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Antonio J.

Doménech
ajdomenech@uma.es

La ‘Invención1 de la Tradición’ Mitológica y Religiosa en la

Corea del Postconflicto

Antonio J. Doménech del Río

Universidad de Málaga

Introducción: Diferentes Lecturas de la Historia Coreana

Hasta finales del siglo XIX los historiadores coreanos se encontraban influidos
por la ideología dominante confuciana y fue la historiografía confuciana la que
monopolizó la gran mayoría de los estudios históricos durante toda la dinastía Joseon
(1392-1910). Con la decadencia y final de ésta a finales del siglo XIX e inicios del siglo
XX comienzan a desarrollarse nuevos paradigmas en el estudio de la historia coreana.
Estas nuevas corrientes historiográficas aparecen inicialmente bajo el dominio colonial
japonés. Las tres principales escuelas que surgen al inicio del siglo pasado son la
nacionalista, la rankiana y la marxista.2
La historiografía confuciana se había centrado en las palabras y acciones
relacionadas con aquellos que gobernaban, reyes y oficiales del gobierno, o también con
sus instituciones. Los libros históricos eran escritos para reforzar la estructura social
confuciana y su visión del mundo. Pero a medida que Corea entra en contacto con los
países de Occidente e inicia su proceso de modernización, los historiadores sienten
también la necesidad de adaptar su metodología a las nuevas corrientes provenientes de
Occidente. Este proceso de cambio intelectual y social se verá mediatizado con la
llegada del poder colonial japonés a la península coreana, especialmente a partir de
1910 cuando Corea es anexionada como colonia japonesa. En esta situación colonial
surgen tres tipos de historiadores modernos que se alinearán con tres diferentes

1
Invención.
(Del lat. inventĭo, -ōnis).
1. f. Acción y efecto de inventar.
2. f. Cosa inventada.
3. f. Engaño, ficción.
4. f. Parte de la retórica que se ocupa de cómo encontrar las ideas y los argumentos necesarios para
desarrollar un asunto.
2
Kwon, Y. (2000), p. 33.

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paradigmas historiográficos. En primer lugar tenemos a los antiguos historiadores


confucianos que ahora intentan adaptarse a las corrientes de modernidad y utilizar sus
estudios históricos como arma política a favor de la nación coreana y contra las fuerzas
coloniales. Se unirán al movimiento independentista. En segundo lugar, tenemos a los
historiadores que estudian en las universidades japonesas y que son formados en la
escuela historiográfica de Leopoldo von Ranke. Y por último, tenemos a aquellos
historiadores educados en la escuela marxista y que se formaron tanto en Corea como
Japón3.
Los principales historiadores que iniciaron la escuela nacionalista de
historiografía fueron Pak Eun-shik, Chang Chi-yeon, y Sin Chae-ho. Todos ellos eran
estudiosos confucianos que, tras trabajar como periodistas en la reciente creada prensa
coreana, se unieron al movimiento independentista y tendrían que exiliarse. El principal
interés de estos historiadores era el mostrar las vicisitudes por las que había pasado la
nación coreana a lo largo de su historia en un continuo enfrentamiento contra las
naciones vecinas. Para ellos lo más importante fue el “espíritu nacional”, que a lo largo
de la historia había tenido altos y bajos, pero lo importante era resaltar el pasado
glorioso del pueblo coreano. Era necesario recordar la grandeza de sus antepasados para
que sirvieran de inspiración a los coreanos del momento en su lucha por la
independencia.4
Las tres escuelas historiográficas no entraron en conflicto entre ellas ya que se
movían en tres diferentes niveles. Los historiadores nacionalistas se encontraban en el
exilio, los rankeanos bajo el paraguas del poder colonial, y los marxistas en la
clandestinidad. Especialmente en los últimos años del periodo colonial hasta 1945, se
puede decir que la historia coreana dejó de existir dentro de la península, ya que se
radicalizaron las políticas de asimilación japonesas, prohibiéndose el uso de la lengua
coreana, de los nombres y apellidos coreanos, que tenían que ser cambiados por
japoneses, y no quedó espacio para la historia coreana, que pasó a ser considerada
dentro de la historia japonesa.5
En agosto de 1945, Corea es liberada por las fuerzas aliadas, pero al mismo
tiempo, el país es dividido en dos por los Estados Unidos y la Unión Soviética. Estos
países colocarán sus ideologías y ejércitos en cada una de las partes. En 1948, se crean

3
Kwon, Y. (2000), p. 35.
4
Kwon, Y. (2000), pp. 35-36.
5
Kwon, Y. (2000), pp. 40-41.

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dos gobiernos tutelados por las fuerzas militares, y en 1950 vuelve a saltar la chispa de
la guerra dentro de la península coreana. La guerra de Corea durará tres años y
devastará por completo todo el territorio. Después de la guerra, la división entre las dos
Coreas se acentúa y cada una de ellas seguirá su propio camino influida por las
superportencias del momento. Esta división tendrá también grandes consecuencias
sobre la historiografía. Del mismo modo que el país había sido dividido, también los
historiadores tendrán que dividirse, los de la escuela marxista tienen que marcharse
hacia el norte, mientras que el resto de orientación tradicional y cristiana se fue al sur.6
El nuevo gobierno comunista del norte tenía un gran interés en reescribir una
nueva historia de Corea desde la visión marxista. A los historiadores se les confió la
misión de legitimar históricamente el régimen comunista en términos marxistas, y
cambiar el modo en el que la gente entendía su pasado y presente. El gobierno de Corea
del Norte creó en 1952 el Instituto de Investigación Histórica que se tenía que encargar
de superar la historiografía colonialista y escribir la historia coreana siguiendo las leyes
del materialismo histórico. Este instituto ha monopolizado la historiografía de Corea del
Norte desde entonces hasta nuestros días. Los principales historiadores que formaron
esta institución en sus inicios procedían del sur. Entre ellos se encontraban, Paek Nam-
un, que fue su primer director, Kim Swang-jin, Pak Shi-hyeong, Kim Seok-hyeong, y
Hong Myeong-heui. Todos estos historiadores, que habían tenido que sufrir la
clandestinidad durante años, ahora podían disfrutar de los medios y el apoyo
gubernamental para desarrollar sus investigaciones. Fueron muy prolíficos en sus
publicaciones que en un principio se concentraron en la historia del proceso de
liberación de las fuerzas coloniales y en cómo se construyó el Estado socialista coreano.
Pero el mayor avance historiográfico comienza a partir del final de la década de los 50,
cuando se publican un gran número de trabajos. A partir de 1953 se da una nueva
orientación a la historiografía norcoreana centrándose más en los aspectos nacionalistas
para, como dirían sus promotores, un mejor entendimiento del pasado de Corea7. Entre
los trabajos más destacados se encuentran Pak Shi-hyeong sobre la historia de la
propiedad de las tierras (1960-61), Cheong Chin-seok sobre la historia intelectual
(1961), Yi Chi-rin sobre el Antiguo Joseon (1963), Heo Chong-ho sobre las formas de
propiedad capitalistas (1963), Kim Seok-hyeong sobre la colonización de Japón por
parte de los Tres Reinos (1966).

