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¿Qué es la derecha y la izquierda política?

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 POR CIUDADANO 014-Q
 EN FILOSOFÍA POLÍTICA
 — 1 ABR, 2010
Aunque los conceptos de izquierda y derecha política no sean, según
muchos, los idóneos para definir la identidad política de los ciudadanos, el
hecho es que son aún frecuentes para posicionar planteamientos y
posturas ideológicas en la actualidad. En este apunte se van a definir
ambos conceptos superficialmente, simplificando los grandes problemas y
contradicciones que tiene la susodicha conceptualización.
Durante la revolución francesa dos partidos se disputaron el poder en la
asamblea. Por un lado los girondinos, un partido moderado que
propugnaba un derecho al sufragio no universal, del que excluía a las
clases no propietarias y que defendía la alianza con la nobleza para
establecer en Francia una monarquía parlamentaria. Por contra, los
jacobinos defendían un sufragio universal que extendían a todos los
miembros de la población y la instauración de una república. Estos últimos
tenían el apoyo de las clases más populares, mientras que los girondinos
eran apoyados por los burgueses, propietarios y algunas capas de la
nobleza. En las deliberaciones de la asamblea los girondinos se sentaban
a la derecha y los jacobinos a la izquierda, de aquí la división, que aún
hoy perdura, de ideologías de izquierdas y de derecha.
Tanto dentro de las posiciones derechistas e izquierdistas hay pluralidad
de planteamientos que en muchas ocasiones están enfrentados entre sí.
Un rasgo que distancia mucho las posiciones, dentro de ambos conceptos
teóricos, es el lugar que juega la autoridad en lo público; en otras
palabras, tanto en la izquierda como en la derecha encontraremos
posiciones autoritarias, antiautoritarias y planteamientos intermedios. Sin
ser exhaustivos se intentará reflejar cada una de esas posiciones dentro
de la ideología izquierdista y derechista.

LA DERECHA POLÍTICA:
Dada la heterogeneidad de las posturas de la derecha política es difícil dar
una definición de este concepto que englobe a todos los movimientos
derechistas. Quizás una aproximación sea que mientras que en los
movimientos de izquierda la igualdad social es uno de los objetivos
prioritarios del programa político, en los movimientos de derecha esta
igualdad no tiene un papel tan central; a veces los movimientos de
derecha propugnan el elitismo o el mantenimiento de ciertas diferencias
entre los miembros de la sociedad (sobre todo diferencias económicas);
sin embargo, la igualdad social sigue siendo parte del proyecto político de
la derecha, aunque sin la centralidad que tiene este objetivo para la
izquierda.
Se analizarán los tres movimientos de derecha más importantes en la
historia reciente y la actualidad de Europa y el mundo capitalista en
general: el liberalismo, el conservadurismo y el fascismo.

