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PRIMER EJERCICIO

TEMA D.1
PROTECCIÓN RADIOLÓGICA. OBJETIVOS Y PRINCIPIOS

BIBLIOGRAFÍA

 Amor Calvo, I. Introducción a la protección radiológica en instalaciones nucleares.


Curso de protección radiológica aplicada a instalaciones nucleares. Ciemat. 2000.
 Amor Calvo. I. Las recomendaciones básicas de la Comisión Internacional de
Protección Radiológica. Curso avanzado de protección radiológica. Ciemat. 2002
 Clarke, R. Progress towards new recommendations from the International
Commission on Radiation Protection. 10TH Congress of International Radiation
Protection Association. 1998
 Gonzalez, A. The United Nations System of Radiation Protection. 12TH Meeting of
the Radiation Safety Standards Committee. 2002
 International Atomic Energy Agency. Safety Series 120. Radiation Protection and
the Safety of radiation sources. 1996
 International Commission on Radiological Protection. Publication 60. Basic
recommendations of the International Commission on Radiation Protection. 1990.
 International Commission on Radiological Protection. Publication 103. The 2007
recommendations of the International Commission on Radiation Protection. 2007
RESUMEN EJECUTIVO

En los dos primeros apartados del tema se presenta una reseña histórica sobre los
distintos tipos de efectos biológicos de las radiaciones ionizantes y se explica el papel
de la ICRP en el establecimiento de los principios de protección radiológica.

En el tercer apartado se explican las bases biológicas y científicas de la protección


radiológica que conducen a que, para caracterizar las relación entre dosis y efectos,
ICRP asuma una hipótesis lineal-sin umbral, en la que se sustenta el sistema de
protección radiológica hoy vigente.

En el cuarto apartado se enuncian los objetivos y principios básicos del sistema de


protección radiológica y se explica como en su aplicación práctica hay que tener en
cuenta tres tipos de situaciones (prácticas, intervenciones y exposiciones potenciales)
cuyas características se explican en el quinto apartado.

En el sexto apartado se explica, con cierto detalle, el enunciado y la aplicación


práctica de los principios básicos en el ámbito de cada una de las tres situaciones
mencionadas.

En el séptimo apartado se explican los motivos que condujeron a que ICRP-60


revisara, a la baja, los límites de dosis establecidos en anteriores recomendaciones y
se presentan los valores numéricos de los nuevos límites.

En el octavo apartado se explica la controversia suscitada en torno a las bases


científicas de las recomendaciones básicas de ICRP-60 y, asimismo, se comentan las
dificultades evidenciadas en la implantación práctica de dichas recomendaciones.

Por último, en el noveno apartado, se presentan las líneas maestras del nuevo
sistema de protección radiológica establecido en la publicación ICRP-103, con el que
se tratan de superar la controversia y dificultades evidenciadas con las
recomendaciones de ICRP-60.

TEMAS RELACIONADOS

Primer ejercicio: Tema D.4: El sistema de protección radiológica. principios de


justificación y optimización. Límites de dosis.
INDICE

1. Introducción.

2. La Comisión Internacional de Protección Radiológica.

3. Bases biológicas y científicas de la protección radiológica.

3.1. Procesos biológicos asociados a los efectos de las radiaciones.

3.2. La hipótesis lineal-sin umbral.

3.3. Factores de riesgo. Modelos de proyección.

4. Objetivos y principios básicos de la protección radiológica.

5. Prácticas, intervenciones y exposiciones potenciales.

6. Aplicación práctica de los principios básicos.

6.1. El sistema de protección radiológica para prácticas.

6.2. El sistema de protección radiológica para intervenciones

6.3. El sistema de protección radiológica para exposiciones potenciales

7. Los límites de dosis recomendados por la ICRP.

8. Controversia en torno a las recomendaciones de ICRP-60.

9. Las nuevas recomendaciones básicas de ICRP-103


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1.- INTRODUCCIÓN.-

La protección radiológica es una disciplina científico-técnica que tiene como objetivo


genérico la protección de las personas y del medio ambiente contra los efectos
nocivos que pueden resultar de la exposición a radiaciones ionizantes.

La protección radiológica nace, como disciplina autónoma, en la década de los 50 a


raíz del espectacular desarrollo de las aplicaciones pacíficas de la energía nuclear en
los campos de la industria, la medicina y la investigación. Sin embargo, la
constatación de que las radiaciones pueden provocar efectos nocivos para la salud
de las personas (o, lo que es lo mismo, la necesidad de la protección radiológica), es
muy anterior, pues ya se puso de manifiesto a finales del siglo XIX, a raíz del
descubrimiento de los rayos X por Roentgen, en 1896.

En efecto, como resultado del uso incontrolado de los radiaciones en las primeras
etapas de su utilización, se empezaron a detectar una serie de patologías en
investigadores, radiólogos y otras personas expuestas (lesiones cutáneas, cataratas,
etc.) que, muy pronto, se comprobó que eran atribuibles a la exposición a las
radiaciones. Estos efectos, que hoy se conocen como “deterministas”, se caracterizan
porque solo se producen cuando las dosis son superiores a cierto valor umbral, que
es característico de cada tipo de efecto.

No son estos los únicos efectos nocivos asociados a la exposición a radiaciones


ionizantes puesto que, posteriormente, el seguimiento epidemiológico realizado sobre
la población que sobrevivió a las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki
demostró que, por debajo de esas dosis umbral, existía una incidencia de cáncer
superior a la estadísticamente normal en poblaciones de características similares a
las estudiadas.

