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Apuntes de Microeconomía
Capítulo 3
Pablo Serra
República 701, Casilla 2777, Santiago – Chile, Junio 1991.
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1. Introducción
Es frecuente que los consumidores deban tomar decisiones cuyos resultados sean
inciertos. Por ejemplo un consumidor debe decidir si compra o no un boleto de
lotería cuyo valor es de diez mil pesos y que con probabilidad de uno en veinte
millones entrega un premio único de 500 millones. Se podría analizar dicha
decisión como la compra de cualquier otro bien recurriendo a la teoría general del
consumidor que vimos anteriormente. Pero desarrollar una teoría específica que
considere la estructura de las decisiones bajo incertidumbre permite realizar
supuestos adicionales acerca de las preferencias de las personas, que a su vez se
traducen en funciones de demanda con mayores propiedades. En particular,
permite derivar una función de utilidad sobre decisiones con resultados inciertos a
partir de las preferencias sobre las consecuencias que derivan de dichas
decisiones.
Por razones didácticas vamos a introducir el tema suponiendo que las decisiones
que las personas deben tomar están restringidas a elegir entre distintas loterías.
Más adelante trataremos la incertidumbre en situaciones de mayor interés. En
este caso los resultados son los distintos premios que ofrece la lotería. Por
simplicidad supondremos que existe un número finito n de premios posibles, los
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que denotaremos c1,....., cn, respectivamente. Una lotería ai entrega con
probabilidades i1,.....,in, respectivamente, los distintos premios. Supondremos
que estas probabilidades son objetivas y conocidas por el consumidor. Luego una
lotería queda representada por una función de probabilidad.
- prob. (ganar premio si o ganar premiocj) = Prob (ganar premio ci) + Prob (ganar premiocj)
n
-
j 1
ij 1
Luego el conjunto A de todas las loterías posibles está dado por todas las n-tuplas
en R+n cuyos elementos suman 1.
Premios
c1 c2 c3 Utilidad loterías
Loterías a1 11 12 13 u1
a2 21 22 23 u2
La tarea que sigue es derivar una función de utilidad sobre loterías que esté
conectada con las preferencias sobre premios. Y se espera que la conexión sea la
regla de utilidad esperada de Von Neumann – Morgenstern:
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Luego esperamos que la utilidad de cada lotería, u(a), sea la esperanza
matemática de las utilidades de los premios que entrega. Intuitivamente hablando
la regla de la utilidad esperada parece razonable. Como sólo se gana uno de los
premios posibles, parece razonable que la utilidad asociada a cada consecuencia
sea independiente de las otras consecuencias. Además hace sentido que entre
mayor sea la probabilidad de obtener un premio, mayor sea el peso que éste
tenga en la utilidad del consumidor.
2. Teoría Axiomática
a1 + (1-)a2
a1 = 11,.........., 1n
a2 = 21,.........., 2n
Este supuesto nos permite desarrollar todas las teorías en términos de loterías
simples, pues las loterías compuestas pueden ser reducidas a loterías simples.
Notar que este supuesto que parece tan simple requiere en las personas, al
menos, la capacidad de hacer operaciones matemáticas.
La teoría también realiza algunos supuestos acerca de la forma que adoptan las
preferencias de las personas sobre las loterías.
Axiomas
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i. Racionalidad. Las preferencias de los consumidores sobre el conjunto A de
loterías son racionales, es decir, completas y transitivas.
ai + (1-)aj ak
ai + (1-)aj ak
son cerrados.
Los axiomas (i) y (ii) son análogos a los que se requieren para la demostración de
existencia de una función de utilidad que representa las preferencias de un
individuo cuando no hay incertidumbre. El axioma de racionalidad, sin embargo,
resulta ser más fuerte porque se trata de decisiones más complejas. Por su parte,
el axioma de continuidad indica que pequeños cambios en las probabilidades
asociadas a las loterías no afectan radicalmente el ordenamiento de las loterías.
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amplia mayoría la primera opción. Luego en este caso no se cumple el axioma de
sustitución.
