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1.- Introducción
Pero sin duda los antecedentes directos del notario fueron el ‘singrapho’ griego y el
‘tabulario’ romano. A partir de estas figuras comenzó a esbozarse una profesión que
nace como tal en el siglo XII, en la Universidad de Bolonia. Las bases del Notariado
científico se sintetizaron y difundieron por toda Europa a través de la ‘Summa artis
notariae’ de Rolandino, famoso profesor y notario de la ciudad italiana.
Es en este contexto donde surge el Escriba. El vocablo Scriba proviene del latín y era
utilizado para designar a una clase de funcionarios con cierta cultura general y
específica que los distinguía del común y les aseguraba privilegios y consideraciones
especiales. El contenido de la función del escriba varía según la época y la región
donde llevaba a cabo su función.
Las actuales arenas de la ciudad egipcia de Menfis, entre los años 2850 y 2052 antes
de la era cristiana, nos dan una primera señal al pasado del Notario, vía la función del
Escriba en Egipto. El Escriba fue un funcionario burocrático indispensable para una
organización estatal en que la administración se apoyaba en los textos escritos 2. Por
ello es que se le considera un ilustrado en jeroglíficos, geografía y cosmografía. Su
quehacer más generalizado parece haber sido las funciones contables, en particular
de control de la producción agrícola, y la confección de documentos escritos. El
conocimiento que los Escribas tenían de la escritura y de los números, los cuales
adquirían gracias al estudio y a la educación proporcionada por la casta sacerdotal, les
1
Núñez Lagos, Rafael. Hechos y derechos en el documento público, p. 2.
2
A. Erman y H. Ranke. La civilisation égyptienne. Paris, 1952.
hacía funcionarios sumamente útiles y necesarios, en razón a su actividad como
redactor de documentos sin ninguna facultad fedante, pues los documentos debían ser
sellados por el Visir a fin de adquirir el carácter de documento público, en particular
durante la época del Imperio Medio, entre 1573 y 712 antes de Cristo.
Por ejemplo, en la novela XLIV aparece por primera vez con vinculación notarial el
término protocolo y se habla del "encargo", lo que ha determinado que de dio se
derive la "rogatio". Asimismo, en la novela XLVII se dictan normas relacionadas con
la fecha cierta de los documentos, expresándose de que manera los notarios y
otros funcionarios, al realizar sus actuaciones, iniciarían sus documentos.
Finalmente, la novela LXXIII se refiere a la intervención del notario y de los testigos
en la elaboración de los instrumentos, al cotejo y a la calidad del notario como
testigo privilegiado.
5
Becerra Palomino, Carlos Enrique. Configuración histórica del Notariado Latino. En: Revista Notarius,
Número 1, Lima, 2002, pág. 89.
Un resumen interesante e ilustrativo del papel del Notario en las novelas de
Justiniano es el brindado por Joaquín Caro Escallon, quien señala que: ¨Ea primer
término, no obstante que la designación de los tabeliones dependía del
Emperador, vale decir, que el goce del cargo tenía un origen estatal, el servicio que
ellos prestaban era remunerado por los usuarios, porque se pensaba que esa
remuneración correspondía al servicio prestado profesionalmente. El tabelión
debía ser requerido – la rogatio- para la prestación de sus servicios, como
correspondía a su carácter de profesional particular, ajeno al ejercicio de
ocupaciones oficiales, las cuales podían desempeñarse, éstas sí, de manera
oficiosa.
La extensión de los documentos debía ser realizada por una misma persona, el
tabelión, o, en su defecto, por una persona encargada por él y teniendo presente
siempre a los contratantes y a los testigos.
6
Caro Escallon, Joaquín. El Notario Latino, Estatuto Nacional Colombiano y Derecho Comparado. Ed.
Temis Librería, Bogotá, Colombia, 1980,pág. 14.
Haciendo un salto en el tiempo, una vez producida la caída del Imperio Romano,
podemos ver que las instituciones jurídicas que originalmente nacieron en dicho
periodo se fueron adaptando y evolucionando de acuerdo a la nueva época: la Edad
Media.
