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Legítima  es la porción de la herencia de la cual no pueden ser privados los legitimarios.

La institución de la legítima adquiere importancia solamente en los casos en que el causante deja legitimarios y hace un
testamento instituyendo herederos o efectuando legados o realizo donaciones en vida. Cuando no hay legitimarios, el
causante puede disponer libremente de sus bienes, ya que no existe la protección a la legítima.

Tendrá llamamiento imperativo cuando se refiera a los miembros de la familia protegidos por la legítima. Este es
imperativo respecto del causante, ya que no puede excluirlos de ningún modo al haberse eliminado la posibilidad de
desheredarlos. (Los otros no están obligados a aceptar la herencia).

Tendrá llamamiento supletorio cuando se refiera a los colaterales.

Legitimarios

Art. 2444: tienen una porción legítima de la que no pueden ser privados por testamento ni por actos de disposición
entre vivos a título gratuito, los descendientes, ascendientes y el cónyuge.

Se eliminó la desheredación como forma de exclusión de los legitimarios y también se suprimió el derecho de la nuera
viuda sin hijos que era considerada una legitimaria no heredera.

Libertad de testar y legítima: hay diversas opiniones del tema, por un lado la libertad de testar resguarda los derechos
de propiedad del titular de los bienes; la legítima encuentra su justificación en la solidaridad familiar existente entre el
causante y sus parientes más próximos y en que contribuye a una más justa división de la riqueza resultante del reparto
del patrimonio del causante entre los herederos.

Porciones legítimas: definidas en el art. 2445, al igual que la forma de calcularlas y la manera de hacer su cómputo para
cada descendiente. Se redujeron las legítimas respecto del código de Velez;

 Legitima de los descendientes: dos tercios


 Legítima de los ascendientes, al igual que la del cónyuge: un medio

Si bien se aumentó la posibilidad de disponer por testamento o por actos entre vivos a título gratuito que tiene el
propietario de los bienes, la limitación a ese derecho fue cuestionada por violar el derecho constitucional de la
propiedad.
Es probable que las porciones fijadas en el CCCN no susciten controversia, pero debe siempre tenerse en cuenta que se
trata de restricciones al derecho de propiedad y a disponer libremente de sus bienes que tiene una persona en vida y
que se limitan de una manera sustancial con motivo de su muerte.

Masa de la legítima: se integra con los bienes que componen la herencia, menos las deudas y cargas más el valor de las
donaciones colacionables y reducibles.

En cuanto a la herencia hay que tener en cuenta que se compone con los bienes que existían dentro del patrimonio del
causante al día de su fallecimiento menos los que no se transmiten por causa de muerte.

o Concurrencia de legitimarios.

Como excepción al primer principio de la sucesión intestada, el cónyuge puede concurrir con los descendientes y
ascendientes. Por esto, es necesario establecer la legítima de una herencia determinada cuando concurren a recibirla
herederos de diferente legítima o cuando concurren diferentes órdenes pero con igual legítima.
No había una solución expresa en el código de Vélez, pero la doctrina estableció una serie reglas que fueron plasmadas
en el actual art. 2446: “Si concurren sólo descendientes o sólo ascendientes, la porción disponible se calcula según las
respectivas legítimas”. Si concurre el cónyuge con descendientes, la porción disponible se calcula según las legítima
mayor”

La primera parte constituye una obviedad porque resulta incuestionable que cuando concurren legitimarios del mismo
orden no hay conflicto de legítimas, y la porción disponible resulta ser necesariamente el excedente de la misma hasta
completar la masa sobre la cual debe ser calculada.

El segundo párrafo es novedoso y viene a receptar lo que la doctrina elaboro con anterioridad con relación al tema;
Cuando se presenta la concurrencia de descendientes que tienen una legítima global de dos tercios y el cónyuge cuya
legítima es de un medio, no es posible adicionar una a la otra porque se superaría a la totalidad de la masa de la
legítima. Por esto, la legítima mayor absorbe a la menor y se tomara en cuenta para todos los legitimarios que concurren
conjuntamente, es decir, para los descendientes y el cónyuge, la legítima de dos tercios.
Los descendientes no resultan perjudicados en su protección legal porque su legítima se mantiene intangible y el
cónyuge resulta beneficiado porque se incrementa dicha protección.
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o Protección de la legítima: Art. 2447 “El testador no puede imponer gravamen ni condición alguna a las
porciones legítimas; si lo hace, se tienen por no escritas”. Es de la esencia de la institución de la legítima que se
procure resguardar su inviolabilidad, ya que si se considera conveniente proteger a los legitimarios de ese modo,
se deben evitar los medios por los cuales la legítima podría ser infringida.
o Irrenunciabilidad de la legítima: Art. 2449: “es irrenunciable la porción legítima de una sucesión aún no abierta”

Mejora a favor del heredero con discapacidad.

Se trata de una innovación en la legislación argentina; el art. 2448 dice “el causante puede disponer, por el medio que
estime conveniente, incluso mediante un fideicomiso, además de la porción disponible, de un tercio de las porciones
legítimas para aplicarlas como mejora estricta a descendientes o ascendientes con discapacidad. A estos efectos, se
considera persona con discapacidad, a toda persona que padece una alteración funcional o permanente o prolongada,
física o mental, que en relación a su edad y medio social implica desventajas considerables para su integración familiar,
social, educacional o laboral”.

Esta norma tiende a proteger de mejor manera a un legitimario que se encuentre en una situación de desventaja, pero
se lo hace no sólo con la determinación a su favor de la porción disponible sino también de un tercio de las porciones
legítimas.
Como consecuencia de la mejora, los restantes legitimarios verán disminuida la masa de legítima y lo que deberán
recibir de herencia; esto es así ya que la norma hace referencia a que la mejora se extrae de la legítima.

La forma en que se debe instrumentar esa mejora es por testamento y la manera de implementarla no está sujeta a
restricción alguna, ejemplificándose en la norma que puede hacerse también mediante un fideicomiso.

De la norma surge que debe beneficiarse al legitimario con la porción disponible y además adicionarse la mejora en
cuestión, por lo que no sería posible que se establecieran de manera separada la porción disponible a otras personas y la
mejora al legitimario con discapacidad.

Ésta mejora recaerá en descendientes o ascendientes con discapacidad, excluyéndose de esa posibilidad al cónyuge que
también reviste la condición de legitimario y que puede encontrarse en una situación de desventaja considerable, lo que
no resulta razonable.

No exige la norma que se haya decretado judicialmente la declaración de incapacidad o de capacidad restringida; la
alteración funcional de la que habla el art. Tiene que repercutir en su integración familiar, social, educacional o laboral;
la incidencia de esta discapacidad en los distintos aspectos de su vida de relación debe ser de tal magnitud que le
ocasione una desventaja considerable; se trata de una concepción que no se ajusta estrictamente al enunciado del art.
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1) Acción de entrega de la legítima al legitimario preterido.

Art. 2450: “El legitimario preterido tiene acción para que se le entregue su porción legítima, a título de heredero de
cuota. También la tiene el legitimario cuando el difunto no deja bienes pero ha efectuado donaciones”.

El único derecho del legitimario preterido es reclamar la entrega de su porción legítima y queda sobreentendido que no
podrá cuestionar ni la validez del testamento ni la institución hereditaria en él contenida.

Se concede la acción no sólo cuando quedaron en la herencia bienes suficientes como para salvaguardar la legítima sino
también para atacar las donaciones que el causante hubiera realizado en vida.

Concepto  habrá preterición cuando el causante omitió en su testamento a un legitimario e instituyo como
heredero a otro.

