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BALOTARIO PARA EVALUACION FINAL

LA REPRESENTACIÓN EN LOS ACTOS JURÍDICOS

CONCEPTO
Por regla general toda persona en el ejercicio de sus derechos, y en uso de sus facultades puede
celebrar cualquier acto jurídico sin contravenir la ley, el orden público y las buenas costumbres.
Por excepción, la ley otorga o faculta a la persona o sujeto de derecho que pueda celebrar
indirectamente el negocio o acto Jurídico, por intermedio de otra persona que previamente a
designado con tal fin, para que actúe a su nombre y representación celebrando directamente el
acto jurídico. A esta persona se le denomina Representante.
En esta última hipótesis se da la institución de la representación, consecuentemente, el
representante es la persona que en forma directa celebra el negocio o acto jurídico, en cambio
el representado lo hace en forma indirecta, y a cuyo nombre el representante celebra el Acto
Jurídico con un tercero. Ejm: A es apoderada de B y celebra un contrato de arrendamiento con
C. A, actúa como representante y B como representada.
REQUISITOS.
1. La Capacidad. El representante debe ser una persona capaz, es decir con capacidad
jurídica otorgada por la ley para poder celebrar actos jurídicos por sí mismo y consecuentemente
a nombre de otro.
No debe estar incurso en las incapacidades contenidas en los Arts. 43° y 44° del C.C., en
concordancia con el art. 145° del mismo cuerpo de leyes.
2. Que el representante aporte una voluntad propia, de lo contrario sería un simple
mensajero, y actuaría sólo como simple transmisor de la voluntad del representado. Sin embargo,
es evidente que el carácter del representante no es la de un simple mensajero dado que se
caracteriza, fundamentalmente, porque negocia, conversa, se informa, conviene las condiciones
propias del acto jurídico hasta dejarlo plenamente celebrado y muchas veces ejecuta el acto
jurídico.
3. Los derechos y obligaciones del acto jurídico celebrado por el representante deben recaer
exclusivamente sobre el representado y no sobre el representante, por lo que debe manifestarse
expresamente esta intención en el documento que contiene el acto jurídico (contrato u otra forma
de acto jurídico).
4. El representante debe estar facultado para actuar a nombre del representado con el
tercero, no debiendo excederse en las facultades de que está premunido.
Tratándose de una representación convencional, si el representante pacta o celebre un acto
jurídico más allá de lo que está autorizado por el representado, dicho acto no compromete a éste
último, por lo que deviene en ineficaz lo convenido en exceso. Ejemplo: Si Pablo autoriza a
Moisés para que alquile una de sus propiedades y Moisés alquila 2 propiedades, el acto deviene
ineficaz por exceso en la representación que ejerce Moisés.
En el caso de la representación legal, a diferencia de la representación convencional los límites
de las facultades o de la autorización del representado están prescrito por la ley.
CLASES DE REPRESENTACIÓN
1. REPRESENTACIÓN LEGAL.- Llamada también Representación Necesaria, se sustenta
en la ley, en la función tuitiva del Estado y en aquella finalidad dirigida fundamentalmente por el
Estado a fin de que nadie se quede sin la protección de sus intereses y derechos. Comprende
tanto a las personas naturales como a las personas jurídicas.
En relación a los incapaces, los padres son representantes legales, respecto de sus hijos
menores, y aún de los que están por nacer. El Derecho familia ha creado la institución jurídica
denominada Patria Potestad, la que se ejerce conjuntamente por el padre y la madre durante el
matrimonio.
Tratándose de los hijos extramatrimoniales, la representación es ejercida por el padre o la madre
que los ha reconocido y si ambos lo reconocen, pero viven separados, el Juez determina a quien
corresponde. La Tutela se ejerce sobre los menores de edad que no se encuentran bajo la Patria
Potestad. Al representante la ley lo denomina tutor.
La Curatela se ejerce sobre las personas mayores de edad que son incapaces absolutos, los
Curadores son representantes legales de las personas anteriormente indicadas.
Los Representante Legales de las personas Jurídicas de derecho Público se determinan por las
disposiciones que las leyes establezcan, (en concordancia con los arts. 76° y 79° del C.C.) Por
ejemplo. El Alcalde representa a la Municipalidad, el Rector a la Universidad, el Decano a la
Facultad de Derecho, El Ministro al Ministerio, etc.
En el caso de las personas jurídicas de Derecho Privado regulados por el Código Civil, la ley
general de Sociedades o por leyes especiales. Sus representantes son los presidentes, gerentes
generales, secretarios generales, según el caso particular.
2 - REPRESENTACIÓN VOLUNTARIA CONVENCIONAL .- Es aquella que surge en forma libre
y espontánea de parte de las personas naturales o jurídicas, como resultado de un acuerdo de
voluntades.
Para el Jurista Italiano Covielo, el otorgamiento del poder de representación es siempre una
manifestación de voluntad por la cual una persona autoriza a otra para actuar en su nombre y en
defensa de sus intereses. Por ejemplo, el mandato regulado por los Arts. 1790 y 1792 del C.C.
REPRESENTACIÓN DIRECTA Y REPRESENTACIÓN INDIRECTA
REPRESENTACIÓN DIRECTA .- Doctrinariamente es aquella en que el representante declara
una voluntad propia, que actúa a nombre del representado, y que está premunido de facultades
o poderes conferidos por el representado para ejercer la representación. Estos requisitos deben
ser concurrentes y tener una representación emanada de un poder.
REPRESENTACIÓN INDIRECTA .- Doctrinariamente es aquella en la cual una persona se
coloca en lugar de otra, celebrando el acto jurídico en su propio nombre, sin poner de manifiesto
que está actuando a nombre de otro o cuidando interese ajenos. En este caso el representante
recibe la denominación de interposita persona.
El Código Civil vigente regula dicha Institución en los Arts. 1809° al 1813°.

EL PODER
1- CONCEPTO:
El concepto del Poder está referido a la representación voluntaria directa. Tiene varias
acepciones. Es el documento en el cual consta la representación, es decir las facultades amplias,
generales o especiales que una persona otorga a otra persona para que actúe a su nombre.
Puede celebrarse por Escritura Pública, por acta fuera de Registro o por Carta Poder. También
es el acto jurídico, por medio del cual, se confiere la representación.
El Poder designa estrictamente la situación jurídica de que es investido, o en que es colocado el
representante, y que le permite actuar en la esfera Jurídica ajena del representado.
2.- REVOCACIÓN DEL PODER: La Revocación del Poder, es el acto unilateral del representado
para dejar sin efecto la representación otorgada al representante. El representante puede revocar
el Poder otorgado al representante en cualquier momento, para dicho efecto, la revocación del
poder deberá comunicarse al representante y a todos los que intervienen o tienen legítimo
interés, o mantengan relaciones jurídicas vinculadas con dichos poderes. Respecto a los
terceros, la revocación surte efecto si se ha inscrito en los Registros Públicos, de lo contrario no
puede oponerse a éstos si han celebrado actos jurídicos con el representante ignorando la
revocación del poder que estaba debidamente inscrito. Vale decir si los terceros han actuado de
buena fe al celebrar los actos jurídicos con el representante, surtirán sus efectos jurídicos.
Se encuentra regulado por el Art. 152° del C.C. concordante con el Art. 149° del C.C.
3.- IRREVOCABILIDAD DEL PODER.- El poder es irrevocable cuando el representado a
otorgado poder para un acto especial por tiempo limitado o cuando es otorgado en interés común
del representado y del representante o de un tercero.
Sin embargo, en este caso, si el representado dejara sin efecto el poder estará obligado a
indemnizar los daños y perjuicios irrogados al representante. El Plazo de vigencia y validez del
poder irrevocable, no puede ser mayor de un año, de conformidad con el Art. 153° del C.C.
vigente.
4.- RENUNCIA DEL PODER: El representante puede renunciar a la representación para lo cual
deberá comunicárselo al representado, debiendo continuar en sus funciones hasta ser
reemplazado, salvo impedimento grave o justa causa, en todo caso el representante puede dejar
la representación si transcurridos 30 días de notificado el representado, más el término de la
distancia, no ha sido reemplazado por otro.
5.- CLASES DE PODER: De conformidad con el art. 155° del C.C., el representado puede
otorgar 2 clases de Poderes : Poder general y Poder Especial.
El Poder General es aquel que se otorga para actos de administración de los bienes, derechos
y patrimonios que posee y del cual es titular el Representado.
El Poder Especial, es aquel que se otorga al representante para actos específicos y concretos,
y se otorga por escritura pública, bajo sanción de nulidad. Por ejemplo: para la venta de un bien
inmueble, el representado otorgará poder especial a su representante con tal fin.
El Poder General, es exclusivamente para los actos de administración y el Poder Especial para
aquellos que en forma expresa autoriza el representado de un modo indubitable y por escritura
pública, bajo sanción de nulidad como sucede cuando una persona autoriza a otra, para que
realice actos jurídicos de disposición en sus bienes.

