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CONCEPTO
Por regla general toda persona en el ejercicio de sus derechos, y en uso de sus facultades puede
celebrar cualquier acto jurídico sin contravenir la ley, el orden público y las buenas costumbres.
Por excepción, la ley otorga o faculta a la persona o sujeto de derecho que pueda celebrar
indirectamente el negocio o acto Jurídico, por intermedio de otra persona que previamente a
designado con tal fin, para que actúe a su nombre y representación celebrando directamente el
acto jurídico. A esta persona se le denomina Representante.
En esta última hipótesis se da la institución de la representación, consecuentemente, el
representante es la persona que en forma directa celebra el negocio o acto jurídico, en cambio
el representado lo hace en forma indirecta, y a cuyo nombre el representante celebra el Acto
Jurídico con un tercero. Ejm: A es apoderada de B y celebra un contrato de arrendamiento con
C. A, actúa como representante y B como representada.
REQUISITOS.
1. La Capacidad. El representante debe ser una persona capaz, es decir con capacidad
jurídica otorgada por la ley para poder celebrar actos jurídicos por sí mismo y consecuentemente
a nombre de otro.
No debe estar incurso en las incapacidades contenidas en los Arts. 43° y 44° del C.C., en
concordancia con el art. 145° del mismo cuerpo de leyes.
2. Que el representante aporte una voluntad propia, de lo contrario sería un simple
mensajero, y actuaría sólo como simple transmisor de la voluntad del representado. Sin embargo,
es evidente que el carácter del representante no es la de un simple mensajero dado que se
caracteriza, fundamentalmente, porque negocia, conversa, se informa, conviene las condiciones
propias del acto jurídico hasta dejarlo plenamente celebrado y muchas veces ejecuta el acto
jurídico.
3. Los derechos y obligaciones del acto jurídico celebrado por el representante deben recaer
exclusivamente sobre el representado y no sobre el representante, por lo que debe manifestarse
expresamente esta intención en el documento que contiene el acto jurídico (contrato u otra forma
de acto jurídico).
4. El representante debe estar facultado para actuar a nombre del representado con el
tercero, no debiendo excederse en las facultades de que está premunido.
Tratándose de una representación convencional, si el representante pacta o celebre un acto
jurídico más allá de lo que está autorizado por el representado, dicho acto no compromete a éste
último, por lo que deviene en ineficaz lo convenido en exceso. Ejemplo: Si Pablo autoriza a
Moisés para que alquile una de sus propiedades y Moisés alquila 2 propiedades, el acto deviene
ineficaz por exceso en la representación que ejerce Moisés.
En el caso de la representación legal, a diferencia de la representación convencional los límites
de las facultades o de la autorización del representado están prescrito por la ley.
CLASES DE REPRESENTACIÓN
1. REPRESENTACIÓN LEGAL.- Llamada también Representación Necesaria, se sustenta
en la ley, en la función tuitiva del Estado y en aquella finalidad dirigida fundamentalmente por el
Estado a fin de que nadie se quede sin la protección de sus intereses y derechos. Comprende
tanto a las personas naturales como a las personas jurídicas.
En relación a los incapaces, los padres son representantes legales, respecto de sus hijos
menores, y aún de los que están por nacer. El Derecho familia ha creado la institución jurídica
denominada Patria Potestad, la que se ejerce conjuntamente por el padre y la madre durante el
matrimonio.
Tratándose de los hijos extramatrimoniales, la representación es ejercida por el padre o la madre
que los ha reconocido y si ambos lo reconocen, pero viven separados, el Juez determina a quien
corresponde. La Tutela se ejerce sobre los menores de edad que no se encuentran bajo la Patria
Potestad. Al representante la ley lo denomina tutor.
La Curatela se ejerce sobre las personas mayores de edad que son incapaces absolutos, los
Curadores son representantes legales de las personas anteriormente indicadas.
Los Representante Legales de las personas Jurídicas de derecho Público se determinan por las
disposiciones que las leyes establezcan, (en concordancia con los arts. 76° y 79° del C.C.) Por
ejemplo. El Alcalde representa a la Municipalidad, el Rector a la Universidad, el Decano a la
Facultad de Derecho, El Ministro al Ministerio, etc.
En el caso de las personas jurídicas de Derecho Privado regulados por el Código Civil, la ley
general de Sociedades o por leyes especiales. Sus representantes son los presidentes, gerentes
generales, secretarios generales, según el caso particular.
2 - REPRESENTACIÓN VOLUNTARIA CONVENCIONAL .- Es aquella que surge en forma libre
y espontánea de parte de las personas naturales o jurídicas, como resultado de un acuerdo de
voluntades.
Para el Jurista Italiano Covielo, el otorgamiento del poder de representación es siempre una
manifestación de voluntad por la cual una persona autoriza a otra para actuar en su nombre y en
defensa de sus intereses. Por ejemplo, el mandato regulado por los Arts. 1790 y 1792 del C.C.
REPRESENTACIÓN DIRECTA Y REPRESENTACIÓN INDIRECTA
REPRESENTACIÓN DIRECTA .- Doctrinariamente es aquella en que el representante declara
una voluntad propia, que actúa a nombre del representado, y que está premunido de facultades
o poderes conferidos por el representado para ejercer la representación. Estos requisitos deben
ser concurrentes y tener una representación emanada de un poder.
REPRESENTACIÓN INDIRECTA .- Doctrinariamente es aquella en la cual una persona se
coloca en lugar de otra, celebrando el acto jurídico en su propio nombre, sin poner de manifiesto
que está actuando a nombre de otro o cuidando interese ajenos. En este caso el representante
recibe la denominación de interposita persona.
El Código Civil vigente regula dicha Institución en los Arts. 1809° al 1813°.
EL PODER
1- CONCEPTO:
El concepto del Poder está referido a la representación voluntaria directa. Tiene varias
acepciones. Es el documento en el cual consta la representación, es decir las facultades amplias,
generales o especiales que una persona otorga a otra persona para que actúe a su nombre.
Puede celebrarse por Escritura Pública, por acta fuera de Registro o por Carta Poder. También
es el acto jurídico, por medio del cual, se confiere la representación.
