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J.

DAVID LOWELL

1. BIOGRAFIA

J. David Lowell Lowell recibió el grado en ingeniero de minas de la Universidad de Arizona


en 1949 y una maestría en geología de la Universidad de Stanford en 1957. También
obtuvo el grado de Ingeniero de la Universidad de Arizona en 1959 y títulos de Dr. Honoris
causa de la Universidad Nacional de San Marcos en Perú en 1998 y la Universidad de
Arizona en 2000.

Lowell comenzó su carrera como ingeniero de minas y jefe de turno con Asarco México,
desempeñándose posteriormente como geólogo de exploración en la Comisión de
Energía Atómica en la meseta de Colorado. Después de pasar tiempo en Stanford, regresó
a la exploración de uranio en Utah para una filial de Ventures Limited, de Canadá, cuyo
CEO era Thayer Lindsley, un explorador legendario. El trabajo de Ventures se desarrolló en
la búsqueda de pórfido de cobre en Arizona, donde nació su interés en la exploración del
pórfido de cobre. En 1959, se convirtió en geólogo especializado en exploración de
pórfido de cobre para la construcción de Utah en San Francisco.
Lowell se convirtió en consultor independiente en 1961. Entre 1961 y 1990 trabajó para
110 empresas en 26 países, principalmente en exploración de pórfidos de cobre.
Dedicaba la mitad de su tiempo a la consultoría de grandes compañías y la otra mitad a
diseñar y administrar proyectos de exploración financiados por compañías mineras. En
1965, esto dio lugar a dos descubrimientos en Arizona; el cuerpo de mineral de
Kalamazoo para Quintana Petroleum Co. y el Vekol Halls Photodeposit para Newmont. Un
proyecto
similar para Newmont, Hanna y Getty encontró el depósito de Casa Grande West en
1975. Al mismo tiempo hizo una contribución al descubrimiento del cuerpo mineral JA en
Canadá por Bethlehem Copper Co., el depósito Dizon en Filipinas por Benguet, y el
cuerpo de mineral del lejano sureste por Lepanto también en Filipinas.
En 1974, se involucró en consultoría en Chile y, a partir de 1979, planeó y dirigió un
programa de base de contratos financiado por Utah International y Getty Oil. En marzo de
1981, descubrió el proyecto La Escondida, ahora el mayor productor de cobre del mundo,
y el cercano mineral Zaldivar-Escondida Norte. Además, en 1987, un pequeño sindicato
chileno manejado por Lowell encontró la mina de oro de San Cristóbal, de un millón de
onzas. En 1990, el mineral de Leonore (ahora el núcleo de la mina Luksic Tesoro) fue
opcionado y perforado por Lowell para Nuigini Mining Co.
J. David Lowell A principios de 1991, Lowell inició un programa de exploración financiado
personalmente en el Perú. Esto evolucionó en 1993 en una compañía menor canadiense,
Recursos de Arequipa, que él manejó conjuntamente con Catherine McLeod. A finales de
1995, esto dio como resultado el descubrimiento del depósito de oro Pierina de ocho
millones de onzas, vendido en 1996 a Barrick Gold. Desde 1996 Lowell Mineral
Exploration ha participado en proyectos de joint venture con Rio Tinto, Noranda, Phelps
Dodge, Chipre, Rio Algom, Corriente Resources y Billiton. Está gestionando proyectos de
exploración en PhotoEcuador y Chile y es también Presidente de Bear Creek Mining
Company, una empresa de exploración en Perú.
Lowell ha publicado más de 50 artículos. El más notable, co-escrito con John Guilbert,
define el Lowell y Guilbert Porphyry Copper modelo. Este artículo se convirtió en la
referencia estándar para los geólogos de exploración en todo el mundo.
Lowell fue elegido miembro de la Academia Nacional de Ingeniería en 1999. Recibió el
Premio a las Pymes Daniel C. Jackling y Robert Dreyer, el Premio AIME Earl McConnell, la
Medalla de Plata SEG y la Medalla de Oro Penrose y la Medalla de Oro MMSA. Lowell fue