LA SUSTITUCIÓN
1.- CONCEPTO
La sustitución consiste en la delegación que hace el representante de todas o algunas de las
facultades que ha recibido para ejercer la representación a otra persona llamado sustituto. Se
encuentra regulado por el art. 157° del C.C.
2.- CLASES DE SUSTITUCIÓN
2.1 SUSTITUCIÓN RESTRICTA O RESTRINGIDA
El representante efectúa la sustitución en la persona que el representado designó previamente
al otorgarle poder y representación, es decir el representado le señala claramente el nombre y la
persona que podrá sustituirlo para celebrar cualquier acto jurídico en que el representante no
pudiera concurrir.
El Representante designa a su sustituto en aquella persona que el representado le a señalado,
de tal manera que los actos que celebre el sustituto con terceros serán exclusivamente
responsabilidad del sustituto y no del representante. El representante cumple lo ordenado por el
representado.
Se encuentra contemplado en la primera parte del art. 158° del Código Civil.
2.2 SUSTITUCIÓN IRRESTRICTA
Está regulada en la segunda parte del Art. 158° del C.C. y consiste en la libertad que tiene el
representante para elegir y designar a su sustituto, asumiendo las responsabilidades si designa
como sustituto a una persona que no es idónea, es incapaz o insolvente, es decir que no reúna
condiciones morales, intelectuales, físicas, para cumplir con las funciones del cargo. Será
responsable también por los actos que habiendo celebrado al sustituto perjudiquen al
representado.
SITUACIONES ESPECIALES EN LA REPRESENTACIÓN
1. EXCESOS EN EL EJERCICIO DE LA REPRESENTACIÓN:
Si el representante ha procedido excediéndose en las facultades que le confirió el representado
o violando dichas facultades el acto jurídico celebrado en esas condiciones no surte ningún efecto
jurídico para el representado, sin perjuicio de las responsabilidades civiles o penales en que
hubiere incurrido el representante frente al representado y frente a terceros.
Se encuentra regulada por la primera parte del art. 161° del C.C.
2. AUSENCIA DE REPRESENTACIÓN O FALSA REPRESENTACIÓN
Igualmente son ineficaces los actos celebrados por el que funge de representante, sin tener
representación alguna. Sin embargo en estos casos el acto jurídico puede ser ratificado por el
representado de acuerdo con la forma prescrita empleada en su celebración y tiene efecto
retroactivo, dejando a salvo el derecho de terceros, conforme establece el art. 162° del Código
Anterior.
Antes de la ratificación puede resolverse o extinguirse el acto jurídico entre el tercero y
representante, sin perjuicio de la indemnización que corresponda.
La facultad de ratificar se trasmite a los herederos del representado. Se encuentra regulada por
la segunda parte del art. 161° del C.C
3. LA REPRESENTACIÓN EN LOS ESTABLECIMIENTOS PUBLICOS
El art. 165° del Código Civil, establece que los empleados o dependientes que laboran en
establecimientos abiertos al público, gozan y cuentan con poder de representación para los actos
que ordinariamente se realizan en ellos.
Según Lohman Luca De Tena, esta presunción jurídica comprende no sólo a los dependientes
sino también a los factores y mancebos de acuerdo con el Código de Comercio. Esta presunción
opera jure et de jure.
El Factor es el apoderado general que administra, dirige y contrata, sobre los asuntos del
establecimiento, fabril o comercial.
Los dependientes tienen funciones más restringidas, sólo desempeñan una o varias gestiones
por cuenta del principal.
Los Mancebos (popularmente conocidos como vendedores o ejecutivos de venta), son los
encargados de vender al por menor en un establecimiento abierto al público o almacén, se
consideran autorizados para cobrar el importe de las ventas y sus recibos son válidos.
4. EL ACTO JURÍDICO ALIENO NOMINE
La regla contenida en el art. 166° del C.C., establece que el Acto jurídico que celebre consigo
mismo el representante ya sea en nombre propio o como representante de otro, es anulable.
La excepción establecida en el mismo artículo se da en los 3 casos siguientes:
1.- Si la ley lo permite, el acto alieno nomine es válido.
2.- Si el representado lo hubiera autorizado en forma específica, el acto alieno nomine es
válido.
3.- Si el objeto del negocio no produce un conflicto de intereses, el acto jurídico alieno nomine
es válido.
En el caso del acto jurídico consigo mismo, corresponde al representado que no dio la
autorización pertinente ejercer la acción judicial de anulabilidad o nulidad relativa.
5. AUTORIZACIÓN EXPRESA QUE REQUIEREN LOS REPRESENTANTES LEGALES
Los representantes legales de conformidad con el Art. 167° del C.C. necesitan autorización
expresa para efectuar los siguientes Actos Jurídicos:
1.- Para disponer o gravar los bienes del representado.
2.- Para celebrar transacciones.
3.- Para celebrar compromiso arbitral, o someter a arbitraje las controversias o conflictos que
requieren Tutela Jurisdiccional, de acuerdo al D.Ley 25935 (Ley General de arbitraje).
4.- Para celebrar los demás actos para los que la Ley o el Acto Jurídico exigen autorización
especial.
Esto significa , por ejm: que los representantes de una persona jurídica, como el Gerente General
o el Presidente de la Institución, requieren autorización expresa de los Órganos de Gobierno para
realizar dichos actos jurídicos.
Tratándose de menores de edad sometidos a la Patria Potestad (Arts. 447° y 448° del C.C.), la
autorización debe ser judicial. El mismo tratamiento otorga el Código Civil cuando se trata de la
Tutela (Arts. 531° y 532° del C.C.) y la Curatela (Arts. 578°, 575° y 577° del C.C.).
LA INTERPRETACION DEL ACTO JURIDICO

Podríamos definir a la interpretación como aquel proceso de hermenéutica, mediante el cual se


busca desentrañar, encontrar o determinar el verdadero sentido o alcance, de alguna palabra,
término, frase, parte o estipulación que contiene determinado acto jurídico, que resultan ser
ambiguos o poco claros.

De la definición antes anotada, se debe precisar que, en esencia, la interpretación es una


cuestión de hecho, por cuanto, para buscar el verdadero sentido o alcance de lo que resultase
poco claro, se debe remitir al contexto mismo del acto jurídico celebrado, en especial; a la
manifestación de voluntad esgrimida, por ello, no puede ser catalogado como una cuestión de
derecho.

ORIGEN ETIMOLÓGICO
La interpretación proviene de dos vocablos latinos interpretatio e interpretari, que importan en
esencia, encontrar, desentrañar, descubrir el aspecto de algo que no resulta ser claro. Ahora
bien, la acepción señalada de la palabra interpretación, no difiere en casi nada respecto al
concepto común que se suele tener de la referida palabra.

NATURALEZA JURÍDICA DE LA INTERPETACIÓN


Para determinar el fundamento o esencia de la interpretación, tenemos que remitirnos
necesariamente a las teorías que recogen la doctrina y la evolución de derecho. Al respecto
podemos señalar las siguientes:

1) Teoría de la voluntad o subjetiva

Proviene de la doctrina francesa, señala, fundamentalmente, que para interpretar un acto jurídico
debe tenerse en consideración, primordialmente la voluntad interna o subjetiva del sujeto,
dejando de lado aquella voluntad externa, objetiva o exteriorizada por la persona. Como se podrá
observar existe una prevalencia o preferencia del aspecto interno de la voluntad a diferencia de
la voluntad exteriorizada.

2) Teoría de la declaración objetiva

Según esta teoría, propulsada por la escuela alemana, para interpretar los actos o negocios
jurídicos se debe tener presente, esencialmente, la voluntad exteriorizada por la persona, mas
no la voluntad interna o subjetiva. De lo expuesto, se nota pues un predominio de la declaración
(voluntad externa) sobre la intención (voluntad interna). Asimismo debemos precisar que
originalmente el Código Civil alemán BGB, estuvo impregnado de un criterio netamente
subjetivista recogiendo el modelo francés plasmado en la categoría de la voluntad, sin embargo
con posterioridad, por la corriente de la misma doctrina alemana, se optó a la teoría objetiva o
de la declaración.

Como se podrá apreciar, las dos teorías citadas, resultan ser antagónicas entre sí, razón por la
cual aparecieron otras dos teorías que tratan de conciliar a las señaladas, pero a la postre lo que
originaron fue una bifurcación aún más notable entre ellas; trayendo una irremediable
inconcibilidad, estas teorías son la teoría de la responsabilidad y la teoría de la confianza o buena
fe.

3) Teoría de la responsabilidad

Tuvo como propulsor al alemán Ihering, quien señala que la persona que emite una
manifestación, por el solo hecho de hacerlo deberá garantizar que ella corresponde a su real
intención, caso contrario estará obligado a indemnizar por su falta de sinceridad. Esta teoría por
sus fundamentos doctrinales toma partido por la Teoría de la Voluntad, siendo afín a esta.
4) Teoría de la Confianza o Buena Fe

Establece un juzgamiento "a priori" de la buena fe, señalando que la persona que recibe una
declaración debe considerar que la misma corresponde a la real voluntad de quien lo hace y, en
caso de que ello suceda estará protegido con el amparo que otorga la buena fe. La teoría
señalada tiene correlación con la Teoría de la declaración.

Pues bien, el correlato de las teorías desarrolladas y, relacionadas con el Código Civil peruano,
tenemos que el artículo 168º recoge en forma clara la Teoría de la declaración y la teoría de la
confianza o buena fe, por cuanto al señalar en forma taxativa: "El acto jurídico debe ser
interpretado de acuerdo con lo que se haya expresado en él y según el principio de la buena fe",
se refiere tanto a la voluntad objetiva (expresado exteriormente la voluntad) así como a la buena
fe.

Según nuestro criterio, estamos de acuerdo con la adopción de la Teoría de la declaración, por
cuanto además de otorgar seguridad jurídica (en el sentido que prevalecerá aquello que se ha
expresado objetivamente en el acto jurídico), al considerar a la Teoría de la voluntad como
principio de interpretación, sería contraproducente debido a que la interpretación al convertirse
en un proceso meramente subjetivo, podría desnaturalizar la esencia del acto jurídico, más aún
que éste una vez celebrado adquiere plena autonomía funcional o estructural que no puede ser
variado, modificado o desnaturalizado día un proceso interpretativo.

CLASES DE INTERPRETACIÓN

La doctrina recoge que la interpretación tiene varias clases, dentro de las cuales (las más
importantes) sobre interpretación auténtica, judicial, arbitral y doctrinaria (o doctrinal).

A) Interpretación Auténtica

Es aquella realizada por los mismos celebrantes del acto jurídico, donde, frente a la ambigüedad
o poca claridad de alguna de las partes conformantes del mismo, procede a realizar la
interpretación y, de llegar a desentrañar el verdadero sentido o alcance, será plasmado en un
documento posterior que vendrá a ser el acto interpretativo y pasan a formar parte del acto
jurídico que se está interpretando.

B) Interpretación Judicial

En este caso, cuando no hay acuerdo para que las partes realicen la interpretación, o existiendo
no se llega a ninguna solución respecto a la interpretación, es factible que se recurra al poder
judicial, pues será el órgano jurisdiccional el que interprete el acto jurídico que resulta ser poco
claro. La interpretación que se realice será plasmada en la sentencia que dicte el respectivo juez.
Estando frente a una resolución judicial, el caso de ser firme o que constituya una cosa juzgada,
será vinculante esta determinación para los celebrantes del acto jurídico o cualquier tercero que
tenga interés respecto al mismo.

C) Interpretación Arbitral

Es aquella realizada por el árbitro, ante quien se somete el acto jurídico que resulta ser poco
claro, confuso o ambiguo para su interpretación pertinente. El documento que contenga el acto
interpretativo vendrá a ser el laudo arbitral, el que por cierto es vinculante para los que se
someten a esta clase de interpretación.

D) Interpretación Doctrinal o Doctrinaria


Aquí se recurre ante un especialista o institución versada en materia jurídica, en especial
conocedores de acto jurídico, con la finalidad de que, en base a sus nociones pormenorizadas
en estos temas, procedan a encontrar el verdadero sentido o alcance de lo que resulta poco claro
o ambiguo. Es interpretación podrá ser ilustrativa o referencial y, de ser el caso, servirá para
efectos de que en su momento oportuno el juez o el árbitro, o las partes tengan a bien
considerarlo.

MÉTODOS DE INTERPRETACIÓN

A tenor de lo prescrito en el Código Civil peruano, tenemos los siguientes métodos de


interpretación que sirven para desentrañar el verdadero sentido, alcance de algo oscuro o
ambigüedad que resulta en el acto jurídico:

A) Método Sistemático o Interdependiente

Establece que para interpretar los actos jurídicos, se debe apreciar a éstos de manera integral,
tratando de preservar su unidad como acto jurídico existente, donde si bien es cierto pueden
existir algunas partes conformantes dudosas, ambiguas o poco claras, el intérprete deberá
realizar su labor de hermenéutica mediante un juego o método combinatorio relacionando una
cláusula con otra, donde a aquellas que resultan dudosas o confusas se les debe atribuir el
significado, comprensión o sentido que resulte de las demás cláusulas o partes integrantes.

