).
En la tramitación de este proceso -sucesorio-, adquiere relevancia el rol que le
cabe al Ministerio Fiscal interesado en individualizar de manera concreta el status o
situación en que se ubica cada miembro dentro del contexto social[149].
El Dr. Vénica destaca que “La intervención del Ministerio Público Fiscal, que
impone el art. 659 en los procesos sucesorios, como indica el art. 33, inc. 2° Lp. 7826,
obedece a un único motivo: verificar que al menos uno de los aspirantes a la herencia
justifique debidamente sus títulos, ya que de no ocurrir así el Fisco recoge la herencia
(arts.3545 y 3588, C.C.). De ahí también lo dispuesto por el art. 718 segundo párr. del
ordenamiento ritual autóctono. Por razones semejantes interviene, en ciertas hipótesis,
en los juicios que promuevan los acreedores del causante”[150].
Por tanto, en la opinión del autor citado, no le compete ninguna otra función,
como exigir recaudos en los escritos o acreditación del fallecimiento de otros posibles
herederos, y tampoco hacer planteos oficiosos acerca de la competencia territorial[151].

c.6) Procesos de Familia:


Es evidente el carácter de orden público que informa toda la legislación en
materia de familia. Y si de orden público se trata, a mérito de lo que venimos
exponiendo, surge incólume que en estos procesos, en donde se discutan aspectos
relacionados a la estructura misma del acontecer familiar, intervenga el Ministerio
Fiscal como guardián y custodio del orden referenciado.
En la primera circunscripción, la ley del procedimiento del fuero de familia (ley
prov. 10305) nomina al Fiscal de Familia como funcionario de la administración de
justicia en esta materia y, por ende, como representante del interés público general (art.
3).
En el interior de la provincia, los tribunales civiles tienen también competencia
en las cuestiones familiares. Endichas circunscripciones, la ley procesal aplicable es la
ley prov. 8465. Sin perjuicio de ello, bajo el prisma de lo dispuesto por el citado art. 3
de la ley prov. 10305, debe ser juzgada la intervención del Ministerio Público Fiscal en
esos lugares.-

c.7) Relaciones de consumo:


El art. 52, segundo párrafo, de la ley 24.240 -modif. por ley 26.361- (Ley de
Defensa del Consumidor) literalmente reza: “El Ministerio Público, cuando no
intervenga como parte, actuará obligatoriamente como fiscal de la ley”. Esto significa
que el Ministerio Público Fiscal resulta parte obligada y debe necesariamente dársele
intervención en esta clase de procesos.
En relación al carácter de la sanción de nulidad por haberse omitido dar
intervención a este órgano en las causas de consumo, se observan dos etapas en la
jurisprudencia del TSJ:
En una primera etapa Nuestro Máximo Tribunal, sosteniendo la nulidad absoluta del
proceso había destacado: “Sobre el particular, adviértase que la intervención del
Ministerio Fiscal cuando se encuentra vinculada esta categoría de derechos de
incidencia colectiva -denominados “de tercera generación”- es la constante, desde que
así lo contempla actualmente -en el orden nacional- la nueva ley de Ministerio Público
(Ley Nº 24.946) que en su art. 41, inc. a) establece la intervención del órgano en todas
las causasen que el interés público lo requiera de acuerdo al art. 120 de la Constitución
Nacional; en particular para prevenir o evitar daños en el patrimonio social, la salud, el
medio ambiente y el consumidor y así surge de la interpretación armónica de lo
normado en los arts. 120 y 42 de la Constitución Nacional”[152]. En lo atinente al
sentido y alcance dela intervención del órgano en cuestión, la vocal opinante -Dra. Berta
Kaller de Orchansky- expuso: “En este orden de ideas no resulta ocioso remarcar que el
Ministerio Público no interviene en nombre propio ejerciendo la acción de otro, sino
que su participación en el litigio de consumo lo es en virtud del ejercicio de una
legitimación que le es propia y que tiene un fin distinto al perseguido por el consumidor
o usuario. En otras palabras, la intervención obligada del Ministerio Público no es a los
fines que represente al particular damnificado en la relación de consumo, ni que actúe
en el nombre de una Asociación de consumidores, sino que interviene por un interés
actual, colectivo y relevante, en defensa del orden público y de la ley, resguardando la
regularidad del proceso en el que se encuentra en juego un derecho de incidencia
colectiva y garantizando la fiel observancia de los derechos expresamente consagrados
en la propia Constitución Nacional. Nótese que la sanción de la ley 24240, que rige en
nuestro país desde el 15 de octubre de 1993, ha significado la consagración de un
sistema de normas imperativas que tiende a dar protección y defender al consumidor,
partiendo de la presunción de que éste constituye la parte débil de los contratos de
consumo. Y en este orden, la intervención del Ministerio Público está prevista a los
fines de garantizar un proceso ágil y regular que asegure la realización del valor justicia
en una relación jurídica caracterizada básicamente por la desigualdad entre los extremos
de la misma”[153].
A su turno, el Sr. Fiscal de Cámaras en el mismo precedente citado había
expresado: “La ley 24240 parte de la idea de vulnerabilidad y debilidad jurídica del
consumidor y por ello ha establecido normas protectoras y de orden público (art. 67)
para garantizar el pleno ejercicio de los derechos del consumidor frente al poder
económico de las empresas, pretendiendo así un equilibrio entre ambos polos de la
relación de consumo. La intervención del Ministerio Público...a los fines de garantizar
ese equilibrio consagrado por la Constitución Nacional en cuanto a la igualdad entre
las partes en el proceso, excede en mucho al mero control del trámite impreso como
pretende el codemandado...”[154].
En virtud de los argumentos anteriormente vertidos, la casación local concluyó
que “…el sólo silencio del consumidor o la omisión de éste de solicitar al Tribunal se
garantice la debida intervención del Ministerio Público en el litigio, no resulta motivo
que autorice tener por subsanada o consentida la nulidad en la que se incurre al no darse
intervenciónal Ministerio Fiscal en los procesos que expresamente se han enmarcado en
la ley de Defensa al consumidor”;consagrándose de esta manera una nulidad procesal
absoluta, no subsanable de ningún modo.-
Sin embargo, tras una revisión del tópico, el Tribunal Superior de Justicia
sostuvo: “mal podría extraerse que la Sala haya propugnado en el trance que la concreta
verificación del vicio de actividad de que se trata provoque, necesariamente y en todos
los casos, la insanable nulidad del proceso tramitado sin la intervención que al
Ministerio Público Fiscal le confiere el art. 52 de la Ley 24.240 como “fiscal de la ley”.
(…) tal decisión no obedeció por manera alguna al mantenimiento de una ‘doctrina
judicial’ que instruyera, a modo de derrotero inexorable, proveer a la nulidad del
proceso ante la mera evidencia de haberse omitido la convocatoria a dicho Ministerio.
Diversamente, ese desenlace advino a la ponderación que la Sala, bien que a partir de
aquel marco teórico, efectuara de las particularidades que informara el caso
concreto”.En ese sentido se continuo precisando: “es dable concluir que cualquiera sea
el estado del proceso en el que se detecte la existencia del vicio consistente en la
omisión de convocar al M.P.F. en los términos del mentado art. 52, L.D.C., la
intervención efectiva que dicho órgano tome en el juicio -aún tardía- posee aptitud
intrínseca suficiente para purgar el vicio y sanear, en consecuencia, la nulidad que aquél
hubiese podido generar, a menos -como se dijo- que él mismo, en su condición de único
legitimado a hacer valer la irregularidad de mentas, asuma la titularidad del
requerimiento nulificante, en las condiciones supra descriptas.- Por lo demás, así lo ha
entendido calificada doctrina, al señalar que si el proceso se desenvuelve sin la
intervención del Ministerio Público, “…el proceso es nulo, pero de nulidad relativa. No
en el sentido de que la convalidación de las partes permite sanear el vicio, sino de
tolerar que la vista al fiscal permita a éste considerar la legalidad de lo cumplido y la
inexistencia de perjuicios eventuales que pudieran cuestionarse en defensa del orden
que al Ministerio se le impone” (cfr.: Gozaíni, Osvaldo Alfredo, “Protección procesal
de usuarios y consumidores”, en: MossetIturraspe, Jorge - Wajntraub, Javier H., Ley de
Defensa del consumidor - Ley 24.240, Santa Fe, 2010, Ed. Rubinzal-Culzoni, pág.
397).-20

c.8) Beneficio de Litigar sin Gastos:


El Tribunal Superior por Acuerdo Reglamentario nro. 1260, de fecha 18 de
febrero de 2015, derogó el Acuerdo Reglamentario nro. 363, con fecha 20 de mayo de
1997, mediante el cual sugería a los señores jueces que dispongan la intervención del
Ministerio Público Fiscal en este tipo de juicios. Así dispone que en los Beneficios de
Litigar sin Gastos únicamente se ordene la intervención de la parte contraria del proceso
principal, de la Caja de Previsión y Seguridad Social para Abogados y Procuradores de

