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SALOMÓN VILLANUEVA LLANOS:

Cuerdas del alma


Magia de la guitarra cajamarquina

Por: Francisco Sarmiento


Cerquin
Nació un 11 de marzo de
1972, en Río Grande la
Encañada- Cajamarca. Sus
ancestros por parte de su
padre son de Celendín-
Sorochuco y, de su madre de
la Encañada. Cuenta que
desde niño tuvo esa afición
por la música y que creó sus
propios instrumentos de
semillas que las amarraba en
forma de guitarra para
hacerlas sonar. Ya en
Cajamarca estudió en la
Escuela del hoy Colegio
Toribio Casanova. Su primer
instrumento musical fue la
antara, instrumento con el
que viajó a la Selva con el
Grupo de Música y Danzas de
la Universidad Nacional de
Cajamarca; luego ya como charanguista del Grupo Edsamaro y del Grupo
Ámbar.
Shalito Villanueva afina su guitarra construida por él. Luthier y charanguista
mágico, pero por sobre todas las cosas un eximio guitarrista. Hoy es su
cumpleaños número cuarenta y seis y durante toda la semana no ha dejado
de recibir saludos a través de las redes sociales de sus amigos, admiradores y
colegas del arte; ahora, la música es para él su pasión, el viento que corre por
la Plazuela Hoyos Rubio hace sonar las hojas de los árboles en homenaje a su
nacimiento y el vaivén de sus ramas nos cuentan los secretos del arte de un
Luthier autodidacta en la interpretación y construcción de guitarras y
charangos. El calor del sol hace que brille su rostro de perfil musulmán. La luz
del mediodía en Cajamarca hace más nítida la movilidad de sus manos, de sus
dedos que al tomar la guitarra en complicidad interpretan uno de los temas
más famosos: La Pachilla; allí, puedo ver al detener mis ojos en sus rasgos: la
nariz espigada, los ojos bayos, las cejas angulosas. Sus manos secas, dedos
delgados y largos que parecen hablarle a las cuerdas de su amada guitarra –
una magia parecen ser sus manos que rasguean melodías sin fin– y sobre su
cabello largo el clásico sombrero shilico. Shalito suele vestir con un saco y en
la solapa lleva los más preciados reconocimientos a los que merecedor dentro
y fuera de su patria.
Shalito sin duda alardea de haber recibido cada una de estas condecoraciones
en sus presentaciones. Al maestro le gustan todas, pero más aquellas que él
siente en el corazón. En la calle, es difícil que pase desapercibido por su
calidad musical y su nobleza de ser. Él ha acompañado a grandes artistas
peruanos. Martina Portocarrero, Luis Abanto Morales, Los Hermanos Gaitán
Castro entre otros.
Muchas veces nos repite que por más halagos recibidos nunca cambiará,
seguirá siendo el músico de a pie, a pesar de haber tocado grandes
escenarios.
Shalito Villanueva tocó en Ecuador “Vasija de Barro”, ecuatorianos y peruanos
se quedaron sin palabras al escuchar una melodía autóctona ejecutada con
tal sentimiento que el público llenó de aplausos el coliseo, en este pueblo
también acompañó a la bella Toquilla. El año pasado estuvo en Cora Cora,
Ayacucho, tierra del Luthier Abraham Falcón García, deslumbró a los
ayacuchanos con “Adiós pueblo de Ayacucho”, siendo un cajacho hizo que
mujeres y hombres ayacuchanos aplaudan recordando a don Raúl García
Zárate. Cuerdas del Alma, es el disco que ha cruzado nuestras fronteras y se
ha convertido en un clásico de la guitarra cajamarquina.
Shalito, mira fijamente su guitarra y junto a Don Cashi interperetan una vieja
melodía cajamarquina, canto cajacho de antaño que don Nico Taica, titiritero
famoso en el siglo pasado heredo a su hijo.
Ahora duerme. En breve entrará a otra presentación musical en la ciudad de
Lima, hará suspirar y contentará a su público con sus melodías tradicionales
del Perú profundo.

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