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- La crítica regeneracionista
El regeneracionismo fue una corriente ideológica de protesta contra el régimen
de la Restauración que abogaba por la regeneración de España en los campos
social, económico, político e intelectual. Es decir, reclamaba la introducción de
reformas para la revitalización de España. Así, denunciaban la decadencia de
España y sus síntomas como el analfabetismo, el atraso económico, la pobreza,
el caciquismo, el fraude electoral, la falta de democracia, el militarismo o el
centralismo.
El activista y teórico más sobresaliente de esta corriente fue Joaquín Costa, un
autodidacta y enérgico intelectual aragonés que exigía la destrucción del sistema
político de la Restauración en obras como Oligarquía y Caciquismo (1901),
Reconstrucción y europeización de España (1900).
a) Los republicanos
. Durante las dos primeras décadas del siglo XX, los republicanos
lograron atraer y movilizar sectores sociales cada vez más amplios entre
las clases medias urbanas y los trabajadores asalariados.
. Además, los viejos líderes Salmerón, Ruiz Zorrilla, Castelar o Pi y
Margall ya habían muerto o fueron desplazados por el empuje de
dirigentes más jóvenes como Alejandro Lerroux, Blasco Ibáñez o
Melquíades Álvarez.
. Su presencia en la vida parlamentaria durante el reinado de Alfonso
XIII fue muy reducida circunscribiéndose su actuación política
principalmente en ámbito locales. No obstante, los republicanos
realizaron, dadas sus diversas fracciones acaudilladas y su casi
permanente división, esfuerzos por conseguir coaliciones con distintas
fuerzas políticas. Una de estas coaliciones fue la Conjunción
Republicano Socialista de 1909 de cara a las elecciones de 1910.
. Las principales formaciones políticas republicanas más importantes de
estos años fueron dos:
1) El Partido Republicano Radical, fundado por Alejandro Lerroux en
1908 con el propósito de movilizar a la clase obrera de Barcelona y
de construir un partido de masas aleado de tentativas
insurreccionales. Su lenguaje anticlerical, populista y demagógico
estilo puestos en sus mítines y la agresividad de sus artículos, dieron
a Lerroux un importante arraigo entre la juventud. No obstante, poco
a poco, y a medida que se acrecentó su patrimonio económico y
personal, Lerroux desechó su anterior extremismo revolucionario.
2) El Partido Reformista, fundado en 1912 por Melquíades Álvarez y
Gumersindo de Azcárate, era una versión más moderada del
republicanismo y pretendían una renovación del sistema político. En
un principio se incorporaron en él prestigiosos intelectuales como
Galdós, José Ortega y Gasset y un joven Azaña. No obstante, su
disposición a aceptar la monarquía borbónica fue perdiendo fuerza y
apoyos como el del joven Azaña.
b) La crisis de 1917
Esta crisis estuvo a punto de provocar la abdicación de Alfonso XIII. Los
tres componentes de esta llamada crisis de 1917 (que coincidió
cronológicamente con la revolución soviética) fueron: el malestar militar; la
protesta de la oposición política y la subversión obrera.
- La protesta militar.
Los oficiales del ejército se mostraban descontentos con sus reducidos
salarios y también se quejaban del favoritismo en la concesión de los
ascensos. Así, para presionar al gobierno crearon en los primeros meses de
1917 las denominadas Juntas Militares de Defensa que pasaron a agrupar a
jefes y a oficiales. Ese movimiento Juntero se extendió con rapidez por
guarniciones militares de todo el país, reclamando el incremento de los
sueldos, la determinación de los ascensos por antigüedad y la supresión de
los ascensos por méritos de guerra, que sólo beneficiaban a oficiales
africanistas que combatían en Marruecos. Esta protesta o insubordinación se
llevó a cabo en un momento de fuerte tensión social y política teniendo el
gobierno de Dato que ceder a las imposiciones de las Juntas, lo cual
demostró tanto su debilidad como la del propio sistema político.