Estos efectos, que hoy se denominan “estocásticos” también se han constatado,


posteriormente, en otros estudios realizados sobre poblaciones expuestas a altas
dosis de radiación (enfermos de cáncer óseo inyectados con radio, pintores de
esferas luminosas que utilizaban pinturas de radio y torio, etc.).

Por otra parte, diversos estudios experimentales realizados en animales y plantas


sugieren que las radiaciones pueden llegar a producir trastornos que, aunque no se
manifiestan en los individuos expuestos, sí lo hacen en su descendencia (efectos
hereditarios). Sin embargo, hasta la fecha, no se ha llegado a demostrar que la
radiación sea causa de tales efectos en seres humanos.

2.- LA COMISIÓN INTERNACIONAL DE PROTECCIÓN RADIOLÓGICA.-

Las patologías evidenciadas durante las primeras etapas de la utilización de las


radiaciones ionizantes motivaron que, en el seno del 2º Congreso Internacional de
Radiología (1928), se constituyera una comisión de expertos con el objetivo de definir
las medidas de protección necesarias para tratar de prevenir los daños observados
en los médicos y enfermeras que trabajaban con los rayos X y con el radio. Esta
comisión se reconstituyó en 1950 con el nombre de Comisión Internacional de
Protección Radiológica (ICRP) y con un ámbito de actuación más amplio, que no solo
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abarcaba los usos médicos de las radiaciones, sino las numerosas aplicaciones de
dichas radiaciones en los ámbitos de la industria y de la investigación.

La ICRP es una organización científica no gubernamental a la que la comunidad


científica internacional ha encargado la misión de establecer las bases científicas y
los principios básicos de la protección radiológica. Es una organización de carácter
asesor, que desarrolla su labor mediante una serie de publicaciones que, aunque son
de índole recomendatorio, constituyen una referencia básica para las organizaciones
internacionales implicadas en el desarrollo de la normativa de protección radiológica.

Los principios fundamentales del sistema de protección radiológica actualmente en


vigor, que ha sido incorporado a la reglamentación de la mayor parte de los países,
fueron establecidos por ICRP en sus recomendaciones básicas de 1990 (ICRP-60).
En este tema se desarrollan los aspectos más relevantes de dichas recomendaciones

3.- BASES BIOLÓGICAS Y CIENTÍFICAS DE LA PROTECCIÓN RADIOLÓGICA.-

3.1.- Procesos biológicos asociados a los efectos de las radiaciones.-

Los efectos biológicos de las radiaciones ionizantes tienen su causa raíz en los daños
que estas producen a nivel celular, en particular en el ADN, que constituye el blanco
fundamental de las células irradiadas. Cuando la radiación interacciona con el ADN
se pueden producir roturas y cambios en su estructura de doble hélice, ya sea como
consecuencia directa de la ionización producida por la radiación o, de forma indirecta,
a través de los radicales libres que se originan en la interacción de la radiación con el
medio acuoso de la célula.

Para hacer frente a estos daños en el ADN las células cuentan con mecanismos
enzimáticos de reparación que son capaces de identificar (y corregir) los daños
producidos, y cuya efectividad está condicionada por la cantidad y calidad del daño
que se haya producido en el ADN.

Cuando el daño no es importante, como sucede en caso de rotura simple en una de


las hélices del ADN, estos mecanismos son capaces de reparar la cadena dañada,
tomando como patrón la otra hélice intacta. De este modo la estructura original del
ADN queda completamente restaurada, con lo que no se produce efecto alguno.

Tal reparación no resulta posible cuando se producen roturas en las dos hélices del
ADN puesto que, en este caso, los mecanismos de reparación no disponen de un
patrón de referencia en base al que restaurar las cadenas dañadas. En situaciones
como estas puede suceder:
- Que el daño en el DNA no pueda repararse, lo que suele conducir a que la célula
involucrada no resulte viable, es decir, a la muerte celular. Cuando el número de
células afectadas es importante, la función del órgano o tejido afectado puede
verse seriamente deteriorada, dando lugar a los efectos deterministas1.
- Que el daño en el DNA pueda repararse, pero sin que se llegue a restaurar la
estructura original; esto constituye un mal menor para la célula (que consigue

1
El grado de muerte celular aumenta con la dosis, existiendo una dosis umbral por debajo de la cual
la pérdida celular es tan pequeña que no llega a afectar a la función del tejido u órgano.
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sobrevivir) pero no para el organismo puesto que esta célula mutada puede llegar
a constituir el suceso iniciador de un proceso cancerígeno2. Para ello, no
obstante, tienen que producirse una serie de procesos secuenciales complejos
(expansión, progresión, conversión) que están condicionados por gran número de
factores; de hecho, transcurren varios años entre la exposición a la radiación y la
manifestación del cáncer a nivel clínico (período de latencia).

Además de estos fenómenos, existen unas serie de procesos biológicos que también
pueden contribuir a contrarrestar los efectos de las radiaciones. Así;
- Hay enzimas con acción antioxidante que contribuyen a reducir la acción de los
radicales libres sobre el ADN.
- Hay procesos de “apoptosis” por lo que la célula mutada “se suicida” antes de que
pueda iniciar las primeras fases de la progresión tumoral.
- Parecen existir3 procesos de “respuesta adaptativa” por los cuales las células
sometidas a bajas dosis de radiación serían capaces de desarrollar resistencia a
exposiciones posteriores a dosis más altas.