El Poder designa estrictamente la situación jurídica de que es investido, o en que es colocado el
representante, y que le permite actuar en la esfera Jurídica ajena del representado.
2.- REVOCACIÓN DEL PODER: La Revocación del Poder, es el acto unilateral del representado
para dejar sin efecto la representación otorgada al representante. El representante puede revocar
el Poder otorgado al representante en cualquier momento, para dicho efecto, la revocación del
poder deberá comunicarse al representante y a todos los que intervienen o tienen legítimo
interés, o mantengan relaciones jurídicas vinculadas con dichos poderes. Respecto a los
terceros, la revocación surte efecto si se ha inscrito en los Registros Públicos, de lo contrario no
puede oponerse a éstos si han celebrado actos jurídicos con el representante ignorando la
revocación del poder que estaba debidamente inscrito. Vale decir si los terceros han actuado de
buena fe al celebrar los actos jurídicos con el representante, surtirán sus efectos jurídicos.
Se encuentra regulado por el Art. 152° del C.C. concordante con el Art. 149° del C.C.
3.- IRREVOCABILIDAD DEL PODER.- El poder es irrevocable cuando el representado a
otorgado poder para un acto especial por tiempo limitado o cuando es otorgado en interés común
del representado y del representante o de un tercero.
Sin embargo, en este caso, si el representado dejara sin efecto el poder estará obligado a
indemnizar los daños y perjuicios irrogados al representante. El Plazo de vigencia y validez del
poder irrevocable, no puede ser mayor de un año, de conformidad con el Art. 153° del C.C.
vigente.
4.- RENUNCIA DEL PODER: El representante puede renunciar a la representación para lo cual
deberá comunicárselo al representado, debiendo continuar en sus funciones hasta ser
reemplazado, salvo impedimento grave o justa causa, en todo caso el representante puede dejar
la representación si transcurridos 30 días de notificado el representado, más el término de la
distancia, no ha sido reemplazado por otro.
5.- CLASES DE PODER: De conformidad con el art. 155° del C.C., el representado puede
otorgar 2 clases de Poderes : Poder general y Poder Especial.
El Poder General es aquel que se otorga para actos de administración de los bienes, derechos
y patrimonios que posee y del cual es titular el Representado.
El Poder Especial, es aquel que se otorga al representante para actos específicos y concretos,
y se otorga por escritura pública, bajo sanción de nulidad. Por ejemplo: para la venta de un bien
inmueble, el representado otorgará poder especial a su representante con tal fin.
El Poder General, es exclusivamente para los actos de administración y el Poder Especial para
aquellos que en forma expresa autoriza el representado de un modo indubitable y por escritura
pública, bajo sanción de nulidad como sucede cuando una persona autoriza a otra, para que
realice actos jurídicos de disposición en sus bienes.
LA SUSTITUCIÓN
1.- CONCEPTO
La sustitución consiste en la delegación que hace el representante de todas o algunas de las
facultades que ha recibido para ejercer la representación a otra persona llamado sustituto. Se
encuentra regulado por el art. 157° del C.C.
2.- CLASES DE SUSTITUCIÓN
2.1 SUSTITUCIÓN RESTRICTA O RESTRINGIDA
El representante efectúa la sustitución en la persona que el representado designó previamente
al otorgarle poder y representación, es decir el representado le señala claramente el nombre y la
persona que podrá sustituirlo para celebrar cualquier acto jurídico en que el representante no
pudiera concurrir.
El Representante designa a su sustituto en aquella persona que el representado le a señalado,
de tal manera que los actos que celebre el sustituto con terceros serán exclusivamente
responsabilidad del sustituto y no del representante. El representante cumple lo ordenado por el
representado.
Se encuentra contemplado en la primera parte del art. 158° del Código Civil.
2.2 SUSTITUCIÓN IRRESTRICTA
Está regulada en la segunda parte del Art. 158° del C.C. y consiste en la libertad que tiene el
representante para elegir y designar a su sustituto, asumiendo las responsabilidades si designa
como sustituto a una persona que no es idónea, es incapaz o insolvente, es decir que no reúna
condiciones morales, intelectuales, físicas, para cumplir con las funciones del cargo. Será
responsable también por los actos que habiendo celebrado al sustituto perjudiquen al
representado.
SITUACIONES ESPECIALES EN LA REPRESENTACIÓN
1. EXCESOS EN EL EJERCICIO DE LA REPRESENTACIÓN:
Si el representante ha procedido excediéndose en las facultades que le confirió el representado
o violando dichas facultades el acto jurídico celebrado en esas condiciones no surte ningún efecto
jurídico para el representado, sin perjuicio de las responsabilidades civiles o penales en que
hubiere incurrido el representante frente al representado y frente a terceros.
Se encuentra regulada por la primera parte del art. 161° del C.C.
2. AUSENCIA DE REPRESENTACIÓN O FALSA REPRESENTACIÓN
Igualmente son ineficaces los actos celebrados por el que funge de representante, sin tener
representación alguna. Sin embargo en estos casos el acto jurídico puede ser ratificado por el
representado de acuerdo con la forma prescrita empleada en su celebración y tiene efecto
retroactivo, dejando a salvo el derecho de terceros, conforme establece el art. 162° del Código
Anterior.
Antes de la ratificación puede resolverse o extinguirse el acto jurídico entre el tercero y
representante, sin perjuicio de la indemnización que corresponda.
La facultad de ratificar se trasmite a los herederos del representado. Se encuentra regulada por
la segunda parte del art. 161° del C.C
3. LA REPRESENTACIÓN EN LOS ESTABLECIMIENTOS PUBLICOS
El art. 165° del Código Civil, establece que los empleados o dependientes que laboran en
establecimientos abiertos al público, gozan y cuentan con poder de representación para los actos
que ordinariamente se realizan en ellos.
Según Lohman Luca De Tena, esta presunción jurídica comprende no sólo a los dependientes
sino también a los factores y mancebos de acuerdo con el Código de Comercio. Esta presunción
opera jure et de jure.
El Factor es el apoderado general que administra, dirige y contrata, sobre los asuntos del
establecimiento, fabril o comercial.