introducido en el Salón de la Fama de Minería de Estados Unidos el 7 de diciembre de
2002 en la 20 ª Banquete Anual de la Fundación Minera de la ceremonia de Southwest
celebrada en el Westin La Paloma Resort en Tucson, Arizona.
2. PRINCIPALES DESCUBRIMIENTOS
Descubridor de mayor mina de cobre del mundo
David Lowell encontró La Escondida y la mina de oro Pierina, en Perú, entre otras. De
visita en Chile, este geólogo estadounidense relata la historia de cómo llegó a acumular
más de US$ 100 millones explorando bajo tierra, y da pistas de las zonas con mayor
potencial.
Cinco exploraciones en el mismo terreno entre El Salvador y Chuquicamata y nada. Hasta
que a principios de los "80 le tocó su turno el ingeniero en minas y geólogo
estadounidense David Lowell, cuyo hallazgo lo catapultaría al salón de la fama de la
minería mundial: en el último y sexto hoyo programado dio con la mina de cobre más
grande del mundo a unos 240 metros de profundidad. No por nada la bautizaron más
tarde
Escondida, cuyo valor supera hoy los 10 mil millones de dólares.
De ese proyecto, Lowell obtuvó sólo US$ 4 millones, dice en exclusiva a "El Mercurio".
Aunque en el joint venture de exploración con Utah International y Getty Oil él figuraba
con una participación de 5%, existía una cláusula con un tope, recuerda llevándose la
mano a la frente.
Pero ya lo ha superado: después de esa aventura ha encontrado varios yacimientos de
clase mundial, "esta vez sin techo en los contratos" -ríe-, además de trabajar para más de
10 compañías y haber visitado 42 países.
Entre sus grandes hallazgos están la mina de oro Pierina en Perú, que hoy es una de las
más rentables del mundo. Pero lo que más le da orgullo es el cálculo que alguien hizo una
vez sobre que sus descubrimientos han dado empleo a más de 50 mil personas. De esta
manera, aunque no le gusta dar cifras, hoy acumula una fortuna que reconoce supera los
US$ 100 millones. Pero aclara que a sus 82 años, su principal motivación para seguir
trabajando activamente es el fun factor (factor de la entretención en español). Hoy está
realizando varios proyectos de exploración a la vez y su interés está puesto en tres lugares
de Latinoamérica: Perú, Paraguay y nuestro país. "Chile tiene potencial, claro que sí. Yo
creo que esconde nuevos focos de oro y cobre", afirma el exitoso explorador.
Por eso, está trabajando en dos prospectos en el norte, aunque reconoce que es muy
difícil que sean del nivel de Escondida o Pierina. Los detalles sobre la etapa de exploración
y la ubicación los guarda celosamente.
Eso sí, plantea que en el país existe una desventaja: gran parte de la propiedad potencial
está bajo Codelco, por lo que es muy difícil para privados explorar.
En el bosque tropical infestado de serpientes del sudeste de Ecuador, el explorador
estadounidense David Lowell súbitamente se encontró cayendo por una cascada. Oyó el
golpe de su cabeza contra una roca, “como un melón siendo golpeado por un martillo”,
dice.
Lowell, estaba realizando prospecciones en busca de cobre ese día de mayo del 2000.
Tenía 72 años. Se paró en el lecho resbaladizo de un rio, creyendo que le daría una
posición ventajosa libre de víboras y plantas, dice Lowell. Una costilla fracturada y un
cráneo palpitante lo desviaron a él y a su equipo a un caserío cercano.
En las aguas claras del rio, Lowell vio lo suficiente como para ayudarle a encontrar uno de
los depósito s de cobre más ricos de Sudamérica, oculto en la cuenca jurásica fangosa
formando hace 150 millones de años. En mayo, una empresa de capital de riesgo
compartido de compañías estatales chinas compro los derechos al depósito, pagando 625
millones de dólares por el socio de Lowell en la exploración, Corriente Resources Inc., que
era dueña del derecho de explotación.