6
Kwon, Y. (2000), p. 41.
7
Petrov, L. A. (2001), p. 375.

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En estos trabajos se pueden distinguir las principales características de la


historiografía de Corea del Norte. Primero, todos ellos se ajustan al modelo marxista de
la historia. Segundo, todos ellos dividen la historia de Corea en dos momentos cruciales
de transición en la formación de la sociedad, de la antigüedad a la época medieval, y de
la época medieval a la modernidad8. Tercero, resaltan especialmente el papel jugado por
la parte norte de la península en la construcción de Corea, especialmente los reinos del
Antiguo Joseon, Goguryeo, y Palhae. Además en este periodo traducen al coreano del
chino clásico dos de las fuentes históricas más importantes para los estudios
historiográficos coreanos, Goryeosa (Historia de Goryeo, 50 volúmenes) y Joseon
wangjo shillok (Los Anales de la Dinastía Joseon, 888 volúmenes). Estas traducciones
aparecieron mucho antes que las realizadas en Corea del Sur.
Por su parte la historiografía en Corea del Sur desde la liberación en 1945 hasta
la actualidad ha pasado por una serie de etapas muy determinadas. La primera etapa
podemos decir que fue desde 1945 hasta los años 60. En los primeros años después de la
independencia colonial, el primer presidente Yi Seung-man no estaba de verdad
interesado en reescribir la historia coreana y la situación de los historiadores en el Sur
era bastante difícil. Los mejores historiadores marxistas se fueron al norte, los
historiadores rankianos eran tachados de colaboracionistas con el régimen colonial
japonés, y los historiadores nacionalistas estaban mal organizados y no recibían apoyo
económico del Estado para realizar sus investigaciones. En medio de la inestabilidad de
estos primeros años, después de la división, se formó el Comité para la Compilación de
la Historia Nacional en 1949 que se encargó de recopilar las fuentes históricas básicas
de Corea. En 1952 se comenzó a publicar la primera revista histórica en Corea del Sur,
Yeoksa hakpo, y sus creadores, un grupo de jóvenes historiadores, formaron la
Asociación Coreana de Historia (Yeoksa Hakhoe) que se convertirá en uno de los
principales foros de discusión para los historiadores coreanos hasta la actualidad9.
Durante esta etapa los historiadores seguían formándose principalmente en la tradición
rankiana y en sus estudios históricos intentaban permanecer neutrales en medio de un
momento social de tremenda turbulencia en Corea. Buscaban investigar temas que no
resultaran controvertidos con la pretensión de buscar la objetividad histórica.10

8
Con respecto a la reinterpretación hecha por los historiadores norcoreanos de la historia tradicional
coreana y su división temporal se puede ver el artículo de Choe, Yong-Ho (1981), “Reintepreting
Traditional History in North Korea”.
9
Min, H.K. (2003), p. 5.
10
Kwon, Y. (2000), pp. 45-46.

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Al inicio de los años 60 se producen dos acontecimientos que harán crecer el


interés por la historia moderna de Corea, la llamada Revolución de Abril de 1960 y el
golpe militar del 16 de mayo de 1961. Los historiadores comenzaron a centrar sus
investigaciones en dos temas: la identidad nacional y la modernidad. Como reacción
a la historia escrita por los historiadores japoneses, que tendían a exagerar los aspectos
negativos de la historia coreana, los historiadores coreanos en contraposición se
esforzarán por resaltar los aspectos positivos. Este esfuerzo culminó en la publicación
en 1961 de la obra de Yi Ki-baek, Hanguksa shillon (Una Nueva Historia de Corea). El
crecimiento de la nación coreana se convirtió en el tema unificador de la historia
coreana y en el principal paradigma que guiará a los historiadores coreanos tanto de la
escuela nacionalista como rankeana11.

La invención de la tradición mitológica en Corea

La visión nacionalista de la historiografía fue la que se impuso durante los años


60 y será la que más influiría en los historiadores coreanos hasta prácticamente la
actualidad. Los principales historiadores, entre los que se encontraban Yi Pyeong-do,
Kim Chae-weon, Kim Weol-lyong, Yi Ki-baek, buscaban definir la identidad coreana y
la legitimidad de la nación coreana desde la antigüedad por medio de las narraciones
históricas, arqueológicas y antropológicas. Ellos fueron los precursores de la idea de
que la identidad nacional coreana se encuentra en la prehistoria y desde entonces se ha
conservado la pureza de la “raza” coreana. El origen del pueblo coreano lo situarán en
un tiempo mitológico basándose en el mito del padre de la nación coreana, Dangun12. El
espíritu nacional y su continua lucha a lo largo de toda su historia se constituirá en el
elemento definitorio de la identidad nacional coreana como una raza homogénea, un
Estado unificado, y una cultura original claramente diferenciada de la china y japonesa.
El sentimiento de superioridad racial y cultural del pueblo coreano sobre el resto de las
naciones de Asia Oriental se ha visto reforzado por los relatos históricos que mostrarían
cómo ninguna fuerza extranjera tanto en la antigüedad como en la edad moderna había
sido capaz de suprimir el espíritu nacional coreano de resistencia y lucha. Los
historiadores y arqueólogos han jugado un papel muy importante en el proceso de

11
Kwon, Y. (2000), p. 46.
12
Pai, H.I. (2000), pp. 1-2.

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creación de la identidad nacional coreana13. Crean una historia en la que se celebran los
momentos en los que se consigue la unidad nacional, la formación y perduración de la
lengua y escritura propia, se acentúan los elementos que se han aportado a las culturas
de su entorno y se ensalzan las glorias militares y derrotas infringidas al enemigo. Y
siempre mostrando las virtudes de la propia raza o nación.
El otro tema recurrente durante esta época de los años 60, y que guió las
investigaciones de algunos importantes historiadores, fue la modernización de Corea. Se
comenzaron a estudiar los componentes capitalistas presentes en la economía y la
sociedad coreana a partir de mediados del siglo XVIII, las bases intelectuales que
sirvieron de base para la modernización de Corea, especialmente a partir de la escuela
de pensamiento Silhak (Escuela del Conocimiento Práctico), y las políticas de
modernización implementadas durante el siglo XIX. Estos estudios dieron una nueva
visión dinámica y moderna de la historia coreana en los siglos XVIII y XIX.14

¿Es el Mito de Dangun una “Invención de la Tradición”?

El termino “invención de la Tradición” fue creado por el historiador británico


Eric Hobsbawm. Invención de la Tradición significa un conjunto de prácticas,
normalmente gobernadas por una serie de reglas aceptadas tácitamente y de un ritual o
símbolos naturales, que buscan el inculcar ciertos valores y normas de conducta por
medio de la repetición, que automáticamente implica continuidad con el pasado. De
hecho, cuando es posible, normalmente intentan establecer una continuidad con un
pasado histórico adecuado. Aunque el hecho es que esta continuidad es
fundamentalmente ficticia. Son respuestas a situaciones nuevas que toman la forma de
referencias a situaciones antiguas, o que establecen su pasado por medio de casi
obligatorias repeticiones. Por tanto “Invención de la Tradición” es esencialmente un
proceso de formalización y ritualización, caracterizado por una continua referencia al
pasado, a través de una repetición impuesta.15
Para poder entender el impacto que este mito ha tenido en el pueblo coreano y él
porque este mito y no otro, ha perdurado en la mente de la gente, a pesar de que existían
muchos otros mitos de fundación o creación, es necesario antes de nada conocer el

13
Pai, H.I. (2000), p. 2.
14
Min, H.K. (2003), p. 11.
15
Hobsbawm & Ranger(1983), pp. 1-2.

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entorno histórico en el que surgió. Hay que analizar las circunstancias sociales y
políticas en las que Iryeon escribió su libro.

Este mito aparece por primera vez en “Samguk Yusa” (“Memorias de los Tres
Reinos”). Esta es una obra compilada por el monje Iryeon (1206-1289) a finales del
siglo XIII. Aunque no se conoce la fecha exacta, se estima que debió ser alrededor del
séptimo año del reinado del rey Chungryeol, es decir 1281. En esta obra el autor
compila relatos mitológicos transmitidos oralmente y descripciones de hechos históricos,
anécdotas y leyendas provenientes del periodo histórico de los Tres Reinos.
Cuando esta obra fue escrita, el reino de Goryeo, la dinastía reinante en esta
época en Corea, se encontraba bajo la soberanía mongola. Este fue un periodo de
humillación y sumisión de la nación. Los reyes coreanos fueron forzados a casarse con
princesas mongolas, y sus costumbres y cultura fue ávidamente adoptada por las elites
de la corte coreana. Fue en este contexto en el que Iryeon escribió el mito de Dangun
basándose en un antiguo mito que había sido transmitido oralmente. Con él pretendía
levantar la moral del pueblo y ofrecerles un sentido de identidad nacional y avivar el
nacionalismo en un momento de gran crisis nacional. Desde entonces los coreanos han
sentido el orgullo nacional de considerarse un pueblo elegido por Dios y con un origen
divino, y su país un lugar sagrado elegido por Dios para su propio hijo. Por eso, los
coreanos frecuentemente se refieren a sí mismos como “nosotros”, los descendientes de
Dangun. Durante siglos este mito ha provisto al pueblo coreano con los fundamentos de
una identidad nacional coreana y su perpetuación.
Pero la historicidad de este mito ha sido objeto de debate entre los estudiosos de
la historia y la cultura coreana. Para muchos de ellos este mito fue una “invención” del
monje Iryeon. Ya que carece de fundamentos históricos que haya sido posible demostrar.
Este mito aunque ocupa un lugar importante dentro de Samguk Yusa, no aparece
mencionado en otro de los escritos históricos más importantes de la época, Samguk Sagi
(1145). Este fue escrito alrededor de un siglo antes por Kim Bushik, un historiador de
la corte. Y además las fuente que Iryeon menciona como origen del mito de Dangun,
“Weishu” y “Gogi” (“Crónicas Antiguas”), no se han podido verificar. Esto ha hecho
que algunos investigadores hayan llegado a afirmar que Iryeon probablemente lo
escribió combinando un antiguo mito coreano con un mito de origen extranjero,
posiblemente de Mongolia u otra zona de Asia Central.