Especies:

Voluntaria: cuando el causante conocía la existencia del legitimario y lo omite.

Involuntaria: cuando no sabía al tiempo de hacer el testamento acerca de la existencia del legitimario o bien éste nace
después de otorgado el testamento.

La solución del código no distingue según la especie.

Derecho del legitimario preterido: por imperio de lo dispuesto en el art. 2450, el legitimario que ha sido preterido tiene
derecho a que se le entregue su porción legítima en calidad de heredero de cuota.
A su vez, el art. 2488 dispone: “Los herederos instituidos en una fracción de la herencia no tienen vocación a todos los
bienes de ésta, excepto que deba entenderse que el testador ha querido conferirles ese llamado para el supuesto de
que no puedan cumplirse, por cualquier causa, las demás disposiciones testamentarias…”
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Esto significa que el legitimario preterido en su condición de heredero de la cuota que corresponde a su porción legítima
no tiene vocación al todo de la herencia.

Esta conclusión implica que, como su derecho queda satisfecho con la entrega de la legítima, no podría cuestionar la
validez del testamento en el que se lo ha preterido ni la validez de la institución hereditaria que en él se ha realizado.
La doctrina lo considera al preterido como legitimario no heredero;

No parece adecuado que quien tiene un llamamiento preferente a la herencia en su condición de sucesor universal y
además tiene la protección legal de la legítima pierda esa condición por haber sido omitido en el testamento. Resulta
inconsistente con todo el sistema sucesorio que el heredero preterido no pueda cuestionar el testamento en el que se
ha instituido a otra persona como heredero.

Características:

 La acción de entrega de la legítima corresponde al legitimario omitido y tendrá por objetivo que le sean
entregados bienes hereditarios en cantidad suficiente como para que la protección legal resulte satisfecha.
 Deberá ser entablada ante el mismo juez que interviene en el juicio sucesorio.
 La legitimación pasiva corresponde a los instituidos en el testamento ya que serán los que deberán sostener la
validez de su institución y eventualmente satisfacer la legítima mediante la entrega de bienes hereditarios.
 Al no tener plazo específico, la prescripción de la acción de preterición se opera a los cinco años de la muerte del
causante.
2) Acciones protectores de la legítima: acción de complemento y acción de reducción.

Se sigue manteniendo la diferenciación entre la acción de complemento y la acción de reducción, aunque para algunos
autores no existirían diferencias sustanciales entre ambas, ya que en todos los casos lo que se persigue en la protección
de la legítima.

Acción de complemento: art. 2451 “el legitimario a quien el testador le ha dejado, por cualquier título, menos de su
porción legitima, sólo puede pedir su complemento”.

La acción de complemento ha sido tradicionalmente considerada como una acción protectora de la legítima diferenciada
de las otras que persiguen el mismo fin, como la de reducción, de entrega de la legítima, etc.

Prácticamente, su enunciado es similar al de la acción de reducción porque, en definitiva, es lo mismo que se reduzcan
las disposiciones testamentarias o las donaciones a fin de recibir o complementar la legítima, conforme lo enuncian los
art. 2452 y 2453, y que se complementen los bienes hasta completar la legítima tal como lo dispone el art. Que se
comenta.

El único matiz de diferencia se encuentra en que mediante la acción de complemento se ataca la institución de
herederos realizada en el testamento, mientras que en la acción de reducción se cuestiona la institución de herederos
de cuota o los legados que afecten la legítima.

Acción de reducción: art. 2452: “a fin de recibir o complementar su porción, el legitimario afectado puede pedir la
reducción de las instituciones de herederos de cuota y de los legados, en ese orden. Los legados se reducen en el mismo
orden establecido en el segundo párrafo del art. 2358”

El objeto de la acción es lograr que se reduzcan la institución de herederos de cuota y los legados para que el legitimario
pueda recibir o complementar su legítima. La reducción será primera respecto de los herederos de cuota y después de
los legados.

El segundo párrafo alude al cumplimiento de las disposiciones testamentarias (2358).

Concepto: la acción de reducción es el derecho que tiene un legitimario para atacar las instituciones como herederos de
cuotas y los legados hechos por el causante en su testamento o las donaciones hechas en vida por el mismo, en la
medida que excedan de la porción disponible.

La reducción no opera de pleno derecho sino que requiere la actuación judicial del legitimario perjudicado.
En cuanto a las donaciones que también pueden ser reducidas el sustento legal se encuentra en el art. 2453.
La acción será procedente, en tanto esos actos superen la porción disponible por el causante; de esta manera quedan
cubiertos los dos tipos de actos que pueden afectar la legítima y que hace procedente la acción de reducción; esto es, las
disposiciones testamentarias y las donaciones;

Prescripción: es de cinco años y comenzará a correr desde la muerte del causante que es el momento a partir del cual el
legitimario podrá comprobar si su porción legítima quedo afectada por disposiciones testamentarias o por donaciones.
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Legitimación activa y pasiva: la acción de reducción se concede a los legitimarios del causante; sin embargo, esta regla
que es clara, ya que éstos son los herederos protegidos por la legítima y en cuyo beneficio se concede la reducción,
merece algunas precisiones.

En efecto, cuando se trate de institución de herederos de cuota o de legados, para que el legitimario pueda demandar la
reducción tiene que ostentar ese carácter y para ello debe haber aceptado la herencia y mantener su llamamiento
vigente.
Cuando mediante la acción de reducción se pretenda atacar donaciones hechas por el causante, además de las
condiciones mencionadas en el párrafo anterior, la misma tendría que haber sido efectuada a partir de los 300 días
anteriores al nacimiento del legitimario, del nacimiento del ascendiente a quien se representa o en el caso de que el
accionante sea el cónyuge, después de las nupcias (art. 2445).

Este requisito es cuestionable porque si cuando el causante donó un bien no existía el posible legitimario nadie puede
resultar perjudicado por ese acto, ya que la condición de heredero protegido nació después.

A su vez, al momento de la muerte del causante no tienen que haber transcurrido mas de diez años desde que se tuvo la
posesión del bien donado porque se aplicaría la prescripción adquisitiva.

En cuanto a la legitimación pasiva, de ella depende el acto que vulnere la legítima. En efecto, si lo que supera la porción
disponible fuesen instituciones de herederos de cuota o legados, la acción deberá dirigirse contra los que se encuentren
en esa condición, según el orden de cumplimiento de las disposiciones testamentarias; en el caso que sea una donación
la que afecte la legítima, la acción debe ser entablada contra el donatario y eventualmente contra las personas que han
recibido de éste el bien donado.

Orden de la reducción: primero deben reducirse las instituciones de herederos de cuota y luego los legados. Resulta
adecuado este orden de prelación para efectuar la reducción de las disposiciones testamentarias porque si ya con la
cuota asignada al instituido se afecta la legítima, los legados no podrían nunca ser satisfechos;

Testamento  es el instrumento al que el código le atribuye la idoneidad para regular la sucesión por voluntad del
causante.

El art. 2462 determina la función que puede cumplir el testamento: “las personas humanas pueden disponer libremente
de sus bienes para después de su muerte, respetando las porciones legítimas establecidas en el Título X de este Libro,
mediante testamento otorgado con las solemnidades legales; ese acto también puede incluir disposiciones
extrapatrimoniales”.

Características esenciales:

- Se trata de un acto jurídico: encuadra dentro del concepto del art. 259 cuando lo define como el acto voluntario
lícito que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas, ya
que es evidente que mediante el testamento se produce la adquisición de derechos con posterioridad al
fallecimiento del testador
- Anteriormente debía tratarse de un acto escrito, mientras que en la nueva norma no se lo menciona aunque es
indudable que deba revestir esta forma, ya que no son admitidos los testamentos verbales.
En la actualidad, la expresión de la última voluntad podría plasmarse en grabaciones, videos, medios
informáticos, pero no existe norma expresa que permita disponer de los bienes para después de la muerte por
alguno de esos medios.

