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Revolución francesa

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Revolución francesa

Toma de la Bastilla, 14 de julio de 1789.

Contexto del acontecimiento

Fecha 1789 - 1799

Sitio Francia

Impulsores Sociedad de Francia

Gobierno previo

Gobernante Luis XVI de Francia

Forma de gobierno Antiguo Régimen, Monarquía absoluta

Gobierno resultante

Forma de gobierno Asamblea Nacional Constituyente


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La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia,
que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones
de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo
Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea
Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.
Si bien, después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón
Bonaparte, la organización política de Francia durante el siglo XIX osciló
entre república, imperio y monarquía constitucional, lo cierto es que la revolución marcó el final
definitivo del feudalismo y del absolutismo en ese país,1 y dio a luz a un nuevo régimen donde
la burguesía, apoyada en ocasiones por las masas populares, se convirtió en la fuerza política
dominante en el país. La revolución socavó las bases del sistema monárquico como tal, más
allá de sus estertores, en la medida en que lo derrocó con un discurso e iniciativas capaces de
volverlo ilegítimo.
Según la historiografía clásica, la Revolución francesa marca el inicio de la Edad
Contemporánea al sentar las bases de la democracia moderna, lo que la sitúa en el corazón
del siglo XIX. Abrió nuevos horizontes políticos basados en el principio de la soberanía
popular, que será el motor de las revoluciones de 1830, de 1848 y de 1871.2

Antecedentes ideológicos
Los escritores ilustrados del siglo XVIII, filósofos, politólogos, científicos y economistas,
denominados comúnmente philosophes, y a partir de 1751 los enciclopedistas, contribuyeron
a minar las bases del Derecho Divino de los reyes. La filosofía de la 'Ilustración' ha
desempeñado pues un rol significativo en el giro que tomaron estos eventos históricos pero su
influencia debe relatarse de modo más matizado: acordarle demasiada importancia a los
preceptos filosóficos nacidos durante ese siglo se revelaría como una carencia mayúscula de
fidelidad historiográfica.
La corriente de pensamiento vigente en Francia era la Ilustración, cuyos principios se basaban
en la razón, la igualdad y la libertad. La Ilustración había servido de impulso a las Trece
Colonias norteamericanas para la independencia de su metrópolis europea. Tanto la influencia
de la Ilustración como el ejemplo de los Estados Unidos sirvieron de «trampolín» ideológico
para el inicio de la revolución en Francia.

Causas

El Tercer Estado cargando al Primer y al Segundo Estado.

En términos generales fueron varios los factores que influyeron en la Revolución:3

 un régimen monárquico que sucumbiría ante su propia rigidez en el contexto de un mundo


cambiante, y que, tras varios intentos de adoptar medidas destinadas a atajar la crisis
política y económica, capituló ante la violenta reacción de la nobleza;
 una aristocracia (la nobleza y el alto clero) aferrada a sus privilegios feudales, que bloqueó
todas las reformas estructurales (de Machault, de Maupeou, de Turgot) que se intentaron
implantar desde la Corte;
 el auge de una clase burguesa nacida siglos atrás, que había alcanzado un gran poder en
el terreno económico y que ahora empezaba a propugnar el político. Su riqueza y su
cultura la había elevado al primer puesto en la sociedad, posición que estaba en
contradicción con la existencia de los estamentos privilegiados, nobleza y clero;
 la exasperación de las clases populares urbanas y del campesinado, empobrecidos por la
subida de los precios –en particular de los cereales y del pan, base de la alimentación— y
por el incremento continuo de los impuestos y derechos señoriales y reales. El diezmo que
cobraba el clero, apenas servía para mantener el culto y socorrer a los pobres. El
campesinado contestaba además el origen de la propiedad de los derechos y
servidumbres feudales (recogidos en los llamados «libros terriers»), que les parecían
abusivos e injustos;
 la expansión de las nuevas ideas ilustradas;
 la regresión económica y las crisis agrícolas cíclicas (la que estalló en 1788 fue la más
violenta de todo el siglo XVIII), agravados por las malas cosechas en los años que
precedieron a la Revolución;
 la quiebra financiera provocada por los vicios del sistema fiscal, la mala percepción y la
desigualdad de los impuestos, los gastos de la Corte, los costes de las guerras, y por los
graves problemas hacendísticos causados por el apoyo militar a la guerra de
Independencia de los Estados Unidos. Esta intervención militar se convertiría en arma de
doble filo, pues, pese a ganar Francia la guerra contra Gran Bretaña y resarcirse así de la
anterior derrota en la guerra de los Siete Años, la hacienda quedó en bancarrota y con
una importante deuda externa. Los problemas fiscales de la monarquía, junto al ejemplo
de democracia del nuevo Estado emancipado precipitaron los acontecimientos.
Desde el punto de vista político, fueron fundamentales ideas tales como las expuestas
por Voltaire, Rousseau, Diderot o Montesquieu (como por ejemplo, los conceptos
de libertadpolítica, de fraternidad y de igualdad, o de rechazo a una sociedad dividida, o las
nuevas teorías políticas sobre la separación de poderes del Estado). Todo ello fue rompiendo
el prestigio de las instituciones del Antiguo Régimen, ayudando a su desplome.
Desde el punto de vista económico, la inmanejable deuda del Estado fue exacerbada por un
sistema de extrema desigualdad social y de altos impuestos que los estamentos
privilegiados, nobleza y clero no tenían obligación de pagar, pero que sí oprimía al resto de la
sociedad. Hubo un aumento de los gastos del Estado simultáneo a un descenso de la
producción agraria de terratenientes y campesinos, lo que produjo una grave escasez de
alimentos en los meses precedentes a la Revolución. Las tensiones, tanto sociales como
políticas, mucho tiempo contenidas, se desataron en una gran crisis económica a
consecuencia de los dos hechos puntuales señalados: la colaboración interesada de Francia
con la causa de la independencia estadounidense (que ocasionó un gigantesco déficit fiscal) y
el aumento de los precios agrícolas.
El conjunto de la población mostraba un resentimiento generalizado dirigido hacia los
privilegios de los nobles y del alto clero, que mantenían su dominio sobre la vida pública
impidiendo que accediera a ella una pujante clase profesional y comerciante. El ejemplo del
proceso revolucionario estadounidense abrió los horizontes de cambio político entre otros.

Estados Generales de 1789


Artículo principal: Estados Generales de 1789

Los Estados Generales estaban formados por los representantes de cada estamento. Estos
estaban separados a la hora de deliberar, y tenían sólo un voto por estamento. La
convocatoria de 1789 fue un motivo de preocupación para la oposición, por cuanto existía la
creencia de que no era otra cosa que un intento, por parte de la monarquía, de manipular la
asamblea a su antojo. La cuestión que se planteaba era importante. Estaba en juego la idea
de soberanía nacional, es decir, admitir que el conjunto de los diputados de los Estados
Generales representaba la voluntad de la nación.
El tercer impacto de los Estados Generales fue de gran tumulto político, particularmente por la
determinación del sistema de votación. El Parlamento de París propuso que se mantuviera el
sistema de votación que se había usado en 1614, si bien los magistrados no estaban muy
seguros acerca de cuál había sido en realidad tal sistema. Sí se sabía, en cambio, que en
dicha asamblea habían estado representados (con el mismo número de miembros) la nobleza
(Primer Estado), el clero (Segundo Estado) y la burguesía (Tercer Estado). Inmediatamente,
un grupo de liberales parisinos denominado «Comité de los Treinta», compuesto
principalmente por gente de la nobleza, comenzó a protestar y agitar, reclamando que se
duplicara el número de asambleístas con derecho a voto del Tercer Estado (es decir, los
«Comunes»). El gobierno aceptó esta propuesta, pero dejó a la Asamblea la labor de
determinar el derecho de voto. Este cabo suelto creó gran tumulto.
El rey Luis XVI y una parte de la nobleza no aceptaron la situación. Los miembros del Tercer
Estamento se autoproclamaron Asamblea Nacional, y se comprometieron a escribir una
Constitución. Sectores de la aristocracia confiaban en que estos Estados Generales pudieran
servir para recuperar parte del poder perdido, pero el contexto social ya no era el mismo que
en 1614. Ahora existía una élite burguesa que tenía una serie de reivindicaciones e intereses
que chocaban frontalmente con los de la nobleza (y también con los del pueblo, cosa que se
demostraría en los años siguientes).

Asamblea Nacional
Artículo principal: Asamblea Nacional

El Juramento del Juego de Pelota, obra de Jacques-Louis David.

