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AGE N DA I N T E R N AC I O N A L N º 5

J o rg e E . M a l e n a

¿El Dragón adopta la Realpolitik?

La pretendida desideologización de la política exterior de


Beijing constituye uno de los pilares del realismo chino

P OR JORGE EDUARDO MALENA

Magíster en Política Internacional de Asia de la Universidad de Londres


Profesor en el Instituto de Ciencias Políticas y de Relaciones Internacionales de la UCA y en la
Escuela de Estudios Orientales de la Universidad del Salvador (USal).

Vigencia de la concepción Realista de las RR.II. en China


A lo largo de la década de 1990 se formularon en Occidente críticas tanto a académicos
como a funcionarios de la República Popular China (RPCh) por su concepción realista
de las relaciones internacionales (en adelante RR.II.). Se ha hecho referencia a que Chi-
na tiene una visión “westfaliana” de soberanía, que se complementa con una definición
obsoleta de intereses nacionales, a pesar del mundo en el cual está insertado el país (ca-
racterizado por la globalización y la interdependencia)1. Estas diatribas a la visión china
de las RR.II. llevan a preguntarnos sobre el origen de los estudios internacionales en ese
país, las características de la concepción realista aparentemente abrazada por la Repúbli-
ca Popular y la posibilidad de que existan visiones opuestas. Por último, se tratarán las
perspectivas para el cambio (ya que de la evaluación que los académicos y funcionarios
chinos hacen de la naturaleza de las RR.II., puede inferirse cómo será el bosquejo de su
política exterior) y presentarán algunas reflexiones.
A tales efectos, se examinan algunos de los textos más renombrados en RR.II. publicados
durante la década de 1990 en la RPCh, si bien cabe aclarar que la producción intelectual en
ese país no siempre coincide con las visiones oficiales (pese a que persiste la censura, se ob-
serva libertad de pensamiento en la comunidad académica ligada al estudio de los asuntos
internacionales). La vinculación entre investigador y decisor proviene más bien del hecho
de que la gran mayoría de think tanks produce principalmente para (e incluso depende de)
aquellos organismos que entienden en el diseño de la política exterior china.

Génesis de los estudios sobre RR.II. en la R. P. China


Tras el establecimiento de la República Popular en 1949, solamente existía en la Universi-

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dad del Pueblo de China (conocida en mandarín como Renda) un departamento de Asun-
tos Extranjeros (Guowai Shi), que recién en 1955 sería convertido en facultad. Luego en
1963, las universidades de Pekín (Beida) y Fudan establecieron departamentos para el es-
tudio de la Política Internacional (Guoji Zhengzhi Xue). En ese entonces, editoriales bajo
control del Partido Comunista de China (PCCh) comenzaron a publicar la traducción de
las obras de Nicholas Spykman, Henry Kissinger, George Kennan y Herman Kahn.2
En similar período, tampoco existió en la RPCh una teoría de las RR.II. propiamente
dicha. Se acudía en su lugar a interpretaciones de los puntos de vista de Marx, Engels,
Lenin, Stalin y Mao Zedong sobre el panorama internacional. Los libros de texto en boga
sobre política internacional de la época eran Lenin y Stalin sobre China (Pekín, 1953),
Stalin sobre la Situación Internacional de la Postguerra (Pekín, 1954), Citas del Cama-
rada Mao Zedong sobre Temas Internacionales (Pekín, 1958), Marx y Engels sobre el
Colonialismo (Pekín,1962), y Stalin sobre la Situación Internacional y la Política Exterior
Soviética (Pekín, 1964).3 En pocas palabras, los cursos de RR.II. en las universidades chi-
nas se dedicaban a explicar las teorías marxistas sobre el imperialismo, el colonialismo,
la guerra y la paz.
La consolidación de las RR.II. como una disciplina de estudio, tuvo lugar en una etapa
posterior a aquella acontecida en Occidente. Recién a partir de mediados de los 80s, en
consonancia con el desarrollo de la política de reforma y apertura lanzada por Deng
Xiaoping a fines de la década anterior, la comunidad académica gozó de los subproduc-
tos de una era de mayor estabilidad4: la reapertura de instituciones que en la etapa previa
habían sido clausuradas, un ambiente de cierta libertad académica, la llegada de especia-
listas extranjeros con la finalidad de dictar cursos y el ingreso de considerable cantidad
de obras del exterior.
Es en 1985 cuando puede marcarse el comienzo de la discusión sobre temas propios de
la teoría de las RR.II., cuando la Sociedad China de Historia de las Relaciones Interna-
cionales organizó un seminario dirigido a “estudiar la herencia del Marxismo-Leninismo
en la teoría de las RR.II.” y a “construir los marcos teóricos para desarrollar los estudios
internacionales en China”5.
Ese mismo año, el Comité Central del PCCh emitió una serie de instrucciones sobre la
Reforma de la Educación que incluyó la implementación de un curso obligatorio en to-
das las universidades sobre “Política y Economía Mundial y Relaciones internacionales”
(Shijie Zhengzhi Jingji yu Guoji Guanxi). Con el objeto de contar con la bibliografía que
complementara al curso, se publicaron posteriormente casi un centenar de nuevas obras,
de los cuales alcanzaron mayor renombre “Política y Economía Mundial Contemporá-
nea” (Dangdai Shijie Jingji yu Zhengzhi) de Du Houwen y Feng Tejun (eds.)6 y “Política
y Economía Mundial y Relaciones internacionales Contemporáneas” (Dangdai Shijie
Zhengzhi Jingji yu Guoji Guanxi) de Feng Tejun (ed.)7.
Tras los incidentes de la plaza Tiananmen en junio de 1989, la mayoría de las ciencias
sociales en China sufrieron un retroceso, como consecuencia de las campañas del Go-
bierno “en contra del liberalismo”. Pese a ello, el campo de las RR.II. fue uno de los

