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Todas las células de cuerpo humano, a excepción de los espermatozoides y los óvulos,
tienen veintitrés pares de cromosomas. El ADN que constituye estos cromosomas
contiene la información genética que programa el desarrollo del ser humano. En la
formación de los gametos, óvulos y espermatozoides, se utiliza el proceso de meiosis que
reduce a la mitad los cromosomas de las células sexuales. En la fecundación del óvulo
por el espermatozoide se reconstruyen los veintitrés pares de cromosomas. Veintidós de
los veintitrés pares de cromosomas determinan el desarrollo físico del organismo
independientemente de su sexo. El último par consta de dos cromosomas sexuales, y estos
determinan si el descendiente será niño o niña.
Existen dos tipos de cromosomas sexuales: Cromosomas X y cromosomas Y. Las
mujeres tienen dos cromosomas X (XX) y los varones un cromosoma X y un cromosoma
Y. (XY)
Ovario
El embrión femenino presenta la ausencia del cromosoma Y, en la formación de los
ovarios los cordones sexuales se disgregan en cúmulos celulares irregulares que contiene
grupos de células germinativas primitivas situadas principalmente en la porción medular
del ovario. Más tarde desaparecen y son remplazadas por un estroma vascularizado que
forman la medula ovárica.
Inicialmente los embriones independiente mente del sexo genético poseen los
conductos paramesonefricos o de Müller y los conductos mesonéfrico o de Wolff. Los
conductos paramesonefricos aparece como una invaginación del epitelio superficial en la
cara anterior del pliegue urogenital. En dirección craneal el conducto desemboca en la
cavidad abdominal por medio de una estructura infundibuliforme. En la línea media se
pone en contacto con el conducto paramesonefrico para luego fusionarse formando el
conducto uterino. El extremo caudal, de los conductos combinados, se proyectan hacia la
pared posterior del seno urogenital donde se forma el tubérculo paramesonéfrico o de
Müller. Los conductos mesonéfricos desembocan en el seno urogenital, a cada lado del
tubérculo de Müller.
Regulación molecular.
La vía regulatoria para la determinación del sexo masculino está controlada por el gen
SRY. Y la proteína TDF, presentes en el cromosoma Y que produce un factor inhibidor
de Müller, la hormona antimüllerina y testosterona. La primera tiene un efecto
desfeminizante y las segundas son las que estipulan el desarrollo del sistema de Wolff,
con un efecto masculinizante.
Los conductos paramesonefricos fusionados dan origen al cuerpo y el cuello del útero.
Están rodeados de mesénquima, que formará la capa muscular del miometrio y el
perímetro.
En la formación de la vagina el extremo macizo de los conductos paramesonefricos
alcanzan el seno urogenital. Se forman dos evaginaciones sólidas a partir de la parte
pélvica del seno. Estas evaginaciones son los bulbos sinovaginales que proliferan y
forman la lámina original. La proliferación en el extremo craneal de la placa aumenta la
distancia entre el útero y el seno urogenital. En el quinto mes, la presencia vaginal está
canalizada, las prolongaciones a manera de las alas y la cúpula vaginal.
La vagina tiene dos orígenes, la parte superior del conducto uterino y la parte inferior
del seno urogenital. Permanece separada del seno urogenital por el himen (lamina
delgada). El conducto mesonéfrico desaparece por completo, excepto en una porción que
puede dar origen al quiste de Gartner. en el embrión femenino no se produce sustancia
inhibitoria de muller Por ende el sistema de los conductos paramesonefricos se
transforman en las trompas y el útero y gracias a la falta de andrógenos estos conductos.
Una vez que las gónadas se han desarrollado, se desencadenan una serie de
acontecimientos que determinan el sexo de un individuo. Esto está dirigido por las
hormonas las que afectan al desarrollo sexual de dos maneras, durante el periodo prenatal
están la hormonas que ejercen los efectos organizadores, influenciadoras del desarrollo
de órganos sexuales y el cerebro. Efectos permanentes que una vez que se toma una
determinada vía de desarrollo ya no hay marcha atrás. El segundo papel son las hormonas
son el efecto activador. Esto ocurre en una etapa diferente de la vida, después de que los
órganos sexuales se hayan desarrollado.
