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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular Para La Educación Superior

Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE)

CREA. Santiago Mariño.

FUNDAMENTOS FILOSOFICOS

ESTETICOS

Realizado por:

Ammy Velásquez.

C.I. 13191105

El Valle, martes 20 de junio de 2018.


FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS Y ESTÉTICOS.

Estética: Estética es la disciplina que estudia lo bello en el arte y en la


naturaleza y su asimilación por parte de los individuos. La palabra estética deriva
del latín moderno aestheticus, y éste del griego aisthētikós que significa “percibida
por los sentidos”.

Estetica y Arte.

A lo largo de los siglos XVIII y XIX la estética se mantuvo sometida por el


concepto del arte como imitación de la naturaleza. Novelistas como los británicos
Jane Austen y Charles Dickens, y dramaturgos como el italiano Carlo Goldoni y el
francés Alexandre Dumas, presentaban relatos realistas sobre la vida de la clase
media. Los pintores neoclásicos (como Jean Auguste Dominique Ingres),
románticos (como Eugène Delacroix) o realistas (como Gustave Courbet)
representaban sus temáticas extremando el cuidado en el detalle natural.

En la estética convencional se asumía además con frecuencia que las


obras de arte son tan útiles como bellas. Los cuadros podían conmemorar
acontecimientos históricos o estimular la moral. La música podía imitar piedad o
patriotismo. El teatro, por la influencia de Dumas y el noruego Henrik Johan Ibsen,
podía servir para criticar a la sociedad y, de ese modo, ser útil para reformarla.

En el siglo XIX, no obstante, conceptos vanguardistas aplicados sobre la


estética comenzaron a cuestionar los
enfoques convencionales. El cambio fue
muy evidente en la pintura. Los
impresionistas franceses, como Claude
Oscar Monet, eran atacados por los
pintores academicistas por representar lo
que ellos creían deberían ver, bastante más
de lo que en realidad veían, como eran las
superficies de muchos colores y formas
oscilantes desencadenadas por el juego
distorsionante de luces y sombras en el momento en que el Sol se desplaza.
A finales del siglo XIX, los postimpresionistas como Paul Cézanne, Paul
Gauguin y Vincent Van Gogh estuvieron más interesados en la estructura pictórica
y en expresar su propia psique que en representar objetos del mundo de la
naturaleza. A comienzos del siglo XX, este interés estructural fue desarrollado por
los pintores cubistas como Pablo Ruiz Picasso, mientras que la inquietud
expresionista se evidenciaba en la obra de Henri Matisse y otros fauvistas, así
como en expresionistas alemanes de la categoría de Ernst Ludwig Kirchner.

Los aspectos literarios del expresionismo pueden verse evidenciados en las


obras del sueco August Strindberg y del alemán Frank Wedekind. En estrecha
relación con estos enfoques, hasta cierto punto no figurativos del mundo plástico,
cobró relevancia el comienzo del ‘arte por el arte’, derivado de las proposición de
Kant conforme las cuales el arte tenía su propia razón de ser. La frase fue por
acuñada en 1818 por el filósofo francés Victor Cousin; a su doctrina se adhirieron
el crítico británico Walter Horatio Pater y el pintor americano James Abbott McNeill
Whistler.

En Francia abrevió el credo de los poetas simbolistas como Charles


Baudelaire. Desde ese momento, el comienzo del arte por el arte se volvió
fundamental en la mayor parte de las vanguardias occidentales del siglo XX.

ANTIGUA GRECIA.

En la antigua Grecia para los griegos, lo


perfecto, lo estético era igual a belleza. Siempre
buscaban la perfección y la belleza especialmente
la humana. También la belleza aparece asociada a
otros valores como la medida y la conveniencia.

Platón mencionaba que la belleza podía


alegrar la mirada y la mente, pero no están
directamente relacionados con la verdad.

