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UNIVERSIDAD NACIONAL TORIBIO

RODRÍGUEZ DE MENDOZA

DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

INTEGRANTES :
 LÓPEZ ROCHA NEILLYN KLAISIN
 MENDOZA VALQUI NEIBER
 MELÉNDEZ LÓPEZ ADRIÁN
 QUIROZ SERQUEN EVELYN BEATRIZ
 VIDARTE REVILLA JHENIFER KARINA
DOCENTE :

ASIGNATURA :
“DERECHO DE FAMILIA”
TEMA :
“LA TUTELA”
CICLO :
“VII”
AÑO :
INTRODUCCIÓN

En lo que va de nuestra historia peruana y en especial sobre nuestra


legislación en el campo del derecho de familia, que la misma es integrante del
derecho civil que trata de las relaciones jurídicas entre las personas unidas
por vínculos de parentesco.

En nuestro ordenamiento sustantivo se encuentra comprendido dentro del


código civil en su sección cuarta en el amparo familiar, en el título II,
instituciones supletorias de amparo, capitulo primero en tutela que
comprende desde los artículos 502 hasta el 563 del mismo, que nos atrevemos
a decir que la tutela es el derecho que la ley concede a un ciudadano para
hacerse cargo de la persona y bienes de un menor que no se encuentran
sometido a la patria potestad y ejerza su representación.

Por ello la tutela, la cúratela y el consejo de familia, son las instituciones de


guarda y protección legal que existen en nuestro ordenamiento y cumplen la
función de amparar la persona y bienes de los menores que no están sujetos
a la patria potestad de sus padres (por ejemplo, que hayan fallecido) y de
los incapacitados.

La tutela se constituye sobre menores e incapacitados en los casos de


incapacidad más grave, mientras que a la curatela, mucho menos frecuente,
se sujetan los menores que ya están emancipados y no tienen padres, los
pródigos (declarados incapaces para administrar sus bienes) y los afectados
por una incapacidad leve, siendo necesaria la asistencia del curador para que
puedan realizar determinados actos concretos.

Por lo expresado trataremos en el presente trabajo los tipos de tutela y sus


correspondientes derechos, deberes y obligaciones y su forma de extinción de
la institución de la tutela.

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LA TUTELA
1. ANTECEDENTES

Sus antecedentes se encuentran en el Derecho antiguo, la tutela y la curatela


fusionaron en su origen, teniendo en cuenta el provecho de la familia más que
el interés del propio incapacitado y se concebía como un derecho más que como
un deber del jefe de grupo de parientes. Por ello la tutela legítima solamente
se habría en roma, cuando el menor tenía bienes y era ejercida por los
herederos más próximos del mismo.
Entre los germanos la familia no se ajustó a un tipo de potestad domestica
absoluta como en Roma, la autoridad residía en todos los miembros varones
y capaces de tomar la armas.
En Grecia y posteriormente en roma, la cultura que comienza a poner las
bases iniciales, al configurarse la tutela como oficio público para defender los
derechos de los agnados a la herencia.
En roma la tutela fue considerada en el derecho romano como una institución
jurídica, creada para proteger a quien o a quienes por razón de edad y sexo no
podían hacerlo por sí mismos. Quienes se sometieron a la tutela eran los
impúberes, sui iuris de ambos sexos sin importar su edad, y solo los varones
podían ser tutores ya que la mujer en su primer tiempo de vida no podían ser
tutores porque eran considera inferior o altamente susceptible a un engaño,
tampoco podían ser tutoras de sus propios hijos.
Las personas que se les considera SIU IURIS eran:
- la impubertad que duraba hasta los 14 años de edad en el varón y hasta
los 12 años en la mujer, periodo en el cual se establecía la tutela.
La finalidad de la tutela en el derecho romano era proteger a la persona
(impuberes) ya que a causa de su edad no podría defenderse por si mismo, la
tutela perseguía proteger los bienes del pupilo, y defender su persona.
Se advierte, en el Derecho medieval. La falta de precisión en el significado y
alcances de la tutela, ya que se confundía con la curatela, particularmente en
el Derecho francés. La expresión tuteur el curateur n' est qu'un reflejaba esta
confusión total, que obedeció, sin duda a lo incierto que resultaba el origen de
estas dos instituciones y a su evolución sufrida en el curso de los tiempos.

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En el Derecho moderno, esta situación desaparece, desde que el tutor no
completa o integra la personalidad del pupilo, sino más bien la sustituye y la
representa. Entonces se llama tutor al representante de menores impúberes
y curador al de los adultos. Surgen igualmente varios sistemas para la
regulación de la guardadurías:

1. SISTEMA LATINO : Según el cual, la tutela se encarga a la familia


como ocurre hoy en la legislación italiana, francesa, española, portuguesa,
etc.
2. SISTEMA GERMANO: Que la concibe como una institución pública
encargada principalmente a cuerpos administrativos o judiciales, en el que
la autoridad tiene parte preponderante, así se la regula en la legislación
alemana, austriaca, sueca, etc.
3. SISTEMA MIXTO : En el que predomina el matiz familiar y la
intervención de la autoridad judicial, tal ocurre en la legislación mejicana,
chilena, argentina y peruana.

La legislación peruana se inscribe dentro del sistema mixto y el criterio de


diferenciación entre la tutela y la curatela. En ese sentido el Código actual,
por un lado, se adecua a las normas constitucionales que sienta el principio
de la igualdad de derechos de los hijos y, por otro, corrige las deficiencias que
tuvo el Código derogado. La tutela se halla disciplinada en el Libro III,
Sección Cuarta, Título II, Capítulo Primero y, más concretamente, en los
artículos 502 al 563.

2. ETIMOLOGÍA

En cuanto a su origen etimológico, no existe uniformidad de criterios. Unos,


afirman que proviene del latín tueor que significa defender, proteger, otros,
del término tueri, con significación parecida y; por último, no falta quienes
sostienen que viene de tutéla que equivale a cuidado, protección, amparo.
Ella, en su concreción, importa una proyección en ese sentido.