3.2.- La hipótesis lineal-sin umbral.-

Para poder desarrollar un sistema de protección radiológica es necesario conocer, y


además de una forma cuantitativa, la relación existente entre dosis y los efectos. En
el caso de los efectos deterministas es relativamente sencillo conocer dicha relación,
pues se ha constatado que existe una dosis umbral para su ocurrencia y que,
además, la gravedad del efecto es proporcional a la dosis. No sucede así en el caso
de los efectos estocásticos ya que la información disponible sobre la aparición de
dichos efectos a los niveles de dosis típicos de la protección radiológica (unos pocos
mSv por año4) es prácticamente nula.

En efecto, los estudios epidemiológicos han constatado la inducción de cáncer por


exposición a altas dosis de radiación (superiores a 150 mSv) pero, hasta la fecha,
ninguno de esos estudios ha permitido evidenciar la aparición de efectos estocásticos
en el rango de bajas dosis. Este hecho podría inducir a pensar que también hay una
dosis umbral para la ocurrencia de efectos estocásticos, pero tal deducción no
resultaría válida debido a las limitaciones estadísticas inherentes a los estudios
epidemiológicos realizados sobre poblaciones expuestas a bajas dosis de radiación5.

Por otra parte, los conocimientos actuales sobre los mecanismos de acción de las
radiaciones a nivel de celular, y las evidencias de diversos experimentos realizados
en el ámbito de la radiobiología, parecen apuntar a que, incluso a muy bajas dosis,

2
En caso que la mutación afecte a las células germinales de los tejidos reproductores, la célula
mutada puede constituir el suceso iniciador de los efectos hereditarios.
3
Para ICRP las evidencias sobre esos procesos no son lo bastante concluyentes como para que se
les pueda dar crédito a la hora de establecer el sistema de protección radiológica.
4
En España, durante 2002, la dosis promedio registrada en los trabajadores expuestos de centrales
nucleares e instalaciones radiactivas (más de 86000 personas) fue de 0,91 mSv.
5
Debido a que el cáncer es una enfermedad muy frecuente (provoca el 20 % de los fallecimientos) y
a que el riesgo de contraer cáncer por exposición radiaciones es muy bajo (5/100.000 por mSv),
para obtener resultados estadísticamente válidos (para bajas dosis) los estudios epidemiológicos
requerirían poblaciones de varios cientos de millones de personas (véase la figura 1).
PAG - 4

las radiaciones pueden ocasionar roturas en las dos hélices de la estructura del DNA,
con la subsiguiente aparición de una célula mutada, que podría inducir un proceso
tumoral. Por tanto, de acuerdo con estas evidencias, no existiría un umbral para la
ocurrencia de efectos estocásticos; no obstante, dichas evidencias no pueden
calificarse de determinantes.

De hecho, en estos momentos, y a pesar de los numerosos estudios realizados en


torno a esta problemática, la realidad es que no existen pruebas científicas
concluyentes que permitan avalar (o negar) la existencia de una dosis umbral para la
aparición de efectos estocásticos.

Ante la ausencia de evidencias fiables sobre la relación dosis-efecto en el rango de


las bajas dosis, la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP), en una
actitud prudente y conservadora, ha asumido la hipótesis de que no existe umbral
para la ocurrencia de efectos estocásticos y que, además, existe una relación lineal
entre dosis y efectos.

Esta simplificación permite caracterizar la relación dosis-efecto a bajas dosis a partir


de la extrapolación lineal de los datos que proporcionan los estudios epidemiológicos
sobre la relación dosis-efecto en el rango de las altas dosis. Hay que señalar no
obstante que dicha extrapolación no es estrictamente lineal, puesto que ICRP aplica
un factor de corrección que denomina DDREF (Dose and Dose Rate Efectiveness
Factor) y que tiene en cuenta la importante influencia de la tasa de dosis6 en la
inducción de efectos estocásticos.

La hipótesis lineal-sin umbral presupone que cualquier dosis de radiación, por muy
baja que sea, puede causar efectos nocivos en la salud de las personas y constituye
la premisa de partida para establecer los principios básicos de protección radiológica.

3.3- Factores de riesgo. Modelos de proyección-

La hipótesis lineal-sin umbral permite una notable simplificación en todos los aspectos
relacionados con la relación dosis-efecto. Así, por ejemplo, para cuantificar el riesgo
derivado de la exposición a determinada dosis de radiación no habría más que acudir
a los datos sobre inducción de cáncer que proporcionan los estudios epidemiológicos,
y que se refieren al número de casos por unidad de dosis y, sobre esos datos, aplicar
(como divisor) el factor DDREF7.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que dichos datos se refieren al número de
casos evidenciados en el momento en que se realiza el estudio epidemiológico, pero
no de los casos que (como consecuencia del período de latencia) están aún por
evidenciarse en la población estudiada.