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El presidente chino Hu Jintao (der.) junto a James Soong, líder del principal partido de oposición en Taiwán

menos perjudicados, posiblemente como resultado de que a las autoridades centrales les
preocupaba más el aislamiento que sufría el país que la estrategia de “evolución pacífica”
(heping yanbian) que adjudicaban a Occidente8.

Naturaleza y Fuentes de la Realpolitik en China


El Realismo, como escuela de pensamiento de la teoría de las RR.II. en Occidente se
asienta en tres creencias básicas: el Estado-nación es el actor principal de las RR.II., la
política internacional se caracteriza por su anarquía (dada la carencia de una autoridad
central como sucede en la política interna), y la interacción entre Estados se desenvuelve
en términos de “políticas de poder”. El “credo” del Realismo se afirma en la dicotomía
entre la política interna y la política internacional. Para Martín Wight, el fin de la primera
es la búsqueda de la “buena vida” (good life), mientras que la segunda persigue la “super-
vivencia” (survival). En tanto el proceso político interno es encauzado por las leyes y las
instituciones, el devenir político internacional se circunscribe a la lucha por el poder9.
Teniendo en cuenta estos supuestos básicos, el Realismo desarrolló una teoría de los in-
tereses nacionales, cuya “ley primera” fue postulada por Hans Morgenthau:
“The main signpost that helps political realism to find its way through the landscape of
international politics is the concept of interest defined in terms of power... We assume
that statesmen think and act in terms of interest defined as power”10
Por su parte, la Escuela Realista china no sólo afirma todo lo antedicho, sino que tam-
bién declara que los intereses nacionales “existen objetivamente” y por lo tanto “deben
ser estudiados bajo el método científico”11. Los intereses nacionales se convierten en la
personificación de la Nación toda, siendo su consecución el “derecho inalienable” de todo
Estado12.

