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La esquizofrenia incipiente

La esquizofrenia incipiente
Ana Vaquero
Servicio de Psiquiatría. Complejo Hospitalario Universitario Xeral-Cíes. Vigo

El trema como estado característico que LMR, 21 años marchó a Canarias en busca de tra-
bajo. Llevaba varias semanas sintiéndose decaída pero
precede al desencadenamiento del delirio
suponía que alejándose de casa y cambiando de aires,
1. Conductas sin sentido su ánimo mejoraría. Sin embargo, no fue así. No
sabía muy bien cómo se sentía. En general tampoco
Con frecuencia, la Esquizofrenia se inicia con
estaba tan mal pero de repente, le agarraba una fuer-
conductas incompresibles o carentes de sentido.
te opresión en el pecho. Notaba entonces como el
GSG, 23 años llevaba varias semanas agobiado en el corazón le latía más rápido y le invadía un intenso
trabajo. Además este mes le tocaba turno de noche. temor a morir. No podía parar de llorar. No enten-
Uno de esos días, caminando hacia su trabajo le pidió día nada, no sabía qué hacer para calmar esa angus-
a una señora la hora. Según su relato, ésta se negó a tia. Buscaba respuestas pero le devolvían las pregun-
dársela mientras le enseñaba de forma descarada el tas. Debería saberlo, igual que sabía que algo malo
reloj. El se quedó paralizado, no sabía qué hacer pero iba a suceder. Se preguntaba por qué, por qué a ella.
pensó que lo mejor era reaccionar, por lo menos para
no quedar como un tonto. Esta no era la primera y 3. La desconfianza
empezaba a estar más que harto de la situación, por Muchos pacientes viven en una atmósfera de
lo que pasó a su lado y escupió cerca de ella. desconfianza frente a un mundo circundante
Existe un aumento de la tensión del campo, que hostil. En ella, no nos mueve lo que hacen o
corresponde a una consolidación de las barreras dicen los hombres, sino lo que no dicen y lo que
que, como muros, bloquean el campo. Este que- hacen en secreto a nuestras espaldas, lo que pre-
da, con ello, oprimido de tal forma que, en tal tenden hacer, lo que maquinan, lo que comen-
situación sólo es posible un comportamiento tan entre ellos cuando no estamos. El fondo ha
muy determinado. Dicho comportamiento, con- adquirido propiedades enteramente nuevas, dis-
ducta o actividad sin sentido aparente de alguna tintas de las que hasta entonces tenía, puesto
manera compensa la tensión y contribuye a man- que hasta entonces no necesitábamos prestarles
tener la inserción del sujeto en la estructura situa- atención. En su esencia estaba el que no necesi-
cional en el instante en que ésta se ve amenazada. táramos prestarle atención. Nos fijábamos en lo
que destacaba de él, lo que se convertía en figura,
2. Depresión inicial pero el fondo mismo era neutral. Ahora esta
El proceso esquizofrénico comienza con un es- neutralidad de fondo se ha perdido. El fondo
tado de ánimo peculiar, a veces muy difícil de adquiere un carácter agresivo, está dirigido con-
definir por el propio paciente. Unos lo intentan tra él. Se protege de él o le acecha.
describir como presión o tensión, como inquie- El delirio se suele desarrollar directamente a par-
tud o angustia, a veces también como alegre ani- tir de la desconfianza, de modo que resulta difí-
mación, similar a la esperanza. Otros lo experi- cil establecer el límite donde termina la descon-
mentan como culpa y pecado. Otros hablan de fianza y empieza el delirio. Teóricamente el lími-
desánimo, depresión, desesperación, melanco- te se encuentra donde la persona no es capaz de
lía con tedio vital y fracaso de la propia voluntad. la «transposición «. Mientras aún es capaz de

