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INTRODUCCIÓN A LA

SAGRADA ESCRITURA
UNIDAD 2
PRIMER DIA
TRANSMISIÓN Y TRADICIÓN
Después de haber visto que la Revelación se realizó a través del lenguaje humano, ahora
es necesario definir con propiedad los conceptos de transmisión y tradición para entender
la formación de la Sagrada Escritura.
a) TRANSMISIÓN es el acto por el cual el pueblo de Dios, guiado por hombres
escogidos, comunica a la siguiente generación la revelación divina que ellos han
recibido a su vez de sus padres, de Jesús o de los apóstoles, hasta el momento en
que dicha revelación se cristaliza en el texto sagrado y canónico.

b) TRADICIÓN es el conjunto de acontecimientos y verdades contenidos en la


revelación y que transmitidos por vía oral o escrita a lo largo de muchos siglos, han
quedado plasmados definitivamente en la Sagrada Escritura.

El hecho de la transmisión es un fenómeno propio de la naturaleza histórica y social del ser


humano, pues en la experiencia de los hombres se transmite lo que se considera valioso
para las generaciones futuras. En el campo religioso por ejemplo, los escritores sagrados
han transmitido la Palabra y acción de Dios en la historia, y nos han dejado constancia de
ello en sus escritos.
Dt 26, 5-9: Mi padre era un arameo errante que bajó a Egipto y residió allí siendo unos
pocos hombres, pero se hizo una nación grande, fuerte y numerosa. Los egipcios nos
maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron dura servidumbre. Nosotros clamamos a
Yahvé, Dios de nuestros padres, y Yahvé escuchó nuestra voz, vio nuestra miseria, nuestras
penalidades y nuestra opresión, y Yahvé nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo
extendido, con gran terror, con señales y prodigios. Y nos trajo a este lugar y nos dio esta
tierra, tierra que mana leche y miel.
Dt 4,9-10: Pero ten cuidado y guárdate de olvidarte de estas cosas que tus ojos han
visto, ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los días de tu vida; enséñaselas a tus
hijos y a los hijos de tus hijos. El día que estabas en el Horeb en presencia de Yahvé tu
Dios, cuando Yahvé me dijo: Reúneme al pueblo para que les haga oír mis palabras, a fin
de que aprendan a temerme mientras vivan en el suelo y se las enseñen a sus hijos.
También San Pablo en varias ocasiones utiliza en sus escritos la fórmula: Les he
transmitido lo que yo a mi vez he recibido (1Co 11,23). En todas sus cartas podemos
encontrar textos provenientes de la tradición apostólica, en la que él se halla inmerso y que
comunica a sus comunidades.
Los mismos textos canónicos de los evangelios, como ha puesto de manifiesto la historia
de las tradiciones, han sido escritos a partir de tradiciones provenientes de Jesús o
transmitidas por los discípulos sobre acontecimientos o sentencias del mismo Jesús.
Por otra parte, la transmisión es una exigencia de la misma revelación y un mandato divino.
Decimos que la revelación exige ser transmitida porque contiene una bendición, una
promesa y una alianza (Gn 12,3; 15,5-6; 15,18). Dios es fiel a su alianza y promesa, y por
eso el pueblo de Israel no ha dejado de transmitirlo de generación en generación. Como
Yahvé es fiel, la promesa tiene que cumplirse a pesar de las dificultades y en medio de los
desbarajustes de la historia; y a alianza, hecha no con un individuo sino con el pueblo, no
queda rota por la infidelidad humana, sino que Dios aprovecha la misma infidelidad de su
pueblo para mostrarle su amor y establecer una alianza perfecta y definitiva en la sangre
de Jesucristo.1
La transmisión es también un mandato divino porque en ella va la identidad de cada
israelita y del pueblo entero de Israel. El pueblo debe ser fiel a Yahvé y dar testimonio de
su Él en medio del mundo. De la misma manera viven los apóstoles, pues en el libro de los
Hechos se nos narra que Pedro, delante del Sanedrín, defiende su misión de obediencia en
el anuncio del evangelio (Hech 4,19-20):
Juzguen si es justo delante de Dios obedecerles a ustedes más que a Dios. No
podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído.
En consecuencia, la transmisión de generación en generación es absolutamente necesaria
e imperativ

