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Panorama de la Arquitectura

Contemporánea.
Esteticismo en la Postmodernidad.
Dr. Arq. Jorge Carlos Fernández.
• El Postmodernismo, como una nueva filosofía
de la segunda mitad del siglo XX, propone una
sociedad pluralista, una estetización de la vida
(culto a la belleza), la eliminación de toda
norma, el relativismo de las conductas y el
politeísmo de los valores.
• La belleza debe ser elevado y priorizado por
encima de la moral y de las temáticas sociales.
• El arte es hacer
forma significativa.
Louis Kahn.
• En arquitectura el aspecto comunicativo predomina
sobre el funcional y lo precede. Umberto Eco.
• La forma del objeto es hacer visible la función, denotar
con suficiente claridad esa función, haciéndola
practicable y deseable. Charles Jencks.
• La función solo podría traducirse en formas y
espacios arquitectónicos a través del filtro de
un estilo (formas particulares). William Curtis.
• Se tiene que admitir que el Formalismo fue uno
de los impulsos motores mas fuerte de la
Modernidad Arquitectónica. Está claro que la
función es meramente una mascara para la
forma. Alan Colquhoun.
• A finales del siglo XX
cuando las
posibilidades
tecnológicas
aumentaron a ritmo
acelerado, la
arquitectura rehúye la
producción en serie o
rechaza la creciente
tecnificación del
mundo buscando en la
obra de arte y sus
componentes
irracionales un modelo
formal que lo legitime.
• La necesidad de
acentuar la
originalidad favorece
las soluciones de
fuerte impacto formal
y tecnológico, incluso
de la demanda
representativa. La
originalidad
desembocada prima
en la arquitectura
como espectáculo
concebida para
distinguirse pero no
integrarse.
• El progreso económico, social y cultural de los Estados
Unidos, antes y después de la Segunda Guerra
Mundial, y muchos de los avances surgidos en aquel
país se reflejaron casi exactamente al otro lado del
Atlántico. En concreto, este fue el caso en el ámbito del
consumo masivo.
• Los medios de comunicación de masas –cine,
televisión, revistas, publicidad- desempeñaron un
papel decisivo a la hora de transmitir una serie de
modelos de estilos de vida apropiados mediante el
consumo.
• El consumo de cultura material moderna se convirtió
en el principal medio de construcción de la identidad y
en una manifestación de aspiración y éxito sociales
para la mayoría del mundo occidental industrializado
de las décadas de los 50 y 60, tanto en Europa como en
Estados Unidos se hizo visible un entusiasmo por el
color, las formas modernas y las superficies
decorativas.
• Surgió un concepto popular de lo moderno que se
alineó junto a las manifestaciones contemporáneas de
cultura popular, incluyendo el cine de Hollywood, la
publicidad, la literatura barata y la música pop.
Richard Hamilton.
• El surgimiento de la cultura
popular, que incluía objetos
e imágenes de diseño
implicaba una energía
nueva y una exuberancia
estética que señalaban el
camino futuro.
• En la imagen idealizada de
la publicidad los productos
presentaban una gama de
colores que subrayaban su
papel como símbolos de un
estilo de vida estetizado,
más que como
herramientas funcionales. El
diseño contribuyó de forma
importante a producir este
efecto.
• También en la
generalización del interés
por lo popular en el pasado,
manifestado en la
recuperación de algunos
estilos y en el crecimiento
del sector del patrimonio
histórico. El surgimiento del
Craft Revival, un
movimiento caracterizado
por grupos de artesanos
que optaron por trabajar
fuera de los límites de la
producción industrial. La
idea de adquirir y
coleccionar objetos del
pasado con alto contenido
nostálgico contó con
muchos seguidores en esta
época.
• Algunos estudios sobre consumo realizados en
este periodo trataron también el papel
fundamental del diseño en la construcción de
identidades a través de los productos o estilos
que consumían. Así el concepto de marca
adquirió una nueva significación en esta
época. Sea en el ámbito de la moda (Nike,
Armani), en el diseño industrial (Alessi), o en
el arquitectónico (poderosos estudios de los
llamados arquitectos estrellas).
• El diseño fue asimilado con
facilidad por la cultura de
consumo de la
postmodernidad. De hecho
se podría decir que el
diseño dio origen a la
postmodernidad.