El método señalado se encuentra regulado en el artículo 169º C.C. que a la letra señala lo
siguiente: "Las cláusulas de los actos jurídicos se interpretan las urnas por medio de las otras,
atribuyéndose a las dudosas el sentido que resulta del conjunto de todas".

En este punto debemos precisar que un sector de la doctrina señala que existe defecto de
redacción del artículo antes citado, por cuanto consideran que al utilizar la palabra "cláusula" se
convierte en una norma de carácter restrictivo ya que en esencia, sólo comprendería a los
contratos y, no a la generalidad de actos jurídicos a los cuales sería aplicable.

B) Método Teológico o Finalista

Este método, en esencia, busca viabilizar, precisar o determinar las dudas que pudiesen surgir
de la utilización de un lenguaje impropio usado al momento de la celebración y consumación del
acto jurídico, que se preste a confusión, donde el interpretación precisamente de encontrar el
verdadero sentido o alcance. Ahora bien, cuando el artículo 170º C.C. (que recoge el método
comentado) señala que las expresiones deben entenderse al sentido más adecuado a la
"naturaleza" del acto. Este método interpretación propenderá establecer la clase, especie o
variedad de acto jurídico que se ha celebrado, lo que un sector de la doctrina señala como
"especie negociada".

Asimismo, la doctrina recoge otro defecto de redacción en el mencionado artículo 170º C.C.
cuando señala "al objeto del acto", ese nombre resulta impropio para el contexto de la
interpretación teológica o finalista ya que no se refiere al aspecto material que se encuentra en
duda, sino propiamente "a la finalidad del acto", palabra que debió ser redactada en ese sentido,
entendiéndose como tal a la finalidad objetiva; es decir, lo que se pretendió con la celebración
del acto jurídico.

NORMAS DE INTERPRETACIÓN CONTENIDAS EN EL CÓDIGO CIVIL

El Código Civil peruano, en su contexto legal contiene dispersas normas interpretación que
vienen a ser las siguientes:
· Artículo 168º C.C. (principio general de interpretación).
· Artículo 169ºC.C. (método de interpretación sistemático o interdependiente).
· Articuló 170º C.C. (método de interpretación finalista o teleológico).
· Articulo 690º C.C. (carácter personal y voluntario del acto testamentario).
· Artículo 1361º C.C. (fuerza vinculatoria del contrato)
· Artículo 1362º C.C. (buena fe y común intención de las partes en el contrato).
· Artículo 1401º C.C. (interpretación contra el estipulante).
· Artículo 1351º C.C. (normas para la calificación del contrato).

INTERPRETACIÓN, CALIFICACIÓN E INTEGRACIÓN DEL ACTO JURÍDICO

a) Interpretación

Tal como se ha señalado, es una labor de hermenéutica destinada a encontrar el verdadero


sentido hubo alcance de la manifestación de voluntad, contenida en determinada cláusula o parte
del acto jurídico, que resulta ambiguo o poco claro. Es primordialmente una cuestión de hecho,
debido a que se circunscribe al contexto en que fue celebrado el acto jurídico y, se interpretan
tomando como marco de referencia ello.

b) Calificación

La calificación del acto jurídico tiene como finalidad determinar el nombre o calificativo que le
debe corresponder y, con ello permitir que normas jurídicas les serán de aplicación para su
regulación. Es todo un proceso el que comprende la calificación, por cuanto una vez establecido
el sentido o alcance del acto, mediante la interpretación, se procede a fijar a este acto dentro de
determinada especie negociada (llámese por ejemplo, compra-venta, mutuo, arrendamiento,
comodato, etc.) para prevenir qué normas le serán de aplicación.

Debe tenerse presente que el acto jurídico no necesariamente corresponde al nombre que las
partes puedan otorgarle, sino será aquel que por su esencia y contenido esté regulado con
determinado nomen juris por el ordenamiento legal, donde incluso puede constituirse en un acto
innominado. Muchas veces por ignorancia o desconocimiento, las personas le atribuyen al
determinado acto un nombre; sin embargo, de no corresponder este a su verdadera esencia, es
posible enmendar el defecto anotado mediante la calificación, otorgando la correcta especie
negocial que corresponde dicho acto.

c) Integración

Si partimos del supuesto que mediante la interpretación se encuentra el verdadero sentido o


alcance de la manifestación de voluntad que resulta ambigua o poco clara, con la integración se
llenan todos los eventuales vacíos que pudiera llevar consigo el acto jurídico, encargándose de
esta función el ordenamiento legal y, en este caso vendrá a ser el Código Civil. Así por ejemplo,
si “A” vende su casa a “B” y, en la minuta (contrato de compraventa) omite señalar lo concerniente
al saneamiento por evicción, en este caso, vía integración, será el Código Civil el que asuma
dicha función integradora mediante el artículo 1484º y siguientes.
MODALIDADES DE LOS ACTOS JURIDICOS

1.- INTRODUCCION: LOS ELEMENTOS DEL ACTO JURÍDICO: El Acto Jurídico, se


caracteriza fundamentalmente, por tener tres elementos:

1.1.- ELEMENTOS ESENCIALES.- Aquellos que no pueden faltar para que el acto tenga
existencia jurídica. Son los componentes imprescindibles del Acto Jurídico, la falta o ausencia de
uno de ellos provoca su nulidad. Son los denominados requisitos de validez del acto jurídico, y
están enumerados por el art. 140° C.C.

1.2.- ELEMENTOS NATURALES.- Son los elementos que integran el acto jurídico, porque la
ley se los atribuye así las partes no manifiesten nada respecto a ellos. Sin embargo, pueden ser
separados por la voluntad de las partes, sin afectar la validez del acto jurídico. Por ejemplo: En
el contrato de compra-venta, las partes pueden acordar que el vendedor no queda sujeto a los
efectos de saneamiento por evicción.

1.3- ELEMENTOS ACCIDENTALES O MODALIDADES DEL ACTO JURIDICO.- Son aquellos


que normalmente no pertenecen al acto jurídico en particular como sucede con los elementos
esenciales y naturales, si no que únicamente vienen a adherirse a los actos jurídicos mediante
una estipulación expresa, pero una vez incluidos tienen que ser obligatoriamente cumplidos por
las partes.
Entre estos elementos accidentales tenemos a las modalidades de los actos jurídicos; a la
cláusula, penal, a las arras.

2.- ACTO MODAL.- Cuando al acto jurídico no se le adhiere modalidad alguna esto es
condición, plazo o cargo se le llama acto puro, cuando se le a anexado un elemento accidental
como las modalidades se le denomina acto modal.

LA CONDICION

1.- NOCIÓN.- Es un evento, un hecho, un suceso o un acontecimiento futuro e incierto del


cual se hace depender la eficacia o resolución de un acto jurídico.
De acuerdo con esta definición la eficacia o extinción de los actos jurídicos está referida a los
efectos, pero no al negocio propiamente dicho.

2.- REQUISITOS.- Los requisitos de la condición son tres:


1.- Debe ser un hecho futuro, nunca puede hablarse de condición para el pasado ni el
presente.
2.- El evento o hecho que motiva la condición debe ser un hecho incierto, es decir, que las
partes desconocen si puede o no verificarse.
3.- El acontecimiento futuro e incierto debe ser arbitrariamente establecido, esto es
libremente pactado de acuerdo con la teoría de la autonomía de la voluntad.

3- CLASES DE CONDICION
3.1- CONDICION POSITIVA Y NEGATIVA
- Las condiciones positivas, sostiene Enneccerus y llamadas también afirmativas, exigen para su
cumplimiento una alteración en los hechos del cual depende la eficacia del acto jurídico. Por el
contrario las condicione negativas no exigen una alteración en los hechos del cual depende la
eficacia del acto jurídico.
Covielo es del mismo parecer, y afirma que las condiciones son positivas cuando el hecho es de
tal magnitud que cambia el estado actual de las cosas.
Asi por ejemplo: Habrá condición positiva si se dice te donaré la Enciclopedia Jurídica Omega,
si apruebas el tercer ciclo de Derecho, ocupando el primer puesto en el orden de meritos. Por el
contrario la condición será negativa si se dice te doy S/.100.00 nuevos soles si sigues residiendo
en Chimbote durante el presente año.
3.2- CONDICION SUSPENSIVA Y RESOLUTORIA
La condición es suspensiva cuando de un hecho o evento futuro e incierto se hace depender la
eficacia del acto jurídico, es decir, que empieza recién a surtir sus efectos, por ejemplo: te dono
una motocicleta, si en el presente año se produce un terremoto en Lima.

La condición es resolutoria cuando de un acontecimiento o suceso futuro e incierto se hace


depender la extinción o resolución de un negocio jurídico. Por ejemplo: Juan y Pedro, celebran
un contrato de arrendamiento en la fecha, incluyendo como condición resolutoria que si durante
el año en curso, se produce una guerra civil en el Perú, se extingue el contrato. El contrato
celebrado entra en vigencia a partir del día de hoy por el plazo de 5 años.

3.3- CONDICION PROPIA E IMPROPIA


Las condiciones son impropias conforme lo señala Leon Barandiaran, cuando concierne a
acontecimientos ilícitos o físicamente imposibles o necesarios; y son condiciones propias,
cuando son referencias a sucesos posibles y lícitos, pero hay que tener cuidado con el criterio
de distinción.
Se ha dicho también que una situación impropia consiste en un hecho físicamente necesario,
esto es, que no puede dejar de ocurrir. Por ejemplo, si se pone como condición si mañana sale
el sol por el oeste.

4- EFECTOS

4.1.- CONDICION SUSPENSIVA.- Mientras no venza el plazo del evento materia de la condición
no procede exigirse el cumplimiento de la correspondiente obligación, es decir el acto jurídico
queda en suspenso.
El acreedor solo tiene un derecho espectaticio, a futuro y al cumplirse la condición, la obligación
queda expedita para su ejecución. Al no cumplirse aquella, la obligación fenece definitivamente
en mérito de lo acabado de exponer, se aplica lo establecido en la tercera parte del artículo 173°
del C.C. Esto es que el deudor puede repetir lo que hubiese pagado antes del cumplimiento de
la condición suspensiva.
Asi tenemos por ejemplo: Si Antonio ofrece donar a Braulio la suma de S/.100,000.00 nuevos
soles si ocupa el primer puesto en el orden de merítos de ingreso a la Academia Diplomatica del
Perú, en el próximo exámen de admisión convocado por el Ministerio de Relaciones Exteriores,
sin embargo Antonio hace entrega de dicho dinero a Braulio, antes del inicio de los exámenes,
consecuentemente Antonio puede repetir, es decir exigir a Braulio la devolución de la suma
pagada por haberlo realizado en forma indebida y prematura.

