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ARQUITECTURA Y TOPOGRAFIA ALVEOLODENTARIA estar capacitadas para recibir esas fuerzas de forma tal que no signifique para ellas

ningún riesgo; más aún, estos elementos necesitan de esa forma de estímulo para
El desarrollo predominante de la encefálica hace que el tamaño del cráneo, en el conservar su estado de sanidad. El hueso, pues, se encarga de desarrollar la sustancia
momento del nacimiento, sea exageradamente mayor que el del macizo óseo facial, ósea necesaria para lograr una estructura apta, de modo que las fuerzas sean
donde los maxilares se encuentran en un estado de reducida funcionalidad. Después, trasmitidas y absorbidas por mayor cantidad de tejido óseo.
a medida que el ritmo de crecimiento de la caja craneana disminuye, aumenta el de Este desarrollo puede producirse en dos formas: como un espesamiento de la cortical
los maxilares mediante un proceso que es más prolongado. Este fenómeno se registra o como una condensación de tejido trabecular, organizado y orientado de forma tal
en las tres dimensiones. En el sentido anteroposterior se acompaña por el crecimiento que se constituyan trazos de mayor resistencia. Cuando mayor sea la intensidad de
del cráneo. El desarrollo a nivel de las tres suturas fundamentales, frontomaxilar, las cargas que reciben y trasmiten, mayor será el espesor de las trabéculas y menos la
cigomatomaxilar y pterigomaxilar, lleva al macizo facial hacia abajo y adelante, amplitud de las areolas. Un buen ejemplo de esto último lo constituye la disposición
aumentando su diámetro vertical y accesoriamente el anteroposterior. El crecimiento trabecular que rodea al alveolo. La orientación de la trabécula coincide con la de las
transversal se produce por aposición, fenómeno que predomina en los huesos fibras periodónticas, que son las que ejercen tracción sobre el hueso; aparecen
maxilares, donde la aparición de los dientes impone a la masa ósea una necesidad radialmente a lo largo de la cortical alveolar, salvo a nivel del ápice, donde son
que no se manifiesta en ninguna otra parte del organismo. Por ello es que los verticales. En los restantes sitios, es decir, donde no se produce la descarga de
maxilares deben crecer; en el sentido anteroposterior, para dar lugar al desarrollo y ninguna fuerza, el hueso tiende a hacerse areolar. Así se explica que pueda existir en
erupción de las piezas dentarias más distales del arco; en altura, para permitir la el interior del maxilar superior una cavidad tan amplia como es el seno maxilar,
formación simultanea de las denticiones, integradas por elementos que reclaman cuyas paredes en algunos sitios son extremadamente delgadas. Y que en el macizo
cada vez mayor espacio a medida que progresan en su evolución. Después de ese facial parezcan labradas las fosas nasales y las cavidades orbitarias. La mandíbula
ligero esbozo del desarrollo de las mandíbulas, que pretende destacar la importancia inferior muestra, como característica saliente, la presencia de una cortical sumamente
que en el mismo adquiere la presencia de los dientes, hemos de estudiarlas desde el desarrollada, presencia explicable, puesto que este hueso debe absorber por si solo
punto de vista de su condición de portadoras del sistema dentario, tomando como gran parte de las fuerzas que sobre él se operan, dado que es un hueso aislado,
ejemplo para la descripción los huesos normales, adultos y dentados laminas vinculado con el resto de la cabeza ósea tan solo por las dos articulaciones
papiráceas. temporomaxilares. Asimismo, tiene mucho que ver con este desarrollo de las
Por otra parte, este conglomerado óseo admite en su interior la existencia de amplias corticales la circunstancia de que en el maxilar inferior se insertan, junto a varios
cavidades, como los senos maxilares, en tanto contribuyen a la formación de otras, músculos cutáneos (borla y cuadrado de la barba, triangular de los labios,
como las fosas nasales y orbitarias. Pero esta aparente debilidad esta compensada por buccinador, cutáneo del cuello), todos los músculos que intervienen con mayor
el hecho de que todos ellos se relacionan entre sí y con los huesos de los sectores actividad en el mecanismo de la masticación, los cuales contribuyen al modelamiento
anterior y medio de la base del cráneo (frontal, etmoides, esfenoides y temporal) por de la superficie ósea. La distribución de las áreas de inserción es la siguiente: a) En
solidad articulaciones de tipo de sinartrosis. Ambas mandíbulas constituyen así la las ramas montantes, los músculos masticadores del grupo superior (temporal,
cara ósea que, además de ser la responsable de la realización de la fase mecánica del masetero, pterigoideo interno y pterigoideo externo) b) En el cuerpo, los del grupo
proceso masticatorio, tiene también por función brindar alojamiento a los órganos de inferior (digástrico, milohioideo y genihioideo), además del geniogloso y los citador
recepción de los aparatos sensoriales, con exclusión del tacto. Así vemos que en la en el párrafo anterior. Todos estos músculos, que deben mover la mandíbula,
cavidad bucal se encuentra la lengua (sentido del gusto); en las fosas nasales, la desarrollan una intensa actividad, por cierto muy superior, cuyas masas son menores,
porción sensorial de la mucosa pituitaria (sentido del olfato); en las cavidades generalmente planas y que tienen por función mover tejidos blandos, fácilmente
orbitarias, los globos oculares (sentido de la vista). Siguiendo este criterio, existen desplazables. Los espesamientos de corticales y la disposición trabecular, en forma
autores que consideran al hueso temporal como parte integrante de la cara; sustentan de condensación y orientación, constituyen verdaderas líneas de refuerzo
tal opinión citando su directa relación con el maxilar inferior a través de la denominadas por Siepel.
articulación temporomaxilar. El temporal aloja los órganos del aparato de la audición sistemas trayectoriales. De acuerdo con la posición que adoptan en el hueso, se
y del equilibrio. Esta es otra razón fundamental que explica la necesidad de que las distinguen en pilares o columnas cuando son verticales, y vigas o arcos cundo son
mandíbulas posean una estructura suficientemente fuerte, no solo para poder realizar horizontales. En ambos maxilares, pero más frecuentemente en el inferior, sobre todo
el acto mecánico de la masticación sino también para proteger a órganos nobles, de en la región de los incisivos, es posible encontrar unos trazos con apariencia de
tan exquisita diferenciación. Por otra parte, la ejecución del acto masticatorio conductos, que corresponden al paso de ramificaciones arteriales. Hirschfeld los
determina que se dinamicen las masas musculares correspondientes, originándose observo en el maxilar inferior, examinando placas radiográficas. Después, trabajando
así, y a los fines de realizar la trituración del alimento, una serie de fuerzas que se sobre piezas anatómicas frescas, dedujo que se trataba de anastomosis entre la arteria
ejercen sobre los dientes y que son trasmitidas a través de ellos a los elementos óseos dentaria inferior y la sublingual. Ennis y Batson los describen posteriormente en el
que los rodean. Por tanto, las estructuras dentarias y de los tejidos de sostén deben maxilar superior, destacando su mayor frecuencia en la región sinusal.
Estos verdaderos conductor nutricios, presentan una dirección semejante a la de las
raíces dentarias y se sitúan en los tabiques interalveolares. Tienen un origen en la
pared superior del conducto dentario inferior y su existencia se hace más notable en
las áreas desdentadas. Pese a que se denominan conductos, no son anatómicamente
tales dado que carecen de cortical. En realidad, están constituidos por una sucesión
armónica de areolas óseas. La mayor frecuencia en el maxilar inferior y en su zona
incisiva puede ser explicada. En el maxilar superior y en la porción de premolares y
molares del inferior, los vasos principales pasan cerca de los ápices dentarios y, por
lo tanto, no muy alejados de las crestas óseas; en la zona incisiva y canina del
maxilar inferior, esos elementos nutricios, prolongando la dirección que traen en el
conducto dentario inferior, se alejan cada vez mas de los ápices a medida que
progresan hacia mesial. Las ramas óseas de la arteria incisiva deben ser, pues, más
largas y de mayor calibre, de acuerdo con la mayor longitud de trayecto que deben
recorrer para llegar a la zona donde se distribuyen. Lovett, considerando el calibre, la
longitud y radiolúcidez que exhiben, los clasifica en tres grupos:
Tipo 1: Línea radiolúcida filiforme de 0,5 mm de diámetro y hasta 2 cm de longitud.
Su trayectoria puede ser lineal, curva o combinada. Frecuente en los bordes
alveolares residuales y en la región sinusal.
Tipo 2: Línea medianamente radiolúcida de 0,5 a 1,5 mm de calibre y 2,5 a 3 cm de
longitud. De trayectoria recta o curva.
Tipo 3: Radiolucidez leve; entre 1,5 y 4 mm de diámetro y 6 a 7 mm de longitud.
Dirección recta, aunque admite algunas curvas.En este tipo Lovett incluye al
conducto dentario inferior.