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Según esta concepción, “el factor fundamental que alienta la conducta internacional es el
interés, por lo que las ideologías, las religiones y los valores no constituyen motores de la
diplomacia”. Al mismo tiempo, sus representantes bregan por “una perspectiva pragmá-
tica” que conduzca el análisis de las RR.II.13
Las fuentes del Realismo chino se encuentran en los Cinco Principios de Coexistencia
Pacífica y en el pensamiento y obra de Deng Xiaoping. Por los primeros se entiende
aquellas ideas directrices enunciadas por primera vez por Zhou Enlai en 1954, con moti-
vo de su visita oficial a la India, que se reflejaron en el Comunicado Conjunto firmado por
el Premier chino y Jawaharlal Nehru. Las mismas, dirigidas en contra de “la hegemonía”
(baoquan zhuyi), consisten en:
• Respeto mutuo de la soberanía y la integridad territorial,
• Práctica mutua de la no agresión,
• No interferencia en los asuntos internos del otro Estado,
• Igualdad y beneficio mutuo, y
• Coexistencia pacífica
A partir de comienzos de los 80s, los académicos y en particular los funcionarios chinos
han enfatizado que los Cinco Principios constituyen la guía de un “nuevo orden político
internacional”14. El respeto por la soberanía se presenta como la raíz de estos Cinco Prin-
cipios, la cual “reside exclusivamente en manos de Estados diferenciados espacialmente”
y “debe preservarse del ejercicio de ‘políticas de poder’ (qiangquan zhengzhi)”.15
Por otra parte, el Dengismo, ya sea en sus aspectos tanto teóricos como prácticos, con-
tribuyó al forjamiento de la Realpolitik china. En el plano de las ideas, el “Pequeño Ti-
monel” aseveró que “los derechos nacionales (guoquan), entendidos básicamente como
derecho a la soberanía y a la seguridad nacional, deben ser nuestra prioridad”. En este
contexto, una vez que los países interactúan siguiendo sus intereses nacionales, “los con-
flictos se solucionarán y el mundo gozará de paz”.16
Existe la anécdota, reflejada en las Obras Escogidas de Deng, sobre que una vez reunidos
el ex presidente Richard Nixon y Deng Xiaoping en Washington en enero de 1979 (en lo
que constituyó la primer visita de un alto funcionario de la RPCh a los EE.UU.), el visi-
tante oriental le había expresado a su anfitrión:
“los intereses nacionales deben ser la piedra angular de las RR.II. Por ejemplo, su visita a
China en febrero de 1972 fue sensata: Ud. era anticomunista y sabía que nosotros éramos
comunistas. No obstante, tuvimos presente que los respectivos intereses nacionales eran
nuestra guía y gracias a ello conversamos y resolvimos problemas”.17
En el plano práctico, una vez que Deng se convirtió en el hombre fuerte de la RPCh (tras
ser rehabilitado y asumir como Viceprimer Ministro del Consejo de Estado y Jefe del Es-
tado Mayor del Ejército Popular de Liberación en 197718), puso en vigencia una serie de
medidas destinadas a extirpar el espíritu revolucionario y excesivamente ideologizado de
la etapa precedente, lo cual también se reflejó en la elaboración de la teoría de las RR.II.
La discusión en RR.II. dejó de construirse sobre elementos ideológicos como la lucha de
clases marxista, la cual concebía que, del momento que el Estado era la herramienta de

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la clase gobernante, los intereses nacionales naturalmente reflejaban sus intereses secto-
riales. En su lugar, tuvo cabida la incorporación del concepto de “interés nacional” enten-
dido como representación de la voluntad de “la nación en su conjunto”, la cual “incluye
tanto a los gobernantes como a los gobernados”.19

