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Emilio Villanueva

Bigrafia

Emilio Villanueva Peñaranda (La Paz, 28 de noviembre de 1882-ibíd., 14 de mayo de 1970) fue
un arquitecto urbanista boliviano y teórico de la arquitectura, Profesor Universitario, Rector de
la Universidad Mayor de San Andrés, Ministro de Instrucción Pública fundador de la Facultad
de Ingeniería y de la Escuela de Arquitectura, el más importante maestro modernista de la
arquitectura regional boliviana, neo-tiwanakota y considerado el más grande arquitecto
boliviano del siglo XX.

Obras

La Obra Estelar de
Emilio Villanueva
Publicado en 21 julio 2017

Edificio principal (monoblock) de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz (1948)

Entre 1910 y 1950, por más de 40 años, Emilio Villanueva revolucionó los moldes
tradicionales de la arquitectura boliviana, y plasmó en la construcción y en el urbanismo
conceptos que eran hasta entonces desconocidos en nuestro medio.

El arquitecto buscó un estilo nacional que no consideraba ya la posibilidad de una


arquitectura puramente boliviana, al ser esta una expresión universal que responde a
necesidades y problemas comunes, y en definitiva a una cosmovisión global, que permitían
la búsqueda de soluciones similares en muchas partes del planeta.

Se hacía eco entonces de una arquitectura que a partir del racionalismo de Le Corbusier
planteaba sistemas de aplicación mundial. El concepto superaba el lirismo chauvinista y
buscaba la integración de la arquitectura boliviana a la universal, imprimiendo en ésta
algunas características que la identificaran.

Estadio Hernando Siles (1930), demolido en 1975

Si bien las ideas racionalistas que se estaban aplicando en Europa fueron acogidas
plenamente por Villanueva, el academicismo al que había estado apegado en sus inicios no
había desaparecido totalmente. Su primer gran proyecto en la nueva dirección fue el Estadio
Hernando Siles (1930). Pero donde realmente estableció su visión de una nueva arquitectura
fue en el monoblock central de la Universidad Mayor de San Andrés estrenado el 24 de
julio de 1948. Se planteó allí la cuestión del estilo. Villanueva se refirió al tema y dijo:
“independiente del estilo, está la rúbrica que imponen las condiciones locales y de origen.
Para imprimir esta fisonomía se han insinuado dos figuraciones de la arqueología
tiahuanacota; el “signo escalonado” y el “signo sol”. Estas alusiones no pretenden dar un
tono, ni en la estructura ni en el detalle”.
Por eso aplicó el motivo recurrente en el frontis del monoblock, un gran cuerpo central y
dos laterales a modo de alas, el frontis principal superpuesto a los brazos, y éstos
terminados en dos pequeños añadidos escalonados detrás de las alas. De este modo la planta
del frontis repite la figura escalonada. No es casual que Villanueva volviera a recurrir a una
forma clásica, que implica simetría y figuras geométricas. El funcionalismo superó y
rechazó totalmente la simetría, sin embargo, no podemos negar una búsqueda funcionalista
en el monoblock. Conscientemente o no, Villanueva aplicó formas estructurales que querían
imprimir una característica nacional y ecuménica. En el caso concreto del frontis del
edificio universitario debemos considerar la influencia de los diseños de Kis sobre la ciudad
de Tiwanaku, que el autor reprodujo en uno de sus libros teóricos y que después quedaron
desechados por investigadores como Ponce en base a las excavaciones posteriores a la
romántica y puramente teórica imagen que tenía Kis.

Una solución de planta cuadrada para el bloque central del edificio parecía inverosimil.
Villanueva la justificó así: “También se ha dicho que la planta del cuerpo elevado debió ser
rectangular y no cuadrada. Esta apreciación es errada. Lo que se busca en un plano típico,
ante todo, es la economía de costo y de espacio sin afectar la parte funcional. Una buena
planta es una planta compacta, y el perímetro de una planta compacta, no puede ser sino un
cuadrado”. Hay que añadir que la planta cuadrada responde a esta extraña mezcla de formas
simétricas y aplicación funcional en el uso, características del último período de nuestro
autor.

Como él mismo dice, dos son los signos utilizados en lo decorativo, el signo escalonado, y
el signo sol, imagen de la divinidad solar en la cosmogonía de esa gran cultura andina.
Ambos aparecen en el frontis y en la coronación del edificio; se repiten en las puertas de
ingreso, muy bien terminadas y de un gran sentido plástico, en el enrejado que rodea al
edificio, en la parte superior del escenario del Paraninfo y en los diseños interiores de los
ascensores. El signo imperante es el escalonado, muy propio para rejas y puertas. El signo
sol y los guerreros de la puerta del sol, se aplican en el bloque central del frontis, estilizados
aún más que los originales. El remate del piso 13, además de los frisos zigzagueantes y
escalonados, termina en cuatro pequeñas cabezas al estilo de las del templete
semisubterráneo.
La distribución del cuerpo central del frontis guarda indudable relación con la Puerta del
Sol; quedando el vano de la puerta tiahuanacota delimitado por todo el espacio ocupado por
las puertas y ventanas de la fachada, lo que nos da la pauta de que por una vez en Bolivia,
se hizo el aprovechamiento adecuado de los motivos originales, dándoles sentido dentro de
una arquitectura funcional.

Con el monoblock de la UMSA, Emilio Villanueva culminó su larga carrera como


arquitecto, en él plasmó y aplicó todas sus ideas respecto a la arquitectura. Este edificio se
convierte, por esto, en el testimonio hasta hoy más conseguido en el difícil camino para
lograr una arquitectura nacional y universal. Fue pensado y construido hace nada menos que
setenta años…

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