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DESTRUYENDO LAS OBRAS DE LA

BRUJERÍA
CON AYUNO Y ORACIÓN
POR

Ruth Brown

E-ISBN 10: 0-89228-259-2


E-ISBN 13: 978-089228-259-3

Derechos Reservados © 2000. Revisado 2012.


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TABLA DE CONTENIDO
Dedicación
Prólogo
1. Oración y Ayuno
2. Confrontaciones con las Tinieblas
3. Entrando en la Batalla
4. Ganando la Batalla
La Manera Que Yo Oro
Conclusión
DEDICACIÓN
Dedico este libro a mi Señor y
Salvador,

JESUCRISTO

Quien me ha enseñado,
bendecido,
animado,
y amado todo el tiempo.
PRÓLOGO

La brujería, es definida en el diccionario


Webster, como “el poder o práctica de brujas;
magia negra; hechicería.” Una “bruja” es definida
como una mujer que supuestamente tiene poderes
sobrenaturales por un pacto con el diablo o los
espíritus malignos. A un hombre con tal poder se
le llama “brujo.”
A menudo, la gente tiene conceptos falsos que
la brujería se relaciona a personas que ponen
cosas en su comida. Pero ese no es siempre el
caso. Existen muchas formas de brujería. En
algunos casos se invoca a demonios del infierno y
se les despacha a las iglesias o a individuos para
causar envidia, contienda, y confusión. Los
espíritus de engaño (quienes causan creencias u
opiniones falsas, para desviar, engañar o
trampear) son una herramienta fuerte usada en la
brujería.
En mis quince años de ministerio, he
encontrado que un espíritu de engaño puede
destruir un matrimonio. Por ejemplo, éste causará
sospecha y acusaciones falsas hechas entre los
cónyuges.
En la iglesia, las divisiones entre pastores y
miembros pueden resultar cuando este espíritu es
desatado para atacar al pastor. Muchos pastores
han sido heridos, engañados, maltratados y como
resultado sus iglesias se han dividido.
Otra forma de brujería consiste en hablar
palabras malvadas contra alguien. Las palabras
tienen vida y cuando las palabras malvadas son
habladas en contra de alguien pueden causar un
efecto negativo si esa persona no está en oración y
ayuno. Los demonios tomarán esas palabras y
lanzarán un ataque.
Otra forma de brujería es el orar, contrario a la
voluntad de Dios, por una persona o su negocio.
Dios no recibe oraciones negativas, pero Satanás
sí. Una persona puede estar orando por un negocio
nuevo, y otra persona está orando para que no se
logre. Yo creo que es por eso que la Escritura
dice:

“Pero cuando tú hagas obras de


misericordia, no sepa tu izquierda lo que
hace tu derecha.”
Mateo 6:3
Es bueno guardar en secreto las cosas que el
Señor nos revela hasta que éstas son manifestadas
en lo natural, para evitar que otros ataquen la
voluntad y propósito de Dios en nuestra vida.
El Señor me enseñó en una visión, que un
grupo de hombres celosos estaba invocando y
haciendo brujería contra un artista muy bien
conocido. Vi espíritus que eran enviados para
atacarlo. Traté de comunicarme con él a través de
uno de sus hermanos, un peinador y una bailarina,
pero él nunca me respondió. Hablé con sus
empleados y les dije lo que Dios me había dicho.
Traté de advertirle pero él no hizo caso. Poco
después, empecé a ver en el noticiero en la
televisión que toda clase de confusión, contienda,
y percances vinieron en contra de él y sus
acompañantes. Él cayó del “Número 1” en los
carteles a ser “borrado” de los carteles. Yo quería
orar con él para destruir las obras de las tinieblas.
Así que en lugar de orar por el artista, oré por su
peinador, y él recibió la oración y hasta la fecha ha
sido enormemente bendecido. De hecho, él está
escribiendo un libro acerca de este testimonio.
Recientemente, estaba ministrando en una “casa
de varones” en Oakland, orando con sus hermanos
y haciendo liberación. Los hermanos estaban
mejorando progresivamente en el Señor, hasta que
un hombre nuevo se mudó a esa casa. Discerní un
espíritu oculto en sus ojos. Desde el momento en
que él entró a la casa, confusión, envidia y
contienda empezaron a surgir diariamente.
Yo me acerqué al hombre y oré para que la
ceguera, pesadez y vicios fueran destruidos en su
vida y le pedí a Dios que le revelara su corazón.
Él entonces confesó al asistente de pastor que
había sido un mago. (“Un hombre o mujer mago o
hechicero, que está familiarizado con los secretos
del mundo invisible, o tiene un conocimiento
íntimo de adivinación” — definición de Pictorial
Bible Dictionary). Él admitió que invocaba, pero
no quería arrepentirse de sus obras malvadas. Sin
él saberlo, yo también estaba orando en contra la
magia negra, y al hacerlo, él empezó a quejarse a
los consejeros y decirles que se marcharía de la
casa. Finalmente, él se marchó y ahora las cosas
están mejorando lentamente. La oración los echará
fuera o los guiará al arrepentimiento.
(Recuerde que la gente que practica la brujería
siguen siendo almas por las que Jesús murió y dio
su vida por ellos. Dios les ama y quiere salvarlos
también).
En este libro, no menciono nombres a
propósito con el fin de proteger sus vidas privadas
y las identidades de las personas involucradas.
Dios es mi testigo de que todo lo que relato aquí
es cierto.
Como un ministro ordenado por quince años,
mi ministerio actual es ir a las diferentes iglesias,
guiada por el Señor, para orar por la obra de Dios
en ese lugar, luchando en contra de las obras del
diablo. Me encanta ver a la gente liberada. Dios
me dado también amor por el ayuno y la oración.
Es mi deseo animar a la gente porque yo cometí
muchos errores al empezar mi vida cristiana y tuve
que buscar a Dios diligentemente para recibir mi
liberación personal. Esto es una batalla continua.
Si usted comete un error o falta, arrepiéntase y
busque a Dios para su sanidad y liberación porque
Él le perdonará y levantará. A la gente le gusta
condenar, pero Dios perdona. Yo creo que tener un
corazón puro significa ser honesto con uno mismo
y es muy importante ser honesto con Dios si quiere
ser un guerrero victorioso.
Dios me dio la tarea de escribir este libro para
alumbrar el entendimiento de la Iglesia sobre la
brujería, para que el Cuerpo de Cristo no tenga
que continuar padeciendo más estos ataques.
Tenemos el poder a través de Cristo Jesús para
destruir estas obras y detenerlas. Si uno puede
hacer correr a mil, y dos a diez mil, piense lo que
todo el Cuerpo de Cristo puede hacer.
Es tiempo que la Iglesia deje de perecer por
falta de conocimiento. Es tiempo también para que
aquéllos a quienes Dios ya ha revelado este
conocimiento, salgan al frente y lo proclamen todo,
para así bendecimos y fortalecernos unos a otros.
Recuerde Iglesia, ¡todos somos UNO en Cristo
Jesús, así que amémonos unos a otros, ayudémonos
unos a otros, luchemos unos por los otros, no unos
en contra de otros, con ayuno y oración y dando
gloria a Dios en todo tiempo!
¡AMEN!
1.
ORACIÓN Y AYUNO