Temas en boga en el Realismo chino


La bibliografía muestra que a lo largo de los 90s, los más renombrados autores han hecho
hincapié en la noción estato-céntrica de las RR.II., la utilidad del empleo de “políticas de
poder”, la necesidad de jerarquizar los temas de la agenda, y la existencia (o no) de una
teoría de las RR.II. “con características chinas”.
Con respecto a la suscripción hecha al concepto de que el Estado es el actor primario de
las RR.II., el mundo es entendido como un ámbito colmado de Estados-nación abocados
a la competencia y la lucha entre sí.20 Incluso asuntos de entidad propia como el choque
de civilizaciones o la defensa de los derechos humanos, son considerados a través del
prisma de “los intentos de ciertos países occidentales para reforzar su hegemonía sobre
los países en desarrollo y subdesarrollados”. Ante ello, “el Tercer Mundo debe hacer
frente a la expansión cultural en ciernes, para evitar la homogeneización y la imposición
de una cultura global”.21
En ese sentido, el papel central que se le atribuye al uso de políticas de poder resulta
evidente, atento a que el mundo es visto como una arena donde interactúan Estados so-
beranos involucrados en una competencia sin cuartel. Un autor ha comparado el sistema
internacional con un mundo habitado por ovejas y lobos:
“si la manada de ovejas erige murallas para protegerse, esto no se debe a que no sean
tolerantes, sino más bien a que quieren evitar ser devoradas por los lobos. Pero del punto
de vista de los lobos, estas murallas resultan innecesarias e incluso provocativas”.22
Posiblemente sea novedoso presentar uno de los motivos por los cuales los adscriptos al
Realismo en la RPCh exaltan esta cuestión: la persistencia en su inconsciente del mito
“de la humillación nacional”. Según éste, el pueblo chino fue sometido y dominado por el
colonialismo europeo, japonés y estadounidense a partir de la Guerra del Opio de 1839-
1842 hasta el establecimiento de “la Nueva China” el 1º de octubre de 1949.
Por tal motivo, a pesar de que la interdependencia y el multilateralismo sean datos in-
objetables de la realidad, no les interesa conocer el modo en que estas fuerzas están
transformando la estructura del sistema internacional. Por el contrario, los adherentes a
la Realpolitik en la RPCh observan a la creciente transnacionalización desde el punto de
vista de cómo su país puede aprovechar el “marco externo” para salvaguardar el interés
nacional.23
Cuando se trata de rejerarquizar a los temas de la agenda, los “realistas chinos” se di-
ferencian de sus colegas occidentales. Mientras que éstos ubican a la Seguridad en el
terreno de la “alta política” y a las cuestiones socio-económicas como parte de la “baja
política”, aquellos juzgan lo contrario. Esta percepción podría atribuirse a la convicción
en que la política internacional tras el fin de la Guerra Fría se caracteriza por la “bús-

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queda de poder integral” (zhonghe guolide jiaoliang), en donde lo social no puede ser
ignorado24 (recordemos que la población china constituye algo más del 20% de la pobla-
ción mundial).
Por último, las discusiones sobre la existencia o no de una teoría de las RR.II. “con carac-
terísticas chinas” han girado en torno al principio esbozado por la dirigencia reformista
de los 80s de “Socialismo con características chinas”, por lo que es innegable el sesgo
político existente. En mayo de 1994, tuvo lugar una importante conferencia organizada
conjuntamente por la Universidad de Pekín, la Universidad del Pueblo de China y la
Sociedad China de Historia de las Relaciones Internacionales, cuyo objeto fue identifi-
car la los elementos constitutivos de la “sinicidad” en la teoría de las RR.II.. Para Liang
Shoude, estos elementos son:
“los derechos e intereses nacionales” (guojia guanyi), la teoría de desarrollo a través de
la reforma (gaige fazhan lun) y el estándar de los medios de producción (shengchanli
biaozhun).25
Otros académicos reconocen la “posibilidad” de construir una teoría china de las RR.II..
Por ejemplo, Ni Shixiong, Jin Yingzhong, y Feng Shaolei sostienen que para ello se debe
tener presente la inclusión de: (1) la postura de defender la paz internacional, (2) la ad-
hesión a los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica, y (3) el empleo de los estilos de
lenguaje, conducta y pensamiento chinos.26

El gradual ascenso de la Escuela Idealista china


Aunque todo lo antedicho nos demuestra la preeminencia del pensamiento realista en el
ámbito de la teoría de las RR.II., también es dable reconocer que otros puntos de vista
han florecido en la República Popular.
En contraste con el Realismo, el Idealismo en RR.II. subraya el papel que tanto el Estado
como los actores no estaduales tienen en el escenario internacional, a la vez que percibe
a la política internacional como un juego de “suma positiva” (todos ganan) -a diferencia
del Realismo que profesa que tal juego es de “suma cero”-. Asimismo, la Escuela Libe-
ral reconoce los efectos mitigantes sobre la anarquía internacional que tienen el mul-
tilateralismo, la interdependencia y los regímenes internacionales. Específicamente, el
Idealismo suscribe a la contribución a la paz del comercio, el gobierno republicano, la
institucionalización, el imperio de la norma y la interacción transnacional.27
En las obras chinas del género de los 90s, se observa una creciente incorporación de estos
conceptos, al punto tal que en la cumbre del Foro para la Cooperación Económica del
Asia Pacífico (organización comúnmente conocida por sus siglas en inglés, APEC), el ex
presidente Jiang Zemin pareció en su discurso un liberal occidental:
“... una serie de cuestiones como las relaciones económicas, los intercambios comercia-
les, el desarrollo científico y tecnológico, la protección del medio ambiente, el control de-
mográfico, la prevención de la criminalidad, la lucha contra el narcotráfico, la prevención
de la proliferación nuclear y el tratamiento del SIDA, revisten carácter global y cada uno
de ellos exige cooperación”28

