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Algunos problemas ambientales son reconocidos como globales

porque afectan al planeta en su conjunto.


Estos son el efecto invernadero, la destrucción de la capa de ozono y la
lluvia ácida.

Desde que existe, la atmósfera de la tierra siempre ha actuado como un


gran invernadero, pues permite la entrada de las radiaciones solares
benéficas, impide el paso de los rayos ultravioletas y retarda la salida
del calor. Cuando la radiación solar penetra en la atmósfera terrestre,
una parte es absorbida y la que llega a la tierra es reflejada por esta.
Las nubes y algunos de los gases atmosféricos principalmente vapor de
agua, metano y dióxido de carbono, conocidos como gases
invernaderos, absorben la mayor parte de las radiaciones que la Tierra
refleja y, así el calor queda atrapado en la biósfera, lo que permite el
desarrollo de la vida.

Este se ha roto y la proporción actual de los gases invernadero ha


aumentado debido a:
 El incremento en la utilización de combustibles fósiles, tanto en
la industria como en los automóviles.

 La tala y quema indiscriminada de bosques para utilizar el suelo


en el desarrollo de cultivos, zonas ganaderas y zonas urbanas.
En consecuencia, la temperatura promedio del planeta se ha
incrementado 1 °C. Se estima que este ascenso continuara y que, a
mediados del siglo XXI, la temperatura habrá aumentado entre 2 y 5 °C,
lo que provocará el deshielo de los casquetes polares, con el
consecuente aumento del nivel del mar y la inundación de las zonas
costeras.
La única solución posible es reducir las emisiones de CO2, sustituyendo
el uso de combustibles fósiles por fuentes alternativas de energía solar,
eólica y la hidráulica. Debe detenerse la deforestación y reforestarse
grandes extensiones de CO2.
La disminución de la capa de ozono
El ozono O3 es un gas que se encuentra en la estratósfera y protege a
los seres vivos de los rayos ultravioletas del sol (UV).
En los últimos 50 años se ha detectado un adelgazamiento de la capa
de ozono, con la consiguiente disminución en su capacidad de “filtrar”
las radiaciones ultravioletas que llegan desde el Sol hasta la Tierra.
En la década del 1930 se comenzaron a usar los compuestos
clorofluorocarbonos (CFC). Como estos compuestos no reaccionan con
otras sustancias químicas, se pensó que serían muy útiles, se
emplearon en los sistemas refrigerantes, en los aerosoles y la
elaboración de recipientes de tecno por.
Tiempo después, tras analizar pruebas de aire se determinó que los
CFC eran una de las causas de la pérdida de la capa de ozono. Por este
motivo el uso del CFC se ha restringido o reemplazada por otros
compuestos que no presentas un peligro para la capa de ozono.
La composición química de la lluvia
se caracteriza por ser ligeramente
ácida, con un pH de
aproximadamente 5,6 debido a que
cuando cae disuelve el dióxido de
carbono de la atmósfera y lo
convierte en ácido carbónico.
Sin embargo, se ha visto
contaminada por sustancias que se
producen al quemar combustibles,
como carbono, madera y petróleo así
como en los procesos industriales.
Estas sustancias contaminantes son:
dióxido de carbono, óxido de nitrógeno y dióxido de azufre, son
liberados en la atmósfera y reaccionan con el oxígeno y el vapor de
agua para dar ácido sulfúrico y nítrico, que caen a la tierra en forma de
lluvia.
Esta lluvia es más ácida que la normal y su pH varía dependiendo de la
cantidad de ácidos disueltos que contenga, y alcanza valores de hasta
1,5 más ácida que el limón.
La lluvia ácida afecta a los animales y plantas porque disuelve los
nutrientes esenciales del suelo, como el calcio, el magnesio y el
aluminio.
E l aluminio intoxica a las plantas luego es llevaba a los ríos donde
produce alteraciones en el metabolismo de los organismos acuáticos.
Por ejemplo, los peces producen una mucosidad en las branquias que
los asfixia, al reducir su capacidad de absorber el oxígeno.
En los lagos de del norte de Europa ha desaparecido el salmón y la
trucha, lo bosques de pinos de Inglaterra.
En las zonas urbanas las lluvias ácidas provocan la destrucción de
edificios. Por el momento se está atenuando su efecto sobre los
cuerpos agregándoles cal para disminuir su acidez.
La solución se encuentra en la búsqueda de fuentes alternativas de
energía “limpia” y en el control de las emisiones del dióxido de azufre
de las industrias y de óxido de nitrógeno de los automóviles, mediante
la instalación de filtros.