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Por tanto podemos resumir la situación del pueblo coreano en el momento


histórico en que fue escrito este mito de la siguiente forma:

• En el siglo XIII, el reino de Goryeo se encontraba en una situación de gran


precariedad, con revueltas militares internas, había levantamientos campesinos y de
los esclavos, y continuas invasiones desde el norte.
• Era un periodo en el que la continuidad de la nación coreana se encontraba
amenazada. Los reyes de Goryeo fueron forzados a esposarse con princesas Yuan,
de modo que sus hijos pasaban a ser los legítimos herederos.
• Después de 30 años de invasión militar y política, Goryeo estaba ahora sujeta la
colonización cultural mongola.
• Goryeo consiguió la paz en unos términos muy humillantes, aceptando el ofrecer
tributos anuales a Yuan (Nombre dado al reino mongol).

Todo esto llevó al monje Iryeon a “inventar” este mito para reforzar la identidad
nacional y imprimir un sentimiento nacionalista en el pueblo coreano en estos
momentos de profunda crisis nacional.
Otros elementos que soportan esta idea del mito de Dangun como una
“invención de la tradición” son:
En dos textos que tratan específicamente sobre los progenitores de la nación
coreana, Tongmyeong Wang Pyeon (Anales del Rey Tongmyeong) perteneciente al
Gosamguksa (Antiguo Samguksa), y los versos del soldado de la corte, Cheoe Cha
(1188-1260), titulados “Samdobu”. En ambos textos se considera que el rey
Tongmyeong es el progenitor sagrado del reino de Goryeo, el cual descendió de los
cielos. Ambos textos no hacen ninguna mención de Dangun, el cual según Iryeon
precedió a Tongmyeong nada menos que 23 siglos. Esto nos sugiere que el mito de
Dangun no existía en su forma presente antes de Iryeon.
Uno de los grandes historiadores del nacionalismo coreano del siglo XX, Sin
Chae-ho (1880-1936), también sostiene que este no es un mito puramente coreano, sino
que contiene elementos provenientes del Budismo y de las tradiciones míticas mongolas
o del Asia Central.
Algunos de estos elementos provenientes de otras tradiciones son eliminados en
posteriores versiones, como la reproducida por Yi Seug-hyu en su obra, Chewang ungi

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(1287). Elimina algunos de los elementos no originalmente coreanos en un intento de


enfatizar el carácter histórico de Dangun como progenitor de la nación coreana,
reforzando los elementos autóctonos de la identidad coreana.

Dangun era una figura ideal que pretendía ayudar a las gentes de este periodo
histórico a superar su situación de crisis. Esta figura de Dangun permitía al pueblo
coreano el declarar su autonomía y supremacía basándose en sus orígenes sagrados y
conectando su línea sanguínea a los tiempos remotos. Se puede decir que es una
“invención de la tradición” con la pretensión de reforzar la identidad nacional, la unidad
y la solidaridad de la nación coreana. Pero lo que esta claro es que independientemente
que este mito haya tenido una base histórica o no, desde su aparición ha tenido una
función vital para el pueblo coreano y aun tiene una gran relevancia.

El Mito de Dangun y su Análisis Estructural y Narrativo

Este mito de Dangun pertenece al tipo de mitos que podríamos llamar de


“fundación”. Que correspondería a una clase particular de mitos de origen que describen
el origen de un estado o nación, o el origen de una familia de gobernantes y sus
progenitores. Esta clase de mitos asume la existencia del mundo físico y la existencia de
un sistema social anterior al nacimiento de la nación que el mito describe.
Frecuentemente este tipo de mitos también relata el origen de la cultura que es peculiar
a la nación que es el foco del mito. En esta clase de mitos en que se combina una
descripción del origen de la nación con una descripción del origen de la cultura, el
protagonista del mito, el progenitor nacional, es descrito como el portador de la cultura,
la figura que trajo a ese pueblo su civilización distintiva. El mito de Dangun que vamos
a examinar es un mito de fundación tanto del origen de la nación como del origen de la
cultura nacional.
Para analizar el mito de Dangun usaré el método analítico a través del cual iré
examinando las distintas escenas en que puede dividirse el texto. Las distintas partes del
mito también nos van mostrando distintos temas con su respectiva significación. A
partir de esta composición podremos ir determinando cual es la función o el objetivo de
esta historia.

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El mito de Dangun nos narra el origen del primer estado coreano, el reino del
Antiguo Joseon, el origen de la familia gobernante del estado, y el origen de la cultura
nacional. Son cuatro las versiones más antiguas de este mito, dos pertenecientes al siglo
XIII y dos al XV. Pero la mejor conocida de estos textos es la contenida en el Samguk
Yusa escrita por el monje budista Iryeon. Contemporánea a esta versión es la del
estudioso confuciano Yi Seung-hyu (1224-1300), Chewang Ungi (Rimas Históricas de
Emperadores y Reyes). Cada uno de estos trabajos se convirtió en la base para otras dos
versiones posteriores. Kweon Nam (1416-1465) escribió Eungjesi Chu (Comentarios de
Poemas Escritos por Demanda Real) y el texto en la parte geográfica del libro Sejong
Sillok (Los documentos Verdaderos del Reinado del Rey Sejong) ambos de mediados
del siglo XV.

La versión que analizaré para este estudio es la que aparece en Samguk Yusa.

El mito de Dangun, según el texto de Samguk Yusa


“Según lo escrito en el Weishu:

Hace dos mil años, había un hombre llamado Dangun Wanggeom. Él estableció una ciudad en Asadal y
fundó un nuevo país llamado Joseon (en otro libro es llamada la montaña Museopsan o la montaña
Baegak y esta situada en Baekju. Se dice que se encontraba al este de Gaeseong. Este es el actual
Palacio Baegakkung)16. Esto fue en tiempos del emperador Yao.

Según lo escrito en el Kogi:

En otros tiempos, Hwanin (que significa Jeseok) tenía un hijo joven (Seoja) llamado Hwanung. Deseaba
descender desde el cielo y poseer el mundo de los hombres. Su padre, dándose cuenta de la intención de
su hijo, descendió sobre las tres grandes montañas y vio que los hombres se beneficiarían (de la acción
de su hijo). Él dio a su hijo los tres Cheonbuin17 y le ordenó irse y gobernar a los seres humanos.

Llevándose consigo tres mil súbditos, Hwanung descendió sobre la cima de la montaña Taebaeksan
debajo del árbol donde se encontraba el Altar Sagrado (La montaña Taebaeksan es ahora la llamada
montaña Myohyangsan). Esta región fue llamada la Ciudad Divina (Sinsi 18 ). Tomó el nombre de
Hwanung Cheonwang19. Hwanung junto con el Conde del Viento, y el Dueño de la Lluvia, y el Amo de
las Nubes, supervisaba la agricultura, el mantenimiento de la vida, la cura de las enfermedades, los
castigos, la diferencia entre el bien y el mal, en todos los 360 tipos de trabajos de los hombres.