Para tratar de cuantificar estos “casos ocultos” es necesario acudir a la utilización de


los denominados “modelos de proyección del riesgo” (figura 2):

6
Los datos de Hiroshima y Nagasaki muestran que, para un mismo valor de la dosis, hay menos
casos de cáncer cuanto menor sea la tasa de dosis.
7
Si los datos de los estudios epidemiológicos (que corresponden a altas dosis) muestran N casos de
cáncer por Sv, y habida cuenta que DDREF=2, en el rango de bajas dosis (las habituales en
protección radiológica) se debe asumir que se producirían N/+2 casos por Sv.
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- Hasta las recomendaciones de ICRP-60 se venía haciendo uso de un modelo de


riesgo absoluto (modelo aditivo) que presupone que, tras la exposición a las
radiaciones, y transcurrido el período de latencia, la probabilidad de aparición de
cáncer es (únicamente) proporcional a la dosis.
- En las recomendaciones de ICRP-60 se hace uso de un modelo de riesgo
relativo (modelo multiplicativo) que presupone que, tras la exposición a las
radiaciones, y transcurrido el período de latencia, la probabilidad de aparición de
cáncer es proporcional a la dosis y también a la tasa de aparición de cáncer en
función de la edad.

La aplicación del modelo multiplicativo a los datos proporcionados por los estudios
epidemiológicos, y la consiguiente consideración del factor DDREF, conducen a los
factores de riesgo que se muestran en la tabla adjunta (expresados en % por mSv8),
que permiten cuantificar la probabilidad de aparición de efectos estocásticos o, lo que
es lo mismo, la relación dosis-efecto:

Población expuesta Cáncer mortal Efectos hereditarios


Trabajadores expuestos 4.0 x 10-5 0.8 x 10-5
Público en general 5.0 x 10-5 1.3 x 10-5

4.- OBJETIVOS Y PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA PROTECCIÓN RADIOLÓGICA.-

De acuerdo con la hipótesis lineal-sin umbral, para evitar la aparición de efectos


estocásticos no hay más opción que conseguir que las dosis sean prácticamente
nulas. Pero esta opción no resulta factible, ni desde un punto de vista económico ni
desde un punto de vista ético; en efecto, si una actividad que implica la exposición a
las radiaciones ha sido aceptada por la sociedad (por los beneficios que reporta), no
es admisible reducir las dosis resultantes de dicha actividad a unos valores tan bajos
que los costes asociados a dicha reducción la hicieran económicamente inviable.

Por ello, como alternativa razonable, la ICRP considera el objetivo de la protección


radiológica debe ser, por una parte, prevenir la aparición de efectos deterministas
(manteniendo las dosis por debajo de las dosis umbral) y, por otra, reducir la
probabilidad de aparición de efectos estocásticos a unos valores que puedan ser
aceptables para la sociedad.

Para alcanzar estos objetivos la ICRP ha establecido un sistema de protección


radiológica, que fue introducido en 1977 en ICRP-26, y que ha sido refrendado en las
recomendaciones básicas de ICRP-60; este sistema comprende tres principios
básicos (justificación, optimización y limitación) en cuya aplicación práctica se tienen
en cuenta las peculiaridades de los distintos tipos de exposición (ocupacional, médica
y del público) y de los distintos tipos de situaciones (prácticas, intervenciones y
exposiciones potenciales).

8
Un factor de riesgo de muerte por cáncer de 5x10-5 por mSv significa que sobre una población de
105 personas expuestas, cada una de ellas, a una dosis de 1 mSv cabe esperar (de acuerdo con la
hipótesis lineal-sin umbral) cinco casos de muerte por cáncer.
PAG - 6

5.- PRACTICAS, INTERVENCIONES Y EXPOSICIONES POTENCIALES.-

Se utiliza el término “prácticas” para referirse a aquellas actividades que aumentan la


exposición a la radiación, ya sea porque introducen nuevas fuentes de radiación o
nuevas vías de exposición, o porque aumentan el número de individuos expuestos.
Estas actividades corresponden a situaciones planificadas, que se pueden considerar
siempre bajo control.

Las medidas de protección radiológica necesarias para controlar el aumento de la


exposición (figura 2) se pueden aplicar sobre la fuente, sobre los individuos expuestos
o sobre las vías de exposición. Sin embargo, en el ámbito de las prácticas suelen
prevalecer las medidas aplicadas sobre la fuente, que son más efectivas y menos
problemáticas que las que se aplican sobre los individuos expuestos o sobre las vías
de exposición (que normalmente involucran problemas sociales, no todos previsibles).

Se utiliza el término “intervenciones” para referirse a aquellas actividades que


disminuyen la exposición a la radiación, ya sea porque se eliminan fuentes de
radiación ya existentes, o porque disminuyen las vías de exposición o el número de
individuos expuestos. Estas actividades corresponden a “situaciones de facto” en que
las fuentes, las vías de exposición y los individuos expuestos ya existen antes de
aplicar cualquier medida de protección como, por ejemplo, sucede con la exposición a
la contaminación residual resultante de un accidente acaecido en el pasado.

Las medidas de protección radiológica necesarias para controlar la disminución de la


exposición (figura 3) también se pueden aplicar sobre la fuente, sobre los individuos o
sobre las vías de exposición. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede en las
prácticas, en las intervenciones (especialmente cuando están asociadas a situaciones
de accidente) es bastante habitual que resulte necesario aplicar medidas de
protección sobre los individuos expuestos (por ejemplo, mediante evacuación) o
sobre las vías de exposición (por ejemplo, mediante control de alimentos).

Se utiliza el término “exposiciones potenciales” para referirse a aquellas actividades


en las que existe una posibilidad de exposición a radiaciones, aunque no existe
certeza de que dicha exposición se produzca9. Estas actividades llevan asociadas un
riesgo (matemáticamente hablado), que vendrá determinado por la probabilidad de
ocurrencia del suceso iniciador de la exposición y por la magnitud de las dosis que
resultarían en el caso que la exposición finalmente se produzca.