Cuando finalmente los Estados Generales de Francia se reunieron en Versalles el 5 de


mayo de 1789 y se originaron las disputas respecto al tema de las votaciones, los miembros
del Tercer Estado debieron verificar sus propias credenciales, comenzando a hacerlo el 28 de
mayo y finalizando el 17 de junio, cuando los miembros del Tercer Estado se declararon como
únicos integrantes de la Asamblea Nacional: ésta no representaría a las clases pudientes sino
al pueblo en sí. La primera medida de la Asamblea fue votar la «Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano». Si bien invitaron a los miembros del Primer y Segundo Estado a
participar en esta asamblea, dejaron en claro sus intenciones de proceder incluso sin esta
participación.
La monarquía, opuesta a la Asamblea, cerró las salas donde ésta se estaba reuniendo. Los
asambleístas se mudaron a un edificio cercano, donde la aristocracia acostumbraba a jugar el
juego de la pelota, conocido como Jeu de paume. Allí es donde procedieron con lo que se
conoce como el «Juramento del Juego de la Pelota» el 20 de junio de 1789, prometiendo no
separarse hasta tanto dieran a Francia una nueva constitución. La mayoría de los
representantes del bajo clero se unieron a la Asamblea, al igual que 47 miembros de
la nobleza. Ya el 27 de junio, los representantes de la monarquía se dieron por vencidos, y por
esa fecha el Rey mandó reunir grandes contingentes de tropas militares que comenzaron a
llegar a París y Versalles. Los mensajes de apoyo a la Asamblea llovieron desde París y otras
ciudades. El 9 de julio la Asamblea se nombró a sí misma «Asamblea Nacional
Constituyente».
Asamblea Constituyente (1789-1791)

La Libertad guiando al pueblo, pintura de Eugène Delacroix, erróneamente asociada a la Revolución


de 1789 pese a que corresponde a los sucesos revolucionariosde 1830. Museo del Louvre, París.

Artículo principal: Asamblea Nacional Constituyente

Toma de la Bastilla
Artículo principal: Toma de la Bastilla

El 11 de julio de 1789, el rey Luis XVI, actuando bajo la influencia de los nobles conservadores
al igual que la de su hermano, el Conde D'Artois, despidió al ministro Necker y ordenó la
reconstrucción del Ministerio de Finanzas. Gran parte del pueblo de París interpretó esta
medida como un auto-golpe de la realeza, y se lanzó a la calle en abierta rebelión. Algunos de
los militares se mantuvieron neutrales, pero otros se unieron al pueblo.
El 14 de julio el pueblo de París respaldó en las calles a sus representantes y, ante el temor
de que las tropas reales los detuvieran, asaltaron la fortaleza de la Bastilla, símbolo del
absolutismo monárquico, pero también punto estratégico del plan de represión de Luis XVI,
pues sus cañones apuntaban a los barrios obreros. Tras cuatro horas de combate, los
insurgentes tomaron la prisión, matando a su gobernador, el Marqués Bernard de Launay. Si
bien sólo cuatro presos fueron liberados, la Bastilla se convirtió en un potente símbolo de todo
lo que resultaba despreciable en el Antiguo Régimen. Retornando al Ayuntamiento, la multitud
acusó al alcalde Jacques de Flesselles de traición, quien recibió un balazo que lo mató. Su
cabeza fue cortada y exhibida en la ciudad clavada en una pica, naciendo desde entonces la
costumbre de pasear en una pica las cabezas de los decapitados, lo que se volvió muy común
durante la Revolución.

El Gran Miedo y la abolición del feudalismo


Véase también: Gran Miedo

La Revolución se fue extendiendo por ciudades y pueblos, creándose


nuevos ayuntamientos que no reconocían otra autoridad que la Asamblea Nacional
Constituyente. La insurrección motivada por el descontento popular siguió extendiéndose por
toda Francia. En las áreas rurales, para protestar contra los privilegios señoriales, se llevaron
a cabo actos de quema de títulos sobre servidumbres, derechos feudales y propiedad
de tierras, y varios castillos y palacios fueron atacados. Esta insurrección agraria se conoce
como La Grande Peur (el Gran Miedo).
La noche del 4 de agosto de 1789, la Asamblea Constituyente, actuando detrás de los nuevos
acontecimientos, suprimió por ley las servidumbres personales (abolición del feudalismo),
los diezmos y las justicias señoriales, instaurando la igualdad ante el impuesto, ante penas y
en el acceso a cargos públicos. En cuestión de horas, los nobles y el clero perdieron sus
privilegios. El curso de los acontecimientos estaba ya marcado, si bien la implantación del
nuevo modelo no se hizo efectiva hasta 1793. El rey, junto con sus seguidores militares,
retrocedió al menos por el momento. Lafayette tomó el mando de la Guardia Nacional de
París y Jean-Sylvain Bailly, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, fue nombrado
nuevo alcalde de París. El rey visitó París el 27 de julio y aceptó la escarapela tricolor.
Sin embargo, después de estos actos de violencia, los nobles, no muy seguros del rumbo que
tomaría la reconciliación temporal entre el rey y el pueblo, comenzaron a salir del país,
algunos con la intención de fomentar una guerra civil en Francia y de llevar a las naciones
europeas a respaldar al rey. Estos fueron conocidos como los émigrés(«emigrados»).

Pérdida de poder de la Iglesia


La revolución se enfrentó duramente con la Iglesia católica que pasó a depender del Estado.
En 1790 se eliminó la autoridad de la Iglesia de imponer impuestos sobre las cosechas, se
eliminaron también los privilegios del clero y se confiscaron sus bienes. Bajo el Antiguo
Régimen la Iglesia era el mayor terrateniente del país. Más tarde se promulgó una legislación
que convirtió al clero en empleados del Estado. Estos fueron unos años de dura represión
para el clero, siendo comunes la prisión y masacre de sacerdotes en toda Francia.
El Concordato de 1801 entre la Asamblea y la Iglesia finalizó este proceso y establecieron
normas de convivencia que se mantuvieron vigentes hasta el 11 de diciembre de 1905,
cuando la Tercera República sentenció la separación definitiva entre la Iglesia y el Estado. El
viejo calendario gregoriano, propio de la religión católica fue anulado por Billaud-Varenne, en
favor de un «calendario republicano» y una nueva era que establecía como primer día el 22 de
septiembre de 1792.

Composición de la Asamblea

Honore Gabriel Victor Riqueti, Conde de Mirabeau (1749-1791).

Véanse también: Izquierda y Derecha.


Maximiliano Robespierre (1758-1794), líder revolucionario francés.

En una Asamblea que se quería plural y cuyo propósito era la redacción de una constitución
democrática, los 1200 constituyentes representaban las diversas tendencias políticas del
momento.

 La derecha representaba a las antiguas clases privilegiadas. Sus oradores más brillantes
eran el aristócrata Cazalès, en representación de la nobleza, y el abad Jean-Sifrein Maury,
en representación del alto clero. Se oponían sistemáticamente a todo tipo de reformas y
buscaban más sembrar la discordia que proponer medidas.4

 En torno al antiguo ministro Jacques Necker se constituyó un partido moderado, poco


numeroso, que abogaba por el establecimiento de un régimen parecido al británico: Jean
Mounier, el Conde de Lally-Tollendal, el Conde de Clermont-Tonnerre y el Conde de
Vyrieu, formaron un grupo denominado «Demócratas Realistas»[cita requerida]. Se les llamó
más tarde "partido monárquico".4

 El resto (y mayoría) de la Asamblea conformaba lo que se llamaba el partido de la nación.


En él se dibujaban dos grandes tendencias sin que ninguna tuviera homogeneidad
ideológica. Mirabeau, Lafayette y Bailly representaban la alta burguesía, mientras que el
triunvirato compuesto por Barnave, Duport y Lameth encabezaba los que defendían las
clases más populares; los tres procedían del Club Breton y eran portavoces de las
sociedades populares y de los clubes. Representaban la franja más izquierdista de la
Asamblea, dado que aún no se manifestaban los grupos radicales que iban a aparecer
más adelante.4
En ese primer periodo constituyente, los líderes indiscutibles de la Asamblea eran Mirabeau y
el abad Sieyès.4
El 27 de agosto de 1789 la Asamblea publicó la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano inspirándose en parte en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y
estableciendo el principio de libertad, igualdad y fraternidad. Dicha declaración establecía una
declaración de principios que serían la base ineludible de la futura Constitución.
Camino a la Constitución
La Asamblea Nacional Constituyente no era sólo un órgano legislativo sino la encargada de
redactar una nueva Constitución. Algunos, como Necker, favorecían la creación de una
asamblea bicameral en donde el senado sería escogido por la Corona entre los miembros
propuestos por el pueblo. Los nobles, por su parte, favorecían un senado compuesto por
miembros de la nobleza elegidos por los propios nobles. Prevaleció, sin embargo, la tesis
liberal de que la Asamblea tendría una sola cámara, quedando el rey sólo con el poder de
veto, pudiendo posponer la ejecución de una ley, pero no su total eliminación.
El movimiento de los monárquicos para bloquear este sistema fue desmontado por el pueblo
de París, compuesto fundamentalmente por mujeres (llamadas despectivamente «Las
Furias»), que marcharon el 5 de octubre de 1789 sobre Versalles. Tras varios incidentes,
el rey y su familia se vieron obligados a abandonar Versalles y se trasladaron al Palacio de las
Tullerías en París.