SEGUNDO DIA
FORMACIÓN DEL ANTIGUO TESTAMENTO
a) Desde el siglo 18 al 9 a.C
En el principio, los patriarcas o jefes de las tribus contaban a sus descendientes todo lo que
Yahvé había realizado en medio de su pueblo. Los hijos escuchaban de sus padres una
historia viva, aprendían que su vida y su historia están en las manos de Dios, y se sentían
guiados hacia un futuro que integra a toda la humanidad.
Estas tradiciones orales están llenas de inspiración religiosa y constituyen la primera etapa
de la formación de la Sagrada Escritura. Después, dichas tradiciones patriarcales se
enriquecen mediante la narración popular, la cual, en el siglo XIII a.C, adquiere un tono
épico. Por ejemplo: la esclavitud de los israelitas en Egipto y su salida hacia la tierra
prometida se narran como una exultante actuación de Yahvé para liberar al pueblo de Israel
bajo la guía de Moisés.
A finales del siglo X a.C, hacia el final del reinado de Salomón, se recogen fragmentos
poéticos y la mayor parte de las antiguas tradiciones orales para redactar una historia de la
salvación, la cual inicia con la creación, atraviesa la historia de los patriarcas y Moisés
hasta llegar al ingreso del pueblo en la tierra de Canaán.
Se recogen además las tradiciones poéticas de Israel como: el cántico de Moisés (Ex 15),
el cántico de Débora (Jue 5), himnos religiosos, salmos de David y de Salomón.
b) Desde el siglo 8 al 6 a.C.

1
A. IZQUIERDO, Palabra de Dios, 44.
Durante este periodo, los sabios israelitas se ejercitan en las máximas sapienciales2 a la
manera de los sabios egipcios y babilonios. Así, se forma la parte central del libro de los
Proverbios (Pr 10-29). La última redacción de este libro tendrá lugar después del exilio en
Babilonia.
En esta etapa también sonaron las voces de los profetas, (Elías, Eliseo3, Amós, Oseas,
Isaías, Jeremías, Miqueas, Sofonías, Nahúm, Habacuc, etc.) sus denuncias, anuncios y
oráculos, y que posteriormente sus discípulos las pusieron por escrito.
En el transcurso del siglo VII a.C, se fija por escrito la parte central del libro del
Deuteronomio (Dt 12-26), que representa la Ley de Moisés, basándose en antiguas
tradiciones y a la luz de la teología presentada por los profetas. También, a mediados del
siglo VI a.C, durante el exilio en Babilonia, se redacta en su conjunto la Obra
Deuteronomista, que comprende los libros de Josué, Jueces, I y II de Samuel, I y II de
Reyes.
Los círculos sacerdotales también reescriben la historia de la salvación, apoyados y
sostenidos por el profeta Ezequiel. Él y otro profeta conocido como Deutero Isaías hacen
florecer la esperanza en Isarel, considerando el retorno a Jerusalén y a la tierra prometido
como un nuevo éxodo. El libro de las lamentaciones pertenece a finales del siglo VI a.C y
evoca el dolor de Israel ante las ruinas de la ciudad santa.
c) Desde el siglo 5 al 1 a.C.
Después del exilio y el regreso a la tierra de los padres, Israel viene a ser una comunidad
eminentemente religiosa. En este periodo, por tanto, nace el judaísmo. La comunidad de
los repatriados recibe una organización estable por parte de Esdras y Nehemías. Es en este
tiempo cuando la mayor parte de los libros del Antiguo Testamento reciben su forma y
configuración definitivas.
A finales del siglo V a.C, nace la llamada obra del cronista.4 Después del exilio se
desarrolla también la literatura sapiencial. La colección de los Salmos y de los Proverbios
se completa en torno a las antiguas tradiciones orales. Se redactan además los libros de Job,
Qoelet, Cantar de los Cantares y Sirácide.
El libro de la Sabiduría se redactó hacia el año 50 a.C, siendo el último libro del Antiguo
Testamento en ser escrito. En esta misma época aparece la literatura didáctica (midrash),
que utiliza tradiciones y datos de la historia antigua a fin de edificar e instruir. Entre esta
literatura tenemos los libros de Tobías, Ester, Judit y Rut.
Por último, durante el periodo helenístico de Antíoco IV Epifanes, se realiza una
persecución violenta contra los judíos y provoca la reacción de los Macabeos. Se escriben
los libros I y II de Macabeos, y también da paso a la literatura apocalíptica, propia de una
época de persecución (Dan 7-12).

