Bienestar

La vida moderna, especialmente en las ciudades, está normalmente

acompañada de una buena dosis de estrés. De acuerdo con el Inegi, ocho
de cada 10 personas en México habitan en localidades urbanas. Además,
el 20% de la población del país sufre estrés, ansiedad, depresión y otros
padecimientos relacionados. Esta situación ha provocado que cada vez
más personas busquen un refugio en la práctica de disciplinas que les
ofrezcan momentos de tranquilidad y que les permitan sentirse bien.

Una primera opción para satisfacer esta creciente demanda de bienestar

es el yoga. Ana Paula Domínguez, directora del Instituto Mexicano de
Yoga, observa un incremento en la demanda de este tipo de servicios. Los
lugares donde se imparten clases aumentan, aunque no sean
necesariamente especializados; según sus estimaciones, el 95% de los
gimnasios en la Ciudad de México ofrece una clase de yoga al día.
Mientras que en los últimos años, se multiplicaron los centros de yoga en
lugares como la colonia Condesa –en el Distrito Federal–y en Monterrey,
Nuevo León.

Por otro lado, Patricia García, directora de Desértika Spa, una cadena con
cinco unidades –incluidas dos que opera para Aeroméxico en el
aeropuerto de la Ciudad de México–, considera que el spa ha ganado
terreno debido a los beneficios físicos y mentales que brinda a sus clientes.
“Antes el spa era un tema de lujo, hoy es ya una necesidad”, dice. Además,
ahora la base de consumidores se integra tanto por particulares como por
empresas y corporativos. Estos últimos en la búsqueda por dar una mejor
calidad de vida a sus colaboradores.

Así, el catálogo de oferta de un spa va más allá de masajes de relajación

para diversificarse y contar con una solución a cada requerimiento de las
personas que quieren verse y sentirse bien. Por ejemplo, aguas termales,
masajes terapéuticos y hasta programas de actividades para parejas. De
hecho, las perspectivas de García son tan positivas que en 2011 comenzará
a franquiciar su concepto.