Cuando fui salva, la hermana responsable de


llevarme al Señor, me aconsejó que hiciera un
ayuno de tres días y tres noches, con abstinencia
de agua y comida. Yo pensé, “voy a morir.” Puesto
que no tenía experiencia previa con el Señor ni
con el ayuno, tuve que hacer la pregunta,
“¿Moriré?”
Durante ese tiempo tuve un trabajo muy
extenuante, manejando un elevador de carga y
levantando materiales muy pesados, así que le
pregunté a la hermana si ésto haría más difícil para
mí el ayuno. Ella me contestó que el Señor me
ayudaría. Seguí adelante con el ayuno y ésto fue la
cosa más difícil que jamás haya hecho, pero el
Señor me ayudó a salir adelante.
Poco después, ella me dijo que necesitaba
unirme a una iglesia. Entonces, ella me llevó a una
iglesia. En el servicio había un profeta. (Recuerde
que el ayuno así como los “profetas” y el “Espíritu
Santo” eran cosas totalmente nuevas para mí,
habiendo sido una persona del mundo con un
pasado de drogas y alcohol).
El profeta no me conocía, pero de repente me
llamó diciendo, “El Señor quiere que hagas un
ayuno de tres días.”
Obviamente, yo no quería oír eso, así que
respondí, “Acabo de salir de un ayuno la semana
pasada.”
El me contestó, “El Señor dice que hagas un
ayuno de tres días, así que haz otro ayuno.”
Llena del temor del Señor y emocionada acerca
del cambio de mi vida — del odio a la felicidad, y
de los vicios a la libertad, enseguida me puse de
acuerdo con él.
Hice otro ayuno de tres días y tres noches,
totalmente seco — sin comida y sin agua. Estaba
realmente sorprendida de que este ayuno fue
considerablemente más fácil que el primero. Y me
di cuenta de que es más fácil orar durante el ayuno.
Dije, “¡Ah! esta vez el ayuno y oración han sido
verdaderamente gratos, Señor. Vaya hacer ayuno
de tres días cada mes, sólo para darte gracias por
salvarme.”
El mes siguiente llegó e hice mi ayuno de tres
días. En medio de mi oración, una Voz bonita,
apacible me habló y me dijo que ayunara tres días
a la semana. Así lo hice por cerca de un año.
Luego, después de un año, una Voz me habló
diciéndome, “Ahora, haz un ayuno de cuarenta días
y cuarenta noches.”
Yo respondí, “Señor, si eres Tú, por favor
arregla las cosas para que no tenga que
comunicarme con mis compañeros de trabajo
mientras estoy en este ayuno. Ponme en un lugar
nuevo con gente que no conozco.” Y Él lo hizo.
La siguiente semana fui trasladada a otro
edificio por noventa días, colgando tiras de cartón
y haciendo inventario. Era un trabajo fácil y ligero.
¡ Oh, cuánto me alegré! Hice el ayuno de cuarenta
días y cuarenta noches tomando solamente agua;
nada más que agua. Y el Señor me ayudó y me
sacó adelante. El orar fue maravilloso; sentía un
gran gozo. Parecía que mi alma quería saltar fuera
de mi cuerpo y anhelaba estar a solas con Jesús.
Estoy testificando acerca de esta serie de
ayunos porque cuanto más ayunaba, más Dios
empezó a enseñarme cosas acerca de mí que no me
gustaban, cosas como enojo, resentimiento y
amargura. Cuanto más ayunaba más empezaba a
ver la verdadera Ruthie. ¡ No era agradable a la
vista! Hablé con algunos cristianos sobre esto y
les pregunté qué debería hacer. Ellos trataron de
hacerme pensar que todo esto estaba en mi
imaginación. Esta respuesta me enojó mucho. Les
afirmé que ésto no tenía nada que ver con mi
mente.
Así que empecé a buscar al Señor
diligentemente. “Señor, ¿cómo puedo deshacerme
de estas cosas? No quiero ser así.”

Porque lo que hago, no lo entiendo, pues


no practico lo que quiero; al contrario, lo
que aborrezco, eso hago. Y ya que hago
lo que no quiero, concuerdo con que la
leyes buena. De manera que ya no soy yo
el que lo hace, sino el pecado que mora
en mí. Yo sé que en mí, a saber, en mi
carne, no mora el bien. Porque el querer
el bien está en mí, pero no el hacerlo.
Romanos 7:15–18

Después de cuatro años y medio ayunando y


orando por la respuesta, noté que la unción sobre
mí empezó a crecer más fuerte y más fuerte. (En 2
CORINTIOS 1:21, encontramos que los cristianos son
ungidos por Dios con Su Espíritu Santo. Así que el
Espíritu Santo se estaba haciendo más fuerte en mí
vida). Cuando oraba por la gente, ellos sanaban.
Los milagros sucedían en las vidas de esas
personas. Pero yo todavía tenía esas cosas feas en
mí — en mi carne ... el enojo, resentimiento y
amargura.
Más tarde encontré un libro titulado, “Cerdos
en la Sala” (Pigs in the Parlor)1 por Frank e Ida
Mae Hammond, el cual abrió mis ojos. Dije,
“Señor, esta es mi respuesta.” En este libro, los
autores explican que los demonios vienen en
grupos. Por ejemplo, el odio, amargura, y enojo,
pertenecen a un grupo. La lascivia y los espíritus
de perversión, pertenecen a otro grupo separado.
Llegué a la conclusión que si usted está
manifestando una de estas personalidades
demoniacas, entonces las otras en ese grupo
probablemente están presentes también.
Empecé a buscar a Dios para recibir
revelación de conocimiento sobre un sistema para
echar a estos espíritus fuera de mi. Al continuar en
ayuno y oración, el Señor me dirigió “a
renunciarles, a maldecir la raíz, a desarraigarlos y
a ordenarles que se fueran y que regresaran a los
suyos, en el Nombre de Jesús.” ¡Cada vez que
ayunaba, echaba fuera de mi carne algún grupo en
el poder de Cristo! Y empecé a sentirme más
ligera, más llena de luz, más libre. Noté que estaba
empezando a disfrutar del ayuno.
“¡Eh, Señor, esto es bueno!” Oré. El ayuno se
volvió aun más fácil con el correr del tiempo, y mi
lengua celestial empezó a fluir en un gemir e
intercesión profunda. (Gemir en oración es un
dolor intenso y pura agonía parecido a los
padecimientos de una mujer durante el parto).
Jesús me mostró que ese profundo gemir tiene el
efecto de una bomba nuclear sobre el diablo,
mientras que la intercesión es como dispararle
balas. De todos modos, mi ayuno estaba teniendo
un efecto tremendo.
Empecé a darme cuenta que somos como
árboles de justicia plantados cerca de los ríos de
aguas, y que el enojo, la envidia, y cosas por el
estilo, eran ramas secas que necesitan ser podadas
del árbol. Cuánto más permitía que el Espíritu de
Dios me podara, Cristo venía más a mí y
empezaba a actuar en esas áreas.

Toda rama que en mí no está llevando


fruto, la quita; y toda rama que está
llevando fruto, la limpia para que lleve
más fruto.
Juan 15:2
Cuando salió de mí el enojo, vino la paz.
Cuando salió la envidia, vino el amor. Me volví
más fructífera. Cuánto más venía Cristo a mí, más
moría mi carne. Entonces, se hizo más fácil el ser
obediente.

Porque somos hechura de Dios, creados


en Cristo Jesús para hacer las buenas
obras que Dios preparó de antemano para
que anduviésemos en ellas.
Efesios 2:10

Quiero enfatizar que el ayuno y la oración


producen sumisión junto con fortaleza. La
combinación de ambos (el ayuno y la oración)
revelan la verdadera condición del corazón, lo
cual es bueno y necesario. Es bueno porque ésto
permite a los individuos ver cuales espíritus
pueden estar obrando en contra de ellos y a través
de ellos. Y es necesario porque estos espíritus
necesitan marcharse de nosotros, si realmente
queremos ser usados poderosamente por Dios. Si
no, Satanás usará estas debilidades en contra de
nosotros en el momento más débil, y nos
convertiremos en nuestro peor enemigo.

Ni deis lugar al diablo.


Efesios 4:27

Esta Escritura nos ordena que no demos lugar


al diablo en nuestras vidas ni que ponga un solo
pie dentro de nuestra alma. Si nos damos cuenta de
que estos espíritus malignos están obrando en
contra de nosotros, es nuestra responsabilidad
tomar autoridad sobre ellos en el Nombre de Jesús
y deshacernos de ellos a través del ayuno y la
oración.