4.2.- CONDICION ABSOLUTA.- El Acto Jurídico celebrado, ejecutado y en plena vigencia se


disuelve, se extingue al cumplirse la condición; y, al no sobrevenir la condición, el acto o negocio
jurídico queda firme e inamovible.
En este caso también es de aplicación la 3ra. Parte del Art. 173° del C.C. vigente en el sentido
que el deudor puede repetir lo que hubiere pagado antes del cumplimiento de la condición
resolutoria.
Tal sería el caso si A celebra un contrato de arrendamiento con B a partir de la fecha por el plazo
de 2 años con la condición absoluta que si hasta el 31 de diciembre del año en curso viene la
familia de A desde Alemania, se resuelve el acto jurídico obligándose a pagar a B si esto fuera
así, la suma de S/.5,000.00 nuevos soles. Empero sucede que el 28 de noviembre, sin que se
haya cumplido aún la condición resolutoria A le entrega a B la cantidad indicada, luego A puede
repetir, es decir exigir la devolución de lo que hubiere pagado indebidamente a B.

4.3.- IRRECTROACTIVIDAD.- La condición suspensiva o resolutiva no obran u operan


retroactivamente salvo pacto en contrario según el Art. 177° del C.C. vigente.
De acuerdo a esto y siguiendo a la regla establecida su efecto solo opera a partir del día en que
tiene lugar la condición para adelante.
Ejemplo: Si Rorayma transfiere a Kelly una máquina fotocopiadora en la fecha, con la condición
resolutoria de que si hasta el 15 de diciembre del año en curso se va a residir a Lima el comprador
se resuelve el contrato. Al darse la condición Rorayma devolvería el precio a Kelly y ésta la
máquina a aquella. Luego los frutos obtenidos por Kelly desde la fecha hasta que se da la
condición quedarán en propiedad de esta y los intereses del dinero recibidos quedarán como
propiedad de Rorayma.

En lo que atañe a la presencia del riesgo y el peligro es importante determinar si la condición


opera con irretroactividad o retroactividad. Si fuere con retroacción, al perderse la cosa o bien,
antes de realizarse la condición sin culpa del transferidor o vendedor, cuando se efectúa la
condición suspensiva el transferidor no entregará la cosa porque se ha perdido, de modo que, la
obligación se ha convertido en un hecho imposible; sin embargo, el adquiriente o comprador
quedará obligado a pagar el precio convenido, pues, el bien se ha perdido para su dueño el
comprador soportará la pérdida no recibiendo la cosa y pagando el precio, todo ello, como
consecuencia del riesgo que conlleva la retroactividad. En cambio, si la condición opera
irretroactivamente el transferidor no entregará el bien dada su imposibilidad y el adquiriente
tampoco estará obligado a pagar el precio. El dueño del bien seguirá siendo el transferidor y por
tanto él debe sufrir solo la pérdida.

Ejemplo: José conviene en comprarle una casa a Luis por el precio de S/.500,000.00 nuevos
soles con la condición suspensiva de que José obtenga el 1er. Premio de la Lotería de Lima y
Callao el 25 de diciembre del año en curso; pero sucede que el inmueble se destruye totalmente
el 20 de diciembre, sin culpa alguna del transferidor, de modo que, si José se saca la Lotería no
recibirá la casa ni pagará precio alguno. Si fuera por retroactividad si estaría obligado a pagar el
precio aunque no reciba el bien.
La última parte del Art. 177° del C.C., permite la aplicación de la retroactividad la que deberá
hacerse mediante cláusula expresa.

4.4- MIENTRAS LA CONDICION SE HALLA PENDIENTE EL ACREEDOR PUEDE


EJERCITAR LAS ACCIONES CONDUCENTES A LA CONSERVACIÓN DE SU DERECHO.-
Según advierte la primera parte del art. 173° del C.C., cuando se trata de condición suspensiva,
en razón de que el adquiriente tiene un derecho expectaticio, se justifica el ejercicio de las
medidas de seguridad para defender ese derecho. Así podría solicitar que se inscriban el título
donde consta su derecho o que se reconozca el documento si es privado donde aparece la
obligación, etc.

4.5. - Respecto a lo establecido en el art. 175° del C.C. si la condición es que no se realice cierto
acontecimiento dentro de un plazo, se entenderá cumplida desde que vence el plazo o desde
que llega a ser cierto que el acontecimiento no puede realizarse.

4.6.- El Art. 176° del C.C. prescribe que si se impide de mala fe el cumplimiento de la condición
por la parte en cuyo detrimento habría de realizarse se considerará cumplida, al contrario se
considerará no cumplida si se ha llevado a efecto de mala fe por la parte a quien beneficia tal
cumplimiento.
En el primer supuesto la ley reprende el proceder del deudor considerando que la condición se
ha realizado, en el segundo supuesto la ley castiga el comportamiento del acreedor estimando
que la condición no se realizado. Ejemplo: “a” se obliga a donar una motocicleta a “b”, si éste
gana la maratón a realizarse el 31 de diciembre; pero “a” para evadir su obligación por intermedio
de otra persona “c” causa lesiones a “b” impidiendo que participe en el evento, en tal
circunstancia se considerará que “a” está obligado a efectuar la donación a favor de “b”.
El segundo caso sería, si “b” para ganar la maratón dopa a los otros tres finalistas quedándose
dormidos por mitad del camino, en tal sentido a pesar de ganar la maratón “b”, “a” no estará
obligado a donarle la motocicleta.
4.7 - EL CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN ES INDIVISIBLE.- El art. 174° del C.C. establece
que el cumplimiento de la condición es indivisible, aunque consista en una prestación divisible.
Cumplida en parta la condición, no es exigible la obligación, salvo parte en contrario.

El hecho que constituye la condición es distinto al de la obligación que se hace exigible al


efectuarse la condición. La obligación puede ser divisible (pago de una suma de dinero en cuotas
periódicas) o indivisible (entrega de un caballo), ello no incluye para nada en cuanto a calificar si
la condición, sea realizado o no, solo debe considerarse el evento puesto como condición, el que
debe realizarse totalmente puesto que si se realizara solo en parte no se considera cumplida la
condición y el acreedor no tendrá derecho a exigir nada de la obligación. Por ejemplo: si Pedro
se obligó a dar en comodato a Pablo una casa de dos pisos siempre que Pablo obtenga la nota
de 20 en su examen de Acto Jurídico, pero resulta que Pablo obtiene la nota de 10, ello no
significa que Pedro está obligado a darle el 50% de la casa (1 piso), pues, al no cumplirse la
condición Pedro no queda obligado frente a Pablo.
Respecto a la segunda parte del art. 174° del C.C. prescribe “salvo pacto en contrario”, significa
que puede pactarse que una vez verificada en parte la condición sea exigible proporcionalmente
la obligación, esto se explica porque la regla de este numeral no es de orden público.

EL PLAZO

1.- CONCEPTO. Para Messineo el plazo es aquel momento del tiempo en que el acto jurídico
adquiere eficacia.
Para los juristas Franceses Mazeaud, el plazo es un acontecimiento futuro y cierto cuyo
cumplimiento genera la exigibilidad de un derecho o entraña su extinción.
El Italiano Covielo sostiene que el término o plazo es un acontecimiento futuro pero cierto, desde
el cual comienza o hasta el cual dura la actuación de la eficacia de un acto jurídico, es decir, el
ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones que de él deriva.
Para Leon Barandiaran el plazo es una modalidad por la cual se fija una fecha para que el acto
produzca sus efectos o para que ellos cesen.
En conclusión, el plazo es un hecho, suceso, acontecimiento, o evento futuro y cierto que
necesariamente, en forma inevitable, tiene que producirse y del cual se hace depender la eficacia
del acto jurídico.

2- CARACTERISTICAS.
1.- Es un hecho futuro. Nunca puede ser presente, ni pasado.
2.- Es un evento cierto, es decir que tiene que realizarse indiscutiblemente aunque no se señale
fecha exacta de su verificación.
3.- Es un suceso establecido arbitrariamente, es decir, depende de la voluntad de las partes,
aunque exista algunos actos jurídicos que por su propia naturaleza jurídica requieren de plazo
tal como acontece con el arrendamiento, el comodato, la compra-venta a plazos, etc.

3.- DISTINCIÓN ENTRE TERMINO Y PLAZO. Si bien es cierto que algunos autores consideran
que término y plazo son sinónimos como Covielo y Vidal Ramírez, también tenemos otros autores
que señalan que son dos vocablos totalmente distintos, así por ejemplo Leon Barandiaran, afirma
que el plazo no es lo mismo que el término. El término es el primer día o el último día del plazo.
Los puntos extremos de un plazo. Gustavo Palacios expresa que el término vendría a ser como
los puntos que delimitan una recta A-B, esto es la fecha desde la que comienza a contarse el
plazo. Es decir, mientras los términos son los puntos límites, el plazo, es el transcurso del tiempo
entre los términos que puede ser en días meses o años.

4 - CLASES DE PLAZOS
4.1.- PLAZO SUSPENSIVO O INICIAL.- Es el término del plazo a partir del cual el acto jurídico
comienza a tener vigencia. Este plazo es menester declararlo expresamente, es decir, indicar
que el acto jurídico que se celebra en la fecha empezará a surtir sus efectos en otra fecha
posterior, pues a falta de estipulación se sobreentiende que el acto jurídico empieza a regir desde
el día de su celebración, también se le denomina por ello plazo inicial. Ejemplo: en la fecha Juan
celebra un contrato de comodato con Pedro donde se estipula un plazo suspensivo de 3 meses,
esto es que, Pedro empezará a usar gratuitamente el bien a partir de concluido el tercer mes de
celebrado el acto jurídico. El plazo suspensivo abarca desde el día de hoy hasta tres meses
posteriores, es decir aproximadamente 90 días.

4.2.- PLAZO FINAL O RESOLUTORIO.- Es aquel, mediante el cual las relaciones jurídicas del
acto jurídico se mantienen en vigencia por un lapso determinado, cesando sus efectos al
vencimiento del plazo, tal como lo prescribe el Art. 178° del C.C. Puede ser materia del plazo
resolutorio ciertos actos jurídicos derivados de las relaciones contractuales de uso y usufructo,
igualmente las obligaciones de pagar como el mutuo y/o préstamo en dinero cuya devolución
puede hacerse por armadas periódicas.

4.3.- PLAZO CONVENCIONAL.- Es aquel establecido por la voluntad de las partes o por el autor
de una manifestación unilateral de voluntad. Por ejemplo: Edith como arrendadora y Betty como
arrendataria celebran un contrato de arrendamiento de un local comercial por el plazo de 2 años.

4.4.- PLAZO LEGAL.- Es el plazo determinado por la ley algunas veces para suplir la falta de
acuerdo entre las partes. Por ejemplo: el plazo del arrendamiento que no puede exceder los 10
años (Art. 1688° del C.C.)

4.5.- PLAZO JUDICIAL.- Es el plazo fijado por el Juez. Se puede señalar por ejemplo: los
previstos en el Art. 182° y 186° del C.C.
Algunos autores no consideran como acto modal al plazo legal y al plazo judicial.

