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En hecho 6 se presenta una situación que surgió en la iglesia primitiva debido al aumento del número de creyentes.

Algunos eruditos suponen que para ese tiempo la iglesia primitiva de Jerusalén tenía aproximadamente unos 20.000
creyentes. Como la mayoría de los miembros eran de escasos recursos, algunos hermanos se dedicaron a satisfacer
las necesidades y dar alimento a estos creyentes.
Los apóstoles tuvieron que enfrentar un problema:
Las viudas griegas de la iglesia tenían la sensación de que recibían menos atención cuando se comparaba la ayuda
que recibían con la ayuda que se daba a las viudas judías.

Los apóstoles, deseosos de satisfacer las necesidades materiales de los


pobres, pero a la vez no queriendo dejar de predicar la Palabra vinieron algunos problemas.
Ya no podían estar en todos los lugares y atender todas las necesidades de las personas.
¿Que ocurrió?
Creció el número de los discípulos.
"Al multiplicarse los discípulos”. Era evidente que un gran crecimiento
traería nuevos problemas.

Cuando la iglesia crece, las dificultades también crecen.

Distribución de los recursos

Es probable que constantemente estuvieran


llegando dádivas y quizá se las repartiera desde varios puntos de la ciudad.
Esta obra debe haber quitado mucho tiempo a los apóstoles; pero no hay ningún
indicio de que ellos fueran culpables de discriminación o negligencia, ni de
que hubiera resentimiento contra ellos.

Helenista
", es decir judíos que hablaban griego. En el NT se
distingue cuidadosamente entre el hellínistás y e1 héll'n, persona de lengua y
de raza griega (Juan 12: 20). Los helenistas eran los judíos de la diáspora
odispersión (ver t. V, pp. 61-62; ver com. Juan 7: 35; Hech. 2: 8), que no que no
sólo hablaban el griego sino que también habían absorbido, hasta cierto punto,
la cultura griega. También podían ser judíos nacidos en lugares donde comúnmente se hablaba griego, y por lo tanto
no sabían hebreo ni arameo, y que,
en vez de participar en los servicios religiosos celebrados en hebreo en
Palestina, tenían sus propias sinagogas en Jerusalén. Podrían también haber
sido prosélitos que hablaban griego. De todos modos, eran conversos del
judaísmo, porque hasta este momento el Evangelio no había sido predicado a los
gentiles. Muchos de los conversos del día de Pentecostés deben haber
pertenecido a este grupo, entre ellos Bernabé (cap. 4: 36) y otros cuyos
nombres se mencionan específicamente en el relato (cap. 6: 5).

Convocaron a la multitud.
Cuando los apóstoles escucharon las quejas y comprendieron su seriedad,
aparentemente no trataron de disculparse; actuaron con prontitud. Pueden haber
recordado el precedente establecido por Moisés (Exo. 18: 25) y, como él,
resolvieron compartir su autoridad.

Servir a las mesas.


Es decir, atender a las necesidades materiales de los pobres.

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