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3. DEFINICIÓN

Se define a la tutela como la institución supletoria ya que trata de sustituir


el ejercicio de la patria potestad, esta institución guarda de aquellas personas
menores de edad que han sido declaradas incapaces a consecuencia de la
muerte de los padres, de la privación de sus derechos o bien porque los
menores quedaron sin los cuidados paternales por otras causas, es decir, han
sido declaradas incapaces para todo tipo de actos jurídicos. Por eso, al menor
que no se halle bajo la patria potestad de sus padres se le designará un tutor
para que cuide de su persona y de sus bienes.

Según varios autores definen a la tutela como:


JULIÁN BONNECASE, indica que la tutela es "un organismo de
representación de los incapaces, que se aplica tanto en materia de minoridad
como en caso de interdicción. Se sustituye a la patria potestad íntegra;
también se aplica cuando se trata de un incapaz sujeto a interdicción judicial
o a la interdicción legal". El concepto tiene sentido amplio porque define la
figura de la tutela conjuntamente que la curatela y en razón de que se aplica
tanto para menores como para mayores incapaces.
LAFAILLE, nos dice que “la tutela reemplaza a la patria potestad y funciona
cuando ésta falta por cese, privación o suspensión; la segunda protege a los
sujetos no sometidos al poder paterno como los dementes mayores de edad”.
BOSSERT y ZARMONI indica que “la tutela es una institución destinada al
cuidado y dirección de los menores de edad que no están sujetos a la patria
potestad, sea porque ambos padres han muerto o son de filiación desconocida
o porque aquéllos han sido privados de la patria potestad”.
CORNEJO CHÁVEZ que la define manifestando que la tutela es "una figura
supletoria de la patria potestad, por la cual se provee a la guarda de la persona
y de los bienes de los incapaces por razón de edad que carecen de padres
expeditos"
En el ART. 502 DEL CÓDIGO CIVIL PERUANO con respecto a la tutela
establece lo siguiente: “Al menor que no esté bajo la patria potestad se le
nombrará tutor que cuide de su persona y bienes”.

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4. FUNDAMENTO EN EL CUAL SE BAZA LA TUTELA

FERDINAND CUADROS VILLENA (ACTO JURÍDICO, Cuarta edición


1998). Nos indica que los actos pueden ser celebrados directa y personalmente
por el agente, o por un representante en este caso al menor que no esté bajo
la patria potestad se la nombrara tutor que cuide de su persona y bienes.
Esta fórmula se adecua a la norma, destacando la representación y protección
de un menor en el doble orden: personal y patrimonial; sin embargo, conviene
aclarar, que tanto la tutela como la patria potestad son instituciones que no
pueden coexistir puesto que donde uno incide no hay lugar para el otro.
El fundamento de la tutela responde a la idea protectora y defensiva de la
persona y de los intereses materiales y morales del incapaz menor de edad,
en cuyo beneficio se dictan las normas respectivas, pues, a él le son debidas
como consecuencia del derecho que le asiste a tal amparo social derivadas de
su situación.
5. CLASES DE TUTELA:

Entre a las clases de tutela tenemos:


5.1. TUTELA TESTAMENTARIA.-

Es aquélla que se origina en una disposición de última voluntad del padre o


de la madre del menor, por la cual se instituye tutor para que cuide de la
persona y los bienes del mismo. Por extensión es también la determinada en
escritura pública para que surta sus efectos después de su muerte. En ambos
casos se origina en la voluntad de ciertas personas y se expresa mediante
testamento o en escritura pública.
Las personas que tienen facultades para nombrar tutor testamentario o
escriturario son las que a continuación se indican (Art. 505º)
 Los padres, mejor dicho, el padre o la madre sobreviviente para los hijos
que estén bajo su patria potestad, pero si uno de los padres fuera incapaz
tendrá valor el nombramiento de tutor que hiciere el otro, aunque éste
muera primero.
 Los abuelos, esto es. el abuelo o la abuela para los nietos que estén sujetos
a su tutela legítima.

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 Cualquier testador que deje una herencia o un legado a un menor. en cuyo
caso, se requiere la concurrencia de dos condiciones para que el tutor
pueda ejercer el cargo: Que el menor carezca de tutor nombrado por el
padre o la madre y de tutor legítimo, y que la cuantía de la herencia o del
legado bastare para los alimentos del menor.

Tratándose del caso de la tutela plural (Art. 505º) la ley dispone que. Si fueran
nombrados dos o más tutores en testamento o por escritura pública. El cargo
será desempeñado en el orden de nombramiento. Salvo disposición contraria.
En este último caso, si el instituyente no hubiera establecido el modo de
ejercer las atribuciones de la tutela, ésta será mancomunada.

Se entiende que la ley prefiere que sea una sola persona quien ejerza la tutela
y no varias simultáneamente para evitar conflictos y probables daños en
contra del tutelado.

5.2. TUTELA LEGÍTIMA O LEGAL

Es la que resulta impuesta a determinadas personas por ministerio de la ley


cuando no haya tutor testamentario, por tanto, tiene su origen en la ley y el
llamamiento legal sólo rige para el caso en que el padre o la madre no hubiera
designado otro tutor, porque en defecto de los padres se presume que,
ejercerán mejor el cargo, los parientes, particularmente, los ascendientes y
los hermanos.

El artículo 506 señala, corno regla general, que a falta de tutor nombrado en
testamento o por escritura pública, desempeñarán el cargo los abuelos y
demás ascendientes, prefiriéndose a) El más próximo al más remoto. b) Al
más idóneo, en igualdad de grado. Esto es, será tutor el abuelo o bisabuelo,
pero la preferencia lo decide el juez oyendo por cierto al consejo de familia.

Por excepción se conoce una especie de tutela legal, cuando el menor es


encargado además del abuelo, al hermano, al tío y hasta un extraño, lo que
ocurre en caso de separación de cuerpos o de divorcio.

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Por último, cabe preguntarse, si esta tutela es aplicable o no a toda clase de
hijos. Al respecto existen opiniones contrapuestas, pues, unos, la
circunscriben sólo para los hijos matrimoniales y, otros, la hacen extensiva
para el hijo extramatrimonial. Al respecto el actual Código prescribe que la
tutela no tiene lugar respecto de los hijos extramatrimoniales si no la
confirma el juez.