Los dependientes tienen funciones más restringidas, sólo desempeñan una o varias gestiones
por cuenta del principal.
Los Mancebos (popularmente conocidos como vendedores o ejecutivos de venta), son los
encargados de vender al por menor en un establecimiento abierto al público o almacén, se
consideran autorizados para cobrar el importe de las ventas y sus recibos son válidos.
4. EL ACTO JURÍDICO ALIENO NOMINE
La regla contenida en el art. 166° del C.C., establece que el Acto jurídico que celebre consigo
mismo el representante ya sea en nombre propio o como representante de otro, es anulable.
La excepción establecida en el mismo artículo se da en los 3 casos siguientes:
1.- Si la ley lo permite, el acto alieno nomine es válido.
2.- Si el representado lo hubiera autorizado en forma específica, el acto alieno nomine es
válido.
3.- Si el objeto del negocio no produce un conflicto de intereses, el acto jurídico alieno nomine
es válido.
En el caso del acto jurídico consigo mismo, corresponde al representado que no dio la
autorización pertinente ejercer la acción judicial de anulabilidad o nulidad relativa.
5. AUTORIZACIÓN EXPRESA QUE REQUIEREN LOS REPRESENTANTES LEGALES
Los representantes legales de conformidad con el Art. 167° del C.C. necesitan autorización
expresa para efectuar los siguientes Actos Jurídicos:
1.- Para disponer o gravar los bienes del representado.
2.- Para celebrar transacciones.
3.- Para celebrar compromiso arbitral, o someter a arbitraje las controversias o conflictos que
requieren Tutela Jurisdiccional, de acuerdo al D.Ley 25935 (Ley General de arbitraje).
4.- Para celebrar los demás actos para los que la Ley o el Acto Jurídico exigen autorización
especial.
Esto significa , por ejm: que los representantes de una persona jurídica, como el Gerente General
o el Presidente de la Institución, requieren autorización expresa de los Órganos de Gobierno para
realizar dichos actos jurídicos.
Tratándose de menores de edad sometidos a la Patria Potestad (Arts. 447° y 448° del C.C.), la
autorización debe ser judicial. El mismo tratamiento otorga el Código Civil cuando se trata de la
Tutela (Arts. 531° y 532° del C.C.) y la Curatela (Arts. 578°, 575° y 577° del C.C.).
LA INTERPRETACION DEL ACTO JURIDICO
ORIGEN ETIMOLÓGICO
La interpretación proviene de dos vocablos latinos interpretatio e interpretari, que importan en
esencia, encontrar, desentrañar, descubrir el aspecto de algo que no resulta ser claro. Ahora
bien, la acepción señalada de la palabra interpretación, no difiere en casi nada respecto al
concepto común que se suele tener de la referida palabra.
Proviene de la doctrina francesa, señala, fundamentalmente, que para interpretar un acto jurídico
debe tenerse en consideración, primordialmente la voluntad interna o subjetiva del sujeto,
dejando de lado aquella voluntad externa, objetiva o exteriorizada por la persona. Como se podrá
observar existe una prevalencia o preferencia del aspecto interno de la voluntad a diferencia de
la voluntad exteriorizada.
Según esta teoría, propulsada por la escuela alemana, para interpretar los actos o negocios
jurídicos se debe tener presente, esencialmente, la voluntad exteriorizada por la persona, mas
no la voluntad interna o subjetiva. De lo expuesto, se nota pues un predominio de la declaración
(voluntad externa) sobre la intención (voluntad interna). Asimismo debemos precisar que
originalmente el Código Civil alemán BGB, estuvo impregnado de un criterio netamente
subjetivista recogiendo el modelo francés plasmado en la categoría de la voluntad, sin embargo
con posterioridad, por la corriente de la misma doctrina alemana, se optó a la teoría objetiva o
de la declaración.
Como se podrá apreciar, las dos teorías citadas, resultan ser antagónicas entre sí, razón por la
cual aparecieron otras dos teorías que tratan de conciliar a las señaladas, pero a la postre lo que
originaron fue una bifurcación aún más notable entre ellas; trayendo una irremediable
inconcibilidad, estas teorías son la teoría de la responsabilidad y la teoría de la confianza o buena
fe.
3) Teoría de la responsabilidad
Tuvo como propulsor al alemán Ihering, quien señala que la persona que emite una
manifestación, por el solo hecho de hacerlo deberá garantizar que ella corresponde a su real
intención, caso contrario estará obligado a indemnizar por su falta de sinceridad. Esta teoría por
sus fundamentos doctrinales toma partido por la Teoría de la Voluntad, siendo afín a esta.
4) Teoría de la Confianza o Buena Fe
Establece un juzgamiento "a priori" de la buena fe, señalando que la persona que recibe una
declaración debe considerar que la misma corresponde a la real voluntad de quien lo hace y, en
caso de que ello suceda estará protegido con el amparo que otorga la buena fe. La teoría
señalada tiene correlación con la Teoría de la declaración.
Pues bien, el correlato de las teorías desarrolladas y, relacionadas con el Código Civil peruano,
tenemos que el artículo 168º recoge en forma clara la Teoría de la declaración y la teoría de la
confianza o buena fe, por cuanto al señalar en forma taxativa: "El acto jurídico debe ser
interpretado de acuerdo con lo que se haya expresado en él y según el principio de la buena fe",
se refiere tanto a la voluntad objetiva (expresado exteriormente la voluntad) así como a la buena
fe.
Según nuestro criterio, estamos de acuerdo con la adopción de la Teoría de la declaración, por
cuanto además de otorgar seguridad jurídica (en el sentido que prevalecerá aquello que se ha
expresado objetivamente en el acto jurídico), al considerar a la Teoría de la voluntad como
principio de interpretación, sería contraproducente debido a que la interpretación al convertirse
en un proceso meramente subjetivo, podría desnaturalizar la esencia del acto jurídico, más aún
que éste una vez celebrado adquiere plena autonomía funcional o estructural que no puede ser
variado, modificado o desnaturalizado día un proceso interpretativo.
CLASES DE INTERPRETACIÓN
La doctrina recoge que la interpretación tiene varias clases, dentro de las cuales (las más
importantes) sobre interpretación auténtica, judicial, arbitral y doctrinaria (o doctrinal).