Por tanto, en cierta manera, las exposiciones potenciales son susceptibles de ser
controladas ya sea mediante la aplicación de medidas de prevención, destinadas a
reducir su probabilidad de ocurrencia (por ejemplo asegurando la fiabilidad de los
sistemas de seguridad); o mediante la aplicación de medidas de mitigación,
destinadas a limitar la magnitud de las dosis resultantes de la exposición en caso que
se produzca (por ejemplo mediante la evacuación del personal de la instalación).

9
Esta situación se da, por ejemplo, en el caso de un búnker de irradiación cuya puerta esta
protegida por un enclavamiento eléctrico que impide el acceso mientras se produce la irradiación
pero que, en caso de fallo, podría dar lugar a una exposición no controlada de un trabajador.
PAG - 7

6.- APLICACIÓN PRÁCTICA DE LOS PRINCIPIOS BÁSICOS.-

6.1.- El sistema de protección radiológica para prácticas.-


En el ámbito de las prácticas resultan aplicables los tres principios básicos, que se
formulan de la siguiente forma:
- Justificación: No se deberá adoptar ninguna práctica que suponga la exposición a
radiaciones salvo que dicha práctica implique un beneficio para la sociedad (o
para los individuos expuestos) que sea suficiente como compensar el riesgo
radiológico asociado.
- Optimización: La magnitud de las dosis individuales y el número de personas
expuestas asociadas a una práctica se mantendrán en niveles tan bajos como
sea razonablemente posible, teniendo en cuenta factores económicos y sociales.
- Limitación: La dosis total recibida por un individuo como consecuencia de su
exposición a todas las prácticas por las que pueda resultar afectado será inferior
a los límites de dosis establecidos.

La justificación de una práctica requiere sopesar los beneficios que dicha práctica
proporciona y los perjuicios a ella inherentes, entre los que se incluyen los asociados
a los efectos nocivos para la salud que pudiera ocasionar; la práctica estará
justificada si los beneficios prevalecen sobre los perjuicios. Tradicionalmente, la
justificación se ha venido aplicando como paso previo a la introducción de una nueva
práctica, pero en ICRP-60 se establece que la justificación también puede utilizarse
para decidir sobre la continuidad de prácticas ya existentes (y por tanto justificadas),
cuando haya nuevas evidencias en cuanto a sus beneficios o en cuanto al riesgo
radiológico a ellas asociado.

Una vez que la práctica ha sido justificada (y adoptada) hay que asegurar que los
recursos invertidos para reducir las dosis resultan equilibrados con la disminución del
riesgo radiológico que se consigue con dichos recursos; esto es lo que se persigue
con el principio de optimización. Como elemento de ayuda para decidir sobre si se
han invertido (o no) suficientes recursos en protección radiológica se hace uso de
distintos métodos, que van desde el simple sentido común, hasta complejas técnicas
de análisis coste-beneficio en las que, en general, se utiliza la dosis colectiva10 a
modo de indicador cuantitativo del riesgo radiológico.

El principio de optimización solo tiene en cuenta la dosis colectiva y sucede que, en


general, esa dosis colectiva no se distribuye de forma uniforme entre todas los
individuos afectados por una práctica. Hay por tanto asegurar que la dosis colectiva
que resulta de aplicar el principio de optimización no va a suponer unas dosis
inaceptables en alguno de los individuos expuestos. Los límites de dosis vienen a
representar el techo inferior de esas dosis inaceptables y, por tanto, representan un
condicionante para las dosis individuales que resultan de la optimización (figura 4).

10
La dosis colectiva (S) de una población expuesta a radiaciones representa la suma de las dosis
recibidas por todos los individuos de esa población; matemáticamente se puede expresar como el
producto del número de individuos en dicha población por la dosis individual promedio.
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Como consecuencia lógica de esta (nueva) visión del límite de dosis, en ICRP-60 se
introduce el concepto de “restricción de dosis” que se convierte en la herramienta a
utilizar para limitar la falta de equidad en la distribución de las dosis individuales que
resultan de la optimización11. En efecto, según se muestra en la figura 5:

- La limitación es un proceso ligado al individuo, con el que se trata de asegurar que


la suma de las dosis recibidas por un individuo como resultado de todas las
prácticas a las que pueda quedar expuesto es inferior a un valor aceptable.

- La optimización es un proceso ligado una práctica concreta, que trata de asegurar


que las dosis colectiva recibida por el conjunto de individuos afectados por dicha
práctica se mantienen en los valores (razonablemente) mas bajos posibles.

- Para asegurar el cumplimiento del límite de dosis cuando un individuo está


expuesto a varias prácticas es necesario que, en cada una de esas prácticas, la
dosis individual máxima sea tan solo una fracción del límite de dosis.

Es precisamente para cumplir con esta condición para lo que se introduce la


restricción de dosis, que viene a representar el valor máximo de la dosis individual
que resulta admisible en el proceso de optimización de determinada práctica12.

6.2.- El sistema de protección radiológica para intervenciones.-

En el ámbito de las intervenciones ICRP-60 considera que no resulta aplicable el


principio de limitación y, aunque sí lo son los principios de justificación y optimización,
su formulación presenta importantes diferencias con respecto a las prácticas:
- Justificación: La intervención debe reportar más beneficios que perjuicios, es
decir, las dosis evitadas con la intervención deben compensar los perjuicios y
costes que entraña dicha intervención.
- Optimización: Las acciones de intervención deben optimizarse de forma que su
alcance y su duración sean tales que el beneficio derivado de las dosis evitadas
con la intervención sea el máximo posible.