Según José Bono7, ¨los Tabelliones romanos sobreviven a la caída del Imperio en
Occidente (y en Oriente, sin la menor solución de continuidad, perduran en el
Biznatino), y empiezan a usar en la práctica el título de notarius, conservando en los
siglos de transición a la Alta Edad Media las tradiciones profesionales y documentales
antiguas¨.
Sin necesidad de entrar en toda la riqueza jurídica que trajeron consigo el Imperio
bizantino y la época Carolingia, ambos con injerencia en la función del notario, es
importante circunscribirnos al Derecho Español, del cual deriva inexorablemente
nuestro derecho. Para ello seguiremos apoyándonos en el Notario Español José Bono.
El Fuero Real de España surgió en su versión terminada alrededor del año 1255 y
constituyó un código general que se fue extendiendo a los diversos pueblos. Trataba
sobre los notarios en el título VIII del Libro I, titulado ¨De los escribanos públicos¨.
Asimismo, abordaba el tema de los documentos notariales en el título IX del Libro II, al
referirse a ¨Las Cartas y Traslados¨. De igual manera hay referencias al secreto
notarial y al testamento, señalando que éste se haga por escrito "de mano de los
escribanos que sean públicos, o por otro escribano en que ponga su sello conocido",
"que sea de creer o por buenas testimonias".
Finalmente, llegamos a las Siete Partidas de Alfonso X. Esta norma contiene contienen
el primer estatuto legal orgánico de la función notarial y su principal actor: el Notario.
En efecto, es a partir de Alfonso X, donde se tiene datos precisos de la implantación
del cargo de Notario como funcionario público encargado de escribir y leer las leyes,
así como velar por su autenticidad. Esta necesidad había surgido a razón de la de la
falsificación del Fuero Juzgo, la misma que se había extendido a todos los rincones del
reino.
Las referidas Siete Partidas tratan por primera vez de forma expresa sobre la
institución notarial estableciendo que “los notarios son los que pasan las notas de los
privilegios y de las cartas por mandato del Rey o del Chanceller”. Asimismo, el tútulo
XIX, ley 1, prescribe que: “los Escribas son los que escriben los privilegios e las cartas
10
Lezcano de Podetti, Amelia. "El Espéculo".En: Encidopedia Jurídka Omeba. Buenos Aires, 1982. tomo
X. pág. 745.
11
Pondé, Eduardo Bautista. Origen e Historia del notariado, Editorial Depalma, Buenos Aires. p. 216.
e los actos del Rey, y los que escriben las cartas de las vendidas de las compras e de
los pleytos e las posturas que los homes ponen entre si en las cibdades e en las
Villas”. Es decir, se usan los términos “Notario y “Escriba” que más tarde daría origen a
la palabra “Escribano”, ambos con cargos similares en aquel entonces, aunque el
notario era el encargado de la autenticación de los documentos del Rey y responsable
de la fehaciencia de la legislación, es decir era el secretario del Rey; en cambio de
Escriba era un hombre que de acuerdo al fuero o instancia a que pertenecía se
dedicaba a la redacción de los documentos de la administración pública, lo cual luego
se extendería a redacción de documentos de los privados, imbuyéndoles
características de certeza y fe pública.
Las Siete Partidas tuvieron una difícil aplicación en España, en razón a que la
mentalidad del pueblo aún se encontraba afincada en la normativa del Fuero Juzgo.
Por ello mismo, nace el ordenamiento de Alcalá, dado en 1348 al reunirse las cortes
en Alcalá de Henares, a la luz del reinado de Alfonso XI. Esta norma modificó las
Siete Partidas e hizo expedita su aplicación. En lo notarial, el Ordenamiento de Alcalá
ratificó lo señalado con respecto al notario y al documento notarial por las Siete
Partidas, dándole a dichas normas organicidad.
Dichos cargos eran nombrados por el Rey mismo. Los gobernadores y virreyes
realizaron, a su vez, nombramientos provisionales de acuerdo a las circunstancias13.
12
Del Busto Duthurburu, José Antonio. Los Escribanos en al Conquista del Perú. En: Revista del Colegiio
de Notarios de Lima, Notarius, Año II, Lima, 1991, Nº2, p. 162.
13
Luján Muñoz, Jorge. Los Escribanos en las Indias Occidentales. Guatemala, 1977, p. 42.