Uno de los primeros filósofos en ocuparse


en el tema de la estética, en cuanto al arte y a la
poesía fue el filósofo Demócrito, que mediante la observación y la experiencia de
los hechos estudió el arte de la forma más descriptiva que conceptual,
considerándolo una obra natural del ser humano basado en la naturaleza con
tendencia al placer. Por otro lado se encuentran los sofistas Protagoras y Gorgias
consideraron la belleza como algo que produce placer por medio del oído y la
vista, revitalizando el concepto de belleza como algo diferente para cada individuo.
Socrates se refirió al arte como la idealización de la naturaleza y que cuando
representa al ser humano, no lo hace tan solo en cuerpo sino en alma,
estableciendo así el concepto de belleza espiritual, el contrario de la belleza física
que había defendido la filosofía griega.

Platon.

Fue el primer filósofo en tratar los conceptos


estéticos como centro de muchas de sus reflexiones,
en cuanto al tema de la belleza y el arte. En él
Protagoras hablo del arte como la capacidad de
hacer cosas por medio de la inteligencia, por medio
de un aprendizaje. Para Platon el arte es la
capacidad creadora del ser humano, entendía el arte
como destreza o habilidad, tanto en el terreno
material como intelectual. Introdujo el concepto de
Mimesis, ya que para él las imágenes son
imitaciones de objetos reales aunque sin desempeñar las mismas funciones que
sus originales. Estas imitaciones pueden ser genuinas si guardan las mismas
propiedades que su modelo, o aparentes si solo se parecen al original. Sin
embargo, el mismo Platon consideraba esta diferencia difícil de expicar, ya que
toda imitación debe por fuerza diferir de su original en alguna cosa, ya que si fuese
idéntica se encontraría con un objeto igual a su representado. Platon consideraba
todas las creaciones artísticas como conjeturas, que por su carácter imitativo las
alejaba de la realidad de las formas considerándolas con un sentido peyorativo, ya
que son apariencias engañosas, diciendo asi que los artistas no representan las
cosas como son si no como parecen, calificando así a los artistas como
pseudoartífices ya que su habilidad no es autentica.

La belleza la trató en diversos diálogos: en Hipias mayor habló de la belleza


de los cuerpos; en Fedro, de la belleza de las almas; y en El banquete, de la
belleza en general.

Hipias mayor: utilizando un diálogo entre Hipias y Sócrates, Platón busca


la belleza perfecta, la belleza ideal platónica. Proporciona varias definiciones de
belleza, como la conveniencia, que es la adecuación a una finalidad, que hace que
un objeto parezca bello; o la utilidad, relacionando la belleza con el bien, con la
dimensión moral.

Fedro: en este texto Platón explicó de forma mítica el origen del ser
humano, así como su teoría del conocimiento basado en las ideas. Sócrates
cuenta a Fedro que el alma es como un carro tirado por dos caballos, uno manso y
otro bravo, dirigidos por la razón. Esta alma se encuentra originariamente en el
mundo de las ideas, pero al encarnarse en un cuerpo las olvidan en mayor o
menor grado. Para Platón, el conocimiento es el recuerdo de estas ideas. La
materia es sombra de las ideas, que a través del estímulo que ofrecen pueden
conducirnos a ellas, a través de un procedimiento que identifica como amor. Así, el
amor por las cosas bellas puede conducirnos a la idea de belleza, a la belleza
perfecta, ideal.

El banquete: en esta obra Platón manifiesta que el hombre tiene inclinación


a buscar la perfección, la belleza, y que ésta se puede conseguir a través del
amor, que es un camino de conocimiento, una energía que nos orienta. Platón
distinguía dos clases de amor: el popular, relacionado con el cuerpo, las formas y
las acciones; y el celestial, asociado a la virtud y el intelecto. El amor es la
búsqueda de la belleza que se relaciona con la verdad, primero la belleza física
(amor de los cuerpos), y después la belleza espiritual (amor de las acciones),
llegando por fin a la belleza ideal, al amor por la ciencia. Se pasa pues del cuerpo
a la virtud, y de aquí a la esencia. El amor ideal llamado amor platónico es infinito,
no tiene tiempo ni forma.
Se percibe pues una clara evolución de la búsqueda de una noción general
de belleza del Hipias, utilizando el sistema socrático de comparación, dedujo en
el Fedro que la belleza está más allá de la realidad que nos envuelve; por último,
en El banquete, identificó la búsqueda de la belleza con la propia vida humana,
siendo el amor la forma de acceso. Platón fue el origen de dos de las teorías sobre
la belleza más defendidas a lo largo del devenir histórico: la belleza como armonía
y proporción, y la belleza como esplendor.