EL LIBERALISMO:
Movimiento ideológico que defiende el libre mercado e intenta evitar, en
lo posible, la intervención del estado en la economía, en particular, y en
la sociedad civil, en general. Este movimiento considera que la libre
iniciativa y la competencia son los motores que crean riqueza social; por
lo tanto, la intervención del estado es entendida como una injerencia
totalitaria.
La libre competencia es un valor clave para el liberalismo. Del mismo
modo que en el orden natural la competencia entre los seres genera un
ecosistema estable y sostenible, en la economía de un colectivo la
competencia entre productores permite que el mercado se amolde a la
demanda y la satisfaga convenientemente. La intervención del estado
entorpece este orden natural y lo corrompe.
Para el liberal los derechos individuales son fundamentales. El derecho a
la propiedad de los individuos y los colectivos debe ser respetado por el
estado que no debe tener autoridad, o la tenerla en mínima medida, para
erosionar las posesiones de los individuos con impuestos. Los servicios
sociales deben ser dejados en mano de particulares, ya que si están en
mano del estado se produce una competencia desleal y, además, impide
el crecimiento económico del colectivo.
Muchos liberales, aún cuando se encuadren dentro de la derecha,
mantienen posturas tan aparentemente de izquierda como el derecho al
aborto, al matrimonio homosexual o al consumo y venta de drogas.
Téngase en cuenta que todos los derechos anteriores son derechos
individuales sobre los que el estado, para un liberal estricto, no tiene
porque entrometerse. Otros liberales, sobre todo en EE. UU., critican los
sistemas públicos de sanidad o los sistemas de pensiones del estado;
estos sistema sobrecargan, según ellos, a los ciudadanos con impuestos
y frenan la libre competencia.
El liberalismo más extremo y muy poco usual en Europa es el
minarquismo. Este movimiento propugna un estado mínimo que sirva
únicamente para defender la propiedad y la libertad de los individuos. El
control del estado sobre los medios de transporte, sanidad, educación o
sobre el mercado debería desaparecer. En esta situación, sin apenas
impuestos y sin injerencia estatal los individuos se relacionarían social y
económicamente en libertad.
CONSERVADURISMO:
Movimiento ideológico que defiende valores familiares o religiosos y se
muestra cauto ante las innovaciones sociales. El conservadurismo,
excepto extremos muy minoritarios, no es contrario a la innovación
científica y tecnológica.
Aunque se alía frecuentemente con partidos liberales, el conservadurismo,
tradicionalmente, no se ha opuesto al intervencionismo del estado en
asuntos económicos. Aunque dentro del conservadurismo hay muy
diversas corrientes, generalmente este movimiento se muestra favorable
a la intervención del estado en asuntos como la sanidad, educación,
recursos sociales básicos. De este modo, el conservador considera al
estado como un garante más de la familia y del orden social naturalmente
establecido.
El conservadurismo suele ser también nacionalista. Defiende la identidad
nacional del grupo social y es más o menos combativo con las
innovaciones culturales foráneas. Muchos partidos políticos que luchan por
la independencia de una región son conservadores y, por lo tanto, de
derecha.
La familia tradicional es otro valor importante para el conservadurismo.
La defensa de esta institución es una pieza clave en el discurso político del
conservador. Además el conservadurismo acentúa el papel social del
individuo: cada persona pertenece a una colectividad ante la que es un
sujeto moral responsable.
Especialmente importante en Europa es la corriente conservadora de la
democracia cristiana. Esta corriente defiende la tradición cristiana de
Europa y las costumbres a ella asociadas. La política democristiana
considera que el estado debe cuidar y proteger a los más desfavorecidos
con un sistema de asistencia pública. La moral pública defendida por la
democracia cristiana es la del catolicismo con algunos matices; por lo
tanto, el democristiano tenderá a oponerse al aborto, la eutanasia, la
legalización de las drogas, el matrimonio homosexual, etc.

EL FASCISMO:
El fascismo es un movimiento político surgido a principio del siglo XX. Su
ubicación dentro de la derecha es rechazada por algunos autores pero el
uso común es considerarlo un movimiento de extrema derecha. Debido a
la crisis económica su importancia en la política europea es cada vez
mayor.
A diferencia de los otros movimientos derechistas tratados, el fascismo no
considera a la democracia capitalista un modelo político-económico válido.
Frente a ella propone una sociedad fuertemente jerarquizada y
militarizada. Un nacionalismo ferviente también acompaña a los
movimientos fascistas.
En lo económico el fascismo propone diversos modelos pero todos ellos
coinciden en un fuerte intervencionismo estatal. Los movimientos fascista,
por lo tanto, defienden un sistema estatal asistencial en mayor o menor
medida.
Los derechos individuales, para esta corriente, son dependientes de los
derechos colectivos y no son, en ningún caso, derechos inalienables. El
deber del individuo hacia su patria es absoluto. El nacionalismo impregna
buena parte de la práctica política del fascismo, siendo el
engrandecimiento de la patria e incluso la conquista de otros territorios,
objetivos políticos recurrentes del discurso fascista. Frecuentemente el
fascismo llega, al defender un nacionalismo a ultranza, el racismo y la
discriminación social.
Junto con el nacionalismo, el autoritarismo es otro rasgo sobresaliente del
fascismo. La sociedad esta, más o menos, rígidamente jerarquizada y los
roles sociales muy definidos. El ejército y la vida militar son idealizadas y
se convierten en referente para la sociedad.
El fascismo al pretender una revolución social, propugna un “orden social
nuevo” que rompa con el anterior para crear un orden total que englobe
a una cuerpo social más o menos homogéneo (totalitarismo). Por esta
razón el fascismo no siempre se ha relacionado amistosamente con el
liberalismo o el conservadurismo.