Pcm 1 P c p P * cm (1 P*)c p P P *
Pj cm (1 Pj )c p c j
Tenemos que probar Pj existe y es único. Para ello definimos los siguientes
2 conjuntos:
S j P Pc m 1 P c p c j , 0 P 1
I j P Pc m 1 P c p c j , 0 P 1
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conjunto conexo por lo que no puede ser separado en dos conjuntos
cerrados no vacíos. En consecuencia S j j , lo que a su vez implica que
existe al menos un P que está contenido en ambos conjuntos. Llamemos P j
a un elemento de Sj j entonces
Pj cm (1 Pj )c p c j
P j c m (1 P j )c p Q j c m (1 Q j )c p c j
Por lema se tiene que Qj = Pj, luego Pj es único para cada cj, y por lo tanto la
función v(cj) está bien definida. Veamos ahora que efectivamente representa
las preferencias del individuo sobre las consecuencias, para ello probaremos
para cualquier par cj y ck se tiene que c j c k sí y sólo sí v(c j ) v(c j )
c j c k Pj c m 1 Pj c p Pk c m 1 Pk c p Pj Pk v c j v c k
Falta por probar que la función de utilidad u sobre las loterías, definida
usando la regla de la utilidad esperada representa las preferencias del
consumidor. Sean 2 loterías ai y ak, por la regla de utilidad esperada se
tiene:
n
u a i ij v c j
j 1
n
u a k kj v c j
j 1
Ahora dados los supuestos sobre como los individuos ven las loterías se
tiene:
a i i1 P1c m 1 P1 c p ......................... in Pn c m 1 Pn c p
n n
ai ij Pj cm ij 1 Pj c p
j 1 j 1
En consecuencia
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n n
a i a k ij Pj kj Pj u ai u a k
j 1 j 1
u c j 1v c j 0 v ci v c j
i j
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Dem. Mostramos primero que una transformación afín de v también representa
las preferencias sobre los premios y a través de la regla de la utilidad
esperada nos da las preferencias sobre las loterías.
n
U ai ijV c j
j 1
ai a k ij v c j kj v c j
n n
j 1 j 1
U ai ijV c j ij v c j
n n
j 1 j 1
U ai ij v c j
n
j 1
Análogamente
U a k kj v c j
n
j 1
Luego
ai a k U ai U a k
U c j 1 V c j 0 V ci V c j
i j
n
U ai ijV c j
j 1
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Probaremos que V es una transformación afín de v, es decir que existen y
tales que V(cj) = + v(cj). Sean y las soluciones del siguiente sistema
de ecuaciones:
V cb v c m
V c m v c p
Entonces:
V cm V c p
v cm v c p
Pj cm 1 Pj c p c j
U ai ijV c j
n
j 1
U c j V c j
Luego
V c j PjV c m 1 Pj V c p
Pj v c m 1 Pj v c p
v c j
Utilidad cardinal. En el caso sin incertidumbre vimos que dada una función u que
representa las preferencias de los consumidores, entonces cualquier función
monótona de u también las representa. Esto nos ilustra muy bien el carácter
ordinal de la función de utilidad corriente. Pero las funciones de utilidad que hemos
construido para representar las preferencias sobre en condiciones de
incertidumbre son cardinales.
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Imaginemos que v(ci)=3v(cj), ello no sólo indica que el premio i es preferido al
premio j. Imaginemos una lotería que entrega el premio c j con probabilidad 0,6 y
nada con probabilidad 0,4 (todos los otros premios posibles tienen probabilidad 0).
Supongamos que recibir nada tiene asociada una utilidad 0. Entonces el individuo
es indiferente entre jugar dicha lotería y una que entrega el premio c i con
probabilidad 0,2 y nada con probabilidad 0,8, y en ese sentido el premio c i es tres
veces mejor que cj.
3. Probabilidades subjetivas
Estados
s1 s2 Utilidad de las acciones
Acciones a1 c11 c12 u1
12
a2 c21 c22 u2
Creencias 1 2
acerca de
los estados
En principio tanto los estados como las acciones pueden ser sobre un continuo,
pero por simplicidad se supondrá una representación discreta. Luego si se cumple
una serie de axioma similar a la del caso de probabilidades objetivas, se puede
demostrar que existe una función de utilidad sobre las consecuencias v, tal que la
función de utilidad sobre las acciones está dada por:
S
u (ai ) s v(cis )
s 1
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4. Aversión al Riesgo
Es propósito de esta sección es definir aversión al riesgo. Se dice, en forma
corriente, que un individuo es adverso al riesgo cuando partiendo de una posición
de certidumbre es reacio a tomar una apuesta (riesgosa) que puede ser tentadora
(con valor esperado positivo). Lo que hacemos enseguida es formalizar esta idea.
