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1.- Consideraciones
Para poder llegar a una explicación lógica y epistemológica, debemos remitirnos necesariamente
a la esfera interna del autor, esto es, a la personalidad misma de quien decide cometer un delito.
En la esfera interna se abrigan las ideas más tortuosas y a veces las más horrendas, hasta el
mortal más pacífico puede idear en un arranque súbito de emotividad el crimen más horrendo;
si las ideas fueran penalizadas en nuestra sociedad, de seguro que todas las cárceles estarían
aborratadas de los ciudadanos más honestos e inofensivos.
Se le denomina iter- criminis en la doctrina al proceso, en parte mental y en parte físico, que va
desde la decisión de cometer un delito hasta su consumación.
Este complejo proceso tiene una vertiente interna (conciencia del autor) y, una externa que se
exterioriza en la realización concreta de los actos que dan lugar a la plasmación típica;
únicamente esta fase es recogida por el Derecho Penal para sustentar el juicio de atribución, de
conformidad con el principio de ofensividad.
La realización de voluntad puede permanecer en los primeros estadios, y puede llegar hasta la
total ejecución de la decisión a la acción; pues no siempre, la resolución criminal alcanzara su
plenitud típica, pues a veces los actos constituyen únicamente un estadio de imperfecta
ejecución.
La resolución criminal, entonces, solo será susceptible de punición, cuando esta voluntad se
manifieste en el mundo exterior, con los actos que son constitutivos del inicio de ejecución del
tipo legal.
Nuestro sistema de punición, tiene al acto como base material fundamental, que se condiciona
la respuesta criminal, sin un acto que conlleve un probable estado de lesión, no hay posibilidad
de sanción, pues un Derecho Penal del acto lo proscribe de forma tajante. No existen para el
Derecho Penal moderno delitos sin acción o de mera sospecha, pues él no penetra en el campo
de la conciencias.
Desde los albores del saber jurídico-penal, se determinó de forma inalterable, que los actos que
no implican consumación no podían ser punibles, pues la base de imputación delictiva
manifestaba una acentuada objetivación del injusto, es decir, poniéndose mayor énfasis en la
parte externa desvalorada en el desvalor del resultado.
Como se sostuvo el iter-criminis comprende las distintas etapas o fases de toda actividad
delictiva, en otras palabras; el umbral de la punición, en cuanto al ingreso de la conducta al
ámbito de lo punible, aquel ámbito, que por su objetiva peligrosidad, merece ser alcanzado por
una pena, siempre que se devele un sujeto infractor libre y consiente de la norma jurídico-penal.
En el marco de un Derecho Penal del Acto , se prohíbe penalizar las ideas, los pensamientos y
las opiniones; por no evidenciar éstos lesividad material alguna- no se exteriorizan en el mundo
físico; a parte de concretos estados de lesión; contrario sensu, significaría la intervención del
Derecho Penal en una esfera de libertad del individuo que caracteriza a regímenes autoritarios,
donde la libertad es restringida en márgenes intolerables.
Loa actos descritos permanecen en el fuero interno del individuo. Por lo tanto, los actos de la
fase interna, NO SON PUNIBLES. Por las siguientes razones:
1. Por respeto al Principio "cogitationen poenam nemo patitur", pues debe tenerse
presente que el delito es, antes que nada, acción.
2. Si está en el fuero interno aún no hay acción, y para que haya acción, no bastan los actos
internos (elemento psíquico de la acción), sino que se requiere también la exteriorización
(elemento físico de la acción).
Debe entenderse a los “actos preparatorios”, como los primeros pasos que el autor materializa
de acuerdo a su ideación criminal y, en correspondencia a la naturaleza del ilícito penal que se
pretende cometer.
Dicho de otro modo: constituyen las primeras acciones que el autor realiza, a fin de dar inicio al
plan criminal- idealmente elaborado – los cuales no importan generalmente de modo formal, el
inicio de la ejecución la violación típica por lo que resultan “impunes”.
Dicho lo anterior, con el inicio de los actos preparatorios aún no se quebranta la norma penal,
pues no se ingresa al radio de acción de los tipos penales, por lo que su impunidad radica
esencialmente en su no contravención con la Ley.
Los actos preparatorios, entonces, se configuran con anterioridad a los actos ejecutivos. Si se
define la preparación como una conducta que antecede temporal y materialmente a la
verdadera ejecución típica del delito y a la tentativa correspondiente, entonces, ya
conceptualmente es el estado previo no punible aun.
En esta fase el autor selecciona los medios necesarios con la perspectiva ya, de dar inicio a la
ejecución del delito; aquellos que según su representación son idóneos para poder concretizar
exitosamente su plan criminal, cuya real efectividad solo podrá constatarse en las etapas
subsiguientes el iter criminis .El autor se preocupa de los medios necesarios para dar
concretización efectiva a la ejecución típica, merodear el área geográfica del secuestro, la
compra del arma o cualquier otro instrumento que sirva para la ejecución del designo criminal.