2
Son instrucciones o enseñanzas que el maestro da al alumno, o el padre al hijo, del que
tiene experiencia al que no la tiene.
3
Sus Hechos y palabras se han recogido en los dos libros de los Reyes.
4
La obra del cronista constituye los libros I y II de Crónicas, Esdras y Nehemías.
TERCER DIA
FORMACIÓN DEL NUEVO TESTAMENTO
d) La historia de Jesús
Después de un largo silencio de la voz profética, se pone en escena de la historia de la
salvación, precedida por Juan el Bautista, la figura de Jesús de Nazaret, profeta y maestro.5
Jesús inicia su predicación en la región de Galilea, en la que había crecido y se había
educado. Sus palabras confirmadas por milagros, su comportamiento y gestos proféticos
tocan el alma de sus contemporáneos. Habla como quien tiene autoridad, y no como los
escribas, va repitiendo la gente sencilla que le escucha con admiración y gozo (Mc 1,22).
Ya en el Antiguo Testamento, algunos profetas como Oseas y Ezequiel se habían
convertido en parábola viva para sus conciudadanos, en símbolo elocuente del querer y
obrar divinos. Ahora el símbolo y la parábola ceden el paso a la persona Palabra, a una
persona cuya esencia es ser Palabra Divina en las relaciones dialogales intratrinitarias y
Palabra Salvífica en relación amistosa con el hombre. Una Palabra que después de tres años
de resonar por las tierras de Palestina, fue silenciada y clavada en una cruz.
Juan, recordando estos acontecimientos, escribirá hacia finales del primer siglo que:
En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra
era Dios… La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre, viniendo a este
mundo. En el mundo estaba y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino
a los suyos y los suyos no la recibieron. (Jn 1, 1.9-11)
e) La predicación apostólica
La predicación de los apóstoles es la palabra que rompió para siempre el silencio del
sepulcro y sigue proféticamente viva en el tiempo y hasta el fin de la historia humana.
Después de la resurrección de Jesús (La Palabra hecha carne), los discípulos, guiados por
el Espíritu Santo que les impedía callar, predicaron la buena nueva de Jesús de Nazaret y
con el correr del tiempo la pusieron por escrito, hasta que al final de la era apostólica, quedó
fijado por escrito el Evangelio. Desde ese momento, la Palabra, Jesús de Nazaret, sigue
hablando a los hombres de generación en generación.
Entre los años 30 al 60 de la era cristiana, los apóstoles y discípulos predicaron la buena
nueva de la salvación. Primero se centraron en el Kerigma6como evento salvífico previsto
y profetizado en las escrituras. Luego, con el correr de los años se fueron escribiendo
fragmentariamente episodios en torno al misterio pascual, colecciones de parábolas,
palabras de Jesús, milagros, etc. Todo este material escrito era muy útil para el culto, para
la catequesis y para la actividad misionera.

5
En la literatura judía, el silencio divino se simbolizó con la imagen de los cielos cerrados.
En el bautismo de Jesús los cielos se desgarran, se abren y Dios rompe su silencio: Tu eres
mi hijo amado, en ti me complazco (Mc 1,11; Mt 3,17; Lc 3,22)
6
El Kerigma se refiere al anuncio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús
A mediados de los años 30 de nuestra era, se convirtió al cristianismo, bajo la fuerza de
una visión misteriosa de Jesucristo, camino de Damasco, un judío fariseo de Tarso llamado
Saulo, rabino de profesión, quien fue profundizando en el evento de Jesús a la luz de las
escrituras. Esta profundización hizo que en los años 50 inicie a escribir cartas a las
comunidades que él mismo había fundado en el Asia menor, en Macedonia y en Grecia.
De este modo nacen los primeros escritos canónicos del Nuevo Testamento.
f) La redacción del Nuevo Testamento
Entre los años 65 a 70 d.C, la mayoría de los doce apóstoles ya ha dado su vida por la
predicación del mensaje de Jesucristo; por tanto, los discípulos sienten la necesidad de que
tanto la predicación oral como los fragmentos y colecciones escritos en que se recogía la
tradición apostólica recibiesen una configuración unitaria.
Marcos fue el primero en lanzarse a tal empresa, y tras él fueron Mateo, Lucas y Juan. En
las tres últimas décadas del primer siglo de la era cristiana, las palabras y hechos de Jesús,
su persona y su presencia histórica, quedan plasmados para siempre y para toda la
humanidad en los cuatro evangelios.
En los círculos familiares al apóstol Juan, además del cuarto evangelio, fueron redactadas
tres cartas (1era, 2da y 3era de Juan) y el apocalipsis, en un periodo de tiempo que va entre
los años 60 a 100 d.C.
También en dicho periodo, fueron escritas las así llamadas cartas católicas (Judas,
Santiago, 1 y 2 de Pedro), es decir universales por estar destinadas a todos los cristianos en
general. Debido a su estructura interna, se dice que estas cartas fueron escritas por alguno
de los discípulos de los apóstoles.