A) Interpretación Auténtica
Es aquella realizada por los mismos celebrantes del acto jurídico, donde, frente a la ambigüedad
o poca claridad de alguna de las partes conformantes del mismo, procede a realizar la
interpretación y, de llegar a desentrañar el verdadero sentido o alcance, será plasmado en un
documento posterior que vendrá a ser el acto interpretativo y pasan a formar parte del acto
jurídico que se está interpretando.
B) Interpretación Judicial
En este caso, cuando no hay acuerdo para que las partes realicen la interpretación, o existiendo
no se llega a ninguna solución respecto a la interpretación, es factible que se recurra al poder
judicial, pues será el órgano jurisdiccional el que interprete el acto jurídico que resulta ser poco
claro. La interpretación que se realice será plasmada en la sentencia que dicte el respectivo juez.
Estando frente a una resolución judicial, el caso de ser firme o que constituya una cosa juzgada,
será vinculante esta determinación para los celebrantes del acto jurídico o cualquier tercero que
tenga interés respecto al mismo.
C) Interpretación Arbitral
Es aquella realizada por el árbitro, ante quien se somete el acto jurídico que resulta ser poco
claro, confuso o ambiguo para su interpretación pertinente. El documento que contenga el acto
interpretativo vendrá a ser el laudo arbitral, el que por cierto es vinculante para los que se
someten a esta clase de interpretación.
MÉTODOS DE INTERPRETACIÓN
Establece que para interpretar los actos jurídicos, se debe apreciar a éstos de manera integral,
tratando de preservar su unidad como acto jurídico existente, donde si bien es cierto pueden
existir algunas partes conformantes dudosas, ambiguas o poco claras, el intérprete deberá
realizar su labor de hermenéutica mediante un juego o método combinatorio relacionando una
cláusula con otra, donde a aquellas que resultan dudosas o confusas se les debe atribuir el
significado, comprensión o sentido que resulte de las demás cláusulas o partes integrantes.
El método señalado se encuentra regulado en el artículo 169º C.C. que a la letra señala lo
siguiente: "Las cláusulas de los actos jurídicos se interpretan las urnas por medio de las otras,
atribuyéndose a las dudosas el sentido que resulta del conjunto de todas".
En este punto debemos precisar que un sector de la doctrina señala que existe defecto de
redacción del artículo antes citado, por cuanto consideran que al utilizar la palabra "cláusula" se
convierte en una norma de carácter restrictivo ya que en esencia, sólo comprendería a los
contratos y, no a la generalidad de actos jurídicos a los cuales sería aplicable.
Este método, en esencia, busca viabilizar, precisar o determinar las dudas que pudiesen surgir
de la utilización de un lenguaje impropio usado al momento de la celebración y consumación del
acto jurídico, que se preste a confusión, donde el interpretación precisamente de encontrar el
verdadero sentido o alcance. Ahora bien, cuando el artículo 170º C.C. (que recoge el método
comentado) señala que las expresiones deben entenderse al sentido más adecuado a la
"naturaleza" del acto. Este método interpretación propenderá establecer la clase, especie o
variedad de acto jurídico que se ha celebrado, lo que un sector de la doctrina señala como
"especie negociada".
Asimismo, la doctrina recoge otro defecto de redacción en el mencionado artículo 170º C.C.
cuando señala "al objeto del acto", ese nombre resulta impropio para el contexto de la
interpretación teológica o finalista ya que no se refiere al aspecto material que se encuentra en
duda, sino propiamente "a la finalidad del acto", palabra que debió ser redactada en ese sentido,
entendiéndose como tal a la finalidad objetiva; es decir, lo que se pretendió con la celebración
del acto jurídico.
El Código Civil peruano, en su contexto legal contiene dispersas normas interpretación que
vienen a ser las siguientes:
· Artículo 168º C.C. (principio general de interpretación).
· Artículo 169ºC.C. (método de interpretación sistemático o interdependiente).
· Articuló 170º C.C. (método de interpretación finalista o teleológico).
· Articulo 690º C.C. (carácter personal y voluntario del acto testamentario).
· Artículo 1361º C.C. (fuerza vinculatoria del contrato)
· Artículo 1362º C.C. (buena fe y común intención de las partes en el contrato).
· Artículo 1401º C.C. (interpretación contra el estipulante).
· Artículo 1351º C.C. (normas para la calificación del contrato).
a) Interpretación
b) Calificación
La calificación del acto jurídico tiene como finalidad determinar el nombre o calificativo que le
debe corresponder y, con ello permitir que normas jurídicas les serán de aplicación para su
regulación. Es todo un proceso el que comprende la calificación, por cuanto una vez establecido
el sentido o alcance del acto, mediante la interpretación, se procede a fijar a este acto dentro de
determinada especie negociada (llámese por ejemplo, compra-venta, mutuo, arrendamiento,
comodato, etc.) para prevenir qué normas le serán de aplicación.
Debe tenerse presente que el acto jurídico no necesariamente corresponde al nombre que las
partes puedan otorgarle, sino será aquel que por su esencia y contenido esté regulado con
determinado nomen juris por el ordenamiento legal, donde incluso puede constituirse en un acto
innominado. Muchas veces por ignorancia o desconocimiento, las personas le atribuyen al
determinado acto un nombre; sin embargo, de no corresponder este a su verdadera esencia, es
posible enmendar el defecto anotado mediante la calificación, otorgando la correcta especie
negocial que corresponde dicho acto.
c) Integración
1.1.- ELEMENTOS ESENCIALES.- Aquellos que no pueden faltar para que el acto tenga
existencia jurídica. Son los componentes imprescindibles del Acto Jurídico, la falta o ausencia de
uno de ellos provoca su nulidad. Son los denominados requisitos de validez del acto jurídico, y
están enumerados por el art. 140° C.C.
1.2.- ELEMENTOS NATURALES.- Son los elementos que integran el acto jurídico, porque la
ley se los atribuye así las partes no manifiesten nada respecto a ellos. Sin embargo, pueden ser
separados por la voluntad de las partes, sin afectar la validez del acto jurídico. Por ejemplo: En
el contrato de compra-venta, las partes pueden acordar que el vendedor no queda sujeto a los
efectos de saneamiento por evicción.
