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Facultad de Humanidades
Campus Quetzaltenango
TESIS
Carné 1502308
TESIS
Por:
Licenciado
El título de
Psicólogo Clínico
Autoridades de la Facultad de
Humanidades
Campus de Quetzaltenango
Subdirector de Integración
Asesora
Revisora de Fondo
A Dios:
Por llenar cada rincón físico y temporal con su compañía, guía, luz y perdón;
elementos importantes para mi formación profesional, personal y espiritual.
A mi abuela:
A mis padres:
A mis hermanos:
Pues al compartir mi sueño y adueñarse de el llenaron con sus fuerzas y alegrías este
proceso que se hace grato al saber que se alimenta de corazón a corazón.
A ti, mi musa:
A mis amigos:
A mis docentes:
A Dios:
X. ANEXO ………………..……………………………………………………… 85
Resumen
El desgaste por empatía es una respuesta emocional natural que los profesionales de la
psicología clínica experimental al tratar con personas víctimas de una situación
traumatizante, por la exposición al servicio terapéutico prolongado o por la reexperimentación
de un trauma personal relacionado al motivo de consulta de los pacientes con los que trata.
El cumplimiento de estas acciones determina el éxito del proceso terapéutico por lo que es
importante establecer el nivel de desgaste por empatía que presentan los psicólogos clínicos
de Quetzaltenango, el nivel de involucramiento profesional y prevenir las consecuencias
nocivas a las que se encuentras expuestos como respuesta al trabajo que desempeñan.
Con los resultados obtenidos se acepta la hipótesis nula la cual indica que los psicólogos
clínicos de Quetzaltenango no padecen desgaste por empatía ni se encuentran en riesgo de
contraerlo, ello indica que el funcionamiento empático es adecuado al igual que el
involucramiento profesional y su vulnerabilidad.
Por ello se recomienda fortalecer los recursos personales, sociales, emocionales y laborales
de los psicólogos clínicos de Quetzaltenango junto con las habilidades empáticas que
manifiestan y de esa forma mantener la calidad del ejercicio profesional de los mismos.
I. INTRODUCCIÓN
El desgaste por empatía puede manifestarse en cualquier profesional de la salud, pero en los
psicólogos clínicos, es mucho más propenso por el trabajo terapéutico que se realiza con
personas víctimas de una situación traumatizante o simplemente por la exposición de largo
tiempo de servicio.
Los eventos a los que se está expuesto pueden ser asaltos a mano armada, robos,
violaciones, secuestros; también pueden ser traumáticos los accidentes automovilísticos,
deportivos o situaciones de trabajo donde la muerte o una pérdida significativa se hace
evidente, como en el caso de perder el trabajo, una posesión material importante o el
divorcio, fobias, trastornos alimenticios y otros trastornos que pueden generar un desgaste
emocional en el clínico que atiende los mismos de forma periódica y constante.
Estos trastornos son comunes en personas que buscan ayuda psicológica y en algunos
casos la historia del paciente es similar a la del profesional, en eventos propios o cercanos a
su contexto social, ello puede causar una sobre identificación que expone desgaste por
empatía al psicólogo clínico, por ello es de suma importancia el poder realizar una
investigación con relación al tema.
1
La empatía es la principal herramienta de trabajo del psicólogo clínico pues gracias a ella se
comprenden las experiencias emocionales del paciente y cuando el psicólogo revive una
situación traumática junto con el paciente también logra experimentar por medio del proceso
empático el momento que crea un daño emocional, en este proceso el profesional de ayuda
resulta dañado por el trabajo si no maneja el proceso de contratransferencia. A este daño se
le denomina desgaste por empatía y afecta al terapeuta en el desempeño laboral, relaciones
sociales y desarrollo profesional.
Por lo que el objetivo de la investigación es establecer el nivel de desgaste por empatía que
se presenta en los psicólogos clínicos de Quetzaltenango, al determinar el nivel de
involucramiento profesional de los psicólogos en el área laboral, esto para poder identificar y
prevenir los problemas que por naturaleza laboral presentan los profesionales en psicología
clínica en Quetzaltenango y así contribuir a crear un mejor desarrollo profesional por parte de
los mismos.
Cazabat (2002), de la revista electrónica Intersiquis en el artículo Desgaste por Empatía del 6
de febrero explica que quienes trabajan con el sufrimiento humano como los psicólogos
clínicos, médicos, enfermeros y rescatistas son más vulnerables al desgaste por empatía
pues la empatía es una herramienta importante en el trabajo con personas sufrientes o
traumatizadas.
Además los trabajadores de trauma que han sufrido de algún evento similar al que tratan
son propensos a sufrir desgaste por empatía, pues los traumas no resueltos pueden ser
detonados por la situación vivida por el consultante. Y se exponen aún más quienes
trabajan con niños, pues el trauma y el sufrimiento infantil afecta de manera intensa a
quienes los tratan.
El desgaste por empatía se caracteriza por tres grupos de síntomas estos, son la
reexperimentación, la evitación y el embotamiento psíquico que se refleja en las actitudes
de quién padece el desgate, estas actitudes pueden observarse en la dificultad de separar el
trabajo con la vida personal, baja tolerancia a la frustración, rechazo al trabajo, transferencia
y contratransferencia, depresión, formas ineficaces de manejo de la ansiedad o conductas
2
auto destructivas, disminución de la capacidad de disfrutar el trabajo, desesperanza entre
otros.
Hay que tomar en cuenta que el desgaste por empatía se deriva de un evento traumatizante
o una serie de ellos y puede aparecer súbitamente y sin aviso alguno, también es un
trastorno relativamente nuevo por lo que algunos de los trabajadores del trauma pueden no
estar enterados del mismo, estar en riesgo y no saber identificar los síntomas que este
conlleva y de no ser abordados el trastorno puede afectar la vida profesional como la vida
personal del trabajador del trauma.
Es por ello que pequeñas acciones pueden ayudar a aliviar y prevenir el trastorno en los
trabajadores como dar y recibir supervisión puede ayudar a reducir la carga emocional, usar
el humor para lidiar y reducir el estrés y también poder brindar psicoeducación sobre el tema,
ya que muchos desconocen del trastorno y por lo tanto les resulta imposible solicitar ayuda.
Cazabat (2009), de la página web Convivir en el artículo Desgaste por empatía: Las
consecuencias de ayudar del 23 de febrero comenta el regreso del trauma psicológico se
genera con el reaparecimiento del Trastorno de Estrés Post-Traumático en el DSM-III y
aunque el trauma ha sido permanente en la historia de la humanidad y su evolución con el
paso del tiempo.
Con el aparecer del DSM-IV se genera un cambio de paradigma pues el mismo expresa que
si el individuo ha experimentado, presenciado o se ha enterado de un hecho o
acontecimiento caracterizado por muertes o amenazas de su integridad física o la de los
demás y las respuestas personales son temor, desesperanza o un horror intenso; además
como resultado de ello experimenta los siguientes síntomas: reexperimentación del hecho
traumático, evitación o embotamiento psíquico e hiperactivación.
Entonces es suficiente tanto el haber vivido un hecho traumático caracterizado por muertes o
amenazas de la integridad física propia o de los demás como el enterarse del mismo para
que se presente un Trastorno de Estrés Post-Traumático. Un terapeuta está continuamente
expuesto a presenciar o enterarnos de eventos traumáticos en las narraciones de los
pacientes y por ello propensos a desarrollar este trastorno.
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Traumatización Vicaria, Estrés Traumático Secundario o Desgaste por Empatía son los
términos que se han utilizado para denominar el Estrés Post-Traumático en psicoterapeutas
o cualquier profesional involucrado en el manejo de situaciones altamente estresantes y/o
traumatizantes y sobre todo que utilicen la empatía como una herramienta de acercamiento
o trabajo.
Cazabat (2009), cita a Charles Figley (1995), quien desarrolló el término Compassion Fatigue
traducido como desgaste por empatía, significando compassion un sentimiento profundo de
compasión y empatía por el que sufre, acompañado por un fuerte deseo de resolver el dolor
ajeno o resolver sus causas y es la capacidad de compasión y empatía el centro del que
hacer psicoterapéutico y al mismo tiempo, la capacidad para ser lastimados por el trabajo,
se caracteriza por tres síntomas que son la reexperimentación, evitación y/o embotamiento
psíquico e hiperactivación; y en este sentido, en el psicólogo clínico puede darse en al
enterarse de un evento traumatizante o una serie de ellos.
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En dicha investigación se recomienda que el terapeuta pueda desarrollar la habilidad de
separar las responsabilidades del campo laboral de la salud mental con las de la vida diaria,
pues esto puede ayudar a desarrollar una empatía saludable. Además de esto que pueda
mantener actividades que vayan encaminadas a prevenir el síndrome de desgate por
empatía como reforzar recursos personales, sociales y emocionales que permitan un
equilibrio en el quehacer del psicólogo clínico.
Mucho del trabajo que se realiza con personas enfermas implica una cierta carga emocional,
el contacto con el dolor, angustia, deterioro, temores, pérdida afectiva, confusión y la muerte;
entonces el exceso de carga emocional mal trasmitida conlleva a una sobre saturación de
emociones, cuando esta sobresaturación se presenta en un profesional se rompe el
delicado balance entre la mente, las emociones, la psicofisiología y las relaciones
interpersonales dando como resultado un Síndrome de Desgaste Profesional por Empatía.
Por ello el psicólogo clínico percibe que sus recursos afectivos han sido superados por el
estrés producido por el contacto de las personas que reciben su servicio que a su vez causa
afecciones en su auto-concepto y su auto-estima. Es así como el trabajo intenso con
pacientes y la postergación de la satisfacción de las necesidades personales causa un
5
agotamiento patológico que desencadena en un síndrome de desgaste profesional por
empatía.
Es de gran importancia poder reconocer el trauma vicario específico de cada profesión pues
en ellas se establecen diversos lazos dentro de la consulta y atención profesional en un
contexto específico de atención social, económico, político y cultural percibe diversas
dimensiones profesionales así como diversos nombres caracterizado por el tipo de atención,
como trauma vicario específico podríamos encontrar BurnOut, Trastorno de Estrés Post-
Traumático y Desgaste por Empatía.
Con el paso del tiempo y sometido bajo condiciones de un trauma vicario se presentan
algunos síntomas específicos a cada área laboral, en los psicólogos con fatiga profesional
los síntomas son la pérdida de entusiasmo laboral y cansancio al desarrollar el rol profesional
lo que genera el colapso de las defensas y la aceptación de la frustración y malestar como
parte de lo cotidiano, esto genera se manifieste un estado malhumorado en casi todo el
tiempo laboral coartando así la capacidad para ser empáticos y cuidado personal.
El impacto del trauma aparece en todas las áreas de su existencia: la corporal, la cognitiva,
la emocional y social creando un deterioro significativo que también se ve en el desarrollo del
quehacer profesional.
Ferrezuelo (1985), en la página web Papeles del Psicólogo, en el artículo no. 20 del mes de
mayo, Definición del psicólogo clínico y funciones que desempeña explica que los psicólogos
clínicos son profesionales de la salud que ayuda a establecer una categoría diagnóstica que
permite clasificar al paciente dentro de un problema psicológico específico, esto indica que el
rol fundamental es ser diagnosticador.
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Además platea que es un investigador científico básico, pues está especializado en aplicar el
conocimiento empírico y las teorías del comportamiento humano que a su vez permite la
comprensión y el cambio de patrones anormales de comportamiento y que es un rol
únicamente desarrollado por el psicólogo clínico.
Una tercera definición proporcionada por Ferrezuelo indica que es el profesional que estudia
el psiquismo, conductas, maneras de relación social, además de procedimientos de
prevención, diagnóstico, rehabilitación y tratamiento de las alteraciones de cada individuo en
diferentes espacio temporales el desarrollo como la niñez, adultez y vejez en el desarrollo de
la adaptación al medio socio-familiar y laboral.
En la Psicología se utilizan una serie de contactos directos con el individuo, estos van
girados al cambio de conductas y actitudes, para lo que se utiliza la consejería y la
psicoterapia; pero también se utilizan una serie de funciones que permiten se genere el
quehacer del psicólogo, entre estas funciones se pueden encontrar el diagnóstico clínico, la
orientación y el consejo, tratamiento del problema psicosomático, tratamiento de problemas
sexuales, reducción de problemas de aprendizaje, psicología comunitaria, investigación entre
otros.