Aristóteles

Así como Platón era


un metafísico, Aristóteles se centró
más en el terreno de la física,
aplicando la lógica al estudio de la
naturaleza y del ser humano. Para él,
la naturaleza tiene un germen que da
pie a la forma y el movimiento, que
son las bases de la naturaleza. En el arte (cultura) el germen es el artista (el
hombre); así, distinguía naturaleza, de origen orgánico, de cultura, de
origen psicológico. Creó un sistema causal, buscando una causa material en el
origen de todo acontecimiento; después de la material viene una causa eficiente o
motriz y, por último, una causa formal. Aristóteles distinguía tres clases de
pensamiento: conocimiento, acción y realización.

La teoría estética de Aristóteles, plasmada sobre todo en su Poética,


provenía en buena parte de la obra de Platón, sobre todo en el concepto de
mímesis. Para Aristóteles, la belleza consistía en magnitud y orden, cuestiones
puramente físicas, y se encuentra en las proporciones perfectas, en la justa
medida, en la simetría. En su estudio de la tragedia, que en buena parte se ha
perdido, definió ésta con base en la mímesis, como imitación de una acción
honrada y acabada, que implica cierta magnitud, hecha en un lenguaje refinado,
realizada por personajes que actúan y que opera una purificación de las
emociones o catarsis.
La función del arte imitativo es la de acabar y perfeccionar los productos de
la naturaleza. Para Aristóteles, el arte humaniza la naturaleza, magnificando la
realidad. Así pues, la tragedia es un proceso estético: de la mímesis, la imitación
de la realidad, la producción creativa. Es una operación moralizadora, de
humanización de la realidad. La tragedia separa la realidad de la ficción, pero
también reconduce la ficción a la realidad, por medio de la catarsis; el primer
camino es estético, mientras que el segundo es ético. Para Aristóteles, la poesía
trágica responde a leyes psicológicas, que denomina conducta universal, ya que
responde a criterios racionales de comportamiento del individuo, concepto que
sentó las bases de la teoría artística, hasta la edad moderna.

El concepto de belleza de Aristóteles se desarrolló más ampliamente en


la Retórica: es bello lo que, por un lado, nos agrada y, por otro, lo que es valioso
por sí mismo. Es decir, la belleza ha de proporcionar placer, y ha de tener un valor
intrínseco independientemente de su finalidad. Para Aristóteles, la belleza es
buena, aunque no todo lo bueno es bello; por otro lado, la belleza es agradable,
aunque no todo placer es bello. A su vez, la belleza ha de ser buena y agradable a
un mismo tiempo.

EDAD MEDIA.

La edad media es un periodo de la


historia occidental que se comprende entre los
siglos V y XV. Se caracteriza por una pérdida de
la vida civil, hay un alejamiento de la urbe y las
personas se cobijan más bien en el ámbito rural
bajo la protección de los señores feudales. Este
período suele dividirse en tres etapas:
Temprana Edad Media siglos V-X, Alta Edad
Media siglos XXIV, Baja Edad Media siglo XIV.

Los principales problemas se dan en la alta y baja Edad Media, en este periodo se
crean instituciones como la universidad, ejércitos regulares, la burocracia estatal,
hospitales, etc. En el ámbito de la universidad surge una escuela llamada
Escolástica y uno de sus autores más importantes es Santo Tomás de Aquino.

En el arte se puede diferenciar ciertas directrices, existe un estilo de arte


germánico en la temprana Edad Media donde se aprecia un sincretismo con el
arte greco-romano, un gusto por la luz dentro de textos e imágenes. En la alta
Edad Media se nota una expresión románica, su arquitectura es pesada y denota
un carácter rural, se reflejan los valores de una sociedad feudal. En la transición
de la alta y baja Edad Media se da el estilo Gótico que se caracteriza por sus altas
edificaciones, vidrieras y el uso de la luz encontraste a las oscuras iglesias
románicas.