LA IZQUIERDA POLÍTICA:
Al igual que la derecha, la izquierda política oscila entre un mayor o menor
autoritarismo. A diferencia de la derecha plantea la igualdad social como
meta prioritaria de su programa político, aunque en muchas ocasiones esa
igualdad se consiga a costa de algunos derechos individuales como el de
propiedad o el de libertad de empresa.
También como la derecha, los movimientos políticos izquierdistas tienen
posiciones diversas sobre el capitalismo y la democracia. Para algunos el
capitalismo es un sistema válido aunque es precisa la intervención del
estado para garantizar la igualdad social; mientras que para otros grupos
izquierdistas el capitalismo es un sistema intrínsecamente perverso que
debe ser transformado de raíz. Igualmente existen movimientos
izquierdistas defensores de la democracia burguesa instaurada en
Occidente, y otros movimientos claramente contrarios a este sistema
político.
Aunque las posiciones dentro de la izquierda son, al menos, tan ricas y
diversas como en la derecha política, en este trabajo solo se van a analizar
la socialdemocracia, el comunismo y el anarquismo.

LA SOCIALDEMOCRACIA:
En el siglo XIX surgieron en Europa movimientos obreros que proponían
la redistribución de la riqueza entre la población, el método para lograr
esta redistribución era la revolución social. Frente a este socialismo
revolucionario, la socialdemocracia nació a finales del XIX como un intento
de conseguir la redistribución de las riquezas y una mayor igualdad social
a través de elecciones democráticas.
La socialdemocracia se ha mantenido más o menos alejada de las
concepciones revolucionarias y utopistas de otros movimientos de
izquierda. Los socialdemócratas defienden a ultranza la democracia
burguesa como sistema político válido.
En lo económico defienden un capitalismo reformado. Para el
socialdemócrata, aunque el capitalismo es el sistema económico
imperante y ha aportado beneficios indudables al género humano, la tesis
liberal de que el capitalismo genera por si mismo felicidad a la mayoría
del género humano es falsa. La avaricia de los ricos o la desigualdad de
oportunidades hacen que en el capitalismo sin regulación surjan estratos
de población de desheredados que mal viven en la miseria. El estado debe
velar por estos sujetos más débiles y regular el mercado para subsanar
estas irregularidades. La socialdemocracia, junto con los conservadores,
ha sido una gran defensora del estado del bienestar, según el cual el
estado debe proveer a los ciudadanos de los servicios asistenciales
básicos. Este movimiento ideológico tiende a extender lo más posible este
concepto de “servicio asistencial básico” por lo que suele ser necesario
aumentar los impuestos para mantener los servicios asistenciales.
Los autores de esta corriente ideológica defienden en lo social la igualdad
de oportunidades para todos los ciudadanos independientemente de sexo,
raza, religión u orientación sexual. Por esto el programa socialdemócrata
suele acoger el reconocimiento de derechos para las minorías
(minusválidos, homosexuales, personas dependientes…) o para colectivos
marginados (inmigrantes, mujeres, etc.).