Estudiada en particular la arquitectura de cada una de las mandíbulas, se localizan los


siguientes elementos:

ARQUITECTURA DE LAS MANDIBULAS

Las mandíbulas, en cuyos procesos alveolares se implantan las piezas dentarias,


están integradas así: a) La inferior por un solo hueso, el maxilar inferior, pieza de
gran densidad, en el que la presencia del conducto dentario inferior, delimitado por
una gruesa cortical, no alcanza a producir una zona de debilidad en su estructura b)
La superior, formada por un conjunto de huesos que se nucelan alrededor de ambos
maxilares superiores. Todos ellos participan de una característica general: Poseen
paredes y corticales de pequeño espesor, en algunos casos verdaderas
Mandíbula

 Columnas

Mentoniana: Ubicada lateralmente con respecto a la sínfisis mentoniana, se


confunde en parte con la del lado opuesto. Se extiende entre el arco alveolar y
el borde inferior del hueso.

Coronoidea: Extendida hasta el vértice de la apófisis coronoides, está


colocada en el borde anterior de la rama montante y en relación con la cresta
temporal que se observa en la cara interna de la misma. Se conecta también a
través de la parte más distal del canal o fosa retromolar con la porción posterior
del arco alveolar y con las dos líneas oblicuas, interna y externa.

Condilar: Se confunde con el borde parotídeo de la rama montante. Es la


continuación del engrosamiento de la compacta (arco basal), que se registra a
nivel del borde inferior del hueso.

 Arcos

Basal: Es el citado en la referencia al pilar condilar.

Líneas oblicuas interna y externa: Ambas ascendentes de adelante hacia


atrás, recorren las caras interna y externa del cuero del maxilar. Las dos líneas
de refuerzo son bien notorias, sobre todo la externa, que a nivel del alveolo del
tercer molar alcanza un desarrollo considerable.
1. Columna condilar
Arco alveolar inferior: Colocado en relación con los alveolos dentarios, recibe 2. Columna mentoniana
las presiones ejercidas sobre las corticales de los mismos. Las trabéculas 3. Cresta temporal
4. Columna mentoniana
adoptan una disposición tal que dirigen las fuerzas hacia el cóndilo del maxilar,
5. Línea oblicua externa
cruzando oblicuamente la rama montante, para terminar dispersándolas en la 6. Línea oblicua interna
base del cráneo, a través de la articulación temporomaxilar. 7. Arco alveolar inferior
8. Arco Basal
Cresta del cóndilo: Se inicia en la parte interna del cuello del cóndilo, sigue
hacia abajo y adelante pasando por encima del orificio y de la espina de Spix y
se confunde con la cresta temporal. Por detrás de extiende una superficie
acanalada, surco del cuello mandibular, que se pierde a nivel del orificio del
conducto dentario inferior. Se le adjudica la responsabilidad de transmitir
fuerzas hasta el cóndilo y a través de la articulación temporomaxilar, a la base
del cráneo.
Supra e infranasal: Formado por los huesos propios de la nariz y la
Maxilar Superior región del subtabique, respectivamente, que enlazan los pilares caninos
por encima y por debajo de la abertura piriforme formada por los orificios
anterior de las fosas nasales.

