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ECONOMÍA
Ideas
La segregación
de
Factoría
laboral de la mujer
andaluza
Indicadores, consecuencias y medidas
hacia la igualdad de género
La segregación
laboral de la mujer
andaluza
Indicadores, consecuencias y medidas
hacia la igualdad de género
Edita:
Fundación Pública Andaluza Centro de Estudios Andaluces,
Consejería de la Presidencia, Junta de Andalucía
ISBN: 978-84-942291-5-2
A nuestras familias.
1. Introducción.................................................................................................... 11
2. La segregación laboral por género y sus implicaciones.
Una revisión de la literatura....................................................................17
1. Introducción
D
esde la formación del actual mercado de trabajo, surgido al abrigo de las
dramáticas modificaciones estructurales introducidas por la Revolución In-
dustrial (Comín, 2011), el análisis y la corrección de las desigualdades eco-
nómicas y laborales entre hombres y mujeres se ha constituido permanen-
temente en una cuestión de máxima relevancia. A partir de la idea de que la estructura
y el funcionamiento del mercado de trabajo se inscriben en un contexto institucional y
social concreto, el análisis de los distintos aspectos del mismo (salarios, empleo, condi-
ciones laborales, etc.) debe considerar necesariamente las implicaciones derivadas de
unas relaciones sociales en las que, sin duda, el género ocupa un lugar central.
la transformación de los que hasta hace no demasiado tiempo eran sus tradicionales
modelos personales y familiares de comportamiento. En este sentido, cabe mencionar
que el mercado de trabajo español ha experimentado en su historia reciente numero-
sas y muy importantes transformaciones, entre las cuales los cambios relacionados con
el acceso de las mujeres y su posición relativa en el mercado de trabajo han resultado
particularmente intensas y significativas. Así, las diferencias laborales con los hombres
se han reducido drásticamente. Como muestra, podemos apuntar que mientras que
en el cuarto trimestre de 1976 las tasas de actividad y de empleo, sobre la población
de 16 y más años, de las mujeres españolas eran, respectivamente, el 36,7 y 36,6 por
ciento de las de los hombres, en el cuarto trimestre de 2013 suponían el 80,8 y 79,2 por
ciento. A pesar de ello, la desigualdad de género sigue siendo un rasgo característico
del mercado de trabajo español, con diferencias que se aprecian en la existencia de
segregación, diferencias salariales y discriminación laboral por género.
En este sentido, el gráfico 1.1 recoge la comparación de la segregación laboral por gé-
nero para una selección de países de la Unión Europea, medida de la forma más sen-
cilla, mediante la aplicación del índice de disimilitud de Duncan y Duncan (Duncan y
Duncan, 1952) a la distribución del empleo por ocupaciones laborales. Como puede
observarse, aun limitando la comparación a países que comparten buena parte de sus
elementos institucionales más relevantes, las diferencias en términos de segregación
laboral alcanzan una magnitud de casi el 25 por ciento.
1. Introducción 13
114,7
115
110,9
110
107,8
105,9
105
103,0
101,3
100
95
91,0
90
Alemania España Reino Unido Francia Dinamarca Portugal Italia
Fuente: Eurostat.
Estas diferencias también se observan, incluso apreciándose una mayor cuantía, cuan-
do limitamos la comparación al ámbito de las comunidades autónomas españolas,
donde, por tanto, las diferencias institucionales y normativas son todavía menores a
las existentes entre los países que conforman la Unión Europea (gráfico 1.2). En este
caso, frente a los niveles de segregación laboral por género de Madrid (77 por ciento de
la existente para el conjunto del Estado español), Aragón alcanza un número índice de
124. Podemos señalar desde esta perspectiva introductoria que Andalucía se caracte-
riza por presentar niveles de segregación menores a los correspondientes al conjunto
del Estado español.
14 La segregación laboral de la mujer andaluza
130
124,2
120
110
100 96,1
90
80 77,1
70
Por tanto, a las preguntas anteriores habría que añadir una última para completar la
enumeración de las cuestiones centrales que, en relación con las desigualdades labo-
rales por género, confronta actualmente la investigación económica: ¿Cómo podemos
explicar las marcadas y significativas diferencias territoriales existentes en cuanto a los
resultados laborales alcanzados por mujeres y hombres?
La utilización del análisis del caso de Andalucía para estudiar la heterogeneidad exis-
tente en nuestro país en relación con la desigualdad laboral entre mujeres y hombres
1. Introducción 15
Más allá de este objetivo general, la investigación se plantea desarrollar tres grandes
análisis específicos, en torno a los cuales organiza sus contenidos. En primer lugar, la
investigación aborda la medición pormenorizada de la segregación laboral existente
entre mujeres y hombres en Andalucía. En segundo lugar, se desarrollan análisis enca-
minados a explicar los niveles de segregación laboral observados. Por último, el estudio
analiza algunas de las más importantes implicaciones que se derivan de la existencia
de este tipo concreto de diferencias laborales por género. En relación con la primera de
las tareas, el propósito será proceder a la medición rigurosa de la segregación laboral
en Andalucía, mediante la aplicación de las metodologías más relevantes existentes
al respecto. En el segundo de los bloques, el trabajo se centrará en determinar los
componentes más importantes que sustentan la segregación, identificando, de manera
especial, el papel explicativo jugado por la existencia de discriminación. Finalmente, el
tercero de los bloques analíticos aborda el estudio de las diferencias generadas por la
segregación en términos de los niveles salariales y de satisfacción laboral de mujeres
y hombres en Andalucía.
Los datos utilizados proceden de diversas fuentes estadísticas. En primer lugar, la En-
cuesta de Población Activa (EPA), fuente estadística generada por el Instituto Nacional
de Estadística (INE), nos facilitará los datos necesarios para realizar una gran parte de
los análisis descriptivos del mercado de trabajo andaluz y español, así como para me-
dir, desde diferentes ópticas, los niveles existentes de segregación laboral por género.
También la utilizaremos para investigar los fundamentos que dan soporte a la segre-
16 La segregación laboral de la mujer andaluza
L
os patrones de empleo de las mujeres son generalmente diferentes de los de
los hombres. Mientras que los hombres mantienen una relación estable con el
mercado de trabajo durante la mayor parte de su vida laboral, muchas mujeres
trabajadoras lo abandonan, al menos temporalmente, dejando su empleo a
tiempo completo para tener hijos y a menudo volver posteriormente para trabajar a
tiempo parcial. Aunque la variable tiempo de estas interrupciones está cambiando con
la reducción y el retraso de las decisiones de reproducción de las mujeres, se puede
afirmar que este patrón general tradicional persiste en cierta medida.
Esto puede ser interpretado como un menor compromiso de las mujeres con el trabajo
remunerado. Sin embargo, esta visión resulta demasiado simplista, ya que se basa en
el supuesto de que las mujeres se enfrentan a las mismas opciones que los hombres.
Resulta evidente en la práctica que las funciones que se esperan de los hombres y las
mujeres, es decir, sus roles de género, todavía difieren profundamente en la socie-
dad actual (Cebrián y Moreno, 2007 y 2008). Así, de las mujeres tradicionalmente se
espera que sean madres y amas de casa, mientras que el rol asignado a los hombres
es el de sostén económico de la familia. Si bien los cambios en el tiempo de estos
planteamientos son evidentes (Goldin, 2006), y las mujeres presentan actualmente
una notable presencia en el mercado de trabajo, esta división tradicional del trabajo
doméstico y remunerado persiste. Las mujeres continúan siendo predominantemente
responsables de la producción familiar y el cuidado del hogar, independientemente de
que también desarrollen un trabajo remunerado por cuenta ajena. Esta doble carga de
18 La segregación laboral de la mujer andaluza
Por otra parte, incluso dentro de los ámbitos de la actividad por cuenta ajena, los es-
tereotipos de género son evidentes, con determinados puestos de trabajo que se per-
ciben como más adecuados para las mujeres que otros. En consecuencia, las mujeres
están sobre-representadas habitualmente en el trabajo a tiempo parcial y en ciertas
ocupaciones laborales y sectores de actividad.
De los argumentos anteriores se deduce que las razones que subyacen a la posición de
la mujer en el mercado de trabajo son complejas. En este sentido, cabe pensar que los
factores que influyen en las decisiones que las mujeres adoptan con respecto al tipo de
trabajo que realizan, el reparto de su tiempo entre horas de trabajo y trabajo domés-
tico, sus decisiones de inversión en capital humano, etc., son muchos y variados. Lo
importante desde nuestra perspectiva son las implicaciones que se deducen de estos
factores, tanto para la interpretación y valoración de las desigualdades laborales por
género, como para la Política Laboral.
Desde la Teoría Económica son muchos los intentos que se han realizado para explicar
la existencia de desigualdad de género, en general, y de segregación ocupacional con-
tra las mujeres, en particular. Para ello, se han utilizado diversos argumentos teóricos,
tanto desde la perspectiva de la demanda como de la oferta de mano de obra (Ander-
son et al., 2001; European Commission’s Expert Group on Gender and Employment,
2009).
En primer lugar, las mujeres podrían llevar a cabo menores inversiones en la adquisi-
ción de capital humano que los hombres, lo que explicaría su asignación a empleos con
2. La segregación laboral por género y sus implicaciones. 19
Una revisión de la literatura
Aunque esta hipótesis resultó muy explicativa en el pasado, la evidencia empírica más
reciente, por ejemplo para España, indica que las diferencias en la inversión en edu-
cación de mujeres y hombres son ya muy escasas, habiéndose incluso producido un
cambio de signo a favor del colectivo femenino. Sin embargo, esta idea todavía puede
contribuir a la explicación de la segregación, no tanto en relación con las diferencias en
niveles de estudios, como en los tipos de estudios cursados por mujeres y hombres, y
en los diferentes rendimientos obtenidos en cada uno de ellos. En este sentido, Valen-
tova, Krizova y Katrnak (2007) concluyen que la segregación por tipos de estudios está
más relacionada explicativamente con la segregación laboral que con las diferencias
en logros educativos.
Una segunda idea que trata de explicar las diferentes pautas de ubicación laboral de
las mujeres en el mercado de trabajo se basa en la existencia de diferencias en las
preferencias de mujeres y hombres. Desde este punto de vista, las mujeres preferirían,
a diferencia de los hombres, ciertas ocupaciones laborales. En este sentido, la mayoría
de los trabajos existentes asumen que las preferencias por ciertos puestos de trabajo,
y sus características, se definen con anterioridad a la entrada al mercado de trabajo, e
incluso en las decisiones relativas a la inversión en educación se basan en procesos que
tienen lugar tempranamente en el seno de la familia, con mecanismos de transmisión
de valores y recursos entre padres e hijos que resultarían de la máxima transcendencia.
Las preferencias estarían socialmente construidas en el seno de la familia y de otras
instituciones sociales, y podrían reflejar estereotipos basados en el género (Reskin y
20 La segregación laboral de la mujer andaluza
Bielby, 2005). Desde esta perspectiva, la idea central es que las mujeres estarían dis-
puestas a pagar un precio, en términos de un menor salario por ejemplo, a cambio de
poder acceder a puestos de trabajos donde disfrutar de unas determinadas condicio-
nes laborales y, de esta forma, ajustarse a sus preferencias (Rosen, 1987).
Una hipótesis, en cierta medida opuesta a la relativa a las preferencias de las muje-
res, hace referencia al papel desempeñado por los prejuicios de los hombres, a la hora
de explicar las desigualdades de género y en concreto la segregación existente entre
mujeres y hombres en el mercado de trabajo. Goldin (2002) desarrolla su Pollution
Theory para explicar este tipo de procesos. De acuerdo con esta idea, cuando las muje-
res pugnan por acceder a los puestos de trabajo que tradicionalmente han respondido
a una naturaleza masculina, los hombres perciben un coste en términos de la pérdida,
aun cuando sea parcial, de algunos de los elementos que definían a estos puestos de
trabajo, y que sustentaban su prestigio social y mayor remuneración. Esto explicaría
el sentimiento de los hombres de que la incorporación laboral de las mujeres estaría
«contaminando» sus puestos de trabajo. El resultado asociado a este argumento im-
plicaría la observación de algún tipo de intento de expulsión de la mujer de ciertos
puestos de trabajo, tradicionalmente ocupados por los hombres.
2. La segregación laboral por género y sus implicaciones. 21
Una revisión de la literatura
De acuerdo con una hipótesis cercana a la anterior, Bergmann (1974) sugirió, mediante
la formulación de su Crowding hypothesis, que los empleadores pueden intentar con-
centrar determinados puestos de trabajo a fin de reducir sus costes salariales y mejorar
la rentabilidad. Así, la concentración de la mano de obra femenina en determinados
tipos de puestos de trabajo crea un exceso de oferta de mano de obra, lo que se traduce
en una reducción de los salarios. Sin embargo, para que las diferencias salariales y la
segregación laboral inducidas sean permanentes, mujeres y hombres no deben poder
competir por los mismos puestos de trabajo, de manera que la movilidad laboral en-
tre ambos grupos de puestos de trabajo no debe ser posible o, en todo caso, debe ser
limitada y complicada.
También se argumenta que las diferencias laborales entre mujeres y hombres se sus-
tentan sobre el hecho de que las mujeres se enfrentan a un mayor grado de monopsonio
en el mercado de trabajo que los hombres. Manning (1996) argumenta que las mujeres
están menos dispuestas a entrar en el mercado de trabajo que los hombres, debido a
las responsabilidades domésticas que limitan sus opciones de empleo en términos de
ubicación y horario de trabajo. Estas restricciones también hacen que sea más difícil
para las mujeres cambiar de trabajo, abandonando su actual empresa, ya que será más
difícil para ellas encontrar una oferta alternativa de empleo que se ajuste a sus nece-
sidades. Como consecuencia de ello, las mujeres se enfrentarían a un mayor grado de
monopsonio en comparación con los hombres, lo que explicaría algunas de las dife-
rencias laborales de género observadas, especialmente el menor salario de las mujeres.
22 La segregación laboral de la mujer andaluza
Por último, aunque quizás sea uno de los argumentos más importantes, las desigual-
dades laborales por género, en todas sus expresiones, como segregación y diferencias
salariales, pueden ser consecuencia de la existencia de elementos de discriminación en
el mercado de trabajo en contra de la mujer. La existencia de discriminación en el mer-
cado de trabajo ha sido analizada desde diferentes hipótesis de trabajo, relacionadas
con la existencia de información imperfecta en el mercado de trabajo (Aigner y Cain,
1977; Phelps, 1972), o con la observación de gustos y actitudes de los empresarios o
personas trabajadoras en contra de las mujeres (Becker, 1957).