5.3. TUTELA DATIVA

Es aquella que se le da por mandato judicial a falta de tutor testamentario o


legítimo, es ahí cuando el consejo de familia, es la encargada de nombrar
tutor. (ART. 508º)
La ley confiere al consejo de familia la facultad de designar tutor a una
persona residente en el lugar del domicilio del menor a falta de tutor
testamentario o escriturario y de tutor legítimo. Se advierte que la tutela de
esta naturaleza se caracteriza por ser supletoria de las anteriores.
El consejo de familia es un órgano que está compuesto de varios miembros por
lo que previamente deberá pedirse una reunión, cada vez que se desee que el
mismo adopte una decisión. En ese sentido cuando se necesite nombrar un
tutor dativo este órgano se reunirá por orden del Juez o a pedido de los
ponentes, del Ministerio Público o de cualquier persona.
Verificada tal designación, el tutor dativo -aunque ejerce la tutela con los
mismos derechos y obligaciones que otros tutores ya mencionados- está sujeto
a las decisiones que tome el consejo de familia sobre su ratificación o
desratificación. En ese sentido se pronuncia la ley cuando dispone que el tutor
dativo será ratificado cada dos años por el consejo familiar dentro del plazo
de treinta días contados a partir del vencimiento del periodo. La falta
pronunciamiento de este órgano dentro de dicho plazo equivale a su
ratificación.
5.4. TUTELA ESTATAL

Es la tutela que ejerce el Estado sobre los incapaces menores de edad a falta
de tutor testamentario o escriturario, legítimo o dativo. Estas funciones
tutelares responden al deber del Estado de proveer a la asistencia de quienes

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la necesitan desde el primer momento: atención personal y seguridad
patrimonial.

Los beneficiarios, en esta especie de tutela, se denominan expósitos o niños


que se hallan abandonados en lugares públicos a la expectativa de que una
persona caritativa los recoja. Estos no poseen datos de identificación, son
entregados a las autoridades para que se hagan cargo y están a la espera de
que personas de buen corazón tomen la iniciativa de cuidarlos.

El artículo 510 expresa que los expósitos están bajo la tutela del Estado o de
los particulares que los amparen. Esta tutela se ejerce por los superiores de
los respectivos establecimientos como orfelinatos u hogares de menores.

De otro lado, con respecto a la tutela de menores en situación irregular, moral


o materialmente abandonados o en peligro moral, por mandato de la ley, se
rige no sólo por el Código Civil sino también por las disposiciones pertinentes
al Código de Menores y de las leyes y reglamentos especiales.

En lo que concierne a nuestra sistemática jurídica civil, el artículo 514


dispone que mientras no se nombre tutor o no se discierna la tutela. el juez,
de oficio o a pedido del Ministerio Público, dictará todas las providencias que
fueren necesarias para el cuidado de la persona y la seguridad de los bienes
del menor.

5.5. TUTELA OFICIOSA

Llamada también irregular, es aquélla en la que no existe propiamente


designación legal de tutor, de modo que la persona que hace sus veces, sin
haber cumplido con los requisitos exigidos)' sólo movido por sentimientos de
piedad o por designios inconfesables ejerce de hecho el cargo de tutor de un
menor determinado, cuidando de su persona y asumiendo el manejo de sus
bienes.

A esta situación se refiere el artículo 563 cuando dispone que la persona que
se encarga de los negocios de un menor, será responsable como si fuera tutor.
Esta responsabilidad puede serle exigida por el Ministerio Público, de oficio o

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a pedido de cualquier persona. El juez, a solicitud del Ministerio Público,
puede ordenar que se regularice la tutela, pero si ello no fuera posible,
dispondrá que el tutor oficioso asuma el cargo como tutor dativo.

5.6. PRELACIÓN

Nuestra sistemática jurídica regula las cinco especies de tutela estableciendo


un orden prelativo contemplado en el artículo 503. La tutela testamentaria o
escrituraria funciona con prioridad, la tutela legítima en defecto de la
testamentaria o escrituraria, la dativa cuando faltan las anteriores y la
estatal cuando no existan las tres anteriores o son inconvenientes. La
irregular u oficiosa funciona sólo de hecho.

No obstante el orden establecido éste puede sufrir algunas modificaciones si


se observa su funcionamiento con meticulosidad. Este orden es el siguiente:

 Tutor testamentario, designado en testamento por el padre o la madre del


menor.
 Tutor testamentario, designado por el abuelo o abuela del menor en
referencia.
 Tutor legítimo, cuando proviene de la ley.
 Tutor testamentario designado por tercera persona.
 Tutor dativo.
 Tutor estatal.
 Tutor irregular.
6. EJERCICIO

6.1. NOCIONES PREVIAS

Uno de los aspectos más importantes y complicados que tiene la tutela es


precisamente su ejercicio, que debe estar rodeado de las máximas garantías
v seguridades a fin de evitar malos manejos que perjudicarían al menor. La
ley, en este sentido, quiere que la persona que tome a su cargo al menor, no
sólo se halle en óptimas condiciones para que la ejerza con idoneidad, sino

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también para que le brinde las garantías necesarias y cuide adecuadamente
de su persona y de sus bienes.

El tutor al ejercer la tutela tiene que hacer las veces de padre o madre según
el caso, por eso ésta se asemeja a la patria potestad aún cuando se trata de
dos instituciones distintas y autónomas; pero, para que dicho ejercicio sea
eficiente es indispensable conocer el contenido de esta institución, vale decir,
los deberes y derechos de los pupilos. así como los deberes y derechos del tutor
(atribuciones).

6.2. DEBERES Y DERECHOS DEL PUPILO

Se ha indicado que el contenido de la tutela es similar al de la patria potestad


por la sencilla razón de que aquélla se instituye en reemplazo de ésta y no
existen diferencias significativas entre ambas figuras que la de ejercer la
tutela bajo una más cercana vigilancia y control por parte del consejo de
familia y/o de la autoridad tutelar. Esta distinción radica en que la patria
potestad se sustenta en un vínculo natural anterior a la ley, mientras que la
tutela en un título legal o principio de solidaridad familiar y social.

No existe norma concreta que se refiera a los deberes que tiene el pupilo frente
a su tutor, sin embargo, como la tutela ha sido creada en lugar de la patria
potestad, por interpretación extensiva de la ley, también los pupilos están
obligados a obedecer, respetar y honrar a su tutor. Solamente así podrá ser
posible el cabal cumplimiento de los fines de esta figura tutelar, tanto en lo
que concierne a la guarda de la persona del menor cuanto a la administración
de sus bienes.