A la hora de la aplicación práctica de estos principios hay que tener en cuenta que, en
general, las medidas de intervención entrañan costes sociales13 que resultan muy
difíciles de cuantificar. Por ello, en ICRP-60 se considera que no resulta factible la
definición de niveles de intervención genéricos aplicables en cualquier circunstancia.
Sin embargo, por otro lado, en ICRP-60 también se establece que en situaciones en
que las dosis estén próximas a las dosis umbral de aparición de los efectos

11
En anteriores recomendaciones de ICRP este papel correspondía al límite de dosis pero, una vez
que en ICRP-60 este concepto se asocia al techo inferior de las dosis inaceptables, dicho límite
no puede constituir un elemento válido para legitimar la falta de equidad inherente a las dosis
individuales que resultan de la optimización.
12
Hay quien asimila la restricción de dosis a un “límite por práctica”, pero este planteamiento es
erróneo. La restricción de dosis tiene carácter prospectivo, pues aplica en fase de diseño como
condición limitativa para la optimización; sin embargo, una vez que se ha seleccionado el nivel de
protección óptimo, la restricción de dosis pierde toda relevancia de modo que, a partir de ese
momento, el papel protagonista corresponde al límite de dosis (que tiene carácter retrospectivo).
13
Por ejemplo, los asociados al realojamiento prolongado de una población tras su evacuación.
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deterministas, la intervención estará casi siempre justificada; por tanto, dichas dosis
umbral vienen a representar unos niveles de intervención “de facto” .

6.2.- El sistema de protección radiológica para exposiciones potenciales.-

En el ámbito de las exposiciones potenciales, ICRP-60 considera que resultan


aplicables los mismos principios básicos que en el ámbito de las prácticas, pero
considerando el riesgo (es decir el producto de la probabilidad de la exposición por la
dosis que resulta de dicha exposición), en lugar de la dosis. De esta forma:
- Se establece que a la hora de justificar una práctica hay que tener en cuenta las
exposiciones potenciales que puedan producirse como resultado de la práctica.
- Se establece que la probabilidad de ocurrencia de exposiciones potenciales se
debe mantener en niveles tan bajos como razonablemente sea posible y que en el
proceso de optimización se deben considerar restricciones del riesgo.
- Se establece que, igual que se definen límites de dosis para las prácticas, hay que
definir límites de riesgo para las exposiciones potenciales.

Por tanto, las exposiciones potenciales tienen cierta interfase con las prácticas
(puesto que les aplican los mismos principios básicos), pero también con las
intervenciones, puesto que si la exposición llegara finalmente a producirse puede
resultar necesario actuar vía intervención.

7.- LOS LÍMITES DE DOSIS RECOMENDADOS POR ICRP.-

Uno de los aspectos más relevantes de las recomendaciones básicas de ICRP-60 es


el establecimiento de unos límites de dosis cuyos valores suponen una importante
revisión, a la baja, respecto a los establecidos en anteriores recomendaciones.

Los nuevos límites de dosis, que se muestran en las tablas adjuntas, son el resultado
inmediato de un estudio14 en el que se revisaba la evaluación de las dosis asociadas
a las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Dicha revisión evidenció que la anterior
evaluación había sobrevalorado las dosis y que, en consecuencia, había subvalorado
los factores de riesgo15.

TRABAJADORES ICRP-60 ICRP-26


*
Dosis efectiva 20 mSv/a 50 mSv/a
Dosis al cristalino 150 mSv/a 150 mSv/a
Dosis a la piel 500 mSv/a 500 mSv/a
(*) Se refiere al valor promedio en un período de cinco años, sin que en cualquiera de esos
años se supere el valor de 50 mSv

14
Preston and Pierce. The effects of changes in dosimetry on cancer mortality risk estimates in the
atomic bomb survivors. 1988.
15
El factor de riesgo para la inducción de cáncer expresa el número de casos por unidad de dosis; si
las dosis son menores que las inicialmente estimadas, a igual número de casos, el factor de
riesgo aumenta con lo que, por tanto, las radiaciones resultan más peligrosas que lo que se
consideraba cuando se establecieron los anteriores límites.
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PÚBLICO ICRP-60 ICRP-26


Dosis efectiva 1 mSv/a* 5 mSv/a
Dosis al cristalino 15 mSv/a 15 mSv/a
Dosis a la piel 50 mSv/a 50 mSv/a
(*) En circunstancias especiales se podría admitir un valor superior siempre que la dosis
promedio en cinco años no exceda de 1 mSv por año

En relación con el límite de dosis a la piel hay que aclarar que, aunque no haya
variación en su valor numérico con respecto a anteriores recomendaciones, sí hay
una importante variación en cuanto a la aplicación práctica del mismo, puesto que en
ICRP-60 el límite se promedia sobre una superficie de 1 cm2, en lugar de los 100 cm2
sobre los que se promediaba en anteriores recomendaciones.

Las recomendaciones de ICRP-60 también suponen una revisión, a la baja, del límite
de dosis que se establecía en anteriores recomendaciones en relación con la
exposición ocupacional de las mujeres gestantes; de esta forma, el límite de dosis
establecido para el feto en ICRP-60 es de 1 mSv, frente a los 10 mSv que se
establecían en anteriores recomendaciones16.

