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UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MACHALA

UNIDAD ACADÉMICA DE CIENCIAS QUÍMICAS Y


DE LA SALUD CARRERA DE ENFERMERÍA

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

TEMA:
NUTRICIÓN

ASIGNATURA:
Bioquímica

AUTOR o AUTORES
KARLA VIVIANA TENE CABRERA

DOCENTE:

Dr. Stalin L. Solórzano Solórzano

CURSO

PRIMERO ENFERMERÍA
AÑO LECTIVO:
2018-2019
INTRODUCCIÓN
La nutrición es el proceso de consumo, absorción y utilización de los nutrientes necesarios para
el crecimiento y el desarrollo del organismo y para el mantenimiento de la vida. Todo esto está
influido por la edad, el sexo, el estado fisiológico las características genéticas o la variabilidad
individual, el ejercicio físico y en general el estado de salud de los individuos

Una alimentación adecuada y apropiada solo se consigue consumiendo una dieta equilibrada,
formada por una diversidad de nutrientes, que son las sustancias contenidas en los alimentos
que nutren el organismo. Una dieta saludable permite mantener un peso corporal apropiado y
equilibrado en su composición (el porcentaje de grasa y músculo del organismo) y garantiza la
capacidad para llevar a cabo las actividades físicas y mentales cotidianas.

Si el consumo de alimentos es excesivo, se es más propenso a la obesidad. Asimismo, si se


ingieren grandes cantidades de ciertos nutrientes, por lo general vitaminas o minerales, los
efectos pueden ser nocivos (toxicidad) y, por el contrario, si no se consumen suficientes
nutrientes, puede producirse un trastorno por carencia nutricional.

La Nutrición ha jugado y juega un importante papel en nuestra vida, incluso cada día, varias
veces al día, seleccionamos y consumimos alimentos que, a la larga, pueden estar
condicionando nuestro estado de salud, para bien y a veces también para mal.
MARCO TEÓRICO
"La nutrición es lo que comemos. Comer en este caso se refiere a la calidad y la cantidad
de alimentos, las bebidas y los suplementos de vitaminas que una persona consume.
Lo que nosotros ingerimos se mide por medio del número de porciones que nosotros
comemos y toma de cada grupo de comida. Esto incluye las calorías que nosotros
obtenemos de los carbohidratos, las proteínas y grasas. También incluye vitaminas,
minerales y otras sustancias importantes que se encuentran en los alimentos, las
bebidas y los suplementos. "

La nutrición también significa cómo el cuerpo procesa lo que nosotros comemos y


bebemos. Todo lo que nosotros consumimos se convierte a nutrientes. Estos nutrientes
son llevados por el torrente sanguíneo a diferentes partes del cuerpo y se utilizan en el
metabolismo. La palabra metabolismo describe el proceso y a las funciones que
mantienen el cuerpo vivo.

Pensemos en la nutrición como eslabones de una cadena: El primer eslabón es lo que


nosotros escogemos para comer y beber; el segundo eslabón es qué tan bien nuestro
cuerpo convierte los alimentos en nutrientes; y el tercer eslabón es qué tan bien nuestro
cuerpo utiliza estos nutrientes.

"Una buena nutrición significa consumir muchos macro- y micronutrientes. Los


macronutrientes sujetan calorías o llamada también energía como las proteínas,
hidratos de carbono y grasas que nos ayuda a mantener el peso. Micronutrientes
contienen vitaminas y minerales, estos aseguran que las células trabajen
adecuadamente pero no evitan la pérdida de peso. "

La buena nutrición puede ser una molestia para muchas personas con el VIH. Cuando
su cuerpo lucha en contra de cualquier infección usa más energía y necesita comer más
de lo normal. Pero cuando cada uno se siente enfermo come menos de lo normal.

