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Grandes temas El momento Peterson

Un profesor
contra la
corrección
política
En los últimos dos años, el escritor canadiense
y profesor de Psicología en la Universidad de
Toronto Jordan B. Peterson (Edmonton,
Canadá, 1962) ha construido un discurso firme y a
contracorriente sobre cuestiones controvertidas
del pensamiento actual. Además, lo ha hecho
llegar a un público amplio, a través de la
distribución en las redes sociales de sus clases,
conferencias y publicaciones y del contacto
directo con personas que discrepan de sus ideas.
texto Alberto Nahum García [Com 00 PhD 05]

primavera 2018  Nuestro Tiempo —41


foto: jonathan castellino
Grandes temas El momento Peterson

El valor de unos principios


«El tirón popular de Peterson evidencia que los
principios, en un entorno intelectual dominado
por el cinismo y el relativismo, cotizan al alza. Su
imagen se ha agigantado porque se ha complicado
la vida por unas ideas que considera justas»

jordan b. peterson decidió enfrentarse al dra- El problema para Jordan Peterson vino cuando el mucho más que una cuestión gramatical. del icono Peterson siempre resonará el eco de su figura
gón. El 27 de septiembre de 2016 gritó basta. Armado Gobierno regional de Ontario quiso aprobar una ley Aquello fue la llama que encendió la mecha. A Pe- —ataviado con tirantes y remangada la camisa— res-
con coraje intelectual y verbo preciso, grabó el vídeo (la Bill C-16, en otoño de 2016) que calificaba como terson le llovió de todo, desde manifestaciones de pondiendo con templanza a un grupo de estudiantes
de YouTube que le cambiaría la vida: «Un profesor delito de odio el no utilizar ese pronombre escogido. estudiantes airados hasta advertencias de su propia que le chillaban, coléricos, todo tipo de epítetos. O
contra la corrección política». Ahí nacía —aunque Mediante una matizada argumentación, Peterson de- universidad. Pero aquel vídeo no era un exabrupto aquella otra vez en la que, ante el boicot violento, se le
su éxito llevaba tiempo cociéndose— el intelectual nunció que su problema era con el «habla obligatoria», sino una madurada reacción ante los excesos de la iz- ve gritando a pleno pulmón, a cielo abierto, terminan-
liberal-conservador más decisivo de los últimos años. esto es, con que le forzaran a emplear lo que denomina quierda posmoderna en el ámbito público. Peterson do en la calle la conferencia que le habían reventado
Decisivo no tanto por la profundidad o la originalidad como neologismos nacidos de un laboratorio ideoló- había estudiado durante más de una década la psico- y reivindicando por qué la libertad de expresión es
de su pensamiento, sino por la eficacia y el alcance de gico y emboscados en la trampa de la compasión. logía del totalitarismo nazi y comunista y la Bill C-16 la columna vertebral de cualquier sociedad abierta y
su mensaje. En un mundo de fast food intelectual y lapidaciones era la gota que colmaba el vaso. Él detectaba ahí una civilizada. Tamaña exhibición de coraje intelectual y
La implosión del fenómeno Peterson prende al tuiteras, el razonamiento de Peterson fue inicial- semilla totalitaria y decidió tratar de atajarla de raíz, resistencia a la turba propulsó su meteórico despe-