Cigomático: Emerge como un desprendimiento del pilar homónimo, va


 Columnas
en busca del ángulo posterior del malar y se continua por el arco
Frontonasal: De la que forma parte el pilar canino; relaciona el arco alveolar cigomático. Termina bifurcado, siguiendo por las dos raíces del cigoma,
con la apófisis orbitaria interna y del frontal y pasa por el alveolo del canino, la longitudinal y la transversal o cóndilo del temporal.
dejando hacia adentro y adelante la fosa nasal y hacia afuera y atrás el seno
Alveolar superior: Con idéntica disposición que en el inferior, pero
maxilar, para terminar recorriendo la apófisis ascendente del maxilar superior y
extendido ahora de tuberosidad a tuberosidad, conecta a los tres pilares.
la apófisis orbitaria interna del frontal.
Pterigoideo o esfenoidal: Recorre la cara inferior del cuerpo del
Cigomática: Vincula el arco alveolar con la apófisis orbitaria externa del
esfenoides, uniendo las dos columnas pterigopalatinas.
frontal; recorre la cresta cigomatoalveolar, para proseguir a través del cuerpo y
del ángulo superior u orbitario del molar. Arco o bóveda palatina: Formada por las apófisis palatinas del maxilar
superior y por las láminas horizontales de los huesos palatinos, vincula a
Pterigoidea o pterigopalatina: Comprende el macizo formado por la apófisis
todas las columnas: la frontonasal por delante, la cigomática por fuera, la
pterigoides del esfenoides y la lámina vertical del palatino, hueso que
pterigopalatina por detrás y la vomeriana por arriba.
contribuye también con su apófisis piramidal, que va a alojarse entre las dos
alas de la pterigoides. Hacia abajo estos elementos están soldados a la porción 1. C. frontonasal
más inferior de la tuberosidad del maxilar superior, donde se delimita el surco 2. C. cigomática
hamular. La columna pterigopalatina vincula la porción ósea, situada hacia 3. C. pterigopalatina
distal del tercer molar superior, con la base del cráneo. 4. C. vomeriana
5. Arco alveolar Superior
Vomeriana: Está representada por el hueso vómer, que se ubica entre la base 6. Arco infranasal
del cráneo, cara inferior del cuerpo del esfenoides, y el piso de la fosa nasal, es 7. Arco supranasal
decir, la pared ósea que se corresponde hacia abajo con el techo de la bóveda 8. A. infraorbitario
9. A. supraorbitario
palatina. Todos esos pilares o columnas se hallan unidos por las vigas o arcos. 10. A. cigomático
11. A. palatino
12. Arco esfenoidal
 Arcos