Finalmente, antes de adentrarnos en la función notarial en tierras americanas, cabe
mencionar a las Leyes de Toro, que fueron promulgadas en la ciudad del mismo
nombre el 7de Marzo de 1505. Este cuerpo jurídico compuesto por 83 leyes se
enmarca dentro de los sucesivos intentos de los gobernantes hispanos, de ordenar la
enmarañada y frondosa legislación que origina una caótica situación al darse el caso
de leyes contradictorias. De todas formas, este cuerpo legal es de relevancia para la
función notarial en cuanto va a validar y fijar la prioridad de otras leyes españolas que
sí tocaban al notariado. Un ejemplo sobre la importancia de esta Ley es que se exigía
la intervención del escribano para dar fe del cumplimiento de las solemnidades que
revestía la confección del testamento y de la severa penalidad que generaba la no
observancia de lo preceptuado en la ley: la invalidez del testamento extendido sin la
participación del escribano.
De acuerdo a los señalado por el Notario peruano Carlos Enrique Becerra Palomino en
su artículo antes citado, Don Rodrigo de Escobedo, Escribano del Consulado del Mar,
integrante de la Flota de Cristóbal Colón, es considerado el primer notario que pisó
tierra americana y actuó profesionalmente como tal. Era una autoridad en el campo
administrativo y tenía a su cargo registrar en forma fidedigna los acontecimientos de la
expedición; por ello, Aldo Borzoni expresa que dicho personaje "daría fe que el
Almirante Colón tomaba posesión de la isla descubierta en nombre de sus muy
católicas majestades, labrando así la primera acta notarial en estas tierras de
América". Sin embargo, le aguardaba un trágico desenlace puesto que moriría junto a
los 40 hombres dejados al mando de Diego de Arana en el fuerte Natividad en la isla
La Española, al sufrir el ataque de los naturales, comandados por el Cacique
Canaobo14. Dicho destino trágico fue también compartido por quien fuera, de acuerdo
a los primeros cronistas, el primer escribano que pisase tierras peruanas, don Sancho
de Cuellar.
14
Negri, José a. Obras de José A. Negri, (Historia del Notariado Argentino). Colegio de Escribanos.
Capital Federal, República Argentina, 1966.Vol. II. pág. 14. BORZONI, Aldo H. "Breve historia del
notariado". En: Revista del notariado. Buenos Aires, 1952. pág. 281.
Rey Carlos lI el 18 de mayo de 1680. Precisamente estos ordenamientos consolidan
lo que se conoce con el nombre de Derecho Indiano, el que en opinión de Tau
Anzoátegui "ofreció la particularidad de constituir el vehículo que permitió al rancio
derecho europeo enfrentarse a una nueva situación geográfica y humana; y poner a
prueba una flexibilidad inigualable para extender a los vastos territorios descubiertos
su tradición jurídica, remozada por las nuevas soluciones que las circunstancias
exigían"15. La mencionada recopilación de Leyes de Indias se refiere a la función
notarial en el Libro V, Título VIII: "de los escribanos de gobernación, de cabildo, de
número, públicos, reales y de los notarios eclesiásticos", viéndose claramente una
abundancia de denominaciones y clases de notarios, con un fundamento más que
todo comercial que doctrinal. Ello pues es menester recordar que hasta el Siglo XIX el
oficio notarial podría ser vendido o subastado. Ello se dio tanto en la época colonial
como en los primeros años de nuestra vida republicana.
Siendo así, con el inicio de la Conquista del Perú en 1532, llega Francisco Pizarro
junto con quien, dentro de la tradición popular, sería considerado el primer escribano
en tierras peruanas: don Sancho de Cuellar. La historia de este supuesto escribano se
encuentra tanto en fuentes históricas como en las Tradiciones peruanas de Ricardo
15
Tau Anzoategui, Víctor. ¿Qué fue del Derecho Indiano? Abeledo Perrot. Buenos Aires. 1988. pág. 20
16
Del Solar, Francisco José. No hubo Derecho Inca. En: Jurídica Nº 225, del 18 de noviembre de 2008 –
Suplemento de Análisis Legal del Diario Oficial El Peruano.