Genitales externos
Período indiferenciado
Al final del tercer mes los dos pliegues uretrales se cierran sobre la placa o lamina
uretral, formando la uretra peniana. La porción más distal de la uretra se formará durante
el cuarto mes cuando las células ectodérmicas del glande se cruzan y canalizan y forman
el meato uretral externo. Las aperturas escrotales se originan en la región inguinal.
Los ovarios se sitúan por debajo del borde de la pelvis, el ligamento genital craneal se
transforman suspensorio del ovario mientras el ligamento genital caudal original
ligamento del ovario propiamente dicho y el ligamento redondo del útero que llega hasta
los labios mayores
Maduración Sexual
Las características sexuales primarias son los órganos necesarios para la reproducción,
que en la mujer son los ovarios, las trompas de Falopio, el útero, el clítoris y la vagina.
En los hombres incluyen los testículos, el pene, el escroto, las vesículas seminales y la
próstata. Durante la pubertad esos órganos se agrandan y maduran. Las características
sexuales secundarias son signos fisiológicos de la maduración sexual que no involucran
de manera directa a los órganos sexuales, por ejemplo, los senos en las mujeres y los
hombros anchos en los varones. Otras características sexuales secundarias son los
cambios en la voz y la textura de la piel, el desarrollo muscular y el crecimiento de vello:
púbico, facial, axilar y corporal. En la pubertad las gónadas son estimuladas para producir
hormonas y éstas hacen que una persona madure desde el punto de vista sexual.
Los ovarios producen estradiol, un tipo de hormonas conocidas como estrógenos. Los
testículos producen testosterona, un andrógeno. Asimismo, ambos tipos de glándulas
producen una pequeña cantidad de la hormona del otro sexo.
Hormonas sexuales
Las hormonas sexuales, que incluyen progestágenos, andrógenos y estrógenos, son
esteroides derivados del colesterol.
Andrógenos
Los andrógenos son las hormonas sexuales de acción masculinizante segregadas por
el córtex suprarrenal, por los testículos, y, en una pequeña cantidad por los ovarios. La
testosterona, la androstendiona, la 5-a- dihidrotestosterona y la 5-0- dihidrotestosterona
son andrógenos con gran importancia dentro del desarrollo sexual de los mamíferos
machos. Estas hormonas están producidas por las células testiculares de Leydig.
Estrógenos
Todos los estrógenos provienen de los andrógenos: diferentes enzimas ováricas
convierten la testosterona y la androstendiona en estrógenos por medio de un proceso
denominado aromatización. El 17p-estradiol, la estrona y el estriol constituyen los tres
estrógenos naturales. Los estrógenos son segregados, sobre todo, en los ovarios, los
testículos, la corteza suprarrenal y la unidad fetoplacentaria. Los andrógenos se producen
en los ovarios y son convertidos de manera inmediata en estrógenos. Las células tecales
de los ovarios producen andrógenos a partir de progestinas. El flujo sanguíneo del ovario
mueve los andrógenos producidos por medio de las células granulares intersticiales. En
dichas células, los andrógenos devienen estrógenos.
El área preóptica medial recibe la información del órgano vomeronasal, mediante las
proyecciones del núcleo de la cama de la estría terminal y del núcleo medial de la
amígdala. Asimismo, el área preóptica medial recibe la información referente a los
receptores sensoriales de los genitales externos (mecanorreceptores), mediante las
proyecciones de la formación reticular mesencefálica y de la amígdala medial. (Carlson,
2013)
Se encontró que el
apareamiento
aumenta la
liberación de
glutamato en el
APM y que la
infusión de
glutamato en el
APM aumenta la
frecuencia de la
eyaculación. Por
último, la lesión del
APM suprime la conducta sexual masculina (Carlson, 2013)
Los efectos organizadores de los andrógenos son la causa del dimorfismo sexual en la
estructura cerebral. El núcleo del APM se denomina (con bastante acierto) núcleo
sexualmente dimorfo (NSD) del área preóptica, y su tamaño depende de la cantidad de
andrógenos presentes durante el desarrollo fetal. también se encontraron que las lesiones
del NSD disminuyen la conducta sexual masculina. (Carlson, 2013)
La amígdala medial, al igual que el área preóptica medial, es una estructura
sexualmente dimorfa: una región de esta estructura (que contiene alta concentra (Carlson,
2013)ción de receptores de andrógenos especialmente alta) (Carlson, 2013)
Estudios de trazado anatómico sugieren que las conexiones más importantes en el APM
y el mecanismo medular generador de la eyaculación se realizan a través de la sustancia
gris periacueductal (SGPA) del mesencéfalo y del núcleo paragigantocelular (nPGi) del
bulbo raquídeo (Carlson, 2013)
El nPGi ejerce un efecto inhibidor sobre los reflejos sexuales de la médula espinal, de
modo que una de las tareas de la vía que se origina en el APM es suprimir esta inhibición.