“¿No sabéis que un poco de levadura


leuda toda la masa? Limpiaos de la vieja
levadura, para que seáis una nueva masa,
como sois sin levadura.”
1 Corintios 5:6–7

La Biblia nos da muchos ejemplos en el


Antiguo y Nuevo Testamentos para continuar
ilustrando este punto. Tenemos como ejemplo de
este punto la destrucción de Sansón, uno de los
hombres más fuertes en la Biblia. La lascivia
incontrolable de Sansón por Dalila le hizo
traicionar al Señor y revelarle el secreto de la
fuente de su fuerza.
¡Qué vida diferente hubiera tenido Sansón si
hubiera vivido una vida consagrada de ayuno y
oración!
En el Nuevo Testamento, Pedro mintió y negó a
Cristo tres veces después del arresto de Cristo,
cuando sólo unas horas antes, él había jurado en
MATEO 26:33, “Aunque todos se escandalicen de ti, yo
nunca me escandalizaré.” Jesús le respondió en el
siguiente versículo, “De cierto te digo que esta
noche, antes que el gallo cante, tú me negarás tres
veces.”
La Escritura nos dice que Pedro “lloró
amargamente” después de cometer su error. Él
ignoraba que tenía una debilidad o imperfección
en su carácter. Pero el Señor sabía que estaba ahí
y Él sabe también lo que tenemos adentro de
nosotros. El ayuno y la oración revelarán estas
debilidades en nosotros y nos ayudarán a
deshacernos de ellas.
No puedo decir lo suficiente acerca del ayuno y
la oración, y su importancia en la vida cristiana. El
ayuno y la oración me guiaron en momentos de
dificultades muy serias en mi vida. El ayuno hizo
más fácil mi camino por las aflicciones, así como
poder glorificar a Dios en las aflicciones.
Recuerde, Cristo en nosotros, es nuestra esperanza
de gloria (COLOSENSES 1:27). El ayuno y la oración me
ayudaron a enfrentar los poderes de las tinieblas
en mi vida. A través de estos capítulos, usted verá
cómo el ayuno y la oración desempeñan un papel
muy importante para vencer las batallas.

El día 24 del mismo mes se reunieron los


hijos de Israel en ayuno, vestidos de
cilicio y polvo sobre ellos. Los del linaje
de Israel ya se habían apartado de todos
los extranjeros; y estando de pie,
confesaban sus pecados y la iniquidad de
sus padres.
Nehemías 9:1–3

Cuando leí esto, oré y le pedí a Dios que me


diera amor por el ayuno. Hasta este día, casi
veintitrés años después, sigo teniendo amor por el
ayuno.
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2.
CONFRONTACIONES
CON LAS
TINIEBLAS

Durante el primer año de mi salvación, tuve


confrontaciones con las tinieblas en cuatro
ocasiones. La primera vez ocurrió poco tiempo
después de que fui salva. Con frecuencia llamaba
por teléfono a mi hermana quien trabajaba en una
licorería. Le preguntaba si su jefe estaba o no en la
tienda. Cada vez que ella decía “No,” yo corría a
la tienda y pasaba folletos y le decía a la gente
cómo “Dios amó al mundo que dio a su Hijo
unigénito.” (Esta era la única Escritura que sabía
en ese tiempo). También, les decía cómo los
cigarros y el licor destruían sus almas. Nunca tuve
ningún problema con la gente, excepto en una
ocasión.
Un día, un joven entró a la tienda y empezó a
contradecirme. Yo me acerqué a él con mi Biblia
abierta y le mostré el pasaje bíblico en JUAN 3:16.

Porque de tal manera amó Dios al mundo,


que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree no se pierda,
mas tenga vida eterna.
Juan 3:16
Al acercarme a él aproximadamente unos tres
pies, miré a sus ojos y vi cabezas de serpiente
saliendo de las pupilas de sus ojos. Parecían como
gusanos que se arrastraban por su cara. Grité, “¡Él
es el diablo!”
Él contestó con una voz extraña, “Yo soy el
dulce Satanás.” Después, montó su bicicleta y se
marchó.
Me dí vuelta para ver a la gente y les pregunté
“¿ Vieron sus ojos?”
Ellos contestaron, “No,” pero oyeron lo que él
dijo. No me sorprendió ver que todos tenían una
mirada extraña y confusa.
Yo creo que el Señor me dejó ver esto para
protegerme de acercarme mucho a ese joven,
porque yo tenía sólo un mes en el Señor. Siendo
nueva en la Iglesia, pensé que estas cosas siempre
sucedían. Después compartí el incidente con otros
miembros de mi iglesia. ¡Oh, qué error cometí!
Después de compartir esto con ellos, tenían miedo
de darme la mano para saludarme o de acercarse a
mi.
Llegaba a casa y lloraba, diciendo, “Señor, yo
creía que esta gente debía estar llena de amor.”
Después de ser rechazada por los miembros de la
iglesia por un período de tiempo, decidí dejar esa
iglesia y regresar al mundo.
Le dije al Señor mi decisión, y Él me ordenó
“quedarme en Cristo.” Y le contesté, “Muy bien.”
Tuve otra confrontación después de
aproximadamente seis meses de ser salva. La
pastora me pidió que si podía recibir a una mujer
en mi casa porque ella no tenía ningún lugar donde
vivir. Todavía muy emocionada acerca de mi
propia salvación, enseguida le respondí, “Sí.”
Pensé que esto era una acción cristiana normal.
Durante el tiempo que esta persona vivió conmigo,
el Señor me guió a ayunar una y otra vez y a orar
por horas. Al principio no entendía, simplemente
obedecía. Durante el tiempo que ella estuvo allí,
un demonio empezó a atacar a mi hijo. Él despertó
una noche llorando, y una voz salió a través de él,
mientras lloraba. Yo pensé, “Es imposible llorar y
hablar a la vez.”
Enseguida me vino el pensamiento que debería
agarrar a mi hijo, miré directamente a sus ojos y
dije, “Satanás, el Señor te reprenda, en el Nombre
de Jesús. Sal fuera de él, diablo.”
Cuando lo hice, el demonio dijo, “Muy bien.”
Entonces, mi hijo se calmó y se volvió apacible.
Mi hijo tenía tres años en aquél entonces.
Después de un tiempo, la mujer me confesó que
ella era adoradora de Satanás y cuando se marchó
de mi casa se fue a San Francisco a unirse a la
iglesia de Satanás. Al marcharse, se llevó muchas
de mis cosas. Para decirlo claramente, me robó.
De todos modos, a causa del ayuno y la oración
que hice durante las tres semanas que ella estuvo
en mi casa, Satanás no pudo destruirme a través de
ella.
Le dije a mi pastora acerca de ella y respondió,
“Yo sabía que algo no estaba bien con ella. Es por
eso que no la llevé a mi casa.”
Yo pensé, “¡Muchas gracias!” (Ahora no le
echo la culpa a la pastora, porque ella era nueva
en el pastorado en ese tiempo).
La tercera confrontación con las tinieblas
empezó cuando un hombre me llamó, diciendo que
él tenía una póliza de seguro de mi madre sin
cobrarse, quién había muerto tres años antes. Fui a
su oficina a ver la póliza.
Este hombre tenía una apariencia espantosa. La
mitad de su cara estaba desfigurada. Él tenía un
sólo ojo, el cual era rojo, frío y penetrante. Entré y
él cerró la puerta y empecé a examinar la póliza.
Cuando la miré, noté que habían escrito mal el
nombre de mi madre.
Entonces, una voz me habló diciendo. “Sal de
ahí enseguida.” No podía abrir la puerta, estaba
con cerrojo. Me dí vuelta y dije, “No estoy
interesada en esa póliza. Abra esta puerta y
déjeme salir.”
Él titubeó. Yo empecé a decir, “En el Nombre
de Jesús, abra esta puerta.” Repelí esto tres veces,
y a la tercera vez él abrió la puerta. Yo salí dando
gracias al Señor. Esta fue otra vez que Satanás
fracasó en su plan. No sé que plan tenía este
hombre para mi, pero de seguro no era algo bueno.
La cuarta confrontación fue tan extraña como
las otras.
Siempre me gustó pasar folletos y testificar a la
gente. Un día, mientras pasaba folletos, empecé a
testificar a un anciano. Él me dijo que en realidad
no tenía tiempo en ese momento. Pero, si yo estaba
dispuesta a ir a su casa y compartir algunas
Escrituras con él, él las leería conmigo y
posiblemente también iría a mi iglesia. Él dijo que
conocía al Señor pero que no asistía a la iglesia en
ese tiempo.
Joven y tonta, fui a su casa. Pensando con gozo
que esto resultaría en otra alma ganada de vuelta
para el Señor, estaba muy entusiasmada de ir a
reunirme con este hombre. Tenía mis Escrituras y
mis folletos. Había orado antes de salir de casa.
¡Realmente estaba preparada!