17
De la Vega, Garcilaso. Comentarios Reales de los Incas. Emecé, Buenos Aires, 1943, Tomo II, capítulos
VIII y IX, págs. 23 a 26.
Palma. Este autor peruano le dedica una tradición denominada ¨El que pagó el pato¨ 18.
Siguiendo el recuento de dicha tradición, Sancho de Cuellar fue quien actuó en el
proceso seguido a Atahualpa, siendo quien notificó a este último de su sentencia a
muerte. En razón a ellos fue después apresado pro el hermano del inca, Tito-Atauchi,
llevado a Cajamarca, al mismo cuarto del rescate, y ejecutado con el mismo garrote
con el que se dio muerte a Atahualpa.
18
Palma, Ricardo. Tradiciones peruanas – Cuarta Serie. En: http://es.wikisource.org/wiki/El_que_pag
%C3%B3_el_pato
19
De la Lama, Miguel Antonio. Ley de Notariado. Librería e Imprenta Gil. Lima. 1912, p. 9.
Pedro Sánchez de la Hoz fue el típico ¨escribano de la hueste¨. Del Busto señala que
dicho personaje era un hombre a caballo, que llevaba siempre su ¨escribanía¨ en la
grupa de su animal, encontrándose dispuesto a ejercer su profesión en cualquier sitio
o lugar. La escribanía consistía en un cofre de cuero con cerradura de llave única. En
ella guardaba el papel (tamaño folio), las plumas (de cóndor en la sierra y de alcatraz
en la costa), la tinta (hecha de añil), el tintero (de cuerno de vacuno) y la caja con
arenilla, la cual se usaba como secante. En el primer punto de descanso, el escribano
cosía los papeles numerados, por lo que debía añadir en su escribanía aguja gruesa e
hilo recio20.
Asimismo, siguiendo al historiador referido, los Escribanos que actuaron durante los
primeros años de la conquista fueron Jerónimo de Aliaga, quien ejerció su oficio en
Cajamarca a partir del 28 de julio de 1533, siendo eventualmente el actuario quien
tuviera el primer cargo de Secretario de la Audiencia de Lima y fuera en 1551 co-
fundador de la Universidad de San Marcos; Juan de Espinosa, quien actuó en San
Miguel (Piura) desde el 22 de mayo de 1534, reiniciando su actividad en el Cuzco el 17
de mayo de 1535; Bernardino de Valderrama, quien inició su actividad de escribano el
20 de diciembre de 1534 en Pachacamac; Hernán Pinto, quien empezó en Lima el 27
de abril de 1537; Alonso de Luque, también afincado en Lima a partir del 25 de mayo
de 1537 y Antonio de Oliva, en la misma ciudad y a partir del 09 de mayo de 1537.
Como puede verse, durante la conquista la función notarial estuvo muy ligada a la
fundación de ciudades, además de a los testamentos y las ¨cartas¨ o contratos entre
los conquistadores españoles, especialmente referidos a cobro de dinero y
obligaciones de dar suma de dinero. Fe de esto puede dar el denominado Libro
Becerro, actualmente custodiado por el Archivo General de la Nación, el cual es
considerado el primer documento elaborado en el Perú 21. Dicho documento contiene
una serie de ¨cartas¨ otorgadas por los españoles durante el recorrido de la expedición
desde Piura, pasando por Cajamarca, Jauja y Cuzco, para culminar en Lima. Allí se
20
Del Busto Duthurburu, José Antonio. Los Escribanos en al Conquista del Perú. En: Revista del Colegio
de Notarios de Lima, Notarius, Año II, Lima, 1991, Nº2, p. 163.
21
http://cms.rpp.com.pe/portada/nacional/77684_1.php?font=4
puede ver los principales contratos realizados por los conquistadores, los cuales
contaron con la participación de sendos escribanos entre 1533 y 1537 22. Se pueden
observar en este invaluable documento histórico, citando la investigación efectuada
por el Notario Antonio Vega Erausquin, poderes generales, para pleitos, cartas de
constituciones de compañías, cartas de venta de negros e inclusive una carta poder
otorgada por Francisco Pizarro a favor del Mariscal Diego de Almagro, celebrada ante
el escribano Domingo de la Presa en enero de 1535.