8.- CONTROVERSIA EN TORNO A LAS RECOMENDACIONES DE ICRP-60.-

Las recomendaciones básicas de ICRP-60 han suscitado gran controversia y serias


críticas por el conservadurismo utilizado para cubrir las incertidumbres sobre los
efectos biológicos de las radiaciones. Hay que destacar al respecto que, en 1995, la
Academia de Ciencias Francesa publicó un informe en el que se planteaban serias
dudas sobre algunas de sus bases científicas, en especial en cuanto a la validez de la
hipótesis lineal-sin umbral; de acuerdo con este informe:
- Los conocimientos actuales sobre los efectos de las radiaciones ionizantes sobre
el ADN no permiten demostrar que se produzcan efectos estocásticos en los
niveles de dosis habituales en protección radiológica.
- Las investigaciones realizadas sobre la relación dosis-efecto han puesto de
manifiesto algunos efectos beneficiosos17 de la radiación (hormesis) que no han
sido contemplados en ICRP-60.
- Hay evidencias de que una exposición a bajas dosis de radiación estimula la
producción de enzimas reparadoras y aumenta su capacidad para hacer frente a
exposiciones a altas dosis (respuesta adaptativa).

Por otra parte y a pesar del importante esfuerzo realizado en ICRP-60 para la
clarificación conceptual del sistema de protección radiológica, la realidad es que en la
implantación práctica de dicho sistema se han evidenciado importantes problemas.
Baste señalar, como muestra, que:

16
En este nuevo límite han pesado más las consideraciones de tipo ético que las evidencias en
cuanto a efectos biológicos de las radiaciones ionizantes en el feto. Para ICRP el feto debe ser
considerado como un individuo del público puesto que, ni decide voluntariamente exponerse a las
radiaciones, ni recibe beneficio como resultado de dicha exposición.
17
Hay evidencias de que una exposición a bajas dosis de radiación puede resultar beneficiosa para
la salud como resultado de un aumento en la capacidad de respuesta del sistema inmunológico.
PAG - 11

- La hipótesis lineal- sin umbral, que no es sino una alternativa prudente para cubrir
las incertidumbres sobre los efectos de las radiaciones, se confunde a menudo
con un hecho probado (que no lo es), dando lugar a que el riesgo radiológico se
perciba como mucho más importante que lo que en realidad es18.
- Los aspectos sociales condicionan seriamente el desarrollo de actividades que
requieren la exposición continuada del público a muy bajas dosis (como sucede
tras el desmantelamiento de una central nuclear) y que, habitualmente, ese
público directamente afectado se niega a aceptar.
- La dosis colectiva no constituye una referencia adecuada para la optimización de
prácticas que implican una transferencia de riesgos a generaciones futuras (como
sucede con el almacenamiento de residuos de alta actividad).

9.- LAS NUEVAS RECOMENDACIONES BÁSICAS DE ICRP-103.-

En este contexto de controversia, en 1999 el entonces presidente de ICRP (Roger


Clarke) publicó un artículo en el que, tras analizar estas dificultades, sugería que
había llegado el momento del cambio y proponía las líneas maestras de un nuevo
sistema (mucho más simple) que, por una parte, debía resultar más comprensible
para el conjunto de la sociedad y que, por otra parte, debía superar las dificultades
que se habían puesto de manifiesto en la puesta en práctica de las recomendaciones
de ICRP-60.

A raíz de esa publicación, ICRP decide emprender una revisión de sus


recomendaciones de ICRP-60 que, en sus primeras fases, suscitó un enorme debate,
debido a que el nuevo sistema que se proponía se valoró por muchos como
demasiado “rupturista” con el sistema anterior19. Sin embargo, precisamente como
resultado de ese debate, las propuestas que se presentaron en fases posteriores del
proceso de revisión, fueron bastante más moderadas, resultado cada vez más
continuistas con respecto a ICRP-60. Este proceso de revisión culminó en marzo de
2007 con la aprobación de unas nuevas recomendaciones básicas, que quedaron
recogidas en la publicación ICRP-103 (que fue hecha pública a finales de 2007).

Las nuevas recomendaciones de ICRP-103 vienen a consolidar el sistema de


protección implantado en ICRP-60 y, de hecho, una parte importante de las nuevas
recomendaciones está dedicada a clarificar (explicando mejor) conceptos que ya
estaban recogidos en ICRP-60, pero que no se habían interpretado adecuadamente.

Como resultado de esa línea continuista con respecto a ICRP-60, en las nuevas
recomendaciones de ICRP-103 no hay modificaciones significativas ni en cuanto a las
bases científicas del sistema de protección radiológica, ni en cuanto a sus objetivos y
principios; así, en las nuevas recomendaciones:

18
La sociedad tiende a identificar a la radiación como un agente carcinogénico tan importante como
puede ser el tabaco cuando, en realidad, la radiación ionizante es un agente carcinogénico débil.
19
A modo de muestra hay que señalar que, en la formulación inicial del nuevo sistema, el principio
de justificación perdía toda relevancia, que no se contemplaba el concepto de límites de dosis
(que se sustituían por unos “niveles de acción”) y que el principio de optimización pasaba a ser un
elemento subordinado a los mencionados niveles de acción.
PAG - 12

- Se mantiene la hipótesis lineal-sin umbral como base de partida para caracterizar


la relación dosis-efecto a bajas dosis (se mantiene asimismo el valor DDREF=2)
y, aunque se analizan en detalle nuevas evidencias en cuanto a efectos
biológicos de la radiación (respuesta adaptativa, “bystander effects”20, etc.) la
conclusión de ICRP-103 es que dichas evidencias no son suficientemente
determinantes como para pensar en modificar las bases biológicas del sistema.