Vestíos de toda la armadura de Dios, para


que podáis hacer frente a las intrigas del
diablo.
Efesios 6:11

Cuando llegué, él tenía puesta una túnica


blanca, y me invitó a pasar a la sala. Noté en el
suelo un círculo dibujado con una estrella y cinco
puntos, y una vela prendida en cada uno de los
puntos. Realmente no sabía su significado, por lo
tanto, pensé que era algo inofensivo.
Me senté en el sofá y noté una mesa a mi
derecha llena de dinero. De hecho, había varios
montones de dinero en la mesa. Aun con todo ese
dinero tendido en la mesa, mi único interés estaba
en el alma que vendría al Señor.
Abrí mi Biblia y dije, “Vamos, tengo mis
Escrituras. Oremos y leamos la Palabra.”
Él me pidió que entrara dentro del círculo con
él para que pudiera ser su primera esposa. Él dijo
que su señor le había dicho que yo estaba supuesta
a ser su primera esposa y que esa era una posición
de honor. Él tendría muchas esposas y yo debería
ser la número uno.
Yo le dije, “¿Está usted fuera de su juicio?”
Luego le dije que no estaba buscando esposo, pero
que aunque así fuera, seguramente no sería él. Me
ofreció el dinero que estaba en la mesa pero yo le
dije que no estaba interesada en su dinero. Mi
corazón seguía firme en orar y leer las Escrituras
como inicialmente habíamos acordado. Así que,
dije otra vez, “Vamos a orar y a leer las
Escrituras.”
Pero él continuó insistiendo que entrara dentro
del círculo. Me vino a la mente que esto era otra
trampa. (Más tarde, una ex-bruja me dijo que ese
era un círculo satánico). Tomé mi Biblia y me
dirigí hacia la puerta. La puerta no tenía perilla y
estaba cerrada. En ese momento empecé a
proclamar el maravilloso Nombre de Jesús y a
ordenar al hombre que abriera la puerta. Requirió
diez minutos reprendiendo al diablo en él y
proclamando el Nombre de Jesús, hasta que
finalmente abrió la puerta.
Salí de ahí sintiendo un tremendo alivio. Yo sé
que Satanás intentó dañarme espiritual y
físicamente, pero su plan fracasó. En mi infancia
espiritual tuve mucho celo y poca sabiduría, pero
el Señor siempre estaba presente para liberarme
de mis aflicciones. Después, la Escritura en
SANTIAGO 1:5 vino a mi mente:
.. y si alguno de vosotros tiene falta de
sabiduría, pídala a Dios, el cual da a
todos abundantemente y sin reproche, y le
será dada.

Inmediatamente empecé a orar, “Señor, dame


sabiduría.”
Durante ese tiempo no tuve a nadie que me
aconsejara, excepto una persona que realmente no
entendía estos misterios. Los miembros de la
iglesia me seguían evadiendo a causa de mi
primera confrontación. Yo estaba sola. Pero esto
me enseñó a apoyarme en Jesús, en Jesús
solamente.
Y ahora, después de veintitrés años, sigo
dependiendo sólo en Él. Yo confío en el Señor
para guía y dirección, así como para darme
instrucciones en diferentes situaciones. Créame, no
puede equivocarse cuando se apoya en Jesús.
Ahora comprendo por qué durante mi nuevo
nacimiento espiritual recibí instrucciones de
ayunar tres días y tres noches y luego, ayuno tras
ayuno, tras ayuno. El Señor sabía que Satanás tenía
trampas muy peligrosas para mí. Tenía que ser
obediente y no dudar del Señor, porque Él lo sabe
todo.
Tanto ayuno y oración me dio la unción para
hacer retroceder al diablo, porque cada uno de sus
planes fracasaron. Todas estas confrontaciones
ocurrieron durante el primer año de mi salvación.
Aprendí que es sumamente importante
concentrarnos en Jesús y guardarse de las
distracciones.
Confía en Jehová con todo tu corazón, y
no te apoyes en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos, y él
enderezará tus sendas.
Proverbios 3:5–6

Realmente hubiera sido muy bueno el haber


tenido esta Escritura fluyendo en mi corazón antes
de la cuarta confrontación. Poco sabía yo de que
todas estas circunstancias estaban sucediendo para
prepararme para la guerra de intercesión en contra
de las brujas, los hechiceros y los poderes de las
tinieblas.
Mucha gente sigue ignorando la existencia de
esas personalidades diabólicas. Ellos piensan que
las brujas y los hechiceros son ficticios, y
pertenecen sólo en los cuentos para niños. Pero en
realidad hay personas hoy en día que practican la
brujería.
Estas personas aparecen normales, pero son
parte de un movimiento preparado para infiltrar y
debilitar el poder de la Iglesia. (Descubrí que
ellos son enviados a escuelas para aprender cómo
danzar y orar como nosotros). Ellos nos imitan tan
bien que pueden engañar a todos menos a los que
tienen discernimiento.
Como cristianos, necesitamos orar por
discernimiento para poder ver a esta gente
malvada y destruir sus obras antes de que ellos
hagan estragos en nuestras vidas.
En 1 CORINTIOS 12:7–10, encontramos que entre
los dones que el Espíritu Santo da a los creyentes
está el don de discernimiento de espíritus.
En 1 JUAN 4:1–3, se nos advierte que no debemos
creer a todos los espíritus, sino que debemos,
“probad los espíritus, si son de Dios. Porque
muchos falsos profetas han salido al mundo. En
esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu
que confiesa que Jesucristo ha venido en carne
procede de Dios, y todo espíritu que no confiesa a
Jesús no procede de Dios. Este es el espíritu del
anticristo, del cual habéis oído que había de venir
y que ahora ya está en el mundo.”
En el siguiente capítulo aprenderemos cómo
destruir las obras de las tinieblas.
3.
ENTRANDO EN LA
BATALLA

Después de cinco años de haber caminado con


el Señor, había crecido un poco, ganado un poco
de sabiduría, y cometido muchos errores. De todos
modos, el Señor me bendijo para poder corregir
los errores.
Conocí a una mujer que me pidió ser su madre
en el Señor. Le dije que la ayudaría en todo lo que
pudiera. Así que la recibí como amiga, oré y ayuné
con ella muchas veces por un período de dos años.
Durante esos dos años muchas cosas extrañas
me ocurrieron, por ejemplo: Yo estaba trabajando
en el muelle cargando materiales a una camioneta
cuando un elevador de carga, que era llevado de
un lado a otro, casi me golpeó. El elevador de
carga pasó cerca de mi cuatro veces, y cada vez, el
chofer perdía el control y casi me golpeaba. Le
pregunté, “¿Qué te pasa?”
Él me respondió, “No sé. El elevador pierde
control siempre que pasa cerca de ti. Lo hace
solo.”
Pude ver que él se estaba enojando un poco, así
que salí rápidamente a orar. Estaba percibiendo al
diablo.
Otro día, estaba cargando una plataforma con
materiales en el mismo muelle. Me detuve por un
minuto para descansar. Mientras estaba parada ahí,
una fuerza poderosa me empujó hacia atrás y
empecé a caer. No había nada para agarrarme. Si
hubiera caído, hubiera caído de cabeza en el
cemento en el suelo. Pero aparentemente los
ángeles me empujaron hacia adelante.