EL COMUNISMO:
Aunque ha habido teorizaciones políticas comunistas desde Platón (IV
a.e.c) se entiende aquí comunismo como la ideología política inspirada por
la obra del filósofo alemán Karl Marx.
El comunismo propone la máxima igualdad social posible. Esto es inviable
dentro de un sistema democrático burgués y capitalista. El capitalismo es
el sistema creado por los predadores para rapiñar a sus presas, promueve
desigualdades al promover la acumulación de capital. Por lo tanto, en
defensa de la sociedad, el estado, creen los comunistas, debe controlar la
economía del país de manera más o menos absoluta. De este modo, el
estado planifica la economía de un territorio, las necesidades, a que van
dirigidos los recursos, etc.
En los regímenes comunistas el estado posee los medios de producción de
riqueza como las fábricas; los obreros dan la mayor parte de la fuerza de
su trabajo al estado pero a cambio reciben de este alojamiento, trabajo,
comida, etc. Es importante subrayar que en una economía planificada
como la que existe en los países estrictamente comunistas no existe el
paro ni la pérdida de vivienda por embargo bancario, por ejemplo. Los
medios de trasportes públicos como trenes y autobuses son gratuitos o
muy baratos.
En los países comunista existe un solo partido, el partido comunista, que
es el que toma las decisiones y delibera. Como todo el mundo puede entrar
a formar parte del partido, los comunistas no creen que se esté negando
la participación política a nadie. La democracia capitalista es incompatible
con el comunismo ya que, desde la interpretación comunista, en las
democracias burguesas los órganos del poder y de los medios de
comunicación son ocupados por la élite económica o sus fieles vasallos
que promueven los valores y la ideología de tales élites.
Por lo tanto, en los países comunista no existe libertad de prensa como se
entiende en los países capitalistas. En ocasiones hay censuras y no se
puede criticar abiertamente al régimen sin ser acusado de “traidor a la
patria”. La disidencia política no comunista está más o menos perseguida.
Debe tenerse en cuenta que en tanto que el estado provee de todo a sus
ciudadanos ejerce o puede ejercer un fuerte poder sobre ellos, por lo que
son regímenes políticos que caen fácilmente en el autoritarismo y en cierta
falta de respeto hacia los derechos individuales. No obstante, existen y
han existido muchos países comunistas, cada uno con sus peculiaridades,
en alguno de los cuales los derechos individuales eran más respetados
que en otros.
Un ejemplo de país comunista en la actualidad podría ser Cuba.
EL ANARQUISMO:
Al igual que el comunismo, el anarquismo suele ser considerado un
movimiento izquierdista revolucionario. Tal consideración puede ser
cuestionada. Los anarquistas prentenden llegar a la igualdad social
mediante la revolución. Sin embargo, su perspectiva del
proceso revolucionario es muy diferente a la del comunismo por lo que
estos dos movimientos han estado en continuo conflicto.
El anarquismo critica al capitalismo por las mismas razones que el
comunismo. El capitalismo promueve la desigualdad social y la
depredación de los más poderosos (ricos) sobre los más débiles (pobres).
En tanto que el motor del capitalismo es la acumulación de capital deja a
una capa de población sin parte en la riqueza social.
Sin embargo, y en esto se separa profundamente del comunismo, el
anarquismo también critica al estado. El estado es una estructura política
creada bajo la base de que unos hombres deben dominar sobre otros y
dirigir sus destinos. Desde la perspectiva anarquista no es posible la
igualdad social mientras persistan este tipo de estructura del poder ya que
el poderoso frente al que no tiene el poder, representa la diferencia social
más radical de todas. Por esta razón el anarquismo propone la destrucción
del estado y su sustitución por comunas independientes en las que la
democracia sea directa y no representativa; es decir, que cada cual en la
asamblea posea derecho a hablar y a votar sobre los asuntos a debatir.
Los medios de producción pertenecerán al colectivo de la comuna que
decidirá como utilizarlos, obviamente para el bien común.
El anarquismo es respetuoso con los derechos individuales que no dañen
la economía colectiva; por esta razón no reconoce al individuo derecho a
la propiedad de los medios de producción. Los movimientos anarquistas,
por lo tanto, reconocen la igualdad de derechos de todos y la máxima
amplitud de estos derechos.

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