- Se mantienen los tres principios básicos del sistema de ICRP-60 (justificación,


limitación y optimización), pero se introducen numerosos matices clarificadores
con objeto de hacerlos más comprensibles y evitar malinterpretaciones. Hay que
señalar al respecto que, en las nuevas recomendaciones, las restricciones de
dosis juegan un papel mucho más relevante que el que jugaban en lCRP-60; de
hecho, de acuerdo con ICRP-103, las restricciones de dosis representan el
elemento básico y fundamental del sistema de protección, constituyendo una parte
esencial del principio de optimización.
- Se mantienen los valores numéricos de los límites de dosis que se establecían en
ICRP-60. No obstante, y en relación con el límite de dosis al cristalino, las nuevas
recomendaciones indican que ICRP ha constituido un grupo de trabajo para
analizar en detalle las nuevas evidencias biológicas disponibles, que podrían
hacer que dicho límite se revisara a la baja,
- Se mantiene la distinción (introducida en ICRP-60) entre los principios aplicables
a prácticas e intervenciones, no obstante hay que señalar que en ICRP-103 se
introduce una nueva terminología, que es resultado de un cambio de orientación
del sistema que, mientras que en ICRP-50 estaba orientado hacia el proceso
(prácticas e intervenciones), en ICRP-103 está orientado hacia la situación
(situaciones planificadas, situaciones existentes y situaciones de emergencia),
- Se mantiene la distinción entre tres categorías de exposición (exposición
ocupacional, exposición del público y exposición de pacientes) y la necesidad de
medidas de protección especial para mujeres gestantes.

Sin embargo, y a pesar de esta línea continuista con respecto a las anteriores
recomendaciones, en ICRP-103 también se introducen elementos distintivos con
respecto a ICRP-60. Así, por ejemplo;
- Se revisan, a la baja, los factores de riesgo. Para la población en general, el
factor de riesgo para la inducción de cáncer (fatal y no fatal) pasa del 6 al 5,5 %
por Sv, y el factor de riesgo para la inducción de efectos hereditarios pasa del 1.3
al 0.2 % or Sv.
- Se modifican los factores de ponderación tisular (WT) que sirven de base al
cálculo de la dosis efectiva, considerándose órganos adicionales (glándulas
salivares y cerebro) a los que se consideraban en ICRP-60.
- Se establece que la dosis colectiva es un instrumento a utilizar, exclusivamente,
en el ámbito de la optimización (a la hora de comparar distintas opciones de
protección), por lo que se desaconseja (expresamente) su uso tanto en

20
Se denominan así a los efectos por los que células que no han resultado directamente irradiadas
resultarían afectadas como resultado de los efectos producidos por las radiación en céludas
situadas en su vecindad.
PAG - 13

evaluaciones epidemiológicas, como para la estimación del riesgo de muerte en


poblaciones expuestas a bajas dosis.
- Se establece que la dosis efectiva es una magnitud que debe ser utilizada,
exclusivamente, como instrumento de planificación (de cara a la optimización) o
como elemento de control regulador (para verificar el cumplimiento de límites),
por lo que se desaconseja (expresamente) su uso en estudios epidemiológicos o
en evaluaciones específicas de riesgo de individuos o poblaciones concretas,

No obstante, son dos los aspectos en los que las recomendaciones de ICRP-103
suponen un cambio más drástico respecto a ICRP-60:
- El primero se refiere al principio de optimización que, en las nuevas
recomendaciones de ICRP-103, aplica de manera similar a todas las situaciones
(planificadas, existentes y emergencias). Así, de forma análoga a la que en
situaciones planificadas se utilizan las “restricciones de dosis”, en situaciones
existentes y en emergencias se utilizan los denominados “niveles de referencia”
(esta novedad se desarrolla en más detalle en el tema D4)
- El segundo se refiere a que, en las nuevas recomendaciones de ICRP-103, se
introducen las bases para la introducción de una sistemática encaminada a
demostrar que el sistema de protección radiológica establecido para la protección
del hombre garantiza asimismo la protección del medio ambiente.

NOTA ACLARATORIA

Podría parecer extraño que el presente tema se haya centrado, fundamentalmente,


en el sistema de protección radiológica establecido en las recomendaciones de
ICRP-60 a pesar de que, como se ha explicado, estas recomendaciones básicas han
dejado de estar oficialmente vigentes desde marzo de 2007, cuando se aprobaron las
nuevas recomendaciones básicas de ICRP-103. El hecho de que este tema se haya
enfocado de esta manera obedece a que, en el momento de su elaboración (junio de
2008), tanto la normas españolas como las normas internacionales en materia de
protección radiológica están aún basadas en las recomendaciones básicas ICRP-60,
previéndose que pasen varios años hasta que unas y otras normas queden
adaptadas al nuevo sistema de protección radiológica establecido en ICRP-103.
FIGURAS
FIGURA 1

FIGURA 2
FIGURA 3

FIGURA 4
FIGURA 5

LIMITACIÓN OPTIMIZACIÓN

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