calor de la última de las escaramuzas en las guerras mente repelido por el establishment canadiense, que evitando contribuir a su florecimiento. Dijo basta, en gue. Mucha gente, especialmente jóvenes, conectó
culturales, esas que —salvo ciertas resistencias an- se afanó en aplicarle el sufijo -fobo, una terminación una suerte de alarde churchilliano. Allá donde acudía con un tipo que desafiaba con argumentos la espiral
glosajonas en el asunto del aborto— la izquierda de probada radiactividad social. Jordan Peterson, a defender sus ideas llevaba este planteamiento hasta del silencio impuesta por la corrección política.
ideológica parece ganar por goleada en la esfera pú- conviene recalcarlo, no se oponía a la condición tran- las últimas consecuencias. Por ejemplo, así cerraba El tirón de Peterson evidencia que los principios,
blica. La batalla más reciente tiene que ver con la tran- sexual de nadie e, incluso, aceptaba usar esos nuevos un acalorado debate en la televisión de Ontario, po- en un entorno intelectual dominado por el cinis-
sexualidad y la elasticidad del género. En este entorno pronombres si una persona se lo pedía. Simplemente, cos días después de su irrupción en la esfera pública: mo y el relativismo, cotizan al alza. Su imagen se
—ejemplo ilustrativo de las políticas de identidad que no toleraba la obligatoriedad; es decir, que el poder «Si me multan, no pagaré. Si me encarcelan, me pon- ha agigantado porque se ha complicado la vida por
asuelan los campus universitarios— hay activistas político impusiera qué se tenía que decir, de la noche a dré en huelga de hambre. No voy a hacerlo. Y punto. unas ideas que considera justas. Podía haber mi-
que, al no encontrar acomodo en lo que denominan la mañana, por ley, siguiendo las indicaciones de unos No voy a usar las palabras que otras personas me rado para otro lado. O convencerse, como tantos,
el género binario (masculino/femenino), demandan activistas. Un paralelismo: es como si, de repente, el obligan a usar. Especialmente si se trata de palabras de que la equidistancia es siempre una virtud. Sin
que la gente se refiera a ellos empleando su pronombre Gobierno español decretara que quien no desdoble inventadas por ideólogos de extrema izquierda». embargo, como ha repetido en numerosas ocasio-
escogido; es decir, el que debe manejar el hablante al continuamente el género gramatical («todos y to- Peterson aguantó la tormenta durante meses, de- nes, la izquierda radical es insaciable: cada nueva
emplear la tercera persona: elle, en español (en lugar das») en sus comunicaciones públicas está incurrien- batiendo con sus críticos en radios, televisiones, re- andanada implica una nueva cesión de quienes pien-
de los tradicionales él o ella), ze, xe o they, en inglés do en un delito de odio contra la mujer. Una negocia- des sociales e, incluso, en los propios campus donde san diferente. Peterson se cansó de ceder siempre
(en lugar de she o he). La terminología no está aún del ción lingüística entre particulares pasaría, entonces, a algunos radicales boicoteaban sus charlas, gritándole en la misma dirección. Se plantó. Y el tiempo le ha
todo definida. convertirse en discurso obligatorio. nazi, supremacista e intolerante. En la configuración dado la razón. Frente a los dogmas de las políticas