El art. 2462 establece que las personas humanas pueden disponer libremente de sus bienes, pero impone dos
limitaciones:

1- Cuando existen legitimarios la disposición de los bienes no es libre porque debe respetar sus legítimas,
quedando la posibilidad de decidir el destino sólo de la porción disponible.
2- Referida a todos los testamentos, se debe respetar las solemnidades establecidas para la forma de testar que
elija el causante, sino seria nulo (2467, inc. B).

La implementación de esa disposición puede tener la forma de una institución de heredero, de instituir herederos de
cuota, de establecer legados, la constitución de un fideicomiso o de imponer cargos.

Se agregó que el testamento puede incluir disposiciones de contenido extrapatrimonial que ya era admitido legal y
doctrinariamente con anterioridad. Se puede mencionar el reconocimiento de un hijo extrapatrimonial, la designación
de tutor o curador, etc.

El testamento como regla general producirá efectos después de la muerte del causante; como acto jurídico se
perfecciona en el momento que es otorgado, pero sus efectos quedan supeditados al hecho futuro del fallecimiento del
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testador. Nadie puede invocar un derecho emanado del testamento hasta que ocurra la muerte del testador. Mientras
viva puede ser libremente revocado (art. 2511). La única excepción se encuentra en el reconocimiento de un hijo
extramatrimonial, ya que no puede quedar sin efecto aunque el testamento se revoque y el emplazamiento es
inmediato sin tener que esperar a la muerte del testador.

Caracteres del testamento

a- Carácter personalísimo  el testamento instrumenta la voluntad del testador que regula la transmisión de sus
bienes para después de su muerte y es evidente que debe tratarse de la expresión de su propia voluntad sin que
puede delegar su redacción en otra persona;

Las partes pertinentes del art. 2465 dicen “las disposiciones testamentarias deben ser la expresión directa de la
voluntad del testador…La facultad de testar es indelegable. Las disposiciones testamentarias no pueden dejarse
al arbitrio de un tercero…”.
Lo reafirma el art. 2484 cuando establece que la institución de herederos y legatarios sólo puede ser hecha en el
testamento;

La única excepción es el legado alternativo, ya que la elección del objeto legado puede corresponder al
heredero o bien si así lo estableció el testador, al legatario, ya que resultan aplicables a este tipo de legados las
disposiciones referids a las obligaciones alternativas.

b- Especialidad  Antiguamente, en particular dentro del derecho romano, se permitía que el testador se remitiera a
otros escritos para la determinación del heredero o del contenido de las disposiciones testamentarias- HOY el art.
2465 “las disposiciones testamentarias deben…bastarse a sí mismas…”
El contenido del testamento es el que regula la transmisión de los bienes y no resulta posible que la designación del
heredero o de cualquier otra disposición surja de otro documento por más que así lo haya dispuesto expresamente
el testador.

c- Unilateralidad  es un acto jurídico unilateral porque se perfecciona con la sola voluntad del testador. No requiere
la voluntad de los beneficiarios de sus disposiciones que, después de la muerte del causante, podrán aceptar la
herencia o el legado, pero el testamento en sí mismo ya ha quedado perfeccionado.

d- Prohibición de los testamentos conjuntos  como una consecuencia de la unilateralidad de los testamentos; son
aquellos en los que dos personas se ponen de acuerdo para efectuar sus respectivos testamentos en un mismo acto.
El acuerdo de voluntades entre los testadores está vedado porque atenta contra la revocabilidad de los
testamentos, ya que la decisión unilateral no podría dejarlos sin efecto.

Lo que la ley prohíbe es que el testamento sea conjunto; no que dos testamentos se hagan en el mismo
instrumento, por ejemplo, uno a continuación del otro. Lo relevante es que mantengan su independencia
intelectual;
En el caso que un testamento conjunto haya sido otorgado en un país que admite esta forma testamentaria y luego
debe ser ejecutado en nuestro país –> art. 2645

e- Revocabilidad  el testamento debe reflejar la última voluntad del causante, y por ello, es menester que se permita
cambiar esa voluntad todas las veces que el propio testador considere oportuno. El art. 2511 consagra la
revocabilidad del testamento: “es revocable a voluntad del testador y no confiere a los instituidos derecho alguno
hasta la apertura de la sucesión. La facultad de revocar el testamento o modificar sus disposiciones es irrenunciable
e intangible”.
Carecen de toda eficacia jurídica las cláusulas mediante las cuales el testador dispuso que sólo quedara revocado el
testamento cuando el nuevo contenga determinadas claves o cautelas o si ha establecido que se le quita validez a
cualquier revocación futura.

CAPACIDAD PARA TESTAR  Para otorgar el testamento en forma válida es preciso contar con la capacidad necesaria
para hacerlo. El testador debe gozar de la capacidad requerida al momento de otorgar el testamento, ya que es en esa
oportunidad en que el acto queda perfeccionado. Por esto, las situaciones de incapacidades en las que pueda caer en el
futuro carecen de eficacia para invalidar el acto.

En la actualidad y dentro de las normas de derecho internacional privado, el art. 2647 dispone “La capacidad para
otorgar testamento y revocarlo se rige por el derecho del domicilio del testador al tiempo de la realización del acto”. De
esta manera queda determinado que el testador deberá gozar de la aptitud para testar que requiere la ley del lugar
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donde se otorga el acto, en el momento de efectuar el testamento. Si fue capaz al testar y luego cae en incapacidad, el
testamento es válido y ésa será su última voluntad.

Partiendo del supuesto general de la capacidad para testar que tienen todas las personas, el código dispone los casos
de incapacidad:

a- Incapacidad por falta de la edad requerida: Pueden testar las personas mayores de edad al tiempo del acto; se
mantiene que es a los 18 pero antes ésta era una edad especial, menor a la edad de la plena capacidad civil.4

b- Incapacidad por falta de razón: en la actualidad, se dispuso que es nulo el testamento que ha sido otorgado por
persona privada de la razón en el momento de testar (2467, inc,. C)

Será necesario determinar en cada caso concreto si el testador gozaba de discernimiento al momento de testar
o bien, por el contrario, si en esa oportunidad estaba privado de razón.
En definitiva, como el testamento es un acto jurídico y como tal un acto voluntario, debe haber gozado el
testador de discernimiento, intención y libertad.
A su vez, es involuntario por falta de discernimiento el acto de quien al momento de realizarlo, está privado de
la razón. Cuando la persona que otorgó el testamento había sido judicialmente declarada incapaz, también se lo
sanciona con su nulidad.
Se mantiene la excepción que ya traía la legislación anterior referida a los intervalos lúcidos: art. 2467, inc d: “Es
nulo el testamento… d) por haber sido otorgado por persona judicialmente declarada incapaz. Sin embargo, ésta
puede otorgar testamento en intervalos lúcidos que sean suficientemente ciertos como para asegurar que la
enfermedad ha cesado por entonces”.
La carga de la prueba de la falta de razón recae sobre la persona que impugna el testamento; por el contrario,
en el caso de la incapacidad declarada, quien alegue que el testador se encontraba en un intervalo lúcido deberá
acreditar esa circunstancia.

