Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Ítalo Violo
“No hay remedio para el nacer o morir, lo único que nos queda es saborear el
intervalo”. —Citado del libro Risa… un remedio infalible de Carlos B. Delfante
Desde que sufrí aquel accidente que paralizó mi cuerpo, la muerte ha coqueteado
conmigo. Puedo decir que hubo un momento en que la sentí acercarse como una
sombra negra. Han pasado años de eso y aun sigo aquí.
En varias ocasiones, tanto los médicos como quienes han estado cerca han
esperado mi muerte, pero aun sigo aquí.
En una ocasión una reacción alérgica cortó mi respiración. Ese día casi me rindo,
ha sido la única vez que realmente he sentido que moriría. Me llevaron de
urgencia al hospital, fui compensado y aun sigo aquí.
Algunos, más jóvenes que yo y gozando de plena salud, que me han visitado y
que hasta han conmiserado mi condición de parálisis se han ido y yo aun sigo
aquí.
Cuando cumplimos 30 años sufrimos una mini crisis: ¡Oh se nos va la juventud!
Que el pasar de los años no sea motivo de desánimo; la vida es muy preciosa
para desperdiciarla de esa manera. Con el pasar de los años somos más
conscientes de quienes somos y de lo que queremos, después de los 50 mejora
nuestro status de vida y nos permite disfrutarla al máximo. Cruzar los 50’s o los
60’s puede ser la oportunidad de aprovechar la sabiduría adquirida y concretar
aquél gran sueño de la temprana juventud, de cultivar el espíritu, de prestar un
servicio más excelente a los demás o la de buscar nuevas experiencias y hacer el
más grande descubrimiento.
Si en tu actitud te sientes viejo y decaído porque crees que se te acerca ese día
final del que nadie quiere hablar ya has muerto un poco. Recuerda que, por
cercana que esté la muerte, más cerca está la vida.
Palabras clave. Vejez, juventud extendida, generación Y, Generación Z, actitud, muerte, vida,
expectativas, adaptación, viejo, joven, adulto, envejecer, discapacidad