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ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Algunos autores han encontrado vestigios de la renta vitalicia en el Digesto y a partir


de éste, en numerosas legislaciones posteriores.

La doctrina considera que la evolución de este contrato ha tenido su origen en la


figura del censo. Esta institución surgió en la Edad Media, como alternativa al
préstamo con interés, entonces duramente condenado y calificado de usurario.

En efecto, el censo consistía básicamente en el gravamen impuesto sobre un bien


inmueble, que quedaba afecto al pago de una pensión o rédito, a cambio de recibir
un capital o dicho inmueble. Sin entrar a detallar las diversas modalidades de
censos que aún conservan legislaciones contemporáneas, es fácil apreciar que esta
figura jurídica guarda una gran semejanza con la renta vitalicia a titulo oneroso: se
recibe un capital (o un bien), a cambio del cual existe el compromiso de pagar una
renta, que a su vez grava el propio inmueble recibido. La ventaja radica en que
brinda al rentista la seguridad de contar con una pensión y, por otra parte,
proporciona un capital a quien carece de él.1

1
SCHREIBER PEZET, Max Arias. Exégesis del Código Civil Peruano de 1984. Tomo I. Gaceta Jurídica. Lima, Perú.
2006. pp.907.
DEFINICIÓN
Carlos Cuadros Villena la define de esta manera: La renta vitalicia es un contrato
por el cual, una de las partes entrega a la otra una cantidad de dinero o bienes
fungibles para que anualmente, o mensualmente, o en otros períodos, pague
durante la vida de una persona, renta o pensión.2

Ennecerus la define de este modo: Llámese obligación de renta vitalicia, a la


obligación con sustantividad propia de hacer a otro, por el tiempo de la vida de un
hombre, prestaciones determinadas periódicamente, de dinero u otras cosas
fungibles.

Blaz Pérez González y José Alguer definen por el texto del artículo 1802 del Código
Civil español de este modo:” El contrato aleatorio de renta vitalicia dice el artículo
1802 de nuestro EC. Obliga al deudor a pagar una pensión o crédito anual durante
la vida a una o más personas determinadas, por un capital en bienes muebles o
inmuebles, cuyo dominio se le transfiere, desde luego con la carga de pensión.

Cabanellas define la renta vitalicia: Contrato aleatorio en que una de las partes
entrega a la otra un capítulo o ciertos bienes con la obligación de pagar al cedente
o a un tercero una pensión o renta durante su vida o la de aquel a cuyo beneficio se
impone la surja o cosa.3

El Código de Vélez Sarsfield en su artículo 2070 da la siguiente definición: “Cuando


alguien por una suma de dinero o por una cosa apreciable en dinero, mueble o
inmueble que otro le da se obliga hacia una o muchas personas a pagarles una
renta anual durante la vida de uno o muchos individuos designados en el contrato”.

2
CUADROS VILLENA, Carlos Ferdinand. Derecho de Contratos. Editora FECAT. Lima, 1997. pp.383.
3
CABANELLAS, Guillermo. Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Editorial Hestiasta, 1981. 16 ava edición.
Buenos Aires, Argentina. pp.1030.
El Código Peruano de 1852 define a la renta vitalicia del siguiente modo: “Renta
vitalicia es la que se constituye para que sea pagada anualmente o al mes, o en
otros períodos durante la vida natural de una o muchas personas y mediante cierto
precio o por efecto de liberalidad”

El Código Peruano de 1936, define la renta vitalicia: “por el contrato de renta vitalicia
se constituye una pensión para que sea pagada anualmente, al mes, o en otros
períodos de tiempo, durante la vida natural de una o muchas personas, a título
oneroso o por efecto de liberalidad” (Art. 1749).

El Código Peruano de 1984, dice: “Por la renta vitalicia se conviene la entrega de


una suma de dinero u otro bien fungible, para que sean pagados en los períodos
estipulados”.4

 Conforme a este numeral, el objeto de la renta vitalicia desde el punto de


vista de la prestación a cargo del constituyente, debe ser necesariamente
la entrega de una suma de dinero u otro bien fungible.
 A semejanza del antiguo Código de 1936, la renta no viene pues limitada
al pago de una suma de dinero, sino que pueda ser pactada en otros
bienes muebles de naturaleza fungible (es decir, aquellos que carecen de
individualidad propia y que se expresan en términos genéricos, por
unidades de cantidad, peso, medida, etc.), siempre que su cuantía sea
determinada.
 Surge también de este precepto el carácter temporal de la renta vitalicia.
En efecto es de su esencia que se trate de un contrato sucesivo y de
ejecución periódica.
 Este artículo asimismo no expresa a favor de quién deba hacerse la
entrega de la renta. Lo usual, ciertamente, es que se haga a favor de la
contraparte. A pesar de ello, la doctrina admite que pueda designarse
como beneficiario a una persona distinta.5