En un comienzo la estética de la Edad Media trae consigo los problemas de


la antigüedad, en el cristianismo existen una gran influencia del neoplatonismo, y
la premisa del Uno-Todo. La idea principal es justificar la fe que es ajena a
la razón. Este problema lo asumen los padres de la iglesia, entre ellos
encontramos a San Agustín que busca resolverlo.

“El dogma es algo absolutamente extraño a la razón y no debe


pedirle a ésta apoyo alguno”. La fe está llamada a ser un complemento del
conocimiento objetivo en la vida práctica, y los milagros amplía el conocimiento
por medio de ella.

Este conocimiento fundado en la razón (ratio) nos lleva a la verdad de la


que todos participamos, acercándonos a Dios y a lo bello.

En los problemas estéticos medievales existe una dualidad, sentido razón,


la razón está sobre el sentido, es por esto que el arte medieval es poco expresivo.
El hecho de quedarse en los sentidos no indica entendimiento, es solo
placer. La estética medieval es un placer de la razón, existe una jerarquía
de placeres y como lo dijo Plotino en primer lugar se encuentran los sentidos,
pero en el lugar más alto está el logos y el entendimiento. Por lo tanto el
placer estético medieval es un placer de la razón, no puede existir solo placer de
los sentidos, es pecado, es olvidar a Dios. Por este motivo en la experiencia
estética se busca la razón por medio de disciplinar al hombre. “El placer que se
siente frente a un objeto no es, pues, corpóreo, sino intelectual…

Lo bello concierne únicamente a la facultad de juicio racional”. Lo pulchro,


bello nace del concepto de Recta Ratio, es racional, es del entendimiento. En el
ámbito de la ars la creación de objetos pulchro, bellos tienen que estar en directa
relación con la Recta Ratio, todo los objetos basados en la razón son participes de
esta premisa, además los objetos deben participar de la donación (lo bello es
enteramente desinteresado) así evitamos el placer estético sensual, el placer que
se busca nos debe contactar con la verdad. Por lo tanto se busca olvidar
el cuerpo, desconectar los sentidos y ser solo razón, negar el cuerpo. Esta noción causa
gran impacto ya que las creaciones son anónimas, no se reconoce al “cuerpo” que lo
crea.

La visión Escolástica dice que lo pulchro apunta hacia la bondad y la razón,


todo quiere ser bello y bueno, no existe un polo de maldad lo que existe es una carencia de
bondad y de belleza. Para los padres de la iglesia la belleza es armonía,
iluminación, consonancia y claritas. Dionisio dice lo siguiente“. La belleza quedó
definida como consonantia et claritas, es decir, como armonía y luz, o proporción y
claridad”. Es decir la belleza se logra cuando los elementos que componen un
objeto son evidentes a la razón y estos elementos están en un orden. Por lo tanto
seguir el canon nos garantiza belleza, ilumina lo material, y hace que el objeto sea
participe de algo más, lo que carece de canon es feo (lo turpis).

El canon se encuentra en la naturaleza, el


hombre devela las invenciones, estas ya
están dadas pero se inventan en el
sentido que la razón toma contacto con ellas.
Santo Tomás en su obra más importante
Summa Theologicae Nos ofrece una
definición de lo bello la cual requiere de tres
características principales: “la integridad o
perfección, la proporción justa o armonía, y la
claridad” Integritas hace referencia que la
belleza tiene que ser íntegra, acabada, lo que necesita y perfecta. La proporción y
armonía que las partes que componen un objeto estén en un orden, que el objeto
sea proporcionado a la vista. Claritas se refiere a que lo que tiene nitidez de color
es llamado bello, y que las cualidades del objeto deben ser apreciables por
nuestra razón. Estas características apelan a la razón son intelectuales, esta toma
conocimiento del placer pero es desinteresado, son donaciones.

Esta idea de iluminación que las cosas resplandecen, que el canon nos
garantiza belleza y que Dios nos ilumina influenció al arte. En la arquitectura
Gótica podemos notar que las murallas son más delgadas, estas edificaciones
usaban contrafuertes en contraste con las catedrales románicas de anchos muros,
por lo mismo los edificios góticos poseen muchas vidrieras, elementos de
ornamentación así pues conocemos la luz a través de la iluminación de las formas
nos acercamos más a Dios.