2.- ACTO MODAL.- Cuando al acto jurídico no se le adhiere modalidad alguna esto es
condición, plazo o cargo se le llama acto puro, cuando se le a anexado un elemento accidental
como las modalidades se le denomina acto modal.
LA CONDICION
3- CLASES DE CONDICION
3.1- CONDICION POSITIVA Y NEGATIVA
- Las condiciones positivas, sostiene Enneccerus y llamadas también afirmativas, exigen para su
cumplimiento una alteración en los hechos del cual depende la eficacia del acto jurídico. Por el
contrario las condicione negativas no exigen una alteración en los hechos del cual depende la
eficacia del acto jurídico.
Covielo es del mismo parecer, y afirma que las condiciones son positivas cuando el hecho es de
tal magnitud que cambia el estado actual de las cosas.
Asi por ejemplo: Habrá condición positiva si se dice te donaré la Enciclopedia Jurídica Omega,
si apruebas el tercer ciclo de Derecho, ocupando el primer puesto en el orden de meritos. Por el
contrario la condición será negativa si se dice te doy S/.100.00 nuevos soles si sigues residiendo
en Chimbote durante el presente año.
3.2- CONDICION SUSPENSIVA Y RESOLUTORIA
La condición es suspensiva cuando de un hecho o evento futuro e incierto se hace depender la
eficacia del acto jurídico, es decir, que empieza recién a surtir sus efectos, por ejemplo: te dono
una motocicleta, si en el presente año se produce un terremoto en Lima.
4- EFECTOS
4.1.- CONDICION SUSPENSIVA.- Mientras no venza el plazo del evento materia de la condición
no procede exigirse el cumplimiento de la correspondiente obligación, es decir el acto jurídico
queda en suspenso.
El acreedor solo tiene un derecho espectaticio, a futuro y al cumplirse la condición, la obligación
queda expedita para su ejecución. Al no cumplirse aquella, la obligación fenece definitivamente
en mérito de lo acabado de exponer, se aplica lo establecido en la tercera parte del artículo 173°
del C.C. Esto es que el deudor puede repetir lo que hubiese pagado antes del cumplimiento de
la condición suspensiva.
Asi tenemos por ejemplo: Si Antonio ofrece donar a Braulio la suma de S/.100,000.00 nuevos
soles si ocupa el primer puesto en el orden de merítos de ingreso a la Academia Diplomatica del
Perú, en el próximo exámen de admisión convocado por el Ministerio de Relaciones Exteriores,
sin embargo Antonio hace entrega de dicho dinero a Braulio, antes del inicio de los exámenes,
consecuentemente Antonio puede repetir, es decir exigir a Braulio la devolución de la suma
pagada por haberlo realizado en forma indebida y prematura.
Ejemplo: José conviene en comprarle una casa a Luis por el precio de S/.500,000.00 nuevos
soles con la condición suspensiva de que José obtenga el 1er. Premio de la Lotería de Lima y
Callao el 25 de diciembre del año en curso; pero sucede que el inmueble se destruye totalmente
el 20 de diciembre, sin culpa alguna del transferidor, de modo que, si José se saca la Lotería no
recibirá la casa ni pagará precio alguno. Si fuera por retroactividad si estaría obligado a pagar el
precio aunque no reciba el bien.
La última parte del Art. 177° del C.C., permite la aplicación de la retroactividad la que deberá
hacerse mediante cláusula expresa.
4.5. - Respecto a lo establecido en el art. 175° del C.C. si la condición es que no se realice cierto
acontecimiento dentro de un plazo, se entenderá cumplida desde que vence el plazo o desde
que llega a ser cierto que el acontecimiento no puede realizarse.
4.6.- El Art. 176° del C.C. prescribe que si se impide de mala fe el cumplimiento de la condición
por la parte en cuyo detrimento habría de realizarse se considerará cumplida, al contrario se
considerará no cumplida si se ha llevado a efecto de mala fe por la parte a quien beneficia tal
cumplimiento.
En el primer supuesto la ley reprende el proceder del deudor considerando que la condición se
ha realizado, en el segundo supuesto la ley castiga el comportamiento del acreedor estimando
que la condición no se realizado. Ejemplo: “a” se obliga a donar una motocicleta a “b”, si éste
gana la maratón a realizarse el 31 de diciembre; pero “a” para evadir su obligación por intermedio
de otra persona “c” causa lesiones a “b” impidiendo que participe en el evento, en tal
circunstancia se considerará que “a” está obligado a efectuar la donación a favor de “b”.
El segundo caso sería, si “b” para ganar la maratón dopa a los otros tres finalistas quedándose
dormidos por mitad del camino, en tal sentido a pesar de ganar la maratón “b”, “a” no estará
obligado a donarle la motocicleta.
4.7 - EL CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN ES INDIVISIBLE.- El art. 174° del C.C. establece
que el cumplimiento de la condición es indivisible, aunque consista en una prestación divisible.
Cumplida en parta la condición, no es exigible la obligación, salvo parte en contrario.
EL PLAZO
1.- CONCEPTO. Para Messineo el plazo es aquel momento del tiempo en que el acto jurídico
adquiere eficacia.
Para los juristas Franceses Mazeaud, el plazo es un acontecimiento futuro y cierto cuyo
cumplimiento genera la exigibilidad de un derecho o entraña su extinción.
El Italiano Covielo sostiene que el término o plazo es un acontecimiento futuro pero cierto, desde
el cual comienza o hasta el cual dura la actuación de la eficacia de un acto jurídico, es decir, el
ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones que de él deriva.
Para Leon Barandiaran el plazo es una modalidad por la cual se fija una fecha para que el acto
produzca sus efectos o para que ellos cesen.
En conclusión, el plazo es un hecho, suceso, acontecimiento, o evento futuro y cierto que
necesariamente, en forma inevitable, tiene que producirse y del cual se hace depender la eficacia
del acto jurídico.
2- CARACTERISTICAS.
1.- Es un hecho futuro. Nunca puede ser presente, ni pasado.