Pues a sus ángeles dará órdenes acerca


de ti, para que te guarden en todos tus
caminos. En sus manos te llevarán, de
modo que tu pie no tropiece en piedra.
Salmo 91:11–12

Un compañero de trabajo fue testigo del


incidente. Él, naturalmente, estaba muy perplejo,
pero como no era salvo, no entendía lo que estaba
sucediendo. Entonces le conté el incidente del
elevador de carga, lo cual aumento su confusión.
En otras ocasiones, estaba manejando y de
repente los autos del carril opuesto empezaban a
perder control. Los carros perdían control como
intentando pegarme de frente. Yo clamaba por el
Nombre de Jesús y enseguida ellos giraban justo a
tiempo. O, iba caminando y me quedaba sin aliento
y mi corazón empezaba a palpitar. Yo tenía un
corazón sano así que no había ninguna razón para
que esto sucediera.
Empecé ti buscar al Señor acerca de lo que me
estaba pasando y Él me enseñó en un sueño la
amiga con la que oré por dos años. Ella estaba
parada sobre mi cama vestida de negro. Luego, en
otro sueño, estaba caminando con ella y yo caía
apretando mi pecho. De nuevo, ella estaba vestida
de negro.
El Señor me reveló que ella participaba en la
brujería y estaba tratando de matarme. Fue
entonces que la confronté acerca de estos sueños.
Yo esperaba que ella lo negaría, pero confesó. Y
me dijo que ya que yo amaba tanto a Jesús no
debería mortificarme irme a casa con Él. Ella
quería que mi “unción” cayera sobre ella. De
inmediato rompí nuestra amistad esperando que
esos episodios terminarían, pero no fue así.
La presencia diabólica venía a mi alrededor
cuando trataba de dormir y cuando oraba. Estaba
siendo atacada constantemente. Discerní que esto
provenía de ella. Así que empecé a orar contra los
poderes de la brujería y sus obras.
Periódicamente, la presencia diabólica se retiraba
por un tiempo y luego regresaba. Me fue revelado
que ella estaba ayunando para acrecentar más
todavía sus poderes. Por consiguiente, ayuné por
tres días y oré constantemente, sin permitir que su
nombre saliera de mi boca, sino solamente
rompiendo los poderes de la brujería que venían
contra mi. Y cesó.
Ella le dijo a su pastor que yo estaba diciendo
oraciones malignas en contra de ella. Su pastor me
preguntó sobre su acusación. Yo le dije al pastor
que no decía oraciones malignas en contra de
nadie, sino que solamente rompía los poderes de
la brujería en el Nombre de Jesús. Le dije, “Si le
están pasando cosas malas es porque sus propias
obras malvadas se han vuelto en contra de ella.”
Después, cada vez que ayunaba, oraba y le
pedía a Dios que bendeciera y fortaleciera el
discernimiento de espíritus en mi vida. La
siguiente escritura vino a mi mente:

La lámpara del cuerpo es el ojo. Así que,


si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará
lleno de luz. Pero si tu ojo es malo, todo
tu cuerpo estará en tinieblas. De modo
que, si la luz que hay en ti es oscuridad,
¡Cuán grande es esa oscuridad!
Mateo 6:22–23

Ahora, basada en esta Escritura, cuando me


encuentro y hablo con otros, hago contacto directo
con sus ojos. A lo largo del tiempo Dios me ha
bendecido con el don de discernimiento, con la
habilidad de ver, oír, sentir y oler la presencia
demoniaca y sus actividades.
Otro incidente ocurrió cuando conocí a una
dama que había sido adoradora del diablo, una
sumo sacerdotisa, quien había nacido de nuevo,
lavada en la Sangre y llena del Espíritu Santo. Ella
me contó que hacía seis meses que había tenido
una operación. Me dijo que la herida no sanaba
porque en el hospital una enfermera bruja estuvo
con ella haciendo invocaciones. Cuando hablé con
ella por el teléfono, le dije que pusiera su mano
derecha en la herida y orara. Oré en el Nombre de
Jesús y ordené que los poderes de la brujería se
rompieran y fueran destruidos. Luego le pedí a
Jesús que desatara sanidad sobre esa herida. Dos
meses después hablé con ella, y me dijo que la
herida había cerrado y que había sanado
maravillosamente.
Poco después, una gran presencia diabólica
rodeó mi casa y diariamente tenía terribles dolores
de cabeza. Hablé con varios ministros para
averiguar lo que estaba pasando. Los ministros son
realmente astutos en evadir una situación cuando
así lo desean. Ellos sugirieron que todo eso estaba
en mi mente. Pero yo los perdoné.
Un ministro me dijo que no existía poder tan
fuerte. Un día, él vino a mi casa a orar por mi y fue
atacado con uno de los dolores de cabeza más
fuertes que jamás había padecido antes. El dolor
parecía como si una prensa de tornillo estuviera
apretando su cabeza. Él me dijo, “nunca he visto
algo semejante,” y rápidamente se marchó.
Llamé a mi primo, que es pastor en el sur de
California, y él me dijo que este ataque era el
resultado por haber orado por la sanidad de la ex-
bruja. Él me dijo que simplemente continuara
ayunando y orando.
Un día, estaba en una iglesia en el área
Danville/Dublin en California. Mientras estaba
orando en el altar, el pastor empezó a ministrarme
diciendo, “Hermana, hay una multitud de demonios
alrededor de tu casa. Ellos están ahí para
destruirte, pero Dios no lo permitirá. Él te
liberará. Dios tiene una gran obra para ti en el área
de combatir los poderes de las tinieblas.”
El ministro no me conocía, ni sabía por lo que
yo estaba pasando. Así que fue una palabra de
parte del Señor, y fue de gran aliento para mi.
Continué buscando al Señor, y mientras
ayunaba y oraba el Señor me dio instrucciones de
que grabara todas mis sesiones de oración en
audiocasetes. Así lo hice, y dejé la cinta corriendo
veinticuatro horas al día. Continué orando y los
dolores de cabeza se marcharon y las fuerzas
malignas también desaparecieron.
Las oraciones que Dios me había dado eran
para: destruir las obras de la brujería, paralizar
las invocaciones y los espíritus malignos orando
en mi lengua celestial, para romper toda clase de
hechizos. También oré para que los espíritus
demoniacos se confundieran, en el nombre de
Jesús.
Estaba sola en esta batalla. Busqué a alguien
para que orara conmigo pero nadie vino. Sin
embargo, es posible que si alguien me hubiera
ayudado a orar, esto hubiera estropeado las
instrucciones del Señor o quizás me hubiera
apoyado demasiado en esa persona. Sólo Dios
sabe. Dios sabe por qué camine sola durante esta
batalla. Claro, Jesús ganó en la batalla y yo
aprendí cómo luchar en contra de la brujería.
En otra ocasión; cuando iba manejando por una
calle en mi ciudad, pasé por una iglesia. El Señor
me dijo que entrara a esa iglesia, porque su
ministerio había estado bajo un ataque severo de
brujería. Visité la iglesia para hablar con el pastor.
Le dije por qué Dios me había enviado y le hablé
sobre la brujería que estaba sobre su iglesia. Él
estuvo de acuerdo y me recibió para orar.
Fui a la iglesia y empecé a interceder con
ayuno y oración, usando el conocimiento que Dios
me había dado. Como resultado, el Espíritu de
Dios empezó a fluir, el pastor recibió una gran
unción y la iglesia empezó a crecer.
Justo cuando pensábamos que todo estaba bien,
más brujas y hechiceros empezaron a venir a la
iglesia. Un domingo por la mañana, al entrar a la
iglesia sentí el estómago revuelto y después
empecé a sudar. Salí y el Señor me dio
instrucciones que ayunara por veintiún días.
Al día siguiente llamé al pastor y le dije que
estaría en mi casa ayunando y haciendo guerra
espiritual por veintiún días porque las brujas
habían traído refuerzos. El pastor estuvo de
acuerdo. Él me dijo que después de predicar se
sentía muy agotado. Esto significaba que el poder
maligno se había vuelto más fuerte. También me
comentó que todas las noches dormía doce horas y
aun tenía que luchar para levantarse. Le pedí que
no le dijera a nadie donde yo estaba, ni lo que
estaba haciendo. Quería que las brujas y los
hechiceros creyeran que me habían hecho correr.
Mientras oraba en casa, el Señor me dio
visiones y me instruyó cómo orar para hablarle a
las fuerzas demoniacas que estaban realizando las
obras de la brujería en contra del pastor y de la
iglesia. Oré de la siguiente munera:

“Demonios de brujería, maldiciones y


hechizos, en el Nombre de Jesús, tus poderes y
fortaleza son destruidos, y desde este día en
adelante, no tocarás ni molestarás al pastor
____________ ni la iglesia ______________ .”
Sellé las palabras con la sangre de Jesús. Luego,
oraba en mi lengua celestial y continuaba orando
hasta que sentía un avance completo. Hice esto por
veintiún días, cantando alabanzas y glorificando a
Dios.

