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1. INTRODUCCIÓN
En este capítulo se trata de relacionar la estrategia de RRHH con la estrategia competitiva. Como
hemos visto anteriormente, existen 4 aspectos a considerar en la determinación de los objetivos y
estrategias de RRHH:
La labor estratégica del directivo de RRHH en el nivel funcional consiste en integrar estos 4
elementos para así poder tomar las adecuadas decisiones en el área de RRHH.
De un lado, deberá definir los objetivos de RRHH o situaciones deseadas, y una vez fijados éstos, la
dirección de RRHH pasa a implantarlos a través del despliegue de los mismos, del establecimiento
de actuaciones concretas dentro de los sucesivos planes de gestión anuales, y de su
instrumentalización, si es el caso, a través de un cuadro de mando específico.
Los objetivos estratégicos de RRHH definen la situación deseada a la que se quiere llegar en un
plazo determinado dentro del ámbito de los RRHH, en función de los objetivos y estrategias
establecidas en el nivel competitivo, así como de los recursos y capacidades disponibles.
Los objetivos y las estrategias, de cualquiera que sea el área, deben de ser coherentes con los
objetivos y las estrategias de la compañía. Es decir, deben contribuir a la consecución de los
objetivos organizativos.
La formulación de los objetivos de RRHH deben ser fruto del consenso logrado entre los
responsables de las otras áreas de negocio (especialmente las operativas) y el responsable del área
de RHHH, ya que la FRRHH constituye un área interfuncional, es decir, atraviesa las divisiones
organizativas y se manifiesta y desarrolla en todas las unidades de la empresa.
Existe una relación de interdependencia ente los objetivos y estrategias de RRHH con los de las
diferentes áreas y unidades organizacionales, al igual que el resto de las áreas precisan de la
aportación de RRHH para posibilitar el cumplimiento de sus objetivos.
Fijados los objetivos estratégicos de RRHH, es la hora de formular las estrategias de RRHH, es decir,
de definir las acciones que se desarrollarán para pasar de la situación presente a la situación
deseada, la cual vendrá determinada por los objetivos que se desean alcanzar en el campo social.
Los modelos que se proponen, tienen la finalidad común de proponer prácticas de RRHH que
favorezcan una adecuada implantación de la estrategia competitiva elegida.
Modelo de Porter
Plantea que una empresa puede conseguir ventajas competitivas sobre sus competidoras en base al
desarrollo de una de las estrategias siguientes: liderazgo en costes, diferenciación y la
concentración o enfoque.
Por tanto, la implantación exitosa de cualquiera de las tres, trae aparejado un determinado
comportamiento organizativo que estará basado en unas prácticas de RRHH concretas.
Las estrategias de RRHH en empresas con estrategia de liderazgo en costes tenderán a reforzar,
entre otros:
El orden
El cumplimiento de los objetivos y procedimientos
El trabajo individual
La orientación al producto
La reducción de los costes de personal.
Las empresas que optan por ser líderes en diferenciación aspiran a ofrecer productos/servicios con
unos atributos que, frente a los productos/servicios de la competencia, sean especialmente
valorados por sus compradores.
El área de RRHH debe contribuir a añadir valor, especialmente, a las actividades de I+D, producción
y comercialización.
Entre las actitudes colectivas que se tienden a reforzar con las estrategias de RRHH en las empresas
diferenciadores, están, entre otras:
La orientación al cliente
La vocación por la innovación
El trabajo en equipo
El fomento de la creatividad
El compromiso con la empresa
Reconocen que el auténtico problema al que se enfrentan las compañías, reside en crear un
sistema de dirección de RRHH adecuado.
Definieron, básicamente, tres categorías estratégicas en función del comportamiento observable
entre las grandes firmas de éxito:
- Estrategia defensiva Las empresas que siguen esta estrategia tienden a ser más
conservadoras, con un número reducido de productos/servicios. Se trata de empresas muy
centralizadas y burocratizadas, acostumbradas a operar en entornos estables.
- Estrategia exploradora Estas empresas están interesadas en las nuevas oportunidades
que se presentan en el entorno así como proyectos con nuevos productos/servicios que se
consideran con potencial. Existe una constante innovación de productos y mercados. Son
empresas que suelen tener diversas líneas de producto, dominan diferentes tecnologías,
etc.
- Estrategia analizadora Combinan actividades relacionadas con productos/mercados
estables con actividades en productos/mercados más cambiantes. Tienen una doble manera
de organizar sus operaciones: una más burocrática y eficiente para las actividades en
entornos estables, y otra más innovadora y flexible en entornos cambiantes. Combinación
de las características de las empresas con estrategias defensivas y exploradoras.
La empresa se podrá mover entre estos dos extremos: cumplir la legislación laboral,
intentando, además, obtener alguna ventaja competitiva de este cumplimiento frente a la
opción de desentenderse, o evitar, en la medida de lo posible, la legislación social para
minimizar los costes y rigideces que éste impone a la gestión de la empresa.
Por tanto, la empresa debería analizar los costes y beneficios asociados a ambas
alternativas.
3) Contratación a corto plazo VS contratación a largo plazo.
La empresa debe plantearse la organización del trabajo gestionando trabajadores por ella
contratados (contratos laborales) o a través de trabajadores contratados por terceras
personas (ETT, subcontratas, spin off’s, etc.). Pero muchas empresas precisan de la
seguridad, continuidad y congruencia organizativa que ofrece la relación laboral.
Hay empresas que piensan que es necesario contar con sindicatos que dispongan de una
representatividad integral para un desarrollo eficaz de las relaciones laborales, poder
negociar con autoridad y así propiciar el cumplimiento de los acuerdos adoptados.
En cambio, otras empresas piensan que limitando la actuación sindical, podrán obtener
determinadas ventajas que facilitarán la consecución de sus objetivos y estrategias:
fomentando las negociaciones individuales, desaconsejando la sindicación de los
trabajadores, eligiendo la ubicación de los centros de trabajo en zonas con poca trayectoria
sindical, etc.
El antagonismo se suele manifestar como una rigidez interna, asignación de tareas por
antigüedad, control de la información o dilatación en la negociación, mientras que la opción
de cooperación exige un acercamiento continuo de posiciones, flexibilidad interna,
asignación de puestos por mérito, negociación colectiva, clima de confianza, etc.
La elección entre ambas estrategias está condicionada, además de por los objetivos y
estrategias que la empresa quiera conseguir, por distintos elementos como: tradición de las
RRLL, nivel de centralización/descentralización de las negociaciones, nivel de afiliación
sindical en la empresa y en el sector de actividad, etc.
Hay empresas en las que existen ambas opciones estratégicas, eso sí, cada una de ellas
dirigida a unidades de negocio y/o centros de trabajo que desarrollan actividades
diferenciadas.
La descripción amplia de los puestos de trabajo establece misiones genéricas para los
diferentes puestos, de tal manera que los contenidos de los mismos se amplían. Suelen traer
aparejadas mayores funciones que la propia ejecución de tareas, incorporando actividades de
organización y control. Este tipo de trabajo requiere de personas más polivalentes.
La descripción estrecha de los puestos de trabajo pasa por enunciar explícita y detalladamente
la finalidad del puesto, así como el conjunto de tareas que van a realizar las personas que lo
ocupen. Es más apropiado para empresas que se enfrentan a una demanda tendencialmente
estable, donde lo fundamental es conseguir el mayor nivel de eficiencia posible en la
producción.
El reclutamiento externo posibilita atraer del exterior competencias precisadas por la empresa,
presentándose un amplio abanico de posibilidades para elegir las personas adecuadas en el
mercado de trabajo. Pero se presentan determinadas dificultades como la generación de
desmotivación entre las personas cualificadas de la empresa, que ven cercenadas sus
posibilidades de promoción, riesgo de inadaptación, etc.
El ofrecer oportunidades de empleo a la carta para los empleados será una solución muy
interesante y necesaria cuando:
- Las capacidades de los empleados son muy valiosas para la empresa y constituyen la base
de las competencias distintivas de la misma
- Los trabajadores manifiestan su deseo de disponer de mayores posibilidades de
flexibilización de su tiempo de trabajo
- No es precisa la presencia permanente del trabajador en el puesto de trabajo.
En este caso, se plantearán medidas como: el teletrabajo, horario variable, trabajo a tiempo
parcial o compartido, la semana reducida, los años sabáticos, la acumulación del tiempo de
trabajo para acceder a jubilaciones anticipadas, etc.
Para ello, la empresa se planteará las siguientes medidas: flexibilizar el horario de trabajo,
organizar el trabajo a turnos, implantar el trabajo modular, realizar el cómputo anual de las
horas de trabajo, utilizar las horas extras, negociar las festividades y las fechas de vacaciones,
etc.
Cuando la actividad empresarial atraviesa baches intensos y duraderos, se deberá optar entre
redistribuir el personal excedente de una o varias secciones, frente a la posibilidad de
desvincular (despedir) a estas personas de la empresa.
En el otro extremo se sitúan los despidos a través de: descontrataciones pactadas con los
trabajadores y/o representantes (prejubilaciones, etc.), las descontrataciones “procedentes”, a
través de un ERE, despidos improcedentes cuyo coste es muy inferior a los anteriores, y las
descontrataciones de trabajadores en excedencia.
El énfasis en la innovación, por el contrario, está relacionado con una gestión de las personas
que propicie nuevas ideas y proyectos, cierta flexibilidad en los procedimientos desarrollados
para el cumplimiento de los objetivos, corresponsabilización de los trabajadores con los
objetivos planteados, y un diseño organizativo amplio.
Este enfoque demanda mayores niveles de descentralización de la organización del trabajo´, así
como en las decisiones sobre gestión de las personas.
La gestión autoritaria se caracteriza porque los superiores son los que adoptan la mayor parte
de las decisiones sobre el trabajo, fijan unilateralmente los objetivos, establecen los
procedimientos para su consecución y dan instrucciones sobre cómo y cuándo realizar el
trabajo. Los trabajadores no tienen prácticamente autonomía en el trabajo. La comunicación
entre ellos es unidireccional descendente.
En la gestión participativa hay una mayor interacción entre el responsable del grupo de trabajo
y los miembros del mismo. Los objetivos y los procedimientos para desarrollarlos son fijados por
el grupo dentro del marco organizacional. Habría entre ellos una comunicación bidireccional y
los trabajadores tienen un margen de autonomía importante.
1) Formación específica para el puesto de trabajo VS formación amplia para el desarrollo de la polivalencia
Por otro la do, la formación amplia puede estar asociada con el desarrollo de competencias
para mejorar la polivalencia de los trabajadores.
De otro lado, la evaluación del desempeño se puede utilizar como herramienta de control sobre
las actividades del trabajador que redunda en el establecimiento de sus condiciones de trabajo,
afectando, en este orden de cosas, a cuestiones tales como evaluación del cumplimiento de
objetivos, establecimiento del plan de carrera del individuo, retribución, etc.
Otra opción de evaluación sería la multidireccional, en la que se considera, además del punto de
vista del supervisor, el del propio evaluado, el de los subordinados y el de los colaboradores del
mismo nivel jerárquico. Esta evaluación es más costosa y compleja, pero favorece la
identificación de las personas más competentes.
Si la empresa considera como valores inevitables a largo plazo: el desarrollo de los empleados
con potencial para poder optimizar las competencias existentes en la empresa, la disminución
de la tasa de rotación del personal con alto rendimiento, y que las vacantes deben cubrirse,
salvo excepciones puntuales, con personal propio de la empresa, intentará desarrollar planes de
carrera para su personal.
Por otro lado, pueden darse diferentes circunstancias que provoquen el recurso a la falta de
previsión en las carreras del personal, como el pequeño tamaño empresarial, la baja edad media
de la plantilla, la falta de competencias de gestión que conduzca a una orientación cortoplacista
de la gestión empresarial, la consideración de que la empresa puede cambiar de cultura o
precisa de competencias distintas a las que posee en la actualidad, provocando la incorporación
de personas de los mercados externos de trabajo.
La retribución fija es el componente del salario recibido por el trabajador que, habitualmente,
se establece según el nivel profesional que éste posee y las funciones que desarrolla, no
modificándose en la nómina que percibe mes a mes.
La retribución variable, por el contrario, es aquella parte de la retribución total recibida por el
trabajador que se modifica en función de los resultados obtenidos.
Si la empresa desea retener a los trabajadores que tiene en plantilla (o parte de éstos) y/o
atraer trabajadores con unas determinadas competencias (normalmente escasas en el mercado
de trabajo), se planteará retribuir por encima de la media de las empresas de su sector o
entorno geográfico para puestos de similar nivel. Será aconsejable cuando las competencias de
los trabajadores que desea retener o atraer son fuente de ventaja competitiva.
Si por el contrario, lo que se pretende es incentivar el trabajo colectivo, porque las actividades
realizadas por un determinado grupo de personas están íntimamente ligadas entre sí y/o
porque se desea propiciar la cohesión del colectivo de trabajadores afectados, puede ser
interesante establecer componentes del salario en base a resultados generados por un conjunto
de ellos.
Las empresas que optan por una gestión preventiva, buscan explícitamente y ex ante la máxima
protección de los trabajadores, así como la minimización de los costes sociales y económicos
derivados de la siniestralidad laboral.
En cambio, la gestión reactiva reacciona ex post ante las consecuencias derivadas de riesgos y
accidentes laborales, fijándose, básicamente, en la minimización de los costes económicos
generados en torno a éstos.
4. EVALUACIÓN Y SELECCIÓN DE OPCIONES ESTRATÉGICAS DE RRHH
Los criterios de evaluación de las opciones estratégicas de RRHH que se proponen son:
1) Establecer de manera consensuada con el resto de los directivos funcionales y gerencia los
objetivos específicos de RRHH a conseguir en el año X
2) Definir las actuaciones prioritarias que en el área de RRHH se realizarán durante el año X, así como
fijar los criterios que se observarán en tales actuaciones