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Etiquetas escurridizas
«Es indudable que Peterson se acerca
ideológicamente a los postulados de un
liberalismo clásico. Sin embargo, dista de
declararse un enemigo del Estado,
como muchos libertarios»

foto: the epoch times

identitarias, Peterson reivindica la identidad indi- su experiencia clínica, la investigación académica en No en vano, su producto más visitado es una en- propias de los medios tradicionales. Son personas
vidual; frente a los ataques de las élites culturales, Psicología y la interpretación jungiana del mito. Im- trevista en el Channel 4 británico, no una pieza de su de filiaciones ideológicas muy diversas —desde el
apuesta por rescatar la grandeza de los cimientos de provisa, pensando en alto, de modo que la audiencia propio canal de YouTube. La entrevista que le hizo la ateísmo socialdemócrata de Sam Harris hasta el
la sociedad occidental. Sus batallas culturales son casi puede escuchar los mecanismos de su mente en aguerrida Cathy Newman en enero se hizo viral. La conservadurismo pop y desacomplejado del judío
variadas: desde el constructivismo sexual hasta el funcionamiento. presentadora se empeñaba en atizar a un hombre de Ben Shapiro— que apenas comparten dos grandes
derecho a disentir en el mercado de las ideas, des- Así ha conectado con millones de personas de todo paja, presuponiendo que las tesis de Peterson eran rasgos: su crítica a la izquierda cultural posmoderna
de las discrepancias biológicas y psicológicas entre el mundo, gente razonable y tan normal como los machistas e intolerantes. Las calmadas respuestas y su insobornable defensa del debate y el free speech.
hombre y mujer hasta el benéfico papel de la religión demás, cansadas de ser tildadas de racistas, machis- de Peterson —reivindicando matices, aportando Así, Peterson ha crecido gracias a las conversaciones
en la configuración de las comunidades humanas. tas, tránsfobas o privilegiadas por el mero hecho de datos, corrigiendo asunciones, citando estudios cien- de más de tres horas que realiza el cómico Joe Rogan
pensar diferente o, simplemente, por haber nacido tíficos— dejaron repetidamente en evidencia los o las entrevistas largas de Dave Rubin en YouTube.
un estilo propio. Y lo hace desde un porte erudito, hombres y blancos. Y lo ha logrado empleando con prejuicios de Newman, desconcertándola hasta la Al ser formatos extensos —para ver en el móvil o
rápido de reflejos, respetuoso pero implacable en la tino las herramientas que las tecnologías digitales zozobra cuando la puso ante su espejo: la libertad de escuchar mientras uno conduce—, la posibilidad de
réplica. Peterson es un buen orador y contador de permiten: tiene un millón de seguidores en YouTube expresión también podía resultar muy incómoda, desplegar pensamientos complejos y aplicar matices
historias. Incluso posee un punto simpático, como y sus vídeos suman cerca de cincuenta millones de vi- pero es imprescindible para poder pensar y buscar la resulta estimulante para el receptor.
demuestra la extraordinaria popularidad —carne de sualizaciones. Además, su popularidad le ha permiti- verdad; un ejemplo de pensamiento práctico ejecuta- El caso del techo de cristal —las condiciones que
meme— de uno de sus consejos: «Ordena tu habita- do contar con un ingente apoyo económico por parte do sobre la propia periodista. impiden la presencia de más mujeres en puestos
ción», una llamada metafórica a que los millennials de sus seguidores que él ha invertido en realizar más La entrevista, además de propinar un nuevo empu- directivos— es un ejemplo señero de la potencia
activistas mejoren lo que tienen alrededor antes de y mejores vídeos, viajar para entrevistarse con otros jón a la fama de Peterson, explica otra de las razones argumentativa de Peterson. Este asunto ocupó, por
aspirar a la revolución social cegados por la simplifi- profesores, subtitular sus clases a decenas de idiomas de su éxito: su capacidad para articular ideas que las ejemplo, buena parte de la famosa entrevista con
cación ideológica: «Si ni siquiera puedes mantener tu y transcribir sus largas conferencias sobre los mitos élites mediáticas consideran «incorrectas» o «atra- Cathy Newman. Si uno espera el maniqueísmo de
habitación ordenada, ¿quién demonios eres para dar bíblicos para que puedan ser accesibles en todos los sadas». De hecho, Peterson es uno de los máximos un eslogan o un tuit, quedará decepcionado. Sin em-
consejos [económicos y sociales] al mundo?». formatos. Si a este despliegue le sumamos los frag- exponentes de lo que el matemático norteameri- bargo, si uno dedica unos minutos a escucharle, des-
Escuchar una de sus clases —todas en abierto y mentos que otros cientos de cuentas emiten —tanto cano Eric Weinstein denominó la «web profunda cubrirá —apoyado en estudios científicos, ejemplos
gratuitas, en YouTube y podcasts— es dejarse envol- por entrevistas en multitud de podcasts y programas intelectual». Se trata de un grupo de periodistas, sacados de su consulta psicológica y una argumenta-
ver por un razonamiento divulgativo, que una y otra online, como por remix que los fans realizan de sus académicos e, incluso, cómicos que están aprove- ción refinada que habitualmente parte de la biología
vez se detiene para anticipar y refutar las posibles propios vídeos—, el alcance de sus mensajes resulta chando las posibilidades de internet para pensar en evolutiva— que el sexo es solo uno más entre los
críticas. Sus charlas, siempre sin papeles, mezclan vertiginoso. Su ubicuidad online abruma. alto, sin las constricciones editoriales y de tiempo muchos factores que explican ese techo de cristal.

