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CAPÌTULO II

EL COMPORTAMIENTO HUMANO COMO BASE DE LA ACCIÓN PENAL

2.1 El comportamiento humano............................................................................. 26


2.1.1. Responsabilidad sin hecho .................................................................... 26
2.1.1.1. Responsabilidad por hecho presunto ........................................ 26
2.1.1.2. Responsabilidad por hecho de otro ........................................... 26
2.1.2. Responsabilidad por la actitud interna................................................... 26
2.1.2.1. Hechos carentes de lesividad .................................................... 26
2.1.2.2. Estados peligrosos .................................................................... 26

2.2 Titular del comportamiento. ............................................................................ 26

2.3 Ausencia de comportamiento. ......................................................................... 26

2.3.1. La fuerza física irresistible ..................................................................... 26


2.3.2. Conducta refleja..................................................................................... 26
2.3.3. Estados de inconsciencia ....................................................................... 26
CAPÌTULO II

EL COMPORTAMIENTO HUMANO COMO BASE DE LA


ACCIÓN PENAL

Para hablar del comportamiento humano como base de la acción penal, previo a ello
haremos un concepto de Teoría General del Derecho, ya que engloba a nuestro tema.

(TOTORSA, 2016) menciona que:

La teoría del delito es un sistema de categorización por niveles,


conformado por el estudio de los presupuestos jurídico-penales de
carácter general que deben concurrir para establecer la existencia de
un delito, es decir, permite resolver cuando un hecho es calificable de
delito.

Esta teoría basada en ciertos preceptos legales, no se ocupa de los


elementos o requisitos específicos de un delito en particular
(homicidio, robo, violación, etc), sino de los elementos o condiciones
básicas y comunes a todos los delitos.

Teniendo ello en cuenta podemos decir que en el derecho penal los elementos positivos,
negativos y accidentales del delito, se nos enseña que la acción humana, es uno de los
elementos positivos del delito, y que definitivamente sin acción humana no podría haber
delito. Ya que por noción general se sabe que al derecho penal le interesa
fundamentalmente, como único objeto de conocimiento, el comportamiento antisocial del
individuo, en la medida que se adecue a las figuras típicas contenidas en la ley penal, en
virtud de que es la conducta humana la base de toda reacción jurídico penal.

2.1 Comportamiento Humano

Como bien se sabe lo que importa al derecho es la conducta humana, sobre todo el
comportamiento antisocial y las repercusiones que se tiene, por consecuencia la
sanción penal. Por lo que (STEIN, 2016) en su libro “Derecho Penal (Parte General)”
menciona que: El punto de partida del derecho penal no es otro que la conducta
humana que pretende regular y lo hace seleccionando de un universo indeterminado,
aquel número preciso de conductas, previstas como tipos penales en la parte especial
del catálogo, que el legislador las considera relevantes desde el punto de vista jurídico
penal, por transgredir normas protectoras de determinados bienes jurídicos o para
prevenir daño social, que determinada racionalidad político criminal ha decidido
tutelar.

Por lo que para (PUIG, 1996) Se confirma que la delimitación de este concepto de
acción no puede obtenerse de la estructura lógica-objetiva del concepto de acción
sino de condicionamientos de la función de las normas penales. Mientras que para
(JESCHECK, 1993) acción es el comportamiento socialmente relevante.

(RODRIGUEZ, 1997) nos dice que:

La característica esencia del delito es la acción (en sentido


lato, equivalente a conducta humana) encuentra su correlato
en las categorías legales de acción (en sentido estricto,
equivalente a actuar positivo) y de omisión (dejar de hacer
algo esperado) que son las dos formas que puede presentarse
el comportamiento humano. A estas
conductas previstas en la ley como tipos penales, se les califica
como antijurídicas y culpables para constituirse en delictivas.
Como quiera que eI derecho penal moderno es de acto y no de
autor, el derecho peruano en consecuencia con ello, se
construye sobre la base de conductas constitutivas de
realizaciones externas y observables de los tipos penales.
La ventaja inmediata de un derecho penal de acto es que
garantiza un límite y un control en la intervención punitiva del
estado.

(MUÑOZ CONDE, 1990) manifiesta que de la concepción del derecho penal como
derecho penal de acto se deduce que no pueden constituir nunca delito ni el
pensamiento, ni las ideas, ni siquiera la resolución de delinquir, en tanto no se
traduzca en actos externos.
Así Santiago (PUIG, 1996) nos dice que el “Estado Social y democrático de derecho
sólo es lícito prohibir penal: mente comportamientos externos y no meramente
mentales”

La conducta humana que interesa al Derecho penal es tanto la comisiva consistente


en “un hacer» como la omisiva consistente en un “o hacer”, pues con ambas
modalidades, igualmente externas, se puede realizar los tipos penales.

Nos dice (JAKOBS, 2000) que:

En Ia comisión concurren impulsos conscientes o


inconscientes conducentes a la formación de un motivo para
ejercitar el movimiento corporal correspondiente al resultado
y que en la omisión, se produce un hecho que no se habría
producido si el autor se hubiere motivado a impedirlo
actuando como corresponde y añade que si se equipara
evitabilidad y acción y se define acción como un suceso
diferenciador entre un hacer y un omitir con independencia de
cuál de ambas alternativas se realice, entonces la omisión se
ajusta al concepto de acción y la acción es un supraconcepto
que abarca tanto la comisión como la acción.

2.1.1. Responsabilidad sin hecho

Existen dos modalidades:

2.1.1.1. Responsabilidad por hecho presunto

Según (STEIN, 2016) Ocurre cuando en la ejecución de un acto


delictivo, a los presentes que no participaron en él, se les imputa la
responsabilidad si no probaran que se opusieron. Otra hipótesis es la
de imponer que el miembro de una banda por su sola membrecía,
actuó en el caso concreto.

2.1.1.2. Responsabilidad por hecho de otro

Se le conoce como Vicarious Liability, según (STEIN, 2016) consiste


esta antigua modalidad de atribuir responsabilidad, en responsabilizar
a los jefes por los delitos particulares cometidos por los subordinados
en una operación delictiva mayor, aunque conste que dichos jefes no
participaran en esas actividades. Ej. En una rebelión se producen
violaciones cuyos autores no han podido ser individualizados. Aquí,
según lo que revisarnos, responderán los jefes de tales latrocinios,
aunque conste que no participaron en ello. Actualmente el caso del
artículo 28 del Estatuto de Roma que prevé la omisión del mando.

2.1.2. Responsabilidad por la actitud interna

Contra el principio de un derecho penal que da cuenta de actos externos,


(STEIN, 2016) nos manifiesta que la responsabilidad por la actitud interna
implica castigar síntomas de la voluntad rebelde del autor persiguiendo su
personalidad asocial.

Las modalidades son:

2.1.2.1. Hechos carentes de lesividad

Aquí se pune los casos de tentativa inidónea, como el del homicidio imposible
de quien dispara sobre un cadáver creyendo erróneamente se trata de un
humano vivo.

Atenta el instituto contra el principio de lesividad contenido en el art. IV del.


Título Preliminar del Código Penal peruano, lo mismo que contra el principio
de legalidad.

2.1.2.2. Estados peligrosos

Aquí de lo que se trata es de hacer intervenir al derecho penal frente al autor,


potencialmente peligroso.

2.2 Titular del comportamiento

(STEIN, 2016) postula que solo el humano individualmente considerado es capaz de


comportamiento jurídico penal relevante si entendemos por esto la realización
voluntaria, inteligente, con propósito y bajo responsabilidad social, de conductas
adaptativas al medio externo. Quedan excluidos entonces de la titularidad comporta-
mental los animales, las cosas y las personas jurídicas.
Cuando se habla. Entonces del comportamiento organizacional, ello está referido a
desarrollos institucionales y a conductas colectivas vistas desde el punto de vista
socio-administrativo, empresarial o corporativo.
Asimismo cuando se está frente al comportamiento social o colectivo ello, teniendo
relevancia sociológica, psicológica o antropológica, no resulta ser el comportamiento
a que alude la teoría del delito, por lo menos hasta su desarrollo actual.

