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En cuento a las zonas de carga, éstas varían en función del medio de transporte que se
utilice: camión, ferrocarril, marítimo, transporte… El método más utilizado es el camión.
Encontramos dos tipos de zonas de carga. Por un lado, están las integradas en el almacén,
que son aquellas que implican que el manejo de las mercancías tenga una mayor velocidad
y que son recomendables siempre que dispongamos de espacio suficiente. La segunda zona
de carga puede ser independiente respecto al almacén y normalmente suele ser una
explanada situada en las inmediaciones del mismo.
A la hora de diseñar las zonas y muelles de carga y descarga, hay que determinar la
disposición y el número de muelles de atraque para camiones. En esta decisión influirá el
volumen de la carga a mover así como la planificación y horarios de carga y descarga o
bien de forma aleatoria. Tenemos que prever también los métodos de estiba/desestiba de la
mercancía: carga lateral/carga por la zona trasera.
En esta zona es donde más accidentes se producen debido al continuo trasiego de máquinas
y personas.
ZONA DE ALMACENAMIENTO
Capacidad de almacenamiento.
Facilidad para el picking.
Estas zonas no son necesarias en todos los almacenes. Únicamente en aquellos en los que la
unidad de envío al cliente es diferente a la unidad de almacenamiento.
ZONA DE OFICINAS
Las oficinas pueden estar a ras del almacén o en una planta superior, con visibilidad de toda
la zona de almacenaje y próximas a las zonas de expedición y/o de carga y descarga.
Devoluciones de clientes.
Zona para carga de baterías de las carretillas.
Zona para el almacenamiento de envases y embalajes, tanto si son recuperables
como si son de un solo uso en espera de ser enviados al desguace.
Estas son las principales zonas de un almacén y que deben tenerse en cuenta antes de
diseñar los mismos.