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DESISTIMIENTO

El término desistimiento proviene del verbo desistere y éste tiene su origen en el


latín. Este verbo desisto, desistere, destiti, destitum cuyo significado es desistir de,
abstenerse de, renunciar a, cesar de, está compuesto por el prefijo de- que significa
alejamiento, privación y el verbo sisto, sistere, stiti, statum que significa establecer,
poner, consolidar, tomar posición, estar fijo.
A la raíz verbal desist- se le agrega el sufijo –miento que indica resultado.
Puede considerarse, entonces como el concepto etimológico de este vocablo el
resultado de renunciar a estar fijo, abstenerse de tomar posición, establecer.

CONCEPTO DEL DESISTIMIENTO

El desistimiento es el abandono voluntario del proceso civil iniciadopor parte del


demandante o promotor del expediente. Por lo tanto, en una primera aproximación
a esta institución, podemos decir que nos encontramos ante la actuación de la parte
que inició el proceso encaminada a ponerle fin de forma anticipada.

Esa decisión que aborta, en cierto modo, el devenir del proceso ha determinado que
parte de la doctrina considere el desistimiento como una crisis procesal o forma
anormal de terminación del procedimiento, por contraposición a la que puede
considerarse como forma normal de terminación, que es el dictado de la
correspondiente sentencia sobre el fondo del asunto, una vez celebrado el juicio
entre las partes litigantes. En verdad, lo que sucede es que al exteriorizarse
anticipadamente la voluntad de terminar el proceso resulta innecesaria la
continuación del mismo hasta el dictado de la sentencia.

El Tribunal Central de Trabajo, ya señalaba que: "el desistimiento de la demanda


ha sido configurado, tanto por la doctrina como por la jurisprudencia, como la
declaración expresa del actor de no querer continuar el proceso comenzado,
manifestación que produce el doble efecto de la terminación definitiva de aquél y el
mantenimiento del derecho ejercitado, que puede hacerse valer en posterior
proceso mientras se mantenga vivo. El desistimiento es, por tanto, una declaración
de voluntad del actor en la que manifiesta al órgano jurisdiccional su intención de
concluir anticipadamente el proceso por no interesarle su resolución mediante
sentencia".
Y el propio Tribunal Constitucional en su sentencia 21/1989 de 31 de enero, lo
configura técnicamente como "un acto que expresa la voluntad del demandante de
abandonar el proceso y que ha de tener su causa en una voluntad expresa del autor
del proceso de apartarse de él, lo que hace que deba diferenciarse de otros
comportamientos en los que, aun cuando el incumplimiento de reglas procesales
impida la continuación del procedimiento no hay una intención clara de abandonar
el proceso".
TIEMPO EN QUE EL DESISTIMIENTO PUEDE LLEVARSE ACABO
Los demandantes pueden dar conclusión a un proceso judicial a través del
desistimiento de las pretensiones contenidas en su demanda, situación que produce
los efectos de una sentencia infundada con la calidad de cosa juzgada.

Ello implica que para cualquier efecto legal los derechos que fueron objeto de
reclamo en ese proceso judicial se consideran inexistentes, motivo por el cual,
posteriormente no se podrá presentar una nueva demanda buscando su
reconocimiento en la vía judicial.

Normalmente los demandantes llevan a cabo este tipo de actos procesales después
de haber llevado a cabo una negociación con su contraparte procesal, en este caso,
sus empleadores o ex empleadores, quienes se comprometen a efectuar
determinados pagos a su favor para que den por concluido el proceso judicial
mediante una declaración de inexistencia de adeudos o de derechos impagos.

De acuerdo a lo establecido en el artículo 46 de Ley Procesal del Trabajo, Ley


26636, los jueces deben cuidar que en este tipo de actos no se vulnere el principio
de irrenunciabilidad, por el cual los trabajadores no pueden disponer de derechos
contenidos en normas imperativas, pues en caso contrario, este acto de disposición
devendrá en nulo. Cabe hacer notar que la Nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley
29497, también regula el tema del desistimiento como una de las formas especiales
de conclusión del proceso (artículo 30), junto con la conciliación, transacción,
allanamiento, reconocimiento de la demanda y el abandono.

En base a ello, si bien la empresa y el demandante (trabajador o ex trabajador)


pueden llevar a cabo una negociación para dar por cerrado determinado proceso
judicial –a través del desistimiento-, el juez siempre se encargará de evaluar que
este acto no solo cumpla con todas las formalidades de ley –como la debida
motivación del escrito de desistimiento o la legalización de la firma del demandante-
, sino también que no se afecten derechos indisponibles.

En este punto se han presentado diversos problemas, pues a veces los jueces no
realizan un debido análisis sobre los derechos objeto de desistimiento y únicamente
se limitan a revisar si se cumplen con los requisitos formales para llevar a cabo este
acto. Ello puede traer como consecuencia que los demandantes posteriormente
traten de dejar sin efecto estos actos de disposición, ya sea en el mismo proceso
judicial (desistimiento del desistimiento) o a través de la interposición de nuevas
demandas (nulidad de la resolución que aprueba el desistimiento), con la finalidad
de que los derechos objeto de reclamo nuevamente puedan ser analizados en la
vía judicial.
También se presentan supuestos en los que, si bien el juez efectúo un debido
análisis del caso y determinó que los derechos objeto de desistimiento no son de
carácter irrenunciable, los demandantes solicitan se deje sin efecto esta
declaración, alegando que fueron obligados o coaccionados por el empleador para
llevar a cabo este acto de disposición.

Sobre este último punto, es importante resaltar que llevar a cabo el desistimiento
implica no solo la presentación de un escrito debidamente motivado, sino también,
la legalización de la firma del demandante ante el secretario del juzgado, motivo por
el cual, nos parece poco sostenible que se pueda alegar que existió “coacción” para
llevar este tipo de actos de disposición.

Pese a ello, tomando en cuenta que a nivel procesal es importante que se pueda
apreciar que existe una declaración válida del demandante tendiente a dar por
resuelto el conflicto con la empresa, consideramos que lo más saludable es llevar
cabo conciliaciones ante el mismo juzgado, de manera tal que no pueda existir duda
respecto a la voluntad del demandante de tener por solucionado el conflicto.

En estos casos el juez también deberá revisar que no se afecten derechos


irrenunciables. Sobre el particular, la Ley Procesal de Trabajo actual señala en su
artículo 45° que la conciliación puede ser promovida en cualquier etapa del proceso
antes de la sentencia, formalizándose mediante acta suscrita ante el órgano
jurisdiccional, la cual adquiere el carácter de cosa juzgada después de ser aprobada
por el juez.

La Nueva Ley Procesal del Trabajo también regula este tema en el artículo 30°, en
donde se señala que además del deber del juez de verificar el respeto al principio
de irrenunciabilidad de derechos, esta decisión debe ser adoptada por el titular de
derecho (trabajador o ex trabajador) con la participación de su abogado.

En este contexto, si bien el desistimiento de la pretensión constituye una de las


formas más usuales para cerrar procesos judiciales después de que la empresa y
el trabajador arriban a un acuerdo, la práctica está demostrando que la mejor forma
de garantizar el pleno respecto de los derechos de los trabajadores en este tipo de
actos de disposición y evitar cualquier tipo de cuestionamiento posterior es llevar
acuerdos conciliatorios ante el Juzgado que conoce la causa, pues así se revisará
en un solo acto el respeto a la irrenunciabilidad de derechos y la plena voluntad que
tiene el demandante de dar por concluido en proceso al tener por satisfechas todas
sus pretensiones.

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