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realizar el cambio de sistema de referencia, aun- trataban de desconcertar, ¿por qué precisamente a
que sólo sea de forma transitoria, de ver la situa- él?. Trataba de relacionarlo todo pero nada parecía
ción con los ojos de los demás, de encontrarse tener un sentido concreto. Aunque no quisiera par-
con ellos en un mundo común podrá ser des- ticipar, ya era imposible escapar, no iban a dejarle.
confiado pero no está enfermo. Es posible, pues,
determinar de forma teórica el límite, pero no es La fase apofanica como forma de vivencia
posible reconocerlo en la práctica. Porque ningu- peculiar
na persona puede ver en el interior de otra, y el
enfermo no nos puede decir nada sobre ello. El 1. La apofanía de lo encontrado
no sabe que ha perdido la «transposición». Sólo
(espacio exterior)
podemos deducir o sospechar, por el compor-
tamiento, el «cambio hacia el delirio», pero nun- El paciente no ve nada distinto de lo que habría
ca reconocerlo con exactitud. visto cualquiera que hubiera estado con él. Y
tampoco lo ve de una manera distinta, con la
JAR, 22 años empezaba a percibir algo extraño a su
única excepción de que cada componente aisla-
alrededor. En su trabajo notaba cómo sus compañe-
do del campo hace referencia a él.
ros, unidos por un mismo fin, un fin que que él desco-
«Todo gira en torno a mí».
nocía, intentaban ponerle a prueba para ver cómo reac-
cionaba. Les sentía hablar a sus espaldas, percibía El enfermo vivencia las cosas del campo que le
cómo le decían las cosas de forma indirecta y confusa.. rodea como algo «especial», como «distinto», sin
poder decir qué hay en ello de distinto o especial.
En la mesa le dejaron un CD de rap antifascista, ¿qué
Esto dificulta muchas veces la anamnesis de los
pretendían que hiciera? ¿qué es lo que buscaban?. Fuera
enfermos, por cuanto esperamos que llegue lo
del trabajo, la misma historia. Sus amigos le invitaban
que realmente ve, pero nunca llega. El enfermo
a cenar y le servían el pollo crudo, ¿para qué?. El del
cuenta multitud de banalidades de las que siem-
bar de la esquina no le preparaba los bocatas como pre podíamos preguntar: ¿y qué?. Esperamos
siempre, notaba un gusto extraño... que sean el preámbulo de lo auténtico, porque
4. El humor delirante todos estos datos banales le aparecen al enfer-
mo bajo la luz anormal de la apofanía, sin que él
Marca justamente el límite característico entre la pueda darnos ninguna explicación sobre ello.
vivencia normal y la delirante. Jaspers la definía
En todo campo de percepción, las personas son
como una «alteración que todo lo penetra». Lo
«puntas de perfil» más marcadas que las pare-
característico del humor delirante es la expresión:
des, los árboles o las nubes. En consecuencia,
«pasa algo, pero no sé que es».
durante mucho tiempo –en la apofanía no de-
Es el conjunto de pequeñísimos rasgos imper- sarrollada completamente-, sólo en las personas
ceptibles del campo circundante, la fisonomía se descubre una conducta «llamativa». Pero cuan-
de la situación, lo que ha adquirido un «rasgo» do la apofanía se apodera de todo el campo de
nuevo y extraño. En el semblante de la situación percepción, al final nada queda libre de ella. En-
se refleja la desgracia de la que los demás estan tonces todo es llamativo. Entonces surge esa
informados, pero sobre la que le quieren dejar interpretación tan frecuente de que se está ro-
confuso. Este desastre es algo más que una des- dando una «película» o representando una «obra
gracia ordinaria. Es ni más ni menos que la puesta teatral». En el escenario del teatro o en el estudio
en cuestión de la propia existencia. de cine todo está ciertamente «dispuesto», y ello
A MCP, 26 años le inquietaba saber que algo pasa- de tal forma que parezca natural y no forzado.
ba y desconocer exactamente lo qué. Es lo que defi- Los decorados no se deben notar como tales,
nia como «efecto taladro». Le tocaba, es a él a quien deben simular la realidad.