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Cabe destacar que a principios de la dácada de 1980 China se incorporó al Banco


Mundial y al FMI y en 1986 presentó su solicitud de ingreso al GATT (desde 1995
OMC -a la que ingresó en 2002-), a los que previamente había calificado como “bas-
tiones del Capitalismo”.
Sin embargo, la retórica liberal, en especial aquella proveniente de los pronunciamientos
oficiales, debería ser tomada con pinzas, debido a que su empleo puede ser por motivos
tácticos y no la prueba de una verdadera aprehensión de los conceptos. El primer caso, es
cuando acontece un “cambio de los medios pero no de los fines”, mientras que el segundo
cuando tiene lugar “un cambio de fines y de medios”.29
Resultan sugestivas las aseveraciones de Li Shenzhi, ex vicepresidente de la Academia
China de Ciencias Sociales, quien argumentó que:
“los conceptos de Nación, soberanía y fronteras se transformarán como consecuen-
cia de la labor de fuerzas trans y supranacionales y los cambios que resulten traerán
modificaciones que no serán como las anteriores que sólo afectaron la distribución
del poder... los actores estaduales y las normas internacionales se verán afectados,
consolidándose actores no estaduales y valores propios del ámbito local... es im-
perante que los Estados busquen soluciones comunes por medio de la cooperación
multilateral. Si China opta por el chauvinismo, será un desastre para sí misma y para
el mundo”30
Los elementos liberales Otra obra de 1995 examinó el impacto de
la interdependencia y la globalización en
del discurso oficial chino las RR.II.. Fueron listados diez factores que
en relaciones exteriores afectarían la preeminencia del Estado na-
cional soberano: (1) la incongruencia entre
no implican siempre una Estado y Nación, (2) el debilitamiento de la
adhesión a esos conceptos capacidad del Estado -que conlleva la mer-
ma de sus responsabilidades-, (3) la escasa
identidad cultural, (4) la cada vez menor legi-
timidad, (5) el creciente rol de las organizaciones internacionales, (6) el aumento de las
intervenciones militares, (7) el fortalecimiento de las organizaciones no gubernamenta-
les, (8) la interdependencia económica, (9) la profundización de las crisis globales y (10)
la menor efectividad de la diplomacia clásica.31
Pueden citarse también ejemplos de estudios sobre cómo la informática y los cambios
en tipo de producción han influido en el campo de las ideas y la conducta humana,32 los
aspectos favorables de la interdependencia e n materia de seguridad regional,33 e incluso
el valor implícito de la seguridad colectiva.34
La creciente impronta liberal es particularmente llamativa en aquellos estudios sobre
temas de Defensa. Un autor ha expresado:
“... vivimos en una sociedad global donde la estabilidad de un país está entrañablemente
relacionada con la seguridad de otros. La protección del interés común recibe cada vez
mayor consenso... El diálogo y la cooperación en materia militar permite no sólo hacer

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frente a una amenaza compartida sino que también afianza la estabilidad internacional.
Gracias a este enfoque de la defensa, la implementación de medidas de confianza mutua
se coloca por encima del uso o la amenaza al uso de la fuerza35.
No obstante, es dable mencionar que en reiteradas ocasiones, el discurso idealista se ha
orientado a contribuir con mitigar la principal preocupación de quienes adhieren al Rea-
lismo: el fenómeno de la interdependencia ha sido analizado en tanto y en cuanto puede
constituir una amenaza a China, sin importar su valor en sí mismo o los beneficios im-
plícitos que trae aparejada. Específicamente, estos trabajos han enfocado la globalización
desde la perspectiva de cómo la misma influiría la estabilidad interna de la RPCh.36

