Sei sulla pagina 1di 7

TEOLOGIA CONTEMPORANEA II

5 de julio de 2014

SEMINARIO EVANGELICO DE LIMA

TEOLOGIA
CONTEMPORANE
A II
TEOLOGIA DE LA TOLERANCIA

Ernesto Manrique Jáuregui

ERNESTO MANRIQUE JÁUREGUI Página COMPLEMENTACION EXTRAORDINARIA


1
TEOLOGIA CONTEMPORANEA II
5 de julio de 2014

TEOLOGIA DE LA TOLERANCIA

1. DEFINICIONES
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define:
tolerancia, respeto por los pensamientos y las acciones de
terceros cuando resultan opuestos o distintos a los propios.
Se origina del latín tolerare (“soportar”) y se refiere al nivel de
admisión o aprobación frente a aquello que es contrario a
TOLERANCIA
nuestra moral. Se trata, de la actitud que se adopta cuando
se encuentra con algo que es distinto a nuestros valores.
Hay que destacar que la tolerancia invita a respetar y
comprender los valores de los otros, no supone aceptar
aquellos que avasallan los derechos de los demás.
Es importante tener en cuenta que la tolerancia no es
INDIFERENCI sinónimo de indiferencia. No prestar atención directamente,
A negar los valores que defiende el prójimo no es una actitud
tolerante.

Una encíclica fue originalmente una carta circular enviada a


todas las iglesias de una zona en la antigua iglesia catalana.
En ese momento, la palabra puede ser usada para una carta
enviada por cualquier obispo a sus fieles.
La palabra proviene del latín Encyclia y del griego ἐκκύκλιος
ENCICLICA
("ekkyklios") que significa "envolver en círculo", que es
también el origen de la palabra "enciclopedia". La Iglesia
católica en general, sólo utiliza este término para las
encíclicas papales, pero la Iglesia Ortodoxa Oriental y de la
Comunión Anglicana mantienen el uso antiguo.

Concilio (del latín concilium) es una reunión o asamblea de


autoridades religiosas (obispos y otros eclesiásticos)
CONCILIO generalmente efectuada por la Iglesia Católica u Ortodoxa,
para deliberar o decidir sobre las materias doctrinales y de
disciplina.

El concepto de ecumenismo es aquel que hace referencia al


fenómeno actual mediante el cual las diferentes iglesias
ECUMENISMO relacionadas con el Cristianismo buscan unirse o reunirse
luego de todos los cismas y conflictos que hicieron en algún
momento que se dividieran.

“Derechos Humanos” (DD.HH.) hace referencia a las


libertades, reivindicaciones y facultades propias de cada
individuo por el sólo hecho de pertenecer a la raza humana.
DERECHOS Esto significa que son derechos de carácter inalienable (ya
HUMANOS que nadie, de ninguna manera, puede quitarle estos
derechos a otro sujeto más allá del orden jurídico que esté
establecido) y de perfil independiente frente a cualquier factor
particular (raza, nacionalidad, religión, sexo, etc.).