A partir de la revisión de estas hipótesis, es posible afirmar, aun cuando sea incurriendo
en una cierta aunque operativa simplificación, que las diferencias laborales por género,
en general, y la segregación laboral, en particular, vendrían explicadas sobre la base de
dos componentes distintos: la existencia de diferencias en las características y prefe-
rencias laborales entre mujeres y hombres, por una parte, y la observación de situacio-
nes de discriminación, por otra. Mujeres y hombres presentarían diferencias laborales,
especialmente en términos de segregación, debido al hecho de que presentan diferen-
cias en ciertas características que son relevantes a la hora de entender los procesos de
formación de los resultados laborales. Diferencias en los distintos componentes del
capital humano, los distintos aspectos que explican las preferencias o las diferentes
variables que sustentan las características de los puestos de trabajo, explicarían que
mujeres y hombres ocupen distintos puestos de trabajo o reciban salarios distintos. En
la medida en que la asignación a los distintos puestos de trabajo y la determinación de
la remuneración salarial son procesos que dependen y son determinados por ciertas
variables, el hecho de que mujeres y hombres presenten una distinta relación con ellas
explicaría, al menos en parte, las diferencias laborales observadas por género. Por otro
2. La segregación laboral por género y sus implicaciones. 23
Una revisión de la literatura
A
partir de la revisión de la literatura económica relativa a la explicación de las
desigualdades laborales de género, en general, y de la segregación laboral y
las diferencias salariales entre mujeres y hombres, en particular, el propósi-
to de este capítulo es esbozar un marco general para la investigación. Para
ello realizaremos una descripción de los elementos fundamentales que conforman y
caracterizan al mercado de trabajo de Andalucía. El análisis será parcial, centrándonos
en los elementos más relevantes para nuestros objetivos. En términos generales, la es-
trategia de trabajo será la comparación con el Estado español, como forma de obtener
conclusiones y subrayar las peculiaridades del mercado de trabajo andaluz.
De acuerdo con lo expuesto en el capítulo anterior, son muchos los factores que in-
fluyen en que las mujeres se ubiquen en el mercado de trabajo dentro de segmentos
laborales (sectores y ocupaciones) diferentes a los hombres. Uno de los elementos más
influyentes hace referencia a los elementos institucionales, aquellas variables que de-
terminan la estructura y el funcionamiento del mercado de trabajo y que de esta forma
intervienen en los procesos y en los resultados que tienen lugar en este mercado.
El objetivo de este apartado es, por tanto, aportar y analizar algunos datos respecto
de los factores institucionales más relevantes. El concepto de «marco institucional del
mercado de trabajo» estaría formado por todos aquellos elementos normativos que, de
una u otra forma, intervienen en el funcionamiento y resultados del mercado de traba-
jo. La tipología más habitualmente establecida al respecto considera tanto elementos
propios del marco normativo establecido sobre el mercado de trabajo para la regula-
ción de sus diversos aspectos como aquellos otros que configuran las acciones propias
de la Política Laboral. Dentro de la primera de las categorías se recogerían los elemen-
tos normativos vinculados a la determinación salarial (negociación colectiva y salario
mínimo), la entrada (empleo temporal, a tiempo parcial, etc.) y la salida del empleo
(costes de despido), así como la regulación del tiempo de trabajo y otras condiciones
laborales. En relación con la segunda, habría que considerar tanto las políticas pasivas
(prestaciones y subsidios) como las activas (formación, bonificaciones, inserción, etc.)
aplicadas al mercado de trabajo.
• Convenios colectivos.
• Presencia sindical.
• Costes laborales.
• Prestaciones.
• Conciliación laboral y familiar.
El gráfico 3.1 nos informa del grado de cobertura de la negociación colectiva en Anda-
lucía y en España. Se observa que la cobertura de los convenios colectivos resulta me-
nor en Andalucía que en el conjunto español, estableciendo un marco de protección
al empleo menor en el caso andaluz. Si asociamos la negociación colectiva a la idea de
protección de los derechos y condiciones laborales de las personas trabajadoras, esta
característica podría interpretarse como un elemento desalentador de la participación
laboral femenina, ante la percepción de una menor protección al empleo y la posibili-
dad de percibir un salario menor. Dicha hipótesis se mantiene bajo el supuesto de que
las condiciones laborales no se fijan fuera de la negociación colectiva (Burchill, 2008).
28 La segregación laboral de la mujer andaluza
De acuerdo con los datos presentados, tanto en el entorno andaluz como para el con-
junto de España, se observa en los últimos años una caída generalizada del empleo
sujeto a convenio colectivo, debido tanto a la destrucción generalizada de empleo cau-
sada por la actual crisis económica como a otros cambios, como la posibilidad de des-
cuelgue de los convenios colectivos que permite la última reforma laboral, aprobada en
el año 2012 —este segundo aspecto no llega a ser recogido en el gráfico 3.1—.
El gráfico 3.2 nos informa acerca de otro aspecto importante relacionado con la ne-
gociación colectiva: los salarios. En este gráfico se recogen datos respecto de uno de
los principales resultados derivados del sistema de negociación colectiva, como es el
aumento salarial pactado. En concreto, utiliza datos respecto del incremento salarial
pactado en los convenios colectivos en 2011, tanto en Andalucía como en el resto de
España. La negociación colectiva en el entorno andaluz se ha caracterizado por el
establecimiento de un aumento salarial moderado, cifrándose el incremento pactado
de los salarios en un 2,44 por ciento. Por consiguiente, a pesar de la menor cobertura
3. El mercado de trabajo de Andalucía: un análisis comparativo 29
Aunque, como es bien conocido, en España los acuerdos alcanzados por los sindicatos
en la negociación colectiva resultan de cobertura general, la presencia sindical se pue-
de considerar como una proxy de la existencia de una mayor protección del empleo y
de una más amplia regulación de las condiciones de trabajo, por lo que este elemento
también contribuye notablemente a la configuración del marco institucional de los
mercados de trabajo.
De acuerdo con los datos mostrados en el gráfico 3.3, se puede afirmar que la sindi-
cación resulta inferior en el caso andaluz. Tan solo el 13,5 por ciento de las personas
trabajadoras en Andalucía pertenecen a un sindicato, frente al 31,4 por ciento en el
30 La segregación laboral de la mujer andaluza
caso de Asturias y el 23,2 por ciento de Cantabria. Así, desde esta perspectiva, la pro-
tección del empleo resultaría menor en Andalucía en comparación con otras comuni-
dades autónomas españolas. Este hecho, junto a los datos previamente comentados
relativos a la negociación colectiva, señalarían en la dirección de la existencia de un
marco institucional en el mercado de trabajo de Andalucía caracterizado por una me-
nor protección del empleo.
No contamos con datos de sindicación diferenciados por sexo, pero dadas las pautas
generales existentes al respecto, no es arriesgado suponer que la mujer andaluza tam-
bién se enfrenta, al igual que el hombre andaluz, a una estructura institucional vincu-
lada con una menor protección del empleo; lo cual podría favorecer la participación
y empleabilidad femenina, pero a costa de un menor salario y unas condiciones de
trabajo más flexibles.
El análisis de los costes laborales nos permite aproximar algunos de los elementos insti-
tucionales más relevantes del mercado de trabajo, especialmente si atendemos a su com-
posición más allá de las remuneraciones estrictamente salariales. Los datos que vamos a
utilizar para este propósito vienen recogidos en la tabla 3.1, y reflejan, entre otras cosas,
cuáles son las posibilidades de contratación del factor trabajo por parte de los empresarios.
1 Queda pendiente de análisis la ganancia salarial media, a la cual se le dedica un capítulo aparte
debido a su importancia en la medición de la segregación salarial.
32 La segregación laboral de la mujer andaluza
Prestaciones de Beneficiarios Gasto de Prestaciones (Euros) Prestaciones de Beneficiarios Gasto de Prestaciones (Euros)
Variables Prestaciones
Gasto sobre
Gasto sobre sobre Po-
Variación Prestaciones Dato Variación Variación Dato Variación Población
Población blación Total
Dato Actual Relativa sobre Pobla- Actual Relativa Dato Actual Relativa Actual Relativa Total
Total (euros/ (Nº pres-
Inter-anual ción Total (euros) Interanual Interanual (euros) Interanual (euros/per-
Personas) taciones/
sonas)
Personas)
Pensiones contributivas,
1.420.336 1,3 16,86 1.077.209.300 4,0 127,87 8.934.220 1,3 18,93 7.429.156.930 4,4 157,43
(INSS)
Incapacidad permanente 207.823 0,0 2,47 171.544.190 1,7 20,36 944.889 0,5 2,00 839.767.955 2,5 17,80
Jubilación 765.690 1,5 9,09 663.121.209 4,8 78,72 5.338.390 1,5 11,31 5.065.132.689 5,0 107,33
Viudedad 379.368 0,8 4,50 218.041.799 3,2 25,88 2.324.218 0,5 4,93 1.399.904.237 3,1 29,66
Orfandad 59.217 5,6 0,70 20.715.008 7,7 2,46 288.263 5,3 0,61 105.659.141 7,3 2,24
Favor Familiar 8.238 4,1 0,10 3.787.093 6,1 0,45 38.460 1,1 0,08 18.692.909 4,0 0,40
Pensiones no contributi-
101.207 -1,1 1,20 36.937.661 3,6 4,38 445.161 -0,6 0,94 160.854.552 2,9 3,41
vas, (IMSERSO)
Jubilación 56.393 -2,3 0,67 19.420.489 1,5 2,31 250.484 -1,3 0,53 86.163.630 2,5 1,83
Invalidez 44.814 0,5 0,53 17.517.172 6,0 2,08 194.677 0,3 0,41 74.690.922 3,3 1,58
Prestaciones LISMI,
4.286 -14,4 0,05 583.413 -14,2 0,07 18.424 -15,2 0,04 2.464.165 -15,2 0,05
(IMSERSO)**
Subsidio de Garantía de
3.656 -14,0 0,04 546.005 -13,9 0,06 15.203 -15,2 0,03 2.270.786 -15,3 0,05
Ingresos Mínimos
3. El mercado de trabajo de Andalucía: un análisis comparativo
Nivel contributivo 244.332 5,0 2,90 304.639.000 6,3 36,16 1.437.317 6,1 3,05 1.914.477.000 9,1 40,57
Nivel asistencial * 502.550 4,1 5,97 235.702.000 4,6 27,98 1.522.943 6,5 3,23 735.241.000 5,4 15,58
Prestaciones Familiares
30.622 2,8 0,36 12.811.341 5,6 1,52 175.269 1,9 0,37 73.908.434 4,9 1,57
por hijo a cargo, (INSS)
TOTAL 2.307.506 2,0 27,39 1.668.508.080 4,5 198,06 12.541.963 2,3 26,58 10.317.395.224 5,3 218,63
Procesos de maternidad
Aun cuando quizás la maternidad sea el elemento más relevante respecto de la conci-
liación laboral y familiar, la gestión de esta situación abarca un conjunto más amplio de
aspectos sociales. Para su análisis, hemos confeccionado la tabla 3.4. En ella se recogen
datos con los que estudiar el nivel y la estructura de las prestaciones familiares.
Las prestaciones familiares de carácter más frecuente, y que por tanto absorben la ma-
yor parte de los recursos utilizados en este ámbito, aquellas relativas a las familias nu-
merosas, han experimentado una reducción relativa mayor en el conjunto de España,
dibujando por tanto un escenario de incorporación laboral femenina algo más adverso
para el conjunto nacional en este aspecto.
Los análisis se basan en los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), elaborada
por el INE. Sobradamente conocidas son las ventajas de utilizar esta base de datos, que
muestra cuál es la situación laboral del conjunto de la población española, gracias a la
elaboración de una sólida muestra representativa2. En nuestro caso, al analizar espe-
cíficamente el caso andaluz, y desagregar la información según ciertas características
personales y laborales, prestaremos una especial atención a garantizar la necesaria
significatividad estadística de los datos utilizados.
2 Ello se consigue gracias a la realización de un muestreo rotatorio por viviendas según la estructura
establecida por el Censo. Concretamente, se recoge información sobre aproximadamente 60.000 vi-
viendas que representan a 200.000 individuos.
3. El mercado de trabajo de Andalucía: un análisis comparativo 37
a las actividades productivas, contaremos con una ruptura temporal, en dos periodos:
2005-2008 y 2009 hasta la actualidad. Para los datos relativos a las ocupaciones labo-
rales, nuevamente contaremos con dos periodos diferentes para establecer las compa-
raciones: 2005-2010 y 2011 hasta la actualidad.
Nuestro análisis se inicia con el estudio de las poblaciones laborales básicas. Sus datos
se recogen en la tabla 3.5. Según los datos del segundo trimestre de 2012, en Andalucía
existe una población de 16 y más años de 6.801,8 miles de personas, lo cual supone
un peso muy relevante sobre el conjunto español (el 17,7 por ciento). De dicha pobla-
ción aproximadamente 4.018,3 miles de personas participan en el mercado de trabajo,
dividiéndose entre 2.655,4 miles de personas ocupadas y 1.362,9 miles de parados.
Estas cifras suponen, respectivamente, el 17,4 por ciento, el 15,2 por ciento y el 23,9
por ciento en relación con las cifras nacionales de referencia. Ello nos da pie a percibir
los primeros indicios de un grave problema laboral existente en el mercado de trabajo
andaluz: el elevado nivel de desempleo y su importante contribución a nivel nacional
(Usabiaga, 2004).
Los pesos de las poblaciones laborales para la mujer andaluza en relación al conjunto
nacional se mantienen más o menos similares al caso de la población total, mostrando
que en Andalucía no existe un reparto poblacional desigual de base entre hombres y
mujeres que fundamente las posibles diferencias que posteriormente se apuntan en
términos de género de acuerdo con la ubicación laboral.
38 La segregación laboral de la mujer andaluza
Fuente: EPA.
Fuente: EPA.
El gráfico 3.4 recoge la evolución experimentada por las tasas laborales básicas, dife-
renciadas en función del género. De su observación se desprende un comportamiento
claramente dispar entre hombres y mujeres. A partir del año 2008, la tasa de activi-
dad cae drásticamente para el bloque de los hombres, tanto en Andalucía como en el
conjunto nacional. Sin embargo, dicho comportamiento no se reproduce en el caso
40 La segregación laboral de la mujer andaluza
Respecto de la tasa de empleo, desde finales del año 2007 nuevamente se observa una
caída para el caso masculino, tanto en el ámbito andaluz como nacional. En el caso
femenino, y en ambos ámbitos geográficos, también se produce una caída de la tasa
de empleo desde el 2007, si bien su intensidad resulta mucho más suave. Comparando
Andalucía con el total nacional se observa una cierta divergencia en el caso masculino
y el mantenimiento de un importante diferencial en el caso femenino. La persistencia
de una empleabilidad menor entre las mujeres andaluzas indica la existencia de pro-
blemas estructurales en la incorporación y ocupación femenina3, que pueden ser la
base sobre la que se sustente la observación posterior de ciertos niveles de segregación.
Una buena estrategia para encarar el análisis de la situación laboral femenina consiste
en el cálculo del Índice de Mujeres Ocupadas y el Índice de Mujeres Paradas (Garrido,
1993), que muestra cuál es el porcentaje de mujeres por cada 100 hombres en relación
con el empleo y el paro respectivamente. Ambos indicadores se recogen en el gráfico
3.5, mostrando cuál es la evolución relativa de las mujeres en el mercado de trabajo.
El Índice de Mujeres Ocupadas muestra que tanto en el caso andaluz como en el español
la presencia femenina se ha visto incrementada respecto a los hombres a lo largo del perio-
do analizado. La posición laboral femenina ha mejorado en términos relativos aunque, tal
como se mostró previamente, esta pauta se fundamenta sobre todo en la mayor destrucción
3 Este problema podría explicarse parcialmente por una percepción miope por parte de los empre-
sarios de los costes laborales relativos masculinos y femeninos. Para el caso de Andalucía, con una
medición más compleja y completa, se llega a unos resultados favorables para las mujeres en términos
de costes laborales (Asensio y Oto, 2010).
3. El mercado de trabajo de Andalucía: un análisis comparativo 41
Tasa de empleo
Tasa de paro
Fuente: EPA.