Perspectivas para el cambio


La modificación de la percepción sobre los intereses nacionales que actualmente rige en
China guardaría relación con una serie de elementos, a saber: (1) la consolidación de la
coherencia teórica y el rigor académico de la visión liberal y (2) la erosión de la credibi-
lidad en el paradigma realista.
Por coherencia teórica se entiende no solamente la consistencia y cohesión del discurso
idealista “puertas adentro” (lo cual es instrumental al rigor académico), sino también el
apego a los valores y las instituciones que prevalecen en la sociedad. Una política (en este
caso la exterior) logra imponerse tanto por el convencimiento, el poder y la influencia de
quienes la esgrimen, como también por su identificación con “los gobernados”.
En la era post-Mao, académicos y funcionarios de impronta liberal han avanzado en la
jerarquía, lo que hizo posible la difusión de sus ideas -las que reflejaban los valores de
donde provenían, v.g. la sociedad, o los contenidos aprendidos en Occidente y adoptados
como propios-. La inmensa mayoría del pueblo chino, orgulloso de los logros políticos y
económicos alcanzados en los últimos 25 años, aspira por sobre todo a disfrutar de esos
frutos y vivir en paz. Asimismo, en la medida en que más y más jóvenes formados en el
exterior bajo el amparo de la “reforma y apertura” se incorporen a la comunidad que se
dedica a la teoría de las RR.II., existiría la posibilidad de cambio.
En cuanto a las insuficiencias que contribuirían a erosionar al discurso realista, la defi-
nición de “interés nacional” como representación de la voluntad de “la nación en su con-
junto”, escinde la política interna de la exterior y por ello fracasa en explicar cómo aquel
es configurado. Ello redunda en que no pueda ser explicado con argumentos de peso la
raíz de la política exterior china (aún en el caso que existiera una serie de intereses que
pertenecen a la nación en su conjunto, el grado de identificación del individuo, los sec-
tores, las regiones, etc. con esos intereses bien puede variar37). En contrario sensu, si los
intereses nacionales “existen objetivamente” y “pertenecen al colectivo” ¿puede existir
alguna política exterior que no salvaguarde el interés nacional?
Del momento que la concepción realista de los intereses nacionales brinda un esquema
mental a través del cual se toman las decisiones en política exterior (lo cual incluye la ex-
pectativa sobre qué es lo que puede suceder -y la realidad muestra que no siempre ocurre
lo que se espera-), el Liberalismo puede brindar una teoría alternativa (y superadora) del

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interés nacional, al tener presente el ámbito interno de la política y la interacción entre


factores internos y externos.
Desde ya, la efectividad del paradigma depende, en definitiva, de los logros que se alcan-
cen. En los 90s, la RPCh ha procurado beneficiarse de las oportunidades que presenta
el sistema internacional, a los efectos de conseguir la modernización económica. Por tal
motivo, abandonó la retórica revolucionaria en boga durante los 50s y 70s, adoptando un
perfil pragmático, funcional a los intereses nacionales. En la actualidad, el dilema con-
siste en cómo responder (compensar) a ese marco externo. Algunos autores han incluso
llegado a expresar una suerte de “frustración” con el predicamento de “buscar los intere-
ses propios y evitar daños” (quli bihai).38

Reflexiones finales
De la misma manera que la mayoría de los académicos chinos son respetuosos de la lí-
nea oficial a seguir que establece el PCCh, también es cierto que parte considerable de
los funcionarios prestan atención al aporte de los especialistas, por ser éstos quienes los
nutren de ideas. Clara muestra de ello es la adopción por la dirigencia de una concepción
realista de la política internacional, que se condice con la imperante escuela de pensa-
miento en teoría de las RR.II..
Asimismo, cabría preguntarse si la desideologización puesta en marcha en la era de
Deng, no constituye en sí mismo una ideología, al punto que la máxima dengista “buscar
la verdad de la realidad” (shishi qiushi) se haya convertido en dogma. Su influencia en la
disquisición sobre la naturaleza de las RR.II. estaría presente en el excesivo pragmatismo
y desafección por el papel que juegan las ideologías, las religiones y los valores.
La otra fuente de la que abreva el Realismo chino, v.g. los Cinco Principios de Coexisten-
cia Pacífica, con su reconocimiento de la naturaleza anárquica y conflictiva de las RR.II.,
refuerza -paradójicamente- los cimientos de la concepción “westfaliana” de soberanía (a
pesar de estar dirigidos a contrarrestar la hegemonía y las políticas de poder).
A modo de conclusión, la concepción realista vigente en la RPCh (aunque en apariencia
monolítica), perdura en un medio dinámico y contestatario. Una China en donde la con-
cepción liberal gane espacio será una China más cooperativa y menos proclive a objetar
las normas de la comunidad internacional, lo que daría por tierra la hipótesis de la “ame-
naza china”.
No obstante, mientras la RPCh esté comprometida con su “nation building” (que abarca
principalmente la integridad territorial, la modernización económica y la estabilidad in-
terna), difícilmente tenga cabida la renuncia a la Realpolitik.