Una vez asesinado Francisco Pizarro y nombrado el primer Virrey del Perú, Blasco
Núñez de Vela, en abril de 1543, daría comienzo la época de la Colonia, también
conocida como Virreynato.
De acuerdo al referido autor, los indígenas efectuaban algunas diligencias ante ellos.
El documento producto de dichas diligencias tenía el valor de una prueba cuasi-legal.
22
Vega Erausquin, Antonio. Breve reseña histórica del notariado en el Perú. En: El Notario Peruano,
Número 1, p. 58
23
Charney, Paul. En Histórica, Volumen XII, Nº 1, Julio 1988, p.6.
24
Harth Terre, Emilio. Negros e indios, un estamento social ignorado del Perú Colonial. Lima, Editorial
Mejía Baca, 1993. De igual manera ver el Informe sobre el descubrimiento de Documentos que revelan la
trata y comercio de esclavos negros por los indios del común durante el gobierno Virreynal en el Perú.,
Lima, Editorial Tierra y Arte, 1961.
La mayoría de dichos documentos consistían en testamentos y transferencias de
propiedad, pudiendo participar tres testigos idóneos para dar mayor certeza y
seguridad al acto.
Harth Terre establece una lista cronológica de dichos escribanos indígenas, quienes
fueron más de 140, divididos entre lima y Corregimientos vecinos como Canta,
Huarochirí, Cañete, Yauyos, Ica, Huaylas, Santa y Saña. Estos escribanos indígenas
gozaban de legitimidad tanto por las autoridades judiciales del gobierno virreinal como
por los mismos miembros del pueblo.
Entre los escribanos indígenas que el autor considera más importantes se consideran
a Domingo Sedeño, Francisco de Fuentes y Lorenzo Yanchi Chumbi, quienes
ejercieron sus funciones en el siglo XVI, conservándose inclusive de éste último un
cuadernillo de escrituras del año 1956.
Finalmente, como cierre a esta sección del presente recuento, cabe mencionar que el
legislador español no olvidó ni dejó de lado al escribano y a la labor que venía
desempeñando en estas latitudes. La normatividad española continúo evolucionando y
enriqueciéndose, adaptándose a las nuevas realidades que le planteaba la
colonización del nuevo continente. Siendo así, de acuerdo con Luis Alberto Sánchez 25,
se dieron las Leyes Nuevas (1542), las Ordenanzas de Felipe (1586), la Recopilación
de las Indias (1680). Asimismo existieron otros documentos legales importantes, tales
como las Leyes de India de 1569, el Cedulario de Diego de Encinas de 1596, el
Proyecto de recopilación de Solórzano y Pereira de 1622 y el primer proyecto de
recopilación de León Pinelo. En estas últimas normas se hace referencia expresa a los
escribanos y sus funciones, considerándose nuevas formas de esta función, tal cual el
escribano de minas, el escribano de la casa de contratación y el escribano de navíos.
Finalmente, la ya mencionada Recopilación de las Leyes de Indias, de 1680, es la
norma que lograr dar un orden a la dispersa legislación, avocándose también a regular
la función notarial a través de la actividad de los escribanos26.
Al proclamar la independencia del Perú el gran Libertador don José de San Martín,
una nueva época se abre para el pueblo peruano y también para la función notarial en
25
Sánchez, Luis Alberto. Historia General de América. Tomo I. Lima, Ediciones Rodas, 1972, p.353.
26
Recopilación de Leyes de los reynos de indias. Consejo de la Hispanidad. Madrid, 1943, 3 tomos.
estas tierras. Surge, desde el inicio, un cuestionamiento clave: ¿cómo romper con el
yugo español sin quedar sumidos en la total anarquía?. En razón a ello se dictaron
diversas normas que buscaron lograr no sólo el equilibrio, sino una efectiva transición
del orden monárquico colonial a un orden republicano eventualmente democrático.
