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Texto Base:
Nehemías 4
Nehemías 8:1-12
INTRODUCCIÓN
Cuando estas fortalecido posees el ánimo necesario para hacer lo que debes hacer y
aun mas allá de tus responsabilidades corrientes. Sin embargo, los cristianos
hablamos mucho del gozo pero, muy pocos en su realidad viven gozosos, riendo y
disfrutando de la vida en Cristo Jesús.
Cuando careces del conocimiento de la palabra de Dios careces del gozo que proviene
de Él y es por eso que te hacen falta las fuerzas en muchas ocasiones para seguir
adelante, es decir, su Palabra tiene el poder para transmitir gozo a nuestras vidas
dándonos las fuerzas necesarias para vencer en todas las situaciones adversas que
nos encontremos.
DESARROLLO
SALIENDO DEL OPROBIO Y CAMINANDO HACIA LA VICTORIA
Si las fuerzas te han faltado es porque te has privado del gozo de Dios el cual es
transmitido por el conocimiento de su palabra y activado por medio de su Santo
Espíritu en nuestro interior, lo cual ha dado como resultado desgano, desaliento y
hasta ganas de dejarlo todo.
Muchos han mal interpretado el gozo de Dios con bendiciones de Dios, y déjame
decirte que son dos cosas totalmente diferentes, lo que a ti y a mí nos hace feliz
no es lo que a Dios lo hace feliz; es por eso que debemos anhelar el gozo
de Dios y no nuestro gozo en nuestras vidas, ya que muchos están
esperanzados a recibir un dinero, a obtener un trabajo, a tener un auto
etc.. para estar gozosos pero, esa clase de gozo más temprano que tarde
se marchita, sin embargo el gozo del Señor que es el conocimiento de su palabra
nunca se acaba porque, se seca la hierba y se marchita la flor pero su palabra
permanece para siempre.
Así que si quieres andar con fuerzas para vencer el pecado, para vencer la tentación
y para hacer la voluntad de Dios es necesario que el gozo del Señor habite en tu
corazón el cual es generado por el poder de la revelación de su palabra.
En ese momento, Nehemías convocó una reunión especial en la plaza que está
delante de la puerta de las Aguas, dentro de las murallas reconstruidas de Jerusalén.
". . . y se junto todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está
delante de la puerta de las Aguas." (Neh. 8:1).
UNA TAREA COMÚN Y CONTAGIOSA
Había 42,360 Israelitas presentes en esta reunión. Junto a ellos estaban 7,300
sirvientes, incluyendo 245 cantores. En total, cerca de 50,000 personas estaban allí
reunidas.
Lo primero que se hizo fue predicar la palabra de Dios. Dice la Escritura que el
pueblo estaba hambriento por oír la palabra: "...y dijeron a Esdras el escriba
que trajese el libro de la ley de Moisés... Y el sacerdote Esdras trajo la
ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de
todos los que podían entender." (8:1-2).
No hubo necesidad de obligar la palabra de Dios en este pueblo. Este pueblo tenía
hambre por la palabra de Dios. Y estaban dispuestos a someterse a la autoridad de
la palabra de Dios. Deseaban ser gobernados por ella, y que sus vidas se amoldaran
a su verdad.
Durante la época de 1800 se oyó la frase "catadores de sermones." Esta frase tiene
más de 200 años, y se originó en Londres. En esa época, el gran predicador Charles
Spurgeon predicaba todos los domingos en el Tabernáculo Metropolitano como a
5,000 personas. Al otro lado de la ciudad, Joseph Parker también predicada
mensajes ungidos. Y en diferentes partes de Londres, otros pastores predicaban
profundos, proféticos y reveladores sermones.
Y vino a ser como un deporte entre los ricos londinenses montarse en sus carruajes
e ir de iglesia en iglesia a oír los sermones de estos predicadores. Todos los lunes en
el parlamento había reuniones para discutir los sermones y decidir quién había dado
el mejor sermón y la más profunda revelación.
A veces Esdras estaba tan emocionado por la palabra que se detenía para "bendecir
al Señor, el gran Dios". La gloria del Señor descendió poderosamente, y todos
levantaron sus manos para alabar a Dios: "Y todo el pueblo respondió: ¡Amén!