42 La segregación laboral de la mujer andaluza
Fuente: EPA.
de empleo masculino, más que en una mejora real de la posición laboral femenina. El Índice
de Mujeres Ocupadas resulta inferior en Andalucía que en España, aunque las diferencias
se han ido reduciendo. Desafortunadamente, ello puede atribuirse nuevamente al empeo-
ramiento de la situación laboral de los hombres, que habría resultado especialmente intenso
en el caso andaluz. En el tercer trimestre de 2012 por cada 100 hombres ocupados en el con-
junto español hay 82,9 mujeres ocupadas. El valor del índice en el caso andaluz se reduce
ligeramente, hasta las 79,8 mujeres ocupadas por cada 100 hombres.
Respecto al Índice de Mujeres Paradas, no existen grandes diferencias entre el caso an-
daluz y español. Para ambos se observa una importante caída desde el cuarto trimestre
de 2006 al segundo trimestre de 2009, para posteriormente estabilizarse en torno a un
valor de 85 mujeres paradas por cada 100 hombres parados. Esta pauta se fundamenta
en la importante destrucción de empleo, sobre todo masculino, durante los peores
años de la actual crisis económica.
menos representada en Andalucía (con un porcentaje del 15,1 por ciento frente al 17,3
por ciento). Esta peculiaridad determina a priori la existencia en la región de una tasa
de participación y empleabilidad potencial para el conjunto de la población diferente,
tal como ya mostró en la década de los noventa Jimeno (1997). De hecho, los aspectos
demográficos han sido una de las explicaciones habituales del desempleo diferencial
andaluz, junto a otros factores (Usabiaga, 2004). Asimismo, nos encontraremos ante
un mayor peso de los jóvenes en el desempleo (problemática del desempleo juvenil).
En relación a este último aspecto, en la tabla 3.5, ya comentada, se comprueba que en
términos relativos la población parada andaluza en busca de su primer empleo supone
nada menos que el 25,6 por ciento de la población equivalente nacional.
De 55 a 64 años 10,4
11,3
De 45 a 54 años 14,5
14,7
De 20 a 24 años 6,0
5,3
De 16 a 19 años 4,3
3,8
Hombres Mujeres
De 65 y más 13,1 De 65 y más 17,0
15,1 19,4
0,0 5,0 10,0 15,0 20,0 0,0 5,0 10,0 15,0 20,0 25,0
Fuente: EPA.
44 La segregación laboral de la mujer andaluza
Centrándonos en cuestiones más específicas del mercado de trabajo, aparte de los datos
generales analizados con anterioridad, destaca el hecho de que las mujeres andaluzas
presentan una tasa de asalarización muy similar al caso nacional (el 86,62 por ciento
frente al 87,29 por ciento respectivamente en el segundo trimestre de 2012), pero siempre
muy superior al caso masculino (cifrado para el caso andaluz en el 78,76 por ciento). A
pesar de la menor participación y empleo de la mujer andaluza respecto de la nacional, su
asalarización resulta similar, mostrando para ambos espacios geográficos que el espíritu
emprendedor femenino debería potenciarse con mayor énfasis, sobre todo en compara-
ción con los hombres. Se constata un crecimiento sostenido de la tasa de asalarización
femenina a lo largo del periodo de crisis, debido tal vez a la destrucción del empresariado
femenino o a la mayor continuidad del empleo asalariado en tiempos de crisis.
Más allá de estos rasgos comentados, una diferencia importante del mercado laboral
andaluz radica en la existencia de una muy elevada temporalidad. En el gráfico 3.7
se puede observar el nivel y la evolución de la tasa de temporalidad para hombres y
mujeres, en los dos ámbitos geográficos analizados. Tanto para hombres como para
mujeres, la tasa de temporalidad andaluza supera con creces la tasa de temporalidad
nacional, en aproximadamente 10 puntos porcentuales. Además, la tasa de temporali-
dad femenina resulta siempre considerablemente superior a la masculina.
Fuente: EPA.
3. El mercado de trabajo de Andalucía: un análisis comparativo 45
Fuente: EPA.
Otro rasgo del mercado de trabajo andaluz es la mayor presencia de empleo público
respecto al caso nacional, cuestión que puede percibirse claramente en el gráfico 3.8. Ade-
más, la intensidad de dicha característica se ha acrecentado a lo largo de la actual crisis
económica. Es un hecho bien conocido que el sector público suele ser un destino prefe-
rente de colocación laboral de la mujer, pero en el caso andaluz esta cuestión se ve enfati-
zada debido a su mayor presencia estructural. De esta manera, a finales de 2011 casi el 28
por ciento de las mujeres andaluzas asalariadas se encuentran ocupadas dentro del sector
público. Esta pauta es uno de los determinantes claves de la posible segregación laboral
de la mujer andaluza, dado que no solo determina una elevada concentración sectorial
sino también ocupacional, en la medida en que el sector público se vincula mayoritaria-
mente con el desarrollo de tareas no manuales, con un cierto nivel de cualificación.
46 La segregación laboral de la mujer andaluza
Fuente: EPA.
Fuente: EPA.
Fuente: EPA.
Al igual que en el resto de los análisis llevados a cabo en este capítulo, los datos que
analizamos a continuación provienen de la Encuesta de Población Activa (EPA), pero
ahora centramos nuestra atención en el estudio del empleo por sectores y ocupaciones
laborales. En el caso de los sectores económicos, el INE ha facilitado información res-
pecto de los errores de muestreo relativos a los porcentajes de personas ocupadas en
cada comunidad autónoma española. Estos errores pueden consultarse en la tabla A.1
del Anexo y deben tenerse en cuenta en la interpretación de los análisis posteriores,
dado que establecen cuál es el margen de variación posible de nuestras afirmaciones.
Comenzando con la estructura sectorial, con los datos de la tabla 3.9 puede analizarse la
forma en que se distribuye el empleo por sectores de actividad en los dos ámbitos geo-
gráficos que venimos comparando. De su observación se concluye que los tres sectores
que concentran un mayor número de empleados son, tanto en el conjunto nacional
como en Andalucía, el de «Comercio, reparación, transportes y hostelería», seguido de
«AAPP, educación, sanitarias y servicios sociales», y la «Industria manufacturera». Por
consiguiente, la estructura productiva española y andaluza es claramente de carácter
terciario, como sucede en la mayoría de los países desarrollados.
Al diferenciar por género, los sectores de colocación mayoritaria de los hombres son
los señalados previamente, pero en el caso de las mujeres se imponen como preferen-
tes el sector de «AAPP, educación, sanitarias y servicios sociales» y el de «Comercio,
reparación, transportes y hostelería». Nada nuevo, dado que es conocido que las mu-
jeres ocupadas suelen concentrarse y desarrollar en mayor medida actividades tercia-
rias frente al caso de los hombres, más presentes en términos relativos en el resto de
sectores.
50 La segregación laboral de la mujer andaluza
Fuente: EPA.
Como es bien sabido, las actividades productivas se clasificaban hasta el año 2008
de acuerdo con la Clasificación Nacional de Actividades elaborada en el año 1993
(CNAE-93). Sin embargo, esta clasificación ha sufrido una importante restructuración
en el año 2009, dando lugar a la nueva Clasificación Nacional de Actividades 2009
(CNAE-09). Por ello, para hacer comparaciones inter-temporales sobre la evolución
de las actividades económicas, deben realizarse ciertas correspondencias entre ambas
clasificaciones o asumir la existencia de una ruptura temporal en las series de datos.
3. El mercado de trabajo de Andalucía: un análisis comparativo 51
Fuente: EPA.
52 La segregación laboral de la mujer andaluza
El siguiente ámbito de colocación preferente para las mujeres son los sectores de
«Actividades financieras y asimilados» y «Otros servicios». En este orden para el caso
español y en orden inverso para el caso de Andalucía. Este rasgo no hace sino confir-
mar la elevada presencia femenina en las actividades terciarias. La crisis ha afectado a
ambos sectores, apreciándose una reducida pero sostenible destrucción de empleo en
ambas ramas terciarias, en España y Andalucía.
Por último, hay que añadir que la Construcción es el sector productivo que menos em-
pleo femenino presenta, tanto a nivel nacional como en Andalucía. Por ello, la severa
destrucción de empleo, que se concentró en el sector de la construcción durante los
primeros años de la crisis, ha afectado en menor medida al colectivo femenino.
En la tabla 3.10 se puede observar la alta concentración del empleo en ciertas activi-
dades. En el caso andaluz, el 32,08 por ciento de las personas trabajadoras lleva a cabo
sus tareas laborales en las actividades de «Comercio, reparación, transporte y hoste-
lería», seguido por el 24,88 por ciento de concentración en las actividades de «AAPP,
educación, sanitarias y servicios sociales». Solamente considerando estas dos ramas
de actividad se consigue agregar más de la mitad del empleo total, mostrando ello la
elevada concentración existente. Además, respecto al total nacional, la concentración
del empleo total andaluz en estas ramas de actividad es superior en 3,3 y 2,3 puntos
porcentuales respectivamente.
Fuente: EPA.
54 La segregación laboral de la mujer andaluza
Al final de la tabla 3.10 se ha incluido un avance del índice de Duncan y Duncan (1955)
sobre la desagregación de ramas de actividad analizada, que utiliza los resultados al-
canzados para calcular los índices de concentración. Dicho índice se calculará con ma-
yor grado de detalle para un superior número de ramas de actividad en el próximo
capítulo, junto con otros índices adicionales que permitan su comparación. El índice
de Duncan y Duncan es un indicador de la disimilitud existente y muestra el grado de
segregación en la distribución del empleo mediante el siguiente cálculo:
0 ≤ ID ≤ 1
Según este indicador, en el conjunto nacional 33 de cada 100 mujeres deberían cambiar
de sector de actividad para alcanzarse una distribución igualitaria del empleo por géne-
ro. El mismo indicador es de 29 mujeres para el caso andaluz. Por consiguiente, se puede
establecer que la segregación horizontal en Andalucía resulta menor. ¿Cómo es esto
posible con la elevada concentración sectorial que existe del empleo? Pues ello se debe
a que dicha concentración no es demasiado desigual entre hombres y mujeres. Para res-
ponder con claridad a esta cuestión se podría señalar que en Andalucía tanto hombres
como mujeres se encuentran muy segregados desde un punto de vista horizontal res-
pecto al caso nacional, pero la segregación sectorial no es demasiado elevada entre ellos.
M: Masculinizadas, I: Integradas y F: Feminizadas; según variación del ±10 por ciento sobre el porcentaje medio
de empleo femenino.
Fuente: EPA.
56 La segregación laboral de la mujer andaluza
La distribución del empleo por género resulta más igualitaria dentro de las ramas de
servicios. En el caso nacional, existe un reparto más o menos igualitario del empleo
dentro de las «Actividades financieras y de seguros», «Actividades inmobiliarias» y
«Actividades prof., administrativas y asimilados». En el caso andaluz, esta pauta
solo se produce en las «Actividades inmobiliarias» y «Activ. prof., administrativas y
asimilados».
Por el contrario, existe una sobrerrepresentación del empleo femenino dentro de las
actividades de «AAPP, educación, sanitarias y servicios sociales» y «Actividades artísti-
cas, hogares, empleadores domésticos y asimilados», tanto en el ámbito nacional como
para Andalucía.
Sobre la base de estos porcentajes de distribución, se han clasificado las ramas de ac-
tividad en tres categorías —masculinizadas, integradas y feminizadas—, según dicho
porcentaje se encuentre por debajo, dentro o por encima del tramo definido en base al
±10 por ciento del porcentaje de empleo total existente entre las mujeres, metodología
comúnmente desarrollada en el estudio de la segregación laboral desde su aplicación
por Hakim (1993)4. Esta información se ha añadido en la última columna de la tabla
3.11, observándose que la distribución resulta similar a nivel nacional y andaluz. Existe
un amplio número de ramas de actividad que pueden ser consideradas masculinas,
vinculadas con la Agricultura, la Construcción y la Industria; un amplio conjunto de
ramas terciarias de carácter integrado (como puede ser la rama de «Comercio, repara-
ción, transporte y hostelería»); y un menor número de ramas femeninas, relacionadas
con los servicios más tradicionales (tales como «AAPP, educación, sanitarias y servicios
sociales», junto con «Actividades artísticas, hogares, empleadores domésticos y asimi-
lados»). La única actividad terciaria que puede considerarse masculinizada es la rama
de «Información y comunicaciones», para ambos espacios geográficos.
4 Obviamente, para el caso español el rango de referencia está delimitado por los niveles del 35,47
y el 55,47 por ciento. Para el caso de Andalucía estos valores son los del 33,82 y el 53,82 por ciento.
3. El mercado de trabajo de Andalucía: un análisis comparativo 57
Fuente: EPA.
ciones5, o bien a asumir la existencia de una ruptura temporal en las series de datos.
Al igual que lo decidido anteriormente en el caso de los sectores de actividad, en el
gráfico 3.11 hemos abogado por mantener una ruptura metodológica y presentar dos
series: hasta el año 2010, utilizando la CNO-94, y tras el año 2010, sobre la base de la
CNO-2011. Con ello creemos conseguir una mayor precisión y rigor.
La observación del gráfico nos permite apreciar que destaca la ocupación de «Perso-
na trabajadora de los servicios de restauración, personales, protección y vendedoras»,
pauta que resulta acorde con la concentración sectorial de la mujer en el sector servi-
cios. En el periodo de crisis, esta concentración ocupacional se ha incrementado entre
las mujeres andaluzas.
5 El INE ha publicado una serie de correspondencias para comparar las ocupaciones según las
CNO-94 y CNO-11, alcanzando un nivel de desagregación de 4 dígitos. Sin embargo, para el análisis
detallado, el INE recomienda mantener la ruptura temporal (www.ine.es).
3. El mercado de trabajo de Andalucía: un análisis comparativo 59
Fuente: EPA.
60 La segregación laboral de la mujer andaluza
Al igual que sucedía en el caso sectorial, el empleo andaluz se encuentra muy concen-
trado en el desarrollo de determinadas ocupaciones. De acuerdo con los datos mos-
trados en la tabla 3.13, el 26,7 por ciento del empleo en Andalucía desarrolla tareas
propias de la ocupación laboral de los «Servicios personales y asimilados», el 15,8 por
ciento se sitúa dentro de las «Ocupaciones elementales» y el 14,5 por ciento en «Téc-
nicos y profesionales científicos e intelectuales». Respecto a las dos primeras cifras,
la diferencia andaluza respecto al caso nacional es de 4,1 y 3,2 puntos porcentuales
respectivamente. En el caso de los «Técnicos y profesionales científicos e intelectua-
les» la diferencia es a favor de los datos nacionales, en 2,3 puntos porcentuales. En
suma, el empleo andaluz se concentra mayoritariamente en dos polos distintos: las
ocupaciones relacionadas con los servicios personales, por una parte, y las ocupacio-
nes elementales, por otra.
Al analizar los datos relativos a hombres y mujeres se comprueba que las mujeres
andaluzas destacan por su elevada concentración en las ocupaciones laborales de
«Trabajadores de los servicios personales y asimilados», que alcanza el 34,4 por cien-
to del empleo femenino (14,7 puntos porcentuales por encima de la concentración
que presentan los hombres en la misma ocupación). Otros rasgos diferenciales del
comportamiento laboral femenino en Andalucía es su escasa presencia dentro de las
ocupaciones de «Artesanos y trabajadores de manufacturas, y construcción», junto con
«Operadores y montadores de instalaciones, y construcción», ámbitos ocupacionales
donde la presencia masculina resulta muy importante.