5.- BENEFICIO DEL PLAZO.- Según el Art. 179° del C.C. el plazo suspensivo se presume
establecido a favor del deudor, esto significa que mientras el plazo no venza, el acreedor, no
puede exigir al deudor el pago de la obligación, la cual no impide, para que el deudor si renuncia
a su derecho pague antes del vencimiento.

La regla sobre el beneficio del plazo a favor del deudor es simple y supletorio, en consecuencia,
por decisión de las partes el plazo puede beneficiar al acreedor. Las partes pueden convenir que
el plazo beneficie a ambos declarantes. Si el plazo beneficia al acreedor, este puede exigir el
cumplimiento de la obligación antes del vencimiento y el deudor no puede pagarlo hasta que se
cumpla la fecha del plazo, y si el plazo beneficia a ambas partes el acreedor y el deudor tienen
que atenerse estrictamente a la fecha indicada.

Sin embargo, si el plazo suspensivo se estableció a favor del deudor y éste paga antes del
vencimiento por ignorancia del plazo, no hay razón para perder el goce del beneficio del plazo al
cual no quiso renunciar, por ello cabe la repetición de lo pagado, por ejemplo: Pedro está obligado
a pagar a Pablo la suma de S/. 300,000.00, el 31 de Diciembre, pero creyendo que estaba
obligado a abonar dicha suma antes efectúa el pago el 31 de Octubre, al percatarse de su error
puede exigir la devolución de lo pagado en forma prematura a Pablo y retener así tal cantidad,
hasta el 31 de Diciembre en que cancelará definitivamente la cantidad adeudada.

6.- CADUCIDAD O DECAIMIENTO DEL PLAZO. Trátase de un plazo establecido a favor del
deudor. Los casos por los cuales se declara judicialmente el decaimiento o pérdida del derecho
a utilizar el plazo están contenidas en el art. 181° del C.C., a saber:

1.- Cuando el deudor se convierte en insolvente, el acreedor sin tener que esperar que venza
el plazo estipulado, puede exigir el pago del crédito ya que la obligación, se ha transformado en
una sine dies, sin plazo.
El fundamento de la solución contenida en el Inc. 1°, del Art. 181° del C.C. está dado en que la
concesión de un plazo a favor del deudor se verificó considerando que tenía un patrimonio que
lo hacía solvente de lo contrario, el acreedor no se hubiere aceptado concederle un plazo. Al
sobrevenir la insolvencia del deudor, es decir, cuando el pasivo supera al activo de su patrimonio
ocurre el decaimiento del plazo, en consecuencia sería injusto y peligroso para el acreedor no
poder cobrar el pago hasta el vencimiento del plazo, haciéndose incluso ilusoria tal posibilidad;
sin embargo, si el deudor garantiza la deuda al caer en insolvencia no pierde su beneficio al plazo
y desaparece la caducidad del mismo.

2.- Cuando el deudor no otorga las garantías ofrecidas la obligación se hace sine dies, pues,
sin ellas el acreedor corre el grandísimo riesgo de no satisfacer su crédito.
La garantía prometida es el motivo determinante de la concesión del plazo. Aplicaciones de este
caso se halla en los artículos 1971° y 1110° del C.C.

3.- Cuando el deudor haya disminuido las garantías por acto propio o cuando ellas hubieren
desaparecido por caso fortuito o fuerza mayor caduca el plazo, es decir, se elimina el beneficio
del plazo a favor del deudor, según el Inc. 3° del Art. 181° C.C.
Empero, de acuerdo a la regla general, si la garantía es sustituida satisfactoriamente desaparece
el motivo de cesación del plazo ya que el acreedor puede confiar en que su crédito a de ser
pagado puntualmente, encontrándose respaldado por la nueva garantía.

6 - COMPUTO DEL PLAZO:


El Art. 113° del C.C. consigna las reglas para verificar el cómputo del plazo del mismo que se
ajusta al calendario Gregoriano y que son los siguientes:

1.- Plazo por días Si el plazo es por días se consideran los días naturales que comprenden tanto
los días hábiles, los días inhábiles como son los feriados, domingos, días de duelo no laborales.
Así mismo, el computo del plazo excluye el día inicial e incluye el día de vencimiento por ejemplo:
Un negocio celebrado en la fecha 01.01.2003 con un plazo de 6 días, venció el 07 del mismo
mes.
Esta regla tiene un carácter supletorio, por cuanto mediante la aplicación de la ley al celebrar el
acto jurídico se puede establecer que el plazo se cuenta por días hábiles. Así tenemos por
ejemplo : El C.P.C. que establece que los plazos procesales consideran únicamente los días
hábiles o laborales, lo mismo sucede con la ley 27444, respecto a los plazos en los
Procedimientos Administrativos.

2.- Plazo por meses Cuando el plazo se fija por meses se cumple en el mes de vencimiento y en
el día de éste correspondiente a la fecha del mes inicial. Por ejemplo: el 01.01.2003 se celebra
un negocio con un plazo de 4 meses. Este vencerá el 01.05.2003. Pero sí en el mes de
vencimiento falta el día correspondiente a la fecha del mes inicial el plazo se cumple el último día
de dicho mes. Por ejemplo: Un negocio se celebra el 31.01.2003, por el plazo de un mes luego
vencerá el 28 de febrero, pero si se trata de un año bisiesto el 29 de febrero.

3.- Plazo por años Tratándose de un plazo fijado por años se rige por las reglas establecidas
para el cómputo por meses. Así por ejemplo: Si se celebra un acto jurídico el 01 de enero del
2002, por un plazo de 10 años vencerán el 01 de enero del 2012.

EL MODO O CARGO

1.- CONCEPTO.- El modo o cargo también denominado modus, carga o gravamen es una
determinación accesoria que puede acceder a un acto jurídico gratuito por el cual, al beneficiado
con un acto de liberalidad, ya sea intervivos como la donación o mortis causa como el legado, se
le impone un determinado encargo consistente en una obligación que restringe la ventaja
económica obtenida por dicho acto jurídico.
El monto del cargo ha de ser inferior a la que importa el beneficio, pues, de otro modo el acto
gratuito del que deriva la obligación del cargo se transformará en un acto oneroso, convirtiéndose
la obligación del cargo en la contraprestación de la ventaja obtenida. Esto no puede ocurrir, por
cuanto el cargo es sólo una limitación accesoria al beneficio que se obtiene de la liberalidad.
Por ejemplo: Juan dona a Andrés un inmueble valuado en la suma de $300,000.00 dólares
americanos, y le impone como carga o gravamen que Andrés se dedique al cuidado de la
persona y de los alimentos de su anciano abuelo Luis, cuyos gastos no serán menores a $300.00
mensuales. El anciano padece de cáncer y fallece 10 meses después.

2.- SUJETOS.- En el Modo o cargo se puede considerar hasta tres sujetos :


2.1. - El autor del acto de liberalidad o imponente del cargo.
2.2. - El beneficiario del acto de liberalidad u obligado del gravamen.
2.3. - El beneficiario del cargo: Puede ser un tercero o el propio autor del acto de
liberalidad.

Generalmente tenemos solo dos sujetos, pero cuando el beneficiario es un tercero, tendremos
tres sujetos, por ejemplo: Pedro designa como su legatario a Pablo, imponiéndole el cargo que
asista con una pensión mensual a Juan.
En el primer caso, Pedro es el autor de la liberalidad, Pablo el beneficiario con el acto de
liberalidad, y el obligado al cargo, y Juan el beneficiario con el cargo.
Pedro designa como su legatario a Pablo, y le impone el cargo que a su muerte mande a diseñar
una estatua suya y la coloque en una de las colinas de la ciudad. En este segundo caso, solo
existen dos sujetos, pues, en Pedro se refunde el autor de la liberalidad y el beneficiario con el
cargo.

3 - EXIGIBILIDAD DEL CARGO-


El autor del acto de liberalidad o imponente del cargo, el beneficiario de la liberalidad u obligado
del gravamen o cargo, y el beneficiario con el cargo, pueden exigir el cumplimiento del cargo tal
como lo señala el artículo 185° del C.C.
En el caso del imponente si se trata de una donación modal, puede ser el donante o sus
herederos, y si es un modo impuesto por testamento, por sus herederos o albaceas. Si el cargo
es de interés social su ejecución puede ser exigida por las autoridades competentes.

4.- CUMPLIMIENTO DEL CARGO.- Para el cumplimiento del cargo puede señalarse plazo, de
no señalarse plazo convencional corresponderá fijarlo al juez, siguiendo las reglas del
procedimiento sumarísimo.
La obligación de cumplir el cargo puede o no tener carácter personalísimo, sino tuviera este
carácter y el obligado directamente no lo hubiera cumplido, tal obligación se transmitirá a los
herederos. Si tuviera carácter personalísimo deberá ser cumplido exclusivamente por quien fue
gravado con ésta modalidad, es decir , por el beneficiario del acto jurídico gratuito al que se
adiciona el cargo, pero si no hubiera llegado a cumplirlo y en estas circunstancias fallece como
esta obligación no es transmisible a los herederos a tenor de lo prescrito por el Art. 188° del C.C.,
la adquisición gratuita quedará sin efecto y los bienes volverán al imponente del modo o si
hubiese fallecido a los herederos de éste.
El cargo es una modalidad que se practica con menor frecuencia que la condición y mucho
menos aún que el plazo.
LA SIMULACIÓN EN EL ACTO JURÍDICO

CONCEPTO.- Para el jurista Italiano Messineo, simular significa mentir ya sea porque se oculta,
en todo o en parte, una verdad o se hace aparecer como verdadera, una cosa que es falsa o
porque se hace aparecer a los ojos de terceros una verdad distinta a la real.

Según Covielo la simulación consiste en querer una cosa diversa de la contenida en la


declaración de la voluntad conciente, con el asentimiento y participación de la parte a la que va
dirigida la declaración, es decir, existe previo acuerdo entre las partes para simular el acto
jurídico.
Hay simulación cuando existe disconformidad intencional entre la voluntad y la manifestación
acordada entre las partes, a fin de engañar a terceros. Para León Barandiaran el acto jurídico es
simulado cuando se declara algo en él que no corresponde a la real voluntad de las partes.

REQUISITOS
1.- Disconformidad entre lo que aparece como manifestación de voluntad con la voluntad real
y sincera de los declarantes.
2.- Concertación previa de los agentes o sujetos de la relación jurídica para dar a lo
manifestado, declarado y no querido, visos de autencidad con el propósito de engañar a terceros.
Por la primera característica la simulación se distingue de la reserva mental, porque ésta última
no se manifiesta.
Por la segunda característica se distingue de la declaración informal, pues, en esta no se
pretende dar a la manifestación apariencia de seriedad.

CLASES DE SIMULACION.- La simulación puede ser absoluta o relativa.