¡Amén! Alzando sus manos." (8:6). A medida que leían algunos pasajes específicos:
"se humillaron, y adoraron a Jehová inclinados a tierra." (8:6)]. El pueblo se humilló
y se quebrantó ante Dios en arrepentimiento. Luego de un rato, se volvieron a poner
en pie para continuar oyendo la palabra de Dios.
NO DEPENDAS DE SENSASIONALISMOS
Por favor, noten, que esta reunión no incluía historias para levantar la atención del
pueblo. No había manipulación desde el púlpito ni dramáticos testimonios. No
había ni tan siquiera música. Sencillamente, este pueblo solo tenía oídos para
escuchar todo lo que Dios tenía que decirle.
Medio día de predicación no fue suficiente para los hambrientos israelitas. Querían
más de la palabra de Dios. Así que formaron grupos, con diecisiete ancianos en
adición a Esdras, para estudiar la palabra el resto de día. Ellos hacían entender al
pueblo la ley: "...Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían
el sentido, de modo que entendiesen la lectura." (Neh. 8:7-8).
A medida que el pueblo asimilaba la ley de Dios, empezaron a gemir por sus
pecados. Todo el pueblo lloró cuando oyeron las palabras de la ley (8:9). Imagínate
esta escena: 50,000 personas esparcidas en el terreno abierto, gimiendo por sus
pecados al unísono. Como un martillo, Dios había quebrantado su orgullo. Y ahora,
el eco de sus gemidos se oía por sobre las montañas.
"El gozo de Jehová es vuestra fuerza." (Neh. 8:10). Este gozo, que es el
resultado de las enseñanzas bíblicas y del verdadero arrepentimiento, trae verdadera
fortaleza al pueblo de Dios y atrae a los pecadores a su casa.
Cuando David desobedeció, él perdió el gozo del Señor. Y el gozo sólo podía ser
restaurado por el verdadero arrepentimiento. Así que él oró: "Lávame más y
más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis
rebeliones. Y mi pecado está siempre delante de mí. Purifícame." (Sal.
51:2-3, 7). David también oró para restaurar lo que había perdido:
"Vuélveme el gozo de tu salvación..." (Sal.51:12).
Creo que esto explica el manto mortal que pende sobre muchas iglesias hoy en
día. En otras palabras, hay pecado. Y es imposible mantener el gozo del Señor si el
pecado está presente. ¿Cómo es posible que el Espíritu Santo pueda
derramar gozo en un pueblo que continua viviendo perdidamente?
El Señor se llevó su gloria de Silo porque el sumo sacerdote Elí rehusó eliminar el
pecado en la casa de Dios. Elí se acostumbró a la vida fácil - y si tú eres adicto al
placer, no estarás motivado a exponer el pecado. Finalmente, Dios escribió la
palabra "Icabod" sobre la puerta del santuario - que significa: "La gloria se ha
apartado". Entonces usó a Silo como ejemplo de lo que le pasa a una iglesia cuando
esta ignora el pecado. La gloria de Dios - incluyendo la alegría y el gozo - se disipa
tanto en el individuo como en el cuerpo corporativo.
La gloria del Señor descendió sobre Israel y el pueblo pasó los próximos
siete días regocijándose: "Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a
obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían
entendido las palabras que les habían enseñado." (Neh. 8:12).
La palabra hebrea para "alegría" aquí significa regocijo, gozo, júbilo, contento. Esta
clase de alegría no es tan sólo el sentirse bien, sino que un gozo interior, una
exuberancia profunda. Esa expresión de gozo puede que se vea diferente en cada
uno de nosotros, porque toma lugar bien adentro de nosotros. Pero es claro para los
que están alrededor de nosotros que nuestro genuino gozo viene del cielo.
CONCLUSIONES
Puesto en palabras sencillas, sólo el gozo del Señor nos suple con la verdadera
fortaleza. Podemos hablar todo lo que queramos acerca de los diez - o veinte años
de nuestro caminar con Cristo.
Así es que una persona espiritual o una iglesia espiritual mantiene el "gozo de Jesús"
- regocijándose siempre, lleno de alegría y júbilo.
Proverbios 17:22
El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca
los huesos.
SE NECESITAN SANTOS QUE SONRIAN Y CANTEN