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ISRAEL: ¿TEOLOGIA O GEOPOLITICA?

Aquiles Faillace
El pasado 25 de diciembre amanecimos con el nombre de
nuestro país en las principales portadas de los medios
informativos mundiales. Guatemala se convirtió en el primer
país del mundo en reconocer y mover su embajada en Israel
de Tel Aviv a Jerusalén. Irracional decisión que se concretara
el próximo 16 de mayo, dos días después que Norteamerica
haga lo mismo.
Nuestro polémico presidente dio un paso en falso y luego
trato de justificarlo por razones religiosas. Pero se le olvidó
que una decisión de Estado se toma ante la presencia de la
ley y no de motivaciones personales.
Analicemos el caso del Presidente de Estados Unidos.
Donald Trump, quien claramente tiene un anhelo personal
en dicha decisión: su hija Ivanka está casada con un
banquero judío y se convirtió a la fe del Judaísmo. Sin
embargo la decisión de Trump sí está basada en ley ya que
el 23 de octubre de 1995 el 104 Congreso de los Estados
Unidos aprobó la Ley de Embajada de Jerusalén. Esta ley
ordenaba dicho traslado no más tarde del 31 de mayo de
1999, sin embargo ningún presidente americano desde
entonces tuvo la voluntad política o motivación personal
para hacerlo. El 6 de diciembre de 2017 el Presidente Trump
hace cumplir la ley, es decir su decisión es parte
fundamental del Estado de Derecho. Dicho de otra forma es
una decisión de Estado.
¿Y la decisión de nuestro presidente en que está basada? En
imprudencia, inmadurez e inexperiencia, ya que la
Cancillería Guatemalteca ya reconoció al Estado de
Palestina, por lo tanto no existe consistencia o pericia en la
conducción publica, ya que otros Gobiernos Guatemaltecos
han sopesado la misma medida y con análisis de equipos
experimentados la han descartado. ¿Será que el Doctorado
Honoris Causa que le otorgaron en la Universidad de
Jerusalen al mejor estilo Baldetti en Corea tuvo algo que
ver? ¿Y qué decir del “timing político” para anunciar dicha
decisión? Hacerlo un 24 de diciembre por la tarde solo
muestra el nivel de estulticia con la que se conduce esta
gestión al ser clara la intención de ocultar o minimizar los
efectos de semejante decisión.
Pero de donde nace todo este entuerto? La historia de
Abraham es un relato de fe y de convicción, sin embargo con
serios conflictos, incluso maritales. Su primer hijo, Ismael
con la esclava y concubina egipcia Agar no es reconocido
como el primogénito y heredero de Abraham y por el
contrario es forzado al destierro cuando Sara, su anciana
esposa legitima finalmente le da un hijo, Isaac, quien sí es
reconocido como el primogénito y segundo Patriarca y forza
a Abraham a desterrar a Agar e Ismael para que mueran en
el desierto, habiendo sobrevivido y dando la historia un giro
inesperado al fundar Ismael el Islam. Y aquí inicia el
conflicto, en el derecho de herencia bíblico. El protagonismo
de Ismael, desde la perspectiva islámica es fundamental.
Tenemos entonces desde las Sagradas Escrituras , dos hijos
del mismo Patriarca con derechos y sucesores disimiles
desde las dos cosmovisiones (judía e islámica), reconociendo
los cristianos al igual que los judíos a Isaac como el segundo
Patriarca y por ende al pueblo judío como la línea directa de
Abraham. De esta manera Isaac a través de su hijo Jacob
dará inicio a la tradición de Israel, ya que Jacob al iniciar su
relación con Dios adopta el nombre de Israel, motivo por el
cual a su descendencia se le llama el Pueblo de Israel. Y
mientras tanto en el destierro Ismael da inicio a su propia
prole, conocida hoy como el pueblo islámico. Ambos
reclaman el mismo derecho de regresar a la tierra donde
nacieron.
Y es acá donde inicia la confusión entre el reclamo bíblico
del pueblo de Israel y el reclamo geopolítico del estado que
adoptó el nombre de Israel. Dos cosas totalmente distintas.
Y esto abre el debate del mundo moderno sobre el “retorno
de la antigüedad”, fenómeno a nivel mundial del regreso al
fundamentalismo religioso en todas las culturas mundiales,
tal vez ante la insatisfacción de lo prometido por el “progreso
y avance de la civilización”. De tal manera los puntos de vista
se han rigidizado, convirtiéndose el “nombre de Dios” en la
motivación o excusa fundamental para excusar actos sin
otro fundamento. Recordemos que la Inquisición quemaba a
los infieles en “El nombre de Dios”. Son los políticos
excéntricos y populistas que emulan a los predicadores y
evocan cada 5 minutos el nombre de Dios, a falta de crédito
propio y un horizonte de Nación, quienes en realidad nos
están llevando al oscurantismo decimonónico.
Y esto lo vimos acá en Guatemala cuando, a través de una
simple carta, 40 diputados con reconocidas tendencias
fundamentalistas religiosas, ignorantes del derecho
internacional y de la historia, instan al Presidente a seguir
los pasos de Donald Trump, olvidándose totalmente de que
la comunicación entre el Congreso y la Presidencia tiene
canales constitucionalmente establecidos y no siendo la
simple carta uno de estos canales, la decisión presidencial
se convierte en una simple manifestación de su anhelo
religioso, metiendo así a Guatemala en medio de un lío
milenario entre dos culturas totalmente distintas a la
nuestra, y peor aún, sumando a la inestabilidad de la región
del Oriente Medio sin siquiera estar conscientes de ello.
Debemos analizar cómo se fundó el Estado de Israel y
comparar el método utilizado entonces con los métodos hoy
descalificados por toda la humanidad.
Theodor Herzl publico en 1896 un libro titulado “El Estado
Judio” y en 1897 convoco en Basilea el primer Congreso
Sionista Mundial, con el propósito de crear un Estado para
la nación Judia. Herzl pensó primero en construir ese
“hogar nacional judío” en Argentina, pero en 1917 el Imperio
Ingles a través de su ministro Balfour otorga la carta de
intención de apoyar el proyecto dentro del Imperio
Otomano. Sin embargo unos años después el propio
documento desclasificado de la Inteligencia Británica
denominado “Papel Británico del Comando No.6873”
fechado 24 de julio de 1946 y el “Documento de Comando
No.680.8”, son las calificadas como “bandas terroristas” en
aquel entonces por la Inteligencia Británica llamadas
Hagana, Irgun y Stern las que a partir de 1897 fundaron el
brazo militar del “Movimiento Sionista”, que tuvo por
objetivo la transformación de Palestina por “cualquier
medio” en un estado sionista. No tuvieron en cuenta lo que
la “Tierra Santa” significaba para los 700 millones de
cristianos y 400 millones de musulmanes que habitaban el
mundo en aquel entonces y ciertamente ninguna
consideración por los habitantes árabes nativos que
consistían en ese momento el 92% de la población de
Palestina.
Aun el dia de hoy, el Estado de Israel cuenta con apenas 6.5
millones de habitantes de fe Judia, mientras que el territorio
del Rio Jordan al mar Mediterraneo, ocupado por Israel
cuenta con 7 millones de árabes Palestinos, constituyendo
estos la mayoría de la población.
De hecho, los sionistas con su meticulosa propaganda y
distorsiones planificadas hicieron creer al mundo que
Palestina no era más que una tierra árida y desolada,
desprovista de habitantes excepto por unos cuantos
nómadas, inculcando finalmente al mundo el slogan: “Darle
la tierra sin pueblo al pueblo sin tierra.” Cuando la verdad
era que Palestina era una próspera provincia del Imperio
Otomano, que al aliarse con Alemania durante la Segunda
Guerra Mundial y ser derrotado sufrió su desmembración,
marcando así las fronteras que hoy en día conocemos.
El sufrimiento del Pueblo Judio durante la segunda guerra
mundial fue horrendo, innegable y totalmente reprochable.