En aquellos días, había un oso y un tigre que vivían juntos en una cueva. Continuamente venían a rogar
a Hwanung. Querían ser transformados en seres humanos. Entonces el dios les dio un pedazo de jengibre

16
Las palabras entre paréntesis son comentarios incluidos por el propio Iryeon en su versión del mito de Dangun,
comentarios que se presentan como añadidos al manuscrito original que usó como base para la recopilación realizada
en su obra.
17
Cheonbuin: sellos celestiales, Tesoros del cielo, aunque no sabemos precisamente que son estos objetos,
simbolizan el poder del soberano.
18
Sinsi: Ciudad de Dios
19
Cheonwang: Rey del cielo. Este término tiene el mismo significado de Cheongun, príncipe del cielo, era el titulo
usado por los jefes chamanes durante el periodo Silla.

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sagrado y veinte pedazos de ajo20 . Y les dijo, “si coméis esto y no veis la luz del día por cien días,
recibiréis la forma humana”. El oso y el tigre cogieron las plantas y las comieron. Tenían que ayunar
tres veces siete días. El oso recibió un cuerpo de mujer. El tigre que no fue capaz de ayunar, no tomó la
forma humana.

Pero como no había nadie con quien la mujer Ungnyeo pudiera casarse, ella iba todos los días debajo
del árbol donde se encontraba el altar para rezar por un hijo. Hwanung cambió su forma y la esposó.
Ella se quedó embarazada y tuvo un hijo. Le llamaron Dangun Wanggeom.

En el año cincuenta del Emperador Yao, en el año gyeongin 21 Dangun estableció una ciudad en
Pyeongyang22 y el llamado reino de Joseon. Él posteriormente movió su ciudad a Asadal en Baegagsan,
que era también conocida como Gungholsan y también como Geummidal. Gobernó el reino por 1500
años.

El rey Hu de Whou, en el año jimao del reinado23 entronizó a Gija como rey del Estado de Joseon.
Dangun entonces se fue a vivir a Changdanggyeong. Posteriormente volvió a Asadal, se retiro en
soledad, y se transformó en el Dios de la Montaña a la edad de 1908 años.”

(Samguk yusa, Parte 1.1, Gojoseon. Wanggeom Joseon.24

Análisis del Texto

La Estructura del mito está compuesta de seis diferentes escenas o elementos que
contienen la totalidad de la trama del mito. Las escenas o secciones narrativas del mito y
el contenido de cada escena podemos resumirla del siguiente modo.

1. Cielo: Los actores son dos figuras divinas, el padre Hwanin, el señor del Cielo y
su hijo, Hwanung. Los deseos del hijo de descender a la tierra para llevar el
orden político y la cultura a los seres humanos. El padre selecciona el lugar
donde su hijo tiene que descender en la tierra. Antes de descender en la tierra el
padre le da a su hijo los símbolos de su autoridad para poder llevar el orden
político y la cultura a los humanos.
2. Descenso a la Tierra: El hijo del Señor del Cielo desciende a la tierra en la cima
de una montaña sagrada donde se encuentra el árbol sagrado y cerca del cual
esta situado un altar. Él va acompañado de tres asociados principales y un grupo
de asistentes, que son especialistas en todos los aspectos de la cultura. El hijo del
Señor del cielo se auto proclamó Cheonwang, que significa Rey del Cielo, y la

20
Jengibre y Ajo: son plantas medicinales usadas en la medicina tradicional coreana. El relato implica que estas
plantas son sagradas y poseen el poder de la metamorfosis.
21
El año 2308 a.n.e, el año de ascensión al trono de Yao había sido el año mujin. El año 50 de su reinado sería
cheongsa, y no gyeongin. Estas discrepancias han causado algunas dudas sobre el texto.
22
Que es conocida ahora como Seogyeong.
23
Wu fue el primer rey de la dinastía Zhou de China y parece que reinó desde el año 1125 a.n.e. hasta el 1115. Esto
supondría que la fecha fue en el año 1125 a.n.e.
24
Traducción propia a partir de la versión en coreano del año 2007, traducida del original en chino por Kim Won-
jung.

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tierra alrededor su residencia, el lugar donde había descendido desde el cielo, es


llamada la ciudad sagrada.
3. La Prueba del Tigre y el Oso: Un oso y un tigre suplican al hijo del Señor del
Cielo ser transformados en seres humanos. Les propone una prueba, la cual solo
el oso es capaz de superarla.
4. Unión del Cielo y la Tierra: El oso que ha sido transformado en una mujer
(llamada Ungnyeo o Mujer Osa) ruega al hijo del Señor del Cielo que le dé un
marido. Él como respuesta se casa con ella. La Mujer Oso tiene un hijo, Dangun,
Príncipe del Altar.
5. Creación del estado de Joseon: El descendiente del hijo del Señor del Cielo y del
la mujer Oso crea un estado. Le da un nombre a su nación y establece una sede
para su gobierno. Posteriormente hay algunos cambios de lugar de esta sede de
su gobierno.
6. Creación del Estado de Gija Joseon: El gobierno real es removido de las manos
de Dangun y dado a Gija. Dangun se convierte en el Dios de la Montaña.

Estas seis escenas del mito pueden ser a su vez reagrupadas en tres unidades: una
escena en la que solo hay actores divinos, la acción que tiene lugar enteramente en el
cielo pero situados en el tiempo no histórico (escena 1-2), otra escena en que los actores
son divinos y héroes semi-divinos, y la acción tiene lugar en la tierra en un periodo
vagamente histórico (escenas 2, 3 y 4), y una tercera escena en que los actores son
humanos e intentado situarlos en un escenario totalmente histórico y terrenal(escenas 5
y 6).

Elementos Simbólicos del Mito de Dangun y el Nacionalismo Coreano

En este apartado voy a hacer un análisis de los símbolos que aparecen en el mito
de fundación coreano relacionándolos con la relevancia de su significado en la
construcción de la idea de nación, de unidad como un solo pueblo, lo que también se
suele denominar como el “Nosotros” (Uri).

Escena 1. Cielo: En esta primera escena encontramos uno de los elementos más
significativos en relación con el nacionalismo. Es decir, la conexión que se establece

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entre lo divino y lo humano. El hijo de la divinidad tiene un deseo muy grande de


descender sobre la tierra para enseñar a los hombres. Su padre primero desciende para
ver cual es el mejor lugar donde su hijo puede descender sobre la tierra y elige un lugar
situado en una montaña de la península coreana. Este elemento servirá a los
movimientos nacionalistas para sustentar que la tierra coreana es un lugar elegido por
Dios para comenzar la educación de la humanidad. Y entre todos los lugares del mundo
la divinidad eligió Corea como el más propicia para su hijo. Es una tierra elegida por
Dios para el bien de la humanidad. Esta será una idea muy común entre los
movimientos nacionalistas. Corea como la nación que ayudará a toda la humanidad a
salir del sufrimiento.
También los “Sellos Celestiales” enfatizan esta elección divina. El descenso del
hijo de Dios a la península coreana se hace con el beneplácito de la divinidad, la cual
comparte parte de sus poderes y cualidades para que sean adquiridas por los seres
inferiores que se encuentran en la tierra. De este modo esos seres también elevarán su
condición y compartirán algunos elementos propios de la divinidad. Los humanos, y en
particular los humanos de la península coreana, subirán un grado más que el resto de los
seres vivientes, y se situaran en una posición más cercana a la divinidad y al mundo
celestial.