Supra e infraorbitario: Ambos conectan a los pilares canino y cigomático, por


encima y por debajo de la cavidad orbitaria. El primero está formado
exclusivamente por el frontal; el segundo por el maxilar superior y el malar,
siendo menos importante que el superior, dado que este aparece ser responsable
de la dispersión de las fuerzas transmitidas por los dos pilares que el vincula.
ESTRUCTURA DE LAS APOFISIS ALVEOLARES anatómica. Así, pues, se denomina apófisis alveolar a la porción ósea delimitada por
un plano que pasa por la cortical del alveolo en su parte más profunda y que
Aceptado de antiguo y siempre confirmado por los hechos, cabe ahora insistir en que comprende a los nichos óseos destinados a alojar las raíces dentarias. Su origen debe
una de las razones por la cual las alteraciones patológicas difieren en sus buscarse en la porción ósea que aloja a los gérmenes temporarios o permanentes. El
características, reside en la distinta naturaleza de las estructuras anatómicas en que se alveolo del diente temporario desaparece con este. El del diente permanente deriva,
implantan, cuyo conocimiento es también indispensable para llegar a las mismas con como aquel, de la canastilla que lo acompaña en su movimiento de erupción.
maniobras operatorias. Específicamente abordado el problema con respecto a los Conviene efectuar una ligera referencia acerca de cómo se presentan las mandíbulas,
arco alveolodentarios, las características de la vinculación que existe entre el diente y sobre todo la porción de los rebordes alveolares, en el momento del nacimiento, En
los tejidos que lo soportan son las que explican, por una parte, la producción y las caras vestibulares se perciben tres relieves por lado, correspondientes a las
propagación de los procesos patológicos, y por otra fijan cuales son las maniobras canastillas de los caninos y los dos molares. Estos abombamientos vestibulares están
convenientes y las viajas de abordaje indicadas para el tratamiento quirúrgico de esas separados por surcos verticales. La mayor de las prominencias corresponde al
regiones. Es decir, que la base del conocimiento clinicoquirurgico debe buscarse en canino. En el maxilar inferior, el borde superior o proceso alveolar ya adopta la
el conocimiento anatómico. Estudiado el diente aisladamente, se considera su disposición en arco de círculo, de radio de curvatura menos a la del cuerpo del hueso,
conformación interna y externa, el número de raíces y conductos radiculares, la que es característica del adulto. En un primer momento, los futuros alveolos
forma en que estos se abren en el periodonto y la dirección de aquellas. Luego, la temporarios configuran un túnel que encierra todos los gérmenes y que sufre una
implantación de la pieza en la cavidad alveolar, la orientación de la misma en el tabicación en el sentido vestibulopalatino o lingual, que son orígenes de los futuros
espacio, la relación que mantiene con las paredes que rodean su porción radicular y, tabiques interalveolares. Este tabicamiento constituye el signo de Billiard, que se
por fin, la vinculación que existe con las entidades anatómicas de ambos maxilares. considera de aparición constante. En el feto a término se describen clásicamente 4 de
cada lado (a veces 5 o 3, pudiendo no haber coincidencia entre ambas mitades). Estas
diferentes formas de presentación obedecen al hecho de que los molares pueden
hallarse en un mismo nicho, aunque separados por una lámina fibrosa; lo mismo
puede ocurrir con los incisivos. Se observa también la loge correspondiente al primer
molar permanente, que en el maxilar inferior se localiza en plena rama ascendente, a
una distancia de 3 a 5 mm de la espina de Spix (Figun). En el maxilar superior se
halla en plena región de la tuberosidad, por encima del germen del segundo molar
temporario. Las canastillas correspondientes a los dientes permanentes no siguen una
disposición tan regular, puesto que la evolución de los mismos no coincide ni en el
tiempo ni en la ubicación. Para las piezas de ambas denticiones, cabe decir que la
cavidad ósea que las contiene solo muestra una verdadera cortical cuando el diente a
erupcionado. El alveolo en formación presenta cortical delgada, trabeculado poco
denso, grandes areolas y generosa vascularización. Siendo menos mineralizado,
resulta más plástico que el hueso adulto. La pared del alveolo definitivo esta formada
por una cortical lisa, constituida por un hueso fascículado para la inserción de las
La porción de huesos que delimita el alveolo se determina exactamente en lo que se fibras del periodonto, que alterna con sectores del tipo laminar, producto de la
refiere a las paredes correspondientes a las caras vestibular y palatina o lingual: actividad periodontal, coexistiendo con algunas cuencas medulares. Presenta en su
Tablas externa e interna, y a las proximales: tabiques inter e intraalveolares. En superficie una serie de pequeños orificios correspondientes a los conductos de
cambio no puede señalarse hasta donde llega en la porción apical. El tejido óseo que Volkmann, por donde llegan al periodonto y al diente elementos vasculares y
rodea la cortical alveolar, ya sea el que se encuentra interpuesto entre él y la cortical nerviosos. Estos orificios son más numerosos a nivel del tercio apical, constituyendo
del hueso, o el que continua la de los tabiques intraalveolares, no es otro esponjoso la criba alveolar. La pared alveolar constituye un tipo particular de tejido compacto
que el que rodea los elementos anatómicos más importantes que configuran la originando en la capacidad ontogenética del periodonto que como conserva en
topografía del sistema dentario: las fosas nasales, el seno maxilar y el conducto condición durante toda su vida, posibilita que la cortical interna aumente su grosor
mandibular. De modo que, al estudiar la porción ósea que corresponde a la con el curso de los años. La orientación de las laminillas coincide con la del eje del
implantación de las raíces, debe entenderse que se delimita con fines didácticos, diente, pero presentando una trayectoria ondulada que denuncia la irregularidad de su
puesto que no hay elemento entre ella y el resto del hueso que signifique una barrera formación, en la que se han alternado procesos de resorción con los de