Nuevamente se ha calculado el índice de Duncan y Duncan, pero en este caso para las
ocupaciones laborales, incluyéndose su resultado al final de la tabla 3.13. Se trata de
una mera aproximación, dado que se calcula sobre un número muy reducido de cate-
gorías ocupacionales. En capítulos posteriores se profundizará en estos cálculos, aña-
diéndose nuevos indicadores para su comparación. Sobre las estimaciones de dicho
índice se puede concluir que la segregación ocupacional resulta mayor en el conjunto
español que en Andalucía. Así, de cada 100 personas trabajadoras españolas, 37 mu-
jeres deberían cambiarse de ocupación laboral para poder alcanzarse una distribución
del empleo igualitaria, mientras que en Andalucía solamente tendrían que hacerlo 33
mujeres. En el caso de las ocupaciones laborales se repite, por tanto, el resultado alcan-
zado en términos sectoriales: la segregación ocupacional resulta menor en Andalucía
que en el conjunto español.
3. El mercado de trabajo de Andalucía: un análisis comparativo 61
Fuente: EPA.
M: Masculinizadas, I: Integradas y F: Feminizadas; según variación del ±10 por ciento sobre el porcentaje medio
de empleo femenino.
Fuente: EPA.
E
l objetivo de este capítulo es medir los niveles de segregación laboral existentes
en Andalucía entre mujeres y hombres. Además de exponer su nivel y evolu-
ción, también utilizaremos la comparación con el resto de España como forma
de profundizar en las conclusiones alcanzadas. Al desagregar y profundizar
en nuestro objeto de estudio a lo largo de este capítulo utilizamos la comparación con
el resto de España, en vez del conjunto nacional tal como se ha hecho anteriormente.
Los gráficos 4.1 y 4.2 recogen los resultados de calcular el Índice de disimilitud de
Duncan y Duncan (IDD), tal como fue definido anteriormente, tanto desde una pers-
pectiva vertical (desde las ocupaciones laborales) como horizontal (desde los sectores
de actividad) tanto para Andalucía como para el resto del Estado español, pero en este
caso alcanzando un mayor grado de detalle, al considerar la definición de actividades y
ocupaciones desagregada hasta 2 dígitos6. Los años utilizados para los cálculos reflejan
las rupturas introducidas por los cambios experimentados por la Clasificación Nacio-
nal de Ocupaciones Laborales (CNO-2011) y la Clasificación Nacional de Actividades
Económicas (CNAE-2009).
Si nos fijamos ahora en la perspectiva horizontal, las pautas resultan similares, aunque
de manera generalizada los niveles de segregación resultan menores. La segregación
es generalmente mayor en el resto de España en comparación con Andalucía, con una
diferencia en torno a los 5 puntos porcentuales. Ahora, entre el 40 y el 45 por ciento
6 Obsérvese cómo, por ello, cambian las estimaciones alcanzadas. Con una desagregación a un
dígito el IDD para Andalucía desde la perspectiva ocupacional calculado previamente alcanzaba un
valor de 0,33, mientras que ahora es de 0,48. Por su parte, desde la perspectiva sectorial alcanzaba un
valor de 0,29, siendo el resultado bajo el nuevo cálculo de 0,39. En ambos casos queda reflejado que la
segregación ocupacional de la mujer resulta superior.
4. Midiendo la segregación laboral por género en Andalucía 65
0,540 0,536
0,530
0,530
0,522 0,523
0,520 0,516
0,510 0,507
0,500
0,490 0,488
0,480
2005 2010 2011 2012
0,378
0,380
0,360
0,340
2005 2008 2009 2012
Los gráficos 4.3 recogen los resultados alcanzados al calcular el índice de Karmel y
MacLachlan (KM, en adelante) para Andalucía y el resto de España, considerando
primero la perspectiva de la forma en que mujeres y hombres se distribuyen en la
estructura de ocupaciones laborales y atendiendo después a sus distintas pautas de
ubicación por sectores de actividad económica. Dadas las rupturas que experimentan
la Clasificación Nacional de Ocupaciones y la Clasificación Nacional de Actividades
Económicas, ya mencionadas anteriormente, los gráficos registran sendas rupturas
para los años 2010 y 2008 respectivamente.
Desde una perspectiva vertical (ocupaciones), los resultados apuntan, ahora sobre la
base del indicador KM, que la segregación en Andalucía resulta ligeramente menor
que en el resto de comunidades autónomas españolas. Las tendencias también resul-
tan similares a las apuntadas por el índice de disimilitud de Duncan y Duncan, ob-
servándose una reducción de los niveles de segregación, moderada hasta 2010, y más
intensa con los datos clasificados de acuerdo con la nueva CNO. Destaca la progresiva
convergencia de ambos territorios en términos de segregación vertical hasta 2010. A
partir de este año, el diferencial se muestra estable.
Si nos fijamos ahora en los resultados alcanzados por el índice de KM para la distri-
bución de mujeres y hombres entre los distintos sectores de actividad, de nuevo los
niveles de segregación resultan algo menores en comparación con los resultados que
se obtienen para las ocupaciones laborales. Aunque, de nuevo, la segregación es gene-
ralmente menor en el caso de Andalucía, la evolución registrada resulta algo distinta.
En este sentido, cabe señalar que, a partir de una notablemente menor segregación
horizontal en Andalucía que en el resto de España, el crecimiento de esta variable en
Andalucía hasta 2008, junto a la estabilidad observada para el resto de España, con-
duce a la convergencia de los valores al final del primer periodo. El siguiente periodo,
sin embargo, comprendido entre 2009 y 2012, se encarga de restaurar los diferenciales
negativos a favor de Andalucía, donde se reduce la segregación de manera más acusa-
da que en el resto de las comunidades autónomas.
Las curvas locales de segregación (Alonso-Villar y Del Río, 2007 y 2010) permiten dar
un paso más respecto a los índices de disimilitud y de Karmel y MacLachlan. Más allá
de la medición del nivel de segregación existente, este instrumento permite averiguar
qué colectivo (mujeres u hombres) presenta un mayor grado de desigualdad en su
distribución, tanto desde una perspectiva sectorial como ocupacional. En este sentido,
4. Midiendo la segregación laboral por género en Andalucía 69
Su expresión sería:
n −1
1 − ∑ ( X j +1,r ,t − X j ,r ,t )(Y j +1,r ,t + Y j ,r ,t )
Gr ,t =
j =1
Los gráficos 4.4 y 4.5 recogen los resultados de calcular estas curvas locales de segre-
gación para Andalucía y para el resto de España. El primero de ellos lo hace desde
la perspectiva de las ocupaciones laborales, en tanto que el segundo se centra en la
distribución por sectores de actividad. Dadas las rupturas metodológicas que sufren
los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) en relación con la Clasificación
Nacional de Ocupaciones y la Clasificación Nacional de Actividades Económicas, los
gráficos se refieren a los años 2005 y 2010 (antigua CNO) y 2011 y 2012 (nueva CNO),
en el caso del análisis de la segregación vertical, y a los años 2005 y 2008 (antigua
CNAE) y 2009 y 2012 (nueva CNAE). Debemos recordar que, de acuerdo con esta
metodología, una mayor distancia de la curva respecto de la diagonal indica un mayor
grado de diferencia de la distribución del empleo del colectivo respecto de la pauta de
distribución del empleo total, lo que indicaría que el colectivo en cuestión soporta una
mayor segregación laboral.
En definitiva, las curvas locales de segregación nos indican la existencia de una mayor
segregación vertical en el caso de las mujeres, en comparación con los hombres, tanto
en Andalucía como en el resto de España, que presenta una intensidad similar en am-
bas unidades territoriales.
Por tanto, la segregación laboral por género, cuantificada mediante los conocidos índi-
ces de Duncan y Duncan y de Karmel y MacLachlan, se fundamenta en una desigual
distribución, vertical y horizontal, de las mujeres respecto de las pautas de distribución
observadas para el empleo total. Este último resultado sería algo más acusado en el
caso de Andalucía que en el del resto de España.
4. Midiendo la segregación laboral por género en Andalucía 71
0,8 0,8
0,6 0,6
0,4 0,4
0,2 0,2
0 0
0 0,2 0,4 0,6 0,8 1 0 0,2 0,4 0,6 0,8 1
0,8 0,8
0,6 0,6
0,4 0,4
0,2 0,2
0 0
0 0,2 0,4 0,6 0,8 1 0 0,2 0,4 0,6 0,8 1
1 1
0,8 0,8
0,6 0,6
0,4 0,4
0,2 0,2
0 0
0 0,2 0,4 0,6 0,8 1 0 0,2 0,4 0,6 0,8 1
0,8 0,8
0,6 0,6
0,4 0,4
0,2 0,2
0 0
0 0,2 0,4 0,6 0,8 1 0 0,2 0,4 0,6 0,8 1
4. Midiendo la segregación laboral por género en Andalucía 73
0,8 0,8
0,6 0,6
0,4 0,4
0,2 0,2
0 0
0 0,2 0,4 0,6 0,8 1 0 0,2 0,4 0,6 0,8 1
0,8 0,8
0,6 0,6
0,4 0,4
0,2 0,2
0 0
0 0,2 0,4 0,6 0,8 1 0 0,2 0,4 0,6 0,8 1
0,8 0,8
0,6 0,6
0,4 0,4
0,2 0,2
0 0
0 0,2 0,4 0,6 0,8 1 0 0,2 0,4 0,6 0,8 1
0,8 0,8
0,6 0,6
0,4 0,4
0,2 0,2
0 0
0 0,2 0,4 0,6 0,8 1 0 0,2 0,4 0,6 0,8 1
75
H
asta ahora nos hemos limitado a medir los niveles de segregación laboral
existentes entre mujeres y hombres en el empleo en Andalucía. Para ello,
hemos adoptado tanto una perspectiva horizontal (sectores de actividad)
como vertical (ocupaciones laborales), y hemos utilizado la comparación
con el resto del Estado español como estrategia de análisis.
Una vez establecida esta clasificación, el siguiente paso consiste en identificar los determi-
nantes de la asignación ocupacional de mujeres y hombres, mediante la estimación de la
probabilidad de trabajar en una ocupación femenina o masculina (ubicación segregada),
frente a la alternativa de hacerlo en una ocupación integrada (ubicación no segregada).
Dicha asignación se realiza sobre la base de la estimación de un modelo de probabilidad
logit. A partir de la disponibilidad de datos existentes en la Encuesta de Población Activa
(EPA), fuente estadística que utilizaremos, y de lo señalado por la literatura, en el modelo
se controla por las siguientes características personales y laborales de los individuos:
7 Basándonos en el criterio de Hakim, ampliamos el rango de clasificación hasta el +/- 20 por ciento,
para alcanzar la suficiente representatividad en el caso andaluz.
5. Los fundamentos de la segregación 77
Para llevar a cabo nuestro planteamiento de análisis será necesario estimar cuatro mo-
delos logit de respuesta binaria distintos, de los cuales los dos primeros determinan
la probabilidad que tienen hombres y mujeres, considerados por separado, de estar
empleados en una ocupación masculinizada frente a estarlo en una ocupación integra-
da, a lo que denominaremos como «modelo 1», quedando los otros dos modelos logit
para el mismo análisis en las ocupaciones feminizadas frente a las integradas, a lo que
denominaremos como «modelo 2», considerándose tanto el caso de Andalucía como
el del resto de España. Los modelos logit estimados se corresponden con la siguiente
estructura econométrica:
P M − P=
F X M βˆM − X F βˆF
8 Blinder (1973), Oaxaca (1973), Neumark (1988) y Oaxaca y Ransom (1994, 1999).
78 La segregación laboral de la mujer andaluza
Como ya ha sido apuntado, la metodología descrita se desarrolla sobre los datos de em-
pleo facilitados por la Encuesta de Población Activa (EPA) relativos al segundo trimestre
del año 2012. Los microdatos utilizados alcanzan en este caso un nivel de desagregación
ocupacional de 3 dígitos, según la Clasificación Nacional de Ocupaciones (CNO-11).
Con ello se consigue una definición más precisa de las ocupaciones laborales masculi-
nas, femeninas e integradas, al poder incorporar al análisis un mayor grado de detalle.
5.2. Resultados
Siguiendo la secuencia metodológica definida anteriormente, una vez que han sido
obtenidos los modelos econométricos9, hemos llevado a cabo la descomposición de
Oaxaca-Blinder sobre el diferencial en probabilidades que tienen hombres y mujeres
de estar empleados en una ocupación masculinizada frente a hacerlo en una integrada
(modelos número 1) y sobre el diferencial en probabilidades que tienen hombres y
mujeres de pertenecer a una ocupación feminizada frente a una ocupación integrada
(modelos número 2). Los resultados obtenidos de dicha descomposición para cada
uno de los modelos se recogen en la tabla 5.1.
9 Los resultados de los mismos están a disposición de los interesados, previa solicitud a los autores.
80 La segregación laboral de la mujer andaluza
Andalucía
Hombres 1,9877 0,000** 7,299 -0,275 0,000** 0,760
Mujeres -0,3422 0,000** 0,710 1,601 0,000** 4,960
Diferencia 2,3299 0,000** 100,00 % -1,876 0,000** 100,00 %
Explicada 1,3726 0,000** 58,91 % -0,436 0,000** 23,23 %
No explicada 0,9573 0,000** 41,09 % -1,441 0,000** 76,77 %
Resto de España
Hombres 2,157 0,000** 8,642 -0,187 0,000** 0,829
Mujeres -0,384 0,000** 0,681 1,537 0,000** 4,651
Diferencia 2,541 0,000** 100,00 % -1,724 0,000** 100,00 %
Explicada 1,390 0,000** 54,68 % -0,297 0,000** 17,21 %
No explicada 1,152 0,000** 45,32 % -1,427 0,000** 82,79 %
En el caso andaluz, las mujeres obtienen una probabilidad de pertenecer a una ocu-
pación feminizada casi cinco veces superior al caso de los hombres (modelo 2). Anali-
zando el caso de las ocupaciones femeninas en Andalucía, se observa que el diferencial
en coeficientes vendría determinado en un 23,23 por ciento por el diferencial en carac-
terísticas, quedando inexplicado el 76,77 por ciento restante. Para el resto de España,
dichos porcentajes son del 17,21 y del 82,79 por ciento respectivamente. Nuevamente,
pero en esta ocasión desde la perspectiva de las ocupaciones femeninas, en Andalucía
parece observarse una menor discriminación en la segregación.
Como conclusión general de este análisis, tres son los resultados que se pueden destacar:
• En primer lugar, el carácter bipolar del mercado de trabajo español, donde cada
uno de los colectivos, el masculino y el femenino, muestran una gran atracción
por aquellas ocupaciones donde su género es mayoritario.
• Por último, hay que señalar que las pautas anteriores resultan más intensas en el
resto de España que en Andalucía.
Fuente: elaboración propia sobre datos EPA a 3 dígitos, segundo trimestre de 2012.
82 La segregación laboral de la mujer andaluza
En conclusión, se aprecia que las mujeres experimentan una mayor atracción o perma-
nencia en aquellas ocupaciones en las que son mayoría por el simple hecho de ser mu-
jer. La concentración es tal, en cuanto a su magnitud, que podría estar explicando más
de un 90 por ciento de la probabilidad de colocación que tienen las mujeres sobre los
hombres en una ocupación feminizada. Comparando el caso andaluz con la situación
en el resto de España, se establece que la concentración del empleo femenino andaluz
sigue la pauta nacional, aunque, como viene siendo habitual a lo largo de los distintos
análisis y apartados de nuestra investigación, con una menor intensidad.