- La protesta política
En julio de 1917, ante la suspensión de garantías constitucionales y la
negativa del gobierno a convocar el inicio de las sesiones de Cortes, un
grupo de setenta diputados y senadores de la oposición, nacionalistas
catalanes, republicanos y socialistas marginados del sistema turnista,
decidieron reunirse en Barcelona para crear la Asamblea de
Parlamentarios con la intención de una rápida renovación del sistema
político. Entre esos diputados se encontraban Lerroux, M. Álvarez y P.
Iglesias, pero el grupo que llevó la iniciativa y quien protagonizó esta
asamblea fue la Lliga de Cambó.
Las peticiones de esta asamblea fueron la formación de un gobierno
provisional, la solicitud de una autonomía política para Cataluña, el fin del
turnismo y la convocatoria de Cortes Constituyentes. El resultado fue que
esta asamblea fue disuelta sin violencia y la Lliga catalana terminó pactando
con el gobierno por temor a una posible revolución social proletaria.
- La protesta obrera o la huelga general
De forma paralela a los movimientos militares y parlamentarios, tuvo lugar
un conflicto en el sector de los ferroviarios iniciado en Valencia y que
pronto se propagó. Ante la intransigencia de la patronal el sindicato socialista
UGT decidió convocar una huelga general para el 13 de agosto de 1917,
teniendo éxito sobre todo en Cataluña, Madrid, Asturias y el País Vasco y
que también fue respaldada por la CNT. Sin embargo, para combatir la
huelga, el gobierno recurrió al ejército llevando a cabo una dura represión
sobre los huelguistas (más de un centenar de muertos) y más de 2000
detenciones entre los que se encontraban los socialistas Besteiro y Largo
Caballero. Los cuales fueron condenados en principio a cadena perpetua.
El balance de esta crisis del 17 es que los gobiernos de partido ya no podían
continuar con la ficción del turno; el reformismo de la Asamblea de
Parlamentarios se vio desbordado por el peligro de la revolución social y el
ejército avanzó en su participación en la política.
- El Directorio Militar
- La caída de la dictadura
La dictadura tuvo como éxito más evidente la resolución del problema marroquí y el
fin de la guerra con la derrota de Abd el Krim tras una alianza militar con Francia
y el desembarco de Alhucemas en septiembre de 1925. Sin embargo, a partir de
1928, la fortaleza del régimen se resquebrajó por la incapacidad de darse una salida
constitucional al régimen, por el enfriamiento de las relaciones entre el rey y el
dictador y por el distanciamiento de sectores sociales que habían apoyado al
régimen (ejército, organizaciones patronales y obreras). Asimismo, varios fueron los
hechos más destacables que posibilitarían el fin de la dictadura:
a) La oposición a la dictadura
c) La caída de la monarquía
El establecimiento del nuevo régimen fue recibido con esperanza, júbilo y entusiasmo
por la mayoría de los españoles, que abarrotaron las calles y plazas de todas las ciudades
para celebrar la caída de la monarquía. Este imprevisible y revolucionario cambio
político se consumó con sorprendente rapidez y apenas se registraron enfrentamientos
de importancia. Así, el 14 de abril de 1931 fue proclamada la Segunda República
española como consecuencia inmediata de los resultados de las elecciones municipales
y de forma más profunda por la crisis política de la dictadura y del sistema de la
Restauración. El primer lugar en que se declaró fue en Eibar, luego en Barcelona y,
finalmente, en Madrid, cuando el Comité Revolucionario se hizo cargo del poder y
formó un Gobierno Provisional de carácter interino durante ocho meses. Este gobierno,
presidido por Niceto Alcalá Zamora (un veterano político conservador católico durante
la Restauración pero líder ahora de la Derecha Liberal Republicana), era heterogéneo,
de concentración, en el que estaban dentro todos los partidos republicanos además del
PSOE: Alejandro Lerroux y Diego Martínez Barrio (Partido Radical), Manuel Azaña
(Acción Republicana), Miguel Maura (Derecha Liberal Republicana), Marcelino
Domingo y Álvaro de Albornoz (Partido Radical Socialista), Indalecio Prieto, Francisco
Largo Caballero y Fernando de los Ríos (PSOE), Luis Nicolau d’Olwer (Acción
Catalana Republicana), Santiago Casares Quiroga (Organización Republicana Gallega
Autónoma, ORGA).