Después de completar el ayuno de veintiún


días, fui a la oficina del pastor __________. Él
estaba radiante, fortalecido y lleno de gozo. Me
dijo, “Hermana, ven aquí. Quiero decirte lo que el
Señor ha hecho.” Me dijo que todas las brujas, de
que él sabía, se habían marchado de la iglesia a
excepción de una. Y ésta se había arrepentido y
había confesado. También me dijo que él había
recibido conocimiento revelado, tras conocimiento
revelado, tras conocimiento revelado.
Increíblemente, este ministro está ahora
pastoreando de cuatro a cinco mil miembros.

El Señor me guió a hacer guerra contra las


brujas y sus ataques a varias otras iglesias, que no
compartiré en esta ocasión. Pero, en la experiencia
en emprender guerra, aprendí cómo luchar en
contra de los demonios fuertes que asisten a las
brujas y a los hechiceros.

Porque las armas de nuestra milicia no


son carnales, sino poderosas en Dios
para la destrucción de fortalezas.
2 Corintios 10:4
El Nuevo Diccionario Mundial Webster define
la guerra como “el acto de combatir; un conflicto
armado o luchas de cualquier índole.” La Biblia
nos dice que estamos en una guerra y que debemos
ponernos todo la armadura de Dios. No estamos
luchando en contra de la carne ni la sangre y que
las armas que usamos no son tangibles. Nuestro
enemigo es invisible y luchamos en contra de él y
sus demonios con la Palabra de Dios, que es la
espada del Espíritu (EFESIOS 6:11–17), con oración y
ayuno (MATEO 17:21), la sangre del Cordero y
nuestro testimonio cristiano (APOCALIPSIS 12:11).
Aunque la Palabra de Dios cubre esto, muchos
santos no entienden que hay rangos de demonios en
las regiones celestes. EFESIOS 6:12 nombra estos
rangos como “principados, potestades,
gobernadores de las tinieblas de este siglo, huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes.”
El Señor me enseñó que esos demonios asisten a
las brujas y les dan el poder para hacer el mal.
Varios meses más tarde, estaba acostada en mi
cama con mi espalda a puerta de la recámara.
Estaba leyendo cuando de repente el Espíritu
Santo dijo, “Mira por encima de tu hombro.” Me
di vuelta y vi un dragón, con ojos muy penetrantes
y malvados y con una mirada feroz. Empecé a
decir repetidamente, “¡Jesús! ¡Jesús! ¡Jesús!”
Cuando repetí “Jesús” tres veces, el dragón
desapareció. Parte de mi cuerpo estaba tan frío
como si hubiera estado en una heladera. Continué
diciendo, “Jesús” hasta que mi cuerpo volvió a la
temperatura normal.
Una vez más, le di a Dios la gloria, porque no
me venció el temor. Yo sabía que la paz del Señor
Jesús me protegía.
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los
habéis vencido, porque el que está en
vosotros es mayor que el que está en el
mundo.
1 Juan 4:4

En otra ocasión, iba manejando por el sur de


California, de vuelta de una reunión cristiana
acompañada por otras tres personas. De repente un
camión de reparto se acercó a la parte de atrás del
auto como si fuera a embestirme. Empecé a decir,
“Satanás, en el Nombre de Jesús, te ato y destruyo
tus obras.”
Luego, el camión de reparto giró
inmediatamente hacia el lado del pasajero y el
chofer lanzó una mirada feroz hacia mi ventana. Su
mirada era fría, obscura y penetrante; su cara
estaba blanca, pálida y colmillos colgaban fuera
de su boca. Una vez más dije, “En el Nombre de
Jesús, demonio te ato.” Y él se marchó.
A Dios sea la gloria por otro momento
victorioso. Yo creo que éstas fueron artimañas de
Satanás para tratar de hacerme retroceder. Pero
cuánto más él tramaba, más Cristo se levantaba en
mi, lo que me dio aun más determinación de hacer
la voluntad de Dios. Mientras esté en la voluntad
de Dios, Satanas sólo puede hacer lo que Dios le
da permiso para hacer y no más.2

2 Permanecí en esta batalla por casi un año. ¡Gracías a Dios por la


victoria!
4.
GANANDO LA BATALLA

Mientras estaba orando ante el Señor, Dios me


habló. Me dijo que fuera a cierta ciudad a
interceder ya dirigir una guerra espiritual por una
iglesia cuyo ministerio estaba bajo un ataque muy
fuerte. (Intercesión, definida en el Unger’s Concise
Bible Dictionary, es una forma de orar en que el
suplicante está en la brecha entre Dios y alguna
necesidad grande. Lea ROMANOS 8:26–27).
Yo dije, “Está bien Señor.” Y fui. Hablé con el
pastor después del servicio y le dije que venía
para hacer guerra espiritual contra las brujas y los
hechiceros que estaban atacando su ministerio.
Una bruja y un hechicero de alguna manera se
enteraron del propósito por el cual fui allí, y
empezaron a trabar guerra contra mi. Todo tipo de
actividades y fuerzas demoniacas vinieron en
contra de mi. Mi carro se descomponía
constantemente para impedirme ir a la iglesia. Me
despertaba tosiendo y ahogándome. Un fuerte olor
a azufre revuelto con otro olor indescriptible
entraba por mi nariz mientras dormía; y me
despertaba peleando en la batalla espiritual.
El poder se rompía por un corto tiempo, luego
regresaba, una y otra vez. Esto sucedió desde el
mes de diciembre hasta finales de marzo del
siguiente año.
Empecé a ayunar, ya orar, y le pregunté a Dios
por qué esta batalla iba y venía. Entonces, el
Señor me preguntó, “¿Qué hace que un cristiano
tenga éxito?” Y le contesté, “El Espíritu de Cristo
que vive dentro uno.”

A éstos, Dios ha querido dar a conocer


cuáles son las riquezas de la gloria de
este misterio entre las naciones, el cual
es: Cristo en vosotros, la esperanza de
gloria.
Colosenses 1:27

“Y,” contesté también al Señor, “teniendo obras


de fe.”

Con este fin oramos siempre por


vosotros: para que nuestro Dios os haga
dignos de su llamamiento y que él cumpla
todo buen propósito y toda obra de fe con
poder, de manera que el nombre de
nuestro Señor Jesús sea glorificado en
vosotros, y vosotros en él, según la gracia
de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
2 Tesalonicenses 1:11–12

En la iglesia, mientras estaba arrodillada


orando, el Señor empezó a revelarme lo que las
brujas, hechiceros y adoradores del diablo hacen
para tener éxito en sus obras. Ellos son impulsados
por el miedo, el odio, la ambición y el orgullo.
Inmediatamente empecé a orar y a maldecir los
poderes y las obras del miedo, el odio, la
ambición y el orgullo, junto con el asesinato,
hechicería y brujería — en el Nombre de Jesús —
destruyendo sus obras y obstruyendo la obra de
estos espíritus en esa persona sometida a Satanás.
También, en el Nombre de Jesús, silencié los
espíritus que dirigen y maldecía el espíritu de
ceguera, pesadez y esclavitud. Le pedí a Dios que
abriera los ojos de esa persona para que pudiera
glorificar a Jesús, y abriera el oído de su corazón
para que pudiera oír la voz del Señor. Oré para
que el Señor le revelará toda la maldad que estaba
haciendo, para que su corazón pudiera recibir
convicción. Yo quería que él se arrepintiere.