1.- SIMULACIÓN ABSOLUTA.- Cuando la declaración no responde a ninguna determinación


realmente querida, y de allí que el Art.190° del C.C., expresa que en esta simulación se aparenta
un acto jurídico, cuando no existe realmente voluntad para celebrarlo. Por ejemplo: A finge
vender un bien a B, siendo así que no hay voluntad alguna de que B, adquiera el dominio de
aquel bajo ningún concepto.

2.- SIMULACIÓN RELATIVA.- Cuando el acto declarado no responde a la verdadera


determinación de la voluntad, pero esta última existe, solo que no se declara. Hay aquí dos actos:
un acto aparente, ostensible, que es ficticio; y, otro acto oculto, secreto que es real, el
verdaderamente deseado por las partes, de modo que este último se halla disimulado por el
primero; así por ejemplo: A y B aparecen celebrando un contrato de compra-venta cuando en
realidad, lo que ha hecho A es donar el inmueble a B. El acto aparente es la compra - venta, el
acto oculto o secreto es la donación. Tal es el sentido del artículo 191° del C.C.
La simulación relativa puede consistir también en la referencia de datos inexactos sobre el objeto
del negocio o sobre fechas o cantidades, como cuando se aparenta vender un inmueble por un
precio determinado, para evitar el pago de los impuestos al fisco (SUNAT).
La simulación relativa se clasifica en lícita e ilícita.

2.1 SIMULACIÓN RELATIVA LÍCITA.- La simulación en principio no es reprobada por la ley.


Stolfi, refiriéndose al acuerdo simulatorio sostiene que el mismo no tiene en sí, nada de ilícito,
las partes pueden recurrir a él, por simple obstentación o por motivos de conveniencia social o
para ocultar a terceros la verdadera naturaleza del negocio o acto jurídico.
El Código Civil de 1936, siguió el principio de la licitud de la simulación. El código civil de 1984
no dice nada al respecto, pero de la simple lectura del art. 191° del C.C. apreciamos que si la
admite, igual suerte corre el art. 192°.
2.2 SIMULACIÓN RELATIVA ILICITA.- La simulación tiene como una de sus características
el propósito de engañar a terceros, cuando éste engaño es malicioso, cuando es perjudicial al
derecho de terceros la simulación es ilícita.

LA ACCION DE NULIDAD POR SIMULACIÓN

1.- ACCION POR LAS PARTES:

La acción de nulidad por simulación procede tanto en la simulación absoluta, como en la relativa,
en lo lícito cuanto en la ilícita según el art. 193° del C.C. y puede ser ejercitada por cualquiera de
las partes o por el tercero perjudicado.
El código civil peruano vigente de 1984 difiere del Código Civil de 1936, porque en la norma
derogada se trataba la simulación absoluta. Los actores podían ejercer el uno contra el otro la
acción de nulidad por simulación; en cambio el Código Civil de 1984 vigente, establece una nueva
posición conforme al artículo 193°, que establece “la acción para solicitar la nulidad del acto
simulado, puede ser ejercitada por cualquiera de las partes, los que deben interponerlos durante
su vigencia, por lo que, es de aplicación los plazos prescritos, estipulados para las acciones de
nulidad contenida en el Art. 2001° Inc. 1°, que fija un plazo de 10 años y de anulabilidad, según
el Art. 2001° Inc. 4°, que fija un plazo de 2 años, ya sea cuando se trata de simulación absoluta
y de simulación relativa, respectivamente.
Esto significa que concluidos dichos plazos ya no es procedente interponer la acción de nulidad
por simulación de acuerdo con la prescripción extintiva de la acción que se interpone en el
proceso mediante excepción.

2.- EFECTOS.- La nulidad por simulación trae consigo los siguientes efectos:

2.1 Si la simulación es absoluta al declararse su nulidad judicial, se extingue definitivamente


el acto jurídico aparente y también sus consecuencias si los hubiera. Asi por ejemplo: Si un
inmueble se transfirió con simulación absoluta al declararse su nulidad no es necesaria una
nueva escritura traslativa de dominio basta con la inscripción de la sentencia del Juez en el
Registro de Propiedad.
2.2 Si la simulación es relativa, hay que distinguir si se trata de una lícita o ilícita. En el primer
caso se anula el acto aparente, y el acto oculto surge haciéndose ostensible y subsistiendo todos
sus efectos. En el segundo caso tanto el negocio oculto como el aparente quedan anulados sin
efecto alguno, por consiguiente las cosas vuelven a su estado anterior.

3.- PRUEBA DE LA ACCION.- La simulación debe ser probada por quien la alegue. Para ello se
puede ser recurrir a la prueba directa e indirecta.

3.1. PRUEBA DIRECTA.- Se da con la confesión de una de las partes simulantes o mediante
el contradocumento. Tal sería el caso si A y B, simulan un contrato por escritura pública, pero a
través de un documento privado establecen la verdad sobre el acto simulado. La prueba que
resulta de un documento privado demuestra la simulación del negocio realizado por escritura
pública y lo enerva según se infiere del art. 237° del C. P.C., concordante con los arts. 234° y
236° del mismo cuerpo de leyes.

3.2. PRUEBA INDIRECTA.- El acto simulado se puede establecer por ciertos indicios,
presunciones, inferencias, circunstancias y podemos señalar las siguientes: relaciones de
parentesco muy cercanas entre las partes, clandestinidad del acto, imposibilidad económica de
una de las partes frente al compromiso realizado, naturaleza y cuantia de las prestaciones como
cuando se señala un precio insignificante.