Desde la Fiesta de la Federación hasta la Fuga de Varennes


Artículos principales: Fiesta de la Federación (Francia) y Fuga de Varennes.

Los electores habían escogido a los miembros de los Estados Generales por un periodo de un
año, pero de acuerdo al Juramento del Jeu de paume, los miembros del Tercer Estado,
también llamados los «comunes», acordaron no abandonar la Asamblea en tanto no se
hubiera elaborado una Constitución.
Durante 1790 se produjeron movimientos antirrevolucionarios, pero sin éxito. En este periodo
se intensificó la influencia de los «clubes» políticos entre los que destacaban los Jacobinos y
los Cordeliers. En agosto de 1790 existían 152 clubes jacobinos.
A principios de 1791, la Asamblea consideró introducir una legislación contra los franceses
que emigraron durante la Revolución (émigrés). Se pretendía coartar la libertad de salir del
país para fomentar desde el extranjero la creación de ejércitos contrarrevolucionarios, y evitar
la fuga de capitales. Mirabeau se opuso rotundamente a esto. Sin embargo, el 2 de marzo de
1791 Mirabeau fallece, y la Asamblea adopta esta draconiana medida.
El 20 de junio de 1791, Luis XVI, opuesto al curso que iba tomando la Revolución, huyó junto
con su familia de las Tullerías. Sin embargo, al día siguiente cometió la imprudencia de
dejarse ver, fue arrestado en Varennes por un oficial del pueblo y devuelto a París escoltado
por la guardia. A su regreso a París el pueblo se mantuvo en silencio, y tanto él como su
esposa, María Antonieta, sus dos hijos (María Teresa y Luis-Carlos, futuro Luis XVII) y su
hermana (Madame Elizabeth) permanecieron bajo custodia.

Últimos días de la Asamblea Constituyente


Moneda francesa de 1791. En el anverso aparece el rey Luis XVI con el epígrafe: «Luis XVI rey de los
franceses». El reverso lleva un haz de lictor con un gorro frigio, símbolos de la Revolución, y la
inscripción «la nación, la ley, el rey».

El 3 de septiembre de 1791, fue aprobada la primera Constitución de la historia de Francia.


Una nueva organización judicial dio características temporales a todos los magistrados y total
independencia de la Corona. Al rey sólo le quedó el poder ejecutivo y el derecho de vetar las
leyes aprobadas por la Asamblea Legislativa. La asamblea, por su parte, eliminó todas las
barreras comerciales y suprimió las antiguas corporaciones mercantiles y los gremios; en
adelante, los individuos que quisieran desarrollar prácticas comerciales necesitarían una
licencia, y se abolió[cita requerida] el derecho a la huelga.
Aun cuando existía una fuerte corriente política que favorecía la monarquía constitucional, al
final venció la tesis de mantener al rey como una figura decorativa. Jacques Pierre
Brissot introdujo una petición insistiendo en que, a los ojos del pueblo, Luis XVI había sido
depuesto por el hecho de su huida. Una inmensa multitud se congregó en el Campo de
Marte para firmar dicha petición. Georges Danton y Camille Desmoulins pronunciaron
discursos exaltados. La Asamblea pidió a las autoridades municipales guardar el orden. Bajo
el mando de La Fayette, la Guardia Nacional se enfrentó a la multitud. Al principio, tras recibir
una oleada de piedras, los soldados respondieron disparando al aire; dado que la multitud no
cedía, Lafayette ordenó disparar a los manifestantes, ocasionando más de 50 muertos.
Tras esta masacre, las autoridades cerraron varios clubes políticos, así como varios periódicos
radicales como el que editaba Jean-Paul Marat. Danton se fugó a Inglaterra y Desmoulins y
Marat permanecieron escondidos.
Mientras tanto, la Asamblea había redactado la Constitución y el rey había sido mantenido,
aceptándola. El rey pronunció un discurso ante la Asamblea, que fue acogido con un fuerte
aplauso. La Asamblea Constituyente cesó en sus funciones el 29 de septiembre de 1791.

La Asamblea Legislativa y la caída de la monarquía (1791-1792)

Georges-Jacques Danton.
El calendario republicano.

Toma del palacio de las Tullerías en 1793.

Bajo la Constitución de 1791, Francia funcionaría como una monarquía constitucional. El rey
tenía que compartir su poder con la Asamblea, pero todavía mantenía el poder de veto y la
potestad de elegir a sus ministros.
La Asamblea Legislativa se reunió por primera vez el 1 de octubre de 1791. La componían 264
diputados situados a la derecha: feuillants(dirigidos por Barnave, Duport y Lameth),
y girondinos, portavoces republicanos de la gran burguesía. En el centro figuraban 345
diputados independientes, carentes de programa político definido. A la izquierda 136
diputados inscritos en el club de los jacobinos o en el de los cordeliers, que representaban al
pueblo llano parisino a través de sus periódicos L´Ami du Peuple y Le Père Duchesne, y con
Marat y Hebert como portavoces. Pese a su importancia social y el apoyo popular y de la
pequeña burguesía, en la Asamblea era escasa la influencia de la izquierda, pues la Asamblea
estaba dominada por las ideas políticas que representaban los girondinos. Mientras los
jacobinos tienen detrás a la gran masa de la pequeña burguesía, los cordeliers cuentan con el
apoyo del pueblo llano, a través de las secciones parisienses.
Este gran número de diputados se reunían en los clubes, germen de los partidos políticos. El
más célebre de entre éstos fue el partido de los jacobinos, dominado por Robespierre. A la
izquierda de este partido se encontraban los cordeleros, quienes defendían el sufragio
universal masculino (derecho de todos los hombres al voto a partir de una determinada edad).
Los cordeliers querían la eliminación de la monarquía e instauración de la república. Estaban
dirigidos por Jean-Paul Marat y Georges Danton, representando siempre al pueblo más
humilde. El grupo de ideas más moderadas era el de los girondinos, que defendían el sufragio
censitario y propugnaban una monarquía constitucional descentralizada. También se
encontraban aquellos que formaban parte de «el Pantano», o «el Llano», como eran llamados
aquellos que no tenían un voto propio, y que se iban por las proposiciones que más les
convenían, ya vinieran de los jacobinos o de los girondinos.
En los primeros meses de funcionamiento de la Asamblea, el rey había vetado una ley que
amenazaba con la condena a muerte a los émigrés, y otra que exigía al clero prestar
juramento de lealtad al Estado. Desacuerdos de este tipo fueron los que llevaron más adelante
a la crisis constitucional.

Guerra de Austria y Prusia contra Francia


Artículo principal: Primera Coalición

Mientras tanto, dos potencias absolutistas europeas, Austria y Prusia, se dispusieron a invadir
la Francia revolucionaria, lo que hizo que el pueblo francés se convirtiera en un ejército
nacional, dispuesto a defender y a difundir el nuevo orden revolucionario por toda Europa.
Durante la guerra, la libertad de expresión permitió que el pueblo manifestase su hostilidad
hacia la reina María Antonieta (llamada «la Austriaca» por ser hija de un emperador de aquel
país y «Madame Déficit» por el gasto que había representado al Estado, que no era mayor
que la mayoría de los cortesanos) y contra Luis XVI, que casi siempre se negaba a firmar
leyes propuestas por la Asamblea Legislativa.