Las consecuencias no serán uniformes geográficamente. El ciclo


hidrológico se verá alterado por la mayor evaporación del agua; se
prevé un aumento de las lluvias en las latitudes altas durante el
invierno, e intensificación de las sequías del 5% de la frecuencia actual
a un 50% para el 2050.
Una subida semejante significaría la contaminación de acuíferos, la
recesión de costas y tierras húmedas, hasta el 15% de la tierra fértil de
Egipto y el 14% de la Bangladesh serían inundadas con la subida
máxima prevista. Posiblemente se afecte la estabilidad de los bosques
tropicales y su diversidad biológica debido a su alto grado de
vulnerabilidad a cambios en el equilibrio ambiental, siendo sustituidos
por ecosistemas más degenerados.
Los arrecifes de coral contienen la mayor diversidad genética, después
de los bosques tropicales, incluyendo un tercio de todas las especies de
peces que se conocen. La mayor parte se encuentran en aguas cuyas
temperaturas promedio se aproximan al máximo tolerable., sin que se
presente cambios en su equilibrio simbólico. Si la temperatura del mar
aumenta en 2 ó 3 °, la estabilidad de algunos corales se vería
amenazada.
El calentamiento esperado excede en mucho la capacidad de migración
de comunidades naturales, resultando una destrucción sin remplazo y
un empobrecimiento de los ecosistemas, pérdida de especies y, en
definitiva, pérdida de la capacidad de la tierra para mantener vida.
Quizá la agricultura industrializada pueda responder a la nueva
situación con suficiente rapidez, pero la agricultura en los países en
desarrollo no tienen medios para una adaptación semejante.
Enfermedades como la malaria y el dengue podrían extenderé sobre
una mayor proporción de la superficie de la tierra, afectando a
millones de personas que hoy se encuentran fuera de sus áreas de
influencia.
El efecto invernadero ha sido así transformado por el hombre en una
amenaza a su propia seguridad. Los más afectados serán los pobres, los
que son víctimas de la injusticia social, los marginados económicos, los
que soportan más directamente el impacto de la degradación
ambiental. Esto corresponde a la mayor parte de la humanidad.
Se acentuarán tanto la intensidad como la frecuencia de huracanes y
ciclones en la zona tropical, y se extenderían a latitudes hoy poca
afectadas o fuera del alcance de estos fenómenos naturales.
El clima en la tierra es muy difícil de predecir, porque existen muchos
factores para tomar en cuenta: lluvia, luz solar, vientos, temperatura;
por eso, no se puede definir exactamente qué efectos acarreará el
calentamiento global. Pero, al parecer, los cambios climáticos podrían
ser muy severos.
Una primera consecuencia, muy posible, es el aumento de las sequías:
en algunos lugares disminuirá la cantidad de lluvias. En otros, la lluvia
aumentará, provocando inundaciones. Una atmósfera más calurosa
podría provocar que el hielo cerca de los polos se derritiera. La
cantidad de agua resultante elevaría el nivel del mar, un aumento de
solo 60 cm sería catastrófico.

Los resultados indican que los tipos más comunes y manos peligrosos
de cáncer de piel son causados por estas radiaciones. Según los datos
actuales, una disminución en la capa de ozono conduciría a un aumento
en la incidencia del cáncer de la piel. Las últimas pruebas indican que
esta radiación es una causa de los melanomas más raros pero malignos
y virulentos. La gente de piel blanca, que tiene pocos pigmentos
protectores, es la susceptible al cáncer cutáneo, aunque todos están
expuestos al peligro.
El aumento de la radiación ultra violeta también provocará un
aumento del las enfermedades oculares, como las cataratas, la
deformación del cristalino y la presbicia. Se espera un aumento
considerable de las cataratas, causa principal de la ceguera en todo el
mundo. Una reducción del 1% de ozono puede provocar entre 100 mil
y 150 mil casos adicionales de ceguera causada por cataratas. Estas son
causa de la ceguera de 12 a 15 millones de personas en todo el mundo
y de problemas de visión para otros 18 a 30 millones.
La exposición a una mayor radiación ultra violeta podría suprimir la
eficiencia del sistema inmunológico del cuero humano, cuyos cambios
podrían aumentar los casos de enfermedades infecciosas, con la
posible reducción de la eficiencia de los programas de inmunización.
El aumento de la radiación ultra violeta , además, provocaría cambios
en la composición química de varias especies de plantas, cuyos
resultados sería una disminución de las cosechas y perjuicios a los
bosques. Dos tercios de las plantas de cultivo y otras sometidas a
pruebas de tolerancia de la luz ultra violeta demostraron ser sensibles
a ella. ENTRE Las más vulnerables se incluyeron las de la familia de los
guisantes y las habichuelas, los melones, la mostaza y las coles.
De igual manera, la radiación ultra violeta afecta la vida submarina y
provoca daños hasta 20m de profundidad, el aguas claras. Es muy
perjudicial para el plancton, las larvas de peces, los cangrejos, los
camarones y similares, al igual que para las plantas acuáticas. Puesto
que todos estos organismos forman parte de la cadena alimenticia
marina, una disminución de su número puede provocar así mismo una
reducción de los peces.
Los países que dependen del pescado, una importante fuente
alimenticia podrían sufrir consecuencias graves. Al mismo tiempo, una
disminución en el número de los organismos que forman el
fitoplancton marino despojaría a los océanos de su potencial como
colectores de dióxido de carbono, contribuyendo así a un aumento del
gas en la atmósfera y al calentamiento global consecuente.
Los materiales utilizados en la construcción, las pinturas y los envases,
y muchas otras sustancias son degradados por la radiación ultra
violeta. Los plásticos utilizados al aire libre son los más afectados y el
daño es más grave en las regiones tropicales donde la degradación es
intensificada por las temperaturas y niveles de luz solar más elevados.
Durante medio ciclo las sustancias químicas más perjudiciales para la
capa de ozono fueron consideradas milagrosas, de igual utilidad
incomparable para la industria y los consumidores e inocuas para los
seres humanos y el ambiente. Inertes, muy estables, ni inflamables ni
venenosos, fáciles de almacenar y baratos de producir los
clorofluorocarbonos (CFC) parecían ideales para el mundo moderno,
por eso su uso se generalizó cada ves más.
Inventados casi por casualidad en 1928, se los usó inicialmente como
líquido para los refrigeradores. A partir de 1950, han sido usados como
gases propulsores en los aerosoles. La revolución informática permitió
que se usaran como solventes de gran eficacia, debido a que pueden
limpiar los circuitos delicados sin dañar sus bases de plástico
La mayor parte de los CFC producidos en el mundo se utilizan en los
refrigeradores, acondicionadores de aire, aerosoles y plásticos
expansibles, que tienen múltiples usos en la construcción, la industria
automotriz y la fabricación de embaces, la limpieza y funciones
similares.

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