Escena 2. Descenso a la Tierra: En esta segunda escena del mito, cuando


Hwanung desciende al mundo de los hombres, es especialmente significativo el lugar
concreto donde se produce este hecho. La cima de la montaña Taebaeksan es aún hoy
día considerado como un lugar sagrado por los coreanos y allí se ofrecen ritos y
oraciones en favor de la nación. A lo largo del año en las fechas más significativas de la
nación se realizan ceremonias para pedir la protección por parte de la divinidad. A lo
largo de la nación se han determinado también otra serie de montañas “sagradas” en
todas las cuales se han construido altares para ofrecer ritos en favor de la nación. Del
mismo modo que hizo Hwanung en el “Altar Sagrado” que se encontraba en la cima de
la montaña Taebaeksan. Estas montañas sagradas están situadas en las cinco direcciones,
este, oeste, norte, sur y centro, para protegerla de todas las posibles invasiones de los
poderes externos, con la ayuda de la divinidad.
Descendiendo al mundo, Hwanung también eleva la categoría de esa tierra,
divinizándola y otorgándole el nombre de “Ciudad de Dios”. Una tierra bendecida por
Dios. Esta tierra será considerada por los coreanos de generación en generación como

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una tierra de una belleza y riqueza inigualable que les hará estar muy orgullosos de ser
coreanos. Y tanto los poetas y escritores como las canciones populares coreanas reflejan
en sus palabras este orgullo nacional de la belleza de su tierra, superior a la de cualquier
otro lugar del mundo.
Otro elemento que ha enorgullecido al pueblo coreano a lo largo de su historia y
que les ha servido en los momentos de dificultad para elevar la moral del pueblo, ha
sido su capacidad para trabajar e inventar respondiendo a las necesidades que les iban
surgiendo. Unos talentos que también tienen un origen divino, que les fueron enseñados
por Hwanung, sus ministros y todos los espíritus que los acompañaron en su descenso a
la tierra.

Escena 3. La Prueba del Tigre y el Oso: En esta escena hay que destacar dos
elementos que podemos relacionarlos con el espíritu nacionalista de los coreanos. El
primero son los dos alimentos que le dio al tigre y al oso para comer. Son dos
condimentos, el jengibre y el ajo, que son muy usados en la cocina y la medicina
coreana. Especialmente el ajo es un elemento que no puede faltar en las comidas
coreanas. Son dos plantas a las que se les da un poder especial y se las eleva al rango de
sagradas. Comparten con los dioses el valor de estos alimentos. Alimentos que les
trasmiten su energía especial para superar las dificultades y los momentos de
“oscuridad” de la nación.
El otro elemento que quería destacar era la paciencia y la capacidad de superar
las pruebas por parte del oso. El oso es capaz de superar el “ayuno” y la “oscuridad”.
Este oso que será posteriormente la madre del primer coreano, la madre de la nación
coreana, se convierte en prototipo del ser coreano. El coreano es aquel que es capaz de
superar las dificultades con paciencia y sacrificio por que de este modo llegara a ver la
luz y su situación de confusión y contrariedad podrán ser superadas. Será capaz de sufrir
la metamorfosis para mejorar su situación y salir vencedores. No podemos olvidar que
este mito es especialmente recordado en los momentos de oscuridad de la nación
cuando se encuentran bajo la amenaza de los poderes extranjeros.

Escena 4. Unión del Cielo y la Tierra: En esta escena llegamos al momento


culminante de la unión entre el cielo y la tierra. Es de esta unión entre el hijo de la
divinidad y un ser perteneciente a la tierra, de donde nace Dangun, el fundador de la
nación coreana. Aunque es plenamente un ser humano, un hombre, su origen es tanto

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divino como humano. Esto le hace tener un papel especial de intermediario entre los
humanos y lo divino. Él es el padre de la gran nación coreana y se yergue como su
protector a lo largo de la historia de su pueblo. El pueblo coreano se siente responsable
de mantener esta armonía entre el cielo y la tierra en su modo de vivir y de organizar la
nación. El hecho de tener un padre de la nación común se ha convertido en un elemento
unificador para todos los coreanos a pesar de las diferencias regionales que también se
dan. En los momentos de paz y prosperidad las diferencias regionales son más
acentuadas. Cuando llegan los momentos de dificultad y conflicto o de defensa del
honor nacional frente al ataque foráneo, las diferencias regionales se olvidan y el pueblo
coreano se hace una piña para luchar juntos. Es en estos momentos cuando el símbolo
de Dangun es más evocado como punto de encuentro para todos los coreanos.

Escena 5. Creación del Estado de Joseon: En esta escena se nos presenta la


fundación histórica de la nación Joseon. De este modo Dangun inicia el tiempo histórico.
Este carácter histórico de la nación coreana se convertirá también a lo largo de su
historia en un elemento de orgullo para el pueblo. El poder poner una fecha concreta a
la aparición de la nación hace que el nacionalismo coreano pueda poner el argumento de
la antigüedad como una prueba de su legitimidad. De esta forma la antigüedad se
convierte en un elemento de validación de sus reivindicaciones. Este es uno de los
argumentos más comúnmente aducidos por los movimientos nacionalistas de todo el
mundo.
A este elemento le será dada tanta importancia a lo largo de la historia coreana
que incluso el calendario utilizado en Corea comienza a contar a partir de esta fecha de
modo que en estos momentos nos encontramos en el año 4348 según el calendario
Dangun, incluso existe la fiesta nacional, del Día Fundacional de Corea, el 3 de octubre.
En este día se conmemora la fundación de la primera nación en la península coreana por
Dangun en el año 2333 A.C.
Esta primera nación fundada por Dangun se dice que duro 1500 años. Este es un
número simbólico que expresa el carácter eterno de esta nación. Una nación que
perdurara a lo largo de los siglos a pesar de los problemas y cambios que se puedan
producir a lo largo de la historia.

Escena 6. Creación del Estada de Kija Joseon y la transformación de Dangun en


el Dios de la Montaña: En esta escena se nos presenta un ejemplo claro de como este

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mito ha sido utilizado a lo largo de la historia de Corea para legitimar las distintas
dinastías conectándolas directamente con el mito de fundación de la nación. Se retoma
el mito en los momentos de crisis y transición para dar fuerza al cambio político.
El otro elemento a destacar es la transformación de Dangun en el Dios de la
Montaña. Dangun incluso después de abandonar esta tierra, no pierde su papel de
intermediario entre el mundo divino y terreno. Él sigue intercediendo por las
necesidades de su pueblo, la nación coreana, ante la divinidad, especialmente en los
momentos de contrariedad para la nación como tal o para sus habitantes
individualmente. Esto hizo que se desarrollara un culto al Dios de la Montaña que se
extendió por toda la nación y que tiene sus templos de culto, especialmente, en las
montañas. Muchos de estos templos también están ligados a los templos budistas, ya
que esta devoción al Dios de la Montaña fue incorporada al panteón budista poco
después de su penetración en la península coreana (s. IV). Estos templos han sido
considerados desde la antigüedad como puntos privilegiados de oración y suplica por
las necesidades de la nación y sus miembros.

Para concluir este análisis podemos decir que de este modo el mito de Dangun
supera todas sus connotaciones religiosas o espirituales para convertirse en parte
esencial del pueblo coreano. Toma dimensiones políticas y sociales de consolidación de
Corea como una unidad, un todo. Es una historia que pertenece a todos los miembros de
la nación coreana, al Nosotros (Uri), independientemente de sus creencias, orígenes
regionales, ideas políticas, etc.

Dangun y el Nacionalismo Coreano Moderno

Las nociones de “nación” y “nacionalismo” son difíciles de definir. Y ha


existido un largo debate entre los estudiosos del tema sobre como delimitar estos dos
conceptos.

José Álvarez Junco define nación como aquellos grupos humanos que creen
compartir unas características culturales comunes, lengua, raza, historia, religión, y que,
basándose en ellas, consideran legitimo poseer un poder político propio, sea un Estado

16
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plenamente independiente o un gobierno relativamente autónomo dentro de una


estructura política mas amplia.25

Hay que distinguir entre los enfoques primordialitas que aceptan la existencia de
rasgos étnicos originarios, y la visión modernista o instrumentalista que consideran el
sentimiento nacionalista como histórico, creado culturalmente, y, por tanto, manipulable.
Como diría Eric Hobsbawn, las naciones son “artefactos culturales inventados”. Las
naciones y los nacionalismos son identidades y sentimientos construidos
26
históricamente.

Uno de los más importantes estudiosos del nacionalismo Ernest Gellner, en su


libro Naciones y Nacionalismos, nos da una definición general del nacionalismo como
un principio político que sostiene que debe haber congruencia entre la unidad nacional y
la política. Y el sentimiento nacionalista es el estado de enojo que suscita la violación
del principio o el de satisfacción que acompaña a su realización. Movimiento
nacionalista es aquel que obra impulsado por un sentimiento de este tipo. 27

De esta forma podemos decir que el nacionalismo es un principio de


legitimación política. Y por tanto este sentimiento nacionalista se siente tremendamente
disturbado cuando la unidad política es gobernada por personas pertenecientes a una
nación diferente de la de la mayoría de los gobernados. Típica situación de colonización
o subordinación de una nación por otra.