ERNESTO MANRIQUE JÁUREGUI Página COMPLEMENTACION EXTRAORDINARIA


2
TEOLOGIA CONTEMPORANEA II
5 de julio de 2014

2. INTRODUCCIÓN
El término pluralismo tiene los siguientes significados: por definición de la RAE, es
el reconocimiento de muchos sistemas, principios o realidades. En política, hace
alusión a la existencia de múltiples élites o grupos de interés que pueden
consolidarse de un sistema político e influir en las decisiones. En filosofía, es la
posición metafísica contraria al monismo. Para el pluralismo el mundo, la
totalidad, está compuesto de realidades independientes las unas de las otras, o
bien interrelacionadas. En teología, el pluralismo es la posición que defiende que
todas las religiones son caminos útiles para llegar a Dios o a la salvación.
El pluralismo constituye el telón de fondo sobre el que se plantea la cuestión de la
tolerancia. La supervivencia de los seres humanos se plantea en términos éticos
y que consisten en aceptar y respetar la diversidad, aprender de ella y
perfeccionar el sentido de lo humano.
Esa es la problemática de lo que se refiere con la palabra “tolerancia”, que implica
esa actitud de firmeza en las convicciones propias, al tiempo que se respetan y se
convive con personas de convicciones diferentes. Implica la relativización de
rasgos de la cultura social de un pueblo, para afianzar la primacía central de la
cultura como una sustancia humano común. Es absolutamente preciso reconocer
el derecho a ser diferente. Se podría incluso ir más lejos y decir que es preciso
dejarse impactar por esta diferencia.
Para superar esta separación, existe la necesidad de descubrir el “valor” ajeno,
que enriquece los valores propios de cada uno. Es una forma de profundizar en
“nuestra verdad” a partir de la “verdad del otro”. Eso es lo único que puede hacer
un diálogo honesto, real, de “ida y vuelta”, compartiendo un mensaje especial, que
es el que cada uno lleva desde su cultura y su religión, pero estando también
abiertos a escuchar y a descubrir. Tal como decía Juan Pablo II en su Encíclica
“Redemptoris missio”
La tolerancia no es silencio o indiferencia, significa un valor ético que jamás ha
tenido la importancia social e histórica que tiene ahora, ya que de él depende en
mucho la cohesión e incluso la supervivencia de nuestra especie.

3. DESARROLLO
Teología de la Tolerancia basada en las Sagradas Escrituras
La revelación de la Palabra es la base teológica del cristianismo, en todas sus
expresiones religiosas y eclesiásticas. La forma de interpretación y de asimilación
ha tenido procesos variados tanto a lo largo de la historia de la Iglesia Católica,
como de las diferentes denominaciones religiosas cristianas. Antes de la reforma
protestante se consideraba inclusive “peligrosa” su lectura por almas “simples”, ya
que su interpretación textual podía prestarse a error teológico.
En el año 385, Jerónimo de Estridón realizó una traducción al latín popular (más
accesible a la plebe o “vulgus” que el latín clásico de Cicerón, que Jerónimo
dominaba ampliamente). Esta traducción es llamada “vulgata editio”, o edición
para el vulgo. La reforma protestante y la traducción de la biblia al alemán
trajeron un nuevo concepto, el de la capacidad del Espíritu Santo de hablar
directamente al alma de cada cristiano a través de la palabra revelada en las
Sagradas Escrituras.
Dado el carácter del tema, tiene mucho que ver con un mensaje ético global, tema
de inspiración y contenido espiritual. El punto de partida es estudiar la valoración

ERNESTO MANRIQUE JÁUREGUI Página COMPLEMENTACION EXTRAORDINARIA


3
TEOLOGIA CONTEMPORANEA II
5 de julio de 2014

que hace el mensaje cristiano de la aceptación del “otro”, considerado el prójimo


como el que es diferente, el que piensa distinto, el que tiene otro origen o raza.
La tolerancia parte del respeto a la dignidad humana. El respeto del ser humano
parte de una premisa que es su origen como imagen de Dios. Esa semejanza
expresa el valor fundamental de la dignidad humana desde el punto de vista
teológico. Ahí parte la historia de la relación del hombre con Dios, la creación, el
pecado y la reconciliación como procesos que se explica por ese “paralelo” del
hombre con la “imagen de Dios”.
La tolerancia puede tener diferentes valoraciones éticas. Desde un punto de vista
genérico puede hablarse de tolerancia teniendo como referencia cualquier cosa,
aunque sea en sí misma buena o indiferente, que resulta subjetivamente irritante o
molesta. La tolerancia impulsa entonces a una actitud de superar esa irritación,
bien sea por motivos naturales o sobrenaturales. Se ha de entender que la
tolerancia no sea expresión del egoísmo -evitar reacciones incómodas, etc.- sino
de un elemento positivo: la caridad (cfr. Conc. Vaticano II, Const, Gaudium et
spes, 28), la justicia (ib., 73), el amor a la libertad propia y a la ajena, la conciencia
de la opinabilidad de muchas cosas. No se trata sólo de tolerarse mutuamente,
sino de “respetar la libertad de todos”. Aceptar que hay otros que piensan de
distinta manera, que tienen otros gustos y aficiones, otra visión de las cosas.
Aceptar que hay personas a las que no somos simpáticos. Pero ninguno de esos
motivos -ni otro alguno-, debe ser obstáculo para el diálogo, para la amistad:
porque el amor de Dios supera las diferencias. (J. Escrivá de Balaguer, texto de
24 oct. 1965).
Posiblemente no exista un misterio más profundo dentro de la Biblia que el relato
del Génesis de la creación del hombre y la mujer. Dios dijo: “Hagamos al hombre
a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces
del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales
que se arrastran por el suelo. Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a
imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y los bendijo, diciéndoles: Sean
fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del
mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra.”
Algo es claro, a esta asociación del hombre con la “imagen” de Dios, se le asocia
de inmediato una carga de dignidad y de conservación, la base misma del respeto
absoluto a su vida.
El Concilio Vaticano Segundo toma en esa semilla original del hombre la base
para el diálogo, es decir, el respeto y la tolerancia con toda la especie humana.
1. TOLERANCIA DEL MAL.