El APM suprin1e la acción del nPGi directamente a través de una vía inhibidora e
indirectamente mediante la inhibición de la actividad de la SPGA, la cual normalmente
excita al nPGi. (Carlson, 2013)
La conducta sexual puede activarse mediante una dosis inicial de estradiol seguida de
progesterona. Los estrógenos disponen el escenario, por decirlo de alguna manera, y la
progesterona estimula la conducta sexual. (Carlson, 2013)
Las neuronas del HTM como las de la amígdala medial que mostraban un aumento de
la producción de proteína Fos cuando se estimulaba los genitales contenían también
receptores de estrógenos. Por lo tanto, los efectos estimulantes del estradiol y la
estimulación genital convergen sobre las mismas neuronas. El estradiol aumenta la
producción de receptores de progesterona, lo cual aumenta considerablemente la
efectividad de esta hormona. (Carlson, 2013)
Las neuronas del núcleo ventromedial envían axones a la sustancia gris periacueductal
del mesencéfalo, región que también se ha relacionado con la conducta sexual femenina.
Se investigó la activación neural que acompaña al orgasmo femenino provocado por
estimulación manual del clítoris realizado por su pareja masculina. Los autores
observaron activación en la confluencia del mesencéfalo y el diencéfalo, la región lateral
del putamen y el cerebelo, al igual que se había observado en hombres. También
encontraron activación en la SGPA, región que juega un papel fundamental en la conducta
de cópula en los animales hembra de laboratorio. (Carlson, 2013)
Medula Espinal
Vía sensorial: los mecanorreceptores del pene y del clítoris envían sus axones hacia la
raíz dorsal de la médula espinal, para llegar a la asta dorsal de la médula y proyectar por
las columnas dorsales hacia el encéfalo. (Carlson, 2013)
Vía Parasimpática: La erección está controlada principalmente por los axones del sistema
nervioso parasimpático. En la región sacra de la médula espinal, las neuronas
parasimpáticas se pueden activar directamente gracias a los axones de los
mecanorreceptores de los genitales y los axones descendentes del encéfalo. El incremento
de volumen y la erección del pene y del clítoris dependen del flujo sanguíneo; el sistema
parasimpático estimula la liberación de acetilcolina, de polipéptido intestinal vasoactivo
y óxido nítrico, directamente a los tejidos eréctiles. Durante la cópula, el sistema
parasimpático también estimula la liberación de sustancias lubricantes de las paredes
vaginales (glándulas de Bartholin a la mujer) y de la glándula bulbouretral (hombre).