4- OPONIBILIDAD E INOPONIBILIDAD DE LA ACCION.-


El Art. 194° del C.C. vigente establece que la simulación no puede ser opuesta por las partes, ni
por los terceros perjudicados a quien de buena fe y a título oneroso haya adquirido derechos el
titular aparente. Esta norma protege sólo al tercero de buena fe que haya adquirido a título
oneroso algo de un simulante. Por consiguiente, el adquiriente de mala fe ya sea a título oneroso
o gratuito no puede acogerse a la inoponibilidad, en todo caso, su situación se rige por la
prescripción extintiva de la acción o por la usucapión, por lo que, mientras no se dé estas
prescripciones la parte interesada no podría recuperar el bien mediante una acción reivindicatoria
o una nulidad.
En conclusión la simulación es inoponible, es decir, que no se puede impugnar al tercero
adquiriente de buena fe y a título oneroso y es oponible al tercero adquiriente que actuó de mala
fe, es decir, que conocía que el bien procedía de un acto simulado, aunque lo hubiera adquirido
a título oneroso.
EL FRAUDE EN LOS ACTOS JURÍDICOS
I. DEFINICIÓN DE FRAUDE EN LOS NEGOCIOS JURÍDICOS.
La palabra fraude no tiene un significado inequívoco. Unas veces indica astucia y artificio, otras
el engaño, y una acepción más amplia una conducta desleal; en fin, toda acción contraria a la
verdad y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se cornete. Una conducta
fraudulenta persigue frustrar los fines de la ley o perjudicar los derechos de un tercero,
especialmente, de un acreedor a quien se le deja sin los medios para poder cobrar lo que se le
debe.
Hay dos .especies de fraude: el fraude a la ley y el fraude a los acreedores.
1.1. LOS NEGOCIOS JURÍDICOS CON FRAUDE A LA LEY
Por el fraude a la ley se evade la aplicación de una ley (ley defraudada amparándose en otra ley
(ley de cobertura) que sólo de modo aparente protege el acto realizado, caso en el cual debe
aplicarse la ley que se ha tratado de eludir o si ello no es posible, anular el acto,
independientemente de que con éste se haya o no causado daño. EI acto en fraude a la ley
constituye el medio por el cual el sujeto persigue indirectamente un resultado prohibido; la
obtención del resultado prohibido se realiza mediante la combinación de actos en si lícitos, pero
que en su conjunto cumplen una función ilícita. La norma imperativa prohíbe el resultado
indeseable perseguido con el acto medio, sancionándolo con la nulidad absoluta.
1.2. LOS NEGOCIOS JURÍDICOS CELEBRADO EN FRAUDE A LOS ACREEDORES.
EI fraude a los acreedores hace referencia a los actos celebrados por el deudor con los cuales
renuncia a derechos o disminuye su patrimonio conocido, provocando o agravando su estado de
insolvencia, en perjuicio de sus acreedores, presentes o futuros, que se ven impedidos de
obtener la satisfacción total o parcial de sus créditos.
El estado de insolvencia consiste en un desequilibrio patrimonial en el que el pasivo supera al
activo. Insolvente es quien no tiene bienes en su patrimonio para poder dar cumplimiento a sus
obligaciones.
EI patrimonio presente y futuro de los deudores constituye para los acreedores, especialmente,
para los. Quirografarios, garantía patrimonial genérica o común del recupero de sus créditos; por
eso, a dicho patrimonio, se suele denominar impropiamente «Prenda general o común», Todos
los bienes presentes y futuros del deudor constituyen garantía común de todos los acreedores
sin distinción de tiempo y del monto de los créditos.
II. EFECTOS DEL FRAUDE.
La conducta fraudulenta del deudor que deliberadamente persigue eludir el cumplimiento de sus
obligaciones en perjuicio de sus acreedores puede manifestar¬se de diversas maneras:
a) El acto simulado puede ser el medio torticero utilizado por el deudor para impedir que el
acreedor cobre. EI remedio contra este mal es la acción de simulación.
b) EI deudor, acreedor de un tercero, no ejerce las acciones que le compete contra éste,
privando a sus propios acreedores de ver incorporado ese crédito " a su patrimonio, o terceros
promueven acciones contra el deudor y este se defiende poniendo, así, en peligro la integridad
de su patrimonio que a la postre puede perjudicar a sus acreedores, Es decir, el deudor con su
inacción, desidia, negligencia o pasividad, en el ejercicio o defensa de sus derechos evita crearse
un patrimonio o adquirir nuevos bienes o que su patrimonio se mantenga en su integridad, con
el prop6sito de que no existan bienes que, puedan ser realizados por su acreedor.
c) Por último, el deudor puede enajenar o gravar realmente sus bienes (vendiéndolos,
hipotecándolos, etc.) o renunciar a derechos (constituyendo patrimonio familiar, renunciando a
herencias, etc.), frustrando de este modo la posibilidad de cobro de sus acreedores. La acción
pauliana, como dicen COLIN y CAPITANT, ha sido modelada por siglos con el fin de defender el
derecho de los acreedores, respetando al mismo tiempo los intereses de los terceros de buena
fe.
EI acto jurídico realizado en fraude a la ley adolece de invalidez absoluta, es nulo, sin importar
que con él se haya o no causado daño. En cambio, para que el acto jurídico celebrado en fraude
de los acreedores pueda ser declarado ineficaz vía acci6n pauliana, es necesario que con él se
haya causado perjuicio al acreedor accionante.
III. LA ACCIÓN SUBROGATORIA
La acción subrogatoria (llamada también oblicua o indirecta) es un medio legal de conservación
de la garantía patrimonial. Consiste en el poder que tiene el acreedor de «ejercer los derechos
del deudor, sea en vía de acción o para asumir su defensa, con excepción de los que sean
inherentes a la persona o cuando lo prohíba la ley» (art 1219.4).
EI acreedor se sustituye al deudor y ejercita sus derechos. Son presupuestos de la acción
subrogatoria:
1) El crédito del subrogante.
2) La negligencia (culpa) del deudor en el ejercicio de sus derechos respecto de los cuales puede
y debe accionar o que no actúe para ejercer su defensa.
3) El peligro de insolvencia del deudor.
La insolvencia del deudor es imprescindible, caso contrario el acreedor carecería de legitimidad
para obrar o para asumir la defensa de su deudor, si el crédito está debidamente respaldado par
un patrimonio suficiente del deudor no procede la acción subrogatoria. La insolvencia del deudor
puede deberse a que no acciona exigiendo la restitución de su derecho o a que no se defiende
de las movidas por terceros contra él.
EI objeto de la acción subrogatoria son los derechos de crédito y los derechos potestativos del
deudor, que tengan contenido patrimonial y que no sean de carácter estrictamente personal. El
fundamento de la acción subrogatoria es conservación de Ia garantía patrimonial del deudor.
No todos los derechos que el deudor tiene frente a terceros son susceptibles de ser ejercitados
vía acción subrogatoria; están excluidos de ella los derechos que no tienen carácter patrimonial
y los que por su naturaleza o por ley pueden ser ejercitados solamente por su titular, como los
derechos de la personalidad, los familiares, morales y los derechos de crédito estrictamente
personales como el de alimentos.
El acreedor que utiliza la acción subrogatoria ejerce los derechos de su deudor que no se
encuentra en capacidad de satisfacer las obligaciones que le tiene, por lo que la acción
subrogatoria no constituye simplemente un poder de ingerencia es la esfera jurídica ajena, sino
un poder de ejercer los derechos ajenos, por lo que se trata de un poder de sustitución legal en
interés propio; «cual sustituto legal in rem propriam el subrogante no hace valer frente a los
terceros derechos diversos o más amplios que aquellos que corresponden al deudor subrogado.
3.1. SEMEJANZA ENTRE LA ACCIÓN SUBROGATORIA Y LA PAULIANA.
La acción subrogatoria y la pauliana presentan las semejanzas siguientes:
"La acción subrogatoria y la acción pauliana se fundan en el principio según el cual el patrimonio
del deudor constituye la garantía general de los acreedores. Ambas tienen carácter patrimonial:
la acción subrogatoria trata de crear o incrementar el patrimonio del deudor, que por desidia de
éste podría perder, y la acción pauliana restituye la garantía patrimonial exclusivamente en
relación al acreedor accionante, Ambas son medios de conservación de la garantía patrimonial.
Las dos constituyen recursos judiciales subsidiarios cuyo fin es conseguir el pago actual o futuro
de las deudas. Proceden en virtud de la conducta perjudicial -acciones u omisiones¬ adoptada
por el deudor respecto de sus acreedores. Ambas acciones no proceden si en el patrimonio del
deudor hay bienes suficientes para hacer efectivo el crédito, situación en la que el acreedor no
tiene injerencia en el manejo de los asuntos del deudor.
3.2. DIFERENCIA ENTRE LA ACCIÓN PAULIANA Y LA ACCIÓN SUBROGATORIA
La acción pauliana procede contra los actos (acciones) del deudor con los cuales renuncia a
derechos o realiza actos de disposición o gravamen de su patrimonio en perjuicio de su acreedor
(el deudor dona, vende o grava sus bienes, renuncia a una herencia o legado, etc.). La acción
subrogatoria u oblicua cae dentro del campo de las omisiones del deudor en el reclamo o ejercicio
de sus derechos (no reclama una herencia, no se defiende en un proceso judicial que puede
originarle la perdida de sus bienes, etc.). La acción pauliana ataca un acto realizado por el deudor
y la acción subrogatoria supone la inactividad del deudor.
EI patrimonio del deudor constituye garantía general de Sus acreedores. Este patrimonio puede
desaparecer o disminuir por actos del deudor con los cuales renuncia, dispone o grava sus bienes
o por una abstención u omisión del deudor que no hace lo que debe hacer en su beneficio.
El fin de la acción oblicua es ingresar en el patrimonio del deudor los bienes que resulten, por lo
que la naturaleza de Ia acción subrogatoria u oblicua es integración patrimonial. La acción
pauliana persigue que se declare ineficaz con relación al accionante el acto de disposici6n del
deudor, restituyéndose, de este modo, la garantía patrimonial común, pero sin que los bienes
retomen al patrimo¬nio del deudor, por tanto, la naturaleza de la acción pauliana es de
constitución de la garantía patrimonial.
En la acción oblicua el acreedor obra en nombre del deudor inactivo, se sus¬tituye en la persona
de éste ejerciendo los derechos que omite hacer valer, derechos que de otra manera quedarían
perdidos por el abandono del titular, lo que no ocurre en la acción pauliana que corresponde a
un derecho que los acreedores ejercen en nombre propio (actúa iure propio). Es decir, en la
acción subrogatoria el acreedor ejercita un derecho ajeno: el de su deudor, y en la acción
pauliana ejercita un de¬recho propio.
La acción subrogatoria presupone la existencia de derechos en el patrimonio del deudor,
mientras que la pauliana presupone que el derecho ya ha salido del patrimonio del deudor por
haberlo enajenado.
La acción oblicua o subrogatoria es preparatoria de la posterior ejecución del bien o de los bienes
del deudor. La pauliana, en cambio, es por si misma ejecutiva, pues no produce el
desplazamiento del bien o valor al patrimonio del deudor sino que dicho bien o valor es
directamente ejecutado en el patrimonio del tercero adquirente.
Los efectos de la acci6n oblicua benefician a todos los acreedores, en cambio la acción pauliana
favorece únicamente al acreedor accionante.
IV. LA ACCIÓN PAULINA O REVOCATORIA.
La acción pauliana o de ineficacia (que hasta el Código de 1936 fue revocatoria; en algunos
códigos se la denomina, impugnación pauliana) es un medio legal de conservación de Ia garantía
patrimonial consistente en el poder del acreedor de demandar judicialmente para que se declaren
ineficaces respecto de él los acto con los cuales su deudor renuncia a sus derechos (renuncia a
legados, constitución de patrimonio familiar, etc.) o con los que disminuya su patrimonio
conocido, disponiéndolo (donación, venta, etc.) o gravándolo (hipoteca, garantía mobiliaria, etc.)
de tal forma que Ie cause un perjuicio, imposibilitando o dificultando el recupero de su crédito.
Declarado el acto ineficaz, el acreedor accionante podrá ejecutar su crédito, sobre los bienes
objeto del acto fraudulento, no obstante que ya no pertenezcan a deudor. La ineficacia declarada
vía acción pauliana equivale a la inoponibilidad de acto al acreedor vencedor en dicha acción.
Con esta acción se tutela el derecho de los acreedores, protegiendo al mismo tiempo el derecho
de los terceros adquirentes o subadquirentes a título oneroso y de buena fe. Coloca a los bienes
materia de la enajenaci6n fraudulenta en situación de que puedan ser embargados y rematados
judicialmente por el acreedor. Satisfecho el interés del acreedor, subsiste el acto celebrado entre
el deudor que enajenó el tercero que adquirió. Su función es evitar la insolvencia del deudor
evitando que se desprenda de los bienes conformantes del patrimonio que constituye garantía
general de sus deudas.
Si el patrimonio del deudor constituye garantía patrimonial común de sus obligaciones o
expectativa de ellas (cuando se trata de obligaciones sub conditio¬ne), está obligada a actuar
con responsabilidad, diligencia y honestidad en los actos de renuncia a derechos o de disposición
o gravamen de sus bienes .reservando lo necesario para cumplir con sus obligaciones. Sobre
este fundamento radica la acción pauliana, conferida por la ley a los acreedores para impugnar
los actos de los deudores que perjudiquen su derecho, a fin de que puedan ejecutar los bienes
integrantes de la garantía general.

Según JOSSERAND, la acción pauliana presenta los siguientes caracteres: a) es estrictamente


individual; b) sanciona un abuso de derecho: el fraudator abusa del derecho de conservar
libremente su patrimonio; c) es personal. Ya que no se concibe que un derecho de crédito sea
sancionado por una acción real; d) no es una acción indemnizatoria; e) no es revocatoria, sino
una acción de nulidad (JOSSERAND, Derecho civil, cit, T, II, vol. I. P. 571). No compartimos esta
opinión de JOSSERAND porque Ia acción pauliana no es una acción revocatoria ni de nulidad,
sino una acción de inoponibilidad. EI acto declarado ineficaz es inoponible al acreedor.
V. REQUISITOS DE LA ACCIÓN PAULINA
Artículo 195.El acreedor, aunque el crédito este sujeto a condición o a plazo, puede pedir que se
declaren ineficaces respecto de él los actos gratuitos del deudor por los que renuncie a derechos
o con los que disminuya su patrimonio conocido y perjudiquen el cobro del crédito, Se presume
la existencia de perjuicio cuando del acto del deudor resulta la imposibilidad de pagar
íntegramente la prestación debida, o se dificulta la posibilidad de cobro.
Tratándose de acto a título oneroso deben concurrir, además, los siguientes requisitos:
1. Si el crédito es anterior al acto de disminución patrimonial, que el tercero haya tenido
conocimiento del perjuicio a los derechos del acreedor o que, según las circunstancias, haya.
estado en razonable situación de conocer o de no ignorarlos y el perjuicio eventual de los
mismos.
2. Si el acto cuya ineficacia se solicita fuera anterior al surgimiento del crédito, que el deudor
y el tercero lo hubiesen celebrado con el propósito de perjudicar la satisfacción del crédito del
futuro acreedor. Se presume dicha intención en el deudor cuando ha dispuesto de bienes de
cuya existencia había informado por escrito al futuro acreedor. Se presume la intención del
tercero cuando conocía o estaba en aptitud de conocer el futuro crédito y que el deudor carece
de otros bienes registrados.
Incumbe al acreedor la prueba sobre la existencia y, en su caso, la concurrencia de los requisitos
indicados en los incisos 1 Y 2 de este artículo. Corresponde al deudor y al tercero la carga de
la prueba sobre la inexistencia del perjuicio, o sobre la existencia de bienes libres suficientes
para garantizar la satisfacción del crédito,

VI. IMPROCEDENCIA DE LA ACCIÓN PAULINA


Articulo 198.- No procede la declaración de ineficacia cuando se trata del cumplimiento de una
deuda vencida, si esta consta en documento de fecha cierta.
La acción pauliana no impide que el deudor cumpla con sus obligaciones ya vencidas, aun
cuando con ella perjudique el pago de sus deudas no vencidas. EI vencimiento del plazo de una
obligación es un hecho natural «en el cual el deudor no pone nada propio para perjudicar a los
otros acreedores y porque el acreedor pagado suum recepit», Iuego es improcedente la acción
pauliana cuando se trata del cumplimiento. De una deuda vencida.
La Corte Suprema ha resuelto:
Cas. N° 3623-2000 Lima, EI Peruano, 2.2.02: «EI art. 198 del CC prevé que no procede la
declaración de ineficacia de un acto jurídico cuando se trata del cumplimiento de una deuda
vencida, si esta consta en documento de fecha cierta. Examinando el testimonio de escritura
pública de fs. 18 se advierte que en ella no se precisa el origen de la obligación y menos la fecha
de vencimiento, de donde resulta insuficiente dicha instrumental para determinar la pertinencia y
aplicación del art. 198 del Código al caso sub-materia».