También se aprecian cambios en la música, aparece la polifonía en Notre


Dame Paris, se superponen voces en el canto llano. Para los medievales la
ornamentación significa mayor iluminación por lo tanto nos acercamos más a Dios, existe
una mayor ratio y en términos del ars (técnica) nos permite más posibilidades esta
idea de ornamentación.

El ámbito musical, esta es de carácter vocal, el canto llano se concibe como


armonía del cosmos, así la música no podía concebirse desde el placer, esta se
tiene que dar desde la razón por lo tanto la tarea del músico es más bien teórica,
su principal problema es medir. El placer es un problema en la naciente Edad
Media por lo que su construcción musical se concibe desde el canon.

EDAD MODERNA.
El gran impulso dado al pensamiento estético en el mundo moderno se
produjo en Alemania durante el siglo XVIII. En su Laocoonte o los límites entre la
pintura y la poesía (1766), el crítico Gotthold Ephraim Lessing sostuvo que el arte
está autolimitado y consigue su elevación sólo en el momento en que estas
limitaciones son reconocidas. El crítico y arqueólogo Johann Joachim

Winckelmann mantuvo que, de conformidad con los antiguos griegos, el mejor arte
es impersonal y expresa la proporción ideal y el equilibrio más que la
individualidad de su autor. El filósofo Johann Gottlieb Fichte consideraba la belleza
una virtud moral. Al hacer un mundo en el que la belleza, al igual que la verdad, es
un fin, el artista anuncia la absoluta libertad, que es el propósito de la intención
humana. Para Fichte, el arte es individual o social, aunque satisface un relevante
propósito humano.

El filósofo Immanuel Kant estuvo interesado en los procesos del gusto


estético. En su obra Crítica del proceso (1790) sugería que los objetos pueden ser
juzgados bellos en el momento en que satisfacen un anhelo desinteresado que no
implica intereses o necesidades personales. Asimismo, el objeto bello no tiene
propósito específico y los procesos de belleza no son expresiones de las simples
preferencias personales sino que son universales. A pesar de que uno no pueda
estar seguro de que otros estarán satisfechos por los objetos que juzga como
bellos, puede al menos decir que otros deben estar satisfechos. Los fundamentos
de la respuesta del individuo a la belleza, por lo tanto, se conservan en la
estructura de su pensamiento. El arte debería dar la misma satisfacción
desinteresada que la belleza natural. Resulta paradójico que el arte pueda cumplir
un destino que la naturaleza es incapaz de: puede brindar belleza y fealdad a
través de un objeto. Una atractiva pintura de un rostro feo puede incluso llegar a
ser bella.

Según Georg Wilhelm Friedrich Hegel, el arte, la religión y la filosofía


suponen las bases del desarrollo espiritual más elevado. Lo bello en la naturaleza

es todo lo que el espíritu humano encuentra grato y conforme al ejercicio de la


libertad espiritual e intelectual. Ciertas cosas de la naturaleza pueden ser más
amables y placenteras, y estos objetos naturales son reorganizados por el arte
para satisfacer demandas estéticas. Su obra Estética (1832) fue un punto de
referencia relevante para la estética moderna al adaptar los fundamentos de su
método al análisis de la obra de arte y de la historia. Por su parte, Arthur
Schopenhauer creía que las formas del Universo, como las formas platónicas
eternas, se conservan más allá de los mundos de la experiencia, y que la
satisfacción estética se consigue contemplándolos por el propio interés que
generan, como medios de prevenir el angustioso mundo de la experiencia
cotidiana. Otorgó una especial relevancia a la música y analizó, de un modo
exclusivo, los rasgos del artista. Fichte, Kant y Hegel anotaron una línea directa de
evolución. Schopenhauer atacó a Hegel pero estuvo influido por el enfoque de
Kant de la contemplación desinteresada. Friedrich Nietzsche aceptó en sus
primeras obras la influencia de la visión de Schopenhauer, para discrepar más
tarde de su magisterio. Nietzsche estaba de conformidad con que la vida es
trágica, sin embargo esta idea no debería excluir la aceptación de lo trágico con
alegre espíritu, pues su realización plena es el arte. Éste hace frente a los
atrocidades del Universo y los puede modificar, generando algo bello a partir de
cualquier experiencia. Al hacerlo, transforma las angustias del mundo de tal modo
que pueden ser observadas con placer. A pesar de que gran parte de la estética
moderna surge, como se ha visto, del pensamiento alemán, éste además recibió la
influencia de otras corrientes (por ejemplo, las ideas de Lessing, representante del
romanticismo, de los escritos estéticos del británico Edmund Burke).