2.- Es un evento cierto, es decir que tiene que realizarse indiscutiblemente aunque no se señale
fecha exacta de su verificación.
3.- Es un suceso establecido arbitrariamente, es decir, depende de la voluntad de las partes,
aunque exista algunos actos jurídicos que por su propia naturaleza jurídica requieren de plazo
tal como acontece con el arrendamiento, el comodato, la compra-venta a plazos, etc.
3.- DISTINCIÓN ENTRE TERMINO Y PLAZO. Si bien es cierto que algunos autores consideran
que término y plazo son sinónimos como Covielo y Vidal Ramírez, también tenemos otros autores
que señalan que son dos vocablos totalmente distintos, así por ejemplo Leon Barandiaran, afirma
que el plazo no es lo mismo que el término. El término es el primer día o el último día del plazo.
Los puntos extremos de un plazo. Gustavo Palacios expresa que el término vendría a ser como
los puntos que delimitan una recta A-B, esto es la fecha desde la que comienza a contarse el
plazo. Es decir, mientras los términos son los puntos límites, el plazo, es el transcurso del tiempo
entre los términos que puede ser en días meses o años.
4 - CLASES DE PLAZOS
4.1.- PLAZO SUSPENSIVO O INICIAL.- Es el término del plazo a partir del cual el acto jurídico
comienza a tener vigencia. Este plazo es menester declararlo expresamente, es decir, indicar
que el acto jurídico que se celebra en la fecha empezará a surtir sus efectos en otra fecha
posterior, pues a falta de estipulación se sobreentiende que el acto jurídico empieza a regir desde
el día de su celebración, también se le denomina por ello plazo inicial. Ejemplo: en la fecha Juan
celebra un contrato de comodato con Pedro donde se estipula un plazo suspensivo de 3 meses,
esto es que, Pedro empezará a usar gratuitamente el bien a partir de concluido el tercer mes de
celebrado el acto jurídico. El plazo suspensivo abarca desde el día de hoy hasta tres meses
posteriores, es decir aproximadamente 90 días.
4.2.- PLAZO FINAL O RESOLUTORIO.- Es aquel, mediante el cual las relaciones jurídicas del
acto jurídico se mantienen en vigencia por un lapso determinado, cesando sus efectos al
vencimiento del plazo, tal como lo prescribe el Art. 178° del C.C. Puede ser materia del plazo
resolutorio ciertos actos jurídicos derivados de las relaciones contractuales de uso y usufructo,
igualmente las obligaciones de pagar como el mutuo y/o préstamo en dinero cuya devolución
puede hacerse por armadas periódicas.
4.3.- PLAZO CONVENCIONAL.- Es aquel establecido por la voluntad de las partes o por el autor
de una manifestación unilateral de voluntad. Por ejemplo: Edith como arrendadora y Betty como
arrendataria celebran un contrato de arrendamiento de un local comercial por el plazo de 2 años.
4.4.- PLAZO LEGAL.- Es el plazo determinado por la ley algunas veces para suplir la falta de
acuerdo entre las partes. Por ejemplo: el plazo del arrendamiento que no puede exceder los 10
años (Art. 1688° del C.C.)
4.5.- PLAZO JUDICIAL.- Es el plazo fijado por el Juez. Se puede señalar por ejemplo: los
previstos en el Art. 182° y 186° del C.C.
Algunos autores no consideran como acto modal al plazo legal y al plazo judicial.
5.- BENEFICIO DEL PLAZO.- Según el Art. 179° del C.C. el plazo suspensivo se presume
establecido a favor del deudor, esto significa que mientras el plazo no venza, el acreedor, no
puede exigir al deudor el pago de la obligación, la cual no impide, para que el deudor si renuncia
a su derecho pague antes del vencimiento.
La regla sobre el beneficio del plazo a favor del deudor es simple y supletorio, en consecuencia,
por decisión de las partes el plazo puede beneficiar al acreedor. Las partes pueden convenir que
el plazo beneficie a ambos declarantes. Si el plazo beneficia al acreedor, este puede exigir el
cumplimiento de la obligación antes del vencimiento y el deudor no puede pagarlo hasta que se
cumpla la fecha del plazo, y si el plazo beneficia a ambas partes el acreedor y el deudor tienen
que atenerse estrictamente a la fecha indicada.
Sin embargo, si el plazo suspensivo se estableció a favor del deudor y éste paga antes del
vencimiento por ignorancia del plazo, no hay razón para perder el goce del beneficio del plazo al
cual no quiso renunciar, por ello cabe la repetición de lo pagado, por ejemplo: Pedro está obligado
a pagar a Pablo la suma de S/. 300,000.00, el 31 de Diciembre, pero creyendo que estaba
obligado a abonar dicha suma antes efectúa el pago el 31 de Octubre, al percatarse de su error
puede exigir la devolución de lo pagado en forma prematura a Pablo y retener así tal cantidad,
hasta el 31 de Diciembre en que cancelará definitivamente la cantidad adeudada.
6.- CADUCIDAD O DECAIMIENTO DEL PLAZO. Trátase de un plazo establecido a favor del
deudor. Los casos por los cuales se declara judicialmente el decaimiento o pérdida del derecho
a utilizar el plazo están contenidas en el art. 181° del C.C., a saber:
1.- Cuando el deudor se convierte en insolvente, el acreedor sin tener que esperar que venza
el plazo estipulado, puede exigir el pago del crédito ya que la obligación, se ha transformado en
una sine dies, sin plazo.
El fundamento de la solución contenida en el Inc. 1°, del Art. 181° del C.C. está dado en que la
concesión de un plazo a favor del deudor se verificó considerando que tenía un patrimonio que
lo hacía solvente de lo contrario, el acreedor no se hubiere aceptado concederle un plazo. Al
sobrevenir la insolvencia del deudor, es decir, cuando el pasivo supera al activo de su patrimonio
ocurre el decaimiento del plazo, en consecuencia sería injusto y peligroso para el acreedor no
poder cobrar el pago hasta el vencimiento del plazo, haciéndose incluso ilusoria tal posibilidad;
sin embargo, si el deudor garantiza la deuda al caer en insolvencia no pierde su beneficio al plazo
y desaparece la caducidad del mismo.