CAPÍTULO II
I. VICIOS DE LA VOLUNTAD
DEFINICION
Los vicios de la voluntad vienen a ser, pues, los factores perturbadores o distorsionadores que
afectan el proceso formativo de la voluntad interna que se presentan de manera inconsciente,
como es el caso del error y del dolo, que afectan al sujeto en su función cognoscitiva. Pero
también hay factores perturbadores o distorsionadores que se presentan de manera candente y
que afectan la exteriorización de la voluntad interna, como es el caso de la intimidación y de la
violencia, impidiendo, en todos los casos, la necesaria correlación entre lo que se quiere y lo que
se manifiesta.
Pero al lado de estos vicios, en lo que respecta al error, existen los errores que distorsionan la
exteriorización de la voluntad, no por afectar el proceso formativo de la voluntad interna, que está
bien formada, sino por afectar la manifestación. Se presentan así los llamados errores en la
manifestación o en la declaración.
Pero no solo los vicios a los que hacemos referencia afectan al acto jurídico. Por ello, para
precisar su concepto, es conveniente hacer referencia a otros vicios que también afectan el acto
jurídico, en su validez y en su eficacia, tales como los denominados vicios de forma que
provienen de la inobservancia de las formalidades exigidas por la ley respecto de los actos
jurídicos a los que se las prescribe ad solemnitatem causa. Estos, junto con otros vicios
sustanciales o de fondo, como la ausencia de la manifestación de voluntad, la falta de capacidad
del sujeto, la imposibilidad del objeto o la ilicitud de la finalidad del acto, constituyen causales de
nulidad del acto jurídico (art. 219).
1.1. ERROR
El error consiste en la ausencia de conocimiento (ignorancia) o conocimiento equivocado de la
realidad, o de aquello que comúnmente es aceptado como realidad, que da lugar a la formación
d e una voluntad cuyos efectos no son queridos por el sujeto y que, por lo mismo, no la hubiese
declarado de haber advertido que está en error.
El error es la falsa representación mental de ¡a realidad (de hecho o de Derecho) o la ignorancia
de la misma que concurre a determinar la voluntad del sujeto. Adquiere, relevancia jurídica como
vicio de la voluntad solamente en las hipótesis y en los límites determinados por la ley.
El error como ignorancia o falso conocimiento de un dato del acto jurídico, cuando es esencial y
conocible por el destinatario de la declaración, es causal de anulabilidad del acto. La ignorancia
es la ausencia de conocimiento de la realidad.
III. EL DOLO COMO VICIO DE LA VOLUNTAD
Con referencia al acto jurídico, el dolo consiste en las malas artes, artificios astucia,
maquinaciones o marañas adoptadas por un sujeto para engañar a alguien induciéndolo a
concluir un acto jurídico, que de otro modo no lo habría celebrado o lo habría realizado en
condiciones diversas.
En suma, el dolo es toda forma de engaño que se utiliza para alterar la voluntad negocial de la
otra parte, induciéndola a error a fin de determinarla a celebrar un acto jurídico, por ejemplo, un
vendedor de automóviles hace creer a su cliente que su vehículo está fuera de uso y no se puede
reparar, determinándolo a si a comprar otro.
IV. CARACTERES DEL DOLO
Resumiendo, la delimitación conceptual que hemos dejado trazada concluimos en el dolo, como
vicio de la voluntad, reviste los siguientes caracteres:
a) Es intencional
b) Su empleo es un engaño para inducir a error.
c) Es contrario a las reglas de la buena fe.

XII. LA VIOLENCIA O INTIMIDACIÓN


Art. 214.- La violencia o la intimidación son causas de anulación del acto jurídico, aunque
hayan sido empleadas por un tercero que no intervenga en él.
La fuente del art. 214 es el artículo 1434 del Código italiano que dice: Violencia. La violencia
es causa de anulación del contrato, aunque fuese ejercitada por un tercero.
Conforme a nuestro ordenamiento jurídico, la violencia (violencia física) o intimidación (violencia
moral o psíquica) colocan al sujeto frente a la alternativa de celebrar el acto jurídico en
determinadas condiciones o de sufrir un daño. La violencia o la intimidación usadas por una de
las partes o por un tercero son causas de anulabilidad del acto jurídico no sólo si, sin el uso de
la coacción física o de la amenaza, el sujeto pasivo no habría celebrado el acto, sino también
cuando lo habría celebrado en condiciones diversas.
La violencia ejercitada por un tercero da lugar siempre a la anulación del acto sin interesar que
haya sido conocida por la parte que obtuvo beneficio del acto, contrariamente al dolo, en el que
el engaño empleado por un tercero solamente anula el acto si fue conocido por la parte que
obtuvo beneficio de él.
La violencia, sea física o moral (intimidación), induce al sujeto a celebrar el acto jurídico sobre la
base de un cálculo de conveniencia, es decir, que concluye el acto jurídico como un mal menor
respecto a sufrir la violencia. Desde esta perspectiva, aun existiendo violencia física, la mayor
parte de los casos, la voluntad no falta del todo, porque el sujeto, aun pudiendo en abstracto
resistir a la presión, es obligado a celebrar el acto para sustraerse al mal que se puede derivar
de la violencia. La voluntad no está del todo ausente, está simplemente viciada, porque la
persona ha sido determinada a celebrar el acto jurídico para liberarse del mal con que se le
amenaza y teme, pero al fin y al cabo ha aceptado celebrar el acto, porque pudo optar por sufrir
el mal y no realizar el negocio.
La violencia física es la fuerza irresistible ejercida sobre una persona, de tal manera que no la
pueda impedir, para que realice o no un acto jurídico, puesto que, el sujeto es un simple
instrumento de su agresor, tampoco hay voluntad de declarar, simplemente hay una declaración
no deseada, es una declaración del deseo del que utiliza la fuerza bruta.
La intimidación disminuye la libertad de querer del sujeto, pero sin excluirla, viciando el proceso
volitivo de la persona. Hay situaciones en las que es notoria la falta de voluntad, como el de quien
por la fuerza conduce su mano a firmar, pero en la mayoría de los casos la violencia o la
intimidación no aniquilan totalmente la voluntad del sujeto, no impiden que declare una voluntad
que le es atribuible, como el de quien bajo una tremenda presión es conducido ante un notario
para que suscriba un contrato.
Conforme al art. 214, la violencia y la intimidación tienen los mismos efectos jurídicos, ambas
son causales de anulación del acto jurídico, porque ambas actúan como vicios de la voluntad. Al
haber disminuido la voluntad del sujeto hasta anularla (ausencia de voluntad) o restringirla
considerablemente (voluntad viciada).
En el acto realizado bajo los efectos de la violencia o de la intimidación, la víctima obra dándose
cuenta de lo que hace, pero sin quererlo, debido a que se le ha anulado su libertad o se le ha
restringido gravemente.
Cuando se trata de violencia o intimidación usadas por terceros, el acto es anulable
independientemente de que el que se beneficia haya conocido o no de la fuerza física o moral
usada por terceros contra la otra parte.

XIII. CLASES DE INTIMIDACIÓN


Las clases de intimidación son las siguientes:
- Vis absoluta
- Vis moral
- VIS ABSOLUTA
Es la fuerza irresistible ejercida sobre una persona, de tal manera que no la pueda impedir, para
que realice o no un acto jurídico.
El inciso I) del artículo 219º del Código Civil establece que el acto jurídico es nulo cuando la falta
de manifestación de voluntad del agente; consiguientemente, la violencia física como fuerza
irresistible, anulatoria de voluntad, será objeto de la acción de nulidad del acto jurídico y no sólo
de la anulabilidad.
- VIS MORAL
Consiste en una coacción psicológica debida a la amenaza de sufrir un mal injusto, el cual
genera temor, limitando así la libertad de expresión de la voluntad. Deja susbsistente la voluntad,
pero colocando al sujeto frente a la alternativa de escoger entre la conclusión del negocio o
soportar el riesgo del mal amenazado. Es la amenaza de un mal que, infundiendo temor en el
ánimo de una persona, la conduce a realizar un acto jurídico que no habría realizado de no existir
la amenaza. Se trata de un acto realizado bajo la influencia del temor que vicia la voluntad, porque
afecta la libertad con que deben celebrarse los actos jurídicos.
XIV. LA INTIMIDACIÓN
Hay intimidación cuando se inspira al agente el fundado temor de sufrir un mal inminente y grave
en su persona, su cónyuge, o sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o
segundo de afinidad o en los bienes de unos u otros.
Tratándose de otras personas o bienes, corresponderá al juez decidir sobre la anulación, según
las circunstancias. Art. 215.
Es el acto ilícito realizado por un sujeto que atemoriza a otro mediante amenazas creíbles e
injustas de hacerlo sufrir un mal inminente y grave para obligarlo a realizar un acto jurídico que
no desea o que lo desea en otros términos y condiciones. La persona que bajo amenazas es
constreñida a concluir un acto jurídico en las condiciones que le señalan, no tiene la libertad de
decisión que debe acompañar al perfeccionamiento del acto jurídico.
La intimidación para viciar la voluntad debe ser de tal naturaleza que infunda temor en el
amenazado determinándolo a celebrar el acto jurídico para evitar el mal amenazado. La amenaza
debe ser grave e injusta. No será grave, si el temor reverencial, o no será injusto el mal
amenazado con el ejercicio de un derecho.
El sujeto atemorizado es colocado en la situación de escoger entre realizar el negocio o sufrir el
mal amenazado, ante tal alternativa, puede optar por no hacer la declaración que se le exige y
soportar el mal amenazado o reaccionar contra el agresor para evitarlo o hacer la declaración
como un mal menor que evita el mal mayor que teme. Si opta por esta última alternativa, la
voluntad existe, pero no es libre y espontánea; no es una voluntad sana, está viciada.
A diferencia de la violencia física que destruye la libertad de querer, suprime la voluntad, la
intimidación no la destruye, solamente la limita, por ello, si hay voluntad, pero voluntad coactada,
viciada.
XVII. PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN
Las acciones fundadas en la intimidación, tanto la anulatoria como la indemnización, son
prescriptibles, conforme al inciso 4 del artículo 2001 del Código Civil, que las hace prescribir en
un plazo de 2 años.
El plazo se computa desde el día en que pudieron ser ejercitadas tanto la acción anulatoria como
la acción indemnizatoria, conforme al artículo 1993 del Código Civil.

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