83
A
unque son muchas las consecuencias señaladas por la literatura en relación
con la segregación laboral, en este capítulo nos centraremos en dos de ellas,
por ser a nuestro juicio las más relevantes: el estudio del gap salarial y las
diferencias en términos de satisfacción laboral.
En el apartado 6.1 se analiza el gap salarial por género, describiéndose su cuantía e in-
tentándose explicar cuáles son sus fundamentos. Una de las consecuencias más adver-
sas que se producen como consecuencia de la desigual distribución laboral de hombres
y mujeres es la existencia de una brecha o gap salarial por género. La literatura econó-
mica reciente ha dedicado notables esfuerzos a la medición, explicación y análisis de
dicho gap salarial. En el caso de España, son notables los trabajos desarrollados en este
campo por Gardeazabal y Ugidos (2005), De la Rica, Dolado y Llorens (2008), Carras-
co, Jimeno y Ortega (2011) y De la Rica, Dolado y Vegas (2014), entre otros muchos.
Estos trabajos se han encargado de demostrar la existencia de discriminación salarial
contra la mujer y la persistencia de un «techo de cristal» para las ganancias femeni-
nas. Además, se ha demostrado que estas diferencias salariales también encuentran
su fundamento en el desigual reparto de hombres y mujeres en el empleo, de manera
que las mujeres se emplean con mayor frecuencia en puestos de trabajo asociados a
peores condiciones laborales y, por ello, vinculados a menores remuneraciones. Por
ejemplo, Simón (2006) demuestra que parte del gap salarial en contra de la mujer se
fundamenta en su mayor presencia en el empleo dentro de establecimientos laborales
donde la remuneración resulta inferior. La segregación laboral, por tanto, se encuentra
84 La segregación laboral de la mujer andaluza
El análisis del gap salarial existente en Andalucía se desarrolla en base a diferentes fuentes
estadísticas, con el fin de cubrir la falta de datos muestrales para la región, por una parte, y
de asegurar que los resultados alcanzados no dependen de la base de datos seleccionada,
por otra (apartado 6.1.1). Adicionalmente, para explicar los fundamentos del gap salarial
existente por género, se aplica la metodología de descomposición previamente utilizada de
Oaxaca-Blinder sobre la distribución salarial de Andalucía (apartado 6.1.2). Finalmente, se
observa si el gap salarial existente por género es igual entre los trabajadores que perciben un
salario bajo frente a aquellos que perciben un salario elevado (apartado 6.1.3).
Recientemente, sin embargo, la literatura económica pone en duda esta pauta, al esta-
blecer alternativamente que la decisión no se vincula al sexo de la persona, sino a una
serie de perfiles relacionados con la existencia de una mayor o menor implicación con
el trabajo versus otras facetas. De modo que las personas más orientadas hacia el mer-
6. Las consecuencias de la segregación 85
cado laboral se ubicarían en sectores más competitivos, con mayor dedicación horaria,
mayor remuneración y con menor flexibilidad laboral, en tanto que las personas más
orientadas hacia el hogar se ubicarían en posiciones contrarias, trabajos más flexibles
y tal vez menos competitivos asociados a una menor remuneración.
Hemos aplicado la metodología descrita utilizando varias bases de datos, con el fin
de alcanzar la suficiente representatividad estadística para Andalucía, pero también
porque cada base de datos puede mostrar una realidad ligeramente diferente. En con-
creto, nuestros análisis utilizan las siguientes bases de datos:
10 Ello en parte se debe al ligero error que se observa en la muestra a nivel regional, tal como se
recoge en la tabla A.2 del anexo.
6. Las consecuencias de la segregación 87
El desarrollo de los sucesivos análisis pasa desde ámbitos y estadísticas más agregadas
hasta el análisis de bases de datos más específicas y con más detalle. Este proceso tam-
bién genera que a la profundidad de los análisis se le sume la menor representatividad
estadística, debido a la existencia de una menor muestra.
Con los datos de la EES (tabla 6.1) podemos realizar una aproximación general res-
pecto del estado de los salarios en Andalucía, en comparación con el caso nacional.
En términos medios, en el año 2011 una persona trabajadora española presenta una
ganancia media anual de 22.899 euros brutos frente a los 21.351 euros del caso anda-
luz, lo cual establece una importante merma salarial, de 1.548 euros (un 6,7 por ciento
menor), en contra de Andalucía. Si lo observamos por género, las mujeres españolas
ganan en media 19.767 euros, frente a las mujeres andaluzas que ganan en promedio
18.389 euros, lo cual de nuevo establece una merma salarial en contra de Andalucía
(un 6,9 por ciento menor).
Lo más importante para nuestro estudio es que el gap salarial por género existente en
Andalucía es de 5.426 euros, frente a los 5.900 euros observados en el conjunto na-
cional. Por tanto, los salarios medios en Andalucía son menores al conjunto nacional,
pero también las diferencias salariales por género son menores. En términos relativos,
sin embargo, el gap salarial presenta una magnitud similar en ambos territorios, supo-
niendo el 25,4 y el 25,7 por ciento en Andalucía y el resto de España, respectivamente,
respecto al salario bruto de ambos géneros. Utilizando las bases de cotización como
fuente de información, en Vicente et al. (2010) también se demuestra la existencia de
diferencias salariales por razón de género. Concretamente, en el año 2007 eran de
292,64 euros para Andalucía, y de 316,16 euros para el conjunto nacional, en relación
a las bases de cotización medias anuales.
La tabla 6.1 amplía esta información aportando datos de salario por persona traba-
jadora y salario hora para Andalucía y el conjunto del Estado español. Se trata de
medias estadísticas, que no consideran la desigual distribución de hombres y mujeres
en puestos de trabajo de mayor o menor remuneración y, por tanto, no están ajustadas
por la desigual posición laboral de la mujer. De esta forma, solo muestran una dife-
rencia bruta.
88 La segregación laboral de la mujer andaluza
En 2011, en el cuartil superior la diferencia salarial bruta entre hombres y mujeres para
el conjunto español es de 6.836,4 euros, frente a los 5.352,9 euros del caso andaluz
(aproximadamente un 21,7 por ciento inferior). Ello es un indicador indirecto de la
posible existencia de un «techo de cristal», dado que en términos brutos las diferen-
cias salariales por género son mayores en los cuartiles superiores. Esas cifras cambian
notablemente en términos relativos. No obstante, todo ello debe contrastarse con me-
diciones más precisas, como se realizará posteriormente, y observando la presencia de
las mujeres ocupadas a lo largo de la distribución salarial. El análisis de esta cuestión
cuenta ya con importantes antecedentes para el caso andaluz. En este sentido, el estu-
dio de la Junta de Andalucía (2012) sobre la desigualdad de género demuestra que la
presencia femenina en Andalucía resulta más intensa entre los puestos de trabajo de
salarios bajos. Adicionalmente, en este estudio se pone de manifiesto que para el año
2010 el 59,9 por ciento de las mujeres andaluzas presentan salarios bajos, definidos
como aquellos inferiores a 1.389 euros brutos mensuales11.
En el «Sur», la media del logaritmo del salario hora de los hombres alcanza un valor
de 2,291, superior al dato para las mujeres, que es de 2,144. Este hecho pone de mani-
fiesto la existencia de una importante diferencia salarial, de 0,146 (aproximadamente 1
euro y 15 céntimos por hora trabajada). Dicha diferencia se reduciría en -0,024 si tuvié-
ramos en cuenta la desigual distribución de las características personales y la diferente
ubicación laboral de hombres y mujeres. Así, la parte no explicada por las diferencias
existentes en cuanto a las características, es decir, lo que podríamos interpretar como
Como conclusión inicial se establece que, a pesar de controlar por las características
laborales y personales de los individuos, el gap salarial persiste, pero nuevamente sigue
siendo ligeramente menor en el «Sur» (0,146 frente a 0,159). Además, sobre la base
de estas primeras estimaciones14, se puede establecer que la parte no explicada, inter-
pretada generalmente como proxy de la discriminación, también resulta en el «Sur»
ligeramente inferior.
Más allá de estos resultados generales, el interés de este análisis radica en observar si
las variables que fundamentan o justifican las desigualdades salariales por género en
el «Sur» son las mismas que en el resto de España. Para ello, a continuación vamos
a analizar con detenimiento cada una de las variables explicativas de la tabla 6.3. De
su observación se desprende que uno de los mayores fundamentos de la desigualdad
salarial existente en el «Sur» es el hecho de que las mujeres, en comparación con los
hombres, ocupan con mayor frecuencia puestos de trabajo a tiempo parcial, general-
mente peor remunerados15. Asimismo, también destaca el hecho de que las mujeres
del «Sur» se encuentren en menor medida representadas en las ocupaciones no ma-
nuales, tanto de alta como baja cualificación. En el caso del resto de España, los resul-
tados, aunque con matices de intensidad, muestran unas pautas similares.
14 Sin embargo, debemos ser cautos cuando hablamos de discriminación sobre la base del análisis
de Oaxaca-Blinder, ya que lo que identificamos como discriminación no es realmente sino la parte no
explicada de las diferencias salariales, componente black-box que también puede venir explicado por la
existencia de variables mal medidas o no consideradas y por la existencia de variables no observables
pero relacionadas explicativamente con la productividad (Altonji y Blank, 1999).
15 Véase el gráfico 3.10.
92 La segregación laboral de la mujer andaluza
paña. En este caso se confirma que las mujeres del resto de España ganan más que las
mujeres del «Sur» (en logaritmos del salario hora promedio). La diferencia se cifra en
0,059 aproximadamente, un euro por hora más en el resto de España. La descomposi-
ción estimada muestra que la parte explicada resulta positiva, con un valor de 0,039, y
en términos porcentuales se alcanza un porcentaje de explicación del 66,1 por ciento.
Ello quiere decir que en este caso las diferencias salariales entre las mujeres de ambos
territorios se justifican principalmente por la diferente dotación de características y la
desigual ubicación laboral. Aunque no hay que olvidar que aún queda una parte im-
portante de las diferencias salariales por explicar.
6. Las consecuencias de la segregación 93
Cuando se analizan los fundamentos de la desigualdad salarial entre las mujeres del
«Sur» y del resto de España, las principales variables que salen a la palestra son la
edad (intervalo de 50 a 59 años de edad), el empleo temporal, el trabajo no manual,
el empleo en el sector público, y el empleo en PYMEs. Por tanto, es sobre todos estos
factores poblacionales y laborales femeninos (tabla 6.4) donde se fundamentan las
diferencias entre el «Sur» y el resto de España, y donde debería centrarse la Política
Económica.
94 La segregación laboral de la mujer andaluza
Recordemos que la ECV recoge tanto datos personales como laborales. De esta forma,
podemos identificar cómo es la participación laboral de los individuos de la muestra. Ello
daría pie a utilizar en nuestras descomposiciones salariales el conocido filtro de Heck-
man (1979), una ponderación que tiene en cuenta y trata de corregir la desigual partici-
pación por género. Sin embargo, en las estimaciones que se han llevado a cabo, este filtro
no ha resultado significativo. En consecuencia, las descomposiciones que se recogen a
continuación se han realizado sin tal consideración y se refieren a regresiones lineales
simples. Al igual que en el caso anterior, se consideran como variables explicativas de la
remuneración una serie de características personales (la edad, el estado civil, la naciona-
lidad y el nivel de estudios) y laborales (el tipo de contrato, el tipo de jornada laboral, si
realiza tareas de supervisión, si es persona trabajadora no manual y si reside en una zona
muy poblada). Se trata de adoptar un mismo enfoque, pero en este caso aprovechando la
información contenida en la ECV y alcanzando una desagregación regional más precisa,
que permita analizar el caso específico de Andalucía. La construcción del pool obliga a la
incorporación de los años de análisis como variables de control.
Los resultados alcanzados se recogen en la tabla 6.5 y nuevamente las ecuaciones sala-
riales que sustentan los mismos se recogen en el Anexo (tablas A.5 y A.6). De acuerdo
con dichos resultados, se concluye que el porcentaje explicado del gap salarial alcanza
el 44,2 por ciento del total (0,121) en Andalucía, frente al 41,3 por ciento (0,110) en
el caso del resto de España. El tratamiento diferencial, es decir, la parte no explicada,
sería nuevamente mayoritaria, alcanzando el 55,8 por ciento (0,152) y el 58,7 por cien-
to (0,156) respectivamente. Con una definición más desagregada y algo más precisa
gracias a los datos de la ECV, se comprueba que la diferencia salarial en Andalucía
de nuevo se debe principalmente a la existencia de un tratamiento diferencial en el
mercado de trabajo. Si bien el tratamiento diferencial resulta inferior en Andalucía
frente al resto de España, sus valores no son excesivamente distintos. Toharia, Cebrián
y Moreno (2009), analizando las bases de cotización de las personas trabajadoras a
tiempo completo, confirman que el trato discriminatorio hacia las mujeres andaluzas
no difiere considerablemente de la situación existente en otras regiones españolas.
6. Las consecuencias de la segregación 95
La diferencia salarial entre los hombres y las mujeres en Andalucía se basa principalmente en
dos rasgos fundamentales: la mayor presencia femenina en el empleo a tiempo parcial, factor
que aumenta las diferencias salariales existentes por género, y la mayor presencia en térmi-
nos relativos de mujeres con estudios superiores frente a los hombres, factor que reduce las
diferencias salariales existentes por género. Además, en el caso del salario mensual, la edu-
cación es una variable mucho más significativa para determinar las diferencias salariales por
género, sobre todo en el caso andaluz. Las estimaciones llevadas a cabo anteriormente sobre
el salario por hora también apuntaban este resultado, pero presentaban una cuantía inferior.
De nuevo, hemos repetido el análisis para el gap salarial existente entre las mujeres
andaluzas frente a las mujeres del resto de España (tabla 6.6). Se comprueba que las
mujeres andaluzas presentan en promedio una remuneración menor a las del resto
de España, debido a su desigual distribución, o desigual remuneración, sobre todo
dentro de los colectivos de las mujeres maduras, las personas trabajadoras tempora-
les y aquellas a tiempo parcial. La parcialidad nuevamente aparece como uno de los
rasgos más persistentes en la explicación de la desigualdad salarial de las mujeres
andaluzas.
Complementaria a los análisis llevados a cabo hasta ahora, también hemos analizado
cómo es la descomposición de las diferencias salariales por género en Andalucía a tra-
vés de toda la distribución de los salarios. En este caso, nuestra motivación radica en
saber si el gap salarial por género resulta mayor en los tramos salariales más altos, una
vez que tenemos en cuenta las características por las cuales el individuo es remunerado.
Se trata de validar la posible existencia de un «techo de cristal» en términos salariales,
algo que parecían indicar los datos estadísticos iniciales. El desarrollo de este análisis se
realiza a partir de la estimación de las regresiones cuantílicas, a las cuales nuevamente
se les aplica una descomposición salarial diferenciando entre la parte explicada por las
características de los individuos y la parte no explicada o tratamiento diferencial.
donde el primer efecto refleja la parte explicada por los coeficientes y el segundo efec-
to la parte explicada por las características. Siguiendo la terminología establecida por
Melly (2006),
98 La segregación laboral de la mujer andaluza
Sin embargo, nos encontramos con una importante discrepancia respecto a las
diferencias explicadas por las características. En el caso del resto de España, a lo largo
de toda la distribución salarial las características detentadas por la mujer establecen
remuneraciones positivas, que permiten acercar su salario a los salarios masculinos.