Toda una vida


En una carrera de seis decenios y en 44 países, el geólogo ha hecho 14 descubrimientos
principales, incluso el mayor depósito de cobre del mundo en Chile. Encontró tesoros en
donde otros no detectaron nada que valiera la pena explotar. Lowell revolucione la
ciencia de la exploración y desenterró metales que ayudaron a Estados Unidos a levantar
la mayor economía del mundo, al tiempo que redituó miles de millones para los
inversores.

China, su mayor cliente


Ahora, China se ha convertido en su mayor cliente según se moderniza más rápidamente
que cualquier otro país en la historia. Las compañías estatales chinas pagaron 1.500
millones de dólares por dos del mayor premio de Lowell: el lecho ribereño de mineral en
Ecuador y una montaña repleta de cobre en Perú. El geólogo ha estado en los últimos días
en Hong Kong hablando a inversores potenciales sobre lo que llama el mayor
descubrimiento del mundo de titanio, en el este de Paraguay. Lowell dice que controla
derechos mineros sobre al menos 185.000 hectáreas.
El dióxido de titanio produce pigmento blanco que se encuentra en las pinturas, el papel,
el plástico y los metales aeroespaciales de bajo peso.

Cuota de poder
La influencia de Lowell está creciendo aunque el poder industrial de Estados Unidos ha
bajado, La producción de cobre de Estados Unidos alcanzo su auge con 48% del
suministro mundial en 1945, su primer año como estudiante de ingeniería de minas en la
Universidad de Arizona. Hoy representa el 8%. Si bien la economía de Estados Unidos es
aun tres veces más grande que la de China. Lowell dice que la preocupa que la
dependencia de Estaos Unidos de las finanzas y la tecnología tengan limitaciones.
Aun a los 82 años. Lowell dice que no ha terminado. Rodeado de una colección de
linterna mineras antiguas, incluso la lámpara de carburo que salvo se vida en 1949, Lowell
dice que está liderando exploraciones en cinco países sudamericanos. En su mayor parte
son expediciones dirigidas desde su escritorio en una concesión a la edad, después de
recorrer sendas de cañones toda la vida.

El descubrimiento del pórfido cuprífero La Escondida (Chile) y la


exploración minera regional

Introducción

La conferencia aquí comentada fue realizada gracias a una excelente iniciativa corporativa
de Teck ─ Carmen de Andacollo, y revistió un interés singular por la trascendencia del
descubrimiento de La Escondida (Fig. 1), seguramente el más importante realizado en la
Cadena Andina durante el siglo 20, y dejó importantes lecciones para los geólogos de
exploración y otros responsables de esta actividad minera básica. Igualmente importante
fue el profundo, sistemático y ameno análisis realizado por el conferencista (Francisco
Ortiz), protagonista junto a David Lowell del descubrimiento realizado. La exposición
trascendió los aspectos científicos y técnicos, a través de su relato del contexto en que se
logró el descubrimiento, de la filosofía básica de su enfoque y de los ricos aspectos
humanos involucrados. Más allá de todo lo señalado, la historia relatada tiene todos los
ingredientes de una novela de aventuras, incluido el suspenso y el final feliz.
B
A B

Fig. 1. La Escondida. A) Fajas metalogénicas en el norte de Chile (Oyarzun & Lillo, 2012).
B) Mina La Escondida (II Región - Chile), imagen Aster en el espectro visible e infrarrojo
cercano (NASA, 2000)
El contexto
A fines de los años 1970’s existía una escasa actividad exploratoria de cobre en
Sudamérica, situación que se prolongaba desde hacía varias décadas y que obedecía a
distintas razones. Entre ellas estaba un cierto pesimismo relativo al crecimiento de la
demanda de cobre así como el interés despertado por los grandes y ricos yacimientos
porfíricos de cobre con oro de los arcos de islas del Pacífico occidental. Por otra parte, el
ambiente político favorable a las nacionalizaciones contribuía a alejar el interés privado.
Pese a todo, se realizaba una cierta actividad de exploración y se habían detectado varias
áreas de interés, incluida aquella donde se realizó el descubrimiento. Sin embargo, la
prospección rara vez llegaba hasta la fase de realización de campañas de sondajes para su
comprobación. En ese contexto, y pese a las incertidumbres que aún mantenían alejadas
a las empresas mineras internacionales de Chile, Lowell estimó que se daban las
condiciones adecuadas para asumir el riesgo de un programa de exploraciones
económico y de corta duración, pero con fuerte énfasis en sondajes.
Los protagonistas
David Lowell, geólogo e ingeniero, había alcanzado ya fama por sus contribuciones
científicas y sus logros efectivos en el diseño y ejecución de campañas de exploración de
depósitos porfíricos de cobre. Junto al Profesor John Guilbert de la Universidad de
Arizona, había elaborado el célebre modelo sobre la distribución de la zonación metálica
e hidrotermal en pórfidos cupríferos (Lowell y Guilbert, 1970), aplicado por el propio
Lowell en el descubrimiento de la mitad oculta del yacimiento de San Manuel (Arizona)
(Fig. 2).

Fig. 2. Fragmento del clásico y brillante trabajo de Lowell sobre el descubrimiento de la


“otra mitad” del pórfido San Manuel: el cuerpo profundo de Kalamazoo.
También Lowell había obtenido logros importantes en campañas de exploración en el SW
de los EEUU y en los yacimientos porfíricos del Pacífico occidental. Lo señalado avalaba
largamente la propuesta relativamente modesta que permitió la realización del Proyecto
Atacama y que condujo al descubrimiento de La Escondida.
Francisco Ortiz, que fue el responsable de la ejecución en terreno del proyecto, es
ingeniero de minas con estudios de postgrado en geología en la Escuela de Minas de
Colorado. Contaba con una excelente reputación como geólogo de minas y había
desempeñado la jefatura de la División Pequeña y Mediana Minería del Instituto de
Investigaciones Geológicas, actual SERNAGEOMIN.
Junto a ambos protagonistas, colaboró un esforzado grupo de geólogos e ingenieros,
entre los cuales el conferencista destacó a Donaldo Rojas, ingeniero que abogó por el
interés prospectivo del área donde finalmente se realizó el descubrimiento.

El proyecto
El proyecto que Lowell presentó para financiamiento a las empresas Utah Mining y Getty
Oil consistía en la exploración de una faja N-S de unos 20-30 km de ancho por 350 km de
largo, comprendida entre Calama (Chuquicamata) y El Salvador (Fig. 1). Su costo, 4.5
millones de dólares era relativamente modesto y su duración acotada a unos tres años. La
idea geológica era sencilla: explorar áreas cubiertas por depósitos poco profundos de
gravas, esperando que fuera posible detectar anomalías geoquímicas o patrones laterales
de alteración hidrotermal. El objetivo seleccionado eran los cuerpos de calcosina
producto del enriquecimiento secundario de yacimientos porfíricos, de manera que la
presencia de mineralización exótica (oxidada) debía constituir un rasgo diagnóstico
favorable. El uso de geofísica no estaba considerado (excepto para medir espesores de
gravas), pero en cambio los sondajes tenían un papel esencial, e idealmente la máquina
alquilada debía estar en actividad permanente. La austeridad marcó al programa, tanto
en la decisión de situar las oficinas en un barrio modesto de Antofagasta, como en la
instalación semi-artesanal de su laboratorio geoquímico por colorimetría (cuando ya
existían técnicas más sofisticadas pero de mayor costo). El proyecto fue propuesto por
Lowell en 1978 y el 14 de Marzo de 1981 el sondaje 6 cortó 52 m con 1.51% de Cu de ley
media, lo que constituyó el descubrimiento del yacimiento de La Escondida, ubicado
cerca de la Estación Zaldívar del antiguo ferrocarril Antofagasta –Salta. Al respecto, un
adagio de Francisco Ortiz es que los grandes yacimientos deben buscarse junto a los
caminos o a las líneas férreas. Su confirmación posterior en el caso de Spence (Fig. 1),
obligó a desviar el curso local del camino Antofagasta-Calama). El proyecto fue dirigido
desde el extranjero por David Lowell, correspondiendo a Francisco Ortiz la dirección de
las labores en Chile.

Resultados del Proyecto


El modelo de mineralización definido, sumado a la evidencia geoquímica y de alteración
esperada, dio lugar a la definición de varias zonas de interés, entre ellas las de Tesoro y
Sagasca (mineralización exótica), la de Guanaco, y la que contenía el yacimiento de
Escondida. Sin embargo el proyecto implicaba dos condiciones que dificultaban su éxito.
La primera era la ley (sobre 1%) y la magnitud mínima (cientos de Mt) definidas para el
depósito objetivo de la búsqueda. La segunda, el escaso tiempo disponible para tal logro.
Así, en la zona de Tesoro, de la cual el proyecto se retiró sin resultados positivos, la
empresa Antofagasta Minerals logró posteriormente el descubrimiento de una serie de
yacimientos, que suman cuantiosos recursos. Sin embargo ello requirió años de paciente
búsqueda y la aceptación de leyes que están por debajo del yacimiento buscado por
Lowell. Tampoco los resultados iniciales en la zona de Zaldívar fueron prometedores y
como señaló posteriormente Richard Sillitoe, el yacimiento descubierto no correspondió
exactamente al tipo de blanco definido. Sin embargo, tanto la dedicación del equipo de
exploración como el buen instinto y sentido geológico de Lowell y de Ortiz, contribuyeron
a un éxito que terminó sobrepasando las esperanzas más optimistas que hubieran podido
plantearse. Como es normal en estos casos, la riqueza del distrito se fue manifestando
paulatinamente en los años siguientes, y continúa creciendo, si bien ya a mediados de los
años 1980’s se habían comprobado reservas por1800 Mt, con ley media de 1.6% y ley de
corte de 0.7% Cu.
vvd

Fig. 3. Localización de La Escondida y Zaldívar (Richards et al., 2001).