neoformacion. El tejido esponjoso interpuesto entre ambas corticales está cambio, va decreciendo con la edad en razón de los procesos de atrofia senil, que se
constituido por trabéculas de variada forma, tamaño, espesor y dirección. Las hay de manifiestan exteriormente por una migración apical de la inserción de la encía. Los
forma cilíndrica o aplanada; algunas se extienden de una a otra cortical, alveolos de los dientes temporarios que alojan raíces integras, salvo las ya citadas
entrecruzándose o fusionándose con las restantes. Las cavidades que las trabéculas diferencias de estructura del hueso y las menores dimensiones son similares a los
delimitan no están aisladas sino ampliamente comunicadas entre sí, de modo que el permanentes. Las crestas alveolares son más romas y algunos tabiques
contenido de medula ósea forma una sola masa. Parfitt, mediante la observación de interalveolares pueden parecer comparativamente más gruesos, debido a la existencia
cortes y radiografías de la zona de premolares y molares, en maxilares inferiores de diastemas. En resumen: La cavidad alveolar esta formada por cuatro paredes. La
desecados, estableció tres tipos de trabeculado: grueso, con espesores medios de 0,3 vestibular y la palatina o lingual se hallan orientadas hacia las caras del hueso y
mm; mediano, de 0,25 mm, y fino de 0,2 mm. El mismo Parfitt establece que el tipo muestran continuidad en todo el maxilar; son las tablas externa e interna. En cambio,
de trabeculado es coincidente en toda la mandíbula y está ya definido a los 10 años las paredes mesial y distal que separan los alveolos entre sí, tabiques interalveolares,
de edad. La forma de la apófisis alveolar responde a la del arco dentario que aloja. son más cortas y se extienden desde una tabla a la otra, siguiendo una dirección
Así las cavidades se disponen siguiendo un arco que preferentemente responde a la radiada. Las que más interesan desde el punto de vista práctico son las dos tablas,
forma oval o elíptica en el maxilar superior y a la parabólica en el inferior. En el porque sobre las mismas han de realizarse diversas maniobras operatorias para el
maxilar superior, la prolongación alveolar mantiene una posición armónica con abordaje de las raíces dentarias, como ocurre en las apicectomias, extracciones por
respecto al cuerpo del hueso. En el inferior, esa relación se cumple en la porción de alveolectomia, etc. Y porque a través de ellas se exteriorizan los procesos de origen
incisivos y caninos. A veces en la zona de los premolares y siempre en la de los dentario. Haciendo un corte que pase por el centro de la cavidad alveolar en el
molares, el cuerpo del hueso toma una dirección más divergente que la del arco, de la sentido vestibulopalatino o lingual, se verá que cada tabla está formada por dos
forma tal que este, observado desde el plano oclusal, aparece con un desplazamiento corticales: una corresponde a la superficie exterior del hueso, y la otra a la cortical
lingual. Además, como la implantación del borde anterior de la rama montante del del alveolo. Entre ambas puede o no existir tejido esponjoso.
maxilar inferior se produce un plano más anterior que la del tercer molar, ocurre que,
observando lateralmente, la rama oculta la porción correspondiente al alveolo del
molar de juicio y al mismo diente. Considerados los alveolos individualmente, su
forma varía según se trate de un diente uni o multirradicular. Su morfología sigue
siempre la de la porción radicular del diente que aloja. En la porción anterior de los
maxilares, donde se implantan dientes con una sola raíz, aparece como una cavidad
de forma piramidal, de base virtual, en relación con la cresta ósea y el cuello de los
dientes, y vértice romo, apical, donde se abre una serie de pequeños orificios por
donde pasan los elementos que han de inervar e irrigar el diente, el periodonto y la
cortical (criba alveolar). Este es el alveolo simple. En la porción en que se alojan
dientes multirradiculares, molares de ambos arcos, el alveolo es complicado por la
existencia de dos divisiones en la mandíbula y tres en el maxilar. Es el alveolo
complejo, que puede aparecer asimismo en caso de que el primer premolar superior
presente dos raíces. Estas divisiones corresponden una para cada raíz, estando
separadas por una pared ósea, tabique intraalveolar, que en los alveolos de los
molares inferiores se extiende desde la tabla externa y la interna, delimitando una
cavidad mesial y otra distal. Dicho tabique intraalveolar, de sección triangular como
base apical y vértice en relación con el espacio interradicular, muestra una altura
menor que las de las tablas y tabiques intralveolares correspondientes. En los
alveolos de los molares superiores estas delimitaciones se producen por una
formación ósea en T, cuyas ramas se dirigen hacia los tabiques interalveolares mesial
y distal y separan el compartimiento destinado a la raíz palatina de los de las
vestibulares. Entre estos se interpone el tabique óseo, que corresponde a la barra
vertical de la T, y que une el tabique intraalveolar mesiodistal con la tabla externa o
vestibular. Los molares, cuando presentan fusión o bifurcación de sus raíces,
muestran en sus alveolos una disposición consecuente con la morfología radicular.
En cuanto a sus dimensiones, el alveolo es ligeramente menor en longitud de la raíz
que contiene. Son, a la vez, mayores los diámetros transversales, que en condiciones
normales permanecen inmutables durante toda la vida del diente. La longitud, en
hueso maxilar superior, y que ha de continuarse con el borde inferior del arco
cigomático. Este relieve determina una separación entre ambas corticales; la tabla se
hace sumamente gruesa y corta y muestra una apreciable cantidad del tejido
esponjoso, que en la zona del segundo y tercer molar es menos notable, ya que las
dos corticales, salvada la cresta; se acercan y forman una tabla algo más larga y
delgada. Ese espesamiento de la tabla a nivel de la cresta cigomatoalveolar significa
un obstáculo para la avulsión del molar correspondiente, puesto que, debiendo
realizarse la luxación hacia vestibular, debe vencerse una gran resistencia ósea.
Hacia atrás la tabla vestibular se une con la palatina en distal del ultimo molar, en un
pequeño tubérculo de superficie rugosa, colocado por delante del surco hamular.