CONTEMPORÁNEA

Cuatro filósofos de finales del siglo XIX y


fundamentos del siglo XX contribuyeron con sus
respectivos pensamientos las destacadas
influencias estéticas contemporáneas. En
Francia, Henri Bergson definió la ciencia como el
uso de la inteligencia para hacer un método de
iconos que describa la realidad aunque en el
mundo real la falsifique. El arte, no obstante, se
basa en intuiciones, lo que es una aprehensión
directa de la realidad no obstaculizada por el
pensamiento. De este modo, el arte se abre trayecto mediante los iconos y
convicciones convencionales sobre el hombre, la vida y la sociedad y enfrenta al
individuo con la realidad misma. En Italia, el filósofo e historiador Benedetto Croce
igualmente exaltó la intuición, pues sopesaba que era la conciencia inminente de
un objeto que de algún modo representa la forma de ese objeto, esto es, la
aprehensión de cosas en lugar de lo que uno refleje de ellas. Las obras de arte
son la expresión, en forma material, de tales intuiciones; belleza y fealdad, sin
embargo, no son rasgos de las obras de arte sino cualidades del espíritu
expresadas por vía intuitiva en esa misma obra de arte. El filósofo de origen
español Jorge Ruiz de Santayana razonó que en el momento en que uno recibe
placer en una cosa, el placer puede considerarse como una cualidad de la cosa en
sí misma, más que como una respuesta subjetiva de ella. No se puede
caracterizar ningún acto humano como bueno en sí mismo, ni denominarlo bueno
tan sólo porque se apruebe socialmente, ni puede decirse que algún objeto es
bello, porque su color o su forma lleven a llamarlo bello. En su ensayo El sentido
de la belleza (1896) sugirió novedosos argumentos para una consideración
fundamentada del fenómeno estético. El pedagogo y filósofo americano John
Dewey sopesaba la experiencia humana como inconexa, fragmentaria, llena de
fundamentos sin conclusiones, o como experiencias manipuladas con claridad
como medios dirigidos a cumplir fines concretos. Aquellas experiencias
excepcionales, que fluyen desde sus orígenes hasta su consumación, son
estéticas. La experiencia estética es placer por su propio interés, es completa e
independiente y es final, no se limita a ser instrumental o a cumplir un propósito
concreto.

Marxismo y psicoanálisis Dos de los


más vigorosos movimientos contemporáneos, el
marxismo en los campos de la economía y la
política y el surgido de las doctrinas de Sigmund
Freud en psicología, rehusaron el comienzo del
arte por el arte y reiteraron la dimensión práctica
y funcional del arte. El marxismo aborda el arte
como una expresión de las relaciones financieras
subyacentes en la sociedad, y preserva que el
arte es relevante sólo en el momento en que es
‘progresista’, esto es, en el momento en que
resguarda los valores de la sociedad en la cual se hace. Por su parte, Freud
incurría en el valor terapéutico del arte, dado que a través de él, tanto el artista
como el público pueden demostrar conflictos profundos y liberar tensiones.
Fantasías y ensueños, al intervenir en el arte, son cambiados desde un escape
psicológico hasta proponer variadas formas de concebir la vida. En la pintura y la
poesía surrealista, el subconsciente fue empleado como fuente creativa. La
técnica de ficción centrada en la conciencia, patente especialmente en los textos
del escritor irlandés James Joyce, se derivaba no sólo de la obra de Freud sino
además de Principios de Psicología (1890), obra del filósofo y terapeuta
americano William James, y del monólogo interior de las novelas de Édouard
Dujardin.

Existencialismo El filósofo y
escritor francés Jean-Paul Sartre abogaba
por una modalidad de existencialismo en
la que el arte fuera una expresión de la
libertad del individuo para tomar la
elección, y de este modo procurar de
esclarecer la responsabilidad individual de
su elección. La desesperación,
evidenciada en el arte, no es un fin sino
un comienzo porque erradica las culpas y
excusas por las que el individuo común
sufre, y abre la vía para la legítima
libertad.

