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PAPELES DE SON ARMADANS AXo VI Tomo XX. Nem. LVI Revista mensual dirigida por Camilo José Cela Carta a los Reyes Magos. EL TALLER DE LOS RAZONAMIENTOS Ansénico Castano: «Hijodalgo>: Un injerto semitico en ta vida espaiiola, Jonon Cum.éx: Poesia de San Juan de la Crus. EL HONDERO Ennio Paavos: Aceptacién de ta palabra. Pane Quant: Dos poemes. Juan Roi Pes Realidad y otros pocmas. YUNQUE DE TINTA FRESCA Cantos Bannau: Apostitias a «Comparicros de vinjer de Jaime Git de Biedma. TRIBUNAL DRL VIENTO LA ATALAYA Y BL MAPA Madrid - Palma de Mallorca Enero, wemix1 PAPELES DE SON ARMADANS MEVISTA, MENSTAL Direetary LOS, PAPELES DE SON ATIMADANS, L/7IT Camilo Jost Cala ‘Bybdlvoaiory Joie Marla Llompare ‘Gerontes ‘Fernando Sdnchex-Mongs Administrador: ual Nignlan Redacciéa y Administruciéa? José Villalonga, 87 Palma de Millorca inpIok OFF PRESENTE NtisERO: Piz, Carta ator Rover Mager. 2 8 “América Castras «Hijodal gor: Un injerty somliica on lnvidaexpanola, 9: Jorge Guilléns, Pnostie de San Fun dele Cruz, os BO EE; Praduar Acaptaciin ue ta palabra 2, . . AF “Pore Quart: Bas poemes. 2 5S Juan Rule Bene: Rentidud y Gtros poemeas, . 2. (BG farlos areal: dpostilles ow «Companetos de yinjes de Tainie Gitde Redman, . 78. Tribunal det vientn ~ 88 La atalayaiy ef mopa 2 2A “Xiligratiia vie le daleuciin Carreras, ‘dh Cerone Maideid = Palnia ‘dis Mallorsa Cuiprninnais: exutastva Enero, Mewexe Para crmnitnlaas . 7 Bieertbuclo ies Anfire Borhard, 15; Baraciana. Rissin ie Yorpane: itiarvel tyades | Mania Gutiderss, Si.) Anddrisl. Se han giro apares ciacuevta: elemplares sobre papel de Mily verjurade Vileseca, sunurtermdine y con et nombre del suieriptor impreio. fee Loeeiaks BLAMES to. fupremtia Moasko Aigovers= Galnieaya; G8: = Talmacds Malloren PAPELES DE SON ARMADANS Aso VI ‘Tomo XX. New, LVUL Hievista mensual dirigidta por Camilo José Cola Carta a los Reyes Magos (Pures representable } Pointe enin ng, Ldgeianns ele euocke® V tar ninves da untnin, j deieide estén ® Maus Mesicnr, La ganedia de da put A punto de romper el ato nuevo. el miistertoso aia nueva, por las Geladas lindes de fa mar, el eseritor, dcojonade a@ orillas de ta mar, stante ef dolar de tag diresos instintos, de los saludables pélpitos que el itempe fue olvidando, igual que ‘un novia sin \memoria, devorando: tal una amarte atroz ¢ inseciable, El eseritor quisiera que su boca, como ta de Racine, fuera ol mejor intérprete de su coraz6n, y que por ella saliesen, en chorro de bullidora bienaventuransa, fas mds hondas razores, dquyllas que ariidan, ain sin forma, en ol romata nido en el que se inewbon tos huevecitlos det tempo, porque ef escritor sabe (in aprendid.en Esqutto ) que el arte es mucho mds: débil que ta necesided, 3 aguella que de fas armas. St. EL eseritor quisiera: pedir a los Reyes Magos -y no sdlo para dl- la grace do lov elementaicy restavra- ctones, ef beneficia de las repasiciones ariginartus. Porque... to Livia tlamd da iltima y- mids terrible (EL eseritor cade la palabra, En escena, jos que se dicen) Tanre Livez, conn ePar qué handus simas. de. amargura se perdio ta inacencta? Sénzca.—Lo ignoro. Silo sé gue ne es inavencia sine mezquindad Ia de quien se conterta con xér buene semi fey. UES (Entra un) mendigo) Joaquin Gancla,—3 An qué ria viciose naufrazdé fa paresn ? ‘Tearumana.—Lo ignara. Sélo sé que’ es nds fdetl morir por la pureza que con pureza. (Gae de uit drbol un suldide siego) Tuan, cana. pw wranrenia.yDénde nrurid la confianzal Vineno.—Lo ignoro. Pero te recuerdo a wited que no es (itite confiar euande los dioses son adversos, (De una flor que se abre sale un tanto) Vaenriv Pra, — Perdorien si moteste, ¢Qué vendaval artero desarboldé at candor? Sineca.—/ Callese! ; Qui timide rogat, docet negare! 4 ride une Vaurxtix Prea,—Ceted dispense: Aubtera p respuesta @ una 605. Stiaxcsruane (a Séneca).—/Cullese usted! jA un corazdn irreprochable no se le puede. intimidar! Vatentix Piva, —Gractas. Snagesresnn.—De nada. (Doe tramayistas arrastran un “pelcle} Pecew.—pDénde et valor? (Nadie Je vesponde, Ona doncella descionde de una nube) Armourrs Epaninonnas.—y Fo da virtue ? Cromdéx,— No se preceupe, joven: ed gue tiene \virtud no necesita de nada para vreir bien Say Ac: —Tiene usted toile fe razin: fa virtud es el arte de vivir. bien. FEL cucargada del farol de yas hablo -apoydindose en su largo’ mechera) Prox Runtn,—2 Quidn fueel indino que ahoge ta carided, come si fuera un gato surnuio? San Panny.—/Vo debe preowuparle, La éaridad ¢s sufrida y bendvolas sin caridad, ta voz dot hombre seria como el sonar del bronce. (Quédense todos inméviles mientras al aseritar, al. paso que la luz se apaya lentamente, vuelve al uso de. la palabra) El eacritor quisiera peitir a tos Reyes Magox que eon- cediesen sa viltima margen ie confianza at hombre. (Un-rayo violentisimo iliumina la escena ) Homeno.—Ds cuantas cases cespiran y andan sobre ta Merra, ninguna tan digna de listima come el hontbre- Cusrixa pe Surcta.—) Vo es cierto! Houscio.—;Calina, seforat Los hombres na somos sino paleo y sombra. Gusnwa ne Suecia.—; Noes cierto! ~No ye mil veces nil ite nego a udmitir lo gue ustedes dicen} Puxto-—Perdén, sefara, tenen raséu mis colegos: nada tan miserable ni tan soberbia como et kambre. Curstixa, be Supcia.—pUstedes. no quieren eritendermé? 7¥o amo a tos hombres no porgue sein fiombres sino porque no son nuijeres | Hourno, Honscto y Puxio (a tres veces y al nempo}.— Ald usted} (Retumba el trueno mientras el eseritor intenta ¢ontinuar) Si, a pesar de todo, ol escritor se permite pedir a fos Reyes Mugos qué ta humanidad ceje an su macabro peurito de acogotar al hombre, £1 escritor quisiera qui~ tarle le razén a fpicteto: et hombre; st te dejan, es aigo més que un aima ridtcula yue Hevw a cuestas un caddver. Los Reyes Magos, a veces, regalan el. milagro. Goh Gy EL TALLER DE LOS RAZONAMIENTOS AMERICO CASTRE «THjodalgos = Un injorta. simitica on ta vida espaiiota JORGE, GUILL Pousia de San Juan deta Cruz <«Hijodalgo»: Un injerto semitico en la vida espanola UANDO SUPUSE, HACK ANOS: QUE LA vA esPAxona (su tatructura, su funcionamiento) vra un singular resultado del entreluce del los mubulianes y los judios. muchos fondnienos del pasado. -entre ellos: algunos lingitisticas— comenzaron a tomar uapectos distintos do los hubituales: Lo occidental y lo oriental de Espana apareeian entonees en una forma incompatible con la visién tradicional (rétérico, anec- de los cristiano# peninsulores con déticw, sentimental, ya voces mendaz y torcida). Le gurigse es que algunos que esta mi iiterpretacién deta realidad de Espatia cs ina opinién tun vélida come [quivers otea de las que corren por whi; hay ineluse quien hablaode ser ésta ona posicidn «desorbitada», mientras otras talifican de lieratnra. de cosayo literario nd seicniificus, este intenio de hacer retornar la vida ¢spanola a los causes auiénticos por donde en yerdad disourrié. Muchos, en cambio, siguen mirendo como céientfficos un ipo de historia, que empalma com la de dan Rodvi vw ie Hada, en el sighe xu, @ identificna de de los espanoles can ln terra sobre que han caminado todos los habitantes de la Peninsula on cl pasado, de. esperar que la juveniud del futury ae dé cuenta de que algo inadini- aible hay en unas enictodoss dé histeriar, que llevan a en roncientia de.éspafolidad, a los habitautes de fa Cueva de Almira con quienes hoy, ew Jim: ondicioo hunter 9 oltas-euevis santand¢rinas, fabrican el quesn de Cabrales. Conseeurneia de tan vieja dist: es considerar como espiitoles (tahulosa y legendariamente) a romanos, godos y musulmanes, y oscamotear, por el eontrario, euanto los espateles tehan a su donvivencia de muchos sigtos von -musulitanes y judias, Mnire otras cosas. ef fendmene fnsdlito @n Oceidente de habeyse. fundide las noctones de Estado y Religion. segim sigua aeonteciende hoy en {os paises muaniimanes, en Istael y en la India, El tenaz fanatistna de ciertos historiadores Nova a cerrar tos ajoe-al itcho de. que, si los iberos, fuesen espaiialer, entonces los coltas de ja Galin serfan fen etrusces serian italiinos. Mas In fa es elega a razonamiento, Coma resultado dé la iden de que muchos modoa espanoles de expresarse, de pensar y de proceder en la vida son resultado de un trenzado cristiano, iskimico y juduico, cai en la cuemta de que hijo d'alzo, “persona de noble Jinaje’, ne eahia en el sistema expresiva de Jas lenguas romuinicas:: renin que ger Una expresién hispano-ortental: alge en eostellane Y portugués ontiguos significaba bien material. fiqueza, Item moral’: no ae entendia, por consiguiente, que un objeto material 6 tuoral, por bueno que fuera, pudiese-sur , —— Ni tengo competoacia, i hace falta para mi propé- sito analizar la instiiucidn del de tueim, tan) presente en [a literatura rabiuiea dé tos primeros sighs de In era eristiana. Porg si ca indispensable recordar to dicho en Jas Partidas con mouvo de fos «homes de buen Jinage»: «Tt porque éstos fuerin escogidos de fuenos logares et algo, que quicte tanto decir en lenguage de Espana como ‘hien', por eso fos lamaron Jijesdalza, que come fijos de bien... Los fijosdalze deben seer esengidos que vengon de derecho linage de padre et de abuclo a en Gl quarte grado a que lhwman visabueluss (Il, 21, 2), a La definicién de las Partidas suena n jerigonai, ‘ai se pretende interpretarla desde puntus dé vista latino- romanioos, De ahi mi empeno on hallar, en poner en loro. su base semitica. ya que esas frases de las Partidus sélo pudicron ser eseritas. o por un. hispano-hebréo, o por un hispano-dristiane semitiznds on cuanto al modo de ver y expresar la realidad de an fendmeno. humano, Que gea lo uno. o lo olru ce indiferente paca mi propdsito: Menéndez Pidal hallé, antes deesta definicién de fjodalzo, dos préciogas meneiones dé aquella jnstitucién imusstra atanio 10 6 por Menges Pidal, @n au vouibuliriy de) Cantar de Ae Cid, 1995, p. 689. 