Sea W0 la riqueza inicial del individuo que enfrenta un riesgo neutro z, entonces Y
= W0 + z será la variable aleatoria que representa su riqueza. Luego si se cumple
la regla de la utilidad esperada, se tiene que la utilidad de la riqueza Y está dada
por:
u Y E vW0 z
Supongamos que el juego consiste en ganar o perder una cantidad h, ambas con
probabilidad ½. La opción es entonces entre una riqueza cierta W 0 y una renta
aleatoria que toma los valores W 0-h y W0+h con probabilidades ½ cada una. Un
adverso al riesgo por definición prefiere la renta cierta, luego:
luego
1
Normalmente también se supone que ylim
v (W ) y lim v (W ) existen y son finitos.
y 0
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v(W0) – v(W0-h) > v(W0+h) – v(W0)
El valor esperado de la riqueza del individuo, que denotamos W , está dado por:
W Wb 1 Wm
u (Y ) v WB 1 vWM
u W v WB 1 WM
Luego u W u Y
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Utilidad
v (WB)
uW
u(Y)
u(Wm)
Wm ~ W
W Wb Riqueza
zaza
La evidencia empírica nos indica que en general los individuos son adversos al
riesgo, por ejemplo compran seguros de diferentes tipo, cuyo efecto es en la
mayoría de los casos disminuir el valor esperado de la riqueza, pero reduciendo al
mismo tiempo la incertidumbre de ésta.2
1. Puede argumentarse que el apostador cree que las probabilidades son más
favorables para él de lo que realmente son; de acuerdo a su probabilidad
subjetiva la apuesta es favorable a él, pues por alguna razón la probabilidades
subjetiva y objetiva divergen. Por ejemplo, los apostadores en pronósticos
deportivos o carreras hípicas creen poder interpretar mejor la información que
2
Notar que el acotamiento de la función de utilidad implica un predominio de la aversión al riesgo.
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los otros jugadores.3 Ello explica el atractivo de juegos de azar donde el
apostador cree saber más que el resto.
Tampoco debe olvidarse que las personas no siempre son racionales, y que
existen personas que son adictas al juego.
2. Si el precio de una lotería es ínfimo con respecto a la riqueza del individuo, por
lo que la pérdida en valor esperado en la riqueza es compensada por la
entretención que produce el juego.
Imaginemos una lotería que con probabilidad (muy pequeña) entrega un gran
premio P, el costo del boleto de lotería es C. Consideremos una persona cuya
riqueza inicial es W, entonces si gana la lotería tendrá una riqueza W B = W + P –
C, y si no gana la riqueza se reduce a W M = W – C. Suponemos además que el
valor esperado del juego es negativo, es decir P < C. Luego si la persona no
juega la lotería tendría un ingreso cierto de W, pero si juega su riqueza antes de
que el juego se dilucide es una variable aleatoria con valor esperado W-P-C y
utilidad v(W-P-C) + (1-) v(W-C).
En la figura 2 vemos que el individuo jugará la lotería con valor esperado negativo,
pero al mismo tiempo rechazará un juego justo que con probabilidad ½ otorga un
premio de ½ W y con probabilidad ½ hace perder ½ W. Es decir, la persona se
comporta como adversa al riesgo para riesgos que son significativos, pero puede
ser amante del riesgo cuando la pérdida involucra es pequeña. 4
3
Algo similar se podría decir de una persona que junto con comprar una un número de lotería hace
una manda.
4
Existe la presunción que las personas de menores ingresos apuestan, en términos relativos, más
que las persona de altos ingresos, y que se aseguran menos. Se pueden dar distintas
explicaciones porqué las personas de menores ingresos apuestan más. Una es que la entretención
que derivan del juego sea mayor (el placer de imaginar lo que podrían hacer con el premio).
También, siguiendo el análisis de Friedman y Savage, probablemente el premio principal de
cualquier lotería los lleva a un nivel de riqueza en que son amantes al riesgo. Respecto a las
razones para no asegurarse, éstas pueden ser varias. Una es que en caso de una pérdida
importante (como por ejemplo el incendio de la casa) confíen en la ayuda solidaria de los vecinos y
de las autoridades. Segundo, asegurar bienes de bajo valor es relativamente muy caro, pues el
costo administrativo es más o menos independiente del monto asegurado. Luego para cubrir los
costos, las empresas al asegurar bienes de un bajo valor tendrían que cobrar una prima
proporcionalmente mucho más elevada que en el caso de bienes de gran valor. Lo anterior no
significa que la personas de menores ingresos no estén preocupadas de eventos fortuitos que
afecten fuertemente su patrimonio. En efecto, las primeras organizaciones obreras que surgen en
Chile a mediados del siglo XIX se orientan al socorro mutuo, siendo Fermín Vivaceta la figura más
17
U
insigne de este movimiento. También surgen sociedades de socorro mutuo entre mujeres. Estas
sociedades pierden importancia cuando las organizaciones de trabajadores se orientan
principalmente a la lucha política, y más tarde cuando el gobierno adquiere un rol más activo en el
auxilio social de los más necesitados.