Como toda persona tiene capacidad de ejercicio, en caso de duda debe estarse a la validez del testamento.

c- Incapacidad por falta de aptitud para comunicarse: art. 2467 inc e) “Es nulo el testamento…e) por ser el
testador una persona que padece limitaciones en su aptitud para comunicarse en forma oral y, además no saber
leer ni escribir, excepto que lo haga por escritura pública, con la participación de un intérprete en el acto”.
Esto significa que será incapaz para otorgar un testamento ológrafo la persona que no pueda comunicarse
verbalmente y tampoco por escrito, ya que sólo se permite realizar un testamento por acto público en la medida
en que su forma de hacer conocer su voluntad pueda ser interpretada por alguien que cuente con la idoneidad
para hacerlo.
Como el testamento ológrafo requiere la escritura íntegra por parte del testador quien no sepa hacerlo no podrá
utilizar esta forma de testar.
Cuando no pueda expresarse en forma oral ni sepa leer y escribir sólo tiene la alternativa de testar por acto
público siempre que tenga una forma de expresar la voluntad que pueda ser interpretada.

Ley que rige la validez del contenido del testamento: “el contenido del testamento, su validez o nulidad, se juzga según
la ley vigente al momento de la muerte del testador”. A diferencia de la forma del testamento que es regida por la ley
vigente al tiempo de otorgarlo que se comentará más adelante, sus disposiciones se juzgan según la ley vigente al
tiempo del fallecimiento.

Nulidad del testamento  el código establece normas genéricas sobre la nulidad de los actos jurídicos y siendo el
testamento uno, serán aplicables estas reglas; a la vez existe una norma específica.

La nulidad puede afectar todo el testamento o solamente alguna de sus disposiciones (total o parcial). También puede
suceder que el testamento en sí mismo sea válido, pero que la totalidad de las disposiciones sean nulas.
A su vez, la nulidad del testamento o de alguna de sus disposiciones puede ser calificada como absoluta cuando la causa
de la invalidez haya sido establecida en razón del orden público, la moral o las buenas costumbres y será relativa cuando
responda a un interés meramente personal.

Causas de la nulidad (art. 2467): es nulo el testamento o, en su caso, la disposición testamentaria:

a) Por violar una prohibición legal;


b) Por defectos de forma;
c) Por haber sido otorgado por persona privada de la razón en el momento de testar. La falta de razón debe ser
demostrada por quien impugna el acto.
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d) Por haber sido otorgado por persona judicialmente declarada incapaz. Sin embargo, ésta puede otorgar
testamento en intervalos lúcidos que sean suficientemente ciertos como para asegurar que la enfermedad ha
cesado por entonces;
e) Por ser el testador una persona que padece limitaciones en su aptitud para comunicarse en forma oral y,
además, no saber leer ni escribir, excepto que lo haga por escritura pública, con la participación de un intérprete
en el acto;
f) Por haber sido otorgado con error, dolo o violencia;
g) Por favorecer a persona incierta, a menos que por alguna circunstancia pueda llegar a ser cierta;

Además de estas causas también podrá plantearse la nulidad cuando haya sido otorgado por un menor de edad;

Cumplimiento del testamento viciado: el testamento viciado no puede ser atacado sino después de la muerte del
testador por parte de cualquier interesado. Sin embargo, cuando éstos en forma voluntaria cumplen con las
disposiciones viciadas, conociendo la causa de invalidez, están confirmando el testamento y saneando de esta manera el
vicio.

El art. 2469 dice: “cualquier interesado puede demandar la nulidad del testamento o de alguna de sus cláusulas a menos
que, habiéndolo conocido, haya ratificado las disposiciones testamentarias o las haya cumplido espontáneamente”.

Interpretación de los testamentos: lo relevante cuando se intenta interpretar un testamento es desentrañar la


verdadera voluntad del testador de acuerdo a lo que resulta de todo el conjunto de sus disposiciones.
El art. 2470 dice: “las disposiciones testamentarias deben interpretarse adecuándolas a la voluntad real del causante
según el contexto total del acto. Las palabras empleadas deben ser entendidas en el sentido corriente, excepto que surja
claro que el testador quiso darles un sentido técnico. Se aplican, en cuando sean compatibles, las demás reglas de
interpretación de los contratos”.

El testamento debe ser interpretado en su totalidad, ya que es posible desentrañar la voluntad del testador
relacionando una cláusula con otra para develar lo que el causante quiso efectivamente; será posible apartarse del
sentido literal de las palabras cuando el causante las utilizaba con otro alcanza habitualmente o constituyan un error
técnico;

Obligación de comunicar la existencia del testamento: puede ser que los beneficiarios ignoren su existencia y para
solucionar esta circunstancia se impuso la obligación de comunicarlo a los interesados  art. 2471 crea la obligación
que antes no existía “quien participa en el otorgamiento de un testamento o en cuyo poder se encuentra, está obligado
a comunicarlo a las personas interesadas, una vez acaecida la muerte del testador”.
La obligación se impuso a quien participa en el acto de otorgamiento y no puede ser otro que el escribano interviniente
en el testamento por acto público, ya que los testigos cumplen un requisito formal, pero no pueden retener copias del
testamento.

En el caso del testamento ológrafo, al ser redactado y firmado por el testador no se requiere la intervención de otra
persona;

FORMAS Y FORMALIDADES DE LOS TESTAMENTOS

El testamento tiene carácter formal (alude a las distintas especies de testamento) y solemne (las formalidades de cada
forma de testar se encuentran expresamente especificadas al detallarse los recaudos que se deben cumplir. Son los
requisitos que se exigen para que constituyan una de las formas testamentarias).

Respecto de las formas se establece el testamento ológrafo y el t. por acto público. Se han derogado el testamento
cerrado y los especiales como el militar y el marítimo; si quedo el consular (art. 2646) y el aeronáutico;

La falta de forma, es decir, la utilización de un testamento que no es admitido por la ley, trae aparejada la inexistencia
de testamento. Las solemnidades del testamento tienen que presentarse dentro del mismo testamento, ya que no
podrá recurrirse a prueba de ninguna naturaleza para pretender acreditar esos requisitos. Un ej: un escribano no hizo
constar que estaban presentes los dos testigos requeridos para el testamento por acto público, no podrá acreditarse por
ningún otro medio de prueba; a pesar de lo terminante de la norma, la jurisprudencia atenuó su rigor para preservar la
voluntad del causante;

Sanción en caso de inobservancia de las formalidad: la falta de cumplimiento de las formalidades trae aparejada la
nulidad porque se trata de un acto solemne; el art. 2474 dice “la inobservancia de las formas requeridas para otorgar el
testamento causa su nulidad total; pero, satisfechas las formas legales, la nulidad de una o de varias cláusulas no
perjudica las restantes partes del acto; el empleo de formalidades sobreabundantes no vicia el testamento”.
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Si no se cumplió con las formalidades el testamento es nulo, pero si éstas han sido plasmadas como lo marca la ley,
puede ser declarada la nulidad de una disposición sin que queden afectadas las restantes.

La ley vigente en el momento en que se redacta el testamento es la que determina su validez tanto respecto del tipo
de testamento elegido como del cumplimiento de sus solemnidades. Ej: un testamento cerrado realizado durante la
vigencia del código civil derogado será válido aun cuando al tiempo de la muerte ya rija el código nuevo que elimino esa
forma de testar, porque se tome en cuenta la norma vigente en aquel momento;

Firma: es una solemnidad exigida, en principio, para plasmar la voluntad del testador en un testamento; debe consistir
en el nombre del firmante o en un signo; Art. 2476: “cuando en los testamentos se requiera la firma, debe escribírsela tal
como el autor de ella acostumbra firmar los instrumentos públicos o privados. Los errores de ortografía o la omisión de
letras no vician necesariamente la firma, quedando su validez librada a la apreciación judicial”.