Nos dice con razón (MUÑOZ CONDE, 1990) qué desde el punto de vista penal, la
capacidad de acción, de culpabilidad y de pena, exige la presencia de una voluntad,
entendida como facultad psíquica de la persona individual.

A Mediados del siglo XIX aparece la «teoría de la realidad» de GIERKE, para quien
la persona jurídica, a manera de un organismo, existe con cerebro (gobierno), sistema
nervioso (comunicaciones), células (individuos), etc., y existiendo discordancia entre
las voluntades de la persona integrante del organismo, con el organismo mismo, la
persona jurídica; debía esta responder por sus actos, por ser el verdadero sujeto del
delito.

Entonces se puede concluir que las personas jurídicas no son responsables penales
por lo de “Societas Delinquere Non Potesh”, lo que no equivale a la impunidad o
impasibilidad del derecho frente al eventual abuso económico, ecológico,
monopólico, financiero, en que pudieran incurrir.

2.3 Ausencia de comportamiento


(STEIN, 2016) señala que el elemento jurídicamente fundamentador del
comportamiento humano es la voluntad, si esta falta, no existe comportamiento desde
el punto de vista jurídico, aunque si se dé desde un criterio psicofisiológico.
Verificada la voluntariedad del acto, sólo bastará saber si dicho acto es típico.
Puesto que no hay delito sin acción, obviamente cuando no existe acción tampoco hay
delito. Invariablemente ocurre así cuando falta una manifestación exterior, o sea, una
modificación externa.
No obstante, se prestan a duda aquellos casos en que existe un hecho externo, pero
respecto del cual hay una ausencia de voluntad que lo haya dirigido. Para resolverlos
se ha establecido, como criterio general, que no hay acción cuando se puede afirmar
que la persona involucrada sólo ha tomado parte físicamente en el hecho, pero sin
intervención de voluntad consciente en la conducción de dicho proceso causal.
Tres son los estados o situaciones excluyentes de comportamiento, a saber: la fuerza
física irresistible, la conducta refleja y la conducta inconsciente.

2.3.1. La fuerza física irresistible


El concepto de fuerza irresistible también es de gran importancia en el Derecho
penal, porque excluye la acción del individuo, ya que quita toda voluntariedad a
su conducta
(DE LA CUESTA AGUADO, 2009) manifiesta lo siguiente:
El concepto de fuerza irresistible ya era contemplado en el
Derecho romano y en el Derecho común con el nombre
de vis physica absoluta o ablativa. Puede definirse como una
situación en la que el sujeto no tiene la posibilidad de actuar
de otra forma. Es una fuerza externa (proveniente de la
naturaleza o de la acción de un tercero) sobre el cuerpo del
actor, que hace que esté sea utilizado como un instrumento o
como una mera masa mecánica. Por ejemplo: se produce un
terremoto y las personas que viven en un edificio pugnan por
salir, al llegar a las escaleras, una resbala y cae sobre otra
produciéndole la muerte; en este caso el sujeto que resbaló
actuó con fuerza física irresistible - el temblor -, por lo que no
hay acción. Un caso diferente se da si fue una persona la que
produjo la fuerza física irresistible, pues ésta si responde, por
ejemplo: si "A" empuja a "B" para que impulse a "C" que se
encuentra en el borde de un barco y, efectivamente "C" cae y
muere, "A" responde por la muerte de "C", mientras "B" sólo
fue víctima de una fuerza irresistible - empujón - producido
por "A".
Por otro lado (STEIN, 2016) señala que:

Se comprende en este supuesto todo estímulo externo al


agente, que le imprime a su cuerpo un movimiento
involuntario, no reflejo y no direccionado o, por el contrario,
le impone forzadamente la inmovilidad.