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FGR, 32 años contaba como tras participar en un El camión blanco era la señal, si lo hubiese hecho
juego de ouija, entra en un mundo dominado por caso, todo hubiera ido mejor y no estaría internado
Dios y el Demonio en el que él es el centro pues es el en un loquero.
único que, con su muerte, puede salvar a su familia.
Por ello, se encierra en su habitación provisto de 3. Vivencias de reconocimiento y extrañamiento
cuchillos y se despide de su madre y hermanas ya que, Sería el falso reconocimiento y extrañamiento de
si el Demonio no acaba con su vida, él será quien lo personas y objetos reales del campo circundante
haga. del sujeto. Ambas vivencias se explican por un
predominio de las propiedades esenciales en la
2. La percepción delirante percepción. Por establecer una analogía sería lo
En el delirio se podría decir que se produce una que le ocurre al individuo sano en circunstancias
relajación o disolución de la coherencia natural de asociación relajada de estímulos, como por
de la percepción, así como una intensa liberación ejemplo en la oscuridad.
de las propiedades esnciales de determinados Por un lado ocurre que los parecidos que ante-
objetos de la percepción. riormente el sujeto registraba todo lo más como
Se pueden distinguir distintos grados de per- algo secundario, y en los que, por lo general, no
cepción delirante: se fijaba, ahora destacan con intensidad incom-
a. El objeto percibido indica al enfermo que se parablemente mayor e incluso llegan a imponer-
refiere a él pero el enfeermo no puede decidir se. Por otro, cuando en la percepción las propie-
dades fisonómicas llegan a adquirir un predo-
en qué sentido (apofanía pura).
minio sobre las propiedades objetivas, desapa-
b. El objeto percibido le indica que se refiere a él, rece toda seguridad en la percepción.
y también sabe inmediatamente en qué senti-
Por tanto, el realce de las propiedades esnciales,
do: que lo han puesto para someterle a prue-
en el caso de la vivencia delirante, puede condu-
ba, o para ver si se da cuenta. O bien, que está cir a una comparación de fisonomias parecidas,
«puesto» en algún otro contexto, porque van que se reconocen falsamente como identidades
a filmarle o algo similar (vivencia de lo «fabri- o inversamente, también a una negación de lo
cado» en el sentido de K. Schneider). idéntico. El realce de las propiedades esenciales
c. El objeto percibido significa algo totalmente explica que se dude de identidades y que se ten-
determinado (predominio de las propieda- gan por idénticas cosas diferentes (cuando existe
des esenciales-alteración de la estructura glo- un parecido).
bal de la percepción). JAR encontró en su viaje a Tui un señor extraordi-
La novia de MCP el día de nochevieja no se puso una nariamente parecido a su abuelo que acababa de mo-
minifalda sino un vestido largo y con vuelo para la rir hace unos meses y con el que estaba muy unido.
gente se diera cuenta de que él era un afeminado... Lo más característico de él era su mirada pues a
Justo el día que pensaba dejarla, vió una pareja en un través de ella, de alguna manera que él no sabía cómo
coche con la puerta entreabierta, como su relación. explicar,le indicaba cómo tenía que actuar.
Vio cómo él se marchaba cerrando la puerta, mien- EAI, 25 años contaba como bajaba a pasear por las
tras ella lloraba agachada como si fueran a pegarle la calles que conocía desde niño y le parecían distintas,
patada en el culo, como el paciente acabaría haciendo como si no las reconociera. Se suponía que no se
con su novia... había movido de su pueblo pero a él le parecía estar en
Ahora sin ella, se hizo una pulsera de tres colores: otro lugar.
rojo apasionado, verde esperanzado y blanco chulo-
putas.

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4. La vivencia de la omnipotencia Desde el momento en que comienza la vivencia