El requisito de la firma por parte del testador es exigido estrictamente en el caso del testamento ológrafo, pero cuando
se testa por acto público, en determinados supuestos se permite la firma a ruego. Lo relevante será, que el testamento
se encuentre firmado por el testador en forma personal o por otra persona a ruego del testador;

Testamento otorgado en el extranjero: art. 2645: “el testamento otorgado en el extranjero es válido en la Republica
según las formas exigidas por la ley del lugar de su otorgamiento, por la ley del domicilio, de la residencia habitual, o de
la nacionalidad del testador al momento de testar o por las formas legales argentinas”.

TESTAMENTO OLÓGRAFO  no se introdujeron modificaciones sustanciales, sino que se ha mejorado su redacción;


según la primera parte del art. 2477 “el testamento ológrafo debe ser íntegramente escrito con los caracteres propios
del idioma en que es otorgado, fechado y firmado por la mano misma del testador…”. De este concepto surgen las
formalidades: la escritura a mano del testador, la fecha y la firma, además de las disposiciones de bienes en cuando a su
contenido.

Ventajas e inconvenientes:

 Forma sencilla, se puede efectuar en cualquier momento y con la sola intervención del testador; no tiene costo.
 Es fácil de destruir para quien no resulte beneficiario o es posible la captación de la voluntad al no intervenir
profesionales ni terceros extraños que puedan constatar la libre disponibilidad del testador; podría tener una
redacción deficiente de sus disposiciones, como cláusulas nulas o de difícil interpretación;

Independencia intelectual: tiene que ser un acto independiente no solo físicamente sino también desde el punto de vista
intelectual. No puede haber confusión entre el testamento y otros escritos o anotaciones que pueda haber hecho el
testador; puede suceder que en una carta que haya sido escrita, fechada y firmada por el testador se haga referencia a
la intención de disponer de sus bienes. En tal supuesto habrá que determinar si se trata de una simple comunicación
acerca del posible destino de los bienes para después de su muerte, en cuyo caso no habrá testamento ológrafo, o si se
ha hecho una efectiva determinación de la voluntad, pues en ese supuesto no hay razón valedera para negarle eficacia a
ese documento;

Escritura: uno de los requisitos esenciales del testamento ológrafo es que sea íntegramente escrito con los caracteres
propios del idioma en que es otorgado;

Aspecto material de la escritura: cualquier tipo de letra puede utilizarse (mayúsculas, minúsculas, cursiva, de imprenta)
ya que no hay previsión en el código, pero será importante poder determinar su autoría mediante la correspondiente
pericia que exige ahora el art. 2339.

Es indiferente además, el material sobre el que se realice la escritura; lo relevante es que se conserve inalterado y
permita luego la realización de la pericia correspondiente para atribuir la escritura al testador.

Autoría intelectual: debe reflejar la voluntad del testador. El art. 2477: “…los agregados escritos por mano extraña
invalidan el testamento, sólo si han sido hechos por orden o con consentimiento del testador”.
Si el testador ordena que otro escriba el testamento en todo o en parte no se cumple con el requisito de la escritura de
su mano. Si lo escribe un tercero y no forma parte del testamento no se le puede atribuir su inserción a la voluntad del
testador y se anularía solo la parte que añade el tercero, sino cualquier persona podría invalidar un testamento ológrafo
agregándole una frase de su puño y letra;

Si aparecen correcciones, tachaduras, lo relevante será establecer si fueron realizadas por el testador (y serán válidas);
quedara a cargo de quien alegue que no fueron ejecutados por el testador la prueba de la intervención de un tercero.

Fecha: se trata de un requisito común a todas las formas de testar, ya que la fecha se exige como recaudo que hace a la
validez formal del testamento;
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Este requisito puede tener algún margen de flexibilidad;

Sobre su base se determina:

- La capacidad del testador ya sea en razón de la edad o de la privación de la razón;


- Se fijan temporalmente los hechos sobre la base de los cuales pudo haber existido el error, dolo o la violencia
sobre el testador;
- Se establece la posibilidad de revocación por otro testamento de fecha posterior;
- Se determinan las exigencias formales que debe cumplir;
- Fija los supuestos que pueden limitar la vocación sucesoria testamentaria como el tutor o el curador antes de
ser aprobadas las cuentas de su administración;
- Establece la posibilidad de revocación del legado por la venta posterior del bien objeto de la disposición, etc.

Habitualmente la fecha se escribe mencionando el día, mes y año. Sin embargo, es posible flexibilizar este requisito
cuando se reemplaza por enunciaciones a través de las cuales se pueda determinar el momento en que ha sido otorgado
(art. 2477 2do párrafo). Serán válidas expresiones referidas a que se otorgó el día que cumple 25 años el testador o
cualquier otra mención de la cual se pueda extraer con certeza la fecha en que el testamento fue otorgado;

Si sólo se hace mención al mes y al año, no se cumple con este requisito por lo que el testamento será inválido al
tratarse de una fecha parcial e incompleta, la jurisprudencia reconoció la validez del testamento porque no se había
probado que en ese mes se hubiera producido algún supuesto de incapacidad del testador o revocación del testamento;

Pero una cosa es la fecha incompleta y otra es la falta de fecha, donde la jurisprudencia plenaria estableció: acarrea
necesariamente su nulidad en todos los casos.

Art. 2477: “…el error del testador sobre la fecha no perjudica la validez del acto, pero el testamento no es válido si aquel
le puso voluntariamente una fecha falta para violar una disposición de orden público”.

Art. 2478: “no es indispensable redactar el testamento ológrafo de una sola vez ni en la misma fecha. El testador puede
consignar sus disposiciones en épocas diferentes, sea fechándolas y firmándolas por separado, o poniendo a todas ellas
la fecha y la firma el día en que termine el testamento”.

Firma: el único recaudo respecto del testamento ológrafo es que la firma debe estar después de las disposiciones;

El testamento ológrafo debe ser protocolizado para evitar que se destruya o perderse y para conferirle autenticidad
mediante la acreditación del cumplimiento de los requisitos solemnes; procedimiento: art. 2338

TESTAMENTO POR ACTO PÚBLICO  es el que se otorga ante un escribano público y con la presencia de dos testigos
hábiles (art. 2479 primera parte).

Se trata de un instrumento público y hace plena fe en cuanto a que se ha realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos
que el oficial público enuncia como cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado falso en juicio civil o criminal;

Ventajas e inconvenientes:

 se asegura la conservación del testamento ya que es prácticamente imposible la destrucción de los protocolos
notariales o su pérdida;
El escribano al tomar conocimiento de las disposiciones testamentarias puede sugerir precisiones técnicas que
aclaren su contenido y eviten dificultades interpretativas o eventualmente su nulidad;
Posibilidad mayor de que sea ubicado por los beneficiarios ya que debe ser registrado en el Registro de actos de
última voluntad (CABA) o en el registro de testamentos (Bs. As.) según corresponda al escribano que intervino
 Las disposiciones contenidas quedan expuestas al conocimiento de terceros; y es oneroso debido a la
intervención del escribano;

Habilidad del escribano: debe actuar dentro de los límites de sus atribuciones respecto de la naturaleza del acto y la
escritura debe otorgarse dentro del territorio que se le ha asignado para el ejercicio de sus funciones. No tiene que estar
afectado por una prohibición legal para actuar: art. 291 dispone las incapacidades que pueden afectar al escribano para
que el testamento sea otorgado ante él: “es de ningún valor el instrumento autorizado por un funcionario público en
asunto en que él, su cónyuge, su conviviente o un pariente suyo dentro del cuarto grado o segundo de afinidad, sean
personalmente interesados”.
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Modos de ordenar las disposiciones: art. 2479 2do párrafo: “el testador puede dar al escribano sus disposiciones ya
escritas o sólo darle por escrito verbalmente las que el testamento debe contener para que las redacte en la forma
ordinaria. En ningún caso las instrucciones escritas pueden ser invocadas contra el contenido de la escritura pública”.