(Carlson, 2013)
Todo el comportamiento sexual humano está regido por los efectos activadores de las
hormonas gonadales, así como por los efectos organizadores desde la formación
intrauterina. Sin embargo, los efectos de las hormonas son diferentes en hombres y
mujeres (Carlson, 2013)
HOMBRES
MUJERES
A pesar de que los seres humanos son capaces de desplegar comportamientos sexuales
a lo largo de su vida en el momento de su elección, la ovulación es un factor muchas
veces determinante en las mujeres puesto que es el pico más alto de fertilidad lo que
acarrea cambios físicos, psicológicos, sexuales y comportamentales. Aunque en las
mujeres no se observan cambios físicos obvios durante el período fértil de su período
menstrual, estas presentan ciertos cambios sutiles. Durante esta fase existe un aumento
en la atracción sexual, se ha sugerido que esto podría representar una estrategia femenina,
que incrementaría la probabilidad de que el macho comparta el cuidado de la cría, el cual
es largo y costoso. A pesar de que la ovulación es oculta, las mujeres debido a sus altas
concentraciones hormonales (progesterona en la fase lútea y estradiol en la fase
proliferativa), despliegan una variedad de señales que advierten a los hombres de su
fertilidad, tales señalizaciones son indicadores de cuándo están ovulando. Por ejemplo,
se encontró una relación entre el movimiento que realizan las mujeres al caminar y el
ciclo menstrual, el movimiento que es considerado más atractivo para los hombres se
presenta cuando están en el momento más fértil. Adicionalmente, se ha encontrado que
las mujeres se visten de forma más elegante y atractiva cuando se encuentran en su
momento más fértil y que son más propensas a cortejar con hombres que no sean su
pareja. Los hombres se encuentran alertas, son más posesivos y solicitan más afecto por
parte de su pareja si se encuentra en el período de ovulación. Los estudios acerca de qué
tan atractiva es una mujer a lo largo del ciclo menstrual indican cambios que van desde
aspectos físicos hasta conductuales. Se ha encontrado, por ejemplo, que las mujeres son
más simétricas cuando están ovulando (se hicieron mediciones a partir de fotografías), la
relación cintura/cadera es más reducida lo que las hace más atractivas, la razón es que las
altas concentraciones de estrógenos propician la retención de líquidos.
Los estudios relacionados con este tema hasta ahora se han orientado a comprender la
ovulación oculta y sus señales desde la perspectiva de la conducta masculina, pero no se
ha estudiado el impacto que pueden generar en otras mujeres, pues la ovulación oculta
facilita que una mujer pueda eventualmente copular con un hombre que tiene pareja.
Desde un punto de vista biológico, esta estrategia incrementaría la variabilidad genética
de las mujeres y hombres que la practican. En los grupos donde existiera coexistencia
social entre mujeres (con y sin pareja), las mujeres sin pareja cercanas a la ovulación
podrían copular con la pareja de otras mujeres, lo que representaría una competencia
femenina. La competencia entre mujeres se torna más agresiva cuando está encaminada
a la obtención de pareja y tienden a desacreditar a sus competidoras potenciales con
comentarios, por otro lado fue informado que las mujeres se arreglan más y se visten a la
moda para conseguir pareja durante los días más fértiles de su ciclo. Las mujeres son
capaces de discriminar el periodo folicular tardío y periovulatorio de otras mujeres,
resulta una ventaja porque al estar atenta de lo atractiva que es una mujer, las mujeres que
tienen pareja podrían ejecutar estrategias conductuales para llamar la atención del
hombre.
En la mujer, la oxitocina promueve las conductas maternales, que son la razón por la
que se mantienen unidas a su pareja después de que los signos de las primeras etapas del
enamoramiento ya no sean tan evidentes (Carlson, 2013). La oxitocina, entonces, puede
ser la responsable del último estadio del amor: el nacimiento de los lazos afectivos en una
pareja. Se sabe que esta hormona es liberada por el cuerpo principalmente durante los
momentos del parto y del amamantamiento de los recién nacidos. Al ser estimulados sus
receptores por la oxitocina se dispara la contracción del músculo uterino para que éste
pueda cumplir con sus funciones y no sólo en el trabajo del parto. Aun así, los elevados
niveles de esta hormona pueden acarrear efectos contraproducentes puesto que inhiben el
deseo sexual lo que podría causar problemas a largo plazo en las parejas. A pesar de que
no es un problema exclusivo de las mujeres, éstas suelen sufrirlo en más frecuencia que
los hombres dada la cantidad de oxitocina segregada necesaria para los procesos de
gestación.
La fase 1: Excitación. Esta fase puede durar desde algunos minutos hasta varias horas.
La excitación se produce a partir de la estimulación sexual, a través del contacto físico:
besos, caricias, toques, masajes, etc. La excitación sexual se produce también mediante
estímulos psicológicos: fantasías, recuerdos, ver un anuncio en la televisión con imágenes
sugerentes o leer un libro erótico. Generalmente es una combinación de ambas. Los 5
sentidos pueden participar en el proceso de excitación: vista, oído, olfato, tacto y gusto.
Sus características:
La fase 2: La meseta
Es el período entre la excitación inicial hasta el punto del orgasmo. Consiste en la
aparición de tono parasimpático mantenido y la vasocongestión máxima.
En esta fase se intensifican y mantienen altos niveles de excitación sexual que preparan
el terreno para que luego se produzca el orgasmo. La duración de la etapa de meseta puede
variar mucho: en los hombres que tienen dificultades para controlar su eyaculación puede
ser muy breve. Elevados niveles de miotonía (Es un trastorno hereditario que afecta la
relajación de los músculos. Es congénito, lo cual significa que está presente al nacer. Es
más común en el norte de Escandinavia.)
¿Qué ocurre aquí?
La fase 4: Resolución.
Después del orgasmo, el cuerpo retorna al estado normal de no estimulación. Los
órganos y tejidos vuelven a recobrar su tamaño y posición habitual. Se invierten todas las
alteraciones anatómicas y fisiológicas que ocurrieron durante la etapa de excitación y
meseta. Si la excitación sexual ha sido intensa pero no se ha producido el orgasmo, la fase
de resolución puede tomar más tiempo.
EL SISTEMA ENDOCRINO:
Por su parte el componente principal del sistema endocrino son las glándulas
endocrinas, la vía de comunicación es la sangre, las células diana, se transmite mediante
las hormonas, la velocidad de respuesta es lenta y la duración de la misma es larga. Las
respuestas son mantenidas a lo largo del tiempo, como por ejemplo el desarrollo y el
crecimiento.
Conducción nerviosa:
Los impulsos viajan por los nervios a mayor velocidad.
Respuestas rápidas y de corta duración
Controlan dos tipos celulares: musculares y glandulares
Conducción hormonal:
Las hormonas se secretan a la sangre y viajan por todo el cuerpo.
Respuestas más lentas de duración mayor.
Los estímulos sexuales aumentan el flujo sanguíneo al pene, a la vez que bloquean la
salida de sangre por las venas, lo que produce la erección del órgano copulador masculino.
Y todo ello es generado por un incremento de la actividad de las neuronas parasimpáticas
del pene. Sin embargo, el funcionamiento sexual genera unas manifestaciones fisiológicas
como el aumento del ritmo cardíaco, la ventilación pulmonar y muchas otras que son
consecuencia de la actividad de la rama simpática. Esto supone un aumento de la actividad
simpática en todo el organismo menos en el pene.
El resultado final es espectacular: la eyaculación es la consecuencia de la actividad
simpática del pene. Todo esto implica que ha de existir un grado de coordinación tal en
el sistema nervioso autónomo que, en el último momento del acto sexual, la actividad
simpática en el pene se incremente para que se produzca la eyaculación.
Así se explica claramente que cuando una persona está sometida a una importante
influencia del simpático, es decir, a una situación de estrés, se pueden generar problemas
de impotencia porque es arduo mantener la actividad parasimpática. Por otro lado, y en
el caso de que la erección se produzca, es posible que el cambio de la activación
parasimpática a la simpática se genere a más velocidad de la normal y el resultado sea un
problema de eyaculación precoz.
La orientación sexual
Todavía no se conoce si estas diferencias están relacionadas con una causa biológica
del lesbianismo o si las diferencias en el estilo de vida pudieran aumentar la secreción de
testosterona.
Una causa biológica más probable de la homosexualidad podría ser la existencia de
diferencias sutiles en la estructura cerebral, causadas por diferencias en el grado de
exposición prenatal a los andrógenos.
Estas personas casi siempre se inclinan sexualmente por las mujeres. Si tenemos en
cuenta la presión parental social que sufre quien ha sido criado como una niña y
posteriormente adopta un papel sexual masculino, un porcentaje del 50 ciento es una cifra
impresionante- mente alta. Meyer-Bahlburg (2005) presentó un informe del caso de un
paciente con extrofia criado como mujer, que se sometió a un cambio de los de edad una
que cambio de sexo a los 52 años una vez que sus padres habían fallecido. Posiblemente,
el temor a la desaprobación paterna había impedido que esta persona tomara esta decisión
antes. En contra posición, parece no haber casos de niños con extrofia de cloaca criados
como varones que posteriormente no se encuentren conformes con el sexo asignado. Por
ello,
Reiner (2005) concluye rotundamente que los varones genéticos con efectos
andrógenos prenatales característicos del sexo masculino deberían ser criados como
varones.
También encontraron que este núcleo es tan pequeño en varones transexuales de varón
a mujer como lo es en mujeres normales y que su tamaño era igual de grande en varones
homosexuales bien que en varones heterosexuales. Por lo tanto, su tamaño se relacionaba
con la identidad sexual, no con la orientación sexual. Kruijver y cols. (2000) replicaron
estos resultados, hallando que el tamaño de dicha región en transexuales de mujer a
hombre estaba dentro del intervalo de tamaños observado en varones normales
Los varones transexuales son hombres que se consideran mujeres atrapadas en cuerpos
de hombre. Algunos llegan a buscar ayuda médica para conseguir hormonas sexuales
femeninas e intervenciones quirúrgicas para cambiar de sexo. (En cambio, la mayoría de
los varones ando homosexuales tienen una identidad sexual masculina: aunque se sienten
atraídos sexual y sentimentalmente por otros varones, no se consideran a sí mismos como
mujeres, ni tampoco desean serlo).
Otro factor que puede jugar un papel en la orientación sexual es la herencia. Los
estudios con gemelos se benefician de hecho de que los gemelos univitelinos
(monocigóticos) tienen genes idénticos, mientras que la similitud genética entre gemelos
bivitelinos (dicigóticos) es, por término medio, de un 50 por ciento. Bailey y Pillard
(1991) estudiaron parejas de gemelos varones en los que al menos uno de los miembros
se identificaba así mismo como homosexual. Si ambos gemelos son homosexuales, se
dice que son concordantes en ese rasgo. Si solo uno de ellos es homosexual, se dice que
los gemelos son discordantes. Por lo tanto, si la homosexualidad tiene una base genética,
el porcentaje de gemelos monocigóticos concordantes en homosexualidad debería ser más
elevado que el de los gemelos dicigóticos. Esto es exactamente lo que encontraron Bailey
y Pillard: la tasa de concordancia entre gemelos univitelinos era del 52 por ciento y tan
solo del 22 por ciento en gemelos dicigóticos -una diferencia de 30 puntos porcentuales.
Otros estudios han encontrado diferencias mayores de un 60 por ciento (Gooren, 2006).
Los factores genéticos también parecen afectar a la homosexualidad femenina. Bailey y
cols. (1993) hallaron que la concordancia en homosexualidad en mujeres gemelas
monocigóticas era del 48 por ciento, mientras que en gemelas dicigóticas era del 16 por
ciento. Otro estudio, llevado encontrón aumento de la incidencia de la homosexualidad y
bisexualidad en hermanas, hijas, sobrinas y primas (de un tío paterno) de mujeres
homosexuales. Durante años los investigadores se han extrañado ante una aparente
paradoja: por término medio, los varones homosexuales tienen aproximadamente un 80
por ciento menos de hijos que los varones heterosexuales (Bell y Weinberg, 1978). Este
descenso de la fecundidad podría ejercer una fuerte presión selectiva contra cualquier gen
que predispusiera a los varones a convertirse en homosexuales. Algunos investigadores
han sugerido que los homosexuales pueden jugar un papel de apoyo en su familia,
aumentando así la fecundidad de sus hermanos y hermanas heterosexuales, que
comparten algunos de sus genes (Wilson, 1975). Sin embargo, en estudios más recientes
(Bobrow y Bailey, 200 man y Hull, 2005) se ha hallado que los homosexuales no aportan
a sus hermanos más apoyo económico o emocional que los heterosexuales. Un estudio
realizado por Camperio-Ciani, Corma y Capiluppi (2004) sugiere una posible
explicación. Hallaron que los parientes femeninos por línea materna (por ejemplo, tías y
abuelas maternas) de varones homosexuales tenían una tasa de fecundidad más alta que
los parientes femeninos por línea materna de los varones heterosexuales, pero no
encontraron diferencias en los parientes femeninos por línea paterna de homosexuales y
heterosexuales. Debido a que es probable que los hombres compartan un cromosoma X
con sus parientes femeninos por línea materna, pero no con son parientes femeninos por
línea paterna, los investigadores sugirieron que un gen o genes del cromosoma X que
aumentan la probabilidad de que un hombre se convierta en homosexual también aumenta
la fecundidad de las mujeres.
IDENTIDAD SEXUAL
Hace referencia a la forma en que una persona se identifica como perteneciente a uno
u otro sexo. Incluye tres facetas: la identidad de género o percepción individual de ser
hombre o mujer; el rol sexual o expresión pública de la identidad de género; y
la orientación sexual o elección de objeto sexual".
Diferenciación sexual:
Comienza en el momento mismo de la concepción cuando se establece el sexo
genético mediante la acción del cromosoma X o Y del espermatozoide fecundante
(XX o XY).
Las gónadas o glándulas sexuales permanecen indiferenciadas hasta
aproximadamente la sexta semana de gestación, momento en que el antígeno HY
puede actuar sobre las gónadas (formación testículos) o no actuar (formación de
ovarios).
La función de los andrógenos en la diferenciación sexual no se limita a la
formación de los genitales, sino que existen datos que señalan que actúa también
a nivel cerebral, en concreto sobre el hipotálamo.
El proceso de diferenciación sexual no acaba en el momento del nacimiento, sino
que prosigue tras el parto. A partir de ese momento los factores biológicos pierden
protagonismo en la diferenciación sexual y son los factores ambientales los que
pasan a ocupar una posición predominante.
Entre los 2 y 4 años, coincidiendo con la etapa del desarrollo cognitivo en el que
el concepto de género empieza a tener significado. (el niño se identifica a sí mismo
como niño o niña).
Una vez adquirida la identidad de género es muy resistente al cambio.
En aquellos casos en los que la identidad de género es equívoca, la reasignación
puede no resultar exitosa hasta los 13 o 14 años.
Rol sexual:
Es la manera en que las personas se presentan ante los demás en términos sexuales.
Incluye la manera de vestir, hablar, peinarse; de hecho, todo lo que se dice y se hace y
que es indicador de masculinidad o feminidad.
En la mayoría de las personas, la identidad sexual concuerda con el sexo anatómico
(de nacimiento) y con el rol sexual (por ejemplo, en el caso de un hombre que se percibe
a sí mismo como varón y que actúa en público como tal).
Orientación sexual:
TRASTORNOS
DISFUNCIONES SEXUALES
Incluyen todas aquellas alteraciones que se producen en cualquiera de las fases de la
respuesta sexual.
Trastornos de la excitación
Dispareunia
Dispareunia masculina:
Dispareunia femenina:
Más frecuente que en los hombres. Afecta a un 1-2% de las mujeres adultas.
Con frecuencia está asociada a problemas de vaginismo.
Causas orgánicas:
Aspectos psicológicos:
Vaginismo
Aparición al realizar el coito de un espasmo reflejo que supone la contracción de
los músculos de entrada a la vagina con el consiguiente cierre de la abertura
vaginal.
Este espasmo no suele causar dolor.
En los intentos de relación, se suele acompañar de espasmos en los músculos
aductores de los muslos que impiden su separación.
Son frecuentes en las mujeres con vaginismo, historias de fracasos al aplicar
tampax y diafragmas y problemas durante los exámenes ginecológicos.
Causas psicológicas: En la mayoría de los casos.
Aparición de un reflejo aprendido o condicionado en una situación anterior en la
que se ha asociado una experiencia de dolor a una situación de relación sexual.
Una vez que el reflejo se ha condicionado, puede persistir, aunque haya
desaparecido la causa que inicialmente favoreció la aparición del dolor.
Educación que culpabilice las relaciones sexuales.
Miedo al embarazo.
Experiencia anterior de abuso o violación.
Miedo al dolor.
Trastornos:
Parafilias
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