Tabla interna
Su estructura varía de acuerdo con la distinta relación que existe entre las paredes
laterales y el medio de la bóveda palatina. Haciendo un corte vestibulopalatino o
anteroposterior de la misma a nivel de los incisivos, se observa que la transición
entre aquellas dos porciones es tal que la pared lateral, inclinada de arriba y atrás
hacia adelante y abajo, forma con el techo, que es casi horizontal, un ángulo que
oscila entre 130° y 140°. Estas cifras pueden variar, disminuyendo si se trata de un
paladar plano, euriprosopos; o aumentando si es ojival, leptoprosopos. La cara
palatina de la porción radicular y la cortical alveolar presenta una inclinación
bastante más cercana a la vertical que la que muestra la pared lateral de la bóveda. Se
forma, pues, hacia palatina, con la base situada a nivel del ápice y el vértice en la
cresta, un espacio triangular que ofrece en su interior gran cantidad de tejido
esponjoso, que ha de continuarse con el de la región infranasal y con el de la bóveda.
Si se efectúa el mismo corte vestibulopalatino, ahora transversal, a nivel del tercer
Maxilar Superior
molar, se comprueba que la pared lateral de la bóveda, en coincidencia casi con la
vertical, presenta una trayectoria paralela a la de la cortical alveolar y forma con el
Tabla externa
techo un ángulo cercano a los 90°. Estando ambas corticales muy cerca se
En la zona de los incisivos y caninos las corticales se encuentran íntimamente unidas
comprende que la cantidad de tejido esponjoso resulta mínima, pudiendo faltar, es lo
a nivel de los tercios cervicales y medio de la porción radicular. A veces, dicha unión
más corriente, en toda la longitud de la tabla. Quedan señalados así los dos casos
se prolonga hasta el tercio apical. Es posible encontrar a esa altura, aunque en
extremos, en cuanto se refiere a la estructura de la tabla palatina. Entre ambos,
pequeño espesor, alguna cantidad de tejido esponjoso; pero suele ser más fácil
aparecen todos los espesores intermedios. A nivel del incisivo lateral disminuye un
hallarlo frente al incisivo lateral, en razón de su acentuada inclinación hacia palatino.
poco bruscamente la cantidad de tejido esponjoso, por la misma razón que
En la superficie del hueso se presenta los relieves determinados por las raíces de los
aumentaba en vestibular: la oblicuidad del diente. En el canino aumenta en parte a
tres dientes anteriores: son llamadas prominencias o eminencias maleolares. La más
nivel del ápice, pero se aprecia un espesamiento de las corticales en la cresta. Esta
notable, puesto que pertenece a la raíz de mayor volumen, es la del canino, que
soldadura de las corticales es más notable en los premolares, sobre todo cuando el
adquiere jerarquía hasta ser reconocida en osteología con la denominación de
primero presenta bifidez. Se aprecia en la región de premolares, y se hace más
eminencia canina. El espesor de la tabla correspondiente a estos dientes es delgado,
notable en la de los molares, que el plano horizontal que pasa por los ápices cae en el
llegando a veces a mostrar dehiscencia a nivel de las eminencias maleolares. En la
espesor de la apófisis palatina o por encima de ella. En los incisivos y caninos el
zona de ambos premolares la relación entre las corticales es similar a la observada en
mismo plano se relaciona con la cara inferior de la apófisis. Por eso es que las tablas
los dientes anteriores, pero sin determinar ya tanto relieve como estos; es frecuente
alcanzan en los dientes anteriores tanta longitud como la porción radicular. En
hallar tejido esponjoso a la altura del tercio medio del segundo premolar. Cuando el
cambio, en la región de los molares la tabla, como se ha descrito, formada por las dos
primero es bífido la tabla se halla sumamente adelgazada. A nivel del primero molar
corticales, no existe más que hasta el tercio medio y a veces hasta el cervical. Desde
y ocasionalmente del segundo aparece un elemento anatómico de importancia: la
cresta cigomatoalveolar, que delimita las caras facial y cigomática del cuerpo del
allí hacia arriba la cavidad alveolar esta empotrada en el tejido esponjoso. Dentro de
estas características generales debe mencionarse que las tablas se acortan en los
sujetos chamaestafilinos, de paladar plano, y se alargan en los leptoestafilinos, con
paladar de tipo ojival.
Maxilar inferior