Algunos medicamentos pueden perturbar el estómago y algunas infecciones


oportunistas pueden afectar la boca o la garganta. Esto hace difícil el comer. También,
algunos medicamentos e infecciones causan diarrea. Si tienen diarrea menos de lo que
menos de lo realmente comemos es usado por nuestro cuerpo. Cuando se pierde peso,
la persona podría estar perdiendo grasa, o podría estar perdiendo peso del cuerpo
delgado como el músculo. Si la persona pierde peso la química del cuerpo cambia. Esta
condición se llama síndrome de desgaste o caquexia. El desgaste puede matarlo. Si
usted pierde más de 5% de su peso podría ser una señal del desgaste.
NUTRICIÓN EN PACIENTES HIPERTENSOS

Se define HTA cuando las cifras de presión arterial son iguales o superiores a 140 mm
Hg de sistólica y/o 90 mm Hg de diastólica. Este punto de corte se ha hecho de forma
consensuada entre los expertos, y las cifras superiores a las referidas incrementan de
forma significativa los eventos vasculares adversos.
A pesar de un mayor conocimiento sobre la fisiopatología de la HTA, en el 90-95 % de
los casos no hay una etiología conocida. Por ello el tratamiento de la HTA es
inespecífico y existe una alta tasa de falta de adherencia al tratamiento (50 – 60 %).
ASPECTOS NUTRICIONALES

 CONSUMO DE SAL

Entre los aspectos que más se han estudiado en la hipertensión es el consumo de


sal, debido a que el 60% de los pacientes hipertensos son sensibles a su ingesta.
Se ha demostrado en los ensayos controlados y aleatorizados sobre pacientes
hipertensos que una reducción de la ingesta diaria de sal a la mitad (desde una
ingesta media de 10,5 g/día) disminuye la presión arterial en una media de 4-6 mm
Hg, sobre todo en la raza negra, ancianos, diabéticos o nefrópatas. Incluso en
pacientes con hipertensión arterial resistente, la ingesta de una dieta sosa puede
proteger de las disfunciones ventricular y vascular inducidas por la aldosterona.
A tener en cuenta el hecho que las sales con ión cloruro también participan en la
fisiopatología de la HTA, dada la existencia de sales de cloruro a la venta como
sustituto de la sal común.

 INGESTA DE CALCIO

En estudios epidemiológicos, una baja ingesta de calcio se ha asociado con un


aumento de la presión arterial, por tanto deben incluirse alimentos ricos en calcio en
la dieta de los hipertensos que no tengan una contraindicación (nefrolitiasis cálcica).

 INGESTA DE POTASIO

El potasio suplementado (50-120 mEq/d) ha demostrado un descenso de la presión


arterial parecido a la restricción salina.
 CONSUMO DE ALCOHOL

El consumo excesivo de alcohol aumenta la presión arterial, la prevalencia de


hipertensos y el riesgo de ictus. Por otra parte, el consumo de alcohol interfiere con
la eficacia de los fármacos antihipertensivos. La asociación entre consumo leve a
moderado de alcohol y menor mortalidad respecto a los abstemios se ha puesto en
duda en un reciente metanálisis.

 RESTRICCIÓN CALÓRICA

La reducción de peso previene el desarrollo de la HTA, reduce la presión arterial en


hipertensos con sobrepeso (1 mm Hg de PAS y PAD por cada kg de peso perdido),
disminuye las necesidades de medicación antihipertensiva en hipertensos bajo
tratamiento farmacológico y tiene efecto favorable sobre los factores de riesgo
cardiovascular asociados (insulino resistencia, diabetes mellitus, hiperlipemia o
hipertrofia ventricular izquierda).

 Restricción calórica y fármacos

No existen evidencias claras sobre el efecto de fármacos coadyuvantes a la


restricción calórica. El efecto beneficioso de los fármacos inhibidores de la lipasa
pancreática –orlistat- sobre los factores de riesgo cardiovascular, depende de la
adherencia al tratamiento, los fármacos de acción central –sibutramina- tienen un
efecto presor que contrarresta el beneficio obtenido con el descenso del peso y, por
último, los antagonistas de los receptores endocanabinoides –rimonabant- han sido
recientemente retirados del mercado de forma preventiva por sus efectos
secundarios.

 Restricción calórica y efecto de la distribución de macronutrientes

Recientemente, el estudio israelí DIRECT (Dietary Intervention Randomized


Controlled Trial) realizado en 322 sujetos obesos con una media de 52 años y
un 86% de varones, además de ejercicio físico, compara 3 intervenciones
dietéticas:
1.Dieta restrictiva baja en grasas (1800 kcal/día para hombres y 1500 kcal/día
para mujeres) con un 30% del valor calórico total (VCT) aportado por las grasas
2.Dieta mediterránea (1800 kcal/día para hombres y 1500 kcal/día para mujeres)
con 35% del VCT proveniente de lípidos, de ellos 30-45 g de aceite de oliva
3.Dieta no restrictiva baja en carbohidratos (20 g de carbohidratos al día durante
los dos meses iniciales de inducción y posteriormente aumentan gradualmente
hasta 120 g/día). Se aconsejan grasas de origen vegetal y evitar las grasas trans
(dieta de Atkins).