20
Sent N° 62 del 03/06/2015“FERNÁNDEZ, RUPERTO C/ LIBERTAD S.A. – ORDINARIO – COBRO
DE PESOS – RECURSO DE APELACIÓN – RECURSO DE CASACIÓN” (F 28/13) (Expte. Nº
1741312/36)” La tesis expuesta luego fue mantenida por el Máximo Tribunal en Auto n° 162 de fecha
28/06/2016 in re “LUCERO PÁEZ, AGUSTÍN EZEQUIEL C/ JUMBO RATAIL ARGENTINA S.A. –
SUPERMERCADO VEA – ORDINARIO – DAÑOS Y PERJ – OTRAS FORMAS DE RESPONS.
EXTRACONTRACTUAL” – Expte. n° 1507097/36 y Sent. n° 72 de fecha 28/06/2016 in re“OLOCCO,
FRANCO ARIEL C/ BERKLEY INTERNACIONAL SEGUROS S.A. – ORDINARIO – COBRO DE PESOS
– RECURSO DE CASACION” – Expte. n° 1575952/36).-
la Provincia y de la Oficina de Tasa de Justicia del Área de Administración del Poder
Judicial.

III. Reglas aplicables a ambos Ministerios Públicos


a) El art. 52 del C.P.C.C..
El precepto contenido en el art. 52 de nuestra compilación adjetiva expresa: “El
Ministerio Público y los demás funcionarios que a cualquier título intervienen en el
proceso, estarán sometidos a las reglas precedentes, debiendo expedirse o ejercer sus
funciones dentro de los plazos fijados”.
Es decir, que la norma comprende tanto a los Asesores letrados como alMinisterio
Público Fiscal, y significa, por lógica consecuencia, quees dable solicitar el decaimiento
del derecho dejado de usar por los integrantes de estos órganos, en el caso de que no
cumplan con la cargaprocesal impuesta; vgr: al no evacuar una vista o un traslado.-