A esta fase para algunos autores y la doctrina también pertenecen el delito putativo y la apología
del delito.
2.3.- Ejecución:
Evidencia ya el inicio formal de los actos ejecutivos, acorde con el tipo legal previsto para un
determinado delito, base al plan criminal previamente ideado.
La ejecución importa en realidad la concreción material de la resolución criminal, que mida entre
los actos preparatorios y la etapa consumativa; es constitutiva del emprendimiento del plan
perseguido por el autor, que debe corresponder con la descripción formal del tipo legal, por lo
que su determinación debe hacerse en correspondencia con el principio de legalidad.
Como o injusto punible reside no solo en la producción de una lesión a un bien jurídico, sino
justamente en la forma de perpetración , que se circunscribe plásticamente en el tipo, de
hacerse acreedor de pena empieza con la actividad con que el autor se pone en relación
inmediata con la acción típica.
Los actos ejecutivos deben ser considerados como el inicio material de la resolución criminal del
autor, que da cabida a una conducta que revela una objetiva peligrosidad a la esfera de
intangibilidad de un bien jurídico, una puesta en peligro concreta al interés jurídico objeto de
amparo legal, que ingresa al radio de acción del tipo penal en cuestión.
Resumimos, entonces, a este nivel que la realización del delito se lleva a cabo en un proceso
general que consta de dos etapas claramente diferenciadas: una primera, donde hallamos la
ideación, deliberación y decisión criminal (etapa interna) ; y otra, que se presenta cuando el
agente pone en obra la decisión (etapa externa) : proveyéndose de los medios o instrumentos
elegidos, con miras a crear las condiciones para lograr la obtención del fin [actos preparatorios],
comienza la utilización concreta de los medios elegidos en la realización del plan [actos de
ejecución]
2.4.- Consumación:
La realización típica de consumación importa la plenitud de la obra del autor, en cuanto ideación
criminal que ha adquirido perfección delictiva, conforme a la descripción del tipo legal. En los
delitos la consumación coincide con la producción efectiva de una lesión al bien jurídico tutelado
Consumación material: son aquellos tipos penales cuyo estado consumativo no se agota en el
tiempo, como el secuestro o la usurpación, donde el estadio antijurídico se prolonga de forma
indefinida en el tiempo.
En el caso del delito de secuestro, mientras se mantenga privada la libertad del rehén, pueden
admitirse formas de participación criminal de singular participación, mientras que en lo que
respecta a la prescripción, la ley penal el fijado que el cómputo del plazo prescriptorio, se inicia
a partir del día en que ceso la permanencia.
Es importante delimitar con criterios precisos, cuando pueden decirse que un acto es “ejecutivo”
y no a la inversa “preparatorio” es una problemática, entonces podemos decir ¿puede
considerarse acto ejecutivo del delito de fe pública, la elaboración de un documento falsificado?
Pueden tratarse, sin duda, de actos equívocos, lo importante será remitirse al ámbito de
protección de la norma en el caso concreto, para poder trazar la delimitación.
En principio el comienzo de ejecución debe concordar con el plan criminal concebido, el que
puede o no ingresar al tipo penal en concreto; se necesita apelar entonces al Principio de
Legalidad para diferenciar el acto ejecutivo punible del acto preparatorio impune y a criterios
de interpretación normativa
En el marco del Estado Social y Democrático de Derecho, los senderos de la política criminal
deben seguir las pautas de los principios informadores del derecho punitivo, en cuanto a la
punición de una conducta que debe sobrepasar lo adecuado socialmente, debe expresar un
ámbito de lesividad. En cuanto a la lesión o la puesta en peligro de un bien jurídico; cuando se
exteriorice una conducta susceptible de afectar un interés jurídico, empero, se identifican actos
anteriores al comienzo de la ejecución delictiva, que por lo general no ingresan al ámbito de
punición, aquellos son denominados “actos preparatorios”
Por regla general los actos preparatorios no son punibles, pero conveniencias de orden político-
criminal ameritan una anticipación punitiva, son estrictas y particulares circunstancias que
definen estados de anticipación punitiva.
Los actos preparatorios son concebidos como aquellos primeros pasos externos, que pueden
tener relevancia jurídico- penal; por ende, no todos los actos preparatorios resultan punibles y
cuando esto es así, obedece a criterios de exigencia político-criminal.
Para Peña Cabrera “la punición de los acto preparatorios históricamente, ha estado ligada a
cuestiones de carácter político, como: las conspiraciones y el complot.
Se puede decir que la punición de los actos preparatorios ha estado ligado siempre al
sometimiento del interés