El estímulo externo puede ser de cualquier índole, humano,


natural o animal, etc. El ejemplo puede ser el de quien es
empujado sobre otra persona a quien hiere. La fuerza física
irresistible vemos que es incompatible con la acción, pues el
que la sufre acota sin voluntad alguna.

Es menester distinguir entre las fuerzas, absoluta que incide


físicamente sobre el cuerpo del forzado, de la vis moral, que
no mueve al cuerpo aunque si la mente, por lo que el hecho
ataca antes que ala acción, a, la tipicidad o culpabilidad •
según. el caso; cómo veremos más adelante.

La naturaleza irresistible de la fuerza debe ser tal que suprima


por completo la voluntariedad pues la superación de la vis
exige la aplicación de un considerable esfuerzo y el juicio
calificado de la irresistibilidad de la fuerza pasa por atender
a la personalidad concreta del que sufre la vis.

En la práctica es remoto que la fuerza física irresistible esté


prescrita en los delitos comisivos pues quien puede doblegar
la voluntad del otro compeliéndolo físicamente a desarrollar
un movimiento corporal, puede hacerlo por sí mismo. En el
caso del delito omisivo la cosa cambia pues es más factible
que se impida al garante actuar en salvaguarda del bien
jurídico.

El Código Penal peruano en el artículo 20, inciso 6, regula lo concerniente a la


ausencia de comportamiento por fuerza física irresistible. Dice la citada norma
que: “está exento de responsabilidad penal el que obra por una fuerza física
irresistible proveniente de tercero o de la naturaleza”.
2.3.2. Conducta refleja
No constituyen acción ya que dichos condicionamientos de reflejos no son
controlados ni producidos por la voluntad de la persona. Como indica el profesor
Francisco Muñoz Conde: “El estímulo del mundo exterior es percibido por los
centros sensores que lo trasmiten, sin intervención de la voluntad, directamente
a los centros motores”.
Por otra parte (STEIN, 2016) afirma que:
Es el conjunto de disposiciones filogenéticas e innatas del
organismo, adecuadas a su supervivencia y reguladas por el
sistema nervioso superior y el bulbo raquídeo que controla
muchos procesos fisiológicos fundamentales del organismo,
como respiración, frecuencia cardíaca, constricción y
dilatación -vascular, deglución y vómito.
Se trata, en suma, de conductas reflejas y los reflejos son una
respuesta natural y. automática a un estímulo determinado los
reflejos congénitos, comunes a todos los hombres, se llaman
reflejos absolutos o incondicionales y los adquiridos como
resultado de la experiencia, se denominan reflejos
condicionados
Es el caso que si por un reflejo patelar o rotuliano o uno de
apartamiento, el agente causara lesión o daño en persona o
cosa, no habrá delito por ausencia de un primer elemento: El
comportamiento o acción.

Lo mismo ocurre en el supuesto de reflejos erráticos


provenientes de una enfermedad nerviosa corno la epilepsia o
el mal del corea, etc., los vómitos o convulsiones, ya que

«al sujetó que, víctima de una convulsión deja caer de sus


manos y rompe un jarrón de porcelana que le mostraba al
coleccionista, no puede imputársele un delito de daños por
faltar la acción». No se consideran actos reflejos los llamados.
«reacciones en corto circuito o reacciones explosivas» de
probable origen neuro-epileptoide que afectan antes que el
acto humano, la imputabilidad.
2.3.3. Estados de inconsciencia
Excluyen la acción por cuanto no interviene la voluntad del sujeto y ello ocurre
tanto en los casos ejecutados durante el sueño normal o anormal
(sonambulismo). También se excluye como causa de exclusión de la acción la
denominada embriaguez letárgica, donde se produce una total anulación de la
conciencia, pero también una paralización del cuerpo. Por último, se ha discutido
si cabe incluir la hipnosis en los estados de inconsciencia.
(STEIN, 2016) dice que no se da acción desde el punto de vista jurídico penal,
cuando el protagonista se encuentra en estado de inconsciencia. natural, por
sueño o sonambulismo, o en estado de inconciencia inducida por sustancias
tóxicas diversas.

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