López (2012), en el artículo Un reto para la Psicología: cambiar la manera en la que nos
percibimos, que aparece en la revista vida universitaria, del mes de abril, con publicación
mensual en la pagina 6 – 7 afirma que es un reto muy grande para el profesional de la
psicología cambiar la auto percepción de las personas, pues el objetivo principal de todo
terapeuta es modificar la conducta para mejorar la salud mental de la población. Esto se
hace a través de un cambio de pensamiento, cada cultura y sociedad crea en el ser humano
frases pesimistas para responder a como se encuentra, la meta del psicólogo clínico es
hacer un cambio de cognición pues esas frases actúan en la persona de una manera
diferente en el inconsciente.
Muchas veces no se es consciente del trabajo y la importancia del psicólogo, varios medios
de comunicación informan sobre la necesidad de profesionales que puedan trabajar con
personas con desesperanza y traumas. Los psicólogos egresado de la Universidad Rafael
Landívar deben proponerse ser los mejores psicólogos para Guatemala, trabajar con ética y
desarrollar competencias que vayan encaminada a una formación integral en el ser humano.
La desesperanza, estrés y pesimismo con la cual vive la sociedad parece un reto casi
imposible, pero como profesionales de la salud mental se debe trabajar como un reto
imperante.
Roe (2003), en la página web Papeles del Psicólogo en el artículo no. 86 del mes de
diciembre, ¿Qué hace competente a un psicólogo? expone el creciente interés por definir las
cualidades que hacen exitosa la labor de un psicólogo y cuál es la manera de desarrollar
ciertas cualidades pues dichos aspectos son de suma importancia para evaluar y mejorar el
desempeño de los profesionales de la salud mental. Sin embargo el dilema es si estas
cualidades y competencias deben de partir en enseñarlas a los estudiantes o deben de ser
demostradas por los profesionales para que puedan desarrollar una práctica independiente.
Por lo que define al psicólogo como un profesional educado académicamente que brinda
ayuda a los clientes para entender y resolver problemas relacionándolos con las teorías y
métodos de la psicología. Es por ello que la formación académica es la ruta a la vida
profesional y determina el área específica en que se desarrollara el quehacer según la
especialidad en que se desarrolle.
Como el propósito es lograr describir las cualidades estándares que debe de poseer un
psicólogo se deben de tomar en cuenta la especialidad del mismo, por lo que se encontraran
como comunes denominadores la correcta ejecución de las tareas, responsabilidades y roles
y los conocimientos habilidades y actitudes requeridas; en el psicólogo clínico estas
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cualidades y habilidades giran alrededor del diagnóstico y tratamiento de las patologías
psicológicas así como en la prevención de las mismas y el mejoramiento de la calidad de
vida de los pacientes.
Malena (2007), en la página web Psicología en la guía 2000 en el artículo El psicólogo clínico
de 12 de septiembre expresa que el papel de psicólogo clínico es ayudar a las personas a
adaptarse a las diferentes etapas de la vida que exigen un cambio, pues durante el
desarrollo de la vida existen diversos cambios tanto físicos, sociales y psicológicos a los que
se deben de enfrentar para lograr una adaptación exitosa.
Explica que los problemas conductuales siempre se relacionan con los cambios y los
conflictos que producen las situaciones nuevas, esto puede generar que las personas vivan
durante mucho tiempo estancadas y sufriendo por no poder adaptase a un cambio
inesperado.
Para poder ayudar al paciente de manera exitosa el psicólogo debe de poseer una identidad
profesional al definirse bajo una postura filosófica personal lo suficientemente flexible para
adaptarse y renovarse junto con la dinámica de la vida y así poder ser parte de una teoría
psicológica que guíe el quehacer profesional. Ello sin ignorar el conocimiento que otorgan
otras teorías pues esto permitirá que el psicólogo pueda asistir al paciente de forma
coherente hacia un modo operativo exitoso al tomar en cuenta la individualidad.
También expresa que la experiencia es el único medio que permite al psicólogo entender
que la única teoría es que no existen teorías pues lo importante es captar la esencia de cada
una y para una aplicación adecuada a las necesidades de cada persona.
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Méndez (2007), en la revista electrónica Interpsiquis del 27 de febrero en el artículo Relación
del rol de psicólogo con la ética indica que el enfoque ético de un psicólogo conlleva factores
como el ejercer una buena praxis al tomar en cuenta al integridad del paciente, sus valores
socioculturales y puede el psicólogo atraer al paciente a un mundo diferente aun respetando
sus esquemas mentales y criterios, como influir en él sin que deje de ser.
Si bien los valores morales están implícitos en toda persona y por ende también en un
terapeuta, este debe de ser capaz de jerarquizar el bienestar de quien consulta sobre los
mismos y desarrollar un buen quehacer profesional en busca del mejor beneficio para quien
consulta.
Además el terapeuta debe de buscar el beneficio para quien consulta esto sin creer que lo
que el terapeuta es lo mejor para el consultante, pues su trabajo es habilitar espacios de
reflexión que propicie las condiciones necesarias para la generación de opciones y la
elección de la más conveniente para el consultante y apoyarlo en el camino a seguir que
implique cada opción.
El terapeuta también debe de discernir los momentos en que los rasgos morales que posee
afecten la praxis que realice y condicionen el trabajo técnico, pues en ese momento estaría
fallando éticamente. Es decir, para que un psicólogo actuara éticamente no debe de actuar
moralmente.
Para lo que el buen desarrollo del quehacer del psicólogo es el resultado de una buena
formación e instrucción, con capacidad crítica a todo nivel y con respeto a todo lo vinculado
con la práctica terapéutica como la confidencialidad; además se debe tomar en cuenta el
marco de libertad en la que el psicólogo debe de acatar partiendo del respeto de los
derechos propios, los derechos de su consultante y de la misma sociedad.
Casado, et. al. (2010), en la Revista Norte de Salud Mental del 20 de agosto en el artículo
La psicología clínica en Osakidetza indican que las funciones del psicólogo clínico radican en
la capacidad de atender al paciente durante la primera consulta en la que debe evaluar y
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diagnosticar los problemas que consulta el paciente y tomar las decisiones pertinentes
partiendo de la gravedad del problema.
Por medio de la evaluación psicodiagnóstica el clínico podrá reconocer los criterios que le
permitan generar un diagnóstico, establecer diagnósticos diferenciales y plantear una
conclusión en los términos de las clasificaciones internacionales como los manuales de
DSM y CIE.
El psicólogo clínico también puede realizar interconsultas que se refiere a la consultoría que
éste realiza a asistentes de atención primaria o asistencia hospitalaria, es gestor de personal
en RRHH, además son investigadores dentro del campo correspondiente a su profesión con
el fin de generar nuevos conocimientos que contribuyan al desarrollo científico y también la
docencia como un asesor o trasmisor de conocimientos adquiridos durante su formación y
experiencia.
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Desgaste por empatía
1.1.1 Definición
García y Freire (2010), definen el desgastar por empatía como el efecto que produce en un
trabajador de la salud revivir los síntomas y sufrimiento que las víctimas con las que trabaja,
explican que son los efectos de ser testigo de un evento traumático pues cuando la víctima al
narrar los eventos traumatizantes compromete la subjetividad de quien escucha. El
desgaste por empatía o traumatización vicaria se puede presentar en una sola sesión a
diferencia del burnout que es un proceso, el desgaste por empatía, por otro lado, es puntual
y hasta inmediato.
Uno de los efectos de trabajar con personas que han sufrido eventos traumatizantes, como
la violencia, es entrar en contacto con las propias experiencias traumatizantes, de manera
consciente o inconsciente, presentes o pasadas; esto puede causar hipersensibilidad frente
a situaciones que se reviven, dichos acontecimientos causan sobrerreacciones o
reacciones airadas.
Por ello los profesionales que atienden a personas dañadas por un trauma supone asumir
que se estará salpicado por trasferencias traumáticas, que a la vez se generará una
contratransferencia traumática y hace que el paciente se vincule con toda su persona
transfiriendo también mecanismos defensivos, sus miedos, fantasías, maneras de interacción
y demás elementos de la personalidad durante el proceso terapéutico.
Entonces la carga emocional es sumamente intensa y algunas veces extrema donde entra
en juego la persona que consulta y busca ayuda profesional, el vínculo que se crea entre
terapeuta y paciente, las trasferencias de hechos del presente y pasado, de las partes
consientes e inconscientes, de las accesibles y las inaccesibles y también los efectos en el
profesional o terapeuta.
Lorente (2008), aclara que la fatiga por compasión es una consecuencia al trabajo con
personas que han estado bajo experiencias extremadamente estresantes. Esta resulta al
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estar en contacto con las historias o relatos de las víctimas de estos hechos, combinada
con la empatía que se experimenta ante dicho paciente.
Ardruet, et al (2008), explican que la fatiga por compasión, trastorno de stress postraumático
secundario o el desgaste por empatía es una consecuencia natural que resulta de
comportarse de manera empática con un adulto o niño que ha sufrido un trauma, es por ello
que las personas que trabajan o ayudan con personas traumatizadas suponen de manera
directa o indirecta el riesgo de sufrir los mismos síntomas que la persona afectada
directamente.
Arduet et al (2008), cita a Maslach y Jackson quienes afirman que la traumatización vicaria,
la fatiga por compasión, el desgaste por empatía o el trauma secundario se relacionan con el
“burnout” que hace referencia al tipo de estrés laboral de los profesionales que tienen
contacto directo y constante con otras personas y su principal función es la ayuda a los
otros. Estos términos hacen referencia al tipo de agotamiento psíquico generado por una
exposición significativa a demandas emocionales de otros, que conduce sentimientos de
fracaso profesional o incapacidad para el desarrollo profesional.
Walsh (2010), explica que la fatiga por compasión o estrés postraumático secundario es muy
similar al estrés postraumático pero a diferencia de este los efectos emocionales se
presentan en otro, generalmente un profesional de asistencia.
La fatiga por compasión es un síndrome que comparten algunos síntomas relacionados con
el desgaste profesional o burn out como la depresión, ansiedad, hipocondría, combatividad,
sensación de ir muy deprisa e incapacidad para concentrarse, en este caso, la persona a la
que asiste o ayuda.
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Day (2006), expone que la fatiga por compasión resulta del contacto de situaciones
traumáticas de otras personas y del desarrollo de la empatía con ellas por medio de la
asistencia, surge de relacionarse empáticamente con otras personas por medio de escuchar
relatos de miedo, abuso, preocupaciones o sufrimiento de las personas.
La fatiga por compasión es una manera de estrés desarrollado cuando los cuidadores se
implican de manera excesiva en la atención a los demás, creando un agotamiento emocional
y espiritual y los síntomas son físicos, emocionales, conductuales, laborales, interpersonales
e intrapersonales.
Trabajar con personas muy heridas, que experimentaron eventos que cambiaros sus vidas
como la guerra, secuestros, incestos u otros crímenes o accidentes acarrea una labor
penosa al cuerpo y mente, además en la manera en que se ve al mundo, a las demás
personas y la propia identidad, el terapeuta resulta seriamente afectado por el proceso en el
que está implícito.
Por ello se plantea que los profesionales que están en contacto con personas seriamente
traumatizadas están en un riesgo potencialmente grande dado que el contenido tratado
dentro de la entrevista posee un impacto en los psicólogos de manera física, social y
espiritual.
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conlleva un choque al yo, que irrumpe en el marco de referencia individual, en el sentido de
identidad, en la visión del mundo, en la espiritualidad y en diferentes aspectos de la vida que
incluyen las necesidades psicológicas fundamentales, las creencias y relaciones
interpersonales.
Esto produce que el terapeuta desarrolle un proceso paralelo al de la víctima con la que
trata creando alteraciones a los esquemas personales y de esta manera experimentar lo que
el paciente, al permitir que el terapeuta sea trasformado de manera negativa por medio de
una relación empática con el paciente en crisis o trauma, desde esta perspectiva el desgaste
por empatía o trauma vicario se refiere específicamente a los aspectos negativos del trabajo,
donde el terapeuta pasa a ser un testigo del trauma por medio del relato del paciente que
está lleno de temores, experiencias negativas, tristeza y demás emociones acompañadas
por un trauma.