b) Facultades para recurrir


Cierta doctrina limita la legitimidad de este órgano a los casos en que actúe en
representación de alguna de las partes (como acontece con el Asesor Letrado que actúa
en representación del ausente), o en un papel esencialmente equiparable al de ellas, y no
si su intervención se reduce a una función de control[155]-[156].
El Dr. Vénica, en un crítico trabajo de doctrina, repudia que se establezca como
regla la posibilidad de recurrir del Ministerio Público. Dice: “Por otro lado, cabe
preguntarse qué sucedería si aceptando las partes el pronunciamiento judicial sólo
recurre el Ministerio. Respecto del art. 117 inc. 4, LN 1893, que imponía al Ministerio
nacional ´velar porel cumplimiento de las leyes, decretos, reglamentos y demás
disposiciones que deban aplicar los Tribunales, pidiendoel remedio de los abusos que
notaren`, decía Ibáñez Frocham: ´Podría pensarse que ello autorizaría el recurso en
interés de la ley, lo que felizmente nadie pretende. No hay que complicar los litigios.
Nuestros jueces conocen el derecho. Si lo aplicaran mal queda al litigante la facultad de
hacer corregir el error mediante un recurso. Ello es suficiente para resguardar los fines
perseguidos por el Estado al expedir el derecho objetivo. Si anexáramos otra
representación promiscua más justificaríamos la antigua maldición del gitano ‘Dios te
dé pleitos…, aunque losganes’´”[157].
En la vereda de enfrente, se encuentra otro sector de la doctrina que propugna
darle al Ministerio Público facultades impugnativas más amplias. El profesor Raúl
Fernández, aludiendo a los casos en que el Ministerio Público no actúa en un rol de
parte, destaca: “…entiendo que también en los demás supuestos la ley les reconoce
igualmente la legitimación para recurrir. Así, si se ha planteado una excepción de
incompetencia (que impone la participación del Fiscal), y el funcionario dictaminó en
un sentido contrario al asumido en la resolución, el mismo puede apelar para lograr que
se revise la decisión”[158].
Sigue diciendo el citado autor: “Admitido en el proceso, deben reconocérsele
facultades suficientes para ejercer, en su totalidad, la función que la ley le asigna”[159]-
[160].
Lo mismo sucedería, para esta doctrina amplia, con los Asesores Letrados, que
actúan en defensa de los intereses de los menores de edad, incapaces y con capacidad
restringida, situación en la cual -se dice- debe reconocérseles legitimación para
impugnar aún en contra de la posición del representante legal. Y con mayor razón en los
casos en los que, por ejemplo, el Asesor pudo oponerse a la venta de un bien del
menor.-
Hoy conforme a la actuación establecida por el art. 103 del CCCN si es
complementario, obviamente no tendrá legitimación autónoma para recurrir, ya que la
disposición del derecho lo tiene el representante legal; en cambio cuando desplaza a èste
último su legitimación es amplia y principal.
Veamos que ha dicho la jurisprudencia al respecto. Para ilustrar este punto con
un ejemplo, se puede mencionar un fallo de la Cámara de Apelación de Bell Ville que
sostuvo: “En tanto agente de la legalidad, no se encuentra legitimado, en la generalidad
de los casos, para deducir recursos, salvo excepcionalmente como en el caso en examen,
según nuestro modo de ver, en tanto denuncia la inobservancia del debido proceso legal
en el juicio de adopción, y denuncia la afectación de los derechos del niño, que tiene
raigambre constitucional”[161].
En igual senda la misma Cámara en otro pronunciamiento expuso, el Asesor
Letrado carece de legitimación para recurrir cuando sólo ejerce funciones de asistencia
y contralor. Descartando que los miembros del ministerio pupilar puedan ser
considerados terceros, sólo pueden deducir recursos cuando actúan en representación de
alguna de las partes o en un papel esencialmente equiparable al de ellas y no si su
intervención se reduce a la función de control. El Ministerio no realiza actos a nombre
de los incapaces, ni es su mandatario convencional o legal. La representación consiste
en que obrando a favor de sus intereses, concurre con su dictamen en todo litigio en que
el menor sea parte, y controla la actuación judicial o extrajudicial de sus representantes
necesarios. No hay, pues, procuración o delegación, sino asistencia y control.
Especialmente debe tenerse en cuenta que la intervención del ministerio no sustituye ni
puede reemplazar a la actuación que necesariamente y en todos los casos debe tener el
representante del incapaz. 21
La Cámara Primera de Familia se ha pronunciado también sobre el tema pero
reconociéndole amplias facultades al Ministerio, al hacer lugar a un recurso directo
deducido contra una denegación de apelación de un Juzgado de Familia, fundada en que
carece de facultades para cuestionar. Destacó: “Tal restricción a las potestades de dicho
funcionario no tiene sustento jurídico ni lógico, en el caso bajo estudio, por varias
razones. En primer lugar, porque se niega todo sentido a la participación obligatoria del
Ministerio Público Fiscal, otorgada por las Constituciones y la ley en determinados
procesos o en materias que enuncian… pues si por expresas disposiciones legales, el
Ministerio Público Fiscal debe intervenir en ciertas causas, emitir opinión y plantear,
eventualmente, sus objeciones al procedimiento, va de suyo que está habilitado para
cuestionar, en otra instancia, las medidas adoptadas por el juez cuando éstas desatienden
sus observaciones sin fundamento; de otra manera, cabría concluir que la intervención
de este funcionario es meramente “decorativa”. Por lo tanto… el participante puede
utilizar las vías recursivas ordinariasy extraordinarias que la ley prevé; de lo contrario,
las normas que imponen su participación carecerían de razón y sucometido sería
ineficaz”[162].
Por último, justo es referenciar un fallo del Tribunal Superior de Justicia en el
que puntualiza que en materia civil el Ministerio Público Fiscal carece de legitimación
recursiva cuando no está reglada expresamente su intervención para el caso. En ese
sentido expuso: Los supuestos que justifican la participación del Ministerio Público
Fiscal en el ámbito civil son de interpretación estricta, de donde se infiere que su
intervención sólo es admisible en los casos expresamente reglados. De este modo, si no
existe un precepto adjetivo que especial y específicamente autorice al Ministerio
Público Fiscal a intervenir en juicio civil, luego su participación deviene en inadmisible,
aún cuando en la causa se encuentre involucrado un interés público. Se subraya que la

21
Auto N° 19 del 04.03.10 “Cardozo, Gerardo Rene y Andrea Lanfranco c/Elvio Lerda
y Otros-Ordinario” (Diario Jurídico N° 1878 del 09/06/10).
ausencia de un precepto legal que en términos expresos otorgue al Ministerio Fiscal
facultades para participar en calidad de parte en la categoría de procedimiento que aquí
se tramita, impide conceptuar que el recurso de casación articulado en autos por el
Fiscal de Cámaras resulte formalmente admisible. Y ello es así por más que la intención
que guía su pretensión de rescindir la decisión de la a quo sea de carácter social...22