NUTRICIÓN EN PACIENTES CON INSUFICIENCIA RENAL

Como parte de las medidas higiénico-dietéticas, el asesoramiento nutricional debe ser


la primera recomendación al paciente. Los cuidados dietéticos siempre se han
considerado importantes en la enfermedad renal crónica (ERC), tanto como medida
renoprotectora antiproteinúrica en la etapa prediálisis; como para prevenir el sobrepeso
y la desnutrición en todos los estadios, especialmente esta última en los pacientes en
diálisis. La primera premisa es garantizar un adecuado soporte calórico, proteico y
mineral. Nunca el precio a pagar por una dieta presuntamente adecuada, debe ser una
nutrición insuficiente. Las recomendaciones de nutrientes deben adecuarse al peso
ideal -no real- y corregirse para el gasto energético y la actividad física del paciente

 Ingesta proteica

Las recomendaciones de ingesta proteica varían en función del estadio del paciente. En
tanto, que en la ERCA se recomienda una restricción moderada de la ingesta de
proteínas; en paciente en diálisis, las ingestas deben ser mayores para compensar el
carácter catabólico de la técnica.

 Ingesta de fósforo

Se considera que el balance de fósforo (P) en un adulto normal se consigue con una
dieta de P de 800-1.600 mg/día. De forma global, en pacientes con ERCA la ingesta de
P recomendada es de 800-1.000 mg/día. Los aportes de P están muy relacionados con
la ingesta proteica, existiendo una correlación muy estrecha entre la ingesta de P y de
proteínas, como así también en la eliminación urinaria de nitrógeno y P.En pacientes
con ERCA, donde la ingesta proteica recomendada es de 0,8-0,9 gr/kg/día, ésta se
corresponde con una ingesta de 800-900 mg de P . Por ello, es difícil la restricción del
fósforo sin una restricción de la ingesta proteica, en particular de origen animal.

Este problema se hace presente en el paciente en diálisis, donde una ingesta de


proteínas de 1,1-1,3 gr/kg/día se acompaña, normalmente, de una ingesta de P de
aproximadamente 1.000 mg o incluso mayor. Una dieta de 1.200 mg P al día debe
considerarse como inapropiadamente elevada.
En este sentido, el objetivo debe ser conseguir el nivel de P más bajo posible en la dieta,
asegurando una ingesta proteica adecuada. Las guías K/DOQI del metabolismo mineral
recomiendan un aporte de P de 10 a 12 mg de fósforo por gramo de proteína. Este
cociente obtenido de un cuestionario de ingestas, fue estudiado por Noori N et al,
quienes hallaron una asociación directa entre este cociente y la supervivencia. Los
autores destacaron que un cociente superior a 16 mg P/gr proteína incrementaba un
30% el riesgo de mortalidad en pacientes en HD.

Una adherencia razonable a esta restricción de P, se consigue con una restricción de


proteínas animales, haciendo especial hincapié en la reducción de lácteos. Es
destacable que el P orgánico se absorbe un 50%, y que la proporción absorbida es
mayor en las proteínas de origen animal que vegetal. Asimismo, el contenido de P es
mayor en los lácteos que en los restantes nutrientes. De forma orientativa, digamos que
los lácteos proporcionan ±20 mg P/gr proteínas, las carnes y legumbres: 10-15 mg P/gr
proteína y algo menos los pescados y mariscos . Recientemente se han publicado unas
tablas de cociente P/proteínas de utilidad para la población española, que, aunque no
incluye los aditivos de los alimentos, es de enorme utilidad para conocer los alimentos
con menor contenido de P, respecto a la cantidad de proteínas. Estas tablas nos pueden
ayudar a elegir productos con un bajo ratio P/proteínas (< de 15 digamos)

Otra fuente importante de P es el elevado contenido en los aditivos, tales como las
conservas, congelados y bebidas gaseosas. Las carnes precocinadas, curadas o con
aditivos son una fuente importante de P y Na. Además, el P contenido en los aditivos
se absorbe en un 90 % y pueden aumentar la ingesta de fósforo entre 0.5-1 gr/día [54].
La restricción de alimentos ricos en aditivos puede tener un claro efecto favorable en el
control de la hiperfosforemia.