En sentido estricto la tolerancia se refiere al mal moral objetivo. Es


clásica la definición de P. Cappello: permisión negativa del mal,
permissio negativa mali (Summa Iuris publici ecclesiastici, Roma 1928,
N° 270). La tolerancia no es equivalente al simple conocimiento de la
existencia del mal, sino que implica además la decisión de tolerarlo: es
decir, presupone que haya la posibilidad, al menos remota, de evitarlo:
si no fuera así, propiamente hablando, el mal se soporta, pero no se
tolera. La parábola del trigo y de la cizaña (Mateo 13:24-30), que es uno
de los fundamentos evangélicos de la tolerancia, implica la posibilidad
de evitar la mala hierba, si se quisiera arrancarla: si no se extirpa, es
para no ocasionar un mal mayor, al arrancar también el trigo. “Dios,
aunque omnipotente y sumamente bueno, permite que sucedan males
en el universo, pudiéndolos impedir, para que no sean impedidos
mayores bienes o para evitar males peores” (S. Tomás, Sum. Th. 2-2

ERNESTO MANRIQUE JÁUREGUI Página COMPLEMENTACION EXTRAORDINARIA


4
TEOLOGIA CONTEMPORANEA II
5 de julio de 2014

ql0 all). Un razonamiento semejante es el empleado por Pío XII en su


clásica alocución sobre la tolerancia: “El error y el pecado se hallan en
el mundo en gran medida. Dios los reprueba, y, sin embargo, los deja
que existan. Por tanto, la afirmación de que la desviación religiosa y
moral ha de ser siempre impedida (...) no puede tener un valor de
absolutismo incondicionado” (AAS 44, 1953, 799).
Es importante, recalcar la diferencia entre tolerancia dogmática y
práctica. La primera no puede admitirse porque supone una
indiferencia que deriva del relativismo en el terreno de la fe y de la
moral. Lo que no responde a la verdad y a la norma moral no tiene
objetivamente ningún derecho a la existencia, ni a su propaganda. En
cambio por razones justificadas puede admitirse una tolerancia práctica,
para salvaguardar bienes superiores. Debe haber una reprobación del
mal y del error; si se tolera en la práctica alguna de sus
manifestaciones, no es porque se olvide su calificación moral, o se
considere lícito lo que es ilícito, sino porque se hace una elección entre
dos males necesarios, con objeto de evitar el mal mayor. Queda
excluida, cualquier confrontación entre el bien y el mal, y se da por
supuesta una desigualdad objetiva entre ideas, acciones, etc., en el
plano religioso y moral.
Es bueno recordar que no es lo mismo el pecado que el pecador.
Desde el conocido diligite homines, interf icite errores, de S. Agustín
(Contra litt. Pet. 1 28: PL 43,259; cfr. también Sermo 49,5: PL 28, 323)
-aniquilad los errores y amad a los que yerran. Las diferencias entre los
enfoques de las diversas épocas históricas se deben, al mayor o menor
énfasis que se haya puesto una u otra vez en cada término de esa
proposición. No tienen derechos el error ni el pecado, sino el errante, el
pecador; y no en cuanto pecador, sino en cuanto persona. Por eso el
indiferentismo trata de atribuir los mismos derechos a la religión que al