La «segunda Revolución»: Primera República francesa


El 10 de agosto de 1792, las masas asaltaron el Palacio de las Tullerías, y la Asamblea
Legislativa suspendió las funciones constitucionales del rey. La Asamblea acabó convocando
elecciones con el objetivo de configurar (por sufragio universal) un nuevo parlamento que
recibiría el nombre de Convención. Aumentaba la tensión política y social en Francia, así
como la amenaza militar de las potencias europeas. El conflicto se planteaba así entre una
monarquía constitucional francesa en camino de convertirse en una democracia republicana, y
las monarquías europeas absolutas. El nuevo parlamento elegido ese año abolió
la monarquía y proclamó la República. Creó también un nuevo calendario, según el cual el
año 1792 se convertiría en el año 1 de su nueva era.
El gobierno pasó a depender de la Comuna insurreccional. Cuando la Comuna envió grupos
de sicarios a las prisiones, asesinaron a 1.400 víctimas, y pidió a otras ciudades de Francia
que hicieran lo mismo, la Asamblea no opuso resistencia. Esta situación persistió hasta el 20
de septiembre de 1792, en que se creó un nuevo cuerpo legislativo denominado Convención,
que de hecho se convirtió en el nuevo gobierno de Francia.

La Convención (1792-1795)
Artículo principal: Convención Nacional

Ejecución del rey Luis XVI.


El poder legislativo de la nueva República estuvo a cargo de la Convención, mientras que el
poder ejecutivo recayó sobre el Comité de Salvación Nacional.

Ejecución del Rey y Primera Coalición contra Francia


Véase también: Primera Coalición

En el Manifiesto de Brunswick, los Ejércitos Imperiales y de Prusia amenazaron con invadir


Francia si la población se resistía al restablecimiento de la monarquía. Esto ocasionó que Luis
XVI fuera visto como conspirador con los enemigos de Francia. El 17 de enero de 1793, la
Convención condenó al rey a muerte por una pequeña mayoría, acusándolo de «conspiración
contra la libertad pública y la seguridad general del Estado». El 21 de enero el rey fue
ejecutado, lo cual encendió nuevamente la mecha de la guerra con otros países europeos. La
reina María Antonieta, nacida en Austria y hermana del Emperador, fue ejecutada el 16 de
octubre del mismo año, iniciándose así una revolución en Austria para sustituir a la reina. Esto
provocó la ruptura de toda relación entre ambos países.

El reinado del Terror


Artículo principal: El Terror

La guillotina, que fue el instrumento de ejecución de entre 35 000 a 40 000 personas durante la época
del terror.

9 de Thermidor, la caída de Robespierre.


Masacres de septiembre.

Guerra de la Vendée.

El mismo día en el que se reunía la Convención (20 de septiembre de 1792), todas las tropas
francesas (formadas por tenderos, artesanos y campesinos de toda Francia) derrotaron por
primera vez a un ejército prusiano en Valmy, lo cual señalaba el inicio de las llamadas Guerras
Revolucionarias Francesas.
Sin embargo, la situación económica seguía empeorando, lo cual dio origen a revueltas de las
clases más pobres. Los llamados sans-culottes expresaban su descontento por el hecho de
que la Revolución francesa no sólo no estaba satisfaciendo los intereses de las clases bajas
sino que incluso algunas medidas liberales causaban un enorme perjuicio a éstas (libertad de
precios, libertad de contratación, Ley Le Chapelier, etc.). Al mismo tiempo se comenzaron a
gestar luchas antirrevolucionarias en diversas regiones de Francia. En la Vandea, un
levantamiento popular fue especialmente significativo: campesinos y aldeanos se alzaron por
el rey y las tradiciones católicas, provocando la llamada Guerra de Vandea, reprimida tan
cruentamente por las autoridades revolucionarias parisinas que se ha llegado a calificar
de genocidio. Por otra parte, la guerra exterior amenazaba con destruir la Revolución y la
República. Todo ello motivó la trama de un golpe de estado por parte de los jacobinos,
quienes buscaron el favor popular en contra de los girondinos. La alianza de los jacobinos con
los sans-culottes se convirtió de hecho en el centro del gobierno.
Los jacobinos llevarían en su política algunas de las reivindicaciones de los sans-culottes y las
clases bajas, pero no todas sus reivindicaciones serían aceptadas, y jamás se cuestionó
la propiedad privada. Los jacobinos no pusieron nunca en duda el orden liberal, pero sí
llevaron a cabo una democratización del mismo, pese a la represión que desataron contra los
opositores políticos (tanto conservadores como radicales).
Charlotte Corday tras asesinar a Marat, obra de Paul Baudry.

Se redactó en 1793 una nueva Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, y
una nueva constitución de tipo democrático que reconocía el sufragio universal. El Comité de
Salvación Pública cayó bajo el mando de Maximilien Robespierre y los jacobinos desataron lo
que se denominó el Reinado del Terror (1793-1794). No menos de 10 000 personas
fueron guillotinadasante acusaciones de actividades contrarrevolucionarias. La menor
sospecha de dichas actividades podía hacer recaer sobre una persona acusaciones que
eventualmente la llevarían a la guillotina. El cálculo total de víctimas varía, pero se cree que
pudieron ser hasta 40 000 los que fueron víctimas del Terror.
En 1794, Robespierre[cita requerida] procedió a ejecutar a ultrarradicales y a jacobinos
moderados.5 6 7 Su popularidad, sin embargo, comenzó a erosionarse. El 27 de julio de 1794,
ocurrió otra revuelta popular[cita requerida] contra Robespierre, apoyada por los moderados que
veían peligroso el trayecto de la Revolución, cada vez más exaltada. El pueblo, por otro lado,
se rebela contra la condición burguesa de Robespierre que revolucionario antes, ahora
persigue a Verlet, Leclerc y Roux[cita requerida]. Los miembros de la Convención lograron
convencer al «Pantano», y derrocar y ejecutar a Robespierre junto con otros líderes del
Comité de Salvación Pública.

El Directorio (1795-1799)
Artículo principal: Directorio (Francia)
Napoleón liderando a sus tropas en la Batalla del puente de Arcole.

La Convención aprobó una nueva Constitución el 17 de agosto de 1795, ratificada el 26 de


septiembre en un plebiscito. La nueva Constitución, llamada Constitución del Año III, confería
el poder ejecutivo a un Directorio, formado por cinco miembros llamados directores. El poder
legislativo sería ejercido por una asamblea bicameral, compuesta por el Consejo de Ancianos
(250 miembros) y el Consejo de los Quinientos. Esta Constitución suprimió el sufragio
universal masculino y restableció el sufragio censitario.

Napoleón y la toma del poder

Napoleón Bonaparte, Primer Cónsul.

La nueva Constitución encontró la oposición de grupos monárquicos y jacobinos. Hubo


diferentes revueltas que fueron reprimidas por el ejército, todo lo cual motivó que el
general Napoleón Bonaparte, retornado de su campaña en Egipto, diera el 9 de
noviembre de 1799 un golpe de estado (18 de Brumario) instalando el Consulado.

El Consulado (1799-1804)
Artículo principal: Consulado (Francia)

La Constitución del Año VIII, redactada por Pierre Daunou y promulgada el 25 de


diciembre de 1799, estableció un régimen autoritario que concentraba el poder en manos de
Napoleón Bonaparte, para supuestamente salvar la república de una posible restauración
monárquica. Contrariamente a las Constituciones anteriores, no incluía ninguna declaración
sobre los derechos fundamentales de los ciudadanos. El poder ejecutivo recaía en tres
cónsules: el primer cónsul, designado por la misma Constitución, era Napoleón Bonaparte, y
los otros dos sólo tenían un poder consultivo. En 1802, Napoleón impuso la aprobación de
un senadoconsulto que lo convirtió en cónsul vitalicio, con derecho a designar su sucesor.
El cargo de cónsules lo ostentaron Napoleón Bonaparte, Sieyès y Ducos temporalmente hasta
el 12 de diciembre de 1799. Posteriormente, Sieyés y Ducos fueron reemplazados por Jean
Jacques Régis de Cambacérès y Charles-François Lebrun, quienes siguieron en el cargo
hasta el 18 de mayo de 1804 (28 de floreal del año XII), cuando un
nuevo senadoconsulto proclamó el Primer Imperio y la extinción de la Primera República,
cerrando con esto el capítulo histórico de la Revolución francesa.

La bandera francesa y los símbolos de la Revolución

Escarapela tricolor.

