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ONCOCERCOSIS

1. Definición:

Infección producida por el nematodo Onchocerca volvulus, transmitida por insectos


dípteros del genero Simulium. Las filarias adultas se localizan en nódulos fibrosos y
subcutáneos y las microfilarias en la dermis y diversas partes del ojo, provocando
lesiones graves que pueden llegar a la ceguera.

2. Biología:

Es una filaria de color blanco - opalescente. El macho mide 19-45mm de largo (2-5 cm)
por 100-200 um de ancho, cutícula estriada sin espesamientos, extremidad caudal con
dos espículas curvas y estriadas.

La hembra mide 33-50 cm de largo por 270-400 um de ancho, cutícula estriada con
espesamientos característicos; vulva a 600 um de la extremidad anterior, tiene dos
úteros llenos de huevos y embriones. Los huevos son ovoides y miden 45 a 60 um de
largo por 30-35 um de ancho. Los embriones o microfilarias salen por la vulva y se les
encuentra en los nódulos subcutáneos, espacios linfáticos, diversas partes del ojo,
líquido cefalorraquídeo, hígado, riñón y orina. La producción de microfilarias ha sido
calculada en alrededor de un millar diario por hembra.

3. Ciclo evolutivo:
Las hembras y machos de O. volvulus viven estrechamente entrelazados en nódulos
fibrosos, por lo general subcutáneos. Después de la fecundación, las microfilarias se
abren paso por el tejido nodular, pasan al tejido celular subcutáneo, diversas partes del
ojo, dermis, vísceras, etc.

Las hembras de algunas especies de simulidos al picar a una persona portadora de


microfilarias, dilaceran una porción de la piel hasta que abren un pequeño vaso
sanguíneo; chupan la sangre liberada y con ella, las microfilarias que se encuentran en
el lugar de la picadura. Algunas de estas microfilarias atraviesan las delgadas paredes
del proventrículo del insecto y llegan a los músculos del tórax en donde sufren dos
mudas convirtiéndose en microfilarias metaciclicas infectantes al cabo de 10 a 12 días.

Cuando el simúlido vuelve a picar para hacer otra toma de sangre, las microfilarias
metacíclicas dejan la boca del insecto y por la via que éste ha hecho en el nuevo
hospedero, llegan al tejido celular subcutáneo, crecen por lo general emigran y se hacen
adultos en ocho a doce meses. Al detenerse con otros machos y hembras en la misma
fase de desarrollo, el tejido ambiente reacciona y se forma el nódulo oncocercoso,
dentro del cual machos y hembras copulan y continúa el ciclo.

4. Sintomatología:

La oncocercosis es una infección crónica del tejido celular subcutáneo, la piel y los ojos,
debido a la presencia de vermes adultos y microfilarias y a la reacción alérgica del
hospedero. La triada sintomática está constituida por nódulos (oncocercomas), lesiones
de la piel (oncodermitis) y lesiones oculares (oncoftalmia).

 Los nódulos u oncocercomas se localizan en el tejido celular subcutáneo, pero


puede haber subaponeuróticos, yuxtarticulares, adheridos al periostio y hasta en
fosas excavadas en el hueso; también se les ha encontrado en los pulmones.
Miden de 1 a 2 cm de diámetro, pudiendo llegar hasta 5 y 8 cm. En África, se
localizan principalmente en el tronco, muslos y brazos; en América, en cambio,
predominan en la cabeza, hombros y tronco. El número de nódulos por pacientes
es de tres a seis, pero se ha encontrado casos hasta con 150; casi siempre son
sin dolor, no adherentes a los planos profundos y de una consistencia dura
característica. El aspecto histológico del oncocercoma depende de su edad y
tamaño; los más recientes muestran reacción inflamatoria inicial, con dilatación
vascular y después reacción granulomatosa de cuerpos extraños alrededor de
los vermes, con granulocitos, células endoteliales y a veces células plasmáticas
y linfocitos; las microfilarias se encuentran en los nódulos, en los tejidos vecinos
y en las diversas partes del ojo. Los oncocercomas antiguos presentan
fibroblastos con colágeno gris-blanquecino en la periferia y en la parte central se
agrupan los gusanos entrelazados, en una porción más suave, amarillenta y
grumosa. Por traumatismos o infecciones pueden sufrir fibrosis, caseificación o
calcificación.
 Las lesiones de la piel u oncodermitis son de tipo irritativo o alérgico. Se
presentan por brotes agudos constituyendo la erisipela de la costa, con edema
y enrojecimiento de la cara y miembros acompañados de malestar general y
fiebre. La repetición de brotes agudos da lugar a modificaciones crónicas de la
piel; denominado mal morado por el color que va tomando. Además, puede
haber aspereza de la piel debido a un aumento de la capa cornea, con
disminución de las secreciones cutáneas (xerodermia), paquidermia, aspecto
leproide, especialmente en las orejas; prurito con liquenificacion y dermatitis
eccematoide con lesiones pápula-vesiculosas, excoriadas, a veces
impetiginosas o papilomatosas en los brazos, manos y nuca. En los cortes
histológicos de la piel oncocercosa, se encuentran microfilarias en la dermis y
tejido celular subcutáneo.
 Las lesiones oculares u oncoftalmia es la localización más grave de la
oncocercosis, ya que produce pérdida de la visión y ceguera. Se consideran
como lesiones oculares, en que se ha comprobado la presencia de microfilarias,
las siguientes:
 Segmento anterior: cornea con opacidades longitudinales o puntiformes,
inflamación aguda, atrofia del iris, iridociclitis y catarata secundaria.
 Segmento posterior: atrofia del epitelio pigmentario de la retina, esclerosis de
la coroides y atrofia óptica.

Las lesiones de la visión llegan al 60% y la ceguera total va del 2 al 5 % pero en las
zonas hiperendemicas pueden llegar al 30%.

Además se han descrito otras localizaciones del o. volvulus, encontrándose hembras


adultas en la pared de la aorta y microfilarias en hígado y riñón.

La enfermedad de Robles tiene un periodo de incubación que va desde los 6 meses a


un año, durante el cual hay eosinofilia poco elevada y brotes de urticaria. La aparición
de los nódulos es insidiosa y causa pocas molestias. En los periodos agudos hay
reacción general con fiebre, malestar y acentuación de la sintomatología cutánea y
ocular; en el cuadro hemático la eosinofilia puede llegar del 20 al 70%. Los síntomas
oculares, van desde fotofobia, blefarospasmo y sensación de cuerpo extraño, a otros
más graves como conjuntivitis hiperémica, queratitis, iritis y finalmente ceguera por las
lesiones en la cámara posterior. Los trastornos cutáneos se van acentuando a medida
que ocurren los brotes sucesivos o por reinfecciones. Aunque no compromete la vida
del paciente, el pronóstico de la oncocercosis es grave por las lesiones oculares que
pueden ocasionar, estas se observan entre el 30 y el 60% de los casos.

5. Prevención:

La prevención general se basa en la desnodulización para quitar la fuente de infección


y en el control del vector con insecticidas de acción residual para destruir sus formas
larvarias en las corrientes de agua donde se desarrollan.

La prevención individual consiste en evitar la visita a las zonas endémicas y en caso


necesario, usar vestimenta adecuada (mangas largas, botas y guantes) así como el
empleo de repelentes.

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