El ha cegado los ojos de ellos y


endureció su corazón, para que no vean
con los ojos ni entiendan con el corazón,
ni se conviertan, y yo los sane.
Juan 12:40

Pues no recibisteis el espíritu de


esclavitud para estar otra vez bajo el
temor, sino que recibisteis el Espíritu de
adopción como hijos, en el cual
clamamos: «¡Abba, Padre!»
Romanos 8:15

Poco después, el brujo padeció un cambio


completo. La dureza de su corazón se disipó, y una
suavidad empezó a aparecer en él. Confesó
abiertamente que estaba metido en el satanismo, y
que él había matado a personas poniendo
maldiciones sobre ellos. Él admitió que
participaba en la brujería sexual y muchos otros
rituales paganos. También dejó de moverse
constantemente durante los servicios de la iglesia,
y comenzó en verdad a participar en la alabanza y
adoración.
Quiero enfatizar que si estos demonios y sus
obras son destruidas en una persona, entonces
ellos ya no tienen éxito para hacer obras de
brujería en contra la iglesia y los hijos de Dios. A
propósito, el brujo perdió tanto poder sobre la
iglesia que al final se marchó.
Yo dije, “Señor, esto es muy simple. Sólo
necesitamos ayunar y orar, y destruir las obras del
miedo, el odio, la ambición, o cualquier otra
atadura que esté impulsando a una bruja, brujo,
hechicero o sumo sacerdote.” Desde ese momento
en adelante mis batallas contra cualquier bruja,
brujo, o alguna forma similar de un agente
malvado, lucren mucho más fáciles. Simplemente
hacía un pequeño ayuno de tres días para
determinar la característica malvada dominando a
esa persona, y luego empezaba a orar.
Recuerde, las brujas y los brujos son seres
humanos. Por consiguiente, sin los demonios
obrundo en ellos, no tendrán éxito. Como lo
indican las Escrituras, cuando Jesús echó fuera el
demonio llamado Legión, los demonios se fueron y
el hombre fue restaurado a su estado normal.

“Cuando vio a Jesús, exclamó, se postró


delante de él y dijo a gran voz: — ¿Qué
tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios
Altísimo? ¡Te ruego que no me
atormentes! Porque Jesús había mandado
al espíritu inmundo que saliera del
hombre, pues se había apoderado de él
desde hacía mucho tiempo, Para
guardarlo, lo ataban con cadenas y con
grillos, pero rompiendo las ataduras era
impelido por el demonio a los desiertos.
Jesús le preguntó, diciendo: — ¿Cómo te
llamas? Y él dijo: — Legión. Porque
muchos demonios habían entrado en él; y
le rogaban que no los mandase al abismo.
Había allí un hato de muchos cerdos que
pacía en la montaña; y le rogaron que les
dejase entrar en aquéllos, y él les dio
permiso. Cuando los demonios salieron
del hombre, entraron en los cerdos; y el
hato se precipitó por un despeñadero al
lago, y se ahogó. Los que apacentaban los
cerdos, al ver lo que había acontecido,
huyeron y dieron aviso en la ciudad y por
los campos. Y salieron a ver lo que había
acontecido. Fueron a Jesús y hallaron al
hombre de quien habían salido los
demonios, sentado a los pies de Jesús,
vestido y en su juicio cabal; y tuvieron
miedo.
Lucas 8:28–35

Hubo otra reunión cristiana a la cual el Señor


me llamó, y me bendijo al llamarme a la batalla
espiritual. Hablé con una hermana, que había
estado trabajado con el ministro, y le expliqué que
quería interceder en contra de los poderes de las
tinieblas y la brujería. Ella me dio un distintivo
como consejera, para así poder entrar al edificio
para hacer guerra espiritual antes de cada servicio.
Llegaba horas antes de que el servicio empezara y
me iba a una área donde no llamaba la atención y
empezaba a interceder y a hacer guerra espiritual,
en el Nombre de Jesús, contra los poderes de las
tinieblas. Prohibí a estos demonios, en el Nombre
de Jesús, que intervinieran con las brujas, así de
esta manera ellas podrían hacer una decisión libre
de recibir a Jesús y ser salvas.
La oración fue la siguiente: “En el Nombre de
Jesús, Satanás, tú, todas tus influencias y espíritus
están totalmente paralizados y prohibidos de
influenciar a estas brujas y hechiceros. Ellos
tendrán la libertad de escoger si quiere dar sus
vidas al Señor. Así que ustedes están
completamente silenciados en el Nombre de
Jesús.” Después, oraba intensamente en mi lengua
celestial hasta sentir la victoria. Una vez que esto
ocurría, yo sabía que estaba hecho.
Una ujier que viaja regularmente con el
ministro se acercó a mi cuando estaba terminando
de orar. Ella me preguntó por quién estaba orando.
Le contesté que estaba orando para que brujas
presentes fueran salvas. Me miró y sacudiendo su
cabeza se marchó. Ese viernes por la noche, el
ministro se detuvo y dijo que había una bruja en el
servicio que el Señor quería salvar. Él llamó por
una bruja, y luego muchas otras brujas vinieron al
altar. Después, en otro servicio, la misma ujier me
dijo que ella había sido testigo de que yo había
dirigido una guerra efectiva para que las brujas
fueran salvas y que también había sido testigo de
los resultados.
En otra ocasión, en otra ciudad, ella dijo, “Yo
viajo mucho y asisto a muchos servicios como
estos, ¡pero jamás vi algo semejante como lo que
pasó con las brujas! No fui yo quien hizo la guerra,
sino Cristo que vive en mi. ¡Gloria a Dios!
En otra ocasión diferente, fui a una conferencia
y Dios me instruyó ayunar por siete días y siete
noches. El me instruyó que intercediera antes de
cada reunión. Y así, silenciosamente iba antes de
cada servicio, y me arrodillaba o me sentaba a
orar e interceder y hacer guerra espiritual contra
los poderes de las tinieblas que estaban obrando
en las brujas. Había muchas de ellas en ese
servicio en particular.3 Después de orar no había
pesadez ni interferencia de parte de ellas, y Dios
reinó. También otras personas que asistieron,
indicaron que habían muchas brujas en ese
servicio en particular, pero no obstante, no hubo
ninguna interferencia por parte de ellas. ¡Ellas no
tenían poder!
Nuevamente, yo estaba ahí para interceder, atar
los poderes y destruir las obras de todas las brujas
en cada servicio. En el Nombre de Jesús, le
prohibí a los espíritus guías venir al servicio. Hay
tanto poder en el Nombre de Jesús; una cantidad
enorme de poder. A propósito, uno puede
fácilmente hacer guerra espiritual silenciosamente
durante los servicios, sin llamar la atención. De
esa manera nadie sabe lo que usted está haciendo,
y Dios recibe toda la gloria.
Hay un ejemplo en las Escrituras de cierta
joven que poseía un espíritu de adivinación.

Aconteció que, mientras íbamos al lugar


de oración, nos salió al encuentro una
joven esclava que tenía espíritu de
adivinación, la cual producía gran
ganancia a sus amos, adivinando. Esta,
siguiendo a Pablo y a nosotros, gritaba
diciendo: — ¡Estos hombres son siervos
del Dios Altísimo, quienes os anuncian el
camino de salvación! Hacía esto por
muchos días. Y Pablo, ya fastidiado, se
dio vuelta y dijo al espíritu: — ¡Te
mando en el Nombre de Jesucristo que
salgas de ella! Y salió en el mismo
momento.
Hechos 16:16–18

Esto ilustra nuevamente que una vez que las


obras del maligno son destruidas la persona se
vuelve impotente.
3 Muchas veces, las brujas, etc., no han sido verdaderamente
amadas, o han sido heridas, maltratadas y ultrajadas por sus
padres o alguien durante su niñez. Muchas de ellas es posible
que hayan asistido a una iglesia cristiana y fueron rechazadas
también. ¡Pero la iglesia de las tinieblas las recibieron con los
brazos abiertos! La Iglesia cristiana necesita tener cuidado de
demostrar el amor de Cristo a toda la gente, sin importar sus
apariencias. ¡Dios es amor!

La afrenta ha quebrantado mí corazón, y estoy


acongojado. Esperé que alguien se compadeciera de mí,
y no hubo quién. Busqué consoladores y no hallé
ninguno.