Con respecto a los derechos del menor tutelado debe advertirse también que
son los mismos que los del menor sujeto a patria potestad. Estos son adquirir
bienes a título gratuito, ejercer derechos estrictamente personales, contraer
obligaciones o renunciar derechos, ejercer una actividad ocupacional y ser
consultado para actos importantes de la administración de su patrimonio, por
cierto, dentro de los límites establecidos por la ley.

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Además, tiene derecho de recurrir al juez contra los actos del tutor si tiene
catorce años de edad, para ser oído por la misma autoridad antes de conceder
al tutor la autorización para los actos señalados en los artículos 531 y 532, así
corno de ser igualmente oído y de pedir la remoción del tutor cuando medie
causa legal.

El artículo 109 del Código de los Niños y Adolescentes incorpora una


importante modificación, según el cual, el adolescente puede recurrir ante el
Juez contra los actos de su tutor, así como pedir la remoción del mismo. Es
adolescente, según este cuerpo legal, desde los 12 hasta cumplir los 18 años
de edad.

Por último, se sobreentiende que el tutor o el juez, en los respectivos casos,


escuchen o no la participación del menor, no se exoneran de responsabilidad.

7. EL TUTOR

7.1. REQUISITOS

En principio, pueden ser tutores todas las personas capaces de ejercer por sí
mismos sus derechos civiles. El cargo de tutor, por mandato de la ley, es
obligatorio para aquel que es designado. (art. 520º)
Duguit decía: "todo individuo tiene en la sociedad una cierta función que
cumplir, una cierta tarea que ejecutar, por tanto, no puede rehusar el cargo,
tiene que aceptarlo".
Pero, lo manifestado precedentemente no significa de manera alguna que no
deba reunir algunos requisitos indispensables para garantizar el ejercicio del
cargo. Estos son:
a) Que el tutor se halle en el pleno goce de su capacidad civil.
b) Que el designado o llamado ofrezca un mínimo de condiciones de
moralidad y rectitud.
c) Que dicha persona no tenga enemistad, intereses encontrados ni otros
semejantes que sean perjudiciales a los derechos e intereses del tutelado.
7.2. IMPEDIMENTOS

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Algunas personas no reúnen las condiciones requeridas, por ende, están
impedidas de asumir y ejercer el cargo. Estos impedimentos son:
a) Naturales, que afectan a toda persona como la incapacidad por razón de
edad.
b) Accidentales, que pueden afectar a algunos, pero no a todos, como es el
caso de la inhabilidad mental o moral.
c) Legales, que se fundan en la ley como aquella que señala que no pueden
ser tutores aquellas personas que tienen intereses contrapuestos con los
del menor.
En ese sentido, el artículo 515 señala que no pueden ser tutores:
a) Los menores de edad, pero si fueran nombrados por testamento o por
escritura pública ejercerán el cargo sólo cuando lleguen a la mayoría de
edad.
b) Los sujetos a curatela, como los sordomudos, ciegosordos y ciegomudos
que no supieron expresar su voluntad de modo indubitable. También, los
malos gestores, los pródigos, los ebrios habituales y toxicómanos.
c) Los deudores o acreedores del menor por cantidades considerables, ni los
fiadores de los primeros a no ser que los padres los hubiesen nombrado
sabiendo esta circunstancia.
d) Los que tengan interés contrario al menor en un pleito propio o de sus
ascendientes, descendientes o cónyuge a menos que con conocimiento de
ello hubiesen sido nombrados por los padres.
e) Los enemigos del menor o de sus ascendientes o hermanos, caso en el cual,
también es justificable la prohibición.
f) Los excluidos expresamente de la tutela por el padre o por la madre.
g) Los quebrados y quienes estén sujetos a un procedimiento de quiebra.
h) Los condenados por homicidio, lesiones dolosas, aborto, exposición o
abandono de personas en peligro, supresión o alteración del estado civil, o
por delito contra el patrimonio o contra las buenas costumbres.
i) Las personas de notoria mala conducta o que no tuviesen manera de vivir
conocida.
j) Los que fueron destituidos de la patria potestad.

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k) Los que fueron removidos de otra tutela.
El Código derogado, consignó otros impedimentos como son el ejercicio de la
función pública incompatible con la buena administración de la tutela y el
hecho de ser mujer casada llamada al cargo a no ser que cuente con el
asentimiento de su marido. El Código actual contrariamente, elimina ambos
impedimentos por no ser la primera una causal de excusa y la segunda no
precisamente porque sea mujer sino por ser casada y sólo por existir oposición
del marido.
7.3. IMPUGNACIÓN

Existiendo cualquiera de los impedimentos o incapacidades mencionadas, el


llamado o designado tutor, debe excusarse o exonerarse de asumir la tutela.
Si no lo hiciera del modo indicado, cualquier interesado y el Ministerio Público
pueden impugnar el nombramiento del tutor efectuado con infracción del
artículo 515.
Pero debe analizarse dos casos:
a) Si la impugnación precediera al discernimiento del cargo, se tramita como
si fuera un juicio de menor cuantía (proceso abreviado), oyéndose al
Ministerio Público antes de expedir sentencia.
b) Si la impugnación ocurriera después del discernimiento del cargo, deberá
renunciar tutela o en su defecto, será removido. En este caso, la demanda
de remoción se presentará ante el juez del domicilio del guardador,
indicándose en ella con precisión la causal que motiva conforme al Código.
También se sigue como un juicio de menor cuantía (abreviado), oyendo al
Ministerio Público antes de expedir sentencia.
7.4. EXCUSA

Es la facultad del llamado o designado para no aceptar el cargo de tutor.


