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Para comenzar debemos trabajar en conjunto con acciones destinadas a promover

el desarrollo de una comunidad a través de la participación activa y la


transformación de su propia realidad. Por tanto, pretende la capacitación y el
fortalecimiento de la comunidad, favoreciendo su autogestión para su propia
transformación y la de su ambiente. Dando a la comunidad capacidad de decisión y
de acción se favorece su fortalecimiento como espacio preventivo. Lo primero que
debemos hacer es:

 Un diagnóstico situacional, esto ofrece una información básica que sirve


para programar acciones concretas: proyectos, programas que sirva para
formular las estrategias de actuación.
 Investigación: Generar nuevos conocimientos teóricos científicos que sirva
como base para el diseño de programas y resolución de problemas sociales
dentro de un contexto en particular.
 Planificación, evaluación y gestión de programas sociales: Esto refiere
a las funciones que se debe realizar para accionar de manera dinámica ante
las necesidades poblacionales.
 Formación: Realización de actividades formativas que tengan como fin el
estimular el pensamiento crítico.
 Atención directa: Se intervendrá con la población objetiva en la evaluación,
orientación y resolución de sus necesidades. De forma:
 Individual: Autovaloración en base a reconocimiento de capacidades,
orientación en problemas específicos, aprendizaje de competencias, etc.
 Colectiva: Identificar problemas con un enfoque macro, diseñar programas
de prevención y promoción, sensibilización y concientización, grupos de
autoayuda, etc.
 Dinamización comunitaria: Fomentación de la reestructuración y mejora de
las conexiones sociales, mediante la creación de nuevos proyectos.
 Participación ciudad• Conocimiento y comprensión de la realidad: A través
de estudios cuantitativos y de la utilización de técnicas cualitativas
(entrevistas, historia de vida, recorridos barriales, grupos focales, talleres,
recopilación de relatos, categorizaciones, etc.)
 Perspectiva global: Lo que nos permite construir un pasaje del diagnóstico
de salud al diagnóstico comunitario; transformar las prioridades centradas en
el equipo en prioridades compartidas; abordar los programas sanitarios
desde una perspectiva interdisciplinaria; superar el protagonismo del
profesional de la salud habilitando el protagonismo de la población.
 Información: Sin información no hay participación. La información es pública
y un derecho ciudadano. La información desde el ámbito de salud, educación,
seguridad, etc. Todos los conocimientos deben ser compartidos para poder
saber desde donde partimos y hacia dónde vamos. Se debe dar la misma
información a todos los implicados, instituciones, técnicos y población, pero
con lenguajes adaptados.

Conclusiones

Para concluir, el psicólogo comunitario frente a cualquier acción social debe


presentar un carácter de sensibilidad social, con capacidad de percepción ante los
actos de injusticia de sus iguales y que esta misma igualdad considere el respeto
de la particularidad individual; debe tratar de buscar respuestas adecuadas con
imparcialidad, sin miedo a las sorpresas, imprevistos, errores y críticas. Esto es,
mantener un sentido de apertura y flexibilidad para dar un análisis objetivo a todas
sus partes, sin límites, y alcanzar así tener decisiones justas. Esta especialidad
psicológica, pone en marcha una serie de funciones para que su intervención tenga
éxito y brinde resultados fructíferos, explorando e identificando posibles soluciones,
que parten de la misma comunidad que se encuentra en el proceso de intervención.
Es de suma importancia la existencia de este mediador y un mecanismo holístico y
multidisciplinar de soporte que, además de establecer alternativas de cambio en las
comunidades, puedan acceder a sus necesidades de maneras más representativas.

Referencias bibliográficas:
 Sánchez Vidal (1991) Psicología Comunitaria. Bases conceptuales y operativas:
Métodos de intervención 2da edición

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