ateísmo, a la religión verdadera que a las falsas, a la verdad y al error,
es incompatible con el derecho natural y con la doctrina revelada. En
este aspecto concretamente, conservan su valor las abundantes
disposiciones del Magisterio, emanadas sobre este punto a finales del
s. xix, aunque en otros aspectos disciplinares o de enfoque hayan sido
enriquecidas o perfeccionadas posteriormente: cfr., p. ej., Gregorio XVI,
enc. Mirar¡ vos, 1882; Pío IX, enc. Quanta cura, 1864; Syllabus, prop.
15 y 16; León XIII, enc. Inmortale Dei, 1885; etc.
Fundamentándose la tolerancia en la doctrina moral del mal menor, es
evidente que hay que conciliar siempre dos elementos de primaria
importancia: de una parte, se evitará que la tolerancia se transforme en
una ilícita cooperación en el mal o en un condenable incumplimiento de
los propios deberes (por estado, cargo, dignidad, oficio, etc.); de otra
parte, la prudencia y la ecuanimidad llevarán a saber elegir entre las
distintas posibilidades prácticas, de modo que se consiga el mayor bien
posible o se evite el mayor mal, y siempre sin utilizar el mal de un modo
activo: no hay que hacer nunca el mal, aunque sea para conseguir un
gran bien. (Romanos 3:8)
Esta actitud de la tolerancia del mal no basta para una conciencia
cristiana, es necesario una actitud positiva de erradicar en cuanto sea
posible el mal, ahogar el mal en abundancia de bien: “Con el enfoque
de la fe cristiana, me vengo refiriendo al mal en el sentido preciso de la
ofensa a Dios. El apostolado cristiano no es un programa político, ni

ERNESTO MANRIQUE JÁUREGUI Página COMPLEMENTACION EXTRAORDINARIA


5
TEOLOGIA CONTEMPORANEA II
5 de julio de 2014

una alternativa cultural: supone la difusión del bien, el contagio del


deseo de amar, una siembra concreta de paz y alegría” (J. Escrivá de
Balaguer, Es Cristo que pasa, 8 ed. Madrid 1974, n° 124).
2. Clases de tolerancia.
Cabe distinguir una tolerancia en el campo civil y una tolerancia por
parte de la autoridad religiosa. Desde una perspectiva moral
señalemos que, en el segundo caso, al aplicar la tolerancia, la autoridad
eclesiástica debe hacer compatibles los siguientes elementos:
a) El gravísimo deber de no permitir que se insinúe en el depósito de
la Revelación el más mínimo error, que sería incompatible con la
misión sobrenatural de la Iglesia. (Conc. Vaticano I, Const.
De¡ Filius, cap. IV, 5; Conc. Vaticano II, Const. Lumen gentium, 25;
v. FE III, A);
b) El derecho divino consiguiente, para enseñar sin trabas ni
corrupciones la verdad recibida de Cristo;
c) La necesidad de fomentar una pacífica convivencia en una
sociedad religiosamente pluralista;
d) El deber de velar por la libertad de las conciencias, ya que la fe es
fruto de una aceptación libre de la gracia sobrenatural y no puede
ser impuesta mediante coacción;
e) La posibilidad real de evitar la difusión del error, mediante los
medios espirituales, de magisterio, de disciplina, etc., propios de la
Iglesia.

