DE LA MEDICINA VETERINARIA PARA LOS MEDICOS VETERINARIOS

En la vida personal, cómo en la medicina no es suficiente tener claras las reglas ni los pasos a seguir cuándo
se presenta un problema; Es más, nunca será suficiente todo el conocimiento que se tenga frente a un
paciente, una enfermedad o un síndrome. Aunque se quiera y cómo lo dice Conan Doyle en uno de sus
libros "No todo puede conservarse en el cerebro; para eso están las bibliotecas", así es, se es médico, pero
jamás se tendrá la verdad absoluta, frente a nada, aunque se este seguro de aquello que se dice.

De las ramas de la medicina; en la veterinaria, subyacen disciplinas de las cuales las personas se especializan
y realizan continuamente su trabajo basado en ello, por ejemplo, la práctica clínica o la salud pública, que
explica a groso modo cómo un acontecimiento aislado como la aparición de una serie de síntomas en un
animal puede desencadenar rápidamente un brote, y acabar con toda una producción. Sin embargo, no es
el estudio de los síntomas en sí, es la correlación con todo lo que se tiene a la mano; por lo mismo vale la
pena cuestionar, ¿qué tan conscientes están los médicos veterinarios y zootecnistas de la responsabilidad
que adquieren cuando se gradúan?

Es por esto qué se debe tener claro el papel de la medicina veterinaria, su responsabilidad social y con la
comunidad en general; el cuidado de los animales para que indirectamente no se afecte la salud humana,
y todo aquello que se pueda realizar para prevenir muertes e infestaciones. La promoción de la salud, las
buenas practicas pecuarias, el excelente manejo de residuos y las maniobras amigables con el ambiente
deben ser, de por sí, una prioridad para el futuro medico veterinario. Además, no se debe olvidar que todos
los días son de aprendizaje y el trabajo, es tratar pacientes no enfermedades, recordar que entre ellos son
muy diferentes desde su especie hasta su raza, su metabolismo y muy pocas veces se encontrará un
paciente de libro.

Para el cuidado médico poblacional no sólo es importante saber las normas que rigen la salud publica en la
nación, ni tampoco conocer todas las enfermedades; es más un trabajo de campo, un trabajo de
observación del ambiente, de los pacientes, no por cada individuo sino por el contrario como un grupo,
como un todo y ahí es indispensable valorar cada detalle, nada es obvio, no en la medicina y los diagnósticos
no son el final cómo muchos lo creen; paradójicamente aquello que se describe siempre al final en los casos
clínicos, “Prevención y control” debe ser el principio; es mucho mejor realizar trabajo preventivo, que
curativo porque este último puede incluir pérdida de vidas, aumento de costos y afectaciones graves en los
sistemas productivos.

En conclusión, los médicos veterinarios y zootecnistas tiene desde el inicio un chip incrustado con la clínica,
el trabajo en el campo o en el hospital; pero a mi juicio son muy pocos los que tiene ese reconocimiento
de la salud poblacional, y puede sonar atrevido pero sé que muchos de mis futuros colegas no saben sino
tratar enfermedades, olvidaron o tal vez nunca lo aprendieron que todos los médicos estamos aquí por la
salud de nuestros pacientes pero sobre todo por el bienestar del ser humano, no por ello se deja de lado a
los animales ¡Jamás!. Sin embargo, se deben tomar acciones y muchas veces decisiones que están entre la
ética, el amor, los animales y nosotros y es ahí dónde el profesional debe demostrar de que está hecho y
recordar que cómo en la ley, el bienestar general siempre estará por encima del particular. Ser medico
veterinario no es colgarse un estetoscopio en el cuello, es saberlo usar, es tener la claridad mental para
aceptar consejos de los colegas, para aceptar errores y para siempre preguntar cuando no se tiene certeza;
es mejor preguntar antes de firmar la licencia para matar.

ADRIANA TRIVIÑO