Notas
1 Para citar los trabajos más emblemáticos: Christensen, Thomas “Chinese Realpolitik” en Foreign Affairs Vol. LXXV no. 5 (September/
October 1996), pp. 37-52; Kim, Samuel “China’s International Organizational Behavior” en Thomas Robinson y David Shambaugh (eds.)
Chinese Foreign Policy, Theory and Practice (New York: Oxford University Press, 1993); y Robinson, Thomas W. “Interdependence in
China’s Foreign Relations” en Samuel Kim (ed.) China and the World: Chinese Foreign Relations in the Post-Cold War Era (Boulder, Co:

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Westview Press, 1994).


2 Song Xinning, “Building International Relations Theory with Chinese Characteristics” en Journal of Contemporary China, Vol. X no. 26
(2001), p. 62.
3 Ibidem, p. 63.
4 Recordemos que entre 1964 y 1976 el país se había visto sumergido en la oficialmente denominada “Gran Proletaria Revolución Cultural”
y previamente (entre 1958 y 1961) había sufrido el experimento del “Gran Salto Adelante”.
5 Las conclusiones de este seminario se encuentran en Zhongguo Guoji Guanxishi Xuehui [Sociedad China de Historia de las Relaciones
Internacionales] (ed.), Guoji Guanxishi Lunwenji [Ensayos sobre Historia de las Relaciones Internacionales], Vol. III (1986).
6 De la editorial de la Universidad Normal de Pekín [Beijing Shifan Daxue Chubanshe], año 1986.
7 De la editorial de la Universidad del Pueblo de China [Zhongguo Renmin Daxue Chubanshe], año 1987.
8 Por “evolución pacífica” se entiende en China la estrategia de largo plazo que buscaría implementar Occidente a los efectos de socavar la
base de poder del Partido Comunista de China y los pilares culturales del país.
9 Wight, Martin “Western Values in International Relations” en Herbert Butterfield y Martin Wight (eds.) Diplomatic Investigations (Cam-
bridge: Harvard University Press, 1966), p. 101.
10 Morgenthau, Hans y Kenneth Thompson Politics Among Nations: The Struggle for Power and Peace 6th ed. (New York: Knopf, 1985),
pp. 5 y 11.
11 Yan Xuetong, Zhongguo Guojia Liyi Fengxi [Análisis de los Intereses Nacionales de China] (Tianjin: Tianjin Renmin Chubanshe [Tient-
sin: Editorial Popular de Tientsin], 1996), p. 6. Cabe destacar que Yan Xuetong se desempeñó como Director del Centro para Estudios de Po-
lítica Exterior del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China, el más prestigioso think tank del país en la materia.
12 Liang Shoude y Hong Yinxian, Guoji Zhengzhi Xue Gailun [Introducción al Estudio de la Política Internacional] (Beijing: Zhongyang
Bianyi Chubanshe [Pekín: Editorial Compiladora Central], 1994), p. 43. Es dable mencionar que Liang Shoude fue el decano de la Escuela
de Relaciones Internacionales de la Universidad de Pekín.
13 Ibidem, p. 58 y 60.
14 Deng Xiaoping, Deng Xiaoping Wenxuan [Obras Escogidas de Deng Xiaoping] (Beijing: Renmin Chubanshe [Pekín: Editorial Popular],
1993), p. 331.
15 Yan Xuetong, op. cit., p. 14.
16 Deng Xiaoping, op. cit., p. 330.
17 Ibidem, p. 331.
18 Gracias ello contó con el poder suficiente para lanzar, en el tercer plenario del décimo primer Comité Central del PCCh (diciembre de
1978) la “política de reforma y apertura” (gaige kaifang zhengce).
19 Liang Shoude y Hong Yinxian, op. cit., pp. 75-76.
20 Yan Xuetong, op. cit., pp. 4-5.
21 Wang Huning, “Wenhua Kuozhang yu Wenhua Zhuquan” [Expansión Cultural versus Soberanía Cultural] en Wang Jisi (ed.) Wenming yu
Guoji Zhengzhi [Civilizaciones y Política Internacional] (Shanghai: Shanghai Renmin Chubanshe [Shanghai: Editorial Popular de Shang-
hai], 1995), pp. 120-121.
22 He Xin, Zhonghua Fuxing yu Shijie Weilai [El Renacimiento de China y el Futuro del Mundo] (Sichuan: Sichuan Renmin Chubanshe
[Szechuan: Editorial Popular de Szechuan], 1996), p. 335.
23 Yan Xuetong, op. cit., p. 18.
24 Zhao Xiaochun “Lun Lengzhanhou Guojia Liyide Xinbianhua” [Sobre la Transformación de los Intereses Nacionales en la Era de la Post
Guerra Fría] en Guoji Guanxi Xueyuan Xuebao [Journal del Instituto de Relaciones Internacionales], no. 1 (1995), pp. 2-5.
25 Liang Shoude, “Lun Guoji Zhengzhixuede Zhongguo Tese” [Sobre las características chinas de los Estudios de Política Internacional],
Guoji Zhengzhi Yanjiu [Estudios sobre Política Internacional], no. 1 (1994), pp. 15-16.
26 Ni Shixiong, Feng Shaolei y Jin Yingzhong, Shiji Fengyunde Chan’er: Dangdai Guoji Guanxi Lilun [El Retoño de un Siglo Turbulento:
la Teoría Contemporánea de las Relaciones Internacionales] (Hangzhou: Zhejiang Renmin Chubanshe [Hangchow: Editorial Popular de
Chekiang], 1989) , pp. 181–184.
27 Nye, Joseph (Jr.) “Neorealism and Neoliberalism” en World Politics, Vol. XL, no. 2 (January 1988), p. 246.
28 Cable de la Agencia Oficial de Noticias Xinhua [Nueva China], 15 de noviembre de 1994.
29 Sobre esta interesante temática, ver Levy, Jack “Learning and Foreign Policy: Sweeping a Conceptual Minefield” en International Orga-
nization, Vol. XLVIII, no. 2 (Spring 1994), pp. 279-312.
30 Li Shenzhi, “Quanqiuhua: Ershiyi Shijide Daqushi” [La Globalización: Gran Tendencia del Siglo 21] en Keji Daobao [Periódico de Cien-
cia y Tecnología] 03 de junio de 1993, p. 5.
31 Wang Yizhou, Dangdai Guoji Zhengzhi Xilun [Análisis de la Política Internacional Contemporánea] (Shanghai: Shanghai Renmin Chu-
banshe [Shanghai: Editorial Popular de Shanghai], 1995), pp. 39-40.
32 Zhu Wenli, “Dui Dangqian Guoji Guanxi Bianhuade Jidian Renshi” [Algunas Reflexiones sobre los Cambios en las Relaciones Interna-