Tabla externa
Al igual que la interna, es más potente que la del maxilar superior, puesto que esta es
una característica de la que participa toda la compacta del hueso. A nivel de los
incisivos y caninos las dos tablas aparecen unidas, notándose la existencia de
eminencias maleolares. A nivel de los premolares, si bien persiste la unión de las dos
corticales, la tabla adquiere mayor espesor que en los dientes anteriores. En todas las
tablas de estos dientes, ya citados, es muy difícil hallar tejido esponjoso. En la zona
de los tres molares es donde, además de operarse el divorcio entre la dirección del
cuerpo del maxilar y la del arco dentario, se produce la aparición de la línea oblicua
externa. Dicha línea subiendo desde mesial a distal, origina un canal de concavidad
dirigida hacia adelante, afuera y arriba, el surco o canal retromolar, que ya a nivel del
tercer molar queda colocado entre la porción cervical del alveolo de esta pieza y la
rama ascendente, y anula prácticamente la tabla externa, pues la aparición del canal
determina su engrosamiento, que aumenta desde el primero molar al tercero al
tiempo que disminuye su altura. Toda esta porción constituye una zona de gran
resistencia ósea, similar en su significación a la cresta cigomatoalveolar. Ello se
comprueba durante el acto de extracción de los molares, aumentando la dificultad
desde el primero al tercero, en razón de la casi absoluta imposibilidad de efectuar el
desplazamiento de la tabla. La dureza de la región se evidencia cuando es necesario
resecar la tabla en la exodoncia de los terceros molares retenidos.