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también en sus vídeos)


es que hay multitud de
verdades comunes —lo que
denomina «estructuras del
Ser»— incrustadas en mitos
y leyendas. Al desgranarlas,
uno encuentra en ellas todo
tipo de explicaciones sobre
el hombre, las creencias o la
moralidad.
Salvo los descansos que
suponen las anécdotas
y las conversaciones-
consejos de diván, el libro
— Titulito. Omnimincium velesci milloremquo to iliam eate necabor uptatec toribus. Ebissin ulliquam quam soluptis sun- combina una prosa furiosa,
tur,Mediático.
— ulloren desenis
Aunqueevelitas ex gracias
célebre elenis. a YouTube, Peterson aparece cada vez en más medios tradicionales, tanto de derecha — En la Universidad de Toronto. El profesor trata de explicar su postura sobre la imposi- excesivamente paternalista
(Fox) como de izquierda (HBO). Su aparición más viral fue la entrevista con Cathy Newman (Channel 4, en la imagen). ción de un lenguaje neutro sobre el género ante los estudiantes que protestaban contra él. a ratos, con el rigor de las
EDUARDO LIMA / METRONEWS notas al pie para legitimar
sus argumentaciones
y anclarlas en estudios
científicos. El resultado es
difícil de etiquetar. Las ideas de Peterson son Humanos. No es casualidad que James Damore, el Para entender maduración y la aceptación es el último equilibrio una lectura que se enfrenta
más escurridizas de lo que las etiquetas proponen. Es empleado de Google despedido por haber elabora- de las dificultades y el entre, por un lado, el caos al nihilismo, la misantropía
indudable que se acerca ideológicamente a los pos-
tulados de un liberalismo clásico. Sin embargo, dista
do un documento —siguiendo una invitación de la
propia empresa— explorando las causas por las que
Doce reglas sufrimiento que comporta
vivir. Todo ello, además,
de la transformación y
la posibilidad y, por otro,
y la autocompasión. Porque
Peterson aboga, en lugar de
de declararse un enemigo del Estado, como muchos
libertarios; al contrario, reivindica la red de seguri-
había menos mujeres que hombres entre los ingenie-
ros de la firma, eligiera a Peterson para su primera
para la vida aderezado con anécdotas
de juventud en su Alberta
la disciplina de un orden
prístino cuyo propósito
quejarse y llorar, por asumir
el peso de la existencia y
dad que provee la Seguridad Social canadiense, por conversación pública tras su linchamiento en prensa natal (los fragmentos menos es generar, partiendo del echar a andar monte arriba,
ejemplo. Igualmente defiende la importancia social y redes sociales y su fulminante despido de Google. A la popularidad convincentes del libro) y caos presente, un nuevo para mejorar «a través de
y moral de la religión, se denomina cristiano y tiene Tampoco es casualidad que, en noviembre, Peterson internáutica de Jordan ejemplificado con casos de orden que será incluso más la elevación y el desarrollo
una apasionante serie de quince conferencias sobre fuera el protagonista involuntario de un escándalo Peterson hay que sumar su consulta. Sin embargo, la inmaculado» (p. 201). del individuo, y a través
el significado psicológico de sucesos del Antiguo que sacudió la universidad canadiense. Una joven ahora las ventas millonarias diferencia con un manual de En el camino al del deseo de cargar con la