 Ingesta de calcio

Los requerimientos de calcio (Ca) en un adulto sano se han establecido entre 800 y
1.000 mg/día. En la ERC la absorción intestinal de Ca disminuye como consecuencia
del déficit de calcitriol. Por lo tanto, se han postulado requerimientos algo mayores,
aproximadamente de 1.200-1.600 mg/día. Las Guías de práctica clínica han
recomendado que la suma de todas las entradas de Ca elemento debería ser de 1-1,5
gr/día, tolerancia hasta 2 gr/día. Sin embargo, estas cifras conllevan, en general, una
elevada entrada de proteínas y de P. Asimismo, existen evidencias de que los
suplementos de Ca se asocian a un incremento de las calcificaciones vasculares tanto
en la población general [55] como en el paciente en diálisis, relacionando esta última
con la ingesta de captores cálcicos.

En este sentido, en la ERCA la restricción proteica, especialmente de lácteos, ha


contribuido a controlar la ingesta de P y reducir la de lácteos. Una ingesta proteica
estándar para un enfermo ERCA, de 50-60 gr de proteínas, conlleva un aporte de Ca de
400-800 mg, aparentemente subóptimo. Sin embargo, la tendencia actual ante el riesgo
de calcificaciones vasculares, es optimizar los aportes de proteínas y P de forma
prioritaria. Los suplementos de Ca deben individualizarse en función de los parámetros
bioquímicos (Ca, PTH) y el riesgo de calcificación vascular.

En el paciente en diálisis, una dieta de 1-1,2 gr/Kg/día de proteínas contiene entre 550
y 950 mg de Ca elemento, en función de la cantidad de lácteos ingeridos. La absorción
intestinal de Ca es baja, en torno al 15-30 % y depende en gran medida de la
disponibilidad de vitamina D. Los ajustes en la concentración de Ca en el líquido de
diálisis y los suplementos orales contribuyen en estos enfermos a optimizar el balance
de Ca. Aunque siempre se recomienda individualizar, las guías KDIGO del metabolismo
mineral sugieren de forma general, el empleo de una concentración de 5 mg/dl de Ca
en el líquido de diálisis.

 Ingesta de potasio

Los requerimientos mínimos diarios de potasio son de aproximadamente 1.600 a 2.000


mg (40 a 50 mmol; 40 mg = 1 mmol). Las recomendaciones para el adulto sano son
4700 mg/dia (117 mEq) siendo considerados requerimientos mínimos 1.600-2.000 mg
(40-50 mEq).

La hiperpotasemia (K>5,5 mEq/L) es una complicación seria en los pacientes en diálisis.


Se estima que representa el 3-5% de las muertes en diálisis, y una de cada cuatro
emergencias en HD [58] [59]. En pacientes con ERCA y diuresis elevada, el desarrollo
de hiperpotasemia es raro. Sin embargo, cifras elevadas de K pueden constatarse en
casos de bloqueo por IECA/ARA, empleo de betabloqueantes, acidosis, y
especialmente en aquellos tratados con diuréticos antialdosterónicos [62]. Además de
las complicaciones agudas con alto riesgo de muerte, la hiperpotasemia conlleva otras
circunstancias adversas como son: limitación del uso de fármacos renoprotectores, el
uso abusivo de captores intestinales de K, o incluso la suspensión de intervenciones
quirúrgicas ante un incremento de K por ayuno pre quirófano.
La transgresión dietética es la causa más divulgada y la restricción de alimentos ricos
en K la recomendación sobre la que se hace mayor hincapié
(http://www.uptodate.com/contents/low-potassium-diet-beyond-the-basics), tanto por
parte de los nefrólogos como por los nutricionistas. Se considera inconveniente
sobrepasar una ingesta diaria de 2,8 gr/día, es decir unos 112 mEq.