4
Art 1923 del Código Civil Peruano de 1984.
5
SCHREIBER PEZET, Max Arias. Exégesis del Código Civil Peruano de 1984. Tomo III. Gaceta Jurídica. Lima,
Perú. 2001. pp.349.
ELEMENTOS DEL CONTRATO

A).-Sujetos y Capacidad:

La renta vitalicia es un contrato donde intervienen dos partes: el constituyente


(deudor de la renta), y el beneficiario o rentista (acreedor de la pensión). También
puede ocurrir que la renta se constituya sobre la base de la duración de la vida de
un tercero. Este último, no obstante, no es parte en el contrato, y el mismo aún
puede celebrarse sin su conocimiento.

Dado el diferente carácter con que intervienen ambas partes, en especial en la renta
vitalicia a título gratuito, la capacidad que deben reunir ambas tienen exigencias
distintas. Así:

EL CONSTITUYENTE

El deudor de la renta realiza siempre un acto de disposición patrimonial, y de ahí


que como regla general se le exija la capacidad plena que establece el artículo 42
del Código Civil. Los incapaces absolutos no podrán pues celebrar este contrato
como constituyentes; ni en principio los incapaces relativos.

Respecto a estos últimos, debemos tener presente la excepción que establece el


artículo 456 del Código, que admite la posibilidad de que los menores de edad
mayores de 16 años asuman obligaciones, siempre que sus representantes legales
autoricen o ratifiquen tales actos.

Lo que respecta a los representantes legales de incapaces, y la posibilidad de que


celebren este contrato en nombre de sus representados, como constituyentes de la
renta, habrá que distinguir si se trata de un contrato a título gratuito o a título
oneroso. En el primer caso, al no mediar contraprestación de parte del beneficiario,
existe la prohibición expresa del inc. 3 del art. 538, tratándose de los tutores. Esta
norma se aplica también a los curadores en virtud del art. 568.
Respecto a los padres que ejercen la patria potestad, se tendrá en cuenta el
principio establecido en el numeral 447, relativo a la autorización judicial preceptiva
para todo acto de disposición patrimonial. Ello rige tanto para la renta a título gratuito
como para la que se establece con carácter oneroso.

EL BENEFICIARIO

La ley establece distintos requerimientos de capacidad para el beneficiario, según


se trate de una renta vitalicia a título gratuito o a título oneroso.

En el supuesto de renta vitalicia a título gratuito, es evidente que las normas


relativas a la capacidad del beneficiario serán menos exigentes, pues su
intervención se limitara aceptar la pensión constituida a su favor. Sin embargo
debemos tener presente que la renta vitalicia constituye un contrato y por ende es
un negocio jurídico .Entonces, incluso cuando se otorga a título gratuito.

No podrán actuar como beneficiarios ni siquiera a título gratuito, quienes sean


absolutamente incapaces conforme al artículo 43 del Código Civil: los menores de
dieciséis años (con su debida excepción: ser casado, tener un título profesional o
ser emancipado), los privados de discernimiento y los sordomudos, ciegosordos y
ciegomudos que no puedan expresarse indubitablemente.

En el caso de menores de dieciséis años, cabe tener en cuenta que el numeral 455
del Código admite que contraten por sí mismos para aceptar donaciones, legados y
herencias, siempre que sean capaces de discernimiento. Esta norma debe
considerarse aplicable a la renta vitalicia a título gratuito, que en buena cuenta no
es más que una liberalidad estipulada a favor del beneficiario, y puede por ello
equipararse a la donación.
Los padres, tutores y curadores naturalmente podrán también aceptar rentas
vitalicias constituidas a título gratuito a favor de sus representados, dado que en
nada pueden perjudicarles. En el caso de los padres, nótese que el inciso 4 del
artículo 448 les obliga a recabar autorización del juez para renunciar donaciones,
precepto consideramos aplicable al contrato de renta vitalicia, cuando se celebrar
gratuitamente.