En su calidad de nuevo gobierno, el Gobierno Provisional llevó a cabo las siguientes
primeras medidas y reformas:
- Dirigió la toma del poder por parte de los comités republicanos en todas las
instituciones locales y provinciales.
- Dicto las primeras medidas de carácter político, como la amnistía para todos los
delitos políticos, sociales y de imprenta.
- Se confiscaron todos los bienes particulares de Alfonso XIII, quien fue
acusado de enriquecimiento ilegítimo y otros delitos contra el Estado español.
- En cuanto a política social, el ministro de Trabajo, Largo Caballero, promulgó
una legislación de carácter social:
a) El Decreto de Términos Municipales con el que prohibió la
contratación de jornaleros fuera del municipio.
b) Se aprobó la jornada laboral de ocho horas.
c) La Ley de Jurados Mixtos. Medida para el ámbito local que
trató de satisfacer las aspiraciones de los jornaleros y los
pequeños arrendatarios rurales, los cuales también se vieron
favorecidos por un decreto que impedía su desahucio.
- En cuanto, al Ejército, el ministro de la Guerra, Azaña, empezó una reforma
debido al atraso técnico del mismo y al excesivo número de mandos militares en
relación con la tropa. Su objetivo era modernizarlo y adecuarlo al nuevo poder
civil. Así, aprobó las siguientes medidas:
a. La Ley de Retiro. Logró que cerca de un 40% de la oficialidad
abandonara el ejército (unos 7500 oficiales).
b. Se suprimió la Academia General de Zaragoza.
c. Se derogó la vieja Ley de Jurisdicciones.
d. Se redujo el número de capitanías generales.
e. Se revisaron todos los ascensos obtenidos durante la dictadura de
Primo de Rivera para comprobar la ausencia de favoritismos.
Los objetivos que buscaba Azaña, no fueron conseguidos del todo debido a la
resistencia que opusieron muchos mandos militares de origen africanista y por
las limitaciones presupuestarias. Asimismo, estas reformas militares no se vieron
acompañadas de una política de orden público pese a la creación de una policía
urbana como fue la Guardia de Asalto para la cuestión del orden público (cuyo
objetivo era sustituir, a la hora de imponer el orden público en las ciudades, a la
Guardia Civil y al Ejército). Es decir, algo que propició que el ejército con sus
“métodos” tuviese que intervenir con frecuencia en la represión de los conflictos
sociales y huelgas.
- En cuanto a la cuestión autonómica, el Gobierno Provisional, pactó con
Francesc Macià (quien había proclamado el 14 de abril el Estado Catalán) la
creación de un gobierno provisional de Cataluña (la Generalitat) que fue
aprobado por decreto el 21 de abril.
Destacaron dos:
. Partido Republicano Radical Socialista (PRRS). De inspiración francesa, era un
partido reformista, federal y anticlerical que sufrió varias rupturas por cuestiones de
liderazgo. Sus dirigentes principales fueron Marcelino Domingo (que fue ministro
en diferentes gobiernos del primer bienio y de 1936 de instrucción Pública y de
Agricultura) y Álvaro de Albornoz (ministro de Fomento y de Justicia en gobiernos
del primer bienio).
. Acción Republicana (AR). Partido también reformista pero más moderado que el
PRRS. Su líder fue Manuel Azaña (ministro de Guerra y presidente del Consejo de
Ministros durante el primer bienio y Presidente de la República en 1936). Azaña era
un prestigioso intelectual y un notable literato que se convirtió además en uno de los
más extraordinarios y persuasivos oradores parlamentarios gracias a la calidad,
profundidad y expresividad de sus discursos parlamentarios. Sus objetivos eran
modernizar el país, consolidar las instituciones democráticas y buscar la
colaboración socialista para integrar al movimiento obrero en la democracia
apartándolo de tentativas revolucionarias. En 1934 AR se fusionó con disidentes del
antiguo PRRS y formó el partido de Izquierda Republicana.
. Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Fue la fuerza política más poderosa y
con un mayor número de votos durante la II República, ya que obtuvo 116 diputados
en las elecciones de 1931, 58 en 1933 y 99 en 1936. El sindicato socialista también
creció hasta alcanzar la cifra de 1.500.000 afiliados. Sin embargo, dentro del PSOE
aparecieron dos tendencias diferentes cuyas discrepancias fueron aumentando y que
fueron encabezadas por Largo Caballero (apodado el “Lenin español”) e Indalecio
Prieto. Así, la tendencia de Largo Caballero era más extremista y revolucionaria, se
acercó hacia los comunistas y pronto se sintió defraudada por las reformas de los
gobiernos republicanos. Por otra parte, la tendencia de Indalecio Prieto era más
moderada, siguió confiando en el sistema democrático y siempre defendió la
colaboración con los republicanos de Azaña.
. Partido Comunista de España (PCE). Fue un grupo revolucionario y prosoviético
cuyos dirigentes siempre demostraron una completa sumisión a las órdenes dictadas
desde Moscú por Stalin. A su frente, estaban Dolores Ibarruri (La Pasionaria) y José
Díaz. Este grupo nunca obtuvo un destacado peso parlamentario en todo el periodo
republicano y siempre mostraron gran hostilidad hacia los gobiernos presididos por
Azaña.
. Grupos Anarquistas. CNT (Confederación Nacional del Trabajo) y la FAI
(Federación Anarquista Ibérica). Rechazaban la democracia parlamentaria y
actuaron con la intención de derribar las instituciones republicanas y lograr el
triunfo de la revolución. Así desencadenaron un amplio movimiento insurreccional
con numerosas huelgas, manifestaciones y protestas que dejaron bastantes muertos
en los violentos choques contra las fuerzas del orden. Destacó Buenaventura
Durruti.
d) La Constitución de 1931
La crisis de poder que arrastraba la Segunda República acabó en una contienda armada
que se prolongó desde el 17 de julio de 1936 hasta el 1 de abril de 1939. No fue, sin
embargo, una salida inevitable. La Guerra Civil fue la consecuencia directa de una
sublevación militar o un golpe de Estado fracasado en una sociedad profundamente
dividida.
b) La zona “nacional”
- En la España que los sublevados denominaron “nacional”, no existió
inmediatamente después del golpe un poder supremo y único. Cada general
(Francisco Franco, Emilio Mola, Gonzalo Queipo de Llano, Alfredo Kindelán,
Fidel Dávila, Miguel Cabanellas, Luis Orgaz y Juan Yagüe) ejerció su autoridad
con plena autonomía en el espacio en que operaba. Se produjo, pues, en un
inicio, una pluralidad de centros de poder militar, que no afectó al
funcionamiento interno de las distintas unidades militares. Unos 14.000 oficiales
del ejército de Tierra (junto con los de las fuerzas de seguridad, aunque
fundamentalmente la Guardia Civil), que tenía a sus órdenes alrededor de
150.000 soldados, fueron el componente militar básico de los rebeldes. Es decir,
un componente militar que superaba en organización, disciplina y material al
ejército republicano.
- Sin embargo, a pesar de esta inicial pluralidad de centros de poder militar
pronto se caminó hacia la unificación de mandos para coordinar y unificar la
acción, de manera que todo el poder quedara acumulado en un único jefe para
garantizar así una dirección estratégica más eficaz de las operaciones bélicas.
Por este motivo, tras la muerte de Sanjurjo el 20 de julio en un accidente aéreo,
un primer paso fue la constitución el 20 de julio en Burgos de la Junta de
Defensa Nacional presidida por José Cabanellas.
- La zona “nacional” contaba con una extensión aproximada de 230.000 km2 y
en ella se asentaban algo más de 10 millones de habitante s. Apenas disponía del
20% de la producción industrial del país, pero contaba con el 70% de la
producción agrícola y ganadera.
- En el aspecto monetario, cada uno de los bandos emitió sus propios billetes y
prohibió la circulación del adversario.