Sin embargo, el ayuno es una causa poco atendida de hiperpotasemia. Ni las Guías de
práctica clínica, ni los tratados de electrolitos, ni el tratado electrónico UPTODATE
prestan atención a esta circunstancia. Fue en pacientes diabéticos que desarrollaban
insulinopenia, la primera vez que se advirtió del riesgo de hiperpotasemia con el ayuno.
Posteriormente, dos estudios metabólicos demostraron el desarrollo de hiperpotasemia
tras ayuno en pacientes en hemodiálisis. Es bien conocido que la insulinopenia y la
acidosis metabólica, dos situaciones que se dan en caso de ayuno, contribuyen al
desarrollo de hiperpotasemia.

NUTRICIÓN EN PACIENTES DIABÉTICOS

Debido a las diferentes situaciones vitales, metabólicas, nutricionales, etc., de los


diabéticos se ha liberalizado la prescripción dietética en la diabetes fundamentalmente
en lo que respecta a hidratos de carbono y grasa monoinsaturada1, 2. Las
recomendaciones nutricionales de la American Diabetes Association (ADA) para el año
20003 , destacan la importancia de individualizar la atención nutricional; no fijan los
niveles óptimos de la ingesta de macronutrientes y recomiendan la ingesta según la
evaluación nutricional, la modificación de los hábitos usuales de alimentación, las metas
terapéuticas, las complicaciones y la vigilancia de los resultados metabólicos

 Proteínas

La tasa de degradación de proteínas y su conversión en glucosa en caso de DM tipo 1


depende del estado de insulinización y el grado de control de la glucemia. Si la
insulinización es insuficiente la conversión de proteína a glucosa puede realizarse
rápidamente empeorando el control glucémico. En pacientes con DM tipo 2 mal
controlada existe una aceleración de la gluconeogénesis aumentando la producción de
glucosa en el estado postabsortivo o posprandial13. Sin embargo, es mínima la
influencia independiente de las proteínas alimenticias en la glucemia y la sensibilidad a
la insulina en casos de DM tipo 114 y DM tipo 215. No existen datos que apoyen que
las raciones necesarias de proteína en sujetos con diabetes no complicada varíen
respecto a las recomendadas en individuos sanos. La ración diaria recomendada (RDA)
de ingesta de proteínas es de 0,8 g/kg de peso/día comprendiendo un 10-20% del total
de calorías consumidas.
 Grasas

No hay consenso en cuanto a la forma de distribuir los carbohidratos y las grasas


(monoinsaturadas y polinsaturadas) de los alimentos. El porcentaje de calorías
procedentes de grasas en la dieta dependen de los objetivos deseados en cuanto a
glucemia, lipidemia y peso corporal. Si aumentan los niveles del colesterol-LDL se
recomiendan mayores restricciones de grasas saturadas de modo que comprendan un
7% de las calorías totales y el colesterol de los alimentos a menos de 200 mg/día . Si el
objetivo es el descenso de triglicéridos y VLDL, cabría probar un incremento moderado
en la ingestión de grasas monoinsaturadas con una ingestión < 10% de las calorías
provenientes de grasas saturadas y una ingesta moderada de carbohidratos.

La suplementación con grasas poliinsaturadas de la serie (procedentes del pescado y


otros productos marítimos) no se recomiendan en pacientes diabéticos por sus dudosos
efectos nocivos sobre las LDL colesterol y el control glucémico, sin embargo, moderadas
ingestas pueden ser recomendables para reducir la ingesta de grasas saturadas y por
su efecto hipotrigliceremiante y antiagregante. Ácidos grasos monoinsaturados (MUFA):
dietas con grasas monoinsaturadas en una proporción del 10-18% en pacientes no
diabéticos han demostrado descender de forma significativa los niveles de colesterol,
mientras que otro estudio en diabéticos tipo 2 mostró m ejoría de los niveles de
triglicéridos y HDL20

 Carbohidratos

Tanto en personas sanas como en diabéticos se recomienda la ingesta abundante de


carbohidratos (45- 55%). Cereales, verduras y frutas son fuentes adecuadas de
vitaminas, minerales y fibra vegetal. El efecto glucémico de los carbohidratos en
alimentos es variable y difícil de predecir. Diversos hidratos de carbono tienen
respuestas diferentes en la glucemia, pero desde una perspectiva clínica hay que
prestar prioridad absoluta a la cantidad total de carbohidratos consumida y no a sus
fuentes. M. M. Humphreys, tras la revisión de diversos estudios, demuestra una ingesta
de carbohidratos por debajo de lo normal en pacientes diabéticos con una ingesta media
del 39-43% del total de calorías.

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