4. CONCLUSIONES
Las bases de la tolerancia en el Nuevo Testamento: el mandamiento del
amor
El amor, se presenta en este texto con la descripción clara de su contenido de
“tolerancia”. De forma más completa en la primera carta de Pablo a los Corintios
aparecen las acciones y omisiones de conducta que expresan lo que el amor y la
caridad significan y con toda claridad, determinan los aspectos básicos de una
conducta tolerante. “El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no
hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés,
no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino
que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás… (1 Corintios 13:4-8)
La tolerancia alcanza en el amor su más profundo fundamento. Ésta es una ética
nueva y representa en las religiones una revolución tan poderosa probablemente,
como el monoteísmo. El amor al prójimo es el mensaje cristiano con peso cultural
más poderoso en la historia de la humanidad y probablemente la razón más
profunda de su arraigo y de su capacidad de vinculación profunda con las
necesidades humanas sin importar las diferencias culturales. El amor es el
mensaje de salvación y también de supervivencia de la especie humana. La
iglesia, portadora por vocación del mensaje de Cristo, recibió el mandato del amor,
como la característica esencial de su reconocimiento por parte de todos los
pueblos, como representante de ese mensaje esencial del cristianismo.
La libertad de consciencia y de religión
La libertad de consciencia es el principio general y abstracto de un derecho
humano en el que se asienta el derecho a la libertad humana de tener libre
albedrío y al derecho que el Estado respete esta libertad, siempre que no altere la

ERNESTO MANRIQUE JÁUREGUI Página COMPLEMENTACION EXTRAORDINARIA


6
TEOLOGIA CONTEMPORANEA II
5 de julio de 2014

ley ni el orden público, la defienda y asegure que nadie es perseguido o


molestado por razón de sus ideas. Dentro de la libertad de consciencia se sitúa la
libertad religiosa, como su corolario jurídico más profundo, porque contiene
elementos esenciales de derechos específicos en el derecho positivo en donde se
contemplan los aspectos de organización, manifestación social y pública y
relacionamiento internacional que deben igualmente ser respetados y
garantizados.
De todos los derechos y llamados al diálogo y la tolerancia, esta cita plantea su
verdadero contexto advirtiendo que en el diálogo no hay lugar para claudicación
de principios. Una cosa es la tolerancia, como una virtud evangélica que
acompaña el diálogo con comprensión, benevolencia y dulzura cristiana, pero
defiende los principios cristianos con energía, es decir vehemencia y convicción
respetuosa, y otra el irenismo.
Por “irenismo” se refiere a una conducta social que tiene como origen la palabra
griega “eirene”, que significa “paz”, pero en su variante “ismo” describe una actitud
ideológica que consiste en una compostura de “pacifismo”, que evita la
confrontación de ideas a toda costa, inclusive cuando es trascendente enfrentarse
con el mal (las injusticias sociales, las ideologías totalitarias y las violaciones a los
derechos humanos), con tal de no suscitar enfrentamientos. Mucho del irenismo
moderno está impregnado de relativismo, según el cual una verdad es equivalente
a otra y ninguna absoluta, y de postmodernismo que se confiesa impotente de
alcanzar la verdad o manifiesta que la consiste en especie de amalgama, más o
menos multiforme, de ideas o supuestas “verdades”, actitud también calificada de
“eclecticismo ideológico”.

5. BIBLIOGRAFÍA
 TEOLOGIA DE LA TOLERANCIA
Tesis de Maestría
Fr. Orlando Reyes
Escuela de Divinidad
Universidad de Puerto Rico
12 de junio de 1911
 BIBL.: Además de la ya citada, cfr. especialmente: Pío XII, Aloc. 6 dic.
1953: AAS 44 (1953) 797 ss.; S. TOMÁS DE AQUINO, Suma Teológica,
2-2 q10 all y qll a3; A. DEL PORTILLO, Morale e Diritto, «Seminariumn 3
(1971) 732-741; A. MESSINEO, Tolleranza, en Enciclopedia Cattolica
XII, Roma 1953, 201-207; A. MICHEL, Tolérance, en DTC XV,1208-1223.
Para la t. en materia religiosa y civil, cfr. el Decr. Dignitatis humanae, del
Conc. Vaticano II, los tratados de Derecho Público eclesiástico,
LIBERTAD IV, y lo citado en II y III.
 TOLERANCIA, H.R. Schelette

ERNESTO MANRIQUE JÁUREGUI Página COMPLEMENTACION EXTRAORDINARIA


7

Potrebbero piacerti anche