Durante el proceso de traumatización por el que pasan los profesionales suceden cambios
en identidad, cambios en la manera de percibir el mundo, y en sus relaciones sociales; es un
proceso dinámico que va modificando la interioridad de los profesionales que también
implica un proceso inevitable que nadie puede sortear pues está estrechamente relacionado
con el contenido que se recibe de la escucha de víctimas colocando únicamente a los
terapeutas en procesos exclusivos de la profesión, pues al atender a una persona
violentada, ante la cual se reviven los eventos traumatizantes convirtiendo al terapeuta en
un testigo de lo que narra el paciente.
En el proceso que ser lleva conjunto con el paciente el terapeuta puede sufrir una
traumatización vicaria que se define también como el proceso en el que el terapeuta es
trasformado de manera negativa por medio de ligarse empáticamente con el material
traumático que expresa el paciente es por ello que la traumatización vicaria se liga
únicamente al proceso negativo que se da entre paciente y terapeuta pues el terapeuta pasa
a ser un testigo del trauma del paciente por medio del relato del paciente y el contenido
traumático que lo acompaña.
El proceso por el que pasan los profesionales que atienden a víctimas de violencia
desarrollan una alteración de identidad, en la manera en que percibe el mundo y en sus
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relaciones con los demás, pues se cambian conceptos de cómo se relacionan las personas,
la bondad que manifiestan o en este caso la crueldad del mundo, de cómo los victimarios
pueden controlar el mundo de los demás y el propio lo que genera se interioricen en el
mundo de la víctima, al sentir como ellas y por consecuencia de un proceso inevitable
desarrollando trauma vicario.
Cuando el terapeuta escucha de manera masiva a los pacientes se preguntan por qué han
sufrido de esta manera se crea una fuerte conmoción interna llevando a la disociación del
terapeuta, que crea un distanciamiento significativo que puede parecer cinismo y abordar el
caso del paciente con una frialdad extrema y esto imposibilita el acercamiento del terapeuta
al paciente y el desarrollo de la sensibilidad que se necesita para ayudar al paciente,
creando una labor ineficaz e improductiva clínicamente.
Otra área afectada y de mucha importancia es la afectiva, que tiene una resonancia
importante, pues en el terapeuta se presentan reacciones emocionales como el odio, horror,
culpa, temor, desesperación, angustia y las ganas de proteger a los seres cercanos.
Tampoco queda excluido el cuerpo durante el proceso, pues muchas veces el terapeuta
puede llegar a experimentar dolores físicos que antes no manifestaba y desarrollar
verdaderas enfermedades, estas alteraciones van repercutiendo en la vida y las relaciones
de los terapeutas.
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Pero hay que tomar en cuenta que no todos los terapeutas reaccionaran del mismo modo,
pues se ven condicionados de acuerdo a la historia de cada uno, de los recursos
terapéuticos que disponga para ayudar al paciente, de la época histórica y social que le toca
vivir, en resumen, de muchas variables personales, profesionales y del entorno social y
político.
García y Freire (2010), citan a Figley (2006), quien considera que existen tres grupos de
síntomas que se presentan en el desgaste por empatía, que son revivenciar que consiste en
evocar los eventos traumáticos que ha escuchado por parte del paciente, conductas
evitativas que se presentan cuando apartan o huyen del trato con los demás y estados de
hipereactivación que corresponde a la dificultad de conciliar el sueño, irritabilidad e ira,
dificultad de concentración e hipervigilancia; estos se presentan de manera paralela con los
síntomas de estrés postraumático.
Señales:
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Ayuso y Ruiz (2010), detallan los signos y síntomas en dos grandes grupos, generales y
específicos:
- Cambios generales:
- Cambios específicos:
Moreno, Peñacoba, González y Ardoy (2003), citan a Maslach y Jackson (1981 y 1986),
quienes definen al burnout como un síndrome de agotamiento emocional,
despersonalización y reducida realización profesional que puede ocurrir en todos los
individuos que trabajan o atienden a personas de algún modo. La definición operativa del
burnout resulta ser el instrumento más empleado para la evolución del síndrome de desgaste
por empatía y se divide en tres dimensiones sintomáticas para su evaluación:
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- Despersonalización: Se refiere al desarrollo de actitudes negativas y cínicas hacia el receptor
del servicio o ayuda, tratamiento de forma insensible a los clientes pudiendo referirse a ellos
hasta de forma despectiva.
Ayuso y Ruiz (2010), explican que existen causas significativas para el desarrollo del
síndrome entre las que podemos encontrar:
- Tratar con mucha gente: Es un elemento clave pues el grado y la cantidad de pacientes a los
que se asista es tan importante como la gratificación o la demanda emocional en la que se
esté implícito.
- Ambigüedad: La incertidumbre que crea el rol de cada uno puede tener efectos negativos
sobre los aspectos emocionales del profesional de la salud.
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casos la historia no resuelta del terapeuta puede encajar en la de la víctima al ser similares
en contenido.
Junto con estas condiciones una de las causas que crean un desgaste por empatía se
encuentra la sobreidentificación con la víctima del trauma, donde el terapeuta puede llegar a
compenetrarse tanto hasta llegar a hacer el duelo por la pérdida del paciente o se vea
invadido por sentimiento de ira, impotencia y vergüenza o intentar responsabilizarse por la
vida del paciente convirtiéndose en un salvador para él.
Otro rasgo de la sobre identificación con el paciente es darle un trato especial comparado
con el que se le da a otros pacientes, esto lleva a que ambos generen reglas y excepciones
especiales dentro del proceso terapéutico, a pesar de ello no se deben de tomar dichas
consideraciones en ningún proceso terapéutico únicamente por que el paciente sea
sobreviviente de un evento traumático.
La diferencia radica en cómo se vive el trauma, pues en el desgate por empatía el evento
traumático experimentado por el paciente es el evento traumático experimentado por el
terapeuta, es por ello que las personas en riesgo de desarrollar un trauma secundario son
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las que tiene la responsabilidad del cuidado de las personas que han tenido algún tipo de
crisis.
Históricamente los profesionales que brindaban atención en crisis eran los más propensos a
adquirir un trauma secundario como los policías, bomberos, médicos que trabajan en
emergencias; sin embargo la lista se ha ampliado para incluir a personas que trabajan con
niños, familias en crisis y pacientes que han sufrido un trauma y quienes están en contacto
con este grupo de personas son los pediatras, psicólogos, abogados, personas que trabajan
en servicio de protección a niños, guardias de seguridad, docentes y la lista aumenta todos
los días.
Walsh (2010), explica que las experiencias estresantes agudas y específicas contribuyen con
la depresión de manera más importante pues los factores ocupacionales pueden ser
precipitantes de estresores psicológicos, algunos detonantes del bienestar mental negativo
es la baja calidad del trabajo realizado, como una insatisfacción en lo que realiza, un trabajo
rutinario y la interferencia con las actividades familiares así como las interrupciones con el
desarrollo del trabajo.
El exceso de trabajo y la falta de control del mismo también son estresantes significativos
pues también crean insatisfacción laboral. El riesgo de que los profesionales de la salud
presenten alteraciones psicológicas aumenta pues el trabajo incurre además una carga
emocional.
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Se encontró que una menor sensación de superioridad y pérdida de estatus laboral son más
característicos en profesionales depresivos que en individuos con desgaste profesional, pues
los depresivos se han dado por vencidos en cambio los profesionales con desgaste se
sienten aun como potenciales ganadores en el quehacer laboral.
1.1.6 Empatía
Galimberti (2002), define la empatía como la capacidad que posee una persona para
reconocer pensamientos y estados de ánimo hasta comprenderlos, la empatía necesita un
acomodamiento receptivo que procure entrar en la función del otro y valorar el significado de
la evocación o experiencia de la otra persona.
Explica que es un proceso de imitación y proyección que permite sentirnos como el otro,
además de una correcta interpretación verbal y no verbal de las manifestaciones
emocionales, pero conservando la identidad propia y la consciencia de manera separada.
Rosetree (2009), explica que la empatía se refiere a la experiencia de realizar al otro, que
equivale al conocimiento transpersonal, ha ir más allá de los límites usuales con el fin de
conocer un modo de ser diferente, que permite la percepción se lleve más allá de sí mismo,
comprendiendo la realidad de otra persona desde su vivencia.
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1.1.7 Empatía y antipatía
Stassen (2007), cita a Halberstadt y Eaton (2002), quienes aseguran que la empatía se
desarrolla en los primeros años de vida por medio del ejemplo e influencia de los padres. De
la misma manera la experimentación de emociones negativas como el enojo, disgustos o la
ansiedad crean antipatía, ambas emociones conducen a generar una acción en especial si
las emociones no son bien reguladas.
La empatía crea una conducta prosocial que crea condiciones beneficiosas y amables pues
permite compartir dentro de un grupo social, expresar emociones, integrar a los demás en
actividades o trasmitir deseos, emociones o conocimientos. La antipatía produce una
conducta antisocial, pues lleva a dañar intencionalmente a alguien o destruir la propiedad
privada; las acciones antisociales constituyen la exclusión social, insultos verbales y
agresiones físicas.
Cibanal y Arce (2009), citan a Rogers quien define empatía como la capacidad de
sumergirse en el mundo subjetivo del otro y participar en sus experiencias en la medida que
permite la comunicación verbal como no verbal del paciente, esta capacidad radica en
ponerse en el lugar del otro y ver el mundo como él lo ve y que el desarrollo y empleo de
esta capacidad es de suma importancia para el ejercicio terapéutico.
Hogg y Vaughan (2010), precisan que la conducta prosocial se refiere a los actos que
benefician a otra persona como las acciones de ayuda o altruistas y aunque son términos
23
que se utilizan de manera intercambiable poseen algunas diferencias. El comportamiento de
ayuda es el que se realiza deliberadamente y beneficia a otra persona y el altruismo es una
forma especial de ayuda, muchas veces costos, que busca interés por el prójimo y se realiza
sin expectativa del beneficio personal.
Navarro (2007), indica que los traumas son relacionados con eventos desagradables como
un golpe físico emocional tan súbito y severo que la persona es incapaz de asimilarlo sin
comprenderlo por completo. Estos son parecidos a las situaciones estresantes, sin embargo
la diferencia radica en la rapidez en que suceden los eventos y quien lo vive no puede
asimilarlo y lo revive constantemente.
Las situaciones traumáticas son más frecuentes en los niños pues para ellos los eventos son
más doloroso al ser más sensibles y por su incapacidad para pensar lógicamente lo que
permite asimilen con facilidad las situaciones dolorosas pues sienten mucho, registran todo y
no comprenden en totalidad las situaciones.
Por ello algunos adultos pueden arrastrar sentimientos crónicos de inseguridad al haber
presenciado durante la niñez algún tipo de maltrato hacia la madre de parte del padre o
hacia alguna personas cercana y significativa, estos eventos resultan traumáticos al ser
24
incomprensibles en ellos, pues los padres deben de ser protectores de sus hijos; el abuso
contra los menores que generen situaciones traumáticas pueden ser el maltrato físico,
emocional y sexual.
Entre las situaciones traumáticas más severas se encuentran los asaltas a mano armada,
robos, violaciones, secuestros y el terrorismo, estos eventos rompen todos los esquemas y
expectativas lógicas de la vida en familia o sociedad. Otros eventos traumáticos son los
accidentes automovilísticos, deportivos o situaciones de trabajo, también la muerte de
personas queridas, la pérdida del trabajo o las posesiones importantes, como una casa o el
divorcio.
Existen también situaciones menos traumáticas, minitraumas, las que ocurren con mayor
frecuencia pues son esos momentos de rechazo, fracaso, vergüenza o culpa. Algunos
sentimientos de culpa son ocasiones por no perdonarse por realizar acciones contra los
demás y también se presentan en personas como baja autoestima.
25
Cuando no se manejan bien los traumas producen diversos malestares en el organismo,
entre los más comunes esta la inseguridad y la ansiedad persistente, depresión y algunas
enfermedades psicosomáticas. Estos malestares desaparecen gradual o súbitamente en
cuanto las situaciones nocivas se pueden solucionar. Una forma de enfrentarlas es la
imaginación, se pueden recodar en detalle y descargar contenido emocional para
resolverlas adecuadamente.
Las personas pueden liberarse de cargas emociones negativas sin embargo los traumas
severos como abuso sexual, violaciones, secuestros, accidentes, la violencia o terrorismo
deben de ser atendidas por una especialista.