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hace v”(W). Por ello, se han introducido las dos medidas siguientes de aversión al
riesgo:
v" ( W ) d
ra (W )
v' (W )
Wv" ( W )
rr (W )
v' (W )
u exp | ra (W )dW dW
y observamos que la función de aversión local al riesgo r a asociada con cualquier función
de utilidad u contiene toda la información esencial acerca de u y elimina toda arbitrariedad
sobre u. Sin embargo, las decisiones acerca de riesgos ordinarios (riesgos no pequeños)
están determinadas por ra sólo a través de u por la ecuación anterior, entonces no es
conveniente dejar de considerar u en favor de ra .
Consideremos una persona con una riqueza W que enfrenta un riesgo z. Estamos
interesados en determinar cuánto está dispuesta a pagar para eliminar la
incertidumbre. A dicha cantidad la llamaremos premio por riesgo y la denotaremos
. El premio por riesgo depende de la riqueza W y de la distribución de z, y será
denotado, (W,z) (no es, como la notación podría sugerir, una función de W
evaluada en un valor de z seleccionado aleatoriamente). Por ejemplo, en el caso
~
de la figura 1 el premio por riesgo es (W , z ) (W W ) , pues a la persona
obtiene la misma utilidad con el ingreso aleatorio Y y el ingreso no aleatorio
~ ~
E (Y ) (W W ) W .
pues (W,z) debe ser tal que la persona sea indiferente entre enfrentar el riesgo z
y recibir la cantidad no aleatoria E(z) - .
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Consideremos sólo situaciones donde E[v(W+z) ] existe y es finito. Luego (W, z)
existe y está definido en forma única por la ecuación anterior, ya que v( ) es una
función continua y estrictamente creciente, que está definida sobre todos los
posibles valores de W.
Debe ser distinguido del precio de oferta b(W, z), que corresponde a la máxima cantidad
que el tomador de decisiones pagaría para obtener z, la cual está determinada por la
ecuación:
Para un riesgo desfavorable z es natural considerar el premio por seguro i (W, z) tal que
el tomador de decisiones es indiferente entre enfrentar el riesgo z y pagar la cantidad no
aleatoria i(W, z). Ya que pagar i es equivalente a recibir - m, tenemos:
Los resultados de este apunte están establecidos en términos del premio por riesgo ,
pero podrían igualmente ser establecidos en términos del equivalente monetario o del
premio por riesgo y el premio por seguro.
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E[v(W+z)] = v(W) + ½ 2v”(W) + 0(z3)]
Notar que condiciones suficientes pero no necesarias para ignorar los demás
términos de la expansión de Taylor son que z tenga una distribución normal o que
la función v sea cuadrática.
Así, el premio por riesgo para el tomador de decisiones para un riesgo pequeño y
neutral z es aproximadamente r a(W) veces la mitad de la varianza de z. O dicho de
otro modo, ra(W) es dos veces el premio por riesgo por unidad de varianza para
riesgos infinitesimales.
Así, el premio por riesgo para un riesgo z con media arbitraria E(z) y varianza
pequeña es aproximadamente ra(W+E (z) ) veces la mitad de la varianza de z.
Luego
Así, el premio proporcional por riesgo del tomador de decisiones para un riesgo
pequeño y neutro x es aproximadamente r r(W) veces la mitad de la varianza de x;
es decir, rr(W) es dos veces el premio proporcional por riesgo por unidad de
varianza de x para riesgos infinitesimales.
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Existe otra interpretación de ra(W) en el caso especial z = h. Sea un individuo con
riqueza W a quién se le ofrece una apuesta que le involucra ganar o perder una cantidad
h con probabilidades p y 1-p respectivamente. El individuo aceptará la apuesta para un p
suficientemente grande y la rechazará para un p pequeño. La disposición a aceptar o
rechazar una apuesta dada dependerá también de la riqueza. Dada la apuesta h y la
riqueza W, p(W, h) designará la probabilidad que el individuo sea indiferente entre aceptar
o rechazar la apuesta.
Luego, P(z=h) = ½ [1+p(W, h)], P(z=-h) = ½[1-p (W, h)], y p(W, h) está definido por la
ecuación:
TEOREMA 1: Sean ri(x), i(W,z) y pi(W,h) la aversión absoluta al riesgo, el premio por
riesgo y probabilidad premio correspondiente a la función de utilidad ui, i=1, 2. Luego, las
siguientes condiciones son equivalentes en la forma fuerte (indicada entre paréntesis) o la
forma débil.
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(d) u1 [u2-1(t)] es una función [estrictamente] cóncava de t.
u(W) W si c = 0;
u(W) -e-cW si c > 0;
u(W) e-cW si c < 0.
