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El lado oscuro de la obesidad.

La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año


mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso.
Aunque anteriormente se consideraba un problema confinado a los países de altos
ingresos, en la actualidad la obesidad también es prevalente en los países de ingresos
bajos y medianos.

Los gobiernos, los asociados internacionales, la sociedad civil, las organizaciones no


gubernamentales y el sector privado tienen una función crucial en la prevención de la
obesidad.

El diagnóstico de esta enfermedad se sustenta en el Índice de Masa Corporal, que se


calcula dividiendo el peso del individuo por su estatura. La Organización Mundial de la
Salud ha establecido que cuando el IMC es mayor a los 35 kilogramos se puede hablar
de obesidad mórbida o grave; mientras que los Institutos Nacionales de Salud de los
Estados Unidos, consideran que esta condición implica un sobrepeso de entre el 50 y el
100 por ciento del peso corporal ideal, un equivalente a unos 45 kilogramos.

El riesgo más grave que implica la obesidad mórbida es la muerte prematura. Los
estudios estadísticos al respecto señalan que los hombres de entre 25 y 35 años con esta
condición presentan una mortalidad 12 veces mayor que quienes tienen un peso normal.
Otra consecuencia es la aparición de enfermedades cardiovasculares y de otras
condiciones peligrosas como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial, la
hipercolesterolemia y la arterioesclerosis.

No existe una cura para la obesidad, aunque sí medidas que pueden ayudar a recuperar
las funciones básicas del organismo y la salud en general, como las cirugías, pero aun
en este caso se requiere de un compromiso constante para mantener un índice de masa
corporal adecuado.

El esquema básico de tratamiento para este trastorno consiste en cambiar una serie de
hábitos de alimentación y asumir una dieta baja en calorías apoyada en un programa
diario de ejercicios o actividad física. Suena sencillo, pero en realidad implica un
esfuerzo titánico físico y emocional para el paciente.

Otra alternativa es optar por uno de los procedimientos quirúrgicos que se ofrecen en
estos casos, considerados por la Asociación Estadounidense de Obesidad como el
tratamiento más efectivo para combatir la obesidad mórbida. El primero incluye las
cirugías restrictivas que reducen la cantidad de alimentos que podemos ingerir sin actuar
sobre la absorción mediante bandas o grapas que se colocan en el estómago, como el
balón intragástrico, la gastroplastia vertical anillada, la banda gástrica y el sleeve o
manga gástrica.

En segundo lugar están las llamadas técnicas mixtas, siendo la más representativa el by-
pass gástrico, y que se caracterizan por ser procedimientos reversibles que permiten
reducir la capacidad del estómago y derivar los alimentos para que se absorban tres
metros después del duodeno. Y finalmente, están las cirujanas malabsortivas, cuyo
objetivo final es evitar la absorbencia de los que se ingiere, acortando el intestino
delgado donde se une al estómago, siendo las más conocidas son la diversión
biliopancreática y el scopinaro.

Una nueva investigación realizada por la prestigiosa Clínica Mayo de Estados Unidos
alerta sobre el impacto negativo en la salud del sobrepeso y la obesidad, porque estos
dos factores de riesgo provocan ya 2,8 millones de muertes anuales.
Además, según los datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud) la mitad de
los niños y el 40% de las niñas tienen ya sobrepeso.

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