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM IV-TR (2005),
este trastorno puede aparecer a partir de la exposición a un acontecimiento traumático en el
que la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno o más
acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para la integridad física propia o de
los demás y la persona ha respondido ante la situación con un temor, una desesperanza o
un horror intenso.
Durante los sueños o recuerdos la víctima revive el evento y tiene la sensación que sucede
nuevamente, las manifestaciones de revivir el evento traumático no solo es psicológico sino
también fisiológico al exponerse a recuerdos o estímulos que simbolizan o evocan el
acontecimiento traumático.
Es por ello que la víctima evade los estímulos que de uno u otro modo le recuerdan el evento
traumático, también se produce un embotamiento en la capacidad de reacción de la persona,
26
deja de sentir interés por las actividades que antes le emocionaban, tienen una sensación de
desapego o enajenación frente a los demás, se sienten incapaces de sentir amor y tener
sensaciones de no tener futuro o expectativa de una vida normal.
Oblitas (2009), explica que el trastorno de estrés postraumático es un cuadro clínico que se
presenta tras un acontecimiento extremadamente traumatizante, que suponga daño real o
amenazas a la integridad física de otras personas, ante el cual la reacción del individuo es un
miedo intenso, horror o desesperanza. El suceso es reexperimentado de manera persistente
por medio de imágenes o pensamiento sobre el mismo.
Los acontecimientos que con mayor frecuencia producen el trastorno son experiencias con
guerras, agresiones personales violentas, secuestros, atentados terroristas, torturas,
desastres naturales, accidentes de automóvil o diagnósticos de enfermedades que pongan
seriamente en peligro la vida y el pronóstico es peor cuando el acontecimiento traumático es
producido por otras persona y que además pueden desarrollar dificultades afectivas,
conductas autodestructivas, abandono de creencias previas, hostilidad o evitación social.
En algunos cosos las personas con estrés postraumático puede tener sentimientos de culpa
por haber sobrevivido, si es que durante el evento se produjo la muerte de otras personas.
La evitación de los estímulos que evoquen el momento puede también desarrollar fobias y
27
por lo general se sufre el riesgo de sufrir otras alteraciones como trastornos de pánico,
obsesivo-compulsivo, depresión mayor, somatizaciones y abuso de sustancias.
El curso más probable supone que el inicio de las manifestaciones sintomáticas sea dentro
de los primero tres meses después del trauma, la duración sintomática es muy variada, pero
en la mayoría de los casos desaparecen después de los tres meses siguientes de su
aparición, durante el restablecimiento del comportamiento incurren variables como el soporte
social, la historia familiar, experiencias infantiles, rasgos de personalidad y trastornos
mentales preexistentes.
Jarne (2006), explica que este trastorno se genera luego de haber vivido una situación
estresante que provocaría malestar en la mayoría de las personas como síntomas
disociativos, ansiedad, evitación y estímulos relativos al trauma y de reexperimentación del
traumatismo, entre otros. Estos síntomas se presentan junto a un deterioro en la esfera
afectiva como una notable pérdida de interés y motivación por actividades que antes se
encontraban gratificantes, incapacidad para manifestar sentimientos amorosos y sensación
de desesperanza en la proyección al futuro.
Algunas veces los pacientes pueden sentirse culpables por el hecho de haber sobrevivido en
el hecho donde otros perdieron la vida, cuando el trauma se precipita por acción de otras
personas como en violaciones, secuestros, peleas, encarcelamiento, torturas y otros pueden
aparecer con más intensidad síntomas como desequilibrio afectivo, comportamientos
compulsivos y autodestructivos, síntomas disociativos, somatizaciones, sentimiento de
inutilidad, vergüenza o desesperanza, hostilidad, retraimiento social, sensación de peligro
constante, deterioro de las relaciones con otros y alteraciones en las características de la
personalidad previa.
Jarne (2006), cita a Davidson y Foa (1991), quienes exponen que la sintomatología del
trastorno se divide en tres grandes grupos, síntomas intrusivos: recuerdos, pesadillas,
flashbacks; síntomas de evitación y paralización: es la evitación a estímulos vinculados al
trauma, tendencia a estar alerta, pérdida de interés, desesperanza, escasa implicación social
y síntomas de hiperactivación: ansiedad, incapacidad para relajarse e insomnio.
28
1.1.12 Curso y Pronóstico
Jarne (2006) indica que el trastorno de estrés postraumático puede iniciarse a cualquier
edad, los síntomas suele aparecer durante los primer tres meses posteriores al evento
traumático y aun así podrían tardar meses o hasta años antes de que el cuadro sintomático
se ponga en manifiesto. Inicialmente algunas veces suelen cumplirse los criterios
diagnósticos de un trastorno de estrés agudo pero la duración de los síntomas muestra
considerables variaciones y en la mitad de los casos los síntomas desaparecen en los
primeros tres meses pero otras veces puede persistir más allá de los doce meses luego del
acontecimiento traumático.
Existen tres subtipos diferentes del trastorno relativos a la duración de los síntomas y el
tiempo que trascurre entre la exposición al evento traumático:
Jarne (2006), cita a Jordan, Marmar, Fairbank, Schlenger, Kulka, Hough y Weiss (1992),
quienes concluyen que los sujetos que han sufrido el trastorno poseen menos probabilidad
de terminar sus estudios, formar una familia, encontrar trabajo y más probabilidad de
divorcio, violencia doméstica, problemas con los hijos e insatisfacción general.
29
1.1.13 Epidemiología
Las cifras sobre prevalencia del trastorno son muy variadas pues la población y las
situaciones estudiadas también lo son. La mayor tasa, entre un tercio y más de la mitad de
las víctimas, del trastorno se presenta en quienes sobreviven de eventos como violaciones,
combate militar, secuestros y genocidios.
Trabajar con pacientes traumatizados es uno de los procesos terapéuticos que generan más
vulnerabilidad, por ello una medida preventiva es establecer un sistema de supervisión pues
en estos casos se requiere más apoyo y comprensión que en otros, porque también es más
probable caer en acciones antiterapéuticas como la sobreidentificación o la indiferencia con
el paciente.
30
También hay que tomar en cuenta que el contacto con colegas y su supervisor puede ser
una oportunidad para que el terapeuta pueda comentar los propios sentimientos y las
reacciones ante la historia del paciente.
La vida personal del terapeuta debe poseer suficiente riqueza emocional y solidez
psicológica como para nutrir la vida profesional.
1.2 Psicólogo
1.2.1 Definición
Las funciones profesionales del psicólogo son detectar, evaluar, planear, investigar e
intervenir, tanto en la prevención y en la orientación como en la rehabilitación los problemas
relacionados con la conducta humana.
31
Trull y Phares (2003), explica que un psicólogo clínico es el encargado de la evaluación y el
diagnóstico, la intervención o tratamiento, la investigación y aplicación de los principios éticos
profesionales para la mejora de la calidad de vida de los pacientes. Además el psicólogo
clínico se distingue por la experticia en el área de la personalidad, las patologías y la
integración de la teoría y la práctica psicológica.
Es casi imposible definir el papel del psicólogo desde una perspectiva patológica pues la
cantidad de patologías es tan extensa y diversa pues entre ellas entra la depresión,
ansiedad, psicosis, trastornos de personalidad, daños cerebrales, adicciones, problemas de
aprendizaje, problemas de adaptación social hasta problemas de disfunción sexual, por
nombrar únicamente algunos. Además también se encuentran los pacientes que reciben
psicoterapia para entenderse mejor y no por que existan síntomas que generen
disfuncionalidad en la vida.
Coon (2005), expone que los psicólogos son personas conocedoras de los métodos,
conocimientos de hechos y teorías del campo de la psicología; también investigan, enseñan,
aplican pruebas psicológicas o trabajan como consultores de empresas y en los últimos años
ha crecido el campo de trabajo dentro de la industria hasta la milicia.
32
Existe más preferencia sobre la actividad clínica en psicología pues el centro de las
actividades profesionales se centran en el tratamiento, diagnóstico y etiología de la conducta
anormal, pues en su mayoría son orientadores enfocados en los problemas de ajustes que
toda persona afronta en la vida cotidiana como el resolver problemas maritales, miedos o
problemas de adaptación a un nuevo lugar de trabajo, la aplicación de técnicas terapéuticas
para la mejora de la calidad de vida de las personas y toma en cuenta las diferencias
sexuales, los medios sociales y los rasgos de aprendizaje en el mejoramiento de la conducta
del paciente.
Walker (2003), manifiesta que un psicólogo clínico es la persona que tiene una licenciatura
en psicología y se ha especializado en el área de psicopatología, la evaluación de los
diagnósticos, el tratamiento de personas con trastornos emocionales y áreas relacionadas.
Este profesional exige según algunos países hasta diez años de formación académica que
incluya una especialización en psicología antes de graduarse además de muchas horas en
formación y experiencia práctica. En sus inicios el psicólogo trabaja en lugares como
hospitales y clínicas bajo la supervisión de psicólogos más experimentados, posterior a todo
el proceso de formación el psicólogo puede colegiarse y ofrecer servicios al público de
manera independiente. El psicólogo clínico está capacitado para diagnosticar y tratar
problemas emocionales.
Harrsch (2005), explica que un psicólogo clínico es el profesional que identifica, clasifica y
analiza los problemas en el área de la salud mental. Como atribuciones más importantes
tiene el psicodiagnóstico, pues es de suma importancia para generar una intervención
psicología adecuada al trastorno o conflicto que presente el paciente. También es
importante pueda crear un diagnóstico diferencial como por ejemplo, algunos síntomas de
agresión pueden ser causados por un daño cerebral o por una respuesta a sentimientos de
frustración.
33
La psicoterapia es de mucha responsabilidad para el psicólogo puesto que al tener
intervenciones clínicas el trabajo requiere de una formación especializada en psicoterapia,
esta proviene de la corriente psicológica en la que genera más identificación como el
psicoanálisis, conductista, humanista, entre otras.
Otra función del psicólogo clínico es el evaluar las diferentes las necesidades de los grupos
sociales y así poder elaborar programas que puedan prevenir o solucionar las deficiencias
concernientes a la salud mental de un grupo específico y para ello es necesario desarrolle
estudios de personalidad en niños, adolescentes y adultos así como el diagnóstico de las
patologías presentadas con más frecuencia dentro de determinado grupo social.
Harrsch (2005), cita a Erickson quien explica que la identidad es la sensación subjetiva de
mismidad y continuidad y esta expresa la relación que posee un individuo y el grupo social al
que pertenece con la función de compartir características de dicha mismidad con el grupo al
que pertenece y el desarrollo de ella corresponde a la formación del yo, a esto se le
denomina la identidad del Yo.
Este proceso que genera el sentido de identidad se guía por medio de la reflexión y
observación en el que el individuo se juzga a sí mismo por medio de lo que los demás juzgan
de él, comparando ambos criterios junto con lo que la sociedad espera de él, tomando como
referente identidades de personas significativas para él.
34
Por ello el psicólogo desarrolla un proceso de identificación al entrar en contacto con los
colegas, maestros y compañeros de quienes recibe la influencia y referente de cómo es un
psicólogo para compararse con los demás psicólogos y sobre todo con los más significativos
para él. Dicho proceso en mayor parte es inconsciente exceptuando la combinación de
situaciones interiores y circunstanciales exteriores que conforman una experiencia de
formación de identidad.
35
identidad del psicólogo no es únicamente el reconocimiento de sí mismo por poseer una
serie de conocimientos y experiencias profesionales de esta profesión.
La identidad del Yo como psicólogo sería la consciencia del proceso integrativo y sintético de
los conocimientos y experiencias académicas y las características propias del yo individual-
personal. Creando entonces un estilo de individualidad profesional en tanto que se cuenta
con un común denominador de conocimientos, teoría y práctica, y la síntesis que se realice
de estos depende de cada profesional en forma individual además del significado que les
proporcione un contexto institucional y social y si hay congruencia entre estos significados el
profesional podrá ser un ente de cambio social y de no ser así, el ejercicio podrá ser valioso
pero será ajeno a la comunidad.
Esto permite exista una complementariedad entre el profesional y la sociedad, para que la
práctica no sea egodistónica y se satisfagan únicamente las necesidades del profesional y
no se crearía la reciprocidad que debe de existir entre la identidad grupal y la identidad
personal.
Terapia o intervención: Es una de las actividades más frecuentes del psicólogo pues atrae la
mayoría de su atención y es para ella que se dedican la mayoría de los profesionales que
ejercen en el campo profesional y aunque socialmente aun se tenga la idea de que el
paciente se sentará en un diván y el terapeuta lo escuchara misteriosamente los
procedimientos han cambiado con el paso del tiempo y ahora la terapia ha ido evolucionado
y diversificando.
36
Con frecuencia la terapia implica una relación de cliente y terapeuta pero también existen
terapias de pareja, familiares y grupales, el ejemplo más claro es son las personas que se
reúnen cuando tienen problemas de ingesta de alcohol aunque la mayoría de integrantes de
terapias grupales son mujeres y no hombres.
Para poder llegar a un diagnóstico correcto el psicólogo debe de realizar una evaluación,
esta puede ser por medio de la observación, la aplicación de pruebas o diferentes tipos de
entrevistas. Las evaluaciones han de ser la parte más importante del trabajo clínico tanto
que es el principal elemento dentro de la identidad del psicólogo clínico.
Enseñanza: Es muy normal que los psicólogos clínicos que poseen puestos académicos de
tiempo completo o parcial dediquen tiempo significativo a los procesos de aprendizaje en el
campo superior y en aéreas específicas como la enseñanza de psicopatología, pruebas
psicológicas, técnicas de entrevista, teorías de la personalidad y psicopatología experimental
entre otras.
Mucho del trabajo que un psicólogo realiza por parte de la enseñanza son clases de salón,
pero también pueden desarrollar enseñanza de tipo individual, así como clases informales o
asesorías a otros profesionales de la salud como enfermeras, trabajadores sociales, entre
otros; sin embargo algunos otros imparten conferencias o talleres sobre temas diversos y
relacionados con la salud o estrechamente en temas específicos de la profesión.
37
Investigación: La psicología clínica se originó de la tradición de la investigación académica,
como resultado de programas de capacitación clínica lo que obligó a que se creara un
modelo de profesional científico, esto figuró que el psicólogo clínico se preparara como
científico y como profesional. Esto con el fin que los psicólogos clínicos sean capaces de
evaluar las investigaciones de otros y también realizar sus propias investigaciones pues con
amplios conocimientos en patologías, evaluaciones y aplicación de terapias junto con un el
ejercicio práctico de su profesión lo coloca en la mejor posición para consumir y generar
nuevos conocimientos científicos.
La consulta a un psicólogo clínico puede ser muy amplia desde un asunto individual, de
profesional a profesional, hasta un asunto empresarial de diversas magnitudes, algunas
veces puede ser para subsanar y otra con fines preventivos, sin importar la trascendencia
que tenga esta es una de las tareas de creciente demanda del psicólogo clínico.
38
Pero la administración es muy importante dentro del quehacer profesional del psicólogo pues
permite que la organización opere con calma y de manera eficiente, al ser susceptible a las
necesidades de los demás, tener buenos criterios para la selección del personal y poseer
una buena comunicación que permita la organización opere sin inconvenientes.
Pedroza, Villalobos y Morales (2007), comentan que en el trascurrir del tiempo la psicología
se ha vuelto en un campo científico por los adelantos que se han realizado en el estudio de
la conducta humana, su base, como toda ciencia ha iniciado con la creación de teorías, en el
caso de la psicología las teorías más importantes son la psicoanalítica, guestaltismo,
conductismo y humanismo entre otras.
Es importante destacar que dentro del campo de la psicología que es científico, formativo y
profesional no siempre existe coherencia en el interior, pues el crecimiento y diversidad se
desencadena de otros de varios factores. Esto se puede observar en que los programas de
formación no se modifican al mismo tiempo en que se surgen los aportes científicos ni se
incorporan las demandas de la ocupación profesional en los planes de estudio que
correspondan a las exigencias sociales. Estas dificultades se presentan ahora con más
énfasis a partir de los cambios existentes en el mercado laboral. Sin duda el problema
consiste en la desarticulación entre lo que se adquiere en la formación y lo que se ejerce
profesionalmente y lo que se produce científicamente.
Este desequilibrio debe de atenderse pues todo el desempeño del psicólogo se ve afectado
al existir el mismo pues la sociedad en la que se ejercen las acciones profesionales se
caracteriza por el dinamismo económico, cambios de mentalidades y de cultura. Estas
disparidades se convierten en retos para el profesional de la psicología que debe enfrentar
para tener un buen ejercicio profesional.
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Retos del profesional de Psicología:
Prepararse para dar respuesta a las demandas psicologías de intervención en los problemas
usuales y emergentes de los individuos, grupos o sistemas sociales en diversos ámbitos de
la expresión social.
Redefinir los procesos de formación académica desde una concepción integral, flexible,
descentralizada y con apertura.
Fortalecer los lazos profesionales por medio de las asociaciones, colegios y grupos de
psicólogos para influir constructivamente en los campos curriculares y fortalecer las prácticas
profesionales guiadas al servicio y la calidad profesional.
Prepararse para atender dentro de grupos culturales diversos, pues el paciente es producto
de una realidad multicultural por lo que una mentalidad pluricultural e incluyente del
psicólogo es muy importante.
40
los actos de violencia, los problemas económicos y sociales, como aceptarse ideológica y
comportamentalmente. En fin, el psicólogo debe de desarrollarse en un mundo complejo
lleno de visiones ideológicas, sentimientos religiosos, conductas diversas, ideologías
cerradas, prácticas impuestas, racionalidades estratégicas, dispositivos educativos entre
otras.
La psicología es una ciencia central que toca todos los aspectos del empeño humano. Pues
se relaciona con todas las facetas del comportamiento de las personas, la interacción con el
entorno físico, el pensamiento y la interacción con las nuevas ideas y a la vez con las
interacciones sociales. También es relevante para otros ámbitos de la vida cotidiana como la
escuela, el trabajo, el ocio, las actividades deportivas, la creatividad y el auto desarrollo. Por
ello la psicología trata una rica variedad de procesos de pensamiento, de personalidad y de
actividad que caracteriza el funcionamiento humano y el desarrollo en sociedad incluyendo el
comportamiento problemático.
Pedroza, Villalobos y Morales (2007), citan a Roe (2003), quien explica la importancia que se
adquiere en el campo formativo para delimitar el quehacer profesional de un psicólogo, pues
el psicólogo es un profesional formado académicamente capaz de ayudar a sus clientes a
entender y resolver problemas aplicando las teorías y métodos de la psicología. Es por ello
que la formación académica es de mucha importancia para la definición de un psicólogo
pues las variaciones académicas delimitaran la especialidad disciplinaria en la que se
desarrollara como profesional.
Santoyo (2005), explica que la psicología se encarga del estudio de la conducta individual y
por ello posee gran pertinencia a muchos de los problemas sociales y esto ha permitido que
se asuma de manera automática el carácter profesional de la psicología. Pero en relación a
otras ciencias como la física y la biología la pertinencia a los acontecimientos de estudio no
41
ha generado a considerar el estudio de estas disciplinas como profesiones directas con el
impacto social.
Pedroza, Villalobos y Morales (2007), comparten que es una tarea muy difícil el poder
integrar un perfil de que es lo que se debe enseñar y formar en un psicólogo, pues se ve
condicionado por razones de índole académica, profesional, individual y social:
Existen diversidad de programas educativos con diversos objetivos de formación como los
psicólogos generales y psicólogos clínicos, esto genera procesos académicos propios
características de cada una de las instituciones de formación superior, además por otro lado
se encuentran los empleadores y los contextos de aplicación profesional que se ven
condicionados por el mercado y las necesidades institucionales, es por ello que la dificultad
de poder crear procesos formativos homogéneos por medio la heterogeneidad que resulte en
un perfil compartido dentro de la diversidad.
42
Por ello es importante existan competencias que cualifiquen a los psicólogos, tanto en
formación como en desempeño profesional, esto se permitirá al desarrollar conocimientos,
habilidad y actitudes deseadas para un correcto ejercicio profesional que permita realizar un
adecuado desempeño de la tarea o rol establecido para un psicólogo en sus diversas
especificidades científicas.
Pedroza, Villalobos y Morales (2007), citan a Roe (2003), quien expresa que una
competencia posee varios elementos, primero, es una capacidad aprendida en el proceso de
trabajo o de aprendizaje simulado; segundo, son conocimientos habilidades y actitudes;
tercero, estas habilidades, conocimientos y actitudes pueden presentarse en varios lugares
de aplicación, no son condicionados por la tarea, tiempo y lugar; y cuarto, estos se adquieren
por medio de una influencia educativa formal.
Pedroza, Villalobos y Morales (2007), citan a Eptein y Hundert (2002), quienes exponen que
una competencia es primero, una capacidad cognitiva que se crea en el proceso de conocer
y ejercitar lo conocido en la aplicación concreta al proporcionar soluciones de las situaciones
que lo demanden; segundo, es una actividad racional y ética dada por el uso de habilidades
técnicas, racionamiento clínico y los valores aplicables en el momento de ofrecer un servicio;
y tercero, constituye una actividad subjetiva y social por que se presentan emociones,
comunicación y búsqueda de servicio cotidiano al individuo y la comunidad.
Entonces las competencias de un psicólogo son las capacidades, habilidades y actitudes que
le permiten desarrollar los principios y fines de la ciencia para que el ejercicio profesional sea
de excelencia, cumpla las normas sociales y con un sentido de responsabilidad ético-moral
en su desempeño como profesional.
43
Etapa 1. Principiante: Reconoce los hechos objetivos y características relevantes de la
habilidad en un contexto determinado; adquiere reglas básicas para actuar en el medio y
existe, por parte de él, una responsabilidad muy pequeña de los resultados.
Etapa 4. Perito: Tiene una situación estratégica que responde a situaciones diversas
recurriendo a su experiencia y agudeza; es capaz, ante situaciones reales, de discriminar
opciones y realizas asociaciones holísticas en el momento de tomar decisiones, y su intuición
y comprensión está en juego constante.
44
diferentes en conocimiento académico es conceptual-aplicado y el conocimiento profesional
es aplicado-práctico.
Chamarro, Gayá, Linares, Rodríguez, Sánchez, Valiente y Ventura (2007), explican que la
práctica profesional de un psicólogo es complicada pues se deben de tomar decisiones sin
tener toda la información necesaria, pues muchas veces se le debe hacer un peritaje penal,
hacer la valoración de los daños de un trabajador que ha sufrido un accidente, o el
diagnóstico de un niño con problemas de aprendizaje y la mayoría de las veces no cuenta
con toda la información necesaria, esto hace que el profesional se cuestione si su actuar es
correcto y cuáles podrían ser las consecuencias de su acción en las personas.
Para resolver algunas de estas situaciones se han establecido normas que prevean la
actuación profesional del psicólogo y las responsabilidades derivadas del ejercicio
profesional, para ello se crean los códigos éticos y deontológicos, en estos códigos se
detallan los deberes profesionales del psicólogo y de los principios éticos que se deben de
respetar en el ejercicio profesional.
45
Esto dota a los psicólogos de respetabilidad y confianza hacia la profesión y parte de la
existencia de una identidad profesional, del reconocimiento de las necesidades de normas
que aseguren el complimiento de los deberes profesionales, de la existencia de una masa
crítica de profesionales que avale la necesidad de un sistema de responsabilidad ética y de
autorregulación colectiva. Además de ser herramientas para que los psicólogos alcancen su
mayor potencial y desarrollo como profesionales, sin buscar evitar sanciones legales sino la
mejor manera de ayudar al paciente con el que trabaja.
Beneficencia y no maleficencia: Indica que toda acción del psicólogo tiene que estar
encaminada a beneficiar a todas las personas con las que trabaja. Para generar este
beneficio, el psicólogo también tiene que ser cuidadoso pues además tiene que evitar todo
tipo de daño. En caso de duda las acciones tienen que ir encaminadas a evitar o minimizar
los daños posibles a las personas con las que trabaja y también a otras personas que
pueden resultar afectadas. El psicólogo siempre debe de ser sensible a las consecuencias
de las acciones pues la influencia se extiende a todos los juicios, actuaciones.
46
responsabilidad de los actos y evitar que los conflictos de intereses en los que está implícito
dañen a las personas con las que trabaja.
Dentro de este punto también hay que considerar la recomendación de que el psicólogo
consulte o coopere con otras instituciones o profesionales para brindar una mejor atención a
los pacientes. Esto los implica no solo dentro de la actuación profesional sino también al
respeto de la actuación profesional y ética de otros profesionales de la salud.
Justicia: Parte del reconocimiento del derecho de que todas las personas pueden acceder a
las contribuciones de la psicología y beneficiarse de la misma, también a recibir servicios
psicológicos en la misma calidad en la que lo recobren el resto de las personas. Por tanto el
psicólogo tiene que ser prudente y evaluar si su actuación se sesga en calidad y si la
práctica es injusta para quien recibe el servicio.
Respeto de los derechos de las personas y su dignidad: Es fundamental que los psicólogos
respeten los derechos y la dignidad de todas las personas. Esto involucra el derecho de
privacidad, confidencialidad, autodeterminación y autonomía. Este principio supone además
que los psicólogos deben de tener mucho cuidado para salvaguardar y proteger los derechos
y el bienestar de las personas y los colectivos más desfavorables.
Los psicólogos deben de velar por el respeto de las diferencias individuales y culturales,
como la edad, género, etnia, origen, religión, orientación sexual, incapacidad, lengua y
47
estatus socioeconómico eliminando los sesgos basados en estas diferencias cuando trabaje
con este grupo de personas y evitar realizar toda acción guiada por prejuicios.
Al trabajar con personas de cualquiera de estos rasgos diferentes al propio, hay que
asegurarse que de otorgará una intervención de calidad partiendo del entendimiento de las
diferencias pues tratar una persona con menos cuidado por tener alguna diferencia con el
terapeuta puede resultar en el delito de discriminación.
Los principios éticos representan aspiraciones pero no son la manera más detallada y
eficiente de definir la conducta apropiada de un psicólogo. Sin embargo los principios
permiten un gran avance respecto a prácticas pasadas pero los psicólogos deben de ir más
allá y maximizar su adhesión a los principios éticos pues comportarse de forma ética va más
allá del cumplimiento de la ley y los estándares profesionales.
Los principios éticos que rigen la actuación profesional del psicólogo al ser aspiraciones e
ideales que el psicólogo debe de tener en la práctica de su ejercicio profesional pero por si
solos no permitirá evitar ni resolver conflictos que se desarrollen durante el quehacer del
ejercicio profesional. Es por ello que estos principios han trascendido en una serie de normas
éticas más específicas que resultan ser las condiciones para que los principios se pongan en
práctica.
48
Toda información que surja dentro de le relación entre psicólogo la persona es considerada
secreta, por esto mismo ella debe de ser protegida pues su divulgación puede crear
repercusiones tanto para el paciente como para la imagen profesional del psicólogo.
Pero en algunos casos debe de evaluarse la aplicación de las reglas o principios si estos van
en conflicto con otros de orden superior, pues si un paciente le expresa a su terapeuta el
deseo de suicidarse o asesinar a alguien más se debe de ir contra el principio de autonomía
y velar por la integridad del paciente o algún tercero.
La importancia por la que el paciente tiene derecho a dar su consentimiento sobre las
acciones del terapeuta es para preservarlas de los posibles abusos o de las consecuencias
negativas que se puedan derivar de su intervención, también porque este consentimiento
facilita la relación de confianza ente el psicólogo y el cliente pues implica una
responsabilidad compartida entre ambos, pues la relación se establece para mejorar la
calidad de vida de la persona que solicita los servicios del psicólogo.
En algunos momentos es difícil hacer llevar a cabo esta regla pues pueden existir problemas
de comunicación entre el paciente y el psicólogo o existir diversos factores como que el
paciente sea un niño incapaz de tomar esta decisión o un migrante que no comprende
totalmente lo que se le expresa, sin embargo en estos casos el psicólogo debe de estar
plenamente seguro de que el paciente comprende las acciones que se tomaran y si puede
prever las consecuencias de su conducta. En estos casos el psicólogo debe de actuar con
mucha prudencia.
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El psicólogo también debe brindar a sus clientes información que tendrá que incluir como
mínimo datos relacionados con su formación, el tipo de ayuda que le puede ofrecer y los
beneficios que pueden derivar de la misma, también el coste económico del servicio y la
confidencialidad de la información verbal y escrita.
La regla de la fidelidad a los acuerdos: Esta regla se basa en al juramento hipocrático de los
médicos y se traslada al campo de la psicóloga equivalente a la adquisición del compromiso
del código deontológico como regla de actuación. Así es como el psicólogo adopta un
compromiso público e implícito de prestar servicios profesionales con competencia y respeto
al código ético y deontológico.
Por ello cuando el psicólogo acepta iniciar una relación profesional con una persona, se
crean una serie de expectativas hacia la actuación del psicólogo y se crea un acuerdo entre
ambos, por parte del psicólogo para prestar un servicio y por parte del paciente para recibirlo.
Esto establece que el psicólogo dará el servicio de adecuado con sus conocimientos
técnicos y saber profesional, mientras que el cliente debe de cumplir las instrucciones
recibidas y una vez iniciada una relación profesional la misma tiene carácter de promesa
inviolable. Por lo tanto, parece recomendable delimitar el alcance de la relación profesional,
cuáles serán las actuaciones profesionales y las consecuencia que tendrán sobre el cliente y
evitar que el cliente genere expectativas poco realistas que posibiliten una vivencia de que
las promesas no se han cumplido.
1.2.9 Empatía
Poussin (2010), cita a Freud (1921), quien indica que la empatía es lo que toma la mayor
parte de nuestra comprensión de lo que hay de extraño en elyo, en otras personas. Esto
permite poseer una subjetividad extraña, que permite interpretar el mundo objetivo del
paciente.
50
La empatía es entonces un estado de movimiento constante con una oscilación entre las
diferencias y semejanzas, esta oscilación es la que permite tener consciencia de ser otros y
así poder identificarse con el interlocutor.
1.2.10 Identificación
Para poder conocer sobre la diferenciación de la idea del yo, pues ello nos permite presentir
a toda persona antes de conocerla pues puede tener una misma clase de carácter que
nosotros, encontrar estos comunes denominadores puede permitir el inicio de la
identificación con el paciente.
La identificación es primero una manera más original de un lazo afectivo con un objeto;
segundo, se convierte en un objeto sustituto de otro libidinal por la introyección del sujeto en
el yo; y tercero, puede surgir cuando se perciba
51
II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Una herramienta central en el trato con los pacientes en psicología es la empatía, pues
permite al psicólogo clínico reconocer los pensamientos y estados de ánimo del paciente,
comprenderlo y poseer un conocimiento emocional del mismo.
Con mucha frecuencia los pacientes que buscan ayuda terapéutica son impulsados por vivir
eventos desagradables que han atentado contra la integridad física y/o emocional, estos
eventos pueden ser robos a mano armada, ser víctimas de algún tipo de violencia o haber
sufrido algún tipo de accidente que fuese una experiencia cercana a la muerte, manifestar
problemas de adaptación social o emocional a momentos específicos de la vida del mismo.
Todo evento que atente contra la integridad física o emocional del paciente son eventos
traumáticos, y quedan profundamente registrados en el cuerpo del paciente, dichos eventos
generan una intensa carga negativa y crean cicatrices emocionales que afectan el
comportamiento del paciente.
Por ello, la capacidad empática que es el centro del trabajo de un psicólogo clínico puede
desencadenarse en una acción nociva para él, al resultar lastimado por el mismo trabajo
pues al estar expuesto de manera prolongada a historias y experiencias traumáticas de los
pacientes desencadenaría padecer un desgaste emocional potencialmente patógeno.
52
Este desgaste emocional presentado en profesionales de la salud mental se le llama
Desgaste por Empatía que corresponde a las emociones y conductas naturalmente
resultantes de enterarse y compartir un evento traumático experimentado por otra persona.
¿Qué nivel de desgaste por empatía presentan los psicólogos clínicos de Quetzaltenango?
2.1 Objetivo
Establecer el nivel de desgaste por empatía que presentan los psicólogos clínicos de
Quetzaltenango.
Indicar el nivel de desgaste por empatía que presentan los psicólogos clínicos de
Quetzaltenango.
53
Buscar el nivel de vulnerabilidad a sufrir desgaste por empatía en el desarrollo del quehacer
del psicólogo clínico de Quetzaltenango.
2.2 Hipótesis
2.3 Variables
2.3.2 Psicólogo
González, M. Lacasta, M. y Ordóñez, A. (2008), citan a Figley (1995), quien explica que el
desgaste por empatía es una respuesta a trabajar con pacientes que han vivido situaciones
traumatizantes o han tenido experiencias de vida altamente estresantes, pues el terapeuta
siente profunda empatía y pena por el paciente que sufre acompañado por un gran deseo de
aliviar el dolor y resolver las causas del mismo. También resalta que la capacidad de
empatía es parte central para realizar el trabajo con los consultantes y al mismo tiempo es la
capacidad para lastimarse con el trabajo.
54
Psicólogo
Las funciones profesionales del psicólogo son detectar, evaluar, planear, investigar e
intervenir, tanto en la prevención y en la orientación como en la rehabilitación, de problemas
relacionados con la conducta humana.
2.6 Aporte
Que los psicólogos clínicos de Quetzaltenango conozca sobre el desgaste empático al que
pueden estar expuestos al trabajar con traumas o de manera prolongada al sufrimiento de
los pacientes para crear hábitos preventivos de cuidado personal y profesional.
55
Brindar un diagnóstico sobre el síndrome desgaste por empatía presentado en los psicólogos
participantes del estudio para generar una evaluación del síndrome y como este puede
mermar el buen desempeño terapéutico que se brinda a la sociedad quetzalteca.
Desarrollar recomendaciones para contrarrestar los efectos del desgate por empatía en los
psicólogos clínicos de Quetzaltenango y así mejorar de manera integral el desempeño
profesional y personal de los psicólogos clínicos.
Mejorar las atenciones terapéuticas que se brindan a la sociedad quetzalteca para crear
mejores condiciones de vida social e individual de los usuarios de los servicios de psicología
clínica.
56
III. MÉTODO
3.1 Sujetos
3.2 Instrumento
Además consta de cuatro perfiles construidos según el funcionamiento empático del personal
y el riesgo de contraer el síndrome de desgaste por empatía. El perfil uno corresponde a un
funcionamiento empático óptimo, sin riesgo de contraer síndrome de desgaste por empatía;
perfil dos, funcionamiento empático normal, sin riesgo de contraer síndrome de desgaste por
empatía; perfil tres, funcionamiento empático normal, con riesgo de contraer síndrome de
desgaste por empatía; perfil cuatro, funcionamiento empático anormal, con síndrome de
desgaste por empatía.
57
Los factores que evalúa corresponden a la siguiente descripción:
- Factor uno: Involucramiento profesional, el buen desarrollo del trabajo profesional del
psicólogo corresponde a un correcto nivel de involucración profesional, pues tanto el exceso
con la falta del mismo repercuten en el resultado del trabajo profesional, por ello este factor
se encarga de medir la relación paciente/profesional.
- Factor dos: Cuidado personal, que implica la cantidad y calidad de recursos personales y
técnicos de cuidado personal que posee el profesional de ayuda para prevenir o afrontar el
desgaste que genera el trabajo de ayudar.
3.3 Procedimiento
- Selección del tema: Se investigó sobre los temas de interés para realizar el proyecto de tesis
de donde se seleccionaron los tres más significativos.
- Aprobación del tema: Luego de la revisión respectiva de los sumarios se aprobó el tema con
más apropiado para desarrollar el proyecto de tesis.
58
- Elaboración de índice: Preparación del índice con los temas a desarrollar.
59
que en esta se realizan estudios transversales de un número relativamente grande de casos
y puede ceñirse a un tema relativamente específico. En general aquí no se puede abarcar
toda la población, por lo que se utilizan un proceso estadístico por medio del cual se podrá
elegir una delimitada muestra representativa de la población, se procesan los datos, para
luego hacer extrapolaciones al conjunto de la población determinada.