Tras la caída del norte, la relación de fuerzas entre los bandos se alteró: la
República perdió un área con abundantes recursos industriales y mineros, redujo
su espacio a un tercio del territorio nacional y su población disminuyó a la mitad
de la total. Por otra parte, un nuevo gobierno republicano ahora presidido por
Juan Negrín (sustituto de Largo Caballero) intentaría superar la situación.
a) La represión popular
b) La colectivización
Muy pronto se vio que el gobierno de Giral, compuesto sólo por miembros de
los partidos republicanos, era impotente ante la revolución proletaria, y que las
milicias populares no podían combatir con eficacia al ejército sublevado
constituido por militares profesionales.
Así, se formó un nuevo gobierno el 4 de septiembre de 1936 presidido por
Largo Caballero e integrado por las distintas fuerzas políticas (había ministros
socialistas, comunistas, republicanos, nacionalistas vascos y catalanes y, poco
después, anarquistas). Los objetivos principales de este gobierno eran reforzar la
disciplina militar, frenar en cierto grado la colectivización de los medios de
producción concentrando mayores esfuerzos en vencer la guerra y, sobre todo,
recuperar la fuerza del Estado. De ahí que este gobierno realizase las siguientes
medidas:
- Decretó la disolución de las juntas y de los comités.
- Reguló los consejos que regían los ayuntamientos y las diputaciones.
- Potenció los tribunales populares creados por el gobierno anterior.
- Impuso un fuerte control sobre el Banco de España.
- Militarizó las milicias.
Tras la caída de Málaga en febrero de 1937, los partidos políticos lanzaron una
ofensiva a favor del afianzamiento de la autoridad estatal. En este sentido, el
PCE planteó la estrategia más clara: para ganar la guerra era necesario
congelar la revolución social y defender la posición la posición de las clases
medias y de los pequeños propietarios. Su postura chocó inevitablemente con los
sindicatos y en particular con la CNT. Y un ejemplo en este sentido fue un
enfrentamiento armado en Barcelona en mayo de 1937 entre la CNT y el POUM
por un lado, frente al PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña que
controlaba las fuerzas de seguridad en Cataluña) y la Generalitat por otro.
Enfrentamiento en el que murieron entre 400 y 500 personas.
d) Educación y cultura
Por otra parte, en el campo de la difusión cultural, abundaron las iniciativas a cargo
de partidos, sindicatos y otro tipo de organizaciones de diverso tipo. Así, adquirió
una especial relevancia la alfabetización y la educación política llevada a cabo entre
los soldados por las Milicias de la Cultura, que eran organizaciones de voluntarios
promovidas por las autoridades ministeriales.
Estuvo marcada por el hambre, el desbarajuste económico, los ataques aéreos y las
continuas evacuaciones. Los alimentos básicos y los productos de primera necesidad
pronto escasearon en las ciudades y fue necesario organizar un sistema de
racionamiento de comestibles (en Madrid se llegó a fijar una mínima ración de 100
gramos de pan por persona y día en 1937) que no pudo impedir la extensión de la
desnutrición entre la población civil. La falta de carbón en invierno agravó los
problemas y muchas personas se vieron forzadas a comer cáscaras de naranja y
animales domésticos para sobrevivir. Además, las alarmas aéreas obligaron a la
gente a refugiarse y permanecer largas horas dentro de los sótanos de los grandes
edificios o en el interior de los túneles del metro en Barcelona y Madrid (donde
paradójicamente continuaron funcionando los teatros y los cines).
Por otra parte, podemos destacar que las autoridades republicanas optaron por
evacuar a 38000 niños y enviarlos a Francia, Bélgica, Gran Bretaña, Holanda,
México y la URSS para que pudieran escapar de los horrores de la guerra.
Hay que destacar que varios factores hicieron posible que el bando franquista
lograra su unidad sin grandes dificultades:
- El sentimiento católico y antirrevolucionario que aglutinó a los distintos partidos
y opiniones.
- El papel hegemónico que desempeñó el ejército también en el terreno político.