El prospecto desarrollado difería del modelo planteado en cuanto una parte importante
de él correspondía a un área rocosa aflorante, el cerro Colorado Grande. En cuanto a los
contenidos de cobre determinados en esa área, los valores eran relativamente bajos,
predominando los situados entre 100 y 200 ppm (unas 2 a 4 veces el valor de fondo), no
así los de molibdeno, entre los que predominaban contenidos de 10 a 50 ppm, vale decir
5 a 25 veces el respectivo valor de fondo. Esto se entiende por la alta movilidad del Cu en
ambiente ácido, que contrasta con la tendencia del Mo a ser fijado por la limonita, que
permanece in situ. Aunque la opinión del experto en cubiertas lixiviadas que examinó las
muestras de roca no fue muy favorable, su recomendación respecto a la situación de los
posibles sondajes a realizar fue la acertada, e incluyó la del sondaje “descubridor”.
Como señaló Francisco Ortiz en su conferencia, el tema del aseguramiento de la
propiedad minera fue una materia esencial para su éxito, porque existían muchos
interesados en aprovechar cualquier resultado favorable de la competencia. Es otro
mérito que también corresponde a la labor cumplida en el proyecto por Francisco Ortiz.
Fig. 4. La Escondida (The Australian, 2012).

¿Por qué el proyecto fue un éxito?


Las exploraciones mineras tienen mucho en común con las de la búsqueda de un
supuesto tesoro, partiendo por el hecho de que ese tesoro puede o no existir. En el caso
considerado, las condiciones mínimas impuestas al posible yacimiento así como el
limitado tiempo disponible implicaban una arriesgada apuesta, como lo demuestra el
hecho de que ningún yacimiento que cumpla esas exigentes condiciones ha sido
encontrado posteriormente en la faja explorada. A favor de la apuesta contaba el hecho
de que se había hecho poco en materia de sondajes en la misma faja, producto del
ambiente desfavorable a la exploración que había predominado. Así, quien tuviera el
valor de hacerlos, contaría con una ventaja importante. En ello se manifestó tanto la
visión como el sentido de la oportunidad de Lowell, así como su capacidad para
convencer a otros de sus ideas, respaldado todo esto por su notable historial profesional.
A lo anterior se agrega el diseño del proyecto, una notable síntesis de aplicaciones
teóricas y pragmatismo, junto con la decisión de dar más importancia a los sondajes que
a las divagaciones geológicas.
En síntesis: si había un yacimiento como el imaginado, el momento y el modo elegido
para buscarlo fueron los correctos, aunque se estuvo cerca de no lograrlo. Otro factor
destacable fue el buen criterio de Lowell en cuanto a confiar la dirección del proyecto en
Chile a Francisco Ortiz, vale decir a una persona conocedora del medio nacional, que unió
a su competencia profesional una capacidad de liderazgo y buen criterio para aprovechar
las aptitudes individuales, sin descuidar el resultado de la búsqueda, que podía
fácilmente perderse por factores legales. Así, todo colaboró para que la búsqueda
culminara con el descubrimiento del tesoro, y los 4.5 millones de dólares invertidos se
convirtieron en 50 millones cuando la sociedad vendió sus derechos. Desde luego La
Escondida ha seguido creciendo en magnitud y valor, de una manera que sus propios
descubridores difícilmente podrían haber llegado a imaginar.
Referencias

NASA, 2000. Escondida Mine, Chile. NASA Earth Observatory,


http://earthobservatory.nasa.gov/ IOTD/view.php?id=1000
Oyarzun, R. & Lillo, J., 2012. Size matters: Understanding why some Andean ore deposits
are so huge. GEOTEMAS, 13, 2012 ISSN:1576-5172 - VIII Congreso Geológico de España
(Oviedo 2012) - Resumen Expandido.
Richards, J.P., Boyce, J. & Pringle, M.S. 2001. Geologic evolution of the Escondida area,
northern Chile: A model for spatial and temporal localization of porphyry Cu
mineralization. Economic Geology, 96: 271-305.
The Australian, 2011. BHP prepared for long conflict in labour dispute at Escondida mine
in Chile. Business, http://www.theaustralian.com.au/business/mining-energy/bhp-
prepared-for-long-conflict -in-labour-dispute-at-escondida-mine-in-chile/story-e6frg9df-
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