Sin embargo, esta pauta solo se reproduce en el caso andaluz a partir del cuarto
cuantil. Por debajo del mismo las características que poseen las mujeres son también
la base explicativa de que exista un gap salarial por género desfavorable hacia la mujer
del «Sur». Se produce por tanto una brecha diferencial importante en la comparación
entre ambos entornos.
6. Las consecuencias de la segregación 99
Tabla 6.7. Descomposición cuantílica del gap salarial por género. «Sur» y
Resto de España
Dif. Dif. No
W W W Dif. Explicada
Cuantiles Mujeres- explicada
Mujeres Contrafactual Hombres Características Distribución
Hombres Sig. Sig. Coeficientes Sig.
(%)
(A) (B) (C) (A-C) (B-C) (A-B)
Sur
Q1 1,637 1,725 1,781 -0,144 0,000 *** -0,056 0,000 *** -0,088 0,000 *** 38,9 61,1
Q2 1,762 1,891 1,922 -0,159 0,000 *** -0,031 0,000 *** -0,128 0,000 *** 19,5 80,5
Q3 1,869 2,013 2,021 -0,152 0,000 *** -0,007 0,311 -0,145 0,000 *** 4,6 95,4
Q4 1,969 2,127 2,118 -0,148 0,000 *** 0,010 0,119 -0,158 0,000 *** -6,5 106,5
Q5 2,074 2,245 2,218 -0,145 0,000 *** 0,027 0,002 *** -0,171 0,000 *** -18,7 118,7
Q6 2,197 2,373 2,334 -0,137 0,000 *** 0,039 0,000 *** -0,176 0,000 *** -28,7 128,7
Q7 2,335 2,518 2,469 -0,133 0,000 *** 0,049 0,000 *** -0,183 0,000 *** -36,9 136,9
Q8 2,500 2,698 2,642 -0,142 0,000 *** 0,056 0,000 *** -0,198 0,000 *** -39,4 139,4
Q9 2,753 2,966 2,908 -0,155 0,000 *** 0,058 0,000 *** -0,213 0,000 *** -37,7 137,7
Resto de España
Q1 1,672 1,811 1,803 -0,130 0,000 *** 0,009 0,000 *** -0,139 0,000 *** -6,5 106,5
Q2 1,808 1,978 1,956 -0,148 0,000 *** 0,022 0,000 *** -0,170 0,000 *** -14,8 114,8
Q3 1,919 2,109 2,076 -0,157 0,000 *** 0,033 0,311 -0,190 0,000 *** -20,9 120,9
Q4 2,025 2,229 2,189 -0,164 0,000 *** 0,041 0,119 -0,204 0,000 *** -24,7 124,7
Q5 2,134 2,351 2,303 -0,169 0,000 *** 0,048 0,002 *** -0,217 0,000 *** -28,4 128,4
Q6 2,254 2,481 2,427 -0,173 0,000 *** 0,054 0,000 *** -0,227 0,000 *** -30,9 130,9
Q7 2,395 2,625 2,569 -0,173 0,000 *** 0,057 0,000 *** -0,230 0,000 *** -32,7 132,7
Q8 2,579 2,800 2,742 -0,163 0,000 *** 0,058 0,000 *** -0,221 0,000 *** -35,6 135,6
Q9 2,844 3,058 2,999 -0,155 0,000 *** 0,060 0,000 *** -0,214 0,000 *** -38,4 138,4
Nº Obs. Andalucía: 4.164. Nº Obs. Resto de España: 37.275. Nº Regresiones estimadas: 100. Bootstraping: 50
repeticiones.
* Significativo bajo una probabilidad del 90 %.
** Significativo bajo una probabilidad del 95 %.
*** Significativo bajo una probabilidad del 99 %.
Fuente: elaboración propia sobre EES, 2010.
El gráfico 6.1 expresa los resultados obtenidos de una forma, quizás, más sencilla. Se
observa en términos absolutos como el gap salarial resulta levemente superior en los
tramos o cuantiles superiores. Según la tabla previa, el gap salarial para el «Sur» en el
último cuantil se sitúa en -0,155, siendo la misma cifra para el resto de España. Este
gap presenta su máximo en el caso del «Sur» en el séptimo cuantil y para el resto de
España en el último cuantil.
Pero lo más importante consiste en validar cuáles son los fundamentos de las diferencias
a lo largo de la distribución. Según el gráfico 6.1, y si nos centramos en el ámbito «Sur»,
100 La segregación laboral de la mujer andaluza
podemos comprobar que la parte explicada por las características aumenta a lo largo de
la distribución salarial, compensando las diferencias salariales existentes por género a lo
largo de toda la distribución. Mientras, la parte no explicada o el tratamiento diferencial
en la remuneración es el componente más importante del gap salarial (el que presenta
un mayor signo negativo), contribuyendo en mayor medida en los cuantiles superiores.
Aunque las pautas resultan similares en el resto de España, la diferencia del «Sur» radica
en el comportamiento de los cuantiles inferiores, donde las características femeninas
contribuyen a la formación de las diferencias salariales por género, sumándose al
tratamiento discriminatorio ya de por sí existente.
El apartado final de este capítulo se dedica a analizar cuál es la posible contribución de cier-
tos elementos relacionados con los atributos psicológicos y las preferencias en la explicación
del gap salarial existente por género, exclusivamente para el caso andaluz. Hasta ahora, las
estimaciones realizadas respecto de las diferencias salariales por género han considerado
únicamente el posible efecto inducido por variables personales, relacionadas con la pro-
ductividad de los individuos, o vinculadas con su ubicación laboral. Sin embargo, una de
las líneas de investigación recientes más fructíferas dentro del análisis de las desigualdades
laborales por razón de género se centra en el efecto inducido por el hecho de que mujeres
y hombres difieran en sus atributos psicológicos y en sus preferencias (Bertrand, 2010). Por
atributos psicológicos y preferencias se entienden toda una serie de valores sociales, antece-
dentes familiares y actitudes relativas al mercado de trabajo, que se concretan en diferencias
en términos de actitudes ante el riesgo, la competencia, la negociación, así como otros ras-
gos personales. Lo importante es que mujeres y hombres presentarían diferencias en estos
aspectos, que por otra parte serían remunerados por el mercado, generando diferencias la-
borales entre ambos géneros. Existe una importante y reciente literatura (Akerlof y Kranton,
2000; Goldin, 2002 y 2006; Fortin, 2005 y 2008; Hoff y Pandey, 2006) que analiza qué parte
de la segregación por género existente en los mercados laborales se debe a las decisiones
6. Las consecuencias de la segregación 101
0,050
0,000
-0,050
-0,100
-0,150
-0,200
-0,250
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Dif. Explicada - Características Dif. No explicada Coeficientes
Dif. Mujeres-Hombres
Resto de España
0,100
0,050
0,000
-0,050
-0,100
-0,150
-0,200
-0,250
Q1 Q2 Q3 Q4 Q5 Q6 Q7 Q8 Q9
Dif. Explicada - Características Dif. No explicada Coeficientes
Dif. Mujeres-Hombres
Fuente: elaboración propia sobre datos de la EES, 2010.
102 La segregación laboral de la mujer andaluza
personales basadas en este tipo de aspectos; es decir, en los valores y actitudes sociales que
los individuos se forman antes de participar en el mercado de trabajo (pre-market). Bajo esta
perspectiva, la ubicación laboral de las personas trabajadoras y las diferencias salariales ob-
servadas quedarían, al menos en parte, determinadas por sus decisiones, creencias, valores
de género y patrones sociales.
En este apartado centraremos nuestro análisis en el caso andaluz, puesto que la com-
paración con el resto de España exigiría aceptar la hipótesis de que las personas traba-
jadoras de ambos espacios geográficos comparten los mismos valores sociales o aspec-
tos pre-market, consideración que nos parece arriesgada dado que ambas sociedades
podrían contar con aspectos diferenciales en relación a estas cuestiones.
Aunque se cuenta con datos suficientes para llevar a cabo el análisis, la desagregación
disponible conduce a que los resultados alcanzados respecto de la medición del gap
salarial sean menos significativos que los presentados hasta el momento y que sirvan
básicamente para captar comportamientos medios o tendencias generales.
Para incorporar estos nuevos aspectos a los análisis de las diferencias laborales por gé-
nero llevados a cabo hasta ahora, hemos replicado la metodología de descomposición
salarial de Oaxaca-Blinder de acuerdo con una estrategia multinivel. Primero hemos
realizado las estimaciones considerando únicamente un conjunto de variables perso-
nales y familiares (la nacionalidad, la edad, la edad al cuadrado, la tenencia de pareja,
el nivel de estudios alcanzado, el número de hijos que tiene el individuo, si la persona
entrevistada es quien aporta más ingresos al hogar y si existen dependientes en el ho-
gar), para sucesivamente ir añadiendo otros grupos de variables de naturaleza laboral
(la duración de la jornada laboral, si se trabaja en el sector servicios y la duración del
6. Las consecuencias de la segregación 103
contrato), relativas a sus factores familiares (si el padre trabajaba por cuenta propia
y/o desarrollaba tareas laborales de carácter no manual cuando el entrevistado tenía
16 años, si era un buen estudiante y si contaba con una actitud positiva de los padres
hacia el estudio) y sobre los aspectos más relacionados con actitudes y preferencias (si
el entrevistado considera que el salario debe remunerar la necesidad personal, si no
debe ser discriminatorio, si el entrevistado es católico-practicante y si se considera de
«izquierdas»). Esta metodología permite analizar qué características y/o valores son
más determinantes del gap salarial existente por género y cuál es la contribución por
separado al mismo.
En este caso, al desarrollar la medición del gap salarial con la muestra comentada, se
ha comprobado que el filtro de Heckman resulta significativo (resultado que no se
obtenía en las estimaciones previas con datos de la ECV). Por ello, las estimaciones
desarrolladas en este apartado sí incluyen el filtro o corrección de Heckman (1979).
Dicha técnica se basa en el desarrollo de un modelo en dos etapas. En primer lugar se
estima la probabilidad de ocurrencia de un suceso. Al desarrollarse sobre la medición
del gap salarial existente por género, se suelen utilizar indicadores sobre la diferente
probabilidad que presentan hombres y mujeres de emplearse o participar en el merca-
do de trabajo. Para ello se construye simplemente una variable dicotómica, que toma el
valor 1 cuando el individuo en cuestión se encuentra ocupado (E=1) y cero en el resto
de los casos. Estableciendo las ecuaciones para ambos sexos tendríamos:
En una segunda etapa, se calcula una ecuación lineal simple sobre los salarios de hom-
bres y mujeres:
Si los residuos son normales, podemos estimar el último término, de manera que:
Por último, no debemos olvidar que las condiciones del modelo exigen que se cumplan
los siguientes supuestos econométricos:
>0 ; ; ;
( ;
16 El desarrollo del modelo se ha llevado a cabo con el programa econométrico STATA, donde se
calculan estimadores consistentes a través de la búsqueda de la máxima verosimilitud. El principal
problema de este tipo de estimación consiste en considerar las variables adecuadas para definir de
manera correcta la probabilidad de tener un empleo, es decir, qué determina el filtro de Heckman,
puesto que dicha probabilidad pondera los resultados finales.
6. Las consecuencias de la segregación 105
Hombres 6,973 0,000 *** 6,974 0,000 *** 6,974 0,000 *** 6,976 0,000 ***
Mujeres 6,550 0,000 *** 6,549 0,000 *** 6,575 0,000 *** 6,586 0,000 ***
Diferencias salariales 0,422 0,000 *** 0,426 0,000 *** 0,399 0,000 *** 0,390 0,000 ***
Explicadas 0,088 0,004 *** 0,226 0,000 *** 0,221 0,000 *** 0,224 0,000 ***
No explicadas 0,334 0,000 *** 0,199 0,004 *** 0,177 0,012 *** 0,166 0,022 ***
Est. Secundarios 0,002 0,741 0,001 0,918 0,001 0,902 0,001 0,902
Est. Superiores -0,029 0,124 -0,029 0,139 -0,025 0,129 -0,025 0,129
Jornada parcial 0,134 0,000 *** 0,138 0,000 *** 0,138 0,000 ***
Padre: trabajador no manual (white collar) -0,044 0,002 *** -0,044 0,002 ***
Las categorías de referencia son las categorías omitidas y para las variables dummies el suceso contrario al
recogido en la tabla.
* Significativo bajo una probabilidad del 90 %.
** Significativo bajo una probabilidad del 95 %.
*** Significativo bajo una probabilidad del 99 %.
MODELO 1: PERSONALES + FAMILIARES
MODELO 2: PERSONALES + FAMILIARES + LABORALES
MODELO 3: PERSONALES + FAMILIARES + LABORALES + ANTECEDENTES FAMILIARES
MODELO 4: PERSONALES + FAMILIARES + LABORALES + ANTECEDENTES FAMILIARES + ACTITUDES DE ROL
Fuente: ECSES, 2006.
106 La segregación laboral de la mujer andaluza
Analizando con detenimiento cada una de las variables consideradas, se concluye que
las desigualdades salariales entre hombres y mujeres se fundamentan en que ambos
colectivos se distribuyen de manera desigual entre aquellos que más aportan eco-
nómicamente al hogar, entre el tiempo parcial y entre los que trabajan en el sector
servicios. Pero, sobre todas ellas, destaca el empleo a tiempo parcial, cuestión que se
viene repitiendo a lo largo de todo el capítulo, independientemente de la base de datos
utilizada.
Entre las variables pre-market, tan solo el hecho de que el padre desarrollara tareas
laborales como no-manual resulta significativo, siendo sorprendentemente un hecho
que reduce las diferencias salariales entre hombres y mujeres. Ello puede constituir
un indicador indirecto o aproximación de que los antecedentes familiares determinan
en cierta medida la segregación laboral actual. No obstante, se trata de un resultado
demasiado preliminar, que debería seguir investigándose en el futuro. Los valores la-
borales y políticos recogidos al final de la tabla 6.8 no resultan significativos, por lo
que parece que la desigual ubicación laboral de hombres y mujeres en el mercado de
trabajo andaluz no se puede asociar directamente a diferencias en los valores sociales
por género.
Los índices construidos se han elaborado a partir de un pool que aúna los datos de la
Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo (ECVT) de los años 2009 y 201017. La ECVT
recopila una gran cantidad de información sobre la situación laboral y las condiciones
de trabajo asociadas a las personas ocupadas españolas. Elaborada por el Ministerio
de Empleo y Seguridad Social, asegura una representatividad nacional y regional sobre
la calidad de vida de la que disfrutan el conjunto de personas trabajadoras españolas,
sobre la base de una muestra trietápica estratificada18. Entre la información recogida
por la ECVT se encuentra el grado de satisfacción general que las personas trabaja-
doras manifiestan con su puesto de trabajo actual y con diferentes aspectos laborales
asociados al mismo. La información sobre la satisfacción laboral refleja las respuestas
individuales de las personas ocupadas respecto a su puesto de trabajo actual sobre
un rango definido de 0 a 9, siendo el cero la satisfacción nula y nueve la satisfacción
más alta. La satisfacción con los distintos aspectos laborales que definen el puesto de
trabajo versa en torno al salario, la jornada laboral, los horarios, etc. Todas ellas son
circunstancias relacionadas con un puesto de trabajo de tipo asalariado. Por este mo-
tivo, cuando se analicen las características laborales en relación con la satisfacción, se
considerará la población asalariada.