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u(Y) < cuando Y , entonces rr < 1
6. Seguros
Wn W – rC con probabilidad 1 –
Wl W – L – rC + C con probabilidad
s.a. : C 0
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V V
(1 r )v' (W1 ) (1 )rv' (Wn ) 0 C 0
C C
2V
(1 r ) 2 v" (W1 ) (1 )( r ) 2 v" (Wn ) 0
C 2
,
V
(1 r )v ' (W L ) (1 ) rv ' (W )
C C 0
v' (W L )
r
(1 )v' (W ) v' (W L)
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indica que la demanda por seguros es una función creciente del monto de la
pérdida y de la probabilidad de ocurrencia de la pérdida, y decreciente en la prima
del seguro. Nuestra intuición es menos clara respecto al efecto de W. Por ello a
continuación examinamos como la cobertura óptima C * varía con W. Usando el
teorema de la derivada implícita se tiene que:
2 v dC 2v
0
C 2 dW CW
luego
2U
dC CW
dW 2U
C 2
2V
(1 r )v" (W1 ) (1 ) rv" (W n )
CW
2U v" (W ) v" (W n
(1 ) rv ' (W n ) 1
CW v ' (W1 ) u ' (W n
(1 ) r v ' (W n ) [ ra (W n ) ra (Wl )]
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L. Sin embargo, es difícil la existencia de seguros actuarialmente justos, aún en el
caso de existir competencia en la industria del seguro. Conspiran contra ello (i) los
costos administrativos y de venta, (ii) la diversificación incompleta de riesgos y (iii)
los problemas de información. La existencia de costos administrativos y ventas en
la industria aseguradora resultan evidentes (normalmente equivalen a un 20% de
la prima para riesgos simples) por lo que nos concentraremos en los otros 2
aspectos.
Existen, sin embargo, otros seguros donde no es tan simple diversificar o excluir el
riesgo, como por ejemplo los que cubren terremotos. Es cierto que es este caso
las compañías nacionales se reaseguran parcialmente en grandes compañías
internacionales que en alguna medida diversifican el riesgo reasegurando contra
terremotos en diversos países. Pero es claro que ni las grandes reaseguradoras
pueden tener una estimación precisa del nivel de daños causado por terremotos a
nivel mundial. Por ejemplo el huracan Andrew que pasó por la ciudad de Miami
produjo tales daños que dejo al borde de la quiebra amuchas empresas. Luego las
compañias de seguro y de reaseguro enfrentan riesgos y cobran por ello.
Los problemas de información son aún más complejos. Se verá que la ausencia
de información interfiere en la operación de los mercados de seguros. Se
distinguen, principalmente, dos tipos de dificultades que se conocen con los
nombres de riesgo comportamiento (“moral hazard”) y selección adversa,
respectivamente. Se habla de riesgo comportamiento cuando el asegurado cambia
su comportamiento luego de tomar un seguro. Por ejemplo una persona al adquirir
un seguro de salud visita con mayor frecuencia al médico, otra persona que
adquiere un seguro para el auto lo estaciona en lugares que antes no lo hacía, o
un tercer individuo que compra un seguro contra robos disminuye el número de
precauciones. Se podría pensar que esta situación no representa una dificultad,
pues las primas se ajustan para reflejar el nuevo comportamiento.
Desafortunadamente no es así, en la siguiente sección veremos que en presencia
de riesgo comportamiento el equilibrio competitivo no es óptimo, pero tal vez el
efecto más negativo es que agrava el problema de selección adversa.
Se dice que existe selección adversa cuando una población asegurada coexisten
individuos que para un mismo tipo de siniestro tienen probabilidades de ocurrencia
muy distintas, lo cual determina que dada la prima de seguro de equilibrio el
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seguro no resulte conveniente para los individuos con menor riesgo de siniestro.
Este fenómeno puede llevar a la desaparición de algunos mercados de seguros.
En efecto si dejan de asegurarse los individuos de menor riesgo, por fuerza la
prima deberá aumentar, lo que a su vez provocará que nuevos asegurados dejen
de serlo, proceso que puede repetirse hasta que el mercado desaparezca
completamente.
Además existen los coseguros y deducibles. Las primas bajan más que
proporcionalmente si el individuo tiene una cobertura parcial, pues en este caso el
riesgo comportamiento disminuye. También las primas disminuyen si en cada
accidente el individuo es responsable de una cierta cantidad fija denominada
deducible. Además de disminuir el riesgo comportamiento, se reducen los costos
administrativos, pues los siniestros en que la pérdida es inferior al deducible no
son procesados por la compañía de seguros. La dependencia de la tasa del
seguro automotor – que se renueva anualmente – en la historia conductiva del
asegurado también hace disminuir el riesgo comportamiento.