1S nabiliaria, una de 985, y otra de 1020: cfilii bene Shijos dé los bien nucidon", Kin inte bien. ya hay una referencia a algo que no es conexidn hioldgica, la eval aparece cuando se dice «los hijus de los concdes, de los ya nobless, ete. EL jen, como los buenos Ingares icién de las Poritdas, apunta aw algo no hiolégico; no cs humana, +oecidentalmentes, que wna persona’ nazca de un solar congeita, En los solnres nacerin plantas, o sobre ellos ac editic pero de su tierra ne brotarin himbres en « occidental. Eso aconteee a Adam, labrado con be dein tierra por el Divino, Alfarero.. El mismo sentido senuitico rofleja’ lav expresion arahe antes citoda: «hija de casas, ‘mujer noble’, En la expresiéa , en . por huber sido vistos asi par quienes: en ese caso, contemplaban la yida en torno con mentilidad hebrea. Eo Iu definicién de Ins Parsidas ya esta formulado el programa de lo que siglos adelante natorunes, en la de ran casas. nuns se llamaria climpieza de sangres, —noble, hidalge, ber tovim’ do cata pura. Lo que en el sigh x aparece como requisito para pertenecer a {a clase nobibona 16 (i se volvera noc Wy en otros Iygured dle Burnpn)s el siglo xvr y fundamento de ta vida espanela al centvar en la purezo ral La cousecus que ta necidny o ssa Ln rauén del pxpanolidad: cia de |e ant ors ayeriguaciones es luna! yedueativa de Jos Iispano-hehreos solve los hispas crisfiunos es mis antigua de: lo que yo pensnba, Lo hebreo fue tainmindose en Ta vida yen la civilizavidn hispinicas, por lu visto, asi simultaneamente cor tp islimieo, ;Cémo antender sino que fa denominacién |iisica de la clase noble entre hispano-eristianos provera de modos de pensar tabi- aicor? Li acoiin cducutiva de aquéllos ex) Ja corte ¥ entre Joy nobles (sabre la cual poseemos testimno: mucho mis tardios), debio im 8 iarse ya en -el siglo ox: Pere conecemes mul 1a intimidad del pasado espanol, y la resistencia pisiva y el mal humor con que suelen ReP Te retri hidis Jas auteénticns vdticias sobre aquel pasado, san y obstrayen la tarea dé acabar con tas fabulas y tradicionales leyendas en que anda’ envuelta la histe fiogrutia espaiola, No entiendo, por otra parte, por qué hia de ser considerada como pesimista y amarga la visién verdadera y versz de sGmo.se formaron y obraron los espanoles, y seomire en cambio como «patciéuens y alentadora [a pateatia de que los eepatieles Inn side nos suropeos como cualesquiera otros; que tos judios fueron simplemente une cruvles usurerus merecedores de trituracién ‘inquisitorial que los amuaulmanes del Al-Andalus eran espatioles lo misma que los eeltiberos y los tortesiog, etc. Ea ceguern login ¥ la axinlog som tan terrihles come ta fisies. It Eseribin Unainuna en 1895; «Mientras to ea lg historiy una confesisn de un enscyy de concicneia, no. servird pura despojarnos del pu blo yigjo, y no habra salvacién para nosotros». Cuando hace anos usé » de vonciengia» —con ol sentido de «essure ca ly obra de Montuigne— a0 recordale que Unamuno hubiese usado esas palabras en Ln terme al casticismo. El Evan y Unamunu” traspone ial idea a todo un pueblo Confesemos sin repara que la forma dé. yida Hamad espunola foe forjada sobce el ynnque del tempo vital por el mactilleo de tres oreencias. imixima dimension yo Ia expresién consay habla del «hombre: viejo2, de (res custia de ventes, Antics de eso hubo sobre ta tigrrn de di Peninsala gents euya identidad ¢ historia se conoce: y mal mientrag insistan en Uomarlas espa~ folas. Tinagin se lo que daria ef estudio del pueblo Creoia ai se ma concienciy etrusco o/¢! de lox linbitantes de li Ma, empediaran de italnnided que aparee Toscana de lox Medics. En lugar de referienos a ilusorias tendencias ibéricas en la vida espanole, observemos como han sido en realidad el horizente y los cstimaciones, presentes ¥ actuantes cv la conducta de los auténticos espanoles. Eis notable, por ejevplo, que al ser abiertos [os sepul- eros del Real Monasterio de las Huelgas de Burgos, Manuel Gamez Moreno encontrara que reyes. principes e-infantes habian sido: enterrados en bastantes ensos cou. vestinientas musulmunis, exornadas con inscripeio- nes en sedbigo. Aquellos yestidas y preseas eran obra ltalia en suponerles dau en ci communi» o en le de artistas, de la zona meridional, Observa Cémez Moreno!4, que si uno de los polos de la vida eastellana era Burgos, centro de entreeciin europeas, el otve polo de aquella ciudad amoiban a rabfes y maestros judias «para lagrar la curacion de sus enfermedades, o para veonfiarles la educacion litera o cientifica de sos hijos» (2 Danvila; Bol. dead. de la Historia, 1886, pi 366). Fsa costumbre debia venir de muy sntigue, pues ain -suponerla existente no hubiera sido posible que alguien, cou hené tovin en su mente, huobrere podido: deslizar su (waduceion eastéllana, joe d'algo, ew un metlio cristiano, con “suficiente autoridad y preatigio para hacerla general. No hace. falta gron fantasia para imaginar a los maestros judios (rabies o médicos) ac- tuando en laa wasae de los nobles come eighis adelante harian lod jesuftas, moldeadorea de la inteligencia y de los gustos artisticos en Ju épaca Hamada barroca. Don Joan Manuel hizo eseribir-en su testamento que si 6 médied judio: hubiese sido cristiano, «yo sé lo que yo en él dexariie. Pero nos falta suficientes documentos, y tal vez no haya sido bien explornda en Espato |e literatura rabinica y sus. texios legales; 20 E: mencion de judios en ta literatura castellana, ya apa- rezcan aquéllos caracterizados como gente adinerada (cosa esperable), y también por su tendencia m la sentericios® y moraligante: «no qui aver trae monedado>, Los judios Raquel y Vidas. en eb Poema del Cid, s¢ explican asi que el Campeodor quiera confiarles ef fesoro eneerrada er) las arcas. El juglar que compuso el Poem era persona de elase humilde, y se complace en contar cdimo el Gid tima vilmente a los dos irispano- hebreos: Pero es también eutil artista, y sabe expeesar como Raquel y Vidas razonan dentro de sf sobre los motivos de un acto humane importante. para ellos. Razonar, suber de las cosas mareriales -y do {as intan- gibles: ésa fue la via de seduvgién y de provecho practice por la cual el hispano-hebreo se doslizé par entre fos resquicios del alma hispano-cristians. Por esa via los bead tovim se transformaran en fijos d'alze. notable, sin embargo, que en la mis antigua rme sin sospecha AMRRICO CasTAD, Uatwereliy uf Califernia, hoe Angties, Califarnin, Enoitos Uriias. 