Al contar con dos ediciones de la ECVT, 2009 y 2010, para ofrecer datos poblacionales,
hemos optado por establecer el peso promedio entre ambos años, de modo que los
datos ofrecidos a lo largo de este apartado corresponden a la media bianual.
17 Los autores agradecen al Ministerio de Empleo y Seguridad Social el acceso a los microdatos
de la ECVT para elaborar este apartado. No obstante, los análisis desarrollados son responsabilidad
exclusivamente de los autores.
18 A excepción de Ceuta y Melilla, que quedan fuera de la muestra.
108 La segregación laboral de la mujer andaluza
Para la economía española destacan en este campo los trabajos pioneros de Gamero
(2004 y 2007), concretamente sobre la satisfacción laboral por género de los asalaria-
dos. En estos trabajos no se aprecian diferencias importantes en la satisfacción laboral
entre hombres y mujeres, pero este resultado puede deberse a la desigual importancia
con que hombres y mujeres ponderan los distintos aspectos del puesto de trabajo
para definir su satisfacción laboral (Gamero, 2004). Por contra, en nuestro entorno
sí queda patente que el tipo de contrato determina considerablemente una diferente
satisfacción laboral por género (Gamero, 2007). Sin embargo, estudios más recientes
(Belda, 2012) sí validan la existencia de un diferencial positivo en torno a la satisfacción
laboral a favor de la mujer, basado en la mayor satisfacción que ofrecen para la mujer
aspectos laborales como la estabilidad, el buen clima empresarial o las posibilidades
de conciliación, entre otros.
La satisfacción laboral depende del marco institucional del trabajo y, en este senti-
do, Kaiser (2007) establece que la paradoja de la «feliz segregada» no refleja sino la
modernización del mercado de trabajo, de manera que en los países con mercados
de trabajo más avanzados (como Dinamarca, Finlandia y Holanda) no se observan
importantes diferencias en la satisfacción laboral de hombres y mujeres, pero en la
mayoría de países europeos sí se observan diferencias, debido a la falta de moderni-
zación de sus estructuras laborales y a la baja participación femenina. En este tipo de
trabajos, para España se obtienen resultados dispares, constituyéndose en numerosas
6. Las consecuencias de la segregación 109
ocasiones en un valor atípico u outlier. A pesar de ello, Kaiser (2007) mantiene que
en España no se puede rechazar la existencia de la paradoja de la «feliz segregada»,
al menos dentro de las ocupaciones de supervisor, reflejo en parte de cierta falta de
modernidad en la estructura laboral.
Para hacernos una idea del contexto general en relación a la satisfacción laboral, en el
gráfico 6.2 se recoge cuál es el nivel de satisfacción media en cada uno de los gran-
des grupos ocupacionales, tanto para hombres como mujeres, en Andalucía y en el
resto de España. Se observa que la satisfacción laboral media no difiere en Andalucía
frente al resto de España. En ambos casos, las personas trabajadoras muestran una
puntuación media de 7,3. Esto puede interpretarse, en términos generales, como una
elevada satisfacción laboral. Además, tampoco se observan diferencias estadísticas no-
tables entre la satisfacción laboral de hombres y mujeres en ambos territorios (7,3
para los hombres frente a 7,4 para las mujeres, tanto en Andalucía como en el resto
de España)19.
19 Sin embargo, el desarrollo de la prueba de ANOVA determina que la satisfacción laboral media
es significativamente diferente entre hombres y mujeres, entre las ocupaciones femeninas vs. resto
de ocupaciones, y en Andalucía frente al resto de España. Ello se obtiene según pruebas del ANOVA
de un factor y pruebas robustas según el estadístico Brown-Forsythe bajo una probabilidad del 99%.
110 La segregación laboral de la mujer andaluza
SATISFACCIÓN MEDIA
Total 7,3
7,3
Trabajadores no cualificados 7,1
7,0
Operadores y montadores 7,1
6,9
Artesanos, trabajadores de la construcción y asimilados 7,2
7,3
Trabajadores cualificados en la agricultura y pesca 6,7
6,7
Trabajadores de los servicios personales 7,4
7,5
Administrativos 7,3
7,2
Técnicos de apoyo 7,5
7,6
Técnicos científicos e intelectuales 7,7
7,4
Dirección de las empresas y de las AAPP 7,5
7,7
Total 7,3
7,3
Trabajadores no cualificados 7,0
6,9
Operadores y montadores 7,1
6,9
Artesanos, trabajadores de la construcción y asimilados 7,3
7,3
Trabajadores cualificados en la agricultura y pesca 6,9
6,5
Trabajadores de los servicios personales 7,4
7,6
Administrativos 7,4
7,1
Técnicos de apoyo 7,4
7,6
Técnicos científicos e intelectuales 7,6
7,6
Dirección de las empresas y de las AAPP 7,5
7,6
20 Para las mujeres no se incluyen las Fuerzas Armadas por falta de datos. Los datos que
fundamentan estos gráficos se encuentran recogidos en el Anexo, junto con otras medidas de la
media (véase la tabla A.7).
6. Las consecuencias de la segregación 111
Total 7,4
7,4
Trabajadores no cualificados 7,2
7,1
Operadores y montadores 6,7
7,7
Artesanos, trabajadores de la construcción y asimilados 7,0
7,9
Trabajadores cualificados en la agricultura y pesca 6,2
7,7
Trabajadores de los servicios personales 7,5
7,4
Administrativos 7,2
7,2
Técnicos de apoyo 7,5
7,6
Técnicos científicos e intelectuales 7,8
7,3
Dirección de las empresas y de las AAPP 7,4
7,8
Lo que sí se observa son diferencias por género muy claras entre las ocupaciones la-
borales. Mientras que los hombres suelen presentar satisfacciones laborales superiores
en ocupaciones de nivel alto, vinculadas con el desarrollo de tareas no manuales y la
necesidad de una cualificación elevada, las mujeres presentan una satisfacción laboral
más o menos similar a lo largo de todas las ocupaciones laborales. Por consiguiente,
a priori parece que la mujer pudiera ser algo más «conformista» en sus exigencias
laborales.
La tabla 6.9 muestra el grado de satisfacción laboral media según el nivel de segrega-
ción ocupacional observado. Enfocando nuestra atención en la media, se comprueba
que las ocupaciones femeninas presentan un mayor grado de satisfacción: el 7,52 en
Andalucía y el 7,46 en el resto de España. Además, en ambos entornos geográficos,
esta pauta se mantiene al diferenciar por género. Estos datos conducen a afirmar que
las mujeres segregadas cumplen la teoría de la «feliz segregada», tanto en Andalucía
como en el resto de España. Sin embargo, este resultado no se cumple en el caso de los
hombres, de modo que los hombres empleados en ocupaciones masculinas no son los
que presentan una mayor satisfacción. Por el contrario, los hombres en ocupaciones
femeninas también presentan una satisfacción laboral elevada. Por tanto, se puede
deducir que las ocupaciones femeninas son las que aportan una mayor satisfacción
laboral, independientemente de si son desarrolladas por hombres o mujeres. De nue-
vo, serían las características de estas ocupaciones laborales (flexibilidad, estabilidad,
21 La clasificación de las ocupaciones laborales queda recogida en la tabla A.8. El número de ocu-
paciones integradas resulta minoritario; por ello, se amplió el rango de clasificación hasta el 20%,
obteniéndose resultados similares en términos de la satisfacción laboral media.
6. Las consecuencias de la segregación 113
posibilidad de conciliación, etc.) las que definen una mayor satisfacción y no la propia
segregación laboral. Adicionalmente, la mayor valoración de estas características por
parte de las mujeres, o al menos su diferente ponderación frente a los hombres, produ-
ciría una satisfacción femenina superior en dichas ocupaciones laborales.
Tipo de ocupación Recuento Media Mediana Moda Recuento Media Mediana Moda Recuento Media Mediana Moda
Andalucía
Resto de España
Hasta el momento, hemos analizado la satisfacción laboral del trabajo desde un punto
de vista global. Sin embargo, la satisfacción con el puesto de trabajo desempeñado en-
cierra muchos aspectos, siendo una cuestión multidimensional (Borra y Gómez, 2012).
El salario, la estabilidad, el entorno social de trabajo, las posibilidades de conciliación,
son factores que influyen en dicha satisfacción global y deben ser considerados. Re-
cientemente, Bória-Reverte, Crespi-Vallbona y Macarilla-Miro (2012) han concluido
que la satisfacción laboral disminuye con la cualificación ocupacional y aumenta con el
salario para el conjunto de España. Además, añaden que distintos activos intangibles
del puesto de trabajo, tales como la existencia de monotonía, las vacaciones o el tipo
de actividad desarrollada, también influyen considerablemente en la satisfacción labo-
ral. A nivel global, el trabajo pionero de Clark (1997) ya demostró que la satisfacción
depende del nivel salarial percibido, pero sobre todo de la comparación relativa que
establecen los individuos respecto a su nivel de renta. Adicionalmente, respecto a los
muchos aspectos que definen la satisfacción laboral, la cuestión también radica en que
los individuos no valoran por igual dichas dimensiones. A la luz de diversos trabajos,
queda demostrado que dicha valoración resulta muy diferente para hombres y mujeres
—Clark (1997) y Sloane y Williams (2000)—.
114 La segregación laboral de la mujer andaluza
Para profundizar en estos aspectos, la tabla 6.10 recoge cuál es el nivel de satisfacción media
en relación con diferentes aspectos laborales, para hombres y mujeres, y tanto en Andalucía
como en el resto de España. Los aspectos laborales que ofrecen una mayor satisfacción son
la propia actividad desarrollada, el desarrollo personal, que en el puesto de trabajo se goce
de autonomía o independencia, y que sea saludable y seguro. Por el contrario, los compo-
nentes que menor satisfacción laboral ofrecen son en general las ayudas sociales, las posibi-
lidades de promoción y el salario —resultados estos últimos llamativos—.
Si nos centramos en el caso del mercado de trabajo andaluz, las diferencias por
género no resultan elevadas. A pesar de ello, los hombres andaluces presentan una
mayor satisfacción frente a las mujeres andaluzas en aspectos tales como el tiempo de
descanso, la formación recibida y, sobre todo, respecto a las posibilidades de promoción.
Este último aspecto laboral es el único que logra marcar un gap por género importante,
indicando que la Política Laboral debe incidir en la promoción de las mujeres andaluzas
116 La segregación laboral de la mujer andaluza
El análisis descriptivo que estamos llevando a cabo se desagrega todavía algo más en
la tabla 6.11, en función de la segregación ocupacional que presentan los asalariados
en su puesto de trabajo; es decir, si desarrollan su empleo en una ocupación definida
por poseer un carácter masculino, integrado o femenino. Dado que previamente se
ha comprobado que las ocupaciones femeninas son las categorías ocupacionales
que presentan una mayor satisfacción media, con los datos de esta tabla se puede
comprobar cuáles son los aspectos que fundamentan dicha valoración. Por ello,
nuestros comentarios se van a centrar en dichas ocupaciones femeninas.
En Andalucía, los aspectos más valorados del trabajo dentro de las ocupaciones femeninas
son la actividad desarrollada, el desarrollo personal y la autonomía e independencia. Son
elementos que no se alejan de los factores ponderados para cualquier empleo y que se
relacionan con activos intangibles que definen el tipo de actividad (Borra y Gómez, 2012).
Al observar las satisfacciones medias declaradas por hombres y mujeres dentro de las
ocupaciones femeninas se comprueba que en Andalucía las mujeres solo apuntan una
satisfacción media superior a los hombres en el caso de la flexibilidad de los horarios. En
el resto de aspectos laborales los hombres empleados en ocupaciones femeninas declaran
una satisfacción media superior a la de las mujeres, y la diferencia resulta importante en
aspectos tales como la estabilidad, la formación y las posibilidades de promoción.
El hecho de que en Andalucía tanto hombres como mujeres alcanzan un mayor nivel
de satisfacción laboral cuando se emplean en ocupaciones femeninas puede constituir
una de las razones explicativas de que la segregación laboral en Andalucía no resulte
tan elevada, en comparación con España, en la medida en que también los hombres, y
no solo las mujeres, se pueden sentir atraídos hacia estos puestos de trabajo.
6. Las consecuencias de la segregación 117
Satisfacción con su salario Mujer 5,28 6,14 5,85 5,74 5,46 5,83
Satisfacción con la jornada Mujer 7,21 7,33 6,83 7,03 6,09 7,18
Satisfacción con la estabilidad Mujer 6,04 6,69 6,61 6,99 6,87 7,30
Satisfacción con la formación Mujer 4,93 6,64 5,74 5,99 5,24 5,89
Segregación Ocupacional-Resto de
Segregación Ocupacional-Andalucía
España
Satisfacción Sexo
Masculina Integrada Femenina Masculina Integrada Femenina
El objetivo de este modelo es identificar cuáles son los factores que explican una mayor
satisfacción laboral, teniendo en cuentan diferentes aspectos personales y laborales,
6. Las consecuencias de la segregación 119
entre los cuales se considera la posibilidad de estar empleado en una ocupación feme-
nina. Entre los aspectos laborales se han considerado diferentes características propias
de los puestos de trabajo asalariados. Por este motivo, el modelo solamente recoge a
la población asalariada22.
22 Al desarrollarse sobre el pool de datos que aúna las versiones de la ECVT de 2009 y 2010, también
se suman a las variables las dummies temporales como elementos de control.
120 La segregación laboral de la mujer andaluza
Según la tabla 6.12, de acuerdo con los coeficientes obtenidos para las variables per-
sonales, la satisfacción laboral de los personas trabajadoras en el resto de España au-
menta cuando:
La existencia de una satisfacción laboral superior en las mujeres frente a los hombres
es algo plenamente demostrado por la literatura económica. A pesar de controlarse
por diversas cuestiones, las mujeres suelen presentar per se una satisfacción laboral
más elevada. En el caso del nivel de estudios, trabajos internacionales (Clark, 1997)
6. Las consecuencias de la segregación 121
demuestran que poseer una educación superior se vincula con una mayor satisfacción
laboral, aunque ello puede deberse a que los estudios facilitan el acceso a puestos de
trabajo más satisfactorios, con mayor nivel salarial, con mayor desarrollo personal, más
implicación en la empresa, etc. En el caso español, Belda (2012) demuestra que lo real-
mente relevante es el desajuste educativo existente en el puesto de trabajo, de modo
que un mayor desajuste formativo se asocia con un mayor malestar laboral.
En el resto de España, los aspectos laborales que marcan una mayor satisfacción labo-
ral son los esperados y predichos por la literatura económica: emplearse en el sector
público23, tener un contrato indefinido, trabajar con una jornada laboral a tiempo com-
pleto, percibir un salario elevado, tener subordinados a cargo, y ejercer un trabajo que
no sea estresante, no asociado a la monotonía y que no requiera esfuerzo físico. Los
resultados respecto a la satisfacción alcanzada al emplearse en una PYME ofrecen un
coeficiente muy pequeño como para ser considerado.