6
Esta parte se basa en el artículo de Pauly (1974)
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Consideremos un modelo simple en el cual hay dos posibles estados del mundo:
Por simplicidad, suponemos que todos los individuos tienen igual riqueza y función de
utilidad, y dado el nivel de Z, todos están sujetos a riesgos independientes e
idénticamente distribuidos. Para la “función de prevención” = (Zi) se asume ’<0 y
”>0. Los aseguradores ofrecen vender pesos que serán entregados si ocurre S 2. Si el
individuo i compra Ci dólares de seguro y si Ri es la prima total por este seguro y W i su
riqueza, la riqueza final será:
Y1i = Wi – Zi – Ri si S1 ocurre
Y2i = Wi – Zi – Ri – Li + Ci si S2 ocurre
i
i Ci Ri
i
V ( Z i )
(4) [u (Y1i ) u (Y2i )] (1 ( Z i ))u ' (Y1i ) ( Z i )u ' (Y2i )
Z i Z i
29
Zi/Ci > 0, pero en lo que sigue se supondrá que Zi/Ci 0 y que la desigualdad estricta
ocurre para algunos valores de Ci.
Se supone que para un Ci dado cada individuo será gravado con la misma prima total,
independiente del nivel de prevención que realice, es decir Ri/Zi = 0. Esto será
aproximadamente cierto mientras exista un gran número de asegurados, luego el efecto
de una variación de Zi de un individuo cambiará iCi, y i y por ende la prima Ri en una
cantidad infinitesimal. Esta es la esencia del riesgo comportamiento en este modelo, pues
el seguro induce a los individuos a alterar su valor de Zi ya que influye sobre la utilidad
esperada pero no sobre la prima Ri.
Ri
(4”) Ci
C i C
R
r
c i i
C C i
30
y se puede mostrar que Ci será el mismo para todos los asegurados y que r = . Luego
por (4’) u ' (Y2i ) u ' (Y1i ) , lo cual, dada aversión al riesgo, es posible sólo si C = L
Se tiene que r es menor que + / C, para todo C tal que / C>0. Por esta razón
puede decirse que el equilibrio competitivo se caracteriza por un sobre aseguramiento y lo
que es más importante por una disminución de las actividades preventivas, respecto del
óptimo Paretiano.
Existe una forma alternativa de alcanzar optimalidad. Supongamos que se obliga a cada
asegurado a informar a las compañías aseguradoras sobre la cantidad total de seguro
que ha adquirido previamente en otras compañías. Así conociendo C i las firmas podrían
calcular primas para diferentes coberturas que reflejen la probabilidad (Ci) asociado con
este nivel de Ci.
En conclusión, uno debería notar que el fracaso del equilibrio competitivo a ser óptimo
ocurre porque una persona que compra mas seguro está cambiando las probabilidades
de los estados de la naturaleza que hace frente, pero como hemos visto las compañías de
seguros disponen de formas para reducir el riesgo comportamiento.
7. Selección de portafolios
Sea W la riqueza inicial del individuo, Y la riqueza al fin del período, r la variable
aleatoria de la tasa de retorno del activo con riesgo, x la fracción de la riqueza
invertida en el activo riesgoso. Luego el ingreso del individuo está dado por:
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Se tiene que H’(x) = E[v’(Y)rW] y H”(x) = E[v”(Y)(rW)2]. Como por aversión al
riesgo, v”(Y) < 0 para todo Y, y por ende H”(x) < 0 para todo x. Luego, dado que
H’(x) es siempre decreciente pueden darse 3 casos para la función H(x):
W x W x x* W x
Los casos (1) y (2), donde el individuo sólo invertirá en activos seguro o riesgoso,
respectivamente, no son atractivos. Sin embargo, para el caso (3) donde existe un
máximo (H’(x*) = 0) hay un número interesante de cuestiones económicas que
podemos deducir. En primer lugar, estamos interesados en la variación de la
solución óptima con respecto a cambios en las condiciones. A parte de la función
de utilidad, los parámetros básicos son la riqueza inicial W y la distribución de
probabilidad de la tasa de retorno r.
a) Efectos de cambios en W
Luego
El denominador es negativo pues v”(W) < 0, por lo tanto d(xW)/dW tiene el mismo
signo que el numerador. Como se ha postulado que la aversión absoluta al riesgo
es decreciente cuando la variable aleatoria r toma un valor positivo se tiene que
ra((1+xr)W) ra(W), lo cual a su vez implica que u”((1+rx)W)r - ra(W)u’((1+xr)W)r.
Por otro lado, cuando r toma valores negativos se tiene que r a((1+rx)W) < ra(W), lo
cual a su vez implica que u”((1+xr)W)r - ra(W)u’((1+rx)W)r. Luego, tomando el
valor esperado a ambos lados de la desigualdad se tiene:
32
El numerador es positivo, y por lo tanto la inversión en el activo riesgoso aumenta
con la riqueza, como era de esperar. En otras palabras la inversión en un activo
riesgoso es un bien superior.
ii. Cambio multiplicativo: r(h) = (1+h)r, en este caso dx/dh tiene el mismo signo
que E[u”(Y)(1+h)(rW)2] + E[u’(Y)rW], por lo que dx/dh es negativo.