Entonces, la ley permite exonerarse de la carga que la tutela supone, pero no
debe confundirse con las causales de incapacidad (impedimentos), ni con la
remoción porque entre ellas existen diferencias bastante significativas.
Los impedimentos (causas de incapacidad), obstaculizan la asunción del
cargo, la excusa permite exonerarse de la carga que la tutela implica y, la
remoción, sanciona y aparta del cargo al tutor negligente, malicioso y
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perjudicial. Los primeros, obligan a la dejación del cargo si ya se hubiese
asumido y origina su remoción si voluntariamente no se produce la dejación;
la segunda, lo faculta para no aceptar el cargo; y, la tercera, aparta a quien
no estuvo a la altura de la responsabilidad que le fuera confiada.
Ahora bien, siendo la tutela una manus público es evidente su carácter
obligatorio, pero esta obligatoriedad no es del todo absoluta, pues, existen
casos taxativamente previstos en la ley que autorizan excusarse por causas
de:
- Limitaciones de aptitud del llamado o designado tutor.
- Obstáculos materiales para el ejercicio del cargo.
- Haber cumplido o estar cumpliendo funciones idénticas y similares.
- La vinculación del menor con el tutor extraño, existiendo pariente
consanguíneo idóneo.
El artículo 519 del nuevo texto puntualiza que pueden excusarse del cargo de
tutor.
- Los extraños, si hay en el lugar pariente consanguíneo idóneo.
- Los analfabetos.
- Los que por enfermedad crónica pueden cumplidos deberes del cargo.
- Los mayores de sesenta años.
- Los que no tienen domicilio fijo por razón de sus actividades.
- Los que habitan lejos del lugar donde ha de ejercerse la tutela.
- Lo que tienen más de cuatro hijos bajo su patria potestad.
- Los que sean o hayan sido tutores o curadores de otra persona.
- Los que desempeñan función pública que consideren incompatible con el
ejercicio de la tutela.
El Código actual, sobre la materia suscita algunas dudas que deben ser
esclarecidas, las que versan sobre:
- Si las causas enumeradas son taxativas o enunciativas, pensamos que son
meramente enunciativas.
- Si desaparecida la causal de excusa se puede obligar al llamado a asumir
el cargo, creemos que si es posible.

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- Si quien se excusa falsamente o sin causa legítima, se hace pasible de-
alguna sanción, estimamos que se hace indigno de suceder al testador.
- Si iniciada las funciones podría invocarse las causales para apartarse del
cargo, lo cual suponemos que es factible.
Sobre el tiempo para interponer la excusa, por disposición legal, el tutor en
principio debe proponerla dentro del plazo de quince días desde que tuvo
noticias de su nombramiento o desde que sobrevino la causal si estuviera
ejerciendo el cargo; pero, no podrá proponerla vencido dicho plazo. Esta
fórmula supera ampliamente la del texto derogado (artículo 519).
7.5. DERECHOS Y DEBERES DEL TUTOR

Entre los derechos y deberes del tutor tenemos que nuestro código civil
dispone en el artículo 526 , es el deber de alimentar y educar al menor de
acuerdo a la condición de éste y proteger y defender su persona., que estos
deberes se rigen por las disposiciones relativas a la patria potestad, bajo la
vigilancia del consejo de familia y que el tutor demandará el pago de una
pensión alimenticia cuando el menor carezca de bienes o éstos no sean
suficiente.
El Mallqui Reynoso y Momethiano Zumaeta manifiesta Que El tutor
desempeña un cargo obligatorio, es decir que no puede renunciar si no existe
excusa legal al mismo. En tal sentido opina Duguit : Todo individuo tiene en
la sociedad una cierta función que cumplir , una cierta tarea que ejecutar,
por tanto no puede rehusar el cargo de tutor, tiene que aceptarlo.
7.6. ATRIBUCIONES DEL TUTOR

Este viene a llenar un vacío dejado por los padres, de ahí que sus facultades
y deberes sean análogos aun cuando no iguales al de aquéllos, por eso, las
atribuciones señaladas en el artículo 423 son también las del tutor. Pero el
Código establece específicamente dos clases de atribuciones:

Entre las atribuciones de orden personal se señalan las siguientes:

1. La de alimentar y educar al menor de acuerdo con la condición del tutor.-


Lo cual significa que el menor no puede quedar desamparado en cuanto a
estos aspectos que son esenciales para la vida del ser humano, inclusive se

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faculta al tutor para demandar el pago de una pensión alimenticia cuando
el menor carezca de bienes y estos sean insuficientes.
Estos deberes, sin duda, se rigen por las disposiciones relativas a la patria
potestad, bajo la vigilancia del consejo de familia.
2. La de proteger y defender al tutelado.- Puesto que el tutor debe de cuidar
al pupilo como un buen padre de familia, recurriendo a la autoridad si
fuera preciso y, por supuesto, bajo la vigilancia del consejo familiar.
3. La de representar al pupilo en todos los actos civiles.- Sobre la materia
existe una excepción, en aquellos casos en que por disposición de la ley,
puede realizarlos por si solos.

En lo que respecta a las atribuciones de orden patrimonial el rol del tutor


consiste en:

1. Administrar los bienes del menor.- Esto es, de manera diligente y


responsable.
2. Representarlos en todos los actos de su vida jurídica.- Puesto que durante
su minoría de edad el tutelado no puede ejercer ningún derecho relativo a
su patrimonio, consiguientemente, es el tutor quien debe desempeñar
dichos actos como representante del menor sujeto a tutela.

El artículo 108 del Código de los Niños y Adolescentes virtualmente establece


algunas modificaciones con relación a los deberes-derechos de los tutores, que
son los mismos que tienen los padres. Estos son:

1. Velar por el desarrollo integral del pupilo.


2. Proveer su sostenimiento y educación.
3. Dirigir su proceso educativo y capacitación para el trabajo conforme a su
vocación y aptitudes.
4. Darles buenos ejemplos de vida y corregirlos.
5. Cuando su acción no bastare, podrán recurrir a la autoridad competente.
6. Tenerlos en su compañía recurriendo a la autoridad si fuere necesario para
recuperarlos.

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7. Representarlos en los actos de la vida civil mientras no adquieran la
capacidad de ejercicio y la responsabilidad civil.
8. Recibir ayuda de ellos atendiendo a su edad y condición y sin perjudicar
su educación.
9. Administrar y usufructuar sus bienes, cuando los tuvieran.
7.6.1.ATRIBUCIONES DEL TUTOR DE CARÁCTER NO

PATRIMONIAL.