• Los productos surgían,
como los propios edificios,
de las demandas y
necesidades de identidad
de los consumidores, o
mas bien de los caprichos
de los arquitectos.
• La intención subyacente de los arquitectos y
diseñadores del movimiento moderno era rechazar la
definición de diseño basado es el estatus que había
dominado la cultura material en la época victoriana.
• En un temprano contexto postmoderno, en Francia, el
crítico cultural Roland Barthes puso énfasis sobre el
objeto en el contexto de consumo y su interés en la
imagen del objeto más que en su uso; idea
fundamental que trazará un nuevo rumbo sobre la
cultura material en nuestros días.
• El Pop, como fenómeno
comercial que influyó en
productos de estilos
efímeros, sirvió para
romper con lo que se
había considerado, dentro
del movimiento moderno,
como los conceptos
inseparables de la forma y
la función, y para plantear
la posibilidad de que la
forma (o bien la imagen)
y expresión podían en
cambio relacionarse mas
estrechamente en el
contexto de consumo.
• A principios de la segunda mitad del siglo XX se hacía mas
imperativa la necesidad de ofrecer niveles de
diferenciación dentro de la cultura en general. El diseño fue
una de las maneras de asegurar esa diferenciación y así se
intentó distinguir dos mundos modernos: el de la moderna
cultura de las masas y el de una nueva alta cultura de la
élite y del lujo que se definía por su asociación con el
concepto de buen gusto.
• La publicación en 1979 de la obra de Pierre Bourdieu, La
distinción. Criterios y bases sociales del gusto, abrió una
nueva discusión sobre el gusto, definido como un producto
de la educación y como factor de formación en la
determinación de clases.
• Por tanto, se hace hincapié en la
influencia de las bellas artes sobre
el nivel de diseño de la élite,
destacando por ejemplo la escultura
de Henry Moore como fuente de
inspiración visual para los
diseñadores .Con esta visión de
muchos de los escritos de esta
época, incidía sobre los logros mas
elitistas de la cultura del diseñador
y su dependencia de las bellas artes
como medio para distinguirse de la
cultura popular.
Basándose en la contradicción
esencial por la cual las
personas podían pertenecer a
un grupo y al mismo tiempo
conservar su individualidad, el
término diseñador evoca un
mundo de lujo artesanal muy
alejado de la realidad de la
producción en serie
mecanizada y del consumo de
masas dominado por los
medios.
Así, la decisión de Alessi de
vincularse a la cultura del
diseñador produjo como
resultado una serie de objetos
de diseño cuya importancia
cultural y simbólica trascendía
su función utilitaria.
• Desde otra óptica, considerando que a finales
del siglo XX, las posibilidades tecnológicas
aumentaron a ritmo acelerado, puede parecer
paradójico que la arquitectura rehúya la
producción en serie e intente cobijarse en el
campo no normalizado de la obra de arte
contemporánea, alcanzando a constituirse
como un objeto único e impactante, similar a
la obra de arte.
• Ya ha principios del siglo XX las industrias de
las artes decorativas había empleado
generalmente artistas, dado que se dirigía
ante todo a mercados de élite. Sin embargo,
en la creación de los primeros productos en
serie, cuyo objetivo era un público a mayor
escala, el contenido artístico se obtenía de
otras fuentes y era modificado por los
procesos mecánicos propios de la fabricación
industrial.
• Aunque en la segunda mitad del siglo XIX surgió
una nueva generación de individuos con
inclinación artística que deseaban implicarse en
la creación de productos industriales, los
arquitectos tomaron el mando del sector. No sólo
ideaban los edificios y su interior, sino también
que se aventuraron en el campo de las artes
aplicadas y la fabricación industrial. Los
arquitectos dominaron en ámbito del diseño de
productos hasta finales de la década de los años
veinte.
William Morris:
Charles Rennie
Mackintosh:
Henry van de Velde:
Frank Lloyd Wright:
Eliel Saarinen:
• En efecto, la aplicación de las bellas artes a muchas
áreas del mercado que no habían tenido hasta
entonces esa necesidad era una señal de que los
fabricantes eran cada vez mas conscientes de la
importancia del atractivo visual de sus productos.