Los tres colores azul, blanco y rojo eran ya frecuentes en diversos pabellones, uniformes y
banderas de Francia antes del siglo XVIII. El azul y el rojo eran los colores de la villa de París
desde el siglo XIV,8 y el blanco era en aquella época el color del reino de Francia, y por
extensión de la monarquía borbónica.
Cuando Luis XVI visitó a la recién creada Guardia Nacional en el Ayuntamiento de París el 17
de julio de 1790, aparece por primera vez la escarapela tricolor, ofrecida al Rey por el
comandante de la Guardia, el marqués de La Fayette. Unía la escarapela de la Guardia
Nacional que llevaba los colores de la capital, con el color blanco del reino. No fue sin
embargo hasta el 20 de marzo de 1790 que la Asamblea Nacional mencionó en un decreto los
tres colores como "colores de la nación: azul, rojo y blanco".9 Pero la escarapela no era aún
un símbolo nacional, y el primer emblema nacional como tal fue la bandera diseñada para la
popa de los buques de guerra, adoptada por decreto de la Asamblea Nacional el 24 de
octubre de 1790. Constaba de una pequeña bandera roja, blanca y azul en la esquina superior
izquierda de una bandera blanca. Esta bandera fue modificada posteriormente por
la Convención republicana el 15 de febrero de 1794, a petición de los marineros de la marina
nacional que exigieron que se redujera la predominancia del blanco que simbolizaba todavía la
monarquía.10 La bandera adoptó entonces su diseño definitivo, y se cambió el orden de los
colores para colocar el azul cerca del mástil y el rojo al viento por motivos cromáticos, según
los consejos del pintor Louis David.
Otro símbolo de la Revolución francesa es el gorro frigio (también llamado gorro de la
libertad), llevado en particular por los Sans-culottes. Aparece también en los Escudos
Nacionales de Francia, Haití, Cuba, El
Salvador, Nicaragua, Colombia, Bolivia, Paraguay y Argentina.
El himno «La Marsellesa», letra y música de Claude-Joseph Rouget de Lisle, capitán de
ingenieros de la guarnición de Estrasburgo, se popularizó a tal punto que el 14 de
julio de 1795 fue declarado himno nacional de Francia; originalmente se llamaba «Chant de
guerre pour l'armée du Rhin» («Canto de guerra para el ejército del Rin»), pero los voluntarios
del general François Mireur que salieron de Marsella entraron a París el 30 de
julio de 1792 cantando dicho himno como canción de marcha. Los parisinos los acogieron con
gran entusiasmo y bautizaron el cántico como «La Marsellesa».
El lema Liberté, égalité, fraternité («Libertad, igualdad, fraternidad»), que procede del lema no
oficial de la Revolución de 1789 Liberté, égalité ou la mort («Libertad, igualdad o la muerte»),
fue adoptado oficialmente después de la Revolución de 1848 por la Segunda República
Francesa.

MENÚ

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La Marsellesa, himno nacionalde Francia desde 1795.

Bandera de Francia.

La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano


Artículo principal: Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano

Véase también: Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana

Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Uno de los acontecimientos con mayor alcance histórico de la revolución fue la declaración de
los derechos del hombre y del ciudadano. En su doble vertiente, moral (derechos naturales
inalienables) y política (condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos naturales e
individuales), condiciona la aparición de un nuevo modelo de Estado, el de los ciudadanos,
el Estado de Derecho, democrático y nacional. Aunque la primera vez que se proclamaron
solemnemente los derechos del hombre fue en los Estados Unidos (Declaración de Derechos
de Virginia en 1776 y Constitución de los Estados Unidos en 1787), la revolución de los
derechos humanos es un fenómeno puramente europeo. Será la Declaración de Derechos del
Hombre y del Ciudadano francesa de 1789 la que sirva de base e inspiración a todas las
declaraciones tanto del siglo XIX como del siglo XX.
El distinto alcance de ambas declaraciones es debido tanto a cuestiones de forma como de
fondo. La declaración francesa es indiferente a las circunstancias en que nace y añade a los
derechos naturales, los derechos del ciudadano. Pero sobre todo, es un texto atemporal,
único, separado del texto constitucional y, por tanto, con un carácter universal, a lo que hay
que añadir la brevedad, claridad y sencillez del lenguaje. De ahí su trascendencia y éxito tanto
en Francia como en Europa y el mundo occidental en su conjunto.
La declaración sin embargo excluyó a las mujeres en su consideración de ciudadanas y se
olvidó de las mujeres en su proyecto igualitario. Dos años más tarde de la redacción de
la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano la activista política Olympe de
Gougesescribió la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana (1793) que se
convierte en uno de los primeros documentos históricos que plantea la equiparación jurídica y
legal de las mujeres en relación a los varones.11

Las mujeres y la Revolución francesa


Artículo principal: Las mujeres en la Revolución francesa

Olympe de Gouges autora de la Declaración de los derechos de la Mujer y de la Ciudadana y precursora


del feminismo

Las mujeres ocupan la calle durante las semanas precedentes a la insurrección y tuvieron un
papel protagonista en el inicio de la Revolución. El 5 de octubre de 1789 fueron ellas quienes
iniciaron la marcha hacia Versalles a buscar al rey. Sin embargo cuando las asociaciones
revolucionarias dirigen el alzamiento las mujeres quedan excluidas del pueblo deliberante, del
pueblo armado -la guardia nacional- de los comités locales y de las asociaciones políticas.
Al no poder participar en las asambleas políticas toman la palabra en las tribunas abiertas al
público y crean los clubes femeninos en los que leen y debaten las leyes y los periódicos.
Entre los más reconocidos estaba la Sociedad Patriótica y de Beneficencia de las Amigas de
la Verdad (1791-1792) fundada por Etta Palm en el que se reclamaba educación para las
niñas pobres, divorcio y derechos políticos.
Entre las revolucionarias más destacadas esta la dramaturga y activista política considerada
precursora del feminismo, Olympe de Gougesque escribió la Declaración de los Derechos de
la Mujer y la Ciudadana (1793) reivindicando la equiparación de derechos entre hombres y
mujeres. Olympe se enfrentó a Robespierre y publicó la carta Pronostic de Monsieur
Robespierre pour un animale amphibie12 que la llevó a ser acusada de intrigas sediciosas. Fue
juzgada, condenada a muerte y guillotinada.13
El 30 de septiembre de 1793 se prohibieron los clubes femeninos. En 1794 se insistió en la
prohibición de la presencia femenina en cualquier actividad política y en mayo de 1795, la
Convención prohibió a las mujeres asistir a las asambleas política ordenando que se retiraran
a sus domicilios bajo orden de arresto si no cumplían lo prescrito.14 Finalmente el Código
Napoleónico aprobado en 1804 consagró la derrota femenina en la lucha por
la igualdad, libertad y fraternidad que la revolución significó para los varones.15

Véase también

 Cronología de la Revolución francesa


 Debate historiográfico sobre la Revolución francesa
 Descristianización de Francia durante la Revolución
 Estados Generales
 Guerras Napoleónicas
 Historia de Francia
 Ideologías de la Revolución francesa
 Irreligión en Francia
 Napoleón Bonaparte
 Revoluciones burguesas
 Anexo:Cronología de Francia

La Revolución Francesa (1789-1799) significó el derribo del Antiguo Régimen dominado por la
monarquía absoluta y la aristocracia feudal de la edad media y la implantación del liberalismo
dominado por la burguesía.

En el transcurso de diez años de revolución, Francia experimentó profundas transformaciones a


todos los niveles.

A nivel político, la monarquía absoluta dejó paso a una monarquía constitucional, y ésta a una
república liberal de tipo moderado, salvo el paréntesis radical del gobierno jacobino. A nivel
socioeconómico, e impulsado por el cambio político, Francia inició el camino hacia la
industrialización moderna y el establecimiento de la sociedad burguesa.
Causas de la revolución Francesa

En 1789, Francia se encontraba en una profunda crisis económica y social. Las causas
fueron las siguientes:

 Desde 1760 había malas cosechas que provocaron el alza del precio de los alimentos y el
descontento popular.
 burguesía se mostraba descontenta ante su marginación política porque sólo los
privilegiados podían ostentar cargos y disfrutar de reconocimiento social.
 Además, la monarquía estaba sumida en una crisis financiera profunda, provocada por los
gastos elevadas del Estado y de la corte.
 El movimiento de Ilustración.

La Ilustración

La Ilustración, también conocido como "siglo de las luces" fue un movimiento


intelectual europeo surgió en Francia en el siglo XVII.

La principal característica de esta corriente de pensamiento fue defender el uso de la razón


sobre el de la fe para entender y solucionar los problemas de la sociedad.

A través de la unión de escuelas de pensamiento filosóficas, sociales y políticas, los


iluministas buscaron extender la crítica racional en todos los campos del saber humano.

Por lo tanto, hicieron hincapié en la defensa de conocimiento racional para deconstruir los
prejuicios y las ideologías religiosas. Por su parte, éstas serían superadas por las ideas de
progreso y perfectibilidad humana.