2.- Cuando el deudor no otorga las garantías ofrecidas la obligación se hace sine dies, pues,
sin ellas el acreedor corre el grandísimo riesgo de no satisfacer su crédito.
La garantía prometida es el motivo determinante de la concesión del plazo. Aplicaciones de este
caso se halla en los artículos 1971° y 1110° del C.C.
3.- Cuando el deudor haya disminuido las garantías por acto propio o cuando ellas hubieren
desaparecido por caso fortuito o fuerza mayor caduca el plazo, es decir, se elimina el beneficio
del plazo a favor del deudor, según el Inc. 3° del Art. 181° C.C.
Empero, de acuerdo a la regla general, si la garantía es sustituida satisfactoriamente desaparece
el motivo de cesación del plazo ya que el acreedor puede confiar en que su crédito a de ser
pagado puntualmente, encontrándose respaldado por la nueva garantía.
1.- Plazo por días Si el plazo es por días se consideran los días naturales que comprenden tanto
los días hábiles, los días inhábiles como son los feriados, domingos, días de duelo no laborales.
Así mismo, el computo del plazo excluye el día inicial e incluye el día de vencimiento por ejemplo:
Un negocio celebrado en la fecha 01.01.2003 con un plazo de 6 días, venció el 07 del mismo
mes.
Esta regla tiene un carácter supletorio, por cuanto mediante la aplicación de la ley al celebrar el
acto jurídico se puede establecer que el plazo se cuenta por días hábiles. Así tenemos por
ejemplo : El C.P.C. que establece que los plazos procesales consideran únicamente los días
hábiles o laborales, lo mismo sucede con la ley 27444, respecto a los plazos en los
Procedimientos Administrativos.
2.- Plazo por meses Cuando el plazo se fija por meses se cumple en el mes de vencimiento y en
el día de éste correspondiente a la fecha del mes inicial. Por ejemplo: el 01.01.2003 se celebra
un negocio con un plazo de 4 meses. Este vencerá el 01.05.2003. Pero sí en el mes de
vencimiento falta el día correspondiente a la fecha del mes inicial el plazo se cumple el último día
de dicho mes. Por ejemplo: Un negocio se celebra el 31.01.2003, por el plazo de un mes luego
vencerá el 28 de febrero, pero si se trata de un año bisiesto el 29 de febrero.
3.- Plazo por años Tratándose de un plazo fijado por años se rige por las reglas establecidas
para el cómputo por meses. Así por ejemplo: Si se celebra un acto jurídico el 01 de enero del
2002, por un plazo de 10 años vencerán el 01 de enero del 2012.
EL MODO O CARGO
1.- CONCEPTO.- El modo o cargo también denominado modus, carga o gravamen es una
determinación accesoria que puede acceder a un acto jurídico gratuito por el cual, al beneficiado
con un acto de liberalidad, ya sea intervivos como la donación o mortis causa como el legado, se
le impone un determinado encargo consistente en una obligación que restringe la ventaja
económica obtenida por dicho acto jurídico.
El monto del cargo ha de ser inferior a la que importa el beneficio, pues, de otro modo el acto
gratuito del que deriva la obligación del cargo se transformará en un acto oneroso, convirtiéndose
la obligación del cargo en la contraprestación de la ventaja obtenida. Esto no puede ocurrir, por
cuanto el cargo es sólo una limitación accesoria al beneficio que se obtiene de la liberalidad.
Por ejemplo: Juan dona a Andrés un inmueble valuado en la suma de $300,000.00 dólares
americanos, y le impone como carga o gravamen que Andrés se dedique al cuidado de la
persona y de los alimentos de su anciano abuelo Luis, cuyos gastos no serán menores a $300.00
mensuales. El anciano padece de cáncer y fallece 10 meses después.
Generalmente tenemos solo dos sujetos, pero cuando el beneficiario es un tercero, tendremos
tres sujetos, por ejemplo: Pedro designa como su legatario a Pablo, imponiéndole el cargo que
asista con una pensión mensual a Juan.
En el primer caso, Pedro es el autor de la liberalidad, Pablo el beneficiario con el acto de
liberalidad, y el obligado al cargo, y Juan el beneficiario con el cargo.
Pedro designa como su legatario a Pablo, y le impone el cargo que a su muerte mande a diseñar
una estatua suya y la coloque en una de las colinas de la ciudad. En este segundo caso, solo
existen dos sujetos, pues, en Pedro se refunde el autor de la liberalidad y el beneficiario con el
cargo.
4.- CUMPLIMIENTO DEL CARGO.- Para el cumplimiento del cargo puede señalarse plazo, de
no señalarse plazo convencional corresponderá fijarlo al juez, siguiendo las reglas del
procedimiento sumarísimo.
La obligación de cumplir el cargo puede o no tener carácter personalísimo, sino tuviera este
carácter y el obligado directamente no lo hubiera cumplido, tal obligación se transmitirá a los
herederos. Si tuviera carácter personalísimo deberá ser cumplido exclusivamente por quien fue
gravado con ésta modalidad, es decir , por el beneficiario del acto jurídico gratuito al que se
adiciona el cargo, pero si no hubiera llegado a cumplirlo y en estas circunstancias fallece como
esta obligación no es transmisible a los herederos a tenor de lo prescrito por el Art. 188° del C.C.,
la adquisición gratuita quedará sin efecto y los bienes volverán al imponente del modo o si
hubiese fallecido a los herederos de éste.
El cargo es una modalidad que se practica con menor frecuencia que la condición y mucho
menos aún que el plazo.
LA SIMULACIÓN EN EL ACTO JURÍDICO
CONCEPTO.- Para el jurista Italiano Messineo, simular significa mentir ya sea porque se oculta,
en todo o en parte, una verdad o se hace aparecer como verdadera, una cosa que es falsa o
porque se hace aparecer a los ojos de terceros una verdad distinta a la real.
REQUISITOS
1.- Disconformidad entre lo que aparece como manifestación de voluntad con la voluntad real
y sincera de los declarantes.
2.- Concertación previa de los agentes o sujetos de la relación jurídica para dar a lo
manifestado, declarado y no querido, visos de autencidad con el propósito de engañar a terceros.