Enunciaciones que debe contener: como el testamento por acto público se concreta mediante la redacción de una
escritura pública, debe reunir no sólo los requisitos comunes a estos instrumentos que resultan del art. 305 sino
también a los que se establecen para testar  lugar y fecha de su otorgamiento. El lugar fija la competencia territorial
del escribano y determina la ley aplicable en cuanto a las formas de testar.

Debe consignar: nombre, apellido, DNI, domicilio real, fecha de nacimiento y estado de familia del otorgante del
testador y si está casado, el nombre del cónyuge y si se trata de primeras nupcias o posteriores;

Se tiene que agregar también la naturaleza del acto que se realiza, y en el caso concreto, será la mención del testamento
por acto público y desarrollar las disposiciones tanto referidas a los bienes como a cuestiones extrapatrimoniales.

Se debe individualizar los testigos de la misma manera que a los otorgantes del testamento;

Desarrollo del acto: una vez redactada la escritura, es preciso proceder a la lectura del testamento, con la presencia de
los testigos durante todo el acto; El art. 2479 dice: “concluida la redacción del testamento, se procede a su lectura y
firma por los testigos y el testador. Los testigos deben asistir desde el comienzo hasta el fin del acto sin interrupción, lo
que debe hacer constar el escribano…”.

La firma del escribano también debe estar asentada;

Firma a ruego: habitualmente el testador firma por sí mismo; pero pueden presentarse situaciones en donde otra
persona tiene que firmar el testamento en su nombre.

Art. 2480  si el testador no sabe firmar, o no puede hacerlo, puede hacerlo por él otra persona o alguno de los
testigos. En este caso los testigos deben saber firmar. Si el testador sabe firmar y manifiesta lo contrario, el testamento
no es válido. Si sabiendo firmar, no puede hacerlo, el escribano debe explicitar la causa por la cual no puede firmar el
testador”.

Cuando sea otra persona la que firme a ruego del testador deberá ser individualizada en la misma forma que el
otorgante del acto. Es imprescindible que el escribano deje constancia; otra alternativa es que el testador sepa firmar
pero no pueda hacerlo, en cuyo caso el escribano debe dejar constancia de la causa que lo imposibilita.
La tercera posibilidad tiene lugar cuando el testador saber firmar pero manifiesta lo contrario; acá el testamento es
inválido aunque un tercero o un testigo hubieran firmado a su ruego. La falsa afirmación de que no sabe firmar por parte
del testador pone en evidencia que su contenido no responde a su voluntad;

Testigos: la necesidad de los testigos se justifica porque aseveran la regularidad del acto y que el testador expreso
libremente su voluntad. Tienen que ser capaces al tiempo de otorgarse el testamento;

El art. 2481 2da parte dice los casos de inhabilidad para ser testigos en los instrumentos públicos:

No pueden ser testigos  por la íntima vinculación con el testador o el interés en el contenido del testamento.

- Los del art. 295: los incapaces de ejercicio o los sentenciados que han sido declarados inhábiles para ser testigos
en instrumentos públicos; los que no saben firmar; los dependientes del oficial público y el cónyuge, conviviente
y los parientes del oficial público, dentro del cuarto grado y segundo de afinidad.
- Los ascendientes, descendientes, el cónyuge o el conviviente del testador
- Los albaceas, tutores o curadores designados en el testamento;
- Los beneficiarios de sus disposiciones

REVOCACION Y CADUCIDAD DE LAS DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS

El testamento es un acto esencialmente revocable; Mientras no se produzca el fallecimiento del testador, podrá variar
su voluntad todas las veces que lo considere pertinente.

Habrá revocación del testamento cuando el testador cambia esa voluntad y la exterioriza por un medio idóneo
previsto en la ley para producir ese efecto.

Diferencia con la caducidad: ésta opera por una causa legal y no por voluntad del testador.

Art. 2511: “el testamento es revocable a voluntad del testador y no confiere a los instituidos derecho alguno hasta la
apertura de la sucesión. La facultad de revocar el testamento o modificar sus disposiciones es irrenunciable e
irrestringible”.
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La única excepción que se reconoce al efecto post mortem es el reconocimiento de un hijo extramatrimonial; La
posibilidad de dejar sin efecto o modificar las disposiciones de un testamento no puede sufrir ninguna restricción;

Aunque no se mencione en forma expresa, la revocación puede ser total o parcial. Será total cuando queda sin efecto en
forma íntegra todo el testamento y será parcial cuando se plasma el cambio de voluntad respecto de alguna de las
disposiciones testamentarias.

Capacidad para revocar el testamento: “la capacidad para otorgar el testamento y revocarlo se rige por el derecho del
domicilio del testador al tiempo de la realización del acto”. Si al revocar el testador tenía capacidad y luego la pierde, la
revocación será válida porque al momento de efectuar ese acto gozaba de la aptitud que la ley requería a ese fin.

Revocación expresa: cuando un nuevo acto revestido de las formas testamentarias dispone que revoca un testamento
anterior y será tácita cuando la ley le confiere ese efecto a determinados actos o hechos del testador. El art. 2512 dice:
“la revocación expresa debe ajustarse a las formalidades propias de los testamentos”; el testador debe manifestar en
forma clara y terminante su voluntad de dejar sin efecto el testamento anterior.

Revocación tácita por testamento posterior: art. 2513: adopta en el tema de la revocación por el testamento posterior
una solución parecida, con algunas excepciones a la del código de Vélez: “el testamento posterior revoca al anterior si
no contiene su confirmación expresa, excepto que de las disposiciones del segundo resulte la voluntad del testador de
mantener las del primero en todo o en parte”.

Principio general: el testamento posterior revoca al anterior. No debe manifestarlo de manera explícita, se configura por
la sola redacción de un nuevo testamento.

Excepciones:

1) Cuando en el testamento posterior el testador confirma de forma expresa el testamento anterior. Lo que no
resolvió la norma es cuando se ratifica expresamente la vigencia del primer testamento y existen cláusulas
incompatibles entre ambas disposiciones.
La forma de resolverlo será mantener la validez de la última disposición aunque se haya manifestado la
intención de confirmar el primer testamento.
2) Cuando sin haber confirmación expresa de las cláusulas del segundo testamento se puede inferir que el testador
ha querido mantener la vigencia del primero en todo o en parte.

Revocación tácita por matrimonio: cuando el testador celebra un matrimonio con posterioridad a haber otorgado la
disposición de última voluntad.

El art. 2514 dispone: “el matrimonio contraído por el testador revoca el testamento anteriormente otorgado, excepto
que en éste se instituya heredero al cónyuge o que de sus disposiciones resulta la voluntad de mantenerlas después del
matrimonio.”

La regla general se mantiene: el matrimonio provoca la revocación del testamento anterior.

Se sostiene que el fundamento se encuentra en la variación de los afectos del testador y en la aparición de un nuevo
legitimario que será el cónyuge y que con ello el testamento deja de reflejar su voluntad.

Dos excepciones: (donde el testamento mantiene su vigencia a pesar de haberse contraído matrimonio con
posterioridad)

1- Cuando el matrimonio se contrae con la misma persona que era beneficiaria del testamento porque en tal
supuesto se está ratificando la voluntad de que se constituya en su heredero.
2- La otra, deja abierta la posibilidad de interpretar las disposiciones del testamento para desentrañar si la
intención ha sido que mantenga su validez a pesar de haberse celebrado un matrimonio.