En su crítica, pensadores de la Ilustración argumentaron en contra de los mercantilistas y


determinaciones religiosas.
También fueron reacios al absolutismo ya los privilegios dados a la nobleza y al clero. Esto
sacudía los cimientos de la estructura política y social absolutista, esto dio inicio a la
revolución francesa.
¿Cuales Fueron las Etapas?

La Monarquía constitucional (etapa 1)

Se dio entre 1789-1792. Al separarse de los Estados Generales los representantes del Tercer
Estado y algunos de los representantes de los otros dos, se constituyó la Asamblea Nacional
que transformó Francia en una monarquía constitucional, con soberanía nacional, división
de poderes y sufragio censitario.

Se suprimieron todos los vestigios del sistema feudal que se creó en la edad media, y se
promulgó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (agosto de 1789).
Paralelamente a sus inicios se produjo una revuelta popular en el campo y en París (toma de
la Bastilla). La Asamblea Constituyente aprobó la primera constitución de la
revolución francesa en 1791.

La Convención Republicana (etapa 2)

Se dio entre 1792 hasta 1794. La persistencia de los problemas económicos y sociales,
junto con la oposición de la nobleza y del rey, motivaron una nueva ola revolucionaria que
desembocó en la instauración de una República, la asamblea de la que era la Convención.

El rey Luis XVI fue juzgado, condenado y ejecutado. En un primer período la República
estuvo en manos de los girondinos (Convención Girondins). Después accedieron al poder
los jacobinos, grupo radical que instauró una dictadura de carácter popular, presidida por
Robespierre.

El Directorio (etapa 3)
Se dio entre 1795 a 1799. Aunque mantenerse la República, una nueva Constitución (la
tercera) venía a consolidar una reacción moderada contra el terror implantado al final de la
anterior etapa y volvía el poder a la burguesía. Tuvo que mantenerse frente a las tendencias
monárquicas y la izquierda jacobina. Precisamente el miedo a un nuevo triunfo de estos
últimos promueve un golpe de Estado (1799) que lleva Napoleón al poder y pone fin al
proceso revolucionario.

Desde 1799 y hasta 1815, Napoleón regirá los destinos de Francia, primero como
cónsul y luego como emperador, al conseguir hacerse dueño de buena parte de
Europa.

Resumen de la Revolución francesa

Esta Revolución, que ocurrió en el año 1789, es el evento que, según algunos autores,
inaugura la llamada Edad Contemporánea. Los historiadores del siglo XIX, que hicieron la
línea divisoria de la historia, imputaron a este acontecimiento el carácter de marco divisor
entre la Edad Moderna y la Contemporánea, por la radicalización política que lo
caracterizó, hay que recordar que en la edad Contemporánea se dio también la revolución
industrial. Para entender la Revolución de Francia es necesario conocer un poco de la
situación económica y social de la Francia del siglo XVIII.

Hasta el siglo XVIII, Francia era un estado en el que mandaba el modelo del absolutismo
monárquico. El entonces rey francés, Luis XVI, personificaba al Estado, reuniendo en su
persona los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.

Los franceses entonces no eran ciudadanos de un Estado Democrático Constitucional, como


hoy es común en todo el mundo occidental, pero eran súbditos del rey, El rey personificaba
al Estado.

Crisis Politica
Dentro de la estructura del Estado Absolutista, había tres diferentes estados en los cuales la
población se enmarca: el primer estado era representado por los obispos del Alto Clero.

El segundo estado tenía como representantes la nobleza, o la aristocracia francesa que


desempeñaba funciones militares (nobleza de espada) o funciones jurídicas (nobleza de
toga);

El tercer estado, por su parte, era representado por la burguesía, que se dividía entre
miembros del Bajo Clero, comerciantes, banqueros, empresarios, los sans-cullotes ("sin
pantalones"), trabajadores urbanos, y los campesinos, totalizando cerca de 97 % de la
población.

Habia una desigualdad social tremenda.

Crisis Económica

Durante los años previos a la revolución Francesa estaba en una situación de crisis
profunda, a nivel social, política y económica.

Francia había participado en una guerra contra Inglaterra que había terminado sin ningún
ganador. La aristocracia estaba fuertemente endeudada y los abusos que habían realizado
durante años, habían hecho que la opinión pública sobre ellos fuera nefasta. Francia había
intervenido en el conflicto Norte América, lo que aún había generado más deudas.

La situación de Francia, sin embargo, era ahora crítica en el plano político-económico.

La etapa preliminar de la revolución de Francia, fue la revuelta de los privilegiados (1787-


1789), que tuvo lugar Cuando los Ministros de la monarquía intenten resolver la crisis
económica suprimiendo los privilegios fiscales de estos, nadie quería que le fuera quitado
su privilegios, luego….
Los miembros del tercer estado (muchos de ellos influenciados por el pensamiento
iluminista y los folletos que propagaban las ideas de libertad e igualdad, diseminados entre
la población) pasaron a ser los más afectados por la crisis. A finales de la década de 1780,
la burguesía, los trabajadores urbanos y los campesinos comenzaron a exigir una respuesta
del rey y de la Corte a la crisis que los afectaba, así como pasaron a reivindicar derechos
más amplios y una mayor representación dentro de la estructura política francesa.

En julio de 1788, hubo la convocatoria de los Estados Generales, es decir, una reunión para
deliberación sobre asuntos relacionados con la situación política de Francia. En esa
convocatoria, el conflicto entre los intereses del tercer estado y los de la nobleza y del Alto
Clero, que apoyaban al rey, se agudizaron.

El rey entonces estableció la Asamblea de los Estados Generales el 5 de mayo de 1789,


con el objetivo de decidir por el voto los rumbos del país. Sin embargo, los votos eran por
representación de estado. Siendo así, siempre el resultado sería dos votos contra uno, es
decir: primero y segundo estados contra el tercero. Hecho que despertó la indignación de
burgueses y trabajadores.

En esta serie de reuniones, cada estado tuvo un voto en cada tema discutido. Como sus
intereses eran bastante similares, el clero y la nobleza tendían a votar juntos, ganando
consistentemente todos los votos. Sin embargo, el día de la apertura de los Estados
Generales de 1789, el tercer Estado pidió estar en igualdad de condiciones a la hora de
votar.

La burguesía, que lideraba el tercer estado, propuso el 10 de junio una Asamblea Nacional,
es decir, una asamblea para formular una nueva constitución para Francia. Esta propuesta
no obtuvo respuesta por parte del rey, de la nobleza y del Alto Clero. El 17 de junio,
burgueses, trabajadores y demás miembros del tercer estado se declararon en una reunión
para la formulación de una constitución, incluso sin la respuesta del primero y del segundo
estado. Al mismo tiempo, comenzaba un levantamiento popular en París y otro entre los
campesinos. La revolución de francia se inició.

Inicio de la Revolución francesa

El 14 de julio de 1789, la burguesía tomó la Bastilla, la prisión que era símbolo del Antiguo
Régimen y el 4 de agosto, la Asamblea Nacional declaro una serie de decretos que, entre
otras cosas, cortaba los privilegios de la nobleza, como la exención de impuestos y el
monopolio sobre tierras cultivables. La Asamblea se establece la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano.

En septiembre de 1791 se promulgó la nueva constitución francesa, asegurando la


ciudadanía para todos y presionando al monarca Luis XVI a aceptar sus criterios. Esta
constitución preveía la igualdad de todos ante la ley, el voto censal, la confiscación de las
tierras eclesiásticas, el fin del diezmo, la constitución civil del clero, entre otros puntos. A
partir de este momento, la Francia revolucionaria esbozó su primer tipo de nuevo gobierno,
la Monarquía Constitucional, que duró de 1791 a 1792.

El ala más radical de la Revolución francesa, los jacobinos (que habían participado de la
Asamblea Constituyente, sentándose a la izquierda del plenario y oponiéndose a los
girondinos que se posicionaban a la derecha), defendían una ampliación de la perspectiva
revolucionaria, cuya propuesta era no someterse a las decisiones de la alta burguesía, que se
articulaba con la nobleza y el monarca. Los jacobinos querían radicalizar la presión contra
los nobles y el clero, e instituir una República Revolucionaria, sin ningún resquicio de la
Monarquía.

Predicando la amenaza que venía de los rumbos que la Revolución tomaba, el rey Luis XVI
articuló un levantamiento contrarrevolucionario con el apoyo de la monarquía austriaca y
prusiana. En 1792, Austria invadió Francia y ésta declaró la guerra a aquella. La población
de París, después de enterarse de los planes del rey, invadió el palacio real de Tulleries y
detuvo al rey y su familia. El Rey y su esposa, María Antonieta, tuvieron sus cabezas rotas
por la guillotina en 1793 y la Monarquía Constitucional llegó a su fin el mismo año.

Con el fin de la Monarquía Constitucional, hubo también la disolución de la Asamblea


Constituyente y la Convención Nacional de un nuevo parlamento. El período de la
convención se caracterizó por la fuerte presencia del radicalismo jacobino comandando la
Revolución, momento que se volvió conocido como la fase del Terror (sobre todo por el
uso indiscriminado de la guillotina como máquina de la muerte). Nombres
como Robespierre, Saint-Just y Danton figuran entre los principales líderes jacobinos.
En este período también Austria y Prusia prosiguieron su guerra contra Francia, temiendo
que la Revolución se extendiera por sus territorios. En el proceso de confrontación contra
estas dos monarquías, nació el ejército nacional francés, es decir: un ejército que, por
primera vez, no estaba compuesto de mercenarios y aristócratas, sino del pueblo de una
nación que se veía como nación.

En 1795, la burguesía logró retomar el poder y, a través de una nueva constitución, instituir
una nueva fase a la Revolución francesa llamada el Directorio, órgano compuesto por cinco
miembros indicados por los diputados. Pero a partir de este mismo año la crisis social se
volvió muy amplia en Francia, lo que exigió un entorno político más eficaz.

Uno de los más jóvenes y destacados generales de la Revolución, Napoleón Bonaparte, era
el nombre esperado por la burguesía para dar orden a la situación política francesa. En
1799, al regresar de Egipto a Francia, Napoleón encontró un escenario conspiratorio contra
el gobierno del Directorio.

Fue en este escenario que pasó a figurar como dictador, inicialmente, dando el golpe de
estado para convertirse en emperador de Francia. El Período Napoleónico duró de 1800 a
1815 y cambió el escenario político del continente europeo, mientras que expandió el ideal
nacionalista para varias regiones del mundo.

¿Cuales fueron las Consecuencias?

En diez años, de 1789 a 1799, Francia pasó por profundas modificaciones políticas, sociales
y económicas.

La aristocracia del Antiguo Régimen perdió sus privilegios, liberando a los campesinos de
los antiguos lazos que los prendían a los nobles y al clero.

La Revolución de Francia fue la palanca que llevó a Francia del estadio feudal al
capitalista.
instaló la separación de poderes y la Constitución, una herencia dejada para varias naciones
del mundo.

En 1799, la alta burguesía se alió al general Napoleón Bonaparte, que fue invitado a formar
parte del gobierno. Su misión era recuperar el orden y la estabilidad del país, proteger la
riqueza de la burguesía y salvarlos de las manifestaciones populares. En torno a 1803
comienzan las Guerras Napoleónicas, conflictos revolucionarios imbuidos de los ideales de
la Revolución que tuvo como protagonista a Napoleón Bonaparte. Fue una de las guerras
más importantes de la historia.

Revolución Francesa. Movimiento político, social, económico y militar. Surgió


en Francia en 1789, como reacción contra las injusticias y las desigualdades. Originó el
establecimiento del gobierno republicano, democrático y constitucional. Difundió por el
mundo los ideales de libertad, igualdad, fraternidad, y soberanía popular. Sus
consecuencias inmediatas fueron: El derrocamiento de Luis XVI; la abolición de la
monarquía en Francia y la proclamación de la I República Francesa.

Causas
Políticas
Los abusos y atropellos de la monarquía, en la que el rey no daba cuenta de sus
actos a nadie, pues el poder de este era:

 Ilimitado, sin sujeción a control alguno.


 Falta de libertad individual.
 Falta de libertad de conciencia; el predominio de la censura.
 Falta de la igualdad ante la ley.

Sociales
La sociedad existente no contaba con la misma igualdad y privilegios. Francia se
encontraba dividida en tres Estados que tenían grandes contradicciones y
diferencias entre sí.

 Primer Estado,el Clero: Dividido internamente en el alto clero, dueño de grandes


riquezas y privilegios que estaba exonerado del pago de impuestos, y poseía enormes
extensiones de tierras que lo convertían en el más grande terrateniente de Francia.
El bajo clero por su parte, de modesta condición, ejercía su misión en provincias; y
estaba mucho más ligado con el pueblo. Una parte importante del bajo clero apoyaba
el proceso revolucionario francés.
 Segundo Estado,la Nobleza: dividida en gran nobleza, poseedora de enormes riquezas
y la pequeña nobleza que residía en provincias y no era de vastos recursos.
 Tercer Estado o Estado llano: El resto de la población, la cual carecía de privilegios y
de sus principales derechos. De él, solamente la burguesía, integrada por industriales,
comerciantes y profesionales, disfrutaba de una buena situación económica. Sobre el
Estado Llano descansaba el fisco y los ingresos del Estado francés.

El Estado Llano soportaba el pago del mayor número de impuestos al Estado. De la


población de Francia (23 millones), solamente 300 000 pertenecían a las clases
privilegiadas (clero y nobleza).

Económicas
 La riqueza del país se encontraba monopolizaba por los dos primeros Estados. El pago
de impuestos a cargo solamente del Tercer Estado y la decadencia del comercio y la
industrias unido a las trabas aduaneras y al comercio, arruinaban al Estado francés y
creaban una situación de miseria que se generalizaba. A ésto se le unía el derroche
existente por parte del Rey y la corte, que llevaron a la bancarrota a Francia obligando
así al rey a convocar a los Estados Generales.

El inicio de la Revolución

El Juramento del Juego de Pelota.

Más de un siglo antes de que Luis XVI ascendiera al trono en 1774, el Estado
francés había sufrido periódicas crisis económicas motivadas por las largas guerras
emprendidas durante el reinado de Luis XV, la mala administración de los asuntos
nacionales en este reinado y el aumento de la deuda generado por los préstamos a
las colonias británicas de Norteamérica durante la Guerra de la Independencia de
las Trece Colonias (1775-1783). Pero la situación económica existente en 1789
superó las precedentes por suma y acumulación, y colocó a la monarquía francesa
en una situación desesperada y al Estado francés en franca bancarrota. El Rey ante
esta situación, para sanear las finanzas necesitaba aumentar los impuestos
existentes y fijar nuevos, pero tanto el clero como la nobleza, amparados en sus
privilegios se negaban a contribuir con los gastos del Estado.
Para solucionar los problemas económicos, Luis XVI convocó a los Estados
Generales del Reino a una asamblea consultiva. Esta convocatoria fue exigida por
los "privilegiados" (clero y nobleza) quienes se negaban a pagar los tributos
indispensables para conjurar la crisis económica.
Los burgueses se aprovecharon de estas circunstancias y, ante la amenaza de la
nobleza armada que pretendió mantener sus privilegios, movilizaron a toda la
nación. El 14 de julio de 1789, el pueblo tomó; las calles de París, apoderándose de
la vieja fortaleza - prisión de La Bastilla, la cual constituía un símbolo del
Absolutismo francés.
En esta jornada, una muchedumbre de artesanos, obreros, tenderos, estudiantes y
funcionarios se impusieron a las tropas reales. Durante el transcurso de los diez
años siguientes a estos acontecimientos, los ideales revolucionarios demostraron
su fuerza. Se obtuvo la libertad política, dictandose una Constitución que dividía los
poderes del Estado garantizandese: la libertad individual, la igualdad de todos los
ciudadanos ante la ley y la expresión de la soberanía popular mediante el sufragio.
A fin de defender sus conquistas ante la reacción de la nobleza que se alió con los
monarcas extranjeros, los burgueses revolucionarios exaltaron el principio de la
nacionalidad identificando a la Nación con el Estado.

Etapas de la Revolución Francesa


1. Etapa Monárquica: De Junio de 1789 a Septiembre de 1792, año en que queda
abolida la Monarquía.
2. Etapa Republicana: De septiembre de 1792 al 19 de noviembre de 1799, en
que Napoleón Bonaparte da el Golpe de Estado del 18 de Brumario.

Etapa monárquica

Luis XVI, el monarca derrocado.