21 Poesia de San Juan de la Cruz A ia memoria de fean x Joseph Keruse Nines (oerk ‘ageaRion “nsniaal Hoy (UNA) AbmesiSs) Nike Juan de laGruz., Gierto que su obra em prosa, muy importante, ha contribuide mucho ao la uninime que Sai faina internacional: gloria én lu tierta y en el elelo- Hasta su nombre se traduce, y ningin éxito mayor: Saint Jean de la Croix, San Giovanni della Groce, Saint Joho of the Cross), Santa.Teresa y él con sus nombres traducidos son ante el mundo —y nadie lo ignora— representantes mdxinioy del gran misticisnin espanol det siglo xyr. Un cre convierte en una experiencia mistica. Esta experiencia nts empeno ie concentracién celigiosn se sé comuniea de dos modos: en unu exposicign doctrmal y en una expresién poétiea. Vida, doctrins, poesia son Tos tres eireulos en que se desenvuelve San Juan de la Cruz. A una explicaciéu bastante amplin de lw doctrine corresponde. una obra poética muy breve. San Juan de ln Cruz es el gran ponta mas breve de la lengua espanola, acaso de la literatura universal. Bejando a un lado tas eomposiciones de ourenticidad discutible y algunse de menor interés, San Juan se condensa en siete poesias: ung pléysde suficienté. Nadie mas lejos del rimadar profesional que aquel hombre,.Sin embargo, debid de 2 escribir mis de lo que conocemes. No es posible que ln Noche ascure. vl Cdntico expiritual figaren entre las primicias de un novel, Pero la poesia no flegé a ser ninct la tarea eminente surgido de una vida consagtada al afin eeligioan, euyo nombre. plena an es dtro que «santidad», Ala eumbre mis alin de la pocsin espanola no. asciende un. artista no algo superabundante, principalmente artista sino ‘um /santo, y por el mds riguroso camino ite gu prifeeciéns y la Nacke oseurd, el Cintico spiritual, la Linina de amor pine se deben a quien jamas eserihe el voeablo «poesia». Es curios: a menudo San Juni recurre « términos procedentes de los offdion y Ink aties, y dimpled eretériens , emetéfora>, sestilo®, ¢Versox» yootras palubras del mi ister literario, En un pasaya cpogta» se aplica al autor del Libro de los Proverbios (8.1.4, XX, 6). «Poesia» no aparece jams. os, de dquella historia, quizd la mas alta sulminacién de ‘Trea poemas emergen, acne ‘Tres poemas nuestra poesia: Noche oscura det alma, Céntico espiritual, roy entender esos nant poemas, se los podria abovdat direct fuesen anéniman, puro sf pasponiendo ta informacién que podria allegurse en tortio a esta pocsia; circunstancias histéricas de génesis, significado trascendontal. Seré ya un buen vjeretero “de eriti aacétiea dejur para mas tarde Ins explieaciones ‘del santo yatender als obra como «i nada supiésemos del eocritar, Después, cuando a la lectura suceda el eetudio, sera el momenta de constdérar las vertientes’ mo poétiens de Ja obra. et surie Llama de amar view, Para mejor sent textos em Mente, no come > ie 28 tT 40u maravilloses poem hes propon oomas bien, qué son estos tres No hay dada::en seguida sabemos n. Sin posible nquivalencia: se nos inpone eb texto orjwinal, Na es on que lo esario insistiy en fa mds obvin eondicién de la palulra pogtiea: su unidud de sentida y sonido, El ung no existe sin el otro, Distintos por ubstraccién, se nos ofrecen como una solu energia, “a la vex alma y cuerpo. Es ya popular aquella frase de Mallarmé: «No se haven versos con ideus sito con Palubras.» 7 Exacto! Y cuulqusera iqterpretacion forma— liste, wunque fuese del propio Mallarmé. seria errinea. Porque la palabra del verso también os iden —con toda una-cotstelactén de asoviaciones, ulusinnes, sugestiones. 3i a sadministra nistrations, . Y la profunda pax del amor consumado. —«Alli quedé dormido>— se abandenaal ritmo lento, cu une atmésfore de hermosura y goce, Duermu 4! enamerado sobre eh pecho floride. Y ella le cregalas.. Ningtin términe mas delicadamente voluptnose.. La decoracién, robusta y gra- crosa -eventalle de‘eedros>, oriental, biblico, «aire de eastellano— no se limita a su papel 9 ¢ ecolabora em Ia aceidn: ef cedro-ventalle fa almenas, medieval tleeor abaniea: el aire de du ulmena es ya una mano que suspende Jog sentidos, mds atin: que hiere el ocuello de la muds, Tal violencia deb therirs, que habria podidé romper In armunia del momen , queda’ sujets a esa armonia, y toda lo absorhe un amor abgorto ¢ fi mismo, consumada. Lo manificestan con reiteracién creciente verbes negatives de ereciente anulad eqite= darses, « seompaia wn immediate dicctén irreduvtible, (Todo intento voluntario de juste: o encaje, toda ol ansia por componer estropearian o anularian la iliminacién del pacts, entregado con torn! pasividad a pu musa, o dicho con pretensiones cieciti- fieas, a su aubconsci ) Ban Juan de la Cruz no eae 30, In hevejia de| quietismo mi buseanda el tesoro ni 0 rien mostrar su hallazgo. El poema se erike ¢ fa mds suttl arquirectara donde cada pieza ia sido trabajada por el artifice mas cuidadoso de aproximarse fla perfeecién; y la porfeeciéu artistica se atina a la Mapiritual,,, . La pagina os admirable. He abi proclamada Ja esen- cial inefahilidad de |a . El amor mo pide decirse, no puede. fablarse, es: inefable. (Como el lengunje exige tantas condiciones Idgicas, algo de Io que no es pensamiento racional no encnja ven la frase o el discurso.) 3:° De esta inevitable inequivalencia se deduce la necesidad de Ia poesia. A la expresion del amor se le egeapa su objeto. Pero en uni tentitive parcial sf puede aleanzérecle. yCémo? Apelando al redeo pottica; y asi, con + figuras, compa- Faciones y semejauzas> se gugiere algo de los ene a edislate>. Un pooma no es nunca ua edicho puesto un razdn>. 5.° Por eso no puede ser entendido ni explicada del todo. Le comprensién del poema no agota su contenido. A la esencial inefabilidad corres- ponde una esencil imimteligibilidad. San Juan de la Crux mo pretends sujetar lu ccancién» a su edeclaracidn». El comentarig se presenta modestamenie sin propésita de dominar el texto comentado. Gonsecnencia: cada lector entrari 4 sus anchas por la poesia: «Les dichoy dé amor'es mejor dejarlos en au anchura», Son muy oumerosas las ocasiones en que San Juan de lo Graz alude a Ja imposibilidad de conducir hasta el nivel del verso ovde la prosa tal estado de espiritu. — afectan al sentida, y por esa no son rebeldes a la expresion. Pero (NVIL, $) sendin bajosy: cortos y en alguna: manera impropios se trate son todes los térn de Jas coeas divinass, siempre secretas. Lo ininteli- gible es inefable: «porque asf como mo se enticnde, asi tampoco se sabe decir, aunque::. se sube sentir> (CE. VII, 10). ¥ envel prélogo deta Llama: «loespi- ritual, excede al sentido, y eon difivulta:l se dice algo de Ja sustuncia del espfritu porque también se habla mal en las entranos del espiritus. La experiencia es tan diferente de la expresién , se mantiene a una incomensurable distancia de aquella historia tan por dentre vi Nadie tal vee bw ido mids lejos que San Juan por ese camino, Nadie lo ha analizade ¢on maa profundidad en sus Cuatro yolimenes, sobre todo eo Jos, dos primeros, tan audaces, tan extremosos, tan feroces: Subida def Monte Carmelo, Nocke oscura def alma. San Juan ae enttegard a su voracién, Ia mie atre entendiese con gran claridad: log principios opurstos a tal empresa: , Alirmacién tajante, Pero San Juan la comprendia a au modo, y oo vacildé en lanzarse por esa via sobrenatural. 0. ¥ por eso, ne ida, aunque salir fuera te los 38 Atoniéndase a su tradictén religiosa. y refarzando las indagociones’ personales con eitas de Jas Sagradas Eseri- furas, o sta, sin oingdn abandany a posthles ‘desvios de in ortedaxia, San Juan nos relata su ascensién hacia ‘Dios, hasta Dios, la mis penosa que el hombre haya intentado. «Todo lo que Ja imaginacién puede imaginary el entendimiento recibir y entender en esta vide no es mi puede ser medio practicn para la, uniér con Dios»: Ante la propia inteligencia del favarecido permanece seereto lo que siempre esta mas alla de toda, intelvecién ‘elura oy distinta: «nunca te quierss satisfecer en lo sque entendieres de Dios sino en lo que no entendieres de dl» (CE, 12). g¥ mo hubrd en ol camino hacia Dios ‘algunas revelaciones que se lampoca n disfrax imugi- oleexein # fi eimaginative 0 fantasia»? eno sé communica Dios al alr a mediante alge nario, o-gemeyinazs o. igurn... 31 boca # boca, esto es, en esencia pura y desnuda de Dios» (5. 1-2. XVI 9). Bl alma va anulanda «las formas y fantayias de Ins cosus*, sensaciones ¢ ideas, todo Jo que Jean Baruzi lama -y reme fervor— elas apr Horo a este gran amigo con yerdudero hensiones distintas», (Segim el propio San Juan, cintéligencias distintass, Ll. II, 48.) Ni lus revelitci nes $00 ateptadas con gusto; emda preciosa delante de Dios una obea o acto de voluntad hecho eu caridad que cugntus-visiones pueden tener del cielo, pues dtes no gon meérito mi desmé servirin lus-clocucioness oidas duraite la oract muy eepirituoles que faesen. Son J tas visiones, revelo 6%. Tampoco n. par mi insistes «todas entas del cielo mies y) sentim 39 no yalen tanto como el menor vote de humildad>. En suma: cesto puede éstorbar mucho pata ir a la diving unién, porque aparta mucho al alma, «i have caso de ello, del abismo de la fe. en que el entendi- miento ha de-estar oscaro; y osoura hai de decir por amor en fe yno por mucha razény (S, 1. 2; XXIX, 5) Ningtin qistico md: severo, mde desembarazado de anéedotes sobrenaturales que San Juan de la Crux, ton @puesto a toda suerte de representaciones. siempre temeroso de que fas suscite el diablo y stempre hostil aun en lo hipdtesis de que las inspire ta Divinidail, 2Y para qué detenerss a distinguir si son domonfacas o divinas? Concluye el santo -a rajatabla y en tone casi Impacionte: «Purs con no liacer caso de ollas, uegindolas se exeusa tyde eso, y ose hace Jo. que se dehes (S. L. 2, XVII. 7)- Hay que destigarse de las cosas y las eausas para Negara ta mera Causa. se hace Dios spor participaciéns, Definitiva «noche serenas, término de la otra noche oscura: ea In , a Dios (A. y 8.52), desde los desposorios al matrimonio espiritual, Enronces el-alma es eun paraiso de regedio diving» (Ll, Il, 7) y ‘eon gran Sacilidad y frecuencia desculre el Esposo al alma aus marnvillosos Secretos. como su. fiel con- sorte... Comunfeale principalmente dulees misterios de su ag —_ Encarnacién, y tos modos y maneras de la redencidn humanas (Ibid, XXUL, 1), Enecarnacién, Desencornacion: absolute cireulo. «Porque. alli ve el. alma que verdade~ ramenta Dios es suyo, y que ella le posee com posesion hereditaria, con propiedad de derecho, como hijo de Dios adoptivos (Li. Ul, 78). Ast Mega a su plenitud la vida mistica: gradual y muy larga y muy esforzada operacién de entusiasmo. . Y chalbueirs signifina cel hablar de los minos, que es no-acertar a decir y dar a entender qué hay que deeirs (C.E. YI, 9. 