Controversias Académicas Las controversias académicas durante el siglo


XX han girado sobre el sentido del arte. El crítico y semántico británico Ivor
Armstrong Richards aseguraba que el arte es un lenguaje. Sostenía que se
conservan dos clases de lenguaje: el simbólico, que difunde ideas e información, y
el emocionante, que expresa, evoca y estimula sentimientos y conductas.
Consideraba el arte como un lenguaje emocionante que da orden y coherencia a
la experiencia y a las conductas, sin contener significados simbólicos. La obra de
Richards fue además significativa por emplear específicas técnicas psicológicas
en el estudio de reacciones estéticas. En Lectura y crítica (1929) describía
experimentos que revelan que además los individuos muy cultos están
condicionados por su educación, por las valoraciones de los demás y por otros
elementos sociales y circunstanciales en sus respuestas estéticas. Otros autores
han conversado de los efectos condicionantes de la tradición, la moda y otras
circunstancias sociales, notando, por ejemplo, que a comienzos del siglo XVIII las
obras de William Shakespeare se juzgaban como bárbaras y el arte gótico como
vulgar. El interés creciente por la estética se señaló en la aparición de diferentes
publicaciones, tales como Journal of Aesthetics and Art Criticism (fundada en
Estados Unidos en 1941), Revue d’Esthétique (desarrollada en Francia en 1948) y
la British Journal of Aesthetics (fundada en 1960 en Gran Bretaña).

LA ESTETICA MODERNA.

El modernismo se consume en la
consigna de hacer de la propia viva una obra
de arte. Es ante todo un conjunto de ideales y
principios estéticos, para ser aplicados en
todas las areas de la vida, incluyendo la
apariencia personal, la arquitectura, la
decoracion, el arte y el diseño.

Baudelaire es el descubridor de la
modernidad. Usa esa palabra en 1859, para
expresar lo que caracteriza al artista moderno.

Para Baudelaire, el hombre moderno es el que se inventa asi mismo,


tanto en el plano físico como en el plano espiritual. Esa inspiración
fundamento en gran medida la aparición del dandismo, cuyo principal
exponente fue Baudelaire. Los dandys eran jóvenes elegantes que
pretendían ser modernos y despreciaban las costumbres burguesas,
mostrándose como escépticos morales, ociosos, afisionados al lujo y
excesivamentes adornados.
El dandy se aferra a la moda y las drogas como estado de esencias
transitorias y forzosamente reversibles que obligan a comenzar siempre de nuevo,
como el juego. El dandysmo es "una especie de culto de sí mismo, que puede
sobrevivir a la búsqueda de la felicidad que se descubre en los demás, por
ejemplo en la mujer, y que hasta puede sobrevivir a todo lo que se suele
denominar como ilusiones". El dandy es, en definitiva, "el placer de sorprender y la
satisfacción orgullosa de no ser sorprendido jamás", el objeto más distinguido de
la ciudad. Para distinguirse hay que marginarse y distanciarse de la
muchedumbre, esencialmente vulgar.

El modernismo llegó a convertirse en un movimiento artístico gracias a los


cambios tecnológicos del siglo XX. En la Europa de comienzos del siglo XX, hubo
un conjunto de tendencias artísticas innovadoras, con París como gran centro
cultural de la época. Estas tendencias recibieron el nombre de vanguardias.
Artística o políticamente, son llamados de vanguardia los grupos o corrientes que
presentan propuestas innovadoras que "captan" las tendencias del futuro y que
tienen como misión realizar el futuro ahora, por lo cual son polémicos e
incomprendidos. El arte moderno estaba contra el pasado cultural y a favor de la
libertad de acción.

Las energías y los atractivos de una nueva era de la máquina eran un


poderoso estímulo para la imaginación, como se reflejó en el cubismo parisino, el
futurismo italiano o el constructivismo ruso. Un nuevo espíritu actuó ampliamente
sobre las artes plásticas, valorizando las formas funcionales, geométricas,
abstraccionistas.