6. Evasión impositiva
donde Y denota el ingreso. Entonces suponiendo una solución interior, es decir que
el individuo subdeclara una parte del ingreso, la condición de primer orden es:
7
Ver Allingham y Sandmo (1972).
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Cambios en el ingreso. Primero estudiamos como cambios en el ingreso de los
contribuyentes afectan su comportamiento tributario. Diferenciando la condición de
primer orden con respecto al ingreso:
Luego
ds
t m r a ( Y1) + r a ( Y 2) = (1 - t) r a ( y1) - r a ( y2)
y dy + s
y ds 1 - t r a ( y1) - r a ( y 2)
sy = - =1-
s dy s t m r a ( y1) + r a ( y 2)
t s (1 + m) y
r a ( y1) - r a ( y2) = rr
y1 y2
(1 - t) (1 + m) y
m r a ( y1) + r a ( y2) = rr
y1 y2
t ds r ( y ) - r a ( y2) 1
t = -
s
= a 1 +1
s d t m r a ( y1) + r a ( y2) s
1
st =
1- t
34
Cambios en . Finalmente analizamos como cambios en la probabilidad de
detección afectan el comportamiento de los individuos.
m u(y1) + u(y2) 0
reordenando términos
ds 1 1
=- (12)
dp t Y (1 - ) m r a (Y1 ) + r a (Y2 )
(1 - t- ms) (1 - t+ s)
=
s
s (1 - )(1 + m)(1 - t) r r
La elasticidad anterior puede ser mayor o menor que 1, pero disminuye con la tasa
de subdeclaración.
35
Valor
Esperado
Desviación
estándar
u (Y ) E (v(W z ))
z2 z3
u (Y ) E v(W ) zv' (W ) v' ' (W ) v' ' ' (W )
2 6
E(z 2 ) E(z 3 )
v(W ) E ( z )v' (W ) v' ' (W ) v' ' ' (W )
2 6
2 E ( z) 2 E(z 3 )
u (W ) E ( z )v' (W ) z v' ' (W ) v' ' ' (W )
2 6
Caso 1. Supongamos que hay dos activos, uno seguro con rentabilidad a, y otro
riesgoso con rentabilidad aleatoria r. Y se tiene que el valor esperado r del activo
36
riesgoso es mayor que a. Supongamos que x denota la fracción de la cartera que
está invertida en el activo riesgoso. Luego la rentabilidad del portafolio es:
rm xa (1 x) r
rm xa (1 x )r
m (1 x) r
rm
b
a
r m
Caso 2. Suponemos que hay 2 activos riesgosos, que indicamos con subíndices
1 y 2. En este caso x es la fracción de la cartera invertida en el activo 1. Luego
37
rm xr1 (1 x)r2
m2 x 2 12 (1 x) 2 22 2 x(1 x ) cov(r1 , r2 )
cov(r1 , r2 )
Recordando que 12 1
1 2
mr
m
12 1
r2
12 1
r1
1 12 1
1 2
Fig. 5: Portafolio óptimo con activos no correlacionados
(ii) El coeficiente de correlación entre los activos riesgosos es –1. Es decir, los
dos activos se mueven en direcciones opuestas. Cuando uno mejora el otro
empeora y en la misma proporción.
m2 ( x 1 (1 x) 2 ) 2 , m x 1 (1 x) 2
38
Notar que eligiendo x 2 /( 1 2 ) se tiene m 0 . Luego la combinación
de dos activos riesgosos, pero que están inversamente correlacionados
permite construir una cartera sin riesgo
En los casos intermedios con -1 12 1 la línea de presupuesto del inversionista
está contenida entre las líneas de presupuesto de los dos casos extremos. Luego
la línea de presupuesto del inversionista se expande cuando los activos no están
correlacionados. Luego diversificación permite obtener igual rentabilidad esperada
con menor riesgo cuando los activos no están perfectamente correlacionados.