CUARTO DIA
FUNCIONES DE LA TRANSMISIÓN Y TRADICIÓN
a) Función conservadora
El acto de transmitir solo tiene significado si se hace para conservar lo que se transmite.
Esto constituye ley de vida en la creación, sobre todo en la naturaleza humana. Así como
la humanidad transmite la vida para conservarla y que no se extinga, del mismo modo se
transmiten las leyes que rigen la constitución de una nación, las costumbres familiares, las
tradiciones religiosas, etc., a fin de que sobrevivan en el futuro para la nueva generación.
Desde este punto de vista, la transmisión y tradición se relacionan con el concepto de
cultura, es decir con el conjunto de principios, normas, leyes de vida, costumbres y valores
que presentan una determinada sociedad. Así por ejemplo se pueden distinguir las culturas
egipcia, griega, romana, cristiana, azteca, Inca, etc.
La tradición y transmisión también se relacionan con la historia, de modo que el hombre
aprende a vivir en el presente, asumiendo todo lo que se ha vivido en el pasado con una
perspectiva crítica. Las experiencias, acontecimientos, doctrina e ideología del pasado no
puede desecharse así nada más, pues son necesarias para iluminar a la humanidad en cada
generación, de modo que las generaciones futuras busquen y obtengan un mundo más digno
para un hombre más humanizado.
Por ejemplo, la transmisión bíblica se llevó a cabo primeramente dentro de la familia, del
clan o de la tribu. Los hijos o miembros del clan recibían de sus padres las tradiciones, las
asimilaban y aprendían de memoria para conservarlas y así poder transmitirlas
posteriormente a sus hijos. Solamente si la familia, el clan o la tribu eran capaces de
conservar sus tradiciones, tenían segura su supervivencia histórica. De lo contrario eran
absorbidos por otros clanes y tribus, sin dejar rastro en el sucederse de los acontecimientos
humanos.
El transmitir algo implica de por sí no solo la voluntad de conservar lo que se transmite,
sino además la misma conservación. En consecuencia, transmitir es conservar.
b) Función Constitutiva
La función constitutiva condensa y unifica el tiempo y la historia de la Palabra y del
destinatario. Lo que Dios ha ido revelando a lo largo de los siglos, una vez constituido texto
sagrado, canonizado por la Iglesia en concretos momentos de la historia, se convierte en
Palabra viva, imperecedera y eterna, que lanza su sonido interpelativo y salvífico a los
cuatro vientos y a los cuatro puntos cardinales del planeta.
Con lo dicho aparece claro que la cualidad derivante de esta función es la unificación.
Cuando la revelación es constituida definitivamente queda unificada por el único fin que
es la salvación de la humanidad, por la concentración del pasado y del futuro en un eterno
presente, vivo y eficaz, y la fijación definitiva en razón de su contenido salvífico.

c) Función Renovadora
Los estudios exegéticos de los últimos siglos han puesto de manifiesto la labor
interpretativa e innovadora interna a la misma Biblia precisamente para que la tradición y
transmisión fuese significativa y parlante para los destinatarios de un texto en un
determinado momento histórico, previo a la fijación definitiva y constitutiva de la
Escritura.
Por ejemplo, El éxodo es interpretado innovadoramente por el grupo sacerdotal en el exilio
de Babilonia; la alianza del Sinaí recibe nuevo aliento en la promesa de una nueva alianza,
escrita no sobre tablas de piedra, sino en los corazones de los hombres; la tentación en el
paraíso es actualizada e interpretada a la luz cristiana por Marcos al presentar las
tentaciones de Jesús; la fe de Abraham recobra un nuevo y más rico significado en la carta
de Pablo a los Romanos y a los Gálatas.
De este modo, en la transmisión y tradición se subraya la función renovadora porque no se
transmite una palabra muerta, sino viva y que está destinada a vivificar a los destinatarios.