Las normas señaladas fueron seguidas por el Reglamento Provisional para los
Tribunales de Justicia, también dictado por el libertador San Martín el 10 de abril de
1822, el cual constaba de diez secciones y un total de 166 artículos. Dicha norma
establecía que pertenecían a la Alta Cámara las causas civiles y criminales, que se
dividiría en dos salas, denominadas únicamente como primera y segunda sala. Estaría
compuesta, cada una de ellas, por cuatro vocales designados por el Presidente, el
cual asistiría a la sala que él eligiere. Determinaba que las causas civiles se verían en
tres instancias. Eran jueces de primera instancia los presidentes de departamentos,
los jueces de derecho que se nombren para los partidos y los alcaldes de las
municipalidades. De igual manera, se abocaba a regular sobre los escribanos,
refiriéndose específicamente a los escribanos judiciales o escribanos de diligencias,
quienes serían en la actualidad los Secretarios de Juzgado. Dicha norma contempló la
figura del escribano judicial como el encargado de presentar los escritos de las partes
ante el juez, por lo que su función fundamental estaba abocada al cumplimiento de los
plazos procesales. De acuerdo a la sección décima del referido Reglamento, se
esperaba que dichos funcionarios se alejasen del pasado de malversación y
corrupción que imperaba en el trámite de las causas judiciales, siendo que si se les
llegaba a conocer ¨mala versación¨ alguna, se les retiraba el título y no lo podían
volver a adquirir.
27
De la Lama, Miguel Antonio. Ley de Notariado. Librería e Imprenta Gil. Lima. 1912, p. 10.
escribano a extender actas, y le otorga el control respecto de la intervención de las
partes en las conciliaciones y demás diligencias. Como se puede observar, el
escribano escribía manualmente las resoluciones y preservaba en su despacho los
proveídos, es decir, la norma se refiere a los escribanos judiciales, sin aún
diferenciarlos de los futuros notarios.
28
Vega Erausquin, Antonio. Breve reseña histórica del notariado en el Perú. En: El Notario Peruano,
Número 1, págs.65-66.
oportunidad de percibir ingresos por determinados servicios, marcó precisamente el
declive de la institución durante la república, debido a los frecuentes abusos de poder
en los que este tipo de funcionarios se vieron envueltos por su permanente asociación
con la corrupción.
29
Seoane, Guillermo. Manual práctico y formulario del notario público. Librería Francesa Científica
Galland. Lima, 1900, pág. 35-38
La Ley de Notariado de 1911 define al Notario, en su artículo 1, que los Notarios dan fe
de los actos y contratos que ante ellos se practican o celebran, siendo que su número
sería fijado por la respectiva Corte Superior, sin que pudiera exceder de tres en las
capitales de provincia; de seis en las de departamento o provincia litoral, y de veinte
en la capital de la República30. Asimismo, establece como requisitos para ser notario:
1. Ser abogado, doctor o bachiller en jurisprudencia; 2. Ser peruano y ciudadano en
ejercicio; 3. No tener ninguno de los impedimentos enumerados en el Artículo 14 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial, con excepción del comprendido en el inciso 2; 4.
Tener buena letra; 5º Prestar fianza por trescientas libras. El requisito de ser abogado
era flexibilizado por el Artículo 5 de la misma Ley, señalándose que en defecto de
abogados, doctores y bachilleres, podría ser nombrado notario el individuo que reúna
las calidades exigidas en los cuatro últimos incisos del artículo anterior, y que además:
1.º Presente certificados de haber sido examinado y aprobado en los cursos que
comprende la segunda enseñanza; 2.º Haya sido examinado y aprobado por la corte
superior en las materias correspondientes al desempeño de su cargo; 3.º Haya
practicado en la oficina de un notario por dos años, contados desde que se de el aviso
prescrito en el artículo siguiente (convocatoria por periódico durante treinta días). Los
notarios eran nombrados por la respectiva Corte Superior, nominándose en terna.
Esta Ley de Notariado de 1911 tuvo una vigencia de más de 90 años, considerando
que comenzó a regir a partir del 28 de julio de 1912. Fue una norma que a través de
los años fue modificada, en particular por la Ley Nº 22634 del 14 de agosto de 1979, la
cual, adecuándola a lo dispuesto por la Constitución Política de 1979, señalaba que el
Poder Judicial únicamente debía ocuparse de la administración de justicia, quedado
por ello excluido de supervisar la función notarial. Asimismo, otras modificaciones se
refirieron a la inclusión del Concurso Público de Méritos y Oposición como la vía pata
el ingreso a la función notarial. De igual manera, durante la vigencia de la Ley, se
dieron la Ley 16607 y el Decreto Ley Nº 21944, por medio de los cuales se creaba el
Colegio de Notarios y la Junta de Decanos de los Colegios de Notarios,
respectivamente. Finalmente, la Ley Nº 22634 aumentó el número de Notarios de
Lima, de 20 a 40.
