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Educación hoy

By Camilo Perdomo On 24/04/2018 In Opinión Facebook

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Mi intención es mostrar una sintomatología de lo educativo antes que


dar recetas y fórmulas.

De la escuela: Espacio social donde se desarrollan y reproducen desde


su discurso estrategias y tácticas particulares en la lucha por el poder.

Ella no es neutra y sus fines tampoco.

Como lugar del saber no necesariamente es totalitaria y sus


particularidades permiten espacios de resistencia.

Desde sus espacios el intelectual percibe su genealogía en los


enfrentamientos de sus miembros, por lo que en ella agresión-
violencia e ideologías siempre están en constantes vínculos. Ella es un
dispositivo de control social desde los signos del poder-saber.

Hipótesis sobre el poder

El poder no es una economía, es decir que la frase. <Yo tengo el poder>


es un contrasentido.

Saber-poder son dos términos con vínculos fuertes de las palabras


escuela-educación. Sus escenarios sociales claves son la sexualidad, la
política, la producción, el trabajo, la familia (Hoy en crisis por la
aparición de la tecnología embrionaria).

La genealogía del poder es el cuerpo social donde se filtran sus


estrategias con arreglo a normas, leyes, códigos. Por eso el intelectual
aborda la teoría como su caja de herramienta básica. No hay
neutralidad intelectual respecto al poder y la política.

Desde el poder no hay una escuela y educación burguesa o proletaria,


como pensaban las tendencias radicales del decenio de los 60. Lo que
existe son estrategias de poder, de grupos de presión y de control
social desde los espacios del saber.
No hay una educación al servicio de…, solo hay relaciones de….Por eso
hay lucha y resistencia desde la relación escuela-educación-poder.

En esa lucha cualquier denuncia al poder se hace con fines de mostrar


la verdad, pues no hay saberes sin ella.

Lo que dice el clima cultural postmoderno

Han pasado 31 años de la aparición de los textos postmodernos y aún


algunas universidades como la nuestra tiene planes de estudio donde
no se registra tal hecho, es decir <no nos damos por enterados>. Allí
están los trabajos iniciales de Lyotard, por dar uno ampliamente
traducido al español. La educación hoy es ante todo postmoderna, solo
que en ella hay múltiples tendencias. Resumiendo, su piso social es la
digitalización del conocimiento, la aparición de una nueva gramática
discursiva, de un nuevo tipo de conocimiento simplificado y sobre
manera es el clima cultural de los expertos; los cuales no
necesariamente están altamente escolarizados o inmensamente
educados. Es una educación que recicla sus saberes en función de lo
útil y del individuo. Es la era de la copia, del duplicado, de la nube, del
pastiche cultural, de la , de lo efímero, de la música y baile cruzado
entre lo sublime y lo ridículo. Incluso se sospecha que la universidad es
un lugar para perder el tiempo, producir pérdidas económicas y morir
lentamente en el intento.

La era del vacío, como se define esta postmodernidad muestra la


dificultad de tener productos escolares compatibles con sociedades
postmos. En ellas las empresas transnacionales invierten en saberes
que permitan escolarizar para la digitalización, el mérito y la lucha
entre individuos por el saber de punta es la lucha de las élites por
reproducir su poder. En América Latina y Venezuela como tal muestra
algo distinto: la escuela y la educación son espacios para el populismo,
la demagogia y el no mérito.

Hay excepciones, caso Chile, donde sus estudiantes salen a la calle a


manifestar para que los contenidos escolares sean de alto nivel, entre
nosotros se sale a la calle a pedir limosnas al Estado.

Los modelos social-educativos superados hoy son el funcionalismo, el


liberalismo, el populismo, la democracia tutelada por aparatos
represivos, el capitalismo de Estado, el marxismo en todos sus colores.
Todo se ha derrumbado para instalar sobre ruinas la globalización
cuya muestra cotidiana es el inmigrante, la lucha por el trabajo frente a
la construcción del robot.

Conclusiones forzadas

La escolarización y la educación en este siglo están bien diferenciadas


respecto al vínculo saber-poder-verdad. La cultura de la bioética y la
deontología intenta constituirse en la resistencia intelectual ante la
complejidad de la digitalización de la existencia. El mundo de la imagen
cobra fuerza como mecanismo de dual: puede servir para resistir al
dominio, puede servir para la reproducción del dominio. Ese mismo
síntoma lo percibo en las prácticas educativas globalizadas.

http://diariodelosandes.com/site/educacion-hoy.html

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