Asimismo, las personas capaces pueden celebrar contrato de renta vitalicia


mediante un representante. En principio no existe inconveniente para que
cualquiera de ellos pueda hacerlo. Habrá que tener en cuenta, sin embargo, que
tratándose del constituyente se requerirá que el poder sea otorgado conforme al
artículo 156 del Código Civil, pues aquel realiza un acto de disposición tanto en la
renta a título gratuito como oneroso. El encargo deberá ser específico y por escritura
pública, de lo contrario no tendrá plena validez.

V: RENTA VITALICIA EN CABEZA DE UN TERCERO:

Por lo general La renta vitalicia es un contrato donde intervienen dos partes: el


contribuyente y el rentista sin embargo puede ocurrir que la renta se constituya
sobre la cabeza de la duración de vida de un tercero no significando que este último
sea parte en el contrato, pues no lo es, es más el contrato en mención puede
celebrarse sin su consentimiento y aun contra su voluntad, puesto que en nada le
afecta6.

6
ARIAS SCHREIBER PEZET, Max. Exégesis del Código Civil Peruano de 1984.Tomo I. Gaceta Jurídica. Primera
Edición . Mayo del 2006.Perú, Lima. Pg. 913
En cuanto al tiempo de pago de la pensión, es conforme a la voluntad contractual,
que puede ser diario, mensual, semestral o anualmente. Asimismo es esencial el
señalamiento de una persona cuya vida es contemplada como plazo de
duración de la obligación de pago, por eso el Código le dedica algunas reglas
tales como; Duración de la renta vitalicia; Nulidad de la renta vitalicia; Muerte del
acreedor en la renta constituida en cabeza de un tercero; Muerte del deudor
constituida en cabeza de tercero, ocupando nosotros de estas dos últimas reglas.

 Muerte del Acreedor en la Renta constituida en cabeza de un


TERCERO.- Según el artículo 1928, contempla un caso de un derecho de
crédito trasmitido a los herederos, es decir, que los herederos del acreedor
fallecido tendrían el derecho de cobrar la renta vitalicia que está obligado a
pagar el constituyente de la misma es decir estamos ante el caso de muerte
del acreedor beneficiario de la renta vitalicia, frente a la supervivencia de
aquel(tercero) cuya vida determina la duración de dicha renta 7 . Por tanto,
como bien nos lo hace notar Arias Schreiber, se trata de un supuesto en el
cual, la duración de la renta vitalicia se encuentra determinada por la vida de
un tercero.

Este precepto, como bien lo manifiesta Arias Schreiber, consagra el carácter


hereditario de la renta vitalicia, desde el punto de vista del beneficiario de la misma.
El referido autor nos explica que la naturaleza peculiar del contrato de renta vitalicia
determina que mientras viva la persona en cuya cabeza se constituyó, el pago de la
obligación subsiste y se transmite a los herederos del acreedor, si este falleciera.
En efecto, si este último fallece, sus herederos continuarán percibiendo la pensión,

7
ARIAS SCHREIBER PEZET, Max. 'Exégesis del

ódigo Civil Peruano de 1984". Tomo 111. Gaceta Jurídica.


hasta que se extinga el contrato por muerte de aquel en cuya cabeza se fijó la
duración de la renta.

 Muerte del Deudor constituida en cabeza de TERCERO.- Regulado en el


artículo 1928 del código civil , como bien lo manifiesta Arias Schreiber, en
este numeral encontramos nuevamente consagrado el carácter hereditario
de las obligaciones y derechos que emanan del contrato de renta vitalicia,
pero esta vez desde el punto de vista del constituyente de la misma, vale
decir, del deudor8, puesto que los derechos y obligaciones pasan a los
herederos en tanto subsista al contrato por sobrevivir la persona en cuya
cabeza se estableció la duración, lo cual constituye un aporte significativo .
Arias Schreiber comenta que este numeral constituye una novedad respecto
al derogado Código Civil de 1936, que solo contenía una disposición similar
a la del ARTÍCULO 1928 en lo que se refiere a la muerte de acreedor de la
renta vitalicia, pero presentaba un vacío normativo en lo relativo a las
obligaciones a cargo del deudor de la renta, vale decir, no regulaba lo relativo
a lo que acontecía con la obligación del deudor de la renta en caso de muerte
de este.

8
ARIAS SCHREIBER PEZET. Max. "Exégesis del Código Civil peruano de 1984", Tomo 111. Gaceta Jurídica. Lima.
2000, p. 354.

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