Lohr (2000), establece las siguientes fórmulas para determinar tanto el tamaño como el error
de la muestra mínima en la investigación:
Donde:
60
Dado que se conoce la población o universo: n = no. = 384.16 = 54.88 - 55
1 + no. 1 + 384.16
N 55
Donde:
N = Población o universo: 55 psicólogos
n = Muestra de acuerdo a la población: 55 de psicólogos clínicos que serán la muestra
mínima experimental aleatoria para el estudio, con un nivel de confianza del 99% y un error
de muestreo de 1 %, estos psicólogos clínicos se seleccionaron bajo el criterio de poseer
prácticas clínico-terapéuticas.
61
IV. RESULTADOS
Luego de administrar el test IDE-R a los psicólogos clínicos de Quetzaltenango, por medio
del colegio de psicólogos de la misma ciudad, los datos fueron sometidos al proceso
estadístico de significación y fiabilidad de la media aritmética en la muestra y se presentan
los datos estadísticos obtenidos en los aspectos evaluados: Involucramiento Profesional,
Cuidado Personal, Vulnerabilidad y Perfil Diagnósticos presentados en el siguiente cuadro.
Cuadro 1
Fuente: Trabajo de campo, administración del test IDE-R con una muestra de 55 psicólogos
que desarrollan terapia psicológica, estudio realizado por medio del colegio de psicólogos de
Quetzaltenango.
62
Además se administró una boleta donde se solicitaban datos generales y pertinentes a la
investigación donde se solicitó el dato del número de días que trabaja terapia durante la
semana, género, años de laborar, otras áreas de trabajo, estado civil y ámbito laboral.
Cuadro 2
Diagnóstico
según
género Género P1 P2 P3 P4
Femenino 62 % 9% 58 % 2% Sin Dx
Total 100 % 18 % 80 % 2%
Cuadro 3
Años
laborados
Entre 1 y 5 Entre 6 y 10 Entre 11 y 15 Entre 16 y 20 Promedio
% 54 % 31 % 11 % 4% 6.5 años
laborados
Cuadro 4
Días
laborados a
la semana 1 2 3 4 5 6 Promedio
3 días a
la
% 7% 27 % 23 % 12 % 24 % 7% semana
63
Cuadro 5
% 71 % 9% 4% 16 % 0%
Cuadro 6
% 62 % 34 % 2% 2%
Cuadro 7
% 38 % 62 %
64
V. DISCUSIÓN DE RESULTADOS
El desgaste por empatía es un síndrome que se puede presentar en todos los profesionales
que trabajan con el dolor de las personas como las y los médicos, enfermeros, bomberos,
paramédicos, orientadores religiosos, orientadores académicos, entre otros; el estar en
contacto con estas personas supone, además de un desgaste físico, un desgaste emocional
que lleva a que se detone este síndrome.
Los psicólogos clínicos también están expuestos al dolor de las personas y la mayoría del
trabajo que desarrollan va encaminado a superar traumas que pueden ser pérdidas de
cualquier tipo, eventos difíciles de asimilar y comprender en la vida de las personas, es por
ello que es una de las profesiones más vulnerables a contraer dicho síndrome al ser el lado
emocional una herramienta indispensable para el desarrollo del trabajo, pues la manera en
que los terapeutas son empáticos determina el éxito de la terapia que se ejerza.
En los psicólogos clínicos es la parte vocacional de ayuda y servicio la que los puede herir y
exponerlos a padecer el síndrome de desgaste por empatía al trabajar de manera directa con
el sufrimiento de los pacientes o por periodos prolongados con el dolor humano. Es por ello
que se plantea una investigación que pueda describir si los psicólogos clínicos de
Quetzaltenango pueden padecer el síndrome de desgaste por empatía y cuyos resultados
obtenidos fueron:
Los resultados obtenidos en el cuadro 1, demuestran que los psicólogos que desarrollan
trabajo terapéutico en Quetzaltenango obtuvieron una media de 21.51 que corresponde a un
diagnóstico de Funcionamiento empático normal, sin riesgo a contraer Síndrome de
Desgaste por Empatía ello indica que los psicólogos clínicos poseen un funcionamiento
empático normal y no padecen síndrome de desgaste por empatía y esto lleva a aceptar la
hipótesis nula que expresa que los psicólogos clínicos de Quetzaltenango no padecen
desgaste por empatía.
65
Los resultados obtenidos en el cuadro 4, reflejan que en promedio los psicólogos clínicos de
Quetzaltenango trabajan únicamente tres días a la semana, ello no crea las condiciones
necesarias de una sobreexposición laboral que provoque un desgaste empático en ellos.
Othmer y Othmer (2003), explican que un terapeuta empático es capaz de hacer que el
paciente se sienta cómodo pues es sensible al sufrimiento y es capaz de expresar su
compasión, cuando se posee un funcionamiento empático normal no se es indulgente o
permisivo con los pacientes ya que esto supondría un fracaso dentro del proceso
terapéutico al dañar tanto al paciente como al terapeuta.
Dentro de un proceso terapéutico se deben de establecer límites claros entre los roles del
paciente y el terapeuta y para ello la empatía debe de ser bien entendida como una
respuesta afectiva con componentes afectivos, motivacionales y cognitivos que crean una
respuesta a las necesidades del otro al comprender enteramente los sentimientos del
paciente y apartar los propios si es que se han tenido experiencias similares a las que se
consulta.
Por ello al integrar dichos factores se obtiene el resultado interactivo entre aspectos
emocionales y cognitivos que colocan al terapeuta en una perspectiva situacional del
paciente que incrementa la emoción empática lo que a su vez genera un aumento en el
comportamiento de ayuda, una sensación de éxito en el trabajo que el terapeuta realiza y
satisfacción con sus acciones lo que alimenta de manera positiva la experiencia profesional
del clínico.
66
psicología, en el cuadro 1 demuestra que los psicólogos clínicos de Quetzaltenango poseen
un involucramiento profesional adecuado, ello denota un funcionamiento empático capaz de
separar los otros roles terapeuta-paciente, implícitos en un proceso terapéutico alcanzando
un equilibrio adecuado para el éxito de la terapia.
Cléries (2006), afirma que la empatía es la habilidad del terapeuta para comprender las
experiencias emocionales del paciente, comunicar esa comprensión y revertirlo para el
beneficio del proceso terapéutico evita caer en el proceso de cosificar y productivizar la
asistencia que se le brinde a un paciente. Ello permite tener una mejor comunicación entre
el terapeuta y el paciente al obtener así mejores resultados terapéuticos.
Además explica que se deben de tener consideraciones especiales para ser empáticos de
una manera más eficiente en la atención que se le brinda al paciente como el reconocer la
presencia de emociones intensas dentro del marco asistencial, como el miedo y la cólera,
imaginar cómo se puede sentir el paciente, trasmitir la percepción de los sentimientos que se
encuentran en el paciente, legitimizar lo que el paciente siente, respetar el esfuerzo que
realiza el paciente para afrontar el problema y ofrecer apoyo al mismo para superar su
problema todo ello permite obtener mejores resultados terapéuticos y construye una correcta
relación entre el paciente y el terapeuta.
67
que implica, la mayoría de los psicólogos poseen un involucramiento equilibrado en sus
relaciones terapéuticas y no perturba la calidad y los resultados terapéuticos.
Howord y Chopunoff (2012), explican que cuando un terapeuta se involucra demasiado con
un paciente comprometen considerablemente el trabajo terapéutico pues no se convierte en
nada productivo ni para el paciente ni el terapeuta que también saldrá considerablemente
dañado durante el proceso, este involucramiento profesional se pude dar de varias maneras,
cuando el terapeuta posee algún trastorno de la personalidad o cuando él desea satisfacer
por medio de su paciente necesidades personales.
68
padecer un síndrome de desgaste por empatía al no tener en un quehacer terapéutico muy
demandante al crear condiciones profesionales que permiten que su funcionamiento
empático sea adecuado.
Sin embargo la puntuación obtenida por los psicólogos clínicos de Quetzaltenango indica
que estos pueden establecer los límites pertinentes en la relación entre ellos y los pacientes
evitando se cree una relación destructiva durante los procesos de terapia que desarrollen y
al tener la posibilidad ayudar en lugar de herir.
69
Carbelo (2005), explica que el poseer salud en condiciones óptimas crea situaciones de
atención óptima y es mucho más fácil la recuperación y la atención del paciente desde un
estado mental positivo, un estado mental positivo es consecuencia de un sistema en el que
se relaciona la inteligencia emocional de terapeuta, para manejar sus emociones y
reacciones y separarlas de las de su paciente; habilidades sociales, que crean espacios de
recreación y recursos personales para afrontar los problemas cotidianos y las actitudes con
las que se enfrenta la vida que a su vez generan ciertos grados de felicidad.
Explica además que al tener mejor control sobre las emociones negativas permite tener una
mejor adaptación a la vida y sus adversidades y a su vez crea una percepción de mayor
calidad de vida. También reconoce que el humor permite se genere una mayor posibilidad
de comunicación con el paciente y de esta manera abordar mejor los problemas del
paciente.
Una relación terapéutica de calidad permite crear condiciones ambientales adecuadas para
mantener límites entre la vida del paciente y la del terapeuta. Estos límites son las primeras
barreras que protegen al terapeuta y permite cuide su persona con la misma importancia con
la que ayuda a su paciente, otros recursos que los psicólogos pueden tener se encuentran
sus relaciones sociales, cuidado físico, emocional y médico.
La vulnerabilidad es una dimensión muy importante en el desgaste por empatía pues este se
presenta tanto por una acumulación de dolor emocional como precipitado por un evento que
retraumatiza al terapeuta por medio de la experiencia del paciente, también corresponde a la
percepción del terapeuta con relación a su bienestar psicológico, físico, emocional y social.
En la tabla 1, los psicólogos participantes de la investigación obtuvieron una media de 6.72 lo
que indica que la vulnerabilidad de los psicólogos a contraer el síndrome de desgaste por
empatía es bajo y también es un recurso personal importante al momento de presentarse
una posibilidad de contraer el síndrome.
70
poseen una rutina de trabajo muy demandante y también poseen otras actividades con las
que se comparte el tiempo laboral sin volcarse completamente a las actividades clínicas.
Guy (2009), manifiesta que uno de los factores que generan vulnerabilidad al psicoterapeuta
son las motivaciones disfuncionales, al no existir vocación como detonante de servicio,
algunos terapeutas realizaron sus estudios en psicología como el fin de comprender los
propios traumas o dificultades emocionales y al atender a un paciente con un trauma
emocional similar o igual al del terapeuta se puede desarrollar un síndrome de desgaste por
empatía de inmediato, ello los hace vulnerables y comprometen significativamente el trabajo
terapéutico, la salud emocional del paciente y el terapeuta.
Sin embargo no todos los pacientes que se atienden buscan asistencias por un trauma
específico sino porque no logran adaptarse en las diferentes etapas de su vida y es allí
donde la asistencia prolongada puede hacer vulnerable al terapeuta, no por retraumatización
sino por desgaste emocional, uno de los recursos de los psicólogos investigados es que
tienen un promedio de atención de tres días a la semana y junto con otras actividades como
la docencia, tareas administrativas y supervisión de proyectos, entre otros reducen
significativamente su rango de vulnerabilidad.
Todos estos datos explican que los psicólogos clínicos de Quetzaltenango no poseen
desgaste por empatía, ni están en riesgo de contraerlo, en lugar de ello poseen un
funcionamiento empático normal que potencialmente se resume en buenas habilidades para
atender adecuadamente a los pacientes que requieran de sus servicios, con un
involucramiento profesional adecuado pues la carencia del mismo y también su exceso
podrían comprometer los procesos empáticos y de asistencia dentro del tratamiento, su
cuidado personal es bueno y se puede deducir que tanto su cuidado físico, emocional y
social son adecuados y generan una reserva personal para afrontar el desgaste, al igual que
con su grado de vulnerabilidad que corresponde además a un funcionamiento correcto, al no
representar una debilidad emocional del terapeuta.
71
VI. PROPUESTA
6.1 Justificación
Al constatar, por medio de los resultados obtenidos, que los psicólogos clínicos de
Quetzaltenango no se encuentran en riesgo a contraer síndrome de desgaste por empatía y
que el nivel de involucramiento profesional es adecuado y los de cuidado personal y
vulnerabilidad son considerablemente bajos existe la necesidad de mantener los niveles de
tan buen funcionamiento empático de los profesionales.