Cancelación o destrucción del testamento ológrafo:

- Caso del ejemplar único: el testamento ológrafo es revocado por su cancelación o destrucción hecha por el
testador o por orden suya. (Intención de dejarlo sin efecto).

- Caso en que existe más de un ejemplar: cuando existen varios ejemplares del testamento, éste queda revocado
por la cancelación o destrucción de todos los originales, y también cuando ha quedado algún ejemplar sin ser
cancelado o destruido por error, dolo o violencia sufridos por el testador (Ej: si fue engañando haciéndole creer
que ya habían quedado cancelados todos los ejemplares)
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- Forma de cancelación o destrucción: cuando se prende fuego, se rompe el papel, se lave, se tracen barras o
rayas en su texto completo, en su firma o en cualquier otro acto equivalente. Un tercero puede recibir un
mandato para hacerlo.

- Cancelación parcial: hay que evaluar el alcance de la tachadura; si estos hechos se circunscriben a una parte
limitada del testamento sin afectar sus elementos esenciales, habrá tenido lugar una cancelación parcial. Pero
en el caso de que la destrucción abarque formalidades que la ley exige en el t. ológrafo bajo pena de nulidad,
éste carecerá de efecto jurídico en forma íntegra.

- Presunción de la autoría: si el testamento se encuentra total o parcialmente destruido o cancelado en casa del
testador, se presume que la destrucción o cancelación es obra suya, mientras no se pruebe en contrario.
Admite prueba en contrario que estará a cargo de quien sostenga la validez del testamento porque ha actuado
un tercero sin instrucciones del testador.

- Alteraciones por accidentes o por hechos de terceros: las alteraciones casuales o provenientes de un extraño no
afectan la eficacia del testamento con tal de que pueda identificarse la voluntad del testador por el testamento
mismo.
En la medida en que a pesar del accidente o de la acción del tercero sea posible establecer en forma fehaciente
el contenido de las disposiciones testamentarias, dicho testamento tendrá plena vigencia.

- Destrucción por caso fortuito: no se admite prueba alguna tendiente a demostrar las disposiciones de un
testamento destruido antes de la muerte del testador, aunque la destrucción se haya debido a caso fortuito.
Tiene que ser antes de la muerte del testador; la revocación tiene lugar porque si el testador conocía la
destrucción del testamento y no hizo uno nuevo, está aceptando que quede sin efecto la voluntad en él
expresada. Por el contrario, si se pudiera demostrar que el testador no tuvo conocimiento de la destrucción no
puede deducirse de ese desconocimiento una implicancia tan importante como la revocación del testamento. En
este caso, debería admitirse la posibilidad de probar su contenido.

Revocación del legado

Expresa: el testador puede en cualquier momento antes de su muerte revocar un legado manifestando esa voluntad en
forma expresa en otro testamento;

Tácita: puede surgir de forma implícita de determinados actos del propio testador o bien imponérsele al legatario como
consecuencia de su conducta.

 Revocación por transmisión de la cosa legada: art. 2516: “la transmisión de la cosa legada revoca el legado,
aunque el acto no sea válido por defecto de forma o la cosa vuelva al dominio del testador…”  la decisión de
transmitir a otra persona el bien que se ha legado en un testamento anterior pone de manifiesto que ya no se
mantiene la voluntad de beneficiar al legatario. No puede inferirse la intención de revocar el testamento de una
transmisión que se ha hecho sin contar con la capacidad necesaria o cuando se encuentra afectado el
consentimiento por error, dolo o violencia.
La revocación tendrá efectos aunque el bien vuelva al dominio del testador por cualquier causa que sea, ya que
la voluntad de desprenderse de él ha puesto de manifiesto la intención de dejar sin vigencia el legado.

 Revocación parcial: no hay solución en el código. La doctrina entiende en forma pacífica que la porción
transmitida queda revocada, pero subsiste el legado sobre la parte de la cosa que permanece en poder del
testador.

 Actos de los que resulta: es evidente que los actos de transmisión del bien a título gratuito revocan el legado
porque demuestran que el causante ha modificado su voluntad y la liberalidad que surgía del legado la ha
realizado en vida a favor de otra persona. Tendrán lugar aunque la donación no se perfeccione.

 La transformación de la cosa legada también provoca la revocación cuando ha sido llevada a cabo por el
testador; (2516). Si la transformación se produce por caso fortuito, por el hecho de un tercero o por un acto
involuntario del testador habrá caducidad del legado; por el contrario, cuando el testador es el autor de la
transformación de la cosa legada, ésta ya no existe en la forma en que fue dispuesta en el testamento y surge el
cambio de voluntad del testador que provoca la revocación del legado;
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 La constitución de gravámenes sobre la cosa legada no revoca el legado.

Responsabilidad del heredero por la pérdida o deterioro de la cosa legada: art. 2517: si la cosa legada se pierde o
deteriora por el hecho o culpa de uno de los herederos, sólo responde del legado el heredero por cuya culpa o hecho se
ha perdido o deteriorado.

Deben analizarse las causas que provocaron la pérdida o los daños que puede haber sufrido con posterioridad a ese
instante. La norma de deja de lado la responsabilidad del heredero cuando se trate del hecho de un tercero o caso
fortuito o fuerza mayor. Cuando los hechos le son imputables a un heredero o cuando obro de manera culposa, el
causante de la pérdida o del deterioro será el responsable frente al legatario. Los otros coherederos no tendrán
responsabilidad.

Caducidad de la institución de heredero y del legado por premoriencia del beneficiario: la caducidad de los legados
tiene lugar cuando ocurren circunstancias ajenas a la voluntad del testador a las que la ley les atribuye el efecto de
extinguir esa disposición. Ya se trate de una institución de heredero universal, de cuota o de un legado, si se produce el
fallecimiento del beneficiario antes que el testador, la disposición caduca.

Lo mismo sucede cuando el fallecimiento del beneficiario fue antes de que se cumpliera la condición a la que se había
sujetado la adquisición del derecho hereditario.

Caducidad del legado por perecimiento o transformación de la cosa: la cosa legada puede perecer y en este supuesto el
legado caduca. Así que del art. 2516 podemos extraer que:

- La caducidad solo opera respecto de los legados de cosa cierta y determinada porque si se tratase de legados de
género o cantidades de cosas debería obtenerse una equivalente.
- Si el perecimiento se produce después de la muerte del causante y el legado no estaba sujeto a condición, el
legatario habrá ya adquirido el objeto legado y sufrirá sus consecuencias, teniendo la posibilidad de accionar
contra los responsables del perecimiento, en su caso. Si la cosa legada, perece antes de la muerte o del
cumplimiento de la condición, el legado caduca.
- Cuando ha perecido en forma parcial, el legado subsiste por la parte restante.

La transformación de la cosa tiene lugar cuando, mediante una actividad o la incorporación de otra cosa, se hace una
nueva  por lo tanto, el bien legado tiene ya otra estructura y no puede asimilarse a la anterior.
En el caso de que haya ocurrido por causa ajena a la voluntad del testador (caso fortuito, hecho de un tercero, o un acto
involuntario del causante) el legado caduca porque su voluntad no ha intervenido.

En caso de recuperar el bien su forma original, el legado renace.

Por el contrario, cuando el testador es el autor de la transformación, se interpreta que cambio su voluntad revocando el
legado. La diferencia es que si la cosa vuelve a su forma anterior, el legado no renace.

ALBACEA  no existe una definición legal; la doctrina elaboro la siguiente: “es la persona designada por el causante en
su testamento que tiene como función hacer cumplir las disposiciones testamentarias”.