Forma parte de lo peor sufrido durante esa guerra: Rusia
tuvo veinte millones de muertos, el Pueblo Gitano sufrió
vejaciones como el Pueblo Judio y tuvo muertes estimadas
al mismo nivel ( el denominado Porajmos) y en 1948 catorce
millones de descendientes de Alemanes fueron expulsados
de los territorios que la Unión Soviética había conquistado
durante esa guerra, con el aval de los aliados, constituyendo
esta la migración forzada mas grande de la humanidad .
Fue este holocausto provocado por los nazis lo que cimbro
la conciencia del mundo, y fue el pueblo Judio, el único
organizado sistemáticamente en base a su sufrimiento
histórico, el que logro el apoyo de las naciones para la
creación de un “Estado refugio del pueblo judío”. Sin
embargo, una injusticia no se resuelve con otra y el día de
hoy hay que preguntarle al Pueblo Palestino cómo
consideran ellos que están siendo tratados por el Estado de
Israel. ¿Habra diferencia alguna entre lo sufrido y lo que se
esta sufriendo?
Y en que afecta todo esto a Guatemala? En aislamiento
político y diplomático, y esperemos que no se convierta
también en un boicot comercial. Abstenernos no invalidaba
la amistad con Israel o Estados Unidos y no nos ponía como
enemigos del Islam. Los grandes países así lo hicieron, en
cambio Guatemala se alineó con cinco micro países
extraños y exóticos cuya población combinada no iguala la
nuestra y sin ninguna relevancia geopolítica ni comercial , y
desafió la resolución de la gran mayoría de las Naciones
Unidas.
Pero a cambio de qué? Una pura maniobra con fines
domésticos: que Trump le retire el apoyo a la CICIG y
contribuya a su desmantelamiento. Pensamiento más que
infantil y ya desmentido por acciones oficiales que van desde
la postura del nuevo Embajador , la Embajadora de los
Estados Unidos en la ONU y en el apoyo oficial
norteamericano ofrecido al ente internacional y refleja la
desesperación de un presidente que se ahoga y que
compromete a Guatemala con sus manotazos y pataleos por
mantenerse a flote, precisando de un salvavidas para
sobrevivir.
En cambio tenemos que hablar de la ruralidad de
Guatemala, esa que no se enteró plenamente de esta
decisión, esos 300 mil pequeños productores de cardamomo
que, viviendo aún bajo una lógica del modelo productivo del
café (trabajo casi forzado), verán y serán los verdaderos
afectados por tan infortunada decisión.
¿Quiénes migran? Quienes menos posibilidad de defenderse
tienen dentro del modelo económico que nos tiene sitiados.
¿Y en realidad la decisión de apoyo irrestricto a Washigton
nos ayudara en nuestra tragedia de la migración? Ni pensar
que la locomotora puesta en marcha por Trump dentro de
su agenda nacionalista se va a detener a pensar que si
Guatemala los apoyó diplomáticamente, entonces los
migrantes guatemaltecos no serán deportados. Este
desatino diplomático, en conclusión, no tiene nada que ver
con migrantes, es una temeridad de una Presidencia que
actúa en contra de los intereses de la Nación. Sin necesidad
alguna nos aisló, arriesgó la seguridad pública y la
economía.
La paz no puede ser un discurso y menos uno religioso que
contradiga la historia y la vida cotidiana. La paz no ha de ser
solo el horizonte, porque ha de ser sobre todo, camino,
practica e intención.
A Jerusalén hay que tratarla con la finura de estadista que
tuvo el Califa Omar en el año 637. Cuando el Patriarca
cristiano Sofronios le entregó la ciudad para evitar un baño
de sangre y lo invitó a orar dentro de la Iglesia de la
Resurrección, Omar le respondió que si el hacía eso, los
musulmanes iban a considerar sagrado ese lugar y lo
demolerían para reemplazar la Iglesia por una Mezquita.
Decidió orar afuera, lugar donde posteriormente se
construiría la famosa Mezquita de Omar.
Todo esto en el contexto de la celebración de los 70 años de
lo que los Israelis llaman el “yom ha atzmaut” (Dia de la
Independencia) y que simultáneamente el pueblo Palestino
llama el “yawm an-nak-ba´ (Dia del Desastre).¿ Que
celebrara Guatemala en unos años?

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