Testamento como la aparición del Mal en el Jardín doctoranda, Lindsay Shepherd, impartía clases de de 12 Rules for Life, un autoayuda típico radica en autoconocimiento y la responsabilidad del ser y
del Edén, la hostilidad de Caín y Abel o el sacrificio de Comunicación en la Wilfrid Laurier University de libro de crítica cultural la ambición intelectual. autoexigencia, Peterson de tomar la senda heroica»
Abraham… Pero, a la pregunta de si cree en Dios, repli- Ontario. Para apoyar las explicaciones y espolear el emboscado en la autoayuda. A lo largo de trescientas dialoga con el Archipiélago (p. 33).
ca con un «Necesitaría cuarenta horas para poder res- sentido crítico de los alumnos, empleó un fragmento O viceversa. El texto, páginas, Peterson embarca Gulag, Milton, Dostoievski, Puede que la ola que
ponder a eso». Es un humanista radical, un optimista de un debate televisado donde Peterson discutía publicado en enero en los al lector en un viaje por los Freud, Nietzsche, la cabalga Peterson acabe
racional que se opone a todo tipo de neomaltusianis- con un profesor de Estudios de Género sobre los países anglosajones, provee misterios del alma humana neurobiología, las langostas, devorándole si comete un
mo, reivindicando los grandes logros sociales de la pronombres escogidos; tres minutos con dos argumen- al lector de sugerencias y los mecanismos que la penosa enfermedad de error fatal de los que tanto
humanidad y, sin embargo, su concepción de la vida taciones opuestas. A la propia Shepherd ni siquiera para mejorar: desde la hacen funcionar la sociedad, su hija Mikhaila, Pinocho, teme. Pero, hasta entonces,
es trágica, agónica a ratos, atravesada constantemen- le convencía la posición de Peterson, pero pretendía educación de los hijos para bien y para mal. Por El club de la lucha y, cómo ha sabido dar con la tecla
te por términos como malevolencia, caos y sufrimiento. hacer reflexionar a los alumnos sobre un asunto lin- hasta la resistencia ante eso, como explica, la vida no, los mitos bíblicos que para devolver la esperanza
Es decir, no es alguien que se acomode a la rigidez de güístico relevante. No obstante, la universidad abrió la adversidad. El mismo del hombre se resume en le sirven para explicar los —psicológica e ideológica—
las fórmulas. No es inconsistencia, sino aceptación expediente a la joven profesora y, en la conversación Peterson cree que parte su intento por ordenar el porqués profundos de la a mucha gente. Con sus
de la complejidad. que Shepherd mantuvo con sus superiores, llegaron de su éxito tiene que caos, la cara y cruz de una cultura y la sociedad: los errores y sus aciertos, solo
Su libertad de pensamiento no casa bien con el a comparar las ideas de Peterson con las de Hitler. ver con la apelación misma moneda, fértil en su arquetipos que nos explican por eso ha merecido la pena
actual clima de conformismo y corrección política de Como era de esperar, sus críticos lo estigmatizan que sus teorías hacen continuo enfrentamiento: de dónde venimos y a dónde su valentía para surfear el
tantas universidades y departamentos de Recursos con la etiqueta favorita del pensamiento débil actual: a la responsabilidad, la «El significado [en la vida] vamos. Su tesis (rastreable caos.