Prevalecían los Estados Generales , especie de Asamblea (Parlamento) que


estaban integrado por 1 200 diputados (300 por el clero, 300 por la nobleza y 600
por el tercer Estado o Estado Llano).
El Tercer Estado quiso aprovechar dicha Asamblea para presentar peticiones que
favorecieran al pueblo,no siendo estas del gusto del rey y la nobleza, oponiéndose
a toda reforma. Negándole el derecho del voto por cabeza, que les era favorable,
por cuanto eran mayoría, pues querían que subsistiera el voto por orden (que
favorecía a las clases privilegiadas: clero y nobleza).
El Tercer Estado desobedeció la orden que había dictado Luis XVI y se reunió
separadamente, constituyendo así la Asamblea Nacional (17 de junio de 1789),
actitud que marcó el estallido de la revolución. Como el rey mandó a clausurar la
sala de sesiones, la Asamblea ocupó la sala del juego de la pelota y sesionó allí.
Los diputados juraron no separarse hasta haber dado una constitución a Francia,
decretando, además, la inviolabilidad de los representantes.
Luis XVI , tuvo que ceder ante los acontecimientos, invitando a que sesionaran
juntos los tres estados.
Fué así que surgió la Asamblea Constituyente, de esta modo el rey dejó de tener
autoridad , y así la monarquía absoluta llegaba a su fin. La Constitución de 1791 de
tendencia monárquica, sancionó la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano como, igualmente, la existencia de tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y
Judicial.
Se promulgó la constitución civil del clero, por la que los bienes de la Iglesia pasaban
a poder del Estado, y el nombramiento de las autoridades eclesiásticas se haría en
adelante por elección del pueblo; provocando así la ruptura con la Iglesia de Roma.
El rey traicionando a la Revolución pretendió huir al extranjero para unirse a los
ejércitos europeos coaligados contra Francia, pero fue detenido cerca de la frontera
y encerrado en el Palacio de Las Tullerías.
La Asamblea Legislativa (1791 - 1792)
La Asamblea se mostró hostil a la monarquía y tomó bajo su control la guerra
revolucionaria contra los ejércitos extranjeros. Declaró la guerra a Austria y luego
de algunas acciones favorables a los austriacos y los prusianos, los ejércitos
revolucionarios, al mando de Dumouriez, obtuvieron grandes victorias
en Valmy y Jemapes en (1792).
El rey desde su prisión en Las Tullerías conspiraba secretamente contra Francia
revolucionaria. El 10 de agosto de 1792, la Asamblea decretó la suspensión de Luis
XVI, quedando privado de su autoridad.
La prisión del rey y la guerra contra la reacción interna y externa fueron decantando
las posiciones políticas de la burguesía francesa dentro de la Asamblea. Así
quedaron conformadas tres facciones bien delimitadas, los Fuldenses, partidarios
de un arreglo con el rey y sus partidarios, la Montaña, o Jacobinos, que planteaban
la ruptura total y la instauración del "terror revolucionario" y los girondinos, más
moderados que estos últimos, quienes se harían finalmenete con el control político
de la Asamblea.

Etapa Republicana
La Convención
Al disolverse la Asamblea Constituyente (1792-1795), luego de la victoria de Valmy,
se formó otra asamblea denominada la Convención Nacional. Los principales actos
de dicha convención fueron:
1. Decretó la abolición de la Monarquía y proclamó la República.
2. Sancionó el sufragio universal (derecho de voto para todo ciudadano).
3. Procesó y ordenó a muerte a Luis XVI. Ejecución que realizó el 21 de enero de
1793.
Obra Cultural de la Convención
1. Estableció la enseñanza primaria, obligatoria y gratuita.
2. Fundó la Escuela Normal (maestros), la Escuela Politécnica (ingeniero), la Salud
(médicos), la de artes y oficios, la Biblioteca Nacional y el Museo de Louvre.
3. Implantó el sistema Métrico Decimal.
El Directorio (1795-1799)
Antes de clausurar sus seciones, la Convención Nacional promulgó la Constitución
del año III, en 1795, que establecía el Directorio, gobierno republicano moderado,
que tuvo la siguiente organización:

1. El poder Ejecutivo. A cargo del directorio, integrado por 5 miembros o directores.


2. El poder Legislativo. Formado por dos consejos: el de los Quinientos (diputados) y
el de los Ancianos (senadores).

Representación de la mujer
En el curso de los grandes días en los que se decidió la suerte de la revolución, las
mujeres jugaron un papel decisivo. La situación económica y financiera general,
en 1788 y 1789 era cada vez peor. Las malas cosechas de 1787 y 1788
aumentaron el precio del pan, que en algunos lugares se duplicó, mientras el paro
crecía en las ciudades. Los pobres se morían de hambre y las quejas se
multiplicaban.
Los objetivos de los grupos feministas burgueses buscaban ampliar los privilegios
de las mujeres de las clases dominante, mientras que los grupos de la otra ala del
movimiento pedían la emancipación plena de la mujer. Las mujeres del Tercer
Estado se encontraron presentes en distintas acciones durante la Revolución
francesa, confiando en que la revolución triunfante las protegería de las penurias
del hambre.
Las mujeres de los pueblos del Delfinado y la Bretaña fueron las primeras en
desafiar a la monarquía. Seguidas por las ciudadanas de Angolouse y Chevan
Seaux. Las mujeres de Angers redactaron un manifiesto revolucionario contra las
arbitrariedades de la casa real. Las féminas estuvieron hasta el final en la lucha
revolucionaria, animando incluso a los hombres más vacilantes, lo que trajo consigo,
un temple de ánimo de gran decisión en aquellas que fueron llamadas por la
burguesía contrarrevolucionaria como “calceteras”, que no eran otras sino, las
hambrientas, las artesanas, las esposas de los campesinos, trabajadoras a domicilio
que odiaban la aristocracia y el antiguo régimen.
Al iniciarse los mítines se comenzaron a destacar las voces de mujeres
como Théroigne de Méricourt y de Mirabeau esta última partidaria del Tercer
Estado, las que jugaron un papel importante en la revolución. En la toma de la
Bastilla las mujeres fueron una parte fundamental, tanto por su número como por
su valor: mujeres artesanas, dedicadas a diferentes oficios, igual que mujeres
pertenecientes a la aristocracia liberal fueron decididas simpatizantes de la
Revolución. La acción sirvió para que el rey no disolviese a los diputados de la
Asamblea que acababan de juramentarse en la sala del juego de la pelota el 20 de
junio de 1789.
Marcha de las mujeres sobre Versalles

Asimismo, las mujeres, lideradas por Louison Chabry y Renée Audon, fueron
protagonistas en la marcha de mujeres, las obreras de los arrabales de Saint-Antoine y la
mayoría vendedoras del mercado parisiense del barrio Les Halles, que se dirigieron a
Versalles el 5 de octubre en número de miles,[1] reclamando pan, haciendo una protesta
además por el hambre y los altos precios, - esta manifestación se inicia motivada por la
noticia del banquete que los guardias de corps habían ofrecido el 1 de octubre de 1789 a
los regimientos de Flandes, mientras los parisenses seguían castigados por el hambre.
Los periodistas en Le Fouet national habían publicado un artículo que decía:
Desde el lunes, los buenos parisinos tienen las mayores dificultades para proporcionarse
pan. Sólo el señor Révèrbere puede procurárselo, y desdeñan recurrir a este buen patriota[2]
Además de los factores políticos, la crisis económica que traía consigo la escacés de
alimento, jugó un papel importante en la manifestación popular -; en horarios de la tarde
las mujeres enviaron representantes a la asamblea y al Rey quienes le
prometieron trigo y pan[3]

El 6 de octubre los manifestantes entran al castillo para forzar al rey a trasladarse a


París, con lo que contribuyeron a poner el poder ejecutivo del monarca bajo el
control del pueblo parisense. El traslado se inició al rededor de la una, acompañados
de cañones, seguidos de los carros de trigo y harina y escoltados por las mujeres;
a las diez de la noche ya hacían su entrada en las Tullerías.[3] Durante la revolución,
las mujeres de los suburbios de París sólo estaban representadas por los clubes de
mujeres, creados por pioneras dirigentes de la lucha de los derechos de la mujer.
Las mujeres de los arrabales lucharon con mucho entusiasmo junto al proletariado
por la abolición de los gremios y por otras exigencias puramente proletarias.
El comité de salud pública decidió, a finales de 1793, cerrar todos los círculos
femeninos. Pero la renacida consciencia política y la necesidad material empujaron
de nuevo a las mujeres a la lucha abierta. Muchas de ellas tomaron parte en la
insurrección de mayo de 1795, con la cual las masas hambrientas de los suburbios
parisinos intentaron por última vez poner freno a la reacción dominante iniciada
desde el Termidor. Después de esto, la Convención dictó una orden que obligaba a
las mujeres a permanecer en sus respectivas casas.[4]
Véase además
 Abolición de la nobleza en Francia.

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