22
[] Auto N° 377 del 12.10.11. "Boccolini Gustavo Luis c/ Dirección del Registro
General de la Provincia-Rec. Apela c./Decisión autoridad administrativa o Persona Pub.
No estatal (Civil) Recurso de casación" (Diario Jurídico N° 2277 del 19.03.12)
[125] Falcón, ob. cit., pág. 339. Hay que dejar a salvo -claro está- el supuesto en que los
allanados también hubieren sido culpables de la reclamación o se encontraren en mora; en tal
caso, también deberán soportar las costas juntamente con los litisconsortes que resistieron,
conforme lo dispone el art. 131 del C.P.C.C..-

[126] Vénica, Código Procesal Civil y Comercial de la Pcia. deCba., Edit. Marcos Lerner, tomo II,
pág. 244.-

[127] Es la solución propiciada por el notable procesalista Oscar Hugo Vénica. En mi opinión,
bastaría denunciar el déficit de la integración mediante un escrito, en cualquier estadio
procesal, ofreciendo prueba si es necesario acreditar alguna cuestión de hecho. Ante ese
pedido, el tribunal, si es ostensible el defecto de integración, procederá a integrar
inmediatamente la litis; si no surge de autos, ordenará correr traslado a la contraria, si lo
estima pertinente, dispondrá la producción de la prueba ofrecida, y dictará resolución.-

[128] Conf. Falcón, ob. cit., pág. 331; y Cám. Nac. Civ., sala “B”, 14-5-87, L.L. 1987 –D- pág.
318.-

[129]Giannini, Leandro J. “Los derechos de incidencia colectiva en el Proyecto de Código Civil y


Comercial (Aportes para su redefinición)”, DJ05/09/2012, 89.

[130] Juzg. 44 CC, Dr. Alicia del Carmen Mira, en autos “Fundación Club de Derecho Argentina
c/ Banco Itaú Argentina S.A. – Abreviado – Otros” (Expte N° 2849064/36), decreto de fecha
31/05/2016.

[131] Ferreyra de De la Rua-González de la Vega de Opl, Teoría General del Proceso, Edit.
Advocatus, Tomo I, pág. 259.-
[132] Ferreyra de De la Rua-González de la Vega de Opl, ob. cit., pág. 259-260.-

[133] Díaz, Clemente, Instituciones de derecho procesal, Edit. Abeledo-Perrot, Bs. As., Tomo II
–A-, pág. 458.-

[134] Autores citados por Junyent Bas, Francisco, “El rol institucional del Ministerio Público. A
propósito de su legitimación en causas civiles, concursales, de familia, de relaciones de
consumo y acciones colectivas donde esté de por medio el orden público”; Semanario Jurídico
nro. 1652, del 10/04/08, pág. 457.

[135] Polverini, Verónica “El Ministerio Público en el Proyecto de Código Civil”, DFyP 2014
(octubre), 144.

[136] Camps, Carlos E. “La capacidad de ejercicio de derechos en el proceso civil”, RCCyC 2016
(marzo) , 3.

[137] SCBA, 15-04-58, L.L. 93-605.-

[138] Vénica, Oscar Hugo, ob. cit., Tomo I, pág. 297.-

[139] Vénica, ob. cit., Tomo I, pág. 297.-

[140] Lorenzetti, Ricardo Luis,ob. cit., Tomo I, pág. 457.

[141] Polverini, Verónica “El Ministerio Público en el Proyecto de Código Civil”, DFyP 2014
(octubre), 144.

[142] Ferreyra de De la Rúa-González de la Vega de Opl, ob. cit., pág. 264.-

[143] Junyent Bas - Flores, El Ministerio Público Fiscal: algo más que un órgano penal; Sem.
Jurídico nro. 1479, pág. 485.

[144] Ídem nota anterior, pág. 486.


[145] Dictamen C nro. 752 del 4/9/01 en autos "Barboza Malvina René y otros c/ Provincia de
Córdoba -Ordinario-Recurso de inconstitucionalidad-".-

[146] "Jimenez Tomas c/ Citibank N.A. y otra -Ordinario-Recurso Directo-" ("J" 05/01),
Sentencia nro. 72 del 21 de julio de 2003; Semanario Jurídico nro. 1424, del 04/09/03.-

[147] Junyent Bas-Flores, ob. cit. pág. 487.-

[148] Ídem nota anterior.