A estos valores se sumó también el factor industrial, con sus nuevos


materiales, lo que marcó un camino totalmente nuevo para la arquitectura y las
demás artes, que superaron sustancialmente diversas maneras antiguas de
construir y expresar. Además, las condiciones sociales se alteraron
profundamente, como consecuencia de la explosión industrial, de la ciencia, de la
técnica, del aumento enorme de la población.

La influencia de los materiales, el estilo moderno también se definió en


función de las nuevas maneras de entender el arte y las funciones de la
arquitectura y el diseño. Se advierte la influencia del cubismo, cuya tendencia
geometricista o atención a los volúmenes alcanzó inmediatamente a algunos
maestros de la arquitectura, como Osenfant y Jeannaret, más conocido por su
seudónimo Le Corbusier.

En particular el cubismo sintético, en virtud de la división racional que


imprime a las superficies, articulando geométricamente los elementos, influyó en
las nuevas formas arquitectónicas. Esta lógica constructiva del cubismo sintético
está presente en el purismo geométrico de Le Corbusier y otros arquitectos
expresivos de los nuevos tiempos.

Picasso ejerció enorme influencia en la evolución artística del siglo XX.


Desarrolló una tendencia ya esbozada en Cézanne y creó el cubismo, forma
artística altamente constructiva de reelaboración del mundo real. Picasso afirmó
que la invención de la fotografía había liberado a los pintores de cualquier
obligación de hacer de su arte una reproducción parecida al modelo real,
conforme a la tradición que existía desde el Renacimiento. Al mismo tiempo,
rechazó el arte abstracto, al cual consideraba productor de vacíos.
Manteniéndose firmemente figurativo, se permitió una libertad ilimitada en la
reconfiguración de los elementos objetivos recibidos del mundo circundante.

En la naciente Unión Soviética, el problema del "arte y la vida" se


transformó en el problema del "arte en la vida", percibiéndose como la necesidad
de introducir belleza en todos los elementos del entorno humano.

Los artistas de la vanguardia rusa revolucionaria estaban convencidos de


que el artista "debía entregarse al trabajo de crear la vida misma; específicamente,
a la producción de nuevos objetos de la cultura material". La primera página del
primer número de su órgano "Arte de la Comuna" proclamaba: "Las fábricas, las
plantas industriales, los talleres, están esperando a que los artistas acudan para
darles diseños de objetos nuevos y sin precedentes". La consigna propuesta por
los artistas era: "Arte en la producción".

A lo largo de los años 20, en la joven Unión Soviética, toda una generación
globalmente designada como "de izquierda" rechazó el pasado para buscar los
modelos de un radiante futuro comunista. Grupos de artistas-pintores (Malevich,
Kansinsky), poetas (Maiakovski, Esenin), escultores-arquitectos (Vladimir Tatlin)...
buscaban, de una forma concreta, transformar la vida y las ciudades a través de
experiencias nuevas, de las cuales cada persona hiciera parte necesariamente,
pasando de la pintura al diseño gráfico o la fotografía, de la poesía al periodismo o
la publicidad, de la escultura a la arquitectura...

El movimiento moderno en América Latina


tiene una de sus máximas figuras en el
arquitecto comunista brasileño Oscar
Niemeyer. Discípulo de Le Corbusier y figura
emblemática de la renovación de la
arquitectura del siglo XX, quien, desde los
años treinta hasta nuestros días, es decir en
casi setenta años de carrera, ha enriquecido
el patrimonio mundial de Brasil y de Francia,
pasando por Italia, Argelia o Nueva York,
entre otros lugares. Figura respetada en
todo el mundo.

Niemeyer aprendió de prisa la lección básica: con la llegada del


concreto armado y de las estructuras de metal, la pared ya no necesitaba
cumplir con el deber milenario de sustentar el peso de la construcción y,
con eso, ganaba salvoconducto para ser, ante todo, bella.
"No es el ángulo recto el que me atrae o que me inspira, ni la línea derecha
dura, inflexible, inventada por el hombre. Sólo me atrae la curva libre y sensual, la
curva que se encuentra en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus
ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer amada. Las curvas, en fin del
universo, el universo curvo de Einstein".

REFERENCIA ELECTRONICA
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