El enfermo se vivencia a sí mismo en medio de apofánica el enfermo ya no es capaz de una trans-
un mundo extrañamente alterado, en el que todo posición. Ya no puede olvidarse de sí mismo, ya
estuviera construido como un decorado prepa- no puede estar con las «cosas», es decir, ya no
rado para él, para someterle a prueba o engañar- puede estar con «los otros». La vuelta al «yo»,
le, en el que lo conocido fuera extraño y lo extra- que en condiciones normales, como reflexión,
ño conocido, pero en el que él mismo estuviese es una liberación de la libeeración de la vida no
condenado a una pasividad completa. El enfer- reflexiva (animal), se convierte, por la apofanía,
mo acepta generalmente, sin cavilaciones ni du- en un cautiverio del yo. Este cautiverio es lo que
das, la presencia de un empresario casi todopo- proporciona el genuino fundamento de la vi-
deroso o de un director de escena, semejante a vencia apofánica: «todo gira en torno a mí».
Dios, como responsable de todo este juego. Lo JRR, 24 años notaba continúamente una vigilancia,
más frecuente es que dicho personaje se oculte un control...sobre él. Por la calle, las miradas más o
tras el anónimo «se»: se han preparado las cosas menos descaradaas se dirigían a él. En su casa, no
así, se me observa, se quiere de mí..., se cree, etc. llegó a encontrarlas pero sabía con certeza que exis-
Si preguntamos con exactitud quién hace todas tían cámaras y micrófonos escondidos y muy bien
estas cosas, el enfermo nos contesta escogién- camuflados. No sabía por qué ni con qué propósito
dose de hombros. pero la TV y el periódico le mandaban mensajes
Generalmente, el enfermo, aunque por un lado subliminares... El grupo que actúo en Castrelos la
vivencia aquel misterioso «se» que dirige su pasada noche, hablaba en sus canciones de la mari-
mundo, que construye decorados y le somete a huana de forma reiterativa. Tuvo que irse de allí
una eterna e incesante prueba, por otro lado, es porque le agobiaba la situación, sabía que tenía que
capaz de intervenir de un modo análogo en di- dejar de fumar porros pero esa no era manera de
cho mundo, de una forma en que antes no era recordárselo.
capaz.
CCC, 28 años ingresó en nuestro Servicio tras haber 6. Estructura del tiempo y estados de ánimo
sido encontrado caminando sin rumbo por la autovía Prácticamente sólo los procesos de larga dura-
de Porriño. Según el relato del paciente, seguía la ción con numerosos brotes «atacan» a la vivencia
senda de luz que le marcaba el camino. Fue como una del tiempo, por lo que en el primer, segundo
especie de revelación: él era el profeta de Dios en un brote es difícil obtener datos sobre alteraciones
intento del mismo de salvar al mundo del anatema. del transcurso del tiempo.
El estado de ánimo básico que comienza a ma-
5. La anástrofe nifestarse en el trema generalmente perdura du-
Es lo que los pacientes formulan como: «tengo rante un período prolongado de tiempo en la
la sensación de que todo gira en torno a mí». psicosis y desaparece cuando el paciente vuelve a
El enfermo ve que todos los que le rodean le la normalidad.
miran, pero no sólo las personas de su entorno, A este estado de ánimo fundamental se super-
sino también los extraños de la calle. Adonde pone una una influenciabilidad extraordinaria-
vaya, las cosas están dispuestas para él, a él se mente intensa del estado de ánimo por el cam-
refieren, pero también experimentan lo mismo, po que rodea al sujeto. El paciente en pleno bro-
cuando oye la radio o lee el periódico. De esto se te es un instrumento supersensible para el regis-
deduce necesariamente la convicción de que todo, tro de las propiedades esenciales, y reacciona a las
el mundo entero, guarda una relación con él. más finas modificaciones del campo con enor-
mes oscilaciones. Cuanto más bajo se encuentre