Características:

- Tiene que haber sido designado por el testador y haber sido hecho en el testamento;
- Su función es la de ejecutar la última voluntad del causante o controlar su cumplimiento;
- Es conocido como el ejecutor testamentario por la etimología de su nombre que proviene del árabe y significa
ejecutor.
- Se asimilo su esencia jurídica al mandato aunque tienen diferencias;
- Debe aceptar voluntariamente el cargo y no puede delegar sus funciones (intuitu personae)
- Tiene derecho a una retribución por lo que el cargo será oneroso.

Atribuciones: el testador establece las atribuciones que tendrá que cumplir con su cometido;

Art. 2523: las atribuciones del albacea designado en el testamento son las conferidas por el testador y, en defecto de
ello, las que según las circunstancias son necesarias para lograr el cumplimiento de su voluntad. El testador no puede
dispensar al albacea de los deberes de inventariar los bienes y de rendir cuentas.

Si el testador designa varios albaceas, el cargo es ejercido por cada uno de ellos en el orden en que están nombrados,
excepto que el testador disponga el desempeño de todos conjuntamente. En tal caso, las decisiones deben ser tomadas
por mayoría de albaceas y, faltando ésta, por el juez.
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Las facultades del albacea deben ajustarse a las leyes, ya que no podría conferirle la atribución de obrar ilegalmente;
El testador no puede al determinar las atribuciones del albacea vulnerar derechos de los herederos o que excedan el
alcance de sus funciones.

Forma de designación. Capacidad para ser albacea: art. 2524: el nombramiento del albacea debe ajustarse a las formas
testamentarias, aunque no se realice en el testamento cuya ejecución se encomienda.

Pueden ser albaceas las personas humanas plenamente capaces al momento en que deben desempeñar el cargo, las
personas jurídicas, y los organismos de la administración pública centralizada o descentralizada.

Cuando se nombra a un funcionario público, la designación se estima ligada a la función, cualquiera que sea la persona
que la sirve.

Delegación: el albacea no puede delegar su función porque es un cargo designado intuitu personae, pero no está
obligado a realizar personalmente esa tarea sino que puede hacerlo a través de mandatarios.

Surge del art. 2525: que como el testador debe haber tenido en cuenta las condiciones personales del albacea para
realizar su función, no es posible que delegue en otra persona el cumplimiento de ese cargo y tampoco se produce que,
a su muerte, el albaceazgo sea ejercido por sus herederos. Sin embargo, se admite que pueda actuar mediante
mandatarios, ya que en ese caso éstos lo representan y los actos que realicen serán tenidos por hechos por el albacea,
ya que actúa en su interés.

Al ser facultativo del albacea nombrar un mandatario en caso de haber efectuado esa designación serán a su cargo los
honorarios del mandatario, ya que el mandato se presume oneroso. Distinta es la situación que se presenta cuando el
albacea hace intervenir a un abogado como su letrado patrocinante, ya que la actuación judicial requiere del
asesoramiento jurídico pertinente. En la medida que la labor del abogado patrocinante haya sido necesaria para el
cumplimiento de la función del albacea, los honorarios quedarán a cargo de la sucesión;

Puede suceder que el albacea sea al mismo tiempo abogado y por ello tendrá derecho a la retribución que le
corresponde como patrocinante y también le cabe la que se le atribuye al albacea;

Deberes y facultades del albacea:

Art. 2526 “el albacea debe poner en seguridad el caudal hereditario y practicar el inventario de los bienes con citación
de los interesados.

Debe pagar los legados con conocimiento de los herederos y reservar los bienes de la herencia suficientes para proveer
a las disposiciones del testador dándoles oportunamente el destino adecuado. Debe demandar a los herederos y
legatarios por el cumplimiento de los cargos que el testador les haya impuesto.

La oposición de los herederos o de alguno de ellos al pago de los legados, suspende su ejecución hasta la resolución de
la controversia entre los herederos y los legatarios afectados.

El albacea está obligado a rendir cuentas de su gestión a los herederos”.

Facultades de los herederos y legatarios:

En el supuesto de que existan herederos, las funciones del albacea se limitan por cuanto la responsabilidad que recae
sobre aquellos no puede resultar acotada por la actuación del albacea, sino que éste debe complementar y controlar sus
acciones.
Art. 2528- se extrae que:

El testador no puede excluir a los herederos de sus deberes, en particular no podría impedir que cumplan con las
disposiciones testamentarias; la función del albacea cuando existan herederos será controlar el cumplimiento del
testamento y podrá actuar cuando medie una demora por parte de los herederos.

Los herederos pueden hacer cesar la actuación del albacea en cualquier tiempo cuando paguen las deudas que dejó el
causante y cumplan con los legados y demás disposiciones testamentarias, ya que la función de éste quedaría sin
contenido y resultaría innecesaria;

También cesará la función del albacea cuando los herederos depositen el importe necesario para cumplir con las
disposiciones del testador o bien cuando lleguen a un acuerdo con los legatarios y beneficiarios de los cargos que
pudieran existir.
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Los herederos y legatarios pueden exigir que el albacea brinde garantías cuando existan razones que hicieran presumir
la responsabilidad de que los bienes en poder del albacea sean utilizados en forma indebida.

También pueden requerir la destitución del albacea y la norma menciona las causas a alegar como la incapacidad
sobreviniente, la negligencia en el cumplimiento de sus funciones, la insolvencia del albacea en cuyo caso resulta
además atinada la exigencia de las garantías mencionadas y su mala conducta dentro de las actividades propias del
albacea.
La tramitación del pedido de destitución debe hacerse por incidente, en forma independiente del juicio sucesorio y
tramitará ante el mismo juez.

Facultades del albacea cuando no hay herederos:

En este supuesto, se amplían notablemente las funciones del albacea, ya que queda como único responsable del
cumplimiento de las disposiciones testamentarias;

Art. 2529: cuando no hay herederos o cuando los legados insumen la totalidad del haber sucesorio y no hay derecho a
acrecer entre los legatarios, el albacea es el representante de la sucesión, debiendo hacer inventario judicial de los
bienes recibidos e intervenir en todos los juicios en que la sucesión es parte. Le compete la administración de los bienes
sucesorios conforme a lo establecido para el curador de la herencia vacante. Está facultad para proceder, con
intervención del juez, a la transmisión de los bienes siempre que sea indispensable para cumplir la voluntad del
causante.
Siempre que se cuestione la validez del testamento o el alcance de sus disposiciones, el albacea es parte en el juicio aun
cuando haya herederos instituidos.

Retribución del albacea: el albacea debe percibir la remuneración fijada en el testamento o, en su defecto, la que el juez
le asigna, conforme a la importancia de los bienes legados y a la naturaleza y eficacia de los trabajos realizados.
Si el albacea es un legatario, se entiende que el desempeño de la función constituye un cargo del legado, sin que
corresponda otra remuneración excepto que deba entenderse, según las circunstancias, que era otra la voluntad del
testador.
Deben reembolsarse al albacea los gastos en que incurra para llenar su cometido y pagársele por separado los
honorarios o la remuneración que le corresponden por trabajos de utilidad para la sucesión que haya efectuado en
ejercicio de una profesión.

Fin del albaceazgo: el albaceazgo concluye por la ejecución completa del testamento, por el vencimiento del plazo fijado
por el testador y por la muerte, incapacidad sobreviniente, renuncia o destitución del albacea.
Cuando por cualquier causa cesa el albacea designado y subsiste la necesidad de llenar el cargo vacante, lo provee el
juez con audiencia de los herederos y legatarios.

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