10). San: Juan de la Cruz 6s el menos infantil (le los. potas. Lu poesfa no puede ser ni un halbuceo ni-cuna mera: interjeccrén. -Aunque la inter- jeccién, palabra sin contenido jutelvetual, convenga muy Lien al fondo indecible: ctqueriendo ella (el alma) decir nv lo dice, sine quédase con Ia estimacian en el eorazdo y con ef encarecimento en la boca por este término oh, diciendo; ;Oh cauterio suavel> (Ll. I, 5), FONGE GUILLEN {Canetiaini on 4 pristine admera), 4h EL HONDERO anit a el vara, Sanvawow Huxoa EMILIO. PRADOS; Acepiacién, te ta palabra . PERE, QUART; Das paemes * JUAN RUIZ PENA: Realidad y otros poemas Aceptacion de la palabra [ Temeroso entra ef dia. Su violencia de ayer, lo acompané hasta el alba. Alli, lejos, alin puede verse en luminoga brecha piitpura cuajada, el tirén filtime que cered; que aisld an sangre. La dimioota ma va perdiéndose poce @ poco, absorbiéndose a si misma Quedé en el monte el dis temeroso, y temerozo sigue. Oscuras nubes, que ain no comprende, entierran su lenguaje Palpa ‘ciego por él. No se pronancia: no ejeouta, no acepta esta costumbre inesperada... Un mendigo de luz va siendo el din. Y toca, toca... (Un arbol sube a él... jYa es un béculo de ciegot) Canta un gallo —es el alba=, ucha el die esta vex maw abajo: casi en tierra— su habitual saludo, y olvidado de su temor —atin ciego—, avanza. Se hunde, sin pies —ain tus—, el dia. (La humedad del sembrade culpable ain oo nacido calma el dolor del golpe y lo aearicia.) ;Comprende el dia al fin eu nuevo nombre! Se alza de tierra, sobre el drbol Mama, 47 una y otra a las nubes que lo asombean... ys en oculta ceunién, su nombre ontraga. {Liquide en tierra estd deenudo en Huval ea} u Se aecrearon los arboles, Cayaron. Se hundi¢ren bajo un debol de une en ano. Los pajaros, el lugo, las estatuas desconocidas de su wombre, el bifolo y la pequefin lug del ojo alerta del venada, empnjahan di uno ea une —jefes del bosque kneia ta reunifn. El aie, casi abierta por el Frio del alba, compreadié, quiso ayudar, se apreté a golpes, ealentd nl deseo central, ain limites. ratrocedia tro mas dificil dentro de él] mismo al ci =a la unidad de un tiempo en punto—: el firbol- ¥ oul gran rebato det aile: id puro, sin aprisca, en vl hate es ‘oumbre, poreién minima aceptada eo amor ejecutiva lumbee sin. tamano: Fo peso incognaseilile, el que adimiraba el externo fluie de esta belleza, arde también, iucarporado, oculte, Ahora, el arbol —completo-: esti vencido: Conservader del bosque fue nombrado y; pierde pie, se oculta él mismo al bosques jarhol yisible cs del silencio puro] 48 mt ¥ Ilegen, mo preguatan: Se abre un rumor,,. Caigo hacin mf. (Me oculto.) Iv Alguien viene contando las distancias del cuerpo que no fui. Yo enento el niimero exacto de sus pasos, no al sonido. a la ausencia continua que me artastra de lugar on lugar y va acercdndome, como en un hilo, al mar que afin mo es mi rostra. Ya casi en él me pierdo. (Es media noche... Lejos de mf cabalgan... Loe latidos de la ausencia en que estoy, se scompasan 9 cop mi constante huir.- Alora, al silencio me abandonan | Huérfano soy! (Mi némere, sin mi, cubalge inmensa comrpanin, que, empieza a ace mi rosize, en lo dejado,) Vv Desconozeo su nombre, Mi costumbre, un dia y otra dia, desde lejos =-anos del mismo sitio—, necesano lo encuentra siempre al alba. jComo ol sol} (Desnuda esta Ia historia de la noche, tirada cn un minuto usado; hollejo, que ain palpita y enciende sus jirones de: terror —hacha oscuta— hueca Mana. Ahora, 9 herencia de um planota al dis. De mi. Y én mf. Conmigo hacia adelante. Es facil. Cada dia me separa -ain ¢ortar— en coda dia. La sombra =el hervidor combate maternal que me resume— en mi mo va dejando y es tierra que sestiens en pic mi rio.) Me despierto... La luz cede a otra luz, en paralelas r4fagas de un juego que mo habitn. Sondmbulo renazeo Me incerporo otra vez desde mis. ojos. La ventana esta obierta... Mi-costumbre es nacer dia a dia siempre en ella... Hoy tembién, como al sol, vuclyo a encontrailo, Desconozco su nombre: No pregunte. Nadie podrs saberlo. Ni ya iniame puedo habitar la lengua que proouncia, cotdiano, ante mi. Lo miro. y:miro,., ¥ adlo de este modo —ejecutandome del tiempo ante su vista, me acompaiia. Pienso a veces: tul vez es la costumbre de mirur siempre a Gt la que lo -atrae.., (Abierto frente a mi, muy cerea csté: hoy mda que ayer su nomilire desconozen. ) VI No liay sol. lumensurable, ua iris se sabre, sobre la tierra lana en abanice, y cubre al centro de él —abajo— al din. Ahora, emorgo despacio, y va cumpliéndose et naturel progencia insospechada, Ciroulur, hacia denteo —al rojo disco que atin soporta la vista detenida—, completo el ancho espeetro de su pulpa con ‘suavidad se acoge’ en sdlo um brillo, Del fruto terminado -roto el limite 51 que resguardaba al sol—, maduro el dia sale tejido inmensamente densd. | En él, con Ja aparicncia de una muerte I =agna oculta del iis de oma herencia—, la luz n6 cambia, Entera esta en el cuerpo que siempre tnye: y vive aqui presente. VIL 1 Ie'o volver o estar como en desticrro, no cs huir nmi ampararse empohreeido. Ni estds alli ni vienes de regeeso, ni prédigo de ti te has transformado, Permaneess alli y aqui completo: vives toin! creacién en tu riquezn. Sélo en nostalgia de lo extratie ajeno siles de ti, constante peregrine. Sales y yuelves —entregado entero—, con sed y con cansancio a tu heredad. Tu anterior paternal te aguarda inquieto -en él tu sfmbolo ya fue pesado—... Y éntras gqué ves alli?; tu propio cuerpe que sale ajeno a ti por ti: por él. gTe admira su’ pobresza?: Rico -externo, tu capital perdido—, es su valor, glo vea?: Prdédigo cstés en lo paterno que, salvado por ti, salé oa nomberarte: aY dénde?: Eu econfusién fuera del tiempo te uniste a 1) mas nucvo y peregrine. Wy volver es sdlo in movimiento aparente, en th estar siempre constante, 2V aquel desticrro?: No hay ningda deatierto. Relaciona' jo ests una presencia. 7¥ Ja nostalma de lo extrafio ajeno? Arco y flecha on que cuajan tus sentidos. (-Aparecido estoy en mf de nuevo: admirindamye al yer que por ti paso.) Vill (como xsas aves) Siempre al atardecer. No siempre pagan. Durante el dia sé que. estan allf sobre el agua y debajo de ella. Un arbol sobre el agua; un drbol bajo el agua, 53 54 ceden ls permaneneia vegetal del centro neeesario. parn el limite que, on su eemeralda esférica contiene total, fulgente -interno lo exterior, aéneavo el mundo del reflejo— un sitio, alli, en el lago -aqui bajo mis ojos—, donde me pieuso, donde estan pensando hacia mf =rfo en rio en dog origenas del agua—, el solo origen que hoy contempla =que cede en mi= ta admiracién de un yueln. ‘Siempre al atardecer. Durante el ita -aqui hajo mis ojas—. sobre e! lago, centrados en su vida permanecen. Tnmdviles. Mora tras hora inméviles: (Relacionando alli mi pensamientu-) Foy los yuelvo. 9 mirar, No sionipre pasan. La tarde esta caliente. Lentos, Lentos; Su. pafio. gris, sole el cenian rojo, es silencio a compdés de sieno inverse. Altos, No sulos. Lentos, En presagio deshecho en otra-edad pasada, aignen —olvidades por él— en su ruina. a¥a pasé el limo?: La noche empieza... Y cstoy en mi ventana entre Jas aves, ({Hago unidad en mf tantas ausencias!) Centrado el Iago en su cemeralda inmévil pausas de eterno en flotacién levanta. (zOrigen de! recuerdo?) Lento, lento, ‘Io que va a serilo que no ha sido, vuela, No siempre pasa... (7 EL movimiento’ es signa?) * Fstaba en mi ventana.—jSoy el huego de una fruta fecunda? He terminado?, Mis dos historias naturales caen..- Se obrié mi pulpa... | Vuelvo ase principio! IX -Aquella noche -quiete cstabas— a despediree bajé ol tiempo. (No pando: gery: taclayenis =cuerpo real de lo infinito— ‘eabalganda por ti -ti, immdéyil—, Yevantaba a los muertos: «jVamos!