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su estado de ánimo fundamental, tanto más que en la figura que se destaca del fondo surge
importante es la influencia desde el exterior. de modo inmediato una relación funcional con
JRMR, 21 años dejó aparcados sus estudios por un el «yo», así también de la figura destacada del
sentimiento constante de minusvalía y debilidad frente fondo del pensamiento surge una relación fun-
a los demás. A ello fue añadiendo una culpa ator- cional semejante con el mundo. De la misma
mentadora por tener la sensación de que, sin poder manera que lo exterior actúa de modo peculiar
evitarlo pensaba en insultos y cosas malas como ma- sobre lo interior, se abre lo interior de forma
tar a la vecina del tercero. Aunque tenía la certeza peculiar también a lo exterior. No son sino las
de que jamás sus pensamientos se transformarían en dos caras de uno y el mismo proceso, la apofa-
nía. Al manifestarse (abrirse) de la significación
palabras, y mucho menos en hechos, no podía evitar
del mundo externo le corresponde el abrirse de
sentirse destrozado. Frecuentemente, pedía disculpas
los contenidos del mundo interior. El mundo
por creer que, por el simple hecho de existir y tener
interior y exterior empiezan a comunicarse. Así
dichos pensamientos, molestaba a los que le rodea-
se origina el que en la apofanía los pensamien-
ban. Asimismo, estaba firmemente convencido de que tos estén abiertos a todo el mundo.
la Policía estaba enterada de todo y que, en cualquier
RSV, 25 años sabía que la gente le venía venir. Sin
momento podrían ir a buscarlo para internarlo en el
hablar con él, conocían cómo era. No sabía cómo ni
Rebullón para siempre.
por qué pero de alguna manera lograban leer su pen-
7. La apofanía de lo actualizado samiento. Por eso se cuidaba de fingir o mentir, ¿para
(del espacio interior) qué?. Antes de articular palabra, era como si ya
hubiera hablado.
7.1. La inspiración
7.3. La sonorización del pensamiento
Los pensamientos en el paciente le han sido «ins-
(«voces»)
pirados», caen sobre él desde arriba, le son trans-
mitidos como una especie de «mensaje». En la Habitualmente, la inspiración y difusión de pen-
apofanía la ocurrencia se transforma en inspira- samiento se clasifican dentro de los transtornos
ción. de pensamiento mientras que las voces dentro
de los transtornos de percepción.
JAR contaba como inmerso en este mundo ex-
traño del que nada lograba entender, se le reveló Fenomenológicamente, las diferencias entre las
un secreto maravilloso: la Escalera. El propio vivencias de la difusión del pensamiento y de la
paciente escribió en que consistía: sonorización del pensamiento no son más que
diferencias de grado. Cuando se llega a un cierto
«La escalera es un pensamiento basado en lo pequeño
nivel de desdiferenciación, el pensamiento no
que en fundamento da la experiencia y felicidad sin
sensorial vuelve a tener cualidades sensoriales.
tener que pasar por la autodestrucción del todo. Se
LMR trataba de explicar cómo una voz, que ella
divide en tres escalones de menor a mayor que son los
reconocía como la de su psicoterapeuta interna, la
siguientes:
acompañaba en todo momento. Se suponía que esta-
• Primer escalón: paz con el interior
ba allí para ayudarla pero sus mensajes a veces eran
• Segundo escalón: querer, desear, ser contradictorios y además chocaban con los recibidos
• Competencia del exterior. La animaba a vivir pero al mismo tiem-
...» po le decía que morir era la única manera de alcanzar
7.2. La difusión del pensamiento la vida eterna.
La difusión del pensamiento es simplemente la
otra cara de la percepción delirante. De igual modo

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8. La estructura del pensamiento JAR mientras bailaba en una discoteca, sintió una
Constantemente se pone en evidencia que el especie de electricidad que le hacía mover los brazos
pensamiento no consigue una conformación cla- sin pretenderlo y sin capacidad para controlarlo de
ra en el lenguaje, sino que es prematuro, que se alguna manera.
detiene en una fase inmadura y es aglutinado DHG, 24 años llevaba tiempo sintiendo un extraño
con los pensamientos siguientes. Cada motivo picor por el cuerpo, cierto taponamiento de nariz,
se une al siguiente, nada está plenamente madu- cansancio y unas lesiones casi imperceptibles pero
rado, sino que queda confuso y oscuro. existentes entre las uñas que, estaba seguro, corres-
JJGG, 21 años escribía lo siguiente: pondían a una enfermedad sumamente contagiosa
«incuarencias indisroxiccion molecular agarres / pas- llamada «Piorrea exantemática». No había encon-
go molecular formas de actuar oxagado oagarrese o trado nada sobre esta peculiar enfermedad en la bi-
atomo/ molecula androxonos modular combliccion- bliografía consultada pero si sobre la peste y la sar-
da chatarra e e comblixion/ modulos expancitivosa na, con las que guardaba algunas similitudes. No
agarre sinuoso o chasis...» quería salir de casa por el riesgo de contagio. De
hecho, días antes había notado como la gente estor-
9. Las sensaciones corporales nudaba a su paso e intuía que algunos de ellos, en
Las entendemos como una apofanía en la esfera días posteriores, desarrollarían la enfermedad que él
corporal. padecía.
RSV relataba cómo un día estando tranquilamente
escuchando música en casa, notó una sensación como
de corriente eléctrica que le recorrió todo el cuerpo,
incluidos los brazos y le hizo derramar el zumo de
manzana que tenía en la mano.

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