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AGE N DA I N T E R N AC I O N A L N º 5

J o rg e E . M a l e n a

cionales Contemporáneas] en Liang Shoude y Hong Yinxian (eds.), op. cit., p. 79.
33 Yu Bin, “The China Syndrome: Rising Nationalism and Conflict with the West” en Asia Pacific Issues no. 27 (may 1996), 7 pp..
34 Wang Jianwei y Lin Zhiming, “Chinese Perceptions in the Post-Cold War Era” en Asian Survey Vol. XXXII no. 10 (October 1992), pp.
902-917.
35 Tang Tianri, “Anquan Hezuode Xin Moshi” [Nuevo Modelo de Seguridad Cooperativa] en Liaowang [Perspectiva], no. 31 (1997), p. 44.
36 Wang Yong, “Lun Xiangchu Yicun dui Woguo Guojia Anquande Yingxiang” [Sobre el Impacto de la Interdependencia en Nuestra Segu-
ridad Nacional] en Liang Shoude y Hong Yinxian, op. cit., p. 113.
37 Sin ir más lejos, la actual política exterior que contribuye con el desarrollo de la “reforma y apertura”, no se percata de aquellos que se
benefician con ella (consumidores, agricultura e industria liviana, regiones costeras) ni de quienes se perjudican (productores, industria
pesada, provincias del interior).
38 He Xin, op. cit., p. 23.

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