#... Un ommndo entero te seguia. Y salié el tiempo de tu cuarto. ‘Sin rumbo cierto se perdia. spVamos!» —y era tu voz—: <] Ven!» <]Pronto El tiempo o ti se unié. Ta, inmévil picnsan los) poctas y sourfen, inedmodes, equiyvocos, mientras s¢ hurgan la ereja con dedo convulao. Y todo ello es bien poea cosa. Realidad y otros poemas REALIDAD Pare Angel Crespo Realidad, oro del mundo, eolor, ruido, perfil y amarillo final de un café, rama yerde asonindose sola, globo rojo de In esquina, del guardia charolado que sonrie a esa mujer morena de Ja chaqueta roja y ealuda al obrero. que sonrie también. Que es sol de todos, esta manana, la valegria- Realidad, almendra lueiente, vomo luz tros la [ampara arde dentro la vida. VENTANA Tras’ el cristal, alld, paredes grises y un pedazo de cielo, tejas, plumas de gorriones; en da herreria el fuego os un deslumbramiento que pone un no aé qué de aténito en Ia calle. Algo intenta escapar y es humo, erepisculo o vapor: un puro) comtemplar de nubes albas, dgiles Piercnas alhorozadas de alugres muchachillas, otéreas flotando, blancura leve y oro, como una tube blanca navega la ilusidn, &T TERRAZA ‘Ferraz, aoledad . amarilla, la noche, olor de rosas yomtisica de agua de wn ‘surtidor, el alma goza sa paraiso por un instante, : asciende hacia el azul nocturno hervoroso de estrellas, - plicidas, delicadas amigas, ol silencio de! braze, una cetela de oro sug pisadas de luz. HUMILDAD Brizna de hierba, briana alzada, sostenida por su propio temblar, por la gran alegria de vivir, en yerano naturaleza extiende su manto verdiazul, ta brisa al desplegarlo exhala Juz, aroma, dicha vegetal, en el seno ; del bosque; drbol verde, débil brizna, toda un mismo rumor, alma o chasquido; vida, 69 Gener Mola, 4. Burgon. vi) ROMANCE DEL SONADOR A Camilo José Cela Esperanza es alegria, es un duro caminar por el paramo, por roces desnudas, un atajar por una vereda viendo um azor negro volar. Es iin ir entre los chopos escuchando el -murmurar de las hojas, es sentir la helada aguja inyernal, mirar a una urraca azul la nieve picotear, Ser polve en Ia tierra seca observando el revolar de ona bandada de tordas de Ia aulaga ‘al carrascal, Con la sombra de imos alamos por un rio navogar, andaluz solo que un dia vino # Castilla a sonar, TUAN RULE FERA YUNQUE DE TINTA FRESCA CARLOS BARRAL: Apostillas a «Compaiieras de viajes, de Jaime Gil de Biedma Apostillas a «Companeros de viajes, de Jaime Gil de Biedma Comeaseso of vermay pe Jaime Gus oe Brenua, a& astro muy de cerca a la lenta elaboracién de su libre. He leido ja mayoria de los poemas que lo componen, a veces ain términar, a voces on primerss versiones; he visto conetituiree fa estructura general del libro, haeerse el argumento, y, sobre, todo, nacer y formularse ta podtica ‘que organizabn lo eserito y condicionaba Jo que quedaba pur escribir. Por eso. irremediablamente pordida mi vir- ginidad de lector ante In obra, ao me paroceria honasto apuntar en esta nota a juicio alguno de valor o, si 52 quiere, propiamente critico. EI poder de conviccién de una nota erftica de caractcr informativo, es decir, acerca de una obra que ae supone que el lector no conoce ain, reside, sobre todo, en el hecho de saberse adelatitar a la posible reacciém del lector, prefigurando y facilitando su toma'de contacto con una realizecién literaria’ neabada. Figuracién desde luego imposible cuando se Gene una idea analitica, una imagen tadioacépica de la obra en cuestion. Mi-experiencia diferente me invita, en cambio, a poner a Companeros de viaje unas cuantas apostillas, un poco @ expensaa de mis muchas’ conversaciones con su autor en Ia época en que el libro se iba haciendo y otro poco a costa de mia actuales puntos de vista Titerarios. 3 1. Estructura . Comparteros de viaje relata un proceso moral, y, desde cierto puhto de vista, el proceso de constitucién moral de su autor desde la adolescencia hasta eu cristalizacién en el libra que Jo atestigua. [std dividide en tres partes que son otras tantas fases de ese proceso o, mejor, el reflejo de tres puntos de vista sucesivos segin los-cuales se plantegba ese desarrollo moral. Pere, si bien los puntos de vista se cuceden y cada parte se refiere a uno de ellos, la ordenacidn de los poems es puramente temitica 6 responde a otras intenciones. La continnidad histériea del libro eg fruto del tiempo —largo, como’ nos advierie el préloge— que se ampled on eseribirle. Tiempo que cambié laa ideas del poeta y su modo de formularlas, 2. Podtica Dos clases de pormas, dos concepciones. distintag del poema, diferencian lag tres partes de Companercs de viaje. En ta 1.*, en Ja larga serie titulads Lay ‘ofueras, y en Ja imayaria de textos dela 37, La historia paca tados, |a experiencia que sirve de ssunto al poema os expresada <¢liricamente>, como realizdndose. por encima de la conciencia. como totalmente asumidea “en au formulaciéa «tinicas, en el texto del poema. Pero, gi bien don poemas del mismo género, entre los de una y otra parte (1." y 3.*), ol andar del libro ba creado profundas diferencias, En Las afweras, que deseriben 7 la proliféracién intelectual y sensitiva de los anos de la adolescencia, y de una adolesvencia vista desde dentro, lo actitud podtica corresponde exactamente a la. peico- légica (aeaso el lirismo adolescente sea wna constante que haya que tener en edenta en Jn tradicién «modernas de la poesia). En La historia para todos, en cambio, poemas de tema ecolectivos, ¢l mismo punto de vista se: emplea en el simbolisme politica, Es evidente que on ellos Ja autonomis especulativa es. menor y que cl planteamianto tiene menos funcién determinante, La mavor parte de las piezas de Por vivir aquh bre (ode, Jas ancjores— parten de an supuesto poéticn diferente, Es como si en ellas 3¢ hubiera creado una distancia entre la yersién +liricas de una determinada situacién y e! hecho de contarla, y esa coneiencia narrative ‘actuase de segundo plano, critica, alo largo del texto, (Hs precieaments In frecuencia y la modulscién de ese plano Io que configura «! poems.) Asi, en los poemas en que Ia situscién se da como reetiendo, es el tiempo presente, el tiempo del marra- dor lo que introduce esa distancia, Eu otros es la matizacian do las cireunstancias, la duda o 6] prurito de exactitud, la corceccién coloquial, como, un signo de inteligencia hecho al lector por encima del texto. El poema anticipa una zona de Ja Lectura, sc la reserva, la propane, la equivoca. Naturalmente, la pre- sencia de ese segundo plano tiende a tipifienr el significade de 1a situacién plantenda. a quitarle unicidad y autonomis, « limitar y generdlizer sus posibilidades 15 do sentida. De heehu, cama veremus, gs trata de Poems con un argumento intelectual. Pero al mismo tiempo, de poemag Hiricos, segin la elasificaciéa tradi- sional de los génecos de poesia. El procedimientn, desde luego, tiene parentuseo won ol de da sdtira y los poemas de personajes. Séla que on éstos ol personaje es siempre el mismo poeta en situacién distinte de la de escribir el (pooma. Me: parece interesinte-subruyar las caracterfatiens de esta segunda clase de poms, principalmente por dos ragoues: ef primer lugar porque represcatan un métoda relativamente nuevo en la poesia espaiiata aetual, que lleva ya treinta anos de uspeculaciéu esti lista, y ademd=, porque sow un yehicule pr Apropiads para expresar expenenciag de prdctiow socal por lo tanta, Genen muchas posibilidadis de desurrallo dentro de una de fas tendencias que mis se hacen sentir on la patsia de nuestros dius. Y Jaime Gil de Biedmia se ha dado cuenta de ello. Ktica simbo- icularmente 5. Femdtica Para fijar de un modo simple la postura del poeta ante su tema, se pudiera decir que al protagonists de Las afuerus es ol persanaje de Por vivir aqui -y, sdlo més tarde, transformudo por Ie suya propia, cl espactador de La historia para todos: EL tema general de Lar afueras eo el proceso de especificagién de loa seutimientos, el raconocimiento 76 progresive de uno mismo en medio de tas ousas, tn configuracién de los mitos intimos, que acompanan el despertar’ de Ja’ conciencia adulta. (Las enfveras» son, ellas mismas an paisaje mitico, como die Ferne o die Entfermingen nu Rilke —aleuna -vez ee trarieforman en el texte en fejania—, son come Whit tisteriese terra de nadie. que ‘separa de la realidad inmediste el Jaboratorio de experiencia privada y egnista del poeta) Alecién Megado a cada poema de Iq mallarmeana Tdumea, deb oscuro, momento en que se convirlicron en intuiciones’ ccaai verbales fos materiales toduyia tibiss dé vida avericinsa, el pasta opera con el sentido cad infinitum: de Jos dates de en pricologia, Algunos poemas ds Los afueras: Mirad ta noche del adolescente, Recordaréis, Des ating auroraltes, Nos acojen las calles éonocidas, son expléndidas interpretaciones de sensaciones: Y procesos emotivos. Un solo poema, Amistad a fo largo, completa con Las nfueras la primers parte del libro. Se trata de una picza eserita aproximadamente en Ja misma época, en la que, de algén modo, esti implicito el ulterior desarrollo del volumen. En ella se dice a ¢los demfas la equivalencia de Jus vidas que cada uno gomtamos y ge prefigora el sujeto plural invocado en La historia para todos. 7 La historia para todos debesadplenitad de sentido a eu contexte immedistamente anterior. Sus poemas mis largos: La’ ddgrima, Piazza del Popolo y Desde lejos fueron esecitos antes oval mismo Gempo que los primerod de Por vivir agui, que, a au vez, macicrom ria de In necesidad de justificarios, de relotivizarlos, de una accesidad, ou suma, de estructura intelectual del libro: Gon los tres citados, la imayorfa de los que forman ese tercer y Glumo capitulu pertanecen a esa especie vaga de Ja poesia contempordnes que en Espana se acostumbra a designar con él apiteto «socials, e= derir, a in poesia cnyo temahasicamente consiste, en teoria, en Ia experionetu dy Je sociedad en que vivimos, Ew la prictica, en nuestro mundilla literario, cuandu alguien habla de «poesia socials, todus entienden que se refiere ata producetén de un eseridisconforme con la estructura presente de lo sociedad, tal vex! partidario de su trans- formaciéa revoluciona Oscurnm @8a podtica esoviala ¢iertas hegaiivas: wutiesteticismo, e, s¢ supouen a clerfsticas, sobru todo meth mo, preferencie por un lenguije lume... queson de ¢scasa utilidad para difevenciarla poéticamente wv oes généror de moda, Las mas veces, Ja apreciabls buena: yuluntad literoria & ideolégica de los que pretenden escribir poesia social se aplioa a.una podtica tradicional (de tradicion emodernas) y naturalmente veaccivnaria, (Obseevemos no silo que al simbolismo en sentido propio, lusta George y Trakl, discurre paralelo » las corrientes (le pensamiento irracio- nalista que, desde e! ltimo tercio del siglo xm, condu- cirin a Europa al naziemo, emo que buena parte de los poétas progresistas del siglo xx buscaron ul otro caming on el eultive de mitos —geogrificos, populares, etc.— que resultan a nuestros ojos igualmente alejados de la realidad inmediats. Asi, entre nosotros, el mito noven- taiochista de Castilla, In deanuda belleza dol campo que 78 nearna la miseria nacional, hecha motafisiea; ol duende meridional, etc.). Como es de supener, la intenciéa social» Iloga més cerca de su meta cuanto mds concreto y real es el pretesto temarico, Quizda éste sea el caso dé alguno de los poemas de La historia para todos, pero, como decfa, el sentido plena de elloa ee debe a la relativizacién, a la circunstancincién histérea que pera en el libro la segunda parte, su’ nieleo de Significacién, Porque, desde el centro del yolumen, Por, vivir agut decide on sentido total; aportu las cireunstancias y razones a la luz de las cuales debe entenderse lo gue on Jas otras dos partes se ha trana- crito directamente desde la emoctén, sin otro. vontorno intelectual aparenie que el estético (ya hemos viste que se trata de poemas de comeepeién diferente). Tin Ion poemas de Por ivr gut se otenta desde afuera, «desde ahoras, y como a un interlocutor que, cisamente porque tiené una historia ssencialmente paralela a {a del poeta, se interess por las cireunstancias ‘del relato; por sus matices y las motivaciones, el proceso moral que 6s tema del libro. Son poemas construidos alrededor de una angcdota «en tela de juicios, en los que la priotidad tematica se reparte entre la experiencia original y la segunda expericncia, intelectual, critica, del pocta que se representa tahora> viviendo wa determinnda situacién, que su: actual idea del mundo imserta en una realidad continua. Poemas de argumento histérico, en sentido propio. Desde un punto de vista desacostumbrado (simple- mente porque eacnpa a la tradicién estética romantica, red que configura nuestra mentalidad literaria), son éstos, sobre todo, poemas sociales: Pocmas cuya tema lo constituye la experiencia tipica, de un individuo: perte- neciente a una ‘clase’ determinada, en determinadas circunstanciag de Inugar y de tiempo. En ellos el poeta se enfrenia con situaciones de su vida que, por el hecha de: ser emotivamente parecidas a las que pueden haber vivido una mayoria de lectores dé sus mismas sefiar socioldgicas. ¥ lag realize sin detenérse en Tas veladuras. de misterio psicaldgice que nos hemos acostumbrade a considerar como sustrato real de une vivenciw lirica. portantes, son comunes; Pienso qué én una sociedad camo la nuestra, en la que Tos excritores somos easi farzosamente de extraccién burguesa; In postura temidticn a la que apuntan estos poemas puede ser, momentancamente,:una de las mis fértiles en le que se quiere aludir al hablar de poesia aocial, Estilistica Quiero hacer rdlo un par de observaciones acerca del procedimiento poético de Gil de Biedma, Una referente al lengunje: Se habla a menudo de lenguaje «coloquial», pero ered que, en general, se quicre aludir a Ja riqueza lexicografica (el poeta u Ta moda es mas bien partidario de la restriceidin del vocabulario). Peco lo que puede ser ecoloquial es el uso del lenguaje, cuando se transcriber: formas sintdcticas laxas, frecuentes en la conversacién; BO locuciones habituales (no pintorescas y supuestamente popularie); interferencias en la frase, fruto de ta aceleracién del pensamiento sobre la marcha de la expre~ on, etc. Ei: tite sentido el lenguaje tal como se. maneja en Comparieros de viaje es coluquial, mas, coloquial de Jo que se acustumbra en nuestra. poesia contempordnes, Pero, sobre todo, fa que aqui importa es que Ie medida, el aitimeru de la frase poétiea, no viene dada por Ja cxtensién de Ja imagen, de lo que e¢ quiere representar, sino por el mismo proceso de elocucién, No se répresciita un hucho, sind: su narcacién, En este sentido buena parte de Iu poesia de Gil de Biedma es intrinsecamente svoloquisls Otra acerca de ja tconomia de recursos podticas: La prudencia en la fabr in dé «hellos versor» y ante la tentacién de los morceau de bravure parece ser wna de las mds segurus virtudes de nuestra poesia en fos Gitimos Gempos. Virtud sumamente apreciable en una literatura como Ja nuestra, tan inclinada, o temporadas, a valutilizarse en los tornasoles y en la toisica de le longue. Mas todo tiene sus inconvenientes. Eo jos amo# cuarenta esa virtud tuvo su parte de responsabilidad en’el predominio de una poesiu correcta y aburrida (monétona, sobre todo; una poesia de sihin epigonia), Sdlo ahora, a [a altura del libro que nos ocupa, se manifiesta, sliada a una primordial preocu- pacidn tematica, verdaderamente activa. En loz libros mda recientes oo es raro observar un uso contralado de Tos tonos altos de la diceién poéties. Los brillos nove cesiten; da wwlilizam: gles doterniinaddy alostas. BL Asi se consigue, a veces; un deliberado tono pris (probablemente neeesario a nuestra historia literaria), pero no gris de indigencia. Creo, por lo que se refiere a Compareros le viaje, que [a inteligente administracion de-tlos efectos eatilisticos constituye una de sua mejores cunlidades. Pero tal yor uo convenga. exager: Quizds intento apunter demasiadas novedades 4 prepdsito de un libro Seguramente: muchas de ellas convicnen com igual o mayor rigor a Ios poemas que cn esta hora eseriben @ publica otros eseritores de nuestra generacién, CARLOS Prosensa, 219, Rarely, 5 $2 ‘TRIBUNAL DEL VIENTO: = mol qusrelia 1 triéunal del viento. (Cox na, Vucaumman® «Los Cantos Pisanes>, de Ezra Pound _ Acase ne lurya poeta que acumule como Eva Pound tuntos y tan diversos ‘ele- mentos cullurales én an poe= aia, Ts ¢onie ot todo el viejo saber clisico s¢ fundiers y sitviese de contrapunto al cunte épied del hombre hacia el sombrio mundo de nuestros dias. Pero tates ele~ mentos de los famosas Can- tos no se matejan ordenada~ mente, sing can extrand & intuitiva relacidn fe épocas, gehechon dis niéndolos.o conexionindo- los con ilacidén dificil. El enorme interés de das expe- intos, superpe- riencias de Pound y-su maes= trfa verbal dw gran poeta, abocan, sin emburge, aouna pousia intelectual, aflorada de cacollon eultistas, por la que se taming judeantemen- ie hasta los breves, pero her- mos{aimos, momentos de res- pire lirico, como pueden ser aquel canto que, con aforia- mos de Gonfuncio, habla er deliciosa {lueneis. del orden y de ln moderacion, oaquel otroenel cual, nueve Dante, ul poctaatraviesa au purga— torio, o las répidas ambien- laciones: Ue .paisaje, micia- doras de mitchos cantos, = semejanza de Tos poemaa provenzales que el autor tanto estudidé: En’ cambio, debo comfesar que las ideas economicas de Pound, lleva- das ton: profusamenie a sus estrofas, solo en algunas de sus dintribas contra la usura me flegan poéticamente. Semejante obra; por su tortuosidad ‘culta tanto co- porsu mugnitud, supone para el traduetor ardua ta- res. Pound intercalu w cada praso frases, propiasy ajenas. en idiomes diversos, incluso ideogramas ehinos, Su lec- tora resulta a momentos in- 85 fructuosa de no apoyarse en anotaciones. Los problernas de traduceién son miltiples, Poco se habia intentado en castellano, Jemis ‘Pardo lo hace ahora! seleccionando metios de [a chart parte -y no-sélo de los Hamados pi- sanos (que, como se sabe, fueron ecacritos en el cam- pountlitar de Pisa, durante la detencidn del poeta por sus actividades, pro-fascia- tas) sino tambien de los an- teriores a lu guerre. KE) 2o- rrador-de los treinta: cantos, expositordel gran proyecto de poema, con Ja belleza del Renacimiento sobre el fondo helénico-romang. El Borrador de Cantos Jefferson Nuevo Mundo, donde las teo- ras econdmicas pugnan por la expani de la riquez. ¥ La guinta Década de los Cantos, con sus cstrofas * Coleccidu «cAdonaiss, Vo~ lamew CLXXVII-CLRAIX. Edi- sionos Itialpy S. Ac, Madeid, 1960, 36 contra In usury sus: lusio— zacion ching. Para seguir el hilo del vasto poema tropezamns, sobre la dificultad inicial de aceeso, eon [a presentaci frag= menturia. Clerto que, asi y todo, la labor de Jestis Pardo ea elogiable. Al llegar.a los: Cantos ‘Pi- nesw la civ sanos el curso del poema debe de estar modificade por fas graves. circunstan- eias. Pound hace una ideali- zaciéu de Mussolini me: da eon 1a amargura de su éxpéri¢neia personal. Vuel- ve Bsus temas econdaicos, viendo a los poderosos finan- cievos sostener las guerras su capricho: Pero, sin duds, como antes en los liricos paisnjes, een Jas huellas de dolor propio donde la pocata eobre la emocién ausente casi siempre de los Cantos. El estudio de Pardo es mi- nuciosé ¢ interesante. Sus notes, impreseimdibles. Bien reflejada la inquicta-y recia a personalidad, sintetizadas gus teoriae politicas, eeond~ micas, filoséfice-religiosas, Acompana al trabajo de Par- do nna virtud importante; entusiasmo, devociin por la figura trotada, Es ta incluso ert be in nera dy querer diseulpart su Colaboravion fascista. Para mi, la mejor defini~ cin de los Cantos la dio Edith Sitwell cuando decia que, aun pareciéndole ma- gistrales, Te recordaban a veces In sala de equipojes de una catncidn: muchos haviles esparcidog ain orden, aunque cada imo cuidado~ samente etiquetado. Te de Le Traducciones necesarias El segundo. Siglo de Oro que Morece en Espatia bajo da Dictadura-no va captudo ni apreciade debidamente en los demés: paises por la dificultad que supone la ver= sién a Oteas lengua’ de ay nlimero fuerte: ls poesia li- rica, Tanto ¢3 051 que, ener do J. Bi J. obtuvo-el Premio Nobel, Hegé a decirse que una de lay ruzunes de ou tardia concesion fue el que su obra no hubiese side tra- lucida antes. a un idioma Itox, edeoidentals, como el inglés... Dejando aparte ja-vejacién nacional de tales palabras y omitiendo de momento nugatra opiuién subre quien las pronuncia- ra, citamos #! hecho en apoyo de ta idea de que Ju falta de wraduecién o tx traduecién imperfecta o in- exacia determinan, no s6lo aT que el posta lirica deje de ser refrendedo por la opi- fudn mundial cosa que de~ be trarrnos sin cuidada: no Samos responsables de la in- cultura ajena=, sino que de- je de ser Jefde por almas afines que desconocen su idioma. Asi, hasta 1958 ha estado fucca del aloance del lector de habla espanola la poesia de Mihail Eminescu. Mihail Eminescu vive Ia emancipacién de Rumania del yugo turce y Tas subsi- suientes revueltas de cumpe- ainos. Estamoa en la segunda itad delcax yen el pocto aa dan por fuerza les notaa del hombre romdntico: re- buldin metafisica, exaltacién del sentimiento, pastin por la libertad. ideales naciona- listas, simapatia por lo popu- lar. Pero Mihail Eminesou 10 6$ un romantics mas; sr trascendeneia sstriba ean el hecho de que da prestigio artistica y consagracion lite- raria al idioma desu puehlo 88 recién. emancipado: Si no perdemos db vista que el idioma es uno de los favto- rea constitutivos de la nacie— nalidad; habra: que convenit que a Eminesed euadra eu mo a nadie el blasén de padre de In patria. Padre tumbién de tao tradicién, campedn de In bellexa y [a justicia, tiene por fuerza: aa- jidus de tone que desagrs- dan a los boyardos y a tx burguesta) que, coma en to- dos los paises, no ceden a nadie, ymenoa 4 uni poeta reivindieative, el monopolin del pacriotismo y la tradi- eién. Mihail Rmuneseu, |r chadar y viajero somo Byron y Espronceda; muere pobre como Béequer y loco como Holderlin, en 1889 -y a los 39 afios. Bu poesia tiene gu- rrvy hondura, aparte de va- lor testifical y patridtica: De la modernidad de muchos fle aus temas responden por partes iguales lag ctrouns- tanciae histéricas aim vigen- tee yo KL acierto visionarie ante valores puéticod imu- tables. De su lenguaje respon de por stt- a modernidad de puesto ld imano de oro de Rafwel Alborti!, El yorwa nw se Nradue menester para el que: otro poets ex indispensable, y por otra parte, enda “époe: Bene on lenguajs pode de reproduce, derecminado. Maria ‘Teresa Leén y Rafiel Alborti nos dan, pues, a entender eéina nh Pecta romintico eseri- hirta en la segunda mitad dal siglo xx, Vayamos aun wjammplo, el poema Melahear dia, en que por obra y gracia de] yorso albertiano casi le- ganin idenlificarse ta vision Tomintica y la, surrealista: Es cama, si-una jicerta se abricra untee tas anehes: purr que;paso muerta ta. reine: de da poche. JO, deerme, deems en pas antes milvs ide antorchiis, bay ue tumbo sul y eb auedarie de plats tei et giean imausuleo, bovedu de tus ciebs, tii, utes j- adorade soferana nucturviat Palabra deamor», de José Albi El anterior tibre ‘de José Albi: ida de un hombre, isin impor Supnso unas © Poosias-de Miiail fv “Tecesn Leéw y Refucl Alber lante En at obra postica, Cabe decir que obtuve con ébyvaloracién tal vex nO Te- son, Versién capanola y protogo da Maria Editorial Lysuda. Buenos Airer, 1958, Bo ida antes. El que aho- no nos defrauda, iinque sea aconsejable ma- yor independencia en las férmulus expresivasy que le han resultado demasiado fi- Nadas ene] Wlasdesterismo, Kl procedimienta: frase he= vhasaliteraciones, encabal- gamicntos, repeticiones, fn- iga st esreiterada y corre el Fiesgu,. Camo toda retéricn muy slabortda, de hacerse cliché. Pero lo esenctal ea que José ATht he ganado ex Jaamplitod yen la hondura ile su your podtica, al tempo que se arraigu eu al missar- tool vealisme. En Vide de an Tombre, patéiicamente auto- bivgrdfieo, nos dio un canto conmoyedor de reheld{a y ternura, Ahora, Ingresa on tua niayor objetividad, en una mayor comprensién de lo humane y colective. Hay una clara. protesta contra el 1 Colccotén -Alrcdedor de te mesao. Bilbua, 1960, 90 acorralamiento de la vida hacia a espaday ta pared de la pena ¥ la desesperacion, de la muerte y al odie. Hay, inmbién, alanas invoeacio- nes a Dios, pero me parece que no pasan de (ener valor como fdrmula expresiva, no gon agonia do fe: ni mistica ni blasfernn. ‘Todo la primera parte esta escrita en verso medida y rimado, y une de sus mayo- ree logros es transm teramente por Ja imagen y pore! vocubulario la sensn- cién de sordidez, de vida agria contra taque clama el poeta: Asi, cuando nos dive me aprieta al doler como un zupato | potvortenta ide pena y de [lonura, o bien: ef mundo | suena a lata ca- vr cere eid. Estos momentos depre~ divas hubow dans iter, par contraste, a otros, resum— des, por ejemplo, em este verso; @ rebate ya duz la id foce. La segunda parte son unas coplas:de tema espanol, ex las que se incruston eficaz~ mente nombres geogréficos, algunos con capacidad de “sugerencias tal vez ni pore! pcopio poeta’ previstas —co= i mix 0 ocutre ‘siempre: ¢ intuicion en poesia—, sex 1 san esos tres —Creus, Finia- terre ¥ Tarifa— cabos que se nos antojan clivos —haciea- do un juego de paronimos frecuente en él libro— para sujetac el mapa triangular de Espana. Cinta visiones ripidas de Espana constituyen la ailti- ma parte, yes aqut donde me parcee oft a José Albi con un tinthre mas personal. Bl verso sé asemeja, on su corte; al del libro anterior. anndigndole un‘ engorce de asonancias ales perdido, o veces; por lo irregularided silabica. De los cinco poe- mas.el que més ac ajustu al titulo és el primere, Los otros. bon, mejor, interpreta ciones. Ese primer poema murea, para mi, una de las eimas del libre, Tl trigal acuchillado por el sol y ua hombre y un carro que ecrozan el ‘paisaje rabiosa, vau-goghtianamente aniari— Ilo, nos Hegan.con fuerza de poctica descripeidn, Un sentimiento de: amor hacia las cosas y los bom- bres, que tan vivarnente Nuiy por log versas del otro libre citado, se oye también al fondo de la mayor violencia expresiva del actual, haste justificar eb titulo. El poeta dice que quisiera cambiar voz por amor. Que este sue— na en aquélla ne ts poco. Li de bs OL +Derribade areéngels, de Carmen Conde Curmen Conde ha com- hatido’ en sucobra el escep- ticismo, ha exaltada la fe come virtud ceendora, He everdo un ensayo suye sobre el tema en Mi fibro-de Bt Lseorial. Ahora |so este versa: Solumente se cansan fos que no ttenen fe. Con fe enel amor, en In belleza, en In vida, eseribe eatos eon- tarhados y bellus poemas que ti i nen casi eomplacen- cia seereta en el saerificio dle muchas: rentinetaciones, pero que no son, aunque parezea paradoja, una ré- nunecin o ninguna de esas éosas que alientat ati fo. El aredugel esté derribado, Yo hay derrota sino: momentinea, pero ne. yeneide. El dangelismoy no es nue- yo eu Ja obra de Carmen Conde. Con élsesimbolizan las fucraas intertores contra faa que la’ criatura humana 92 se debate y también exalta- idas vietudes superiores de heroismo y pureza. Tl ar~ cdngel de estos poems cilra lax pasiomes, lu tentacion, Jos anenos. La lucha in y diaris que; con angel o démonio, constituye ln peo- pia vida. Carmen es, en su poosia, una mujer perpetua— anetite en lucha, como so- metida a antagénicos seati- mientos, Acssa no 2s acci: dental que su propio vivir vaya del Mediterraneo al parumo de Castilla, con traga, pero aif renuncia. Sus poemas Genen ayidex sensual pero también medi tavién aseética, En la porte VII de este yolummen —una de las. mejores, para mi— hay un dure-didlogo con ta iérea que la reclama yun cast placer de pensarse cria- tora con ella fundida, para erguir en seguida la vox an- siosu de mar, cehusindo la fusién subterrénen ante el recuerdo de la luz y del ice marines. Esta dualidad an- gustia la yor men, como podescoyuntado por crneles tirones. Vehenientemerte apasia- nada, In poesin de Carmen Conde, un poco secu du ex- presiéu, a veces. un poco dura, Jogra’ bnllega y pare tismo, Suena come si la sin- ica: de Care fuers um euur- figsemos.arder. Ademas, cn este libro: logra imagenes magnifieas que, con mayor uspacio, me hubivra gustado eniresacar. Algunas de las mejores: coinciden en el te- ma ie: los ojos y es curioso que —aunque habria de es- tudiarse: mde despacio— son precisamente las que conser= van mayor huella superrea~ lista hnella que estd an la ascendentia de la poesia de Carmen; Tendremos que atravesar impayidos | el espe- 50 raniaje de los helaitox njos: olvidado pais de aguelles ojos liguidos; munca sé csi era ef mar o- si eran parpados, y otrot ejémplos, como éste: Tus ojos son tus fuentes donde heber los tigres, verso con ¢l cualse micia un poema; En dl, siguen los tigres age- vapados y asamando alguna vex para, de pronto, pasar de ‘ser motivo estético # ser simbolo kensunl y umorose. El alejandrino blanco, al- guna’vez el endéoasilabo ¥ en hastantes ocasiones un verso corto e irregular, son los cauces mas frecuentes de este Librot enya i cidn tipografica y —lo que és mas importante— cuyo sostenide fond, le prestan unw unidad bien concordan= te con la personalidad poé- ica, tan acusada, de Car- men Conde. © Revista do Occidente, Ma- drid, 1960, Ly de be os Brevisimo compendio (Eacel terver contenarie de Velazquez) Cuando Velazquez vuclve do linlia su suerte esti eeha~ da: Rafael uo, Tiziano st. Bien es. verdad) que Ja sner- to de Velazquez estd ya en marcha desde au inteiacidn, perada exprenidn de su pro- ferencia: nos lo aelura toda- via, De mb. manera Velaz- quez ha visto a Tiziano, con lal penstracign oy deleite pictérico, que al pintar, en floma.su inereible. retrato de Invcencio X, no puede impedir que en su reting destelle como, un rulif, al mirara su modelo de car- ne, laimagen, taianesea, de Paulo WL. (Laaunane de cate papa parece desafiar todo sentide de contencion de la belle humana, y sdlo el Greco, por esé camino des- arbitado, se atreyera wit més alld.) Pero aqui termi 94 A Ramibe Cayo nan las alinidades:y conrien- gan las diferoncias. La ver- dad #s que no hay afinidad pire el yeneciano alguna y-el sevillano, ni ta podia huher. Velizques, masque ae pasma, admira en Tigiano el verdsdexo caminy de la pintura: lo pietérico. A tra- ves del arte italiano, de la nitive efusién plastica de uns genles tan magnifies— mente superticializadas para la expresion de lo vivo, se dive ante Tiziano: he aqui al pintor. ¥, por unos mo- mentos; la evidencia deaque- Ha densidad suntuose, y jubilosa, parece detenerle. Este mundo Leva en si la suficiente sayia, para que el inismo Velizquez se sienta nutride un’ poco demasiado corporalmente, pero a base de qué sustancialidad, gue— tosidad y gloria. Lo pro- fundo se alumbre alli, La profiandided de lo carpéreo; da profundidad de los ewer- pos, dé Ins cosas. En Tiziano la profundidad aa hace mate- ria; vida pena material, dra- matice festin, Vanteaquella mesa para loa sentidos pré- ecres Veldzquez se deticne, Si, pero ge siente desganada, quiéo sales nsatisfecho, como quien en busca de una hierba amargs, cuesjidy de destino, no purde partici- par en lus delicias del jar- din de las Heapeérides: No, Veldzquex pusaté We largo, porque si destino lo espera. Yoel destino de Velazquez es mas terrible que el del Tiziano, mucho menos con- vincente “Toda esa fem de la que se habla, y esa elegan- cis, y-ese aparentar comedi= mieoto, encubren una pe tracién came mistica gue traseiende laa fronteras de Jo) propiamente visual y nos poncencontactécunelulien- to de un na sé qué faniasmal y esealofriante. La profundi- dad:ile "Pisin Gone fondo, sus limites sc tocan, se pue- den tocer; dentro de esos limites vive la profundidad llena de sentido, y es por eso que el mundo do Tiziano, aun con sus profundidades, nos gusta, inspira canfianza, Hl de Velazquez, no. Claro que Velazquez es profando, Pere con cxceso, cou profun- didad, dirfamus, trasvaanda. Profundidad sin fondo: sin fin, Dentro de la profun- didad de Velasquez no se (ove nid, y no porque esté vat! sind porque es una profundidad inagotuhle, e irremediab! tal, Yo de ah Motante. que nos embarga ante lug lienzos velagqueno como si en lugarde contem= Plar una piitura tuyiéraiios desarrollado ante los ojos, yante la. mente sobrecogida, el. panorama visible de la eternidad. No la eternidad inasible y fa- Sa tristeas como tama: simbélicw, no; Ia cternidad estd emaquellos cuadros como-el aire.cn torno nuestro, saliendo-y entrando de nuestros pulmones, ¥ de ahf que delle de manera tan inclementa, y tan viva, todo lo que pasa. ¥ eseaire, ciego, cobra, y esto es lo escalo- friante, tal fuerza grviente quereabsorbe todo lo demas, lo despersonalize. En Tizie- no, las cosas, y los 5eres, sou, aan, objetos; abjetes profuudes; con la profundi= dad de da vidas pero: sir- ven, todavia, para ser vistas: au objetividad los salva, los huee felices,. aun con sue profandidades y. sng tcis- tegas; Cristo es evade al scpulere con tan corporales miuestras de dolor, de gra- vedad) y dehermosura, que liasta el espéetaculo de da tragica realidad humatia nos recanforta, ¥ nos ennoblece. En. Veldequez, me tefiero al Veldaquez. mds: decisive, el del retrato del papa Ine- 96 tentio, el de las Meninas, el del nino de Valleeas y el bobo de Cora, el hombee deja de-ser objeto que ha de: contemplarse desde fuera y aélo conserve au npariencia en virtud de la vida informe que leva dentro, de su la- ebrosa. de au respiracidu, Pero que el acento no esta. colocadosabre él, sobre el hambra mismo, nas lo delata el hecho, tan- gible, de Si: intangibilided. de su humo. Lo que nos presiona ante: las figuras de Velazquez. nos im peste ni de un rhoda tan eviden- lemento traspictéri¢o, es lo vtroy lo que ty eat, eb so- porte (jue aparece y no es.es decir, su soimbra interior, su trans- parencia, Algo que ya no es, propiamente,lo humano, tente fuerza t visible de aquello pero que es lo materiosa~ mente vivo, lo existente,.Al mirac Velazquez Jas cosas, los abjetos, los hombres, lo que verdaderamente se fe descubrid fue kv existencia. No tanto ol existir: de esos abjetos qu eunsu condicidn de pimtor, 61, miraba, como Ja pura existencia en siz la pura existencia de la que todo noes mas que un apare cer chigmitico, tornasolado y fugez: la pura existencia, sen: el laridé de lo ignato, el soplo oseura de ta vida: el tedio de Ja erermidad. Tizia- na cree en las-cosas, Veliz- yuez, no. FA primero 1 entretiene con la vida, el staundo nos abisma en ella. 3 JUAN GUL-ALint Don Ranidn del Valle-Inelin Et dia 6 do enera. —fes- tiwidad de Ja Epifaniu— de hace veinticinco anos, don Ramon del Valic-Inclin —aquel «gran don Ramén de las barbag: de chivos: saludado por Rubén—, fa- buldge gallego cuyo espiritu hermanabs por iguales par- tes.al marqués decadente y sentimental con el picaro hainpén de rompe y rasga, pagé su deuda 4 la uiuerte. Nada podia ser vulgar on la vida de don Ramén y hasta la muerte hobo de elegrle una testividad senalada, una featividad de suntiosa litur- gia, antigua y solemue como los pazos de Bradomin. Escaso eco parece: haber encontrado esta clenisrides, Se diria que don Ramén csté lejos de nosotros y que on nuestro mundo de hoy difi- cilmente puede caber cl su- yo. El vivo perfil de aquel féximno Gseritor y extraya~ gante ciudadsnos tales ca lifigativos mereeié en cierta oT

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