Para ello se plantean una serie de talleres que permitan a los psicólogos tener un conjunto
de herramientas y recursos personales que fortalezcan los procesos terapéuticos de cada
profesional por medio de fortalecer el propio ser, recursos que sirvan como espacios para
canalizar el desgaste emocional y estrés del ejercicio profesional al que están sometidos.
De la misma manera mantener bajos los niveles de cuidado personal donde se cree un
equilibrio en todas las esferas del ser del terapeuta atendiendo por separado las áreas
emocionales, psíquicas y sociales y tener como consecuencia un equilibrio integral de los
profesionales de la psicología. Y atender la vulnerabilidad como una reserva emocional que
proteja al psicólogo de un futuro desgaste por empatía.
72
6.2 Objetivo General
73
- Libros de Héctor
poesía González
Primera edición Coevaluación
- Hojas de Juan José
Día 3 1 Hora Taller de poesía papel bond Bernabé
(Terapia Solano
- Lapiceros
Narrativa)
6.5 Evaluación
74
- ¿Cómo me sentí durante la actividad?
6.6 Descripción
- Las huellas del camino: Es una actividad creada para reflexionar sobre las acciones
del terapeuta tanto fuera como dentro de su quehacer profesional, se les entregan
hojas de papel construcción y se coloca un significado a cada una, se dibujan y
cortan las huellas y se riegan libremente sobre el suelo pensando en hitos que se
recuerden y representan las huellas, luego se comparten los hitos que representan
cada huella con una pareja, se buscan las huellas que representan hitos similares y
comparte en la vida de que personas se marcaron estas huellas. Esto ayuda a
encontrar recuerdos que sirven como motivación personal y metas alcanzadas, para
luego plantearse nuevos hitos que les gustaría ver como una huella propia a futuro.
75
VII. CONCLUSIONES
76
VIII. RECOMENDACIONES
- Mantener una supervisión terapéutica por parte de un colega para que los psicólogos
clínicos que reciban asistencia profesional puedan cuidar los niveles de
involucramiento profesional bajos y poseer de forma permanente una atención
integral a la comunidad que requiere los servicios de psicología en Quetzaltenango.
77
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84
85
PROC
Perfil 1 EDIMI
ENTO
X f fa Li Ls Xm f.Xm /d´/ f. /d´/ f. /d´/2 ESTA
DÍSTI
2-3 1 1 1.5 3.5 2.5 2.5 7.71 7.71 59.44 CO.
4-5 0 1 3.5 5.5 4.5 0 5.71 0 0.00
X = Σf.Xm
X = 561.50 = 10.21
55
86
Hallar la razón critica de la media aritmética
Rc = X Rc = 10.21 = 23.74
σX 0.43
87
Perfil 2
X = Σf.Xm
X = 413.5 = 7.52
55
88
Hallar la razón critica de la media aritmética
Rc = X Rc = 7.52 = 14.19
σX 0.53
7.52 es fiable
89
Perfil 3
X = Σf.Xm
X = 369.5 = 6.72
55
90
Hallar la razón critica de la media aritmética
Rc = X Rc = 6.72 = 14.93
σX 0.45
91
Perfil General
X = Σf.Xm
X = 1348 = 24.51
55
92
Hallar la razón critica de la media aritmética
Rc = X Rc = 24.51 = 24.76
σX 0.99
93
Gráfica No. 1
Perfil 2
Masculino
22%
Perfil 2
Femenino
58%
Perfil 1
Femnino
9%
94
Gráfica No. 2
Género
Masculino
38%
Femenino
62%
Gráfica No. 3
Entre 16
y 20 Años laborando
4%
Entre 11 y 15
11%
Entre 6 y 10 Entre 1 y 5
31% 54%
95
Gráfica No. 4
6 1
7% 7%
5
2
24%
27%
4
12%
3
23%
Gráfica No. 5
Otros
16%
Supervisión
4%
Administración
9%
Docencia
71%
96
Gráfica No. 6
Estado Civil
Viudo/a Divorciado/a
2% 2%
Solterro/a
34%
Casado/a
62%
Gráfica No. 7
Ámbito de trabajo
Público
38%
Privado
62%
97
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SANTA FE. FACULTAD DE PSICOLOGIA
SECRETARIA DE CIENCIA Y TECNICA DE LA UCSF.
El cansancio natural que surge de su actividad profesional puede derivar de diversos factores. La
cantidad de horas que usted trabaja, el lugar físico en el que trabaja, la relación con sus pares y
auxiliares, suelen ser aspectos que generan tensión y cansancio. Pero además, por la naturaleza
de su profesión, usted está constantemente ayudando a personas que tienen problemas. Buena
parte de su eficiencia profesional depende de su habilidad para entender y ayudar a sus
pacientes/clientes. El compartir el sufrimiento – empatizar – produce desgaste emocional. A
continuación se presentan una serie de afirmaciones relacionadas con este aspecto de su trabajo
profesional.
CONSIGNA: Por favor, lea cuidadosamente cada una de las siguientes afirmaciones e
indique cuánto coincide con lo que le sucede a usted. Marque con una cruz debajo del
número que usted elija, teniendo en cuenta que:
0 = muy de acuerdo
1= de acuerdo
2= desacuerdo
3 = muy en desacuerdo
98
0 1 2 3
1. Mantengo el cuidado de mi salud.
2. Paulatinamente pierdo el interés en afrontar problemas que presentan
mis clientes/pacientes.
3. Pienso mucho en las experiencias traumáticas que me narran mis
clientes/pacientes.
4. Me sobreinvolucro con determinados clientes/pacientes con el objetivo
de ayudarlos.
5. Siento un deseo irrefrenable de ayudar a mis clientes/pacientes más
allá de mis funciones profesionales específicas.
6. No necesito medicación para afrontar el estrés laboral.
7. Mientras trabajo recuerdo experiencias personales atemorizantes de
manera repentina e involuntaria.
8. No tengo dificultad para dormirme o mantener el sueño
9. Siento que mis clientes/pacientes son personas frágiles y que
inevitablemente necesitan de mi asistencia profesional.
10. Fuera de mi trabajo, he recordado involuntaria y súbitamente
experiencias atemorizantes de mis clientes/pacientes
11. Cuanto más trabajo más me alejo de amigos y conocidos
12. Me cuesta mantener la concentración.
13. Mientras trabajo siento las mismas cosas que mis clientes/pacientes
me cuentan.
14. Arreglo mi lugar de trabajo y disfruto de dicha tarea.
15. Tengo problemas para relacionarme con la gente.
16. Hablo con mis amigos y/o familiares sobre mis experiencias
estresantes.
17. Uso respuestas evasivas para no escuchar las historias penosas de
mis clientes
18. Prefiero evitar el trabajo con determinados clientes/pacientes.
19. Tengo manifestaciones de irritabilidad ante muy poca provocación.
20. No presento síntomas somáticos.
21. Nunca pierdo las esperanzas de ayudar a mis clientes/pacientes
22. Recurro a un profesional para poder afrontar una situación laboral
desgastante.
23. Aumento de peso de modo llamativo.
24. Pienso que realmente ayudo a mis clientes.
25. El sufrimiento me hace más eficaz y eficiente.
26. Me cuesta levantarme por las mañanas.
27. Puedo despegarme del cliente/paciente una vez que termina el
encuentro.
99
HOJA DE CORRECCION PARA IDE
+ + + + + + + + =
*2 *5 *9 *12 * 15 *18 *21 *24 *26 9
Factor 2: Cuidado personal: (Dimensión que indica en qué medida el profesional cuenta con
recursos personales y técnicos de cuidado personal para prevenir o afrontar el desgaste
biopsicofísico propio del trabajo de ayuda)
+ + + + + + + + + =
1 6 8 *11 14 * 17 20 * 23 *25 27 10
+ + + + + + + =
*3 * 4 * 7 * 10 *13 *16 *19 *22 8
* Traslade al factor que corresponda los valores adjudicados por el sujeto en cada ítem.
* Invierta los valores que llevan (*), que son los formulados con contenido negativo. 0
será 3, 1 será 2, 2 será 1 y 3 será 0.
3° Buscar luego, en cuál de los cuatro perfiles encaja cada uno de los factores por
separado.
4° Si sucede que los resultados de los factores no caen los tres dentro del mismo perfil,
evaluar del siguiente modo: el perfil más cercano a cero indica el factor recurso disponible
del profesional. El o los factores más alejados de 0, indica las debilidades del profesional.
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DIAGNÓSTICO:
- Perfil 1: Funcionamiento empático óptimo, sin riesgo de contraer SDpE. Las condiciones para
diagnosticar a este perfil son:
Que el resultado de la evaluación total sea menor a 20.
Que el resultado de al menos dos de los tres factores sean menores o iguales al valor
correspondiente a su percentil 25. (i.e. Involucración Profesional, menor o igual que 6; Cuidado
Personal, menor o igual que 8; y/o Vulnerabilidad, menor o igual a 7).
Que ningún factor tenga un puntaje mayor a su percentil 50. O sea, el puntaje del factor
Involucración Profesional no debe ser mayor a 12; el del factor Cuidado Personal no debe ser mayor
a 15; y el del factor Vulnerabilidad no debe ser mayor a 14.
En caso de no cumplirse el punto „b‟ y/o „c‟, por más de que el puntaje total sea inferior a 20, el
diagnóstico corresponde al perfil 2 –Funcionamiento empático normal, sin riesgo de contraer SDpE.-
- Perfil 2: Funcionamiento empático normal, sin riesgo de contraer SDpE. Las condiciones para
diagnosticar a este perfil son:
Que el resultado de la evaluación total sea un valor mayor 20 y menor que 41.
Que el resultado de al menos dos de los tres factores sean menores o iguales al valor
correspondiente a su percentil 50 (i.e. Involucración Profesional, menor o igual que 12; Cuidado
Personal, menor o igual que 15; y Vulnerabilidad, menor o igual a 14).
Que ningún factor tenga un puntaje mayor a su percentil 75. O sea, el puntaje del factor
Involucración Profesional no debe ser mayor a 18; el del factor Cuidado Personal no debe ser mayor
a 22; y el del factor Vulnerabilidad no debe ser mayor a 23.
En caso de no cumplirse el punto „b‟ y/o „c‟, por más de que el puntaje total sea un valor entre 21 y
41, el diagnóstico corresponde al perfil 3 –Funcionamiento empático normal, en riesgo de contraer
SDpE.-
- Perfil 3: Funcionamiento empático normal, en riesgo de contraer SDpE. Las condiciones para
diagnosticar a este perfil son:
Que el resultado de la evaluación total sea un valor mayor a 41 y menor que 61.
Que el resultado de al menos dos de los tres factores sean mayores al valor correspondiente a su
percentil 50 y menores o iguales que el valor de su percentil 75. (i.e. Involucración Profesional,
mayor que 12, pero menor o igual que 18; Cuidado Personal, mayor que 15, pero menor o igual a
22; y/o Vulnerabilidad, mayor a 14, pero menor o igual que 23).
Que ningún factor tenga un puntaje menor a su percentil 25. O sea, el puntaje del factor
Involucración Profesional no debe ser menor que 6; el del factor Cuidado Personal no debe ser
menor que 8; y el del factor Vulnerabilidad no debe ser mayor a 7. En caso de que esto no se
cumpla, el diagnóstico corresponde al perfil 2 –Funcionamiento empático normal, sin riesgo de
contraer SDpE-.
En caso de no cumplirse el punto „b‟, por más de que el puntaje total sea un valor entre 21 y 41, el
diagnóstico corresponde al perfil 4 –Funcionamiento empático anormal, con SDpE-.
- Perfil 4: Funcionamiento empático anormal, con SDpE. Las condiciones para diagnosticar a este perfil
son:
a- Que el resultado de la evaluación total sea un valor mayor a 61.
b- Que el resultado de al menos dos de los tres factores sean mayores al valor correspondiente a su
percentil 75 y nunca menores a su percentil 25. (i.e. Involucración Profesional, mayor que 18, pero
nunca menor que 6; Cuidado Personal, mayor que 22, pero nunca menor que 8; y/o Vulnerabilidad,
mayor a 23, pero nunca menor que 7). Si el puntaje de un factor es menor que el correspondiente a
su percentil 25, por más que los valores de los dos restantes sean mayores a su percentil 75, el
diagnóstico corresponde al perfil 3 –Funcionamiento empático normal, en riesgo de contraer SDpE-
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