• Las revistas Times y Lifes alabaron los trabajos de los
diseñadores como si fueran celebridades de Hollywood
puesto que aseguraban a sus creaciones un aura
instantánea y de valor añadido. Los diseñadores se
convirtieron en entidades de marca y sus nombres se
utilizaron como una especie de promoción del
producto.
• Era tal el poder de los diseñadores que la
aplicación de su nombre al diseño imbuía
inmediatamente a dichos objetos de un valor
añadido. También evoca la individualidad
propia de los objetos hecho a medida, que
garantizaba a las clase superiores su estatus
social y conocedor del buen gusto.
• El atractivo visual del
producto ha sido lo mas
relevante a lo largo de
todo el siglo XX. La
vuelta del Esteticismo
surgido a finales del
siglo XIX en donde el
arte existe para la
exaltación de la belleza
la que debe ser elevada
y priorizada por encima
de lo moral y lo social;
fue una reacción al
utilitarismo , a la
fealdad y el
materialismo
• El artista plástico, símbolo del éxito y del prestigio,
trabaja las obras una a una, de manera artesanal,
planteando la síntesis personal de muy diversas
influencias plásticas.
• Todo ello ha movido al arquitecto a intentar desarrollar
un método arquitectónico que tienda a aproximarse a
los mecanismos de la creación artística y a la figura de
ese diseñador de renombre que reforzaba el valor
añadido al producto. Se renuncia, en principio, a la
producción en serie y a la industrialización radical; cada
obra, en cambio, será singular, mantendrá una relación
única con el contexto, con el usuario o con las
arquitecturas preexistentes.
Arquitectura y espectáculo.
• A finales del siglo XX se ha presentado el
fenómeno del arquitecto estrella, como
consecuencia de todo ese pensamiento de la
postmodernidad; se define por una valoración del
trabajo por su impronta artística, anteponiendo
esta presencia a cualquier otro valor de lo que se
exige a la arquitectura.
• La necesidad de acentuar la originalidad favorece
la adopción de soluciones de impacto formal y
tecnológico que tiende a olvidarse de la razón
constructiva y funcional
• Por otro lado, a finales del siglo XX, cuando las
posibilidades tecnológicas aumentan a ritmo
acelerado, puede parecer paradójica que la
arquitectura rehúya la producción en serie e
intente cobijarse en el campo no normalizado
de la obra de arte contemporánea. Se trata de
una reacción a la creciente tecnificación del
mundo.
• En el contexto los norteamericano, a partir de finales de
los años 60, empiezan a proliferar experimentos de cruce
entre arte y arquitectura.
• Gerhy ha desarrollado una obra basada en el ensamblaje
artesanal de diversas formas simples, con materiales
accesibles denota una clara tendencia hacia una
arquitectura dúctil, flexible y plástica como el arte.
• Todo ello ha movido al
arquitecto a intentar
desarrollar un método
arquitectónico que tiende
a aproximarse a los
mecanismos de la creación
artística. Se renuncia, en
principio a la producción
en serie y a la
industrialización radical;
cada obra en cambio será
singular.
• La originalidad
desbocada prima a la
arquitectura como
espectáculo y eso
acarrea el riesgo de
banalidad, lo único que
la arquitectura nunca
debería permitir.
• En el Guggenheim, la
singularidad fue el
motor de Wright: un
volumen ajeno a la
lógica urbana de Nueva
York, concebido para
distinguirse, pero no
integrarse; un helicoide
de muros curvos…Para
colgar cuadros?.. Sus
disputas con la
dirección del museo
fueron célebres.
• Igualmente sucede con el
Guggenheim de Bilbao
donde el espectáculo se
queda en las apariencias.
De cómo la originalidad
puede conducir al sumidero
de la banalidad es buena
prueba la conversión del
penacho de titanio. Es sin
embargo, la mejor muestra
del nada despreciable valor
de arquitectura-espectáculo
como generador de
reactivación económica y
emblema publicitario a
escala corporativa.
• Por tanto, todo este fenómeno
de la marca, como valor
agregado, pasó al campo de la
arquitectura posteriormente.
Aquí la marca está dada por el
nombre del arquitecto-estrella,
un Gerhy, Calatrava, Foster,
Libeskind o Renzo Piano. Como
en el campo del arte se aplica; es
un Picasso o Rembrandt, lo
mismo se da actualmente en la
arquitectura; el nombre del
arquitecto le otorga distinción y
jerarquía a la obra.

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