Los militares rebeldes y los partidos políticos que apoyaron el golpe de Estado
(falangistas, monárquicos, carlistas,...) practicaron desde un principio de la
guerra una implacable y sistemática represión. Represión que se dirigió
fundamentalmente contra las organizaciones vinculadas al Frente Popular. Es
decir, trabajadores miembros de sindicatos y partidos obreros y clases medias
liberales pertenecientes a los partidos republicanos.
No obstante, los primeros que se vieron afectados por las medidas represivas
fueron los miembros del ejército y de las fuerzas de seguridad se mantuvieron
fieles a la legalidad republicana y no apoyaron la sublevación.
Abundaron las ejecuciones masivas a medida que avanzaban las tropas (por
ejemplo, en Badajoz, en agosto de 1936, hubo entre 2000 y 4000 fusilados
cuando la ciudad fue tomada por las tropas del general Yagüe), siendo las más
violentas las realizadas por las tropas de África. Asimismo, en la retaguardia
proliferaron los “paseos”, las “sacas” y los fusilamientos en las cunetas de las
carreteras o ante las tapias de los cementerios.
Hay que destacar que se actuaba sin contemplaciones para aniquilar o
exterminar cualquier forma de resistencia que pudiera entorpecer la construcción
del “Nuevo Estado” y para que el terror, la venganza y el miedo sirviesen como
métodos para cimentar la dictadura.
A partir de octubre de 1936, la represión fue algo menos indiscriminada y no tan
amplia aunque continuaron produciéndose numerosas ejecuciones a medida que
los sublevados conquistaban nuevos territorios. Además, los juicios sumarísimos
no ofrecieron nunca ningún tipo de garantías procesales.
Como resultado, las víctimas de la represión probablemente llegaron
probablemente a las 100.000 personas. Asimismo, a lo largo de la guerra, las
cifras de encarcelados y depurados llegaron a ser muy altas.
C) La contrarrevolución
Los grupos sociales que mostraron gran entusiasmo con estas medidas fueron la
oligarquía terrateniente, la burguesía financiera, pequeños y medianos
campesinos de arraigadas convicciones católicas y diversos sectores de las clases
medias urbanas. Es decir, con el triunfo franquista en la guerra, estos grupos
vieron cerrada en su beneficio la crisis social y política que se había abierto al
final de la Restauración.
D) Educación y cultura
- La Guerra Civil hizo que España emergiera al primer plano del escenario mundial.
Así, provocó una honda división en la opinión pública internacional y posiciones
encontradas entre los gobiernos.
Los dos bandos recibieron ayuda (fundamentalmente en armamento y soldados) muy
estimable. Sin embargo, la ayuda destinada a los sublevados fue más regular y más
cuantiosa. Con lo cual, la intervención de las potencias extranjeras condicionó de
forma decisiva la duración, la evolución y el resultado del conflicto español, que se
desarrolló en un contexto internacional marcado por la conflictiva convivencia entre
los países democráticos, los paises fascistas y la URSS comunista en el continente
europeo.
- Ambos bandos buscaron pronto suministros y armamento exterior. Sin embargo, en
septiembre de 1936 y a iniciativa de los gobiernos de Francia y de Gran Bretaña, se
alcanzó un compromiso internacional para aislar el conflicto español, no intervenir
en el mismo, impedir su expansión al resto del continente y prohibir la venta de
material bélico a cualquiera de los bandos en lucha. Para ello, se creó en Londres un
Comité de No Intervención al que se sumaron Alemania, Italia, Portugal, Bélgica, la
URSS y otros países. No obstante, este Comité fue completamente inoperante, fue
una farsa y perjudicó al gobierno republicano por los siguientes hechos:
2) El bando republicano
Este bando, en un principio, solicitó ayuda a las dos democracias principales
europeas, Francia y Gran Bretaña, sin embargo, estos dos países
decidieron mantenerse neutrales. Como el gobierno conservador británico
estaba convencido de que en España se enfrentaban los comunistas frente a
los contrarrevolucionarios, se negó a exportar armamento al bando
republicano por temor al triunfo de una revolución bolchevique en la
Península Ibérica (algo que era imposible dada la debilidad del PCE en
España aunque significaba el argumento principal de los grupos financieros y
empresariales británicos para presionar a favor de la no colaboración) y para
evitar un aumento de las tensiones con Hitler y Mussolini. Mientras tanto, el
gobierno francés, que durante los primeros días de guerra había vendido
material aéreo y algunas armas de forma clandestina al gobierno de la
República, decidió suspender las entregas presionado por Gran Bretaña y por
temor a provocar un enfrentamiento de consecuencias imprevisibles con
Alemanes e Italianos.