En el caso andaluz, existen diferencias significativas respecto a los resultados. Así, em-
plearse en el sector público aumenta el bienestar de los asalariados andaluces de ma-
nera determinante. Trabajar en una PYME en Andalucía se vincula con una importante
satisfacción laboral, a diferencia de lo que sucede en el resto de España. Percibir un
salario superior a 1.600 euros no está vinculado en Andalucía con una mayor satisfac-
ción laboral, lo cual resulta llamativo. En nuestra opinión, este resultado puede deber-
se a la existencia de una estructura salarial diferente en Andalucía, de manera que el
límite salarial vinculado a una mayor satisfacción sea superior a 1.600 euros o a que se
produce una valoración diferente del salario entre los asalariados andaluces. Una ex-
plicación más plausible, es que en los puestos de trabajo de aquellos que perciben un
elevado salario existen otras variables no observadas que son causa de insatisfacción.
En definitiva, respecto a este resultado se debería seguir profundizando en el futuro
mediante el desarrollo de análisis más específicos.
23 Para profundizar sobre la satisfacción laboral de las personas trabajadoras del sector público
frente al sector privado puede consultarse el trabajo de Danzer (2013).
122 La segregación laboral de la mujer andaluza
mos indicar que este resultado parece ser ligeramente más fuerte en el caso andaluz,
aunque nuevamente podría deberse a los aspectos laborales de dichas ocupaciones
más que a la existencia de un mayor porcentaje de mujeres empleadas en las mismas.
En cualquier caso, este último análisis muestra claramente que la satisfacción labo-
ral andaluza debe seguir estudiándose en el futuro con mayor profundidad, puesto
que ofrece aspectos idiosincrásicos frente a la generalidad observada para el resto de
España.
123
E
l proyecto de investigación que se ha llevado a cabo ha tenido como motiva-
ción fundamental el abordar en profundidad una de las cuestiones más trans-
cendentes a las que actualmente se enfrenta la ciencia económica: el análisis
de la desigualdad. Más concretamente, este trabajo se ha centrado en estudiar
una de las expresiones de mayor importancia de la desigualdad económica: las dife-
rencias laborales existentes por razón de género.
En primer lugar, las diferencias entre mujeres y hombres continúan siendo persisten-
temente uno de los rasgos característicos de nuestros mercados de trabajo. A modo
de ejemplo, cabe recordar que, a pesar de que el gap salarial por género se redujo, en
términos generales, durante las décadas finales del pasado siglo, actualmente asisti-
mos a un ligero incremento, o cuando menos estabilización, de su magnitud. Más allá
de las diferencias salariales, la desigualdad entre mujeres y hombres se manifiesta, con
mayor o menor intensidad, en prácticamente todos los aspectos relacionados con el
mercado de trabajo: decisiones de participación y los resultados a las que estas con-
ducen en términos de empleo y paro, patrones de movilidad laboral y de ubicación de
mujeres y hombres a lo largo de la distribución de puestos de trabajo, etc.
124 La segregación laboral de la mujer andaluza
La elección de Andalucía como contexto del análisis refuerza, sin lugar a dudas, la
importancia de la investigación. Para sustentar esta afirmación basta considerar la re-
levancia de la Comunidad Autónoma de Andalucía dentro del conjunto del Estado
español, así como sus peculiaridades culturales, sociales y económicas.
En primer lugar, los análisis descriptivos llevados a cabo respecto de las grandes carac-
terísticas generales del mercado de trabajo en Andalucía subrayan claramente la menor
participación y tasa de empleo que presenta la mujer andaluza, en relación con los hombres.
Este hecho también es observado, aunque en menor medida, en el caso del resto de
España. Por tanto, una de las características generales del mercado de trabajo andaluz
es la existencia de diferencias laborales por género.
En segundo lugar, y aun cuando las diferencias desde esta perspectiva no pueden ser,
por razones obvias, excesivamente profundas, los análisis llevados a cabo de algunos
elementos importantes del marco institucional del mercado de trabajo en Andalucía y
en España apuntan hacia la existencia de un contexto menos favorable en Andalucía para
la conciliación familiar y profesional. Aunque también es cierto que no hemos abordado
la óptica del «seguro familiar». Dada la importancia de este tipo de consideraciones
en la explicación de las decisiones y los resultados laborales de la población femenina,
este resultado constituye un elemento inicial explicativo de las desigualdades laborales
entre mujeres y hombres.
En tercer lugar, se observa que la población en Andalucía es más joven, en términos rela-
tivos, que en el conjunto del Estado español. Esta característica demográfica también
atesora, sin lugar a dudas, una transcendencia en la sustentación de parte de los resul-
tados y diferencias que la investigación se ha encargado de identificar en relación con
la situación laboral de mujeres y hombres en Andalucía.
En cuarto lugar, y ahora desde la vertiente de la demanda del mercado de trabajo, otro
rasgo general que la investigación identifica en relación con el mercado de trabajo
andaluz es la existencia de una elevada temporalidad, por una parte, y la mayor presencia
126 La segregación laboral de la mujer andaluza
En séptimo lugar, hay que destacar, sin embargo, la observación de una menor segrega-
ción laboral relativa en Andalucía, cuando comparamos los resultados con la situación
existente en el resto del Estado español. Andalucía consigue limitar la importancia
de esta situación en el mercado de trabajo, o quizás la estructura y características del
empleo y del mercado de trabajo andaluz inducen a que mujeres y hombres presenten
pautas menos desiguales en su asignación a los puestos de trabajo.
En octavo lugar, hay que subrayar la solidez del anterior resultado. Los menores niveles de
segregación laboral entre las mujeres y hombres que ocupan un puesto de trabajo en la
Comunidad Autónoma de Andalucía se producen tanto cuando consideramos una pers-
pectiva vertical, esto es, atendiendo a la distribución por ocupaciones laborales, como
horizontal, es decir, en relación con la estructura del empleo por sectores de actividad.
El noveno resultado que debemos resaltar es que tanto los patrones de segregación ob-
servados en Andalucía como las diferencias respecto a España se mantienen estables en
el tiempo; lo que indica que estamos ante pautas sólidas, que caracterizan estructural-
mente al mercado de trabajo andaluz.
Desde esta perspectiva, y esta sería nuestra décima conclusión, nuestra investigación
concluye que el componente que, con todas las cautelas necesarias, podemos rela-
cionar con la existencia de discriminación, constituye el factor explicativo mayoritario
de la segregación laboral por género en Andalucía. Por tanto, la segregación laboral
encuentra fundamentos más allá de las diferencias entre las características asociadas a
la población ocupada masculina y femenina relevantes en términos de productividad.
Es decir, una vez que tenemos en cuenta estas diferencias, persistirían todavía impor-
tantes niveles de segregación, para cuya explicación deberíamos mirar en dirección a la
existencia de discriminación o, al menos, apuntar hacia un comportamiento diferencial
en el mercado de trabajo de hombres y mujeres de carácter inexplicado. Además, en
línea con lo que ha sido un resultado general del estudio, este aspecto inexplicado
reviste en Andalucía una menor intensidad que en España.
Por último, nuestra investigación se ha interesado por estudiar algunas de las más rele-
vantes implicaciones que se derivan de la existencia de segregación laboral por género:
el gap salarial por género, por una parte, y la existencia de diferencias en los niveles de
satisfacción laboral declarados por mujeres y hombres, de otra.
En relación con las diferencias salariales, el trabajo concluye, como resultado duodé-
cimo, la existencia de un gap salarial entre mujeres y hombres. Las mujeres en Andalucía
ganan, en términos medios, 5.426 euros brutos anuales menos que los hombres. En
comparación con el resto del Estado español, este diferencial salarial sería menor en
términos absolutos, aunque similar cuando lo expresamos en términos relativos. Por
lo tanto, en Andalucía las implicaciones de la segregación laboral en términos de di-
ferencias salariales entre mujeres y hombres resultan similares a lo observado para el
conjunto nacional.
Profundizando en las características del empleo femenino que en mayor medida sus-
tentan el gap salarial por género observado, dos son los factores más relevantes iden-
tificados: la mayor presencia relativa de mujeres en el empleo a tiempo parcial y su menor
presencia en ocupaciones no manuales, especialmente entre las de mayor cualificación.
los hombres, aumentarían ligeramente al pasar desde los niveles salariales más bajos
hasta los más altos. Es decir, la desigualdad salarial a la que se enfrentan las mujeres
andaluzas aumenta al subir su nivel salarial.
En decimosexto lugar, habría que señalar que el anterior resultado resulta más mode-
rado para las mujeres andaluzas, cuando comparamos la magnitud de las situaciones de
«techo de cristal» existentes en Andalucía con las del resto del Estado español.
Por último, en decimoséptimo lugar, se aprecia una mayor satisfacción laboral de la mu-
jer cuando trabaja en ocupaciones de tipología femenina (con alta ponderación de la mujer
en el empleo), tanto en el caso de Andalucía como para el resto de España. Trabajar en
una ocupación femenina hace aumentar la satisfacción laboral, aunque este resultado
resulta ligeramente más intenso en Andalucía. De nuevo estaríamos ante un elemento
que reforzaría la idea de la importancia de los argumentos relacionados con la identi-
dad de género en la explicación de las diferencias laborales por género. Por otro lado,
también se ha comprobado que los hombres que trabajan en ocupaciones de tipología
femenina también declaran una satisfacción laboral media elevada. Por tanto, puede
que sean las características asociadas a los puestos de trabajo clasificados como feme-
ninos (flexibilidad horaria, estabilidad, ausencia de estrés, etc.) aquellas que determi-
nan en general una mayor satisfacción laboral entre todas las personas trabajadoras.
Para finalizar, resulta necesario y conveniente intentar interpretar los resultados ob-
tenidos en términos de recomendaciones de Política Económica. Aunque con niveles
menores a lo observado para el resto de España, de los resultados alcanzados por
nuestra investigación se deduce claramente:
d. Donde las mujeres encuentran puestos de trabajo que les proporcionan mayores
niveles de satisfacción laboral.
Bajo nuestro punto de vista, estos resultados apuntan claramente hacia la convenien-
cia de proceder al diseño y aplicación de acciones de Política Económica cuyo objetivo
130 La segregación laboral de la mujer andaluza
sea combatir las situaciones de segregación laboral. No olvidemos que, más allá del
posible carácter voluntario o involuntario de la segregación, esta situación es respon-
sable de un buen número de ineficiencias económicas, como la pérdida de producti-
vidad potencial asociada al empleo femenino, las menores inversiones en capital hu-
mano por parte de las mujeres y la reducción de la oferta de trabajo femenina en el
mercado laboral.
Desde esta perspectiva, la Política Económica puede desarrollar dos tareas comple-
mentarias y muy importantes (Marcenaro, 2011). En primer lugar, extender y generali-
zar las condiciones laborales «positivas» de las ocupaciones femeninas al resto de ocu-
paciones laborales, y aquí estamos pensando por ejemplo en la flexibilidad en relación
con el tiempo de trabajo, en particular, y en las posibilidades de conciliación laboral-
familiar, en general. En segundo lugar, llevar a cabo acciones orientadas a intervenir
en los procesos de formación de los roles de género en el seno de la familia y la edu-
cación y, más en general, gestionar unos procesos de socialización y de construcción
socioeconómica que en nuestra sociedad se aprecian todavía fuertemente influidos
por el género, en detrimento del protagonismo de la mujer.
131
8. Anexo
Fuente: EPA.
40-49 años 0,135 0,000 *** 0,122 0,000 *** 0,198 0,000 *** 0,166 0,000 ***
50-59 años 0,219 0,000 *** 0,171 0,000 *** 0,277 0,000 *** 0,215 0,000 ***
Más de 59 años 0,315 0,000 *** 0,192 0,000 *** 0,385 0,000 *** 0,264 0,000 ***
Español -0,047 0,000 *** 0,081 0,000 *** -0,075 0,000 *** 0,021 0,000 ***
Estudios secundarios 0,023 0,000 *** 0,030 0,000 *** 0,062 0,000 *** 0,031 0,000 ***
Estudios superiores 0,150 0,000 *** 0,070 0,000 *** 0,182 0,000 *** 0,145 0,000 ***
Temporal -0,094 0,000 *** -0,078 0,000 *** -0,102 0,000 *** -0,084 0,000 ***
Parcial -0,091 0,000 *** -0,029 0,000 *** -0,021 0,000 *** -0,035 0,000 ***
Supervisor 0,134 0,000 *** 0,116 0,000 *** 0,181 0,000 *** 0,131 0,000 ***
Persona trabajadora no manual alta
0,386 0,000 *** 0,479 0,000 *** 0,425 0,000 *** 0,555 0,000 ***
cualificación
Persona trabajadora no manual baja
0,126 0,000 *** 0,177 0,000 *** 0,145 0,000 *** 0,224 0,000 ***
cualificación
Persona trabajadora manual alta
0,033 0,000 *** 0,067 0,000 *** 0,012 0,000 *** 0,064 0,000 ***
cualificación
PYME -0,198 0,000 *** -0,137 0,000 *** -0,199 0,000 *** -0,172 0,000 ***
Sector Público 0,155 0,000 *** 0,256 0,000 *** 0,069 0,000 *** 0,139 0,000 ***
Constante 2,125 0,000 *** 1,873 0,000 *** 2,092 0,000 *** 1,856 0,000 ***
Las categorías de referencia son las categorías omitidas y para las variables dummies el suceso contrario al
recogido en la tabla.
* Significativo bajo una probabilidad del 90 %.
** Significativo bajo una probabilidad del 95 %.
*** Significativo bajo una probabilidad del 99 %.
Fuente: elaboración propia sobre datos de la EES, 2010.
8. Anexo 133
Persona trabajadora no manual alta cualificación 0,555 0,000 *** 0,479 0,000 ***
Persona trabajadora no manual baja cualificación 0,224 0,000 *** 0,177 0,000 ***
Persona trabajadora manual alta cualificación 0,064 0,000 *** 0,067 0,000 ***
R2 0,473 0,466
Las categorías de referencia son las categorías omitidas y para las variables dummies el suceso contrario al
recogido en la tabla.
* Significativo bajo una probabilidad del 90 %.
** Significativo bajo una probabilidad del 95 %.
*** Significativo bajo una probabilidad del 99 %.
Fuente: elaboración propia sobre datos de la EES, 2010.
134 La segregación laboral de la mujer andaluza
Estudios Superiores 0,227 0,000 ** 0,366 0,000 ** 0,241 0,000 ** 0,354 0,000 **
Persona trabajadora no manual 0,243 0,000 ** 0,297 0,000 ** 0,197 0,000 ** 0,217 0,000 **
Residencia en zona muy poblada 0,051 0,006 ** 0,061 0,013 ** 0,064 0,000 ** 0,066 0,000 **
Las categorías de referencia son las categorías omitidas y para las variables dummies el suceso contrario al
recogido en la tabla.
* Significativo bajo una probabilidad del 90 %.
** Significativo bajo una probabilidad del 95 %.
*** Significativo bajo una probabilidad del 99 %.
Fuente: elaboración propia sobre datos de la ECV, Pool 2008-2011.
8. Anexo 135
R2 0,550 0,618
Las categorías de referencia son las categorías omitidas y para las variables dummies el suceso contrario al
recogido en la tabla.
* Significativo bajo una probabilidad del 90 %.
** Significativo bajo una probabilidad del 95 %.
*** Significativo bajo una probabilidad del 99 %.
Fuente: elaboración propia sobre datos de la ECV, Pool 2008-2011.
136 La segregación laboral de la mujer andaluza
24 Se excluye a las fuerzas armadas en las categorías, pero sí se encuentra recogido en el total.
8. Anexo 137
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142 La segregación laboral de la mujer andaluza