[149] En contra: TSJ, in re Jiménez c/ Citibank, fallo citado. En la referida resolución, el tribunal
casatorio estimó que si no existe una norma adjetiva que especial y específicamente otorgue
competencia al Ministerio Público Fiscal para intervenir en juicio civil, la misma deviene en
inadmisible, aún cuando en la causa se encuentre involucrado el interés público. Destacó que:
“lo expuesto importa ya dos soluciones a la cuestión a resolver y las mismas pueden ser
enunciadas del siguiente modo: 1) para que se encuentre habilitada la legitimación procesal
del Ministerio Público Fiscal resulta indispensable que exista una norma atributiva de tal
función y 2) La participación del Ministerio se vincula a cuestiones de índole social o pública, y
por lo tanto la omisión de la misma no puede ser subsanada por el consentimiento tácito de un
particular”.

[150] Alem de Quiroga, Liliana Emilce, Intervención del Ministerio Público Fiscal en los juicios
de insania e inhabilitación judicial; Sem. Jur. nro. 1431, 23/10/03, pág. 517.-

[151] Junyent Bas-Flores, ob. cit., pág. 489.-

[152] Vénica, Oscar Hugo, Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba..., Edit.
Marcos Lerner, Tomo VI, pág. 86.-

[153] En este aspecto, se puede consultar con provecho Carranza, Gustavo, “El fiscal y la
declamatoria, Foro de Cba. Nro. 51, pág. 107 y ss.

[154] T.S.J., Jimenez c/ Citibank N.A., fallo cit. nota 146.


[155] Ídem nota anterior.

[156] Fiscalía General, Dictamen C-44 in re "JIMENEZ TOMAS C/ CITIBANK N.A. Y OTRA –
ORDINARIO RECURSO DIRECTO" (febrero de 2002). En otros pasajes, el Sr. Fiscal Gral. subrayó
que “Si bien la relación de consumo tiene base contractual y por ello puede quedar subsumida
en alguno de los ámbitos legales tradicionales del ordenamiento jurídico, el interés
comprometido impone que tales relaciones sean juzgadas a la luz de ciertas líneas directrices
propias. Es en función de ello que se contempla la obligatoria intervención del Ministerio
Público como fiscal de la ley. Dicho órgano debe velar por la aplicación de las reglas generales
de consumo que hacen a la defensa de los intereses despersonalizados, por lo que su
intervención se impone aunque se trate de un reclamo de naturaleza particular, como el de
marras.

[157] TSJ, Sala Civil, Sentencia N° 62 del 03/06/2015 “FERNÁNDEZ, RUPERTO C/ LIBERTAD S.A.
– ORDINARIO – COBRO DE PESOS – RECURSO DE APELACIÓN – RECURSO DE CASACIÓN” (F
28/13) (Expte. Nº 1741312/36).

[158] Vénica, Oscar, ob. cit., Tomo III, pág. 390.

[159] En la misma tesitura, se puede consular Alsina, Hugo, Tratado teórico-práctico de


derecho procesal civil y comercial, Tomo I, CíaArg. De Editores, pág. 513.

[160] Vénica, Oscar Hugo, El Ministerio Público Fiscal en los procesos no penales. Legitimación
para recurrir; Semanario Jurídico nro. 1618, del 25/07/07, pág. 109 y ss.

[161] Fernández, Raúl, Impugnaciones ordinarias y extraordinarias en el CPCC de Córdoba,


Edit. Alveroni, pág. 78.

[162] Fernández, Raúl, ob. cit., pág. 79.-

[163] En la misma postura, Palacio, Lino E.-Alvarado Velloso, Adolfo, Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, explicado y anotado jurisprudencialmente y bibliográficamente, Tomo
6, Edit. Rubinzal-Culzoni, nro. 2471.5.1, pág. 31.-

[164] La Ley Cba., 2001, pág. 1144, fallo citado por Vénica, en el Ministerio Público Fiscal en los
procesos no penales. Legitimación para recurrir.-
c) Valor de los dictámenes del Ministerio Público
Como ya se ha aludido en apartados previos, de esta clase teórica recalcamos la
idea de que aun cuando los dictámenes de este órgano son indispensables en forma
previa a decidir cualquier cuestión en que estén en juego los intereses de los incapaces o
el orden público, estos no son vinculantes; el juez debe fallar conforme a derecho,
independientemente de que la decisión que estime apropiada coincida o no con el
dictamen emitido por el Ministerio Público[164].

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