Ahora, a modo de conclusión, se debe decir que estas tres funciones no pueden estar
separadas sino que coexisten, ya que sin conservación no puede haber constitución, y sin
estas no es posible la innovación.
QUINTO DIA
AMBIENTES, LENGUAS Y MATERIALES USADOS PARA LA TRANSMISIÓN
Los ambientes en que se formaron las tradiciones escritas del Antiguo Testamento y su
transmisión fueron:
- los diversos santuarios de Israel (Betel, Silo, Siquem, Gilgal, Hebrón) y
principalmente el culto en el templo de Jerusalén.
- la corte real, sobre todo en los momentos de esplendor de los reyes David y
Salomón o de renovación de los reyes Ezequías y Josías.
- los periodos de crisis que fueron iluminados por la palabra profética y los fulgores
apocalípticos como la caída de Samaria, el destierro en Babilonia, o la persecución
en la época macabea.
- Las escuelas sinagogales y rabínicas establecidas en el judaísmo tardío.
Todas estas ubicadas en la tierra de palestina. Otras partes fueron formadas en Babilonia y
Egipto
Respecto al cristianismo, el lugar por excelencia de la transmisión es el culto cristiano. Los
textos originarios que contenían los relatos de la pasión de Jesús, así como los relatos de
su vida pública se fueron transmitiendo y fijando en el ámbito del culto dominical.
Además, otro ambiente de la formación del Nuevo Testamento fue el camino de
preparación al culto por medio de la predicación del kerigma7 y la catequesis para quienes
iban a recibir el sacramento del bautismo. En el ambiente catequético se transmite gran
parte de los evangelios de la infancia, muchos textos sobre la vida pública y algunas
particularidades de la pasión y apariciones de Jesús. Otro gran ambiente de la transmisión
es el misionero sea en relación a los judíos o en relación a los paganos.
El resto del Nuevo Testamento se forma en las comunidades cristianas ya constituidas a las
que se dirigen los apóstoles o sus discípulos para explicar ciertos aspectos doctrinales
relativos al misterio de Cristo, para corregir desviaciones, para ahuyentar y defender a las
comunidades de los falsos profetas. Estas comunidades se ubicaban en Siria y Palestina,
Asia Menor, Grecia y Roma.
Por otra parte, como mencionábamos en la primera unidad, la Palabra de Dios para ser
comprensible tuvo necesariamente que encarnarse en palabra humana y así ser transmitida.
Es así que surgen las preguntas: ¿Qué palabra humana ha servido a Dios para ser vehículo
de la revelación? ¿Cuál ha sido el material utilizado para transmitirla y en el que ha quedado
escrito tras un proceso de transmisión oral?
La mayor parte del AT fue escrito en hebreo. En arameo se encuentran algunos fragmentos
de Esd 4,8-6.18; 7,12-26; Dn 2,4-7,28; Gn 31,47 y Jr 10,11. Otros libros del AT, escritos
originariamente en hebreo, nos han llegado íntegros únicamente en griego: 1 Mac, Jud,

7
Ya habíamos mencionado en la unidad anterior que el Kerigma era el anuncio de la pasión,
muerte y resurrección de Jesucristo.
Tob, Sir, Dan 3,24-90. Por ejemplo, algunos fragmentos del texto hebreo de Tobías fueron
encontrados en los manuscritos de Qumram8 y dos tercios del Sirácide o Eclesiástico fueron
hallados en la Guenizáh del Cairo.9 Fueron escritos en griego: 2 Mac, el libro de la
Sabiduría y todos los libros del NT.10
Es importante tomar en cuenta las lenguas en que se ha escrito la Sagrada Escritura pues a
través de ellas podemos conocer la visión del mundo que tenían sus escritores, su
espiritualidad, modo de vida, su mentalidad y sensibilidad ante las cosas.
El material usado para escribir los textos bíblicos fue el pergamino en primer lugar, y
después el papiro.

8
Es un lugar en el desierto, cerca del Mar Muerto donde una congregación de judíos
construyó unas cavernas para vivir en oración y austeridad. Allí se han encontrado
muchos manuscritos bíblicos.
9
La Guenizáh es un depósito para almacenar manuscritos.
10
A. IZQUIERDO, La palabra de Dios, 60.

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