rm
r2
r1
1 2 m
Fig. 6: Portafolio óptimo con varios activos
Caso general. Veremos que el resultado anterior también aplica el caso general
con un activo sin riesgo y varios activos riesgosos
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n
rm x 0 a xi r i
i 1
n
rm x 0 a x i ri
i 1
y su varianza
n
m2 xi x j ij
i , j 1
Min
x
x i x j ij
i, j
i
sa xi ri x0 a R
i
L x i x j ij x i ri x 0 a R
i, j i
n
Dado que x 0 1 xi , el problema se puede rescribir
i 1
n
n
L i j ij xi (ri a) ( R a)
x x
i , j 1 i 1
L L
2 x j ij (ri a ) 0 xi 0
xi j xi
Suponiendo una solución interior, es decir que en la cartera de inversión están
todos los activos, se llega a:
40
2 x j ij ( ri )
j
2 x i x j ij (rm a )
i, j
Luego
2 m2 2 x i x j ij ( rm a )
i, j
cov(ri , rm ) x j ij ,
j
Luego
1
cov(ri , rn ) ( ri a )
2
Y finalmente se concluye:
cov(ri , rm )
(ri a) (rm a)
m2
cov(ri , rm )
i ,
m2
La expresión ( ri a) se denomina prima por riesgo del activo porque mide cuanto
mayor debe ser la rentabilidad esperado del activo con respecto al activo sin
riesgo para que el inversionista esté dispuesto a asumir el riesgo del activo. Luego
el resultado indica que en la cartera óptima debe tenerse que el premio por riesgo
que recibe un activo ( ri a ) es veces la prima por riesgo de la cartera ( rm a ) .
41
igual a 2 aumenta la varianza de la cartera, (el mide la contribución marginal al
riesgo de la cartera), razón por lo que se le exige una prima por riesgo mayor. Por
el contrario a activos con menor a 1 se les exige premios por riesgos menores
que a la cartera en su conjunto.
Notar que el resultado que establece que en la cartera óptima el premio por riesgo
de un activo es veces el premio por riesgo de la cartera, se obtuvo
independientemente de las preferencias del inversionista (salvo el supuesto que
prefiere mayor rentabilidad y menor riesgo). Lo que establece el resultado es en
qué proporción se deben combinar los activos riesgosos. Luego el inversionista,
dependiendo de sus preferencias, elegirá una combinación óptima entre el activo
sin riesgo y la combinación óptima de activos riesgosos.
Estos dos autores parten presentando diversos ejemplos que muestran que la
teoría tradicional de incertidumbre, que supone que la gente se comporta de
acuerdo a los axiomas vistos, no siempre se cumple. Los axiomas que menos se
cumplen son la regla de utilidad esperada (es decir, el axioma de sustitución) y la
suposición que los individuos en su evaluación consideran los estados finales en
vez de las pérdidas y ganancias.
8
Este primer ejemplo que contradice la teoría fue presentado en 1953 por Allais, y es conocido
como la paradoja de Allais.
42
[18%] [82%]*
Notar que las loterías C y D se obtienen componiendo las loterías A y B con una
que entrega cero con certeza, donde la probabilidad de la segunda lotería es cero,
por lo que el orden de preferencia no debiera cambiar. Suponiendo que v(0)=0,
Ejemplo 2: N=66
Este ejemplo nuevamente viola la regla de la utilidad esperada, pues las loterías C
y D se obtienen multiplicando por un mismo número la probabilidad de ganar el
premio en las loterías A y B, por lo que el orden de preferencia no debiera cambiar
43
Efecto reflejo: Comparando los ejemplos 2 y 3 se advierte que las personas
cambian su comportamiento cuando el juego envuelve pérdidas en vez de
ganancias. Considerando juegos con probabilidades significativas, la gente es
adversa al riesgo con juegos que envuelven ganancias, y amante del riesgo con
juegos que envuelven pérdidas.
Khaneman y Tversky sostienen que la elección bajo incertidumbre tiene dos fases:
edición y evaluación
44
Simplificación: Redondear con el fin de tener números más simples.
(101, .49) (100, 50)
p ( ) : función de peso,
v(x) : valor subjetivo del resultado
x : resultado definidos respecto a un punto de referencia, es decir
ganancia o pérdida.
1.0
PESO P ( )
.5
0 .5 1.0
PROBABILIDAD:
Figura 7: Función de peso
45
En general, probabilidades muy pequeñas son sobrevaloradas, lo cual no es lo
mismo que sobreestimadas. Para una probabilidad pequeña se cumple que:
p() >.
Función del valor. Se define sobre las desviaciones y no sobre la riqueza total,
además es cóncava para ganancias y convexas para las pérdidas, y con mayor
pendiente para las pérdidas.
vx
46
Las pérdidas pesan más que las ganancias, la función de valor tienen mayor
pendiente que ganancias.
u x, x ; y , y p x v x p y v y
u x, x ; y , y v y p x v x v y
47
REFERENCIAS
Arrow, K., 1970, Essays in the Theory of Risk Bearing. Chicago: Markham.
Pauly, M.V., 1974, “Overinsurance and Public Provision of Insurance: The Roles of
Moral Hazard and Adverse Selection”, Quarterly Journal of Economics 88:
44-54
Pratt, J., 1964, “Risk Aversion in the Small and in the Large.” Econometrica, 32:
122-36
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