Por lo tanto, después de que concluyeran sin éxito todos los desesperados
esfuerzos por encontrar auxilio entre las potencias democráticas, el gobierno
republicano se puso en contacto con el gobierno de Stalin e intentó comprar
armas a la URSS. Así, Stalin, aprobó el envío a España de unos 2000
asesores militares y de cientos de excelentes aviones cazas Polikarpov I-16
(conocidos popularmente por su forma como los “Chatos”) y bombardeos
Tupolev SB-2, así como numerosos carros de combate T-26. Los tres motivos
principales que le impulsaron a tomar esta decisión fueron: el intento de
contrarrestar el apoyo armado de Alemania e Italia al bando antirrepublicano,
el esfuerzo por desviar la atención de las potencias fascistas desde el área
centro-oriental del continente europeo hacia la región mediterránea y el afán
por mantener la credibilidad de la URSS como potencia impulsora de la
revolución proletaria a escala mundial, que quedaría probada si los soviéticos
iban al auxilio de los camaradas españoles del PCE.
Al mismo tiempo, los soviéticos se encargaron de movilizar a la opinión
pública de Europa y América e impulsaron la creación de las Brigadas
Internacionales. Este cuerpo militar de voluntarios extranjeros estaba
formado por voluntarios izquierdistas y comunistas con el propósito de
detener el avance del fascismo. Llegaron a España desde 52 países
(franceses, ingleses, norteamericanos, polacos, alemanes, checos,...) para
combatir en defensa de la República y se calcula que fueron unos 40.000 mil
brigadistas.
Por otra parte, México envió ayuda humanitaria y algunas armas.
El gobierno republicano pagó (al contado y a precios muy elevados) los
suministros enviados por los soviéticos con las importantes reservas de oro y
plata depositadas en el Banco de España, que se agotaron muy pronto. No
obstante, la llegada del material militar soviético, tuvo consecuencias
trascendentales. En primer lugar, evitó el hundimiento del ejército
republicano y contribuyó así a la prolongación de los combates; y, en
segundo lugar, la ayuda de la URSS reforzó la posición de poder e influencia
de los comunistas españoles dentro del gobierno republicano.
De cualquier manera, a finales de 1938, los gobiernos de Gran Bretaña y
Francia (y, antes, sus principales grupos financieros y empresariales) ya
habían iniciado una decisiva aproximación a Franco, cuyo gobierno terminó
por ser reconocido como el único legal en España y por británicos y
franceses en febrero de 1939.
Por otra parte, un gran número de conocidos y prestigiosos intelectuales,
artistas y literatos extranjeros se solidarizaron con la causa republicana.
Entre ellos se encontraban el científico Albert Einstein, el escritor alemán
Thomas Mann, los novelistas ingleses George Orwell y Aldous Huxley, los
literatos norteamericanos Ernest Hemingway, William Faulkner y John Dos
Passos, el intelectual francés André Malraux (que llegó a combatir en las
Brigadas Internacionales), los artistas franceses Louis Aragon , Tristan Tzara
y André Gidé, el dramaturgo a alemán Bertolt Brecht, los poetas
hispanoamericanos Pablo Neruda y Octavio Paz y el fotógrafo húngaro
Robert Capa.
A)Consecuencias demográficas
B) La depuración
C) La represión económica
Los vencidos y sus familiares también sufrieron una severa represión económica,
ya que muchos perdieron sus propiedades (pisos, tiendas, fincas) que fueron
incautadas y subastadas por las autoridades franquistas. E incluso de este tipo de
sanciones y de las confiscaciones no se libraron ni siquiera los familiares de
ejecutados y muertos que fueron multados póstumamente.
E) La difícil reconciliación