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Peterson es el epítome de la alt-right (alternative Es razonable que la izquierda, hablando genéri-


right) norteamericana, una minoritaria corriente de camente, esté mucho más incómoda ante su éxito.
extrema derecha, activa en internet aunque de limi- Porque es incuestionable que sus dianas favoritas
tada eficacia política, que ha emergido en paralelo al —dada su influencia en el mundo universitario y en
fenómeno Trump. Sin embargo, las críticas de Peter- el mainstream mediático— son el marxismo cultural
son al identitarismo blanco son habituales y sus charlas y la posmodernidad. Peterson critica sin descanso
están trufadas de ejemplos extraídos de su estudio a la hija más destacada de ambas doctrinas —las
de la psicología de masas durante el nazismo. Fiel a políticas de identidad—, levantada sobre dos pilares
su tenacidad casi obsesiva, Peterson no duda en res- que considera perversos: el victimismo incurable
ponder a estas acusaciones, sobre todo si provienen y el narcisismo de la diferencia. Este identitarismo
de académicos o periodistas. También suele entrar al ha sido abrazado por la izquierda radical, con sus
trapo de críticas mucho más elaboradas y vitriólicas negaciones de la individualidad, sus ingenierías so-
—como las de la revista Current Affairs—, en las que ciales y sus intransigencias. Peterson se ha levanta-
él mismo ha llegado a perder la elegancia del fair-play, do contra esa intolerancia, amasando una notable
incurriendo en insultos. cantidad de aliados en su camino. No solo millones
Peterson afirma que lleva un año y medio viviendo de personas anónimas que veneran sus opiniones,
con una ansiedad constante: la de cometer un error sino intelectuales heterodoxos y valientes como Jo-
fatal. Decir algo inapropiado, medir mal un ejemplo, nathan Haidt, Camille Paglia, Michael Shermer
dejarse llevar en tal entrevista… Sabe que sus pala- o Bret Weinstein. Entre todos están demostrando
bras andan sometidas a un escrutinio forense, y no que el pensamiento crítico, con muy distintos ba-
solo por sus fans, sino por sus detractores, ávidos por gajes culturales y sociológicos, aún posee músculo
encontrar la foto, el tuit o la frase que confirme la ge- para presentar batalla. Y, lo que es más importante,
nética ultraderechista que alegremente le atribuyen. cuenta con un inmenso apoyo popular más allá de
Sin embargo, aunque trata de cuidar mucho cada ver- las torres de marfil de los medios de comunicación
bo, ha tenido patinazos: el más sonoro fue en marzo, y la academia.
cuando le tuiteó un «Fuck you!» al autor de un ensayo Durante la década de los ochenta, Peterson tenía
aparecido en The New York Review of Books titulado constantes pesadillas de aniquilación nuclear. Para
«Jordan Peterson y el misticismo fascista». La tenta- liberar esa tensión intelectual que le atenazaba, dedi-
ción del caos, como diría él, le acecha cada día; y tiene có tres horas diarias, durante años, a pensar sobre las
cada vez más colmillos goteando a su alrededor: «Me estructuras profundas de la sociedad y las creencias
siento como si estuviera surfeando una ola gigante… humanas. Ahí nació Maps of Meaning: The Arquitec-
y podría detenerse, o podría desplomarse y barrerme, ture of Belief (Mapas de significado: la arquitectura de
o podría cabalgarla y continuar. Todas esas opciones la creencia), un denso volumen de casi seiscientas
son igualmente posibles». páginas, publicado en 1999. El libro comienza con
aroma a batalla épica: «Algo que no podemos ver nos
intelectuales heterodoxos. Entre las acusa- protege de algo que no podemos entender. Lo que
ciones intelectuales que recibe destacan la de sim- no podemos ver es la cultura, en su manifestación
plificar las características de la posmodernidad, cuya intrafísica o interna. Lo que no podemos entender
corrupción intelectual denuncia sin descanso; la de es el caos que alumbró esa cultura». Como si fuera la
sugerir una suerte de conspiración izquierdista para lucha entre el Bien y el Mal, «si se altera la estructura
tomar los medios y las universidades; y la de sobreva- de la cultura, inconscientemente, el caos regresa.
lorar el peso de la biología, cayendo en cierto determi- Haremos cualquier cosa —cualquier cosa— por pro-
nismo. En todo caso, son discusiones que él siempre tegernos contra ese regreso». Peterson se ha conver-
acepta mantener: por ejemplo, en enero debatió sobre tido para muchos en cobijo contra la tormenta, en la
moral y descendencia con David Benatar, filósofo vanguardia de la retaguardia. Porque su fulgurante
antinatalista sudafricano, y parece que en octubre ascenso no es más que el último asalto de esa guerra
tendrá un cara a cara con el filósofo esloveno Slavoj milenaria. Eso sí, con él, esta vez es el orden quien
Žižek, uno de los iconos de la izquierda de este siglo. está devolviendo el golpe. Nt

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