Según cornejo es contenido de la tutela, de manera análoga a la patria


potestad, una serie de poderes inherentes a las personas (cuidado,
mantenimiento, educación) y a los bines del menor (representación legal y
administración). Comporta, además, deberes del menor respeto del tutor,
como el deber de respeto y obediencia al tutor, conforme a lo estipulado por
el artículo 24, literal, de la Ley No. 27337, Código de los Niños y
Adolescentes. Aun cuando el código civil no la contemplaba para el caso del
pupilo, dicha obediencia se explicaba en general, como la obediencia al
progenitor, establecida para los hijos en el artículo 545 del código Civil
peruano.
Los que nos dice nuestro compatriota en el párrafo que antecede, es muy
importante puesto que el Código Civil en materia de tutela no se refiere a
ese deber que tienen los niños de obedecer y respetar a sus tutores.
7.6.2.ATRIBUCIONES DE CARÁCTER PATRIMONIAL

Se presenta entonces el problema de diferenciar aquellos actos que puedan


considerarse de simple administración o administración ordinaria, de los
que exceden de dicha administración o son de administración
extraordinaria. Hay coincidencia en señalar que la distinción tendría más
un sustrato de orden económico patrimonial o jurídico.
Se dice que son actos de administración ordinaria los dirigidos al goce, a la
conservación, o a lo más, al mejoramiento y renta de los bienes, sin
comprometer su naturaleza de bienes de capital. Los otros actos, en cuanto
van más allá de la finalidad conservativa, comportan una modificación del
valor capital del mismo patrimonio o pueden quebrantarlo son actos de

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administración extraordinarios. Dentro de estos algunos destacan los actos
de disposición que implican despojarse de algún elemento patrimonial.
Puesto que es muy importante que se especifique cuáles son los actos que
pueda disponer en cuanto a la administración de los bienes de sus pupilos,
puesto que si no se especifican podrían devenir malos entendidos que
perjudicarían al pupilo que es un niño que necesita que se le protejan
sus bienes de manera total para poder gozarlas en un futuro muy próximo,
o cuando tengan la mayoría de edad.
- Pagar deudas del menor, a menos que sean de pequeña cuantía.
Tampoco se precisa que podemos entender por pequeña cuantía, en cuyo
caso la autorización judicial sería para los casos de mayor cuantía y, por
tanto, de administración extraordinaria. La determinación, re entiende,
queda librada al buen criterio del tutor, de la opinión del consejo de
familia, del menor y, en su caso, a la decisión del juez.
10. ADMINISTRACIÓN DEL TUTOR

Por disposición legal el tutor está obligado a administrar los bienes del menor
con la diligencia ordinaria requerida para lo que es indispensable estudiar:
los actos previos a la tutela, los actos durante su ejercicio y los actos al
finalizar dicho ejercicio tutelar.

Con relación a los actos previos a la tutela, el régimen jurídico nacional exige
cuatro medidas concretas:

1. Inventariación de los bienes del menor.- Que debe llevarse a cabo tan
pronto como sea posible con intervención del menor si tuviera dieciséis
años cumplidos, pero hasta que no se practique dicha diligencia los bienes
quedarán en depósito. El Código no trae una norma acerca de la
ampliación del inventario, menos respecto a si éste debe ser simple o
valorizado, lo que exige se aclare a través de una ejecutoria suprema.
2. Constitución de una garantía.- Esta puede ser real o personal a fin de
asegurar la responsabilidad de la gestión del tutor-administrador, de tal
manera que sólo cuando no sea posible constituir la garantía hipotecaria

DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS – UNTRM – LA TUTELA 19


o prendarla. le será permitida la fianza personal; pero tratándose de tutor
legítimo, por excepción, ésta queda exonerada.
3. Discernimiento del cargo.- Consiste en una diligencia solemne por medio
de la cual el tutor queda investido de la potestad para el que ha sido
designado, lo que debe ser solicitado; caso contrario, el juez deberá
ordenarlo de oficio, a pedido de los parientes, del Ministerio Público o de
cualquier persona.
4. Inscripción en el registro público correspondiente del discernimiento del
cargo.- Se entiende que es con enumeración de los inmuebles
inventariados y la relación de las garantías prestadas. También serán
objeto de inscripción su remoción, acabamiento, cese y renuncia.

En cuanto respecta a los actos de/tutor durante el ejercicio de la tutela, están


sujetas a tres clases de normas. Estas son:

1. Las que permiten al tutor actuar por si solo, como la obligación de


administrar los bienes del menor, que a su vez comprende la de: conservar
los bienes (reparaciones ordinarias, depósito de los bienes, mantenimiento,
pago de tributos, etc.), concluir los arriendos por un plazo no mayor de tres
años, iniciar las acciones de cobro, desahucio, aviso de despedida
(desalojo), rescisión y resolución.
2. Las que obligan a solicitar autorización previa del juez, que son las
siguientes: retirar dineros o valores de los bancos, vender bienes del menor
fuera de subasta previa audiencia del Ministerio Público, arrendar los
bienes del menor por más de tres años.
3. Las que requieren la autorización del juez y del consejo de familia para.
realizar actos de enajenación o gravamen concedidos por razones de
necesidad o utilidad, exceptuándose los frutos y; ejecutar otros actos como
hacer gastos extraordinarios en los predios, pagar las deudas del menor a
no ser que se trate de pequeña cuantía, permitir al menor dedicarse a una
actividad ocupacional, celebrar contratos de locación de servicios; celebrar
contratos de seguro de vida o renta vitalicia a título oneroso y para todo

DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS – UNTRM – LA TUTELA 20


acto en el que tenga interés el cónyuge del tutor, cualquiera de sus
parientes o alguno de sus socios.
Se advierte que en todos estos actos, cuando el menor tenga más de
dieciséis años, si fuera posible, el juez debe oírlo antes de prestar su
autorización.
4. Las que prohíben al tutor la práctica de ciertos actos de modo absoluto,
tales corno: comprar o tomar en arrendamiento los bienes del menor,
adquirir cualquier derecho o acción contra el menor, disponer de los bienes
del menor a título gratuito, celebrar convenio antes de que no estén
aprobadas las cuentas.

Otros actos no permitidos como liquidar la empresa que forma parte del
patrimonio del menor, pagar deudas cuantiosas, renunciar herencias, legados
o donaciones, aceptar éstas gravadas con cargas significativas, convenir en la
demanda, transigir el pleito en condiciones desfavorables, etc.

Por último, respecto a los actos del tutor al finalizar la tutela, tiene las
siguientes obligaciones:

1. Rendir cuentas de su administración y entregar los bienes del menor y,


2. Responder por los daños ocasionados al menor durante su ejercicio.

Pero, como la administración de los bienes del menor demandan dedicación,


tiempo y responsabilidad, es un acto que debe ser retribuido, constituyendo
un derecho del tutor, que ser tratado igualmente.

La rendición de cuentas es una obligación visceral del tutor que tiene por
objeto ajustar ingresos y egresos que registre el movimiento patrimonial del
pupilo detallando los resultados de la gestión efectuada, que puede ser de dos
clases:

1. Periódicas, si se rinden durante el ejercicio del cargo, de tal modo que al


inicio de la tutela, la cuenta periódica deberá ser anual, pero una vez
rendida la primera, el juez puede autorizar que las posteriores se rindan

DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS – UNTRM – LA TUTELA 21


bienal, trienal o quinquenalmente, sita entidad del patrimonio y de su
administración lo justificasen.

Definitivo o final, al cese del tutor en el cargo, que se rige por las normas
procesales en concordancia con los dispuesto por los artículos 546, 1628, 547,
430 y 431.

Expresa, Cornejo Chávez, que ambas cuentas se presentan, debaten y


resuelven con intervención del consejo de familia y, de ser posible, del mismo
menor, cuando tenga más de catorce años cumplidos y de ninguna manera
puede ser excusado excepto en el caso del tutor legítimo, que sólo está obligado
a la cuenta final inexclusivamente y, a las periódicas, sólo cuando así lo decida
el juez a pedido del consejo de familia.

La modificación que introduce el artículo 542 del Decreto Legislativo N° 768


es respecto a la forma de la rendición de cuentas. La rendición. a solicitud del
tutor o del consejo de familia, se presenta en ejecución de sentencia del
proceso abreviado. La presentación. en audiencia que el Juez señalará al
efecto y con presencia del menor si tiene más de catorce años, se hace por
escrito, adjuntando copia de los documentos justificantes u ofreciendo otros
medios probatorios. En la audiencia, el tutor proporcionará las explicaciones
que le sean solicitadas.

La demanda de desaprobación se formula, de ser el caso, dentro del plazo de


caducidad de sesenta días después de presentadas las cuentas y se tramita
como proceso de conocimiento.

Puede presentarse, en relación con los saldos, los siguientes casos:

1. Que el saldo anual sea en favor del menor, en cuyo supuesto son aplicables
los artículos 451 y 453.
2. Que el saldo sea en contra del tutor, en cuya situación. producirá intereses
legales desde un mes después de la terminación de la tutela.

Ahora bien, las acciones que recíprocamente asisten a os tutores y a pupilo


por razón del ejercicio de la tutela se extingue a los tres años de aprobada la

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cuenta final; sin embargo, esta medida no es aplicable a la acción relativa al
pago del saldo que resulte de dicha cuenta, la que prescribe dentro del plazo
señalado para la acción personal (artículo 432).

La retribución del tutor viene a ser un derecho que fijará el juez teniendo en
cuenta:

a) La importancia de los bienes del menor.


b) El trabajo que ha demandado su administración en cada periodo, Esta
retribución nunca excederá del ocho por ciento de las rentas o productos
líquidos consumidos, ni del diez por ciento de los capitalizados.

La responsabilidad del tutor viene a ser otra de las obligaciones, que consiste
en responder los daños ocasionados al menor por haber obrado sin la
diligencia ordinaria requerida ni haber observado las formalidades
establecidas por la ley, También la responsabilidad del tutor es por los hechos
ilícitos causados a terceros por los pupilos.

8. TUTELA DE MENORES EN SITUACIÓN IRREGULAR

En cuanto a estos niños en situación irregular es loable que exista en el


articulado de la tutela, dando un tratamiento especial.
Para la Doctrina de la Protección Integral se propugna un trato igualitario
para la infancia, sin importar las circunstancias particularmente difíciles de
sus miembros.
Por su parte la Convención sobre los Derechos del niño parte por reconocer
principios generales que constituyen el marco obligacional de los Estados
parte, como son el principio a la no discriminación y el principio del interés
superior del niño, el cual tiene como fuente inspiradora el principio segundo
de la Declaración de los Derechos Humano.
9. TERMINACIÓN

9.1. EN RELACIÓN CON EL PUPILO

La tutela finaliza o concluye definitivamente por causas que proceden del


estado o situación del menor, lo que acontece cuando esta institución ya no es
necesaria para el tutelado. También, por causas imputables al tutor y que

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ordinariamente producen sus efectos de pleno derecho, sin necesidad de
declaración judicial.
En ese sentido el artículo 549 expresa que la tutela se acaba por las siguientes
razones:
- Muerte del menor.- Esto es, que este hecho pone fin a la personalidad, de
tal modo que acaecido el deceso, el tutor, tiene la obligación de rendir
cuentas a los herederos del menor.
- Cesación de la incapacidad del pupilo. - Lo que ocurre en los siguientes
casos: por llegar el menor a los dieciocho años de edad, por haber contraído
matrimonio el menor o haber obtenido título oficial que lo autorice para
ejercer una profesión u oficio y, por tener la mujer menor de edad un hijo
extramatrimonial bajo su patria potestad.
- Reingreso del pupilo a la patria potestad.- Lo que ocurre en dos
situaciones: por cesar la incapacidad del padre o de la madre en el caso del
artículo 580 y por ingresar el menor bajo la patria potestad. En ambos
casos se trata de un reingreso a la patria potestad.
9.2. EN RELACIÓN CON EL TUTOR

La tutela termina también por causas imputables al tutor, que tiene carácter
de sanción por inhabilidad o indignidad, cuya remoción debe ser declarada
por el juez.
Por disposición del artículo 550 el cargo de tutor cesa por las causas
siguientes:
- Muerte del tutor.- En cuya eventualidad los herederos del tutor si son
capaces están en la obligación de continuar con la gestión de su causante
hasta que se designe un nuevo tutor.
- Aceptación de renuncia del tutor.- Lo cual supone que el tutor está
ejerciendo el cargo, sin embargo, renuncia cuando sobrevienen
impedimentos legales que no existían al iniciarse el cargo, alguno de los
cuales, se hallan taxativados en el articulo 515 y cuando el tutor dativo,
que ya ejerció el cargo durante seis altos, decide apartarse de la tutela.
- Declaración de quiebra del tutor.- Sobre el particular existe una aparente
duplicidad entre el inciso 7° del articulo 515 y el inciso 3° del articulo 550,
DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS – UNTRM – LA TUTELA 24
lo que debe interpretarse como que la declaratoria de quiebra produce ipso
facto la cesación del cargo, mientras que las otras causas de incapacidad,
producen ese efecto sólo cuando la renuncia es aceptada.
- No ratificación del tutor.- Por regla general éste no está sujeto a
ratificación, pero si lo está el tutor dativo que debe ser objeto de este acto
por el consejo de familia cada dos años y dentro del plazo de treinta días a
partir del vencimiento del período. La falta de pronunciamiento por parte
del consejo dentro del plazo indicado implica ratificación automática.
- Remoción del tutor.- Que viene a ser la destitución del cargo cuando se
produce el incumplimiento de sus funciones o deja de ser idóneo para
seguir ejerciéndolas. La iniciativa de remoción la pueden pedir: el menor
que ha cumplido catorce años de edad, los parientes del mismo y el
Ministerio Público. Cualquier persona sólo puede hacerlo por causas
legales y el juez si tiene conocimiento de algún perjuicio que el tutor cause
al menor.
El procedimiento de la remoción de la tutoría tiene tres formas, las mismas
son:
- Si se trata de tutor dativo nombrado por el consejo de familia, será éste el
organismo que acuerde su remoción.
- Si se trata de otra clase de tutor, deberá seguirse el procedimiento
señalado en el artículo 1055 del C. de P. C.
- Si se trata de tutor oficioso o estatal, creemos que si puede serio, después
de establecer su responsabilidad en el primer supuesto, mas no en el
segundo, para lo que existe otro tipo de control contemplado en el Código
de Menores y las normas administrativas.
10. CUESTIONES PROCESALES

10.1. ACCIONES DE INVALIDACIÓN

Los actos que el tutor realiza en nombre de su pupilo observando las


formalidades prescritas por la ley son tan válidas como si hubieren sido
hechas por el tutelado si fuera capaz, por consiguiente, no puede de mandarse

DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS – UNTRM – LA TUTELA 25


su nulidad; pero los actos ejecutados por el menor sin observar dichas
formalidades, son nulos.

La acción del menor para anular los actos celebrados por el tutor sin las
formalidades legales, prescribe a los dos años conforme lo dispone el artículo
537, aclarando que este plazo se cuenta a partir del día en que cesó la
incapacidad.

10.2. ACCIONES RECÍPROCAS DE PAGO

De la cuenta final puede resultar un saldo a favor, o a cargo del ex-tutor. Las
acciones que recíprocamente asistan al tutor o pupilo por razón del ejercicio
de la tutela se extingue a los tres años de aprobada la cuenta final, pero esta
disposición no es aplicable a la acción relativa al saldo que resulte de dicha
cuenta, la cual prescribe dentro del plazo señalado para la acción personal,
vale decir, a los diez años.

Existe una notoria contradicción entre la disposición 432 y 537 respecto a la


prescripción de tres años después de aprobada la cuenta final y de dos años a
partir del día en que cesó la incapacidad, que no deberá tomarse en cuenta.

En ese sentido y respecto a otras acciones, se explicita manifestando que


"Toda otra acción, según preceptúa el artículo 561, prescribe a los tres años
(contados desde que se aprobó la cuenta final). En otras palabras: todas las
acciones que competan al ex-pupilo contra el ex-tutor y viceversa prescriben
a los tres años de aprobada la cuenta final; excepto la de nulidad de actos
irregulares -que prescriben a los dos años de cesada la incapacidad y la acción
de cobro del saldo de la cuenta final que prescribe a los diez años.

10.3. ACCIÓN DE INDEMNIZACIÓN DE DAÑOS Y PERJUICIOS

El tutor además es responsable de todos los daños Ocasionados al menor por


no haber nombrado con la diligencia necesaria requerida y que normalmente
consistirá en la reparación de los daños y perjuicios ocasionados.

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Además, el articulo 562 expresa, que se puede intentar una acción de
responsabilidad subsidiaria en contra del juez., la que prescribe a los seis
meses contados desde el día en que se hubiera podido interponer.

Estamos de acuerdo plenamente con Raquel Guerra Tábara cuando dice "nos
parece muy corto el tiempo dentro del cual se pueda accionar persiguiendo la
acción mencionada, lo que debe modificarse estableciendo el plazo de dos años.

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CONCLUSIONES

 La tutela puede concebirse como la institución que confiere responsabilidad


a una persona para que vele y proteja a un pupilo, que se le ha entregado por
no tener capacidad para cuidarse él mismo y adolece de personas que
puedan ejercer la patria potestad.
 La persona a la cual se le asigna la tutela se denomina tutor. Éste debe
proteger y cuidar al menor, tiene facultad para corregirlo y debe administrar
sus bienes y es quien lo representa de manera legítima. Esta corrección que
puede hacer el tutor no debe en ningún momento vulnerar su dignidad,
derechos y su desarrollo integral.
 En nuestro Código Civil, específicamente en el artículo 301 se sustenta
legalmente la tutela, señalándose que todo aquel menor que no tenga
representante legal será provisto de tutor o protutor y suplente de éste.
Asimismo, el Código citado es claro al exponer que existe la Tutela
Testamentaria, Legítima y Dativa. La primera, se contempla en el artículo 307
en éste se señala que se produce cuando el tutor y el protutor es nombrado
por los padres y dicho nombramiento.

DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS – UNTRM – LA TUTELA 28


LINKCOGRAFÍA

 http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/tesis/human/martel_c_r/tit
ulo2.pdf

 http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibVirtualData/Tesis%20para%20marcaci
%C3%B3n3%20(para%20Inform%C3%A1tica)/2010/obando_bv/oband
o_bv.pdf

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Cornejo Chávez, Héctor., Derecho Familiar Peruano. 7ma .edición,


Librería Studium S.A. Lima, 1988. Pág.74

 Messineo Francesco, Manual de Derecho Civil y Comercial. Buenos


Aires Ejea.1971, Tomo II , p 128.

 María Isabel Sokolich Alva, Código Civil Comentado por los 100
mejores juristas. Gaceta Jurídica Pág.360.

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