Por la primera característica la simulación se distingue de la reserva mental, porque ésta última
no se manifiesta.
Por la segunda característica se distingue de la declaración informal, pues, en esta no se
pretende dar a la manifestación apariencia de seriedad.
La acción de nulidad por simulación procede tanto en la simulación absoluta, como en la relativa,
en lo lícito cuanto en la ilícita según el art. 193° del C.C. y puede ser ejercitada por cualquiera de
las partes o por el tercero perjudicado.
El código civil peruano vigente de 1984 difiere del Código Civil de 1936, porque en la norma
derogada se trataba la simulación absoluta. Los actores podían ejercer el uno contra el otro la
acción de nulidad por simulación; en cambio el Código Civil de 1984 vigente, establece una nueva
posición conforme al artículo 193°, que establece “la acción para solicitar la nulidad del acto
simulado, puede ser ejercitada por cualquiera de las partes, los que deben interponerlos durante
su vigencia, por lo que, es de aplicación los plazos prescritos, estipulados para las acciones de
nulidad contenida en el Art. 2001° Inc. 1°, que fija un plazo de 10 años y de anulabilidad, según
el Art. 2001° Inc. 4°, que fija un plazo de 2 años, ya sea cuando se trata de simulación absoluta
y de simulación relativa, respectivamente.
Esto significa que concluidos dichos plazos ya no es procedente interponer la acción de nulidad
por simulación de acuerdo con la prescripción extintiva de la acción que se interpone en el
proceso mediante excepción.
2.- EFECTOS.- La nulidad por simulación trae consigo los siguientes efectos:
3.- PRUEBA DE LA ACCION.- La simulación debe ser probada por quien la alegue. Para ello se
puede ser recurrir a la prueba directa e indirecta.
3.1. PRUEBA DIRECTA.- Se da con la confesión de una de las partes simulantes o mediante
el contradocumento. Tal sería el caso si A y B, simulan un contrato por escritura pública, pero a
través de un documento privado establecen la verdad sobre el acto simulado. La prueba que
resulta de un documento privado demuestra la simulación del negocio realizado por escritura
pública y lo enerva según se infiere del art. 237° del C. P.C., concordante con los arts. 234° y
236° del mismo cuerpo de leyes.
3.2. PRUEBA INDIRECTA.- El acto simulado se puede establecer por ciertos indicios,
presunciones, inferencias, circunstancias y podemos señalar las siguientes: relaciones de
parentesco muy cercanas entre las partes, clandestinidad del acto, imposibilidad económica de
una de las partes frente al compromiso realizado, naturaleza y cuantia de las prestaciones como
cuando se señala un precio insignificante.
CAPÍTULO II
I. VICIOS DE LA VOLUNTAD
DEFINICION
Los vicios de la voluntad vienen a ser, pues, los factores perturbadores o distorsionadores que
afectan el proceso formativo de la voluntad interna que se presentan de manera inconsciente,
como es el caso del error y del dolo, que afectan al sujeto en su función cognoscitiva. Pero
también hay factores perturbadores o distorsionadores que se presentan de manera candente y
que afectan la exteriorización de la voluntad interna, como es el caso de la intimidación y de la
violencia, impidiendo, en todos los casos, la necesaria correlación entre lo que se quiere y lo que
se manifiesta.
Pero al lado de estos vicios, en lo que respecta al error, existen los errores que distorsionan la
exteriorización de la voluntad, no por afectar el proceso formativo de la voluntad interna, que está
bien formada, sino por afectar la manifestación. Se presentan así los llamados errores en la
manifestación o en la declaración.
Pero no solo los vicios a los que hacemos referencia afectan al acto jurídico. Por ello, para
precisar su concepto, es conveniente hacer referencia a otros vicios que también afectan el acto
jurídico, en su validez y en su eficacia, tales como los denominados vicios de forma que
provienen de la inobservancia de las formalidades exigidas por la ley respecto de los actos
jurídicos a los que se las prescribe ad solemnitatem causa. Estos, junto con otros vicios
sustanciales o de fondo, como la ausencia de la manifestación de voluntad, la falta de capacidad
del sujeto, la imposibilidad del objeto o la ilicitud de la finalidad del acto, constituyen causales de
nulidad del acto jurídico (art. 219).
1.1. ERROR
El error consiste en la ausencia de conocimiento (ignorancia) o conocimiento equivocado de la
realidad, o de aquello que comúnmente es aceptado como realidad, que da lugar a la formación
d e una voluntad cuyos efectos no son queridos por el sujeto y que, por lo mismo, no la hubiese
declarado de haber advertido que está en error.
El error es la falsa representación mental de ¡a realidad (de hecho o de Derecho) o la ignorancia
de la misma que concurre a determinar la voluntad del sujeto. Adquiere, relevancia jurídica como
vicio de la voluntad solamente en las hipótesis y en los límites determinados por la ley.
El error como ignorancia o falso conocimiento de un dato del acto jurídico, cuando es esencial y
conocible por el destinatario de la declaración, es causal de anulabilidad del acto. La ignorancia
es la ausencia de conocimiento de la realidad.
III. EL DOLO COMO VICIO DE LA VOLUNTAD
Con referencia al acto jurídico, el dolo consiste en las malas artes, artificios astucia,
maquinaciones o marañas adoptadas por un sujeto para engañar a alguien induciéndolo a
concluir un acto jurídico, que de otro modo no lo habría celebrado o lo habría realizado en
condiciones diversas.
En suma, el dolo es toda forma de engaño que se utiliza para alterar la voluntad negocial de la
otra parte, induciéndola a error a fin de determinarla a celebrar un acto jurídico, por ejemplo, un
vendedor de automóviles hace creer a su cliente que su vehículo está fuera de uso y no se puede
reparar, determinándolo a si a comprar otro.
IV. CARACTERES DEL DOLO
Resumiendo, la delimitación conceptual que hemos dejado trazada concluimos en el dolo, como
vicio de la voluntad, reviste los siguientes caracteres:
a) Es intencional
b) Su empleo es un engaño para inducir a error.
c) Es contrario a las reglas de la buena fe.