Tabla interna
En la región de los incisivos y caninos las dos corticales están íntimamente unidas y
la tabla se parece mucho a la vestibular. El alveolo queda colocado en el centro del
hueso. No se aprecian las eminencias halladas en vestibular, puesto que esta tabla es
ligeramente más gruesa. En la zona de los premolares los alveolos están desplazados
hacia vestibular. La cortical del hueso adopta una posición oblicua con respecto a la
del alveolo, en relación con la aparición de la línea oblicua interna. Ambas corticales
se hallan separadas por una capa de tejido esponjoso. En los molares la tabla se hace
sumamente delgada, y los alveolos, sobre todo el del tercero, pasan a ubicarse
lingualmente con respecto al cuerpo del maxilar, y tanto lo hacen que, en ocasiones,
el del ultimo molar se presenta como una verdadera saliente del cuerpo del maxilar,
tanto que el plano vertical que pasa por la cortical alveolar vestibular queda en una
posición más interna que la cara lingual o interna del hueso. En toda esta porción es
escaso el tejido esponjoso, y en la tabla del tercer molar desaparece por completo.
Hacia atrás las tablas no se reúnen como en el maxilar superior; se delimita en distal
del tercer molar una zona de condensación que corresponde a la bifurcación de la
cresta temporal; el trígono retromolar.

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