Salmos 69:20
LA MANERA QUE YO
ORO
“¡En el Nombre de Jesucristo de
Nazaret, ahora mismo vengo en
contra del espíritu príncipe
gobernador y todos los demás
espíritus. Yo vengo a través de la
sangre del Señor Jesucristo, en
el Nombre de Jesús. Yo te
paralizo y silencio, te prohíbo
influenciar o fortalecer a (la
bruja o brujo) en el Nombre de
Jesús!
¡Estamos destruyendo tus obras:
los espíritus de odio, amargura,
asesinato, espíritus de
hechicería, brujería y todos sus
espíritus acompañantes, sus
obras, sus poderes, sus
influencias, sus influencias son
destruidas en el Nombre de
Jesús!

Yo les paralizo a todos, ahora


mismo. Ustedes no podrán usar
más esta alma contra la Iglesia (o
una persona en particular), en el
Nombre de Jesús.
Vengo en contra del espíritu de
ceguera, ato los espíritus de
cautividad y pesadez, miedo y
odio.

Te pido, Señor, que abras sus


ojos para que puedan ver lo
gloria de Jesús. Abre sus
corazones para que puedan oír
Tu voz. Rompe los yugos en sus
vidas y dales la libertad en sus
almas, que puedan ser libres
para arrepentirse. Enséñales
cada acción y obra maligna de
que son culpables, y Señor Jesús,
convence sus corazones para
que se arrepientan. Saca estas
almas de las tinieblas; salva estas
almas para que Tú tengas la
gloria.

Satanás, te silencio en el
Nombre de Jesús, atando tu
intervención. No estorbarás a
estas almas y ellas tendrán la
libertad de escoger si quieren
arrepentirse o no. Ellas harán
esto sin tu interferencia.

En el Nombre de Jesús de
Nazaret, ato y destruyo toda
brujería, hechizo o maldición
que se haya pronunciado contra
mi y contra cualquier otra
persona a través de algun brujo
o bruja. Ato y destruyo todos los
poderes y obras que obran a
través de ellos, ¡en el Nombre
de Jesús! Y declaro que
cualquier hechizo, maldición o
brujería que hagan contra mi o
contra otra persona, a través de
ellos, vuelvan sobre sus propias
vidas, ¡en el Nombre de Jesús!

También, Señor, oro para que


envíes tus ángeles guerreros
para pelear contra estas
actividades demoniacas, y envíes
Tus espíritus servidores para
ministrar a estas almas.”

Después de orar así, empiezo a orar en el


Espíritu “con gemidos que no pueden expresarse
con palabras” (ROMANOS 8:26), hasta que el Espíritu
Santo empieza a interceder, llevándome a una
intercesión profunda. Continúo orando, orando y
orando, hasta que obtengo la victoria en la esfera
espiritual. Cuando entro en la esfera espiritual,
entonces sé que el Señor está obrando. Aun cuando
una bruja o brujo individual no se arrepiente, ella
(o él) pierde su poder y no tiene éxito en
influenciar a una iglesia, una familia, una persona,
o un matrimonio.
CONCLUSIÓN
Hace muchos años, Dios me despertó una
noche y me dijo, “Ruthie, la Iglesia está durmiendo
y el mundo del oculto está creciendo
rápidamente.” Es tiempo de que los santos se
despierten, se pongan sus vestiduras de guerra, y
peleen en contra de las fuerzas de las tinieblas.

El que practica el pecado es del diablo,


porque el diablo peca desde el principio.
Para esto fue manifestado el Hijo de
Dios: para deshacer las obras del diablo
1 Juan 3:8
Me gustaría aconsejar a aquellos que estan
luchando en contra de los poderes de las tinieblas
que por favor ayunen y oren, y le pidan a Dios que
primero les enseñe sus propias debilidades. Es
sumamente importante que usted sea primero
liberado. Si usted no ha sido liberado, Satanás
usará sus propias debilidades en contra de usted y
usted se convertirá en su peor enemigo. Aunque
mencioné esto en un capítulo anterior, siento una
necesidad tremenda de repetir esta declaración.
Antes de empezar un ayuno, le aconsejo que
tome un laxante herbácco para ayudar a limpiar su
sistema. Esto ayudará a prevenir que las toxinas y
el veneno de la comida ataquen su cuerpo con
dolores de cabeza, y que se vuelva irritable y
flojo.
Alguna veces, Satanás intentará atacarle al
principio de su ayuno para impedir que continúe.
Pero prosiga, como FILIPENSES 3:14 declara:

Prosigo a la meta hacia el premio del


supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús.
Filipenses 1:14

Siempre es una gran bendición cuando usted


avanza hasta terminar el ayuno. Muchas veces el
ayuno le preparará y le ayudará a combatir
cualquier tentación que viene en contra suyo.
También afinará su conciencia espiritual y le
capacitará para luchar exitosamente en contra el
enemigo.
Daniel quería entender la visión que había
recibido acerca de los últimos días. Él estuvo en
congoja por tres semanas completas y no comió
pan ni carne ni nada deleitoso hasta cumplirse las
tres semanas. El ángel se le apareció y le dijo:

Daniel, no temas, porque tus palabras han


sido oídas desde el primer día que
dedicaste tu corazón a entender y a
humillarte en presencia de tu Dios. Yo he
venido a causa de tus palabras. El
Príncipe del reino de Persia se me opuso
durante veintiún días; pero he aquí que
Miguel, uno de los principales Príncipes,
vino para ayudarme; y quedé allí con los
reyes de Persia.
Daniel 10:12–13
El enemigo tratará de parar o impedir las
bendiciones que Dios tiene para usted. Pero
recuerde, el ayuno pondrá alas a su oración y
obtendrá resultados en el mundo espiritual.
Por favor, antes de empezar el ayuno, busque a
Dios para saber el tipo y la duración del ayuno que
debe emprender.

Reconócelo en todos tus caminos, y él


enderezará tus sendas.
Proverbios 3:6

Dios quizás dirija a algunos a un ayuno seco, a


otros con agua, y a otros con jugo. Todo depende
de su cuerpo, y de lo que Dios quiera cumplir.
Ayune con motivos puros; no por razones
egoístas ni por ganancia personal, sino para buscar
a Dios, Su Reino, y Su voluntad para su vida. Si
esto es hecho debidamente, el ayuno y la oración
producirán una gran unción sobre su vida.

Sucederá en aquel tiempo que su carga


será quitada de tu hombro y su yugo de tu
cuello. El yugo será destruido a causa de
tu unción.
Isaías 10:27

Jesús dijo que nosotros no debemos solamente


hacer las mismas obras que Él hizo, pero también
obras mayores. Sabemos que Él derrotó al
enemigo en el Calvario, sin embargo, las obras
malignas siguen ocurriendo en nuestra tierra. Jesús
nos dio el poder para caminar y hollar serpientes,
y también para destruir las obras de nuestro
enemigo. Las iglesias y los cristianos no deben ser
derrotados por las obras del diablo. Las finanzas
del Cuerpo de Cristo tampoco deben estar en un
estado de derrota.
Recuerde, ¡Ya hemos ganado a través de Cristo
Jesús!
Muchas brujas y hechiceros han venido al
Señor sin recibir el fundamento en las cosas
profundas de Dios y se les ha otorgado puestos de
liderazgo en la iglesia. Sin embargo, la Palabra de
Dios dice, “El que tiene ministerio, que espere por
él” (ROMANOS 12:7, parafrase de la VERSIÓN KING
JAMES en inglés).
Usted tiene que ser formado y moldeado para
su ministerio. También tiene que ser puesto a
prueba, ser afligido y pasar por el fuego. Así que
les advierto a los pastores a que esperen en el
Señor, y que busquen a Dios sinceramente, antes
de ordenar a gente y ponerlos en puestos de
responsabilidad poco tiempo después de haber
sido salvos.

Que no sea un recién convertido, para que


no se llene de orgullo y caiga en la
condenación del diablo.
1 Timoteo 3:6

¡Es tiempo que la iglesia despierte! Debe


levantarse y tomar su posición victoriosa en
Cristo.
¡Dios nos ha dado el poder para destruir todas
las obras de la brujería a través de ayuno y
oración, en el Nombre de Jesús!

¡ DIOS LE BENDIGA !

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