Los méritos de esta norma es que, en su sencillez, reguló muchos aspectos que hasta
en la actual norma se consignan y que han ido formando el quehacer de la función
30
Es muy curioso el comentario que hace el Notario Manuel de la Lama a este artículo en su libro de
1912, señalando que: ¨Este número es excesivo; basta y sobran los doce que hay hasta hoy¨.
notarial, tal cual el accionar del notario, los instrumentos públicos, los traslados
notariales, los otorgamientos de poderes y los testamentos.
La norma referida fue derogada por el Decreto Ley Nº 26002, del 07 de diciembre de
1992, publicada el 27 de diciembre de 1997. Dicha ley constituyó un avance legislativo
en base a un proyecto de reforma legislativa trabajado durante años. Su importancia
radica en que conceptúa al notario como profesional del derecho que orienta y asesora
a las partes; regula sistemáticamente al notario, su función, sus obligaciones, deberes
y derechos; mantiene el concurso público como medio de acceso al cargo; se
establece que los Notarios sólo pueden ser abogados; se crea el fondo mutual del
notariado integrado por todos los Notarios del país, que beneficiaría a aquellos
Notarios que por razones de edad o salud deban cesar en sus funciones, así como a
sus deudos en caso de fallecimiento; se establecen causales de cese del Notario; se
incorporan varios artículos sobre la nulidad de los instrumentos públicos protocolares;
incluye normas relativas a la organización del Notariado, la Junta de Decanos del
Colegio de Notarios del Perú y el Consejo del Notariado.
Finalmente, el 25 de junio de 2008 se otorga la nueva Ley del Notariado, Decreto Ley
Nº 1049, el cual fue reglamentado mediante el Reglamento de la nueva Ley del
notariado, aprobado por el Decreto Supremo Nº 003-2009-JUS, modificado a su vez
por el Decreto Supremo Nº 005-2009-JUS del 18 de marzo de 2009. Estas normas
han sufrido de gran controversia, en primer lugar por haberse emitido la Ley por el
Poder Ejecutivo en virtud de la delegación de poderes para la implementación del
tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos de América, lo cual ha sido motivo
de una Demanda de Inconstitucionalidad interpuesta ante el Tribunal Constitucional
por el Colegio de Abogados de Lima, considerando que esta norma habría sido dada
excediendo la norma autoritativa a favor del Poder Ejecutivo. Asimismo, el referido
Colegio ha interpuesto una Acción Popular contra el Decreto Supremo Nº 003-2009-
JUS, en razón a que dicha norma nunca fue publicada en el Diario Oficial El Peruano,
tal y como lo exigía la Ley a dicha fecha, sino que fue puesto en la página web del
Ministerio de Justicia. Asimismo, el Decreto Supremo Nº 005-2009-JUS ha sido
también cuestionado en razón a que, en puridad, permite que se nombren un número
ilimitado de notarios de acuerdo a la voluntad e interés del Consejo del Notariado,
entidad del ministerio de Justicia que supervisa el accionar de los notarios.
Como puede verse, la función notarial en el Perú republicano entra a la segunda
década del Siglo XXI en medio de revuelos. La nueva norma, en efecto, debe llevarnos
a lograr una función notarial más y mejor adaptada a la desmaterialización del derecho
y a la digitalización de nuestro entorno vital. Esperemos que, una vez concluidas y
zanjados los cuestionamientos a la nueva Ley y su Reglamento, los Notarios del Perú
cuenten con una normativa no sólo acorde a los nuevos tiempos, sino que a su vez
respete su profundo bagaje y tradición histórico-jurídica.
El Notariado en España
El Notariado en la actualidad
Prueba del éxito de esta colaboración han sido los reconocimientos públicos tanto de
organismos nacionales e internacionales como de los ciudadanos y profesionales
jurídicos y económicos en España: