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VIGILIA DE PENTECOSTES

MISA VESPERTINA
EL PAPA SOBRE PENTECOSTÉS
Ritos iniciales.
En el Cenáculo, Jesús resucitado, enviado por el Padre, comunicó En el nombre del Padre….
su mismo Espíritu a los Apóstoles y con su fuerza los envió a re- Acto penitencial.
novar la faz de la tierra (cf. Sal 104,30). Aquí nació la Iglesia, y El acto penitencial es sustituido por la aspersión del agua.
nació en salida. Desde aquí salió, con el Pan partido entre las ma- Invitacón ( el sacerdote invita a escuchar de la Palabra de Dios)
nos, las llagas de Jesús en los ojos, Vamos a acoger la Palabra que el Espíritu Divino gra-
y el Espíritu de amor en el corazón. bó en el alma de los profetas, del salmista, del apóstol.
Salir, marchar, no quiere decir olvidar. La Iglesia en salida guarda Pidamos que abra nuestro corazón a este don maravi-
la memoria de lo que sucedió aquí; el Espíritu Paráclito le recuer- lloso y pidamos la capacidad de comprender con el
da cada palabra, cada gesto, y le revela su sentido. alma lo que Dios nos quiere revela y la misericordia
El Cenáculo, nos recuerda el nacimiento de la nueva familia, la
con la que nos enseña y nos alimenta para darnos a
todos con amor verdadero.
Iglesia, nuestra santa madre Iglesia jerárquica, constituida por
Cristo resucitado. Una familia que tiene una Madre, la Virgen Ma- Primera Lectura
ría. Las familias cristianas pertenecen a esta gran familia, y en ella Lectura del libro del Génesis 11,1-9
encuentran luz y fuerza para caminar y renovarse, mediante las Toda la tierra hablaba la misma lengua con las mismas palabras.
Al emigrar (el hombre) de oriente, encontraron una llanura en el
fatigas y las pruebas de la vida. país de Sanaar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros:
A esta gran familia están invitados y llamados todos los hijos de «Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos.»
Dios de cualquier pueblo y lengua, todos hermanos e hijos de un Emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de ce-
único Padre que está en los cielos. mento. Y dijeron: «Vamos a construir una ciudad y una torre que
alcance al cielo, para hacernos famosos, y para no dispersarnos por
Éste es el horizonte del Cenáculo: el horizonte del Cenáculo, el la superficie de la tierra.» El Señor bajó a ver la ciudad y la torr
horizonte del Resucitado y de la Iglesia. De aquí parte la Iglesia que estaban construyendo los hombres; y se dijo: «Son un solo
en salida, animada por el soplo del Espíritu. Recogida en oración pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de
con la Madre de Jesús, revive siempre la esperanza de una renova- su actividad, nada de lo que decidan hacer les resultará imposible.
Voy a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no entienda
da efusión del Espíritu Santo: Envía, Señor, tu Espíritu, y renueva la lengua del prójimo.»
la faz de la tierra (cf. Sal 104,30). El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de
construir la ciudad. Por eso se llama Babel, porque allí
Que estas palabras del Papa se hagan nuestro sentimiento en este confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí los dis-
persó por la superficie de la tierra. Palabra de Dios.
“nuevo Cenáculo” de nuestra Iglesia parroquial, para vivir esta,
nuestra Vigilia de Pentecostés, para meditar en la misericordia de
Dios que nos ha dado en su Espíritu la luz de la vida y la fuerza
para caminar en la fe.
SALMO 112 EPISTOLA
R. Alabado sea el nombre de Dios Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos

¡Alaben, siervos del Señor, Hermanos :


alaben el nombre del Señor. Sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda
Bendito sea el nombre del Señor, ella con dolores de parto.
ahora y por siempre: Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del
de la salida del sol hasta su ocaso, Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser
alabado sea el nombre del Señor. R. hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se
ve, ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aquello
El Señor se eleva sobre todos los pueblos, que ve? Cuando esperamos lo que no vemos, esperamos con
su gloria sobre los cielos. perseverancia.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro, Así también el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad,
que se eleva en su trono porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el
y se abaja para mirar Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.
al cielo y a la tierra? R. El que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu,
y que su intercesión por los santos es según Dios.
Levanta del polvo al desvalido, Palabra de Dios
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo; Aclamación antes del Evangelio
a la estéril le da un puesto en la casa, Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y encien-
como madre feliz de hijos. R. de en ellos la llama de tu amor. Aleluya.

Lectura del santo Evangelio según San Juan 7, 37-39


Oremos El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús en pie
Dios de amor, que en esta noche nos concedes acoger gritaba:
tu Espíritu de amor, haz que la Iglesia extendida —El que tenga sed, que venga a mí;
de uno a otro confín de la tierra, sea en medio del el que cree en mí que beba. (Como dice la Escritura: de
mundo dividido por odios y discordias, instrumento sus entrañas manarán torrentes de agua viva.)
de tu paz y vínculo de amor para todos los pueblos. Decía esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vi- los que creyeran en él. Todavía no se había dado el Espí-
ve y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, ritu, porque Jesús no había sido glorificado.
por los siglos de los siglos.
Palabra del Señor
R. Amén Habiendo terminado la homilía , la misa continua co-
mo de costumbre.
para los que sirven al hombre; Segunda lectura
que da su alimento al ganado Lectura del Profeta Ezequiel 37, 1-14
y a las crías de cuervo que graznan. R.
En aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí, y con su
No aprecia el vigor de los caballos, Espíritu el Señor me sacó y me colocó en medio de un valle todo
no estima los músculos del hombre: lleno de huesos. Me hizo dar vueltas y vueltas en torno a ellos:
el Señor aprecia a sus fieles, eran innumerables sobre la superficie del valle y estaban
que confían en su misericordia. R. completamente secos.
Me preguntó:
—Hombre mortal, ¿podrán revivir estos huesos?
Oremos Yo respondí:
—Señor, tú lo sabes.
Dios todopoderoso y eterno, tú has querido prolongar El me dijo:
la celebración del misterio pascual durante cincuenta —Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y diles: ¡Huesos
días; has que los pueblos dispersos se congreguen y secos, escuchen la Palabra del Señor! Así dice el Señor a estos
las diversas lenguas se unan en la proclamación huesos: «Yo mismo traeré sobre ustedes espíritu y vivirán.
de la gloria de tu nombre. Pondré sobre ustedes tendones, haré crecer sobre ustedes carne,
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y extenderé sobre ustedes piel, les infundiré espíritu y vivirán. Y
sabrán que yo soy el Señor.»
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Y profeticé como me había ordenado, y a la voz de mi oráculo,
Dios, por los siglos de los siglos. hubo un estrépito, y los huesos se juntaron hueso con hueso. Me
fijé en ellos: tenían encima tendones, la carne había crecido y la
R. Amén piel los recubría; pero no tenían espíritu. Entonces me dijo:
—Conjura al espíritu, conjura, hombre mortal, y di al espíritu:
Así dice el Señor: «De los cuatro vientos ven, espíritu, y sopla
HIMNO DEL GLORIA (el sacerdote hace la oinvitación a en- sobre estos muertos para que vivan.»
tonar el himno del Gloria.) Yo profeticé como me había ordenado; vino sobre ellos el
espíritu y revivieron y se pusieron en pie. Era una multitud
innumerable.
Ahora, con la Iglesia, iluminada por el Espíritu, cante- Y me dijo:
mos la gloria de la Trinidad. —Hombre mortal, estos huesos son la entera casa de Israel, que
dice: «Nuestros huesos están secos, nuestra esperanza ha
perecido, estamos destrozados.» Por eso profetiza y diles:
Terminado el himno del gloria se procede a rezar la oración co- Así dice el Señor: «Yo mismo abriré sus sepulcros, y los haré
lecta propuesta en el misal romano y se lee la epístola y el evan- salir de sus sepulcros, pueblo mío, y los traeré a la tierra de
gelio. Israel. Y cuando abra sus sepulcros y los saque de sus sepulcros,
pueblo mío, sabrán que soy el Señor. Los infundiré mi espíritu y
vivirán; los colocaré en su tierra y sabrán que yo, el Señor, lo
digo y lo hago.» Oráculo del Señor. Palabra de Dios.
Salmo 95 Tercera lectura
R. Cuenten las maravillas del Señor a todas las naciones. Lectura de la profecía de Joel 3, 1-5

Así dice el Señor:


Canten al Señor un cántico nuevo,
«Derramaré mi Espíritu sobre toda carne: profetizarán sus hijos
canten al Señor, toda la tierra;
e hijas, sus ancianos soñarán sueños, sus jóvenes verán visiones.
canten al Señor, bendigan su nombre. R.
También sobre mis siervos y siervas derramaré mi Espíritu aquel
día.
Proclamen día tras día su victoria. Haré prodigios en cielo y tierra: sangre, fuego, columnas de
Cuenten a los pueblos su gloria, humo. El sol se entenebrecerá, la luna se pondrá como sangre,
sus maravillas a todas las naciones. R. antes de que llegue el día el Señor, grande y terrible.
Cuantos invoquen el nombre del Señor se salvarán. Porque en el
Póstrense ante el Señor en el atrio sagrado, monte de Sión y en Jerusalén quedará un resto; como lo ha
tiemble en su presencia la tierra toda; prometido el Señor a los supervivientes que él llamó.» Palabra de
digan a los pueblos: «El Señor es rey.» R. Dios.

Delante del Señor que ya llega, SALMO 146


ya llega a regir la tierra: R. Alaben al Señor, que la música es buena;
regirá el orbe con justicia nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
y los pueblos con fidelidad. R.

El Señor reconstruye Jerusalén,


Oremos reúne a los deportados de Israel;
Señor Dios, lleno de poder, que levantas al hombre él sana los corazones destrozados,
caído y lo conservas en tu fidelidad; aumenta el nú- venda sus heridas. R.
mero de los que serán renovados por tu gracia santi-
ficante y haz que tu Espíritu conduzca siempre Cuenta el número de las estrellas,
a todos los bautizados. a cada una la llama por su nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
R. Amén humilla hasta el polvo a los malvados. R.

Entonen la acción de gracias al Señor,


toquen la cítara para nuestro Dios,
que cubre el cielo de nubes,
preparando la lluvia para la tierra. R.

Que hace brotar hierba en los montes,

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