Pero este mismo autor también nos dice como el tener una nacionalidad no es un
atributo inherente al ser humano, pero hoy en día ha llegado a parecerlo. De hecho, las
naciones, al igual que los estados, son una contingencia, no una necesidad universal. Ni
las naciones ni los estados existen en toda época y circunstancia. Pero el nacionalismo
sostiene que están hechos el uno para el otro, que el uno sin el otro son algo incompleto
y trágico.28

El mismo Gellner en otro de sus libros afirma que el “nacionalismo no es el


despertar de una nación a su conciencia de sí misma, sino que inventa naciones donde
no existen”. 29

25
Álvarez Junco, J. (2001), p. 11.
26
Álvarez Junco, J. (2001), p. 16.
27
Gellner, E. (1988), p. 13
28
Gellner, E. (1988), p.19.
29
Gellner, E. (1964), p. 69.

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Dos tipos de definiciones de nación, una cultural y otra voluntarista.

1. Dos hombres son de la misma nación si y sólo si comparten la misma cultura,


entendiendo por cultura un sistema de ideas y signos, de asociaciones y de
pautas de conducta y comunicación.
2. Dos hombres son de la misma nación si y sólo si se reconocen como
pertenecientes a la misma nación. En otras palabras las naciones hacen al
hombre; las naciones son los constructores de las convicciones, fidelidades y
solidaridades de los hombres. Una simple categoría de individuos (por ejemplo,
los ocupantes de un territorio determinado o los hablantes de un lenguaje dado)
llega a ser nación si y cuando los miembros de la categoría se reconocen mutua
y firmemente ciertos deberes y derechos en virtud de su común calidad de
miembros. Es ese reconocimiento del prójimo como individuo de su clase lo que
los convierte en nación, y no los demás atributos comunes, cualesquiera que
puedan ser, que distinguen a esa categoría de los no miembros de ella.30

Fue en el contexto de la subordinación política y cultural por parte de un poder


extranjero más fuerte, como era el poder mongol, que el mito de formación de la nación
coreana, el mito de Dangun, fue compilado y presentado al pueblo de Goryeo por parte
del monje Iryeon. Analicemos ahora como esta figura de Dangun ha influido y ha sido
revitalizada por el nacionalismo coreano moderno.

Breve desarrollo histórico del Nacionalismo Coreano Moderno

En el caso de Corea el movimiento nacionalista moderno que comenzó a


desarrollarse a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, fue una respuesta a
un conjunto de factores pero sin duda uno de gran importancia fue el intento continuo
de China por mantener Corea bajo su influencia y posteriormente el intento de las
fuerzas provenientes de las naciones occidentales de influir sobre la península coreana.
Esto dio origen a un movimiento reformista, llamado Silhak, que promovió una fuerte
corriente para establecer la “Identidad de la Nación Coreana”. Su objetivo era dar
legitimidad a la historia coreana, es en este punto donde el mito de Dangun jugó un
importante papel, y defender el derecho de los coreanos a realizar aquellos cambios
30
Gellner, E. (1988), p. 20.

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necesarios para promover su fuerza como nación, mejorando la situación del pueblo sin
tener que para ello copiar los modelos occidentales o el modelo chino. El pueblo
coreano había estado influido durante muchos siglos por el poder y la cultura china.
Posteriormente en el siglo XIX el movimiento nacionalista coreano se vio
reforzado por un grupo de pensadores, denominados “Progresistas”, que defendían la
urgencia de establecer una soberanía e independencia coreana indiscutible y promover
la economía y el poder militar de la nación. Todo esto para liberar Corea de la
dominación China. A finales del siglo XIX se crearon otros grupos nacionalistas, como
el llamado “Club de la Independencia”, que promovieron el espíritu nacionalista y otra
serie de reformas para salvaguardar la nación de influencias extranjeras. Se produjo una
insurrección popular, llamada Donghak, que hizo que las clases populares coreanas
también se adhirieran al movimiento nacionalista. Ya que hasta el momento habían sido
fundamentalmente las elites más educadas las que habían encabezado este movimiento.
El movimiento nacionalista se radicalizo y cada vez tomó formas más militantes contra
los poderes y las influencias foráneas.
Posteriormente a principios del siglo XX, tras la invasión japonesa, el
nacionalismo coreano toma aún más fuerza y comenzó a estar también influenciado por
las ideologías revolucionarias izquierdistas que llegaban desde occidente. Este
movimiento nacionalista en contra del poder colonial japonés estuvo también
fuertemente ligado a la defensa de la cultura y la tradición “racial” coreana,
particularmente la lengua coreana. El poder japonés intento abolir la lengua coreana e
imponer el uso del japonés a todos los niveles. Por tanto podemos decir que el
nacionalismo coreano de esta época incluía elementos políticos, económicos, culturales
y raciales.
Después de la liberación del poder colonial japonés, la principal tarea en la que
el nacionalismo coreano se volcó fue la recuperación de la identidad coreana. Aparece
también un nuevo tipo de nacionalismo coreano con una fuerte orientación socialista,
especialmente en Corea del Norte. Este movimiento nacionalista dio lugar a la ideología
denominada “Juche”, el movimiento de la autosuficiencia. Mientras en Corea del Sur se
producía un vigoroso movimiento para reavivar la cultura tradicional, una búsqueda del
“alma de la gente”, y un fuerte rechazo del “tomar prestado ciegamente” de las culturas
extranjeras. Entre los coreanos más jóvenes se inicia el llamado “neo-nacionalismo”. Un
movimiento cuyas principales características son el rechazo de todo lo relacionado con
Japón, búsqueda de la identidad coreana, políticas de autoprotección nacional en contra

19
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de las influencias foráneas, y rechazo de cualquier tipo de control por parte de los súper
poderes mundiales. Pero en general podemos decir que el nacionalismo coreano ha
mirado hacia el interior de la nación, siendo defensivo y pacifico en su naturaleza. Su
principal objetivo ha sido salvaguardar y mantener la soberanía e independencia de la
nación, de este modo preservar su legado cultural e histórico.

El papel de Dangun en el Nacionalismo Coreano Moderno

Una notable contribución en el proceso de formulación de la identidad nacional se


produce hacia el final de la dinastía Joseon por medio de la promoción de los estudios
coreanos, especialmente con respecto a la lengua, literatura, historia, y el folclore. Estos
estudios intentaban darle un carácter académico a lo que se había considerado la
identidad coreana inherente. Al mismo tiempo que se intentaban eliminar percepciones
previas que consideraban a Corea como un reino menor bajo dominio Chino. Idea que
había tenido gran auge durante la dinastía Joseon bajo influencia confuciana. También
se quería contrarrestar la influencia de la cultura occidental que comenzaba a llegar a
esta región del mundo.

Este resurgir de la figura de Dangun sin duda contribuyo significativamente para


reforzar la capacidad coreana para luchar por su independencia. A finales del siglo XIX,
Corea sufre los ataques imperialistas extranjeros y eventualmente se convertirá en una
colonia japonesa. Estos hechos históricos hicieron que el nacionalismo coreano se
convirtiera en un nacionalismo de resistencia contra el poder colonial, ya que se vieron
obligados a luchar contra el poder imperial japonés para poder conseguir la
independencia nacional.
El mito de Dangun y la figura “histórica” de Dangun ha sido utilizada por estos
movimientos nacionalistas para acrecentar la identidad nacional y la autoestima
colectiva.
Este mito ha ofrecido el fundamento para el desarrollo de ideas tales como la
noción del pueblo coreano como descendientes de Dangun, y por tanto un pueblo con
una historia de cerca de cinco mil años. Ha dado lugar a la creación de fiestas
nacionales tales como la llamada en coreano “Gaecheonjeol” o día “Fundacional de la
Corea”, la creación de la llamada Dangun era, “Dangi”, que tiene su comienzo en el año
2333 A.C., y toda una serie de movimientos políticos y religiosos que toman a Dangun

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como su inspiración. Estas nociones y símbolos han tenido un papel central en la


construcción de la conciencia nacional coreana.
En la corea moderna incluso ha existido un grupo de pensadores políticos que
han usado el mito de Dangun como un instrumento político y un patrón de pensamiento
que ha dado lugar a lo que se ha llamado el “Nacionalismo Dangun”. El Nacionalismo
Dangun hace referencia a una corriente dentro del nacionalismo coreano, que ha
influenciado los distintos movimientos nacionalistas coreanos. Esta corriente ha
desarrollado una gran conciencia nacional que se ha expresado en movimientos
ideológicos, políticos y culturales que han promovido la unidad y el desarrollo nacional
basándose en la idea del pueblo coreano como descendientes de Dangun. La principal
idea proveniente del mito utilizada por todos estos movimientos nacionalistas ha sido
que la historia de Corea comienza con Dangun y a través de su autoridad se fundo una
nación de origen divino, la nación coreana.
Hay dos aspectos del mito de Dangun que han sido utilizados políticamente por
estos movimientos.
El primero hace referencia a la información que el mito ofrece sobre la identidad
étnica coreana a través del proceso de fundación del primer estado coreano por el nieto
del Señor del Cielo, Hwanin. Esta referencia ha influenciado significativamente la
historia política de la nación. Este mito les ofrece las bases para defender el carácter
homogéneo de la raza coreana y su independencia y autonomía con respecto a otros
pueblos, es decir, su propia peculiaridad e identidad. Este sentimiento de ser una raza
única como descendientes de Dangun está muy enraizado en la conciencia del pueblo
coreano. Esta conciencia de ser descendientes de un progenitor común y la
homogeneidad étnica gana popularidad especialmente entre la gente común en los
últimos años de la dinastía Joseon, a finales del siglo XIX y más aún durante el periodo
de colonización japonesa (1910-1945). Después del establecimiento de la Republica de
Corea en 1948, esta conciencia nacional homogénea fue esencial para la reconstrucción
de la nación y la creación de un estado moderno coreano. Se tomó a la figura de Dangun
como elemento unificador de la nación para trabajar juntos en su reconstrucción. Kim
Koo (1876-1949), cabeza del gobierno provisional de Corea, en su discurso después de
volver a Corea desde su exilio en Manchuria, en el año 1945, proclama que todos los
coreanos tienen un lazo de sangre con Dangun, y es necesario superar las diferencias
regionales, ideológicas y de género para crear la unidad nacional.

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Por tanto podemos decir que el mito de Dangun sirvió primero como inspiración
para resistir la influencia de China y su vasallaje al emperador chino, promovido por los
pensadores confucianos que se encontraban al frente del reino y, también, para
promover la identidad nacional y la independencia basados en el origen divino y de
nación elegida por la divinidad.
El segundo aspecto de este mito utilizado por los movimientos nacionalistas ha
sido el uso de la percepción del mundo reflejada en el mito al tiempo de la fundación de
la nación como característica del pueblo coreano hasta nuestros días. Entre estos
elementos que distinguen la cosmovisión coreana podemos destacar, el humanismo, el
respeto por la autoridad, secularismo, respeto por el Cielo, y el pacifismo. Un
humanismo centrado en los intereses y valores humanos, que proclama que el objetivo
político último tiene que ser el bienestar humano como es proclamado a lo largo de todo
el mito, desde el querer descender de la divinidad a la tierra para elevar la condición
humana hasta la transformación de Dangun en el Dios de la Montaña para seguir
intercediendo por los humanos delante de la divinidad. Este humanismo también
enfatiza la armonía entre lo trascendente y la naturaleza. Y la interrelación entre todos
los seres humanos como miembros de una misma comunidad.
La idea de secularismo hace referencia a la importancia dada al encontrar la
felicidad y la justicia en el mundo real habitado por los seres humanos. El hijo del Señor
del Cielo quiere vivir en el mundo y para ello desarrolla 360 áreas de enseñanza para
mejorar la condición humana. Pero este es un secularismo que de ningún modo esta
opuesto a mantener la reverencia y el respeto por lo divino, el Cielo. Desde la
antigüedad los coreanos tienen la firme creencia que la política y el gobierno eran un
proceso de cumplimiento de los deseos divinos en la sociedad. Los 3000 seguidores de
Hwanung que le ayudan en el gobierno de la tierra puede ser interpretado como el modo
en que la divinidad usa su poder para realizar sus deseos en el mundo secular, al mismo
tiempo que inculcan el respeto por el Cielo entre las gentes.
Y por ultimo podemos ver como el mito de Dangun promueve la armonía y la
paz. El relato no incluye elementos violentos o de celos y luchas interna de unas partes
contra otras. En este mito, el mundo de los humanos mantiene una relación de armonía
con el mundo divino y la naturaleza. Incluso más recientemente la figura de Dangun y
las narraciones míticas sobre la creación del primer reino coreano han servido de
fundamento en la lucha por la unificación de Corea del Sur y Corea del Norte. Estos
relatos míticos-históricos han servido a los movimientos nacionalistas de ambas partes

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para intentar superar las diferencias y buscar alternativas aceptables para ambas partes
con el objetivo de recuperar la unidad nacional.
Esto ha hecho que la reunificación de las dos Coreas se convierta en uno de los
temas que domine los estudios históricos en Corea en la actualidad. La teoría de la
reunificación desarrollada por los historiadores coreanos se basa en el enfoque
nacionalista de la historia. Los estudiosos de este enfoque sostienen que la unificación
debe centrarse en la solución de los problemas nacionales más que en las luchas sociales
y de clase. Esta visión de la historia coreana dirigida hacia la reunificación ha sido
desarrollada principalmente por los historiadores progresistas pertenecientes al
movimiento Minjung.31

Deconstrucción y Reinvención de la Tradición Religiosa Autóctona de


Corea

Una de las primeras dificultades que nos encontramos a la hora de hablar sobre
la historia del muísmo, del chamanismo coreano, es la escasez de estudios realizados
sobre este aspecto. Mientras que hay una literatura muy abundante sobre otros aspectos
del chamanismo coreano, el aspecto histórico y su evolución a lo largo de la historia no
ha sido muy estudiado por los investigadores32. Tal vez una de las razones de ello sea la
dificultad para encontrar documentos históricos que nos hablen sobre las prácticas
chamánicas o sobre los chamanes. Debido a que el chamanismo fue relegado a una
posición periférica en la sociedad tras el auge de las religiones procedentes del exterior
a partir del siglo IV n.e., primero el budismo y luego el confucianismo, los documentos
oficiales e históricos que han llegado hasta nosotros hacen sólo breves referencias al
chamanismo, mientras que la mayor parte de ellos hablan más extensamente de estas
otras tradiciones.
Durante el período colonial japonés (1910–1945), Japón reconoció el
chamanismo como la base cultural y religiosa del pueblo coreano. Para debilitar su
fuerza, la estrategia que siguió fue intentar dominar a los chamanes e introdujo los
principales dioses del sintoísmo japonés y los impuso a las chamanas coreanas para que
los reverenciaran como dioses tutelares propios, obligándoles a ponerlos en el centro de

31
Min, H.K. (2003), pp. 20-21.
32
Los dos estudios más serios sobre la historia del chamanismo coreano realizados durante el siglo XX
son los de Yi, N.H. (1927) y Yu, T.S. (1975).

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sus altares particulares. Otra táctica que siguió fue intentar que el chamanismo perdiera
su posición como religión y fuera considerado simplemente como parte de las
costumbres tradicionales. Durante esta época se comenzaron a realizar los primeros
estudios serios sobre el chamanismo tanto por investigadores coreanos como japoneses.
El nombre que se le dio al chamanismo coreano fue musok, que quiere decir “las
costumbres de las chamanas”. Este nombre se convirtió en el más usado por los
investigadores incluso hasta nuestros días. Algunos de los más importantes
investigadores del chamanismo durante esta época fueron, los japoneses Akamatsu y
Akiba que publicaron estudios tales como, Chosen Fuzoku no Genkyu (Un Estudio del
Chamanismo Coreano) en dos volúmenes, y Joseon Musokui Hyeonji Josa (Trabajo de
Campo sobre el Chamanismo Coreano). Entre los coreanos hay que destacar el estudio
de Yi Neung-hwa en 1927, Joseon musokgo (Estudio del Chamanismo Joseon).
Otro término introducido por los japoneses fue el de kijin (gwisin en coreano)
para referirse a los dioses del chamanismo. Este término literalmente quiere decir
fantasma por lo que sitúa a los dioses chamanes en una esfera más baja que los
auténticos dioses.
Sin embargo, a pesar de la crudeza con la que los japoneses actuaron, no
consiguieron poner fin a la tradición y al pensamiento coreano, y fue gracias a
investigadores como Yi Neung-hwa, Choe Nam-seon, y Son Jin-tae que el chamanismo
comenzó a ser reconocido como el núcleo de la cultura coreana y fue convirtiéndose en
un elemento distintivo de su identidad.33
Después de la liberación, el 15 de agosto de 1945, cuando las tropas japonesas
fueron expulsadas, la supresión de chamanismo tomó una forma diferente. Con el
predominio en los estamentos de gobierno de las ideologías pro-occidentales
racionalistas y el rápido crecimiento de las iglesias cristianas, el chamanismo fue
estigmatizado como una superstición que iba en contra de la modernidad y el desarrollo
económico del país. La educación en las escuelas presentaba esta tradición chamánica
como algo del pasado que debía abandonarse para poder conseguir la reconstrucción de
la nación. Especialmente durante el gobierno del presidente Park Yeong-hui (1961–
1979) y su “Movimiento por un Pueblo Nuevo” (Saemaeul Undong), la persecución del
chamanismo se intensificó e incluso se destruyeron muchos de los pequeños santuarios
chamánicos que existían en los pueblos y aldeas.

33
Lee Y.S. (2004), pp. 33-34.

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Desde los años 60, el chamanismo ha sido utilizado tanto por las fuerzas
gubernamentales como las opositoras al gobierno como un instrumento para reclamar
legitimidad a sus ideas y propuestas. El gobierno ha intentado promover los ritos
chamánicos como representaciones de tipo artístico que reflejaban la cultura tradicional,
en un intento de manipular estas prácticas para reavivar el espíritu nacionalista del
pueblo. Especialmente a partir de la Tercera República (1962-1972) el gobierno en su
intento de recuperar el reconocimiento popular promovió una política de minjokjuui
(nacionalismo) para legitimar su poder dictatorial. Cualquier crítica al gobierno era
tachada de falta de amor a la patria y de dejarse influenciar por las ideas occidentales o
por las influencias de los comunistas de Corea del Norte.
El gobierno acentuó la importancia de la cultura tradicional e intentó redefinir
los conceptos confucianos para promover mayor “lealtad” al gobierno de la nación34.
Una de las formas para promover la cultura tradicional fue la creación de los llamados
“Bienes culturales intangibles”. El gobierno promulgó una ley en 1962 en la que se
proponía la investigación de las raíces culturales coreanas para poder recuperar muchas
manifestaciones artísticas que habían quedado olvidadas o se estaban perdiendo. Entre
ellas se retomaron numerosos ritos chamánicos y festividades populares marcadas por
elementos chamánicos, y fueron declarados “Bienes culturales intangibles”. Además, a
las personas que los realizaban se les denominó, “Bienes Culturales Humanos”. Muchas
chamanas fueron nombradas entre estos Bienes Culturales Humanos y fueron invitadas
anualmente a realizar los ritos chamánicos en festivales artísticos a nivel nacional. De
este modo, aunque el chamanismo y las chamanas recuperaron su reconocimiento
dentro de la sociedad, el gobierno quiso acentuar sobre todo que se trataba de un legado
cultural a preservar y de festivales populares pero no festivales religiosos. Estos
festivales eran un modo de recuperar la cultura nacional. El gobierno les quitó el
contenido religioso a estos ritos chamánicos convirtiéndolos simplemente en objetos de
“arte tradicional”. De este modo, como Claude Levi-Strauss decía, los ritos y creencias
chamánicas eran rebajados a meros juegos de palabras y performance, perdiendo su
significado auténtico y su presencia cultural35; y así perdían toda su fuerza dentro del
mundo social y religioso coreano, al ser congelados en el pasado como simples figuras
de museo. Mientras que el poder de resistencia que habían conseguido acumular durante
los últimos siglos quedaba totalmente anulado.

34
Kim, K.O. (1994), p. 201.
35
Levi-Strauss, C. (1963), p. 184.

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En oposición a estos intentos del gobierno se produjo un movimiento popular en


Corea que tomó gran fuerza a partir de la década de los 70. Este es el llamado
movimiento minjung (popular)36 que intentaba curar las heridas históricas de la nación
por medio de la reconstrucción de una cultura popular común a todos los coreanos37.
Miembros muy activos de este movimiento fueron los estudiantes universitarios que
organizaron grandes manifestaciones y acciones contra el gobierno dictatorial. Entre sus
prácticas para derrocar al gobierno militar fue el desarrollar la llamada cultura minjung,
cultura popular, que tomaba muchos elementos del chamanismo como religión y
tradición cultural opuesta a la tradición dominante confuciana que era seguida por la
elite cultural. Se pueden citar dos razones principales por las que el movimiento
minjung adoptó ciertas formas y prácticas chamánicas como una “ritualización de la
resistencia”38. En primer lugar, el chamanismo era considerado como una religión
nativa y original de Corea en contraposición al resto de religiones presentes en la
península que provienen del exterior, como son el cristianismo, el budismo y el
confucianismo. Por tanto, el chamanismo se puede considerar como un símbolo de la
auténtica tradición cultural coreana. Por otro lado, el chamanismo era una tradición
religiosa rechazada por el gobierno como tal, y por tanto un motivo más para
recuperarla en su auténtico carácter religioso. Además, el chamanismo es una tradición
abierta a todo el mundo, sin distinción de género, edad o clase social. Es una religión
que inspira igualdad y fraternidad entre todos sus participantes, valores que el
movimiento minjung prodemocrático intentaba hacer crecer en la sociedad coreana. El
elemento más importante tomado prestado de los ritos chamánicos era el llamado en
coreano sinmyeong, catarsis.
Por medio de estos ritos se producía un proceso de transformación a través del
cual se creaba un ambiente de solidaridad y energía para luchar en contra de la
explotación gubernamental. Sinmyeong viene de la palabra singi (energía espiritual, de
los dioses). Una energía que se consigue producir cuando se actúa colectivamente y
entonces se puede entrar en una situación de éxtasis y un estado catártico. Muchos
jóvenes radicales e intelectuales pertenecientes a este movimiento estudiaron el
chamanismo como fuente de esta energía e hicieron que muchas chamanas se unieran al

36
Movimiento minjung: movimiento popular entre las clases trabajadoras y estudiantes que se formó en
oposición a la dictadura militar gobernante. Este movimiento englobó tanto elementos políticos y sociales
como artísticos.
37
Choi, C. (1995), p. 107.
38
Kim, K.O. (1994), p. 209.

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ajdomenech@uma.es

movimiento y tomaran conciencia de su papel como elementos de resistencia política.


De este modo, las chamanas dejaban de vivir en el pasado como meros objetos de la
tradición para unirse al movimiento de transformación.39
La idea del chamanismo como costumbre o arte, más que como religión se
puede observar hasta el día de hoy en el hecho que en las estadísticas oficiales del
Estado el chamanismo no aparece mencionado. Cuando el gobierno publica estadísticas
sobre las religiones en Corea no aparece el chamanismo entre las religiones
consideradas. Pero esto no quiere decir que no existan creyentes del chamanismo en
Corea en la actualidad.

Conclusión

A través de estos ejemplos de “invención” de la tradición mitológica y religiosa


de Corea he querido ilustrar como en la construcción de la idea de “nación” se utilizan
elementos míticos y espirituales a los que se les da una nueva significación para que se
conviertan en instrumentos de construcción o reconstrucción de la identidad nacional.
Se transforman en las claves para poder salvar el “alma de la nación” coreana.

39
Kim, S.N. (1989), p. 221.

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